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RESUMEN LANCHAS EN LA BAHIA

(MANUEL ROJAS)

A Eugenio lo acababan de ir a dejar mar a dentro, frente al malecón, a los faluchos


cargados, donde debía cuidar y vigilarlos toda la noche, ese era su trabajo. Durante la noche
trataba de no dormirse ya que si esto ocurría podía ser fondeado por los piratas o despedido
del empleo. La primera noche la paso sin problemas, siguiendo las indicaciones. Poco a
poco Eugenio se acostumbro al trabajo, tanto que se atrevía a dormir.
…Un día, ya había amanecido y la lancha ya había ido a buscar a Eugenio al falucho para
llevarlo a tierra ya que su jornada de trabajo había terminado, Eugenio se había quedado
dormido, y el jefe lo había sorprendido. Al llegar a tierra, Eugenio se encamino hacia la
casa de Miguel pensando que lo único que quería era dormir y dormir... esta era una
habitación muy pobre con solo una cama de dos plazas. Al llegar allí durmió toda la
mañana hasta las 6, de ahí comió algo y salió a recorrer, llego hasta el muelle y siguió
caminando por las calles como si nada pasara, camino bastante hasta que llego a ver de
nuevo el mar, y como despertándolo de un sueño apareció su jefe entregándole un sobre y
diciéndole que la compañía había decidido despedirlo.
…..Al conocer a Alejandro que era capataz de la Casa W. y cia, este le ofreció trabajo a
Eugenio pero con la condición que debía hacerse socio del sindicato de trabajadores
industriales del mundo, ya que todos los que pertenecían a su cuadrilla de trabajadores
debían ser socios de este sindicato. Al día siguiente junto a Alejandro embarcaron en el
remolcador de la W. y cia, ya era un obrero más del mar. A bordo el capataz le presento a
otro camarada de trabajo, este era el Rucio del norte, este lo ayudo respecto al trabajo,
cuando fue necesario le enseño como debía hacerlo tratándolo amablemente y llamándolo
"compañerito" debido a su corta edad.
…...Un sábado, el Rucio le hizo una proposición a Eugenio, se juntaron en la noche, muy
bien presentados ambos, afeitados, limpios y de trajes. Se encaminaron a comer primero,
luego se echaron a caminar por las calles del puerto, donde andaba mucha gente pero que
pronto era absorbida por las cantinas. Caminaron sin rumbo, hasta llegar a la Plaza
Echaurren algunos hombres y mujeres vagaban por ahí. Eugenio tenía mucha curiosidad de
lo que pasaría o a dónde irían, a veces tuvo ganas de despedirse e irse pero su deseo no fue
tan grande. Atravesaron una calle en la cual al acercarse aun mas notaron grupos de mujeres
y hombre. Mujeres que se paseaban con sus tacones como si quisieran llamar la atención.
Siguieron caminando hasta llegar a una calle, era La Subida Clave, aquí estaba la feria de la
prostitución porteña, era la feria pobre. Comenzaron a ascender por allí, y una mujer se le
acerco a Eugenio y lo invito a entrar a su casa, Eugenio asustado la rechazo, mientras esta
le insistía el Rucio le dijo ¡Eugenio vamos!
…Abandonaron la subida clave y siguieron caminando. Allí donde llegaron había también
mujeres y hombres al interior de las casas. Entraron en una casa humilde, en ese momento
como cinco mueres corrieron a abrazar y a besar al Rucio, este fue a saludar a una vieja que
estaba allí sentada, esta era doña josefina, madre de las mujeres de allí, y luego para seguir
disfrutando del trago, del baile y de las mujeres. Eugenio por otro lado estaba tranquilo y se
le acerco una de las mujeres, esta era Yolanda, con la cual estuvo toda la noche, sabía que
esta mujer era una prostituta pero él no las diferenciaba de las otras mujeres. Ya era tarde,
Eugenio fue a dejar a su casa al Rucio y este luego volvió a la casa. Desde ese momento,
visito con frecuencia a Yolanda, por la cual se sintió atraído y más tarde enamorado.
Eugenio pensaba en lo que podía hacer ella cuando él no estaba en la casa, con quien podía
estar, y eso lo inquietaba.
…..El Rucio se había convertido en el confidente y amigo de Eugenio, y este en una
ocasión le contó que quería sacar a Yolanda de esa casa y llevársela con él. Una tarde en
que Eugenio entro en la habitación de Yolanda se encontró que esta estaba con otro hombre,
y que más encima este le traía regalos. Estaban conversando, Yolanda invito a Eugenio a
sentarse junto a ella, pero este no quiso. Se quedo escuchando un rato la conversación y se
fue enfurecido. Llego donde el Rucio y le contó lo sucedido, este lo miro extrañado, ya no
era el jovencito que conoció una mañana a bordo del remolcador, lo veía más grande, y lo
abrazo. Eugenio le pidió que lo acompañara a la noche a la casa, quería arreglar este asunto.
Al llegar habían tres hombres bailando al centro, entre esos estaba aquel hombre que había
pillado con su mujer, el vaporino, entonces Eugenio le dijo que había algo que debían
resolver los dos. Empezó la pelea, se golpearon, Eugenio dejo sangrando al vaporino,
Yolanda gritaba, dos policías llegaron por los gritos de esta mujer y Eugenio fue detenido.
Paso 60 días en la cárcel, en los cuales Yolanda fue dos veces a verlo y no dejaba de llorar,
el Rucio y Alejandro también lo iban a ver llevándole ropa limpia, café, y azúcar. Al salir de
la cárcel, se dirigió a la casa donde vivía Alejandro, y apareció una viejita, Doña Josefina,
la cual le paso la llave de la casa, entro, miro, todo estaba igual a antes de irse, se lavo, se
cambio de ropa y salió, se dirigió al muelle, pregunto por sus camaradas y le informaron
que trabajaban para "El Imperial", pero llegaron en seguida, Eugenio les pregunto por
Yolanda, y el Rucio le dijo que se había ido de aquella casa pero que no sabía para donde,
entonces en ese momento, Eugenio se dio cuenta que realmente no estaba enamorado de
ella y que no la quería.
.. Le contaron también que se iban en el imperial a freír monos al guayaquil, y que al día
siguiente zarpaban, así que lo invitaron a que se viniera con ellos, este acepto. Fueron a
comer y a la salida el Rucio se despidió ya que estaba cansado y con sueño. Se
reencontrarían al día siguiente. Eugenio y Alejandro tenían sueño también, y la cabeza
pesada les caía sobre el pecho.

Inicio:

La novela comienza en la bahía de Valparaíso, cuando la gasolinera va a dejar a Eugenio a


los faluchos mar a dentro (frente al malecón), para que los cuide durante toda la noche, este
era su trabajo.

Desarrollo:

El personaje principal comienza a vivir el paso desde la juventud a la madurez, en medio de


diversos problemas que surgen, pero a si mismo va haciendo grandes amigos y compañeros
de trabajos que lo apoyan en todo momento. También este personaje conoce el sentimiento
hacia una mujer distinto al que sintió alguna vez por su madre y al de su hermana. el
personaje principal al tener un conflicto por esta mujer por la cual tuvo estos sentimientos,
al pelearse con un hombre al cual lo vio que estaba con aquella mujer, siendo esta una
prostituta, y al llegar la policía son ambos detenidos.

Desenlace:

El protagonista pasa 60 días en la cárcel y al ser liberado, se reúne con sus dos amigos y
realmente se da cuenta que no estaba enamorado de aquella mujer. Es aquí cuando los dos
amigos le cuentan que trabajan en otro barco, el imperial, y que zarpaban al día siguiente.
Invitan al protagonista a ir con ellos, este acepta. Luego se despiden para reencontrarse al
día siguiente.

Personajes principales:

Eugenio: hombre muy joven, alto, de piel morena casi cobriza, de ojos negros y pestañas
largas, era de boca común y frente alta, cabello negro y nariz recta y bien firme, delgado, de
hombros estrechos, brazos delgados, de piernas torcidas, tiene aspecto de joven débil. No
era ni feo ni buen mozo, muy serio, y de voz suave, tenía una delicadeza que atraía.
Trabajaba en la bahía de Valparaíso, cuidando faluchos en medio del mar, cuando es
despedido, este es invitado a trabajar con otros lancheros. La situación económica y la
calidad de vida de Eugenio eran muy pobres. Eugenio había sido criado en un ambiente
familiar duro y un poco cruel, no tenía relación con el sexo femenino más que con su madre
y su hermana cuando era pequeño. Por alguna razón que no es explicada, él abandono su
hogar a muy temprana edad.

Rucio del norte: hombre mayor que Eugenio al cual conoce en la bahía. Era macizo y
ancho, de cuello corto y colorado. Tenía el cabello grueso y rojizo, la cara blanca y tenia los
pelos de la barba tiesos. Tenía sus ojos pequeños, azules y tiernos. Su boca era grande y
deforme, tenía los labios hinchados y los dientes blancos, cuadrados y agresivos. Su nariz
era aplastada y ancha. Su cuerpo estaba lleno de músculos por todos lados. Era un
camarada de trabajo en la bahía, era un buen compañero, ayudo mucho a Eugenio. Era un
buen hombre, un excelente camarada. Era muy bruto, muy animal, lo único que quería era
pegarle a uno o al otro. Era de Iquique pero se había ido a Valparaíso. Era hijo de un
marinero ingles y de una prostituta chilena que lo abandono cuando el tenia 8 años. Su
verdadero nombre es John Mulholland, al igual que su padre que lo abandonó cuando este
era pequeño, por esta razón el Rucio detestaba su nombre. Vagabundeo cuando pequeño por
las calles del norte.
Alejandro: hombre que junto al Rucio del norte ayudaron e invitaron a Eugenio a trabajar
con ellos como lancheros. Era capataz de la W Cía. Era alto, esbelto, de piel clara y rosada.
Tenía los brazos largos y elásticos, los ojos claros, dientes blanquísimos, era muy vigoroso.
Sus ademanes y su voz eran como las de un hombre del pueblo. Alejandro conocía muchos
nombres de barcos que llegaban a la bahía.
Yolanda: era una prostituta que ejercía en una casa humilde junto a otras mujeres.
Era ni fea ni bonita, de ojos grandes y oscuros, morena, tenía la nariz correcta, la boca
regular y carnosa. No se depilaba y tenía la barbilla media levantada. Su cuerpo era
redondito y gracioso. Pero era muy simpática. Conoció a Eugenio, en una visita que hizo
este a la casa, en que se hicieron muy cercanos.

Personajes secundarios

Miguel: hombre de unos 40 años, de piel oscura y grandes bigotazos. Vestía siempre el
uniforme de la policía marítima. Era huérfano, pero fue criado y educado por la abuela de
Eugenio, al que Miguel prestaba alojamiento en su casa aunque tuvieran que dormir en la
misma cama.

El vaporino: era un tripulante del limarì, un barco de aquellos. Era joven, moreno, tenía la
cara aplastada y redonda, la piel del rostro le brillaba, su cabello era cuidadosamente
peinado y su dentadura era muy blanca. Usaba un sombrero. Visitó el prostíbulo donde se
encontraba Yolanda y al ser visto por Eugenio tuvieron una pelea.

Personajes terciarios

Mujer de Miguel: compartió algunas veces con Eugenio. Era alta, de pelo negrísimo y
ondulado. Era de piel blanca, tenía los ojos claros y los pechos altos. Su piel era suave y
tibia y su olor era íntimo a mujer limpia.
Doña josefina: vieja. Mujer que entrego la llave a Eugenio (cuando este venia recién
saliendo de la cárcel) para entrar a la casa de Alejandro donde este había estado viviendo
antes de ser detenido.

Miguelito: Hijo de Miguel y de su madre. Compartió un par de veces con Eugenio, ya que
debían compartir la misma cama entre todos.

Vegete: era un hombre correcto, vestía de negro y tenía voz de pájaro marino. Tenía su
cuello inmaculado y bigotillo blanco. Trabajaba en la bahía, y tuvo sus encuentros con
Eugenio.

Los guachimanes: eran hombres viejos, que eran retirados del trabajo fuerte en la bahía.

Doña Isabel ahumada de Riquelme: era la suegra del que quiera serlo. Era madre y vivía
en una casa humilde, la cual era un prostíbulo y todas sus mujeres eran prostitutas.
Eugenio iba a aquella casa a visitar a Yolanda, una de las mujeres de allí.

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