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Annapurna, Primer Ochomil – La Gran Aventura

Maurice Herzog

El tres de junio de 1950, Maurice Herzog y Louis Lachenal llegaban a la cima


Annapurna, convirtiéndose en los primeros seres humanos que coronoban una
montaña de más de ochomil metros, escapando por poco de la muerte.

En los meses siguientes, mientras se recuperaba en el hospital de sus terribles


amputaciones, (que le dejarían en las manos de los dedos y los pies) Herzog dictó
Annapurna primer ochomil una de las obras cumbre de la literatura expedicionaria
de montaña.

Se trata de una obra que lanzó a muchos jóvenes a la montaña, y los hizo soñar
con las grandes cimas del Himalaya. Aquella expedición francesa simboliza los
grandes valores de aquella época dorada del himalayismo expedicionario.

Del Tirol al Nanga Parbat

Herman Buhl

Hermann Buhl, iconoclasta y provocador, alpinista de prodigioso talento, es


considerado hoy como el precursor más destacado del himalayísmo moderno. Su
ascensión en solitario al Nanga Parbat (8.125 m) en 1953, tan sólo unos días
después de que la cordada Hillary-Tenzing coronara la cima del Everest, confirma
a un escalador fuera de serie. Esta montaña «devoradora de hombres», que se ha
cebado en la flor y nata de los alpinistas europeos desde Mummery hasta
Welzenbach, sucumbió ante la determinación de Buhl que coronó su cima
por primera vez en la historia. El tirolés conquista la cima tras una escalada
nocturna en solitario y durante el descenso realiza un vivac a ocho mil metros, sin
tienda ni saco de dormir, sin alimento ni ropa adecuada, dando lugar así a una de
las grandes gestas de la conquista del Himalaya. Del Tirol al Nanga Parbat, es su
fascinante autobiografía en la que además descubrimos una personalidad
apasionada y desbordante, ajena a cualquier tipo de patrón. El arrojo
despreocupado de sus aventuras subyugará inmediatamente al lector, quien
conocerá a través de estas páginas al auténtico Hermann: un hombre sencillo,
puro, quien siempre conservó una modestia ejemplar, incluso cuando sus proezas
pusieron de rodillas al mundo alpinístico de su tiempo.
Everest. Porque está ahí

Ion Berasategui.
Premio DESNIVEL de literatura 2017.

¿Lograron Mallory e Irvine ser los primeros en conquistar el Everest en 1924?


Tratando de conservar el alma y el espíritu de aquella expedición, esta novela
propone una versión personal de las peripecias que pudieron vivir aquellos
audaces hombres que, buscando la gloria, se enfrentaron a lo desconocido.
Paralelamente, nueve décadas después, dos jóvenes alpinistas parten hacia el
Tíbet con la cara norte del Everest como objetivo. Su expedición, de puro estilo
alpino, nada tiene que ver con la odisea a la que se enfrentaron aquellos
intrépidos pioneros británicos. Pese a estar separadas por tantos años, ambas
expediciones convergen en un punto que podría unirlas para siempre en los
anales del alpinismo.

Bajo los cielos de Asia

Iñaki Ochoa de Olza

Bajo los cielos de Asia es el relato en primera persona del gran ochomilista
navarro Iñaki Ochoa de Olza. El mismo dejó preparada esta obra para su edición
justo antes de partir hacia el Annapurna, donde murió a causa de un edema
cerebral que lo mantuvo retenido a 7400m (23/05/2008).

Bajo los cielos de Asia es un libro que consigue enganchar desde la primera línea,
escrito en un lenguaje directo, ágil, espontáneo, a veces con humor, Iñaki
transmite con gran pasión sus vivencias en los techos más altos del planeta,
desde que con 22 años intentara el Kanchenjunga (1990) hasta el K2 en 2004,
pasando por sus inicios como montañero. Su filosofía de vida, la busqueda de
libertad, la tranparencia del personaje y su humanidad y humildad marcaron
profundamente a los que le conocieron. Este libro consigue, con gran naturalidad,
transmitir todo esto, lo que la convierte en una obra imprescindible para cualquier
amante de la montaña y del himalayismo.
Río Mississippi de Mark Twain (Missouri, Estados Unidos)

Si leemos hoy Las aventuras de Tom Sawyer o Huckleberry Finn, el paisaje


alrededor del Río Mississippi parece prácticamente irreconocible. Cuando escribió
estas obras, en el siglo XIX, el río era una lejana tierra de frontera, no la poderosa
red de transporte que hoy une a la mitad de Estados Unidos.

Sin embargo, Hannibal, Missouri ha preservado algunos de los sitios que el niño
Samuel Clemson exploró antes de volverse famoso, incluyendo las cuevas de las
escenas de las travesuras de Tom y Huck. Un barco llamado Mark Twain navega
el río y lleva a los visitantes a la Isla Jackson, donde Huck y el esclavo Jim se
dieron cuenta de que los perseguían.

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