"La mayor parte de ellos creen que hay un solo espíritu de Dios, que está en ha sido prohibido en esos
rohibido en esos países ... Stoupe halla, sin embargo, motivo en
todos los seres vivos, que por todas partes se extiende, que es y vive en todas
las criaturas; que la substancia y la inmaterialidad de nuestra alma no es
otra cosa que ese espíritu de Dios; que el propio Dios no es otra cosa que
ese espíritu; que las almas se mueren con los cuerpos; que el pecado no es
nada ... , que el para(so no es sino una ilusión ... Dicen, finalmente, que los
poUticos se han inventado la religión para contener a los pueblos, mediante
el temor hacia una Divinidad, en la obediencia de sus leyes, para tener, por
este me.dio, una república bien disciplinada y un Estado bien regulado" 89 •
Y, entre los peligrosos personajes que parecen apuntar hacia lo que hoy
no podríamos definir sino como una toma de posición materialista en la
teoría y en la política, cita Stoppa -por primera vez en un texto de gran
difusión, como está llamado a serlo su panfleto- el nombre de Espino-
sa 90 , para dolerse de que, pese a ser éste el autor de un libro que "subvierte
absolutamente los fundamentos de todas las religiones ... , no haya habido
entre todos los teólogos de este país ninguno que haya osado escribir contra
sus opiniones", y acabar proclamando que "si continúan en ese silencio,
uno no podrá dejar de decir que o bien no tienen caridad alguna, al dejar sin
respuesta un libro tan pernicioso [se refiere, naturalmente, al Tractatus
Theologico-Politicus}, o bien no han tenido el coraje o la fuerza de re+utar-
"91 ,,
1o .
La respuesta al texto, descaradamente provocador, de Stoppa no será
inmediata. Las condiciones políticas subsiguientes a la derrota militar
aconsejan una cierta cautela en las reacciones de los burgueses liberales
de Amsterdam, a quienes el asesinato de los De Witt ha sumido en un
desconcierto y un desánimo ambientalmente tangibles. Sólo dos años
más tarde el renano Jean Brun (su verdadero nombre es Johannes Braun
y ha sido estudiante en Metz y pastor en Nimega) considerará necesari~
dar una respuesta firme 92 a la insolente acusación de tibieza lanzada por
Stoppa sobre las iglesias holandesas:
"El señor Stoupe -escribe Brun, tomando por los cuernos el delicado
«affaire» Espinosa- dice que Espinosa es un hombre que nació judío,
que no abjuró de la religión de los judíos ni abrazó la religión de los Cristia-
nos. Sea o no judío, en nada confirma ni arruina ello la religión de los ho-
landeses ... No trataré de establecer si, efectivamente, mantiene las opinio-
nes que Stoupe le atribuye, y pienso que hubiera sido más edificante que
Stoupe hubiera prescindido de hablar de ellas. Que se justifique él mismo
si así lo quiere. Tampoco examinaré si es el autor del libro titulado Tracta-
tus theologico-politicus. Al menos, me han asegurado que se niega a reco-
nocerlo como fruto suyo; y si uno hubiere de creer su portada, no ha sido
impreso en estas provincias, sino en Hamburgo. Mas supongamos que ese
malvado libro haya sido impreso en Holanda; los señores Estados han tra-
tado de asfixiarlo desde su nacimiento y lo han condenado y han prohibido
su venta, mediante un decreto público ... Bien sé que se vende en Inglaterra,
en Alemania, en Francia, en Suiza, al igual que en Holanda, pero ignoro si
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ello para acusar a los holandeses. Y esto porque no han refutado un libro
tan pernicioso. Entre todos los teólogos que hay en este país, diCf3-que no
ha habido ni uno que se haya atrevido a escribir en contra de las opiniones
que este autor adelanta en su tratado ... Dado que el libro ha sido impreso
en Hamburgo, al menos según reza la portada, me parece que más bien
debería hacer ese reproche a los teólogos de esa ciudad que a los holande-
ses. Supongamos, sin embargo, que Espinoza sea su autor y que haya sido
impreso en este país. ¿Será por ello preciso que los teólogos de Holanda lo
refuten? ¿No deberían acudir a refutarlo cuantos cristianos haya en el
mundo, si necesario lo juzgaran?
"Mas tal vez los teólogos, tanto suizas como holandeses, hayan juzgado
que no era necesario apresurarse tanto en refutar a Espinoza, creyendo que
el horror de la doctrina se refuta suficientemente por sí mismo, tanta más
cuanto que nada hay nuevo en este tratado, ya que todo cuanto contiene ha
sido mil veces refrito por los profanos, sin haber, no obstante, gracias a
Dios, causado gran daño a la Iglesia. Yo mismo he dejado caer sobre el
papel algunas anotaciones contra ese detestable libro, y, si las desdichas de
la guerra no me lo hubiesen impedido, no sé qué no hubiera hecho, aun
cuando creo haber empleado más ventajosamente mi tiempo en otras ta-
reas; ni siquiera lo he juzgado nunca tan pernicioso como el libelo difama-
torio de Stoupe" 93 •
2.3.2. El «pernicioso» Tractatus Theologico-Politicus no podría, sin em-
bargo, comprenderse estrictamente sino como la culminación de una ten-
dencia. Todos estaban enfermos. Lo sabían. El diagnóstico era claro y
la cura difícil. La mayor parte de ellos lo aceptaba. Ansiaban el retorno,
la paz en fin, después de dos siglos de duplicidad desgarrada, de muerte;
y estaban dispuesto a pagar el precio. Lo estaba Abraham Pereyra, P?r
ejemplo, autor de dos libritos piadosos 85, dedicados a retrazar, con humil-
dad, las vías del regreso. Verdaderos catecismos de reeducación, redacta-
dos desde la aceptación más autohumillada de la propia miseria, las
obras de este prohombre (en el plano religioso, pero también en el econó-
mico y social) de la diáspora sefardita en Amsterdam ssbis constituyen un
testimonio preciso del punto al cual ha llegado, en la segunda mitad del
siglo XVII, la autoculpabilización específica a la consciencia marrana. Y si
la opción final del comerciante madrileño -de nombre cristiano Thomas
Rodriguez Pereyra- no es otra que la apologética religiosa más conven-
cional (casi se podría hablar de gazmoñería pura y simple), el patetismo
de su imagen desgarrada por el horror del pasado propio - ta,mbién la
heroicidad puede ser insoportable a la memoria- no pierde con ello un
ápice de su grandeza.
"Llevaron de acá nuestra lengua y todavía guardan y usan della de buena
gana; y es cierto que ... no compran ni venden ni negocian en otra lengua
sino en español". Llevaron también , sería preciso añadir- tal vez no,
tal vez sea explicitar lo obvio -, sus fantasmas, su culpa interiorizada,
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