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120 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO

nes y bienes, un ajustamiento o coordinación de las acciones humanas al


bien común.J/Desde el momento en que dos o más seres humanos
conviven, surge la necesidad de coordinar o ajustar sus acciones de
acuerdo con un criterio racional. De otro modo los choques o
interferencias que experimenten en el desarrollo de sus respectivas
actividades, los conducen lógicamente a una lucha de todos contra todos,
al triunfo de los más fuertes y al sojuzgamiento de los débiles. Mientras
estas luchas subsisten en las sociedades primitivas, no es posible hablar
de relaciones jurídicas; y a medida que el derecho hace oír su voz, la
violencia va cediendo terreno hasta casi desaparecer. Ahora bien, en
cuanto las situaciones de hecho provocadas por la violencia» son
sustituidas poi el imperio de las relaciones jurídicas, éstas se presentan
vinculando siempre a dos personas con un objeto —que lo mismo
puede'ser una acción o un bien- ~, que una de ellas considera como suyo
y que la otra se lo reconoce como debido. La relación jurídica no se da
directamente entre dos personas, sino a través de un objeto, que sirve por
esto mismo de medida de la relación.138 Así, cuando afirmamos tener
dominio sobre una cosa, esta propiedad es el objeto de una relación
jurídica; la cosa es nuestra, tenemos derecho (subjetivo) sobre ella, lo cual
significa que otras personas deben respetar nuestra propiedad, que ese
respeto nos es debido por ellas. Y lo mismo sucede si el objeto es una
acción e incluso una omisión; si exigimos que una persona observe
determinada conducta (que bien puede ser de mera abstención), que haga
algo en favor nuestro, que cubra cierta prestación, es porque esa conducta,
esa acción o esa prestación, funge como objeto de una relación jurídica,
objeto que consideramos nos es debido por parte de la persona a quien lo
reclamarnos. En toda relación jurídica el vínculo entre las personas se
establece siempre a través de un objeto.
Este objeto es extemo. real, v como para una parte es lo “suyo”/ y para
la otra su “deuda" o lo “debido”, es claro que representa la medida
objetiva de la relación jurídica. Elay objetos evi- hacia lo real objetivo a lo que
nos inclina y hacia lo cual necesitamos volvernos para estudiar más de cerca su noción y discernir
sus elementos”, J. Tli, Délos O. P. Apéndice II ai Tratado de la Justicia de ¡a Suma Teológica
de Santo Tomás, tomo I, pág. 230.
m
“La relación de derecho es una relación que se establece entre dos hombres, pero esta
relación no va directamente de uno a otro-, tiene por término forro*,. preciso, el objeto que uno
declara suyo, que el otro reconoce tomo de otro, o debido,’’ Ob y autor cit. en nota anterior, pág.
233.
NORMAS JURIDICAS 121

dentemente ordenados o subordinados al fin de una persona, vg. sus manos,


sus órganos, su cuerpo, sus facultades; nadie discute que sea “suyo’' de una
persona, todo lo que forma parte de su ser. A medida que los objetos son más
independientes de las personas, los motivos para ordenarlos a determinados
fines son más variados y contingentes.137 Ya en este campo de lo contingente
que es el dominio propio de lo social, la voluntad juega un papel muy
importante para la ordenación de las personas y de las cosas. Pero la voluntad
misma no escapa a las sugestiones que por decirlo así le hacen las cosas para
su mejor ordenación.^ La voluntad no ha producido arbitrariamente los
hábitos y costumbres, aue para una sociedad representan en un momento dado
su orden jurídico, un “ajustamiento de las personas y de las cosas”. En la
formación de los hábitos y de las costumbres, hay una especie de selección
natural: las acciones que se repiten y que en este sentido sobreviven y se
convierten en costumbres, son las más aptas, las que responden mejor a los
fines de la convivencia humana. Esta adecuación de las cosas externas a las
personas, consideradas también en su aspecto externo —sus acciones—, es
lo que constituye el derecho. En el sentido aquí apuntado, la sociedad lo
elabora, dándole una formulación un tanto imprecisa pero al mismo tiempo
más en contacto con la realidad: la costumbre. Más tarde vendrá otra
expresión más exacta: la ley, la norma jurídica. Debe, Dues, distinguirse
derecho y norma jurídica. El derecho como realidad, como lo expresado por
las normas jurídicas, es la forma de la sociedad, el ajustamiento de personas,
acciones y cosas al bien común.
m
“Si el derecho implica la facultad de subordinar algunas cosas a nuestro propio fin, y la persona,
por su misma naturaleza, no puede subordinarse al bien de los demás, se sigue de esto que la persona,
en concepto de tal, no puede ser objeto del derecho.—-Pero cualquiera cosa, por. noble que sea, puede
decir totalmente relación a una persona. El vínculo que liga una cosa a la persona a cuyo bien se
ordena se expresa por los adjetivos mío, tuyo, etc.—Ahora bien; hay cosas que por su misma na-
turaleza están unidas al bien de alguna persona —como los actos de los miembros y de las facultades
humanas—; estas cosas de suyo ya son mías, tuyas, etc. Otras adquieren esta relación por algún hecho
accidental, como sucede con las cosas exteriores.— Además pueden ser objeto de derecho las
substancias (de las que se dice con propiedad que se tienen y poseen); o bien una acción que ejecuto
libremente, la prestación que püedo exigir de otro.” A. Vermeersch, S J., La Justicia y la Injusticia,
versión española de la segunda edición latina por D. Pedro Valls Tarragó, tomo I, págs. 20 y 21.
2.—Kelsen, para quien el derecho es fundamentalmente un orden coactivo
—en el que cada norma jurídica prescribe y regula el ejercicio de la
coacción—, sostiene que “su esencia tradúcese en una proposición, en la cual
se enlaza un acto coactivo, como consecuencia jurídica, a un determinado
supuesto de hecho o condición”. “Así, la proposición jurídica penal reza,
122 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO

según la mayoría de las leyes penales positivas, del modo siguiente: lo. si
alguien roba, y 2o. si un determinado órgano del Estado interpone acción, el
tribunal debe castigar, i A su vez, la proposición jurídica civil dice: lo. si dos
hombres nan convenido mutuamente en algo; 2o. si uno de los dos no se
comporta de acuerdo con lo pactado; 3o. y el otro interpone acción, el tribunal
debe provocar la ejecución”. Se trata, pues, de un específico enlace de dos
elementos: el supuesto y la consecuencia. Pero este enlace no tiene lugar en
el mismo sentido que se enlazan la causa y el efecto en la ley natural (se
refiere a las leyes físicas, químicas y en general, cosmológicas), sino en un
sentido específicamente jurídico. “Lo que expresa esta autonomía normativa
del Derecho frente a la legalidad de la naturaleza es el deber ser. La ley
jurídica dice: si a es, deber ser b; mientras que la ley natural dice: si a es, es
también b. Y esta distinción expresa lo siguiente: la condición jurídica no es
la causa de la consecuencia jurídica, ni la consecuencia jurídica es el efecto;
la consecuencia del acto coactivo sigue al hecho de la condición por vía
jurídica, no por vía naturalista; por necesidad del derecho, no por necesidad
de la naturaleza.” Ahora bien, de las diversas proposiciones en que se
descompone la norma jurídica, “sólo la última establece como consecuencia
el acto coactivo, al paso que las restantes sólo pueden ser agrupadas en una
unidad por relación a aquélla”; es pues esa última proposición la norma
primaria, ya que para Kelsen el acto coactivo “es el último compás del ritmo
de la dinámica de las normas”./¿Y qué ocurre con el deber jurídico? ¿No lo
establece la norma?/'Una determinada conducta —expresa Kelsen— sólo es
contenido de un deber ser jurídico en tanto que la conducta contraria hállase
bajo una sanción coactiva”, de manera que aquella proposición, según la cual
debe uno comportarse de acuerdo con lo pactado, constituye una norma
jurídica secundaria; y esto porque “a la unificación de todas las condiciones
del acto coactivo definitivo, llégase especialmente valiéndose de la hipótesis
auxiliar según la cual debe omitirse la conducta condicionante del acto de
coacción” 188
Esta teoría es inadmisible. En primer lugar porque no es exacto que lo
fundamental en el derecho sea la coacción. Es fácil distinguir en la norma
j'urídica su función directiva y su función coercitiva. La norma prescribe, ante
todo, lo que es preciso hacer para alcanzar un determinado fin (no se olvide
que toda norma es una regla y que la esencia de la regla estriba en una
ordenación de medios a fines); así podemos decir que la norma jurídica es
fundamentalmente dirección, orientación. Dirección que dada la naturaleza
del fin a que tiende, es indispensable imponer —en caso necesario— por
NORMAS JURIDICAS 123
medio de la fuerza. La función coercitiva es consecuencia de la función
directiva, y no a la inversa; de manera que una norma jurídica puede carecer
de sanción coercitiva,189 y no por esto pierde su carácter de norma; en cambio
resulta un absurdo, algo impensable, una norma jurídica que no implique una
dirección para alcanzar un fin determinado. Ni la misma coercibilidad del
derecho —que es cosa distinta de la coacción— puede considerarse como una
nota esencial,140 sino como una propiedad 141 de lo jurídico.
Ciertamente en la norma jurídica se enlazan un supuesto o hi-
“ Relien, Teoría General del Estado, traducción directa del alemán por Luil Legas Lacambra,
Madrid 1934, pági. 62, 66 y 68.
*** “Nosotros no consideramos la sanción como una condición sine que non de la calidad jurídica.
La regla de derecho positivo es consagrada por un poder social que dispone de la sanción pública, en
derecho internacional por la práctica y el reconocimiento del conjunto de los Estados civilizados. Pero
el hecho de que una regla determinada que presenta este carácter no está provista de una sanción, no
la priva de su positividad jurídica.” Du Pasquier, Introducción a la Théone CJnerale el i la Philosophie
du Droit, Sirey, París 1937, pág. 211.
"La esencia es aquello por lo que una cosa es lo que ella es, y, consiguientemente, lo que la
diferencia de todo lo que no es ella. Los seres contingentes, sean substanciales o accidentales, forman
grupos que se distinguen unos de otros por caracteres Intimos poseídos en común, que son genéricos
y específicos Estas propiedades genéricas y especificas constituyen la esencia o naturaleza de los
seres contingentes. Asi, la esencia del hombre, que es un animal dotado de razón, se distingue de la
esencia de la bestia, que es un animal privado de razón.” Sortais, ob. eit., tomo II, pág. 465.
“ "Propio: idea de una cualidad que deriva necesariamente de la esencia de un ser. Conviene a una
especie entera, a esta especie solamente, y le conviene siempre; v.g., la facultad de hablar es lo propio
del hombre. Dada su esencia de animal razonable, esta perfección deriva de aquélla necesariamente.”
Sortais, ob. cit.. tomo I, pág. 253.
124 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEI. DERECHO

pótesis y una consecuencia; pero no es exacto que la consecuencia de que


se trata sea siempre un acto coactivo, y el supuesto un hecho condicionante
del ejercicio de la coaccióny'Las normas constitucionales que organizan el
poder público establecen en primer término requisitos o condiciones para
la designación de los funcionarios, determinan sus facultades y deberes y
sólo en segundo lugar prevén las responsabilidades en que pueden incurrir,
y la forma de exigírselas. Y las normas civiles sobre los contratos, también
se ocupan primero de precisar las consecuencias jurídicas inmediatas de un
convenio, y después reglamentan las sanciones o consecuencias para los
casos de incumplimiento, por parte de alguno de los contratantesyLa
estructura lógica de estas normas puede reducirse a este esquema: si a es,
debe ser ó; si b no es, debe ser c; en el cual a representa el supuesto de la
designación de los funcionarios o de la celebración del convenio, b la
consecuencia consistente en los deberes y facultades correspondientes a
dichos funcionarios, o bien las relaciones jurídicas que nacen para las
partes por virtud del convenio, y c la sanción prevista por la ley para los
casos de incumplimiento de sus deberes por parte de los funcionarios o de
los contratantes/En esta estructura hay dos proposiciones, cada una con un
supuesto y una consecuencia. Primera proposición: si a es, debe ser b.
Segunda proposición; si b no es, debe ser c. Luego podemos afirmar que
la estructura formal de la norma jurídica se reduce al enlace de un supuesto
y una consecuencia, ya que en las dos proposiciones que integran una
norma completa, los conceptos de supuesto y consecuencia se repiten,
aunque con contenidos diversos. Y como en otra parte indicamos- que la
estructura lógica de toda norma es un juicio de valor en forma
imperativa,142 relacionando esto que dijimos de toda norma con lo que
acabamos de expresar, podemos concluir que la estructura formal de la

Esta estructura
norma jurídica es un
juicio de valor en responde al razo-
modo imperativo,
que atribuye a un supuesto una
namiento siguiente: en orden al fin propio del ordenamiento jurídico, tal
acción o tal conducta es necesaria, opuesta, indiferente o sancionable, y
por tanto debe ser, respectivamente, imperada, prohibida, permitida, y
castigada o premiada.143 En orden al fin
141
Víase el Capítulo VI, No. 2 de estas Lecciones.
*• “Hay tres diferencias en los actos humanos: unos son buenos según su género, son los actos
de las virtudes, que la ley manda o impone. .. ; otros actos son malos
NORMAS JURIDICAS 125
propio del ordenamiento jurídico; pues sólo así la adecuación de las
acciones al fin reviste el carácter de un deber ser, o simplemente de un
deber; ya que si no se trata de alguno de los fines valiosos del ‘ obrar” sino
del “hacer”, aun cuando la acción sea conducente al fin, esta relación no
constituye un deber ser sino en el mejor de los casos un tener que ser. Esto
es lo que tampoco distingue la teoría kelseniana, pues su deber ser,
desvinculado de todo fin valioso, se traduce en la expresión lógica de un
devenir, de algo que se postula llegará a ser, no por necesidad moral, sino
para evitar la coacción, es decir, por el motivo psicológico del temor a la
sanción. ¿Qué es lo que fundamentalmente interesa al derecho: regular el
ejercicio de la coacción, o coordinar las acciones con miras a la pacífica
convivencia humana? Para nosotros esto último; pues consideramos que la
función coercitiva del derecho sólo se justifica por su función directiva,
por el fin propio, valioso, del ordenamiento jurídico. /Para Kelsen, en
cambio, parece que el derecho tiene por objeto'el ejercicio de la coacción,
y sólo como finalidad scundaria el comportamiento pacífico y ordenado de
los miembros de una sociedad. Lo que interesa es unificar en la mente una
serie de datos, relacionándolos con un acto coactivo; como si la coacción
fuese un fin en sí misma, el derecho mera lógica o metodología, y el deber
jurídico una simple hipótesis auxiliar./
/3.—Al referimos a la noción genérica de norma, indicamos que su
estructura real es el deber; y al tratar de las diversas especies de normas —
religiosas, morales y jurídicas—, expresamos que el derecho persigue el
perfeccionamiento de lo social, el bien común, instituyendo un orden justo.
Relacionando estas dos afirmaciones, podemos concluir que la estructura
real de la norma jurídica es el
como término correlativo el derecho

de
subjetivo, pues la justicia supone una relación con otro, es ad al- terum (de
ahí la palabra alteridad). La justicia, enseña Santo Tomás, significa
igualdad y, por tanto, implica relación con otro,
según IU género, tales como los acto* viciosos que la ley prohíbe; otros acto* ton indiferentes
según tu género, y la ley los permite. En fin, es por temor del castigo que la ley decide a tus sujeto*
a obedecer, y bajo esta relación el efecto de la ley es castigar.” Santo Tomás de Aquino, Suma
Ttoligica, la. Ilae., q. 92, a. 2, edición francesa de la Revista' de los Jóvenes.
126 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
ya que no se es igual a sí mismo, sino a otros.144 Sin embargo, nosotros hemos
hablado de una justicia individual que considera al hombre en sí mismo, y que
tiene por objeto establecer la debida jerarquía entre las distintas potencias o
facultades del alma —razón, voluntad y apetitos sensibles—; pero es claro que
en este caso el término justicia se toma en sentido analógico, de acuerdo con
la opinión del Estagirita.148
La relación con otro —alteridad— se establece, según lo explicamos en el
punto primero de este capítulo, entre dos personas y un objeto que funge como
medida de la relación. Este vínculo se traduce en facultad, pretensión o
autorización de hacer algo, para una parte, y en la obligación o deber para la
otra de respetar o no impedir la actividad de la primera, y en ocasiones de actuar
de acuerdo con su voluntad. Si a la pretensión la llamamos derecho subjetivo
y a la obligación deber jurídico, podemos afirmar que estos dos conceptos son
correlativos, en virtud de la relación de alteridad que implica la justicia.^
Esta conclusión a que llegamos sobre la esencial alteridad del deber
jurídico, si la enlazamos con la nota de objetividad igualmente esencial de la
relación jurídica, nos lleva a sostener, con
“* “La justicia, entre las demás virtudes, tiene por función propia orientar al hombre en las cosas
relativas a otro. En efecto, ella implica cierta igualdad, como su nombre lo indica: lo que se iguala se
ajusta, dícese vulgarmente; ahora bien, la Igualdad se define con relación a otro. Las otras virtudes, al
contrario, no perfeccionan al hombre sino en las cosas que le conciernen personalmente. Síguese que
lo que es recto en las obras de estas últimas, y a lo que tiende la intención virtuosa como a su objeto
propio, no se define así sino con relación al sujeto virtuoso, mientras que lo recto, en las obras de
justicia, está constituido por su relación con otro, aun abstracción hecha del sujeto.” Santo Tomás de
Aquino, ob. cit., la. Ilae., q. 57 a 1.
** “Puesto que pertenece a la justicia rectificar los actos humanos, es preciso que la alteridad que
ella exige, exista entre dos agentes diferentes. Las acciones, en efecto, emanan de la persona y del todo,
y no de la parte o de la forma o de la potencia. No se dice, hablando propiamente, que la mano golpea,
tino que el hombre golpea con la mano... Luego, la justicia propiamente dicha exige la diversidad de
los sujetos, y no hay justicia tino de un hombre con relación a otro. Pero se puede, en sentido figurado,
considerar en un mismo hombre diversos principios: como la razón, lo irascible y lo concupiscible. Y
es por esto que te dice metafóricamente que hay una justicia en un solo y mismo hombre, en el sentido
de que su razón manda a su irascible y a su concupiscible y que éstos obedecen a la razón... de donde
el Filósofo (Aristóteles) llama metafórica una justicia semejante.” Santo Tomás de Aquino, ob. eil., la.
Ilae., q. 58, a. 2.
NORMAS JURIDICAS 127
Délos, que no hay más filosofía del derecho válida que aquella que es en su
principio una filosofía del derecho con fundamento objetivo.1*0
$ 4.—Los datos formales de la norma jurídica son: el sujeto, el supuesto, la
relación, el objeto, el derecho subjetivo, el deber y la sanción. Se les llama
datos formales porque constituyen elementos de la estructura lógica de la
norma: son verdaderas categorías jurídicas sin las cuales no es posible pensar
en las normas de derecho ni en un ordenamiento jurídico. Representan así para
el pensamiento jurídico, lo que las categorías del entendimiento para el
pensamiento en general. Si se prescinde de estas nociones, no es posible
planear, siquiera sea idealmente, un orden jurídico cualquiera. Por eso se les
llama también conceptos jurídicos fundamentales de carácter formal. Aun
cuando no siempre se les haya expuesto y reconocido expresamente por la
doctrina jurídica, el análisis nos permite comprender que siempre han estado,
cuando menos implícitos, en todo ordenamiento jurídico histórico, ya que
vienen a ser los elementos estructurales de toda construcción jurídica.147
El sqjeto de derecho es el destinatario de la norma jurídica, su titular lógico.
La norma, hemos dicho, es una prescripción imperativa rectora de la conducta,
y como esta conducta pertenece siempre a alguien, este alguien resulta el titular
a quien por regla general la norma imputa y hace responsable de esa conducta,
lo que equivale a decir que lo considera sujeto de derecho; no en el sentido de
que sea siempre el titular de una facultad, pretensión o autorización, de tm
derecho subjetivo, sino tomándolo más bien como el destinatario de la norma,
pues como ésta atribuye facultades y obligaciones correlativas (recuérdense la
bilateralidad y la alteridad propias de esta norma), cabe distinguir el sujeto
activo y el sujeto pasivo de la relación, es decir, el titular de la facultad o
derecho subjetivo, y el titular de la obligación o deber jurídico./Sólo
prescindiendo de la noción misma de norma jurídica se puede hacer caso omiso
del concepto de sujeto de derecho.
Algo semejante cabe decir del supuesto jurídico, ya que éste consiste en la
hipótesis que prevé la norma y a cuya realización
Délo», oh. cit., tomo I, p4g. 195.
141
Véase el Capítulo III de Estudios de Filosofía del Derecho de Recasém Jache», tercera edición,
titulada: "La Teoría Fundamental del Derecho o Doctrina sobre el a priori formal de lo jurídico9*,
tomo I, págs. 62 y siga.
atribuye determinadas consecuencias jurídicas, según se desprende de lo
expuesto en el punto segundo de este capitulo.^/Este concepto de supuesto
jurídico comprende, en abstracto, tanto los hechos, como los actos y los
negocios jurídicos; pues lo mismo puede ser supuesto de derecho un
acontecimiento natural como el nacimiento, un accidente y la misma muerte,
como una declaración unilateral de voluntad o un convenio; y también la
128 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
existencia de una persona jurídica individual o colectiva, puede ser el supuesto
jurídico. Desde el momento en que la norma rige una conducta futura,
lógicamente tiene que prever las hipótesis cuya realización darán lugar al
nacimiento, modificación o extinción de las relaciones jurídicas entre los
sujetos de derecho. Por eso el supuesto es un elemento formal de la norma
jurídica.
La relación jurídica es el vínculo que se establece por virtud de la norma
entre los sujetos activo y pasivo, a través de un objeto determinado, tal como
lo explicamos en el punto primero de este capítulo. Esta relación no se da
directamente de sujeto a sujeto, no es estrictamente inter-subjetiva o inter-
individual, sino que “entre el sujeto del derecho y el sujeto del deber se
intercala siempre un objeto —cosa, servicio, acto, poco importa— que mide la
obligación de uno y el derecho de otro, que se impone a los dos sujetos en
presencia y suministra a cada uno de ellos la regla de su conducta personal”.*^
Esto pone de manifiesto, que tanto la relación jurídica como el objqto de
derecho, son igualmente elementos esenciales de la norma jurídica.
El derecho subjetivo y el deber jurídico son los dos elementos en que
podemos descomponer la relación jurídica, refiriéndola, ora al sujeto activo,
ora al sujeto pasivo. Así, el derecho subjetivo viene a ser el poder, pretensión,
facultad o autorización que conforme a la norma jurídica tiene un sujeto, frente
a otro u otros sujetos, ya sea papa desarrollar su propia actividad o determinar
la de aquellos.147Y el deber jurídico se traduce en la exigencia
Delot, lugar y ob. cit., en la nota núm. 136.
** Recaséns Siches, en sus Extensas Adiciones a la Filosofía del Derecho de Del Vecchio, segunda
edición, tomo II, págs. 43 y sigs., precisa tres tipos puros del derecho subjetivo, en esto* términos:
*‘A) El derecho subjetivo como mero reverso de un deber jurídico de los demás, par» cuya
actualización forrada (mediante el aparato coercitivo) no es precisa la intervención del titular de aquél,
porque el órgano correspondiente del Estado la impon» por >í mismo, de oficio. En este caso o
acepción, el derecho subjetivo consiste en la esfera de actividad que a una persona proporciona la
existencia de ciertos normativa para el sujeto pasivo tle la relación, de no impedir
la actividad del titular del derecho subjetivo, y en su caso someterse a las
pretensiones de éste. Se trata, pues, de dos conceptos jurídicos fundamentales
de carácter formal.
Por ultimo, tenernos la sanción jurídica, que estrictamente consiste en la
consecuencia que atribuye la norma a la observancia o inobservancia de lo
preceptuado por ella. En este sentido amplísimo, si la nulidad de un acto se
considera corno sanción, no hay razón para negarle este mismo carácter a la
validez; pues tanto la nulidad orno la validez son consecuencias preestableci-
das en la norma y referidas a la actitud que adopta la persona ju rídica frente al
precepto normativo. E igualmente cabe hablar de Sanción premiaL 160
oponiéndola al concepto de sanción penal. Sin
NORMAS JURÍDICAS 129
deberes jurídicos de (os demás. Estos derechos versan, pues, sobre la propia conducta: porque los deniá3
tienen el deber jurídico de no turbarme ciertos actos, se dice que poseo un derecho de independencia,
que puede diversificarse en actividades varias (derecho a la locomoción, elección de oficio, etc.); porque
ios demás tienen el deber jurídico de no perturbar las relaciones con mis objetos, se dice que poseo un
derecho a disfrutarlos libremente con las limitaciones legales, etc.
“B) El derecho subjetivo ¡trido ttmu es aquella sit.,ación en que. «na persona se halla en una relación
jurídica, a virtud de la cual se le atribuye por Ja norma la facultad de exigir de otra persona el
cumplimiento de cierto deber jurídico. En este sentido se dice que una persona tiene un derecho
subjetivo nonti stricto o una pretensión, cuando el último grao :> tic: actualización de un deber jurídico
de otra persona está a disposición de la persona titular o activa. Es decir, según esta acepción estricta
existe un derecho subjetivo a favo: de una persona ruando ésta tiene la facultad de exigir ei
cumplimiento de un deber correlativo de otra, a sea cuando llegado el momento tiene la facultad de
impetrar el auxilio de! aparato coercitivo.
C) El derecho subjetivo entendido como peder de formación o de modificación jurídica.
‘Consiste en la facultad de una p. rs. ..a para determina! el nacimiento, modificación o extinción
(je ciertas relacióne» jurídicas. Ea este sentido se dice, por ejemplo, que el propietario tiene ei derecho
de enajenar su casa, que el acreedor tiene el derecho de ceder su crédito, que tales personas tienen el
derecho de celebrar determinados contratos, etc este mismo concepto pertenecen también los llamados
derechos de j impugnación, de resolución, de denuncia, de ocupación de una cosa (v. gr„ derecho de
cara o de pesca). En todos estos casos, la expresión derecho subjetivo se toma en el sentido de poder
jurídico, esto es, que la actividad del ti- tular o de su representante es decisiva para c! nacimiento de
derecho de las especies anteriores qjie acabo de exponer, o para la extinción o modificación de los ya
nacidos."
Samo Tomás de Aquino, en la Suma Teológica, Ja., llar., q. 92, a. 2., considera entre las objeciones,
que si un hombre es inducido por los castigos a obrar

Filosofía-9
130 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
embargo, casi siempre se reserva el carácter de sanción jurídica, para la
consecuencia secundaria que atribuye la norma al supuesto de la infracción del
orden prescrito por ella, consecuencia que generalmente está impregnada de
coercitividad y que tiende a restablecer el orden jurídico alterado por el
infractor/ Y si decimos que generalmente la sanción jurídica consagra una
forma de coercitividad, es porque tal cosa ocurre en todos los casos de
ejecución forzosa y de penas corporales y pecuniarias; pero no consideramos
que esto mismo sucede en ios casos de sanciones como la nulidad y la rescisión,
pues si bien se requiere en estos supuestos la intervención de la autoridad
judicial, su actividad no implica propiamente una función coercitiva, sino más
bierf declarativa.
Este rápido examen nos muestra que los conceptos jurídicos analizados
merecen los calificativos de fundamentales y formales, dado que están
implicados, como elementos esenciales, en la noción misma de la norma
jurídica.
5.—Si llamamos conceptos jurídicos fundamentales de carácter formal, a
los elementos esenciales de la estructura lógica de la norma, debemos designar
como conceptos jurídicos fundamentales de carácter material, a aquellos
elementos, igualmente esenciales que constituyen el contenido permanente de
la propia norma jurídica. Ahora bien, estos datos reales podemos reducirlos a
los siguientes: persona jurídica, sociedad, autoridad, castigo o premio según se
trate de sanción negativa o positiva, fines jurídicos y deber de justicia.J
La persona jurídica es el dato real que corresponde al elemento formal que
llamamos sujeto de derecho: podemos decir que es el hombre, ya que todo
hombre es sujeto, activo o pasivo, de relaciones jurídicas.161 No desconocemos
las diversas teorías elabora-
bien, lo es igualmente por las recompensas, y que consiguientemente si se enumera entre los efectos de
la ley el de castigar, se debe igualmente enumerar el acto de recompensar. Y resuelve esta objeción
diciendo: "Recompensar puede igualmente ser
el hecho de cualquiera; pero castigar no pertenece sino al ministro de la ley, por la autoridad del cual la
pena es infligida. Por esto es que recompensar no está clasificado entre los actos de la ley, sino
solamente castigar”.
1,1
“¿Quién puede ser persona, esto es, sujeto de Derecho? Si recordamos que el Derecho se refiere
esencialmente al querer, o sea al obrar, entenderemos fácilmente que pueden ser sujetos del Derecho
sólo aquellos que tienen naturalmente la capacidad de querer o de obrar. Estos requisitos psicológicos
esenciales se encuentran, ante todo, en el hombre. El posee en sí las condiciones naturales para regular
la propia actividad; es capaz de imponerse a si mismo y a otros una dirección y un
das en tomo a ¡a esencia de la personalidad jurídica. Consideramos que en
todas ellas hay la preocupación de encontrar una definición que
comprenda por igual a la persona jurídica individual (a la que también se
le llama persona física) y a la persona jurídica colectiva (a la cual se
designa persona moral). Aquí sólo trataremos con alguna extensión lo
NORMAS JURÍDICAS 131
relativo a la persona jurídica individual, reservando para un capítulo de la
Filosofía del Estado, el estudio detenido del problema de la persona
jurídica colectiva. Y a propósito de la persona jurídica individual, sólo nos
ocuparemos de la teoría kelseniana.
t Para Kclsen “la persona física es un complejo de normas de derecho;
concretamente: el conjunto de todas aquellas normas jurídicas que tienen
por contenido la conducta de un hombre —ya como deber o como
facultad—”. Ciertamente la conducta humana constituye el contenido del
orden jurídico, pues “lo que determina el contenido de una norma es
siempre la conducta humana: una acción o una omisión, tanto por lo que
afecta al antecedente —el hecho o condición— como a la conclusión, es
decir, a la consecuencia jurídica condicionada”. Pero como la conducta
humana sólo puede ser objeto de la ciencia del derecho en cuanto con-
tenido de la proposición jurídica, en cuanto contenido de las normas de
derecho, la persona viene a ser “una expresión unitaria que sirve para
formamos una idea más clara de las cosas, una construcción auxiliar de la
que puede hacer uso o no el conocimiento jurídico cuando trata de
comprender, es decir, de reducir a unidad su materia, las normas del
derecho”. í®e acuerdo con este punto de vista, el proceso de
personificacióivimplica una tautología, ya que se trata de expresar de un
diverso modo la misma realidad que en este caso es la norma jurídica; pues
la persona no es “sino el centro común de referencia de los contenidos
normativos”, una substancialización de un conjunto de normas que tiene
como contenido la conducta de un hombre; y como este conjunto de nor-
mas forma parte de un ordenamiento jurídico totalitario —el Estado o el
derecho objetivo—, “la persona física es considerada como una parte de
esta totalidad, como un orden jurídico parcial delimitado limite del obrar; puede
exigir, pretender un cierto comportamiento de los demás; Y i su vez reconocerse sometido a una
obligación. Por lo cual podemos afirmar la mixima de que todo hombre es sujeto de Derecho, en
cuanto tiene naturalmente una capacidad de querer.” Del Vecchio, Filoso/ía del Derecho, segunda
edición en castellano, tomo II, pág. 16.
132 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
de cierto modo”. En estas contlicioties no hay diferencia esencial entre la
persona jurídica individual y la persona jurídica colectiva, ya que en uno
y otro caso se trata de un conjunto de normas unificadas, constituyendo
un sistema parcial dentro del orden jurídico total, unidad que se establece
en relación con el contenido de esas normas; asi, si el contenido es la
conducta de un hombre, los deberes y derechos de un hombre, se está en
presencia de la persona física o individual y si el contenido es la conducta
de varios hombres que persiguen una finalidad común, tenemos la persona
jurídica colectiva o moial, ía que define K>K n como “un complejo de
normas de derecho, por medio de las males s* regula la conducta recíproca
de una pluralidad de hombres que persiguen un fin común”.11'2
Para comprender mejor esta teoría, es útil pensar en la distinción que
existe entre el actor v el personaje, en tina representación teatral. El actor
es el hombre, el artista que puede representar diversos personajes de uno
o varios dramas; en tanto que el personaje lo integran las expresiones y
acciones que atribuye el libreto, como expresiones y acciones de un
mismo sujeto Estrictamente el personaje es siempre el mismo, pero puede
ser bien o mal representado, según ía calidad del artista. Parece que para
Kelsen la persona jurídica es algo semejante al personaje de una obra
dramática, ya que establece una distinción entre la persona jurídica y el
hombre, análoga a la que existe entre el personaje y el actor. La persona
no es el hombre cuyos actos son regidos por las normas, sino por el
contrario, el conjunto de aquellas normas que tienen como contenido la
conducta exterior de un hombre. Al derecho no le interesan muchos
aspectos de ese hombre cuya conducta constituye el contenido de las
normas, sino simplemente esa conducta por cuanto está prevista en las
normas.
Esta teoría es inadmisible: en primer lugar, porque pretende cambiar
radicalmente el orden de ciertos datos que nos suministra el sentido
común; luego, porque representa una explicación puramente logicista —
y ya explicamos que el derecho no es mera metodología ni pura lógica—
; y también porque acepta como auténtico derecho todo lo que
históricamente se ha presentado con apariencia de derecho positivo.
El sentido común nos dice que en cada hombre hay una persona
individual, y que si cada hombre tiene el deber de superar-
Kelsen, Teoría General del Estado, cit. en nota 138, pág». 83 a 88.
NORMAS JURIDICAS 133
se, de perfeccionarse realizando su propia naturaleza, tiene también el
poder moral de disponer de los medios adecuados para alcanzar su f i n ; m
que este poder moral es lo que constituye el derecho subjetivo, el cual tiene
como término correlativo el deber jurídico; y que uno y otro se determinan
en relación con un criterio racional como es el de la justicia, traduciéndose
en relaciones jurídicas que vinculan a los hombres y hacen posible su
convivencia pacífica y ordenada. En pocas palabras: el sentido común nos
enseña que hay personas individuales entre las cuales se establecen
relaciones jurídicas. ¿Por qué entonces pretender suprimir uno de estos
términos reduciéndolo al otro? ¿Por qué querer construir un ordenamiento
jurídico, un sistema de normas de derecho, sin personas? Indudablemente
se trata de una tentativa de explicación que no se funda en la observación
de la realidad, y ya sabemos que las teorías que no parten de datos reales
carecen de valor científico. JLa realidad nos enseña que si los hombres no
existieran con su.«✓dimensiones esenciales - racionalidad y libertad—,
que si los hombres no fuesen personas, no habría relaciones jurídicas ni
normas de derecho. Y si bien es cierto que esa razón y esa libertad implican
o suponen el orden normativo, desde el punto de vista humano lo más que
podemos afirmar es la simultaneidad en el orden lógico de las ideas de
persona y norma, pero de ninguna manera la identidad entre estas dos
nociones, y mucho menos que ja persona jurídica sea una expresión
tautológica de un conjunto o sistema de normas jurídicas.
Es verdad que la norma jurídica tiene como objeto material el aspecto
externo del hombre, las acciones humanas; pero ya explicamos al
referimos a la exterioridad del derecho, que la acción representa el punto
de partida de la valoración jurídica, la que puede remontarse hasta lo más
íntimo del individuo, llegar hasta su conciencia; y es claro que aun cuando
la acción sea la exteriorización del acto, no es posible s cuacarla de este, ni
mucho menos del hombre a quien se imputa VT>;i los actos se refleja la
personalidad, y consiguientemente en/as acciones, por eso resulta absurdo
imputar consecuencias a un conjunto de normas unifi-
»" “La persona tiene potestad inviolable de ordenarse a ai misma hacia su fin. y esto le será
práctkaníiente imposible si no cuenta con medios par» lograrlo. Luego puede también
inviolablemente exigir y ejercitar el uso de tales medios en orden a su fin, o sea en orden a su
propio bien. Esta facultad o potestad inviolable es lo que se llama derecho.” A. Vermeersch, S. J.
ob eit.. tomo I, pág. 18.

BIBLIOTECA UNIVERSIDAD NACIONAL'


PEDRO HENRIOIJEZ IIRF.ftA
134 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
cadas por su contenido, si ese contenido se reduce a una conducta abstracta,
independiente de un sujeto real.ytluando el derecho impone una pena
corporal, esa sanción la sufre un hombre, no un complejo de normas
unificadas; y cuando el derecho convierte a los ciudadanos en soldados
para que defiendan a su patria y les exige el máximo sacrificio, tampoco es
un complejo de normas unificadas el que lucha en las trincheras y el que
muere heroicamente. Es, pues, el hombre —cuerpo y alma unidos, espíritu
encamado— el que está regido por el derecho; es el hombre el titular
natural de las normas jurídicas, como es igualmente el destinatario de las
normas morales y de las normas religiosas, y
¿ Que el derecho positivo no siempre ha reconocido en todos los
hombres la personalidad? Ciertamente ha sido considerada como una
institución jurídica la esclavitud, como han sido considerados por algún
tiempo, obras de arte, los productos de esfuerzos fallidos que se proponían
expresar la belleza/ Sin embargo, del mismo modo que el juicio crítico en
materia artística acaba por mostrar que en tales obras no hay belleza,
también en el campo de las instituciones sociales la filosofía del derecho
demuestra que algunas de esas instituciones carecen de las notas esenciales
de la juridicidad. El derecho, en este sentido técnico y positivo, es obra
humana, es imperfecto como el hombre, pero al mismo tiempo es
perfectible; como derecho objetivo, como ordenamiento jurídico, puede
contener disposiciones que atenten contra las prerrogativas esenciales de la
persona y contra la propia persona, pero jamás llega a suprimirlas
radicalmente. En la Atenas de Pericles el derecho no reconocía
personalidad jurídica a todos los hombres, pero tampoco se las negaba a
todos; y si se considera atentamente el pensamiento de Aristóteles sobre la
esclavitud, se descubre que él la justificaba corno un medio para sostener
y dignificar la familia y que al mismo tiempo aprovechaba y servía al
esclavo.154 No se trataba, pues, de un desconocimiento absoluto de la
personalidad. Y si el progreso jurídico ha consistido en reconocer
personalidad jurídica a todo hombre, y no es concebible un orden jurídico
sin personas, claro está que la persona jurídica es un dato real, esencial,
permanente de las normas de derecho, f Las nociones de sociedad y
autoridad son igualmente datos reales implicados en la idea de la norma
jurídica. Toda norma jurídica

La Política, edición española de Espasa-Calpe Argentina, S. A., Lib. 1, Cap.


NORMAS JURIDICAS 135
se refiere siempre a una sociedad determinada, y toda sociedad elabora un
ordenamiento jurídico que constituye su reglamento externo. Ubi jus, ibi
societas; ubi societas, ibi jus.jn.ja. sociedad es el hombre mismo
considerado en su aspecto “relacional”. No es una entidad substancial, pero
sí constituye una unidad institucional con un fin específico que se realiza
con el esfuerzo de todos los miembros que la integran y que aprovecha a
todos, fin común que no es la suma de los fines individuales. Así
comprendida la sociedad, como una unidad institucional con un fin
específico, reúne los caracteres propios de una persona jurídica, y por esto
se la reputa la sociedad jurídica colectiva por excelencia.154 b,s
Además, basta considerar que una relación jurídica es siempre una
relación societaria, que se da entre dos sujetos a través de un objeto, para
comprender que no es debido prescindir del dato real que constituye la
sociedad en una concepción integral de la norma jurídica.
La sociedad, ha dicho Leclercq, 155 es la unión durable de los hombres
en vista de un fin común que, por ser común a todos ellos, vale como bien
común. Se trata, pues, de una coordinación de esfuerzos orientados hacia
un fin. Por eso en toda sociedad —deportiva, artística, científica, civil,
comercial, política— se establece siempre una distinción entre dirigentes y
dirigidos —esto que en términos más restringidos hacía notar Duguit,156
cuando hablando de la sociedad política aludía a la diferenciación entre
gobernantes y gobernados—; unos pocos encargados de coordinar el
esfuerzo del grupo con miras a realizar el fin común, y la mayor parte de
los asociados desarrollando tareas y funciones diversas, que coordinadas
por los directores, contribuyen a mantener la vida del todtyAsí, un equipo
de deportistas requiere su capitán, una orquesta su director; una sociedad
comercial o civil su presidente y su consejo de administradores; una
familia, padres o quienes ejerzan la patria potestad. En toda sociedad hay
dirigentes, hay autoridad; y esta función de dirigir a un grupo social se
traduce en un servicio
m
bú “El bien de la colectividad de individuos es el bien de la misma sociedad; por consiguiente,
la sociedad, al vivir para el bien de la colectividad, vive para si misma: luego es un ser que existe
para si mismo. De esta suerte, a la par que las personas físicas (que son los individuos de la
sociedad), existe la comunidad como persona moral.” Vermeersch, ob. c!t., tomo I, pág. 22.
Lefons de Droit Naturel, Le Fondement du Droit et de la SncietS, 1931, tomo I, p4g. 247.
Manuel de Droit Constitutionnel, 4a. edición, París, 1923, p. 25.
136 IOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
que beneficia a los dirigidos, y justifica que los directores hagan uso del
poder de que disponen para constreñir a los miembros del grupo a cumplir
con sus respectivas tareas,
En el orden natural y en un sentido muy amplio, autoridad significa
capacidad de dirección y de servicio. El médico que es llamado para atender
a un enfermo, es una autoridad en medicina, porque conociendo esta ciencia
está en condiciones de aplicarla y dirigir el tratamiento de curación de su
paciente. El arquitecto a su vez, aplica sus conocimientos a la construcción
de una residencia, dirigiendo los trabajos de esa construcción. Y el abogado
con sus conocimientos del derecho, dirige y aconseja a sus clientes si es
postulante, encauza los procesos y dictadlos fallos correspondientes como
juzgador, y formula las normas jurídicas obligatorias para un pueblo, como
legislador. En todos estos casos, la esencia de la autoridad radica en un
poder de dirección que se ejerce no en beneficio inmediato de los directores,
sino para provecho de quienes están sujetos a ellos. Si a esta capacidad de
dirección y servicio se agrega en algunos tipos de autoridad el poder de
dominación, la facultad de constreñir o de someter a los rebeldes por medio
de la fuerza —tal como ocurre en la familia y en la sociedad política—, es
claro que este poder de castigar, de someter por medios coercitivos,
encuentra su justificación en las funciones directiva y de servicio, que
constituyen la esencia misma de la autoridad. Se puede pensar en una
autoridad —como la Academia de la Lengua Española— que no ejerce
ninguna función coercitiva, pero que sí realiza una tarea de dirección y
servicio; en cambio, no se concibe una autoridad con la exclusiva función
coercitiva, sin la capacidad de dirección y servicio. Y porque es capacidad
de dirigir y servir, la autoridad implica igualmente responsabilidad para los
dirigentes.
La norma jurídica, tanto por razón de su fin, como por su carácter de
relación societaria, postula la existencia de una autoridad, que en este caso
no sólo tiene la misión de dirigir y servir, sino también la función coercitiva
para mantener el orden social establecido. Consiguientemente, la coerción
constituye un dato real de la norma; pero la coacción entendida en sentido
lato, como toda sanción externa prevista, organizada y aplicada por la
autoridad pública, con miras a asegurar el orden social establecido por el
derecho humano.
Sin menosprecio de los datos reales considerados hasta ahora, podemos
afirmar que el más importante de todos es el del fin o
fines específicamente jurídicos. Usamos el término en plural, porque algunos
autores estiman que no se trata de un fin único, sino de varios fines
esencialmente jurídicos, aunque relacionados jerárquicamente —seguridad,
justicia, bien común—. Aun cuando el fin es alcanzado por el entendimiento a
través de una idea, mediante la representación de algo futuro que tiene que
ocurrir o debe ocurrir, constituye un dato real de la norma jurídica por cuanto
comprende hechos y cosas corpóreas —como la facticidad y los bienes,
tratándose de la seguridad y del bien común—, y por otra parte se funda en la
naturaleza del hombre, en la cual se conjugan materia y espíritu, lo cual puede
afirmarse respecto de dos de los fines mencionados.
NORMAS JURIDICAS 137
El primer problema que cabe plantear respecto del fin o fines propios de un
ordenamiento jurídico, consiste en determinar si la noción de derecho implica
necesariamente algún fin específico; y sólo resuelta esta primera cuestión en
sentido afirmativo, ha lugar a plantear el segundo problema, a saber: cuál es
ese fin específico del derecho. En estas condiciones, si a la primera pregunta
se da una respuesta negativa, fundada, lógicamente ya no procede plantear la
segunda cuestión; pero si el primer problema se resuelve afirmativamente, esta
solución no hace inútil el planteamiento de la segunda cuestión. Por esto deben
distinguirse cuidadosamente estas dos cuestiones, evitando involucrarlas o
confundirlas en una sola respuesta Aquí nos ocuparemos exclusivamente del
primer problema.
Comenzaremos por referirnos a la solución negativa que sustenta la teoría
pura del derecho. Kclsen afirma que “el Estado no es más que un medio para
la realización de todos los posibles fines sociales, o con otras palabras: que el
Derecho no es más que la forma de todos los posibles contenidos”. El mismo
desarrolla su idea cuando afirma “que el Derecho no es un contenido peculiar,
sino la forma del orden estatal, o mejor, este mismo orden con todos sus
posibles contenidos; no hay fin alguno que el Estado pueda perseguir si no es
en la forma del derecho; y supuesto que se admite la relación de fines y medios,
el Derecho y el Estado no son fines sino medios, de tal modo que, incluso
aquello que en la terminología usual se llama fin jurídico, no es más que un
medio al servicio de un fin, que ya no puede ser el Derecho, que es trascendente
al Derecho y que puede designarse, si así place, como fin de poder o fin de
cultura”. De acuerdo con esta tesis, el fin corresponde a “un momento
metajurídico, situado más allá del derecho,
frente al cual éste no constituye sino un medio, un instrumento de protección
o garantía”.'™ Expresado esto mediante un ejemplo, equivale a decir que un
arma de fuego, pongamos por caso, como medio o instrumento, puede servir
para diversos fines, los cuales no influyen ni modifican su naturaleza. El arma
de fuego es buena o mala, independientemente del fin a que sea destinada, ya
se la utilice en legítima defensa, o en el deporte de la caza, e incluso para
cometer un asesinato. Estos fines se justifican o reprueban a la luz de la moral,
no desde el punto de vista de la técnica a la cual pertenece el arma de fuego en
su calidad de instrumento. Cosa semejante puede decirse del derecho: éste tiene
categoría de medio, de instrumento, y como tal puede servir para diversos fines
sociales; pero estos fines sociales ya caen dentro del ámbito de la moral o de
la política* no del derecho, respecto del cual tienen un carácter meta jurídico,
pues el derecho no es más que la forma de todos los posibles contenidos, de
todos los posibles fines sociales.
/ La refutación de esta tesis implica la solución correcta al problema que
consiste en determinar si el derecho tiene un fin específico. Partiendo de la
afirmación kelseniana sobre la naturaleza instrumental del derecho, cabe
recordar y aplicar analógicamente la distinción escolástica entre los finís operis
y finís operantis, entre el fin del instrumento y el fin de quien utiliza el
instrumento.10" Todo instrumento tiene un fin propio, en razón del cual se juzga
138 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
su calidad de bueno o malo, y en razón del cual se determinan los fines para
los cuales puede ser utilizado. Un arma de fuego tiene como fin propio el
disparar un proyectil en determinada dirección, un cuchillo tiene como fin
propio su aptitud para cortar; un reloj, su capacidad para medir el tiempo. Si el
arma de fuego no dispara, ni el cuchillo corta, ni el reloj mide el tiempo, sólo
por extensión analógica se les puede llamar respectivamente arma de fuego,
cuchillo, reloj. En realidad se trata de apariencias de estos instrumentos. Y el
cuchillo es bueno si corta bien, malo si está mellado; el arma de fuego es buena
si lanza el proyectil en la dirección exacta que indica la mira, mala, si carece
de precisión; e igualmente el reloj es bueno si mide con exactitud el tiempo,
malo si se retrasa o se adelanta. Y naturalmente se puede estable-
Kelsen, Teoría General del Estado, cit. en nota 138, págs. 53, 55 y 72.
Víanse las Lecciones Complementarias de Juan Zaragüeta Bengoechea, a la Introducción a la
Filosofía por Manuel García Morente, Espasa-Calpe, S. A., Madrid 1943, pig. 471.
NORMAS JURIDICAS 139
cer una serie de grados en la perfección o imperfección de los instrumentos,
pero tal gradación sólo es posible con referencia al fin propio del instrumento.
Por otra parte, es sobre este fin propio del instrumento en el cual se apoyan
los fines de quien lo utiliza. Los finís operantis cabalgan, por decirlo así, sobre
los finís operis; pues si bi'cn un arma de fuego que no dispara puede ser
utilizada como un mazo para golpear, es evidente que en tal supuesto deja de
ser el instrumento llamado arma de fuego, de manera que como tal arma de
fuego, sólo se la puede utilizar en relación con su función o fin propio que es
disparar con más o menos precisión. Cabe, pues, distinguir el fin intrínseco,
inmediato, esencial del instrumento, de los fines extrínsecos, mediatos, que no
son propios del instrumento sino de quien lo utiliza.
De acuerdo con estos razonamientos, válidos para toda clase de
instrumentos, no se ve por que el derecho en su calidad de instrumento carezca
de un fin esencial, intrínseco, específico. Pues si es de la estructura lógica de
todo instrumento el tener su fin específico, independiente de los fines de quien
lo utiliza, a menos que se demuestre que hay instrumentos cuya estructura
lógica no implica un fin esencial, deberá admitirse que el derecho, aun
considerado como medio o instrumento, debe tener un fin específico.
Preguntar cuál sea ese fin específico del derecho, es plantear la segunda
cuestión a que nos referimos al iniciar el estudio de este problema, cuestión
que abordaremos en capítulos posteriores de estas lecciones, especialmente en
el Capítulo XVII. Por ahora, baste dejar establecido que el derecho (la norma
jurídica) implica un fin específico, fin que por referirse a lo social y a lo
humano, constituye un dato real de la propia norma. /
Por último, como toda norma es expresión de un deber —necesidad moral
de realizar determinados actos por ser conformes al bien racional—, la norma
jurídica no puede escapar a este principio, es decir, tiene que expresar un tipo
especial de deber, en relación con el fin propio del derecho. Ahora bien, a
reserva de demostrar en capítulos posteriores que el fin específico del derecho
es la justicia, podemos desde ahora considerar que el deber que expresan las
normas jurídicas —deber de justicia—, por estar fundado en el fin propio de
tales normas, es, al igual que éste, un dato real.
Así pues, todos estos datos que hemos llamado reales, o conceptos
jurídicos fundamentales de carácter material, están implicados, al igual que los
datos formales, en la norma jurídica, y como estos, son permanentes y
necesarios.
140 LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DEL DERECHO
LIBRO II
El Derecho y el Orden Social

CAPITULO IX

EL DERECHO ES UNA RELACION SOCIAL


SUMARIO: 1. El derecho es lo expresado o representado en forma imperativa por la norma
jurídica.—2. El hecho social y sus elementos.—3. Sociedad y comunidad. 4. El derecho como
forma de la sociedad.—5. La idea del derecho social.—6. Concepto institucional del derecho.

1.—En el Capítulo VIII, número 1, indicamos por qué se debe distinguir


la norma jurídica del derecho, aquélla como expresión o representación
imperativa de lo que es derecho, y éste como una ordenación,objetiva,
exterior, de las personas y las cosas. El derecho es, por tanto, una relación
social; lo cual no implica una identificación de lo jurídico y lo social, ya
que no toda relación social, por el solo hecho de serlo, es una relación
jurídica. En la primera parte de la presente investigación sobre los
primeros principios de lo jurídico, mostramos que el derecho es un sector
—y en este sentido participa— del orden normativo (éste comprende,
además de las normas jurídicas, las normas morales stricto sensu y las
normas religiosas); en esta segunda parte podremos comprobar que el
derecho participa del orden social, del cual es también un sector, puesto
que lo social abarca, además de las normas de derecho, una gran cantidad
de costumbres y usos no jurídicos, las llamadas reglas de trato social, y un
conjunto de relaciones sociales inspiradas en convicciones morales y
religiosas que podemos designar con los términos “moralidad” o “moral
social”.
En efecto, basta observar con alguna atención la vida social, para damos
cuenta de que todos los días entramos en relaciones con nuestros
semejantes, relaciones que están regidas por reglas que acatamos
espontáneamente, porque la conducta prescrita por ellas es ya en nosotros
un hábito, una segunda naturaleza, o bien por-

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