INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
I. ORIGINALISMO
*
Discentes del curso “Justicia Constitucional” de la Maestría en Derecho Constitucional de la
Universidad San martín de Porres, dirigido por el Docente Joseph Campos Torres.
1
interpretación, se verifica en torno a los entendimientos originales de los que
redactaron el texto de sus disposiciones a interpretar.
1
Strauss, David, The Living Constitution, Oxford University Press, 2010, p. 139.
2
Ha sido magistrado de la Corte Suprema de los Estados Unidos, era conocido por su frase: “The
Constitution is dead”; aunque en otras señalaba que prefería la expresión de una Constitución “enduring”,
que podría traducirse como una Constitución duradera o estable.
3
Scalia, Antonin, “Common-Law Courts in a Civil-Law System: The Role of United States Federal Courts
in Interpreting the Constitution and Laws” A Matter of Interpretation: Federal Courts and the Law, Amy
Gutmann (Ed.) Princeton University Press, New York, 1997.
2
Durante, así, por ejemplo, con independencia de su opinión sobre la
moralidad de la pena de muerte, Scalia no tenía dudas sobre su
constitucionalidad ya que cuando se aprobó la octava enmienda de la
Constitución (1791) que prohíbe las penas “crueles o inusuales”, todos
entendían que la pena de muerte no estaba incluida puesto que se castigaban
con ella delitos que ahora nos parecen menores, como el robo de caballos.
3
en un sistema democrático. Una sociedad democrática no necesita, por lo
general, garantías constitucionales para asegurar que sus leyes reflejen los
“valores actuales”. Las elecciones se ocupan de eso bastante bien. El propósito
de las garantías constitucionales –y en particular aquellas garantías
constitucionales de derechos individuales que son el centro de esta
controversia– es precisamente impedir al Derecho reflejar ciertos cambios en
valores originales que la sociedad al adoptar la Constitución considera
fundamentalmente como indeseables. O, más precisamente, requerir a la
sociedad dedicar al asunto una larga y severa consideración, requerida para una
enmienda constitucional antes de que estos valores particulares puedan ser
dejados de lado4.
4
Scalia, Antonin, Originalism: The Lesser Evil, University of Cincinnati Law Review Vol. 57, 1988-1989,
p. 862.
5
Scalia, Antonin, Ibid, pp. 862-863.
6
Scalia, Antonin, “Common-Law Courts in a Civil-Law System: The Role of United States Federal Courts
in Interpreting the Constitution and Laws”, pp.118.
4
De esta manera, una de las críticas al originalismo, es la posibilidad de
implicar una reducción de derechos, a diferencia de posiciones evolutivas que
garanticen su expansión, al respecto Scalia refuta esta posición, afirmando que
las tesis no originalista no necesariamente llevan a la expansión de derechos, ni
el originalismo implica siempre una restricción de estos, en tanto: “El no-
originalismo (…) es una calle de dos sentidos que conduce el tráfico en ambas
vías, para y desde los derechos individuales. […] esto sólo muestra que
los Framers acertaron cuando temieron que alguna (en su perspectiva, carente
de orientación) futura generación pueda desear abandonar las libertades que
ellos consideraron esenciales, por lo que buscaron proteger estas libertades en
un Bill of Rights. Nos puede agradar el acortamiento de los derechos de
propiedad y agradar la eliminación del derecho de portar armas; pero no
pretendamos que esto no es una reducción de derechos”.7
5
estos términos en el Siglo XVIII no es sustancialmente diferente al de hoy día,
siendo así, advierte que ellos garantizan el derecho individual a poseer y portar
armas en caso de confrontación, confirmado por el trasfondo histórico de la
Segunda Enmienda. Obviamente, apoya esta conclusión revisando también
antecedentes históricos relevantes como por ejemplo los Comentarios
de Blackstone, el derecho de portar armas como una consecuencia del derecho
natural a la ‘auto-preservación’, así como lo sucedido en Inglaterra en la
gestación de su Bill of Rights, donde los tiranos tomaron las armas de las
personas para suprimir a oponentes políticos; además se verifica que los
precedentes no excluye la adopción del entendimiento original de la Segunda
Enmienda.
8
Liendo, Fernando. La interpretación originalista de la Constitución según Antonin Scalia. ¿Es posible en
el Derecho Continental? Revista Forseti Comercio Exterior y Propiedad intelectual. 2015 (2). Pág. 192.
6
c. El presupuesto epistemológico es entonces es posible traducir
los significados del pasado al presente, así exista una distancia
histórica sumamente amplia, como en el caso de las
disposiciones constitucionales norteamericanas de los Siglos
XVIII y XIX. Merece la pena detenerse en el término
‘traducción’ y cómo se aplica a la interpretación jurídica. De
acuerdo al originalismo, podemos traducir el significado que las
provisiones tenían en el pasado, emitidas en el tiempo en que se
convirtieron en Derecho, y aplicarlas a un mundo distinto y
nuevo como el de nosotros. Hacer esto no sería una simple
preferencia interpretativa, sino la forma más genuina de hacer
que la Constitución sea lo que tiene que ser: una norma superior
que contiene unos derechos, cláusulas y principios que deben ser
permanentes antes que susceptibles de cambio por otro Derecho
de contenidos diferentes.
7
Estado de Derecho se vaciaría de contenido, pues al permitir eso
ya no se contaría con un ‘gobierno de las leyes’, sino que al final
sería un grupo de jueces los que imponen sus preferencias frente
a las reglas y provisiones constitucionales democráticamente
aprobadas y que están dirigidas a limitar la legislación y
restringir la actuación pública ordinaria.
8
De acuerdo con el profesor Fernando Liendo Tagle9, la teoría de la
interpretación originalista tiene múltiples desarrollos, por lo cual se evidencia
una diversidad de autores y perspectivas, entre los que se puede destacar a
Robert Bork, Clarence Thomas, Hugo Black y Antonin Scalia. Como en el
originalismo no existe una posición uniforme en cuanto a los límites y ámbito
del mismo, refiere Liendo Tagle, existen originalistas moderados, estrictos,
originalistas timoratos, entre otros.
A. El textualismo
9
Liendo Tagle, Fernando. La interpretación originalista de la Constitución según Antonin Scalia.
¿Es posible en el Derecho Continental? Lima: Forseti, Revista de Derecho, 2015, número 2. Págs.
192-221. Disponible en: http://forseti.pe/revista/propiedad-intelectual-y-comercio-exterior/
10
Chiassoni, Pierluigi. El textualismo razonable: una tentación resistible. Nota preliminar. En:
Scalia, Antonin. Una cuestión de interpretación. Los tribunales federales y el derecho. Lima:
Palestra, 2015.
9
sociedad. En esta línea, el profesor Chiassoni nos refiere que “el textualismo
promueve que hace falta proporcionar a las palabras y expresiones una
interpretación expansiva más bien que una restrictiva”11.
11
Chiassoni, Pierluigi. El textualismo razonable: una tentación resistible. Nota preliminar. En:
Scalia, Antonin. Una cuestión de interpretación. Los tribunales federales y el derecho. Lima:
Palestra, 2015. Pág. 18.
12
Ob. cit. Pág. 19.
13
Ídem.
10
precisión que los términos generales pueden abarcar las
innovaciones tecnológicas sucesivas.”
14
Ob. cit. Pág. 21.
15
Ob. cit. Pág. 25.
16
Ob. cit. Pág. 26.
11
b) Todo o nada. El vínculo del stare decisis sólo
subsiste frente a la totalidad de una doctrina
precedente; los jueces no pueden elegir conservar
algunas partes y descartar otras.
12
emana del pueblo otorgada hacia el Parlamento, como autoridad elegida por los
miembros de la comunidad.
13
Si bien estos derechos no son constitutivos del proceso democrático,
son necesarios para darle legitimidad a dicho proceso.Waldron,
señala: “Nadie piensa que un puñado de personas esté autorizado
para imponer una decisión a los demás, simplemente porque haya
más individuos a favor de la decisión que en contra”
14
ruta para acercarse al “constitucionalismo popular”, y en particular a la revisión
de las leyes en base a los siguientes criterios.
15
Manifiestan los profesores analizando la posición de Kramer, que él
había argumentado que “Hay (…) una diferencia enorme entre tener la última
palabra y tener la única palabra entre la supremacía judicial y la soberanía
judicial”.
16
mediante la expedición de leyes, el ejecutivo al vetarlas y el judicial al
revisarlas. Pero ninguna de las perspectivas de las ramas del gobierno sería
concluyente o plenamente autoritativa. Serían las acciones de entidades
reguladas que se esfuerzan por seguir el derecho que los gobierna, susceptibles
de supervisión continua por su superior común, el pueblo en sí mismo”.
17
todos los ciudadanos y su capacidad para tomar decisiones autónomas o
deliberar con los demás, con los que se encuentran en desacuerdo, acerca de
cuál es la mejor solución a un problema. Es el Parlamento la institución que de
forma casi natural armoniza estos valores
Por su parte Jack Balkin expresa que las élites jurídicas dominantes muestran:
La relectura crítica sobre los efectos del control judicial: Esta parte
busca alejar los temores sobre un mundo sin control judicial de las leyes.
Desacralizar, desmitificar esa visión en torno al impacto de las decisiones de
18
los Tribunales, y en particular del Tribunal Supremo.Se aduce la limitada
capacidad de los tribunales para frenar o anular las políticas adoptadas por los
poderes ejecutivo y legislativo o para imponer directamente su propia agenda.
Lo que sí se constata es que el cambio resultó posible “sólo cuando las ramas
legislativa y ejecutiva actuaron de manera conjunta con los tribunales.
Robert Dhal que dejó en claro que el poder judicial se movía demasiada cerca
de los poderes políticos; es decir no son una amenaza ni suele actuar con
autonomía. Gerald Rosenberg ayudó a comprender que ni el célebre caso
Brown versus Board of Educatión, sobre discriminación racial tuvieron la
importancia y efectividad que se le atribuyen; el cambio sólo fue posible
cuando actuaron juntas las tres ramas del gobierno. Stephen Griffin, demuestra
que el significado de la constitución, en su mayor parte, se determina a través
de la política ordinaria, del Presidente y del Congreso. Por su parte Mark
Tushnet , para quien el proceso de revisión judicial es poco más que cero,
señala que en los países donde no existe judicial review, hay un adecuado
respeto hacia los derechos individuales.
CONCLUSIONES
19
BIBLIOGRAFÍA
Strauss, David, The Living Constitution, Oxford University Press, 2010, p. 139.
20