El artículo 2341 del Código Civil prevé, que aquel que ha cometido con culpa
un daño a otro está obligado a indemnizar los perjuicios que se deriven de
ello, estableciendo así el régimen de responsabilidad extracontractual. Por su
parte, la responsabilidad civil puede ser considerada contractual o
extracontractual dependiendo de: i) la relación jurídica entre las partes de la
cual se deriva el daño – si es o no preexistente al daño –, ii) la acción que
ejerce el demandante/victima y/o la familia perjudicada, para reclamar la
indemnización de perjuicios. Por su parte, la responsabilidad médica deviene
de la obligación, en principio contractual, del médico, EPS o IPS de cuidar la
integridad corporal del paciente para devolverlo sano y salvo al concluir la
2
relación prestación de un servicio médico, esta relación puede surgir,
generalmente, como consecuencia de una convención.
3
Referencia: expediente T-3.615.351.
I. ANTECEDENTES.
1. Demanda de
tutela1.
1.1.3. Pretensión: dejar sin efectos las sentencias proferidas por el Juzgado 34
Civil del Circuito de Bogotá, el 21 de septiembre de 2011 y la del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, proferida el 22 de mayo de 2012, que
declararon civilmente responsable a la accionante en el proceso de
responsabilidad extracontractual.
4
1.2. Fundamentos de la pretensión.
Los fundamentos fácticos en los que se basó la sentencia del Juzgado 34 Civil
del Circuito de Bogotá fueron2:
5
que otro médico le había prescrito a la paciente, un día antes de ser
internada para la cirugía.
4 Según consta en el Registro Civil de Defunción. (Folio 13 cuaderno No. 1 Expediente número de radicado
2004 00137 01 correspondiente al proceso ordinario de responsabilidad civil extracontractual).
5 El 29 de junio de 2007. (Folios 348 a 351 cuaderno No. 1 Expediente número de radicado 2004 00137 01
correspondiente al proceso ordinario de responsabilidad civil extracontractual.)
6 Folio 26 al 38 del cuaderno No. 2.
7 Folio 35-36 del cuaderno No. 2.
8 Folios 90 a 121 del Cuaderno No. 2.
9 Folios 2 al 24 del Cuaderno No. 2.
6
que ameritaba la realización de exámenes paraclínicos para aclarar la
evolución de la paciente.
2.1. Por medio de auto del 20 de junio de 2012, la Sala de Casación Civil de la
Corte Suprema de Justicia admitió la demanda y ordenó notificar al Tribunal
Superior, vinculó al Juzgado 34 del Circuito de Bogotá; enteró del proceso de
tutela a las partes y terceros intervinientes en el proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual y reconoció al abogado de la doctora
María Teresa Mora como su apoderado judicial11. No obstante, vencido el
7
término para que se pronunciaran sobre los hechos de la demanda de tutela, no
se recibió respuesta de las entidades judiciales accionadas.
II. CONSIDERACIONES.
1. Competencia.
8
2.1.3. Legitimación pasiva. El Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá –Sala de Decisión Civil- y el Juzgado 34 Civil del Circuito de Bogotá
son autoridades judiciales y como tal, son demandables en el proceso de tutela
(CP, art. 86º; D 2591/91, art. 1º, sentencia C-543 de 1992).
Afirma la peticionaria, que las autoridades judiciales: (i) omitieron valorar las
historias clínicas aportadas como prueba en el proceso civil extracontractual
en el que fue condenada la accionante (defecto fáctico); (ii) la condenaron sin
que existiera prueba alguna que demostrara que el diagnóstico y el tratamiento
suministrado a la paciente por parte de la accionante fuera equivocado
(defecto fáctico); (iii) aplicaron de manera incorrecta el artículo 2341 del
9
Código Civil sobre responsabilidad civil extracontractual (defecto sustantivo);
y (iv) avalaron la transacción realizada entre la EPS e IPS con los
demandantes, sin tener en cuenta que ese contrato tuvo por objeto pagar todos
los perjuicios causados por el fallecimiento de la paciente (defecto sustantivo).
10
procedencia de dicha acción, pues los alegados en sede de tutela son: (i) la
omisión de valoración probatoria y (ii) la aplicación incorrecta del artículo
2341 del Código Civil sobre la responsabilidad civil extracontractual de la
accionante.
“1. Haberse encontrado después de pronunciada la sentencia documentos que habrían variado la decisión
contenida en ella, y que el recurrente no pudo aportarlos al proceso por fuerza mayor o caso fortuito o por
obra de la parte contraria.
2. Haberse declarado falsos por la justicia penal documentos que fueren decisivos para el pronunciamiento de
la sentencia recurrida.
3. Haberse basado la sentencia en declaraciones de personas que fueron condenadas por falso testimonio en
razón de ellas.
4. Haberse dictado la sentencia con base en dictamen de peritos condenados penalmente por ilícitos cometidos
en la producción de dicha prueba.
5. Haberse dictado sentencia penal que declare que hubo violencia o cohecho en el pronunciamiento de la
sentencia recurrida.
6. Haber existido colusión u otra maniobra fraudulenta de las partes en el proceso en que se dictó la sentencia,
aunque no haya sido objeto de investigación penal, siempre que haya causado perjuicios al recurrente.
7. Estar el recurrente en alguno de los casos de indebida representación o falta de notificación o
emplazamiento contemplados en el artículo 152, siempre que no haya saneado la nulidad.
8. Existir nulidad originada en la sentencia que puso fin al proceso y que no era susceptible de recurso.
9. Ser la sentencia contraria a otra anterior que constituya cosa juzgada entre las partes del proceso en que
aquella fue dictada, siempre que el recurrente no hubiera podido alegar la excepción en el segundo proceso
por habérsele designado curador ad litem y haber ignorado la existencia de dicho proceso. Sin embargo no
habrá lugar a revisión cuando en el segundo proceso se propuso la excepción de cosa juzgada y fue
rechazada.”
11
lugar, tiene incidencia en la decisión, en la medida en que si se omite los
elementos antes descritos, conllevaría a exonerar de responsabilidad a la
actora. Y en ultimas, si el juez efectivamente incurrió en un defecto sustantivo
al interpretar erradamente la rresponsabilidad solidaria entre EPS, IPS y
médicos, respecto al contrato de transacción, conllevaría igualmente a la
ausencia de responsabilidad de la aquí tutelante.
3. Problema Jurídico.
18 Así lo estableció la sentencia C-543 de 1992 respecto a la garantía de preservación de los derechos
fundamentales debe darse bajo el entendido del respeto a los principios antes enunciados, esto es, el de
seguridad jurídica e independencia judicial, razón por la cual la procedencia de la acción de tutela sólo se da
12
4.1.3. Por lo tanto, para que se configure la procedencia de la acción de tutela
contra providencias judiciales, es necesario que se acredite el cumplimiento de
unos requisitos generales de procedibilidad. Las mencionadas exigencias,
fueron resumidas en la sentencia C-590 de 2005, de la siguiente manera:
“ (….)
a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia
constitucional (...)
b. Que se hayan agotado todos los medios -ordinarios y
extraordinarios- de defensa judicial al alcance de la persona afectada,
salvo que se trate de evitar la consumación de un perjuicio
irremediable.
c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela
se hubiere interpuesto en un término razonable y proporcionado a
partir del hecho que originó la vulneración.
d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro
que la misma tiene un efecto decisivo o determinante en la sentencia
que se impugna y que afecta los derechos fundamentales de la parte
actora.
e. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los
hechos que generaron la vulneración como los derechos vulnerados y
que hubiere alegado tal vulneración en el proceso judicial siempre
que esto hubiere sido posible.
f. Que no se trate de sentencias de tutela.
25. Ahora, además de los requisitos generales mencionados, para que
proceda una acción de tutela contra una sentencia judicial es
necesario acreditar la existencia de requisitos o causales especiales de
procedibilidad, las que deben quedar plenamente demostradas. En
este sentido, como lo ha señalado la Corte, para que proceda una
tutela contra una sentencia se requiere que se presente, al menos, uno
de los vicios o defectos que adelante se explican.”
bajo el entendido que en el marco de un proceso judicial que finaliza con una providencia, la vulneración a un
derecho fundamental tenga una evidente relevancia constitucional.
19 Cuando existe una carencia absoluta de competencia por parte del funcionario judicial que profiere la
sentencia.
20 Cuando la decisión judicial se fundamenta en normas inexistentes o inconstitucionales o, en fallos que
presentan una evidente y grosera contradicción entre los fundamentos y la decisión. Sentencia C- 590 de
2005.
13
procedimental21, (iv) fáctico22; (v) error inducido23; (vi) decisión sin
motivación24; (vii) desconocimiento del precedente constitucional25; y (viii)
violación directa de la Constitución26.
14
4.2.1.1. Por lo tanto, la jurisprudencia constitucional ha señalado que se
configura una vía de hecho por defecto fáctico cuando en el curso de un
proceso: (i) se omite la práctica o decreto de pruebas o, (ii) el material
probatorio aportado no sea valorado adecuadamente,27 esto es, cuando excede
el marco de la sana crítica y tiene trascendencia en la decisión proferida por el
juez, pues desconoció la realidad probatoria del proceso28.
En este orden de ideas, solo alegar la falta de apreciación de una prueba o que
el juez no la haya decretado, no es suficiente para que la acción de tutela
proceda, pues se requiere que la valoración probatoria resulte relevante para la
decisión tomada. Lo anterior, en la medida en que el juez constitucional no
puede percibir como fuente directa los elementos probatorios tanto como el
juez ordinario en ejercicio del principio de inmediación probatoria 30, lo cual
implica que aquel solo esta autorizado a dejar sin efectos una decisión judicial
cuando es evidente y manifiesto que la sentencia es contaría a los presupuestos
constitucionales.
15
elementos probatorios recaudados. Además, se requiere que el error sea
evidente y tenga trascendencia en la decisión adoptada.
4.3.2. Por ejemplo, en la sentencia T-510 de 2011 35, la Sala Quinta de Revisión
estudió una tutela contra una providencia judicial que puso fin a una demanda
ordinaria de responsabilidad civil por la presunta vulneración de sus derechos
al debido proceso y a la vida digna, en esa oportunidad, concluyó la Sala que
se debía negar la protección del derecho al debido proceso, en la medida en
El accionante interpuso la acción de tutela contra el fallo en comento, porque según su parecer, los fallos del
proceso ordinario habían incurrido en defectos sustantivo y fáctico porque: (i) los jueces habían aplicado el
régimen de culpa probada, a pesar de que en juicio del demandante la culpa en la responsabilidad médica se
presume, (ii) se incurrió en yerros en la interpretación probatoria realizada por los jueces accionados, pues
afirma que de las pruebas aportadas se demostraba de manera clara la conducta negligente de la IPS
demandada.
En esta oportunidad, concluyó la Sala que se debía negar la protección del derecho al debido proceso, en la
medida en que la sentencia controvertida no incurrió en un defecto sustantivo por no haber presumido la culpa
en la ejecución de un acto médico, porque se demostró en el curso del proceso que no existió nexo causal
entre la conducta de la IPS y el perjuicio acaecido por el accionante. Por otro lado, consideró la Corte que el
juez ordinario no omitió valorar la prueba aportada al expediente sobre la investigación administrativa que
adelantaba la Secretaría de Salud de Ibagué contra la IPS demandada, pues el juez ordinario sí la tuvo en
cuenta para su decisión y de conformidad con la sana crítica, consideró que ésta no demostraba la existencia
de una relación de causalidad.
16
que la sentencia controvertida no incurrió en un defecto sustantivo, ni fáctico
pues los jueces accionados actuaron de conformidad con la sana crítica.
El artículo 2341 del Código Civil prevé, que aquel que ha cometido con culpa
un daño a otro esta obligado a indemnizar los perjuicios que se deriven de
ello, estableciendo así el régimen de responsabilidad extracontractual. Por su
parte, la responsabilidad civil puede ser considerada contractual o
extracontractual dependiendo de: i) la relación jurídica entre las partes de la
cual se deriva el daño – si es o no preexistente al daño –, ii) la acción que
ejerce el demandante/victima y/o la familia perjudicada, para reclamar la
indemnización de perjuicios36.
36 La Corte Suprema de Justicia ha establecido: “Cuando la víctima directa de un acto lesivo, fallece como
consecuencia del mismo, sus herederos están legitimados para reclamar la indemnización del perjuicio por
ella padecido, mediante el ejercicio de la denominada acción hereditaria o acción hereditatis, transmitida por
el causante, y en la cual demandan, por cuenta de éste, la reparación del daño que hubiere recibido. Dicha
acción es de índole contractual o extracontractual, según que la muerte del causante sea fruto de la infracción
de compromisos previamente adquiridos con el agente del daño, o que se dé al margen de una relación de tal
linaje, y como consecuencia del incumplimiento del deber genérico de no causar daño a los demás.
Al lado de tal acción se encuentra la que corresponde a todas aquellas personas, herederas o no de la víctima
directa, que se ven perjudicadas con su deceso, y mediante la cual pueden reclamar la reparación de sus
propios daños. Trátase de una acción en la cual actúan jure proprio, pues piden por su propia cuenta la
reparación del perjuicio que personalmente hayan experimentado con el fallecimiento del perjudicado inicial,
y su naturaleza siempre es extracontractual, pues así la muerte de éste sobrevenga por la inobservancia de
obligaciones de tipo contractual, el tercero damnificado, heredero o no, no puede ampararse en el contrato e
invocar el incumplimiento de sus estipulaciones para exigir la indemnización del daño que personalmente
hubiere sufrido con el fallecimiento de la víctima-contratante, debiendo situarse, para tal propósito, en el
campo de la responsabilidad extracontractual.
Se trata entonces de acciones diversas, por cuanto tienden a la reparación de perjuicios diferentes. La primera,
puesta al alcance de los causahabientes a título universal de la víctima inicial, que se presentan en nombre del
causante, para reclamar la indemnización del daño sufrido por éste, en la misma forma en que él lo habría
hecho. La segunda, perteneciente a toda víctima, heredera o no del perjudicado inicial, para obtener la
satisfacción de su propio daño”. (Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia del 18 de mayo
de 2005, exp. 14415. M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar.)
17
responsabilidad contractual37- o por la violación al deber genérico de no dañar
–responsabilidad extracontractual.
Esto, sin perjuicio de que se pueda individualizar al causante del daño y que,
posteriormente, la persona jurídica demanda en un proceso de responsabilidad
civil pueda repetir contra quien lo ocasionó, una vez se demuestre la relación
de causalidad entre el hecho culposo ocasionado de forma subjetiva por el
médico, quien generó un perjuicio y sea el llamado a indemnizar.
18
4.5. Contrato de transacción.
4.5.3. Por su parte, la transacción se genera sólo entre las partes que acuerdan.
Por tratarse de un contrato consensual, implica que si son varios los
interesados en el pacto que se transige, a la luz del artículo 2484 C.C, no
genera efectos, perjuicios o provecho para los otros, “(…) salvo, empero, los
efectos de la novación en el caso de solidaridad,” 41 esto, por cuanto en las
obligaciones solidarias, el acreedor puede perseguir de cualquiera el
cumplimiento de la obligación completa.
40 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia del 6 de mayo de 1966.
41 Código Civil. Artículo 2484.
19
Así las cosas, el acreedor puede perseguir de todos los codeudores solidarios
la totalidad de la obligación, pero si el acreedor sólo demanda a uno de ellos,
no pierde el derecho a dirigirse contra los otros. Pero, si por ejemplo, por una
transacción o conciliación en el curso de proceso, obtiene un pago parcial, la
obligación se extingue para aquellos que acordaron y hasta el monto que
concurra en el pago; y sólo se puede exigir del resto de los codeudores la parte
de la obligación que no haya sido satisfecha al acreedor, a la luz del artículo
1572 del Código Civil.
4.5.4. No obstante, de acuerdo con el artículo 1576 del Código Civil, “[l]a
renovación entre el acreedor y uno cualquiera de los deudores solidarios,
liberta a los otros, a menos que éstos accedan a la obligación nuevamente
constituida,” así, la novación es un modo de extinguir las obligaciones
pactadas porque, en principio, el acuerdo entre el acreedor y un deudor
solidario libera a los otros codeudores al pago de la obligación solidaria a
menos que aquellos convengan en acceder a la nueva obligación.
42 Aclaración de Voto del Magistrado Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo. Corte Suprema de Justicia. Sala de
Casación Civil, sentencia del 12 de agosto de 2003, exp. 7304. M.P: Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
43 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia del 23 de enero de 1992. Exp. 007, citada en:
CSJ, Sala de Casación Civil, sentencia del 12 de agosto de 2003 exp. 7304. M.P: Carlos Ignacio Jaramillo
Jaramillo.
20
5.1. El apoderado judicial de la doctora María Teresa Mora alega que las
decisiones judiciales cuestionadas: (i) omitieron valorar las historias clínicas
aportadas como prueba en el proceso civil extracontractual en el que fue
condenada la accionante (defecto fáctico); (ii) la condenaron sin que existiera
prueba alguna que demostrara que el diagnóstico y el tratamiento suministrado
a la paciente por parte de la peticionaria fuera equivocado (defecto fáctico);
(iii) aplicaron de manera incorrecta el artículo 2341 del Código Civil sobre
responsabilidad civil extracontractual (defecto sustantivo); y (iv) avalaron la
transacción realizada entre la EPS e IPS con los demandantes, sin tener en
cuenta que ese contrato tuvo por objeto pagar todos los perjuicios causados.
5.2. En primer lugar, respecto al primer defecto fáctico alegado, esto es, la
omisión de valorar las historias clínicas aportadas como prueba en el proceso,
tiene como fundamento que las autoridades judiciales basaron su decisión en
el informe técnico rendido por Medicina Legal, sin embargo, a dicho instituto
no fueron remitidas la totalidad de las historias clínicas –sólo las
correspondientes a la hospitalización en la Clínica Santa Bibiana a partir del
25 de enero de 2001 y hasta la fecha del deceso-, desconociendo la prestación
de servicios prestada entre el 4 y el 23 de enero del mismo año. Así las cosas,
afirma que al no tener en cuenta dichas historias, no se tuvo en cuenta el
diagnostico y tratamiento prescrito por la accionante en la consulta externa
realizada el 23 de enero de 2001.
44 Folios 391 al 396 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso
ordinario de responsabilidad civil extracontractual.
45El artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, establece con referencia a los informes técnicos y las
peritaciones de entidades y dependencias oficiales, lo siguiente: “Los jueces podrán solicitar, de oficio o a
petición de parte, informes técnicos o científicos sobre avalúos y otros hechos de interés para el proceso, a
los médicos legistas, a la policía judicial, al Instituto Geográfico "Agustín Codazzi" y en general a las
entidades y dependencias oficiales que dispongan de personal especializado, y a las que tengan el carácter
21
complementación y aclaración, facultad que ninguna de las partes ejerció
dentro de la oportunidad respectiva.”46 En este orden de ideas, el defecto
alegado no tiene trascendencia en las decisiones judiciales reprochadas, pues
cada una de ellas valoró y cuestionó la historia clínica referente a la consulta
externa realizada por la accionante.
5.3. En segundo lugar, respecto al defecto fáctico por ausencia de prueba que
demostrara que el diagnóstico y el tratamiento suministrado a la paciente por
parte de la peticionaria fuera equivocado, se pretende cuestionar el nexo
causal entre el hecho –la falta de diligencia en el periodo postoperatorio- y el
daño –la muerte de la paciente. No obstante, en palabras del Tribunal: la
médica “en verdad, no prestó atención a por lo menos una situación
fundamental relacionada con los antecedentes clínicos de la paciente. En
concreto, se sabe que esa facultativa tuvo conocimiento de que en la
colecistectomía practicada se encontró piocolecisto, hallazgo que en las
palabras del médico legalista significa “pus en la vesícula”, antecedente que
en el sentir de éste último ameritaba la realización de exámenes paraclínicos
para poder aclarar la evolución del cuadro clínico (…).”47
5.4. Por lo tanto, según el artículo 2341 C.C., María Teresa Mora no cumplió
con el deber de atención al paciente, al omitir realizar exámenes diagnósticos
y una valoración personal completa del paciente en el momento en que valoró
a la paciente en consulta externa, específicamente con la falta de seguimiento
en el periodo postoperatorio, del cual fue parte la médica accionante, al igual
que:
22
deterioro, fue determinante en el desenlace de la paciente. El
objetivo del post-operatorio es ayudar al paciente a recuperarse de la
intervención a la que ha sido sometido a detectar oportunamente
posibles complicaciones disminuyendo la mobi-mortalidad.
5.5. En tercer lugar, sostiene el apoderado judicial de la señora Mora que los
jueces de instancia avalaron la transacción realizada entre la EPS e IPS con los
demandantes, sin tener en cuenta que ese contrato tuvo por objeto pagar todos
los perjuicios causados. Con respecto a este defecto sustantivo alegado, es
necesario hacer cuatro precisiones: a) a pesar de que el juez de primera
instancia avaló, por medio de auto del 30 de julio de 200750 la transacción
realizada entre la EPS y la IPS con los demandantes y decidió continuar el
proceso con los médicos Alberto Reyes y María Teresa Mora, el juez omitió
motivar la razón por la cual continuaba el proceso con dichos demandados 51,
b) igualmente, al proferir fallo de primera instancia condenó a estos
demandados a la suma de trescientos catorce (314) salarios mínimos
mensuales vigentes, por concepto de la indemnización de perjuicios morales y
tal como la pretensión “era obtener la satisfacción a un daño generado como
consecuencia de una seria de actos profesionales negligentes e inidóneos
materializados por los galenos acá demandados, de ahí deviene las
declaraciones” que realizó en la decisión de la sentencia52, c) el Tribunal
Superior del Distrito Judicial, motivó las razones por las cuales continuó el
48 Folio 395 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
49 Folio 394 y 333-335 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso
ordinario de responsabilidad civil extracontractual.
50 Folio 351 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
51 Reza el auto referenciado: “Teniendo en cuenta los escritos obrantes a folios 280 a 286 se acepta la
TRANSACCIÓN parcial respecto de la (sic) demandadas CRUZ BLANCA ENTIDAD PROMOTORA DE
SALUD S.A y EPSICLINICAS S.A continuando el proceso contra los otros demandados ALBERTO REYES
y MARÍA TERESA MORA ALVAREZ. En firme ingrese para continuar con el trámite del proceso. (…)”.
(Folio 351 del cuaderno No. 4).
Folio 409 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
23
proceso con los demás demandados y, d) modificó el monto de la
indemnización de perjuicios, reduciéndolo a la mitad, precisamente porque la
EPS y la IPS habían transado una suma de dinero correspondiente a su
derecho litigioso en conflicto. En este orden de ideas, se subsanó el yerro
judicial del juez de primera instancia con respecto al aval del contrato de
transacción y la responsabilidad solidaria de los demandados.
Así las cosas, el acreedor puede perseguir de todos los codeudores solidarios
la totalidad de la obligación, pero si el acreedor sólo demanda a uno de ellos,
no pierde el derecho a dirigirse contra los otros. No obstante, en el caso
concreto al haber transado los acreedores con uno de los deudores solidarios,
obteniendo el pago parcial de la obligación adeudada, ésta se extingue para
aquellos que acordaron y hasta el monto que concurra en el pago; y sólo se
puede exigir del resto de los codeudores la parte de la obligación que no haya
sido satisfecha al acreedor, a la luz del artículo 1572 del Código Civil. Lo
anterior, fue subsanado por el Tribunal Superior, al reducir el monto de la
indemnización de perjuicios, así, como las personas naturales demandadas no
transaron con los demandantes, el contrato de transacción tiene “el objeto de
terminar extrajudicialmente el litigio y mención, única y exclusivamente
respecto a los demandados que intervienen en el contrato”55, pues los médicos
demandados no aparecen suscribiéndolo y se transaron sólo la suma de dinero
que a ellos les correspondía por la indemnización de perjuicios.
52 El Juzgado 34 Civil del Circuito de Bogotá, condenó a los demandados al pago de cien (100) salarios
mínimos a los padres de la paciente fallecida y cada uno de los hermanos, la suma de treinta y ocho (38)
salarios mínimos.
53 Folio 349 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
54 Folio 349 del cuaderno No. 4. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
55 Folios 348 al 351 Cuaderno Principal. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso
ordinario de responsabilidad civil extracontractual.
24
Así, aunque se tratara de una obligación solidaria la existente entre Cruz
Blanca EPS, Epsiclínicas IPS y los médicos Alberto Reyes y María Teresa
Mora, la transacción parcial de la indemnización de perjuicios realizada por
los dos primeros, no implica la novación de la obligación entre los allá
demandantes y los médicos demandados, esto es, al transar no se liberó al
resto de los demandados, pues el proceso continuaba hasta tanto la víctima
fuera totalmente reparada. Por cuanto la novación debe ser pactada entre los
deudores solidarios, consentimiento que se configura en un elemento esencial
para que en el caso de una transacción pactada sólo entre el acreedor y uno de
los codeudores solidarios tenga efectos de extinguir las obligaciones
contraídas solidariamente.
En palabras del Tribunal accionado, los demandados “no tiene cómo invocar
dicha transacción en su propio beneficio, ya que no se trató de una con
carácter novatorio, es cierto, también, que tal contrato tampoco los puede
perjudicar,”56 razón por la cual decidió reducir el monto de la indemnización
de perjuicios, en proporción a la condonación del pago realizado por los
demás demandados, en tanto, “(…) no es dado invocar que por virtud de la
existencia de relaciones laborales o privadas entre los galenos y las personas
jurídicas que también fueron demandadas, sean estas últimas, con
exclusividad y a título de dichas vinculaciones, las llamadas a responder por
el pago íntegro de la reparación, (…).”57
6. Razón de la decisión.
56 Folio 89 del cuaderno principal. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso ordinario de
responsabilidad civil extracontractual.
57 Folios 71 a 94 del cuaderno principal. Expediente número de radicado 2004 00137 01 del proceso
ordinario de responsabilidad civil extracontractual.
25
erró en la interpretación del artículo 2341 del Código Civil, pues se demostró
como la médica omitió realizar los exámenes médicos para evaluar
oportunamente la fuente de los síntomas de la paciente (hecho) que derivó en
su muerte (daño) y que de haber actuado con diligencia y pericia dentro del
periodo postoperatorio se hubiera podido evitar la muerte de la paciente
(relación de causalidad); (iv) no hubo un yerro en la normatividad aplicable al
avalar el contrato de transacción entre EPS e IPS con los demandantes, por
medio del cual se extinguió la obligación entre éstos y decidir la continuación
del proceso con la médica María Teresa Mora, pues dicho contrato no la
liberaba de su obligación solidaria de pagar por los perjuicios morales
ocasionados a los demandantes en el proceso ordinario de responsabilidad
civil extracontractual, al no haber actuado con la diligencia exigida a un
profesional de la salud según la lex artis.
III. DECISIÓN
RESUELVE
26
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO
Magistrado
Con aclaración de voto
27
Superior de Bogotá D.C. y Juzgado 34
Civil del Circuito de Bogotá D.C.
Magistrado Ponente:
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO
Fecha ut supra,
28