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¿Qué es el Autismo?

El autismo no es una enfermedad. Las personas con autismo tratan las informaciones de manera
diferente, piensan diferente.

En estos momentos se habla del espectro del autismo, en el que puede haber gente con una deficiencia
mental severa y también personas, en el extremo opuesto, que tienen una inteligencia muy elevada.

Para saber qué es el autismo hay que hablar, sobre todo, de la tríada, porque existen tres factores que
encontramos en todas las personas con autismo: las dificultades para la comprensión social, los
problemas relativos a la comunicación y el lenguaje y el hecho de que esas personas tienen una
imaginación diferente.

Hay personas con Autismo que tienen una inteligencia muy elevada, pero diferente a la nuestra, así
como otras con discapacidad intelectual asociada.

¿Qué sucede cuando la persona se ve enfrentada a una sociedad que no comprende el Autismo?

Cuando se vive en una sociedad que no se adapta al autismo ni lo comprende pueden sufrir de
depresión o de otras enfermedades por la sociedad en la que viven. Esas son las consecuencias.

El origen o causa del Autismo

En ningún caso se puede decir que la causa del autismo sea el ambiente en que vivimos. El autismo tiene
un origen biológico, orgánico, y que también hay una gran influencia genética y hereditaria.

¿Cómo tratar el Autismo?

Si uno comprende el autismo, si uno tiene formación en eso, se pueden hacer muchísimas cosas para
ayudar a las personas con autismo. Por ejemplo, se puede desarrollar un sistema de comunicación no
verbal para los que tienen un nivel muy bajo de inteligencia en ese espectro.

Hay que adaptar el entorno para que las personas con autismo entiendan mejor lo que pasa y los
Estados deben poder desarrollar proyectos educativos individualizados para ellas.

La calidad de vida de una persona con autismo depende más del nivel de comprensión de la sociedad
sobre su condición que de los esfuerzos que haga para ser como nosotros.
Ideas extraídas desde una entrevista realizada a Theo Peeters, experto Belga en Autismo.

El trabajo

Con un tratamiento individualizado, educación y apoyo, los niños y adultos con Autismo pueden mejorar
y desarrollar habilidades que les permitan vivir y participar en su comunidad.

Respuesta eductiva

Los espacios del aula deben estar claramente señalizados por medio de pistas visuales y rincones de
trabajo bien definidos, que me indique la tarea que debo realizar, cuando inicio y termino una actividad.
Por otro lado, es necesario un horario de la semana, del día ,actividades a realizar durante la jornada. El
tipo de apoyo visual lo indicará el nivel de abstracción del niño, ya que puede que se requiera de
material concreto, fotografía o pictograma. Esto lo ayudará a organisarse y anticipar lo que vendrá y
esperan de él en ese momento. Junto con esto ajustarse a los cambios. En cuanto al material, éste debe
ser capaz de entregar información referente a: cuando inicio, como lo hago y cuando he terminado ( un
material que hable por si solo). Es muy importante evitar la frustración y potenciar el aprendizaje sin
error

¿Cuándo se retiran los horarios? a caso a una persona con discapacidad motora le quitamos las rampas
o su silla de ruedas para que se desplace. Las personas de desarrollo típico debemos agendarnos para
recordar lo que debemos hacer , ¿acaso nuestra sociedad no esta repleta de claves visuales, semáforos,
reglas que nos permite comprender lo que se espera de nosotros?. Los chicos que requieren de anteojos
para la lectura, ¿se los quitamos según el contexto?.

A medida que la persona con Autismo va adquiriendo mayor autonomía los apoyos y los entornos se van
flexibilizando (considerando que nuestra planificación esta centrada en la persona).

Brindando los apoyos adecuados logramos:

Reducir problemas de conducta

Priorizar canal visual

Favorecer la independencia

Ayudar a entender situaciones


Los estudios demuestran que las personas con Autismo responden bien a un sistema sumamente
estructurado, el programa de formación especializada adaptada a sus necesidades, y que la intervención
temprana proporciona los resultados más positivos. Los tratamientos que pueden ayudar incluyen, pero
no se limitan a: la medicina, la alimentación y el habla, sensoriales y de terapia ocupacional.

profesionales y especialistas que ayudan a los niños y niñas con autismo va variando cada
cierto tiempo.
Médico de cabecera: Lo normal es que sea el primero en hacer una historia clínica del niño y/o niña y le
refiera a un especialista. Debe a su vez, recibir información del especialista sobre el diagnóstico y
evolución del niño.

Pediatra: Dentro de los pediatras hay cada vez más especialización y sería bueno localizar un pediatra
que esté formado o tenga interés en el autismo. Este puede involucrarse en tratamientos y terapias,
ayudar a conseguir apoyos y ser un aliado excepcional.

Neurólogo: Con una formación específica en la estructura y la función cerebral, diagnostica, receta una
medicación y orienta respecto a terapias y recursos disponibles para disfunciones cerebrales.

Psiquiatra: Con una formación específica en los factores biológicos de la conducta humana y sus
alteraciones, diagnostica, receta una medicación y orienta respecto a terapias y recursos disponibles
para comportamientos anómalos.

Psicólogo clínico: Estos especialistas estudianlos comportamientos humanos y los procesos cognitivos
para entender las reacciones, reducir los sufrimientos y aumentar la comprensión de uno mismo. Por lo
tanto, colabora con el diagnóstico del niño y/o niña, participa en el diseño y desarrollo de programas
para modificar la conducta del niño y/o niña, forma a los padres y ayuda y aconseja para el desarrollo de
tratamientos, terapias e intervenciones adecuadas para la persona discapacitada o los que le rodean.

Psicólogo escolar: Con experiencia profesional en la psicología escolar y la orientación educativa,


diagnostica, lleva a cabo intervenciones conductuales con los niños y/o niñas, forma a los padres, realiza
terapias individuales o familiares y puede establecer pautas para el conjunto de la clase.

Terapeuta ocupacional: Intenta ayudar a que las personas con autismo vivan lo más independiente
posible, atendiendo a áreas diversas como auto-protección, productividad, ocio, valoración de riesgos...

Fisioterapeuta:Interviene para ayudar a mejorar las habilidades motoras del niño y/o niña,
concentrándose en los aspectos físicos y tratando de mejorar la funcionalidad de las extremidades.

Logopeda: No solo trabajan el lenguaje verbal. Puede ayudar también a mejorar la capacidad de
comunicación del niño y/o niña antes de que pueda hablar.

Especialista en terapia musical: Son muy escasos pero su ayuda puede ser muy positiva. A través de la
música ayudan con los problemas de comunicación y comportamiento.

Especialista en alergias, nutrición y dietética: Son de mucha utilidad desde el momento que se empieza a
plantear una terapia basada en dietas, suplementos alimenticios, etc. Se empieza contar con estos
especialistas cuando aparecen las preocupaciones sobre los aspectos biomédicos del niño y/o niña con
autismo.

Maestro: Tienen una influencia clave en el desarrollo y mejoría del niño y/o niña afectado por el
autismo. Lleva a cabo programas de actuación con los niños y/o niñas, mejora la formación de los padres
y orienta sobre los recursos disponibles. Ya que los padres son los que mejor conocen a sus hijos e hijas,
es importante que exista un intercambio fluido con el maestro y la maestra y que también se
establezcan vías regladas de comunicación con los médicos y psicólogos implicados para seguir las
mismas pautas y valorar entre todos los resultados de los tratamientos.

Trabajador social: Proporciona asesoramiento, consejo y distintos tipos de ayuda. También intervienen
en entrenar, enseñar, aconsejar y proporcionar información a padres y cuidadores. Puede ayudar
también a ajustar el ambiente ayudando a que tenga la consistencia y rutina que la persona con autismo
necesita. Es una importante forma de apoyo y puede ayudar a establecer cuidado de descanso. Es
también clave para atender a los beneficios disponibles como escolarización, servicios de
ayuntamiento...

Criterios diagnósticos del autismo y el trastorno del espectro autista


(TEA)
La concepción del autismo ha cambiado significativamente en el transcurso de los últimos años gracias
al avance en su investigación. La última versión de la clasificación internacional de trastornos mentales
más importantes, el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-5 (DSM-5), reconoce estos
progresos e incluye el autismo dentro de los trastornos del neurodesarrollo, alejándose de la antigua
conceptualización de Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD). En cambio, la otra clasificación
internacional de los trastornos mentales, el International Statistical Classification of Diseases and
Related Health Problems-10 (ICE- 10), mantiene la antigua clasificación. Los trastornos del
neurodesarrollo son un grupo de trastornos que tienen su origen en el periodo de gestación. Se
caracterizan por deficiencias en el desarrollo que producen limitaciones en áreas específicas o
limitaciones globales a nivel personal, social, académico, laboral, etc.

Además, el autismo pasa a denominarse Trastornos del Espectro Autista (TEA), ya que reconoce la
sintomatología autista común a todos los individuos en un amplio abanico de fenotipos. Es por este
motivo que desaparecen los subtipos de autismo (Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, Trastorno
desintegrativo de la infancia, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado).

En esta clasificación, se considera que las características fundamentales del autismo son: un desarrollo
de la interacción social y de la comunicación, claramente anormales o deficitarios, y un repertorio muy
restringido de actividades e intereses.
A continuación se presentan los criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) según el
DSM-5 (APA, 2013).

A Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos,


manifestados por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes

A.1 Deficiencias en la reciprocidad socioemocional; por ejemplo:

- Acercamiento social anormal,

- Fracaso en la conversación normal en ambos sentidos,

- Disminución en intereses, emociones o afectos compartidos,

- Fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales

A.2 Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social; por
ejemplo:

- Comunicación verbal y no verbal poco integrada,

- Anormalidad en el contacto visual y del lenguaje corporal,

- Deficiencias en la comprensión y el uso de gestos,

- Falta total de expresión facial y de comunicación no verbal

A.3 Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones; por ejemplo:

- Dificultad para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales,

- Dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos,

- Ausencia de interés por las otras personas

B Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se manifiestan en


dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos
pero no exhaustivos)

B.1 Movimientos, uso de objetos o habla estereotipada o repetitiva; por ejemplo:

- Estereotipias motrices simples,

- Alineación de juguetes,

- Cambio de lugar de los objetos,

- Ecolalia,

- Frases idiosincráticas

B.2 Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad a rutinas, o patrones ritualizados de


comportamiento verbal y no verbal; por ejemplo:
- Elevada angustia ante pequeños cambios,

- Dificultades con las transiciones,

- Patrones de pensamiento rígidos,

- Rituales de saludo,

- Necesidad de seguir siempre la misma ruta o de comer los mismos alimentos cada día

B.3 Intereses muy restrictivos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad y focos de interés se
refiere; por ejemplo:

- Fuerte vínculo o elevada preocupación hacia objetos inusuales,

- Intereses excesivamente circunscritos y perseverantes

B.4 Híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inusual por los aspectos sensoriales del
entorno; por ejemplo:

- Aparente indiferencia al dolor/temperatura,

- Respuesta adversa a sonidos y texturas específicas,

- Oler o tocar excesivamente objetos,

- Fascinación visual con luces o movimientos

B Los síntomas tienen que manifestarse en el periodo de desarrollo temprano. No obstante, pueden no
revelarse totalmente hasta que las demandas sociales sobrepasen sus limitadas capacidades. Estos
síntomas pueden encontrarse enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida.

C Los síntomas causan deterioro clínico significativo en el área social, laboral o en otras importantes
para el funcionamiento habitual.

D Las alteraciones no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por un retraso global del
desarrollo.

Joven con autismo.

El DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), considera que las características
fundamentales del autismo son: un desarrollo de la interacción social y de la comunicación claramente
anormales o deficitarios, y un repertorio muy restringido de actividades e intereses.

La Discapacidad Intelectual (DI) y el TEA se encuentran frecuentemente unidas. Para poder realizar un
diagnóstico del TEA y del DI con comodidad, la comunicación social debe situarse por debajo de lo
esperado a nivel general del desarrollo.

Las personas anteriormente diagnosticadas, según el DSM-IV, de trastorno autista, Asperger o trastorno
generalizado del desarrollo no especificado, actualmente se les aplicará el diagnóstico del TEA.
Así mismo, las personas con deficiencias notables de la comunicación social, pero que no reúnen
criterios para el diagnóstico del TEA, tienen que ser evaluadas para diagnosticar un nuevo trastorno que
ha definido el DSM-5 denominado “trastorno de la comunicación (pragmático) social”. La diferencia
principal con un TEA es que en el trastorno de la comunicación social no se cumple el criterio
diagnóstico B, por lo que no se observan patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento,
intereses o actividades...

Y además de los criterios diagnósticos, debe especificar si:

Se acompaña o no de discapacidad intelectual,

Se acompaña o no de deterioro del lenguaje,

Está asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental conocido,

Está asociado a otro trastorno del neurodesarrollo mental o del comportamiento, con catatonia,

También debe especificarse el nivel de severidad:

Nivel 1: necesita ayuda

Nivel 2: necesita ayuda notable

Nivel 3: necesita ayuda muy notable

Si analizamos el contenido de estos criterios diagnósticos, observamos que, independientemente de los


dos síntomas fundamentales, se incluye un criterio referente al inicio sintomatológico (C), de manera
que sólo puede diagnosticarse el Trastorno del Espectro Autista si los criterios A y B se manifiestan
durante la primera infancia. El motivo de la inclusión de este criterio temporal es el de poder diferenciar
entre el TEA que, por definición, aparece muy precozmente, del trastorno desintegrativo de la infancia,
que se manifiesta después de un periodo de aparente normalidad no inferior a los 2 años de edad.

Estrategias educativas para niños con diferentes


grados de autismo
Objetivos
Los objetivos generales de las estrategias educativas en niños autistas deben estar
dirigidos a la consecución de las siguientes metas:
 Potenciar al máximo la autonomía e independencia personal de los chicos y
chicas.
 Desarrollar el autocontrol de la propia conducta y su adecuación al entorno.
 Mejorar las habilidades sociales de los alumnos, fomentando su capacidad de
desenvolvimiento en el entorno y de comprensión y seguimiento de las normas,
claves y convencionalismos sociales y emocionales.
 Desarrollar estrategias de comunicación funcionales, espontáneas y
generalizadas.
 Fomentar la intención comunicativa y la reciprocidad en la comunicación.
 Desarrollar procesos cognitivas básicos como el pensamiento abstracto, la
atención y la memoria.

Adaptación curricular
En base a estos objetivos, el equipo docente del centro debe realizar una adaptación
personalizada del currículoen función de los siguientes aspectos:

 El grado y tipo de autismo del alumno y sus características y potencialidad.


 Las posibilidades de desarrollo funcional de cada niño.
 La evolución del alumno.
 El entorno familiar y social del chico o chica.
 El contexto educativo en el que se encuentra inmerso el muchacho: capacidades
en personal e infraestrucutra del centro, posibilidad de que reciba atención y apoyo
extraescolar, etc.

Criterios metodológicos
La metodología de aprendizaje utilizada debe, por un lado, adaptarse al ritmo y las
dificultades en el plano cognitivo, comunicacional y social del niño y, por otro,
incidir en la experimentación y el contacto con los demás y el entorno, ya que es la
mejor forma de romper el hermetismo que caracteriza a estos chicos y facilitar el
aprendizaje funcional. Algunas acciones metodológicas en esta línea que la
experiencia ha demostrado muy eficaces son:

 El aprendizaje en contextos naturales.


 Tomar los propios intereses del alumno como punto de partida.
 Prediseño de situaciones que favorecen o desencadenan actos comunicativos.
 El típico sistema de aprendizaje de ensayo-error no funciona con niños autistas. En
estos casos, es mejor que el profesor le facilite los apoyos necesarios para que
pueda realizar la tarea y luego se los vaya retirando poco a poco.
 Prestar mucha atención a la expresión y comprensión de los estados emocionales
propios y ajenos.
 Establecer rutinas y situaciones muy estructuradas.
 Evitar elementos de distracción.
 La organización espacio-temporal también debe estar muy estructurada,
facilitando la predictibilidad y la anticipación.
 Usar agendas para que el alumno pueda tener muy bien organizado el tiempo,
pueda predecir situaciones y le sea más fácil controlar su conducta.

Actividades
Las actividades enfocadas a niños autistas deben ser muy funcionales, estar muy
bien organizadas y estructuradas y destacar por la claridad y la sencillez. En
cuanto a los materiales, se debe procurar que por sí solos muestren al niño las tareas
que debe realizar. Los apoyos visuales (dibujos, fotos, carteles) son muy útiles en niños
autistas como guía y elemento no solo recordatorio, sino también de refuerzo
motivacional de las acciones y tareas diarias.
Los trabajos en mesa deben ser repetitivos, bien estructurados, procurando que el
niño interactúe con sus compañeros y donde predominen los elementos
visuales (pictogramas, puzzles) y con los que pueda experimentar (ceras de colores,
juegos de construcción, plastilina, etc.).

Principales estrategias educativas para niños con


autismo
1. Estructurar bien el entorno
Su principal objetivo es adaptar al niño a los diferentes espacios, según las
actividades que debe realizar en estos. En esencia, se trata de estructurar el
ambiente con diferentes materiales, en dependencia de las tareas que se
vayan a desarrollar. Por ejemplo, en el comedor puedes colocar la vajilla
encima de la mesa antes de que el niño entre, así como cuadros que hagan
alusión al acto de comer. Al contrario, debes evitar colocar objetos ajenos a la
actividad que se realiza en la habitación, como un televisor o un ordenador.
Con esta sencilla estrategia lograrás que el niño se adapte con mayor facilidad
a los diferentes entornos y comprenda qué actividad debe realizar en cada
uno. También puedes utilizar láminas identificativas cuando visitéis sitios
nuevos. De esta manera el niño comprenderá qué se espera de él.
2. Anticipar actividades y comportamientos
La mayoría de los niños con autismo se ensimisman en sus actividades
preferidas, por lo que se muestran ansiosos e irritables cuando se les conmina
a cambiar de tarea. Una estrategia muy sencilla para evitar este problema
consiste en anticipar las tareas diarias y el comportamiento que se espera
obtener. Para lograrlo, es conveniente recurrir a las imágenes ya que estos
pequeños suelen tener una excelente memoria visual y pueden recordar con
mayor facilidad las secuencias de tareas si se presentan a través de imágenes.
Por ejemplo, puedes preparar un set de imágenes que representen las
actividades cotidianas y las tareas nuevas que debe realizar. Al inicio del día,
puedes mostrarle la secuencia de actividades que tendrá que hacer a lo largo
de la jornada y cada vez que termine una tarea, le explicas que la actividad que
hacía ha finalizado y que pasará a una nueva, en este momento debes brindarle
detalles sobre la nueva actividad y enseñarle las imágenes. Está técnica de
anticipación también es útil para indicar la aproximación de un evento que le
molesta o incluso de una circunstancia nueva.
3. Introducir los cambios paulatinamente
Por lo general, los niños con autismo desarrollan una esfera de intereses muy
limitada que los motiva a enfrascarse solamente en determinadas
actividades. De hecho, no es extraño que se apeguen a las mismas rutinas y
que tengan rabietas o se comporten de manera inadecuada si se ven obligados
a cambiar sus hábitos. En muchos casos, esto conlleva a que los padres se
encierren en casa, volviéndose cómplices del aislamiento de su hijo. Sin
embargo, existe una estrategia para lograr progresos en la conducta social del
niño.
La idea es que desde pequeño, le acostumbres al cambio. Se trata de que no
frecuentéis siempre los mismos lugares o que toméis rutas diferentes cada
vez. Poco a poco, introduce pequeños cambios en la rutina cotidiana,
preséntale nuevos juguetes y a nuevas personas. Por supuesto, no se trata de
que le bombardees con nueva información, porque será totalmente
contraproducente, sino de que incluyas pequeñas transformaciones que le
permitan aceptar mejor el cambio cuando este se produzca.
4. Dar instrucciones de acuerdo a su nivel de desarrollo
Enseñar a reconocer y ejecutar instrucciones sencillas es una estrategia básica
para la educación de un niño con autismo. Sin embargo, no se trata de una
técnica tan fácil como parece a simple vista. Primero debes comenzar con
instrucciones sencillas como: “Párate”, “Guárdalo” y “Toma”. Es probable que al
inicio el niño no responda a estas instrucciones pero si eres perseverante,
terminará comprendiéndolas y ejecutándolas.
No obstante, para no confundirle aún más, es mejor que le ayudes a seguir la
orden, en vez de repetirla verbalmente una y otra vez. También es aconsejable
esperar el momento propicio para darle las instrucciones porque si el niño está
enfrascado en otra actividad, es posible que no te preste atención. Lo ideal es
que te coloques de frente y, mirándolo a los ojos, le pidas lo que deseas.
5. Exigir normas de comportamiento
Muchos padres y cuidadores de niños con autismo suelen pasar por alto las
normas de convivencia. Sin embargo, es fundamental que los niños sigan las
mismas normas que el resto de sus coetáneos, aunque necesiten mayores
niveles de ayuda para lograrlo. La clave consiste en brindarles instrucciones
sencillas, acordes a su nivel de desarrollo.
El primer paso será exigirle que cumpla las mismas normas y límites que sus
compañeros o hermanos. Por supuesto, tendrás que hacer algunas concesiones
y explicarle varias veces de manera clara y sencilla qué debe hacer. Por
ejemplo, si quieres que aprenda a esperar su turno en una cola, puedes
pedírselo directamente y, aunque se muestre irritado o molesto, debes hacerlo
esperar, sin enojarte pero mostrándole que debe permanecer allí. Las primeras
veces será difícil pero poco a poco, el nivel de tolerancia del niño aumentará.

Metodología docente y trastorno del espectro autista.


}Debemos conocer cómo tratar a estos niños en el aula. Por ello siguiendo a Rodgla y Miravalls (2013),
para realizar una metodología para el alumnado con trastorno del espectro autista debemos tener en
cuenta los siguientes criterios: - El aprendizaje en contextos naturales permite que la intervención sea
más comprensible y facilita la generalización de la vida real, llevando a cabo un aprendizaje funcional, -
Hay que partir de los intereses del alumno, - Se deben aprovechar las rutinas cotidianas y las situaciones
incidentales, - Pre-diseñar situaciones que desencadenen actos comunicativos: interrupción de la
realización de la rutina para que el alumno se comunique para que la actividad continúe, emplear la
pausa larga para pedirle algo al maestro mediante la comunicación, generar situaciones para que el
necesite ayuda para obtener el objeto deseado. - Empleo de ayudas para provocar actos comunicativos:
moldeado, imitación, ayudas verbales y refuerzo. - Ofrecer al niño oportunidades para poder elegir y
fomentar la toma de decisiones. - Uso de diferentes modalidades que favorezcan la atención a través de
sistemas de ayudas o apoyos: paneles visuales (paneles con pictogramas, fotos y palabras escritas),
colores (cada niño se identifica con un color que tendrá en su mesa, en las bandejas del almuerzo, en el
panel del almuerzo y en las agendas personales), Metodología docente en el trastorno Espectro Autista
21 sistemas alternativos de comunicación (PECS y método de comunicación total de Shaeffer). - El
lenguaje debe ser sencillo, mediante el uso de una sola palabra o de frases muy cortas, y si es necesario
apoyándose en imágenes u objetos de referencia. - Es importante emparejar con énfasis palabras
simples con aspectos significativos de la realidad. Por ejemplo: cuando un niño comunica que quiere una
manzana intentando alcanzarla, el adulto debe decir de forma clara y enfáticamente “manzana”, cuando
se le da al niño. - Se llevará a cabo un aprendizaje sin error, dándole los apoyos necesarios para que
realice la tarea de forma satisfactoria, e ir retirándolos gradual y progresivamente. - Prestar atención a la
expresión y comprensión de los estados emocionales propios y ajenos, enfatizando cuando estamos
tristes, contentos o enfadados. - Establecer rutinas y situaciones de aprendizaje muy estructuradas. -
Evitar elementos de distracción. Además siguiendo Bonilla, Pérez y otros (2011). El método de trabajo se
basa en agendas de pictogramas que recogen las diferentes actividades que se van a realizar. Se tiene
que colocar debajo del pictograma “hacer ficha” o “colorear”, otra tarjeta que recompense ésta tarea.
Cuando no se cumplan las tareas, se le castigará sin las recompensas. Esta ayuda visual para controlar
los premios y castigos, se puede ir sustituyendo con explicaciones orales conforme los niños vayan
comprendiendo el mecanismo. Durante su aprendizaje, es importante aprovechar su memoria visual.

Comunidad escolar y trastorno del espectro autista


. Un aspecto importante en la educación del niño y/o niña con trastorno del espectro autista es tener en
cuenta la comunidad escolar donde debemos tener en cuenta entre otros a la familia. Siguiendo a
Greenspan y Wieder (2008) los padres, el entorno familiar, los tutores y pediatras tienen muy presente
el desarrollo del niño. Gracias a este conocimiento, pueden detectar los primeros síntomas de cualquier
disfunción para ayudarle si está en riesgo. Además siguiendo a la Consejería de Educación y Ciencia de la
Junta de Andalucía, el papel Metodología docente en el trastorno Espectro Autista 22 de las familias en
la educación de los alumnos y alumnas con trastornos del espectro autista es muy importante, aunque
está condicionado por dos cuestiones fundamentales: 1. La familia como parte pasiva, núcleo que recibe
un “shock”, tiene que aprender a adaptarse y superar ese estado. Las familias necesitan apoyos intensos
y especializados durante casi toda su vida, aunque se acentúan en los primeros años. En este período se
destacan dos momentos claves: Cuando sospechan que su hijo o hija tiene un problema de
comunicación y Cuando se confirman las sospechas del especialista. La asimilación de este trastorno no
es fácil, por lo que el apoyo a las familias es el respeto a los ritmos de asimilación de cada una. 2. La
familia, como agente activo, tendrá que adaptarse a la situación de su hijo o hija y desarrollar
estrategias de superación y comprensión del trastorno mediante la orientación y apoyo de profesionales
especializados cuyas líneas básicas de asesoramiento podrían ir encaminadas a: orientaciones para
organizar las actividades de la vida diaria, que favorezcan la anticipación y la comunicación, darles
información para que comprendan mejor cada día el problema, apoyar la consecución de los objetivos
del programa de intervención, sobre todo los destinados a la mejora de la comunicación, la autonomía
personal y la autodeterminación; facilitar la adquisición de las técnicas básicas que ayuden a conseguir
los objetivos, sobretodo la modificación de conducta y de las habilidades de comunicación, favorecer el
contacto con otras familias, ofrecer información sobre los apoyos sociales, ayudarles a construir una
visión realista del trastorno que favorezca la implicación de las familias sin que se “exalte”

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