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“PLANTÍO, RIEGO Y CRECIMIENTO”

“¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales
habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté,
Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta
es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y
el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa
conforme a su labor” (1ª corintios 3: 5; 8).

Introducción

En este pasaje el Apóstol Pablo llama fuertemente la atención de los


creyentes de la iglesia por sus infantiles y absurdas actitudes de pelearse
entre ellos, estar divididos, enojados, peleados y celosos. Los trata de
carnales e inmaduros. Entre ellos había un espíritu sectario, se habían
abanderado con Apolo, otros con Pablo y otros con Cefas. Pablo aclara este
asunto planteado una gran verdad que hasta hoy debe ser premisa de la iglesia
del señor: “¿Qué pues, es Pablo, y qué Apolos? Servidores por medio de los
cuales habéis creído”. Dios usa a los hombres, ellos son solo instrumentos,
canales por los cuales fluye la bendición de Dios, pero lo realmente
importante no es quien me predica, o quien me instruye sino a quien me
predican y que me enseñan.

Aplicación

Pablo enseña que él fue el instrumento que Dios uso para plantar la semilla
del evangelio en el mundo gentil (parábola del sembrador Mateo 13:3-8), el
puso el fundamento, la base coloco la semilla etc. (leer 1ª Corintios 3:10-
11) Plantar significa meter en tierra una planta o un vástago para que arraigue
en un terreno, asentar, fijar, colocar una cosa en el lugar que debe, fundar,
establecer etc., esto habla en términos generales de la evangelización (Mateo
28:19, Marcos 16:15, Hechos 1:8) el Apóstol tuvo el gran privilegio de
llevar la semilla del evangelio a un mundo que desconocía a absolutamente
el plan de Dios y plantar esa semilla en sus corazones.

Pablo nombra a Apolos como quien regó: ¿Quién fue Apolos? Judío nacido
en Alejandría, era elocuente y poderoso en las escrituras del A.T. al principio
solo conoció el bautismo de Juan. Luego trabajó en Corintio a la partida del
Apóstol Pablo de esa ciudad. Era un gran orador, fuerte predicador y se dice
que es elocuente expositor al referirse a temas doctrinales. El Apóstol dice:
“Apolo regó” dando a entender que Apolos hizo una labor posterior diferente
pero no menos que la había realizado en el centro de la Iglesia Local.

Regar

Regar significa esparcir sobre una superficie para beneficiarla, limpiarla o


refrescarla. Es decir, no basta solo el fundamento, la buena semilla, la
evangelización, ganar almas, etc. debemos también regar, abonar, refrescar
y discipular esa iglesia que recién se forma, regar tiene un indicio de un
trabajo largo y persistente de enseñanza, discipulado y formación.

Plantar

La palabra plantar en el griego lee futela; plantar de fuo = producir, brotar,


crecer y futon = planta. Algo congénito, innato. Regar se lee breco y postizo;
humedecer, regar, llover, dar de beber, etc., la Biblia versión
latinoamericana dice: “Yo planté Apolos regó, pero Dios hizo crecer. Y no
cuenta el que planta ni el que riega, en comparación con Dios, que hace
crecer”. Sobre esto podemos decir que Pablo fue el Fundador de las Iglesias,
no se pone el celoso de los que pasan después de él. Pero sucede que alguno
sin un auténtico llamado actúe para su prestigio personal olvidando que los
creyentes son la iglesia de Cristo y no un pueblo por conquistar. Podemos
ver en este contexto como cada uno construye sobre un terreno ya preparado
por otras generaciones, lo importante es realizar cosas, no que brillen tanto,
sino que perduren en el tiempo.

Crecimiento

La palabra crecimiento en el griego lee; auxano=crecer, aumentar natural o


espiritualmente y mekuno=crecer, alargar, extender. Se usa del crecimiento
de las plantas (Marcos 4:27). Lo esencial de todo este asunto es que de nada
sirve mi trabajo, su esfuerzo, si no hay crecimiento, de nada sirve plantar o
regar si Dios no hace crecer; “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega
sino Dios que da el crecimiento” (Salmo 127:1, Lucas 24:50). El
crecimiento es indudablemente, un resultado del plantío y el riego, pero
cuando Dios lo produce, el crecimiento debe obviamente ser integral
(espiritual, material y numérico) en toda congregación o ministerio. ¡No te
obsesiones en crecer, si Dios está contigo y riegas y plantas crecerás, es decir
habrá frutos, resultados, dividendos etc., del trabajo que estás haciendo!
(Lucas 2:5 1ª Corintios 15:58, 1ª Tesalonicenses 3:12, Colonenses 2:19)

Palaras finales

Muchos crecen con fórmulas mundanas y el olvidan el plantío y el riego.


Otros aparentemente plantan y riegan, pero no hay crecimiento como Pablo
dijera: “en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las
coyunturas y ligamentos, Crece con el crecimiento que da el señor”
Colonenses 2:19. Terminó diciendo que el Apóstol recalco que así como no
es nada crecimiento, es absolutamente cierto que el señor recompensara
abundante y justamente a cada uno de nosotros conforme a nuestra labor.

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