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ALCANCE LA ESTRELLA GANADERA OPTIMIZANDO LOS POTREROS

Máxima carga

Tiempo de descanso
adecuado Menor tiempo
Cinco aristas

Mayor consumo Menor área

La máxima carga, durante el menor tiempo, en la menor área, el mayor consumo y


el tiempo de descanso adecuado son las cinco aristas de la estrella del éxito de la
ganadería aprovechada en potreros. Lograr establecerla y aprovecharla requiere de
numerosos factores que parten de la convicción y de la decisión de los hombres
involucrados tras su logro. Son diversos los factores que intervienen, muchos de
ellos dependen del trabajo en equipo de todos los involucrados; como estrella, no
tiene ni comienzo ni fin, ni punto más importante, todo interactúa, en un proceso
biológico dinámico y equilibrado. Podríamos comenzar por comprender como todos
los elementos involucrados en el pastoreo son importantes e interdependientes. Los
animales son solo uno, como lo son el suelo, las plantas (todas), los recursos
hídricos, el medio ambiente, las pequeñas especies (incluidas aves, insectos y
microorganismos), el hombre; sin olvidar que este, es el elemento pensante
encargado de coordinar todo el proceso. Es el Eje.

El rumiante, por su capacidad de consumir diversos tipos de plantas además de las


gramíneas y leguminosas, se convierte en una insuperable máquina de
aprovechamiento y reciclaje de todas las plantas presentes en un potrero. Con su
trabajo además de convertirlas en nutrientes -leche y carne- aprovechados por los
monogástricos, también entrega alimentos –estiércol, saliva y orina- para el suelo y
la multimillonaria fauna y flora que lo habitan. La eficiencia de este trabajo
dependerá de la composición y tipo de plantas que ingiera; siendo la digestibilidad
de éstas, inversamente proporcional a la cantidad de lignina (estructura no digerible
de las plantas) en sus paredes celulares, la cual aumenta con la edad de la planta.
Si consideramos como “maleza” las plantas no aprovechables de un potrero,
podemos entonces calificar como tal a todas las que tengan un alto nivel de lignina,
las cuales solo las consumen los rumiantes cuando son obligados. Tienen pobre
palatabilidad y digestibilidad. Puntualizando, toda planta vieja es maleza, incluyendo
los pastos que por edad pierden gustosidad y valor nutritivo. El tamaño del potrero
es determinante para la existencia de malezas, a mayor tamaño más malezas. El
bovino es altamente selectivo y cuando se le permite, se dedica a caminar y
despuntar los pastos y plantas más jóvenes, se empiezan a demarcar claras zonas
de alto, medio y ningún consumo; en las primeras, las plantas reiteradamente
agredidas van desapareciendo, en las otras dos empiezan a fortalecerse las plantas
que no son consumidas en razón a su pérdida de palatabilidad y alto contenido de
lignina. Una planta alta dificulta también la eficiencia del pastoreo. En la medida en
que permanezcan los animales en el potrero tal efecto se va acrecentando, pasados
cuatro días de ocupación se inician los consumos de rebrote y con el tiempo
aparecerán zonas definidas de escasez y abundancia, estas últimas conformando
islotes de material envejecido no consumido, que cada vez será más viejo y tupido.
Caminar un potrero e identificar estas zonas permitirá comprobar como
progresivamente las áreas de pastoreo reducen su oferta y empobrecen. Crecen las
islas donde el animal jamás entra y se definen más los peladeros, con suelos
compactados.

Reducir el tamaño de los potreros al adecuado, es solo el comienzo de un camino


que lleva a la optimización de su uso. El consumo de plantas por parte de los
animales empezara a ser controlada, en la medida en que las áreas sean más
pequeñas y se tenga mayor cantidad de animales, la capacidad selectiva de estos
se irá perdiendo, se presentara la competencia y realizaran más intensamente la
labor de pastoreo con menor desplazamiento. Cuando se entiende que los animales
manejan jornadas de pastoreo, de rumia, de descanso, de vagabundeo empezamos
a aceptar que podemos aprovechar los momentos de pre- disposición al pastoreo
para facilitarlo. Numerosos trabajos muestran como este momento es más intenso
y frecuente en las horas vespertinas, es decir, los animales son más activos
pastoreando al final del día y primanoche, cuando se coincide con la mayor oferta
nutricional de las plantas como resultado del proceso de Fotosíntesis durante todo
el día. Con esta información podemos organizar las jornadas de tal manera que los
animales vayan a los potreros al final de la tarde cuando ya la radiación solar y el
calor han disminuido, el apetito voraz, causado por el ayuno, los lleva a realizar un
pastoreo más agresivo y eficiente, obteniendo mayor cantidad de forrajes, más
nutritivos. Este manejo enseña una rutina a los animales que les condiciona a
aprovechar al máximo los horarios, sabrán que, al llegar a un potrero con tamaño
reducido y tiempo controlado, deberán competir en tiempo y espacio, su pastoreo
será dinámico, continuo, progresivo y a fondo. Serán cerca de ocho horas con
mínima selección, mínimo desplazamiento, máximo aprovechamiento, agresivo
consumo de forrajes. Las plantas no consumidas, incluyendo gramíneas y
leguminosas, deben ser consideradas malezas y, cortadas a una altura de pastoreo
a fondo, serán puestas en igualdad de condiciones a las pastoreadas, con una
recuperación similar estarán aptas para ser consumidas en una nueva ocupación,
una vez transcurra el tiempo de descanso apropiado. No cortarlas significa favorecer
la permanencia y maduración de material que no será consumido por los animales.
Son numerosas las plantas arbitrariamente calificadas como malezas que son
consumidas con gran avidez cuando aún son jóvenes por los rumiantes, muchas de
ellas ofrecen nutrientes superiores a los aportados por las gramíneas. Los arbustos
y plantas que se puedan convertir en árboles, deben ser respetados y en lo posible
sembrados, lo máximo que se puede hacer con ellos es ramonearlos para permitirle
a la los rayos solares iluminar su base. Los árboles enriquecen y hacen más
productivos los potreros. Se insiste en resaltar como los forrajes jóvenes son mejor
aprovechados en un trabajo ruminal más eficiente que lleva a mayor obtención de
nutrientes y la eliminación de un estiércol mejor digerido con mayores condiciones
de fácil biodegradación que favorece la biodinámica del suelo, presentándose
además una disminución en la producción de gas metano. Una alta carga de
animales en un área reducida y con forrajes altamente digeribles posibilita la
colocación en el suelo de materia fecal y orina biodisponibles que contribuyen
activamente al mejoramiento de la vida del suelo. Saturación de excretas para un
abonamiento poderoso, dinámico, efectivo, natural y gratuito.

El consumo a fondo de las gramíneas permite aprovechar una de las características


propias de ellas: la de poder acumular reservas en la base de los tallos y en las
raíces, con las cuales tienen la capacidad de iniciar el rebrote hasta alcanzar las
primeras hojas reactivando la fotosíntesis. Esta condición única, siendo un privilegio
de las gramíneas, permite abusos con ellas, cuando se deja a los animales agredir
repetidamente los rebrotes hasta agotar las reservas acumuladas, causando la
desaparición de las gramíneas más apetecidas. Es una situación frecuente cuando
se olvida como los pastos presentan rebrote a partir del cuarto día de consumidos
y se mantiene los animales en el potrero por un periodo más prolongado,
permitiendo así el consumo de más de un rebrote. La condición ideal de alta carga
animal con tiempo de ocupación de un solo día, empieza a ser aceptada cuando se
entiende cómo el sobre pastoreo está más ligado con el tiempo de ocupación que
con la carga animal. Hacen más daños cinco animales en una hectárea durante
quince días que cien en la misma hectárea ocupándola sólo un día. El tiempo de
descanso, como lo reitera el profesor Voisin, debe ser lo suficientemente largo para
permitir a las plantas (gramíneas) realizar su “llamarada de crecimiento” como
máxima expresión a la fotosíntesis y lo suficientemente corto, para que no se pase
del punto óptimo de consumo, cuando presenta la mayor cantidad y calidad de
oferta. Determinar ese momento es el compromiso del hombre que aporta su razón
y conocimiento tras los mejores logros.
Existe numerosa literatura e información útil para enriquecer los conocimientos y
mejorar las prácticas de pastoreo. Todas coinciden y llevan a la conclusión de que
es el mejor sistema de beneficio ganadero en cualquier lugar del mundo, más en el
Trópico donde mediante su uso podemos hacer una ganadería fantástica con
rendimientos increíbles que nos harían los reyes del mercado. Autores como
Gregorini, Primavessi, Pinheiro, Sorio, Sierra, entre otros, son un diverso banco de
ideas, contradictorias algunas pero todas basadas en los principios empíricos
utilizados por los pastores de la antigüedad que fueron desempolvados, vividos,
organizados y planteados por el Ingeniero Químico André Voisin a mediados del
siglo pasado. Su obra Productividad de la Hierba es el libro inspirador de esta
“nueva moda”. Tenemos la obligación de poner en práctica procedimientos de
pastoreo que, siendo muy antiguos, son poco utilizados. Con ellos ingresaríamos a
un sistema de manejo altamente rentable con bajo consumo de insumos causantes
de serios daños del medio ambiente y del desperdicio de importantes sumas de
dinero que solo benefician a los gestores e impulsadores de la Revolución Verde,
con una ganadería y una agricultura con alta dependencia de agroquímicos e
insumos externos.

Recurriendo a la tecnología de las “cercas eléctricas” se puede implementar la


división de potreros con un mayor número y el menor tamaño posible. Siempre será
rentable hacerlo, más, cuando se entienda que estas son una barrera sicológica, no
física y por lo tanto se necesita poca madera y alambre, siendo suficiente en tierra
plana colocar postes cada 50 metros con un máximo de dos líneas de alambre o,
como se ha venido haciendo exitosamente en diferentes partes, construyendo
potreros de una hectárea, con una sola línea de alambre facilitando el manejo sin el
uso de puertas ni portillos. Es un hecho que en la medida en que los potreros son
más pequeños, la operación es más productiva. Quienes sufren importantes
pérdidas por efecto de plantas toxicas como el cansaviejo,
mataganado, ahorcachivo o mindaca, tienen en esta propuesta una solución. Para
iniciar solo se requiere tomar la decisión y hacerlo. No será fácil pues en todo
proceso los humanos nos resistimos al cambio siempre opinamos y cada uno
tenemos nuestros conceptos y verdades, generalmente apegados a lo que toda la
vida hemos hecho, así sea con pobres resultados. Aquí, más que pensadores,
necesitamos la colaboración de ejecutores. Quien empiece a pedir opiniones y a oír
a muchos “expertos” jamás tendrá éxito en un sistema que sencillamente se basa
en los principios elementales del pastoreo eficiente que aplicaron los mejores
pastores de la antigüedad y que, siendo olvidado, no ha podido ser superado. Solo
si nos atenemos a las cinco aristas de la estrella y las seguimos con firmeza
lograremos construirla, activando un proceso de mejoramiento continuo donde todo
el sistema será cada vez más productivo. Alcanzaremos mayores rendimientos por
área, por grupo y reduciremos de manera importante la dependencia de insumos;
con menor inversión lograremos mayores rendimientos. Posiblemente algunos
animales presenten problemas al comienzo, pero fácilmente se acostumbran, y si
alguno no lo hace, lo mejor es eliminarlo del grupo. Igual el personal que no se
adapte, debe buscar otros oficios. Es muy importante tener claro que nos
introducimos a un proceso integral, de conjunto, diferente al tradicional en el cual el
insumo animal es el eje. Aquí no podemos, como generalmente lo hacemos, medir
los resultados por la producción individual, especialmente la lechera de las vacas,
pues éstas empiezan a ser parte de todo un sistema donde se mide y se da
importancia, además, a la producción del suelo con plantas enriquecidas,
favoreciendo un proceso más eficiente en la cual los animales, repito, son una
(importante) parte. Posiblemente en un comienzo disminuya la producción
individual, por el simple hecho de no existir ya el pastoreo selectivo, donde el animal
se limita a despuntar, causando ineficiencia en el aprovechamiento de los forrajes y
de los terrenos. Desperdicio. En los primeros pastoreos bajo este sistema, los
animales se obligan a comer a fondo forrajes pobres, lo cual es necesario para
permitir que los rebrotes sean superiores, con estructuras jóvenes y nutritivas desde
su base, hojas largas, anchas y abundantes, a lo que ayudamos cuando cortamos
las plantas sobrantes del pastoreo e incentivamos la alta deposición de estiércol y
orina en el sitio. De no hacer pastoreo a fondo y no eliminar los sobrantes, los
nuevos rebrotes vendrán a partir de estructuras vegetales envejecidas
(desechadas), lignificadas, malas conductoras de alimentos (sabia) a las estructuras
nuevas (rebrotes) que crecen en la parte superior de las plantas como hojas
pequeñas, desnutridas. El área foliar, encargada de la fotosíntesis, estará
desplazada por estructuras incapaces de hacer esta. Si hacemos bien las cosas
podemos tener la certeza de que muy pronto lograremos potreros siendo más
productivos, generando mayores ganancias que las del inicio, cuando partimos
triplicando la capacidad de carga y por ende la productividad por área, a pesar de
una caída individual de la producción. Hagamos un ejercicio superficial,
considerando la situación vivida en algunos hatos que se deciden a trabajar con el
sistema aquí propuesto. En un hato X se produce 400 litros de leche con un grupo
de 100 vacas y se utilizan para ello 200 hectáreas, se inicia el proceso y en los
primeros meses la producción baja a 300 litros con las mismas cien vacas, pero,
estas se han mantenido pastoreando en 100 hectáreas, donde se observa como los
potreros pastoreados a fondo y repasados con guadaña, se recuperan parejos
ofreciendo un pasto de aspecto vigoroso. En las otras cien hectáreas se ha recibido
algunos animales al partir pues el pasto empezaba a perderse. Se le puso un
segundo piso a la finca, que muy pronto posibilitará un tercero ¿Será que se debe
volver al sistema anterior? ¿O se debe persistir y esperar a los resultados de un
proceso biológico natural mostrando una proyección a largo plazo positiva?
Difícilmente podemos medir una proyección de este tipo a futuro, pero si podemos
permitirle a nuestro sentido común, analizar y aceptar lo obvio. Los temores
inmediatos, cuando produce tremendo susto el hecho aparente de perdida de
producción, frecuentemente nos priva de éxitos a largo plazo. Que quede claro
entonces: la producción se mide integralmente, no se puede evaluar teniendo en
cuenta solo la medible y visible (leche) de las vacas en presente. Mientras las vacas
pueden bajar la producción, el SITEMA incrementa su productividad y a mediano
plazo la multiplicara significativamente. La disminución en el gasto de insumos y
personal son incalculables, igualmente los beneficios medioambientales.
Los profesionales del sector tenemos el reto de actuar en un campo que
tradicionalmente ha sido abandonado en el ejercicio de la Zootecnia, la Agronomía
la Veterinaria y la Administración Agropecuaria. Lo cual podemos simbolizar cuando
unimos los cuatro círculos que las representan, quedado entre ellos un espacio,
donde se ubica y desecha, la alimentación de ganados en potreros y manejo de
estos, que no son tenidos en cuenta, como determinante en la producción, por
ninguno.

´´Uno de nuestros mayores propósitos es formar personas que, conociendo estos


conceptos, se enamoren de ellos y se propongan alcanzar la estrella del éxito de la
ganadería en potreros, la cual necesita más de buenos pastores que de expertos en otras
cosas´´. Luis Guillermo Fuentes G DMV UN 3126196339
ROTAR POTREROS EN LA TARDE ES MÁS PRODUCTIVO Y RENTABLE

“Al rotar potreros en la tarde mis vacas tuvieron una mayor ingestión en materia
seca e igualmente produjeron más leche”, dijo Jorge García. Foto: inia.cl

concentración de fibra y proteína, hace que se incremente la digestibilidad de


las pasturas.

Si hacemos cambios diarios de praderas, es mejor hacerlos en horas de la tarde


porque permite que los pastos sean de mejor calidad nutritiva, la vez que se
obtienen 100 gramos adicionales de peso por animal, lo cual se traduce en ahorro
de tiempo, dinero y aumento de la rentabilidad. “En los casos de sistemas de
pastoreo rotacionales, por franjas, o en sistemas de corte, es un esquema cuyo
beneficio ha sido estudiado y comprobado en varias oportunidades”.

Según el portal Ganadería Productiva y Más Limpia, las plantas durante el día
aumentan los azucares por acción de la fotosíntesis y esto varía la calidad y el sabor
de las pasturas. Eso resulta favorable y acorde con las necesidades del bovino
porque a medida que transcurre el día éste es cada vez más selectivo en la
consecución de su alimento y prefiere los mejores tipos de forrajes. (Lea: Rotación
de potreros, herramienta para incrementar la producción).

Para el ganadero Jorge Humberto García, “en horas de la tarde los pastos contienen
más carbohidratos no estructurales y un mayor valor nutritivo porque tiene amplia
concentración de azucares, además, el clima y el ambiente es mejor y el bovino
registra más consumo de los mismos, lo que le genera una rumia nocturna más
tranquila”. “Hay estudios que indican que la mayoría de rumiantes en los sistemas
tradicionales concentran sus actividades de pastoreo en horas de la tarde (Gibb-et
al. 1998)”. Para García, una dilución en concentración de fibra y proteína, hace que
se incremente la digestibilidad de las pasturas.

Ejemplo gráfico

“Al observar un grupo de vacas lecheras en producción, noté que estas tuvieron una
mayor ingestión en materia seca en la tarde (1,95 P.M. vs. 1,54 kilos de MS en A.M.
por hora) e igualmente produjeron más leche”, sostuvo García. (Lea: Conozca un
poco más sobre el pastoreo rotacional). Lo anterior se explica por el aumento de
tenor de materia seca, en carbohidratos solubles y en la relación carbohidratos
solubles - nitrógeno, que experimentan las pasturas a medida que transcurre el día
(Metizuda y col. 2003). De acuerdo con www.produccionbovina.com este esquema
permite obtener 100 gramos adicionales por día, es decir, 3 kilos por mes.

“En mi caso -que manejo la ganadería en 8 potreros-, para llevar animales de 200
a 340 kilos, esto sería: 8 x 3 = 24 kilos de más. Esto equivale a que en dicho tiempo
no obtengo 340, sino 364 kilos”, explicó. (Lea: Maneje bien sus potreros y ahorre
dinero). “Otra forma de verlo sería que si el objetivo es solo llegar hasta los 340
kilos, esta meta se lograra a los 7 meses y me ahorraría 30 días de costos”.

Para García “los 2 cálculos ya sea en aumento de peso o disminución de tiempo,


se reflejarían en mayor rentabilidad”.

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