Existe un campo de estudio con casi 90 años de vida que pretende abordar
un problema nada trivial: construir algo que emule la inteligencia humana.
Los esfuerzos para lograrlo se encaminan a construir ese algo o ciertas
piezas que armen el complejo rompecabezas que es nuestra mente. Se podría
decir que es un proceso de ingeniería inversa en el que a través del diseño
de ciertos sistemas entendamos qué es la inteligencia y al final nos
acerquemos al funcionamiento de la mente para responder preguntas que
llevamos toda nuestra historia tratando de responder.
Figura 1. Cartel de la película alemana de ciencia ficción El amo del mundo, del año de
1934, que trata sobre el uso de robots para remplazar a los seres humanos y su uso
con fines bélicos. Imagen extraída de https://en.wikipedia.org/wiki/Master_of_the_World
(1934_film).
En 1950 Turing ideó una forma de probar si una máquina podía ser
considerada inteligente, y por aquellos años muchos otros investigadores,
principalmente estadounidenses, realizaron contribuciones. Entre ellas la
propuesta en 1946 de Warren McCullog (neurólogo, 1898-1969) y Walter
Pitts (lógico, 1923-1969) de simular el comportamiento de una neurona con
un sistema lógico. Posteriormente, en 1958, Frank Rosenblatt (psicólogo,
La inteligencia de algo artificial / CIENCIORAMA 3
1928-1971) propuso un dispositivo que consistía en una máquina que
aprendiera por sí misma, formada por neuronas similares a las propuestas
por McCullog y Pitts, al que llamó Perceptron. Otro de los sucesos
determinantes para el desarrollo de la IA fue la conferencia celebrada en
Dartmouth en 1956, donde Allen Nawell (matemático, 1927-1992), Herbert
Simon (economista, 1916-2001) y Marvin Minsky (matemático, 1927-2016)
adoptaron el término propuesto por John McCarthy (matemático, 1927-2011)
para nombrar este campo como inteligencia artificial.
Desde la Conferencia de Dartmouth se comenzaron a formar grupos de
investigación dedicados a construir sistemas artificiales que emularan
capacidades mentales y físicas de los seres humanos, como por ejemplo
mantener una conversación. De ahí surgieron varios campos de
especialización entre los que destacan el uso de la IA para el manejo de
grandes cantidades de información, el uso de redes neuronales para el
reconocimiento de imágenes y patrones, la robótica que pretende construir
robots capaces de realizar actividades humanas como caminar o comunicarse
con nosotros, construir sistemas que tomen decisiones con información
disponible, reconocimiento del habla y procesamiento de lenguaje que se
utiliza para hacer máquinas traductoras.
Una segunda corriente que tuvo lugar en la década de 1990 fue el de los
sistemas multiagente, donde se estudia la interacción entre múltiples agentes,
que pueden ser personas o sistemas con inteligencia artificial, para analizar
cómo se organizan entre ellos y cooperan mutuamente, o bien tratar de
entender cómo la interacción con los otros puede moldear la inteligencia
individual. Esta vertiente desembocó en una colaboración entre diversos
campos como la antropología y la sociología para incorporar la interacción
social en el estudio de la IA. Lo anterior es necesario ya que se cree que
la cooperación entre los seres humanos ha servido para moldear nuestra
inteligencia, y los esfuerzos de la IA están encaminados a replicar la
inteligencia humana.
La inteligencia de algo artificial / CIENCIORAMA 8
En el nuevo siglo el desarrollo de la IA ha tenido grandes avances gracias
a la inversión de grandes empresas, dado que las aplicaciones en este
campo son prometedoras en diversos aspectos de nuestra vida cotidiana y
en sus ganancias económicas. Entre los nuevos desarrollos se encuentra la
semiótica dinámica, que estudia el significado de los diferentes símbolos
utilizados por los seres humanos para entender el mundo y comunicarse. Se
estudia, por ejemplo, la forma en que los significados de los símbolos
cambian en el tiempo y región, y también la capacidad de los seres humanos
de construir y manejar símbolos. Esto es de gran importancia si se desea
lograr que un sistema artificial logre comunicarse con nosotros del mismo
modo que lo hacen las personas; por ejemplo si alguien escribe un poema,
alguien más puede entender los significados que pueden tomar las palabras
en sus metáforas.
La semiótica dinámica es de gran importancia porque da un giro al
estudio del uso que los sistemas de inteligencia artificial hacen de los
lenguajes humanos. La aportación de este enfoque radica en que los
conceptos utilizados para representar el mundo se han dejado de considerar
estáticos, pues es claro que no son fijos y cambian según el significado que
las personas les dan, de modo que la lengua se puede considerar como un
sistema adaptativo en cambio constante.
Referencias
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9. https://ai100.stanford.edu/sites/default/files/ai100report10032016fnl_singles.pdf
La inteligencia de algo artificial / CIENCIORAMA 12
10. http://dss.in.tum.de/14-research/research-projects/56-algorithmic-game-theory-and-
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vídeos
1. https://www.youtube.com/watch?v=nl4e9BiR9eQ