Entra el estudioso,
nunca el holgazán,
va buscando libros
que allí encontrará.
(La biblioteca)
Como quieres
Como quieres
Como quieres que te quiera
si el que quiero que me quiera
no me quiere como quiero que me quiera
Yo no como picapica,
porque la picapica pica,
si la picapica no picara,
yo comiera picapica
sintonía
Sincero el paisaje
sin fotografías
sin planear el viaje
sin contar los días
Sintiendo la briza
sin ninguna prisa
sin complicaciones
sin evitar emociones
Singular y natural
sin obligar ni forzar
sin pensar mal
Mi árbol tenía
Mi árbol tenía
sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
mi árbol callado,
mi árbol pequeño estrellas
Para que tratar de ver el cielo
y ver las estrellas,
si tan solo con ver tus ojos,
puedo ver cada una de ella
lapiz
Llorando tome el lápiz,
Llorando te escribí,
Llorando te suplicó
Que no te olvides de mi
CUENTOS CORTOS
el ciego y el cojo
Un cojo y un ciego llegaron, cierta vez, a la orilla de un rio que tenían
que vadear. Ante esta dificultad, dijo el cojo al ciego:
– Aquí hay un vado bastante bueno, pero, a decir verdad, mi única
pierna no me permite cruzarlo.
– Yo lo pasaría si pudiese ver –apuntó el ciego-; pero como me falta la
vista, temo resbalar. ¿Qué hacemos?
– ¡Magnífica idea me ha venido! –exclamó el cojo, reaccionando-.
Escucha: tus piernas serán mi sostén y mí vista nuestra guía.
Ayudándonos así, pasaremos el río.
Dicho y hecho, el cojo se acomodó sobre los hombros del ciego y
ambos alcanzaron, felices y seguros, la ribera opuesta, llegando a la
ciudad sin novedad