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Clase NUEVE

a, en francés quiere decir: se tiene

resto en francés, quiere decir, sigue siendo

a, es lo otro del deseo, no es el Otro

a es orden del álgebra, un valor lógico articulable con otros

el objeto a es la metáfora de la pérdida

a es lo éxtimo, la libra de carne, lo insensato, lo abominable.

Alcibíades lo llamó Ágalma

San Agustín lo llamó Palea (la paja separada del trigo)

Miller lo llamó zona erógena.

Ejemplo: este es el lugar donde el Duque de Wellington dijo estas palabras? Sí, contestan, este
es el lugar, pero nunca dijo esas palabras.

En el seminario X, Lacan termina de formalizar el objeto a, planteándolo como un resto que cae
de la operación de constitución del sujeto, es decir que el sujeto pasa a existir simbólicamente.
Pero hay algo que no termina de poder ser incluido en la simbolización, tampoco es imaginable,
por tanto, es un real residual presentado como un resto algebraico, producto de la operación de
constitución del Sujeto en el campo del Otro del significante.

En esta clase en particular, para poder hablar del acting-out y el pasaje al acto, prosigue con su
proceso de definición del objeto a. El a es algo que cae, algo que sobra. Lo que cae categorizado
como los objetos parciales oral o anal, la mirada y la voz. El objeto a cómo resto no significante
al cual accedemos a través de la angustia.
Otras implicancias teórico-clínicas despejadas en el mismo Seminario son los resultados del
accionar como salida de la angustia por la presencia del objeto. Las alternativas para el sujeto
son: la formación de síntoma, el acting-out o el pasaje al acto. El objeto a es anterior al deseo,
objeto causa. (http://www.elpsicoanalisis.org.ar/old/numero2/objetoa2.htm). El objeto a
alrededor del cual gira la pulsión y es causa del deseo, resto, plus de goce, objeto de la
identificación en la melancolía.

Cuando todo se completa emerge la angustia, que es angustia por exceso de presencia o exceso
de ausencia. La cosa nos acosa y su proximidad es peligrosa y puede ser fatal porque no hay
completud que resista el ser humano, que esta castrado y de ahí su nostalgia de algo que nunca
tuvo. (Cristina DANERI, http://www.cristinadaneripsicoanalista.com/breve-comentario-a-la-
cosa-das-ding-en-aleman-freudiana/)

Lo que caracteriza al objeto a es que es un término que se deja caer, no hay resto sin dejar caer.
Es una correlación necesaria es una condición estructural. Hay en el sujeto siempre algo
separado, algo sacrificado, algo inerte que es la libra de carne a propósito de a en su función de
resto. Lo que sobrevive a la prueba de la división del campo del Otro por la presencia del sujeto.
(Pagina 238)

Toma los ejemplos de pasajes al acto de Dora, y de la Joven Homosexual. Dora cuando el Sr K le
dice, “Mi mujer no es nada para mi”, y dora le da una cacheta al Sr. K., y el de la joven cuando al
cruzarse con el padre, y sumado a los dichos de la Dama, ella salta por encima de la barrera y se
tira al vacío.

YOIZACIÓN (yo ideal)

El yo ideal es la función mediante la cual el Yo es constituido por la serie de sus identificaciones


con ciertos objetos. Es con la imagen real constituida, cuando emerge como i(a) con lo que se
atrapa o no en este cuello la multiplicidad de los objetos a (aquí representado por las flores
reales), y ello gracias al espejo cóncavo del fondo, símbolo de algo que debe encontrarse en la
estructura del córtex, fundamento de cierta relación del hombre con la imagen de su cuerpo y
de los distintos objetos constituibles de dicho cuerpo, con los pedazos del cuerpo original
captados, o no, en el momento en que i(a) tiene la ocasión de constituirse

Antes del estadio del espejo, lo que será i(a), se encuentra en el desorden de los a minúscula
que todavía no es cuestión de tenerlos o no tenerlos. Este es el verdadero sentido a darle al
término autoerotismo: Le falta a uno el sí mismo, por así decirlo, por completo. No es el mundo
exterior lo que le falta a uno, como se suele decir impropiamente, si no uno mismo.

Aquí se inscribe la posibilidad de este fantasma de cuerpo despedazado que se ha podido


encontrar en los esquizofrénicos. Esto no agota en absoluto el determinismo del fantasma, pero
sí es uno de sus rasgos, observando, y nada más, lo que la madre del esquizofrénico articula de
aquello que había sido para ella su hijo en el momento que se encontraba en su vientre: nada
más que un cuerpo inversamente cómodo o molesto, o sea, la subjetivación de a como puro
Real.

Retomando: Antes del surgimiento de la imagen i(a), antes de la distinción entre todos los a
minúscula y esta imagen real con respecto a la cual ellos serán el resto que se tiene o no se tiene.

Los fenómenos de despersonalización son los fenómenos más contrarios a la estructura del Yo
en cuanto tal. No es que en la psicosis los objetos sean invasores. Es la estructura misma de
esos objetos lo que los hace inadecuados para la YOIZACIÓN

Introduce la posibilidad de una forma no especularizable en la estructura de algunos dichos


objetos. ¿Sera a?

Fenomenológicamente, parece obvio que la despersonalización empieza con el no


reconocimiento de la imagen en el espejo o cualquier cosa análoga, cuando el $ empieza a ser
presa de la vacilación despersonalizante. Pero esto no es suficiente. Si lo que se ve en el espejo
es angustiante, es por no ser algo que pueda proponerse al reconocimiento del Otro.
Si la relación que se establece con la imagen especular es tal que el $ está demasiado atrapado
en la imagen, es que la relación dual pura lo desposee de la relación con el Otro con mayúscula.

Lacan señala que los clínicos de la psicosis hablan de una especularización extraña, un odd, fuera
de simetría.

En el ejemplo de El Horla, de Guy de Maupassant, se puede observar el fuera de espacio, en la


medida en que el espacio es la dimensión de lo que se puede superponer. ¿En que parte? La del
espejo.

EL CORTE NATAL

Lacan difiere con Rank y Freud

Si bien es posible definir la angustia como señal, fenómeno de borde en el yo cuando el Yo está
constituido, es inconcebible pensar la estructuración de la angustia en el lugar del nacimiento.
Es imposible situar al comienzo una relación tan compleja. Esa constelación de movimientos
vasomotores y respiratorios que se producen en momento de nacimiento podrá servirle como
señal al Yo sólo por intermedio de la relación de i(a) con él a, y precisamente con lo que tenemos
que encontrar en él como estructural, o sea, el corte.

El corte de que se trata, no es entre el niño y la madre. El corte que nos interesa es el que aporta
su marca. Es el corte respecto a las envolturas embrionarias (placenta). Eso que no es, ni de uno,
ni de otro. Es preciso considerar las envolturas como elementos del cuerpo del niño. En los
esquemas que ilustran las envolturas, se manifiestan todas las variedades de la relación del
interior con el exterior. Se verá hasta qué punto es patente la analogía entre lo que es separado
de estas envolturas con el corte del embrión, y, la separación en el cross cap, de cierto a
enigmático.

ANGUSTIA

Freud nos dice que la angustia es una señal el el Yo. Entonces si esta señal se encuentra en el
Yo, debe estar en algún lugar del ideal del Yo. Esta señal es un fenómeno de borde en el campo
imaginario del Yo (para Freud el Yo es una superficie, la proyección de una superficie). La
angustia es cuando el Yo se ve amenazado por algo que no debe aparecer. Esto es el a: resto
aborrecido del Otro.

Conceptualiza al objeto a en su estatuto de real. El objeto a cómo resto no significante al cual


accedemos por medio de la angustia. En este capítulo Lacan nombra dos de las posibles
respuestas ante la angustia, ellas son el acting out y el pasaje al acto. Para dar cuenta de ellos
nos habla de dos casos de Freud, el de la joven homosexual y el de Dora, y uno de Kriss. Pasaje
al acto cuando se tira a las vías del tren y cachetada en el caso de dora. Siendo las otras
conductas que indicarían el acting out, las que son realizadas, cuidar a los niños en dora, por
ejemplo, y andar paseando y venerando a la Dama.

ACTING OUT

Es esencialmente algo en la conducta del $ que se muestra. El acento demostrativo de todo


acting out es su orientación hacia el Otro. Miller, La angustia Lacaniana dice: “El acting out es el
surgimiento del objeto a en la escena, con sus efectos perturbadores y de desorden, insituables.
Debe incluirse aquí una dinámica subjetiva que hace el que sujeto aporte este objeto a a la
escena. En el acting, el sujeto sube al escenario, es un llamado al otro. “a” sube al escenario y el
sujeto lo muestra. Como “a” no es especuralizable en tanto tal, el sujeto lo muestra en el acting
out, siempre al lado, al sesgo. Una vez que sube al escenario, queda apresado en los engaños de
la mostración, los engaños del significante, los engaños de la verdad, y lo real permanece en otra
parte.

En el caso de la homosexual femenina Freud insiste ‘’la conducta de la chica se exhibe ante los
ojos de todos y, lo que se muestra es distinto de lo que es. Lo que es nadie lo sabe, pero que es
distinto nadie lo duda.”

El acting out es la demostración velada, pero no velada en sí. Sólo está velada para el $ del acting
out. Lo esencial de lo que es mostrado es aquel resto, su caída, lo que cae en este asunto. Entre
el $ aquí otrificado en su estructura de ficción y el Otro, A tachado, no autentificable, lo que
surge es ese resto, a, la libra de carne, o los sesos frescos. Cuando Kris quiere reducir al paciente
con los medios de la verdad, el $ no puede discutir, pero le importa un rábano, comete el acting
out. Deja intocado el problema, se va a comer sesos frescos.

El acting out llama a la interpretación, pero la cuestión es saber si ésta es posible. El síntoma es
parecido, también se muestra distinto de lo que es y debe ser interpretado en tanto establecida
la transferencia, o sea, la introducción del Otro. El síntoma no es llamada al Otro. El síntoma en
su naturaleza de Goce, se basta a sí mismo. El síntoma se dirige hacia la Cosa. Una vez
atravesada la barrera del bien, o sea, refiriéndose al principio del placer, y por ello dicho Goce,
puede traducirse como displacer.

A diferencia del síntoma, el acting out, es el esbozo de la transferencia salvaje. Es la


transferencia salvaje. El acting out sin análisis es la transferencia, estimamos que porque
también se dirige a un otro. (pag 139).

Phyllis Greenacre plantea cómo saber actuar frente al acting out. Dice que hay 3 posibilidades:

A) Se lo puede interpretar: Interpretarlo está destinado a tener pocos efectos ya que el $ sabe
muy bien que lo que hace el acting out es para ofrecerse a la interpretación del analista. Si lo
que cuenta es el resto, entonces la interpretación es un callejón sin salida.

B) se lo puede prohibir: Prohibirlo hace sonreír. Decirle al $ nada de acting out, a veces puede
ser perjudicial.

C) se puede reforzar el Yo: sobre la 3era hipótesis, Lacan ni se detiene. Sobre domesticar la
transferencia, no es cosa nada simple, dice. Habla de su posición a conducir al $ a la
identificación.???? Pues no se trata de una identificación con la imagen como reflejo del Yo Ideal
en el Otro, sino con el Yo del analista, donde el a permanecer absolutamente intocado.

Guy Trobas en relación con el acting out nos plantea, un par de puntuaciones respecto de la
problemática de la interpretación. Toma una frase de lacan del Seminario, “El acting out se
produce siempre a partir de un hecho que viene de otra parte que la causa sobre la cual
acabamos de actuar. No es que nuestra intervención sea falsa lo que provoca un acting out, es
más bien que allí donde está asentada, deja sitio a algo que viene de otro lugar. En otros
términos, no hay que molestar inconsideradamente al deseo”….” Es precisamente cuando lo
hacemos que, al mismo tiempo, perturbamos incondirerablemente la defensa del sujeto contra
el objeto a, contra su emergencia cruda, no elaborada, y causamos la elision, el fading del
sujeto”.
“La respuesta constituida por el acting out vale como una advertencia saludable, que no hay que
adoptar por segunda vez el mismo camino interpretativo, es decir, retoma una expresión de
Lacan “molestar inconsiderablemente” el punto que ya hemos solicitado”

“si el acting out llama a la interpretación hay que evitar en este nivel que vale como un señuelo.
Hay que evitar cualquier significación que valdría lo que vale una redundancia, un pleonasmo,
en esta coyuntura, a saber, una prueba de tontería”

“Mi tercera observación es la propuesta de un tercer camino para una eventual intervención.
No apuntaría a la causa del deseo como tal, sino a la reinscripción de los significantes
imaginarizados del acting out en las cadenas significantes, de tal modo que el sujeto pueda, de
nuevo inscribirse en el flujo de su representación simbólica…Se trataría de lograr que el sujeto
deje su posición de espectador o de “director de teatro” para volverse actor, agente de su propia
palabra elidida, puesta en paréntesis en el acting out”.

Pasaje al Acto:

Lacan presenta el caso de la joven homosexual femenina para presentar la estructura del pasaje
al acto. Freud había presentado el gesto de la homosexualidad femenina como un acto
simbólico. Lo había interpretado como una fantasía de parto NIEDERKOMMENT, se deja caer. y
dice Lacan: el NIEDERKOMMEN LASSEN es esencial en toda súbita puesta en relación del $ con
lo que él es con él a. Este dejar caer es visto desde el lado del sujeto. Se apoya en la formula
del fantasma. Nos dice que el pasaje al acto es el mayor momento de embarazo del sujeto,
con el añadido de la emoción, como desorden del movimiento.

En la Angustia Lacaniana, Miller dice sobre el pasaje al acto “en el pasaje al acto el sujeto se
encuentra bajo la barra, fuera de escena, fuera de escena con el objeto a. El pasaje al acto no
engaña, es una salida de escena que ya no deja lugar a la interpretación, al juego del significante,
hay en el pasaje al acto un no querer saber nada más. En el pasaje al acto, hay un rechazo de la
escena y rechazo de todo llamado al Otro.(pag 123)

Atravesar el fantasma en el pasaje al acto implica que toda la estructura del sujeto queda
desarticulada, cayendo el sujeto de la escena fantasmática. El pasaje al acto supone entonces
un atravesamiento salvaje y radical del fantasma. Eso que permite responder a “ que me quiere
, ¿para lo que sirve el fantasma no?. El atravesamiento salvaje del fantasma o pasaje al acto
supone un franqueamiento de ese límite y Nos indica el signo de un acto que hace volver al
sujeto a un punto de exclusión fundamental. El sujeto en el pasaje al acto cae fuera del campo
del Otro, fuera del fantasma. Piensen, por ejemplo en el sujeto consumidor de sustancias: en el
momento de “mayor embarazo” con la adicción, el sujeto, se precipita desde allí desde donde
está, desde el lugar de la escena donde sólo puede mantenerse como sujeto fundamentalmente
historizado. Es en este punto en el que, como lo enseña Lacan, se revela la estructura misma del
pasaje al acto.8 LA ANGUSTIA PAGINA 128

En el pasaje al acto melancólico, el sujeto atraviesa la barrera que lo separa de “a”, mientras que
en el duelo esta barrera se mantiene. El sujeto melancólico pasa a través de su propia imagen
para alcanzar el objeto “a”. (Pagina 123, la angustia lacaniana miller)
EL ACTING OUT PREVIO Y SU RELACIÓN CON EL PASAJE AL ACTO

Luego del nacimiento de su hermano, aparecen los sentimientos de recelo y venganza.

La joven desarrolla toda la escena para la mirada del padre hasta que ocurre el encuentro
realmente y la desaprobación que percibe en esa mirada le quita todo su valor a la escena. El
pasaje al acto interviene, entonces, como solución imperiosa ante la necesidad de que cese esa
confrontación de la escena de la mirada:

¨Ya que no pude ser yo tu mujer sumisa, ni tu objeto, Ella será mi Dama y yo seré por mí parte,
quien sostenga, quien cree la relación idealizada con aquello que de mí fue rechazado; aquello
que de mi ser mujer es insuficiencia’. Dando lo que no tiene y así transforma su castración en el
falo absoluto, la garantía de la ley del padre. Esto es lo que instrumenta y sostiene la escena del
amor a la dama, el acting out y lo que permanece escondido en la escena es para quien se monta:
la mirada del padre.

Por eso la situación no se sostiene luego del encuentro, la escena no puede confrontarse con la
mirada, la escena solo puede sostenerse en la medida en que esa mirada este ausenté. Que esa
mirada esté ausente, convocada (imaginada) pero ausente. El sujeto como a esta en el cuadro
de amor de la joven con su dama potencialmente ofrecida a la mirada del padre en aquello que
de ese cuadro es portador, es decir, un falo que no está negativizado el don de falo a la dama.
Mientras no se encuentra con la mirada del padre, la joven olvida su propia castración. Pero
ante la mirada la joven se ve confrontada con la ley. Esto lo que hace sentirse definitivamente
identificada con él a y al mismo tiempo rechazada, expulsada fuera de la escena.

El salto se produce en el momento mismo que se cumple la conjunción del deseo con la Ley, es
decir, ante la imposibilidad de sostener esa conjunción en el punto en que el $ queda
súbitamente en relación con lo que él es como a.

Lacan está en desacuerdo con Freud y dice: El hijo en cuestión no tiene nada que ver con una
necesidad maternal. Aquí Lacan se coloca en una posición lateral respecto a lo principal de la
elucidación del deseo inconsciente.

Este niño ella quiso tenerlo como sustituto del falo, de algo que cae de lleno en nuestra dialéctica
del corte y de la falta, del a como caída, como faltante. Al fracasar en la realización de su deseo,
se posiciona como Erastés, amante. Se exige en lo que ella no tiene, y para mostrar que lo tiene,
lo da. Se comporta con respecto a la Dama, como un caballero que la sirve, como un hombre,
como aquel que puede darle en sacrificio lo que tiene, su falo.

Acting y pasaje al acto son dos modos de tratar la angustia con relación al saber, sin palabras,
con acción. En el caso de la homosexual Lacan ubica el pasaje al acto en el hacerse mirar por el
padre y tirarse a las vías del tren, rechaza saber sobre ese goce del padre cuando se siente
traicionada, actuando, no hay deseo aquí. Mientras que el actino out lo ubica en la búsqueda de
la mirada de los otros paseando del brazo de su enamorada, al modo de desafío y el deseo se
muestra en el acting out.

Pasaje al acto con el Dibujo del fantasma

Entonces combinemos los dos términos: el de demostrar y el del deseo cuya esencia es
mostrarse como otro.

En el acting out, el deseo para afirmarse como verdad, la consigue de un modo que llamaríamos
singular, si no supiéramos por nuestro trabajo aquí, que la verdad no es de la naturaleza del
deseo???????_ recordemos que el deseo no es articulable aunque esté articulado
objetivamente con el objeto causa del deseo.??????????? Creo que el objeto causa de deseo, si
es “a” no existe, pero esta.

No hay necesidad de análisis como se puede figurar, para que haya transferencia

Por eso, una de las cuestiones que se plantea es, cómo organizar la transferencia salvaje; cómo
se hace entrar y poner al caballo en el picadero

LA PASIÓN DE FREUD

Freud se hace preguntas a partir de entender que su paciente le mentía en sueños. Se plantea
si acaso es que no se ha establecido la transferencia o qué estaría pasando.

Entonces reflexiona: este inconsciente que tenemos la costumbre de considerar lo más


profundo, la verdad verdadera, puede engañarnos. ¿Podemos mantener la confianza en el
inconsciente? Y contesta: el inconsciente siempre merece confianza, y el discurso del sueño es
otra cosa que el inconsciente, por lo tanto, es el deseo que se expresa a través de dichas
mentiras.

Freud se encuentra ante la mentira sistemática y abandona el caso por no interesarse de lo que
está frenando el tratamiento. Por no interesarse por el desecho, el pequeño resto, lo que
detiene todo. Y lo que sin embargo es lo que en este caso, surge cómo pregunta. Y pasa al acto

Es el punto donde Freud se niega a ver en la verdad, que es su pasión, la estructura de ficción
que está en su origen

Lacan menciona la paradoja de Epiménides. El yo miento es totalmente admisible en la medida


en que aquello que miente es el deseo, en el momento en que afirmándose como tal el $, entra
en contradicción con el yo miento

A Freud se le escapa; es algo que falta en su discurso. Freud quiere que ella se lo diga , y ella lo
hizo

La cosa freudiana es lo que Freud deja caer

La angustia es el camino de acceso al objeto a. Lacan en este capitulo Hablando de un


escritor japonés llamado Tanizaki, Catherine Millot nos ubica de un modo muy directo en la
función del objeto en la repetición como creación en el arte.

"Ese objeto a que viene a ocupar el lugar del vacío, en tanto este lugar es el del significante de
la castración, no lo hace para oficiar de tapa-agujeros. No se produce ningún completamiento.
Más bien, tanto por su carácter de artificio como por su fugacidad, el objeto a redobla la
ausencia de la que emanó. Si se proyectase sobre él una luz demasiado viva, desaparecería, él
que no es más que el fruto de la sombra: ese objeto inapresable no es sino una pequeña nada.
'Dirán algunos que la falaz belleza creada por la penumbra no es la belleza auténtica. Sin
embargo, nosotros, los orientales, creamos belleza haciéndola nacer de las sombras en lugares
que son insignificantes en sí mismos'. La sombra, en vez de servirle de velo a ese objeto, es la
única que lo hace existir, con la precaria existencia de un espejismo. Más bien es él el que
oficia de velo apropiado para hacer surgir la dimensión del más allá en que se sustenta el deseo.
Así, la sublimación es reproducción, repetición indefinida del engendramiento del vacío al cual
el significante da la estructura."
EL ACTO (PASAJE AL ACTO Y
ACTING OUT) EN EL SUJETO
CONTEMPORANEO

Eugenia Flórez Z. 1

Luz Elena Gaviria 2

Grupo de investigación en Psicoanálisis con Niños (GIPN), de la NEL-Medellín 3

Un segundo elemento que encontramos en Freud y que es orientador, es el concepto de


repetición. El acting out se relaciona con el concepto de repetición -repetición de lo reprimido-
, donde el sujeto actúa aquello que por la represión de los significantes no puede recordar. Es
decir, el acting out está del lado del sentido, del sentido reprimido; hay un significante
enlazado al acting out. En cambio, el pasaje al acto está asociado a la pulsión de muerte,
separado del eros. Hay en él una repetición, pero repetición pulsional mortífera.

Da a entender que el mundo de lo real es inhabitable como tal. La única manera de vivir es a
través de esta escena que nos ofrece el fantasma, que enmarca al sujeto y lo hace vivible.

Lacan, en el Seminario La angustia se refiere a que La violencia real surge cuando la ficción
simbólica, la estructura simbólica que garantiza la vida de la comunidad se desmorona”.6

Desde el primer capítulo del Seminario “La angustia”, Lacan insiste en cómo esta emoción
como embarazo, es la angustia que desborda al sujeto, lo desborda sin poder articular ninguna
respuesta simbólica: no hay significante que represente al sujeto y cae fuera de la escena a
través del pasaje al acto. Es lo que manifiestan algunos sujetos en su decir a posteriori,
tratando de ponerle palabras a sus actos: “No puedo controlarlo, es como perder las amarras y
me lanzo como loco”. Es claro que es un momento en el que el recurso al fantasma falla, deja
de actuar como soporte, y el sujeto cae, identificándose a su ser de resto. Es un momento en el
que “hay que lanzarse; no se piensa, se actúa; es como estar fuera de todo”, manifiesta un
joven tratando de explicar el momento subjetivo antes de producir un atraco.

Esta antinomia entre pasaje al acto y pensamiento se observa en muchas situaciones, desde
pasajes al acto simples, hasta homicidios. Hay una rotunda separación entre el orden

Miller y otros autores coinciden en cuanto al valor que obtiene el pasaje al acto: el pasaje
al acto, por más paradójico, contradictorio e incierto que aparezca, define a posteriori al
sujeto que actúa, lo deja encadenado a ese acto que le da, siempre posteriormente un
nombre, un estado civil, un signo imaginario, una marca. Tal como expresa una frase
muy usada: “Uno es lo que hace”, y el sujeto relata sus actos y proezas porque él es
alguien a partir de esos pasajes al acto, que lo enlazan a un orden imaginario, en una
relación y reconocimiento del otro. El sujeto a través de su acto es reconocido por su
grupo, en el barrio, o incluso por la ley que convierte el acto en una huella indeleble que
ya no lo abandonará., es su “chapa” de identificación. En su entorno, es alguien,
adquiere un nombre o un sobrenombre que reemplaza a su verdadero nombre, que en
muchos casos desaparece bajo esta nueva nominación. En muchas ocasiones estos sujetos
son conocidos por su “alias”. Piensen en los alias de los hoy llamados re-insertados o ex-
paramilitares, de quienes desconocemos su nombre original.

El valor de acontecimiento que tiene el pasaje al acto para el sujeto, sitúa un antes y un
después que hace que a partir de una situación límite, emerja un sujeto otro. No tiene que
ser un hecho de gran magnitud; lo que cuenta es el estatuto fundador de ese sujeto otro,
que será el sujeto del acto. En algunas circunstancias, el acto permite ser otro y en otras,
el acto les permite sostenerse, les brinda un estado civil de sujeto.

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