ALFONSO UGARTE
FRANCISCO BOLOGNESI
El 5 de junio, después de que el mayor Salvo regresara de parlamentar con Bolognesi, la artillería chilena
ubicada en Chacalluta y Azapa inició el fuego a las 9:00 con las defensas peruanas de las Baterías del Norte
y del Este. El enfrentamiento entre la artillería chilena y las baterías peruanas se prolongó hasta las 1:00 sin
obtener resultados para ambos bandos.
6 DE JUNIO
El 6 de junio a las 12.00, se inició el bombardeo chileno desde las baterías de tierra así como por el mar por
los buques Loa, Covadonga, Magallanes y Cochrane. Las defensas peruanas utilizaron las Baterías Norte, las
Baterías del Morro, las Baterías del Este y los cañones del monitor BAP Manco Cápac. A las 16:00 cesó el
combate.
El Cochrane recibió un impacto de un cañón Voruz de las baterías del morro, justo en el momento en que se
cargaba un cañón de avancarga con un saquete de pólvora, que lo hizo explotar provocando 27 heridos, de
los cuales murieron 7 posteriormente. La Covadonga recibió dos impactos y fue retirada a remolque por la
Magallanes.
Es importante resaltar la figura del comandante Juan Guillermo Moore (ex-capitán de la Fragata
Independencia") como encargado de la baterías del Morro.
7 DE JUNIO
Lagos había instruido a Ricardo Castro atacar a las 5:00; como no escuchaba ataque alguno, envió a Belisario
Campo a vigilar a Castro y ordenarle que cargara sobre el Ciudadela. Tanto los jefes del 3.º de línea, José
Antonio Gutiérrez y Federico Castro, como Belisario Campo increparon a Castro para que diera la orden de
ataque, pero Castro desertó del liderazgo del 3.º de línea y fue el teniente coronel José Antonio Gutiérrez
quien asumió el mando del ataque al Ciudadela.14
El 7 de junio, el combate se inició por el sector de las baterías del Este a las 5:30 de la mañana, cuando aún
todo estaba en oscuridad.
El despliegue del 3.º de Línea fue avistado por los centinelas de la batería Ciudadela, rompiéndose los fuegos
incluso antes de ordenarlo los comandantes. En el camino, se detonaron dos minas pero ocasionaron pocos
daños y apenas detuvo el avance del 3.º de Línea. La división chilena se desplegó en grandes grupos para así
disminuir los daños de las minas enterradas.
Cuando llegó la primera ola de atacantes, tras una
lluvia de balas, las fuerzas defensoras lograron
contenerlas mediante un movimiento coordinado
de fusilería, explosión de minas y bayonetas. Se
ordenó una segunda oleada sobre las posiciones
peruanas. Las reducidas fuerzas defensoras fueron
finalmente aplastadas por los chilenos que
entraron por cientos en la batería. El subteniente
chileno José Ignacio López capturó la bandera
peruana. En la lucha murieron casi todos los
defensores.