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ECUADOR

Debate

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José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira,
Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga,
Fredy Rivera Vélez, Marco Romero.

Director: Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP


Primer Director: José Sánchez Parga. 1982-1991
Editor: Fredy Rivera Vélez
Asistente General: Margarita Guachamín

REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES


Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios
impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del
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PORTADA
PuntoyMagenta

DIAGRAMACION
Martha Vinueza

IMPRESION
Albazul Offset

<O caap I ISSN-1012-1498 I


ECUADOR
DEBATE 73
Quito-Ecuador, Abril del 2008

PRESENTAClON / 3-6

COYUNTURA

Una caracterización del gobierno y la Asamblea Constituyente.


Diálogo sobre la coyuntura / 7-22
Conflictividad socio-poHtica Noviembre 2007-Febrero 2008/23-40

TEMA CENTRAL

El bonapartismo como liderazgo político


Hemán lbetre / 41 -46
Liderazgo Político: estilo (neo) populista, estrategia (neo)decisionista.
Hacia un modelo de interpretación en contexto democrático
Santiago C. Leires 47 -62
Populismo y transnacionalidad. Una hipótesis sobre el liderazgo
de Chávez y Correa
Andrés Ortiz / 63-76
El ocaso creativo del bonifacismo: algunas hipótesis en torno
a estilo y conflicto político a inicios de los años 30
Patricio López B. / 77 -90
Participación ciudadana en los Andes peruanos: Una comparación
entre el gobierno autoritario de Fujimori y el gobierno democrático
Maria- Thetese Gustafsson /91-112
¿Diferencias culturales incomparables o prácticas autoritarias indefendibles?
H. C. F. Mansilla / 11 3-128

DEBATE AGRARIO

La 'Cuestión rural' en Portugal yen España: dinámicas territoriales


y lógica de las políticas
Fernando Oliveira Baptista y Eladio Amalte Alegre /129-148
ANÁLISIS

Don Quijote y los molinos de viento en América Latina


Aníbal Quijano 1149-170
Algunas características de los inmigrantes ecuatorianos en Murcia
y su influencia en el envío de remesas a Ecuador
Cristian Vasco1171-184
Teoría económica y ciencias sociales: Alienación, fetichismo y colonización
Antonio Romero Reyes1 185-204

RESEÑAS

Los años viejos


Hernán Ibarra 1 205-208
Cuerpos encerrados cuerpos emancipados. Travestis en el ex-penal
García Moreno
León Sierra Páez1209-210
·ANÁlISIS
Don Quiiote y los molinos de viento

en América Latina'

Aníbal Qui;ano
América Latina y Europa son contemporáneos al surgimiento de la modernidad y del sistema
mundo. El tiempo de Don Quijote y Cervantes se sitúa en las coordenadas que definieron el
atraso español y la explotación de América. El patrón de poder constituyó el eurocentrismo y
el ejercicio de la colonialidad del poder que fundó la noción de razas como clasificaciones de
la población. En la larga crisis de la modernidad de América Latina, han irrumpido 105 movi­
mientos indígenas y afroamericanos que promueven una descolonización del poder, la des/co­
lonialídad del poder.

o que hoy denominamos Améri­ movimiento, a la constitución de Euro­

L ca Latina se constituyó junto


con y como parte del actual pa­
trón de poder mundialmente dominan­
pa Occidental como centro mundial de
control de este poder. Y en ese mismo
movimiento, definió también los nuevos
te. Aquí se configuraron y se establecie­ elementos materiales y subjetivos que
ron la colonialidad y la globaiídadt co­ fundaron el modo de existencia social
mo fundamentos y modos constitutivos que recibió el nombre de modernidad.
del nuevo patrón de poder. Desde aquí En otros términos, América Latina
partió el proceso histórico que definió la fue tanto el espacio original como el
dependencia histórico-estructural de tiempo inaugural del período histórico y
América Latina y dio lugar, en el mismo del mundo que aún habitamos. En ese

Esta es una versión con muy pocos cambios formales y referencias actualizadas, de un texto cuyas cin­
co primeras páginas fueron publicadas, con el mismo título, en LIBROS Y ARTES, Revista de Cultura de
la Biblioteca Nacional, No. 10, abril 2005, pp. 14-16, lima, Perú. En Portugués se publicó primero co­
mo Dom Quixote e os mobinosde vento na America Latina. En ESTUDOS AVAN<;:ADOS, 19 (55),
2005, pp. 9-31. Universidad de Sao Paulo (USP), Sao Paulo, Brasil. Posteriormente, ha sido reproduci­
do con el título de Os Fantasmas da América Latina, en la compilación hecha por Adauto Novaes, con
el título de OITO VISOES DA AMERICA LATINA. SENAc, Sao Paulo, Brasil, 2006.
Sobre estas categorías, remito a Aníbal Quijano: "Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América La­
tina". Originalmente, en Edgardo Lander, comp. Colonia/idad del Saber, Eurocentrismo y Ciencias So­
cia/es, CLACSO-UNESCO, 2000. Buenos Aires, pp. 201 ss. También, del mismoaulor, "CoJonialidad
del Poder, Globalización y Democracia". Originalmente en Tendencias Básicas de Nuestra Epoca, Ca­
racas, Instituto de Altos Estudios Internacionales Pedro Cual, pp. 21-65, 2000. Y "Colonialidad y Mo­
dernidadlRacionalidad". Originalmente en Revista de/Instituto Indigenista Peruano, vol. 13, No. 29, li­
ma, pp. 11-20.
150 ANíBAL QUt/ANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

específico sentido, fue la primera enti­


e

Segunda Guerra Mundtal,: 5u: historía,


dad/identidad histórica del actual siste­ esto es, el sentido de ella, fue ~Iterada
ma-mundo colonial/moderno y de todo desde fuera por la superioridad militar y
el período de la modernidad. Sin em­ tecnológica "occidental". Ha '~eflexión
bargo, a la sede y momento originales admite como válida la perspectiva euro­
de este período histórico, a la fuente céntrica y su característica mirada evo­
surtidora de los elementos basales de la lucionista, testimoniando 'así lahege­
nueva sociedad mundial, les fueron des­ monía mundial del eurocentrismo como
pojados su lugar central, así como los modo de producción y de control de la
atributos y los frutos de la modernidad. subjetividad y en especial del conoci­
De ese modo, ni todas las nuevas poten­ miento. Pero en la propia Europa Occi­
cialidades históricas alcanzaron su ple­ dental, dicha perspectiva es más bien
no desarrollo en América Latina, ni el una marca de la tardía hegemonía inte­
período histórico, ni la nueva existencia lectual de sus regiones del centro-norte,
social en el mundo, llegaron a ser ple­ y es por eso ajena y contraria a la heren­
namente modernos. Ambos, en fin, se cia de Don Quijote. En el 400 aniversa­
definieron entonces y se reproducen rio de ese libro fundador, es tiempo de
hoy como colonial/rnodernos.J ¿Por volver a esa herencia.
qué? La fabulosa escena en la que Don
Quijote arremete contra un gigante y es
Don Quijote y los molinos de viento de derribado por un molino de viento es,
A1riérica Latina seguramente, la más poderosa imagen
histórica de todo el período de la prime­
Dice lunichiro Tanizaki.! comparan­ ra modernidad: el des/encuentro entre,
do las historias de Europa y de Japón, de un lado, una ideología señorial, ca­
que los europeos tuvieron la fortuna de balleresca -la que habita la percepción
que su historia se desenvolviera en eta­ de Don Quijote- a la que las prácticas
pas, derivadas cada una de las transfor­ sociales ya no corresponden sino de
maciones internas de la anterior. Mien­ modo fragmentario e inconsistente. Y,
tras que en Japón, en particular desde la del otro, nuevas prácticas sociales -re­

2 1mmanuel Wallerstein acuñó el concepto de Moderno Sistema-Mundo en el primer volumen de su li­


bro The Modem World-System (Academic Press,.1974, 1980, 1989), como un sistema de estados y re­
giones asociado a la expansión del capitalismo europeo. En 1991, Aníbal Quijano introdujo el concep­
to de Colonialidad del Poder, en "Colonialidad y Modernidad/Racionalidad", op.cit. Ambas propuestas
encontraron. finalmente un cauc~. común con la publicación conjunta, por ambos autores, de "Arneri­
. canity as a Concept or the Americas in the Modern World-System", en tmemetionel toume! oí Social
SÓences,.No. 134, París, UNESCO-ERES, November 1992, pp ..617-627. Desde entonces tiende a ex­
'. pandirse el uso del concepto de Colonial/Moderno Sistema-Mundo. Véase, entre otros, de Walter Mig­
nolo: Local Histories, Global Designs. Coloniality, Subeltem Knowledges and Border Thinking, Prince­
ton, Universitv Press, Pnncenton. 2000. Y de RamónGr~s(oguPi: Colonial Subiects, Los Angeles, Uni­
versitv of California Press. 2003. '
3 In Preise 01 Shadows, New York, teete's Island Books. 1977.
ECUADOR DEBATE! ANAUSIS 151

presentadas en el molino de viento- en desde fines del siglo XVII. Son, por el
trance de generalización, pero a las que contrario, complejas, contradictorias,
aún no corresponde una ideología legi­ discontinuas, asociaciones entre estruc­
timatoria consistente y hegemónica. Co­ turas fragmentarias y cambiantes de re­
mo dice la vieja imagen, lo nuevo no ha laciones, de sentidos y de significados,
terminado de nacer y lo viejo no ha ter­ de múltiples procedencias geohistóricas
minado de morir. y de simultáneas y entrecruzadas accio­
En verdad, todo el libro está atrave­ nes, todas, sin embargo, partes de un
sado de ese des/encuentro: el nuevo mismo y único mundo nuevo en plena
sentido común que emergía con el nue­ constitución. No por casualidad, el mo­
vo patrón de poder producido con Amé­ lino de viento era allí una tecnología
rica, con su pragmatismo mercantil y su procedente de Bagdad, integrada al
respeto por el "poderoso caballero Don mundo musulmán-judío del sur de la
Dinero" (Quevedo díxít) , no es aún he­ Península Ibérica, cuando aquel aún era
gemónico, ni está todavía consistente­ parte de la hegemonía árabe en el Me­
mente constituido, y sin embargo ya diterráneo; una sociedad productiva y
ocupa un lugar creciente en la mentali­ rica, urbana, cultivada y de sofisticado
dad de la población. Esto es, ya disputa desarrollo, el centro del tráfico mundial
la hegemonía al sentido caballeresco, de mercaderías, de ideas y' de conoci­
señorial, de la existencia social. Y éste, mientos filosóficos, científicos y tecno­
aunque cediendo lugar y, en diferentes lógicos. Mientras que la "caballería",
modos y medidas según quien y donde era el modelo de sociedad que los mili­
está implicado, aún está activo, habita, tarmente victoriosos, pero social y cul­
no ha dejado de habitar, la subjetividad turalmente atrasados señores del norte
de todos, y resiste perder su prolongada de la Península, trataban de imponer,
hegemonía. sin lograrlo del todo, sobre los escom­
Lo que es indispensable observar, en bros de la derrotada sociedad musulma­
el contexto específico de la futura Espa­ na-judía, avasallando y colonizando a
ña de ese momento, es que ninguna de las comunidades autónomas de la pe­
aquellas perspectivas de sentido puede nínsula.
existir, ni configurarse, separada y depu­ Ese régimen señorial, dominado él
rada de la otra. Aquella intersubjetivi­ mismo por la Contrarreforma y por su
• dad no podía no ser, ni dejar de ser, si­ Inquisición, no tarda en decretar la ex­
. no una imposible en principio, pero ine­ pulsión de "moros" y "judíos" ya impo­
vitable en la práctica, amalgama de nerles el famoso "certificado de limpie­
prágmatismo mercantil y de visiones ca­ za de sangre", la primera "limpieza étni­
ballerescas. ca" de todo el período colonial/moder­
Se trata de un momento de la histo­ no. El mismo arcaico modelo señorial,
ria en la cual los varios tiempos e histo­ feudal, de existencia social, también lle­
rias no se configuran en ningún orden vará a la Corona a centralizar su domi­
dualista y en ninguna secuencia unili­ nio político, no precisamente procuran­
neal y unidireccional de evolución, co­ do producir con todas las demás pobla­
mo el eurocentrismo enseñó a pensar ciones una identidad común (nacional,
152 ANíBAL QUIJANo/Don Quijote y los molinos de viento en América latina

pues), sino imponiendo sobre las demás y del mundo. Era ya incapaz de mutarse
identidades y nacionalidades de la Pe­ plena y coherentemente en burguesía,
nínsula un régimen de colonialismo in­ cabalgar las pulsiones y conflictos de­
terno, que no ha terminado hasta hoy. mocratizantes del nuevo patrón de po­
De ese modo impidió el proceso de na­ der y dirigir la nacionalización de la he­
cionalización que se desarrolló después terogénea población, como, en cambio,
en el centro-norte europeo en el mismo pudieron hacerlo sus rivales y sucesores
cauce y en el mismo movimiento de en el centro-norte de Europa Occiden­
aburguesamiento de la sociedad. tal. Por el contrario, ese arcaico señorío
Después de América, en un tiempo fue pudriéndose durante centurias en el
de rápida expansión del capitalismo, ambiguo laberinto señorial-mercantil,
cuando ya una parte creciente de la en el inconducente empeño de preser­
nueva sociedad peninsular está ya in­ var el señorío sobre la base del colonia­
mersa en el nuevo patrón de poder, tal lismo interno impuesto sobre las diver­
señorío ya no podía evitar tener, él mis­ sas identidades de la población, preci­
mo, los pies en el suelo mercantilista, samente en el tiempo del capitalismo
cuando su cabeza aún habitaba el arcai­ mundial y a pesar de los realmente ex­
co, si bien en su imaginario no menos cepcionales recursos de la colonialidad
caudaloso, cielo de su "caballería". del poder.
Sin ese des/encuentro, que confluía ¿Dónde reside la diferencia? La dife­
con los desastrosos efectos de la expu 1­ rencia es, sin duda, América. La "Coro­
sión de moros y judíos sobre la produc­ na", esto es, los Habsburgos, dueños co­
ción material y cultural, no se podría loniales de las colosales riquezas que
explicar por qué, nada menos que con producía América y del inagotable tra­
los ingentes beneficios comerciales ob­ bajo gratuito de "negros" esclavos y de
tenidos con los minerales y vegetales "indios" siervos, se persuadieron de que
preciosos producidos desde América teniendo el <control de esas riquezas po­
con el trabajo no pagado de "indios"
dían expulsar a "moros" y "judíos" sin
siervos y de "negros" esclavos, la futura
pérdida mayor y más bien con efectiva
España estaba ingresando, bajo todas
ganancia en el control del poder. Eso
las apariencias contrarias, en un pro­
llevó a los Habsburgos a des-democrati­
longado curso histórico, que la llevó
zar por la violencia la vida social de las
desde el centro del mayor poder impe­
comunidades independientes y a impo­
rial hasta el duradero atraso de una pe­
riferia, en el nuevo sistema-mundo co­ ner sobre las otras identidades naciona­
lon ial/moderno. les (catalanes, vascos, andaluces, galle­
Ese curso hizo visible que aquel se­ gos, navarros, valencianos) un colonia­
ñorío caballeresco, dominante y benefi­ lismo interno y un dominio señorial pro­
ciario inmediato del primer período de cedente del modelo feudal centro-euro­
la colonialidad del poder y de la moder­ peo. El conocido resultado fue, de un
nidad, era ya demasiado arcaico para lado, la destrucción de la producción
cabalgar sobre este nuevo y arisco caba­ interna y del mercado interno fundado
llo, y conducirlo en beneficio de su país en ella y, del otro, el secular retroceso y
ECUADOR DEBATE I ANÁLISIS 153

estancamiento de los procesos de de­ tal como sedes de la dependencia histó­


mocratización y de ilustración que la rico-estructural y del centro del control
modernidad/colonial abría y que produ­ dentro del nuevo poder.
jeron, precisamente, a Don Quijote. Es cierto que ahora las reglas del ca­
Lo que empobreció y enseñoritó a la pitalismo se han finalmente consolida­
futura España, y la hizo además sede do en España, con los recursos y con el
central del oscurantismo cultural y polí­ apoyo de la nueva Comunidad Europea,
tico en Occidente por las próximas cua­ ya bajo el predominio del nuevo capital
tro centurias, fue precisamente lo que financiero. Pero los remanentes del "se­
permitió el enriquecimiento y seculari­ ñoritaje" en su existencia social no han
zación del centro-norte de la Europa terminado de extinguirse. Y el conflicto
Occidental emergente, y más tarde fa­ con las "autonomías" actuales, así co­
voreció el desarrollo del patrón de con­ mo el terrorismo erarra en busca de in­
flicto que llevó a 1<1 democratización de dependencia nacional, dan cuenta de
esas regiones y países del centro-norte que ese laberinto no ha terminado de
de Europa Occidental. Y fue eso mismo, ser destruido, no obstante todos los
la hegemonía histórica posibilitada de cambios. Nadie mejor que Cervantes, y,
ese modo, lo que permitió a estos países pues, Cide Hamete 8enengeli, percibió
elaborar su propia versión de la moder­ ese des/encuentro histórico con tanta
nidad y de la racionalidad y apropiarse lucidez y perspicuidad.
como exclusividad de la identidad his­ Esa es para nosotros, latinoamerica­
tórico-cultural de "Occidente", de la nos de hoy, la mayor lección epistémi­
herencia histórica greco-romana, la ca y teórica que podemos aprender de
cual, no obstante, había sido mucho an­ Don Quijote: la heterogeneidad históri­
tes y por mucho tiempo preservada y co-estructural, la ca-presencia de tiem­
trabajada como parte del Mediterráneo pos históricos y de fragmentos estructu­
musulmana-judío. rales de formas de existencia social, de
Todo eso ocurrió -y tal hecho no de­ varia procedencia histórica y geocultu­
be ser perdido de vista so pena de per­ ral, son el principal modo de existencia
der el sentido mismo de esa historia- en y de movimiento de toda sociedad, de
un período en el cual la colonialidad toda historia. No, como en la visión eu­
del poder era aún, exclusivamente, un rocéntrica, el radical dualismo asocia­
patrón de relaciones de poder en Amé­ do, paradójicamente, a la homogenei­
rica y entre América y la emergente "Eu­ dad, a la continuidad, a la unilineal y
ropa Occidental". En otros términos, unidireccional evolución, al "progre­
cuando tal "Europa Occidental" estaba so". Porque es el poder, ergo las luchas
siendo producida sobre el fundamento de poder y sus cambiantes resultados,
de América. No hay modo de no reco­ aquello que articula formas heterogé­
nocer tales implicaciones históricas del neas de existencia social, producidas en
establecimiento de este nuevo patrón de tiempos históricos distintos y en espa­
poder y de la recíproca producción his­ cios distantes, aquello que las junta y
tórica de América y de Europa Occiden- las estructura en un mismo mundo, en
154 ANíBALQUIIANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

una sociedad concreta, finalmente, en sionadamente. De esa manera, la colo­


patrones de poder históricamente espe­ nialidad del poder hace de América La­
cíficos y determinados. tina un escenario de des/encuentros en­
Esa es también precisamente la tre nuestra experiencia, nuestro conoci­
cuestión con la historia del espa­ miento y nuestra memoria histórica.
cio/tiempo específico que hoy llama­ No es sorprendente, por eso, que
mos América Latina. Por su constitución nuestra historia no haya podido tener un
histórico-estructuralmente dependiente movimiento autónomo y coherente y
dentro del actual patrón de poder, ha es­ más bien se haya configurado como un
tado todo este tiempo, constreñida a ser largo y tortuoso laberinto donde nues­
el espacio privilegiado de ejercicio de la tros insolutos problemas nos habitan co­
colonialidad del poder. Y puesto que en mo fantasmas históricos. Y no se podría
este patrón de poder, el modo hegemó­ reconocer y entender este laberinto, es
nico de producción y de control de co­ decir, debatir nuestra historia e identifi­
nocimiento es el eurocentrismo, encon­ car nuestros problemas, si no se lograra
traremos en esta historia amalgamas,
primero identificar nuestros fantasmas,
contradicciones y des/encuentros análo­
convocarlos y contender con ellos.
gasa las que el Cide Hamete Benengeli
Empero, los fantasmas históricos,
había logrado percibir en su propio es­
como el habitante de las sombras de El­
pacio/tiempo.
sinor, o como el que fuera convocado
Por su naturaleza, la perspectiva eu­
en 1848 por Marx y Engels en el Mani­
rocentrista distorsiona, cuando no blo­
fiesto, tienen una espesa, oscura y com­
quea, la percepción de nuestra expe­
riencia histórico-social, mientras lleva pleja densidad. Y cuando entran en la
al mismo tiempo a admitirla como ver­ escena de la historia, ocasionan siempre
dadera.:' Opera, pues, en el mundo de turbulencias violentas y algunas veces
hoy, y en particular en América Latina, mutaciones sin retorno. En Elsinor, el
del mismo modo en que la "caballería" dubitativo Hamlet muta al fin en el
actuaba en la visión de Don Quijote. En exasperado héroe cuya espada ya no
consecuencia, nuestros problemas tam­ vacila mientras ciega la vida de muchos
poco pueden ser percibidos sino de ese personajes, como el modo directo de re­
modo distorsionado, ni confrontados y solver sus confl ictos. El otro, el furtivo
resueltos salvo también parcial y distor­ fantasma que rondaba Europa a media-

4 He discutido esta cuestión en "Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina". Originalmen­
te en Edgardo Lander, como Coloniafidad del Saber, Eurocentrismo y Ciencias Sociales, Buenos Aires,
CLACSO-UNESCO 2000. Yen "Colonielided del Poder y Clasificación Sociel": Originalmente en
Festschrift for fmmanuef Wallerstein. En tournel of World-Systems Reseerch, vol. VI, No. 2, Colorado,
Institute oí Research on World -Systems, Summer/Fal', 2000, Speciallssue, Edi[ed by Giovanni Arrighi
and Walter Goldfrank, Part 1. (Documento disponible únicamente en formato PDF). En Español en El
Giro Deseolanial, Santiago Castro-Gómez- y Ramón Grosfoguel, eds., pp. 93-127, Universidad laverla­
na, Bogotá 2007.
ECUADOR DEBATE I ANÁLISIS 155

dos del siglo XIX, emerge después como Para tratar con tales fantasmas y lo­
un protagonista central del siglo si­ grar quizá que nos alumbren antes de
guiente, de dos guerras mundiales, de desvanecerse, es indispensable liberar
violentas revoluciones y contrarrevolu­ nuestra retina histórica de la prisión eu­
ciones, de poderosas aunque a veces rocentrista y re-conocer nuestra expe­
malhadadas y frustradas esperanzas, de riencia histórica.
frustraciones y derrotas, de la vida y de Es bueno, pues, es necesario, que
la muerte de millones de gentes, y aún Don Quijote cabalgue de nuevo a des­
no se ha desaparecido. Hoy, asedia al facer entuertos, que nos ayude a desfa­
mundo. cer el entuerto de partida de toda nues­
No se convoca, pues, impunemente tra historia: la trampa epistémica del
a los fantasmas que produjo la historia. eurocentrismo que desde hace 500
Los de América Latina ya han dado mu­ años deja en la sombra el gran entuer­
chas muestras de su capacidad de con­ to de la colonialidad del poder y nos
flicto y de violencia, precisamente por­ hace ver sólo gigantes, mientras los do­
que fueron producto de violentas crisis minadores pueden tener el control yel
y de sísmicas mutaciones históricas cu­ uso exclusivos de nuestros molinos de
yas secuelas de problemas no hemos viento.
podido aún resolver. Esos fantasmas son
aquellos que habitan nuestra existencia La producción histórica de América La­
social, asedian nuestra memoria, in­ tina y la destrucción y la redefinición
quietan cada proyecto histórico, irrum­ del pasado
pen con frecuencia en nuestra vida, de­
jan muertos, heridos y contusos, pero La producción histórica de América
las mutaciones históricas que les darían Latina, comienza con la destrucción de
finalmente descanso, no han estado todo un mundo histórico, probablemen­
hasta hoya nuestro alcance. Con todo, te la más grande destrucción socio-cul­
no sólo es importante hacerlo. Es, lite­ tural y demográfica de la historia que
ralmente, urgente. Porque mientras este
haya llegado a nuestro conocimiento.
patrón de poder culmina su trayectoria
Este esun dato conocido por todos, ob­
de desarrollo y en el momento mismo
viamente. Pero rara vez, si alguna, pue­
de la exacerbación de sus peores ten­
de ser encontrado como elemento acti­
dencias, con la planetarización' de su
vo en la formulación de las perspectivas
dominio, América Latina no sólo sigue
que compiten o confluyen en el debate
prisionera de la colonialidad del poder
y de su dependencia, sino que, precisa­ latinoamericano por la producción de
mente debido a eso, incluso arriesga no nuestro propio sentido histórico. y sos­
llegar al nuevo mundo que se va confi­ pecho que ahora mismo sería un inasi­
gurando en la crisis actual, la más pro­ ble argumento, si no estuviera presente
funda y global de todo el período de la el actual movimiento de los llamados
colon ial/modern idad. "indígenas" y no estuviera comenzando
156 ANfBAL QUIIANO /Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

a emerger el nuevo movimiento "afro­ bolos. En otros términos, de símbolos,


latinoamericano" .5 de alfabeto, de escritura, de artes visua­
Como en esta ocasión no sería perti­ les, sonoras y audiovisuales.
nente ir más lejos, ni más hondo, acer­ Una de las más ricas herencias inte­
ca de esta cuestión específica, permí­ lectuales y artísticas de la especie no
tanme apenas recordar que se trata, pri­ sólo quedó destruida, sino, sobre todo
mero, de la desintegración de los patro­ su parte más elaborada, más desarrolla­
nes de poder y de civilización de algu­ da y avanzada, quedó inaccesible para
nas de las más avanzadas experiencias los sobrevivientes de ese mundo. En
históricas de la especie. Segundo, del adelante, y hasta no hace mucho, éstos
exterminio físico, en poco más de tres no podrían tener o producir signos y
décadas, las primeras del siglo XVI, de símbolos propios sino en las distorsio­
más de la mitad de la población de esas nes de la clandestinidad o en esa pecu­
sociedades, cuyo total inmediatamente liar dialéctica entre la imitación y la
antes de su destrucción es estimado en subversión, característica del conflicto
más de 100 millones de personas. Ter­ cultural, principalmente en las regiones
cero, de la eliminación deliberada de andino-amazónica, meso y norte-a me­
muchos de los más importantes produc­ ricanas.>
tores, no sólo portadores, de aquellas
experiencias, sus dirigentes, sus intelec­ La producción de un nuevo patrón de
tuales, sus ingenieros, sus científicos, poder. Raza y dominación social global
sus artistas. Cuarto, de la continuada re­
presión material y subjetiva de los so­ Ese laberinto, sin embargo, estaba
brevivientes, durante las siguientes cen­ apenas comenzando a ser edificado. En­
turias, hasta someterlos a la condición tre los escombros de ese prodigioso
de campesinos iletrados, explotados y mundo en destrucción y con sus sobre­
culturalrnente colonizados y depen­ vivientes, fueron producidos, en el mis­
dientes. Estoes, hasta la desaparición de mo movimiento histórico, un nuevo sis­
todo patrón libre y autónomo de objeti­ tema de dornin.ición social y un nuevo
vación de ideas, de imágenes, de sím­ sistema de explotación social. Y, con

5 He discutido IdS implicaciones del actual movimiento cultural y pulitico dl' los ·'í"dig.. n.is" latinoarno­
rica nos en "O 'movimento indígena" e as questóes pendi)nte,(j n(J Ami-'rica Latin.)", r-n POJ¡riCd Externa,
Vol. 12, No. 4, Sao Paulo, Instituto de Estudos Economícos e ¡"I"rnacíonais, Uníw'r,¡t!dd de $,)0 Pau­
lo, 2004, pp.77·97. Reproducido en varias publicaciones de Anléric.l l.atina (principalmente ARCU­
MENTOS, Nueva Epoca, Año 19, No- 50, enero-abril 2006, pp.51-81, UAM, México) y de Estados Uni­
dos (principalmente Socia!ism and Democrscv, vol. 19, No. 3, pp. 5:'-79, ROlltledgt', New York, No­
vember 2005, y REVIEW, vol .XXIX, No. 2, 2006, pp. 189-221, fl',n.;nd Brdll(!f'1 Cr-nrcr. Bingh.1TTlIOn
University, New York, USA:
6 Esa propuesta teórica, en Aníbal Quijano: "Colonialidad del Poder, Cultura y Conorirnu-nto en Améri­
ca ·Latioil·':'t>r~almente publicado en Anuario M"'i"'eguiano, Vol. IX, Lima. No. '1, 1'l'H\, pp. \ 1 J­
t2t:~rcx1l1t':rd~Jt'Val'i'ar'publicaciones. Véase, por vjernplo. Walll'r Mign%, rornp. Capitalismo y
Geopolltics del Conocimiento, Buenos Aires, Ediciones del Signo-Duke UnivNsily, 2001, pp. 117-']J.
ECUADOR DEBATE / ANÁLISIS 157

ellos, un nuevo patrón de conflicto. En puesta una única identidad, racial, colo­
fin, un nuevo e históricamente específi­ nial y derogatoria, "indios". Así, además
co patrón de poder. de la destrucción de su previo mundo
El nuevo sistema de dominación so­ histórico-cultural, a esos pueblos les fue
cial tuvo como elemento fundacional la impuesta la idea de raza y una identidad
idea de raza. Esta es la primera catego­ racial, como emblema de su nuevo lu­
ría social de la rnodernidad.? Puesto gar en el universo del poder. Y, peor, du­
que no existía previamente -no hay ras­ rante 500 años les fue enseñado a mirar­
tros eficientes de esa existencia- no te­ se con el ojo del dominador.
nía entonces como tampoco tiene aho­ De modo muy distinto, pero no me­
ra, nada en común con fa materialidad nos eficaz y perdurable, la destrucción
del universo conocido. Fue un producto histórico-cultural y la producción de
mental y social específico de aquel pro­ identidades racial izadas tuvo también
ceso de destrucción de un mundo histó­ entre sus víctimas a los habitantes se­
rico y de establecimiento de un nuevo cuestrados y traídos, desde lo que hoy
orden, de un nuevo patrón de poder, y llamamos África, como esclavos y ense­
emergió como un modo de naturaliza­ guida racial izados como "negros". Ellos
ción de las nuevas relaciones de poder provenían también de complejas y sofis­
impuestas a los sobrevivientes de ese ticadas experiencias de poder y de civi­
mundo en destrucción: la idea de que lización (Ashantis, Bacongos, Congas,
los dominados son los que son, no co­ Yorubas, Zulúes, etc., etc.). Y aunque la
mo víctimas de un conflicto de poder, destrucción de aquellas sociedades mis­
sino en cuanto inferiores en su naturale­ mas comenzó mucho más tarde, y no
za material y, por eso, en su capacidad alcanzó la amplitud y la profundidad
de producción histórico-cultural. Esa que en América ("Latina"), para estos
idea de raza fue tan profunda y conti­ secuestrados y arrastrados a América, el
nuamente impuesta en los siglos si­ desarraigo violento y traumático, la ex­
guientes y sobre el conjunto de la espe­ periencia y la violencia de la racial iza­
cie, que para muchos, desafortunada­ ción y de la esclavitud, implicaron ob­
mente demasiados, ha quedado asocia­ viamente una no menos masiva y radi­
da no sólo a la materialidad de las rela­ cal destrucción de la previa subjetivi­
ciones sociales, sino a la materialidad dad, de la previa experiencia de socie­
de las personas mismas. dad, de poder, de universo, de la expe­
La vasta y plural historia de identi­ riencia previa de las redes de relaciones
dades y memorias (sus nombres más fa­ primarias y societales. Yen términos in­
mosos son de todos conocidos, Mayas, dividuales y de grupos específicos, muy
Aztecas, Incas) del mundo conquistado, probablemente la experiencia del desa­
fue deliberadamente destruida y sobre rraigo, de la racialización y de la escla­
toda la población sobreviviente fue im- vitud pudo ser, quizá, incluso más per-

7 Sobre "sta cuestión, de Aníbal Quijano e lrnrnanuel Wallerstein, op.cit.


158 ANíBAL QU/JANO / Don Quijote y los molinos de viento en América latina

versa y atroz que para' los sobrevivientes co", porque allí la principal población
de las "comunidades indígenas". racializada y colonial mente integrada,
Aunque ahora las ideas de "color" y esto es, dominada, discriminada y ex­
de "raza" son virtualmente intercambia­ plotada dentro de la sociedad colonial
bles, esa relación entre ambas es tardía: britano-americana, eran los "negros".
viene desde el siglo XVIII, y hoytestimo­ En cambio, los "indios" de esa región no
nia la lucha social, material y subjetiva, formaban parte de esa sociedad y no
acerca de ellas. Originalmente, desde el fueron racial izados y colonizados allí si­
momento inicial de la Conquista, la no mucho más tarde. Como se sabe, du­
idea de raza es producida para dar sen­ rante el siglo XIX, tras el masivo exter­
tido a las nuevas relaciones de poder minio de su 'población, de la destruc­
entre "indios" e ibéricos. Las víctimas ción de sus sociedades y de la conquis­
originales, primordiales, de esas relacio­ ta de sus territorios; los sobrevivientes
nes y de esa idea, son pues los "indios". "indios" serán arrinconados en "reser­
Los "negros", como se llamaba a los fu­ vas" dentro del nuevo país indepen­
turos "africanos", eran un "color" cono­ diente, Estados Unidos, como un sector
cido por los "europeos" desde miles de colonizado, racial izado y segregado."
años antes, desde los romanos, sin que En torno de la nueva idea de raza,
la idea de raza estuviera en juego. Los fueron redefiniéndose y reconfigurándo­
esclavos "negros" no serán embutidos se todas las previas formas e instancias
en esta idea de raza sino mucho más de dominación, en primer término entre
tarde en América colonial, sobre todo los sexos. Así, en el modelo de orden
desde las guerras civiles entre los enco­ social patriarcal; vertical y autoritario,
menderos y las fuerzas de la Corona, a del cual eran portadores los conquista­
mediados del siglo XVI.8 Pero el "color" dores ibéricos, todo varón era, por defi­
como signo emblemático de raza, no nición, superior a toda mujer. Pero a
será impuesto sobre ellos sino desde partir de la imposición y legitimación de
bien entrado el Siglo XVIII y en el área la' idea de raza, toda mujer de raza su­
colonial británico-americana. En ésta se perior se'hizo inmediatamente superior,
produce y se establece la idea de "blan­ por definición, a todo varón de raza in­

8 Durante esas guerras en el Virreynato Peruano, muchos esclavos "negros" llegaron a ocupar rangos de
jefes militares, llegando a ser Capitanes, lo que normalmente correspondía a los "hidalgos", miembros
. de la nobleza de la provincia peninsular; y fueron incluso liberados de esclavitud en las huestes de los
rebeldes encomenderos. Tras la derrota de éstos, el llamado Pacificador Pedrode la Gasca promulgó la
más draconiana de las legislaciones coloniales contra los "negros", como escarmiento racial definitivo.
(Documentos en el Archivo Histórico dela Municipalidad de lima).
9 Sobre la producción de las ideas de "blanco" y de "negro" como nomenclatura "racial" en el área co­
lonial britano-americana, véase principalmente de Theodore Allen: The Invention of the White Race.
VERSO, london 1994, 2 vals. Y de Manhew Frye Jacobson: Whiteness of a Different Color. furopean
Inmigrants and the Alchemy of Race, london, Harvard University Press, Cambridge, Mass, 1998. Y so­
bre las complejidades y contradicciones del proceso de racialización de los "negros" en el mundo co­
lonial britano-americano, el sugestivo estudio de Steve Martinol: The Rule of Rnciotiunion. Cless, klen­
tity, Governance, Philadelphia, Temple University Press. 2003.
ECUADOR DEBATE / ANÁLISIS 159

ferior. De ese modo, la colonialidad de Oriente y sus respectivas "culturas",


las relaciones entre sexos se reconfiguró "nacionalidades" y "etnicidades".
en dependencia de la colonialidad de La clasificación racial, puesto que se
las relaciones entre razas. Yeso se aso­ fundaba en un desnudo producto men­
ció a la producción de nuevas identida­ tal, sin nada en común con nada en el
des históricas y geoculturales originales universo material, no sería siquiera ima­
del nuevo patrón de poder: "blancos", ginable fuera de la violencia de la domi­
"indios", "negros", "mestizos". nación colonial. El colonialismo es una
experiencia muy antigua. Sin embargo,
De esa manera hacía su ingreso en
sólo con la conquista y la colonización
la historia humana el primer sistema de
ibero-cristiana de las sociedades y po­
clasificación social básica y universal
blaciones de América, en el tramonto
de los individuos de la especie. En los del siglo XV al XVI, fue producido el
términos de la jerga actual, la primera constructor mental de "raza". Eso da
clasificación social global de la historia. cuenta de que no se trataba de cualquier
Producida en América, fue impuesta al colonialismo, sino de uno muy particu­
conjunto de la población mundial en el lar y específico: ocurría en el contexto
mismo curso de la expansión del colo­ de la victoria militar, política y religioso­
nialismo europeo sobre el resto del cultural de los cristianos de la contrarre­
mundo. Desde entonces, la idea de ra­ forma sobre los musulmanes y judíos del
za, el producto mental original v especí­ sur de Iberia y de Europa. Y fue ese con­
fico de la conquista y colonización de texto lo que produjo la idea de "raza".
América, fue impuesta como el criterio En efecto, al mismo tiempo que se
y el mecanismo social fundamental de conquistaba y colonizaba América, la
clasificación social básica y universal Corona de Castilla y de Aragón, ya el nú­
de todos los miembros de nuestra espe­ cleo del futuro estado central de la futu­
ra España, imponía a los musulmanes y
cie. En efecto, durante la expansión del
judíos de la península ibérica la exigen­
colonialismo europeo, nuevas identida­
cia de un "certificado de limpieza de
des históricas, sociales y geoculturales
sangre" para ser admitidos como "cris­
serán producidas sobre los mismos fun­
tianos" y ser autorizados a habitar en la
damentos. De una parte, a "indios", península o viajar a América. Tal "certi­
"negros", "blancos" y "mestizos", serán ficado" -aparte de ser testimonio de la
añadidos "amarillos", "oliváceos"o primera "limpieza étnica" del período
"aceitunados". De otra parte, irá emer­ de la colonial/modernidad- puede ser
giendo una nueva geografía del poder, considerado como el más inmediato an­
con su nueva nomenclatura: Europa, tecedente de la idea de raza, ya que im­
Europa Occidental, América, Asia, Áfri­ plica la ideología de que las ideas reli­
ca, Oceanía, y de otro modo, Occiden­ giosas, o más generalmente la cultura,
te, Oriente, Cercano Oriente, Extremo son trasmitidas por la "sangre".lO

10 Acerca de esta cuestión, de Aníbal Quijano: "Raza, Etnia y Nación en José Carlos Mariátegui: Cuestio­
nes Abiertas", en Roland Forgues, comp. losé Carlos Mariátegui y Europa. El otro Descubrimiento, li­
ma, Ed. Amauta, 1993, pp. 166-187.
160 ANíBAL QUt/ANO lOan Quijote y los molinos de viento en América Latina

La experiencia continuamente re­ de producción de mercaderías para el


producida de las nuevas relaciones y de mercado mundial. Por el lugar domi­
sus supuestos y sentidos, así como de nante del capital en las tendencias bási­
sus instituciones de control y de confl ic­ cas del nuevo sistema, éste tuvo desde
to, implicaba, necesariamente, una au­ la partida, como lo tiene hoy, carácter
téntica reconstitución del universo de capital ista.
subjetividad, de las relaciones ínter-sub­ En esta nueva estructura de explota­
jetivas de la población de la especie, ción del trabajo y de distribución de sus
como dimensión fundamental del nue­ productos, cada uno de sus componen­
vo patrón de poder, del nuevo mundo y tes es redefinido y reconfigurado. En
del sistema-mundo que así se configura­ consecuencia, sociológica e histórica­
ba v se desarrollaba. De ese modo,
i mente, cada uno de ellos es nuevo, no
emergía todo un nuevo sistema de do­ una mera extensión o prolongación
minación social. Específicamente, el geográfica de sus formas previas en
control del sexo, de la subjetividad, de otras tierras. Este sistema único de pro­
la autoridad y de sus respectivos recur­ ducción de mercaderías para el merca­
sos y productos, en adelante no estará do mundial, como es claro, es una ex­
sólo asociado a, sino que dependerá, periencia histórica sin precedentes, un
ante todo, de la clasificación racial, nuevo sistema de control del trabajo, o
puesto que el lugar, los roles y las con­ de explotación social.
ductas en las relaciones sociales, y las Tales sistemas de dominación y de
imágenes, estereotipos y símbolos, res­ explotación social, históricamente iné­
pecto de cada individuo o de cada gru­ ditos, se requerían recíprocamente.
po, en cada uno de aquellos ámbitos de Ninguno de ellos se habría consolidado
existencia social, estarán en adelante y reproducido universalmente durante
adscritos o vinculados al lugar de cada tan largo tiempo, sin el otro. En Améri­
quien en la clasificación racial. ca, por eso mismo, esto es, dada la mag­
nitud de la ~iolencia y de la destrucción
El nuevo sistema de explotación social del mundo previo, las relaciones entre
los nuevos sistemas de dominación y de
En estrecha articulación con ese explotación llegaron a ser virtualmente
nuevo sistema de dominación social y simétricas y la división social del traba­
al paso mismo de su constitución, fue jo fue por un buen tiempo una expre­
también emergiendo un nuevo sistema sión de la clasificación racial de la po­
de explotación social, o más específica­ blación. A mediados del siglo XVI, esa
mente, de control del trabajo, de sus re­ asociación entre ambos sistemas ya es­
cursos, de sus productos: todos los mo­ taba claramente estructurada y se repro­
dos históricamente conocidos de con­ duciría durante casi quinientos años: los
trol del trabajo o de explotación -escla­ "negros" eran, por definición, esclavos;
vitud, servidumbre, pequeña produc­ los "indios", siervos. Los no-indios y no­
ción mercantil independiente, recipro­ negros, amos, patrones, administradores
cidad y capital- fueron asociados, arti­ de la autoridad pública, dueños de los
culados, en un único sistema conjunto beneficios comerciales, señores en el
ECUADOR DEBATE / ANÁLISIS 161

control del poder. Y, naturalmente. en individuo de la especie, en lugar alguno


especial desde mediados del siglo XVIII, del planeta, podría estar al margen de
entre los "mestizos" era precisamente el este sistema. Podrían cambiar de lugar
"color", el matiz de "color", lo que de­ dentro del sistema, pero no estar fuera
finía el lugar de cada individuo o cada de él. Emergía, pues, también el primer
grupo en la división social del trabajo. sistema global de explotación de la his­
toria: el capitalismo mundial.
Colonialidad y globalidad en el nuevo De otro lado, este nuevo patrón de
patrón de poder poder que se basaba en la articulación
de los nuevos sistemas de dominación
Puesto que la categoría raza se colo­ social y de explotación del trabajo, se
caba como el criterio universal y básico constituía y se configuraba como un
de clasificación social de la población, producto central de la relación colonial
y en su torno se redefinían las previas impuesta en América. Sin ella. sin la
formas de dominación, en especial en­ violencia colonial, no habría sido posi­
tre sexos, "etnicidades", "nacionalida­ ble la integración entre tales nuevos sis­
des" y "culturas", ese sistema de clasifi­ temas, menos aún su prolongada repro­
cación social afectaba, por definición, a ducción. Así la colonialidad era -es- el
todos y a cada uno de los miembros de rasgo central inherente, inescapable,
la especie. Era el eje de distribución de del nuevo patrón de poder que fue pro­
los roles y de las relaciones asociadas a ducido en América. En eso se fundaba y
ellos, en el trabajo, en las relaciones se­ se funda su globalidad.
xuales, en la autoridad, en la produc­
ción y en el control de la subjetividad. Y Eurocentramiento del nuevo patrón de
era según ese criterio de clasificación de poder: capital y modernidad
la gente en el poder que se adscribían
entre toda la especie las identidades his­ El dominio colonial de América,
tórico-sociales. En fin, las identidades ejercido por la violencia física y subjeti­
geoculturales se establecerían, también, va, permitió a los conquistadores/colo­
en torno de dicho eje. Emergía, así, el nizadores controlar la producción de
primer sistema global de dominación los minerales preciosos (oro y plata, so­
social históricamente conocido: nadie, bre todo) y de los vegetales preciosos (al
en ningún lugar del mundo, podría estar comienzo tabaco, cacao, papa, princi­
fuera de él. palmente), por medio del trabajo no pa­
En el mismo sentido, puesto que la gado de esclavos "negros" y de siervos
división social del trabajo -esto es, el o peones "indios" y de sus respectivos
control y la explotación del trabajo­ "mestizos" .
consistía en la asociación conjunta de No es, quizá, necesario insistir aquí
todas las formas históricamente conoci­ sobre el proceso histórico que permitió
das en un único sistema de producción a los grupos dominantes entre los colo­
de mercaderías para el mercado mun­ nizadores, la producción de un merca­
dial, y en exclusivo beneficio de los do monetizado y articulado regional­
controladores del poder, nadie, ningún mente a lo largo de la cuenca del Atlán­
162 ANí8At QUIJANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

tico, como un nuevo centro de tráfico del mundo colonizado, eran relaciones
comercial. Pero es probable, en cam­ de explotación no-salariales, esclavi­
bio, que no sea inútil hacerlo acerca de tud, servidumbre y reciprocidad/tribu­
que hasta la llamada "revolución indus­ tación, las que fueron mantenidas por
trial" en el siglo XVIII, desde esas regio­ la violencia colonial. No hay, pues,
nes (desde Europa Occidental, pues) no modo de no admitir que contra las pro­
se producía nada que tuviera importan­ puestas teóricas eurocéntricas, el Capi­
cia en el mercado mundial. Y que, en tal se desarrolló en Europa no sólo aso­
consecuencia, fue exclusivamente el ciado a, sino fundado en, las demás for­
control colonial de América y del traba­ mas de explotación del trabajo, sobre
jo gratuito de "negros" y de "indios" todo en la esclavitud "negra", que pro­
produciendo minerales y vegetales pre­ ducía los vegetales preciosos, y en la
ciosos, aquello que permitió a los domi­ servidumbre "india" productora de los
nantes entre los colonizadores, no sólo metales preciosos.
comenzar a tener una posición impor­ Aquellos procesos estuvieron en Eu­
tante en el mercado mundial, sino sobre ropa, como es bien conocido, asociados
todo la concentración de muy ingentes a la producción de una nueva estructu­
beneficios comerciales, y junto con ra local de poder, a la reclasificación so­
ellos también concentrar en sus propios cial de los habitantes de esas regiones, a
países la salarización o mercantización conflictos de poder entre dominantes
de la fuerza de trabajo local. por espacios de dominación, lo que in­
Todo eso implicó la rápida expan­ cluía a la Iglesia, a conflictos de hege­
sión de la acumulación capitalista en monía entre ellos, a luchas rel igioso­
esas regiones, e inclusive permitió apro­ /culturales, al dominio del oscurantismo
vechar las innovaciones tecnológicas religioso/cultural en Iberia y a la secula­
producidas por los esclavos "negros" de rización de las relaciones intersubjeti­
las Antillas, para desarrollar la "revolu­ vas en el centro-norte de Europa. En
ción industrial" en el Norte de la futura esas últimas regiones, eso llevó a todo
Europa Occidental."! Sólo sobre esa ba­ aquello que, desde el siglo XVIII, se pre­
se, la emergente Europa Occidental po­ senta al mundo como la modernidad y
drá después partir a la colonización del como la marca exclusiva de una nueva
resto del mundo y al dominio del mer­ entidad/identidad histórica que se asu­
cado mundial. mirá como Europa Occidental.
De ese modo, el Capital como rela­ Con raíces que pueden ser ya ubi­
ción social de producción y de explota­ cadas en las Utopías del siglo XVI, pero
ción pudo ser concentrado en esas re­ sobre todo con el debate filosófico y
giones y ser su marca virtualmente ex­ teórico-social del siglo XVII y con ma­
clusiva por un largo tiempo, mientras yor claridad en el siglo XVIII, la nueva
en América, como después en el resto entidad/identidad que se constituye co­

11 Véase de Dale Tomich: Trough tbe Pnsm oí Siavery. Labor, Capital and World Economy, Rowman and
littelfield Publishers, Ine. l.anharn, Boulder, New York, Toronto, Oxford, 2004.
ECUADOR DEBATE! ANÁLISIS 163

mo Europa Occidental, ya bajo el cre­ en torno de la igualdad social, de la li­


ciente predominio de las zonas centro­ bertad individual y de la solidaridad so­
norte, se asume y se identifica como cial, como proyecto central de la mo­
moderna, es decir: como lo más nuevo dernidad y como cifra y compendio de
y lo más avanzado de la historia huma­ su específica racionalidad.l?
na. y el signo distintivo de esa moder­ En otros términos, del mismo modo
nidad de la emergente identidad euro­ que para la central izac ión del desarrollo
peo-accidenta/ es su específica racio­ del capital, la centralidad de Europa
nalidad. Occidental en la producción de la mo­
Sin la colonialidad del poder funda­ dernidad, era una expresión de la colo­
da en América, es decir sin América, to­ nialidad del poder. Es decir, coloniali­
do aquello no podría ser explicado..Sin dad y modernidad/racionalidad fueron
embargo, la versión eurocéntrica de la desde la partida, y no han dejado de
modernidad oculta o distorsiona esa serlo hasta hoy, dos caras de la misma
historia. Porque es con la experiencia moneda, dos dimensiones inseparables
histórica que lleva a la producción de de un mismo proceso histórico.l '
América, que se asientan en Europa, de Para América y en particular para la
un lado, la idea y la experiencia del actual América Latina, en el contexto de
cambio, como un modo normal, nece­ la colonialidad del poder, ese proceso
sario y deseable de la historia. Del otro implicó que a la dominación colonial, a
lado, el abandono del imaginario de la racialización y a la re-identificación
una edad dorada en un mítico pasado, geocultural, a la explotación del trabajo
en favor del imaginario del futuro y del gratuito, le fue superpuesta la emergen­
"progreso". y sin América, sin contacto cia de Europa Occidental como el cen­
y sin conocimiento de formas de exis­ tro de control del poder, como el centro
tencia social fundadas en la igualdad de desarrollo del capital y de la moder­
social, la reciprocidad, la comunidad, la nidad/racionalidad, como la sede mis­
solidaridad social, entre algunas socie­ ma del modelo histórico avanzado de
dades indígenas pre-coloniales, en es­ civilización. Todo un mundo privilegia­
pecial en el área andina, no se podrían do que se imaginaba, se imagina aún,
explicar las utopías europeas del XVI, autoproducido y autodiseñado por seres
XVII Y XVIII, las cuales re-imaginando, de la raza superior par excellence, por
magnificando e idealizando aquellas definición los únicos realmente dotados
experienc ias indígenas, en contraste de la capacidad de lograr esas conquis­
con las desigualdades del feudalismo en tas. De ese modo, en adelante, la de­
el centro-norte de Europa, fundaron el pendencia histórico-estructural de Amé­
imaginario de una sociedad constituida rica Latina no sería más sólo una marca

12 Sobre ese debate ver de Aníbal Quijano: Modernidad, Identidad y Utopía en América Latina, Lima, Edi­
ciones Sociedad y Política, 1988.
13 Acerca de esta cuestión, de Aníbal Quijano: "Colonialidad y Modernida<VRacionalidad", en Heraclio
Bonilla (cornp.), Los Conouistedos, Tercer Mundo Edíciones-FlACSO, 1992, pp. 437-449. .
164 ANíBAL QUlJANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

de la materialidad de las relaciones so­ do sin democracia, ergo, sin Moderno


ciales, sino, sobre todo, de sus nuevas Estado-Nación. Y aunque la separación
relaciones subjetivas e intersubjetivas y la prolongada hostilidad entre los paí­
con la nueva entidad/identidad llamada ses latinoamericanos habían -casi ente­
Europa Occidental y la de sus descen­ rrado durante el siglo XIX la propuesta
dientes y portadores, donde quiera que bolivariana de unidad e integración,
fuesen y estuviesen. hoy parece reaparecer con nueva fuer­
za. Primero por la conquista y coloniza­
los fantasmas de América latina ción por Estados Unidos de la mitad
norte de México, pero especialmente
No debe ser, a esta altura del deba­ desde que tras la derrota de España, Es­
te, difícil percibir por qué y de qué mo­ tados Unidos conquistara y colonizara
dos la colonialidad del poder ha produ­ Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, y
cido el des/encuentro entre nuestra ex­ la política imperialista y expansionista
periencia histórica y nuestra perspectiva de ese país colocara de nuevo en el
principal de conocimiento, y ha frustra­ imaginario latinoamericano la cuestión
do, en consecuencia, los intentos de so­ de la unidad e integración.
lución eficaz de nuestros problemas Desde la Segunda Guerra Mundial,
fundamentales. a todas esas cuestiones insolutas se le
La insoluta condición de sus proble­ sumó la del desarrollo y que, a pesar de
mas fundamentales, ha ido poblando
que aparentemente salió del debate, no
América Latina de fantasmas históricos
ha dejado de estar presente en el imagi­
muy específicos. No es mi propósito es­
nario y está implícita incluso como una
ta vez identificarlos, mucho menos exa­
de las pretensas bases de legitimidad de
minarlos, a- todos, sino tratar de hacer
la neoliberalización en estos países.
visibles los más densos de ellos. Empe­
Se puede, así, señalar que la identi­
ro los fantasmas tienen su propio lugar
en la historia y también su propia histo­ dad, la modernidad, la democracia, la
ria. Desde la Independencia y hasta fj­ unidad yel desarrollo, son los fantasmas
nes del siglo XIX, sin duda los más per­ que pueblan hoy el imaginario latinoa­
sistentes y densos fantasmas que nos ha­ mericano. Con ellos ha comenzado a
bitaban eran, sobre todo, los de identi­ cohabitar, desde el fin del milenio pasa­
dad y modernidad. Desde fines de ese do -en rigor, desde que cumplimos 500
siglo, muchos latinoamericanos comen­ años- uno nuevo y más sombrío, más
zaron a percibir que no era posible de­ temible en definitiva: el de la continui­
salojar esos fantasmas de nuestro rnun­ dad o sobrevivencia 14 del proceso mis­

14 Ha comenzado, finalmente, un activo debate en América Latina sobre el significado de la expansión de


bases y otros establecimientos militares de Estados Unidos en territorio latinoamericano, además de las
habituales y viejas articulaciones entre las fuerzas armadas de ese país y las latinoamericanas, muy en
especial en el contexto de las obvias tendencias de re-neocolonización del mundo, iniciada con la in­
vasión y la ocupación de Irak y Afganistán. Adelanté algunas predicciones ----Desafortunadamente CUIn­
EcuADOR 'DEBATE / ANÁLISIS 165

mo de producción de la identidad lati­ mutación o de producci.án de nuevos


noamericana. sentidos históricos.
Como está implicado en este deba­ Por todo eso, dichos fantasmas nos
te, la solución de los problemas que son habitan entrelazados entre sí inextrica­
inherentes a cualquiera de ellos impli­ blemente. Y parecen haberse hecho per­
ca, requiere, la de cada uno de los de­ manentes. De ese modo, han terminado
más. Esa condición los ha hecho hasta por hacerse familiares, en verdad ínti­
aquí invulnerables a todos los intentos mos, y forman parte constitutiva de
de erradicarlos de nuestra existencia so­ nuestra experiencia y de nuestras imá­
genes. Se podría decir, por eso, que
cial cotidiana, puesto que la hegemonía
ahora son virtualmente inherentes a la
de la perspectiva eurocentrista de cono­
materialidad y al imaginario de nuestra
cimiento ha llevado a la mayoría, de
existencia histórica. En ese sentido, for­
una parte, a pensar tales problemas se­
man el específico nudo histórico de
parados entre sí y, de la otra, a intentar América l.atina.lf
resolverlos gradualmente y en secuen­
cia. Y, por eso mismo, a percibir las pro­ Colonialidad, moderninad, identidadtv
puestas e intentos alternativos como
meras "utopías" -en el sentido degrada­ No es sorprendente que América ad­
do del término y no como propuestas de mitiera la ideología eurocéntrica sobre

plidas muy pronto- en una conferencia pública en la Universidad de Gainesville, florida, Estados Uni­
dos, a fines de 1992, tituladawu: Lstin America Survive? Se publicó en 1993, en Portugués, con el tí­
tulo de "¡Sobrevivera América Latina?", en Sao Paulo Em Perspectiva, Vol. VII, No. 2, Sao Paulo,
SEADE, 1993, pp. 60-67. Yen Carla, No. 1, Rio de Ianeiro, 1993. He vuelto después sobre este asun­
to en "El Laberinto de América Latina: ¿Hay otras salidas?" Originalmente, en Revista Venezolana de
Ciencias Económicas y Sociales, Caracas, VOL. 6, No. 2, 2004, pp. 73-90. Hay traducción al portugués
en: Theotonio dos Santos (coord.), G/obalizapo. Dimensoes e Alternativas, Sao Paulo, Puc-Edlciones
Loyola-Reggen, 2004, pp. 142-174.
15 El entrelazamiento entre las cuestiones de identidad, modernidad y democracia ha probado ser inextri­
cable en la historia de América Latina. Constituye, de ese modo, un auténtico nudo histórico, el nu­
clear y decisivo, pues de su solución dependen, sin duda, nuestro horizonte y nuestra trayectoria en el
futuro. Empero, ese nudo es, por su naturaleza y por su origen, por completo diferente que ellegenda­
rio que Gordio fabricara y que esperaba la espada de Alejandro para ser resuelta. El nudo histórico la­
tinoamericano no podría ser resuelto sino en el trayecto de una continua, radical y global democrati­
zación de las relaciones materiales e inter-subujetivas, que lleve a la producción de una sociedad de
iguales y de libres. Y porque es probable que ningún latinoamericano ilustre lo haya vivido y marido
(no se diria lo mismo con muerto) con más intensidad que el peruano José María Arguedas, creo que
es sólo pertinente llamarlo el nudo arguediano.
16 En esta ocasión me limitaré a plantear la cuestión de la identidad y sus relaciones con las de la moder­
nidad/racionalidad. Mis propuestas sobre las cuestiones de la democracia y del moderno Estado-Na­
ción y sobre las del desarrollo y la integración, pueden ser encontradas, respectivamente, en mis si­
guientes textos: "Colonialité du Pouvoir e Democratie en Amerique Latine", en Amerique Latine, De­
mocratie el Exclusion, París, Revue future Anleríeur, L'Harrnattan, 1994, pp.93-101; "Estado-Nación.
Ciudadanía y Democracia: Cuestiones Abiertas", en Helena GonzáleslHeidulf SChmidt (cornps.), De­
mocracia para una nueva Sociedad, Caracas, Nueva Sociedad, 1997, pp. 139-158; "Colonialidad del
166 ANíBAL QUllANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

la modernidad como una verdad uni­ ción de subjetividad, de memoria histó­


versal, en especial hasta comienzos del rica, de imaginario, de conocimiento
Siglo XX, si se tiene en cuenta que quie­ "racional". Ergo, de identidad.
nes se arrogaban de modo exclusivo el Y, en efecto, lcómo tenerlos visibles,
derecho de pensarse y de presentarse aparte de su lugar como trabajadores y
como representantes de esa América dominados, si los no-europeos, dada su
eran, precisamente, los dominadores condición de razas inferiores y de "cul­
coloniales, es decir, "europeos". Y des­ turalmente" primitivos -arcaicos, suele
de el siglo XVIII, eran además "blancos" decirse hoy día- no eran, no podían ser
e identificados con "Occidente", esto es por definición, y no lo son del todo in­
con una imagen más extendida de "Eu­ clusive hoy, sujetos y, mucho menos, ra­
ropa", aún después de asumir las nue­ cionales?18
vas identidades "nacionales" postcolo­
Derrotada la revolución acaudillada
niales e incluso hasta hoy.'?
por Túpac Amaru en el Virreynato Pe­
En otros términos, la colonialidad
ruano, en 1780, y aislada, mutilada y
del poder implicaba entonces, y todavía
aunque de otro modo, finalmente tam­
hoy en lo fundamental, la invisibilidad
bién derrotada, la inicialmente triunfan­
sociológica de los no-europeos, "in­
dios", "negros" y sus "mestizos", es de­ te revolución haitiana de 1803, los no­
cir, de la abrumadora mayoría de la po­ europeos de la población latinoameri­
blación de América y sobre todo de cana fueron mental e intelectualmente
América Latina, respecto de la produc- aún más invisibilizados en el mundo de

Poder globalización y Democracia". Originalmente, en Instituto de Altos Estudios Internacionales (ed),


Iendencies Básicas de Nuestro Tiempo, Caracas, 2000. Hay traducción al portugués en Novas Rumos,
Año 17, No. 37, Sao Paulo, pp. 04-29; "Populismo y Fujimorismo", en Felipe Burbano de Lara (ed.), E/
Fantasma Del Populismo. FLACSO-Nueva Sociedad, 1998, pp. 171-207; "América Latina en la Econo­
mfa Mundial", en Problemas del Desarrollo, Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Vol.
XXIV, No. 95, Oct-Die. 1993; "El Fantasma del Desarrollo". Originalmente en Revista venezolana de
Economía y Ciencias Socia/es, Caracas, No 2, 2000.
17 No solamente una parte de la intelligentsia, como, por ejemplo Héctor Murena, importante escritor e
intelectual argentino (1923-1975), ya bien entrado el Siglo XX se desesperaba de ser uno de los "euro­
peos exilados en estas salvajes pampas", sino que sus más poderosos gobernantes nunca han titubea­
do en afirmarse como defensores de la "civilización occidental y cristiana", como por ejemplo la feroz
dictadura militar argentina en los años 70 del siglo XX, hasta la no menos feroz dictadura de Bush ya
en el siglo XXI.
18 Esa forma de percibir a los no-europeos es constante y explícita incluso tan tardíamente como en He­
gel, cuyas opiniones (Lecciones de FilOSO/la de la Historia) son' conocidas y repetidamente citadas so­
bre la inevitable destrucción de las sociedades primitivas ~nada menos que en referencia a.los Azte­
cas e Incas-- en contacto con el Espíritu, naturalmente europeo, y más recientemente, por ejemplo, en
Heidegger, para quien no se puede filosofar sino en alemán.
ECUADOR OEBATE I ANÁLISIS 167

los dominantes y beneficiarios de la co­ da, en los extremos de ambas partes del
lonialidad del poder.!? poder.
Sin embargo, en el mundo del poder La identidad latinoamericana co­
aquello que se arroja por la puerta in­ menzó a ser, desde entonces, un terreno
gresa de todos modos por la ventana. En de conflicto, que no ha cesado de en­
efecto, los invisibilizados eran la abru­ sancharse y hacerse más pedregoso, en­
madora mayoría de la población de tre lo europeo y lo no-europeo. Pero in­
América Latina tomada en su conjunto, cluso en esos términos no tiene una his­
y su universo subjetivo, sus modos de toria lineal o simple, pues expresa los
relación con el universo, demasiado elementos más persistentes de la colo­
densos y activos como para ser simple­ nialidad del poder.
mente ignorados. Y, por otra parte, al En primer término, la relación "ra­
mismo tiempo en que la promiscuidad y cial", envuelta en, o disfrazada de, "co­
permisividad sexual de los cristianos ca­ lor". Esta es, obviamente, una relación
tólicos no cesaba de producir y de re­ social jerárquica de "superioridad"-"in­
producir una creciente población de ferioridad", entre "blancos", "negros",
"mestizos" -de la cual una proporción "indios", "mestizos" y, desde la segunda
muy importante formó, desde fines del mitad del siglo XIX, "asiáticos" o "ama­
siglo XVIII en especial, los rangos de los rillos" y "aceitunados" u "01iváceos",
dominantes-, las relaciones intersubjeti­ Desde el Siglo XVIII, el aumento de
vas ("culturales") entre dominantes y "mestizos" obligó a una difícil y compli­
dominados fue produciendo un nuevo cada escala de matices de "colores" y
universo intersubjetiva considerado de discriminación entre "castas" marca­
igualmente "mestizo", y en consecuen­ das por tales matices. Esa gradación so­
cia ambiguo e indeciso, excepto, sin du- cial estuvo vigente hasta bien entrado el

19 La revolución de Tupac Amaru fue, en el Virreynato del Perú, la primera tentativa de producir una nue­
va nación, es decir una nueva estructura de poder, y quizás una nueva nacionalidad, esto es una nue­
va identidad, en la cual tuvieran lugar elementos de origen y de carácter hispano, pero históricamente
redefinidos por y en América, dentro de un patrón de poder con hegemonía "indígena". Su derrota
abrió el paso a que la futura Independencia en esta región se hiciera bajo total control de 105 domina­
dores coloniales, y el pleno y duradero mantenimiento de la colonialidad del poder. De su lado, la re­
volución haitiana fue la primera gran revolución descolonizadora triunfante de todo el período colo­
nial/moderno, en la cual 105 "negros" derrotaron a 105 "blancos" ¡ Josesclavos a 105 amos, 105 coloniza­
dos a 105 colonizadores, 105 haitianos a 105 franceses, 105 no-europeos a 105 europeos. Fue el entero pa­
trón de poder colonial/moderno el que fue subvertido y destruido. Ambas revoluciones produjeron, sin
duda, una tremenda conmoción y un extendido pánico entre 105 dueños del poder colonial/moderno.
Por eso, la represión sobre 105 revolucionarios tupacamaristas fue un cruel escarmiento. Como no ha
dejado de serlo la continuada intervención colonialista de franceses primero y de estadounidenses (o
"Usonlanos", como propone llamarlos José Buscaglia-Salgado en Undoing Empire. Race and Nation in
the MuJatto Caribbean, Minneapolis-London, University of Minessota Press, 2003, pp. 4 Y 55.) repetida­
mente, durante dos siglos, hasta aplastar la revolución y mantener al Haití en la espeluznante historia
a la que no dejan terminar.
168 ANíBAL QUIIANo/Don Quijote y los molinos de viento en América Latina

Siglo XIX.20 El posterior aumento de periencias histórico-culturales ongma­


"mestizos" ha hecho aún más compleja les del mundo precolonial, ergo tam­
y la clasificación social fundada en la bién pre-"europeo occidental", sería ca­
"raza", sobre todo porque el "color" ha racterizable como "pre-modernidad",
sido superpuesto a lo biológico-estruc­ vale decir "pre-racional" o "primitiva",
tural, debido, ante todo, a las luchas así como las correspondientes a las po­
contra la discriminación racial o racis­ blaciones secuestradas en África, escla­
mo. Y, de otro lado, ese mismo efecto vizadas y racial izadas como "negros"
proviene de la moderna ideología for­ en América. Pocos se resisitirían hoya
mal de igualdad entre gente de todos los admitir que en el discurso dominante,
"colores", en la cual se apoyan las lu­ ergo de los dominantes, la propuesta de
chas antiracistas. modernización no ha dejado de ser, no
En segundo término, se trata de las obstante todo el debate posterior a la
relaciones entre lo "europeo/occiden­ Segunda Guerra Mundial, equivalente a
tal" y en consecuencia con la moderni­ "occidentalización".21
dad, o más estrictamente con la versión En tercer lugar, lo que resulta de la
eurocéntrica de la modernidad, con lo resistencia de las víctimas de la colonia­
no-europeo. Esa es una relación crucial, lidad del poder, que no ha estado au­
en tanto que desde esa versión eurocén­ sente durante estos cinco siglos. Duran­
trica, ampliamente hegemónica en te la primera modernidad, bajo el domi­
América Latina y no sólo entre los domi­ nio ibérico, los primeros intelectuales
nantes, el lugar y la condición de las ex- "mestizos" en primer lugar (en el exten­

20 En los archivos coloniales sudamericanos es posible identificar más de 30 "castas", algunas de ellas con
nombres que no han alcanzado, todos, el desuso. En el Perú, por ejemplo "zambo", originalmente
"mestizo" "a negrada" de "india" y "negro", o "sacalagua", originalmente una de las escalas del "mu­
lato". Hoy, "moreno" es un término con el que se busca reducir el efecto de "negro" o "zambo", como
testimonio de que la producción colonial de la idea de "raza" estaba, desde el principio, enraizada en
las jerarquías sociales impuestas en Iberia a los derrotados "moros" y a sus descendientes bajo la do­
minación de los señores del Norte. La llegada de poblaciones "asiáticas" desde mediados del siglo XIX,
de chinos en especial, generó nuevos matices y nuevos términos discriminatorios.
21 En los días siguientes al linchamiento del Alcalde de llave (Puno, Perú), ocurrido hace unas semanas,
por una enfurecida población mayoritariamente identificada como Aymara, la prensa peruana y sobre
todo algunos programas de televisión adjudicaban a esos sucesos a la condición no "occidental" y en
consecuencia no moderna, ni racional, de los "indígenas" aymaras. Un influyente periodista en un pro­
grama de televisión, no titubeó en exclamar que "occidente" debería ser impuesto por la fuerza a esas
poblaciones. Lo notable de eso es que ese linchamiento era uno de varios ocurridos en los meses re­
cientes en el Perú, pero en zonas y poblaciones muy diferentes y muy distantes. Pero los demás, ocu­
rridos entre poblaciones "mestizas", no convocaron esas mismas pulsiones "racista/etnicistas" (como
suele decirse en la actualidad). Pero en llave actuaban Aymaras y por lo tanto esa tenía que ser la ra­
zón específica de esos hechos. Lo patético de la opinión de los periodistas limeños es que no podían
siquiera imaginar que esos actos se debían, precisamente, a la "occidentalización" de tales "avrnaras":
activo comercio legaI y de contrabando, tráfico de drogas, disputa por el control de las rentas munici­
pales, por su relación política con partidos políticos urbanos, con sedes centrales en Lima, que dispu­
tan el control de parcelas de poder y de sus recursos, etc. Todo eso, por supuesto, en el marco de la
más grave crisis social, política y psicosocial, en el Perú en más de una centuria.
ECUADOR DEBATE / ANÁLISIS 169

so Virreynato del Perú, la mayor parte más interesante de esa historia comenzó
de América del Sur actual, pocos desco­ temprano en el siglo XIX, con el conflic­
nocerían los nombres más célebres, to político entre conservadores hispanó­
Gracilazo de la Vega, el Inca, Huaman filos y liberales modernistas, y frente al
Poma de Avala, Santa Cruz Pachacuti expansionismo hegemonista de Estados
Salcamayhua, Bias Valera) iniciaron la Unidos, aliado a Inglaterra. Los "blan­
defensa del legado aborigen. Podría dis­ cos" liberales de estos países fueron esti­
tinguirse, grosso modo, dos vertientes. mulados por Francia, bajo Napoleón 111,
Una, procedente de los célebres Co­ a proponer que su identidad europea no
mentarios Reales, de Garcilazo de la se agotaba en lo Ibérico (españolo por­
Vega, el Inca, que no ha dejado de insis­ tugués) sino que se remitía a un parentes­
tir en el carácter pacífico, civilizador y co cultural mucho más amplio: la latini­
solidario de lo incásico y otra más críti­ dad. Y hacia fines de ese mismo siglo,
ca, que insiste en el poder y sus impli­ frente al abierto expansionismo colonia­
caciones, que se originó en Nueva Cró­ lista e imperialista de Estados después de
nica y buen gobierno, de Huaman Po­ su victoria sobre España en 1898, la opo­
ma de Ayala. Hoy, en cierto modo, am­ sición entre el "materialismo" y "prag­
bas confluyen para reivindicar, contra el matismo" anglo-sajón de los americanos
carácter crecientemente predatorio del del Norte y el "espiritualismo" latino de
capitalismo actual, la restauración de los americanos del sur, codificada princi­
una sociedad "tawantinsuyana".22 palmente por el uruguayo José Enrique
En cuarto lugar, la cambiante historia Rodó en su libro Ariel, pudo cobrar una
de las relaciones entre las diversas ver­ vasta difusión y respaldo en los intelec­
siones de lo europeo en estos países. Lo tuales "blancos" y "mestizos".23 Esa his­

22 Carlos Araníbar ha publicado en Lima una versión de Los Comen/arios Reales en el Castellano actual
(Fondo de Cultura Económica, Lima-México, 1991) seguida de un volumen de notas eruditas de gran
utilidad para seguir el rastro histórico de tan notable libro. El mismo historiador peruano publicó tam­
bién el texto del Yamque Juan Santa Cruz Pachacuti Salcamayhua, también con el FCE, Lima-México
1995. Franklin Pease, otro historiador peruano, hizo la más reciente edición de Nueva Crónica y Buen
Gobierno, de Huaman Poma de Ayala, en el Fondo de Cultura Económica, Lima- México, 1993. En el
siglo XX, Luís Eduardo Valcárcel, fue sin duda el más influyente propulsor de la versión garcilacistadel
Tawantinsuyo, desde Tempestad en los Andes, Lima 1926, sus numerosas publicaciones incluyen, prin­
cipalmente, Historia del Perú Antiguo, Lima 1964, y Ru/a Cultural del Perú. Lima 1981. Más reciente­
mente, Alberto Flores Galindo, con Buscando un Inca. Identidad y Utopia en los Andes, Lima 1988, se
convirtió en un autor de extendida influencia en una variante de esa misma vertiente.
23 En 1853, el colombiano Torres Caicedo publicó un texto con esas propuestas en la Revue des Deux
Mondes, 'en París. Las pretensiones expansionistas de Napoleón 11I, pronto usaron tales propuestas pa­
ra apoyar la invasión de México y la imposición de Maximiliano de Habsburgo como Emperador. Co­
mo se sabe los invasores fueron derrotados y expulsados y su Emperador ejecutado bajo el liderazgo
del liberal Benito luárez. El Ariel, del uruguayo José Enrique Rodó (1872-1917) generó toda una co­
rriente intelectual y política llamada "arielista" que se fue agotando en las primeras décadas del siglo
XX, conforme estallaban las revueltas democráticas y nacionalistas que siguieron al triunfo de la Revo­
lución Mexicana (1910-1927) y atravesaron todos los países al sur del Río Bravo entre 1925 y 1935,
terminando con la derrota de las revoluciones y la imposición de sangrientas dictaduras, salvo en Uru­
guay y Chile.
170 ANílJAf QUIIANo/Oon Quijote y los molinos de viento en América Latina

toria no ha terminado. Si bien la hege­ afirmación y reproducción de la reci­


monía de Estados Unidos no ha hecho procidad y de su ética de solidaridad
sino ampliarse y afirmarse, en especial social, como opción alternativa a las
desde la Segunda Guerra Mundial, no es tendencias predatorias del capital ismo
accidental, sin duda, que se haya otorga­ actua 1.
do preferencia al nombre de América La­ Es pertinente señalar, contra todo
tina frente a los demás propuestos en di­ ese trasfondo histórico y actual, que la
ferentes momentos, precisamente desde cuestión de identidad en América Latina
la Segunda Guerra Mundial. es, más que nunca antes, un proyecto
En fin, los recientes movimientos histórico, abierto y heterogéneo, no só­
político-culturales de los "indígenas" y lo, y quizá no tanto, una lealtad con la
de los "afro-latinoamericanos", han memoria y con el pasado. Porque esa
puesto definitivamente en cuestión la historia ha permitido ver que en verdad
versión europea de la modernidad/ra­ son muchas memorias y muchos pasa­
cionalidad y proponen su propia racio­ dos, sin todavía un cauce común y com­
nalidad como alternativa. Niegan la le­ partido. En esa perspectiva yen ese sen­
gitimidad teórica y social de la clasifi­ tido, la producción de la identidad lati­
cación "racial" y "étnica", proponiendo noamericana implica, desde la partida,
de nuevo la idea de igualdad social. una trayectoria de inevitable destruc­
Niegan la pertinencia y la legitimidad ción de la colonialidad del poder, una
del Estado-Nación fundado en la colo­ manera muy específica de descoloniza­
nialidad del poder. En fin, aunque me­ ción y de liberación: la des/colonialidad
nos clara y explícitamente, proponen la del poder.

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