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i ; ‘ \ aay | NUEVA NARRATIVA HISPANICA , . ROSARIO FERRE Papeles de Pandora XP, Rice is Qb34 39er & cA ° Khan wae t 4 “\ JOAQUIN MORTIZ + MEXICO t 9 } Primera edici6n, agosto de 1976 ‘Cuarta reimpresién de la primera edicién, febrero de 1990 D.R. © Editorial Joaquin Mortiz, S.A. ‘Grupo Editorial Planeta Insurgentes Sur 1162, Col. del Valle ‘Deleg. Benito Judrez, C.P, 03100 ‘México, D-F. ISBN 968.27.0106.6 pandora fue la primera mujer sobre la tierra, zeus la colocé junto al pri- mer hombre, epimeteo, y le regalé una caja donde estaban’ encerrados todos los bienes y todos los males de la humanidad. pandora abrio ta caja fatal y su contenido se esparcid por el mundo, no quedando en elix més bien que el de la esperanza. iat LA BELLA DURMIENTE Septiembre 28 de 1972 Estimado Don Felisberto: Se sorprenderé al recibir mi carta. Aunque no lo conozco personalmente lo tinico decente que puedo hacer al ver lo que le est4 sucediendo es prevenirlo. A la verdad parece que su sefiora no aprecia lo que usted vale, un hombre bueno y guapo, y para colmo, inmensamente rico. Es para hacer feliz a la mis exi: gente. Desde hace algunas semanas la veo pasar todos los dias a la misma hora por enfrente de la vitrina del beauty parlor donde trabajo, entrar a uno de los ascensores de servicio y subir al hotel. Usted no po- dré adivinar quién soy ni dénde trabajo porque esta ciudad esti ena de hoteles de mala muerte con beauty parlors en el piso bajo. Lleva unas gafas de sol puestas y se cubre la cabeza con un_paiiue- lo estilo campesino, pero atin asi la he podido re- conocer facilmente por los retratos de ella que han sa- lido en la prensa. Es que yo siempre la he admirado porque me parece divino eso de ser bailarina y a la vez sefiora de un magnate financiero. He dicho “he admirado” porque ahora no estoy tan segura de se- guirla admirando. Eso de subir en ascensores de ser- vicio a habitaciones de hotel, disfrazada de sirvienta, me parece muy feo. Si usted todavia la quiere, le acon- sejo que haga algo por averiguar qué es lo que se trae entre mano. No creo que ella se atreva a hacer algo asi, tan descaradamente. Seguro se esti corriendo el 44 riesgo de manchar su reputacién sin necesidad. Usted sabe que la reputacin de la mujer es como el cristal, de nada se empafia. A una no le es suficiente ser de- cente, tiene ante todo que aparentarlo. Quedo, sinceramente, su amiga y admiradora Dobla la carta, la mete en el sobre, escribe la direc- cién con el mismo lépiz-con que escribié 1a carta, usando con dificultad la mano izquierda. Se levanta del piso, estira todo el cuerpo parndose sobre las puntas de las zapatillas. El jersey negro del leotard se estira y se le transparenta la forma de los pechos y de los mus- los. Camina hasta la barra y comienza enérgicamente los ejercicios del dia. Octubre 5 de 1972 Estimado Don Felisberto: Si recibié mi carta anterior no lo puedo saber, pero si asi fue parece que no la tomé en serio, pues su sefiora ha seguido viniendo al hotel todos los dias a la misma hora. ¢Qué pasa, no la quiere? Para qué se cas6 con e!la entonces? Siendo usted su marido, su de- ber es acompafiarla y protegerla, hacerla sentir col- mada en la vida, de modo que ella no tenga necesidad de buscar otros hombres. A usted por lo visto lo mis- mo le da, y ella anda por ahi como una perra realen- ga. La ultima vez que vino la segui hasta verla entrar a la habitacién. Ahora voy a cumplir con mi deber y voy a dar'e el mimero, (7B), y el nombre del hotel, 45,

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