Aristóteles (384-322a.n.e)
Leyenda:
e.= en torno a
s.= siglo
Desde aquel momento Abel se consagra a las matemáticas con la pasión más
ardiente, adquiriendo velozmente un pleno conocimiento de las elementales.
Con Holmboe, Abel se familiarizó con resultados superiores conocidos en su
época, afanándose en las tres obras de L. Euler 1707-1803 sobre el cálculo,
de I. Newton (1642-1727), de C.F. Gauss (1777-1855), de J.L. Lagrange (1736-
1813) y otras clásicas de grandes maestros. Investigó por su cuenta y años
más tarde al inquirirle cómo se situó tan rápido en primera fila, replicó
“estudiando a los maestros, no a sus discípulos” [2]
Una vez abandonada la escuela, Abel creyó en principio, como dijimos, haber
resuelto el problema de la quíntica; pero a la vista de que ni Holmboe ni
ninguno de los mejores matemáticos de Noruega (Hansteen, Rasmussen, ...)
pudieron comprobar la veracidad de su conjetura, envió a través de Holmboe
la presunta resolución al matemático profesor F. Degen en Copenhague, para
que la presentase a la Real Sociedad de Ciencias de Dinamarca. Degen le
contestó requiriéndole algún ejemplo numérico, y sin comprometerse a dar
su opinión. Esa respuesta contenía una advertencia de que “estudiara las
integrales elípticas”. Al buscar ejemplos, hallaría el mentado error, que fue
corregido más tarde, para probar la imposibilidad; este trabajo también
contenía un error (al clasificar funciones), si bien, por fortuna, no esencial
para el argumento [9, II].
Más tarde se le concedió a Abel una modesta beca para visitar a Degen en
Copenhague. Allí conoció también a Cristina Kemp, que un tiempo después
sería su novia. Otro nuevo estipendio le fue dado por el Gobierno noruego,
con recursos suficientes para visitar los centros matemáticos más
importantes del continente (en Alemania y Francia). Por esa dotación tuvo
que aguardar más de año y medio, tiempo que dedicó a estudiar francés y
alemán, sin abandonar su perseverante entrega a las matemáticas. En agosto
de 1825 emprendió el viaje al extranjero, aunque antes de partir editó una
breve memoria en la que se exhibía la idea de la inversión de las elípticas. ¡
Cuán enorme sería el desengaño que tuvo en su visita a Alemania, al
enterarse de que, sin siquiera leerla, Gauss tildara de “monstruosidad” el
folleto que Abel le había enviado con su resultado! Eso le indujo tal antipatía,
que en una ocasión diría “Gauss, como el zorro, borra con la cola la senda
que sigue, para no dejar pista alguna de sus trabajos” [2]. La prodigiosa
inventiva de Abel se refleja en sus trabajos. En su memoria sobre el problema
anterior, destacó que se debían indagar las condiciones para poder resolver
algebraicamente ecuaciones de cualquier grado, preludio de un paréntesis
que solventó más tarde E. Galois (1811-1832) para sentar las bases de su
teoría de ecuaciones mediante la de grupos ?7?, mostrando que a cada
ecuación corresponde un grupo de sustituciones. Abel investigó la estructura
de los grupos conmutativos y mostró que son producto de grupos cíclicos. No
obstante, no destacaría en su trabajo el concepto de grupo (ni , claro está, la
noción explícita de subgrupo normal). Se les reconoce a Galois y a Abel, la
creación del álgebra moderna
Desde Copenhague, Abel marchó hacia Alemania, para
contactar cerca de Hamburgo con Schumacher (quien enviaría el folleto antes
citado aGauss) y de allí a Berlín. Llevaba una misiva para el consejero de
construcciones, August Leopold Crelle (1780-1855), por quien sería
cordialmente acogido. Con más peso en el mundo matemático que su gran
benefactor Holmboe, Crelle era un destacado ingeniero, una de cuyas obras
fue el primer ferrocarril prusiano entre Berlín y Postdam y autor también de
algunos trabajos matemáticos. Crelle sería un fuerte impulsor de la
matemática en Prusia, fundando (1825) el Journal für die reine und
angewandte Mathematik (Journal de Crelle), revista pionera de matemática
pura en el mundo y la más prestigiosa de Alemania. Abel estableció una
cordial amistad con Crelle, quien pronto adivinó que aquél era un genio. En
los primeros números editó 7 de sus trabajos; publicando 22 en total en el
Journal de Crelle.
En Berlín leyó Analyse Algébrique de A.L. Cauchy (1789-1857), de la que en
uno de sus artículos sobre la quíntica, ya había usado resultados sobre
permutacioçnes. En perjuicio de su salud, Abel decidió desviar su ruta hacia la
capital francesa, dirigiéndose hacia el norte de Italia para disfrutar unos días
con sus compañeros Boeck y Keilhau con quienes vino desde Noruega. En
julio de 1826 se trasladó a París, con una constelación entonces de grandes
matemáticos, a cuya mayoría caracterizó algo despectivamente (como narraría
a Holmboe ?10,II?) de “tan viejos que sólo quedaba de ellos su fama”. De
Cauchy dijo que “era un excéntrico (...) lo que hace es excelente pero muy
confuso”. Tildó a los franceses de “mucho más reservados con los extranjeros
que los alemanes, siendo demasiado difícil ganar su intimidad”. También
especificaba: “He realizado un trabajo sobre funciones trascendentes, para
presentarlo al Instituto (...). Espero que lo vea Cauchy, pero seguramente ni se
dignará mirarlo. Se trata de un buen trabajo y me agradaría conocer el juicio
del Instituto”. Ese trabajo, primer ensayo de Abel sobre las integrales elípticas
[10,I], fue presentado el 30 de octubre de 1826 al Secretario de la Academia
de Ciencias de París, J. Fourier, para ser publicado en su Revista.
Este lo remitió a Cauchy (responsable principal, con 39 años) y a A.Legendre
(1757-1833), para que fuese evaluado. Legendre (con 74 años) lo encontró
penoso e ilegible y confió en Cauchy para que se encargara del informe [3].
Para coronar esta epopeya, se volvió a perder antes de ser leídas las pruebas
de imprenta. La Academia en 1830, concedió a Abel el Gran Premio de
Matemáticas, en unión con Jacobi, pero Abel ya había fallecido [2].
El episodio de París sólo pudo anegarle de: “¡desdén, indiferencia, miseria [6].
Para mayor gloria de la ciencia, fue determinante “el grito de alarma de
Jacobi”[6].
No acabaron ahí las peripecias habidas. “Cuando los noruegos L. Sylow y S.
Lie elaboraban en la década 1870-1880 la publicación de las obras completas
de Abel se encontraron, para colmo de sorpresas con que el manuscrito se
había perdido de nuevo” [4].
¿Qué había ocurrido esta vez ? Según se supo más tarde, al profesor italiano
Guglielmo Libri, alumno de Legendre, se le responsabilizó de seguir la
impresión ”finalmente encontrada por Viggo Brun, de Oslo, en la biblioteca
Moreniana de Florencia, tras algunas pesquisas relacionadas con Libri”[4]. El
manuscrito (salvo 8 páginas) se localizó en 1952. “Sus letras pequeñas, el
espacio muy aprovechado, las dos caras de cada hoja escritas” [3].
Tanto el uno como el otro arribaron a una parte fundamental de las funciones
elípticas: las funciones theta. Las funciones doblemente periódicas sn u, cn u y
dn u , son cocientes de funciones theta y satisfacen ciertas identidades y
teoremas de adición similares a las de seno y coseno trigonométricas. Los
teoremas de adición de funciones elípticas, representan por otra parte,
aplicaciones especiales del teorema de Abel sobre la suma de integrales de
funciones algebraicas. Esta cuestión dio origen a investigar las integrales
hiperelípticas (una generalización de las que Abel inició sus pasos, para que se
invirtieran al igual que las elípticas). Jacobi dio la solución en 1832, naciendo
así la teoría de funciones abelianas de p variables [14]. K. Weierstrass (1815-
1897) remodeló la teoría de funciones elípticas y Gauss las investigó también
sin publicar sus resultados.
Esto originó (primer tercio del XIX), una redefinición del concepto de función
[15]. En 1821, Cauchy emprende la introducción del rigor, haciendo hincapié
en la sin razón de las series divergentes. En un artículo de 1826, Abel alabó la
obra de Cauchy [10] y muchos tratados de análisis incorporaron el nuevo
rigor, el cual no avanzó sin oposición. Generó gran controversia la
prohibición, mayormente por Abel y Cauchy, de las series divergentes. Abel
las atacó con rudeza: “Estas series son una invención del demonio?...? dan
lugar a falacias y paradojas” [10,I]. Abel dio precisión a la teoría de
convergencia de las series infinitas.
Dos días después de su muerte, una carta de Augusto Crelle, anunciaba que la
Universidad de Berlín le había nombrado profesor de matemáticas. Gauss y
Humboldt solicitarían también una cátedra para Abel. Legendre, Poisson y
Laplace, escribieron asimismo al rey de Suecia para que ingresara en la
Academia de Estocolmo.
"En la habitación había unas treinta personas de todos los países de Europa,
colocados en círculo, y María Agnesi, sola, con su hermana pequeña, sentada
en un sofá. Es una joven de unos veinte años, ni fea ni bonita, con maneras
sencillas, dulces y afables... El conde Belloni ... hizo una hermosa arenga en
latín a la dama, con la formalidad de una declamación universitaria. Ella
contestó con presteza y habilidad en el mismo idioma; luego discutieron,
todavía en el mismo idioma, sobre los orígenes de las fuentes y sobre las
causas del flujo y reflujo que en algunas de ellas se observa, similar a las
mareas del mar. Habló como un ángel sobre este tema; yo nunca lo había
oído tratar de una manera que me produjera mayor satisfacción. Luego el
conde Belloni quiso que yo discutiera con ella sobre cualquier otro tema
elegido por mi, con tal que estuviera relacionado con la Matemática o la
Filosofía Natural ... y discutimos sobre la propagación de la luz y los colores
del prisma. Habló sobre la filosofía de Newton y es maravilloso ver a una
persona de su edad conversando sobre temas tan abstractos. Pero todavía
estoy más asombrado de sus conocimientos, y quizás más sorprendido de
oírla hablar en latín con tanto rigor, naturalidad y precisión. Loppin conversó
luego con ella sobre los cuerpos transparentes, y sobre las curvas
geométricas tema, este último, del que no entendí una palabra... Después la
conversación se hizo general, hablándole cada uno en su propio idioma, y
contestando ella en ese mismo idioma: pues su conocimiento de las lenguas
es prodigioso. Luego me dijo que lamentaba que la conversación en esa visita
hubiera adoptado la forma de la defensa de una tesis, y que a ella no le
agradaba hablar en público sobre esos temas, en los que, por cada persona
que se divertía, veinte se aburrían". [1, 7].
A los 17 años criticó, de forma pertinente, el tratado sobre las cónicas (Traite
analytique des section coniques) de Guillaume François de l’Hôpital, trabajo
que nunca fue publicado pero que circuló ampliamente en forma privada.
(como se ve en la figura).
ALHACEN
Figura 1
Figura 2
AL-JWARIZMI~780-850
Poco sabemos de la vida de Mohammed ibn-Musa al-
Jwarizmi1, tan sólo que vivió aproximadamente entre los años 780 y 850 y
que fue miembro de la Casa de la Sabiduría fundada por al-Mamún. Cinco de
sus obras han llegado hasta nosotros. Son tratados de aritmética, álgebra,
astronomía, geografía y el calendario. Hay noticias de otras, sobre el
cuadrante solar y el astrolabio, pero no se han conservado.
La Aritmética
Después describe los métodos del cálculo. Los números aparecen en los
ejemplos con todas sus letras, en números romanos, o mezclando las dos
cosas. A continuación comienza el capítulo de las fracciones, anunciando que
tratará más tarde de las raíces cuadradas. Desgraciadamente, el manuscrito de
Cambridge se interrumpe antes de llegar a esta operación. Pero Juan de
Sevilla, que sí les dedica un lugar importante en su obra, nos informa que al-
Jwarizmi enseñaba la extracción de la raíz según el método indú. En el Liber
Algorismi se describe también el cálculo aproximado de la raíz cuadrada de
un número N mediante una transformación que hoy escribiríamos de este
modo:
El método será tanto más exacto cuanto mayor sea k. El autor se sirve del
siguiente ejemplo, que proporciona tres cifras decimales exactas:
El Álgebra:
Cuadrado grande =
En la parte geométrica del Álgebra aparecen las reglas para calcular las áreas
y otros elementos de las figuras planas, y aplicaciones elementales del álgebra
a problemas de triángulos. Muchos de estos problemas proceden de Herón,
algunos con los mismos datos numéricos. De la superficie del círculo dice que
es igual a la semicircunferencia por el radio, y lo explica haciendo notar que la
superficie de un polígono regular es el radio del polígono inscrito (la apotema)
por el semiperímetro. Asimismo, suministra fórmulas para el área de un
segmento circular y para los volúmenes del prisma recto, del cilindro, del
cono, del tronco de cono y del tronco de pirámide de bases cuadradas. A pesar
de su brevedad, la geometría de al-Jwarizmi fue un material muy útil para los
agrimensores y otros usuarios de la matemática, e influyó mucho en autores
posteriores.
La astronomía y la geografía
Los dos Libros sobre Los Lugares Planos estudiaban lugares geométricos
rectilíneos o circulares. Mediante un lenguaje geométrico moderno buena
parte del Libro I se puede resumir diciendo que la homotecia, la traslación, la
rotación, la semejanza y la inversión, transforman un lugar plano en
otro lugar plano. En el Libro II aparecen dos importantes lugares geométricos:
En el libro Secciones en una razón dada –el único que ha sobrevivido además
de siete de los ocho Libros de Las Cónicas–, traducido por Edmond Halley del
árabe al latín, en 1710– Apolonio resuelve diversos casos del siguiente
problema:
«Dada dos rectas y sendos puntos en ellas, trazar por un tercer punto otra
recta que corte a las anteriores en segmentos, que medidos sobre ellas desde
los respectivos puntos dados, estén en una razón dada».
«Dadas dos líneas y un punto, trazar por él una recta tal que las líneas dadas
corten en ella un segmento de longitud dada».
Partiendo de un cono circular recto de una sola hoja con ángulo recto en el
vértice, Menecmo descubrió que al cortar el cono por un plano perpendicular
a una de sus generatrices, la curva intersección es tal que
su ecuación (utilizando de nuevo un anacronismo en términos de Geometría
Analítica moderna) puede escribirse en la forma y2=lx, donde l es una
constante, que depende exclusivamente de la distancia del vértice del cono al
plano de la sección. Ignoramos como obtuvo exactamente Menecmo esta
propiedad, pero como quiera que depende nada más de algunos teoremas de
Geometría elemental, se supone que Menecmo utilizaría los conocimientos
geométricos familiares a los matemáticos de la Academia platónica.
Sea, pues, ABC el cono y sea EDG la curva obtenida al cortarlo por un plano
perpendicular en el punto D a la generatriz ADC del cono. Sea P un punto
cualquiera de la curva sección y un plano horizontal que corta al cono en la
circunferencia PVQR, siendo Q el otro punto de intersección de la curva
sección con esta circunferencia.
Ya que los segmentos AS, BC y AB son los mismos para todos los puntos de
la curva EQDPG, podemos escribir la ecuación de la curva o «sección del
cono rectángulo» en la forma: y2=lx, donde l es una constante que más tarde
se llamaría el «latus rectum»
De una forma totalmente análoga para conos con ángulo agudo y obtuso en el
vértice Menecmo obtendría expresiones de la forma:
Las cónicas se definen ahora como lugares de puntos en el plano para los que
las distancias a una recta –directriz– y a un punto –foco– están en una
determinada razón –excentricidad–. Esta definición se traslada de forma muy
simple al lenguaje algebraico de ecuaciones de nuestra Geometría Analítica y
además, la trigonometría permite mediante la rotación de ejes pasar fácilmente
de la ecuación de la hipérbola referida a sus ejes a la referida a sus asíntotas.
De modo que realmente impresiona la extraordinaria habilidad de Menecmo
descubriendo la más útil familia de curvas de toda la Matemática y de toda la
Ciencia y en ausencia del instrumento y el simbolismo algebraicos. Pero no
sólo esto, sino que, independiente de su origen plano o estereométrico,
Menecmo fue capaz de vincular ambos aspectos de las cónicas, mostrando que
las secciones de los conos tenían importantes propiedades como lugares
planos, traducibles en básicas expresiones geométricas (equivalentes a
nuestras ecuaciones), que permitían deducir, a su vez, otras innumerables
propiedades de las cónicas, que serían plasmadas por Apolonio en los
primeros libros de Las Cónicas. Es bajo esta visión sobre el trabajo de
Menecmo que algunos historiadores modernos (Zeuthen, Coolidge, Loria y
Heath) reclaman para los griegos, y empezando por Menecmo, la paternidad
de la Geometría Analítica, al establecer como la esencia de esta rama de la
Matemática el estudio de los lugares por medio de ecuaciones.
Euclides escribió, además de Los Elementos, otras muchas obras de las que
tenemos constancia e incluso fragmentos a través deElTesoro del Análisis de
Pappus. Una de ellas fue un trabajo sobre secciones cónicas, incorporado más
tarde a Las Cónicas de Apolonio.
Durante más de ciento cincuenta años, las curvas introducidas por Menecmo
se llamarían a partir de la descripción trivial de la forma cómo habían sido
descubiertas, es decir, mediante las perífrasis:sección (perpendicular a una
generatriz) de cono acutángulo, rectángulo y obtusángulo para la elipse,
parábola e hipérbola, respectivamente.
Fue Apolonio en Las Cónicas quien no sólo demostró que de un cono único
pueden obtenerse los tres tipos de secciones, variando la inclinación del plano
que corta al cono, lo cual era un paso importante en el proceso de unificar el
estudio de los tres tipos de curvas, sino que demostró que el cono no necesita
ser recto y consideró, asimismo, el cono con dos hojas, con lo que identifica
las dos ramas de la hipérbola.
En particular se verificará:
El problema da lugar a diez casos diferentes. Los dos más sencillos son:
circunferencia que pasa por tres puntos (Euclides, IV.5) y circunferencia
inscrita a un triángulo (Euclides, IV.4). Sobre el más complicado: «Dadas
trescircunferencias hállese otra tangente a las tres», durante lo siglos XVI y
XVII los eruditos sospecharon que Apolonio no lo había resuelto por lo que
algunos matemáticos como Vieta (1540-1603) y Descartes se aplicaron a ello.
Los matemáticos árabes Ibrahim ibn Sinan (909-946) y Ibn al-Haytham (965-
1041) habían encontrado una solución mediante el Álgebra. Más tarde,
Regiomontano (1436-1476) ensayó su resolución recurriendo a las secciones
cónicas y Vieta da una solución puramente geométrica en su obra Apollonius
Gallus. Después de haber dado la solución general, Vieta da cuatro soluciones
particulares según que el cuarto círculo sea tangente en el interior o en el
exterior de los otros tres. Descartes retoma el problema con los instrumentos
algebraicos de La Geometría en su correspondencia de noviembre de 1643
con la princesa Elisabeth de Bohemia, donde más que resolver un problema
geométrico (el problema ya lo habían resuelto otros matemáticos), se plantea
un problema estético: ¿Cuál será la solución más hermosa? Newton le dio una
solución sólo con regla y compás en el problema XLVII de su Arithmetica
Universalis.
En la Dedicatoria de las Cónicas, Apolonio hace alusión a otro problema que
con el tiempo se convertiría en uno de las cuestiones más difíciles e
importantes, sobre la que se pondrá a prueba la reconocida capacidad de las
Geometrías Analítica de Fermat yDescartes para resolver antiguos y nuevos
problemas. Se trata del «lugar geométrico determinado por tres o cuatro
rectas» –para el caso general, Descartes lo bautiza como «Problema de
Pappus»–:
«El tercer libro contiene numerosos y curiosos teoremas que son útiles en la
construcción de los lugares sólidos, [...]. La mayor parte y los más bellos de
estos teoremas son nuevos, y al concebirlos, me di cuenta de que Euclides
sólo había tratado el lugar geométrico con respecto a tres o cuatro líneas [en
su obra perdida Los Lugares Sólidos], de una manera accidental y poco
adecuada, pues no era posible conseguir su construcción sin mis
descubrimientos complementarios.»
El Problema de Pappus(llamado en su
enunciado más sencillo lugar de tres o
cuatro rectas), es una de las cuestiones más
importantes de toda la Historia de la
Geometría, por ser la piedra de toque de
aplicación de los diversos métodos y
técnicas geométricos. Planteado por los
geómetras griegos a partir de Euclides,
estudiado por Apolonio y sobre todo por
Pappus, su dificultad desbordaba, siglo tras
siglo, las posibilidades del Análisis
geométrico griego. El Problema de
Pappus campea a lo largo deLa Geometría de Descartes, como si fuera su
punto de inspiración, casi como un reto a alcanzar. Como un bautismo de
fuego que debe pasar su obra geométrica, será Descartes quien lo resuelva de
forma brillante y general poniendo de manifiesto la potencia de unos métodos
analíticos, que en el curso de los años se convertirán en la esencia de la
Geometría Analítica.
Este punto tiene gran importancia para determinar la posible evolución del
pensamiento matemático de Arquímedes, desde una primera filiación más
bien eudoxiana hasta su propia madurez post-euclídea –sus relaciones con los
Elementos y el Euclides alejandrino distan de estar claras–. Las obras
conocidas suelen clasificarse dentro de tres grupos más o menos
característicos (añadiré a cada título su probable número de orden
cronológico, a la luz del estado actual de la discusión al respecto):
(A) Escritos matemáticos dirigidos a la demostración de proposiciones sobre
áreas y volúmenes de figuras limitadas por líneas o superficies curvas: Sobre
la medida del círculo (1), Sobre la cuadratura de la parábola (3), Sobre la
esfera y el cilindro (6), Sobre espirales (7), Sobre conoides y esferoides (8).
Puede que esta sensibilidad hacia la simetría sea una de las claves de su olfato
geométrico y físico-matemático. De hecho, la idea de simetría también
desempeña un papel notable en su concepción del equilibrio en estática. Pero
no faltan ocasiones en la que se muestra más bien indiferente o ecléctico, e. g.
al adoptar dos modelos distintos de referencia, uno cosmológico de líneas
convergentes (Sobre los cuerpos flotantes, I), el otro geométrico de verticales
paralelas (ibd., II), en sus estudios de hidrostática. En todo caso, resaltan una
libertad de movimientos, una lucidez teórica y metódica, y un interés por la
investigación monográfica avanzada que dan a su trabajo matemático un aire
moderno de originalidad y autonomía. Este aire moderno es uno de los
problemas subyacentes en la comprensión de la forma de hacer matemáticas
de Arquímedes.
Familia Bernoulli
Daniel recibirá la influencia no sólo del fisiólogo Michelotti, sino también, del
conde Jacopo Riccati quién se destacaba por sus trabajos en la proyección de
mejoras hidráulicas a los canales. La amplia cultura matemática de Ricatti, y
sobre todo, la coincidencia de intereses por las Matemáticas Mixtas, ganaron
la admiración del joven. Uno de estos intereses comunes se concretó en el
análisis de la solución de la ecuación diferencial que hoy lleva el nombre de
Ricatti.
Muy pronto el joven Daniel va a obtener una serie de resultados que, gracias
al apoyo financiero de un amigo veneciano, va a publicar bajo el título de
Ejercitaciones Matemáticas. Aquí aparecen resumidos en cuatro partes sus
logros durante la estancia en Venecia: cálculo de probabilidades, teoría de los
líquidos, ecuación diferencial de Riccati y cuadraturas de figuras planas. La
publicación en 1724 de los Ejercicios Matemáticos obtuvo en los círculos
científicos de Italia una gran resonancia. La recién creada Academia de
Ciencias de Bologna incluyó a Daniel en la lista de sus miembros y los
organizadores de una tal Academia en Génova, le propusieron el puesto de
Presidente. Esta petición no fue aceptada por Daniel que tenía aspiraciones
menos provincianas.
Jacob Beroulli
Dos años después de su regreso a Basilea, Jacob viajará de nuevo, pero esta
vez lo hará a Holanda e Inglaterra. En Amsterdam conoce a Huygens, que, en
particular, ejercerá una influencia enorme en su trabajo sobre teoría de
probabilidades. En Inglaterra visitará el Observatorio Real de Greenwich,
donde será recibido por su fundador y primer director, John Flamsteed,
cuyas observaciones lunares suministraron los datos que Newton, utilizaría
para verificar su teoría de la gravitación.
Este será el último viaje de estudio y placer que realizará Jacob, pues
después de su regreso no salió más de Basilea, excepto para acudir a los
sanatorios, cuando enfermó gravemente. Como resultado de sus viajes,
estableció relaciones con varios geómetras europeos de primera línea, con
los cuales mantuvo una amplia correspondencia durante toda su vida.
En ese mismo año, Jacob leyó el trabajo pionero de Leibniz sobre el Nuevo
Método, donde se publicaban escuetamente las primeras ideas del ahora
denominado cálculo diferencial e integral. Jacob le escribió a Leibniz
pidiéndole aclaraciones, pero Leibniz se encontraba de viaje y recibiría la
carta tres años después de ser escrita, cuando ya para Jacob la consulta no
era en absoluto necesaria, pues no sólo lo había comprendido
perfectamente, sino que ya había realizado sus primeras aportaciones al
desarrollo de esta nueva rama de las matemáticas.
Este era un viejo problema que los geómetras más eminentes de épocas
anteriores no habían sido capaces de resolver satisfactoriamente. La forma que
toma la cuerda tiene un gran parecido con una parábola y precisamente ésta
fue la primera conjetura formulada por varios matemáticos, Galileo entre
ellos. Con solo 17 años Huygens había demostrado que la curva no era una
parábola, aunque no pudo precisar cuál era la curva buscada.
Uno de los tipos de curvas que más agradaban a Jacob eran las espirales. La
primera espiral conocida en la historia de la matemática es la de Arquímedes.
Primeramente Jacob introdujo e investigó la llamada espiral
parabólica , a, p constantes). Para ello, Jacob presenta, aunque
en forma embrionaria, una idea de lo que hoy conocemos comocoordenadas
polares. El problema de hallar la longitud de un arco de esta espiral condujo a
Jacob a considerar la primera integral elíptica en la historia de la matemática,
teoría esta que ha sido el motor impulsor de innumerables investigaciones
posteriores que llegan hasta nuestros días.
En los últimos años del siglo XVII, estalló una amarga contr oversia de Jacob
con su hermano Johann. Esta situación se debió sin duda a las difíciles
características de la personalidad, tanto de uno como de otro hermano. Jacob
poseía una naturaleza sensible e irritable y, probablemente, se molestó porque
Johann alardeaba y nunca agradeció la formación recibida de él. Por otra
parte, la cátedra de matemática de la Universidad de Basilea la ocupaba Jacob,
por lo que Johann tuvo que buscar una cátedra disponible fuera de su ciudad
natal. Gracias a sus relaciones con Huygens la halló en Groninga.
Entre los años 1689-1704 Jacob publicó cinco memorias con el título general
de Proposiciones aritméticas acerca de las series infinitas que fueron la
primera guía que existió para el estudio de la teoría de series, a pesar de usar
métodos poco ortodoxos y obtener algunos resultados de dudosa validez.
Euler fue mucho mas allá. Después de lograr sumar los inversos de las
potencias de orden 4, 6, 8, hasta la exagerada potencia 26, observó una
relación extraordinaria entre las sumas infinitas de los inversos de potencias
de orden par y los llamados números de Bernoulli.
Los números de Bernoulli fueron introducidos por Jacob con el fin de sumar
las potencias de los primeros números naturales. Sin embargo, su fama se
debió a las variadas relaciones, bastante misteriosas, de estos números con
otras constantes que aparecen en el Análisis, la Teoría de números, la
Topología Diferencial y con otros problemas de índole diversa. Quizás, la más
asombrosa de estas relaciones fue la hallada por Ernst Kummer, a mediados
del siglo XIX, con el famoso teorema de Fermat.
Primera página del Ars conjectandi (1713)
Bernoulli divide su libro en cuatro partes, pero, desde un punto de vista actual,
podemos distinguir dos secciones muy bien diferenciadas. En la primera
sección Jacob se apoya en un trabajo anterior de Huygens, realizando una
serie de comentarios y adiciones importantes. En particular, aquí es donde
introduce los números de Bernoulli, antes mencionados. También resuelve
una serie de problemas relacionados con los juegos de azar para lo que
introduce varias nuevas herramientas de cálculo, entre ellas la denominada
distribución de Bernoulli o distribución binomial.
En los siglos XVII y XVIII ofrecía gran interés para la navegación en alta mar
encontrar las trayectorias mínimas sobre la superficie del globo terrestre, es
decir las curvas denominadas geodésicas. Los estudios sobre las geodésicas
condujeron a Johann a introducir las tres coordenadas para representar un
punto en el espacio y las ecuaciones que relacionan estas coordenadas para
representar las superficies, estableciendo de este modo las bases de lo que
sería más tarde la Geometría analítica del espacio tridimensional. Todo esto
Johann lo comunica a Leibniz por carta, pero por causas que resultan
desconocidas, no publicó sus resultados. En 1728 propuso este problema al
entonces veinteañero Euler quien se llevaría los lauros.
Johann estuvo junto a su hermano Jacob entre los 8 miembros extranjeros que
en 1699 la Academia de París eligió por vez primera y, en 1701, ambos
entraron a formar parte de la flamante Academia de Berlín. Johann Bernoulli
murió a los 80 años y dejó tras sí un enorme legado a las matemáticas, en
resultados originales y en prestigiosos alumnos. Solo su alumno Leonhard
Euler bastaría para atestiguarlo.
Aunque nunca publicó más que las 24 páginas del famoso apéndice de la
obra de su padre(1832), dejó más de 20.000 páginas manuscritas de trabajo
matemático cuando murió. Actualmente se pueden encontrar la mayoría de
sus escritos en la biblioteca Bolyai-Teleki en Tirgu-Mures .
“Estoy decidido ahora a publicar una obra sobre la teoría de las paralelas, apenas
haya ordenado la materia y las circunstancias me lo permitan. No lo he hecho todavía;
pero el camino que he seguido ha ciertamente, por decirlo así, casi alcanzado el
propósito; el propósito propio no está alcanzado; pero he descubierto cosas tan
hermosas, que me he quedado sorprendido con ellas y se debería lamentar por siempre
que se hubiesen perdido. Cuando las veáis lo reconoceréis vos mismo. Entre tanto no os
puedo decir más que esto: He creado de la nada, un nuevo universo. Todo lo que os he
comunicado hasta ahora no es más que un palacio de papel frente a esta torre. Estoy
tan persuadido de que esto me dará gloria, como si hubiese ya acaecido”
Janós Bolyai siguió trabajando con ahinco y, en 1826 presentó su trabajo a un profesor
suyo de la Academia militar, llamado J. Walter von Eckwerh(1789-1857). Tres años
más tarde remitió el manuscrito final a su padre, que no llegó a comprenderlo en su
totalidad; sin embargo, intuía que tenía en sus manos una memoria científica de primer
orden y la incluyó como apéndice del primer volumen del Tentamen. Inmediatamente
remitió su libro, con el apéndice, a su amigo Gauss, pero parece que el trabajo de los
Bolyai nunca llegó a su destino. Medio año más tarde(1832),Farkas volvió a remitir el
trabajo de su hijo a Gauss, con el encargo de que lo leyera y si fuera posible le diera su
opinión.
"Ahora, algunas palabras sobre el trabajo de tu hijo. Comienzo por decirte que no
puedo alabarlo. Evidentemente, por un instante estarás sorprendido, pero no puedo
proceder de otra forma, puesto que eso significaría ensalzar mis propios elogios. Todo
el contenido de la obra de tu hijo, la vía que sigue, así como los resultados que ha
obtenido, casi coinciden con aquellos que yo mismo he logrado hace unos 35 años. En
realidad estoy sorprendido enormemente. Tenía la intención de no publicar nada de mi
propio trabajo mientras estuviera vivo, por consiguiente, muy poca cosa he anotado en
el papel. La mayor parte de la gente no tiene puntos de vista correctos acerca de las
cuestiones de que se trata. He encontrado muy pocos que hayan manifestado un interés
particular por lo que les he comunicado al respecto. Para estar en condiciones de
asimilarlo es necesario, ante todo, sentir hondamente, de manera muy viva, lo que aquí
falta en realidad; ahora bien, la mayor parte de la gente no lo comprende del todo. No
obstante, me proponía, con el tiempo, exponer todo eso en el papel, con el fin de evitar,
en todo caso, que dichas ideas mueran conmigo. Por lo tanto, me sorprende en exceso
que me despojen de ese trabajo, y a la vez me siento muy feliz de que sea precisamente
el hijo de mi viejo amigo quien me haya adelantado de tal excelente manera".
"A juicio mío, y tal sería, de ello estoy persuadido, la opinión de cualquier persona
imparcial, todos los argumentos y motivos invocados por Gauss para justificar la
negativa de publicar (en vida) cualquier cosa sobre sus propios trabajos referentes a
esta cuestión, son absolutamente inconsistentes. En efecto, tanto en la ciencia como en
la vida corriente, es importante descifrar las cosas universalmente útiles, sobre todo si
éstas aún no han sido aclaradas; despertar, por todos los medios, la conciencia
insuficiente o incluso dormida, de la verdad y el derecho; esto es lo que precisamente
hay que fortalecer y desarrollar. Son muy pocos los que tienen la facultad de dominar
las matemáticas. Invocando ese pretexto, Gausspodría muy bien, para ser consecuente,
guardar para sí una parte considerable de sus excelentes trabajos. El hecho de que
desgraciadamente haya todavía entre los matemáticos, incluso entre los que son
célebres, muchas personas superficiales, no puede servir de base para que
continuemos- en el futuro, comunicando nada más que los resultados superficiales y
dejando a la ciencia en el letargo, es decir, en el estado heredado. Tal actitud sería
contranatural y absolutamente absurda. Estamos sorprendidos, de manera muy
desagradable, por el hecho de que, en lugar de reconocer con franqueza y honestidad
el gran valor del "Appendix " y el "Tentamen ", de expresar su alegría y simpatía, y de
reflexionar acerca de los medios para preparar una larga vía a una empresa
útil, Gausstrata de andar con rodeos y se apresura a pronunciar piadosos deseos y a
emitir lamentos a propósito de la falta de instrucción de la gente. No en esto, ni mucho
menos, consiste el sentido de la vida y el mérito verdadero ".
Leyendo esta nota, uno se da cuenta del inmenso disgusto que tenía J.Bolyai. Por su
cabeza pasaron multitud de pensamientos negativos, unos dirigidos hacia su padre, ya
que sospechó inicialmente que le había comunicado varias de sus ideas al genial
matemático alemán, y otros hacia Gauss por no aceptar deportivamente la prioridad del
descubrimiento.
Appendix
A partir del año 1831, J. Bolyai se preocupó por perfeccionar y sacar más juego a su
geometría, trataba de responder una serie de cuestiones que aún estaban sin resolver.
Una de las cuestiones era la siguiente:
Entre los miembros fundadores estaban Henri Cartan (1904), el único todavía
vivo, André Weil (1906-1998), Claude Chevalley (1909-1984 ), y Jean
Dieudonné(1906-1992 ), todos ellos entre los matemáticos más importantes
del siglo. Algunos otros, como Jean Leray, acudieron a las primeras reuniones
y se retiraron. El grupo se organizó siguiendo una serie de normas y
costumbres, entre las que estaban organizar el trabajo en reuniones, hechas en
general en verano, de una o dos semanas en algún lugar agradable de la
campiña francesa.(A. Weil, de viaje por España, se enamoró de El Escorial y
decidió que allí se haría una, pero las guerras lo impidieron). La materia se
organizó en libros, divididos a su vez en capítulos. Una vez decidido escribir
alguno, se encargaba una redacción a algún miembro, redacción que era
criticada (a menudo ferozmente) y si no había acuerdo se encargaba una nueva
a otro, proceso que podía repetirse varias veces más. Los miembros debían
retirarse a los cincuenta años, para evitar el anquilosamiento, pero parece que
no siempre fue así, y es evidente que algunos continuaron influyendo. Entre
los que ingresaron después hay matemáticos tan conocidos como Laurent
Schwartz(1915-2002), Medalla Fields en 1950, Jean- Pierre Serre (1926,
Medalla Fields 1954, Premio Abel 2003), Alexandre Grothendieck (1928,
Fields 1966), Roger Godement y Pierre Cartier. Otros, como René Thom
(1923-2002, , Fields 1958), no quisieron incorporarse.
i) Productos finales de teorías importantes que son ellas mismas callejones sin
salida: por ejemplo, expone la teoría de Galois, pero no da la aplicación a la
resolución de las ecuaciones de quinto grado;
ii) Partes de la matemática que tienen mucho interés pero que no se prestan a
ser formuladas en sus términos; da como ejemplos la teoría de grupos finitos y
la teoría analítica de números;
Esta ausencia ha sido sin duda uno de los reproches hechos con más
frecuencia y énfasis a Bourbaki. En otro lugar dice que:
Los Bourbaki han dicho a menudo que sus libros no estaban destinados a la
enseñanza en ninguno de sus niveles (y menos a servir como libros de texto)
sino que eran una especie de "caja de herramientas" para el investigador
matemático. Sin embargo, hubo quien no lo entendió así, y quien escribe
padeció en tercero de carrera un curso sobre algunos capítulos del Algebra:
módulos planos, sucesiones exactas, etc. ¿ Por qué ?
Todo indica que Bourbaki ha cesado (salvo las reediciones y el seminario, éste
siempre autónomo) su actividad. ¿Nos dan los años transcurridos desde sus
últimos libros hasta hoy perspectiva suficiente como para hacer un balance?
Es difícil negar que la manera de hacer y de escribir la matemática ha
cambiado mucho en los últimos cuarenta años, y en parte al menos bajo su
influencia, que ha sido mucho mayor en Francia que en otros países como
Estados Unidos o Rusia, y que ha ido declinando rápidamente en los últimos
veinte años. Parece innegable su contribución a una cierta forma de
organización de una parte de la matemática, desde las grandes líneas hasta
cuestiones solo aparentemente secundarias como la terminología, con el uso
informal de las estructuras, o las notaciones, dos terrenos en los que tuvieron
cierto éxito.
"Es como una gran ciudad, cuyos suburbios no cesan de progresar, de manera
un poco caótica, sobre el terreno circundante, mientras que el centro de
reconstruye periódicamente, siguiendo un plan cada vez más claro y una
disposición cada vez más majestuosa, echando abajo los viejos barrios y sus
laberintos de callejuelas para lanzar, hacia la periferia, avenidas cada vez más
directas, más amplias y más cómodas".
Gibson y B. Sterling
Hace muchos, muchos años, allá por el año 1944, había una hermosa joven en
un fábrica de tejidos que producía en serie, metros y metros de telas
estampadas. La joven vigilaba el correcto funcionamiento de una máquina que
tejía automáticamente los dibujos gracias a unas tarjetas que guardaban todas
las órdenes necesarias. Grupos de tarjetas que actuaban una y otra vez para
estampar repetidamente el mismo motivo a lo largo de la enorme pieza de tela.
Libre de pensar en el número de pasadas y puntos en que antaño ocupaba su
atención, cuando atendía su propio telar en la casa familiar, ahora mataba el
hastío dejando volar su imaginación en alas de los cuentos de hadas y soñaba
que una de ellas se había ocupado de ahorrarle la monotonía de las
repeticiones. Recuerda que le gustaba crear o descifrar una muestra, pero
luego era embrutecedora la necesidad de repetirla infinidad de veces hasta
conseguir la pieza completa .
Este relato parece un cuento, pero no lo es: Ada, en 1833, era una joven de 17
años. Un lunes del mes de junio, el día 5 exactamente, iba con su madre,
Annabella Milbanke, a ver la máquina pensante, era la máquina de diferencias
de Charles Babbage.
Diez años más tarde del primer encuentro entre Ada y Charles, éste último
daría una conferencia en Turín para presentar su Ingenio Analítico, como
llamó a la nueva máquina. Acudió a la conferencia el joven ingeniero
Menabrea. Quedó tan impresionado que escribió un resumen de la conferencia
y lo publicó en francés. Ada, que ahora era la esposa del conde de Lovelace y,
por eso, llevaba su apellido, se puso a traducir el resumen de Menabrea.
Enterado Babbage, la animó a comentar la traducción y, así, fue como surgió
su obra “Sobre la máquina analítica”.
En otra de sus páginas se podía leer: "La Máquina Analítica no tiene ninguna
pretensión de originar nada. Es capaz de hacer cualquier cosa, siempre que
sepamos ordenarle cómo hacerla. Puede seguir el análisis; pero no tiene
capacidad de anticipar cualquier relación o verdad analítica. Es de su
incumbencia ayudarnos a hacer disponible lo que ya conocemos. Está
calculada para hacer esto primordialmente y sobre todo, claro está, por medio
de sus facultades ejecutivas; pero es posible que ejerza una influencia
indirecta en la ciencia misma de otra manera. Porque, al distribuir y combinar
las verdades y las fórmulas del análisis de manera tal que sean lo más fácil y
rápidamente disponibles a las combinaciones mecánicas de la máquina, las
relaciones y la naturaleza de varios temas en esa ciencia, reciben
necesariamente una nueva luz, y se investigan más profundamente".
Ada Byron nació en Londres el día 10 de diciembre de 1815, con el fin del
imperio napoleónico. Fue hija de Anne Isabella Milbanke y de Lord Byron.
Las fechas de nacimiento de los progenitores marcan los extremos de uno de
losperiodos históricamente más relevantes para Europa: la Revolución
Francesa.Él con el anuncio de la convocatoria de Estados Generales, pocos
meses antes de la toma de la Bastilla, ella el mismo año en que Mary
Wollstonecraft publicó la Vindicación de los Derechos de la Mujer en
Londres y Francia declaraba su primera República.
En 1835 Ada se casó con El octavo Lord King, nombrado conde de Lovelace
en 1838, momento a partir del cual Ada pasó a ser la condesa de Lovelace. El
matrimonio tuvo una hija Anna Isabella Noel y dos hijos Byron Noel,
vizconde de Ockham y Ralph Gordon Noel, treceavo barón de Wentworth y
segundo conde de Lovelace.
La salud de Ada nunca fue robusta y, a partir de 1843, a los 27 años, madre de
tres criaturas pequeñas y terminadas las notas a la edición de Menabrea,
decayó alarmantemente. Los médicos, en un principio, diagnosticaron histeria,
era el saco de sastre de aquella época.
Este lenguaje permite a Ada viajar alrededor del globo y en el tiempo, gracias
a su amabilidad, flexibilidad, robustez y adaptabilidad a software nuevo. Está
presente en un arsenal de industrias y organizaciones en Bélgica, Francia,
Alemania, Suecia, Suiza, España, Reino Unido, y los Estados Unidos que
utilizan el lenguaje Ada en los sistemas de control, de fabricación, en los
sistemas de las actividades bancarias y de información, aviación,
comunicación por satélite, y diseño. Por ejemplo, en los sistemas de control de
la industria nuclear checa Westinghouse y elsistema de control del proceso del
acero de la Weirton o en el sistema de actividades bancarias en el estado sueco
que automatiza así todo el pago de la nómina, gastos, depósitos, y
transacciones electrónicas. También se utiliza en telefonía móvil y en el
diseño de circuitos integrados, en los sistemas de pruebas de motores de
vehículos y a para diseñar toda la automatización de Microsoft Windows.
PARA CONTINUAR
LINK: http://virtual.uptc.edu.co/ova/estadistica/docs/autores/pag/mat/Indizea.asp.htm