Mucho se está escuchando en nuestro medio la conjugación errónea del verbo apretar.
No en vano, muchos jóvenes dudan entre “aprete” o “apriete”, “apreto” o “aprieto”,
“apreta” o “aprieta”. No se puede olvidar que este verbo irregular se conjuga como
acertar, es decir, aprieto, aprietas, aprieta, apretamos, apretáis, aprietan, etc.
2. ¿ARRENDO O ARRIENDO?
Después de verbos anunciativos (que tengan que ver con acciones de los sentidos, como
ver, decir, oír, pensar, opinar, etc.), NO DEBE AÑADIRSE LA PREPOSICION DE.
Simplemente se dice: pienso que, digo que, veo que, etc. Este fenómeno, tan común en
nuestro medio, se llama dequeísmo y entorpece la expresión fluida del pensamiento,
agregando voces innecesarias.
Curiosamente, por el mismo temor que genera el dequeísmo, muchas personas suprimen
la preposición DE en oraciones que la rigen. Por ejemplo: estoy seguro de que, me doy
cuenta de que, soy consciente de que, etc. La mejor forma de salir de la duda que esto
genera es pensar en la pregunta correspondiente. En los ejemplos expresados, sabemos
que las preguntas serían: ¿DE qué estoy seguro?, ¿DE qué me doy cuenta?, ¿DE qué
soy consciente? Por consiguiente, si la pregunta lleva la preposición DE, la afirmación
respectiva debe conservarla.
En cambio, nunca preguntamos ¿DE qué pienso?, ¿De qué digo?, ¿De qué veo?, lo que
haría incorrecto añadir la preposición DE en las afirmaciones respectivas.
El verbo HABER, usado como principal en una oración (cuando aparezca solo, sin
ningún otro verbo en participio a continuación), SIEMPRE ES IMPERSONAL. Por
tanto, conserva la misma forma sin importar que el sustantivo que lo siga esté en
singular o en plural. Por eso, se dice HABÍA un niño o HABÍA miles de niños, HUBO
fiestas, HABRÁ elecciones, HABRÍA posibilidades; y no: habían miles de niños,
hubieron fiestas, habrán elecciones, habrían posibilidades, etc.
En cambio, cuando se use como verbo auxiliar (seguido de otro en participio), lleva
normalmente las formas plurales. Ejemplo: los niños HABÍAN ESTUDIADO, espero
que HAYAN DISFRUTADO mucho, etc.
7. ¿SATISFARÉ O SATISFACERÉ?
Cuando escuchamos que alguien se mató al arrojarse de un treceavo piso, vale la pena
pensar en la veracidad de la información, porque – al menos desde lo gramatical – nadie
se muere si se cae de la porción que resulta al dividir un piso en trece partes iguales.
Por consiguiente, hay que recordar que los adjetivos o pronombres partitivos terminados
en avo no pueden confundirse con los ordinales undécimo, duodécimo, decimotercero,
decimocuarto, etc.
Con el tema de los ordinales, resulta importante aclarar que las formas permitidas en
estos casos son undécimo y duodécimo. Por lo tanto, es un error decir “los alumnos de
once grado”. Lo correcto es decir “los alumnos de undécimo grado”
11. ¿ASÍ ES QUE SE HACE O ASÍ ES COMO SE HACE?
Este es un típico caso de lo que se llama que galicado. Corresponde a un giro tomado
del francés - y no aceptado en el español - de la forma VERBO SER + QUE
ANUNCIATIVO. Para corregirlo, se puede cambiar el QUE por un ADVERBIO
RELATIVO que se ajuste a la oración o suprimiéndolo si se quiere. En este caso, para
evitar la incorrección “así es que se hace”, deberá decirse “así es como se hace” o mejor
aún, para evitar giros innecesarios, “así se hace”.
12. ¿PARA HOY FUE QUE LE PUSO LA CITA O PARA HOY LE PUSO LA CITA?
En virtud de lo anterior, la oración “para hoy fue que le puso la cita” corresponde a otro
caso de que galicado. Se disolverá la incorrección con la oración “para hoy fue cuando
le puso la cita” o mejor aún “para hoy, le puso la cita”.
Las palabras mas, pero, sin embargo, operan como conjunciones adversativas.
Juntarlas, como en el caso de la expresión mas sin embargo, se constituye en una
imperdonable redundancia. ¿Qué decir, entonces, de la triple redundancia de quienes
utilizan: pero mas sin embargo?
He aquí otra redundancia. Se sabe muy bien que una conclusión se obtiene al final de
un proceso. Por ello, simplemente se dirá: hemos llegado a la conclusión de que...