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Actividad 1

Rafael Ricardo Mendoza Herrera

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Actividad 1

Construir un informe en formato word de no más de 5 páginas en el que el


alumno identifica la tendencia del mercado de trabajo.

¿Cuál es la tendencia del mercado de trabajo?

De acuerdo con el Observatorio ADEI (Google, 2017), durante las dos últimas
décadas en España, las ocupaciones que han crecido y ganado importancia han sido
las asociadas a las ocupaciones avanzadas (desempeñadas por los técnicos y
profesionales, así como los profesionales de apoyo), al igual que ha sucedido con los
trabajadores de la restauración y el comercio, tal como se muestra en la siguiente
gráfica:

Gráfica 1. Empleados según ocupaciones en España.

Fuente: Afi, INE, Cedefop.

Las mencionadas ocupaciones se caracterizan por tener un mayor grado de


complementariedad con la robotización y la revolución digital o, lo que es lo mismo,
un menor riesgo de automatización. Si bien es innegable el efecto disruptor de la
robotización sobre el empleo, existe evidencia que apunta a un impacto positivo y
compensatorio derivado de este mismo proceso (centrado en empleos avanzados),
el cual se evidencia en la gráfica 2.
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Gráfica 2. Grado de complementariedad y riesgo de automatización según
ocupaciones en España (% total), 2015

Fuente: Afi, CaixaBank Research (2016).

Lo anterior refuerza lo mencionado por Roberto de Bernardini del Banco Santander


(Fuentes & Gil-Casares, 2017): “con la digitalización hay muchos puestos que antes
no existían y ahora son necesarios, prácticamente en cada departamento hay un
profesional que se responsabiliza de los datos. Y claro, hay otros puestos que
desaparecen en este camino pero a la larga soy claramente optimista”, haciendo
referencia al “equilibrio” que se viene generando en el mercado laboral con el auge
de la automatización.

Un estudio publicado por el McKinsey Global Insitute (MGI), señala que el 60% de
las profesiones tienen al menos un 30% de actividades automatizables, dentro de las
cuales se destacan las actividades físicas predecibles, el procesamiento de datos y la
compilación de datos con el 81%, 69% y 64%, respectivamente (McKinsey Global
Institute, 2017).

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Lo anterior permite concluir que, aunque la automatización viene generando la
desaparición de algunos empleos, deberíamos reflexionar sobre cuáles en realidad
son y qué ocupaciones antes ameritan ser automatizadas con suma urgencia. Por
ejemplo, en Colombia existen personas que se encargan de cobrar el parqueo a los
conductores de carros y motocicletas en los sótanos de algunos de los centros
comerciales. Estas personas, por lo general, se encuentran expuestas al humo de los
vehículos durante más de 8 horas al día, haciendo una labor totalmente repetitiva y
que fácilmente podría ser automatizada como se ha visto ya en otros centros
comerciales más modernos. La pregunta acá es, ¿no sería de mayor utilidad para
estas empresas el automatizar esta labor y contratar a personas para actividades
menos dañinas y más retadoras para un ser humano? Por lo anterior, la
automatización debería ser vista más como una tendencia “dignificadora” del trabajo
humano, en la que a éste se le ubica en un papel de mayor de importancia, para la
toma de decisiones, por ejemplo, en donde una máquina, por más inteligente que
sea, no podría superar la perspicacia innata del hombre y el conocimiento del
entorno que éste tiene en cuenta a la hora de tomar una decisión.

Como bien lo afirma la Secretaria General de la Confederación Española de


Organizaciones Empresariales (CEOE), Ana Plaza Aguerri (Fuentes & Gil-Casares,
2017): “… las decisiones las toman las personas teniendo en consideración que su
trabajo implica interacciones con otras personas, y tiene consecuencias para ellas.
Esta relación interpersonal es insustituible.” De igual forma, también señala que “la
tecnología sirve de apoyo, soporte y, sin duda, para ayudar al ser humano a tomar
mejores decisiones, en las mejores condiciones y en menor tiempo. Incluso puede
ocurrir que en determinados procesos, las máquinas tengan la capacidad de tomar
un determinado camino en función del análisis de las variables que les aporta el
sistema, pero, desde mi punto de vista, son las personas las que deben adoptar
determinadas decisiones fundamentales para el devenir de la empresa.”

Lo anterior supone un reto para la educación del siglo XXI, ya que tal y como lo
indica Ana Plaza de la CEOE (Fuentes & Gil-Casares, 2017): “[la automatización] no
se trata de un cambio en la definición de los puestos de trabajo, sino en las
habilidades que se requiere de las personas que las desempeñan.” En armonía con
lo anterior, el papel de la educación en la sociedad debe ser reorientado teniendo
en cuenta el contexto globalizado, altamente cambiante y cada vez más
automatizado en el que vivimos, incluyendo en los currículos de los niveles escolares
y profesionales, el desarrollo de habilidades blandas y tecnológicas que le permitan
al hombre el contar con la tecnología como un apoyo fundamental para la toma de
decisiones y, delegando en ella el desarrollo de labores de apoyo, repetitivas y/o
poco exigentes a nivel intelectual.

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Referencias
Fuentes, P., & Gil-Casares, M. (2017). Digitalización, Empleo y Futuro. Madrid: Wolters Kluwer.

Google. (2017). El trabajo del futuro. Madrid: Afi.

McKinsey Global Institute. (2017). Un Futuro que Funciona: Automatización, Empleo y Productividad.
McKinsey&Company.

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