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ACÚSTICA – Apunte N° 2 - Psicoacústica

Profesor: Marcelo Zanardo

Introducción
La Psicoacústica se dedica a estudiar la percepción del sonido, es decir, cómo el oído y el
cerebro procesan la información que nos llega en forma de sonido.
Cuando escuchamos un sonido, percibimos sensaciones que pueden ser clasificadas en tres
tipos:
1. la altura. La altura es la sensación que nos permite distinguir los sonidos graves de los
agudos, y, más específicamente, diferenciar los sonidos de una escala musical.
2. la sonoridad. La sonoridad, en cambio, es la sensación por la cual distinguimos un
sonido fuerte de uno débil.
3. el timbre. El timbre agrupa una serie de cualidades por las cuales es posible distinguir
los sonidos de los diversos instrumentos y voces.

Altura
En una primera aproximación, cada parámetro físico del sonido se corresponde de manera más
o menos directa con un tipo de sensación psicoacústica específica. Así, la frecuencia está relacionada
con la sensación de altura, la amplitud con la sonoridad, y el espectro (incluyendo las posibles
envolventes) con el timbre. Veremos, sin embargo, que la cuestión no es tan sencilla, ya que existe en
general una importante dependencia entre cada sensación y todos los parámetros del sonido.
La relación entre frecuencia y altura es bastante directa, correspondiendo las bajas frecuencias a
sonidos graves y las altas frecuencias a sonidos agudos En realidad, la altura como parámetro
psicofísico varía un poco, además, con la intensidad del sonido, es decir que un sonido débil y otro
fuerte de la misma frecuencia parecen tener alturas ligeramente distintas. También varía un poco con el
timbre. Un timbre muy brillante parece ser más agudo que uno más opaco, aún cuando la frecuencia y
la intensidad sean iguales.

Sonoridad
La sensación de sonoridad, es decir de fuerza, volumen o intensidad de un sonido, está, en
principio, relacionada con su amplitud. Sin embargo la relación no es tan directa como la que existe
entre la frecuencia y la altura. De hecho, la sonoridad resulta en realidad fuertemente dependiente no
sólo de la amplitud sino también de la frecuencia. A igualdad de frecuencias, no obstante, podemos
afirmar que un sonido de mayor amplitud es más sonoro.
Los resultados anteriores obedecen al hecho de que el oído es más sensible en las frecuencias
centrales, es decir entre 500 Hz Y 5 kHz, que en las muy bajas o muy altas. Se han realizado
investigaciones para demostrar este hecho, la primera de las cuales data de 1933, y fue llevada a cabo
por los investigadores norteamericanos Fletcher y Munson. El experimento consistía en lo siguiente.
Se hacía escuchar a personas de buena audición un tono puro (es decir senoidal) de 1 kHz y de un nivel
de presión sonora conocido, por ejemplo 40 dB. Luego se les presentaba un tono de otra frecuencia
(por ejemplo 200 Hz) y se les pedía que ajustaran el volumen hasta que les pareciera igualmente sonoro
que el tono de 1 kHz. Por último se medía el nivel de presión sonora. Repitiendo este experimento con
diversas frecuencias y niveles de presión sonora se obtuvieron las curvas de igual nivel de sonoridad, o
curvas de Fletcher y Munson. Estas curvas permitieron definir el nivel de sonoridad, NS, de un tono
como el nivel de presión sonora de un tono de 1 kHz igualmente sonoro que dicho tono. La curva
correspondiente a 0 fon es el umbral de audición, por debajo del cual una vibración del aire no es
perceptible. Conviene aclarar que el umbral de audición depende realmente de la persona y del estado
de su oído. La curva de 0 fon es el umbral para personas de buena audición. Una pérdida de 10 a 20 dB
respecto a este umbral se considera normal. Por encima de los 25 dB de pérdida, comienzan las
dificultades para la comprensión oral. La curva de 120 fon corresponde al umbral de dolor. De allí para
arriba, en lugar de sonido como tal comienza a percibirse un dolor intenso, además de empezar de
inmediato el daño irreversible del oído interno.
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Grafico de Curvas de Fletcher y Munson


Las curvas de Fletcher y Munson permiten explicar diversos fenómenos y hechos que se
observan en audiotécnica, por ejemplo por qué se requiere mayor potencia de un equipo de sonido para
tener buenos graves que para lograr una adecuada respuesta en frecuencias medias. Son también la
razón de los filtros (ecualizadores) de sonoridad de los equipos de sonido, que aumentan la proporción
de graves cuando se escucha a bajo volumen. También explican por qué un equipo de baja potencia y
mala calidad puede así y todo sonar "fuerte"; al distorsionar el sonido, agrega armónicos de alta
frecuencia que se escuchan más que las bajas frecuencias originales.

Timbre
El timbre de un sonido es una cualidad compleja, que depende de varias características físicas.
El estudio de los diversos aspectos del timbre fue muy motivado por el deseo de reproducir
artificialmente los sonidos de los instrumentos naturales, así como de crear timbres completamente
nuevos, dando origen a diversas técnicas de síntesis de sonidos. Si bien hoy en día los sintetizadores
electrónicos son los de mayor difusión y expansión, la síntesis de sonidos cuenta con varios siglos de
historia. En efecto, el órgano de tubos puede atestiguar los esfuerzos del ingenio humano en este
sentido.
Hay dos enfoques para el análisis del timbre.
1. El primero estudia los sonidos aislados, y se propone identificar todos los elementos que los
distinguen de otros sonidos.
FUENTE NS (dBA)
Umbral de dolor 1 2 0
Discoteca a todo volumen 110
Martillo neumático a 2 m 105
Ambiente industrial ruidoso 90
Piano a 1 m con fuerza media 80
Automóvil silencioso a 2 m 70
Conversación normal 60
Ruido urbano de noche 50
Habitación interior (día) 40
Habitación interior (noche) 30
Estudio de grabación 20
Cámara sonoamortiguada 10
Umbral de audición a 1 kHz 0

(dBA: decibel de Audio)


Todas las mediciones son sobre una frecuencia de 1kHz
El primer enfoque distingue un sonido grave de un clarinete, por ejemplo, de otro sonido agudo
del mismo instrumento. De hecho, quien no conoce el clarinete, al escuchar separadamente ambos
registros (grave y agudo) puede pensar que se trata de instrumentos diferentes. Aquí intervienen dos
elementos:
a) Hay una envolvente primaria, que es la que determina la forma en que varía en el
tiempo la amplitud general. La envolvente primaria está fuertemente relacionada con la
forma en que se produce el sonido, y caracteriza a familias completas de instrumentos
b) una serie de envolventes secundarias, que corresponden a las variaciones temporales
relativas de los armónicos o de los parciales. Las envolventes secundarias dependen de
la manera en que se amortiguan las diferentes frecuencias del espectro.
Las envolventes mencionadas varían con la altura del sonido, es decir con su frecuencia, y
también pueden variar con la intensidad, es decir con la amplitud del sonido.
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2. El segundo enfoque, clasifica los sonidos según la fuente (por ejemplo un instrumento), y
asocia una cualidad tímbrica con cada fuente
El segundo enfoque de análisis del timbre, en cambio, busca las características comunes a todos
los sonidos de los instrumento o de una voz, y las que los distinguen de los sonidos de otros
instrumentos o voces.
Las frecuencias de las resonancias se denominan formantes. E! cerebro es capaz de realizar
(inconscientemente) un análisis tan elaborado de los sonidos que percibe el oído como para detectar los
formantes característicos de un instrumento o fuente sonora, y así asociar como pertenecientes a un
único timbre sonidos con espectros bastante diversos.
Por esta razón, el timbre puede reconocerse aún cuando debido a una deficiencia de un sistema
de sonido el espectro se altere. Esto sucede, por ejemplo, en los equipos de mala calidad, que atenúan
las frecuencias bajas (graves) así como las altas (agudos). Sin embargo, los formantes, que
habitualmente están en la región central del espectro, es decir, entre los 200 Hz y los 4000 Hz, no son
tan severamente afectados y por lo tanto "sobreviven" a la distorsión, permitiendo reconocer el timbre.
Un ejemplo son las radios de bolsillo. Otro es el teléfono; en este caso, la fundamental (primer
armónico) de las voces masculinas (y de gran parte de las femeninas) es virtualmente eliminada, lo que
no impide que sigamos reconociendo ni los fonemas ni los timbres de voz.
Para concluir con esta breve descripción del timbre, es interesante observar que ni los
formantes, ni las envolventes ni el espectro, tomados aisladamente, permiten explicar el timbre, que es
más bien resultado de la interacción de todos estos factores. Se han realizado experimentos en los
cuales se priva al sonido de un instrumento de su ataque (es decir, se altera severamente su envolvente),
y el sonido se vuelve prácticamente irreconocible, aunque sus formantes y su espectro no varíen. Por
ejemplo, quitando el ataque al piano se obtiene un sonido que más bien parecerá ser de algún
instrumento de viento. Del mismo modo, si conservamos la envolvente original pero cambiamos los
formantes, se escuchará un sonido algo percusivo como el del piano, pero indudablemente diferenciado
de aquél. Se han realizado multitud de experimentos que muestran fenómenos de este tipo y que ponen
de manifiesto la complejidad del timbre.

ESPACIALIDAD Y DIRECCIONALIDAD
La direccionalidad se refiere a la localización subjetiva de la dirección de procedencia del
sonido. Es la sensación que nos permite ubicar una fuente sonora luego de escucharla. La espacialidad,
en cambio permite obtener información auditiva del ambiente en el cual se propaga el sonido, por
ejemplo, sus dimensiones o su acabado superficial.
Direccionalidad: está vinculada con tres fenómenos.
1. El primero es la pequeña diferencia de tiempos entre la llegada del sonido a uno y otro
oído, debido a que el recorrido de la onda sonora desde a la fuente hasta cada oído es
diferente Así, un sonido proveniente de la izquierda llegará antes al oído izquierdo
porque éste está más cerca de la fuente sonora. Esta diferencia es siempre menor que 0,6
ms.
2. El segundo fenómeno es la diferencia de presiones sonoras, causada por la diferencia
entre las distancias y porque además la cabeza actúa como barrera para el sonido. Así,
en la Figura 2.7, la presión sonora es mayor en el oído izquierdo.
3. El tercer fenómeno se relaciona con las alteraciones producidas en el espectro del
sonido por la propia cabeza. En efecto, las frecuencias bajas (graves) tienen mayor lon-
gitud de onda que las frecuencias altas (agudos), por lo cual son menos afectadas por la
cabeza. Estas alteraciones son más notorias en el oído menos expuesto. Durante la pri-
mera infancia el cerebro aprende estas relaciones a partir de la comparación con la in-
formación visual. Este fenómeno permite explicar el hecho de que se puedan distinguir
los sonidos provenientes de adelante y de atrás. También explica que las personas sordas
de un oído conserven una considerable capacidad de discriminación direccional.
Este fenómeno ilustra el denominado efecto de precedencia, o también efecto Haas (en honor
de quien estudió sus consecuencias para la inteligibilidad de la palabra), por el cual el primer frente de
onda que llega a los oídos es el que determina la sensación de direccionalidad, aun en presencia de
reverberación. Este efecto puede utilizarse para controlar de un modo más realista la ubicación aparente
de una fuente en la imagen estereofónica.
Espacialidad: depende de varios factores.
1. El primero es la distancia entre la fuente y el oído. Esto está vinculado a la
familiaridad que se tenga con una fuente sonora específica (o un tipo de fuente). A
mayor distancia, la presión sonora es menor, lo que hace que si se conoce la fuente, se
pueda tener una idea de la distancia.
2. El segundo factor lo constituyen las reflexiones tempranas. En el descampado, la onda
sonora generada por una fuente se aleja indefinidamente, atenuándose hasta volverse
inaudible. En un ambiente cerrado, en cambio, la onda sonora se refleja en las paredes
múltiples veces Las primeras reflexiones se denominan reflexiones tempranas. Las
reflexiones tempranas proveen al sistema auditivo una clave temporal que se relaciona
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con la distancia entre las paredes, lo cual a su vez se vincula al tamaño del ambiente.
Esto crea la sensación de ambiencia.
3. El tercer factor que hace a la especialidad del sonido es la reverberación. El fenómeno
de la reverberación se produce como consecuencia de las numerosas reflexiones tardías
del sonido. Mientras que las primeras reflexiones (las reflexiones tempranas) están
distanciadas considerablemente, las subsiguientes comienzan a superponerse entre sí,
debido a que aparecen las reflexiones de las reflexiones, y luego las reflexiones de las
reflexiones de las reflexiones, y así sucesivamente. Esto lleva a que al cabo de unos
pocos instantes se combinen miles de reflexiones, lo que da origen a la reverberación
(Figura 2.10).

(a)

(b)
(a) Una fuente sonora al aire libre: el sonido se aleja indefinidamente de la fuente. (b) Una
fuente sonora encerrada en un ambiente cerrado: el sonido se refleja una y otra vez en las superficies
del recinto (paredes, techo y piso).
El efecto más conocido de la reverberación es el hecho de que el sonido se prolonga aún
después de interrumpida la fuente. Por ejemplo si golpeamos las manos, aunque el sonido generado es
muy corto, "permanece" en el ambiente durante algunos instantes. El tiempo de permanencia, o tiempo
de reverberación, depende de las características acústicas del ambiente, y nos da una clara sensación de
espacialidad que puede y debe ser aprovechada en audiotécnica para evocar ambientes de gran
realismo.

Grafico del proceso de reverberación y la caída de sonoridad de cada una de las reflexiones del sonido
4. El último factor que interviene en la sensación de especialidad es el movimiento de la
fuente. Muchas fuentes son fijas, pero otras son móviles, y la movilidad es percibida a
través no solo del desplazamiento evocado por la dirección de procedencia del sonido,
sino por el denominado efecto Doppler, por el cual la frecuencia de una fuente móvil
parece cambiar. Así, cuando una ambulancia se acerca a nosotros, la altura (frecuencia)
del sonido emitido por la sirena es mayor (más agudo) que cuando la ambulancia se
detiene. Cuando, contrariamente, ésta se aleja, la altura baja, (más grave)..

ENMASCARAMIENTO
Dentro de las cualidades del oído hay una que tiene consecuencias de gran importancia para la
audición, y es el hecho de que los sonidos son capaces de enmascarar a otros sonidos. Enmascarar a un
sonido significa ocultarlo o hacerla imperceptible. El enmascaramiento es un fenómeno bastante
familiar para todos. Sucede, por ejemplo, cuando intentamos escuchar a alguien que habla en medio de
un mido muy intenso: no podemos discriminar lo que dice porque su voz es enmascarada por el mido.
Es interesante observar que el enmascaramiento es una propiedad del oído, no del sonido.
El enmascaramiento es, en cierto sentido, un defecto del oído, pero también es una virtud, ya
que nos permite desembarazamos de una cantidad de información inútil o difícil de procesar por el
cerebro. Una interesante aplicación del enmascaramiento es la compresión de los datos de audio digital,
de manera de reducir la cantidad de espacio requerido para almacenar un tiempo dado de música. La
técnica se basa en aprovechar que mucha información que aparece en una grabación de alta calidad no
aporta nada a la audición, ya que es enmascarada por otros tonos presentes, de modo que puede elimi-
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narse, con ahorro de espacio. Por ejemplo, si se detecta que existe un tono de 400 Hz de 80 dB, de
acuerdo a lo indicado por la curva de 80 dB un tono de 1 kHz y 30 dB será inaudible, y por
consiguiente se puede eliminar sin perjuicio alguno para la calidad de la reproducción. Esta idea se
aplica en los DCC (Digital Compact Cassette, o cassette compacto digital) y en los MD (Minidisc), así
como en el formato comprimido MP3 usado en Internet. Últimamente también se está utilizando para
mejorar la calidad de los CD (Compact Disc) del estándar de 16 bits a 19 ó 20 bits.

El sonido y su propagación en el medio


REFLEXIÓN DEL SONIDO
Cuando una onda que se propaga en un medio elástico incide sobre la superficie de separación
entre éste y otro medio elástico cualquiera de diferente densidad, pueden ocurrir simultánea o
sucesivamente varios fenómenos como ser: reflexión, refracción, difracción y absorción de la onda.
Se dice que ésta ha sufrido una reflexión cuando luego de incidir sobre una superficie, se
propaga en el mismo medio con sentido diferente al anterior, como si se originara en un punto situado
tras la superficie. Para que una superficie actúe como superficie reflectora, es necesario que sea opaca a
la onda que refleja, o sea que impida parcial o totalmente su propagación. La energía de la onda no se
conservará totalmente después de la reflexión, pues una parte se pierde por absorción transformándose
en calor.
Al estudiar los fenómenos de propagación de las ondas sonoras haremos caso omiso de las'
ondas esféricas, considerando sólo una de las direcciones de propagación, simbolizada por un rayo. En
la figura.

Reflexión de un rayo.
"'i" es el rayo incidente, "r" el rayo reflejo,. En toda reflexión la normal y los rayos incidente y
reflejo estarán en un mismo plano y los ángulos de incidencia y de reflexión (i y r) serán iguales.
Cuando la longitud de onda de la onda incidente es despreciable comparada con las
irregularidades de la superficie reflectora, la reflexión será regular. La reflexión será difusa cuando la
longitud de onda de la onda incidente con las irregularidades de la superficie reflectora sean
comparables

Las ondas que inciden sobre una superficie plana se reflejan en direcciones divergentes. Cuando
la superficie reflectora es elíptica, las ondas que parten desde uno de los focos de la elipse, se reflejan
pasando por el otro; si la superficie es parabólica, las ondas que parten del foco se reflejan
paralelamente al eje de la parábola.
Hay diversos factores que intervienen e influyen en la reflexión. El mas importante es el
material del que esta constituido el objeto con el que choca, provocando reacciones muy diferentes,
ya que las ondas sonoras pueden ser absorbidas por determinados materiales o producir reflexiones
que en ciertos casos pueden ser beneficiosas, ya que vienen a reforzar el sonido directo, y en otros
perjudiciales, porque van a producir fenómenos de reverberación y eco. En todos los casos el ángulo
con el que se refleja el sonido es idéntico al ángulo incidente de choque cuando este efecto se
produce sobre objetos lisos, mientras que este ángulo no es igual cuando el choque se produce con
objetos rugosos o al menos, no planos.
Por tal motivo es preciso tener en cuenta los fenómenos de absorción. Como principio
general, destacaremos que los objetos lisos, pesados y rígidos son reflectantes, mientras que los
rugosos y porosos son absorbentes.
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Presentamos a continuación una tabla con los coeficientes de reflexión de los principales
materiales de construcción y decoración.
Material Coeficiente de reflexión
Piedra lisa 95%
Madera 90%
Pared rugosa 80%
Pared de ladrillo 75%
Pared con relieves 64%
Bastidores de teatro 30%
Tapices de pared 25%
Cortinaje afelpado 20%

ONDAS ESTACIONARIAS PRODUCIDAS POR REFLEXION


Si en una habitación se generan una onda sonora que viaje perpendicularmente a dos paredes
enfrentadas, al reflejarse en ellas lo hará también perpendicularmente de modo que volverá sobre si
misma y posteriormente se reflejará en la paed opuesta. Así se generará la llamada onda estacionaria,
es decir una onda que va y vuelve una y otra vez entre las paredes. Esta onda se escucha como un
sonido. Si la distancia entre las paredes es L, la longitud de tal onda es 2xL y por consiguiente se
cumplirá:
2xL = c/f
donde c es la velocidad del sonido (345 m/s) y f la frecuencia del sonido resultante. Así
podremos obtener la frecuencia:
f = c/2xL
Un ejemplo si las paredes estuvieran a 3 m entre sí, sería:
f = 345/2x3 = 57,7 Hz,
que corresponde a un si bemol, 3 octavas por debajo del La central (440). Este es solo el ejemplo una
de las tantas frecuencias de resonancia que puede tener una sala. Otras corresponden a los armónicos
de esta nota. Prácticamente lo podemos comprobar cuando tocamos una nota y sentimos que en la sala
donde la producimos esa nota suena como amplificada frente a los otros sonidos. Se agrega esto que el
tiempo de resonancia de estas ondas estacionarias es más largo que el de las ondas normales, por lo
cual ese sonido se destacará por sobre los otros (así resulta agradable cantar en un baño especialmente
para las voces masculinas).

REFRACCIÓNN y DIFRACCIÓN
Cuando una onda que se propaga en un medio elástico incide oblicuamente sobre la superficie
de separación de éste con un segundo medio y la atraviesa cambiando de dirección, decimos que ha
sufrido una refracción. Este fenómeno ocurre precisamente porque la onda incide oblicuamente sobre
la superficie (los rayos normales a dicha superficie no se refractan); en efecto, una parte de la onda
penetra antes que la otra en el segundo medio, cambiando su velocidad de propagación; si la velocidad
de propagación es mayor en el segundo medio que en el primero, la onda se alejará de la normal en el
punto de incidencia, ocurriendo lo contrario cuando dicha velocidad sea menor.

(1) Rayo sonoro incidente


(2) Rayo sonoro reflejado
(3) Rayo sonoro refractado
(4) Rayo reflejado del refractado, energía absorbida por el tabique
(5) Rayo sonoro transmitido
El grosor de las flechas es proporcional a la energía de cada fuente de ondas
El rayo incidente, la normal a la superficie refringente en el punto de incidencia y el rayo
refractado estarán en un mismo plano, denominándose ángulo de refracción el ángulo formado por el
rayo refractado con la normal.
Sobre una planicie nevada pueden oírse sonidos producidos a gran distancia debido a que el aire
sobre ella forma capas de diferentes temperaturas, estando las más frías próximas al suelo; como en
éstas la velocidad del sonido es menor, es constantemente refractado hacia la tierra. En las salas de
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espectáculo ocupadas, ocurre lo contrario: el sonido tiende a subir debido a la refracción producida por
el aire en torno a los espectadores, cuya temperatura es mayor que la del aire situado a mayor altura.
.
Cuando una onda incide sobre una superficie en la cual hay una abertura, pueden ocurrir dos
cosas: si la abertura es grande con relación a la longitud de onda, ésta pasa sin dispersarse; en cambio si
la abertura es pequeña con relación a la longitud de onda, la onda se dispersará al pasar a través de la
abertura propagándose luego como si se hubiera originado en la misma. Este fenómeno se llama
difracción.

La difracción ocurre con cualquier tipo de ondas, pero interesa particularmente en acústica
musical, pues los sonidos musicales poseen longitudes de onda relativamente grandes que varían entre
0,03 y 12 m., siendo por lo tanto muy difractables. Es evidente que para sonidos graves producidos en
un altoparlante de 30 cm. de diámetro, la difracción será considerable (pensemos, por ejemplo, que por
ese diámetro se proyectan sonidos con una longitud de onda de 12 ó 15 m). Los espectadores situados
en la dirección del eje principal del altoparlante escucharán igualmente todas las frecuencias mientras
que los que se hallan al costado percibirán excesivamente los sonidos graves.
ECO
Llámase eco el fenómeno que consiste en escuchar un sonido reflejado después de haberse
extinguido la sensación sonora producida por la onda directa que originó dicha onda refleja. El oído
distingue como sensaciones separadas sólo aquellas que ocurren con un intervalo de tiempo mayor de
un décimo de segundo (0,1 segundo). En este tiempo el sonido recorrerá aproximadamente 34 m; será
por lo tanto necesario, cuando haya una sola superficie reflectora, que ésta se halle a una distancia
mínima de 17 m y que la onda incidente sea normal (perpendicular) a la superficie reflectora, pues de
otro modo la onda refleja no volvería a la fuente.
Cuando un sonido único tiene varios ecos sucesivos, se dice que hay eco múltiple, Proviene de
la presencia de varias superficies reflectaras a distancias diferentes.
REVERBERACIÓN
Cuando una onda sonora refleja llega al oído del observador en un lapso de tiempo menor que
un décimo de segundo después que ha cesado de escucharse la onda directa de la cual proviene, ambos
sonidos se superponen para el oyente, produciéndose el fenómeno de la Reverberación (llamado a
veces, aunque impropiamente, resonancia). Este fenómeno es de suma importancia pues debidamente
controlado contribuye a mejorar las condiciones acústicas de teatros, salas de concierto, etc.

(a) (b)
En estos gráficos podemos observar como se producen las ondas reverberantes (a) y sus
intensidades, además de las reflexiones tempranas; y una envolvente dinámica del proceso reverberante
(b).

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