Es una emoción que se produce en un ser vivo cuando cree haber alcanzado una meta deseada.
La felicidad suele ir aparejada a una condición interna o subjetiva de
satisfacción y alegría. Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests, y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas. Al contrario que las personas que no sienten ningún grado de felicidad que muestran un enfoque del medio negativo, sintiéndose frustradas con el desarrollo de su vida, atribuyendo la culpa al resto de la sociedad con la que convive.
La felicidad frecuentemente se considera positiva ya que permite a los
individuos sacar partido de las condiciones objetivas, favorece la actitud de abordar diferentes tareas llevándola al término propuesto. La depresión y otros trastornos psicológicos, por ejemplo, se caracterizan por una notoria falta de felicidad del individuo, lo cual frustra las posibilidades de los individuos para acometer con éxito diversas tareas u obtener beneficios de situaciones objetivamente favorables. Bajo un estado de felicidad los individuos son capaces de llevar a cabo una actividad neutral constante en un entorno con variables ya experimentadas y conocidas, los distintos aspectos de la actividad mental fluyen de forma armónica, siendo los factores internos y externos interactuantes con el sistema límbico. En dicho proceso se pueden experimentar emociones derivadas, que no tienen por qué ser placenteras, siendo consecuencia de un aprendizaje ante un medio variable.
Actualmente se conoce que la variabilidad en los niveles de felicidad que
experimentan los individuos se ven influidos por tres grupos de factores (en orden de importancia): Factores genéticos.
Factores asociados a la consecución de objetivos y deseos.
Factores socioambientales.
Igualmente es un hecho bien establecido, que el juicio sobre si uno mismo es
feliz está influido por razones culturales: en ciertas sociedades se desaprueba en mayor medida expresar sentimientos negativos, mientras que en otras la sinceridad y la autoexpresión fidedigna es valorada en mayor medida. Por eso las comparaciones internacionales entre países con diferentes condiciones socioeconómicas deben corregir el sesgo cultural.12
La felicidad, en tanto que estado emocional y autopercibido, es un estado
subjetivo que, sin embargo, puede analizarse mediante procedimientos objetivos. Los siguientes son ejemplos de disciplinas con aproximaciones objetivas:
La filosofía estudia su concepto y realidad.
La psicología positiva intenta determinar los factores endógenos que el
individuo puede manejar para alcanzar ese determinado estado de ánimo.3
La sociología se ocupa de analizar qué factores sociales determinan los
objetivos que el sujeto se marca como meta para alcanzar estados de felicidad.
La antropología muestra cómo distintas culturas han establecido cánones