En nuestro estudio del Génesis hemos elegido un bosquejo basado en los personajes más
relevantes que nos ayudarán a entender los siguientes temas teológicos contenidos en el
libro:
Este bosquejo es una propuesta que consideramos útil para los objetivos de nuestro
estudio pero existen otras opciones para organizar la información del Génesis.
Presenta la verdad revelada por Dios acerca del origen del mundo.
a) Vida de Abraham
b) Vida de Jacob
La historia de José.
Pero Jehová había dicho a Abram: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la
tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra.” Génesis 12:1-3
Es importante recordar el fondo cultural del que provenía Abram, o Abraham, como fue
llamado posteriormente. Cuando aún se llamaba Abram y vivía en Ur, su padre se mudó a
Harán, que se encontraba al noroeste de Ur, y caminó hacia Canaán por el mejor
camino disponible en aquel entonces. Sin embargo, Taré nunca fue más allá de Harán;
sería Abraham quien Dios quería que lo hiciera.
Para ello debería separarse de su familia. Este acto de Abraham de separarse de su familia
e irse a Canaán era en sí mismo un acto de fe, como nos dice el autor de Hebreos (Heb
11.8). Debemos tener siempre presente que los antepasados de Abraham no eran
adoradores del Señor sino de dioses paganos y formaban parte del paganismo de Ur. Josué
nos lo recuerda (Jos 24.2). Esto quiere decir que el paso de fe que dio Abraham estaba
en contra de las tradiciones de sus padres. Tuvo también que dejar a su padre, lo cual es
algo muy difícil de hacer. El tiempo de vida de Taré indica que probablemente siguió
viviendo en Harán unos sesenta años después de la partida de Abraham. Todo esto nos
pone de manifiesto la gran fe de Abraham al dejar tras sí su cultura y su
familia para seguir a Dios rumbo a un mundo desconocido. Es Dios quien toma la
iniciativa con Abraham, como lo había hecho con Noé, al llamarlo y prometerle que lo
bendeciría. Primeramente, promete hacer de Abraham una nación grande, pero más
que esto, promete bendecirlo. La palabra «bendición» trae consigo un significado especial
de gracia divina. Es usada con Adán antes de la caída, con Noé después del diluvio, y con
Abraham y su simiente en la fe. El salmista declara su significado especial para el justo (Sal
5.12). Se destaca de manera especial el nombre de Abraham con un honor especial, porque
Dios lo hará grande (Abraham debería ser el padre de los creyentes: Romanos 4.11,12).
Más aun, a través de las bendiciones dadas a Abraham, serían benditas todas las familias de la
tierra (12.3).Tenemos aquí una promesa de proporciones misioneras, al mismo tiempo que Dios
muestra que su propósito desde el principio ha sido llamar y formarse un pueblo de todas las
partes de la tierra para que reciba su bendición especial. (Scott)
Este bosquejo nos permite ver la simetría del texto y descubrir los temas que fueron
elegidos por el autor para comunicarlos a la audiencia original.
Bendecido para bendecir:
La promesa de redención dada a Adán y a Eva (Gén 3:15), la simiente prometida (Seth), El
remanente fiel (Noé) y la posibilidad de una humanidad unida en lugar de una
humanidad fragmentada (La torre de Babel) se van manifestando en el plan de Dios de
manera más clara, sobre todo . El mundo que Dios creó fue maldecido por el pecado pero
la gracia de Dios se muestra en la elección de Abraham, quien es elegido para ser el padre
del pueblo de Dios no por sus méritos sino por la gracia inmerecida que Dios le mostró.
Dios le pide a Abram hacer un PACTO. Esa es la respuesta de Dios a las dudas/quejas de
Abram. En una cultura oral la forma de hacer un pacto no era escribiendo, sino
representando las consecuencias de no cumplir con ese pacto.
Jeremías 34:18
18
Puesto que han violado mi pacto, y no han cumplido las estipulaciones del pacto que acordaron
en mi presencia, los trataré como al novillo que cortaron en dos, y entre cuyos pedazos pasaron
para rubricar el pacto.
En la época de Abraham solo los vasallos o los que eran vencidos por un rey pasaban por
entre las piezas de animales como señal de fidelidad y sumisión al conquistador. Abraham
pensaba que él tendría que pasar por entre las piezas para comprometerse a cumplir con
Dios. (Waltke 2001:245)
Luego vino una oscuridad terrorífica y apareció algo como un horno y un rayo que pasaba
por entre las partes.
Este pacto de gracia es un compromiso de Dios que no puede fallar. Dios mismo es la
garantía de que las promesas dadas a Abram van a ser cumplidas.
¿Cómo puede hacer Dios comprometerse a dar su vida? ¿No es inmortal? ¿No es Dios
eterno? ¿Cómo podría Dios morir si alguna de las dos partes fallara en cumplir el pacto?
Marcos 15:33
33
Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.
Isaías 53:5
Cristo fue muerto para que nosotros seamos salvos a pesar de que fallemos en cumplir. El
Pacto de Dios con Abraham se cumplió con sus descendientes biológicos y se sigue
cumpliendo con sus descendientes espirituales.
II.- Jacob
10
Jacob partió de Berseba y se encaminó hacia Jarán. 11 Cuando llegó a cierto lugar, se
detuvo para pasar la noche, porque ya estaba anocheciendo. Tomó una piedra, la usó
como almohada, y se acostó a dormir en ese lugar. 12 Allí soñó que había una escalinata
apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y
bajaban los ángeles de Dios. 13 En el sueño, el SEÑOR estaba de pie junto a él y le decía:
«Yo soy el SEÑOR, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu
descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado. 14 Tu descendencia será tan
numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente,
y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.
15
Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta
tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido.»
Génesis 28:10-15
Cuando Dios le prometió los dos hijos a Rebeca, le habló de dos naciones que surgirían. Dios
mismo hizo la elección entre ambos, haciendo a uno mayor que el otro (v. 23). La frase «el
mayor servirá al menor» recuerda la profecía de Noé (9.25-27). De manera que nos hallamos de
nuevo en presencia de la distinción entre los hijos de Dios y los de Satanás. Esta vez, la
distinción se hace entre dos que son hijos de los mismos padres humanos y concebidos
al mismo tiempo. Dios es quien hace la distinción, escogiendo a Jacob y no a Esaú. Pablo, en
Romanos 9.6ss, trata sobre las importantes lecciones que se desprenden de este incidente con
respecto a la elección divina. Pertenecer a la simiente carnal de Abraham (su descendencia)
no es motivo para que seamos hijos de Dios (Ro 9.7,8). La salvación se basa en las promesas de
Dios, y de acuerdo con su voluntad. El «propósito de Dios» (Ro 9.11) de llegar a tener un
pueblo está basado en que él mismo elige a algunos del estado de muerte en el pecado, para la
vida eterna (Ro 9.11; cf. Ef 2.1-3). Nadie puede ser salvo por sus obras, ya que la naturaleza de
todos los hombres está corrompida. La salvación nos viene solamente por la gracia de Dios,
quien obra en los corazones de aquellos que elige para traerlos de la muerte espiritual a la vida
en Cristo (Ef 2.4-9). Lo diferente de las naturalezas espirituales de ambos niños, Esaú y Jacob,
se hace patente en un suceso de su vida temprana registrado aquí (vv. 27-34). La preferencia
que Isaac tenía por Esaú no se basaba en la voluntad revelada de Dios (v. 23) sino en el deseo
de la carne (v. 28), y al final tendría como resultado gran pena y sufrimiento, para él
personalmente y para su familia.
El incidente narrado sobre el día en que Esaú vio un guisado de lentejas que Jacob había
preparado, y lo quiso para sí. Queda manifiesta su orientación carnal cuando se le ve dispuesto
a vender su primogenitura por este momento de placer físico. Solo se trataba de una transacción
infantil que no podía tener validez real en sí misma, como cuando los niños juegan, pero reveló
la naturaleza de Esaú. La Biblia dice que él desdeñó su primogenitura (v. 34). Todo el episodio
revela que Esaú era un profano, es decir, un hijo de Satanás en la familia de los hijos de Dios.
Evidencias posteriores de su naturaleza nos revelan lo mismo. Cuando escogió sus esposas,
estas fueron cananeas (26.34-35; 36.2,3). Cuando Jacob lo disgustó, su corazón se llenó con
sentimientos de asesino (27.41), lo que nos recuerda a otro fratricida, Caín. El escritor de la
Epístola a los Hebreos resume así la naturaleza de Esaú: profano (Heb 12.16).
La continua testarudez de Isaac fue el motivo de los tristes incidentes allí narrados.
Isaac escoge a Esaú para bendecirlo, aunque Dios no lo había escogido (27.1). Este pecado se
complica con el pecado de Rebeca y Jacob en su plan para escamotear la bendición de Esaú.
Ella sabía cuál era la voluntad de Dios, pero le faltó paciencia y fe para esperar en él. Como ya
habían hecho Sara y Abraham, trató de ayudar a Dios por caminos torcidos. Jacob estaba
totalmente enredado en su pecado, y en apariencia, su único temor era el de ser
atrapado (v. 12).
1.- Jacob sale Beerseba hacia Harán (Gén 28:10 y 11) – El mismo lugar la que fue Abraham
125 años antes
2.- Llega a cierto lugar y estando solo cae el anochecer – Igual que Abraham estaba solo y cayó
una gran oscuridad
3.- Tuvo un sueño (Gén 28:12-13) – Abraham tiene mucho sueño y miedo mientras cuida que
las aves no coman el sacrificio.
4.- Jacob ve una escalera al cielo (Tiene una teofanía) – Lo mismo que Abraham y la antorcha
que veía pasar entre los pedazos de la animales sacrificados.
5.- Jacob recibe una serie de promesas (Gén 28: 13-15) – al igual que Abraham quien es
bendecido para bendecir a otros.
6.- Jacob ama a una mujer que no puede darle hijos – Igual que Abraham y Sara Jacob y Raquel
deciden que tendrán descendencia por medio de sus siervas.
7.- Jacob recibe un nuevo nombre – Al igual que Abraham, Jacob recibe un nuevo nombre que
procede de encontrarse con Dios, recibir sus promesas y confiar en su pacto.
El Pacto. A pesar de todas las fallas morales de Jacob Dios no puede negarse a sí mismo y lo
protege de los arameos (Labán) y de los edomitas (Esaú). Dios está unido a su pueblo por su
amor. Nada puede separar a los que ha elegido, ni siquiera la muerte (Rom 8:38 y 2 Tes 3:2) La
relación de pacto entre Dios y sus elegidos se profundiza cuando éstos aceptan el abrazo
amoroso de Dios, en el cual reconocen su condición y sin embargo claman a Dios por sus
promesas.
Tarea
Basado en este estudio de la vida de Abraham y Jacob, deberás desarrollar un estudio sobre la
vida de José (Gén 37-50) que contenga:
3.- Desarrolla por lo menos 4 temas (La elección soberana de Dios, la gracia de la elección,
la santidad como respuesta a la Gracia Divina, la seguridad del Pacto u otro tema que te
parezca relevante en el contexto de la historia de la redención) que veas con claridad en la
sección que elegiste de la vida de José y relaciónalos con los temas que se describen en
Abraham y Jacob.
4.- Elabora tus reflexiones teológicas sobre los temas cubiertos en tu análisis de José. Estas
reflexiones teológicas deben contener relaciones directas con Cristo y con el evangelio.
Para desarrollar esta tarea puedes utilizar todas las fuentes que tengas a la mano y, si es posible,
pide a pastores que conozcas que te recomienden o te presten libros y comentarios sobre esta
sección de la biblia.