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TEORÍAS DE LA EMOCIÓN

1. Teorías fisiológicas y de sensación.


2. Teorías evolutivas.
3. Las nuevas teorías fisiológicas y evolutivas.
4. Teorías cognitivas.
5. Teorías de construcción social.

Teorías fisiológicas y de sensación


- Ambas, puede decirse, apuntan a la aprehensión del fenómeno emocional por
parte del sujeto.
- Sin embargo, se diferencian en la forma en que se plantean el cuestionamiento por
la experimentación de la emoción.

Teorías fisiológicas: Las afecciones físicas son, no sólo indispensables, sino también el
factor más importante de las emociones.
Teorías de sensación: Se preocupan menos por lo físico y, en general, buscan un enfoque
más conceptual al fenómeno.

La teoría acerca de las emociones


La teoría acerca de las emociones de William james
William James, notable médico, psicólogo y filósofo estadounidense, fundador del
pragmatismo.
James, fue uno de los primeros en intentar describir en forma sistemática la relación que
existe entre la experiencia subjetiva de la emoción y la activación corporal.
Teoría de que la experiencia emociona les secundaria a la percepción de los cambios
corporales.
C. Darwin: Universalidad de las emociones básicas a través de su corporalidad y expresión
facial.
James decía que las emociones "standard” son aquellas que tienen una clara expresión
corporal.

Textualmente:
La manera más natural de pensar sobre estas emociones standard es considerar que la
percepción de un hecho externo evoca un efecto mental llamado emoción y que es ese
estado mental el que da lugar a una expresión corporal. Mi tesis, por el contrario es que
los cambios corporales siguen directamente a la percepción del factor excitatorio y que
nuestra experiencia de esos cambios corporales que están ocurriendo es la emoción.
El sentido común dice que si perdemos una fortuna, nos ponemos tristes y lloramos; si nos
encontramos con un oso, tenemos miedo y corremos; si nos insulta un rival, nos enojamos
y golpeamos.

La hipótesis que aquí defiendo dice que esta secuencia de eventos es incorrecta, y que
uno de los estados mentales no es inmediatamente seguido por el otro ya que primero
deben interponerse entre ellos manifestaciones corporales y que por ende un postulado
más racional es que sentimos pena porque lloramos, nos enojamos porque golpeamos,
nos asustamos porque temblamos.

Sin los cambios corporales que siguen a la percepción del evento externo, nuestras
vivencias serían puramente cognitivas, pálidas y descoloridas, sin calor emotivo.

Que la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio jueguen un rol primordial en todas las
emociones, escribe James, es un hecho demasiado notorio para requerir comprobación.

Todos tenemos la capacidad de percibir la corporalidad de los estados emocionales,


siempre que les prestemos la debida atención.

¿Qué quedaría de la emoción del miedo sino hubiera aumento de los latidos del corazón,
respiración anhelante, "piel de gallina" y agitación de las vísceras?
¿Y qué sería de la profunda tristeza, sin las lágrimas, los sollozos, la sensación de sofoco, el
dolor en el pecho? Una emoción disociada de alguna manifestación corporal es
inconcebible.

Podríamos decir que todo nuestro organismo es como un gran resonador y que cualquier
cambio por leve que sea en nuestras percepciones, en nuestra conciencia, en nuestros
pensamientos va a repercutir orgánicamente de alguna manera, y viceversa.

James postuló que si su teoría era correcta, ello significaría en sus propias palabras que:
Cualquier acto voluntario que implique despertar las así llamadas manifestaciones
(corporales) de una emoción dada, debería darnos la emoción misma.

Teorías periféricas de James-Lange


La teoría de James-Lange, cuyo postulado fundamental sostiene que la emoción se origina
en la percepción de los cambios somáticos.
Su propuesta, que a menudo se considera el primer referente de la psicología de la
emoción contemporánea, fue expuesta por primera vez en el artículo publicado en Mind
(James, 1884), y completada en sus Principles of Psychology (1890).

En síntesis, los supuestos básicos que se atribuyen a la teoría de James-Lange son los
siguientes:
1. Existe una “percepción” inmediata de los cambios viscerales (somáticos) que
median, a su vez, entre dicha percepción y la percepción de los cambios
ambientales;
2. Los cambios viscerales son necesarios para que se dé la emoción. Sin embargo,
no sólo es importante la “reacción” visceral, sino la totalidad de los cambios
corporales.
3. Existen patrones viscerales específicos para las distintas emociones y
4. La activación inducida de los cambios viscerales correspondientes a una
emoción concreta debe producir esa emoción.

La teoría de Cannon y la controversia centro-periférica


Esta crítica vino avalada por la investigación de Gregorio Marañón (1924) sobre los efectos
de la inyección de adrenalina, que puso de manifiesto que los cambios fisiológicos no son
suficientes para generar la experiencia emocional.

La crítica de Cannon dio pie a las propuestas que reivindicaban la actividad neural (y, por
extensión, la cognición) como condición necesaria y suficiente para la existencia de la
emoción, mientras que las teorías periféricas entendían la emoción como la percepción de
la actividad somática y vegetativa (cambios a un nivel corporal).
Los argumentos de Cannon se articulan en torno a los siguientes puntos:
1. La separación total entre vísceras y SNC no altera la conducta emocional;
2. Los mismos cambios viscerales se producen en estados de emoción muy distintos,
e incluso en estados no emocionales;
3. Las vísceras son estructuras relativamente insensibles;
4. Los cambios viscerales son demasiado lentos para constituir una fuente de
sentimientos emocionales; y
5. La inducción artificial de los cambios viscerales propios de las emociones intensas
no logran provocarlas.
El vasto legado de james
La propuesta de James integra hasta cuatro niveles explicativos diferentes, a cada uno de
los cuales se adscribe alguna de las tradiciones más sólidas en el estudio de la emoción:
a) Nivel fisiológico, que podemos situar en el origen de la tradición
neurobiológica,
b) Nivel conductual - expresivo, en el que se basan, al menos en parte, los
modelos de la expresión facial de las emociones básicas
c) Nivel ideacional, en el que se inspira la tradición cognitivista, ligada a la
psicofisiológica en la medida en que ambas son epistemológicamente
funcionalistas
d) Nivel perceptivo intermedio, con el que enlazan teorías como la de Leventhal,
que formula un modelo perceptivo-motor de la emoción.

La tradición cognitiva
La teoría bifactorial de Schachter y Singer
Este postulado se considera “ecléctico” en tanto que, por una parte, coincide con la
necesidad de activación predicada por James, y, por otra, la concibe como una activación
“inespecífica”, lo que contra dice el principio jamesiano de la existencia de un patrón
específico de activación para cada emoción, secundando, en cambio, la opinión de
Cannon.
Este modelo va más allá: reconoce la necesidad de una dimensión cognitiva que
determina la cualidad de la emoción y la caracteriza como tal.

Schachtery Singer proponen que las emociones se producen tanto al interpretar las
respuestas fisiológicas periféricas como por la evaluación cognitiva del hecho que
origina esas respuestas fisiológicas.
La forma de interpretar las respuestas periféricas determinará la intensidad de las
emociones que sintamos (alta, media o baja intensidad)

La forma de evaluar cognitivamente las situaciones determinará la cualidad de la


experiencia emocional (si es alegría, tristeza, miedo, sorpresa, etc.)

Teoría de la activación cognitiva de Schachter-Singer aceptaban que el feedback


(realimentación) no es lo suficientemente específico para determinar qué emoción
sentimos en una situación determinada, pero, como James, creían que también era
importante.
Su idea era que el feedback de la activación física es un buen indicador de que ocurre algo
significativo, aun cuando no sea capaz de comunicar exactamente qué ocurre. Una vez
que detectamos la activación física mediante el feedback, intentamos examinar nuestras
circunstancias.

Evaluación cognitiva de la situación se originan en nuestro cerebro a partir de la


interpretación que hacemos de las reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo (temblores,
sudores, taquicardia, etc.)

Cuando ante una situación amenazante se liberan ciertas sustancias químicas en nuestro
sistema nervioso.

A partir de nuestra evaluación cognitiva de la situación, clasificamos la activación. La


clasificación de la activación es lo que determina la emoción que sentimos.

Por lo tanto, según Schachter y Singer, la cognición llena el vacío entre la falta de
especificidad del feedback físico y los sentimientos.
Estímulo →Activación →Cognición →Sentimiento

Esta perspectiva se ha interpretado como un intento de superación de la vetusta polémica


James-Cannon, ya que se aceptan tanto los factores periféricos (arousal), como los
centrales (appraisal).

Modelos centrados en la tradición cognitiva


La investigación sobre los estados afectivos ha contribuido a poner en evidencia la
dimensión cognitiva de las emociones humanas.

La emoción depende fundamentalmente de cómo se valora la activación inexplicada.

Teoría cognoscitiva: Magda Arnold, Albert Ellis, Stanley Schachter, Jerome Singer.
La interpretación cognoscitiva de los estímulos emocionales, tanto del exterior como del
interior del cuerpo constituye la clave en las emociones.

El proceso de la interpretación cognoscitiva en las emociones presenta dos pasos:


1. Interpretación de los estímulos entrantes o del medio ambiente.
2. Interpretación de los estímulos corporales.
1. Interpretación de los estímulos entrantes o del medio ambiente.

Epicteto: “La gente no es afectada por los sucesos, sino por la interpretación de ellos”.
La interpretación del estímulo causa la reacción emocional, no el estímulo en sí.

2. Interpretación de los estímulos corporales. (Schachter y Singer)

Interpretación de los estímulos provenientes del cuerpo, que resultan de la activación del
SNA.
Creían que la activación emocional es difusa.
Ejemplo: Estas agitado por dentro al escuchar un disparo (Temor). Si estas agitado
después de un beso (Amor).

El sentimiento, entendido como experiencia consciente, surge en cambio de la valoración


del estímulo previamente percibido, así como de la activación fisiológica experimentada.

Richard Lazarus: valoraciones, revaloraciones y capacidad de afrontamiento.


Richard Lazarus, genuino sucesor de Magda Arnold, que amplia y consolida el concepto de
valoración cognitiva.

Lazarus (1984, 1991) defiende que, en lugar de darse la valoración genérica bipolar, se da
una valoración primaria que ya en sí es específica.

Según sea la valoración, será la emoción.


Evaluaciones de amenaza → emociones de miedo,
Evaluaciones de injusticia → emociones de rabia,
Evaluaciones de curiosidad → emociones de interés.

Cada emoción implica un tipo concreto de valoración, una tendencia específica a la acción
(poder motivacional) y una expresión particular.

El número posible de evaluaciones–y, por tanto, de emociones-depende del conocimiento


emocional del individuo y es, en consecuencia, específico de cada uno.

Del mismo modo, cambia también la forma de actuar de cada sujeto, su manera de
enfrentarse al entorno.
¿Cómo afrontar el estrés?
Modelo –Función perspectiva de atribución-
1. Basado en la interacción de las demandas del medio (social) sobre el sujeto.
2. Como toda teoría cognitiva, esta demanda adquiere sentido solo desde la
valoración que el sujeto le dé.
3. Esta función es consecuencia de un proceso acumulativo en el que intervienen
modelos tempranos de aprendizaje de patrones de evaluación.
4. Dos momentos de evaluación.
Qué se entiende por estrés.
Momentos de la evaluación de sit.
a) Primaria: se valora la situación como tal, lo que significa de riesgo o el compromiso a su
bienestar.
b) Secundaria: se valora los recursos que el sujeto posee, en función de ello considera si
puede hacer frente a la situación o no.

La combinación de estas evaluaciones da como resultado que la situación sea valorada


como:
→Desafío o Reto
Sentimiento de eficacia.

→Amenaza:
Se torna poco eficaz oscila desde actividades desorganizadas hasta la inactividad. Es en
este contexto en donde se sitúa la patología (ansiosa o depresiva).

Para el modelo, la importancia esta puesta en la percepción de la propia incapacidad para


hacerle frente, que para Lazarus es lo que explica la patología.

Modelos centrados en la tradición cognitiva


El constructivismo de Mandler: de los esquemas inconscientes a la conciencia
emocional.

George Mandler (1990) concibe la emoción inmersa en el vasto contexto de la mente.


Otorga más importancia a la cognición, sobre todo a la valoración que sigue a los
estímulos que no encajan en nuestros esquemas.
Según Mandler, los aspectos fundamentales de la experiencia emocional son los
siguientes:
1. La activación o arousal, que determina la dimensión intensiva de la
emoción y se produce cuando aparece una discrepancia en la
percepción, la acción o el pensamiento.
Es decir, cuando lo sucedido no encaja en los esquemas del individuo, a menudo
inconscientes.
La discrepancia no es la única fuente de arousal: también puede deberse al esfuerzo
mental, al ejercicio físico, a la ingesta de drogas estimulantes, etc.
2. El análisis del significado o valoración cognitiva (appraisal), que aporta
la cualidad de la emoción.
La experiencia emocional se origina en una interacción recíproca entre arousal y appraisal
(ya revisado clases previas).
3. La conciencia, que hace finalmente posible la experiencia emocional.
Una vez finalizada la valoración cognitiva se dan una serie de outputs hacia la conciencia y
hacia los programas de acción.

Para Mandler, la conciencia es necesaria para que, a partir del arousal y la interpretación
cognitiva, se dé la experiencia emocional.

Los esquemas forman nuestro conocimiento del mundo y dan lugar a nuestras
expectativas ante una situación específica.
Los acontecimientos discrepantes de los esquemas disponibles, o que interrumpen la
actividad cognitiva en curso, capturan el foco de nuestra conciencia en áreas a facilitar la
resolución del problema.
Sin embargo, si la resolución no tiene éxito, se produce una activación vegetativa cuya
intensidades proporcional al grado de interrupción e incongruencia no resuelta.

Esta propuesta, enmarcada en la tradición constructivista, alcanza una notable


complejidad en la medida en que concibe una continua retroalimentación entre las
distintas etapas que conducen a la experiencia emocional consciente.
Así, a la percepción estimular le sucede una valoración cognitiva que implica una
determinada interpretación del arousal, lo que se traduce en una experiencia emocional
que, a su vez, es nuevamente evaluada, modificando la valoración cognitiva original, y así
sucesivamente.

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