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FRASES A MARIA

1) “María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su


seno”. San Agustín de Hipona.
2) “María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su
seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo”. San
Agustín de Hipona.
3) “El Eterno se enamoró de vuestra incomparable hermosura, con tanta fuerza, que se
hizo como desprenderse del seno del Padre y escoger esas virginales entrañas para
hacerse Hijo vuestro. ¿Y yo, gusanillo de la tierra, no he de amaros? Sí, dulcísima Madre
mía, quiero arder en vuestro amor y propongo exhortar a otros a que os amen
también”. San Alfonso María de Ligorio.
4) “Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas,
eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!”. San Bernardo de Claraval.
5) “Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que
temer”. San Bernardo.
6) “Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo todo la plenitud de la gracia
y todo bien”. San Francisco de Asís.
7) “El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; lo que
ató la virgen Eva por la incredulidad, la virgen María lo desató por la fe”. San Ireneo.
8) “Soy todo tuyo Oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es”. San Luis María Griñón de
Monfort.
9) “A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace devoto de la Virgen María”. San Luis
María Griñón de Monfort.
10) “La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa
contra las asechanzas del demonio”. San Juan Bosco.
11) “Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su
Madre”. Santa Teresa de Jesús.
12) “Con la práctica fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho Madre mía,
visible a todos los caminos rectos del Cielo”. Santa Teresa de Lisieux.
13) “María, eres la Madre del Universo. ¿Quién no se anima al verte tan tierna, tan
compasiva, a descubrir sus íntimos tormentos? Si es pecador, tus caricias lo enternecen.
Si es tu fiel devoto, tu presencia solamente enciende la llama viva del amor divino”. Santa
Teresa de los Andes.
14) “Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el
corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta
Madre”. San Juan Pablo II.
15) “Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio que se oculta tras la fragilidad de los
miembros del Hijo. Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda raza y
cultura”. San Juan Pablo II.
1) “María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su
seno”. San Agustín de Hipona.

2) “María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su


seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo”. San
Agustín de Hipona.

3) “El Eterno se enamoró de vuestra incomparable hermosura, con tanta fuerza, que se
hizo como desprenderse del seno del Padre y escoger esas virginales entrañas para
hacerse Hijo vuestro. ¿Y yo, gusanillo de la tierra, no he de amaros? Sí, dulcísima Madre
mía, quiero arder en vuestro amor y propongo exhortar a otros a que os amen también”.
San Alfonso María de Ligorio.
4) “Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas,
eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!”. San Bernardo de Claraval.

5) “Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer”.
San Bernardo.

6) “Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo todo la plenitud de la gracia
y todo bien”. San Francisco de Asís.

7) “El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; lo que
ató la virgen Eva por la incredulidad, la virgen María lo desató por la fe”. San Ireneo.

8) “Soy todo tuyo Oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es”. San Luis María Griñón de
Monfort.

9) “A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace devoto de la Virgen María”. San Luis
María Griñón de Monfort.

10) “La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa
contra las asechanzas del demonio”. San Juan Bosco.

11) “Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su
Madre”. Santa Teresa de Jesús.

12) “Con la práctica fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho Madre mía,
visible a todos el camino recto del Cielo”. Santa Teresa de Lisieux.

13) “María, eres la Madre del Universo. ¿Quién no se anima al verte tan tierna, tan
compasiva, a descubrir sus íntimos tormentos? Si es pecador, tus caricias lo enternecen.
Si es tu fiel devoto, tu presencia solamente enciende la llama viva del amor divino”. Santa
Teresa de los Andes.

14) “Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el
corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta
Madre”. San Juan Pablo II.

15) “Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio que se oculta tras la fragilidad de los
miembros del Hijo. Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda raza y cultura”.
San Juan Pablo II.
Hoy que el mundo parece estar lleno de ruido y el silencio es el gran ausente, ¡cuánta
falta nos hace actuar como nuestra madre!, sin buscar el protagonismo y el éxito.
Simplemente desde el silencio amar intensamente y servir a Dios. Tener esa prudencia
que la caracterizó y que de nuestra boca sólo salgan palabras que nos acerquen a Dios
así como lo hizo ella.

María nos habla hoy y nos ha hablado directamente a lo largo de la historia. Sus palabras
han estado llenas de amor y consejo, repitiéndonos una y otra vez los mensajes del
Padre. Nos llama a convertirnos, nos pide que la busquemos, que oremos por el mundo,
por las almas, incluso por las que creemos que no tienen salvación. Ella no se cansa de
demostrar su cuidado y preocupación por cada uno de nosotros en todos los lugares de la
tierra, incluso en culturas donde el cristianismo y el catolicismo son desconocidos o
rechazados. María no olvida, aparece y habla a todos porque todos somos sus hijos.
“Con la práctica fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho Madre mía,
visible a todos los caminos rectos del Cielo.”
(Santa Teresita de Lisieux) Ver original

“Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo toda la plenitud de la gracia y
todo bien.” (San Francisco de Asis)
“Todos nosotros estamos en esta barca de la Iglesia, y aquí nos sentimos seguros a pesar
de nuestros límites y nuestras debilidades. Nos encontramos seguros especialmente
cuando nos ponemos de rodillas y adoramos a Jesús, el único Señor de nuestra vida. A
esto nos llama siempre nuestra Madre, la Virgen.”(Papa Francisco)
“Madre de la misericordia, abre los ojos de tu clemencia y contempla nuestra desolación.
Abre los oídos de tu bondad y oye nuestra súplica. Amorosísima y poderosísima abogada,
demuéstranos que eres en verdad la Madre de la Misericordia.”(San Juan Eudes)
“¿No estoy aqui, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy,
yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”(Sma. Virgen de Guadalupe)
“Yo siento que necesito de toda clase de consuelos y de alivios y en especial de la gracia
de tu Hijo ya que de ninguna manera es suficiente lo que puedo ayudarme a mí mismo.
Pero tú , oh piadosísima Madre mira mi mezquindad y socórreme de muchas maneras, y
en las apreturas reanímame con la abundancia de tus consuelos. Si me viese acosado
por algún apuro o tentación, acudiré pronto y sin dudarlo a ti, porque donde más abunda
la gracia es más pronta la misericordia.” (Kempis – La Imitación de María)

“Honra, reverencia y respeta con especial amor a la sagrada y gloriosa Virgen María,
porque es Madre de nuestro Padre soberano y, por consiguiente, nuestra gran Madre.
Recurramos, pues, a ella, y como hijuelos suyos echémonos en su regazo en todo tiempo
y ocurrencia, con firmisima confianza; invoquemos a esta dulce Madre, imploremos su
amor maternal, procuremos imitar sus virtudes y tengamos un afecto verdaderamente filial
con esta Señora”

(San Francisco de Sales) Ver original

Nos exhorta San Bernardo a recurrir siempre a esta divina Madre, ya que sus súplicas son
siempre escuchadas por su divino Hijo. Acudamos a María, exclama con fervoroso
acento, lo digo sin vacilar…, el Hijo oirá a su Madre. A continuación añade: Hijos míos,
Ella es la escala de los pecadores. Ella mi máxima esperanza, Ella, toda la razón de
confianza del alma mía. La llama escala, porque así como no podemos subir el tercer
escalón sin poner antes el pie en el segundo, de la misma manera nadie llega a Dios sino
es por medio de Jesucristo, y a Jesucristo nadie llega sino por medio de María. Y añade
que es su máxima esperanza y el fundamento de su confianza porque Dios ha dispuesto
que todas las gracias nos pasen por manos de María. Por esto concluye recordándonos
que todas las gracias que queramos obtener, las pidamos por medio de María, porque ella
alcanza todo lo que quiere y sus oraciones jamás serán desatendidas. He aquí sus
textuales palabras: Busquemos la gracia, y busquémosla por medio de María, porque
halla todo lo que busca y jamás pueden ser frustrados sus deseos.(El gran medio de la
oración

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