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TEMA 2.1.1.

TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY DE AGUAS Y REGLAMENTO DEL DOMINIO PÚBLICO


HIDRÁULICO. DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO: AGUAS PÚBLICAS Y PRIVADAS.
UTILIZACIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO: SERVIDUMBRES, USOS
COMUNES Y PRIVATIVOS, CONCESIONES Y AUTORIZACIONES, REGISTRO DE AGUAS
Y RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS COMUNIDADES DE USUARIOS. RECONOCIMIENTO DE
DERECHOS ANTERIORES A 1986. PROTECCIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO:
ZONAS DE SERVIDUMBRE Y DE POLICÍA, APEO Y DESLINDE.

TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY DE AGUAS Y REGLAMENTO DEL DOMINIO PÚBLICO


HIDRÁULICO:
La Ley 29/1985 de Aguas estableció el nuevo régimen jurídico del Dominio Público Hidráulico (DPH)
conforme al sistema establecido por la CE de distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades
Autónomas, delimitadas en el artículo 149 de dicha CE.

Actualmente se encuentra en vigor el RD Legislativo 1/2001 por el que se aprueba el Texto Refundido
de la Ley de Aguas. Texto que ha sufrido varias modificaciones a través de numerosas leyes, la más importante:
Ley 62/2003 de Medidas Fiscales, Administrativas y del Orden Social, por el que se incorpora al derecho
español la Directiva 2000/60/CE por la que se establece un marco comunitario de actuación en al ámbito de la
política de aguas (Directiva Marco del Agua).

Objeto de la Ley (Artículo 1):

Es objeto de esta Ley la regulación del DPH, del uso del agua y del ejercicio de las competencias atribuidas al
Estado en las materias relacionadas con dicho dominio en el marco de las competencias delimitadas en el artículo
149 de la Constitución.
Es también objeto de esta Ley el establecimiento de las normas básicas de protección de las aguas
continentales, costeras y de transición, sin perjuicio de su calificación jurídica y de la legislación específica que les
sea de aplicación.
Las aguas continentales superficiales, así como las subterráneas renovables, integradas todas ellas en el ciclo
hidrológico, constituyen un recurso unitario, subordinado al interés general, que forma parte del dominio público
estatal como DPH.

Corresponde al Estado, en todo caso, y en los términos que se establecen en esta Ley, la planificación
hidrológica a la que deberá someterse toda actuación sobre el DPH.
Las aguas minerales y termales se regularán por su legislación específica, sin perjuicio de la aplicación de lo
dispuesto en el apartado 2.

Desarrollo reglamentario del Texto Refundido de la Ley de Aguas (3 Reglamentos):


a) El Reglamento del Dominio Público Hidráulico (RDPH), aprobado por RD 849/1986 y que desarrolla
los Títulos Preliminar, I, IV, V, VI y VII de la Ley.

b) El Reglamento de la Administración Pública del Agua y de la Planificación Hidrológica,


aprobado por el RD 927/1988 y que desarrolla los Títulos II y III, que continúa siendo de aplicación a
excepción de los artículos 2.2 y 4 y el título II relativo a la planificación hidrológica derogados por el RD
907/2007.

c) El Reglamento de la Planificación Hidrológica, aprobado por RD 907/2007, que sustituye, entre otras y
fundamentalmente, a las disposiciones establecidas en el título II del Reglamento de la Administración Pública
del Agua y de la Planificación Hidrológica.

-1-
DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO: AGUAS PÚBLICAS Y PRIVADAS.

Definición del dominio público hidráulico (art. 2):


Constituyen el DPH del Estado, con las salvedades expresamente establecidas en esta Ley:
1. Las aguas continentales, tanto las superficiales como las subterráneas renovables con independencia del
tiempo de renovación.
2. Los cauces de corrientes naturales, continuas o discontinuas.

3. Los lechos de los lagos y lagunas y los de los embalses superficiales en cauces públicos.
4. Los acuíferos, a los efectos de los actos de disposición o de afección de los recursos hidráulicos.

5. Las aguas procedentes de la desalación de agua de mar.

Asimismo, es conveniente recoger en este apartado las definiciones incluidas en el artículo 40 bis:
Ø Aguas continentales: todas las aguas en la superficie del suelo y todas las aguas subterráneas situadas
hacia tierra desde la línea que sirve de base para medir la anchura de las aguas territoriales.

Ø Aguas superficiales: las aguas continentales, excepto las aguas subterráneas; las aguas de transición y
las aguas costeras, y, en lo que se refiere al estado químico, también las aguas territoriales.

Ø Aguas subterráneas: todas las aguas que se encuentran bajo la superficie del suelo en la zona de
saturación y en contacto directo con el suelo o el subsuelo.

Como hemos visto, las aguas subterráneas se incluyen en el DPH, aunque el RDL 1/2001 reconoce
dos importantes derechos sobre estas aguas subterráneas a favor del titular de la superficie (propietario de
una finca):

a) Aprovechamiento “ex lege” sin necesidad de título administrativo de aguas procedentes de


manantiales situados en su interior y aprovechar en él aguas subterráneas, cuando el volumen total
anual no sobrepase los 7.000 m3 (art. 54.2).

b) Un derecho preferente para el otorgamiento de Autorizaciones de Investigación de aguas


subterráneas y en caso de que la investigación fuera favorable, tramitación para el otorgamiento de
Concesión sin competencia de proyectos (art. 73 y 74).

Por todo ello, el concepto de Aguas Privadas es un concepto residual, que además de los casos ya
expresados, únicamente aparece recogido en el actual Texto Refundido en los art. 10 y 54:

Las charcas situadas en predios de propiedad privada (art. 10):

Las charcas situadas en predios de propiedad privada se considerarán como parte integrante de los mismos
siempre que se destinen al servicio exclusivo de tales predios y sin perjuicio de la aplicación de la legislación
ambiental correspondiente.

Usos privativos por disposición legal (art. 54):


El propietario de una finca puede aprovechar las aguas pluviales que discurran por ella y las estancadas,
dentro de sus linderos, sin más limitaciones que las establecidas en la presente Ley y las que se deriven del respeto
a los derechos de tercero y de la prohibición del abuso del derecho.
En las condiciones que reglamentariamente se establezcan, se podrán utilizar en un predio aguas procedentes
de manantiales situados en su interior y aprovechar en él aguas subterráneas, cuando el volumen total anual no
sobrepase los 7.000 m3. En los acuíferos que hayan sido declarados como sobreexplotados, o en riesgo de estarlo, no
podrán realizarse nuevas obras de las amparadas por este apartado sin la correspondiente autorización.

-2-
Por último, en lo que se refiere exclusivamente a los terrenos incluidos en el DPH, el RDL 1/2001
incluye ciertas salvedades que se encuentran recogidas en los siguientes artículos:

Cauces de dominio privado (art. 5):


Son de dominio privado los cauces por los que ocasionalmente discurran aguas pluviales en tanto atraviesen,
desde su origen, únicamente fincas de dominio particular.
El dominio privado de estos cauces no autoriza para hacer en ellos labores ni construir obras que puedan hacer
variar el curso natural de las aguas o alterar su calidad en perjuicio del interés público o de tercero, o cuya
destrucción por la fuerza de las avenidas pueda ocasionar daños a personas o cosas.

Las zonas inundables (art. 11):


Los terrenos que puedan resultar inundados durante las crecidas no ordinarias de los lagos, lagunas, embalses,
ríos o arroyos, conservarán la calificación jurídica y la titularidad dominical que tuvieren.
Los Organismos de cuenca darán traslado a las Administraciones competentes en materia de ordenación del
territorio y urbanismo de los datos y estudios disponibles sobre avenidas, al objeto de que se tengan en cuenta en
la planificación del suelo y, en particular, en las autorizaciones de usos que se acuerden en las zonas inundables.

El Gobierno, por RD, podrá establecer las limitaciones en el uso de las zonas inundables que estime necesarias
para garantizar la seguridad de las personas y bienes. Los Consejos de Gobierno de las CCAA podrán establecer,
además, normas complementarias de dicha regulación.

El dominio público de los acuíferos (art. 12):

El DP de los acuíferos o formaciones geológicas por las que circulan aguas subterráneas, se entiende sin
perjuicio de que el propietario del fundo pueda realizar cualquier obra que no tenga por finalidad la extracción o
aprovechamiento del agua, ni perturbe su régimen ni deteriore su calidad, con la salvedad prevista en el apartado
2 del artículo 54.

-3-
UTILIZACIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO: SERVIDUMBRES, USOS COMUNES
Y PRIVATIVOS, CONCESIONES Y AUTORIZACIONES, REGISTRO DE AGUAS Y
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS COMUNIDADES DE USUARIOS.

Servidumbres:

En el RDL hace especial referencia a la existencia de otras servidumbres que establecen otras limitaciones
(al margen de la denominada zona de servidumbre que veremos más adelante), sobre los terrenos de propiedad
privada.

Art. 47:
Los predios inferiores están sujetos a recibir las aguas que naturalmente y sin obra del hombre desciendan de
los predios superiores (así como la tierra o piedra que arrastren). Ni el dueño del predio inferior puede hacer obras
que impidan esta servidumbre ni el del superior obras que la agraven.

Si las aguas fueran producto de alumbramiento, sobrantes de otros aprovechamientos o se hubiese alterado de
modo artificial su calidad, el dueño del predio inferior podrá oponerse a su recepción, con derecho a exigir
resarcimiento de daños y perjuicios, de no existir la correspondiente servidumbre.

Los Organismos de Cuenca, con arreglo a lo dispuesto en el Código Civil, podrán imponer
servidumbres (art. 48):

1. Servidumbre forzosa de Acueducto: disponer o evacuar por predios intermedios por interés público o
privado (no edificios, patios, jardines, etc.). Derecho de paso por sus márgenes.

2. Servidumbre de Saca de Agua y Abrevadero: dar paso a personas y ganado con indemnización y
solo por utilidad pública.

3. Servidumbre de Estribo de Presa y de Parada o Partidor: Para tomas o aprovechamiento con


establecimiento de presas, previa indemnización.

4. Servidumbre de Paso: cuando se trate de garantizar el acceso o facilitar el mismo a zona de dominio
público de los cauces, para usos determinados, incluyendo los deportivos y recreativos.
5. Zona de Servidumbre: Por Ley de Aguas, zona de 5 m en márgenes para uso público: Vigilancia,
Pesca, Salvamento, Varado y Amarre (ocasional).

6. Y en general, cuantas servidumbres estén previstas en el Código Civil.

El expediente de constitución de servidumbre deberá reducir, en lo posible, el gravamen que la misma


implique sobre el predio sirviente. La variación de las circunstancias que dieron origen a la constitución de una
servidumbre dará lugar, a instancia de parte, al correspondiente expediente de revisión, que seguirá los mismos
trámites reglamentarios que los previstos en el de constitución.
El beneficiario de una servidumbre forzosa deberá indemnizar los daños y perjuicios ocasionados al predio
sirviente de conformidad con la legislación vigente.
Finalmente, el RDL 1/2001 establece que en toda acequia o acueducto, el cauce, los cajeros y las márgenes
serán considerados como parte integrante de la heredad o edificio a que vayan destinadas las aguas o, en caso de
evacuación, de los que procedieran.

-4-
Usos Comunes y Privativos:
Tal y como se recoge en el RDL 1/2001 y en el Reglamento del DPH, se pueden distinguir los siguientes usos
comunes y privativos del DPH:
a) Usos comunes sin autorización o necesidad de declaración previa (art.50), para el uso de las
aguas superficiales, mientras discurren por sus cauces naturales:
• Beber

• Bañar
• Otros usos domésticos
• Así como para abrevar el ganado.
Estos usos comunes habrán de llevarse a cabo de forma que no se produzca una alteración de la calidad y
caudal de las aguas. Cuando se trate de aguas que circulen por cauces artificiales, tendrán, además, las
limitaciones derivadas de la protección del acueducto. En ningún caso, las aguas podrán ser desviadas de
sus cauces o lechos, debiendo respetarse el régimen normal de aprovechamiento.

La Ley no ampara el abuso del derecho en la utilización de las aguas ni el desperdicio o mal uso de las
mismas, cualquiera que fuese el título que se alegare.

b) Usos comunes especiales sujetos a declaración responsable (art.51), (dada su peligrosidad o


intensidad):

• La navegación y flotación

• El establecimiento de barcas de paso y sus embarcaderos.


• Cualquier otro uso, no incluido en el apartado a), que no excluya la utilización del recurso por
terceros. A modo de ejemplo los art. 70 y 71 del Reglamento hace mención expresa a la utilización de
pastos en el DPH o la utilización de embalses o tramos de río por hidroaviones.
La declaración responsable (art. 3.9 Ley 17/2009) deberá presentarse con un periodo mínimo de antelación
de 15 días, para que pueda comprobarse la compatibilidad de dichos usos con los fines del DPH.

Una declaración responsable es el documento suscrito por la persona titular de una actividad empresarial o
profesional en el que declara, bajo su responsabilidad, que cumple con los requisitos establecidos en la
normativa vigente, que dispone de la documentación que así lo acredita y que se compromete a mantener
su cumplimiento durante la vigencia de la actividad.
c) Usos comunes especiales que por su especial afección del DPH puedan dificultar la
utilización del recurso por terceros. En estos casos particulares del Reglamento se exige una
Autorización Administrativa. Los art. 72 a 77 se refieren expresamente a:
• Establecimiento de puentes o pasarelas, embarcaderos e instalaciones para baños públicos.

• Corta de árboles en terrenos de DPH.

• Aprovechamientos ex lege inferiores a 7.000 m3 en acuíferos sobreexplotados.


• Cesión con carácter temporal de derechos al uso privativo de las aguas.

• Modificación de las características de una Concesión.

• Autorizaciones para investigación de aguas subterráneas. El plazo de la Autorización no


podrá exceder de 2 años. Si la investigación fuera favorable, el interesado deberá, en un plazo de 6
meses, formalizar la petición de concesión, que se tramitará sin competencia de proyectos.
• Aprovechamiento de los cauces o bienes situados en ellos, siempre y cuando no se trate de un
uso privativo, ya que en ese caso estaríamos ante una Concesión.
o Las autorizaciones para siembras y plantaciones se otorgarán por un plazo máximo igual al del
ciclo vegetativo de la especie correspondiente.

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o Las autorizaciones para establecimientos de baños o zonas recreativas y deportivas en los cauces
públicos o sus zonas de policía. El plazo de estas autorizaciones será como máximo de 25 años.
o Las extracciones de áridos en terrenos de DP que no pretendan el uso exclusivo de un tramo. El
plazo por el que se otorguen estas autorizaciones será proporcionado al volumen de la extracción,
sin que pueda exceder de 1 año, pudiendo ser prorrogado por otro año previa petición justificada.

o La autorización para derivaciones de agua de carácter temporal que no pretendan un derecho al


uso privativo de ella. En el caso de que la solicitud se estime compatible con las previsiones del
Plan, se concederá sin más trámites la autorización, que no podrá otorgarse por un plazo superior
a 2 años, en la que se hará constar que se concede a precario, pudiendo quedar revocada si el
organismo de cuenca lo cree conveniente para una mejor gestión del DPH.

• Autorizaciones de vertido, que tendrán un plazo máximo de vigencia de 5 años,


renovables sucesivamente, siempre que cumplan las normas de calidad y objetivos ambientales
exigibles en cada momento.

d) Usos privativos (sean o no consuntivos) que solo se adquieren por disposición legal (como ya hemos
visto que queda recogido en el art. 54) o por concesión administrativa.

No podrá adquirirse por prescripción el derecho al uso privativo del DPH.


En cualquier caso, la Ley no ampara el abuso del derecho en la utilización de las aguas ni el desperdicio o
mal uso de las mismas, cualquiera que fuese el título que se alegare.

Por otra parte, respecto al Uso privativo de las aguas, cualquiera que sea el título de su adquisición, el
RDL 1/2001 establece que el derecho al mismo se extingue (art.53):
a) Por Término del plazo de su concesión.

b) Por Caducidad de la concesión.

c) Por Expropiación Forzosa.


d) Por Renuncia expresa del concesionario.

Igualmente, el RDL establece en referencia a las facultades del Organismo de Cuenca en relación con
el aprovechamiento y control de los caudales concedidos (art. 55), que el Organismo de Cuenca, cuando
así lo exija la disponibilidad del recurso, podrá fijar el régimen de explotación de los embalses establecidos en los
ríos y de los acuíferos subterráneos, régimen al que habrá de adaptarse la utilización coordinada de los
aprovechamientos existentes. Igualmente, podrá fijar el régimen de explotación conjunta de las aguas superficiales
y de los acuíferos subterráneos.

No obstante, con carácter temporal, podrá también condicionar o limitar el uso del DPH para garantizar
su explotación racional. Cuando por ello se ocasione una modificación de caudales que genere perjuicios a unos
aprovechamientos en favor de otros, los titulares beneficiados deberán satisfacer la oportuna indemnización,
correspondiendo al organismo de cuenca, en defecto de acuerdo entre las partes, la determinación de su cuantía.
Cuando existan caudales reservados o comprendidos en algún plan del Estado que no sean objeto de
aprovechamiento inmediato, podrán otorgarse concesiones a precario que no consolidarán derecho alguno ni darán
lugar a indemnización si el organismo de cuenca reduce los caudales o revoca las autorizaciones.

En lo que respecta a las Masas de agua subterránea en riesgo de no alcanzar el buen estado
cuantitativo o químico (art. 56), el RDL 1/2001 expresa que la Junta de Gobierno, sin necesidad de
consulta al Consejo del Agua, podrá declarar que una masa de agua subterránea está en riesgo de no alcanzar
un buen estado cuantitativo o químico. En este caso, se llevarán a cabo las siguientes medidas:
a. En el plazo de 6 meses, el Organismo de cuenca constituirá una comunidad de usuarios si no la hubiere, o
encomendará sus funciones con carácter temporal a una entidad representativa de los intereses
concurrentes.

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b. Previa consulta con la comunidad de usuarios, la Junta de Gobierno aprobará en el plazo máximo
de 1 año, desde que haya tenido lugar la declaración, un programa de actuación para la
recuperación del buen estado de la masa de agua, que se incluirá en el programa de medidas a que
hace referencia el art. 92 quáter. Hasta la aprobación del programa de actuación, se podrá adoptar las
limitaciones de extracción, así como las medidas de protección de la calidad del agua subterránea que sean
necesarias como medida cautelar.

Sobre los Aprovechamientos mineros, el RDL establece que los titulares de los aprovechamientos mineros
previstos en la legislación de minas podrán utilizar las aguas que capten con motivo de las explotaciones,
dedicándolas a finalidades exclusivamente mineras. A estos efectos, deberán solicitar la correspondiente
concesión, tramitada conforme a lo previsto en esta Ley. Si existieran aguas sobrantes, el titular del
aprovechamiento minero las pondrá a disposición del organismo de cuenca, que determinará el destino de las
mismas olas condiciones en que deba realizarse el desagüe, atendiendo especialmente a su calidad.
Y, por último, respecto a posibles Situaciones excepcionales, tales como sequías extraordinarias,
sobreexplotación grave de acuíferos, o en similares estados de necesidad, urgencia o concurrencia de situaciones
anómalas o excepcionales, el Gobierno, mediante Decreto acordado en Consejo de Ministros, oído el
organismo de cuenca, podrá adoptar, para la superación de dichas situaciones, las medidas que sean precisas en
relación con la utilización del DPH, aun cuando hubiese sido objeto de concesión. La aprobación de dichas
medidas llevará implícita la declaración de utilidad pública de las obras, sondeos y estudios necesarios para
desarrollarlos, a efectos de la ocupación temporal y expropiación forzosa de bienes y derechos, así como la de
urgente necesidad de la ocupación.

Concesiones (art.59):

En lo que se refiere a la Concesión de Aguas en general, el RDL 1/2001 señala en primer lugar que todo
uso privativo de las aguas no incluido en el art. 54 (por disposición legal) requiere Concesión administrativa.

Las concesiones se otorgarán teniendo en cuenta la explotación racional conjunta de los recursos
superficiales y subterráneos, sin que el título concesional garantice la disponibilidad de los caudales
concedidos.

Si para la realización de las obras de una nueva concesión, fuese necesario modificar la toma o captación de
otra u otras preexistentes, el organismo de cuenca podrá imponer, o proponer en su caso, la modificación, siendo
los gastos y perjuicios que se ocasionen a cargo del peticionario.
Toda concesión se otorgará según las previsiones de los Planes Hidrológicos, con carácter temporal
y plazo no superior a 75 años. No obstante, los órganos de la Administración Central o de las CC. AA. podrán
acceder a la utilización de las aguas previa Autorización especial, sin perjuicio de terceros.
Excepcionalmente, cuando para la normal utilización de una concesión fuese absolutamente necesaria la
realización de determinadas obras, cuyo coste no pueda ser amortizado dentro del tiempo que falta por transcurrir
hasta el final del plazo de la concesión, éste podrá prorrogarse por el tiempo preciso para que las obras puedan
amortizarse, con un límite máximo de 10 años y por una sola vez, siempre que dichas obras no se opongan
al Plan Hidrológico correspondiente y se acrediten por el concesionario los perjuicios que se le irrogarían en caso
contrario.
Los caudales ecológicos o demandas ambientales, entendiendo como tales (según se establece en el art.
42) los que mantienen como mínimo la vida piscícola que de manera habitual habitaría o pudiera habitar en el río,
así como su vegetación de ribera, no tendrán el carácter de uso, debiendo considerarse como una restricción
que se impone con carácter general a los sistemas de explotación. En todo caso, se aplicará también a los caudales
medioambientales la regla sobre supremacía del uso para abastecimiento de poblaciones que veremos a
continuación.

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Art. 60:

En las concesiones se observará, a efectos de su otorgamiento, el Orden de preferencia u orden de


prelación de usos que se establezca en el Plan Hidrológico de la Cuenca correspondiente. Toda
concesión está sujeta a expropiación forzosa a favor de otro aprovechamiento que le preceda según este orden
de preferencia.

No obstante, a falta de dicho orden de preferencia por no establecerse el mismo en el PHC, regirá el
siguiente:
1. Abastecimiento de población, incluyendo en su dotación la necesaria para industrias de poco consumo de
agua situadas en los núcleos de población y conectadas a la red municipal.
2. Regadíos y usos agrarios.
3. Usos industriales para producción de energía eléctrica.

4. Otros usos industriales no incluidos en los apartados anteriores.

5. Acuicultura.
6. Usos recreativos.

7. Navegación y transporte acuático.

8. Otros aprovechamientos.

En todo caso, en el orden de prioridades que los Planes Hidrológicos establezcan, se respetará la
supremacía del uso 1 (abastecimiento de población).

Dentro de cada clase, en caso de incompatibilidad de usos, serán preferidas aquellas de mayor utilidad
pública o general, o aquellas que introduzcan mejoras técnicas que redunden en menor consumo o
en el mantenimiento o mejora de su calidad.
El RDL recoge en su art. 61 y siguientes toda una serie de Condiciones Generales de las Concesiones,
entre las que caben destacar:

El agua que se conceda quedará adscrita a los usos indicados en el título, sin que pueda ser que pueda ser
aplicada a otros distintos, ni a terrenos diferentes si se tratase de riegos, con la excepción de lo previsto en el art.
67 (cesión de derechos de uso previa autorización administrativa con carácter temporal a otro concesionario
de igual o mayor rango según el orden de preferencia establecido en el PHC).

No obstante, la Administración concedente podrá imponer la sustitución de la totalidad o de parte de los


caudales concesionales por otros de distinto origen, con el fin de racionalizar el aprovechamiento del recurso. La
Administración responderá únicamente de los gastos inherentes a la obra de sustitución, pudiendo repercutir estos
gastos sobre los beneficiarios.

Cuando el destino de las aguas fuese el riego, el titular de la concesión deberá serlo también de las tierras a las
que el agua vaya destinada, sin perjuicio de las concesiones otorgadas a las comunidades de usuarios o el caso de
concesiones para riego en régimen de servicio público.

El Organismo de Cuenca podrá otorgar concesiones colectivas para riego a una pluralidad de titulares de
tierras que se integren mediante convenio en una agrupación de regantes, de acuerdo con lo dispuesto en el
apartado 5 del art. 81. En este supuesto, el otorgamiento del nuevo título concesional llevará implícita la
caducidad de las concesiones para riego preexistentes de las que sean titulares los miembros de la agrupación de
regantes en las superficies objeto del convenio.

-8-
En lo referente a la Modificación de las características, Revisión o Caducidad de las concesiones, el RDL
establece que:
A) Modificación de las características de la concesión. (art. 64). En todo caso requerirá previa
autorización administrativa del mismo órgano otorgante.

B) Revisión de las concesiones. (art. 65). Las concesiones podrán ser revisadas:
1. Cuando de forma comprobada se hayan modificado los supuestos determinantes de su otorgamiento.

2. En casos de fuerza mayor, a petición del concesionario.


3. Cuando lo exija su adecuación a los Planes Hidrológicos (solo en este caso, el concesionario
perjudicado tendrá derecho a indemnización, de conformidad con lo dispuesto en la legislación general
de expropiación forzosa).

Asimismo, las concesiones para el abastecimiento de poblaciones y regadíos podrán revisarse en los
supuestos en los que se acredite que el objeto de la concesión puede cumplirse con una menor dotación o
una mejora de la técnica de utilización del recurso, que contribuya a un ahorro del mismo. Si existe
modificación de las condiciones concesionales, en este caso, el concesionario no tiene derecho a
compensación económica.

C) Caducidad de las concesiones. (art. 66). Las concesiones podrán declararse caducadas por
incumplimiento de cualquiera de condiciones esenciales o plazos en ella previstos. Asimismo, el derecho al
uso privativo de las aguas, cualquiera que sea el título de su adquisición, podrá declararse caducado por
la interrupción permanente de la explotación durante 3 años consecutivos siempre que aquélla
sea imputable al titular.
Por último, el RDL 1/2001 establece (art. 43) la posibilidad de que en los Planes Hidrológicos de Cuenca
se puedan establecer reservas, de agua y de terrenos, necesarias para las actuaciones y obras
previstas. Estas previsiones deberán ser respetadas en los diferentes instrumentos de Ordenación urbanística del
territorio. Esta reserva demanial constituye una técnica que impide el aprovechamiento por los particulares de
determinados bienes demaniales todavía no concedidos, mediante la reserva demanial (debe estar prevista en
Norma con rango de Ley).

Autorizaciones (Pág. 4 y 5.)

Declaración responsable: (art. 51). (Pág. 4.)

Procedimiento para el otorgamiento de concesiones y autorizaciones:

La duración de las concesiones y autorizaciones, los supuestos y requisitos para su declaración de utilidad
pública, así como el procedimiento para su tramitación están establecidos en el Reglamento del DPH.
En cualquier caso, el procedimiento ordinario de otorgamiento de concesiones se ajustará a los principios de
publicidad y tramitación en competencia, prefiriéndose, en igualdad de condiciones, aquellos que
proyecten la más racional utilización del agua y una mejor protección de su entorno. El principio
de competencia podrá eliminarse cuando se trate de abastecimiento de agua a poblaciones.
No obstante, para las concesiones de escasa importancia por su cuantía, incluidas las destinadas a
aprovechamientos hidroeléctricos de pequeña potencia, se establecerán reglamentariamente procedimientos
simplificados acordes con sus características.
En el caso de concesiones y autorizaciones en materia de regadíos u otros usos agrarios, será preceptivo un
informe de la correspondiente Comunidad Autónoma y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en
relación con las materias propias de su competencia, y en especial, respecto a su posible afección a los planes de
actuación existentes.

-9-
Registro de Aguas (art. 80):

Conforme al RDL 1/2001, los Organismos de cuenca son los encargados de llevar un Registro de Aguas en el
que se inscribirán de oficio las concesiones de agua, así como los cambios autorizados que se produzcan en su
titularidad o en sus características.
La inscripción en el Registro de Aguas, constituye medio de prueba y situación de la existencia del derecho,
pudiendo solicitarse del Organismo de cuenca las oportunas certificaciones sobre su contenido.

Los titulares de concesiones de aguas inscritas en el Registro correspondiente podrán interesar la intervención
del Organismo de cuenca competente en defensa de sus derechos, de acuerdo con el contenido de la concesión y de
lo establecido en la legislación en materia de aguas.
Asimismo, la DT 4ª establece el régimen de inscripción para los aprovechamientos de aguas calificadas como
privadas por la Ley de Aguas de 1879. Así, los Organismos de Cuenca llevarán un Catálogo de
Aprovechamiento de Aguas Privadas, en el que se inscribirán los que, siendo privados al amparo de la
legislación anterior, se mantengan con esa naturaleza. Señalar en este sentido que los titulares de aguas privadas
inscritas en este Catálogo no podrán gozar de la protección administrativa que se deriva del Registro de Aguas.

Se introdujo una nueva DT 10ª cuyo objeto es establecer el mecanismo para la inscripción en el Registro de
Aguas de aprovechamientos de aguas inscritos en el Catálogo de Aguas Privadas, y las condiciones para el
otorgamiento de la correspondiente concesión, entre las que cabe destacar:

• Se otorgará sin procedimiento de competencia de proyectos.

• Se exigirá informe de compatibilidad con el Plan Hidrológico.


• El término de la concesión será el 31 de diciembre de 2035, (50 años desde la entrada en vigor en 1985 de
la Ley de Aguas) teniendo preferencia en ese momento para obtener una nueva concesión.

• Cuando la solicitud de concesión se refiera a masas de agua subterránea declaradas en riesgo de no


alcanzar un buen estado, no se podrá instar la transformación del derecho hasta tanto no exista un
Programa de Actuación aprobado.

Régimen Jurídico de las Comunidades de Usuarios:

El RDL 1/2001 obliga a los beneficiarios del agua u otros bienes de Dominio Público Hidráulico de una misma
toma o concesión a constituirse en Comunidades de Usuarios. Señalar que estas Comunidades de Usuarios, cuando
el destino dado a las aguas fuese principalmente el riego, se denominarán Comunidades de Regantes; en otro caso,
las comunidades recibirán el calificativo que caracterice el destino del aprovechamiento colectivo
aprovechamiento colectivo (Comunidades de usuarios de unidades hidrogeológicas y de acuíferos,
Comunidades de aprovechamiento conjunto de aguas superficiales y subterráneas, Comunidades de
usuarios de vertidos, etc.), (Art. 81).

Asimismo, los usuarios de una misma Unidad Hidrogeológica o de un mismo acuífero estarán obligados, a
requerimiento del O.C., a constituir una Comunidad de Usuarios. En los acuíferos declarados sobreexplotados
o en riesgo, será obligatoria su constitución (transcurridos 6 meses, el O.C. lo hará de Oficio). (art. 87).
En lo referente a la propia naturaleza y el régimen jurídico de estas Comunidades de Usuarios, el RDL 1/2001
expresa en su art. 82 que:

Las comunidades de usuarios tienen el carácter de corporaciones de derecho público, adscritas al


Organismo de Cuenca, que velará por el cumplimiento de sus estatutos u ordenanzas y por el buen orden del
aprovechamiento. Actuarán conforme a los procedimientos establecidos en la presente Ley, en sus reglamentos y
en sus estatutos y ordenanzas, de acuerdo con lo previsto en la Ley 30/1992 de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

NOTA: Corporaciones de derecho público (Def.): figura jurídica que se aplica a algunas entidades autónomas
que representan los intereses de ciertos sectores sociales ante los Poderes Públicos y desempeñan funciones
públicas de ordenación de dicho sector.

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La redacción, aprobación y contenido de los estatutos y ordenanzas de las Comunidades de Usuarios se recoge
en los art. 81 y 82, estableciéndose que:
a) Los estatutos u ordenanzas se redactarán y aprobarán por los propios usuarios, y deberán ser sometidos,
para su aprobación administrativa, al Organismo de Cuenca.
b) Están obligadas a realizar obras que la Administración les ordene para evitar el mal uso o deterioro del
DPH.

(Ver todas en Tema original).

RECONOCIMIENTO DE DERECHOS ANTERIORES A 1986.

La Ley 29/1985 de Aguas entró en vigor el día 1 de enero de 1986, derogando legislación diversa sobre la
materia, y en particular, la vigente hasta la fecha Ley de Aguas de 1879.

DT 1ª. Titulares de derechos sobre aguas públicas derivados de la Ley de 13 de junio de 1879:

Los titulares de derechos sobre aprovechamientos de aguas públicas obtenidos por concesión administrativa o
por prescripción acreditada, así como las autorizaciones de ocupación o utilización del DPH, seguirán disfrutando
de sus derechos de acuerdo con sus títulos administrativos.
El plazo por el que se prolongará el derecho será de un máximo de 75 años (de no fijarse en su título otro
menor) contados desde la entrada en vigor la Ley 29/1985.

DT 2ª. Titulares de derechos sobre aguas privadas procedentes de manantiales, derivados de la Ley
de Aguas de 1879:
Los titulares de derechos sobre estas aguas privadas procedentes de manantiales que vinieran utilizándose en
todo o en parte y hubieran obtenido su inclusión en el Registro de Aguas como aprovechamiento temporal de
aguas privadas, les será respetado dicho régimen por un plazo máximo de 50 años a contar desde el 1 de enero
de 1986.

Quienes al término de dicho plazo de 50 años se encontraran utilizando los caudales en virtud de título
legítimo, tendrán derecho preferente para la obtención de la correspondiente concesión administrativa.

Por el contrario, si los interesados no hubiesen acreditado sus derechos conforme a lo anterior, mantendrán
su titularidad en la misma forma que hasta ahora, pero no podrán gozar de la protección administrativa que se
deriva de la inscripción en el Registro de Aguas.
En cualquiera de los dos casos (acreditación o no de los derechos), el incremento de los caudales totales
utilizados, así como la modificación de las condiciones o régimen del aprovechamiento, requerirán la oportuna
concesión que ampare la totalidad de la explotación.

DT 3ª. Titulares de derechos sobre aguas privadas procedentes de pozos o galerías, derivados de la
Ley de Aguas de 1879:

Los aprovechamientos temporales de aguas privadas procedentes de pozos o galerías, inscritos en el Registro
de Aguas conforme a la DT 3ª de la Ley 29/1985, serán respetados por la Administración, durante un plazo de
50 años desde el 1 de enero de 1986, en lo que se refiere al régimen de explotación de los caudales y derecho
preferente para la obtención de la correspondiente concesión administrativa.
Por el contrario, si los interesados no hubiesen acreditado sus derechos conforme a lo anterior, mantendrán
su titularidad en la misma forma que hasta ahora, pero no podrán gozar de la protección administrativa que se
deriva de la inscripción en el Registro de Aguas.
En cualquiera de los dos casos (acreditación o no de los derechos), el incremento de los caudales totales
utilizados, así como la modificación de las condiciones o régimen del aprovechamiento, requerirán la oportuna
concesión que ampare la totalidad de la explotación.

- 11 -
DT 3ª bis. Disposiciones comunes a la aplicación del apartado tercero de las DT 2ª y 3ª:
A los efectos de aplicación del apartado tercero de las disposiciones transitoria segunda y tercera, se
considerará modificación de las condiciones o del régimen de aprovechamiento, entre otras, las actuaciones que
supongan la variación de la profundidad, diámetro o localización del pozo, así como cualquier cambio en el uso,
ubicación o variación de superficie sobre la que se aplica el recurso en el caso de aprovechamientos de regadío.
La concesión a que hacen referencia las disposiciones transitorias segunda y tercera en sus apartados terceros
se otorgará, a instancia de parte, sin procedimiento de competencia de proyectos, exigirá el informe de
compatibilidad con el Plan Hidrológico y el de la Administración competente en función del uso a que se destine,
se someterá a información pública y en caso de existir Comunidad de Usuarios, se solicitará informe a la misma.
El otorgamiento de la concesión comportará la extinción simultánea del derecho sobre aguas privadas
reconocido hasta ese momento.

PROTECCIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO: ZONAS DE SERVIDUMBRE Y DE


POLICÍA, APEO Y DESLINDE.

(Definición de DPH y de los bienes que lo constituyen, ver pág. 1).

El RDL 1/2001 y su RDPH definen una serie de conceptos importantes:


v Álveo o Cauce natural de una corriente continua o discontinua: es el terreno cubierto por las
aguas en las máximas crecidas ordinarias.

El RD 638/2016 ha introducido una nueva concepción para la determinación de este caudal de la máxima
crecida ordinaria y establece que:
En los tramos de cauce donde exista información hidrológica suficiente, se considerará caudal de la
máxima crecida ordinaria la media de los máximos caudales instantáneos anuales en su régimen natural,
calculada a partir de las series de datos existentes y seleccionando un período que incluirá el máximo
número de años posible y será superior a 10 años consecutivos.

En los tramos de cauce en los que no haya información hidrológica suficiente para aplicar el párrafo
anterior, el caudal de la máxima crecida ordinaria se establecerá a partir de métodos hidrológicos e
hidráulicos alternativos, y, en especial, a partir de la simulación hidrológica e hidráulica de la
determinación del álveo o cauce natural y teniendo en cuenta el comportamiento hidráulico de la
corriente, las características geomorfológicas, ecológicas y referencias históricas disponibles.
v Riberas: las fajas laterales de los cauces públicos situadas por encima del nivel de aguas bajas. (y por
tanto incluidas en el cauce y de DPH).

v Lecho o fondo de lagos y lagunas: terreno que ocupan sus aguas en las épocas en que se alcanza su
mayor nivel ordinario.

v Lecho o fondo de un embalse superficial: terreno cubierto por las aguas cuando éstas alcanzan su
mayor nivel a consecuencia de las máximas crecidas ordinarias de los ríos que lo alimentan.

v Acuífero: una o más capas subterráneas de roca o de otros estratos geológicos que tienen la suficiente
porosidad y permeabilidad para permitir ya sea un flujo significativo de aguas subterráneas o la extracción
de cantidades significativas de aguas subterráneas.

v Márgenes: los terrenos que lindan con los cauces. Están sujetas en toda su extensión longitudinal:

1. A una Zona de Servidumbre de 5 m para uso público, cuya regulación veremos a continuación.
2. A una Zona de Policía de 100 m en la que se condicionará el uso del suelo y las actividades que
en él se desarrollen.

- 12 -
Señalar que, en las zonas próximas a la desembocadura en el mar, en el entorno inmediato de los embalses o
cuando las condiciones topográficas o hidrográficas de los cauces y márgenes lo hagan necesario para la seguridad
de personas y bienes, podrá modificarse la anchura de ambas zonas en la forma que reglamentariamente se
determine.

Asimismo, el art. 96 del RDL1/2001 establece que, en todo caso, las márgenes de lagos, lagunas y embalses
quedarán sujetas a las zonas de servidumbres y policía fijadas para las corrientes de agua, e incluso, alrededor de
los embalses superficiales, el Organismo de Cuenca podrá prever en sus proyectos las zonas de servicio necesarias
para su explotación.

- 13 -
Protección del Dominio Público Hidráulico:
En lo referente a la utilización del DPH, a lo largo del tema ya hemos visto cuales son los usos
permitidos y sus características.
El régimen jurídico de los bienes del DPH se caracteriza, además del régimen de usos señalados, por la
protección exorbitante de los mismos frente a los que ofrece el Derecho Común para los bienes patrimoniales:

A. Inalienabilidad, inembargabilidad, imprescriptibilidad. (Art. 132.1 CE).

1. Inalienabilidad: carácter extracontractual del demanio, del que no se puede disponer mientras esté
afectado a un fin de utilidad pública (ni por Ley se puede vender un bien dominio público). Cualquier
Acto contrario a este Principio es Nulo de Pleno Derecho.

2. Inembargabilidad: prohibición de dar los bienes demaniales en garantía hipotecaria.


3. Imprescriptibilidad: los bienes de dominio público no pierden esa condición, ni la Administración su
titularidad. Tampoco pueden adquirirse por prescripción servidumbres sobre los bienes de D.P., ni
cualesquiera otros derechos de aprovechamiento. La propia acción de reclamación sobre particulares
también es imprescriptible.

B. Recuperación Posesoria de Oficio:

La potestad de la Administración de recuperar por sí la posesión indebidamente perdida sobre sus bienes o
derechos es la facultad que se denomina de Reintegro Posesivo:

• Bienes Patrimoniales: antes de 1 año (después acudir a los Tribunales Civiles)


o Control Jurisdiccional del Acto: Tribunal Administrativo

o Decisión final de la Naturaleza y Titularidad: Tribunal Civil


• Bienes de Dominio Público: en cualquier tiempo

C. Potestad Sancionadora:

Las infracciones se califican de leves, menos graves, graves, o muy graves, atendiendo a su
repercusión en el orden y aprovechamiento del DPH, a su trascendencia por lo que respecta a la seguridad
de las personas y bienes y a las circunstancias del responsable, su grado de malicia, participación y
beneficio obtenido, así como al deterioro producido en la calidad del recurso (art. 315 – 317 RDPH),
pudiendo ser sancionadas con las siguientes multas:
ü Infracciones leves, multa de hasta 10.000,00 €.
ü Infracciones menos graves, multa de 10.000,01 a 50.000,00 €.

ü Infracciones graves, multa de 50.000,01 a 500.000,00 €.


ü Infracciones muy graves, multa de 500.000,01 a 1.000.000,00 €.
Con independencia de las sanciones que les sean impuestas, los infractores deberán reponer las cosas a su
estado anterior y, cuando no fuera posible, indemnizar los daños y perjuicios ocasionados al DPH.
La acción para sancionar las infracciones previstas en el RDL y en el Reglamento prescribirá en los plazos
establecidos en el art. 132 de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. La obligación de reponer las cosas a su estado primitivo o
de reparar los daños causados al DPH prescribirá a los 15 años.

Para la valoración del daño en el DPH y las obras hidráulicas se ponderará su valor económico. En el caso
de daños en la calidad del agua, se tendrá en cuenta el coste del tratamiento que hubiera sido necesario
para evitar la contaminación causada por el vertido y la peligrosidad del mismo.

La sanción de las infracciones leves y menos graves corresponderá al Organismo de Cuenca. Será
competencia del Ministro de Medio Ambiente la sanción de las infracciones graves y quedará reservada al
Consejo de Ministros la imposición de multas por infracciones muy graves.

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D. Facultad de deslinde (En próximos apartados).

Protección de la Zona de Servidumbre:


La zona de servidumbre (5 m) para uso público definida antes, tendrá los fines siguientes:

Ø Protección del ecosistema fluvial y del dominio público hidráulico.

Ø Paso público peatonal y para el desarrollo de los servicios de vigilancia, conservación y salvamento, salvo
que por razones ambientales o de seguridad el organismo de cuenca considere conveniente su limitación.

Ø Varado y amarre de embarcaciones de forma ocasional y en caso de necesidad.

Los propietarios de estas zonas de servidumbre podrán libremente sembrar y plantar especies no
arbóreas, siempre que no deterioren el ecosistema fluvial o impidan el paso señalado en el apartado anterior. Las
talas o plantaciones de especies arbóreas requerirán autorización del organismo de cuenca.
Con carácter general no se podrá realizar ningún tipo de construcción en esta zona salvo que resulte
conveniente o necesaria para el uso del dominio público hidráulico o para su conservación y restauración. Solo
podrán autorizarse edificaciones en zona de servidumbre en casos muy justificados.
Por razones topográficas, hidrográficas, o si lo exigieran las características de la concesión de un
aprovechamiento hidráulico, podrá modificarse la zona de servidumbre. La modificación se hará por causas
justificadas de exigencia del uso público, previa la tramitación de un expediente en el que se oirá al propietario del
terreno y, en su caso, al titular de la concesión, determinándose la correspondiente indemnización de acuerdo con
la legislación de expropiación forzosa, si procediera.

Protección de la Zona de Policía:

En la zona de policía de 100 m de anchura medidos horizontalmente a partir del cauce, quedan sometidos
a lo dispuesto en este Reglamento las siguientes actividades y usos del suelo:
Ø Las alteraciones sustanciales del relieve natural del terreno.

Ø Las extracciones de áridos.


Ø Las construcciones de todo tipo, tengan carácter definitivo o provisional.

Ø Cualquier otro uso o actividad que suponga un obstáculo para la corriente en régimen de avenidas o que
pueda ser causa de degradación o deterioro del estado de la masa de agua, del ecosistema, y en general,
del dominio público hidráulico.
Para un mayor detalle de las actividades en la Zona de Policía ver art.78 a 82 del Reglamento.
Sin perjuicio de la modificación de los límites de la zona de policía cuando concurra alguna de las
causas señaladas en el art. 6.2 del TR de la Ley de Aguas (zonas próximas a la desembocadura del mar,
entorno inmediato de embalses o por necesidad de seguridad de personas y bienes), la zona de policía podrá
ampliarse, si ello fuese necesario, para incluir la zona o zonas donde se concentra preferentemente
el flujo, al objeto específico de proteger el régimen de corrientes en avenidas, y reducir el riesgo de
producción de daños en personas y bienes. En estas zonas o vías de flujo preferente sólo podrán ser
autorizadas aquellas actividades no vulnerables frente a las avenidas y que no supongan una reducción
significativa de la capacidad de desagüe de dicha vía, en los términos previsto en los art. 9 bis, 9 ter y 9 quáter del
RDPH (último párrafo introducido por el RD 638/2016).

La zona de flujo preferente es aquella zona constituida por la unión de la zona o zonas donde se concentra
preferentemente el flujo durante las avenidas, o vía de intenso desagüe, y de la zona donde, para la avenida de 100
años de periodo de retorno, se puedan producir graves daños sobre las personas y los bienes, quedando delimitado
su límite exterior mediante la envolvente de ambas zonas.

- 15 -
A los efectos de la aplicación de la definición anterior, se considerará que pueden producirse graves daños
sobre las personas y los bienes cuando las condiciones hidráulicas durante la avenida satisfagan uno o más de los
siguientes criterios:

a) Que el calado sea superior a 1 m.


b) Que la velocidad sea superior a 1 m/s.

c) Que el producto de ambas variables sea superior a 0,5 m2/s.

Se entiende por vía de intenso desagüe la zona por la que pasaría la avenida de 100 años de periodo de
retorno sin producir una sobreelevación mayor que 0,3 m, respecto a la cota de la lámina de agua que se
produciría con esa misma avenida considerando toda la llanura de inundación existente. La sobreelevación anterior
podrá, a criterio del organismo de cuenca, reducirse hasta 0,1 m cuando el incremento de la inundación pueda
producir graves perjuicios o aumentarse hasta 0,5 m en zonas rurales o cuando el incremento de la inundación
produzca daños reducidos.

La modificación de los límites de la zona de policía, cuando concurra alguna de las causas señaladas
anteriormente, solo podrá ser promovida por la Administración General del Estado, autonómica o local. La
competencia para acordar la modificación corresponderá al organismo de cuenca.

La ejecución de cualquier obra o trabajo en la zona de policía de cauces precisará autorización


administrativa previa del Organismo de Cuenca.

Por último, otro concepto importante introducido por el Reglamento del DPH es el de Zona
Inundable, y que posteriormente ha sido modificado por el RD 638/2016:
Se considera zona inundable los terrenos que puedan resultar inundados por los niveles teóricos que
alcanzarían las aguas en las avenidas cuyo período estadístico de retorno sea de 500 años, atendiendo a
estudios geomorfológicos, hidrológicos e hidráulicos, así como de series de avenidas históricas y documentos o
evidencias históricas de las mismas en los lagos, lagunas, embalses, ríos o arroyos. Estos terrenos cumplen labores
de retención o alivio de los flujos de agua y carga sólida transportada durante dichas crecidas o de resguardo
contra la erosión. Estas zonas se declararán en los lagos, lagunas, embalses, ríos o arroyos.

La calificación como zonas inundables no alterará la calificación jurídica y la titularidad


dominical que dichos terrenos tuviesen.

- 16 -
Apeo y Deslinde:
Por un lado, el procedimiento administrativo denominado Deslinde es la delimitación de las
propiedades fijando sus límites y procediendo después a hacerlos visibles por medio de hitos o
mojones.

Y por otra parte el Apeo (que es una de las fases del expediente de deslinde) consiste en el reconocimiento
in situ de la situación de las fincas entre un representante de la Administración, un Técnico y los
Propietarios afectados.
El procedimiento de actuación administrativa aparece definido en los artículos 240 a 242 del Reglamento del
Dominio Público Hidráulico.
Las longitudes de los cauces de dominio público hidráulico en España tienen una gran
magnitud, cercana a los 500.000 km. A modo de ejemplo, considerando solo los ríos hasta de tercer
orden, se estima en 65.559 km la longitud de los ríos españoles, según datos suministrados por el
CEDEX, que se distribuyen, según categorías, de la siguiente forma (estos datos deben de considerarse con las dos
márgenes de cada cauce):

En el año 1993 se puso en marcha el denominado Proyecto Linde, que se configura como un plan de
actuación estructurado, que permite corregir a medio plazo situaciones de presión externa de cualquier tipo, actual
o potencial, sobre el DPH.

Procedimiento de deslinde del DPH:

1. Incoación del procedimiento de apeo y deslinde.

El procedimiento se iniciará mediante acuerdo del Organismo de Cuenca, ya sea por propia iniciativa o a
instancia de los interesados. En este caso, es necesario que el peticionario acepte previamente el presupuesto de
gastos y deposite una cantidad a cuenta.

2. Instrucción del procedimiento:


a) El acuerdo de incoación se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia, se comunicará a los
Ayuntamientos de los municipios en cuyo término municipal se sitúe el tramo que se ha de deslindar, se
notificará a los titulares registrales afectados y se publicará en algún medio de amplia difusión en la zona,
todo ello para que los interesados puedan aportar cuanta información estimen conveniente sobre el tramo
de cauce que se ha de deslindar, en el plazo de 1 mes y sin perjuicio del trámite de información pública
regulado en el apartado c).

b) A partir de la información aportada y de la disponible en el Organismo de Cuenca, éste preparará la


siguiente documentación:
ü Memoria descriptiva.

ü Solicitud a los ayuntamientos y al Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria de los planos
y relación de titulares de las fincas colindantes con sus domicilios respectivos, para su posterior
remisión al Registro de la Propiedad, a fin de que el registrador manifieste su conformidad con dicha
relación o formule las observaciones que estime pertinentes. Transcurridos 15 días sin que se reciba
contestación expresa, se entenderá otorgada.
ü Levantamiento topográfico de la zona, a escala no inferior a 1/1.000.
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ü Estudio de la hidrología del tramo que se ha de deslindar.
ü Estudio hidráulico que permita fijar el área ocupada por la máxima crecida ordinaria.
ü Propuesta de deslinde definida mediante línea poligonal referida a puntos fijos.

c) Trámite de información pública mediante anuncios en el Boletín Oficial de la Provincia, en el


Ayuntamiento y en algún otro medio de amplia difusión con apertura de plazo de 1 mes para examinar,
en las oficinas del Organismo de cuenca donde se instruye el procedimiento, la documentación preparada
conforme al apartado anterior y, en su caso, formular alegaciones y aportar o proponer pruebas.
Simultáneamente a la apertura del trámite de información pública, el Organismo de cuenca remitirá la
información necesaria a la comunidad autónoma y al ayuntamiento, con solicitud de informe en relación
con las cuestiones propias de sus respectivas competencias. De no emitirse el informe en el plazo de 1
mes, continuará la tramitación. Además del informe, el Organismo de cuenca solicitará al ayuntamiento
la suspensión cautelar del otorgamiento de licencias de obras en el ámbito afectado por el deslinde.

3. Proyecto de deslinde y resolución del procedimiento.

a) El Organismo de cuenca, una vez examinadas las alegaciones e informes aportados, convocará con
antelación mínima de 10 días hábiles, conjuntamente o agrupados por tramos, a todos los interesados y a
los representantes del ayuntamiento, de la comunidad autónoma para la celebración del acto de
reconocimiento sobre el terreno, en donde se replanteará la línea teórica definida en planos, mediante
estaquillas. Los asistentes dispondrán de un plazo de 15 días para formular alegaciones y proponer
motivadamente una delimitación alternativa.

b) Proyecto de deslinde:

ü Memoria descriptiva de los trabajos efectuados, con análisis de los informes y alegaciones
presentadas y justificación de la línea de deslinde propuesta, así como anejos.

ü Planos a escala no inferior a 1/1.000 con el trazado propuesto de la línea de deslinde replanteada
sobre el terreno.
Cuando la línea de deslinde establecida en este proyecto suponga una modificación sustancial de la
propuesta inicial, a juicio del Organismo de cuenca, éste podrá retrotraer el expediente al trámite de
información pública, si así lo estimase oportuno para la mejor delimitación del DPH.

Dicho proyecto se pondrá de manifiesto a los interesados, para que puedan alegar y presentar los
documentos que estimen.

c) El Organismo de Cuenca, previo informe de la Abogacía del Estado, dictará resolución que acuerde el
deslinde, que deberá ser publicada en el boletín oficial de la provincia o provincias afectadas, notificada a
los titulares registrales de los terrenos colindantes y a cuantos hayan comparecido como interesados en el
expediente, y comunicada al ayuntamiento, a la comunidad autónoma, al Centro de Gestión Catastral y
Cooperación Tributaria y al Registro de la Propiedad.
La aprobación del deslinde llevará implícito el levantamiento de la suspensión de otorgamiento de
concesiones o autorizaciones en el DPH que, en su caso, se hubiesen producido.
d) Una vez amojonada la línea definitiva del deslinde, el Organismo de Cuenca procederá al levantamiento de
acta a la que se adjuntará el plano de definición de la poligonal del deslinde. El Organismo de cuenca
deberá aprobar el acta, lo que permitirá efectuar la liquidación definitiva de los gastos, en el supuesto de
que el expediente se hubiera incoado a instancia de parte.

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4. Efectos de la aprobación del deslinde:
El Deslinde aprobado declara la posesión y la Titularidad dominical a favor del Estado, dando lugar al
amojonamiento. La Resolución de aprobación del deslinde es Título suficiente para rectificar las inscripciones en el
Registro de la Propiedad contradictorias con aquel.
La resolución de aprobación del deslinde será título suficiente para que la Administración proceda a la
inmatriculación de los bienes de DP cuando lo estime conveniente, a la vista de las circunstancias físicas o
jurídicas concurrentes y, en todo caso, cuando la posesión no sea ostensible por sus características naturales o
cuando exista un riesgo de invasión del DP.
El Organismo de Cuenca podrá ejercer de oficio la facultad de recuperación posesoria cuando exista invasión
efectiva del DPH, aun cuando no esté deslindado, siempre que sea evidente el carácter demanial del bien objeto de
invasión y sin perjuicio de incoar el oportuno procedimiento sancionador.

OTRAS CUESTIONES:

Reglamento DPH:

Sección 2.a Apeo y Deslinde:


Art. 240

En los casos de tramos de cauce próximos a su desembocadura en el mar, se tendrá en cuenta el deslinde del
dominio público marítimo terrestre si se hubiera practicado. En caso contrario, la línea probable de deslinde será
facilitada por el Servicio Periférico de Costas, en los términos previstos en la disposición transitoria decimoctava
del Reglamento general para el desarrollo y ejecución de la Ley 22/1988 de Costas.

Sección 6.a Actividades en la zona de policía:


Art. 79:

Para la ejecución de obras de defensa o nivelaciones de terrenos, caminos rurales, acequias y drenajes en zona
de policía que alteren sensiblemente el relieve natural, la petición, documentación y trámites se ajustarán a lo
dispuesto en el artículo 53.

Art. 80:

Las extracciones de áridos en zonas de policía de cauces, sin perjuicio de lo establecido en la legislación de
Minas, sólo podrán ser otorgadas al propietario de la finca o a personas que gocen de su autorización.

Se tramitarán de acuerdo con lo señalado en el artículo 53


Art. 82:

Las acampadas colectivas en zona de policía de cauces públicos que, de acuerdo con la legislación vigente,
necesiten autorización de los organismos competentes en materia de regulación de campamentos turísticos, habrán
de ser autorizadas por el organismo de cuenca, previa la correspondiente petición formulada por el interesado, al
menos con un mes de antelación a la fecha en que quiera iniciarse la acampada.

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