Analizando esta figura vemos que las necesidades de capital de trabajo surgen
de las diferencias temporales existentes entre el ciclo operativo y el ciclo de
efectivo de una empresa.
El tiempo que transcurre entre el momento en que se realiza la compra de
materias primas y la cobranza de las ventas es lo que se conoce como el ciclo
operativo del negocio. Dentro de este ciclo podemos diferenciar otro que está
directamente relacionado con los ingresos y egresos de dinero, el cual recibe el
nombre de ciclo de efectivo. Este comprende el periodo que transcurre desde
que se realizan los pagos a proveedores hasta que se realizan las cobranzas de
efectivo.
La cantidad de dinero necesaria para financiar el ciclo de efectivo recibe el
nombre de necesidades operativas de fondos.
De esta manera definimos capital de trabajo neto como la cantidad de trabajo
necesaria para financiar el ciclo operativo de la empresa
El capital de trabajo le permite a la empresa llevar a cabo su ciclo operativo; lo
que significa la transformación de su efectivo (dinero) en mercadería o bienes y
a estos convertirse nuevamente en efectivo (dinero)
Uno de los principales problemas que aquejan a las MYPE es el retraso en el cobro de las
facturas y las deudas impagas. Esto afecta directamente a la caja disponible para las
operaciones de la empresa.
1. Desarrollar una política de créditos clara que norme las condiciones de crédito con
cada uno de los clientes. Estas condiciones deben estar especificadas en un contrato,
incluyendo las consecuencias en caso de presentarse algún retraso. Para el desarrollo de su
política de créditos debe considerarse:
Asegurar que todas las ventas queden documentadas con al menos una orden de
pedido, guía de remisión y la factura.
Definir el cobro de intereses para el caso de retrasos, así como los costos
administrativos de la cobranza.
Detener nuevas ventas al crédito a los clientes con irregularidades en el pago de las
facturas.
Las políticas de crédito deben ser comunicadas oportunamente a los clientes y a los
empleados –especialmente a los encargados de las ventas-.
2. Aplicar límites de crédito. Estos límites permiten controlar los niveles de crédito de cada
uno de los clientes. Para esto se definen dos límites de crédito: El primero, de carácter
preventivo, busca tomar las primeras acciones de cobranza; y, el segundo, que inhabilita la
posibilidad de realizar más ventas. La clave para definir los límites de crédito está en poseer la
mayor cantidad de información acerca de la capacidad financiera de su cliente.
3. Mantener información histórica. Esta información le permitirá definir y/o mejorar las
políticas de crédito, así como definir las nuevas condiciones en el caso de volver a trabajar con
antiguos clientes o evitar trabajar con clientes con altas probabilidades de convertirse en
moroso.
4. Cobrar lo más pronto posible. Cuanto más tarde se comience a actuar, menor será la
probabilidad de recibir el pago por las facturas. Siempre será mejor buscar el pago amigable,
ya que es la opción más barata y es la que menos altera la relación con el cliente.
5. Una venta no vale nada si es que no se cobra. Es muy importante identificar a aquellos
clientes que serán rentables desde el primer día.
Seguir estos consejos le ayudará a mejorar las cuentas por cobrar de su negocio. Y Ud.
estimado lector ¿Ha tenido experiencias con clientes morosos? ¿Cómo gestiona las
cuentas por cobrar?