Creo de interés nacional el conocimiento de cómo en la realidad están integrados los diversos
grupos poblacionales del país, por su calidad de multilingüe y pluricultural. El pasado miércoles,
Prensa Libre publicó una revista acerca del patrimonio de Guatemala y uno de los temas se refería
a los idiomas vernáculos, y el análisis de esas cifras lleva a conclusiones interesantes. El director
del Consejo Privado de la Competitividad, Jorge Benavides, hizo público en la revista Contrapoder
una serie de consideraciones sobre la transición demográfica del país, basadas en datos del
Instituto Nacional de Estadística, la encuesta nacional de condiciones de vida (2006, 2011, 2014) y
el Centro Latinoamericano de Demografía (Celade), utilizados como base para este artículo. Los
porcentajes están aproximados.
La cifra total de hablantes es de 6 millones. Los cinco primeros idiomas abarcan al 81%, es decir
4,911,000 personas. Su orden es: quiché, 1,747,000, 29%; qeqchí, 1,171,000, 19%; kakchiquel,
1,145,000, 18%, y mam, 848 mil, 13.92%. Un segundo grupo suma 761,000 personas, 12.5% del
total, y lo integran: qanjobal, 219 mil, 3.59%; poqomchí, 157 mil, 2.58%; achí, 146 mil, 2.40%; ixil,
131 mil, 2.15%, y tzutujil, 108 mil, 1.77%. El tercero, de 330 mil personas, tiene cada uno poco
menos del 1%, y suma el 5% del total. Lo integran: chuj, 88 mil; poptí/jacalteco, 65 mil; poqomam,
58 mil; akateko, 54 mil. El cuarto, integrado por diez idiomas, tiene un total de 92 mil personas,
0.16% del total. (Ver abajo sus nombres y cantidad de hablantes*)
Por aparte, sorprende la reducción del porcentaje de personas autocalificadas como indígenas. En
2009 pasaban del 50%, por eso eran mayoría. En el 2011 descendió a 44.9% y en el 2014 bajó aún
más, al 38.8%. Todos estos factores, al ser entrecruzados permiten llegar a nuevas conclusiones o
a alteraciones sutiles en las creencias de la realidad étnica guatemalteca. Hay uno adicional: la tasa
de fecundidad de hoy, es decir el número de hijos por mujer, es de 2.47 (era de 7.2 en 1950) y la
proyección para el 2020 es de 1.28. Esto afectará a todos los segmentos poblacionales, y hará
cambiar la realidad étnica y por tanto lingüística, a causa de la inevitable y culturalmente tan
dolorosa desaparición de muchas de esas antiguas formas de expresión oral.
La obvia pregunta es ¿cómo hacer para lograr la supervivencia de las lenguas indígenas
guatemaltecas? Hay dos aspectos: el primero, la cantidad de recursos otorgados a la entidad
fundada en 1990 con la tarea de preservarlas, llamada Academia de Lenguas Mayas (ALM), pero
esto tiene cobertura económica importante, Q31 millones al año. Con ese dinero es suficiente
para permitirle realizar toda clase de actividades para lograr su fin, y comenzar las transmisiones
del canal de televisión abierta otorgado por el gobierno desde hace varios años. En este momento
hay una solicitud para aumentar esa cifra a Q50 millones anuales. En comparación, la Academia
Guatemalteca de la Lengua recibe cien mil al año, es decir 310 veces más, o 500 veces más si se
hace realidad la petición.
Para lograr la meta de evitar la desaparición de la mayoría de esas lenguas, es imprescindible
comprender la necesidad de la relación de ambas entidades porque el español no solo es el idioma
oficial del país, sino es una lengua cuyo uso elimina la idea de considerar superior a alguna de las
lenguas locales, y además es la forma más fácil para la necesaria comunicación de las etnias
guatemaltecas con el mundo globalizado porque este no las aprenderá. Internamente, es
necesario convencer a los jóvenes de la necesidad cultural de hablar sus lenguas, porque hoy en
día tienden a no usarlas y emplear el español y, a quienes les es útil, el inglés. Es un tema largo,
complicado, y necesitado de madurez.
* Xinca, 23 mil, 0.36%; sipakapense, 15 mil, 0.25%; sakapulteko, 13 mil, 0.21%; chalchiteko y
uspanteko, 10 mil, 0.16%; garífuna, 7 mil, 0.11%; mopán, 4 mil, 0.06%; tektiteko, 3 mil, 0.05% , e
itzá, 2 mil, 0.03%.
Cinco de 22 idiomas indígenas corren peligro de extinción, según la Academia de
Lenguas Mayas de Guatemala (ALMG), y los expertos opinan que todos están en
riesgo
Por:
El idioma itza’ podría ser el primero en extinguirse en el país. Tiene sólo 123
hablantes, según el Atlas Lingüístico de Guatemala, un documento reconocido por la
ALMG.
La comisión comparó “la vida y fortaleza” del q’eqchi’ (726 mil 723 hablantes), en
contraste con el itza’.
Mayoría en riesgo
Según otros expertos, todos los idiomas indígenas del país están en riesgo. Aunque las
lenguas minoritarias tienen menores posibilidades de reproducirse, los 22 son los que
están en peligro de extinción, coinciden Lolmay Pedro García y Ruperto Montejo,
ambos de la Fundación Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín, con sede en Antigua
Guatemala.
“Los idiomas que tienen menos de tres mil hablantes, como los de medio millón, están
en las mismas condiciones de desventaja respecto del castellano”, opina Montejo.
Explica que sus ámbitos de uso son muy restringidos. “Está limitado al ámbito familiar
o doméstico, a nivel de aldeas, cantones y mercados. De ahí, no hay otros ámbitos
porque los funcionarios públicos no tienen los idiomas mayas como una herramienta de
trabajo”, agregó.
García afirma: “Algunos más que otros, pero todos están en peligro de extinción”. Cita
como ejemplo el caso del kaqchikel, pues, pese a estar en el área central del país, “ya
no es hablado por los niños, lo que significa que se perderá con el pasar de algunas
generaciones”.
Factores en contra
“El factor económico, visto desde el acceso al mundo del trabajo, el cual se maneja en
castellano, y no tanto en idiomas mayas. La escuela y todo el sistema político,
económico y social se convierten en amenazas, no sólo contra estos idiomas, sino
contra la cultura, los valores y el sistema de vida”, indica Jorge Raymundo, del
Instituto de Lingüística y Educación, de la Universidad Rafael Landívar.
Entre las mayores amenazas está “el ambiente de discriminación y racismo, porque la
gente tiende a abandonar sus idiomas para no sufrir esa actitud”, agrega.
El problema es que el Estado trata de sortear su propia debilidad para enfrentar otros
apremios en áreas prioritarias como la seguridad, la salud y la educación.
“El Estado tiene que ser creativo, junto con su sociedad, para encontrar los
mecanismos locales y particulares para convertirse en un servidor de sus ciudadanos,
en sus idiomas. Una respuesta hecha no hay”, dice Álvaro Pop, del organismo Naleb’.
Pese a existir una ley que protege los idiomas indígenas, en la práctica tiene resultados
poco efectivos, según analistas.
Entre otros puntos, la norma manda “facilitar el acceso a los servicios de salud,
educación, justicia, seguridad, como sectores prioritarios, para los cuales la población
deberá ser informada y atendida en el idioma propio de cada comunidad lingüística”.
Sin embargo, Amílcar Pop, de la Asociación de Abogados Mayas (ABM), critica ese
cuerpo legal. “La ley no objetiviza ni concretiza los sujetos obligados a hacer o dejar de
hacer, no define la obligación de las instituciones”.
Agrega: “Lanza la obligación subjetiva del Estado, pero no individualiza las
responsabilidades, por lo que se genera incertidumbre en la aplicación de la ley”.
Señala que eso permitiría hacer obligatorio el uso de los idiomas mayas en las
instancias pública y privada en su respectivo territorio lingüístico, apunta.
Pop recuerda que debido a que toda ley es de cumplimiento obligatorio, se debe buscar
el mecanismo para hacerla efectiva. “Aun con esa deficiencia, su incumplimiento puede
representar la comisión del delito de discriminación por motivos lingüísticos o étnicos”,
dice.
DECADENCIA
Itza’
Mopan
Historia: La raíz mopan proviene del lugar Itza' Tayasal, ubicado en el lago Petén Itzá.
Por discrepancias entre caciques y tribus, un grupo itza’ migró a orillas del río Mopán,
donde había muchas guacamayas y tucanes.
Mopan viene de Mo' (Mo) y Pän (Tucán). Luego emigraron al sur, actualmente San
Luis, Petén. La ALMG asigna facilitadores en cada uno de los establecimientos
educativos del casco urbano de San Luis.
Cho’rti’
Tiene nueve mil 105 hablantes, en los municipios de Jocotán, Camotán y Olopa,
Chiquimula, y en La Unión, Zacapa.
Cuenta con seis mil 344 hablantes. Se utiliza en las aldeas del municipio de Sipacapa,
donde se formó la Comunidad Lingüística Sipakapense, a instancias de la ALMG, en
1992.
Actualmente, esa entidad tiene cobertura en el 90 por ciento de personas que aún
hablan el idioma materno, a nivel del municipio, pero no existen investigaciones
lingüísticas al respecto.
Tektiteko
El idioma b'a'aj (tektiteko) surgió a finales del siglo XVII (aproximadamente en 1690),
y ahora es hablado por mil 241 personas.
http://recursosbiblio.url.edu.gt/tesisjcem/2016/05/82/Macz-Inocenta.pdf
http://www.unesco.org.uy/ci/fileadmin/phi/aguaycultura/Guatemala/Q_eqchi__-
__INFORMACION_PRINCIPAL.pdf
http://www.albedrio.org/htm/noticias/pl250406.htm
https://www.prensalibre.com/opinion/opinion/los-grupos-mayas-interesantes-cifras
http://www.funsepa.net/guatemala/docs/Atlas%20Linguistico.pdf
https://www.sepaz.gob.gt/images/Descargas/Ley-de-acceso-a-la-Informacin-pblica-queqchi.pdf
https://s3.amazonaws.com/asies-books/books/instituciones-publicas-final.pdf