Esta interrogante se origina durante una Pasantía realizada en la
Universidad de Barcelona, España, como resultado de la Reforma Educacional Chilena, que, en uno de sus ámbitos, considera el desarrollo profesional de los docentes.
Allí, con los fundamentos entregados por su equipo de profesores, se
sentaron las primeras bases para implementar un Programa que ayude al profesorado a manejar conceptualizaciones, técnicas y estrategias para preparar a los jóvenes en la construcción de una sociedad mejor.
La educación en valores es una instancia de reflexión, de crecimiento
personal que facilita la incorporación de alumnos y alumnas, inicialmente, a un sistema educativo que les permita desarrollarse en un plano de equidad y, posteriormente, a una sociedad donde puedan realizarse como personas, únicas y responsables de su propia vida.
Necesidades detectadas:
Pérdida del rol formador de la familia, ya que con
mayor frecuencia los padres, por incorporación al campo laboral o carencia de modelos valóricos, delegan en la educación formal la responsabilidad plena de educar a sus hijos e hijas. Influencia de los medios de comunicación, que se han convertido en un referente para el actuar cotidiano de alumnas y alumnos; la televisión y otros medios de comunicación social ejercen especial influencia en los jóvenes que fijan su atención en modelos foráneos, lejos de su realidad y, a menudo, les inculcan ciertos comportamientos más cercanos a los antivalores. Rol relevante que asume el profesorado en la educación formal, ya que es un facilitador de la comunicación entre los alumnos y alumnas, creando un clima de respeto y tolerancia en el aula, para que la interrelación sea positiva y, la educación, agradable y significativa. Además es un facilitador de la comunicación con las familias y la comunidad Necesidad de potenciar el currículo de los docentes, que poseen una sólida formación en su especialidad, con metodologías que permitan el aprendizaje destinado a apreciar y aprehender los valores. Considerando que la educación en valores ayuda a descubrir y asimilar valores universalmente reconocidos como deseables, se debe buscar las estrategias para ayudar a los jóvenes en el desarrollo y formación de sus capacidades que orienten su juicio ante situaciones que plantea un conflicto de valores, la formación de actitudes y aplicación de normas de convivencia que les permitan alcanzar su propio proyecto de vida.
El Programa de Educación en Valores contó con el apoyo de las
autoridades educacionales, quienes consideraron que sería la primera instancia para poner en práctica el sueño de muchos, pero, no asumido por todos. Además, se proporcionaron recursos económicos para implementar el programa.
Se sostuvo reuniones con los equipos directivos de cada Liceo,
respaldadas por la autoridad comunal, donde se dió a conocer el objetivo del Programa y sus proyecciones.
El programa consta de dos etapas: año 2000, capacitación o formación
de formadores; año 2001, ejecución en cada unidad educativa.
Se motivó al profesorado, tarea difícil, por la resistencia natural al
cambio que presenta el educador, especialmente aquel que ejerce en Educación Media, donde se trabaja en asignaturas separadas entre sí.
La propuesta de trabajo se concibe como una actividad formativa,
mezcla de encuentro interpersonal entre docentes, para tener la oportunidad de compartir vivencias, sentimientos y concepciones relacionadas con la construcción de las dimensiones de la personalidad moral de los alumnos y alumnas y, como un grupo de trabajo en el que se reflexiona y comparte estrategias y materiales para la transferencia de la educación en valores en el aula.
Un grupo de 19 profesores y profesoras aceptó la propuesta y, con
humildad ante lo desconocido, participaron activamente durante las sesiones semanales que se extendieron desde mayo a diciembre.
Los profesores participantes pertenecen a diferentes áreas educativas:
comunicación y lenguaje, idioma extranjero, filosofía, matemática, física, artes.
El programa fue presentado al Ministerio de Educación, siendo aprobado
como Curso de Perfeccionamiento, reconocido por 160 horas y válido para efecto de remuneraciones y antecedentes.