regar la muerte por el mundo según la mitología

japonesa.
El origen de las muertes humanas – Mitología Japonesa

Esta leyenda cuenta la historia de un granjero viejo, que

Según la mitología japonesa, los primeros dioses
tenía un solo hijo, quien era rebelde e inquieto, por lo cual
decidieron crear a dos deidades, un hombre
siempre disputaba con su padre. Un día, el hijo del granjero
llamado Izanagi y una mujer llamada Izanami, estos se
contrajo una enfermedad y murió, el viejo, molesto todavía
unieron en matrimonio y se encargaron de consolidar el
con su hijo, no acudió a su funeral.
planeta, en el que sólo existía el cielo y el mar, creando

numerosas islas y dioses.

Luego de un tiempo, el vecino del granjero también murió,

y éste acudió a su funeral para mostrarle sus respetos,

Izanami tuvo mucha descendencia, pero cuando parió al dios
habiendo terminado el funeral, el hombre se quedó viendo
del fuego Kagutsuchi, ésta murió. Izanagi, que no podía
una fosa, de la que de repente, le saltó una calavera, quien
afrontar la muerte de su esposa, decidió viajar a Yomi, la
le habló, diciéndole que lo visitaría la noche siguiente, con la
tierra de los muertos. Al llegar a este mundo hundido en
condición de que pasara una noche con ella, entonces, el
oscuridad, Izanagi se comenzó a sentir mal, pues extrañaba
granjero aceptó debido a la curiosidad. Caminando de
la luz, así que se apresuró en buscar a Izanami, pero cuando
regreso a su casa, el viejo se encontró con un druida, a quien
la halló, ésta le escupió al dios, en respuesta a su suplica de
le contó lo que le había sucedido, el druida incrédulo, se
que volviera con el a la superficie.
ofreció para acompañarlo en el encuentro con la calavera.

Izanami ya se había acostumbrado a Yomi, ya era muy

tarde, sin embargo, la diosa fue convencida por su esposo, y Llegando la noche siguiente, el granjero y el druida se

como condición, le dijo que antes de volver, la dejara tomar prepararon para la visita de la calavera, de pronto tocaron

una siesta en su aposento, y que bajo ningún concepto la puerta, y resultó ser la susodicha, quien entró a la casa y

entrase a su alcoba. Izanagi, ganado por la curiosidad y devoró todos los alimentos preparados, y una vez que hubo

ganas de verla, entró al lugar en el que su esposa dormía, hecho esto, se marchó.

encendió un peine a modo de antorcha, y se horrorizó al ver

a su esposa, Izanami se encontraba descompuesta, llena de El granjero pensó cumplir su promesa, y salió en busca de la

gusanos y deformada. Al ver esto, Izanagi salió corriendo, e calavera, fue a la fosa en donde la había encontrado y

Izanami enfurecida por la actitud de su pareja lo persiguió descendió por unos peldaños que ahí había. Lo primero que

por todo Yomi. encontró fue un campo en donde había hombres peleando

con armas, entonces un hombre le dijo que si estaba

Izanagi logró salir y sellar la entrada al inframundo, no sin buscando a la calavera, que fuera al campo de al lado. En

antes oír las maldiciones que le profirió su esposa, quien le este campo encontró a muchos hombres y mujeres peleando

juró que si no la dejaba salir, cada día mataría mil hombres, entre sí, y una de las mujeres le dijo que si buscaba al

a lo que Izanagi respondió que si ella asesinaba cada día mil cráneo, tenía que cruzar el río. El granjero cruzó el río y se

hombres, el haría nacer mil quinientos. Así, se comenzó a encontró con una casa, entró en ella y vio a una mujer y a
una criada, y cada vez que la mujer intentaba acercarse al

fuego la criada la apartaba de el, una de las mujeres le indicó

que la calavera se encontraba en una de las puertas, y

cuando el hombre entró, por fin halló a la susodicha.

En la habitación se encontraban tres mujeres y la calavera,

quien lo invitó a cenar, la primera mujer les sirvió una cena

que consistía en pan y agua, la segunda les sirvió una cena

aún peor, pero la tercera les sirvió un banquete digno de un

rey.

Cuando hubieron cenado, la calavera le explicó al viejo lo que

había visto, en el primer campo, los hombres estaban en

guerra perpetua, puesto que en vida, habían peleado

siempre por los linderos de sus tierras, y así debían

permanecer en la otra vida también. En el segundo campo,

se encontraban matrimonios que habían peleado toda su vida

terrenal, y que lo seguirían haciendo tras la muerte. La mujer

de la habitación había tratado en vida mala su criada, no

dejando que se acercase al fuego en los días fríos, y ahora

ser ella quien pasaría frio tras la muerte. En cuanto a las tres

mujeres que los acompañaban, habían sido las tres esposas

de la calavera, la primera y la segunda lo trataban

terriblemente, mientras la tercera era muy buena.

Luego le dijo pausadamente al granjero, tú aún puedes

rectificar, viniste aquí por no haber ido al funeral de tu hijo y

si al del vecino, sólo si vas a su tumba y le pides perdón te

salvarás de suplicio tras la muerte, pero ten en cuenta que

han pasado 700 años desde que saliste de tu casa. Como

siendo parte de un sueño, el granjero regresó a la tumba de

su hijo, se arrodillo y le suplicó que lo perdonase, en el acto,

una mano surgió de la tumba y lo condujo al cielo.