Como Jonatán era el hijo mayor de Saúl, tenía que ser el rey
después que su padre muriera. Pero Jonatán sabía que Dios había
elegido a David para que fuera el siguiente rey de Israel, y no le
tenía envidia. Más bien, Jonatán y David se hicieron muy buenos
amigos. Prometieron que se protegerían y defenderían el uno al
otro. Para mostrar que eran amigos, Jonatán le dio a David su
túnica, su espada, su arco y su cinturón.