El cuadro nos invita, nos capta y la mirada queda prendida de ese “más
allá” que se presiente y nos anuncia una realidad todavía no dada a ver.
Porque siempre hay un más allá de un cuadro que nos atrapa y donde está,
aunque no la veamos, la mirada del pintor.
Pero…
¿Qué sucede cuando se trata de un cuadro?
¿Qué sucede con los ojos de esos animales que Armando Bergallo nos
ofrece?
Pensamos que lo que ocurre es algo totalmente diferente.
Los ojos de esos animales que nos miran sin ver nos colocan a su vez en la
posición de ser mirados, objeto y mancha en el espectáculo del mundo.
Alba Medina
Psicoanalista