Anda di halaman 1dari 26

El objetivo del curso es analizar las obras de los protagonistas del barroco y el

neoclásico italiano siguiendo diversas metodologías historico-artísticas:


reconocimiento, análisis iconográfico, historia social y literatura artística, por
ejemplo. Se profundizará en aspectos de la estética barroca y neoclásica: el
mecenazgo, el coleccionismo, los géneros pictóricos, la teoría artística, La
Academia y su relación con la antigüedad.

El libro guía es L’idea del Bello, catálogo de la muestra de Bellori.

Fue una muestra dividida en 28 secciones sigueindo las Vidas de Bellori de la


edición de 1672 con la excepción de Guido Reni, cuya biografía se insertó
mucho más tarde.

Es una exposición que sigue la que se llevó a cabo en París para celebrar a
Diderot y toma a Bellori como personaje paradigmático de la naciente crítica
artística en el siglo XVII, siglo en el que la Roma de los papas era capital
artística de Europa. Se buscó dar visibilidad a una teoría estética,
construyendo un recorrido a través de la pintura moderna y la escultura
antigua.

Giovanni Pietro Bellori fue un escritor y crítico de arte italiano que nació y
murió en Roma. Vivió entre 1613 y 1696. Conocido también como Giovan
Pietro Bellori fue uno de los biógrafos más importantes de los artistas del
Barroco italiano en el siglo XVII. Resulta el equivalente en época barroca del
Giorgio Vasari renacentista.
Sobrino predilecto del anticuario, coleccionista y escritor Francesco
Angeloni, propietario en Roma de una casa-museo en la que creció, Bellori
pudo conocer a las grandes personalidades del mundo intelectual y artístico
romano en el Seicientos: Domenichino, Nicolas Poussin, Andrea Sacchi y
eruditos y escritores como Vincenzo Giustiniani y Giovanni Battista Agucchi.
Bellori estudió pintura La Accademia Nazionale di San Luca, pero decidió
dedicarse mejor a la crítica que no a la pintura.
En 1664 Bellori enunció, justamente en La Academia, un célebre discurso
en el que desarrollaba su idea de lo bello. La belleza, afirma Bellori, debe
descubrirse en la naturaleza para llegar a la afirmación de los cánones clásicos
y alejarse del mal del siglo: el manierismo.
La conferencia de Bellori habría de transformarse, hacia 1672 en el
prólogo de su Le vite de' pittori, scultori et architetti moderni, obra que recoge
las biografías de los más famosos artistas del siglo XVII, algunos de los cuales,
de hecho, sólo son conocidos hoy gracias a él (entre otros Caravaggio quien,
paradójicamente era para Bellori paradigma de lo equivocado en el arte).
El punto de partida de la belleza ideal para Bellori es el arte de Rafael y
la filosofía de Platón. Las teorías filosóficas del griego son reelaboradas por
Bellori bajo un nuevo aspecto: para los platónicos el arte era imitación del
sublime mundo de las ideas (in jerto ya en la mente del artista antes de la
ejecución de La Obra), para, sin embargo, Bellori dichas ideas se
complementan con la inspiración que proviene de la contemplación de La
Naturaleza.
Según Bellori, Las Ideas no son preexistentes a la mente humana sino
que son inspiradas en la contemplación de la naturaleza.
Entre los artistas que más apreció Bellori están Guido Reino, Nicolas
Poussin, Sacchi y su pupilo Maratta y sobre todo de Annibale Carracci. Para
Bellori, Annibale Carracci es paradigma que vale la pena contraponer al arte
del Caravaggio.
Bellori critica a Caravaggio en particular por copiar “mecánicamente” las
realidades sin mediación del entendimiento. Esta idea a la que Michelangelo
Merissi se aferraba vehementemente, que un artista debe sobre todo saber
contemplar Il Vero, resulta un sinsentido para Bellori quien afirma que las
ideas nacen sí, en la contemplación de La Naturaleza (Il Vero) pero se
reelaboran a través de una inspiración platónica (que provee también la misma
Naturaleza).
En tanto crítico de arte y en particular por sus descripciones poéticas de
la obra de arte (la descritpio belloriana) buscaba hacer coincidir el arte de la
literatura con el arte de la pintura. Giorgio Vasari y Leon Battista Alberti eran
sus escritores más apreciados y tanto como Vasari y Alberti, Bellori estaba
convencido de que el disegno, el dibujo, es el elemento fundamental de todo
arte visual.
Bellori destaca también el papel de la inspiración, de la decisión y la
prudencia con la que un artista puede experimentar con técnicas nuevas
siempre y cuando dicha experimentación sirviese para sustentar el canon de la
belleza en sí misma; belleza que se alcanza sólo a través de una serie de
etapas en las que el artista inspirado por Naturaleza encuentra el camino
propio que lo conduce a la Idea en sí de la obra final.
Bellori fue encargado anticuario de las colecciones del Papa Clemente X y
en 1671 fue nombrado Secretario General de la Accademia di San Lucca. Fue
también bibliotecario y anticuario de la reina Cristina de Suecia y murió en
Roma en el año de 1690.

Para hablar de lo antiguo en el Seicientos, la muestra sobre la idea de la


belleza en Bellori, ejemplifica con la Plaza de san Pedro, del Palacio
lateranense, de Poussin y su San Juan en Patmos, del Palacio Farnese, la
Iglesia de Santa María en Vallicella, de Carlo Maratti y su Madonna con
Bambino. El interior de la iglesia de San Andrea della Valle, arquitectura de
Carlo Maderno, el Casino Borghese y algunas colecciones privadas que
comenzaron a gestarse en este tiempo, particularmente:

— Borghese
— Ludovisi (más tarde al Prado)
— Giustiniani
— Montalto (al Louvre)
— Aldobrandini.
Se toca el tema de las excavaciones de Roma; de Castor y Pólux a Rómulo y
Remo, de la Roma mítica a la Roma imperial a la Roma papal. La importancia
de los museos del Vaticano con obras como la de Lacoonte, el Apolo del
Belvedere, la estatua de Hermes Andros-Farnese que representa a Antino, el
amante del emperador Adriano, la estatua de Melagro, el suplicio de Dirce, el
hermafrodita que duerme, etcétera.
La importancia de las estampas en la reproducción de imágenes. Cómo
se dieron a conocer estas obras en Europa a través de grabadores como Valleri
o las ediciones de Rossi antes de 1694. El crítico como guía de los grandes
coleccionistas privados y de pronto también como creador de las primeras
guías turísticas: Bellori Admiranda, de Bartolli, por ejemplo, publicado en Roma
en 1693. Los trabajos de Blomaert quien ilustró la Vida de los pintores de
Vasari en 1647 o Charles Errard quien ilustró Las vidas de Bellori en su edición
de 1672.
Es importante destacar en Bellori una incipiente política cultural de la
cual habla Tomasso Montanari. La idea platónica de la belleza y el inicio de un
pensamiento que habría de conducir más adelante al romanticismo, la
irrupción de la naturaleza como fuente paradigmática del trascendental Bello.
Rafael como ápice de la belleza para Bellori junto con la Galería del Palacio
Farnese.
De Rafael es particularmente importante el Éxtasis de Santa Cecilia
aunque aparecen también en este recorrido por el imaginario Belloriano,
Tiziano con Baco y Ariana, La Madonna de san Girolamo de Correggio y la
muerte de Ananías producido por la bodega de Pieter van Aelst de Bruselas
sobre un cartón de Rafael.
De Federico Barocci:
— Madonna del gato
— Estudio para Cristo portato nel sudario (es claro que se trata de un niño,
tal vez el mismo que utilizó para La Magdalena, al que después le
agregaría barba).
— La última cena (cartón para el fresco de la catedral de Urbino)
— Fuga de Eneas

De Domenico Fontana:
— Acueducto Felice
De Carlo Maderno.

— La plaza de San Juan de Letrán

De los Carracci:
— Las limosnas de San Rocco
— Paisaje con fuga en Egipto

De Guido Reni:
— Aurora
— Madonna del cucito
— Retrato de Elena
— El esclavo negro

Reni se abre ya al exotismo de Lo Otro y anuncia el Romanticismo.

De Poussin:
— La peste de Asdod
— El reposo en la fuga de Egipto (en San Petersburgo)

De Maratti:
—Apolo y Dafne

Zuccari

Rubens

— Estudio para la cara de Giovan


— Cuaderno de bocetods de la vida de Alejandro y dibujos de Rafael
— Eros y Leandro
— Madonna della Valicella
Anton van Dyck

— Retrato de Lady Teresia Shirley en disfraza de persa


— Retrato del cardenal Guido Bentivoglio
— Retrato de Agostino Pallavicino en traje de embajador ante el papa
— Retrato de François de Quesnoy
— Los amores de Amarilli y Mirtillo

Domenichino

— San Luigi Capella Polet


— Ciclo de Santa Cecilia en San Luigi dei Francesi
— San Jerónimo y el ángel
— El arco del triunfo
— El Ángel Custodio
— La Caccia di Diana

Guido Reni
— Atlante e Hipómenes
— San Miguel Arcángel
— María Magdalena con turbante.

Giovanni Lanfranco

— Iglesia de San Juan dei Fiorentini


— Asunción de la Virgen (san Andrea La Valle)
— María Magdalena portata in Cielo
— San Silvestre lega il dragone pestifero (Iglesia de Santa Teresa degli
Zoccolanti o de los Santos María y Silvestre

Alessandro Algardi
— Escultura (busto) de Leilo Frangipane
— Busto de Benedetto Pamphilj

François du Quesnoy

— San Andres en la basílica de san Pedro (logia de las reliquias)


— Santa Susana en Santa María de Loreto
— Mercurio y Cupido (colección de los marqueses del Carpio)
— Cabeza de Cristo niño
— Antinoo del Belvedere

Poussin

— El imperio de Flora
— David victorioso
— El baustiso de Cristo

Andrea Sacchi
— Retrato alegórico del cantante Marco Antonio Pasqualini
— Dedalo e Icaro
— Alegoría de la Divina Sabiduría

Como antítesis de la idea Belloriana de la belleza destaca el arte de Caravaggio


con la Muerte de la Virgen o la Virgen de los palafreneros.
De Caravaggio:
— Madonna dei palafrenieri. (Ficha: Oleo sobre tela 292x211 proveniencia:
pintado para el altar de santa anna de los palafrenieros en san piedtro;
adquirido el 16 de junio de 1606 por Scipione Borghese. Roma Museo e
Galleria Borgese, inv. 110.). Bellori, en 1672 la describió así: L’altro
quadro di Santanna fu tolto ancora da uno dei minori altari della basilica
Vaticana ritratti in esso vilmente la Vergine con Gesù fanciullo ignudo
come si vede nella villa borghese (Bellori 1672, ed. 1976, p. 231)

Seguidores de Caravaggio:

— Carlo Saraceni
— Bartolomeo Manfredi
— Gerrit von Honthorst
— Valentin de Bologne
— José de Ribera (sobre todo el San Mateo y el Ángel)

La de Giovan Pietro Bellori es una perspectiva histórica comprensiva que


permite entender la idea hegemónica de belleza del Seicientos al Setecientos.
Strinati escribe sobre la importancia del arte de la Contrarreforma y su
aplicación en obras como la iglesia de Santa María en Trivio de Antonio
Gherardi, el Palazzo Altieri (particularmente la sala del otoño y el invierno) y
en el mismo palacio, el fresco de la cúpula, de Francesco Cozza.
Charles Dempsey entra más en concreto al texto de La Vida de los
pintores, escultores y arquitectos modernos de Giovan Pietro Bellori y a la
descritpio belloriana. Pone como ejemplo de lo hegemónicamente bello la
arquitectura de Santa María del Pueblo, en particular la Cappella Cybo.
La Disputa sobre la Inmaculada Concepción apunta claramente al tema
de la discusión teológica en la Contrarreforma que, en muchos sentidos, tuvo
al centro también a La Virgen como madre de Dios.
Las iglesias de Santa María en Vallicella y obras privadas como el Palazzo
Odescalchi.
Para Bellori reviste una importancia fundamental El Domenichino con una
particular forma de aproximarse al pasado en obras como El Sacrificio de
Ifigenia.
De Domenichino es de destacar también la Capella Polet en San Luis de
los franceses y todo el ciclo de frescos de Santa Cecilia. En estos frescos,
Domenichino está comparando de alguna forma el sacrificio pagano de Ifigenia
con el martirio de los santos lo que recuerda el ciclo del Hades de Tiziano en el
museo del Prado.
En el Seicientos se consolida la iconografía de los santos como dioses
“modernos”. La Toletta di Venere, de Albani, sirve para ejemplificar este
tránsito entre la antiguëdad y la modernidad cristiana.
El nacimiento de la modernidad está estrechamente ligado con el
descubrimiento de lo otro como antigüedad, con la aparición del turismo, de
las guías y en fin, de la Historia del arte en este doble aspecto histórico
estético. El arte no sólo ya como belleza al servicio de lo sagrado sino belleza
como fin en sí misma, como historia1 y arqueología, como turismo y guía de
viaje o coleccionismo. La iglesia comienza a dejar a un lado su papel de
mecenas, los gremios dan paso a las academias, los artesanos se transforman
en artistas y el mundo de la tradición se ve desplazado por la inspiración y la
originalidad de un raptus.
Esta idea del artista habrá de conducir poco a poco al romanticismo con
su hincapié en el escombro, il rudero, los jardines con columnas clásicas, los
paisajes, los jardines romanos y Roma, claro, como centro no sólo político y
espiritual de la cristiandad, por primera vez, Roma como destino turístico.
Es así que La obra Ornamenti di statue e pitture ne palazzi nelle case, e
ne giardini de Roma de un autor desconocido se publica más tarde como Delli
vestigi delle pittrure antiche dal buon secolo de' Romani, opúsculo de Pietro de'
Sebastiani con franco sabor a guía de viaje.
Bellori usando la perspectiva más platónica del cristianismo de la
Contrarreforma elogia en la escultura contemporánea al Bernini creador del
Daniel o el Abacur en Santa María del pueblo, del San Jerónimo, del Alma
Dañada en el Palazzo di Spagna en Roma y su arquitectura con obras como la
iglesia de San Andrea delle Fratte.
1
La época que vivimos es justamente posmoderna en el sentido de que

pensamos la Historia del Arte como historia de las distintas concepciones de

belleza que se suceden en el tiempo, sin pensar ya en una belleza ideal,

platónica o escatológica.
La Roma de la época, en tanto centro espiritual y político de Europa se
divide entre el poder francés y el poder español. La batalla de Lepanto no está
lejos en el tiempo y Venecia y España dan paso a la creación de grandes telas,
se deja atrás el complejo proceso de la pintura y el dorado sobre madera para
dar lugar a los contrastes pictóricos y emotivos de la pintura al óleo.
La Roma filofrancesa se ve representada en Bellori muy particularmente
con la obra de François du Quesnoy y su Mercurio de bronce.
Evidentemente la idea Belloriana de la belleza privilegia la
“intelectualidad” de la línea por sobre el “sentimentalismo” del color. El
disegno, el dibujo es para él, la base sobre la que se funda toda gran obra.
Y los dibujantes que no pueden abrirse paso en el mundo de la gran
pintura sobre tela, fabrican vedutas, vistas. Es el gran momento de grabadores
como Giovan Angelo Canini, Maratti, Giulio Romano, excelentes dibujantes
que, por alguna razón, se quedaron en ello, en ser dibujantes.
Bellori documenta figurativamente el tránsito de lo antiguo a lo moderno.
No hay para él autor más iluminado que Rafael, idea que parecen seguir
artistas como Rembrandt.
Los coleccionistas no son sólo los miembros de la aristocracia vaticana,
de la nobleza romana y de la naciente burguesía europea, artistas como Anton
Van Dyck producen sus propias colecciones. Van Dyck coincide con Bellori en la
admiración por la belleza de acuerdo con la pintura de Rafael. El San Lucas
pintando a La Virgen, obra atribuida a Rafael (con violentas intervenciones de
restauración) es arquetipo de la idea de belleza platónica de Bellori.

La arqueología en el Seicientos comienza a jugar un papel preponderante en el


estudio del arte. La arqueología sirve no sólo como canon de belleza, también
para la transmisión iconográfica. Arianna, Eros alado, el discóbolo, etcétera
comienzan a formar parte de las grandes colecciones romanas, la colección
Giustiniane, la colección Borghese, la colección Chigi, la colección Medici.
Annibale Carracci es el corazón de la estética Belloriana. Carracci tiene
un universo que incluye el grabado, el paisaje, el fresco y la pintura histórica.
En el imaginario de Carracci destacan el Paisaje de 1589, La Limosna de
San Rocco, la adoración de los pastores, Susana y los viejos, Cristo y la
samaritana, Cristo en Gloria con San Pedro y san Juan Evangelistas, María
Magdalena, Hermenegildo y Eduardo de Inglaterra con el cardenal Odoardo
Farnese hacia 1597-1598 (pintura que tiene uno de los rostros más hermosos
de Cristo) y Santa Margarita.
Farnese fue un profundo admirador de la obra de Carracci aunque
finalmente promovió también a su destrucción, al menos física.
Otras obras fundamentales en el “museo belloriano”: La lapidación de
san Esteban, Tancredo bautiza a Clorinda, etcétera.
Agostino, por su parte pinta a la Madonna col Bambino e San Girolamo e
Madalena, Ritrato di Tiziano y Ultima Comunione di San Girolamo.
Una forma muy particular de distinguir la obra de Agostino Carracci de la
de su hermano es que Agostino pintaba ángeles y muchachos con enormes
ojos almendrados.
Finalmente, la obra par excellence de los Bellori son los frescos en
Palazzo Farnese. Se trata también de la obra culmen de Bellori quien para
hablar de ellos lleva a sus últimas consecuencias la descriptio belloriana y la
ekphrasis (según Charles Dempsey en Idea del Bello...).
La ekphrasis es un recurso muy antiguo que se encuentra ya en
Filóstrato el asiático y en Filóstrato el joven, ambos en el siglo III. La descriptio
o ekphrasis comienza al modo de un poema heroico clásico, invocando a las
musas. Sigue un argumento programático muy planeado en el que el autor
describe una a una las historias (favole) que estructuran el complejo de la obra
de Carracci. Dichos cantos en prosa están centrados en torno a un único tema:
el amor que, según Bellori, es el eje rector de la obra. La ekphrasis o descriptio
termina con un resumen o alegoría que procura, en sintonía con la obra
pictórica, representar lo que el amor Es.
Aunque el tema es lírico, Bellori lo trata en forma épica que evoca en la
forma en que hacían con los héroes guerreros, a artistas como Rafael y el
Miguel Ángel de la Capilla Sixtina.
Para hablar del amor, Carracci utiliza juegos amorosos de dioses paganos
sugiriendo una idea mucho más terrena de amor de lo que hubiesen deseado
los ideólogos de la contrarreforma. En última instancia, afirma Bellori, el
argumento de Carracci es el amor humano regulado por el amor celeste.
Así, en la descriptio belloriana se suceden El triunfo de Baco y Ariana, el
símbolo de la ebriedad (madre de los deseos impuros), el velo blanco de diana
y pan y la manzana de la discordia.
Amor enseñorea las almas humanas y así Carracci ilustra (y Bellori
describe) a Polifemo furioso o enamorado. Si para Carracci el fundamento del
arte visual es el disegno, para Bellori el fundamento del arte crítico es la lírica
para lo cual retoma el arte de Horacio en busca de lograr ut pictura poiësis,
que la pintura se trasforme en poesía.
El final del argumento de la descriptio concluye que la pintura, muda, es
tan elocuente que invita a callar. Este es el fondo de la descriptio belloriana, la
tensión entre la expresividad poética y la imposibilidad de describir o acoger en
conjunto a la belleza. Se trata de un tema que más adelante será desarrollado
en Italia con la poesía de Giovan Battista Marino.

Son de destacar en el palazzo:


— El eros farnese
— Los muchachos de Annibale
— Los dibujos de Carracci en la Windsor Royal Library
— La relación con los frescos antiguos, el imaginario del Seiciento de lo que
es la antiguedad y el renacimeinto.

Es gracias a la crítica que nace en este siglo que se comienza a desarrollar la


historia del arte. Bellori y sus seguidores están muy interesados en completar
la historia de cómo fueron pasando las obras de mano en mano. Del Mercurio y
Cupido, por ejemplo, explica que proviene de la colección de los marqueses del
carpio y mencionado en el inventario de los bienes de la reina Isabel Farnesio
(hoy en la Granja de San Idelfonso en Madrid)
Anniballe Carracci nació el 3 de noviembre de 1560 en Bolonia, Italia y murió
el 15 de julio de 1609 en Roma. Annibelle es, probablemente el más famoso
autor del linaje de los carracci y uno de los exponentes más altos del
clasicismo romano-boloñés.
Se le considera el opositor de Caravaggio.

Annibale comenzó a estudiar en Bolonia hacia principios del 1580. En esta


ciudad, su hermano mayor, Agostino y su primo, Ludovico Carracci había
abierto una academia de pintores a la que llamaron Desiderosi, los deseantes.
Más tarde, la academia se transformó en Gli Incaminanti y finalmente en los
eclécticos.
El objetivo de Agostino, Ludovico y Annibale Carracci era renovar la
pintura que, a su entender, había degenerado irreversiblemente a causa del
manierismo. En particular les preocupaban las ideas del naturalismo de
Caravaggio a quien apodaban El Anticristo del arte. En este contexto Baglione,
quien también era pintor y crítico de arte, concibió su famosa pintura Amor
divino y amor humano en el que pintaba a Caravaggio como un demonio
echado con un efebo (El Arcángel evitaba, claro, que se consumase cualquier
nefando pecado). La pintura dio origen a las primeras persecuciones contra
Caravaggio, persecuciones que, sin embargo, nunca terminaron por convencer
a los grandes coleccionistas (muchos de ellos canónigos) que seguían
interesadísimos en su producción.
Los Carracci privilegiaban el dibujo y el diseño muy pensado en oposición
al arte de Caravaggio que privilegiaba Il Vero y el diseño sin boceto previo,
aparentemente descuidado.
El estilo de Carracci se mueve entre el énfasis a las formas sólidas típico
de artistas florentinos como Miguel Ángel y la atención veneciana al uso muy
rico del color para subrayar ropajes y efectos atmosféricos.
La escuela boloñesa comienza con los Carracci y continua con sus
seguidores más notables: Domenichino y Guido Reni. No fue sino hasa la
aparición de Tiziano que terminó por desecharse el clasicismo conservador que
promovían Bellori y los Carracci para dar paso a nuevas teorías de Lo Bello.
Resulta difícil distinguir contribuciones individuales en la obra de los
Carracci, sobre todo porque trabajaron juntos, como bodega, en grandes
proyectos como los frescos del Palazzo Fava en Bolonia.
Annibale fue siempre el más reconocido y por ello fue contratado por el
cardenal Odoardo Farnese para decorar la obra que, en consideración de
Bellori, es ápice del arte del Seiciento: el techo de Palacio Farnese. Se trata de
una obra que, sin embargo, pasó también trabaos para ser aprobada por el ojo
de la inquisición y produjo en Annibale un extremo agotamiento mental.
Para pintar los frescos del Palacio Farnese, Annibale pidió ayuda a su
hermano Agostino con quien terminó peleado por diferencias estéticas. En
otras partes de los frescos se ayuda por Francesco Albano y otros de su
bodega. En aquellos tiempos era costumbre que una obra, si gustaba al
cliente, fuese pagada con sustanciosos premios. El cardenal Farnese, sin
embargo (probablemente escudado en el hecho de que la obra hubiese podido
ser considerada pornográfica según los estándares de la contrarreforma) le
pagó sólo lo acordado y le regaló alguna cosa sin importancia. Annibale
Carracci cayó en una profunda depresión, sufrió la parálisis de un brazo y sólo
siguió trabajando gracias a los ayudantes de su bodega.
A partir de la crisis de 1600 (con Farnese), Carracci trabaja los murales
de la iglesia de Santiago de los Españoles en Roma, murales que, es sabido,
fueron terminados por sus ayudantes y aprendices.
Dichos murales fueron arrancados de las paredes cuando la iglesia se
vendió. Hoy se conservan en diversas colecciones de Barcelona y en Madrid, en
el museo del Prado.
En la Roma del Seicientos, dividida entre Francia y España, Caravaggio
es considerado por muchos representante de las ideas filofrancesas mientras
que Carracci de las ideas filohispánicas (distinción absurda que, sin embargo,
se reproduce a menudo). Lo cierto es que fueron coleccionistas españoles los
que más apoyaron a Carracci por lo que el museo del Prado cuenta con una
jugosa colección en la que destaca el Venus y Adonis.
Al igual que su primo y su hermano, Annibale trabajó el grabado y tiene,
como ellos, grabados eróticos —pornográficos— que se compraban a precios
muy altos y en secreto en la Roma del XVII.

Wittkower

Wittkower escribió Art and architecure in Italy para la universidad de Yale. El

volumen I trata del barroco temprano, esto es, de 1600 a 25. Wittkower nació

en Berlín en 1901 y su trabajo es un parte aguas en el estudio del barroco.

La obra comienza con el periodo que va de Sixto V a Paulo V, hacia

finales del XVI. Relaciona el concilio de Trento con su repercución en las artes

(1563) sobre todo en lo que tiene que ver con las recomendaciones estéticas

de la Contrarreforma.

La guerra de Paulo IV contra España en el XVI había sido un tremendo

error y luego del saqueo en 1527 Roma finalmente parecía volver al

humanismo, a las artes. Sixto V vuelve a la pugna contra España y más

adelante Clemente VIII reconcilia al estado pontificio con Enrique IV de

Francia.

El protestantismo comienza a declinar hacia principios del XVII. La restauración

es gradual. Algunas partes del norte de Europa regresaron a la fe católica.

Desde el punto de vista de la fe, los movimientos más importantes son el

Oratorio de san Felipe Neri y la Sociedad de Jesús, de san Ignacio.

Gregorio XIII reconoce el Oratorio y lo mueve a Santa María in Vallicella.

Clemente VIII lo apoyó firmemente.


Durante las últimas décadas del XVI irrumpen otra vez las artes en Roma

con Paulo V quien en sólo cinco años transformó la ciudad, hizo plazas como

Santa María del popolo, Santa María mayor y levanto obeliscos, fuentes y

mucha obra pública.

El principal problema del pontificado de Pablo V fue, sin embargo, la

conslusión de san Pedro. Se abandonó el plan central de Miguel Ángel y Carlo

Maderno terminó la fachada y la nave hacia 1602.

El principal escultor de Pío V fue Ambrogio Bonvicino, amigo de Federico

Zuccari y Cristoforo Ronccalli. En este periodo aparecen las obras del

arquitecto: Soria, San Gregorio Magno y la iglesia de San Sebastián de

Bazancio y de Ponzio quien construye la capilla paulina que alberga frescos de

Guido Reni y del Cavalier D'Arpino, Bazancio diseña Villa Borghese, Frascati el

jardín de Villa Mondragón, Flaminio Ponzio la fuente de Aqua Paola etcétera.

Poco a poco el marqués Vicente Giustiniani se transforma en el patrón

más importante de las artes después de Scipione Borghese. Giustiniani había

comprado el san Mateo rechazado por los franceses en san Luis. Recibió

también a Roncalli y al manierista Pomarancino.

Otro patrón importante hacia inicios del XVII fue Francisco del Monte.

Baglione afirma que los hermanos Astrubal y Ciriaco Mattei cayeron también

“en la moda” de Caravaggio aunque es verdad que también coleccionaron obra

del Pomarancino y de Celio.


Odoardo Farnese, por su parte, apoyaba a Annibale Carracci y a sus amigos y

familiares boloñeses. Entre los principales seguidores de los Carracci

(boloñeses también), están Domenichino y Lanfranco.

El tercer círculo de mecenas giraba en torno al cardenal Pedro Aldobrandini,

secretario de Estado y sobrino de Clemente VIII, firme opositor político de

Odoardo Farnese. Pedro Aldobrandino apoyaba al Cavaliere D'Arpino y su

secretario Giovani Battista hacía todo lo posible por coleccionar obras de

Annibale Carracci y del Domenichino. En este círculo se contaban también los

poderosos Monseñor Massani y Francesco Angeloni (secretario personal de

Hipólito Aldobrandini). Tanto Massani como Angeloni se concentraron en

coleccionar maestros boloñeses. Angeloni llegó a poseer unos 600 dibujos de

Anniballe Carracci.

Hacia inicios de siglo aparecieron nuevas iglesias y nueva iconografía como

producto de la contrarreforma: San Ignacio, la iglesia de San Carlos Borromeo

(San Carlo in Catenari) y San Carlo ai quatro fontane. Evolucionan los géneros

pictóricos, en particular la pintura del paisaje con nombres como Poussin y

Claude asociados también con el florecimiento del paisaje heroico y pastoral.

Fue sin embargo el italiano Salvatore Rosa quien estableció el tipo de paisaje

que en el siglo XVIII sería llamado Sublime.

Federico Borromeo coleccionaba al Caravaggio. Fue el quien compró el

canasto de frutas, aunque era admirador mucho más asiduo del arte de Paul

Bril y de Jean Brueghel


Paul Bril fue hermano menor de Mateo Bril y fue él quien trajo el paisaje

flamenco a Roma. Su maniera holandesa o flamenca cambió el panorama de

las artes romanas. A su vez Bril cambió de estilo cuando en contacto con

Muziano primero y más tarde con Annibale Carracci.

Sin duda Caravaggio es junto con Anniballe Carracci, la figura más importante

en este periodo en la ciudad. Si bien se dice que eran opositores, es también

cierto que Carracci era más revolucionario de lo que se piensa y Caravaggio

mucho más clásico. El lugar común, sin embargo, es considerar a Caravaggio

un revolucionario en contraste con Carracci.

Caravaggio nació en 1571 y vino a Roma donde trató de sobrevivir de

diversas formas. Finalmente consiguió trabajar para diversos pintores entre los

cuales destaca Antiveduto Gramatica y Giuseppe Cesari quien más tarde se

transformaría en Il Cavaliere D'Arpino. La vida de Caravaggio dio un giro

cuando entró a vivir en lo que hoy es el Senado Italiano con el Cardenal del

Monte. Fue el cardenal de origen español Francisco del Monte quien lo ayudó a

conseguir la comisión para la capella Contarini en San Luigi dei Francesi muy

probablemente en competencia con Carracci (quien por otra parte estaba

ahogado en trabajo).

Fueron particularmente influyentes en el nacimiento del barroco, El

entierro de Santa Lucía, la resurrección de Lázaro, el entierro de san Mateo y

el san Juan Bautista de Caravaggio.


Al otro lado del espectro artístico están los Carracci. Entre sus obras

maestras destacan la virgen y san Juan, el bautismo de Cristo, la virgen con

san Juan y san Francisco, la sagrada familia con san francisco, la prédica de

san Juan, la piedad, la huída a Egipto y por supuesto, la obra maestra de

Annibale Carraci: los frescos del palacio Farnese en el edificio diseñado por

Miguel Ángel que hoy alberga a la embajada de Francia.

Tanto Caravaggio como Carracci tuvieron sus seguidores. Gentileschi (tanto el

padre Orazio como la hija Artemisa) son algunos de los más notables, mientras

que los más notables seguidores de Carracci son Domenichino y Albani. En

particular es notable la influencia de Carracci en los frescos de San Gregorio

Magno y en los de Santa Cecilia en San Luis de los Franceses, ambos del

Domenichino. La ifluencia de Carracci en Albani es notable en su serie de los

elementos.

Baglione quien tanto despreció a Caravaggio tiene, sin embargo mucha

influencia de él. Su amor divino lo hizo en competencia con Miguel Ángel de

Caravaggio en 1601 quien había pintado un Amor Terreno para el cardenal

Giustiniani.

Domenichino es seguidor de Annibale Carracci como puede verse en los frescos

de San Gregorio Magno y los de Santa Cecilia en San Luis de los franceses.
Los boloñeses como grupo influyen particularmente a Guido Reni con su triunfo

de Sansón. Los boloñeses en Roma dan inicio al clasicismo barroco conocido

también como clasicismo romano-boloñés: De Reni, Atlanta e Hipómenes; de

Giovani Lanfranco el San Lucas , los Dioses en el Olimpo, la Virgen de la Gloria

y la cúpula de San Andrea Lavalle en Roma. Otras influencias notables de los

boloñeses están en Guercino (su Aurora, por ejemplo) y en la recepción en el

paraíso de Santa Petronila que se exhibe en los museos capitolinos de Roma.

Más allá de Roma la pintura florece en Bolonia con nombres como Spada y

Faccini; en Parma y en Ferrara con autores como Schedoni y, por supuesto, en

Nápoles, Florencia y Siena. Antonio de Enrico, por ejemplo, tiene un David

Caravaggiesco. Otros nombres fundamentales en el círculo ajeno a Roma son

Ansaldo y Fasela.

En arquitectura y escultura: Carlo Maderno (muerto en 1629): Autor de Villa

Aldobrandini en Frascati y Santa Susana en Roma; con Bernini y Borromini,

Maderno diseñó también el Palazzo Barberini.

Fabio Mangone, por su parte, construyó el colegio Suizo y Ricchino

diseñó San José y —también— el colegio Suizo. Fuera de Roma, Bianco

construyó la universidad de Génova.


En escultura destaca Stefano Maderno con su Santa Cecilia en la iglesia de la

santa; Bernini, Borromin y Tacca, autor de la estatua ecuestre de Felipe IV en

Madrid.

The Genius of Rome

Es una exhibición que exploró el nacimiento del barroco en Roma.

I. La pintura en Roma de 1592 a 1623. Comienza con el fresco de

Annibale Caracci en el Palazzo Farnese y los frescos en San Juan de

Letrán del Cavaliere D’Arpino (Madonna con San Pedro y San Pablo).

El tema del niño pelando una fruta de Caravaggio (1592). Otros

autores como Manfredi, Honthorst, Paul Bril, Rubens, Elsheimer,

Orazio Gentileshi, Barochi. Es la época de Clemente VIII (1603). Altar

de Santa María del Valicella. Guercino.

II. Gitanos y la vida en le calle. El arte de Caravaggio, lectora de fortuna.

Libros cómicos de los que venían, el juego de cartas de Caravaggio y

los seguidores. Caravaggio puede haber seguido a Campi quien hizo

los jugadores de ajedrez en 1530. Personajes cómicos, los pícaros,

Ariosto. Los gitanos en el mercado que terminan convirtiéndose en un

tópico. Obras como las de Bouet (activo en 1618), Valentín de

Boulogne.

III. La Pintura de la naturaleza. Frutas, flores y vegetales. Se parte otra

vez de Caravaggio con su Baco Enfermo (1593) y la influencia en el

desarrollo posterior de la naturaleza muerta. Zucchi, autor de las


cabezas de frutas hacia 1610, Bonsi, niño con melón (1620) y en

general, la aparición del barroco con estas frutas. Sallini, el amante

de Caravaggio (Mao), naturaleza muerta de 1621 y muchacho con

canasta y calabazas en 1610. Juan Brughel el viejo, vaso de flores de

1606. Cavarozzi y otros seguidores de Caravaggio, intérpretes de

flauta, etcétera.

IV. Sigue el tema de la música pintada tomando como punto de partida

Los músicos, de Caravaggio (1595). El intérprete de laúd (1598) la

Santa Cecilia de Guido Reni, Madonna con niño y san Juan de

Domenichino. Santa Cecilia interpreta al laúd de Artemisa Gentileschi

(1616); Sarraceni, Santa Cecilia y el ángel y el martirio del ángel

(1610) ambas influenciadas por Caravaggio, como Gramatica. Hay

otros artistas como Rombouts, Bouet, Spada, Manfredi, Tournier,

Valentín de Boulogne y Dick van Bouren.

V. Tradición clásica. La Galería Farnese 1597-1601 antes ya había

trabajado para Farnese en 1595 y probablemente el triunfo de Baco y

Ariadna sea el centro del fresco. Cristo aparece a san Pedro en la Vía

Apia, de Anniballe Carracci. El baño de Venus es muy imitado,

Domenichino, Santa Cecilia ante los jueces en San Luis de los

franceses. Francesco Albani, Sagrada Familia y la caída de Faetón,

Alboni, Guercino y Reni, todos ellos seguidores de Annibale Carracci.

Cómo comienza a tener una importancia preponderante el paisaje.

Autores como Vouet la Sagrada familia, por ejemplo.


VI. Retratística, desde el retrato simple hasta la resamblence parlante se

menciona el retrato de Maffeo bArberini de Caravaggio, de Prospero

Farinaccio del Cavaliere D’Arpino, Reratos de hombres de iglesia,

Domenichino, de una mujer de Anniballe Carrcci, el retrato de Guido

Reni hecho por Domenichino que intuyen ya el impresionismo, el

retrato de un joven de Domenichino y los autorretratos, de Bril, de

Regnier, Barocci, retratos de la familia Dellarovere, Rubens, Agostino

Carracci, con fantasías de locura y obras fantasiosas que se

encuentran en Nápoles. Autorretrato de Annibale Carracci quien se

pinta en un tripié, autorretrato de Bernini, de Vouet, de Valentin de

Boulogne y claro Anton Van Dyck.

VII. Nacimiento de la pintura del norte de Europa con mitos y un hincapié

en el paisaje. Juan Brughel el Viejo, de Carracci las tentaciones de san

Antonio Abad, de Guercino el Cristo coronado, de Reni San Francesco

coronado por ángeles, el Cavaliere D’Arpinto, Zucchi, pescadores de

coral y de Antonio Tempesta la muerte de Adonis, etcétera. Eisheimer

y la tradición del norte. Carlos Sarracceni, Rubens, el juicio de Paris,

lamentación sobre el cuerpo muerto de Cristo y Turchi llamado

L’Orbetto la resurrección de Lázaro (1617)

VIII. Paisaje en estado puro. Paisajes de Bril, Guercino, Lanfranco, la María

Magdalena llevada al cielo, cómo La Naturaleza entra en escena, el

Cavaliere D’Arpino, etcétera. El personaje central es Bril quien sigue a

Carracci de quien está el paisaje con río y el descanso en la fuga a

Egipto y su Magdalena penitente (dos versiones, una de las cuales


parece que se transforma en Cristo). Aguafuertes, arquitectura

incrustada en el paisaje.

IX. Las alas negras de la envidia, la competencia, la rivalidad, el plagio y

el parangón. Lucha entre Carracci y Caravaggio. Lucha en el

mecenazgo. Caravaggio y los cambios en La Conversión de San Pablo

(1600 y 1601) El nacimiento de la Virgen, la competencia en San

Lucas, Ecce Hommo, El Amor vencedor que después es paragonado

en Amor Divino y Amor Humano de Baglione del cual hay dos

versiones en 1602. Una en Berlín y otra en Roma, la de Berlín es más

tenebrista mientras que en la de Roma se ve claramente el demonio

que es Caravaggio. San Francisco en meditación de Caravaggio en

1603 y el San Francisco consolado por un ángel de Gentileschi y cómo

Baglione tiene una obra muy similar.

X. Entre lo sagrado y lo profano. De San Mateo y el Ángel al Cavaliere

D’Arpino, las burlas a Cristo, Las cabezas de Goliath, el tópico de San

Sebatián, Sadeler (dos versiones en 1595) el de Ruben 1608, el

tópico de El Sacrificio de Isaac, la Magdalena Penitente es un punto

interesante de comparación pues hay tanto en Caravaggio como en

Carracci y Susana y los viejos. También resulta interesante Judith y

Holofernes de Caravaggio y Artemisa Gentileschi. Termina con el san

Juan Bautista de Caravaggio.

XI. Esplendor de la escena nocturna. El Bosco, quema de Troya de

Elsheimer. Se retoma a Dante, Turchi L’Orbetto, lamentación sobre el

cuerpo muerto de Cristo de Hornhorst, Correggio y la Adoración de los


pastores, Bazano, etcétera, este tópico se presta mucho para el juego

con la luz que llevará también al Greco y a todo el juego con la luz

que comienza a alejar a la pintura del dibujo hacia la luz. Las

estigmas de san Francisco del Cavalier D’Arpino como de Caravaggio

y De Valentín de Boulogne hay una captura de Cristo y el Cavalier

d’Arpino que sigue a Caravaggio.

XII. Artes y oficios de la santidad. La contrarreforma. Lanfranco, Carracci,

Santa Cecilia de 1514 de Rafael, el Pomarancino, Guido Reni y el

Martirio de Santa Catarina, del Caravaggio, la Cena en Emaus, La

Madonna de los peregrinos dicha de Loreto. San Francisco en éxtasis

de Reni reinterpretando al santo en éxtasis y Rubens con san Gregorio

y la Madonna della Vallicella, Guercino, la Magdalena penitente y

Sarracenni, descanso en el viaje a Egipto. De Caravaggio también el

entiero de Cristo como obra fundacional del juego de sombras y luz

junto con el Martirio de Mateo.

Bibliografía
Bertelli, Carlo; Briganti, Giuliano y Giuliano, Antonio; coordinadores. Storia
dell’Arte Italiana. Milano, Electa, 1986, Vol. 3.

Borea, Evangelina y Gaspari, Carlo; curadores. L'idea del bello: viaggio per
Roma nel Seicento con Giovan Pietro Bellori. Ministero per i Beni e le Attività
Culturali. Roma, De Luca, 2000.

Wittkower, Rudolf Wittkower. Arte e architettura in Italia: 1600-1750, Torino,


Einaudi, 1958 (pp. 5-91; 127-307).
Brown, Beverly Luise. The Genius of Rome, 1592 - 1623, Royal Academy of
Arts. London: Thames & Hudson, 2001.

Anda mungkin juga menyukai