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Revista A.E.N. Vol. VI/. N. " 23.

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Entrevista con Jacques-Alain Miller

Francisco ESTEVEZ GONZALEZ *


Traducción: Victoria TORRES

Jacques-Alain MILLER es psicoanalista, el nombre de la AEN y en el mío propio,


editor - uno de cuyos principales cometi­ nuestro agradecimiento por haber acepta­
dos consiste en establecer los textos y la do realizar esta entrevista y por atenderla
publicación de los Seminarios de Jacques tan amablemente.
LACAN, tal como le encargó el propio
maestro escritor, prestigioso conferen­ - Yo agradezco, por mi parte, a la
ciante y profesor especializado en los fun­ AEN, a su Revista ya las personas que se
damentos del psicoanálisis. En la actuali­ han preocupado por estos temas, su inte­
dad dirige el Departamento de Psicoanáli­ rés y su preocupación por todo lo que
sis de la Universidad de París VIII. Es concierne al psicoanálisis y, en especial, a
miembro del Consejo de la Escuela de la la enseñanza de LACAI\I.
Causa Freudiana, editor de las publicacio­
nes del Campo Freudiano y director de la - ¿Cree Vd. que a los seis años de la
revista Ornicar, una de las más importan­ muerte de LACAN estamos iniciando una
tes publicaciones psicoanalíticas en el pa­ época que podríamos denominar post­
norama internacional. Está casado con lacaniana, entendiendo por esto una
Judith MILLER - hija de LACAN -, presi­ aproximación crítica y respetuosa, a la
denta de la Fundación del Campo Freu­ vez, a su obra desde fuera del ámbito la­
diano, con la que tiene dos hijos. Ha visi­ caniano?
tado España en numerosas ocasiones, - Es exacto que estamos ahora en el
pronunciando conferencias, dictando se­ sexto aniversario de la muerte de Jacques
minarios e impulsando la articulación de LACAN, producida el nueve de septiembre
grupos de estudio psicoanalíticos en di­ de 1981, y es verdad que esta muerte tie­
versas ciudades. Es asesor editorial de la ne su peso en el psicoanálisis y constituye
revista «El Analiticón», publicación del un punto de referencia. Ahora bien, a mí
Campo Freudiano en España. no me gustan, en general, las denomina­
Jacques-Alain MILLER nos recibe en Pa­ ciones que se forjan a partir del prefijo
rís, en su casa de la rue d'Assas, frente al post. Porque este prefijo, por sí mismo,
Parque de Luxemburgo, punto de refe­ parece presuponer que un concepto, por
rencia de muchos psicoanalistas de dife­ el único hecho de venir después, quedaría
rentes países, entre los cuales se encuen­ superado.
tra un importante número de españoles. Es cierto que hay, sin duda, post­
-Deseo expresarle, en primer lugar, en freudianos; pero pensemos que precisa­
mente por instalarse como post han eludi­
(*) Psicoanalista. Hospital de Día de Pando do lo esencial del aporte de FREUD. Y es
(Principado de Asturias), Psicólogo Clínico. por eso por lo que LACAN se siente justifi­

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cado, en el comienzo de los años 50, para En lo que a mi respecta, dejo a los de­
promover un retorno a FREUD. Esto no más el privilegio de ser post-Iacanianos a
quiere decir que él desconociera sus tra­ su manera. Yo me contentaría con no es­
bajos. LACAN no solamente estudió a tar después de LACAN, sino con LACAN.
FREUD, sino que adquirió conocimiento Todas estas son concepciones que re­
minucioso de sus discípulos, los post­ posan sobre el mito del progreso asociado
freudianos. a la cronología, que está completamente
Un cierto número de personas en Fran­ al margen de la cuestión. ¿Criticar a LA­
cia son conocidas actualmente como CAN? ¿Por qué no? Pero no es tan fácil.
post-Iacanianos. Pero ya en vida de LA­ Yo mismo critico a LACAN, e incluso
CAN comenzó el post-Iacanismo. Puedo muestro cómo el propio LACAN introdujo
decir que comenzó al mismo tiempo que esta crítica en su enseñanza. Es lo que yo
LACAN, ya que, apenas formuló los funda­ he denominado LACAN contra LACAN.
mentos enunciados en 1953, comenzaron LACAN merece el respeto por haberse
enseguida a objetarle que olvidaba los consagrado intensamente a su trabajo du­
afectos, la energía, la pulsión, el incons­ rante más de medio siglo. El era sensible
ciente. ¡Y bien!, ¡el post-Iacanismo co­ ante los efectos sociales que podían pro­
menzó en 1953! Y a lo largo de su avance ducir los aspectos anacdóticos de su per­
hemos visto a un cierto número de sus sonalidad. Puedo decir que tanto en su vi­
alumnos separarse paulatinamente de es­ da privada como en su vida pública era
ta enseñanza para inaugurar su estilo pe­ una persona coherente, ante todo un tra­
culiar de post-Iacanismo. El post­ bajador, y creo que por ello merece el res­
lacanismo es mucho más antiguo que el peto de aquellos que le conocieron. Para
lacanismo. Np es una novedad. Tenemos algunos merece incluso veneración.
el post-Iacanismo estilo Laplanche­
A medida que el tiempo vaya transcu­
Pontalis, que ha dado a la comunidad
analítica un diccionario que es el mejor en rriendo se reconocerá cada vez más que
su género, una obra de erudición 'freudia­ en psicoanálisis, después de FREUD, ha
na apoyada en los primeros años del Se­ estado esencialmente LACAN. No es el
minario de LACAN. único creador. También está Melanie
KLEIN, que estuvo a punto de hacerse ex­
Tenemos el post-Iacanismo de la psico­ cluir de la Internacional, y que es cierta­
terapia institucional. El propio TOSQUE­ mente una creadora. Pero creo que el vín­
LLES ha recordado a menudo la importan­ culo entre la obra de FREUD y la enseñan­
cia de LACAN, del trabajo del LACAN psi­ za de LACAN es mucho más estrecho.
quiatra, en las elaboraciones de sus pri­ FREUD descubrió la práctica analítica, LA­
meras intuiciones. En ellas se asienta un CAN intentó fundamentarla. Es cierto que
tipo de post-Iacanismo que ha tenido en hay una diferencia entre las referencias
ciertos aspectos una influencia benéfica científicas que permitieron a FREUD inven­
en la psiquiatría. Tenemos el post­ tar el psicoanálisis y las referencias cientí­
lacanismo de Franc;oise DOLTO, con su ficas que han permitido a LACAN funda­
influencia en psicoanálisis de niños. Tene­ mentarlo. Es un desplazamiento que no
mos, también, un post-Iacanismo femi­ resulta sorprendente a los que tienen co­
nista en Francia. nocimientos sobre la historia de las cien­
Bien, yo creo que no llegaré a enume­ cias y las nociones epistemológicas. Esta
rarlos todos, ya que hay, incluso, post­ fundamentación, LACAN, no la refirió a las
lacanismos heréticos, si así se puede de­ ciencias de la vida -como FREUD - sino a
cir. En efecto, psicoanalistas que no son las ciencias humanas, especialmente a la
lacanianos mezclan, actualmente, aporta­ Lingüística, a la Antropología Estructural
ciones de LACAN con las de sus diferentes y a la Lógica Matemática. Y creo que es
ensayos teóricos. ¡Muy bien! coherente con lo que es hoy la evidencia

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misma de la práctica psicoanalítica: a sa­ HUSSER. Ahora bien, en LACAN había al­
ber, que ella procede ante todo mediante go especial.
un intercambio de palabra. Por eso es Cuando yo lo conocí, en la Escuela
preciso dar cuenta de cómo el lenguaje Normal Superior, inaugurando su ense­
tiene una incidencia sobre lo real del suje­ ñanza con SPINOZA y DESCARTES, recupe­
to. De esta hipótesis inaugural es de don­ rando las cuestiones que estos autores
de LACAN concluye que el inconsciente habían introducido en su época y trayén­
está estructurado como un lenguaje. Es la dolas al presente, pero sin extrapolarlas
hipótesis más sencilla para explicar que la del todo de su contexto histórico, siguién­
palabra puede tener incidencia sobre el in­ dolas desde el punto de vista del sujeto y
consciente. Mientras que esta hipótesis con un coeficiente de intemporalidad pro­
fundamental no sea puesta en cuestión pio del inconsciente, descubrí algo espe­
seremos lacanianos, no post-Iacanianos. cial.
Que en disposición de tener, en lo que Lo que es cierto es que la mayoría de
concierne al inconsciente, otra perspecti­ las veces hay un ambito entre lo que era el
va. No hay por qué excluirlo a priori. Per­ trabajo y la cultura de LACAN y lo que es el
no no creo que sea éste el caso. Yo con­ trabajo y la cultura de los que intentan
sagro mis esfuerzos a reformular la ense­ leerle, ya que en esa época hubo en Fran­
ñanza de LACAN, a intentar precisar, a la cia una importante tradición de médicos
vez, sus matemas.y sus aporías. Pero eruditos y cultivados. Yo no estoy seguro
nada, hasta el momento, me permite in­ que esta tradición perdure.
validar esta hipótesis de partida. La clínica de LACAN está constante­
mente presente en sus Escritos. Cuando
-LACAN era un gran clínico. Sin em­
habla del saber o de la certeza se puede
bargo, su enseñanza ha trascendido, fue­ creer que son categorías exclusivas de la
ra de los ambientes lacanianos, como ex­ certeza cartesiana y del saber hegeliano.
cesivamente teórica y cuajada de fórmu­ Pero, sin embargo, son también más pró­
las. ¿A qué cree Vd. que se debe esto? ximas a la experiencia cli'nica. La certeza,
- Estoy encantado que la AEN diga por ejemplo, ya fue utilizada como un ras­
que LACAN era un gran clínico. Es total­ go del carácter paranoico en el siglo XIX.
mente exacto. En efecto, mucho antes de La duda, por ejemplo, no es simplemente
ser reconocido como. un gran teórico, co­ un procedimiento empleado por DESCAR­
mo un GúNGORA del psicoanálisis, LACAN TES en sus meditaciones, sino también un
era, ante todo, conocido desde su juven­ síntoma obsesivo. Estas categorías
tud como un clínico emérito, a quien se -siendo muy elaboradas- están presen­
peqía referencia cuando había un caso di­ tes en los datos inmediatos de la clínica.
fícil. En el Hospital de Sto Anne, en esas Por el contrario muchas categorías ordi­
ocasiones, Jean DELAIS decía: pregunté­ narias del pensamiento psiquiátrico son
mosle a LACAN. una pantalla que impide tener relación di­
Puedo decir que LACAN no era un filó­ recta con lo que dice el paciente; son un
sofo y jamás fue conocido como filósofo tapón. En este sentido, si se sabe abor­
por los filósofos. Es un producto de la for­ darlos, los Escritos y los Seminarios de
mación médico-psiquiátrica y no de la Es­ LACAN son de un gran testimonio clínico.
cuela Normal Superior. Lo que sucede es Añadiré que hay una dificultad en los
que en aquel tiempo había una especie de Escritos de LACAN que proviene de su ca­
comercio familiar con los más importan­ rácter de precursor. He ahí alguien que en
tes autores de la tradición filosófica y del 1955 hablaba de cibernética y de princi­
pensamiento, de un frescor extraordina­ pios de informática. Eso fue necesario en
rio. Estaban, Michael FOUCAULT, Jacques ese tiempo, en que se emergía de una
DERRIDA, Roland BARTHES, Louis ALT- teolog ía fenomenológica, existencialista .

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Actualmente es mucho menos sorpren­ de entonces. Por eso fue necesaria la lle­
dente emplear recursos de la lingüística o gada de LACAN, para realizar una relectu­
de la lógica matemática, al tratar cuestio­ ra metódica, desde el punto de vista clíni­
nes clínica, que hace 30 años. co, de los cinco grandes historiales de
En este sentido debo decir que la for­ FREUD.
malización que requiere el estudio de LA­
Es cierto que a medida que LACAN fue
CAN exige que el que desee aproximarse a
afinando estos conceptos reformuló las
su obra se vincule con el objeto de la inves­
grandes posiciones subjetivas de las cate­
tigación, ya que la clínica no es solamente
gorías clínicas, las distinguió. En lo que se
la clínica del sujeto, y uno mismo está ahí
refiere a la psicosis, elaboró, a partir de
concernido. Por eso es preciso avanzar en
los textos de FREUD, la categoría de la for­
el estudio del ser y no sólo del saber ha­
clusión, diferenciándola de la represión.
cer. Hay que reconocer que ciertas perso­
Esto fue así desde los comienzos de su
nas se comprometen con la psiquiatria
enseñanza. Pero lo hizo apoyándose en la
precisamente para tratar la clínica como
letra escrita de FREUD. La misma palabra­
un asu nto del otro y no el suyo propio.
verwerfung, que finalmente tradujo por
forclusión, tras haberla traducido primero
- Teniendo en cuenta la distancia a la
por rechazo, la extrajo de un pasaje del
que Vd. aludía, entre FREUD, en tanto que
análisis de FREUD de «El hombre de los lo­
inventor del psicoanálisis, y LACAN, en
bos». Posteriormente dio todo su valor a
cuanto que fundamentador del mismo
esta fórmula a propósito de las «Memo­
¿tendrá esto como resultado una clínica
rias del Presidente SCHREBER», cuya re­
diferente también, es decir, una clínica
lectura realizó desde FREUD. No olvide­
freudiana y una clínica lacaniana?
mos que la elaboración de FREUD data de
-No. Yo creo que precisamente en es­ 1910-1911 y sitúa en primer plano el com­
te punto la clínica lacaniana es la clínica plejo de castración, mientras que LACAN
freudiana. En concreto que la distinción estudió el caso a partir de las categorías
de estructura entre neurosis y psicosis, que el propio FREUD elaboró con posterio­
planteada por FREUD, es retomada por LA­ ridad, retrotrayéndolas sobre los textos
CAN; dentro del campo de la neurosis, es objetivo de estudio. Del mismo modo,
también subrayada por LACAN; que el ca­ apoyándose en el diagnóstico que FREUD
rácter fundamental de la histeria -tal co­ hizo de su fracaso con DORA, LACAN pudo
mo lo articula FREUD - es también recogi­ valorar en la histeria la función de la otra
do y validado por LACAN. Lo que existe es mujer y la identificación mascualina. En
una reformulación de los datos clínicos cuanto a la neurosis obsesiva, concedió
por LACAN, que le condujo, ante todo, al especial importancia, a partir del caso de
punto de partida, a través de una lectura «El hombre de las ratas», al hecho de que
minuciosa de los casos freudianos en una precisamente la función del padre se aco­
época en que eran ignorados por los post­ moda muy bien a la idea del padre muer­
freudianos. Ellos creían haber superado a to, e incluso señaló que esa es la noción
FREUD. Pensaron, en primer lugar, que la que sirve de vínculo entre los textos de
primera tópica de FREUD -consciente, in­ «El hombre de las ratas» y «Totem y ta­
consciente, preconsciente- estaba supe­ bú». En fin, si se tiene en cuenta la posi­
rada por la segunda tópica -yo, ello y ción freudiana de LACAN se comprende
superyo -. Así que dejaron caer un alfiler que las categorías recientemente elabora­
de la obra de FREUD y se quedaron con el das bajo el nombre de borderlines no tie­
yo, el ello y el superyo. Cuando se intere­ nen cabida en su clínica. Ciertamente en­
saron por las obras iniciales de FREUD lo contramos casos en los que es difícil dife­
hicieron sólo con la intención de mostrar renciar neurosis de psicosis, pero que sea
hasta qué punto se había progresado des- difícil ~o justifica que debamos emplear

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categorías que no demuestran más que no existe posibilidad de un franqueamien­


nuestra impotencia diagnóstica. to estructural.
Asistí durante muchos años a la pre­
sentación de pacientes por parte de LA­ -¿Cree Vd. que en algunos sujetos se
CAN, que tenía lugar en el Hospital de Sto puede hablar de una estructura psicoso­
Anne, en público, delante de sus alumnos mática, en tanto que estructura psíquica
-unas 30 ó 40 personas-o Es cierto que diferenciada de las mencionadas hasta
en determinados casos no se podía saber ahora por el psicoanálisis?
si se trataba de una histeria o de una psi­
cosis. Cuando ello ocurría incluso al final - En París estamos reflexionando ac­
del examen, LACAN invitaba al equipo a tualmente sobre los fenómenos psicoso­
intentar decidir en un sentido o en otro. máticos. El año pasado hemos constitui­
Numerosos analistas pierden el sentido do un grupo de investigación especial so­
propio de la histeria, su plasticidad, y se­ bre el tema y se van a publicar los trabajos
leccionan como analizables sólo casos recogidos. Pero no hemos hablado de es­
que se ubican en la vertiente obsesiva. En tructura psicosomática. El grupo de in­
el fondo desconocen hasta donde puede vestigación está enseñando, en primer lu­
llegar la histeria. Pero además tienen muy gar, a distinguir en el síntoma psicoanalíti­
poco de psiquiatras, incluso poseyendo co estas marcas. Estos fenómenos son
formación psiquiátrica, ya que utilizan en señales sobre el cuerpo carentes de es­
exceso palabras y terminología de casos tructura: no tienen la estructura del len­
psicóticos, sin tener el rigor que los laca­ guaje propia del síntoma psicoanalítico. El
nianos hemos heredado de KRAEPELlN y síntoma freudiano es un mensaje median­
de la tradición psiquiátrica francesa. LA­ te el cual el sujeto es llevado a dar sentido
CAN era heredero de estas tradiciones, y a través de los mecanismos de desplaza­
para hacer un diagnóstico de psicosis ex­ miento y condensación, que LACAN sim­
ploraba rasgos muy especiales: fenóme­ plificó llamándoles metonimias y metáfo­
nos elementales, automatismo mental ... ra. Los fenómenos psicosomáticos no
En fin, no basta una despersonalización responden a ninguno de estos mecanis­
histérica, ni un pánico obsesivo, para po­ mos. Se presentan, más bien, como una
der ser etiquetado de psicótico. Hay ahí letra, como un jerogllfico marcado sobre
una insuficiencia patente de la descrip­ el cuerpo. Piense Vd. en los eccemas, por
ción clfnica. ejemplo. Emergen en relación directa con
un traumatismo, sin que aparezca una
elaboración de saber, es decir, un despla­
-¿Hay un terreno franqueable entre la zamiento, o una represión que comporte
neurois y la psicosis? un desplazamiento. Pero como Vd. sabe,
- ¡No! no hay franqueo. En ocasiones estos fenómenos se encuentran frecuen­
hay histerias que se revelan incurables, temente en las neurosis. Es cierto que se
histerios que pueden manifestarse como podría eventualmente hablar de sujetos
una completa locura, pero que no supo­ psicosomáticos, de un sujeto que tiene
nen, sin embargo, una psicosis porque no tendencia a expresar los traumatismos de
hay forclusión del nombre del padre. Pue­ su historia de manera directa sobre su
de ocurrir que haya psicosis que se estabi­ cuerpo, como si hubiera ahí una especie
licen, es decir, que un síntoma venga a de deficiencia de la función simbólica. De
hacer la función del nombre del padre, un sujeto que en lugar de reprimir o des­
que permita la reconstitución de un orden plazar se remitiera a su cuerpo. Pero hay
del mundo. Pero esto no transforma al su­ que constatar que esto nos parece ser, a
jeto en un neurótico. Si queremos una de­ pesar de todo, un enclave en la neurosis,
finición rigurosa de la psicosis, está en más que una estructura sui géneris. Así es
FREUD, que, al igual que LACAN, dice que como lo abordamos.

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-En un artículo suyo titulado ((Esqui­ sujeto, en su feminización -. Es cierto


zofrenia y Paranoia)) señalaba Vd. la par­ que LACAN ha desplazado el acento freu­
simonia de LACAN en sus explicaciones diano, pero lo ha hecho en conformidad
sobre la esquizofrenia. Decía también que con FREUD, repensando la psicosis a partir
el concepto bleuleriano de esquizofrenia de la matriz edípica y del complejo de cas­
es una producción del discurso analítico. tración. Esta elaboración no estaba aun
¿Cómo se explica entonces esta parsimo­ completa en FREUD en la época en que es­
nia de LACAN? O, en otras palabras, ¿qué cribió el caso SCHREBER. Cuando LACAN
es la psicosis? habla de forclusión del nombre del padre
para calificar la causa fundamental de la
-LACAN hace, en efecto, una diferen­
psicosis, lo hace aplicando sobre el caso
cia en el campo de la psicosis entre para­
SCHREBER las categorías que FREUD elabo­
noia y esquizofrenia. La paranoia es un
ró con posterioridad a 1910-1911.
concepto psiquiátrico. LACAN lo valida.
En lo que se refiere a los determinantes
Incluso lo utilizó en su gran tesis sobre la
biológicos de la psicosis, LACAN no toma
psicosis paranoica. Contrariamente, la es­
una posición tajante. No excluye que un
quizofrenia responde de modo explícito al
día se descubran tales causas. Pero esto
esfuerzo, por parte de BLEULER, por llevar
no exime al terapeuta de la confrontación
al campo de la psicosis los mecanismos
con el sujeto, que es quien produce el
resaltados por FREUD, por llevar al campo
sentido ante dichos determinantes. El su­
de la psicosis los mecanismos resaltados
jeto es quien significa los datos de la bio­
por FREUD en la neurosis. Es el resultado
logía. Una persona puede nacer con una
del intento de aplicación del descubri­
joroba. Esto, como tal, no es un hecho de
miento freudiano al campo de la psicosis.
lenguaje. Pero esa persona puede consi­
A los ojos de LACAN, el nudo estructural
derarse víctima de una injusticia y vivir su
de la psicosis viene dado por la paranoia.
vida desde esa posición; o puede hacer de
El abordaje psicoanalítico de la psicosis
esto un blasón. A partir del momento en
llega tan lejos como la paranoia. Por eso
que hay lenguaje y sujeto de la palabra,
el caso SCHREBER es tan paradigmático
no existen determinantes biológicos pu­
para nosotros, porque es en cierto modo
ros. Todos ellos se han subjetivado y, por
intermediario entre la paranoia y la esqui­
lo tanto, pueden ser interpretados. Si se
zofrenia, y nos permite atrapar, desde el
admite el ejemplo de la joroba, se com­
punto de vista de la paranoia, fenómenos
prenderá que ninguna aproximación bio­
que pertenecen ya al dominio de la esqui­
lógica a la psicosis puede llegar a hacer
zofrenia. El diagnóstico que hicieron de
vano el esfuerzo por desanudar la subjeti­
SCHREBER los psiquiatras de su tiempo es
vación.
el kraepeliano «dementia paranoides».
Hay una razón fundada por la parsimo­
-¿Por qué no admitir que uno de los ob­
nia de LACAN: desde el punto de vista
jetivos del análisis es curar, aliviar a la per­
analítico lo que es abordado en primer lu­
sona que sufre, e intentar que desaparez­
gar en el campo de las psicosis no es su
can algunos de sus síntoma?
conjunto, sino aquello que podríamos de­
nominar la paranoicidad del caso psicóti­ -Ciertamente. Ni LACAN ni los lacania­
ca. FREUD, en su abordaje de la psicosis nos rehúsan admitir esto. En efecto, com­
valora, por ejemplo, la homosexualidad. prometerse en un análisis sólo para aumen­
LACAN, por el contrario, considera esto tar el conocimiento del espíritu humano
totalmente secundario. El habla del em­ es bastante fútil. Por regla general alguien
puje hacia la mujer, de la emergencia de pide un análisis porque sufre. No es irra­
una libido que no está contenida en los lí­ zonable pensar que el psicoanálisis pueda
mites fálicos -por lo tanto de un goce contribuir a aliviar o a hacer desaparecer
más allá del falo que se traduce, para el los síntomas. Creo que esta pregunta se

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basa en una cierta imcomprensión de lo to de algo preciso. Luego, esta transfe­


que LACAN formuló: la curación viene por rencia «salvaje» toma una forma operati­
añadidura. Esto está en FREUD, y LACAN va en la sesión analítica; deviene motivo
simplemente lo señala. Ahora bien, que­ de trabajo. La transferencia debe estar
rer curar no es el deseo más adecuado en conectada con la regla de la asociación li­
un psicoanalista, ya que para ello es preci­ bre, lo que supone la creencia de que se
so tener una idea previa de lo que es el puede decir lo que se quiera, en cualquier
bien del sujeto. En el orden físico sí se po­ orden, y sin saber lo qué, y que eso ten­
dría admitir. Si una mano no funciona, el drá un sentido en el marco analítico. Ahí
bien del sujeto es operarla para que reen­ tenemos la transferencia operativa.
cuentre su movimiento. Pero en el análisis El problema de la instituciónes -que la
no hay una idea previa sobre el bien del selección del paciente no se hace sobre
sujeto. Al contrario, eso debe elaborarlo estas bases sino sobre casos sociales; es
el propio sujeto en el curso del análisis. decir, porque el síntoma del sujeto pertur­
Por eso es importante que un analista no ba el orden social y familiar. Es verdad
prejuzgue. que también puede ser conducido a la ins­
Si un homoxesual viene a Vd. porque titución por propia iniciativa, queriendo
sufre con su homosexualidad, Vd. no tie­ resguardarse de su propio síntoma. En es­
ne que prejuzgar si la salida del análisis se­ te sentido es necesario que haya institu­
rá que encuentre su objeto en las mujeres ciones de cura. Hacerlas desaparecer es
o que se reconcilie con su homosexuali­ desconocer que hay un real de la psicosis
dad. En todo caso, si Vd. toma partido que no es reductible al sentido que pueda
para hacerle amar a las mujeres no es se­ tomar en los diferentes contextos cultura­
guro que el análisis pueda proseguir. les. Pero cualquiera que sea el modo de
FREUD ponía en guardia contra el furor te­ entrar en la institución - incluso sin la
rapéutico. LACAN aclara -y ello no exclu­ transferencia previa - implica toda una
ye lo anterior- que en esta búsqueda de pre-interpretación del síntoma para el pa­
la verdad del deseo que es el análisis re­ ciente. Puede ocurrir que, a través de las
sulta como beneficio secundario un alivio entrevistas terapéuticas, el sujeto tenga
del síntoma. Pero, en ocasiones, una con­ desde él mismo una idea de lo que podría
dición para obtener esto requiere no cen­ ser un análisis, de lo que podría ser hablar
trar al sujeto sobre el síntoma, sino dejarlo con total libertad a otro, no solamente de
desarrollar su pregunta. lo que va mal, sino más profundamente
de su deseo. Esto puede suceder desde la
- Deseo hacerle una pregunta con dos entrevista terapéutica. En este punto el
enunciados: ¿La transferencia es una con­ terapeuta puede decidir invitar al sujeto a
dición previa a la iniciación del análisis o proseguir en otro lugar de iniciativa propia
es un esfuerzo de la sesión analítica?, y el trabajo, lo que implica que el sujeto to­
¿cuál es la dimensión del trabajo del psi­ me sobre él mismo la carga de su trata­
coanalista más allá del diván, por ejemplo, miento. O puede intentar continuarlo
dentro de la institución de salud mental? dentro de las dimensiones del marco insti­
tucional. En Francia hay servicios públi­
- Una condición para que la demanda de cos en donde se admite un reglamento
análisis esté convenientemente articulada privado del acto. No sé si esto es posible
es que haya una noción previa del análi­ en España. Incluso en Francia es limitado.
sis, y una pre-interpretación por el propio Se puede concebir otra presencia del
sujeto de su síntoma, es decir, la sospe­ analista en la institución. Su formación
cha de que su síntoma quiere decir algo puede permitirle situar los efectos incons­
que él no sabe pero que podría saber. Pa­ cientes de la estructura en la institución,
ra que haya esta demanda es preciso que referir los efectos devastadores del dis­
esta interrogación sea activada a propósi­ curso del amo. Sin embargo, muchos te­

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rapeutas analistas son empleados en las es una explicación sino más bien un orá­
instituciones a título de locos: dicen la culo. Es hecha de tal modo que reenvía al
verdad, pero esta verdad no tiene ningu­ sujeto directamente a la pregunta ¿qué
na consecuencia sobre la marcha de las me quiso decir?
cosas, y no provoca ningún recelo en la El deseo del analisis no es reductible a
autoridad. Yo no creo que los psiquiatras los sentimientos del analista -positivos o
puedan huir de su responsabilidad de negativos - que tiene como sujeto hacia
mantenedores del orden institucional. su paciente. El error de la teoría de la con­
Hay tensiones y antinomias que pueden tratansferencia no consiste tanto en des­
estar implicadas en el trabajo. Así ocurre cribir el conjunto de sentimientos del ana­
por ejemplo en el diagnóstico. Creo que lista como en establecer una simetría en­
en el análisis se mantiene una agudeza tre analista y analizante. La disciplina pro­
diagnóstica que a menudo ha desapareci­ pia del analista requiere dejar a un lado la
do de la formación psiquiátrica, o que es contratransferencia -inoperante en la
pensada a partir de los medicamentos. La cura - ya que sino se toma al paciente
clínica está siendo reducida a la referencia como un medio para analizar el propio in­
química. Creo que sería de interés para consciente. Hay analistas que no se reca­
Vd. y para su revista interrogar a los psi­ tan en decir que prosiguen su análisis a
quiatras lacanianos jefes de servicio, que través del análisis de sus pacientes. Esto
intentan tener en cuenta la enseñanza de es inconcevible desde el punto de vista de
LACAN en la organización misma de su LACAN. Si tienen que proseguir su análi­
servicio. sis, ¡que se dediquen a otra cosa! En el
análisis no se opera como sujeto del in­
consciente, s opera a partir del deseo del
- ¿ Por qué LACAN prefiere hablar de
analista, que consiste en ofrecer un lugar
deseo del analista en vez de contratrans­
vacío para que venga en él a formularse el
ferencia?
deseo del paciente.
- LACAN ha hablado de deseo del ana­
lista, pero no se refiere al deseo de talo
-¿Hay algún punto de intersección po­
cual analista, sino a un deseo en cierto
sible entre la investigación científica y la
modo atípico, propio de su función. El de­
práctica psicoanalítica?
seo se define como aquello que no puede
ser dicho ni pedido, pero que se desliza - La presencia del deseo del analista
bajo lo dicho o lo pedido, que nunca está tiene efectivamente como consecuencia
en posición explícita, sino alusiva, que es que el campo freudiano no tenga la es­
la respuesta a la pregunta ¿qué quiere de­ tructura del campo científico, tal como se
cirme cuando me dice esto? En este senti­ concibe a partir del siglo XVII. Es cierto
do, el modo propio de decir del paciente que la situación del deseo en la ciencia su­
es la demanda. El modo propio de decir pone en el fondo una forclusión, ya que
del analista es la interpretación. En la me­ no se interroga acerca de la causa del de­
dida que la interpretación es también un seo, ni siquiera se cuestiona el deseo mis­
decir comporta necesariamente un cierto mo. Esto supone suturas en el sujeto,
tipo de deseo, que es el deseo propio del puesto que el discurso científico está ela­
analista, ya que ningún discurso es amo borado desde un punto de vista de un su­
del deseo .que expresa. La paradoja de la jeto anónimo, impersonal y universal. En
posición del analista es que debe dominar el psicoanálisis, en cambio, se trabaja a
el deseo que su decir comporta, para que partir de un sujeto particular y desde una
pueda aparecer en ese lugar el deseo del experiencia que no es repetible. Es por
otro. Su deseo debe ser en si mismo una eso que no hay experimentación en psi­
especie de X, y su decir una alusión. Por coanálisis. De ahí que haya una tensión
eso LACAN decía que la interpretación no entre ciencia y psicoanálisis que hace difí­

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cilmente validables científicamente las de­ lantar referencias que sean comunes al
mostraciones psicoanaliticas. No es fácil que habla y a sus oyentes. La referencia
que se pueda probar el inconsciente des­ un caso personal, por un analista, com­
de el punto de vista científico, desde el porta siempre un coeficiente de incerti­
momento en que esta prueba tiene lugar dumbre para sus oyentes, mientras que
en la experiencia de un sujeto. Esta condi­ reflexionar sobre formaciones culturales
ción contraviene al criterio científico. tiene la ventaja de que todo el mundo
Creo que es preciso admitir que el psicoa­ puede remitirse a ello. Así LACAN elaboró
nálisis no es una ciencia y que no opera la clínica del deseo tomando como pre­
en el nivel de las condiciones del discurso texto la tortilla de SHAKESPEARE. Es decir,
científico, lo que no impide afirmar que el hay un cierto desfase que permite a la clí­
psicoanálisis es impensable fuera de la in­ nica formularse mejor a partir de datos
vención de la ciencia, ya que el sujeto del que están en la cultura, en un cierto saber
que se trata en psicoanálisis producido común.
por DESCARTES. Un sujeto del que ha sido
evacuado todo lo que es del orden de la - Hace algunos años expresaba Vd. su
representación del saber previo. El psi­ oposición a un posible estatuto del psi­
coanálisis es impensable fuera del discur­ coanalista garantizado por el Estado. ¿Si­
so de la ciencia, pero esto no quiere decir gue siendo su postura?
que lo sea. Fuera hasta el extremo, si se
-Seguro. Creo que un analista no ana­
quiere, el principio científico.
liza a partir de su saber, sino a partir de los
resultados de su propio análisis. El análisis
- En lo que se refiere a la construcción es un proceso esencialmente privado y
de la teoría el psicoanálisis ha estado apo­ confidencial que no se presta a garantías,
yándose -oscilante- entre los funda­ ni siquiera a la del Estado. al decir LACAN
mentos del orden clínico y los fundamen­ que el analista no se autoriza más que por
tos del orden de la cultura. ¿Le parece a si mismo no hizo otra cosa que extraer
Vd. que en algún momento el apoyo se ha consecuencias de la estructura misma de
desequilibrado en exceso sobre uno de la experiencia. Lo único que puede ser
estos polos? una garantía es, al cabo de un cierto tiem­
po, la regularidad de la práctica. Es una
- Sin duda que hay dos órdenes, pero es­
solemne tontería el título de garantía de la
tán relacionados. En el abordaje del sujeto
Escuela de la Causa Freudiana, no se re­
el psicoanálisis nos da una perspectiva
fiere más que ? esa regularidad en refe­
donde se ordena a la vez la clínica y la cul­
rencia al propio analista. El Estado no tie­
tura. Es lo que FREUD se plantea con el
ne nada que ganar con mezclarse en esta
término sublimación: no hay discontinui­
práctica; de hecho en ningún lugar se
dad entre las categorías más elaboradas
mezcla, y cuando lo hace, se acaba el
de la cultura y las que encontramos en la
análisis; que es.,el caso de los países del
clínica más cotidiana. Si partimos de las
Este. Esta positión no es solamente la mía
categorías del sadismo y el masoquismo
y la de los lacanianos, es la de todos los
¿cómo olvidar que estas categorías cll'ni­
psicoanalistas.
cas toman como emblema a escritores?
Tratándose de la perversión, se ve perfec­
-¿Cuál debe ser el proceso de forma­
tamente que han sido determinadas ela­
c/ón de un psicoanalista?
boraciones de la cultura las que nos han
dado el índice c1fnico más seguro. Creo -Creo que es preciso, sobre todo, evi­
que en LACAN hay una comunicación tar pensar este proceso según el modelo
constante entre c1l'nica y cultura. universitario. Lo que está en la base de la
El problema para hablar de clínica, so­ formación del analista es su propio análi­
bre todo en la enseñanza, es poder ade- sis. Es en este sentido en el que LACAN di­

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Entrevista con Jacques-AJain MilJer Revista A.E.N. VoJ. VII. N. " 23.1987

ce que no hay formación del psicoanalis­ - Siendo fieles a FREUD y prudentes


ta, sino sólo formación del inconsciente. con la realidad social ¿Sería posible pen­
Esta es la base, y debe seguir siéndola. sar en una formación y titulación autóno­
Pero requiere un medio favorable, un am­ mas del psicoanalista independiente de
biente de saber, donde sea posible, al que cualquier otra formación o titulación su­
desea ser analista, construir su propio ca­ perior?
mino. En París hay un medio amplio: Los
Seminarios, la Escuela de la Causa Freu­ - ¡No! Lo que es pensable, como suce­
diana, el Departamento de Psicoanálisis. de en el Departamento de Psicoanálisis de
La situación es, ciertamente, más difícil París VIII, es un diploma que sanciona
allí donde el análisis comienza a implan­ una investigación teórica relativa al psi­
tarse. Los esfuerzos de los analistas de­ coanálisis, abierta a ciertos analistas y a
ben dirigirse hacia la constitución, sobre otros que no lo son, pero que no constitu­
esta base de la práctica, de un ambiente ye un título habilitando a ejercer el psicoa­
que permita una cierta rotación y la elec­ nálisis. Esta habilitación no puede tener
ción autónoma del candidato a analista. como fundamento más que el análisis
Me parece que en España esto está en vía mismo. Uno deviene por medio de un
de constitución. Es necesario que una red análisis, alrededor del cual se moviliza,
amplia se establezca para que se produz­ también, un saber; pero sólo aquél, y no
ca un ambiente colectivo así. éste, constituye la autorización.

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