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STUDIA
STUDIA
José Iván Elvira Sánchez, Independent Researcher
Categoría: Artículo.
Resumen:
Category: Paper.
Abstract:
The purpose of the present paper is to locate correctly the known “Antikythera
Mechanism” in its historical context in light of the Ancient sources. It would serve us as
an optimal starting point to reconstruct the probable social-and-cultural framework in
which this and other devices have risen, like the automata. Likewise, we will put the
basis for a rethinking of the technical degree of the Hellenistic Civilization, by the hand
of the thaumasiourgoi, the “wonder-makers”. In doing so, we will make use of the
mainstream concepts defended by the physic and mechanic sciences from Antiquity.
Prolegómenos
1
No confundir con el θαυματοποιῶν aludido por Platón en Sofista, 235b y República, 602d. La figura del
“prestidigitador” o “ilusionista” citada por Platón se relaciona con el charlatán; de hecho, algo parecido
refiere Eunapio en relación con Máximo de Éfeso, cfr. infra, p. 13. El θαυμασιουργος es un producto
genuinamente helenístico-romano, si bien encontramos referencias a autómatas y a ingenios “divinos”
(i.e. no mecánicos) en algunos filósofos presocráticos y en textos clásicos como la Ilíada (XVIII, 418-20)
y la Odisea (VIII, 557-59), así como en la mitología (el ejemplo típico es Dédalo, cfr. Menón, 97d;
Eutifrón, 11b-c, 15b; Hipias Mayor, 282a).
2
En nuestra opinión, el concepto de maravilla debe distinguirse del de “máquina”, mucho más general:
“Machina est continens e materia coniunctio maximas ad onerum motus habens uirtutes. Ea mouetur ex
arte circulorum rutundationibus, quam Graeci cyclicen cinesin appellant”. (Vitruvio, De Architectura, X,
1).
3
Colección, 8, 2: “Los antiguos también denominan mecánicos (μηχανικοὺς) a los fabricantes de
maravillas (θαυμασιουργοὺς), entre los que algunos ejercen su arte mediante el aire (πνευμάτων), como
Herón en su Pneumatika; otros parecen imitar los movimientos de las criaturas vivientes mediante
resortes y cuerdas, como Herón en su Autómatas y Balanzas (αὐτομάτοις καὶ ζυγίοις), otros mediante
cosas portadas por el agua como Arquímedes en su obra Sobre los Cuerpos Flotantes (ὀχουμένοις), o
mediante relojes de agua, como Herón en su ὑδρείοις, que está claro que tiene algo en común con la
El mecanismo de Anticitera
ciencia de los relojes de sol (γνωμονικῇ θεωρίᾳ). También consideran mecánicos a los artífices de las
esferas construidas a imagen del cielo, diseñadas en virtud del movimiento regular y circular del
agua (δι' ὁμαλῆς καὶ ἐγκυκλ ου κινήσεως ὕδατος)”. El texto en negrita es nuestro.
4
De Architectura, X, 1.4: “Omnis autem est machinatio rerum natura procreata ac praeceptrice et
magistra mundi uersatione instituta. Namque ni aduertamus primum et aspiciamus continentem solis,
lunae, quinque etiam stellarum, natura machinata uersarentur, non habuissemus interdum lucem nec
fructûm maturitatis. Cum ergo maiores haec ita esse animaduertissent, e rerum natura sumpserunt
exempla et ea imitantes inducti rebus diuinis commodas uitae perfecerunt explicationes. Itaque
conparauerunt ut essent expeditiora, alia machinis et earum uersationibus, nonnulla organis, et ita quae
animaduerterunt ad usum utilia esse studiis artibus, institutis, gradatim augenda doctrinis curauerunt”.
5
“Clockwork before the Clock”.
6
Gears from the Greeks (a partir de ahora, abreviado en G.G.)
7
Concretamente, el extraordinario grupo de trabajo reunió a reputados especialistas en los campos de la
astronomía, la historiografía y la mecánica, como son Tony Freeth, Alexander Jones, John M. Steele y
Yanis Bitsakis. Hay que decir que otros grupos de trabajo se han ocupado de nuestro mecanismo de una u
otra forma, como por ejemplo el The Antikythera Mechanism Research Project, el National Hellenic
Research Foundation y la Association of Ancient Greek Technology Studies. Asimismo, habría que citar
el Centre d’Histoire des Sciences et des Techniques, de la Universidad de Lieja, a cuya dirección se halla
Robert Halleux, y el Scientific Instrument Commission of the IUHPS. De hecho, podemos encontrar
recientes sesiones de trabajo en el British Council en Grecia (URL: http://www.britishcouncil.org/greece-
science-the-antikythera-mechanism.htm), lo que evidencia la actualidad y la fascinación que despierta la
materia.
8
No obstante, debemos tener en cuenta que hasta su reconstrucción más “fiable”, entre 2005 y 2006, ha
tenido que transcurrir una larguísima fase de escaneo del mecanismo, que comenzó en el año 1971,
cuando Price, alertado de la posibilidad de utilizar rayos-x para analizar el resto arqueológico, pidió
permiso al Museo Nacional Griego y finalmente a la Comisión de la Energía Atómica del país para llevar
a cabo sus pesquisas utilizando tal adelanto técnico. Así, junto con el Dr. Charalambos Karakalos,
emprendería una costosa reconstrucción del mecanismo valiéndose de las radiografías efectuadas. Sin
embargo, no sería hasta 2001, veintisiete años después de la publicación de su monografía Gears from the
Greeks, cuando Michael T. Wright, miembro del Museo de Ciencia de Londres hasta 2004, propusiera un
nuevo modelo: “Towards a New Reconstruction of the Antikythera Mechanism” (conferencia
“Extraordinary Machines and Structures in Antiquity”), al que seguirían otros trabajos como “Epicyclic
Gearing and the Antikythera Mechanism” (Antiquarian Horology, part. I, 2003, pp. 270-279), y “The
Antikythera Mechanism. A new gearing scheme” (Bulletin of the Scientific Instrument Society, nº 85,
2005, pp. 2-7), y en fin, la presentación de este nuevo esquema tuvo como marco la II Conferencia
Internacional sobre Tecnología Griega Antigua (17-21 de octubre de 2005): “Understanding the
Antikythera Mechanism”. Finalmente, la revista Nature (2006), publicó el sorprendente trabajo
“Decoding the Antikythera”, en el que se presentaban los resultados obtenidos tras la aplicación de un
exhaustivo escaneo tomográfico en tres dimensiones. En este nuevo análisis se clarificaban aún más las
inscripciones y las funciones de los engranajes, teniendo en cuenta además un nuevo fragmento del
aparato (“F”); para una descripción general de los resultados, recomendamos el artículo de François
Charette “High Tech from Ancient Greece”, en Nature, vol. 444, 2006, pp. 551-552. Wright persistiría
una vez más en su crítica a la interpretación de Price, consciente de este nuevo planteamiento, en su
artículo: “The Antikythera Mechanism Reconsidered” (Interdisciplinary Science Review, vol. 32, nº 1,
2007). Por otra parte, el descubrimiento del propósito de los back dials: Metonic, Olympiad y Saros, nos
abre la puerta al correcto entendimiento del mecanismo (cfr. “Calendars with Olympiad and Eclipse
Prediction on the Antikythera Mechanism”, en Nature, vol. 454, 2008, pp. 614-617, y sus interesantes
notas suplementarias). Desde el año 2010, tenemos constancia de algunos otros elementos de interés,
como la teoría de que el sistema cosmológico del mecanismo es de orden estrictamente babilónico, y que
los epiciclos comenzarían como una innovación técnica (mecánica), para convertirse posteriormente en
una teoría matemática, incorporada en los modelos geométricos del cosmos; ambas teorías están
argumentadas a modo de corolario por James Evans et alii. en el artículo “Solar Anomaly and Planetary
Displays in the Antikythera Mechanism” (Journal for the History of Astronomy, XLI, 2010), sobre la base
de varias anomalías observadas en los engranajes (concretamente en el solar), y que no se
corresponderían estrictamente con el sistema de Hiparco (cfr. asimismo el artículo de Jo Marchant,
“Mechanical Inspiration”, en Nature, vol. 468, pp. 496-498). Desde nuestro punto de vista, antes habría
que buscar la inspiración para la teoría de los epiciclos y para el mecanismo del ingenio mismo, en
fuentes de orden filosófico (la escuela aristotélica, principalmente) y matemático (Arquímedes), y no en
una “innovación técnica”. En cualquier caso, ambas teorías de Evans son virtualmente indemostrables, y
quedan para el apartado de “lo posible”; no en vano los engranajes epicíclicos de los planetas son materia
de especulación, por cuanto que no se encuentran explícitamente entre los restos del mecanismo, si bien
su inclusión en el modelo original está prácticamente probada (cfr. Evans et alii., “On the pin-and-slot
device of the Antikythera Mechanism, with a new application to the superior planets”, Journal for the
History of Astronomy, XLIII, 2012).
9
Hablamos de nombres como Arquitas de Tarento, Ctesibio, Arquímedes de Siracusa, Filón de Bizancio,
Herón de Alejandría, Pappus de Alejandría, Vitruvio, o Eneas el Tácito.
10
GG, p. 53.
11
“I feel rather that the whole story of the Greek science makes a great deal more sense if we assume that
the old view of their rising no higher than the simple Heronic devices was a drastic underestimation that
can now be corrected” (GG., p. 12).
12
Habría que tener en cuenta las palabras de Wright en este sentido: “ancient planetaria were probably
neither as rare nor as naive as many scholars have supposed. If the Antikythera Mechanism is a solitary
surviving example of the genre, that is because it alone chanced to be lost in antiquity out of reach of the
scrap-metal man, to be discovered and recognised in modern times.” (“The Antikythera Mechanism
Reconsidered”, p. 41). Estamos de acuerdo con Wright en que si la tecnología de Anticitera tuviera que
ser comparada con otro artefacto conocido por nosotros a través de las fuentes, éste sería el planetario, y
por supuesto en el hecho de que es bastante improbable que este mecanismo fuera único y excepcional, y
esto lo afirmamos con el conocimiento de las fuentes, que desde nuestro punto de vista quedan
reafirmadas y revalorizadas a la luz de este hallazgo. No obstante, no conviene olvidar que Price ya
apuntaba que nuestro mecanismo se inscribe en la tradición inventiva iniciada por Arquímedes y sus
planetarios (GG., p. 13).
13
La obra de Arquímedes sigue colmando buena parte de los esfuerzos de los especialistas en ciencias
matemáticas y tecnología en la Antigüedad (cfr. por ejemplo las actas del congreso The Genius of
Archimedes - 23 Centuries of Influence on Mathematics, Science and Engineering (2010). Queremos
dejar constancia aquí de que la obra del genio de Siracusa ha sido traducida en edición bilingüe francés-
griego por la editorial Les Belles Lettres: http://www.lesbelleslettres.com/livre/?GCOI=22510100972490
14
Así lo afirma Price (GG., p. 49), basándose en la semejanza del texto reconstruido al margen y la obra
que nos ha llegado del autor, y de hecho, esto ha sido confirmado en un reciente artículo de Nature:
“Calendars with Olympiad and Eclipse Prediction on the Antikythera Mechanism”, vol. 454, 2008, pp.
614-617.
15
Cfr. “Towards a New Reconstruction of the Antikythera Mechanism”, p. 8.
16
“The Antikythera Mechanism Reconsidered”, p. 38. Esto lo demostraría la incorporación de los
epiciclos, una teoría matemático-astronómica de Apolonio e Hiparco e incorporada por Ptolomeo.
17
Cfr. las supplementary notes (p. 31) al artículo “Calendars with Olympiad and Eclipse Prediction on the
Antikythera Mechanism”, en Nature, vol. 454, 2008, pp. 614-617”. No obstante, hay que decir que la
importancia del elemento babilónico está siendo revisada actualmente (cfr. supra, p. 6, nota 4).
18
Para una descripción del método aplicado, cfr. el artículo de Andrew T. Ramsey, “The latest techniques
reveal the earliest technology. A new inspection of the Antikythera Mechanism”, en el marco del
“International Symposium on Digital industrial Radiology and Computed Tomography”, 25-27 de junio
The Metonic Calendar, Olympiad Dial and eclipse prediction link the
cycles of human institutions with the celestial cycles embedded in the
Mechanism’s gearwork: a microcosm of the temporal harmonization of human
and divine order in the Classical world19.
Estas evidencias nos abren un campo para la reflexión y el análisis, a saber: que
el principal y primitivo uso de tecnología sofisticada en nuestra civilización estuviera
ligado en parte a la ceremonia religiosa o a otros fines de índole cultural, ya sea en el
interior de estatuas o bien en recintos arquitectónicos construidos a tal efecto, como
podemos observar en la Torre de los Vientos del ágora romana de Atenas20, e intuir en
el Anfiarao de Oropos21, de época anterior; porque en efecto, fue Price quien aventuró
una posible relación entre el mecanismo y la maquinaria ubicada en la Torre de los
Vientos, erigida en Atenas por Andrónico de Cirro. Esto es muy importante, porque
supone otra evidencia (arqueológica) de la misma época que el mecanismo, y que bien
puede informarnos de que tales ingenios astronómicos eran más comunes de lo que
imaginamos22. En cualquier caso, el uso en lugares públicos de los ingenios mecánicos,
y particularmente las clepsidras o relojes de agua, está muy bien atestiguado, incluso en
época tardía, y un autor cristiano como Procopio de Gaza así nos lo confirma23. Y por
de 2007, Lyon, Francia). Asimismo, las supplementary notes (“Data Acquisition & Analysis”, p. 4) del ya
citado artículo “Calendars with Olympiad and Eclipse Prediction on the Antikythera Mechanism”, en
Nature, vol. 454, 2008, pp. 614-617.
19
Cfr. “Calendars with Olympiad and Eclipse Prediction on the Antikythera Mechanism”, en Nature, vol.
454, 2008, pp. 614-617. Hemos utilizado la versión albergada por The Antikythera Mechanism Research
Project, URL: http://www.antikythera-mechanism.gr/system/files/Antikythera_Nature2008_submitted.pdf
A su vez, se ha descubierto que el calendario del mecanismo guarda sorprendentes semejanzas con el
calendario corintio descubierto en la población siciliana de Tauromenion, un asentamiento ocupado por el
tirano Dionisio de Siracusa en el s. IV a. C. Sobre esto, cfr. las notas suplementarias al artículo aludido, p.
18.
20
El mismo Price, junto con Noble, escribió sobre el reloj de esta Torre de los Vientos en el artículo “The
water clock in the Tower of the Winds”.
21
Cfr. E. Theodossiou et alii, “The Large Built Water Clock of Amphiaeron”.
22
cfr. Vitruv., De Arch. I, 6, 4-5 y Varrón, De Re Rustica, 3 5.
23
Sobre este interesante ingenio, relativamente ignorado por los especialistas, cfr. el interesante artículo
de Balbina Bäbler y A. Schomberg, “Prokop: Die Kunstuhr in Gaza” (pp. 528-559), en Rose di Gaza: gli
supuesto, tenemos por fuerza que hacer mención de ese otro ingenio cercano en esencia
a nuestro mecanismo y que además se nos ha conservado: un reloj-calculadora solar
bizantino, de entre los siglos quinto y sexto de nuestra era24.
Price especula con que el mecanismo bien pudo ser confeccionado en la Escuela
de Posidonio en Rodas, por las mismas fechas en las que Cicerón la visitaba (79-77 a.
C.)25, teniendo en cuenta su famosa descripción de un planetario arquimediano26. A la
luz de los nuevos descubrimientos, esta hipótesis es insostenible: el mecanismo muestra
el calendario corintio, y teniendo en cuenta que Corinto había sido arrasada por las
tropas romanas en el año 146 a. C. y nuestro mecanismo está datado en torno al siglo I
a. C., la atención se centra una vez más en una de sus colonias: Siracusa y el posible
legado de Arquímedes. Pero este testimonio aducido por Price no puede ser despreciado
sin más, dado que bien podemos estar ante una fuente fiable para la idea cierta de que
nuestro mecanismo de Anticitera no era un aparato tan infrecuente como pudiera
parecer, al menos entre la élite de los instruidos y sus mecenas.
scritti retorico-sofistici e le Epistole di Procopio di Gaza. Hellenica 35, Alessandria: Edizioni dell'Orso,
2010. Resulta mucho más sugerente dicho artículo por cuanto que han reconstruido su probable aspecto
del uhr gazarîs en unas magníficas imágenes, incluyendo tanto la primitiva visión de Diels como la del
propio Schomberg. La compleja maquinaria resultante, con un ensamblaje asombroso donde se dan cita
numerosos autómatas en forma de figuras mitológicas (Heracles, Diomedes, Helios…). Quiero agradecer
al Dr. Alberto Quiroga, del Departamento de Filología Clásica de la UGR, su deferencia al facilitarme
una copia del mismo.
24
Cfr. J.V. Field & M.T. Wright, “Gears from the Byzantines: a Portable Sundial with Calendrical
Gearing”, en Annals of Science, 42, 1985, 87-138 y “The Antikythera Mechanism and the Early History
of the Moon-Phase Display”, en Antiquarian Horology, vol. 29, .3, 2006, pp. 319-329. Este aparato se
encuentra actualmente en el Science Museum de Londres. Las imágenes de este ingenio pueden verse en
la página electrónica del Museo Galileo de Historia de la Ciencia: http://brunelleschi.imss.fi.it/
25
GG., p. 9.
26
De re pública I, 14, 21-22.
Estatuas y autómatas
27
“Thus this singular artifact, the oldest existing relic of scientific technology, and the only complicated
mechanical device we have from antiquity quite changes our ideas about the Greeks and makes visible a
more continuous historical evolution of one of the most important main lines that lead to our modern
civilization”. (GG., p. 13).
28
No obstante, cfr. infra, nota 51, p. 17.
29
Cfr. Festugière, Rév. I, pp. 220-221.
30
The Occult Sciences in Byzantium, p. 18.
31
No obstante, debemos recordar que la utilización de estatuas en ceremonias religiosas con fines
apotropaicos no tiene su origen en la teúrgia. Cfr. por ejemplo: Julian's gods: religion and philosophy in
the thought and action of Julian the Apostate, Routledge, 1995, p. 102.
32
“Calendars with Olympiad and Eclipse Prediction on the Antikythera Mechanism”, en Nature, vol. 454,
2008, pp. 614-617.
33
Cfr. principalmente sus trabajos: "Two limestone goddesses from the Sanctuary of Demeter and
Kore/Persephone at Cyrene, Libya", en Stephanos: Studies in Honor of Brunilde Sismondo Ridgway,
Philadelphia: University of Pennsylvania Museum Press, pp. 145-154.. y “Kore’s return. Statuary from
the Sanctuary”, en Gifts to the Goddesses: Cyrene's Sanctuary of Demeter and Persephone, Expedition,
vol. 34, 1-2, pp. 67-75, 1992.
34
Cfr. The Greeks and the irrational, p. 305. Dodds alude al pasaje de Proclo: In Tim. I, 273, 11.
35
Vidas sofistas, 474ss. Eunapio describe significativamente la supuesta animación orquestada por
Máximo ante un atónito Juliano.
Estatuas que bien pudieron servir como receptáculo para el mecanismo; una posibilidad
que si bien es remota a juzgar por los restos arqueológicos encontrados, no es por ello
menos lógica, y el mismo Price deja la puerta abierta en tal sentido36.
Por otra parte, la recepción renacentista del único texto hermético donde se nos
habla de la “creación de dioses”, el Asclepio37, traería consigo una actitud vital similar a
la de estos sabios helenísticos, constituyendo el testimonio más cercano a nosotros de
este tipo de pensamiento pre-científico entre lo religioso, lo maravilloso y lo mágico38, y
un ejemplo de esto lo encontramos en un texto clásico de referencia, como es el De
Occulta Philosophia de E. C. Agrippa39, en el que se relaciona la magia directamente
36
GG. p. 22.
37
Asc. 23.
38
Cfr. la obra The Automaton in English Renaissance Literature (2011), coordinada por Wendy Beth
Hyman, y concretamente el capítulo 8, “More than Art. Clockwork Automata, the Extemporizing Actor
and the Brazen Head in Friar Bacon and Friar Bungay”, donde Todd Andrew Borlik expone esta: “…the
Corpus Hermeticum provided a decisive stimulus to the Renaissance fascination with automata” (p. 130),
y otras sugerentes ideas.
39
De necessitate mathematicarum disciplinarum atque de mirandis multis operibus, quae solis
mathematicis artibus perpetrantur. Cap. I
Mathematicae disciplinae ad magiam tam sunt necessariae atque cognatae ut qui hanc absque illis
profiteatur, is tota aberret via frustraque laboret minimeque desideratum adsequatur effectum.
Quaecunque enim sunt et fiunt in istis inferioribus naturalibus virtutibus, omnia haec "numero, pondere,
mensura", harmonia, motu et lumine fiunt atque reguntur et omnes res, quas videmus in istis
inferioribus,habent radicem et fundamentum in illis. Nihilominus tamen etiam absque naturalibus
virtutibus, ex solis mathematicis disciplinis opera naturalibus similia produci possunt, ut inquit Plato, res
non quidem veritatis et divinitatis participes, sed simulachra quaedam sibiipsis cognata, ut corpora euntia
vel loquentia, quae tamen carent virtute animali, qualia fuerunt quae apud antiquos Daedali simulachra
et αὑτόματα appellata sunt et quorum Aristoteles meminit, Vulcani et Daedali tripodes seipsos moventes,
quos sponte sua in certamen prodiisse narrat Homerus, et quos legimus in Hiarbae Gymnosophistae
convivio seipsos motasse aureasque statuas pincernarum et structorum operam convivis praestasse.
Leguntur etiam statuae Mercurii quae loquebantur et columba Architae quae Iignea volabat et quae narrat
Cassiodorus Boëthii miracula, Diomedem in aëre buccinantem, aeneum anguem insibilantem, simulatas
aves cantilenae dulcedinem emittentes. Huiusmodi generis sunt quaecunque ex geometria et optica
prodeunt simulachrorum miracula, de quibus in prioribus, ubi de elemento aëris locuti fuimus,
fecimus mentionem.
En cuanto a los autómatas, nos será útil analizar dos aspectos fundamentales de
su realidad. Por un lado el fenómeno tecnológico en sí, cuyo reflejo lo encontramos en
la obra de un θαυμασιουργος como Herón de Alejandría; y por otro el concepto filosófico
mismo de “animación” (i. e. del alma en el receptáculo corpóreo y de las causas del
movimiento), puesto de manifiesto en numerosas obras platónicas como Sobre la
Animación del embrión de Porfirio41, o bien aquellos tratados del alma que se ocupan de
la “actividad” del alma, como el De Anima de Jámblico42, en el que se discute el
pensamiento peripatético con respecto a la animación: el alma intelectiva (cuya
entelequia o perfección es el νοῦς, aunque Jámblico cite el “acto”) del viviente
(ἐνέργειαι), si bien inmóvil es necesariamente activa; de manera especial, y continuando
(…) Hinc magus, expertus philosophiae naturalis et matheseos, cognitisque mediis scientiis ex his
utrisque existentibus, arithmetica, musica, geometria, optica, astronomia, et quae de ponderibus,
mensuris, proportionibus, articulis et iuncturis scientiae sunt, cognitisque etiam mechanicis artibus ex illis
resultantibus, quid mirum si supra caeteros homines arte et ingenio praecellens, mirabilia multa operetur,
quae etiam prudentissimi quique et scientissimi valde admirentur? Nonne in hunc diem vestigia extant
antiquorum operum, puta Herculis et Alexandri columnae, portae Caspiae ex aere conflatae et ferreis
trabibus obseratae ut nullo ingenio nec arte elidi possint? Et Iulii Caesaris Romae iuxta Vaticanum erecta
pyramis et in medio mari extructi arte montes et arces saxorumque moles, cuiusmodi ego in Britannia vidi
vix credibili arte congestas.
40
Don Quijote de la Mancha II, 62.
41
Rév. III, Apéndice II. Porfirio discute en esta interesantísima obra, entre otras cosas si el embrión es un
viviente en acto o bien en potencia, y si el alma animadora deviene del padre o de la madre, o bien del
exterior. Es interesante para nosotros porque supone una fuente de primer orden para el estudio del
principio de animación, y de su causa primera, bien sea exterior o intrínseca al viviente.
42
Cfr. Rév. III, Apéndice I, De An. (I 49.36 20-28), notas 1-5, p. 200.
con este argumento, tenemos que hacer mención del De anima et resurrectione de
Gregorio de Nisa43, de la que escogemos el siguiente extracto:
Ὅτι τοι, φησὶ, τὸ οὕτως εἰδέναι μεταχειρί ζεσθαί τι καὶ διατιθέναι τὴν ἄψυχον ὕλην, ὡς
τὴν ἐναποτιθεῖσαν τοῖς μηχανήμασι τέχνην μικροῦ δεῖν ἀντὶ τῆς ψυχῆς τῇ ὕλῃ γίνεσθαι,
δι' ὧν κίνησίν τε καὶ ἦχον, καὶ σχήματα, καὶ τὰ τοιαῦτα καθυποκρίνεται, ἀπόδειξις ἂν εἴη
τοῦ εἶναί τι τοιοῦ τον ἐν τῷ ἀνθρώπῳ, ᾧ ταῦτα πέφυκε διὰ τῆς θεωρητικῆς καὶ
ἐφευρετικῆς δυνάμεως κατανοεῖν τε ἐν ἑαυτῷ καὶ προκατασκευάζειν τῇ διανοίᾳ τὰ
μηχανήματα, εἶθ' οὕτως εἰς ἐνέργειαν διὰ τῆς τέχνης ἄγειν, καὶ διὰ τῆς ὕλης δεικνύειν τὸ
νόημα44.
43
ΤΟΥ ΕΝ ΑΓΙΟΙΣ ΠΑΤΡΟΣ ΗΜΩΝ ΓΡΗΓΟΡΙΟΥ ΕΠΙΣΚΟΠΟΥ ΝΥΣΣΗΣ ΠΕΡΙ ΨΥΧΗΣ ΚΑΙ
ΑΝΑΣΤΑΣΕΩΣ Ο ΛΟΓΟΣ Ο ΛΕΓΟΜΕΝΟΣ ΤΑ ΜΑΚΡΙΝΙΑ.
44
Para saber cómo preparar y encargarse de la materia sin alma (τὴν ἄψυχον ὕλην), que el arte aplicado
en las máquinas (τοῖς μηχανήμασι τέχνην μικροῦ δεῖν) se convierta prácticamente en alma para esa
materia (τῆς ψυχῆς τῇ ὕλῃ γίνεσθαι), e imite el movimiento, la figura y la voz, y cosas similares, y
pueda convertirse en una prueba de que algo en el hombre es naturalmente (τον ἐν τῷ ἀνθρώπῳ, ᾧ
ταῦτα πέφυκε) capaz de concebir todas estas cosas a través de su facultad de contemplación y
descubrimiento (τῆς θεωρητικῆς καὶ ἐφευρετικῆς), primero construyendo estas máquinas en su mente
(τῇ διανοίᾳ τὰ μηχανήματα) y luego poniéndolas en práctica a través del arte manual (οὕτως εἰς
ἐνέργειαν διὰ τῆς τέχνης), exhibiendo su pensamiento (τὸ νόημα) sobre la materia (διὰ τῆς ὕλης).
Este extracto aducido por Schiefsky (infra, nota 45) nos ha parecido extremadamente revelador, y mucho
más partiendo del texto original. Si comparamos dicho texto con los textos filosóficos circulantes en la
época, esto nos da una idea muy cabal de los distintos conceptos de animación (mecánica) en la
Antigüedad. No obstante, la fuente filosófica fundamental sigue siendo Aristóteles y su teoría del alma.
45
“Art and nature in ancient mechanics”, p. 22.
46
Aristóteles, De Anima, 407b, 20-25. En efecto, Aristóteles establece una diferencia clara entre “arte”
(aplicación del movimiento) y “alma” (principio del movimiento).
Por otra parte, la dualidad causal tychē-autómaton aducida por Aristóteles47 nos
remite indefectiblemente a una cadena causal fortuita e incluso teológica o daimónica48,
y no a una intervención humana, bien sea en calidad de principio o de fin49.
47
Física, II, 195b-198a. Cfr. la interesante nota de Guillermo R. de Echandía en relación con el concepto
de autómaton (nota 42, p. 110, edición Gredos-RBA, 2007).
48
Física, II, 196b: “Hay también otros que piensan que la suerte es una causa, pero que es algo divino y
tan demoníaco que la hace inescrutable al pensamiento humano”. A pesar de la vaga alusión de Agrippa
(cfr. supra, nota 40, p. 14), Aristóteles no tiene en mente la aplicación humana de ninguna fuerza
daimónica cuya causa se encontrara fuera de ésta (i.e. de la humana), y mucho menos que esta causa
estuviera dotada de un fin “animatorio”.
49
Física, II, 194b-195a.
50
Cfr. las interesantes reflexiones y alusiones de Sylvia Berryman, desarrolladas en el capítulo “Shortfalls
of Ancient Technology”, en The Mechanical Hypothesis in Ancient Greek Natural Philosophy, pp. 39-43.
51
La discusión acerca de por qué la tecnología griega no se desarrolló en términos análogos a las
sucesivas revolución industriales contemporáneas, es un clásico entre los especialistas: se alude en este
sentido a la falta de materiales y fuentes de energía, a la imposición del trabajo manual esclavo sobre la
mecanización, y en fin, a una carencia de interés por la aplicación práctica de la teoría matemática; por
otra parte, hay especialistas que minimizan estos hechos, y que tratan de elevar el concepto moderno
sobre la tecnología antigua. A los efectos del presente artículo, y considerando el mecanismo de
Anticitera, estamos de acuerdo con Berryman en que aún no se puede decir nada definitivo sobre el
particular, y que en cualquier caso, no se puede ser categórico en una cuestión tan compleja. Como quiera
que sea, creemos que está fuera de toda duda que la perspectiva cultural del mundo greco-romano está
muy alejada de la nuestra, y mucho más con respecto al mecanicismo y la tecnología. Las fuentes
antiguas se mueven entre el oscurantismo y la maravilla ante su excepcionalidad, y existe una marcada
tendencia en todas ellas hacia desdeñar la enseñanza de la hipotética aplicación práctica de la geometría y
encauzar su esfuerzo intelectual sobre el dominio de las artes manuales (τέχνη), una
tendencia que puede ser comprobada analizando las escuelas dominantes en época
helenístico-romana, si bien encontramos que está mucho más acentuada en la escuela de
Platón que en la del estagirita; en cuanto al estoicismo52, incidentalmente podemos
acudir de nuevo al testimonio de Cicerón, cuando nos dice que Posidonio de Apamea
había fabricado una de las máquinas atribuidas a Arquímedes53, o bien cuando aquél
realiza la descripción de uno de sus planetarios54; asimismo, el concepto estoico de
εὐτονíᾳ (elasticidad de las partículas), al parecer constituyó una fuente de inspiración
importante para la creación de artefactos balísticos y pneumáticos55. En cuanto al
epicureísmo, es de sobra conocida la alusión al De Rerum Natura de Lucrecio56, pero
nada nos puede hacer ver a priori una especial inclinación por la mecánica en el
atomismo de corte epicúreo57, incluso en una época en la que el mecanicismo había
alcanzado grandes logros técnicos.
las demás ciencias matemáticas, a favor de la especulación metafísica y la teoría matemática, y la obra
que se nos conserva de Arquímedes es un buen ejemplo (cfr. supra, nota 13).
52
Sobre la relación entre la ciencia y el estoicismo, cfr. el trabajo de Mínguez, C., “La ciencia en el
estoicismo: Posidonio de Apamea”, en La ciencia de los filósofos, 1996, pp. 75-90.
53
De Natura Deorum, II, 34-35.
54
De re pública I, 14, 21-22.
55
De hecho, Sylvia Berryman sostiene que dicho concepto filosófico le debe mucho a la mecánica, cfr.
“The evidence for Strato in Hero of Alexandria’s Pneumatics”, p. 287, nota 42, en Strato of Lampsacus:
Text, Translation, and Discussion, New Jersey: Transaction Publishers, 2011. Asimismo, cfr., su trabajo
The Mechanical Hypothesis in Ancient Greek Natural Philosophy, p. 14.
56
Nos referimos al concepto de machina mundi, un símil literario pero significativo.
57
Cfr. Sylvia Berryman, The Mechanical Hypothesis in Ancient Greek Natural Philosophy, p. 38-39.
58
De re publica, I, 10.
dicho texto, pero sin escapar del orbe de su maestro; ¿cómo? Acudiendo a la filosofía
especulativa más matematizada del contexto griego: el pitagorismo. La búsqueda de una
verdad allende lo sensible (lo corruptible, lo cambiante, lo inaprehensible), no obsta
para que semejante realidad sensible encuentre su reflejo perfecto en un engranaje
hipostático presidido por el theos, que de hecho sería sistemáticamente perfeccionado en
las distintas academias.
Así pues, queda claro que el camino hacia la intervención antrópica sobre las
cosas naturales, se encuentra cortado en la obra platónica, y sólo verá un lejano reflejo
en la intervención teúrgico-ritual neoplatónica59, y quizás hermética60, sobre todo en
época muy posterior61 y además sobre premisas muy distintas a las del pensamiento
“científico” en su sentido más convencional. En resumen, la filosofía platónica huye
transversalmente del mundo material, ocupándose paradójicamente de un engranaje
matemático que reproduce axiomas en el mejor de los casos.
59
El optimismo monista de la teúrgia neoplatónica jambliquea, constituye, desde nuestro punto de vista,
un marco muy sugerente para argumentar acerca del antropocentrismo de corte hermético-renacentista en
la Modernidad. Cfr. nuestros artículos “Hermetismo, neoplatonismo y teúrgia” (MHNH, 2009), y “Física
y Mística. Filosofía, magia y religión en la Antigüedad Tardía” (Veredas de História, 2010).
60
Son ya clásicas las referencias al Λόγος τέλειος, 2, 10, 23-24, etc.
61
Y nos referimos al Renacimiento: Ficino, Agrippa y Giordano Bruno y en fin, la magia natural de
influjo astrológico. No confundir esta astromagia de influjo hermético (el hombre como epítome o
centrum mundi), con la magia natural como tal, cercana a estos mecánicos helenísticos. Ambos conceptos
a menudo se solapan (cfr. Agrippa, supra, nota) en los textos, pero no son comparables.
62
Física, 192b 20-25.
63
De Anima, I, 3, 406b 16. Véase la referencia al particular que hace Sylvia Berryman (op. cit., p. 37). El
estagirita realiza una distinción manifiesta entre animación y alma.
Problemas Mecánicos, cuya alusión al círculo como principio causal último64, creemos,
supone una evidencia suficiente para la explicación teórica del mecanismo de
Anticitera, sin aludir a una supuesta influencia mecánica sobre el posterior sistema
cosmológico ptolemaico65.
Conclusiones
64
Mech. 847b, 15-23: “Now the primary cause (tês aitias tên archên) of all such phenomena is the
circle”. O como el mismo Schiefsky sostiene: “In this sense the circle is the fundamental explanation of
all mechanical phenomena, making their character as ‘wonders’ only apparent” (Schiefsky, “Art and
nature in ancient mechanics”, en The Artificial and the Natural: An Evolving Polarity, ed. B. Bensaude-
Vincent and W. R. Newman, Cambridge: Massachusetts Institute of Technology Press, p. 15.
65
Cfr. supra, nota 8, p. 8.
66
Sylvia Berryman habla de commonplace al referirse a este hecho, aunque no estamos tan seguros de
que los especialistas que se han acercado a este periodo lo valoren siempre en términos tan positivos (op.
cit., p. 105).
67
“Before & After the Antikythera Mechanism”, Summary of talk given at Kestari Meeting, “From
Antikythera to the SKA: Lessons from the Ancients”, Mike Edmunds, School of Physics & Astronomy,
Cardiff University & Antikythera Mechanism Research Project, desarrollado entre el 11 y el 16 de junio
de 2012. Noticia en: http://www.atnf.csiro.au/people/Tasso.Tzioumis/Antikythera2012/ De hecho, en este
breve documento se adjunta una valiosa tabla (concretamente en la página 2) donde se detallan alusiones
a aparatos semejantes al mecanismo, aduciendo a autores como Cicerón, Ptolomeo, Sexto Empírico, o
Claudiano.
recent rate of change of technology and perhaps a rather hazy view of the
classical World may have given us a rather biased view of ancient Greek
capabilities68.
Valga este clarificador extracto como corolario a esta nuestra exposición, que ha
pretendido no tanto reconstruir una descripción exhaustiva de los distintos conceptos de
“mecánica” en la Antigüedad, como ubicar correctamente al mecanismo de Anticitera
en el cuadro del pensamiento griego, siguiendo un marco cronológico extenso (ss. III a.
C. y VI d. C., con especial referencia a los tres primeros), así como tres parámetros
teóricos fundamentales: las referencias a mecanismos parecidos y aquellas otras fuentes
relacionadas estrictamente con la mecánica y la arquitectura; en segundo lugar, el
basamento metafísico vertebrador de la mecánica (principalmente la escuela aristotélica
y la arquimediana); y finalmente esas otras fuentes más cercanas al hermetismo, la
teúrgia y la alquimia, como símbolo y testimonio del particular y complejo universo
científico-técnico griego, consustancialmente unido a elementos cultuales o religiosos.
Estas líneas maestras conforman, o al menos eso creemos, una imagen muy
exacta del ambiente cultural helenístico donde nacería nuestro mecanismo, acabando
con cualquier otra consideración “imaginativa” acerca de su origen. Valga además esta
humilde contribución como un homenaje a la enorme talla intelectual y al trabajo de
Derek J. de Solla Price, sin cuyo esfuerzo y pasión no se podrían haber desvelado las
maravillas de la joya rescatada de las aguas de Anticitera.
68
“Before & After the Antikythera Mechanism”, p. 3.
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Académicas
No académicas
Recursos online:
Max Planck Research Library for the History and Development of Knowledge:
http://www.edition-open-access.de/ Una magnífica selección de textos online sobre mecánica y
ciencia.
Philadelphia Area Center for History of Science: “Final thoughts from the ICHST:
Rambling on about the Antikythera Mechanism” (2008):
http://www.pachs.net/blogs/comments/final_thoughts_from_the_ichst