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ESTUDIOS YENSAYOS

- t\< -
Serie «Cor Christi» 1
lgnace de La P otterie

EL MISTERIO
DEL CORAZÓN
TRASPASADO
Fundamentos bíblicos de Úl espiritualidad
del Corazón de Jesús

ESTUDIOS YENSAYOS
B.\(.
ESJ'll{JTl .\l.lll.\Jl

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID • 2015
'
Título original: Ji misttro del cuore trafitto. Fondamenti biblici della spiritualita del
Cuore di Gesu
Traducción del italiano por Ángela PÉREZ GARCÍA
Revisión de Pablo CERVERA, director de la serie •Cor Christi• ÍNDICE GENERAL

Pág.
PRESENTACIÓN GENERAL DE LA SERIE «COR CHRISTI» .............. ..... XI
SIGLAS y ABREVIATURAS................................................................ XIII

CAPfTuLO l. Hacia una renovación de la espiritualidad del Co-


razón de Jesús ................ ............................ .... .. .................... 3
l. Tendencias de la teología actual: el Cristo histórico........ 4
2. La conciencia humana de Jesús y su «corazón»............... 5
a) Jesús y el reino de Dios .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .... .. . 6
b) La obediencia de jesús............................................... 7
c) La conciencia de ser Hijo de Dios.............................. 9
3. Conclusión.................................................................... 11

CAPÍTULO II. La sed de Jesús moribundo 13


l. Breve historia de la exégesis de J n 19,28 ........................ . 14
2. Las escenas paralelas ...................................................... . 19
3. El v.19,28 en su contexto inmediato 26
4. La sed de Jesús y el sentido de su muerte en la cruz ........ 33
© 2013 EDB- Centro Editoriale Dehoniano, vía Nosadella 6- 40123 Bolonia. 5. Conclusión 36
© de esta edición: Biblioteca de Autores Criscianos, 2015
Añamo, 1. 28033 Madrid
Tel. 9134397 91
CAPÍTULO III. La obediencia de Cristo y la obediencia cristiana . 39
www.bac-cditorial.com l. Doble aspecto de la obediencia de Jesús 41
a) Aspecto externo: obediencia a los hombres ................... 41
Depósito legal: M-3510-2015
ISBN: 987-84-220-1788-2
b) Aspecto interior: su obediencia a Dios 43
2. Obediencia y filiación en Cristo .................................... . 45
Preimprcsión: BAC Elfundamento de la obediencia en san juan ............ ..
a) 45
Impresión: Cofás. Juan de la Cierva, 58, Móstolcs (Madrid)
b) Elfundamento de la obediencia según los Padres de la
Impreso en España. Printed in Spain
Iglesia .................................................................... .. 48
3. La obediencia de los hijos de Dios 50
a) El ejemplo de Cristo ................................................ .. 50
Diseño de cubierta: BAC b) Nuestra obediencia 50
CAPÍTULO IV Teología del Corazón de Cristo. El señorío de
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta
obra solo puede ser realizada con la autorización de sus citulatcs, salvo excepción prevista por
Jesús: su obediencia al padre, su conciencia filial 53
la ley. Diríjase a CEDRO (Cenero Español de Derechos Reprográlicos) si necesita fotocopiar o l. Enfoque del problema .................................................. .. 53
escanear algún fragmento de esta obra (www.conliccncia.com; 91 702 19 70 I 93 272 04 47). a) La teología del Corazón de Cristo y la cristología ...... .. 53
VIII !NOICE GENERAi. INDICE GENERAL ILX

_!:!!__ FV:.
b) /.111 pri,,.·ip.z"1 tmdm""' tk la CTistofotl¡t '""''"'/>"" 3. Contmuac1ón del tema en la tradlción .......................... 140
f'dtJ~.1 •••••••. . ..................... .. ........................ ............... 55 a) Jn 19.37 m 111 ptnptm"" m11101.dftü1 ... .................... 141
e) f:Sbou tkl tuudio ..................................................... 60 b) l.11 intrrprtt11<·16n himJric1>-s11Mfic11 y rdt1i11/ Jr Jn
2. Reino de Dio> y reíno de Cristo .................................... . 62 19.37 ...................................................................... 141
a) jmú" ti mno dt Dios ............................................ . 62 4. Condu>ión .................................................................. .. 144
b) r.t mno tft Cmro en la tradici6n pospasroal.. ............ . 66
ltrrura tkl mtngtlio" la luz Jt la rradici6n: rl S<itorfo
e) CAPITULO VI l. La alianza de los corazones de Jesús y de Mana .. 145
y la majmatf tkJesús ................................................ 67 1. 1-J anuncio profélico: d •corazón nuevo• en ).¡ nu("l.1
d) Conrlus16n ................................................... ........... 70 •li•nu (El 36,25-27) ..................................................... 151
3. fJ mi\t<rio Je la obediencia de Jesús .............................. 71 2. l..a preparación; t:I corazón de ~1aría y la nueva aJí.¡n:u. 155
a) ÚI ob.d1nu-ia tb }tsús tt la wluntaá ú Dios •.•••.••••••. 72 a) •f1 ronuón 1nnulCll-ltulo tk J&.farill• y JU •t •i'fi,,1t.t1
b) l.11 º"""'"""
ikl HIJO.............................. _ ........._, 72 cortÚI• m la """nn4n4n (u 1.26-38).................... .. 156
e) Co•1<Úti1tifl ...................................... ·- .___._......... 78 b) ,\{~ria~ t«IAs mas"'"" .,.,,'" con:zDn• (/L
4. La conciencia 61ial de Jc:sús . ... - ..................................... 80 2.19.51)····-·---···········-······-..........................- •• 169
3. FJ cumplunienro: d col'2ZÓn de J..W y el rnr.uón de
~ Z:::,,'Z't.:':"'~':"r:.;;;;:,;;;;,x;;;;/;¡;;;;.;;::::: 81
82 Moría en t.. nu"'" alianza ............................................... 179
e) /.11 '"'"'"'~'"" dr C.laáonÚI ...... .......................... 85 a) úu i..J.u J. la 11/ianza mrsidmaz: rl nposo) la,,,_,,,
5. Conclusión .. .. ............................................. (jn 2,1-12)............................................................. . 179
88
b) /:1 co/'tLÚn J. M11rÍll, el corrwJn tk Jnw y d rontdn
ti./ JiscfpuÚJ m la mlZ: la 11/ia11za rn la lglm11 (jn
CA1>fruLO V. El •ímbolb mo de la $angrc y del agua del erutado 19.25-37)................................................. .... ......... .. 184
traspasado On 19,34) ........................................................... 91
4. Conclusión .................................................................. .. 190
1. Alguno< dJ101 sobre la historia de la exégesis de Jn 19,34 .. 92
2. l.os problemas ............................... ................ ................. 98
•) /01 pmhkma n:rghito1 ............................................. 98
b) E1 probkm11 ttol/Jtiro ................................................ 101
3 . Valor 11mh<llito e incerprcución teológica de la wigre y
del ~ua ......................................................··-·-·-····· 103
a) C,1"1riMí4,, t k - " ' la""""""' tk¡,, 19.21/·J.7... 103
b) llr/or simbóliro tk la MngrrJ ikl 11l""······················· 106
e) INnpm.z¡-1J,, msi.1't:u" Jd símHliswr• .............. 109
4 . Condusicln . ........._..,........... ·---···..··-···..·· 116

C vfruLO VI . Sangtt de Cristo y oblatividad .......................... 127


l. ºJ<m:u impl1cad0> en el ver<ículo de Jn 19 37.......... ••• • 0 128
•) 1:1 trxto IÍt hmirfas (12, 10)...................................... 128
b) ios grand,, trnua¡odniros prtStntn m ,¡ v.37............ 130
2. lncerpmación de Jn 19.37 en su conrexro ..................... 134
a) ;llncilt tlóndt St tl1rigt la miTtllÍa!.............................. 134
b) • VolwrJn ¿, mirrula al que frasµJaron• .................... 137
'

PRESENTACIÓN DE LA SERIE
•COR CHRIST I•

Con gran sarisfaa:ión por nucs1ra parte aparece el primer


libro de esca nue-'2 serie de la Biblioteca de Autores Cristianos
(BAC).
EJ lnstitu10 Internacional del Corazón de Cristo (1.1.C.C.)
ha llegado al acuerdo con la BAC de promover en su fondo
editorial una línea 1emáiica dedicada a la teología, cspirirua-
lidad, historia, cte. del Corazón de Cristo. La nueva evange-
lización y nuestro mundo moderno secularizado requieren de
instrumentos nucleares como es1c para poner en el centro lo
esencial: Dios es amor y ha encarnado su ser en el símbolo
humano por excelencia de ese amor: el corazón.
El corazón es centro vital del ser humano y así lo fue tam-
bién de Jesucristo, el 1lijo de Dios hecho hombre. Por ello,
acercarnos al Corazón de Jesús es ir a lo nuclear para, desde
él, abordar 1oda la vida crisliana. Además el corazón implica
adentramos en el mis1erio de Cristo desde su intimidad más
profunda. En ese sentido, san Ignacio de Loyola pedía en sus
Ejm:icios Espiriruaks el •conocimiento interno• del Señor que
por mí... se encarna, predica, mucre ... [104, 113 ... ]. Eso es
lo que •añade• la cspirirualidad del Corazón de Cristo a la
contemplación y reAexión sobre Cristo Jesús.
El corazón es, en la Biblia, la sede de la sabiduría, los afectos,
las decisiones. De ahí que configurar la vida humma con el co-
razón de Cristo sea la meta de la santidad cristima. No en vano,
la única vc-t que el Macsuo ~pone como ejemplo para nosocros
es para decimos: .Aprended de mí que soy manso y humilde
corazón y enconrraréis vuestro descanso• (Mt 11,28-29).
El objecivo de esca ~rie • lransversal• en las colecciones del
catálogo editorial de la BAC es llegar a todos los públicos en
'

1
...
lOI PllfSENTACIÓN

vuelo de altura (reflexión teológica, hisroria ... ) y en vuelo ra-


sante (espiritualidad, biografias, devoción ... ). Con ello trata-
mos de ~alizar cam bién el proverbial lema de la BAC: ser el SIGLAS Y ABREVIATURAS
pan de la cuhura católica.
Como presidente del u.e.e. agradezco la acogida y faci-
lidades para este proyecto recibidas por parce del di~ctor de AAS Acta ApoJtolicae SediJ (Roma 1 909~).
la BAC, P. Carlos Granados, así como la disponibilidad para Bib Bib/ica.
la carea de dirección de la serie encomendada a Pablo Cervera Bijdr Bijdragm. Tijdschrift voor Philosophie m
Barranco, que como timonel experto en escos temas guiará Theo/qgir.
esta singladura tan apasionante. BJ 81blÍll de jerwa/in (Dcscléc de Brouwcr, Bilbao
1967, ' 1975, 1988,2009).
Francisco Cerro Chaves BZ Bib/iuhe Zeitschrift.
'i< Obispo de Coria-Cicem CBG ÚJ/Jaf/onts Brugnues rt Gandavemts.
Presidente del lnstiruto Internacional CBQ Catholic Biblical QuartniJ
del Corazón de Crisco Chriscus Chrifrus. Cahien Ipiritwls.
CivCat Civilr4 ÚJnolica.
Communio Communio. Commmtarii inurnationaln dr
rcclnia rt thrologia.
oc Docummtation Catholiqur.
os H. DENZINGER - A. SCHONMETZER, Enchiridion
Symbolorum, Definitionum et Dtelarationum
de rrbus fidei rt morum (Barcelona-Friburgo-
Roma) I 967; ed. española: El Magísterio de la
lglnia (Herder, Barcelona ' 1997).
OT Divus Thomas.
EphMar Ephemmdts Mario/ogúar.
EV Enchiridion Vaticanum (Bolonia l 979ss).
Gr G"lorianum.
Lat l..atmznum.
Mar Marianum.
NRTh Nouvelk &vue Thiologique.
NT Novum UJtammtum.
OrChrP Orimtalia Christiana Periodica.
ParVi Paro/e di Vita.
PG J.-P. MtGNE, Patrologiae Cunus compktus. Series
Grarca (París 1857-1886).
'
PL J.-P. MrcsE, PnrrokJguu Cunus compktus. Serin
Latina (París 1844- 1864).
PSV Paro/A Spírito t Vira. El misterio del corazón traspasado
RB Rrvue Biblique.
RivBib Rivi;ra Biblún..
RsT Ramgna di TeokJtia
RSR &chnrhts de Sámu Rtligieuse.
Rlhom Rrvut 1homisu.
SCh Sourrn Chmimnn (Colección de l:ditions du
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Sobornosr' Sobomosr:
Sclh Srudia lkokJgica.
lhBI Theologische Bliltter.
lhWb TheokJgisclu WOrurbu(h des Neum Tntammts
(Scurrgart l 949ss).
VD B!!NE01cro XVI, E>diort. ap. ~rbum Domini
(30-9-2010).
"

Grln.:1.0 1
HACIA UNA RENOVACIÓN DE l.A
ESPIRITUALIDAD DEL CORAZÓN DE JESÚS·

La cspirirualidad del Corazón de Jesús requiere una reno-


vación, porque, como iodo lo que está vivo y no es inmutable,
debe necesariamente encunar~ en las formas culrurales de su
época. El lenguaje, los símbolo~. la sensibilidad del siglo XV11,
que vio nacer esta devoción en su forma moderna, difieren
considerablememe de los de la época actual. Uno de los ele-
mentos más válidos para contribuir en la renovación de esca
espirirualidad es la orientación de los cscudios bíblicos y 1eo-
lógicos de nuescro tiempo: en primer lugar los relativos a la
persona misma de Jesús, puesto que la devoción al Corazón de
Jesús se i nserca en la cristología y en la soteriología.
Es la vía que sigue, entre otros, t l. Urs von Balchasar, que
fija la atención en el tema del •cora1.ón abierto• como en un
símbolo bíblico rico de significado teológico. Sin embargo,
el texto joánico sobre el •corazón traspasado• Qn 19,34) se
refiere a Jesús ya muerto, y no dice nada del corazón vivo de
Jesús en su vida cerrena y mortal. Por eso, trataremos de se-
guir otra vía igua.l mente bíblica, hasca ahora poco frecuentada,
para nuestro problema.

• IX Vtw ..,_·w.r 20 (19114) .17J-.r9.


f-tte a.pirulo n un resumen dtl lnfornw dd Congrao Internacional de Tou-
lout< de 1981, C\l)'O 1n10 integro 1< lulb m b ob<• 1~ llJ ""'""" tk C,,,,,,,
bajo d tirulo: • El 1<1\ono de Ja.U. su ohcJirnd• .al r..u.. "' conci<nci• 6Jul ..
:"ou.·. En m> mmp<nión. hemos ttprodudJo b cúgala de Jn l, l 8b qu< p«-
..,.,...,,.. ,. d aadocongrao de 1981 y que era""" dn1ais de loqu< acnbia-
<n ......,. obn de l 9n: /¿¡ lfnll ' - .'>m"1 Ja• (<( • .,.. 9). Puo un ttcKnlt
<StUdio """ h. h<cho llcgu a una .,...,.. >ml6n )' a """ aU<Y& intrrpm.aóón de
<>t< fu..l ran imponanic dd ptGlcgo ,oinlco; d. •'Cat lui qw ouvnt la vi<'. La
linak du proiog,., iolwu>oquco: &'1lk. 69 ( 1qg8) 3'11>-J69.
'
• El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C. l . HACIA UNA RENOVACIÓN DE LA ESPIRITUALIDAD s
1. Tendencias de la teología actual: Otra característica de la cristología contemporánea, que
el Cristo histórico también influye en la manera de tra1ar el Corazón de Jesús,
es la necesidad de comprender cada vez más el enuncia-
El interés por el jesús •histórico• diferencia la cris1ología do dogmático de Calcedonia <obre la persona de Jesús: •Un
actual de la de la época bultmanniana. Sin embargo, no '<' solo y mismo Cristo[ ... ) reconocido en dos naturalezas[ ... )
puede negar que esca tendencia a lijar la atención en el Jesús que convergen en una <ala per<ona y en una sola hipóstasis•
histórico puede resultar ambigua, incluso rt'Vdar<e reduccora (OS 302). No se trata de sustituir e.ta definición ontológica
y horiz.ontalisca, eliminando lo que de misterio hay en Jesús por una concepción horizontal e historicista, sino de inrcgrar-
para reducirlo a una figura meramente históriet, incluso quiz.á la en una dimensión histórica: ver a la pcrwna de Jesucristo
solo social y política. actuando en la historia ... [Su] libertad humana considerada de
Este peligro, sin embargo, no puede impedirnos entresa- forma concreta en la his1oria pertenece, en efecto, a la natura-
car lo que hay de positivo y de verdadero en esta tendencia: leza asumida por el Verbo, es m.is, constituye su más profundo
•Además del Jesús objeto de estudio de la hmoría-ámáa, cenero [... ]. Es verdaderamente el Corazón de la sanca huma-
hay que encontrar al Jesús concreto de la historia real. que nidad de Jesucristo. Una au1émica espirirualidad del "sagrado
es infinitamente más rico•, porque la •historia-rea/ está he- Corazón" puede fundamentarse en una base así de sólida.'.
cha de vidas humanas; y la vida humana es metaf!sica en Por escas razones, la renovación de una teología del Cora-
acto•'. Debemos llegar a conocer la interioridad de la vida zón de Jesucrisro debe hacerse, por lo que parece, partiendo
de Jesús: esto es precisamente lo que queremos decir cuando del Cristo de la his1oria y del conocimiento de su conciencia
hablamos del Corazón (de jesús) en el sentido bíblico. Así, humana. No podría quedar reducida, pues, a una simple in·
ya no veremos su corazón como un simple símbolo abs1rac- terpretación histórico-critica, sino que debe ser una búsqueda
co, in temporal, inmóvil, sino, al contrario, como un corazón de la vida profunda de jesús, a la lu1 de la fe, fundamenrada
vivo, como la intcncionalidad profunda de la vida de Jesús, en los escritos del Nuevo Testamento y en la tradición viva de
la del hombre Jesús en su doble relación con el Padre y con la Iglesia. Se rrata, en consecuencia, de descubrir, a través de la
los demás hombres. historia, el •misterio» de Jesús, esto es, el Corazón de Cristo:
Asimismo, cuando hablamos del Corazón de Jesús nos •Facturo audjvimus, mysterium rcquiramus•'.
referimos a· la conciencia humana de Jesús, a su conciencia
profunda. Esta forma de hablar del Corazón de Jesús da ma·
yor importancia a los datos del evangelio y nos coloca en una 2. La concicocia humana de Jesús y su •corazón•
perspectiva ecuménica. Es verdad que esta búsqueda de la
•conciencia• de Jesús nos sitúa ante un •problema formida- Para comprender el misterio de la conciencia humana de
ble•, como decía Blondcl; pero él anadía: ~ 1rata ya de una Jesús, es decir, el misterio del ·Corazón de Jesús•, analizare-
•necesidad ineludible•. mos tres hechos de su vida.
1 M Blondcl ha momado mis ..u. ,... dbrínci6ft. pan ti a<n<UI. <rutt la ' F.-M. Ltnm.. ~ # /,, .,.m. ¡,. CJ.nst. t.. Lb.ni J...-,.,,¡,. F'Js ,¡,
•hUtona~• (a dcUr. la hRtotta tá'.nka y c:rnKa) y b dUstona rr.11.: ,ftse.,... Din n ,.. ,...,..,,....,.. ~,.,;,,,"' ¡,,,,.¡;,., !"" ,,,;., M,,,,,_ ¡, C-fmn.r
btt 1odoo HU#<rttt Mtnu·
ln W.nn ¡Jo;¡.,.~ J.¡,, airb<""""- 09-0'I). Oliéologi< Hb1..nq"" S2: r.n. 1979) 109 y~ 16.
ttimpiuocn 1.n,,,,_.. lcri,, J..\ú,.rinBJ..M/(J'.n. 19~1 149-228 (á. p.68). ' s,., A<;"'n', T-. . '" J.h.• 50.6: Pl JS.176/J.
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6 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASl'ASADO C. 1 . HACIA UNA RENOVACIÓN DE lA ESPllllTUAIJ01\D 7

a) }mis y el "ino tk Dios Corazón de Jcsús, •entrar en Jesús, [... ) <cr transformado en
Jesús, por medio del Espíritu de Cristo que habita en él•'.
Jesucristo tiene conciencia de ser él mismo el reino de Por consiguiente, profundizar en el conocimienro del
Dios: él es, como lo define Orígenes, la 11utobasiki11. En el tema del reino implica penetrar en el misterio de Jesús, es de-
fondo, es lo que queremos expresar con la invocación: •Co- cir, en su Cora1.ón, en el sentido anteriormente explicado. Ya
raron de Jesús, rey y cenero de todos los corazones•. Veamos que el Corazón de Cristo simboliza su inrerioridad, y, en fin,
brevemcncc qué significa esta base bíblica de la invocación. su misrerio, él es la revelación, la verdad con la cual reina sobre
Jesucristo habló mucho del reino de Dios, del reino de nosotros.
los cielos. Empc-tó diciendo que la llegada del reino de Dios
era inminente (Me 1, 15; 4,26); después instauró su pre<encia
con su poder (Me 1,22.27; cf. 1,39; 2,7.10.28; 9,1), con su b) la º'"dimci11 d~ Jnús
victoria sobre el enemigo (Mt 12,28; Le 10,18), y también
con su acción y con su ministerio (Le 17,20-21 ). Además, los Ouo :upecto de la conciencia de Jesús es su obediencia
textos que hablan de la presencia del Mesías hablan también, al Padre: Joucristo fue obedience hasta la muerre. Escrutar el
implícitamence, de la presencia del reino, porque el Mesías misterio de su obediencia es penetrar en el misterio de Cristo,
es el rey. en su Corazón.
Otras vcccs se trata del reino en los evangelios, pero desde La obediencia de Jesús no fue solo un •ejemplo• que él nos
una perspectiva pospascual: se anuncia el poder que revestirá quiso dar, sino que fue una actitud profunda en él de la que
a Jcsucrhto después de su muerte (Le 22,29-30; 2 Pe 1, 11; los evangelistas quisieron dejar constancia. Tras ellos, ningu-
2Tim4,1.18; Ef5,5;Ap 12,10). no de los que incluso lo habían reconocido como •Maestro•
La identificación de Jesús con el reino la volvemos a en- osará insisrir en ello con tanta fuerza. K. Rahner observa a
contrar en la tradición viva de la Iglesia: •En el evangelio, el propósiro de esto: •En la mayor parte del Nuevo 'lesramento
reino de Dios es Cristo mismo•~; •El hijo de Dios es la 11uro- la misión de Cristo redentor se representa muy a menudo bajo
basiki11, el reino de Dios en persona•~. Pero el mismo Lucas, la ida clave de la obediencia al Padre• .
desde el prir:icipio de la vida de Jesús, le llama •Señor- (Kyrios). ¡En qué rérminos hablan los evangelios de la obediencia
El Jesús del evangelio (de Lucas) es ya el Señor prcsence en su de Jesús? En primer lugar, los abundantes textos expresan una
Iglesia. el que revela su <eñorío a los discípulos y a aquellos obligación: •era nccoario• que él actUaf2 de este modo, porque
que lo escuchan con fe. Vemos cierra analogía en la tradición era la voluntad del Padre; lo que quiere decir, implícicamenre,
joánica: ver el reino de Dios es ver ya a Jesús Un 3,3); enrrar que Cristo debía obedecer la voluntad de Dios manifestada
en el reino Un 3,5) cs encrar por su puerca, que es Cristo Un en las Escriruras. fa lo que dice también el autor de la carra a
10,9). Entrar en el reino de Dios es, pues, entrar en la escancia los Hebreos. como primera actitud de Jesucristo a su llegada
del Padre y del Hijo (1 Jn 1,3), penetrar en la intimidad del al mundo: •Aquí csroy yo, oh Dios, para hacer tu voluntad•

• t..1ARc16N, .. In evangelio csr Dei regnu.ra. Christus ipso. dudo por Tr1:ru• • N. CUMNO. lH 'º'"' lfl'Of'flntta, 111, 12 (Bari 1913) 166.
UANO, AIÍ<'fflUJ M•rrl•ntm. IV. 33, 8: CCL 1,634. K. R.A11Nfll. • l.r Chrisr modt.Jc d'obéissancc., en G. GA11a0Nr y otros. J.,
' Cí ORlctM.>, l•Mt , XJV, 7: GCSX/1,289. P"'b!Jm, ¿, l'oMn.lntt (París 1%9) 29-55 (tf. p.37).
'
8 El MISTEOO DEL CORAZÓN TRASl'ASl.00 C. l HACIA UNA RENOVACIÓN DE LA ESl'IRITUAU~ 9

(Heb 10,5-7). M.í.s que nadie, Juan vuelve con frecuencia a Jesús vivió como un hombre identificado con $U misión
la actitud de Jesus, sometido siempre a la voluntad del Padre sobrenatural, como un hombre plenamenre disponíble en las
(4,34; 5.30; 8,29.55; 9,4); pero, sobre todo, se pone el acento manos del Padre. •la misión dd Hijo no es orra que la de pro-
en Getsemaní (Me 26,39.42) y en la oración sacerdotal Un longar en el mundo su eterna procesión del Padre. u.
17,4.6. 14).
El elemento más importante que hay que descubrir para
conocer la conciencia de Jesús -y, en consecuencia, su Cora- c) Ln condmcia tÚ ser Hijo de Dios
1,ón- es la manera en la que Jesús obedece; porque hay dos
formas de obediencia: la del esclavo y la del hijo. Pero hay que ir más allá de la obediencia de Jesús, y llegar
Evidentemente, la que caracceriza el Corazón de Jesús es direcramente a su filiación. Hay que repetirlo: Jesús es cons·
la obediencia filial. •Obedecer es la expresión de su misma ciente de su filiación divina, y precisamente en esto radica el
persona, de su intimidad única con el Padre. Él es el que es, secreto más íntimo de su •corazón•.
Hijo único y amadísimo, solo en la obediencia•ª. Podríamo~ Esre fue un docubrimíento hecho por los discípulos en
aporrar en e.te Knrido muchos cextos, sobre codo de san Juan una segunda reflexión sobre rodo lo que habían vivído junto
(5,19-30; 12.50; 14,8-10). Decengámonos, sin embargo, en al Jesús histórico. Dicha conciencia es algo que no <e confun·
uno solo, que no siempre ha sido traducido con exacrirud: •El de con la obediencia de Jesús; de hecho, la precede: •Y, aun
Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revela- siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer- (Heb 5,8). •la
do• Un 1, 18). El seno, en esre rexto, no es el órgano femenino, obediencia e> propia del siervo, pero el consenso, la ayuda, la
sino la parte delancera del cuerpo humano, símbolo del amor cooperación son características del hijo•, comenta Newman 11•
y del afecro; se trata aquí de la actitud del Hijo unigénito, de La obed iencia es una actitud fundamental de su naturaleza
completa obediencia al Padre y de recíproco amor a él 9• Esta humana; pero la actitud filial proviene de su vida divina, in-
accicud de amor constituye al mismo tiempo la revelación al tratrinitaria. La conciencia humana de su condición de Hijo
mundo de la vida trinitaria del Verbo de Dios. es el elemento más importante de la experiencia profunda del
Esre aspecto de obediencia amorosa de la volunrad huma· Jesús hi>rórico.
na de Jcs~s. animada y penetrada por la voluntad divina, es un Pablo insistió mucho en dicha filiación divina: •Yo vivo
cema frecuente entre los padres de la Iglesia, sobre codo cuan- en la fe dd Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí•
do comentan el fiar de Jesús en Gecscmaní: c1'ucsrra salvación (Gál 3.20; cf. 4,4-5; Rom 15,24; 2 Cor 3,11; Ef 1,3; Col 1,3).
fue humanamente querida por una persona divina• 'º· •la es- Y, más aún, Juan: escribió su evangelio para que crq<'ramos
pecificidad personal del Hijo 5C formó y vino a la cxisrencia en que 'Jesús es el Cristo, d Hijo de Dios• Un 20.31; cf. 1 J n
el roriWJn y en el alma del hombre Jesús• ''· 5.13). Nadie empleó tanto como él la palabra •Padre• (137 ve-
ces) ni repitió la afirmación de que Jesús era •Hijo de Dios•
(10 veces en su evangelio, 16 en sus cartas).
' J. Gun.1.n, •l'obtí...,,« <k J<sus.christ>: ChrisNIS 7 (julio 1955) 298·J 1J
(cf. p.307) . .
' Vt.uo nun1r;i obra ÚI vlntl Ja111 f;,,;nt Jran, 1 (Roma 1977) 228-239. 1
· H . U. VON BALTllASAR, •Das Sdbstbewusscst.in Je~u•: ln1/\a1h/..tit Con1muni11
" M. J. 1 • Gu1u.ou, prefacio• la obra de F.·M. Unm., 1hlol4gir. o.e.•6. 8 (1979) 30·39 (<J. p.38).
11
J. ~1 GARRICU~:!, ·~tuJmc le ConftSSCur. La Chanté, avenir divin de 11
J 1l. NtwM.\N, •lhc Humiliarion of rhc Eternal Son~, t'n P11rtx:'1ial 11nJ
l'hommo-: !No14tre lfut•"'I"' 38 (Puis 1976) 171. Plam Smn•111. 111 (1.ondr<S 1893) 16J.
10 El MISTERIO DEL CORAZON TRASl'ASAOO Cl HACIA UNA RENOVACIÓN DE LA ESPIRITIJAl.IOAO ll

Esie tírulo de• Hijo• tiene su fundamento en la conciencia humana y su acción humana estuvieran penetradas por su vo-
filial de Je.ús. Solo más carde la teología empezaría a reAexio- luntad divina y por su acción divina (es lo que los teólogos
nar sobre la condición íntima de Jesús. Sin embargo, Jesús llaman •perijóresis-): --Más allá de la condición humana, él
reiteraba con insiscencia que Dios era su Padre de una forma Ucsucristo) obra codo lo que es humano manifestando la es·
diferente a la paternidad de Dios para con los demás hom- trecha unión ... y la colaboración perfecta entre la acción hu-
bres: •El Padre mio y Padre vuestro•. Él lo llama Abbd, vocablo mana y el poder divino; porque La namraleza (divina), unida
insólito en la tradición judía. Él posee la soberanía universal, sin mC"lcla a la nacuraleza (humana), estaba toralmmtt penetra·
en cuanto que es rey del reino (Me 11,27). Por consiguiente, da de ella y no había absolutamente nada de la humanidad que
conocer al Padre es conocer al Hijo, y conocer al Hijo es co- quedara fuera de la acción o separada de la divinidad unida a
nocer ya al Padre. Él conoce al Padre con un conocimiento ella según la persona• 1'.
inmediato Un 7,29). Guillermo de Saint-Ihierry explica el
misterio profundo de esca relación entre Jesús y el Padre en un
pasaje donde comenta la pregunta de los discípulos en Jn 1,38 3. Conclusión
(.Domine, ubi habitas?.): .Qh Verdad, roponde, te lo ruego:
Maestro, ¿dónde vives? -Ven, respondió, y ve. ¡No creo que
yo estoy verdaderamente en el Padre y el Padre está en mí?
~ Hoy la cristología se orienta hacia el Jesús histórico. Una
teología del Corazón de Jesús no puede permanecer al margen
-Gracias, Se1ior... ya hemos enconreado tu lugar. 'fo lugar o del pcnsamienro teológico actual. Por eso, es necesario pro·
tu Padre; y más aún, el lugar de tu Padre eres rú• 14• fundizar en el conocimiento de los sentimientos más íntimos
Sin embargo, debemos observar que no ;e trara de la rela- de Jesús y de su conciencia (de su Corazón) a lo largo de su
ción filial con el Padre en el plano exclusivamente rrinitario, vida terrena.
sino la del hombre Jesús: aquí está precisamente su misterio En este sentido hemos estudiado tres aspectos de la con·
más íntimo y profundo, su •corazón•. La conciencia filial ciencia humana de Jesús que nos han parecido fundamenta·
de Jesucristo es el •Corazón• de su santa humanidad. Y de la les: su conciencia de hacer presente entre nosotros el reino de
autoconciencia de Jesús brota la fe de la Iglesia. •Este misterio Dios, su obediencia al plan del Padre y, sobre todo, su concien-
de la conciencia de Jesucristo, este misterio del Corazón de cia de ser el Hijo del Padre. Escas eres dimensiones delimitan,
Jesús, solo puede de.cubrirlo el cristiano que posca la fe en su por asf decirlo, todo el espacio interior del misterio de Cristo:
corazón•.
A la luz de todo lo que anterior, podemos ahora inren- - con su obediencia cumple la obra de salvación;
car traducí r o más bien lb·ar la definición metaf'isica de Cal- - con ~u condición filial se revela como el Hijo, como
cedonia a tfrminos de historia, según la tendencia teológica aquel que procede del Padre, que vive en estrecha rela-
contemporánea. Esta tendencia no es ajena a la tradición de ción con él;
la Iglesia. Máximo el Confesor ya explicó qué significaba con-
cretamel)te, en la vida de Jesús, el hecho de que su voluntad ¡ - pero, al idencificarsc con el reino de Dios, manifiesta al
mismo tiempo su trascendencia, dado que participa de
la soberanía de Dios.
(;u1u.P.R.MO Ot !'ÍAl~r~THIERRY, aOracio Domini Wilhclmi•, en ~
11
•la conrc-m ..
plauon de D1cu. L.. or.ai"'n de Dom Gwllaumc•: SO> 61.124-125. " MÁXIMO" CONH'i0l.Amb1pa. 112: re 91.10538.
12 El MISTERIO DEL CORAZÓN TAASPAS.t.DQ

Así nos es posible penerrar en el misterio de la conciencia


de Crisro, es decir, del Corazón humano de Joús.
Pascal decía que •el corazón o el lug;ir nacural de la
CAPITULO 11
verdad•". Esro es así para cualquier hombre, pero para nadie
tanto como para Jesucrisro, porque solo él puede decir: •Yo LA SED DE JESÚS MORIBUNDO'
soy la verdad., El Corazón de Jesús es, pues, el lug;ir de la ver-
dad: de esre lugar, de csre cenrro, irradia sobre el mundo rodo
el misterio del Hijo de Dios. Quien estudia la historia de la exégc~is de los textos joá-
nicos puede hacer, según los ca<o~. dos connataciones opuo-
cas: una, que a menudo la interpretación mística de los co-
mcnrarios patrísticos o medievales ha sido complecamenre
abandonada por nuestros conremporineos como precritica;
a la vez que ocurre también lo conrrario: gracias a los mé-
todos más preci<os del análisis de hoy, .i veces aparecen, en
esce o aquel pasaje, tesoros espirituales que no habían sido
vislumbrados por los anriguos eruditos, al menos en época
patrística. Esto se puede comprobar, por ejemplo, en la in-
terprecaci6n de la pcr(copa sobre la m<lternidad espiritual de
María On 19,25-27); lo mismo puede decirse del versículo
siguiente, que nos proponemos csrndiar, csro es, el pasaje en
el que Juan recoge las palabras de Jesús moribundo: •Tengo
sed• (19,28).
Pero, debido al interés que manifiesta la historia de la exé-
gesis por esre versículo, prcsencaremos primero el estado de la
cuesd6n sobre las discinras maneras en que ha sido intc:rpreca-
do a lo largo de la cradici6n; en los dos aparcados siguienres,
propondremos un doble análisis, primero a través del método
de los textos paralelos y después mediante el examen del con·
texto inmediato. Para concluir, mostraremos la importancia
de esce versículo para la inrcrprctaci6n joánica de la muerte de
Jesús .

.. E.u pilibn ck Íruptración apwinW.. proccJJa dd ambno ck l'-n-R.o)»J r


en muy dd gusto ck Pual; es dad. pot A. Foun, !'.iul n li•"'-iti ~
(P.ns 1971) 71 . ' Dd libro t.. ..,........,"""".._.. (l()(";. Turin l 976l 33--49.
.. El MISTEl>IO DEl CORAZÓN TltASPAS.\00 C 2. 1A SED DE JESUS MOltl8UNOO l~

l. Breve historia de la exégesis de Jn 19,28 b1én a san Alberto Magno 7 y sanco Tomás de Aquino', pero
sobre iodo la Vil4 Christi de Ludolfo de Sajonia' y el comen·
Contrariamente a lo que podríamos esperar, en los padres cario de Oionisio Cartujano. Este --cronológicamente el úl-
griegos no hallamos tendencia alguna a interpretar Ja palabra timo (t 1471)- resume sucintamcncc la exégesis de la tradi-
dipso, •Tengo sed•, en sentido alegórico; por el contrario, in- ción monástica: ·Ad littera.m Chriscus corporaliter sitiebat...
sisten más bien en el aspecto flsico y psicológico de lo> sufri- Spiricualicer vero multo ferventius sitiebac nostram salutem,
mientos de Jesús y gustan de ver en su sed una prueba de la pro qua omnia fccic acquc pcrtUlir• ·0 •
verdad de su encamación y de Ja realicbd de su muene; ade- Esca interprccación que, a primera '~sea, parece caracterís-
más, daban mucha importancia al hecho de que, diciendo que tica de la piedad monástica y medieval, vuelve a aparecer de
1cn1a sed, Jesús cumplía una profeda 1. En Ja tradición latina, nuevo a principios de la Edad Moderna en los principales co·
hallamos un rímido intento de alegorización en san Agus1ín ', mencaristas católicos, como Salmerón 11 , Bellarmino '. Cor-
pero no tuvo gran influencia'. Los dos grandes comentarios nclio a Lapide 13, y cambién en autores espirituales como Luis
medievales de Ruperto de Deutz y de san Buenavenrura' re- de la Palma, en su Historia de In Sagrada Pasión, y L. M. Grig·
miten nuevamente a la interpretación física. n1on de Moncfoct 14 • Pero foledo, en su comentario, inccr-
Li exégesis espiricual de •sitio• Un 19,28), esbozada, por
tamo, discretamente en Agus1ín '. solo cxperimencará un ver- ' o,...- 24 (Paru 1899) {:ó(.; ·l~ -s..r,...,.,, q .... de lf"'O
dadero florecimiento en la exégesis monástica del medievo: .,.,, ,¡,,,,..re, non fuigmdo . Sitio, daldcrio wuds ttdimcodo<um; f\ 62.2: :;,1;.
hay que cicar aquí a san Bernardo y su escuda 6 , despu6 tam- n1 '" '1t obM 1MC. f>"'"' """1i/Jld11r tiÓI <J,. 'IW& Unde Bc:anu Bcrnardus dici1··
·r)!.lfl"line, qutd sita? Ptw re CIU(.b1 1ua dtil qlUm rua au:i. Oc crucr tila. de üü
da1'1\U. 51110, 11aq""1M. M"IJ'lfm JAÍMtnrt. ""'"'"' l"uJ¡",,,·"· Esrc lCXto que N..ll Alberto
1
VCr los comcn,año5 de CriMi.,romo, de 'J(oodoro de Mopsucstia, de 'Jtofilouo, atribuye a un Bnnudo es práctia.incntc el que uanscribíamor. m la nota ,1.n1crior,
de Eu1imlo, de Cirilo dC' AJejtindrl.t pero f..i1..Jo de forma libre y llgcramc-ntc anlpliado, porque no hay 1nás rcícrcncl~
frurl. in IMnn~m. 119.4: PL 3~. l 952t pero él alegoriu m.U bien ...atctu1n• ;i. jn 19,28 en la obn dd santo dcxlor. l..as concordand.u bmtardiana5 que 'e ~cin
11

quC" •.,nlu•: •ludci quippc iPJi crM1c otc:ctum, degenerantes a vino PatriM\.harum et prcpu-.lndo en Achel (Países B.ljoa) muotr.ui ocr¡,s dos rtftttncias (agr..J(Umot ~
Pmphcurum•. En ono pa..ajc (.~~ 218. c:.f. mis add.inrc. nota S), I~ o.~u Je kJt p.Wrv cisccrcicnscs dd mon.111cno 'u conesía aJ comunicam.05 acc d.110): l.ibtr
Agwtln ca ya m.i.s akgomador..
' h«p<o <n ti comcnwio de 8<do (Pl. 92.91.jO), q0<. como de Q)ltumhr<,
.,/MIMD Ttwtpli. 27 (()pm UI, 23S: PI 182.9.l60 y s-n.-,,.;,,
124 (0,- Vl/2.48.1-2; PL 184.114'!01, prro.,. "'"'tan <Ola do simplt'l aJ...;..ncs.
"°'"""·
•iGu< muy de cerca al de .~. l\>r lo dams, no K halbn \Utigios de la .,.._ ' S.Nl'O To><ÁS. S.,...""°""'""'.\ IM•••• l«t.'71. cd. ck R. Cal l\brimí.
gai1 agusti~W.s do Jn 19.28 m la i;.dod ~fcdla: nsds m los doo conxntsrios; r '19S2) n.2447.
no ~ 1mc-r mucha inffucncia ni .1iquim en b ~ monástica. dt la que ' LtrDOLPHtrS 5.uosnJ,, Vi,. Clmm. U• Parto, e-63 (P,ris y Roma l 86S) 667:
lubWtmot m.ls t>ldt. .()Ult C'rg"D: Sitio. tcilicet honunum uluttm. quia hanc doickrio cordbli a.i1tvit,,
' RUPtlTO DF Dwrz. /n /oh. : PI. 169,7?0-791; ~.,,. Bu<N•V..>m:M. Opmt viJclii..ct utim Stti<ns.. td en do..dc:rJn,, ut no. sitimn~ fontetn vlvwu•.
'"'""'6 !Qu.am<hi, 1893)499-500. •ACC'ni(.ndon05 al texto, Cri,to p.adoJa sed oorporal ... Pero rra 1nuc.ho mit
'Srrmo 218, e.11, n.JI (PI. 38,1086): •Quod dixit Sirio, 6dcm quur<lm a futnt tn su espíritu la ~ dt nuntra s.ilvación, por la cual hizo y •uírl6 r:into ..:
suis: Kd qui.1 1n propria w1111 ~t sui ~"'non rrrtptrun1 (Joh. 1,11), pro suavit~cc Opmt omnta. XII (Montr<uil 1901) S9S.
6Jci, ;ttCtu1n pcr6diac dcdcrunr•. 11 A .. SALMtllÓN, Comnt. 1n Ewtn.ft/Ü4m Hutoriam. )(; lH P1W1on« tt MorJ~

• Rnpccto a a..n Ekrnardo, ver wu M:ntcncu. public:acb rccimtcmcnte: .v,. D.N /.C, tm. XLIV (Colonia 161 J) .16~a.
'"""'"''" """ '"'"" 1 •n J. l<ctllt(;Q • H . Rocm11 (tch.), Opn.. Vl/2 (!lomo '' R. Bt:i.uaMwus. •Oc Kpttm vcrbis ;a Ch.risco in aucc prol.a.tit•, c:n {J¡NM
1972) S9.6: ·Siüo inquiL--Qwd Mtu. o Oom1n~ -Saluttm~ inquit. hunwwn , (N>polcs l86ll e.VI, 397-4+1: cf. lib 11, e.VIII, p.424.
E1 ob hoc ~ rorum mdid.i pro ris. quia cwn diJniucm cos.. in 6ixm dikxi cos•. u lnh.l.
f'sn la Cl<U<Ü bmwdiana, cf l/ih.< "'71rla, V. """'1/Jd M /Wall't< ~1"1•~ / 3.44 " L DI! u PALMA. ff_,¡,, ,¡, l. s.,..M ,,.._ t BAC. ~bdricl 1?(>7} c.41,
(PI . 184,662.(,63): con las palab.u m.p ,,J. )mis quiere apr=r-.vdomn ,..,. in-2ib' L M. G"'""'º" D• MosPOttt, Ln "1' Mn.u.apuola ti< fatiJ.· o,.,,...,
duriwU•. ~ puak reconoca aquI d cw dd tClfO <k san Ban.udo Mr1be citado. totop{;tn (Sruil, Pañs 1966) 1782. nd&.
\
16 El MISTEl!JO DEL CORAZÓN TRASPASADO
C.2. lA SEO DE JESUS MORIBUNDO 17

preta •sirio• solo en d sentido fisico" y lo mismo hacen los conrrarnos sobre codo en los comenrarios en lengua ingle-
procescames Calvino 16, Grocio 11 y Bengcl".
sa22; y ha sido retomada en nuescros días por Th. Boman,
¿Qué ocurrirá en la época conrempor.lnea? Nos ~orpren­ J. !vi. Spurrell y G. Moreno, en eres anículos especiales con·
de comprobar que cambifo aquí vuelve a aparecer la misma
sagrados a nuc.uo tema u.
dualidad incerprecaciva. Sin duda, la explicación de la sola sed Estas constames divergencias en la inrerprctación nos
corporal es preponderante; la cnconrramos, por ejemplo, en obligan a reflexionar <obre la cuestión metodológica. En buen
los cxégcras franceses, en Lagrangc "· que conrradice a loisy, número de aucoro, codo d análisis se ordena en romo a la
y es habitual en casi todos lo~ comenrarisras alemanes'". Sin crítica lireraria; ello>~ preguntan simplemcnrc de dónde pro-
embargo, también la exégesis simbólica e>1J bascanre difun- vienen las palabras •Tengo ~d·. Unos comparan el v.29 con
dida. Esca viene representada por l.oisy" y Durand; la en- el episodio narrado por los ~inópticos en el que un hombre
presenta a Jesús una esponja empapada en vinagre (Me 15,36;
n In b.L Mt 27,48). El añadido joínico de la sed de Jesús sería o una re·
1
• J, CuVlst:s, c,,,..,.. '" ¡._;,. /t1t1nnu. tn Opnw. 47 (Bruntv.·ick J892) 419: inrerpreración de la palabra de Jesús r«ogida por Me (l S.34)
•Q•li 1mn1m ~,,, .fobric.,,1 ilf ,...,... dtintti1, argunJc mag¡s quam \'Crac~ y por Mt (27,46): oEloí, Eloí, lcmá sabaccaní.'', o una simple
di6cationi Ru<k:nr, ce pal.un rcfc:ll1t c:o1 n-an~lt1ta. qui f"C'CUum a Chrino amum
fuisst> dic:ic, quum ad mortf'm pro~f;lrcr•. adición narrativa y teológica de Juan"· Orros hacen provenir
17
H. GROTlt'~. Annou11ionN ,,, No11. ff11, r (NP\'1, 1..1 liay,¡ 1769) ) 1291. el •Sitio• de Juan de una fuente o rradición indepcndienre a
" l. A. Bt-~c11, Gnomo11 /\'ot1 ll1"1mrnri CJ'ubinp 1742) 39Rb. los sinópticosl<'. Esta úl1ima explie-ación es quizá la más verosí-
" ~1--J. U.Gi..ANGE, tiw.n1ilt r,/on .Sa1n1 /t.in (PariJ J92S) 495r.: .fJ stntido
es $C:nciílan1tntc ene: Jo.ús, dtv0rado por 1.1 ~. con10 e:~ narural en este c:uo, mil. Pero escas distintas cxplicacione.s solo son hipotéticas. Por
expresó su !Oufrunitntu ~ra <.11mplir una rroíc(.:Íil, porque rodo lo dcn\.Ú que le otra parre, no presentan más que un imerés limitado; quien se
había sido imputsto por ti Padrt y<1 ata~ consumado•. Para lo,; conu•n1.1;rios tn detiene en la reconscrucción de la prehisroria del cexco habi-
lengua francesa, <:f. ran1bl~n: C.odtt (C:Orluy), (~al1nes:, Rraun, Van den Bussche,
y las \'idas de Je:;Ú.<> de Pn.t y Ltbrccon: ;1.\lmtsn10, A. Ff'UJLLF.T, •I.:heurc de la
fcmmc (Jn 16,21) ce l'hcur< ck la mhc de J<M (Jn 19,25-27)0: 81h 47 {1%6)
169-184.361-380.557-573 (<f p.37S·37<>. y .176, nt.I: el p:ua1• •habla de J. sed " Cf. Bcrn;ud, H<.nkynl, Lighfoor, Brown, Hendriluen, l.indan. Pero estos
física d• Joiú•); y umbi<n I• obr> de A. Porn, lt µrok tl1 &ruin m>u (P.dua 2UCOíC$ difieren ICOiiblcnltOlC ('l\trC \Í t"O 1.Jform.t Jt: cx('llic:ar el tcnrido profundo
1974) 103-1 IJ: ··lcngo JC'd• (cí. p.112.: •Jnús can su .1rdienre kd fisica cumple del •$1tio• de JcsUs. Adc1n~ c.IC' lo' comcnc.i.ríos ciu.do1, vé.tJC también E. AllBOTI',
plenamente las f..scncu™•). A este grupo pu«le aft.1d1r1e, en1~ fo.s comenrar1n~ ¡.,¡,.nnint V0<abu'4? p. l 7~0b (y joh,,nm...: e,.,..,,.,,,2626"): d 1010 blbhco al
de lengua inglts:a. \'(. CKoct. Rarrcu. L.cn,ki , y c.. H. l>ooo, Hitt-rlr11/ rmJ1no1t Jn
1
que Jw.n ttmite es el Soll 42.2. <¡Ue obliga a lnrC"rprcur 1~ sal de JesW wuo en
tht fo•rth C..pd (Umbrid¡c 1963) ~ l • 12. sentido espirituaJ como en \CO[iJo tl~ic.o; cf. camb.C-n J, ('_ F1.NTON, Tltt Pll.Slion
•a Lüh~. WdJh,....,n. Sdwu, /..hn, Holununn·llaU<r. Bd~r. Kna- •ccortli1ft # jo/tn (Londres l 96l) 6G:·• lh~ chif't íor aJI m('n tu bdic."\o·t, co come to
bcnb:auier, Schl~ner. &ucr. Str.Jthnunn. Tillm.1.nn •.'Kh1i.:k, Bulrmann, \t'i~nh..Ju· hím. to see thc llClVC oí (;oo, tu be dniwn h)· 1c ro him ;11nd t() God•.
ser. Schutt; wnbifn J. Bm ... •Jlpuó•: P,\f¡ 11,210.2-5; A Dwu, Du p,,,. "TH. & ...-. ·D.u ~ Wim )..su•: .'itlh 17 (1963) 103-119 (<f 114-115);
U#"'fach1dort ;,., fa/M•""""1"l'fÜ•"'- F.iM ,..,¡.,;."'f"Ó'i<htlidv •"" ~lv
J. M. s,.uru., oAn lntc1pmadon oí •1 thln•"•: Cb.rch QM.:ntr(y Rnw 167
U•1"""""-rofah 18.1-1.9.JO(~Mnich 19!2) 206-207: H. U. YON 11.untA<AR. (1966) 12-18; G. Moa.uro. ·Giov.19.28. la ,.., di cn.10 in cnxc-; RJ.&b
•Mynmum l'.tch..b, <n M,.,,.;.,. ,,,i.,iJ. en..,¡,.¡,, """:n<ltkbtlidw JJ.:-· 15 (J 967) 249-274.
n~. J/2 (Eimiedcl4 1%9) 213. _.. f.& b inwprce.aú6n de Ttt Sc:_t\4.Ah, •l).1:1 lietzr~. a.c., y J. ~t. S......-u.ni. •AA
lntaprcutioo•.a.c..;cf. cambétn JI. U. VON 8.untMA.a. .~iystcrium Pac.hak-, a.c.
" A. l..o1n, ú~ fur..,;k(Pub 1903) 880-ABI: •S. clcb<1uponer que
Cristo tmú ro1mm,. ..,¡__ 'wgWi tu~ mú profundo. - tal ad dc:ao " CT. E. D. FU&D. -Old lé:swncnr Quor.a•"- in dw Gospd of John•: NTXI.
que tiene ]<sus de a:rmiiw ou = pon u a O.O. r "'I""" la ..iv.ción dd
supl. 11.ridcn 1%S) 104-101.
" R. E. B"°""', ~ a.,ñ _.,¿;"l ,. }Jtrt. u L"'""" Yoñ. 19:'0> 928;
mundo-. Ytt umbóOn loa gom•1111rioo lula- de G.
&iHnL IV i\t.,,.,ti, Twin 1%01 55~.
º"-""'· m /o,,..,¡_ ,,u,, A. DALv. Dil ,.,,,,...,..,,..,,,,. o.c., ll>4 l'11. Ct. wnbi<n C. H. Dooo. Hn""'-
,,,¡ T"*"1w~ i• ,¡,, ¡;..,,¡, GtJ,,,,L º·"• 42.
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'
18 El MJSTUtlO OEl COAAZÓN TR>.SrASAoo C1 tA SéD DE JESÚS MORIBUNDO 19
1

tualmeme ya no ~rá interesado en su interpretación. Pero este 2. Las escenas paralelas


será siempre el primer deber del exégeta. Por eso, a lo largo de
este estudio, todos nuesrros esfuerzos se centrarán en dicha C. H. Dodd observa muy acertadameme: •la "~ed" no
interpretación. tiene un papel e<.encial en la concepción del sufrimienro del
Otra cuestión importame: ¿con qué se complementa gra- j' Siervo de Marcos; en la de Juan, en cambio, eMa es vital•:•. En
maticalmente el inciso: •Para que se cumpliera la Escritura•? todo su evangelio, Juan emplea solo eres veces el verbo dipsdn
Muchos admiten sin discusión que hay que relacionarlo con lo (4,13- 15; 6,37; 7.37), pero es siempre para hablar de una sed
que sigue: •Dijo: Tengo sed•. La gran cuestión es entonces sa- metafórica. De estos pasajes, dos nos abren a la perspectiva de
ber a qué paMje de los salmos se hace referencia aquí, cuestión 1 la hora de Jesús y por eso nos inceresan especial me me: el en-
en la que <e han concentrado los esfuerzos de los cxégetas. Pero cuemro de Jesús con la samaritana (4, 1-26) y su proclamación
si, por el comrario, la cláusula final complementa al verbo u- solemne en el úhimo día de la fiesta de los tabern.ículos (7.37-
télntai •consummatum ese• que la precede, ya no se puede 39). Tambifo hay que destacar que encre estos dos pasajes y el
encender que •sitio• <ea el rumplirniemo de una profecía, y ~ del Calvario <e: dan sugerences puncos en común d~de d pun-
el terreno queda libre para una imerpretación completamente to de vista lé:<ico. En el episodio del po1.0 de Jacob y en el de la
distinta de esta palabra de Jesús. Esce probleI1L1 filológico debe 6esta de los cabcrnárulos vuelven a aparecer eres temas funda-
quedar completameme resucito; volveremos a él al comien1.0 mcncalcs: la ..c:d (4, 13-15; 7,37), el agua viva (4, 10.14; 7.38) y

de la tercera parte. el Espiritu (4,23-24; 7,39); ahora estos tres temas reaparecen
1
Una última observación, por lin, atañe a la exégesis sim- de nuevo en la escena de la cruz: la <ed de Jc<li< (19,28), el
bólica. Nosotros rambién creemos que •sitio• ciene un senrido don del upfriru (19,30) 29 , el agua (que sale del costado de
más profundo. ¿Pero cuál? Hay que reconocer que, a falra de Jesús, 19,34). Todo nos invica, pues, a comparar con atención
un aná lisis, muchas interpretaciones espirituales presemadas escas tres pcrlcopas.
hasta ahora parecen arbitrarias: mediante su •sitio•, se ha di- Veamos primero algunos rasgos paralelos cncre el episodio
cho, por ejemplo, que Jesús habría expresado su ardicme cari- de la samaritana y el de la cruz. Muchos aucore• ya han com-
dad (Pseudo Bernardo), o bien su deseo de la gloria del Padre parado C•CO> do> relatos.
y de nuestra perfección (Grignion de Montfort), o mis aún,
según la cl:égcsis mis tradicional, su deseo de nuestra salva-
ción n. ¿Pero <e: puede extraer todo esto del tcx10? Nuc>cra ta- a) Un primer paralelismo se refiere aparememente solo a
rea <c:rá mostrar, baúndonos únicamente en el texto de Juan, las circun~cancias cuernas: en 4,6, como en 19,14 (en la e.ce-
a qué se refiere realmeme la sed espiritual de Jesús, y de qué na del litlwtrotos). Juan utiliza exactamemc la misma fórmula:
manera esta sed ilumina el sencido profundo del relato joánico
de la muerte de Jesús.
• e:. •t. Ooor>, lltflOrkdl Tnuliu(ln in tht fo..rth GosJNI. o.e., <t2.
" [) Mou-Ar, .'i<lmt ]ra•· rtva•gik (cd. en fascicul°' dela Biblia de )«uul<n)
{Paris '197.l) nota j .1 19.30: ·Expl'C5ión griega .sin arucc.cdC'ntC'\ C(•llOCidoi para
simboliur ti ,'ahllno Haspiro dd moribundo. F.J cvilngdina ve en el último suspiro
" Cf. umbién A l.01>Y. /.e q11111rihne twmgik. o.e., y C. MOIUITT'O, oGlov. de j<Jús el preludio de 1, cfu<ión del Espíritu.-; J. H ''"' • F.kur< 01< "Ub<l¡lllb<o
19.28: 1.1 kte Ji Crino 1n croct•: a.c.• 266-273: ~ro d autor ve tn el .sido• dt da G<i><u• (19.10). rn lkr Durrhb<Jhru. foÑnnriJchr BrJrwná•11x Jrr llrn·ft-
JcsW al mU.mo titmpo •la sed del cspírhu• y .J.a ~de la glori.u. (En qu~ st lw:a? 1u· 1-trrhruni (1 krJcr, Rom> 1966) 120.122.
20 EL MISTERIO DEL CORAZON TRASPASADO C. 2 LA SED DE JESUS MORIBUNDO 21

•Era hacia la hora <exta•"°: de nuevo en ambos casos, al menos b) Pero vayamo< directamente al <egundo paraldismo,
si se admite en 19, l 3 b le<:tura transitiva del verbo eltarhúm 11, que es mucho más imporranre: el rema de la sed en los dos
Jesús está smrado. ¿Pura coincidencía? Vemos, en cualquier pasajes. En el diálogo dd cA \e constara f.í.cilmence un tocal
caso, que el epi5odio wlemne del lith<JJtro/QJ •consritu>'C, a los inrercambio de papel<:>: Jesús abre d di.ílogo pidiendo que le
ojos del evangelista, la enrronización oficial del &y-Mesías->2 y den de beber, y sin embargo no es la mujer la que le ofre<:e el
que este mismo epi<odio no o m;h que una anticipación y una agua del pozo: es Jesw mismo quien le promete el agua viva
prefiguración de lo que ocurrirá en la cruzl.l, donde, gracias a (v. l 0.14). San Agu>tÍn comenra: ·Ú C>ci nccc:.írado como uno
la in<eripción rcdacrada en trc> lenguas. •la reakza de Jesús es que espera recibir y e> rico como uno que es capaz de saciar.
proclamada ante: todo d mundo•"'· Pero Jesús termina de la Pide de beber y promete dar de bebe,. ...
misma manera el encuentro con la samaritana rcvdándosde Frence a esre hecho paradójico. es ahora la samaritana la
como Mrsías (4,26). En el po10 de Jacob como en d pretorio, que pide el agua misrcrio"3 prometida por Jesús: la fórmula
la •hora sexta• es la hora de la manif~r,táón de Jesús. que ella empica, •dame de e,.;i agua• (v.15). es como el eco de
Se puede ir aún más lejo> sin caer en d alegorismo, y ver un la de Jesús: •dame de beber• (v.7): la mujer ya no quiere volver
vínculo enrre el •camancio• de Je.lis en el pozo de Jacob (4,6) y a saber lo que es la <td (•así no tendré más <ed•), pero no ha
su desf.illecimieoto en la cruz: sin duda, en J n 19 no se habla del encendido nada de las palabras de jesús, porque solo piensa en
agotamiento de Jesús, pero en ambos casos JcsÚ> pide de beber saciar su sed material. Jcsú1, desde el principio, se había eleva-
(4,7) o expresa su sed ( 19,28). lo que en cualquier caso es signo do a un plano espiri1ual; \U 1cd de beber era un signo de otra
de cansancio y extenuación. Sobre todo hay que observar que el sed, de orro deseo (.Si cú conocieras ... •), d de dar a conocer a
verbo utilizado en 4,7 para scr\alar la fatiga de Jesús, •cansado• la mujer el don de Dio<. de revelarle quién era él; en resumen:
(kekopiakós), vuelve a aparecer en 4,38, en sentido metafórico, el de darle el agua viva (v. l 0.14). l:.I verbo •!ener sed• utilizado
para describir su trabajo apostólico, que fructificaría más tarde tres veces referido a los hombres en los v.13-15 designará pri·
en la misión de los discípu los. No sin razón, pues, muchos co- mero su sed frsica (v. 13), luego su sed cspiricual (v. 14). Pero el
mentaristas antiguos han visco una relación encre d cansancio cerna se aplicaba en términos equivalentes a Jesús mismo desde
de jesús en el pon> y sus padecimientos durante la pasiónl'. el v.7: •dame de beber•. Su deseo de beber, su sed, se encien-
de al mismo tiempo en ~emido füico y en sentido espiritual.
JI> C( a este ro~'º e;. RAMPf\'l.01., •Juhn XJX.28. A c.,u(' for 1 d1tfcrtnl traJU..
Agustín lo dijo en una fórmula lapidaria: •llle... qui bibcrc
latioo•: lY71 I (1969) 247-2(.0 (,.hJ. 2~9): •'lh< mrh hour•, y el comcnurio de quaerebar, fidem ipsiu< mulieris siricbar• 1:
l 1ghcf00t.
a.
11
nuarro orudio: .t:tsU, tt e giuditt M:\.ondo (;v 19.13•. ('O C..a# '"""
(furin 1973) 134· IS7 I• foil. In hl. PG 169JS2·3SJ. •Oomini jau fariptio_ f.u¡¡;auoncm altcrun
., D. Mou;ff, !wint /t.r•. o.<.. 211, nou a )n 19.1:1. spccu.t .... lr«1.U ipk' ~ iti.nt«' huniani1.1c ls RJK. VC"rJ pa.uioM, \.Wls doloribw.. et "·cra
" Cf. ). M. Sl'l'1Ut!U., ,.\n lnt«rm.r•.,•.a.c•• 17· • lh< rtj«.,X,,, oí)<sus by thc IDOfTC <ni Í>tipnduso,
,kws bdOt.: l'i41< anc..;p.tc11h< crudfiu>n anJ o¡>l.iim io liom rh< )<..isb P"'"' of " .S .s A.Gt1111~. T"'4 lnfalt,, IS.ll: PI. JS.I SH. •l'cúc bibc:rc:, tt protruttit
""" (19.13-16)•, Hcrnoo dcsamilhdo c:su idea m chnln.to indiado en la oou 31. biherc:. f.gn qUMi accrpauus, tt a!Ru;r amquam miaouruso.
" D. \lor.ur,.Sa..,,W... o.e. , JU, noca.r. ..,¡,,. Jn 19,W Parad panldúmo " .~.,. Acunts, Tom. ;,, falt., 1S.11: PL 35.1~14. C.omparv con d oomm-
MU< la <'SC<rU dd (:Óhara (l~,13) )'la dd Gól¡;oc.a (19,17·!2), >ÚK d anKWo WJO de Ourand lpl 14: .u;"'ª,.
d rato J< Agwdn}: ·~1'1 ptdc una bc:btda que:
ciado m la notdl, p24S-246_ no prob>ra. es pon¡uc: en d ¡'<dio dd lloml>~IJ.os la sed dt al""' •paga la de
" Ver •Jrnun In W.Uriwru.)n 45-llo, en A......Mtn""'~" 16 CCcrf. agia•. FI estilo un poco •raico tmdo oqui (od f>«ho cid llomb..-Oíoto, Ja scd
Pvis 1971) 48, nou 29. Mencionamos att bello caco dt Rvruro DE Dwn. de almas-) rdkp una <1pmtualiJ.J un poco anr..:_f., pnu b idea"' fund.mro-
1

22 EL MlSTUtO OEl CORAZÓN TRASPASADO C 2. lA SEO OE JESÚS MC>ltl8UNOO 23

También en la c.cena del Calvario, desde el comien1.o de Pasamos al segundo texto paralelo, el de 7,37-39.
la pcricopa, Jesús expresa su deseo de beber, diciendo: • lcngo Hacemos primero algunas observaciones preliminares. En
<c<J •. Pero ~e le ofrece vinagre. En el lenguaje jofoico, se rra- los vv.37-38, adopramos la puntuación que hoy ~e va impo-
ra de una reacción de incomprensión, del mismo estilo que niendo cada vC?. más, la que sitúa la separación Mrrás M las
el de la samaritana, que no había encendido nada de la palabra palabras ho piftr11611 eis rme; así, hay que traducir •Que beba
de Jesús sobre el agua viva. ¿H ay que decir que Jesús moribun- el que cree en mí•. Con esta puntuación, la frase forma un
do deseaba simplcmenre agua en Ve'l. de vinagre? Esta solución quiasmo perfecto:
banal no encaja en el concexro; el mismo rema de la incom-
prensión no; invita a ver en ello algo más: cuando Juan ~ubra· A El que TENGA SED,
ya la inteligencia de los hombres, es siempre para indic:ir que B qur wnga a mi.
ellos no c:iptaban lo que era una mJelat:1611. Probablemente B' ybtba
hay que comprender al mismo nivel el •Sitio• de Jesús. ¿Cuál A' el que CREE EN MÍ.
es, pues, el objeto de esta sed? El deseo de beber en el pozo
de Jacob. expresado por Jesús, era también un deseo de d;ir rl ~ta construcción hace que se manifieste un doble parale-
agua 11it>a a la mujer. El paralelismo permite pensar que la sed lismo: ·beber• es sinónimo de •ir a Cristo•; del mismo modo
de Jesús en la cruz era del mismo cipo: así, se tratarla aquí de su se da una equivalencia entre •tener sed• y •creer en él•"· Esto
sed de comunicar el don MI Espíritu (cf. v.30). Pero e.ta solu- nos sugiere ya que la fe de la que habla aquí Jesús es una sed
ción, aún hipotética, tomará mayor consistencia cuando ana- espiritual que trata de ser satisfecha.
licemos el tema del agua viva en 7,37-39, y sobre todo cuando En el v.39. los manuscritos recogen dos variantes para el
analicemos la esrrucrura de nuesrra perícopa 19,28-30. participio de pistrurin. Creemos que es preferible el aoristo hoi
Sin embargo, en el punto en que nos encomramo~. el del pisreusa11tes al presente hoi pisteuontes'º; esto tiene importan-
estudio del paralelismo entreJn 4 y Jn 19, podemos ya conside- cia. Como en el caso de la samaritana, Jesús distingue aquí los
rar verosímil, con J. M. Spurrell, la siguiente solución: •Si estos
hwnaniJad e~ .uu111iW por su divinjd.ad. b sed nuterial rnclJ. y ~Pl\.JJ. un anhdo
pasajes han de 1nterpretme desde el punto de vista del hc.:ho de apirituaJ. anhdo quC" fue Li ~ru impulsora c.k tod.l iu obra. MI 11/itrtnt# n harrr
apagar la St..J. entonces la sed de Jesús del c. 4 parece qucd:ir satis· ¡,, ,,.¡,._,,,,¡ ,¡, fWint ""l'•tvftt J t1<6&u I•..,,, (4,34)•.
fecha cuando se proclama a sí mismo como fuente de agua viva, " R. 11 . IJGHTroar, S1 Job•i G#tpd A ,.,._,, (Chf0<d 1966) 183, ea
ck d1stan1.a optnión: • \\ñcras co come co tM Lord ~ 10 drink oi Him ~ no
que expone l.i. promesa del don del Espíritu; de forma semejan- dovh< lf'IO'lymous, thc bd;...r on Him i1 by no maN in thc ame e.u< u h<
te, su sed en la cruz.será satisfecha cuando cnmgue el Espíritu, who thi.nt•. cPor que no? Si se omccn cucna d carían d1n&mkodc b. km un
en el momento de su muerce o después de su resurrección•"'. ¡...,., no hay ob.óculos pan pcmar que la fe tC2 conso<kn.b una uJ So ha dt
ol>¡<Un< la ifimución d< Jn 6.3~: oQuÍ<n att en mi ••>tU ,,.,,¡.,¡,d•. FJ tato
<IX< que d h<1mbrc f«lni .,..l.,"' ..d csp1rinul en la fu pero la di>Tnid.d d< loo
c<tlmcnCC' a;.;cn.ad.J . r.ara. ~crurnos m.h al tato dt jU.ln. JirUme>t RÚil bim qut Ja limlpoi (procntclfuturo) mues;tn a.demás quC' la. o:tinciOn de la~ k1'o .e '°f;nrí
""aprnod• ro• ¡...u. (v.7) .. I U deseo"' m11mfnum."' m•f" (v. l O; cf v.26); dC' forma. progrt11va. pr«ianw:nte profundir.ando en la fe. (J, un cj<"mplo de ~u
m.U que acJ de ¡Jma,., Joús nene sed d(dar d agua \•iva. metifo,.. (fe /K'd) en l• lirurgi>' la oración de b<ndición dd agua baut1•m•I en la
J \1, ." ivt·ttJtttt, •An lntcrprcu.cion•, a.c., 12-13. C(. t.llnbiC:n el con1cnta· vig¡li;i pa.scu.&I dd .Silbado Sanco (m..isal romano); el tato ha.bla de l.1 ·fidei 51U~•
rio de OANt.M, en lnmNlurJont, IV, p.555: •Despuá de todos laa sufrirnicnro.. y (•fidc1• d un gC"nirh·o epc-xtgético: •la sed d(' la f~ ~ •la sed que sutc.:.it.i )U Íc•).
torturilJ, el SaJvaJor debió de haber sufrido una sed verdad(r<lmtntc 11,;u{i.lnrc. En iO Véak nuC''1tO artículo •Parolc et Espric dans Sc.-Jcm•. en el vohuncn de las
la cruz JetUl t1Gtba :\etlicnro. Es una sed que también le atorn1cntaln con li \J.ma~ Acr.u dc l>.1 Jornad'5 Ribli= de Lovain• de agosto de 197~ sobre el evangtlio de
nema (4,7); igu.iJ qut entonces, se trata de una verdadera 'Cd fhlu; pero co1no áu Juan (Gemblou. 1977) 177-201.
'
2~ El MlSTHlO Ofl CORAZON TRASPASADO C 2 . !ASEO DE JESÚS MORIBUNDO 2S

dos tiempos de la revelación: el tiempo de Jesús y d ríempo del se complican, porque en 7.39 se trata de la sed de los creyentes
Espíritu. F.n la primera parte de la declaración de Joús (v.37b- y en 19,28 de la de Jesús. Pero, incluso con esta inversión de
38a) todos los verbos están en preseme (.tenga sed, venga, papeleo, ¡cómo podemos pensar que el •sido• de la crui, que
beba, cree•). Pero tras la referencia a la Escritura, se habla en se halla en \cmejance red de paralelismos y corropondencias
futuro (•manarán, habían de recibir.}. El mismo cambio de cem.íti=, se refiera exclusivamente a la sed flsica de Jesús?"
perspectiva ~e observa en el verbo •creer•: en el v.38a, en el Eso ida en contra de codo el contexto. Solamente d estudio
contexto de la vida de Jesús, la fe en él se describe en presente del pasaje en sí nos permitirá, esperamos, llegar a la verdad.
(ho pisreuón eis eme); pero en el v.39, que nos lleva al momento No ob.1cance, ya desde ahora podemos sefialar esto: en la
de la glorificación pascual, esca fe de los discípulos ya e~ un fiesta de 101 tabern;lculos, incluso si no se dice cxplícirameme,
acontecimiento del pasado (•que habían creído en él•). Su fe Jesús aparece movido por un gran deseo. Sin duda, a diferen-
en Jesús durante la vida pública debe ser interiorizada y hacer- cia de 4,7, donde Jesús había pedido de beber a la samaritana,
se más profunda iras la pascua por el don del Espíritu. nuestro pasaje no da ninguna señal de su deseo de beber Sin
¿Podemos sacar algo de este pasaje para comprender me- embargo, no puede negarse que aquí se ot.í sugiriendo un
jor el •sitio• de Jn 19,28? Ciertamente no podemos dejar de doco análogo al de 4,7-1 O, primero mediante la inrroducción
considerar la diferencia que existe entre estos dos rextos: en el solemne a I~ palabras de Jesús (.El úlrimo día, el m.is solemne
primer caso, o el crryente el que riene ~; en el otro. es Jnús; de la fiesta, Jesús en pie gritaba•)", después también median re
y, según 7,38-39, el cristiano sediento "cibe el agua viva, es la doble invitación que dirige al creyente (•que venga a mí•,
decir, el Espíriru, mienrras que, según Jn 19,28-30, e\ Jesús "beba•). A Jesús, cuando se revela públicameme en el remplo,
quien da el Espíritu. le movía, según san Juan, una verdadera sed espiritual.
No obstJnte, múltiples indicios nos invitan a encender un btc detalle, por pequeño que sea, debe a11adirse a la serie
texto a la luz del otro. En 7,39, cuando explica la palabra de de paralelismos entre la escena de los tabernáculos y la del Cal-
Jesús, Juan afirma explícitamente que el agua viva (el don del vario. En otras palabras, este deseo de Jesús, m:anifcsrado en el
Espíritu) no será derramada sino dcspu6 de la glorificación templo, es una anticipación de su sed en la cruz.
de Jesí1s. Ya anreriormence comentamos el vinculo léxico en-
uc ambos pasajes. Parece, pues, legítimo leer la perícopa de la hcrm""' cs<u<loo sol>~ b >td tn Jn 4,10-H y 7.37-39, no h.ya dich<> ..Ja de b
fiesta de'los t:ibernáculos en la perspectiva de la de la cruz: el >td el< )<>W tn 19,28.
Espíritu que los crcyenres debí:an recibir en b glorific:ación de
"°""•
" j.-r. •l.a 101Í, l'au et b parob: RB 66 (19~9) )7').J86 (cí. p.386);
·Por lo drnW. pocl<moo prnsarquccn las adcnucl< simhnlismo Wl lmponantn
Jesús (7.39) es el Espíritu que les fue dado por Jesús moribun- en J..,,, fyya un >f11<.ulo Rnil """" VJIJ7.j8 po< una p.arl< y XIX,211-34 por
do (19.30}; lo~ ríos de agua viva que manarían de \US entrañas oua-. Ymás aJcbnic: <Ap.n:cfa ui ame¡.,. ojo< el< Juan oomo símbolo (nmumoo
trn~ de d«ir. o<0m0 s<nal•) b •.....l.adcr. gnindtu de qu><n habla d«br>do
(7,38) el evangelista los ve simbolizados en el agua que salía tokmncmcJHC e-1 dQ dt fin1a de los tabmtáculos: +FJ que tcntp l<'d, que venga a
del costado traspasado de Jesús (19,34)". Para la udlas cosas mi, y beba quien lr« m mi•. Ptro podria deci.JK que: d autor no K' atrC'\'C a Jr mis
).llá. lln-¡ndo nta intcrpttc.t<.ión a una lectura iimbohca del •t.ÍUc>• de Jc:~ú•. ()o,_,
puó de h~lx-r tomado ti buen ca.mino, quizás se d('tU\'O dtnl.u1ado pronto en ~L
• 1 Cf. Hoskyn1 y BroWTI: y <ambim F.-M. BRAuN, oAvolr ..,,( <t ho;rt (Jn 4,1 O- "' 'li'adutción dc O. MOLU.T, SAiru }tan (Bj •) 110. St rcoord.ná ta i1nporu.ncia
t4: 7.37-39)•. en Mllangn b1blu¡un tn hommagt •• ll P. BIM /111.<11« (Duculor, de Krdui1t (•gritar•, •t•clamant) en san Juan, donde ata p;tlabra aparrcc wlo cua-..
Gcmbloux 1970) 247-258; cí. p.256: •(...]al situan< jumo a b tckbraclón de los tro \'ttc:s p.;ir.- ~c:lial;u d gran mensaje de la rcvebción de Cristo: viene proclamado
l.1.lxrnitulos, el llRUa que el discípulo vio salir de la hcrid.1. dd Salva<lor ¿no timbo- por ptimtra w1 por Juan Bauri\"t.l (1.15). y después tres \'C'CC\ por d mi\mo Jesús
liurti aobrc todo la cfwión del Espíricu ... ?•. Es un.a ¡xna que' el P. Br.iun, tn ate (7.28.37; 12,4·1).
'
26 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TAASl'ASIJ)O C.2. lA SEO OE JESUS MORIBUNDO 27

¿Cuál era el objeto de deseo de Jesús en el úlcimo día de Según la exégesis habírual, la proposición final i1111 tekiiithe...
la fiesca? Como en el pozo de Jacob, él deseaba dar el 11gu11 depende del kgri que sigue; los craducrorcs, así, se ven obligados
111V11. Pero hay que señalar un desarroUo del cerna, al pasar de a invertir las dos proposiciones, lo que es ya una mala señal. Ci·
un capículo al ocro, o más bien desde el ciempo de Jesús al del carcmos, por ejemplo, a Osty: •Jesús dijo, para que se cumpliera
Espíriru. En Jn 4,10, el agua viva todavía era can solo la auco· toda la Escrirura: "Tengo sed". Pero desde hace ya tiempo algu·
manifescación de Jesús a la samaritana, es decir, su palabra, su nos han propuesto hacer depender el inciso del verbo tetlkst11i
verdad. En los v. 13-14 la perspectiva se abre al futuro: el agua que lo precede" y traducir así: "Tras lo cual, sabiendo que ya
viva de la revelación deberá ser •bebida•, es decir, interioriza· codo estaba cumplido, para que la Escricura se cumpliera pcr-
d;i. Será el papel del Espíritu (cf. 14,26; 16, 13). Aquí el diálo- feccamcnte, Jesús dijo: fengo sed"•. Recientemente, dos autores
go con la samaritana adquiere la perspectiva de la fiesci de los han analizado con más atención la cuestión y han aportado una
cibernáculos (7,37-38), donde el agua viva que se bebe está serie de argumemos convincentes a f.lvor de esca lecrura 0 . Están
identificada con el Espíriru. Pero esce Espíriru sería concedido extraídos ClfltO del estilo y del vocabulario de Juan como de sus
solamente a los que anteriormente hubieran crddo en Jesús. concepciones teológicas. He aquí las principales razones que se
¿Qué se debe concluir de este análisis de 7.37-39 en lo que pueden aportar con el objeto de imroducir esta manera de leer
respecca al tema de la sed? La perícopa de los tabernáculos está el texto: l) la conscrucción habitual en 'ªn Juan requiere que la
orientada hacia la cru1 m:b aún que la de la <amariClfla, espe· proposición con h11111 complemcme a un verbo que la preceda"';
cialmente en lo que se refiere a los eres cernas de la sed, del agua 2) para hablar del cumplimiento de una profecía o de una palabra
viva y del Espíritu. Por canto, sería una paradoja que la sed, de Jesús, el evangdisca utiliza pliroún y no ukioün•·. Este último
que es una sed espirirual en 7,37, no fuera más que una sed verbo, cuando se aplica a Crisro, designará, en Juan, el cumpli
frsica en 19,28. El hecho cxrraño, que queda por explicar, es la miento de la obra de Cristo (4,34; 5,36; 17,4) y no la reali1..ación
inversión de papeles: en 7.37 quien ciene sed es el creyente; en de una profecía; 3) •n inguna profecía del Anriguo Testamento
19,28 es el mismo Jesús. Pero, como en el pozo de Jacob, Je-
sús, en el cemplo de Jerusalén, manífescaba un profundo deseo - 5.gun Godct. au '""''P"""""'º .,.. L. p..f,nd.a d, Btngd, Tholudi., Von
Hcngd. 1.ang., ~icyct. U.clwJ~ m.b m:ímtcmauc, la !un hecho ••ra umbi<n
de dar el agua viva; csce deseo, desde el punto de visea bíblico Holrun.ann-S.uC1', Abbo<c (fa/J. G - 2115) 71JgJufoo1.
y joánico, era una sed espirirual; puede ser considerada como o cr G. &MPFYLDI. •John .XJX.28. a Q$C for a ddít"~nc Trarulation· .•w 11
una preparación y un anuncio de su sed en la cruz. (1969) 247-260; E. R. M•01i"z• 7k Gtnp<I A,......,, •ft~< Dwh •ffmu haí•
mtc:1nograñada dtl Inuitu10 BJblu.;o) (Roma 1%9) 4(17..471. Ese.a interprctac:ión
Pero esca intcrprecación, como hemos dicho, no será del fuoccptada por A. Ftllll I r, l"hturr dt la Mtrr dt jhut (fanj<>.ux 1969) 70-72, y
rodo convincente si no es debidamente confirmada por los por IJ. MOLUT. Samt ''"" (llJ ') 215.
indicios liceraríos de la pcrícopa del Calvacio. • A favor ck la intcrptC't.•1.Jón h.ablnJaJ, A. 0Allt a. D1t P1111iOtfSftKhi<htt, o.e .•
204, y ya tn p.201. noc.a 212. nxncloru. urs latos tn &..w que el orden SC' lnvicnr.
1.31. 14.31; 19.31; pnono dtmuatnn iudapara el tcnU qU< nos OCUJ>". En l ,JI
y 14.31, l>ivapai= siguiendo a un dcmo6uaúYo (At"'w•i-tisJ. locwl quie-
re decir que: la rdación t.on lo que k ligue ricnc cxplkn~tc: indiada por u~
3. El v. 19,28 en su contexto inmediato f6rmula csp<ci>l; <O¿ a.o d< 19.31 ... verbo pnncopal an acompañado por un
tÍflbk /titW (uno apam.:c anta y otro despuó). Nada que ver con nuestro cuo. PJra
Debemos examinar dos problemas en el esrudio de esre 'r<>l'" la inccrprec•ción h•bicu•I de 19,28 (h<1Ut ,,/r101Ñ... kgá.. .). no >< puede,
pue-i, invoor ningún ~r.tldtsmo verdadero. EJ orden normaJ en Juan et poner la
pasaje: el del vínculo gramatical del inciso •ur consummarerur pr<>pruición final,;,,..., del verbo del que depende.
Scriprura•, y el de la estructura literaria y teológica de v.28-30. •' Cf.jo 12.38; IJ.18; 15-15; 17,12; 18.9.32; 19.24.16.
1
'
28 El MISlEOO DEL COltAZÓN TRASl'ASl.00 C 2. !ASEO DE JESÚS MORIBUNDO 2'1

responde exacumenre a las palabras de Jesús: •Tengo sro•": 4) tos últimos acontcdmienlOs? Aquí debemos analizar con de-
por úlúmo, ¡cómo admiúr que Juan dé canta impomncia a esta tenimiento la pcrícopa que nos incumbe directamence, la de
palabra, •sirio•, wlo pan demostrar que así Jesús cumplía una los v.28-30.
profecía en particular? Todo d concexto se sitúa en un nivel mu· Llegamos, pues, al corazón de nuestro problema: la inter-
cho m:ls general, d del cumplimiemo mesiánico de la Escritura. pretación del •sitio• de Jesús en el conrexco de Jn 19,28-30.
Por lo canco, puede considerarse casi seguro que la pro- La inrcrprecación depende, ante todo, de la función del verbo
posición •para que se cumpliera la Escritura• escá vinculada dipsó glob.ilmenre. Por eso, es indispensable escrucrurar cui·
a las palabras panta terllestai que describen el cumplim ien· dadosamenre estos tres versículos. Un elemento determinante
10 de la obra de Jesús. Pero debemos reflexionar en lo que para esrablecer la estructura es el hecho, poco destacado por
implica dicha inrerpreración del cexto: 1) la palabra de Jesús los comentaristas, de la doble presencia de utlkstai (v.28a y
•sitio• ya no se inrerpreta como el cumplimíenro de una pro- v.30a). Esta palabra, junto a •entregó el Espíritu•, es la fórmu-
fecía; 2) d cumplimienro total de la Escritura es una aplica- la más ímportanre de toda la pcrícopa. Estas dos menciones de
ción teológica de Juan sobre el hecho de que •ya• (idi) •todo • todo está cumplido• constituyen do> elemenros paralelos que
esú consumado•. Pero estas mismas palabras. idi panta retl· revelan la esiruccura fundamental; los llamaremos A y A'. Pero
kstai. ¿a qué •e refieren? Evidentemente a la e.cena anterior igualmente en ambas formas, el verbo utikstai va acompaña-
(19.25-27), que describe el nacimiento de la Iglesia en la pcr· do de otro elemento que csci estrechamente vinculado con
sona de la Madre de Jesús y del discípulo amado 49, Dc.,pués de él: •lcngo ~ •• en el primer caso; •entregó el Espíritu •, en el
esre acto supremo de Jesús moribundo, r~mcnte •iodo esrá segundo. Al mismo tiempo, cada uno de estos dos elemenros
consumado•'º, Jesús ha concluido su obra, la f'Krirura se ha alude al otro; los llamaremos B y B'. Se obtiene así una estre-
cumplido a la perfección. Esta escena de María y del discípulo cha correspondencia enrre los vv.28 y 30, ambos compuestos
a los pies de la cruz revisre una extraordinaria importancia a de dos elemenros paralelos:
los ojos de Juan: para él, aquí se cumple lo que se anunció en
la imagen de la rúnica no dividida, •expresión simbólica de la A TODO ESTÁ CUMPLIDO A' (TODO) FSfÁ CUMPLIDO
obra de unidad realiiada por Jesús en su muerte; cf. 11,52; B Tengo sed B' Entregó el Espíritu
21. 11 • ". Al escribir •ya todo está cumplido• (tttikstai), Juan
se refiere' a lo que había dicho al comienzo del rclaro de la pa· t>:os queda el v.29, en el centro de Ja pcrícopa. Este cons-
sión: •los amó hasia d extremo (tis tllJJs)•. El acto supremo de tituye un fuerte contraste con los versículos que lo enmar-
Jesús en la cruz fue la revelación suprema del amor. can: en los vv.28 y 30, Jesús es el protagonista de la acción
Pero Juan no acaba aquí; sigue hablando de la •cd de Jesús,
(ho jbous .•• kgd. ho fbow eipm): roda la atención se concen-
del don del Espíritu, de la lanzada. Si •todo está consumado•,
tra en él. Por el concrario, en el v.29 no <e sabe bien quién
¿por qué vueh•e a empezar de nuevo? ¿Qué sentido tienen es-
es el que actúa: los que ofrecen vinagre a Jesús son un grupo
41 A. 1ft'ttJ .t1, /'hn1", o.e., 7 1.
anónimo"· Su acción no se describe sino como una anrí-
" Cf. ..U maocmídld c<pimual de Maria y la fund.ción de I• lgk.ia (Jn 19,25·
27)., en nuc.u• obra ÚI mdad de jesús (BAC. Madrid 1992).
"° l'.5U pabbra rquivalc. pues. a un g.riro de victoria: cf. BEllNARO, <.4tntntn• ~1 La obscrv;idón C$ de G. MoREITo. •GiO\'J9,28•, a.c., 2S7, no1a 19. La
"'"' 11 , p.6.l8. atnú\a c.::on.nruc1.;ión, donde el verbo no tiene sujeto, h;i 1nRu1do en la rra.tmisión
" D . Mou.AT, S..m1}"• (8)•), nocu'aJn 19,24. dd tnt~: n\u<.hus ca~ llenan la •laguna• introduciendo: ho1 tk p/b4ntlf, PodcO\()$
\.

30 EL MISTERJO DEL CORAZÓN TRASl'ASADO C2 LA SED DE JESÚS MORJBUNDO 31

tesis de lo que dice y hace Jesús. Adcmá5 hay que destacar Hemos reunido así todos los elemento• para interpretar co-
•la triple repetición de la palabra "vinagre" en los dos v.29- rrecramenre las palab™ •Tengo <ed• en su contexto. Dos deta-
30.'3. No es que Juan, como los sinópticos~, vea en este lles de la estrucrur.a tienen una importancia capital: anee todo,
acto un gesro de burla por parte de los presentes; simple- esra palabr.a csci estrechamente ligada al primer segmento de
mente no comprendieron el verdadero significado del •sitio• la frase donde Juan dice que Jesfu sabia que ya todo estaba
de Jesús. Este esquema de incomprensión es profundamence consumado p:ira el cumplimiento de l.a E.crirur.a. El ·~itio• de
joánico; como ya hemos subrayado, parece regir la estructura Jesús se debe coloca.r en el mismo nivel de cumplimiento que
de nuestros tres versículos''· Esto también explica que en el su obra: si no, ¿cómo \C explica que Juan vincule expücicamen-
v.30 (A' B') se retome y ~e explique lo que ya se había dicho te esta palabra con la concienci.a mc.iinica de Jesús (-.sabiendo
en el v.28 (A B). Por tanto, llegamos a la estructura siguiente que ya todo estaba cumplido•)? En segundo lugar y sobre codo,
para el conjunto: •Tengo sed• se sirúa en par-.1.lelo a •entregó el espíriru•. Y como
el v.30 supone un progreso rc•pccto al v.28. codo apunta a in-
v.28 Dc.pués de esto, <Jbiendo Joús que ya terpretar •sitio• en la pcn;pcctiva del don del Espíritu. Jesús ya
]tsús A para que se
TODO ESTABA C:UMPUDO, ha terminado su obra; pero él sabe que orro debe venir, el Espí-
cumplicr;i IJ Escritura, riru de la verdad, que dará te•timonio de él ( 15,26) y que debe
8 dijo: 7ingo std. guiar a los discípulos ha\ta la verdad plena (16,13). Jesús sabe
v.29 Había allí un jarro lleno de vinagrr. cambién que si él no se va, el Paráclito no vendrá a ellos (16,7).
Y, sujetando una esponja empapada Él había dicho a los discípulos: •Yo le pediré al Padre que os
Incomprensión en vinagrr a una caña de hisopo, se dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros» ( 14,16). Es
la acercaron a la boca. es ce deseo del don del fapí ritu lo que Jesús, al morir, expresa
v.30 jesús, cuando tomó el vinagrr, por última vez diciendo: •Tengo sed•. Esce deseo empezará a
Jesús A' dijo: •EsTÁ CUMl'l. 11.)()>, cumplirse en el mi1mo instante de su muerte. De ahí el doble
B' e, indinando la cabc'l.a, mtrrgó ti tsplritu. sentido de la fórmula •emisit spiritum• (paridQlten to pneüma);
entregando su espíriru. Jesús entrega el r_1píritu a los creyentes.
Es lo que muy acertadamente dice el I~ Vanhoyc: •Jesús, mu-
smaJa.r u.n caso an.ilogo de anonimaco dando C"n 11 truc1f'i,1Jón: •lo cruciñc.aron y
riendo, abre paso al Espíricu• ~.,
con 8 •'"""''"' uno a cacb lado, y rn medio.¡,....,. (19, l8). El interés de esca interpretación está en que se sitúa como
u 0. MOUAT, S,,¡,,, }t111t, o.e... 21 S. notl (, prolongación de lo que hemo• podido observar en el episo-
" F.n su rdaro, .\i1 27.48 y .\1c 1~ •.36 •<>man la rafabra.....,) ,,,.,..,.. dd Sal
68.22 {l..JO(;"°'""" ""-). dond< >< ,,.,. d< un .acto d< burla; 14 (23.36) ,.
dio de la sama.ritana y de la fie.ca de los tahcrnáculos. En cada
o:prcs.a de orra manc-ra. pttO nlutru aún mú d matiz; •lm soldaclcK wnbté:n uno de estos pasajes. como hemo• visco. el paralelismo con la
,. burlab.n d< 8:,. i. a«Kahon para ofrturk >inagtt- •. escena de la cruz nos invita a comprender la <ed de Jesús de
u En d mkmo tentado. Ttt . f\oMo\N , •Dü k1«-. 1.c.,. l 1~~ 116. A 0Al fil.
[);, P,,,,,,,""""'uhu. 0.<.. 207 ugumaua que la Í1K001prm,;ón jolruca a un 19,28 en sentido espiritual; el lexico de los tro textos nos per-
UUUUln<ntl> <t<ilt>tiro que cb a Jesó& la ororiunidad ck mocmr llRI palabra para mite rambién precisar má> de qué tiene <ed Jesús: <ed de dar el
apliarla m<joc, Sin <rnb.'JD. b rt¡'Ctici<\n no ' icmpn: 1t hace ron loe mUmo. agua viva, sed de conceder el don del Espíritu a la Iglesia. La
- - (cf J.3.5); r .. pl«isam<nrt .... eoqunna d que lmcmoJ.., 19.28-JO:
Jesús reprodua: Lt<nlnvnt< utl/,su;. 111 ~ ""4 q11< habta sido a11<0dido ,. A V•nhoy<, di.ido p<.r O. MOUAr, 5"hnjN'f. no<aj • Jn 19.30.
mal, ,. aplica m d aao litul d< ¡..,¡,,,
'
32 EL MISTIRIO DEL CORAZON nASl'ASl\00 C2 lA SEO Of JESÚS M008UN00 33

exégesis pormcnoriz.ada de Jn 19.28-30 confirma plenarncme mejor ha ciptado los ecos propios del pasaje. He aquí lo que
estas índiacioncs sacidas de los rextos paralelos. escribe al final de su artículo: •Cuando Jc•ÚS inclina la cabeza
¡Entonces debemos concluir de rodo esto que •sitio• no y entrega el espíritu, adelanta el don del Espíritu a la Iglesia .. ,
indica en ab<oluto la sed física de Jesús? La mayor parte de Juan parece dar más importancia a la sed del Señor que a su
los aurores que son sensibles al alcance espiritual de esta pa- muerte"' e intcrprera la muerte vinculándola a la sed de aquel
labra son, sin embargo, de la opinión de que esra debe ser que da el agua viva•"°. Nuestro estudio no ha tenido mayor
entendida sobre todo en relación a la sed marcria.I. Pero tal vez prerensión que establecer sólidamente el buen fundamento de
conviene aquí diferenciar dos erapas en la génesis dd rexro. Si esta interpretación.
admitimos que lo más verosímil es que esta palabra no sea una
creación literaria o teológica de Juan, sino que se remonta a
una tradición anterior", es probable que, al comienzo de e:>ta 4. La sed de Jesús y el sentido de su muerte en la cruz
tradición, •sirio• indicara anre rodo la sed corporal de Jcsús
en la cnu. Pero en la interpretación reológica de Juan, debido Podríamos incluso de1arlo aquí, pero quisicramos todavía,
al paralelismo con los rcxtos de J n 4 y 7 sobre el agua viva, y en una ultima parte, reubicar la palabra «JC:ngo ,cJ• en un
debido sobre todo a los ecos mesiánicos de rodo el pasaje y del contexto más amplio, el de rodo el fragme1110 del Calvario
vínculo esrructural de la sed de Jesús con el don del Espíritu, ( l 9.16b·37) y demostrar que este versículo no, ayud;i a captar
rodo el acento reue, sin duda, en la sed espiritual. mejor la interpretación joánica de la muerre de Jesús.
Para terminar esta tercera parte, haremos una rápida com- Después de los versículos inrroducrorios, sobre: la crucifi-
paración entre Ja exégesis propuesta más arriba y las distintas xión ( 19, 16b-18), la escena del Calvario se compone de cinco
interpretaciones simbólicas que se hallan en la tradición. Para escenas: el letrero de la cruz (v.19-22), la túnica no dividida
un buen número de autores del Medievo y del Renacimiemo, (v.23-24). la madre de Jesús y el discípulo amado (v.25-27).
el •sirio• de Jesús, en sentido espirirual, significaba su deseo de la muerre de Jesús y el don del espfriru (v.28-30), el cosrado
nuesrra salvación. Esra interpretación no es ciertamente falsa, abierro (v.31·37). La palabra de Jesús •Tengo sed., que perte-
pero desplaza d acc1110, considerando más de lo debido la sed nece a la cuaru escena, no refleja todo su significado smo en
de Jesús ~cM!e el punto de visra humano. Muchos proponen relación con los episodios que la rodean.
una interpretación directamente crisrológica, lo cual es ya más
joánico, pero no han prc.rado suficiente atención a todos los de )n 19.28 no .. ttfiett a la mucnc (que,-;.,,., ck.puéi), sino al rpOOdio 1.nt<rior
matices del rexto "·J. M. SpurreU es quien, a nuestro parccu, <19.2~·2n: 2) cuando)aús dice: ·Tengo ...i•• '" °"'"ya hasido rum,,W. Id d
wo .Jcl ptrÍccto en tnllnt41¡; J) esa intaprtta(ioÓD n dmwbdo ndiuinmC"ntc
cri..uo&ógia y bioque.1 coda b S01tvxión quC' ~ch. m b obr~ CC'ITC'n.& Je joÜJ; la pt'-
rirop.> Jd Calvario abre l•mb..;n t. p<r<pcctiva M>hr< La lgkm (19.2S-2;) y sobr<
1
' ÍJ1ra 1a1.hd6n pcrkcu.mcntc puede cnnsmitir una pabba htuórtca dr Je-.
•ÚS, como lo JUbrar.i H. U. \'ON 8.urHA.SAa. ·~1ntttiunt-., a.c., 21.l: ·l>a.1 \'(.()rt d don dd f;p1ntu (l9.J0.34l. y aro con«U dittetamnuC" con IJ •M"<l .. Je Jesúa.
i.sr "'ohl h1,rc.rUch,-~11 a die:· d.uauffolgcnck Trinln.ing mic dl"JU Enip.hwamru " l..l obic-~1ón ya la habi.a hc.-cho san fkrnardo. tn ti tcx.t<> ,_.c.aJo por U.'l
bcs.<>cr mou"'·lC'tf :ti, dC"r Ruf b<._.¡ ~1t un ~1.h. ALllFJtTI.>. ()prr.i om,11J. o.e., p.66S.
" C[ p1>r e¡. R. f~ B•OWN. 7"' Go~I. 11, o.e., 930, que rclauon.t d 5imoolis• 10 J. t..1. .'iPURRftl, ..An Interprccation•. a.c.,17; vi.J..\.C' tan1biCn Jl ll. l1<;ur·
mo del •111io• de l 9tl8 con lapa.Jabra de Jesús en 18, 1 I: «(Acaso no l\cbcré d cl.li1 fO<>T, S1 Johni (/oJptL o.,. , .118: •[ ... JHis pl"C$Cnt th1n1, in h~ dcxpt:~t man1ng, is
que me ha dJdo d P:idrt?•. jesús quiere beber el cáliz hasta la úhlmJ gOt.l; 1.:i vo· ro be Jlair:cd by the re111>0nSC' of those, rcprescnted by the n1ocher olnd lht" bcloved
Juntad del Padre no \e: cun1plir.i sino cuando Jesús haya dqtu,1ado ti Jl'OJtsO vino dlsciple 1n rhe prt'Viou> scxt.ion, for "'-hom He has thus prm·cd 1ti.\ Jove 10 thc ut·
dC' la n1uc"c. Se nos rrcicntan muchas dilic;;uhadcs para esta rx.tgah: 1) el ttttln1J1 1crm~t ( 1.l. l ), to thC' giÍt offcrcd in :and by His d.ealh•.
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3-4 El Ml!ITTRIO DEL COWÓN TRASPASADO C2 l.A SED DE JESÚS MORIBUNDO 35

Por el lerrero de la cru1, Jesús es proclamado rey de los y el de Jn 7.37-39 se relacionan entre si. Paree.e pues, que Jn
judíos. u narración del reparto de los vestidos, donde toda 19,34 debe comprenderse del siguiente modo: la sangre derra-
la atención se concentra en el hecho de que la túnica no fue mada es el signo de la oblación sacrificial y del amor salvífico de
dividida, significa fundamemalmence que, mediante su muer- Jesús (expresados en su última palabra tetikstai}; por lo que se
te, Je,ús realiza la unidad del pueblo de Dios. Este símbolo se refiere al símbolo del agua. representa el don del faplriru. Esca
traduce dcspu~s en hechos: la mujer y el discípu lo a los pies exégesis fue perfectamente resumida en una amigua homilía
de la cru1 reprcscnran al pueblo de Dios mesiánico, la nueva atribuida a san Hipólico: •Por la sangre de un hombre hemos
Sión, la Iglesia. En ellos se acrualiia la unión escatológica que, obtenido el agua del Espíritu• 6J. El agua del coscado (19,34) es
según Jn 11.52. habría tenido lugar a la muerte de Jesús. En un signo excerior del verdadero significado de la muerte de Jesús
ese momenco, 1e cumple la obra de Cristo (19,28). ( 19,30); mediante su muerre, Jesús abre la puerta .U Espíritu ....
En las do> pcrícopas siguientes, la perspectiva 'e abre so- Como muy bien dijo el P. Mollac, •el hecho de que saliera agua,
bre la venida dd Espíriru y sobre la IglcsiJ.. En 19.~0 el úlrí- mezclada con la sangre, prefigura la permanencia de la efusión
mo aliento de Je.ús e. interprecado por Juan como la comu- del Espíritu m.ís allá de la muerre de Jc.ús•".
nicación del i;:.,piriru. El tema se retoma en el v.34, que esc;í Se enciende ahora mucho mejor la función de la ud de
en el ~ncro de la pericopa final (19.31-37): la sangre y el agua Jesús en el conjunto de la escena del Cah-año. El v.28 se si-
que mJ.nan dd co.rado de Jesús, y sobre las cuales el dí!>CÍpulo rua exactamence en el pumo de unión entre los trc' primeros
que lo vio• da un triple tesámonio (v.35), tienen sin duda una episodios, que describen el cumplimiemo de la obra de Jesús
profunda catga simbólica• . Hay dos textos que nos permiten (v.16-27) y lo> aconrecimienros finales (v.30-37) que cienen
comprender mejor este simbolismo. Por un lado, el versículo de como tema el sentido sacrificial y salvífico de la muerte de
Zacarías (12, lOb), cicado explícitamente al final del episodio. Cristo, y el don del Espíritu a la Iglesia. La sed del Jesús mori-
que explica su sentido: •Mirarán al que traspasaron• Un 19,37). bundo, esco es, su deseo de dar el agua viva del Esplricu, para
En este p:t1aje se habla cambién de una fuenre abierra para la cumplir más allá de su muerre •la espera escatológica del An-
casa de David y para los habitantes de Jerusalén Clac 13, I ), es tiguo Tcscamcnco• 66, es tal que prolonga su obra de revelación
decir. un Nplritu de bondad y de súplica, que 1e derramará sobre y de salvación.
dlos (cf. Zac 12, I Oa). Esta fuence, para Juan. e> el Salvador del Quizá no esté fuera de lugar añadir unas palabras acerca
C<Mado abierro. visco como la fuence de la sahación. Por Otra del versículo final: ·Mirarán al que traspasaron• (v.37). Esca
parce, e<. dificil creer que Juan no haya pensado igualmente en mirada hacia la cruz C> una expresión admirable de la fe de
la gran promoa de Jesús durante la fiesta de lo. rabcrnáculos, los que creen en Jc>ucrisco crucificado (3, 14-15)67 • Pero Juan
cuando (( anunciaba que de su incerior manarían ríos de agua
viva (7.38-39); ahora el mismo Juan, recordémoslo, ve en esta " 11. ,,,_ •In llwiw• dd Pseudo Crúóoromo IPG S9.793C I>; !>Ch 27.53,
agua un símbolo del F..spiriru 02• Los dos cextos, el de /'~1carías p.181 ). Cí. l·i. RAtt""t.a. • fhmt1"41Úl.l(f'trrr Chruu. Die p11ñ~ti1ehc Awlc-gung,-on
Joh 7,J7-l8o: 816 22 (1941 ) 269-302.367-403: •Ourch Menorhenhhn h•hcn ~or
G,,.,.......,,. (p..170).
61
~bn I~ Ja,unr.i,,. lnc<rpretacjoncs que se han het..ho de eitc vcnkulo, ~t ,.¡ V<r nc.>t1 ~6 .
puede <ncontnr un dcll;t.ft crhico <n Ja obra de F. POR.\(;li, •Pncunu. und Won. •· D. Motu1. l.'txptrimu tb l'Espril 5"m1 á•p"1 /; NT(l'ari> 1973) 4S.
hin c:xcgctl\4,.:.l1tr Btltn1g 1ur P11eun1atologie des JohannCKVangdiunu•: fíun1fort" .. lbld.
lht0l Slllti. 16 (fonkfurc 1974) 327-340. " Cf C IR.u'" \.IJir jlous n k Pm en lui t</on l'E•w•t•k tb 111i•t ¡,.n (Roma
" Cí. H1bú.J J, Jmmlln, no1H 7.ac 12,10. 1%7) 1~6- IM, 10br< rodo p.164: la idea de fondo en 19.34·J7 S<rfa. por <anro,
'

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36 El MlST<RIO DEL COAAZÓN TRASPASADO C2 l.A SED DE JESÚS M01(18UNOO 37

ameriormenre había considerado el hecho de creer en Jesús tienen sed y a él mismo le devora la sed; la diferencia está en
como una sed espirirual (7,37-38). FI rema de la sed del crc- el hecho de que a los que él llama tienen sed de beber de sus
yence, claramente enunciado en Jn 4,14 y 7,37, vuelve a apa- manantiales de gracia ... ; en cambio, Jesús riene sed de dar de
recer una vez más, aunque de forma más discreta, en Jn 19,37. beber por la sobreabundancia de su amor ... ; arde en deseos
En lo\ dos primeros pasajes. d acenco recaía en la sed del cre- de llenar a rodas las almas y de saciarlas• (p.203). Si el P. Libcr-
yente, pero la sed de Jesús <e evocaba ahí igualmente. sobre mann desgraciadamente no hubiera detenido su comentario
todo en el relaco de la samaritana; en la cruz, en el momento en el c.12, muy probablemente habría llegado a las mismas
de la ! lora de Jesús, ocurre lo contrario: coda la atención de ideas a propósito del •sitio• de Jesús de 19,28.
Juan \e concenrra ahora en la ~ de Jesús, si bien se hace una Tras el csrudio que hemo~ realizado de esre pasaje, quizá
referencia indirecta a la sed del creyente en 19,37. <e ve mejor que esre versículo \C sitúa en el cenero de todo un
Se descubren y se complcran .1~í los dos aspectos del mi~­ conjunro lirerario y teológico en el que confluyen los gran-
mo tema: en el creyente, la sed del agua viva es el deseo de des temas de la soceriología joánica: la elevación sobre la cruL
profundizar en la fe, la sed de penetrar más profundamente en ( 12,32), la unión de los dispersos ( l 1.52), la formación del
el mi\rcrio de Jesús, la sed del 1'.,piritu. En Jesús, la <ed es el pueblo mesiánico (19,25-27). el don del Espíritu (19,30.34);
1 deseo de comunicar estos don~: en el momenco solemne de la y también desde el punto de vi<ta de los creyences: el testimo-
hora, cuando 11~'3 a cumplimicnco roda su obra, su sed anrcs nio (19,34), la mirada al Crucificado (19,37), la fe en J~ús.
de morir índica que esta obra. de ahora en adelante, debe ~r gracias a la cual pueden recibir el don del Espíritu (7,39). La
prolongada e inceriorizada por el don del Espíriru. <ed de Je,ús es el nexo de unión de c;re conjunto: a través de
su sed, Jesús nos hace comprender que su obra mesiánica debe
prolongarse en la acción del Espíritu, y que solo así su verdad
5. Conclusión será inreriorízada (4, 14) y se converrirá para nosotros en el
agua viva de la salvación. Por orra parre, esta sed de Jesús es
En su Commtario tÚ san juan.., el P. Libcrmann parece una invitación para que todos los críscianos hagan crecer den-
haber~ encariñado con el tema de la <ed. Reveló muy bien los tro de sí mismos la sed de la verdad y del Espíriru. o S<.-a, la
dos aspectos complementarios: tanto en lo que rcspecra al epi- <ed de una fe cada vez mis profunda en Jesús. Es lo que nos
<odío de' la samaritana como al de los rabcmáculos, insiste a la recuerda <an Agusrín en su comentario a Juan 7,37: ·El Scnor
ve1 en la <ed de Jesús y en la sed de lo> hombres 6'. A propósito grita que vayamos a él y bebamo> >i experimentamos en nom-
de la llamada de Jesús en 7,37-39. escribe: •Él llama a lo\ que tros una sed incerior•"'.

que 1c:~1J .• c:s glonficado en esta hor.a ror el het.ho de qut b. obra de lialv;ición quC' 11
h;1i <.umpl1do a la pcrf('(.ción se m,¡nifi~u. cn '" Ífiundidad obJetiva (v.34), .i<.t>gld.1
por el 'ttytncc (v.31). •( ... J (Quién \t' :a«rl~ ad a b: fuente de 1~ Wvxlún> f.n
nuntra opinión _.-¡ bien no podcniot opttUr nW qut" una probabrJKlad- es La
Iglesia. mh p<noiu del evangc&.. y wnh<tn de •io. qu< attn-•.
" r 1,.,,..."~· ú ......,.r.m.J. .11.-¡,,,,. (l".uú 1~s>.
" lbld., 1511-IW (a propó&lto de Jn •.6-2~}. .1 .. ICd de Jaú> (YVJ·Y/. la
aguas,¡.., yb onl de almas 00·1 Si•: y <n la p.?Ol (• propó<itode7.l7-391: •l.a ,. ¡¡..,., ••fah., 32. 4 (PL35.16Hl: .a.m.1_ Domin"' ut ftniamu1 <1 h•N•
O<d do J°'ú' y la onl d< almas•. mu~ :d intu¡ s:ari.amus-.
\.

CArln:w 111
LA OBEDIENCIA DE CRJSTO
Y lA OBEDIENCIA CRISTIANA•

En distintos sectores de la culcura contemporánea se ma-


nifiesta una creciente necesidad de •volver al cenero•, al fun-
cbmento de las co<aS, para superar la fr;igmentación del pen-
samiento y de la vida en el mundo contemporáneo.
En el ámbito de la filosof!a, <e puede observar que en 1972
se celebró en Asís el 1V Congreso Nacional de Profesores de
Füosof!a sobre el cerna: •El problema del fundamento•. Del
mismo modo, cambifo en el ámbito de la ceologla, como re-
cordaba von Balthasar, existe hoy una corriente de pensamien-
to y de vida cristiana que habla de la búsqueda de la unidad:
•Nosotros proponemos el repliegue... para regresar al origen•'·
Para el creyente, el origen, el centro, solo puede ser Cristo:
•el Verbo que existfa en el principio.. Existe una tendencia
similar en el ámbito de la cspirirualidad: en un pasado reciente
existía aún la costumbre de muhiplicar las prácticas de piedad;
se insisría en el ejercicio de las virtudes, quizá en un sentido un
poco moralista (ser humilde, casto, caricacivo, obediente, etc.).
Es importante revit.aliz.ar y unificar esta diversidad, volviéndo-
la a conectar con Cristo. La vida asc~tica y espiritual debe ex-
presarse, ciertamenre, de dinintas maneras; pero todo debe
inspirarse en algo más profundo, m.is íntimo y personal: la fe
en Cristo, el amor a la pcr-ona de Cristo, la comunión con
Cristo, el Hijo del Padre.

' O. v,,.__,. ¡~ (197"11 Hl·S40.


• c.• .,,¡,; ""'fÚri (8rada 1970) 9; ü: b cdici6n Ír>l1CCN _ , "" ""'"
(l'arú 1971) 12. ,¡.¡.,... propooons k r<pli. k ,.,._, au =""·-· pout rcgagl><"
l"origine>o.
\.

40 El MISTERIO DEL CORAZÓN TWPASAOO C.3 . lA OBEDIENCIA DE CRISTO Y LA OBEDIENCIA CRISTIANA 41

Todo esco es válido también para la obediencia: es impor- l. Doble aspecto de la obediencia de Jesús
rance no verla solo como sumisión a orm personas que tienen
aucoridad; más en profundidad, debe ser expresión de nuestra a) AspecUJ exurno.: obedimria a ÚJs hombm
fe: según el Nuevo Testamento, la misma fe o obediencia.
Practicada así, la obediencia pasa a ser p:micipación en la No podemo• dejar de sorprendcrno• por el hecho de que
obediencia del mismo Cristo. fa más, tenemos que ver en los evangelios den muy poca~ indicaciones sobre csco. Concre-
Crisco no solo el mod,/o q1" hay qu' imitllr, sino el fondamm- temos los tcxcos. sq¡ún d orden dc:I evangelio.
10 de nuestra obediencia: csce fundamento o la vida filial de
Jesús, de la cual participamo>. De nuevo aquí hay que •volver La infancia. Todos conocemos el tcxco clásico que se cira
al cenero•, •rq¡res:ir al origen•. a menudo: •Ed erat subdirus illio (Le 2.51); eras el episodio
Sin embargo, a primera visea, hay una dificultad. Para no- del cemplo, Jesús rq¡resó con Mari;i y José a Nazarec, y •estaba
socros, los hombres, la obediencia adquiere la forma de sumi- sujeto a ellos•. Este el comentario más caracterísrico recogido
sión a ocras persona> (en la familia, en el Esrado, en la Iglesia, por el evangelista durante la infancia de Jesús.
en la vida religiosa). En los evangelios se habla muy poco de la Por otra parte, además de oca sumisión, Jesús m.rnifestó
sumisión de Crisro a ocros; por el contrario, se habla conscan- cierta independencia en Jcrmalén al decir: «¿Por qué me bus-
cemence de su obediencia a la volumad del Padre. cabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?•
Pero quiiás precisamente esca es una valiosa indicación. (2,49). Aquí se manifiesta por primera ve-1.el misterio filial de
En cierto sentido, el hombre debe obedecer solo a Dios. En Jesús que será la inspiración profunda de coda su obediencia,
la práctica, como es obvio, siempre serán necesarios los inter- como veremos más adelante.
mediarios humanos; pero la autoridad humana debe •transpa-
rentar cada vez más el querer divino, de manera que la misma La vida p1ib/ict1. Hoy se prcsenca a veces a Jesús como un
obediencia de los creyentes pueda expresarse y orientacsc como profeta, un contestatario de las estructuras y las autoridades de
sumisión inmediata a Dio1 Padre en Cristo•' . Pero, incluso su tiempo. Esta imagen no se corrc;ponde con lo que dicen
cuando la aucoridad no cransparc:nta la voluntad de Dios, con- los evangelios. Ciertamente, Jesús trajo un fermento nuevo, un
serva su.valor solo porque parcicipa de: la autoridad de Dios. cspíriru que debía cambiar radicalmente el lcgalismo judío. Sin
El ejemplo de Cristo es muy valioso para nosotros, porque embargo, •Jesús nunca predicó n1 practicó la rebelión, ni si-
nos muestra que la obediencia debe ser vivida como expresión quiera frente a las autoridades más indignas••. La única vez que
de nuestra obediencia inmediata a Dios. En decco, Jesús per- habla de ello, deja un principio claro: •Dad al césar lo que es
fecciona el espíriru profundo de la alianza, mostrando •que la del césar, y a Dios lo que e' de Dios• (Me 12, l 7). Pero rambién
obediencia debe tender a realiza~ como vida íntima de amor aquí Jesús da ab>oluca prioridad a la autoridad de Dios.
con el Padre, más allá de rodo intermediario; como conviven- La obediencia de Jesús es can evideme que, según Bult-
cia con Dios y en Dios•'. mann, la ética de Jesús, como la ética judía, era una ética de
obediencia. Pero Bulcmann aiiade: •la única diferencia, abso-
luramenre fundamental, otá en el hecho de que Jesús radicali-
1 T. Gom, ,,-_~,¡,~ cdidón de'>!. de Ao<a yT. Goffi
(Paulum. M.drid 199t >10841>
' lbid .• 10-i;., • J. Gmu..u, ·l'obéisuncc ck jbu!-Chrlst•: Chn - ; ( t~~~) 300.
'
42 El MISTE~IO DEL COAAZÓN TRASPASADO C.3 1A OBEDIENCIA DE CRISTO Y LA OBEDIENCIA CRISTIANA 43

z.ó la idea de obediencia•; en ocras palabr.u, frente a la obedien- verdaderamente salvlfica <0lo en vircud de la unión del Hijo
cia a los hombres o frente a la sumisión a las prescripciones de con su Padre: ·Oblatus e>t, quia ipse voluit• (Is 53,7), porque
la Ley, Jesús daba una prioridad ab>0luta a la obediencia a Dios él mismo qui«>. O, como dice la carca a los Hebreos: •Aun
mismo. Explicaremos esce principio más adelante; pero ante siendo Hijo, aprendió, \ufriendo, a obedecer. Y llevado a la
codo rendremos que buscar el fundamento último y d sccreco consumación, se convirtió. para codo~ los que le obedecen, en
de la obediencia de Jesús. autor de salvación eterna• (5,9).

la pasíbn. Es aquí donde la obediencia, la pasividad de Jesús,


adquiere su forma más extrema, m;b dram.irica, más sobrecoge- b) Asperro ínrmor: su obedimria a D101
dora. Los primero> crisriano. quedaron impresionado. por ella.
Pablo, que no había sido uno de lo> doce, e.cribe: •Se humilló Jesús vivió perfeetamente sujeto a 13 voluntad de Dios;
a sí mismo, hecho obtdimu hasca la muerte, y una muerte de quiso cumplir hasta el mínimo detalle el designio del Padre.
cruz. (Flp 2,8). Se aplicó a Jesús (Hch 8,32·33) la profecía del En los evangelios esto se manifiesta principalmente de dos for-
Siervo sufrience: •Humillado, no abría la boca: ( ... ] como oveja mas: por una parce, por el uso de la palabra dei (•es necesario
ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca• (Is 53,7). que.), y por otra por su insistencia en la voluntad de Dios.
En los tcxcos evangélicos de la pasión, aparece repetida· Hay que señalar el uso repetido que hace Jesús de la pala-
mente el verbo parndorhénm, •Ser entregado": normalmente se bra dei: •es necesario•; esto apunta a una necesidad indicada
utiliza para un objeco que pasa de una mano a otra, un objeto en las Escrituras de dar a conocer el designio salvílico de Dios.
totalmente pasivo, inanimado, que se deja hacer o manipular. Para Jesús, este plan salvlfico es la ley soberana a la que él se
Así fue trarado Jesús, y esto impresionaba enormemente a los somete. Por ejemplo, en las profecías de la pasión: •El Hijo del
primeros cristianos. El verbo aparece aún m:ú veces en las pro- hombre tiene que padecer mucho ... ser ejecutado y resucicar
fecías de la pasión: •Serd mtregado en manos de los hombres• a los tres días• (3, 14; cf. 12,32.34). F..ste •tiene que•, •es nece·
(Me 9,31); •Srrd mtrrgndo en manos de los sumos sacerdotes sario que•, señala una necesidad inminente sobre el Hijo del
y escribas• ( 10,33). M.ls tarde, en el relato de la pasión: •Judas hombre, que él, Je>ÚS, lec preci\amente en las Escrituras. Lo
fue a los sumos sacerdote> para mtrrgdruw• (14, 1O); en Get· mismo se muestra en el •camino hacia la pasión• (Le 12,33):
semaní, jesús dice que •el 1lijo del hombre va a ser mtrrgatÍQ unos judlos invitan a Jesús a dejar la región, que comienza a
en manos de los pecadores• (14,41 ). •Los judlos llc-.;uon ata- ser peligrosa porque Herodes quiere mat.ulc; pero él responde:
do a Jesús y lo mtregaron a Pila to ( 15, 1); •Pilaro lo mtrrgd a • Es necesario que camine hoy y manana y pasado, porque no
los judíos para que lo crucificaran• (15, 15). A través de toda cabe que un profeta muera fuera de Jeru.<alén•.
la narración tenemos la sensación de que se dispone de Jesús También en el momento del prendimiento en Gec~ernaní,
como si de un ser irracional ~ tratara. cuando uno de los discípulos quiere liberar a Jesús con la espa·
Jesús quiso vivir la experiencia de esta forma extrema de da, él rechaza la intervención: •¡<'.ómo se cumplírlan entonces
sumisión, de pasi\•idad, casi de esclavitud, porque es una for· las Escrituras que dicen que esto rime que pasar?• (Me 26,54).
ma de sumisión cotalmcntc pasiva que el hombre a veces ex- Después, en el día de la resurrección. a los dos disclpulos
perimenta en su vida. Sin embargo, hay que observar que no de Emaús, Jesús le> explica lo que lo> profetas habían predicho:
es la única forma de obediencia; C> más, esta forma extrema es •¿No mz neusario que el Cri~co padeciera codo esto y entrara
'44 C.3. IA OBEDIENCIA DE CRISTO Y IA OBEDIENCIA CRISTIANA 45
El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO

así en la gloria?• (Le 14,26); rambién aquí, como un escribillo, hecho de que quien dice la palabra es él mismo, que es Palabra
vemos el mismo verbo: •tiene que ~cr así; es necesario•. del Padre, el Verbo del Padre. fa un maravillo'º cexco de san
A este •es necesario., que determina el desarrollo de lapa- Agusán. que merece ser leido por entero'.
sión, se corresponde, por ocra parre, el ·Consummarum est• Veamos un úlcimo versículo que pertenece a la vida públi-
del final, cuando Jesús ha cumplido su misión. En la oración ca. antes de la úliima ccn>: •lo que yo hablo, lo hablo como
sacerdotal Un 17, 14), Jc:.ús ya había dicho: •He llevado a cabo me ha encargado el Padre• ( 12,50). fa evidente la concordan-
la obra que me encomendaste:-; 1-0bre la cruz, expresa una vez cia pcrfecca entre Jesús y el Padre, tanto a la hora de actuar
más la misma ido: ."IOdo e,r;i cumplido• Un 19,30). Y el como a la hora de hablar. Por eso. Je<;fu es el que revela pc:rfec-
P. Mollar, en la 81b/Ja d~ jerwa/111, e-cribe en nota: •Todo está camente al Padre; por e.o. es b Palabra misma del Padre; por
cumplido: la Escritura, la volunt.id del Padre, el sacrificio de eso, es la Verdad del Padre.
Crisro y la salvación del mundo •. He aquí, pues, la primera parce de los aspectos que d evan-
El otro asp«to de esca obediencia interior de Jesús es la in- gelio nos propone ~bre la obediencia m.ís interior de Jesús: su
sistencia con la que dice que es necesario •hacer la voluntad de sumisión a la voluntad del Padre, manife~tada en las Escrituras.
Dios•. En la carra a los Hebreos, coda la vida de Jesús, desde la
encarnación, se observa bajo el prisma de la voluntad de Dios:
•Al entrar él en el mundo dice: •He aquf que vengo -pues así 2. Obediencia y filiación en Cristo
está escriro en mi libro- para hacer, ¡oh Dios!, cu voluntad"•
( 10,5-7); •Y conforme a esa voluntad codos quedamos santifi- Veamos ahora algo más profundo: la obediencia de Jesús
cados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez y su filiación. Decía al principio que se hace necesario volver
para siempre• ( 1O, I O). al origen, al fundamento; así, la ohediencia tiene su principio
Este tema de la voluntad de D ios, que abarca casi coda la y su fundamento úlrimo precisamente en la filiación de Jesús.
vida de Jesús, es muy recurrcnre sobre ro<lo en el evangelio de Ya en los versículos citados hase.a ahora hemos observado
Juan. Tras el diálogo con la samaritana, Jesús, bajo la perspec- la mención habicual de los términos •Hijo• y •Padre•, cuan-
tiva de la misión universal que \C abre ame él, dice a sus discí- do se trata de la obediencia de Jesús. Ahora anali7.aremos más
pulos: •Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y explícicamente esta relación de filiación y paternidad. Lo vere-
llevar a "término su obra• (4,34; cí. tambifo 15,10). mos primero en Juan y, a continuación, en algunas reAexiones
Todo lo que Jesús dice y ro<lo lo que Jesús hace es cumpli- de los Padres de la Iglesia.
miento de la voluntad del Padre. Sus obras .son las obras del
Padre, porque •lo que hace este, eso mismo hace rambién el
Hijo• Un 5, 19). Este<:> un texto ~obre el que los Padres de la a) El fandammro de la obedimcía m san juan
Iglesia meditaron muchísimo, como veremos más adelante.
También la doccrína de Jc:i.ús, sus palabras, su verdad, pro- En los anteriores rcxtO> "' mo\rraba ya que la obc:diencia
vienen .del Padn:: ·Mi doccrina no o mía, sino del que me ha de Jesús no era simplemente la de una criatura a su Creador,
enviado• (7, 16). San Agustín hace un bello comentario sobre la de un hombre a Dios, su S.:nor; sino que era especi6camen-
este versículo: 'é Pero cómo puedes decir: mi doctrina nq et
mia! ¿Es tuya o no es cuya~•. Y el encuentra la solución en el ' 1~ 1... 29.~: PL .l~, 1629.
........
46 El MISTERIO DEL CORAZON TAASPAMDO C3 1A OBEDIENCIA DE CRISTO Y IA OBEDIENCIA CRJSTIANA 47

ce la del Hijo al Padre. Lscribe muy acertadamente Guillec en no a un individuo aucónomo que habla por iniciativa propia,
d anículo citado de la revista Chnsrw: •Obedecer no es para él sino que siempre habla en nombre del Padre, descubre en él
un medio para enconcrar a Dios, conformándose con su vo- al Padre que actúa. Por eso podía decir (v.9): •Quien me ha
luntad, sino que es la expresión de su propia persona, de su visco a mí ha visto al Padre•: versículo e.te muy denso, pero
inámidad única con el Padre. ~J es el que es, el Hijo único y no can sencillo. En él se repite do> veces el verbo ver: •Quien
amado, solo en Ja obediencia. Si amagara un gesco por propia me ha visto a mi•: ¿con qué ojos? ¿Los del cuerpo, los del
iniciaáva suya, algo en él ya no provendría del Padre, por lo espíritu o ambo>? Sin duda , también con lo> ojos del cuerpo,
que él sería algo diferente al Hijo. y el Padre no hallaría todo pero no solo con ello>. En ombio, en la <cgunda cláusula,
lo que es, codo lo que posee, en é).•. U car.ícter filial de Jesús <0lo es posible ver con lo> ojos del espíritu; uno, viendo a
se manifiesta precisamente en oto: como es el Hijo, todo lo Jesús accuando y hablando. con los ojos del espíricu descubre
que dice, todo lo que hace, proviene del Padre; como persona, en él al Hijo, y cambién, con los ojos del espiricu, descubre al
Joús es solo el Hijo del Padre. Padre. Tenemo> aquí un ejemplo del cípico deslizamiento de
Este tema podría ser desarrollado ampliamente, pero nos Juan de una realidad exterior (que \e convierte en •signo• y
limitaremos a dos textos muy importantes: Jn 14,!0 y el final •símbolo•) a una realidad inrcrior, invisible. De la acción de
dd prólogo. Esce es el contexro del primer pasaje: Jesús ha- ver se pasa a la fe.
bía dicho: •Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al El orro cexco significativo e> el final del prólogo Un 1,18),
Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais tam- del que quisiera proponer una lectura tal veL un poco nove-
bién a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto• (v.6- dosa·. Conocemos el rcxro clásico de la Vulgata: •Unigenicus
7). Felipe, que no lo ha cnrendido, responde: •Muéstranos al Filius, qui esr in sinu Patris, ipse enarravit•. He aquí una ver-
Padre y nos basta• (v.8). A continuación, viene la explicación sión más ceñida al cexto: •El Hijo unigénico, que está vuelto
de Jesús: •¿No crees que yo escoy en el Padre, y el Padre en mí? hacia el seno del Padre, es quien lo reveló•. La diferencia entre
Lo que yo os digo no lo hablo por cuenca propia. El Padre, que los dos rextos radica en esco: la expresión latina in Jinu Parris
permanece en mí, él mismo hace las obras• (v.! O). Observa- (•en el seno del Padre•) nos hace pensar de forma natural en
mos que Jesús pasa aquí desde el tema de las palabras (•lo que la vida trinitaria; estamos, pues, de nuevo en el mundo celes-
yo os digo•) al rema de las obras (•él mismo hace las obras•): te. Si, en cambio, decimos •vuelto hacia•, se indica ya cierra
para Jesús, la obra es •revelar.; hacer es hablar, hablar es hacer: distancia entre el Hijo y el Padre, lo cual es lógico si se habla
en san Juan son dos cérminos casi sinónimos. aquí no del Verbo «en Dios•, en la eternidad, sino del nivel
Detengámonos un poco más en este versículo: lo que Jesús histórico del hombre Jc:sucrlSlo, del cual se hablaba también
dice es la palabra del Padre; la obra que Jesús hau es la obra en el versículo anterior: •la ley se dio por medio de Moisés,
del Padre, precisamente porque el Padre mora en él. Y por eso la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo ..
ver a Jesús hablando y a Je>Ús actuando como Hijo, en cuanco También en el úlrimo versículo del prólogo nos situamos en la
Hijo, significa ver en él al Padre. La palabra ·hijo• indica una áerra. Inmediatamente despu6 (v.19) comienza el relato de
relació~ con orro, d padre; del mismo modo, el término •pa- la historia de Jesús. Ahora el evangelista dice de ese •hombre
dre• indica una relación con el hijo. Quien ve en Jesucrisco
Pin ..u intcrprcudcln el< j n l , 18 ...k u.mbim aqul lo qU< he"'°" dicho en
• J. Gt'tlil'T, ·l~obb6sance-, i .c.. 301. la noca al como<nzo dd apirulo l.
' 49
48 EL MISTHIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C. 3 1.A 08EDlfNOA DE CRISTO Y l.A OBEDIENCIA Cllj$!1ANA

Jesús• que vivía siempre •vuelco hacia el Jmo del PadrC>. ¿Qué Juan. Pondrcmo• do> ejemplos: un padre griego, <an Cirilo de
quiere decir •el seno•? En las lenguas laúnai. (icaliano, francés, Alejandria, y otro lacino, san Hilario.
espanol, etc.) riene un doble significado, ¡pero en griego no! Comencando Juan 5, 19, el versículo al que hemos aludido
•Seno• en italiano puede ser una parce rípica de la anatomía hace poco. (•Lo que hace el Padre, eso mismo hace también el
femenina, pero también puede ser w1a palabra que designa Hijo•). san Cirilo interpreca lo siguienre: •Todo lo que hace
de manera general la parte superior del cuerpo humano. Este el Padre también lo hace el Hijo porque -<:s Jesús quien ha-
significado es frecuente en la Biblia para describir la relación bla- hago en codo sus obras, dado que yo existo por medio de
entre dos personas (.. esrrechar conrra el seno ..); puede decirse él• 8 • Siendo! lijo, y. por canco, eternamente engendrado por el
de la madre h.icia el hijo, del esposo hacia la cspos.1, ere.: el Padre, Jesús obtiene su misma existencia del Padre (•exiscem
•seno•, pues. es el símbolo del amor, del afecto. Que el Hijo ex ipso.).
unigénito •está vuelco hacia el seno del Padre• significi, por La misma idea, pero con diferentes macices, la encontra-
canto, la acrimd filial del hombre Jesús hacia el Padre; acritud mos en san liilario, del mundo !aúno (siglo 1v). H.1blando de
hecha de obediencia y de amor muruo. Joús. dice muy bdlamenre: •Está sometido al Padre como a su
Pero esta actitud humana de Jesús es la expre.ión histó- autor-' : autor no en el senúdo de •creador• -esto es así para
rica, la imagen de lo que en Dios mismo es la actitud eterna codos lo, hombre..-. sino en el sentido de la generación eter-
del Verbo vuelco hacia Dios. En Jn 1,1-18 es muy hermosa na. fa decir, la obediencia de Crisro -según san Hilario-
la relación -<:I término cécnico que emplean los cxégeras es la escá fundamentada en la divina generación dd Hijo.
•inclusión- que se da encre el final y el comien10 del pró· Podemos dedr que en la vida intratrinitaria dar y ordenar
logo. Al final se dice: •El Hijo único, vuelto hawi el seno del son connaturales a la paternidad; recibir y obedecer lo son
Padre•; y al comienzo: •El Verbo e¡tttba dirigido hacia Dios•. de la filiación, es decir, del Hijo. El Hijo, en escc sentido, es
Se da, por tanto, un paralel ismo entre la acritud del Verbo en menor que el Padre; hay un versículo muy discutido en Juan
Dios y la actitud del hombre Jesús en la cierra. Por eso, la acci- (14,28), donde se dice: •El Padre es mayor que yo•. Según los
cud filial de Jesús era expresión, pero cambién la manifestación principales comentarisras griegos y latinos 'º· hay que interpre-
hiscórici, de su vida divina crinicaria. tar el versículo así: esto no solo se aplica al hombre Jesús (es
En este ~entido, la obediencia de Jesús al Padre era la cx- evidente que Dios es más grande que el hombre Jesús como
p~ión ·humana del misterio divino, es decir, del misterio de criatura), sino también a Dios; •como Dios. el Hijo o inferior
la vida del Hijo en su relación ecerna con el Padre. al Padre porque el Hijo es por el Padre•
Pero, si esto es verdad, es también así para la vida terrena
de Jesfu: su obediencia es la expresión, <e podría incluso decir
b) Flfimdamemo de la obedimriil que el espejo, de esta relación incradivina cnrre el Hijo y el Pa-
segú11 /oJ Padrrs de la lglnia
' In lo., en h / , rG 73.359D.
En .Ja pacrístia, era una doctrina frecuente que la perfecta ' L>oy•oJ,,, (>•¡, r1 . 10,U68.
111 C.::f: M. S1Most rn . ..c;im·.inni 14.28 ne.Ua conuovcl'ia .lrlana•, (11 Kynakon .
obediencia al Padre se expl icara precisamente por su relación
fmulmft J. Quastm. 1 (Mün"<r 1970) 151-161.
crinicari,1 con el Padre. Sobre esce punro, los Padres no ha- 11 fAU!lllNO, f>t Tnnltau, 37: CCL 66.339; <;iudo por .\1. S1Mosf 1T1, •Gio·

cen más que seguir y explicitar la línea de pensamiento de san vanni 14.1.R ndla CC.lntrovc:nil. ariaiu.•, a.c., 160.
......
'
50 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASl'ASAOO C3 1A OBEOJENOA DE CRIS'IO Y 1A OBEDIENCIA CRISTIANA S1

drc. Esta idea la recoge también Guillet en el articulo citado: la mi1ma fe. El Nuevo Testamento habla varias veces de la
•En Jesús, la obediencia exterior del hombre, con todo lo que obediencia de la fe. En la caru a los Romanos (1, 5), Pablo
conlleva de oscuridad y de sumisión cxu~rior, traduce y revela escribe: •Por ti hemos recibido la gracia del apostolado, para
en plenirud la dependencia inmediata del Hijo que vive ante suscitar la obedimcia de la fa encre todos los gentiles•. Obe-
el Padre y recibe de él lo que es• " · dimm1 de la fa es la obediencia en la que consiste l;i fe: la fe
es obediencia. Y en el libro de los Hechos (6.7) Lucas escribe
que, después de Pemecos1és, •muchos sacerdotes obedecían la
3. La obediencia de los hijos de Dios fe•; también aquí la fe se ve como obediencia.
Pero si reflexionamos sobre la conexión entre obediencia
Veamos ahora, a modo de condusión, cómo se aplica esro cristiana y fe, vemos que entramos verdaderamence en el mis-
a la obediencia cristiana, a la obediencia de los hijos de Dios. terio de Cristo: la caracteríscica de los cristianos es ser •los que
son de Crisco•, como dice san Pablo a los Gálatas (5,24). Pero
¡qué caracteriza el ser sobrenarural del hombre que vive real-
a) El rynnp/q tÚ Cristo mente la fe? Ser cristiano significa no estar encerrado en uno
mismo, sino estar fundamenralmenre abierto a la vida de Cris-
Recordemos, ame iodo, lo que hemos dicho sobre Cris10. to; implica, pues, participar en su vida filial, y, por tanto, dispo-
Nos asombra el hecho de que, en los evangelios, sean tan po· nibilidad y acogida. Como decía muy a menudo el P. Mcr1ch
cos los casos en los que se habla de la obediencia exterior de (autor de libros sobre el cuerpo místico): •P;ira expresar bien
Jesús. Esto es ya una advertencia para que no consideremos este modo de :.er (cristiano), nuestra manera de querer debe
la obediencia de Cristo solo o principalmente a nivel moral: expresarse como si viniera de fuera, es decir, de Crisro; y se
imicar cxreriormente su ejemplo, hacer como él, copiar casi un manifie>ta en la dependencia, es decir, es fundamentalmente
modelo ... Lo que tenemos que buscar en su ejemplo es, ante obediencia•. Por tanto, la fe vivida de modo existencial toma
todo, la inspiración profunda de su acritud obedieme: su vida espománeamcn te la forma de obediencia. Por eso, el hombre
filial con el Padre. Apliquemos esro a nuestra obediencia... que vive profundamente de la fe -y esto lo vemos en toda
la tradición espiritual- desea obetÚrer no de forma infantil,
sino como un hombre maduro ante Dios. San Benito dice en
b) Nuestra obedienda su RLgla.~ .Abbatem sibi praessc desiderant• (c. V) : los monjes
desean que el abad sea su superior. Y san Ignacio habla de la
Una primera reRcxión en este ámbito sería que la obe- .volunras parcndi cupida•, una volunrad desrosa de obedecer.
diencia humana verdaderamente cristiana -no me refiero ¡Pero no hay que distinguir enrre obediencia a Dios y obe-
a la obediencia simplemente humana, porque todo hombre diencia a los hombres? La obediencia a los hombres es digna
debe obedecer al Estado, por ejemplo, y rodo niño a sus pa- solo si la vemos como reflejo y como expresión de la obe-
dres, \ino a la obediencia de inspiración cristiana- brota diencia a Dios. Recordemos las palabras fundamentales de san
inmediacamente de la fa, es más, es un aspecto esencial de Pedro en el sanedrín (Hch 5,29): •Hay que obedecer a Dios
anees que a los hombres•. Es un principio sobre el cual hay
u J, (;t·111 JT, •l.'ob~isancc-. a.c., 3J O. que reAexionar: es muy ecuánime. Pedro no dice: •No tkbnnos
1
52 El MISTUIO DEL CORAZÓN TRASPASAf>Q

obede~er a los hombres•; pero tampoco: •Hay que obedecer


soÚJ a los hombre:.•. l.as palabras de Pedro ·Obedecer a Dios
antes que a los hombre:.\•, no> dan un principio de libertad" •
C~rfn110 IV
de valenría, de orgullo. de f"'rris1a (como dice el libro de los
Hechos), de independencia, en ca<o de conAicto, cuando el TEOLOGÍA DEL CORAZÓN DE CRISTO.
hombre se extralimita en su derecho a mandar. A•í, d hombre EL SEÑORÍO DE JESÚS: SU OBEDIENCIA
que busca la voluntad de Dios solo se mue.era dependiente AL PADRE, SU CONCIENCIA FILIAL•
de los demás de forma pasiva; Jc>ÚS mismo dio muchos ejem-
plos de ello en la pasión. Pero en los ctSO> normalc., cuando
la voluntad de Dio> se expresa a trav6 de la autoridad legí- En los últimos años. se han organizado distintos congresos y
tima, humana, e-pccialmeme de la autoridad religiosa, este se han publicado numero\.1s obras para e<otudiar en profundidad
principio nos invira a amar la ol><.'tlicncia. porque a través de y renovar la teología del Cora16n de Cristo y su correspondien-
los hombres obcdecemo, al mhrno Dios. De eMc modo. la te culto. Ello es cienameme útil. pero es imponame hacer una
obediencia cristiana. la que es posible solo en la fe en Jesús, precisión: todos csms estudio, '°bre la devoción del Sagrado
como dice de nuevo Guiller, •convierte la sumisión natural en Coraz6n, en cuanco que ricncn por objeto que se conoza¡ mejor
adhesión filial al Padre•" · la historia del cuico y los documento~ del maghtcrio o analizan
Para conclu ir, observemos <1ue, también en el ca.so de la más bien la dimensión sociológica, amropol6gica, pastoral y es-
obediencia, se debe pracricar siempre, como <leda al princi- piritual de dicha devoción, quedan incapacitados para llevar a
pio, cierco •rerorno al origen•, es decir, un rerorno a Cristo: cabo la renovación deseada de manera profunda. Solo podemos
por medio de los hombres que Cristo nos envía, volvemos al llegar a ella desde un nivel propiamente teológico; más concre-
mismo Crisro, y por él vamos al Padre que lo ha enviado: •El tamente, hay que replantear la teología del Cor<11.ón de Cristo
que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe desde las investigaciones de los últimos ;11\os que apuntan a la
a mí recibe al que me ha enviado• Un 13,20). renovació1l y al análisis profundo de mda la cristología.

1. Enfoque del problema

a) La teoÚJgia del Comzón d~ Cristo y la rristoÚJgia


En un reciente estudio, M. Gon1..ile1 y Gil ya expresa esta
opinión: conviene, deda, que la devoción al Sagrado Coraz6n

• Ponmcia pron~p,.. ti auroi f"n ti <A.ngrno lnrnn.acjona) de ToulOl.IK


(1981 ) • fon<hm<n1 btblK¡u< el< la lhlolopc du Conir d. Cbrist: la toU><runnl ck
)ésus. ""'ob6aana 1U Nrc. u coruck11<< lilW.., public>.4 m t. oba ~e_.,
" a·¡. livJ., .u, A],/;/.¡¿,¡_,,. (Sj roks 1986) ll7: •!>et tibtt a baa:r lo
qu< rudic purd< h..:a <ti mi lupr. ObcJcur al Ahúimo n "" libtt-. E.u a wu "'""""""'ª-""dP.rú
1
1982) 103-140.
M. M. Go,ZÁllz y G1t o• S.• • fJ probkm• el< la lmpou.ción d<l r<nu
el< b. i¡nndcs parado¡.. el< la cndicicln jud<ocrü<Wu.
cid Sagrado Coru6n <n el ira..00 el< crinologt.a., <n R VonMA" !..!.). úr
u J. GL•1u..u• • J:obbtisancc>. a.c., J 11 .
CJmn¡ Hui.rw·"°"'fú-npirinu/U/M' ~'"/1 BogocJ 1980) 351-359. Tam-
'
S4 El MlSTtRIO DEL CO~ÓN TAASl'ASADO C. 4 TtOLOGÍA DEL COAAZÓN DE Cf!ISTO 55

sea incluida en la cristología y en la soteriología1. La ceologia <igno< \ vinculados además al momento en que Jesús ya cs1ab2
del Sagrado C'.orazón, en efecto, se ha desarrollado muy a me- mucrco en 12 cruz. Nad2 se nos dice, al menos explícitamen-
nudo de forma aucónoma. M. González hace prc:cisamcnte la te, dd ror,zzin VÍl'O del Jesús terreno, de la vida profunda del
observación de que, en las criscologías recienres, el tema del hombre Jesús, a lo largo de su vida pública'.
Corazón de Jesús escá práccicamence ausen[e. Como una rara En c>[C pu neo, las nuevas orientaciones de la cristología se
excepción, cita el estudio de H. Urs von Bahhasar sobre el hacen muy valiosas para nosotros.
misterio pascual', que dedica un aparcado al tema del •cora-
zón abierto• y al símbolo de la sangre y del agua que manan
del coscado [raspasado de Jesús. Pero precisamente esce estudio b) /.a; principales tmdmcia;
muestra dónde está el problema. Como otros autores recien- de la rristologla rontnnporánea
tes, Von Bahhasar parece suponer que el texto de Jn 19.31-
37 es el pasaje bíblico más importante en la fundamentación Pongamoo nuestra atención sobre todo en dos d<· c>tas ten-
de la devoción a.I Sagrado Corazón en la Escritura'. F.n estos dencias.
autores ~ dan consideraciones teóricas sobre la importancia
del cora.zón en la anrropología bíblica, o sobre el simbolismo La primera rararmisrira. en la época po<bultmann1ana,
de la sangre y del agua. Sin embargo, debemos dc:cir que, en fue llamada la nueva investigación del Jesús hi>tórico. l loy >e
el ce>cto de Juan, no <e emplea la palabra corazón. Sin duda, el imema fundamentar la cristología sobre todo en d Jesús con-
costado abierto de Jesús, o la sangre y el agua que manaban de crero de la historia. Esta tendencia contiene, ;in embargo. am ,
él, son símbolos muy ricos, pero al fin y al cabo solo símbolos, bigüed.ides: no< expone al peligro de una lectura rcduccionista
y horitontalista del evangelio, que elimina el mi;rcrio y que ve
solo el aspecto exterior de la hiscoria de Jesús; es[a lcuur.1, muy
bi~n K:. R.lhncr se pregunta por el hecho de que el culto del S•gridn C:.Ornón
lleve lndud.1blcmcntc los signos Je una época: d C\t.ado de la 1Cflle>ftía y de la frecuente hoy. pasa a ser muy fácilmente un.i imcrprccación
c~piri1u.¡hJ,;aJ Jd tiglo xvu; cf. •Eínigt lhescn zur 'rhrolog1c dcr 1len·Jcsu- social y política. bce es el obstáculo que hay que evitar. Aun
Vmhrung•. <n 'i./.nft,. ••r ~" Jll CS.nzigcr V.21Q~7) 391 ·11~ (cf
.uí, es indi\p<mable recuperar coda la dimensión concreta del
p.-402). \t-gún #l. 10$ tímita o las tsucch«es por •upcru wn o.tu: Cnuo dcbt
sc:r prncntadt> tomo ~ an(( d Padre; la fórmula íuru:Umtn(~ no lt'rÍ. Joús hiscórico, pero evitando estas trampas del historicismo.
por WUO. •h.ad.1 ( :rbtO•, tino mJs bien -con él y ~n él (p.1rdcirancfo t1l JU 'Vida En pafabras de Blondd, más que al Jesús e>tudfado por la ·his-
y en su mucnc) hacía d P.J..... F•w ooo bs ~ncw de tipo dogmhko. Pero
igu:almmt( ~ ckbctia cbr m.U imponancia a la n'lt'Í~ÜI & jaÚJ0 a la rrattdxl toria-ciencia• hay que llegar al Jesús concreto de b •hiscoria
<OO<ttU Jd jaw tÚ ¿, himma. r »Í wnbifo • los d.100 de k .. <nn"1ios qU< reaJ.. que es infinitamente más rico; por tanto. h2y qu<' ofor-
pcnnotcn ll<pr •~l.
' .\1. M. Gos1.Un y Gil, •El probl.._., 1.c:., 354 .
' H. U. VON RA1.ntASAa. ·~iyi.tcrium ~e· ~ ~ l-"1kri11wt lilfMtu. IMs • Fn l.a c1H:fclka ll1MrktiJ "'P"l (J956). Pío X.JI insisd:a fucrt<mcnre en •d
Chn11"''"'t:"'" 111/2 (f.in•i«ldn 1969) 1}}-326 (c:f. pp.216-219) [rnJ. "P·' ¡,,,_ $imbol1.,mo drl C:Oruón de Jesús• (cf. nn.26-28J: es1c <:Orvó11 c11 el &tmholo
"1gui ¿, ¡,,, 1m Jw. FI Mmmo P"""41 (Encuentro, Madrid 2000)1. pnncip.11 del enrie amor del Redcncor (amor dn:ino, .:amor hum.ano, 1n1or \c-nc;i-
• c:r >guil1nen1e J. 1lt..ta. • FJ Corazón craspasado. Com~il,jOn tntr~ b. ten. blC'). l~oy "e agradn:erí.a una presentación menos C'.~othtica, n1.h bihlit.:a.
'CJSͪ ;oínica r d <:uho 11 Sagrado Corazón de Jesús•, en R. VtK•-•tANS (td.). Cor ' Lo que <lC'1..1n1ot. ;iquf (en el <:Ongreso de 1Oulou\C' de 11)8 l) ha 'ido en p;ar-
CJ.mh, o.e.. 2R8·303 (<Í. p.289); 01ro texto que se suele ciw ca el de Jn 7.37· tt .supC'l.tdo por ti nu.tdio ulu~rior que prc.<;enramw en d Si1t1p<hlO 1rolót;ii.;o de
39. ('f. H. RA11N,., •Ge<fanken iur biblischen Bcgründung dcr llm·Jnu Vc- Lubo;a (1n;ayo de l')84) y que rtproducimos mis addante (pp.')J . J2(•): \C' uac:t del
tthrung>. en J . Srruu (<d.). Úlr S.lwmris (friburgo 1954) 1945. <ol'ILf'Ain ~iw Je jbU.s en la t.rui..
\.

56 El MISTERIO DEl CORAZÓN TRASPASADO c.~ TEOlOGIA on CORAZÓN DE CRISTO 57

zarse por alcanzar el aspecto inttrior de la vida de Jesús. Ahora, cia divina• de Cristo: Blondd lo lJJ.m.1.ba, y es verdad, •un
cuando se empica la expresión ·el Corazón de Jcslis., ¿se habla problema formidable•'º· pero también él pensaba que abordar
sobre codo de esra interioridad? 7 esce problema era una nece,idad ineludible 11 •
Vemos dos ventajas en este proyccco de renovación de la La segunda rarrzcttrísrira de la cristología contemporánea
ceología del Coraz.ón de Crisro a parcir de la consideración es consecuencia de la anrerior: sc trata de la crítica, cada ''ez
histórica de la vida de Je.Ú\'. En primer lugar, d Coraz.ón de más generali1.1da, de la fórmula de Calcedonia. Según este
Jesús ya no es solo un símbolo un poco abstracto, un objeco concilio, rccordémo,Jo, hay •un ">Olo y mismo Crisco... re-
de contemplación atemporal y ot.itica, sino el corazón vivo, conocido m tlo111nmrrzlnas, [ ••• ) quc convergen en una 10/a
la intención profunda del Jesús terreno, del hombre que vivió J>"10na J m una sola '1ipómlSÍ1• (cf. OS 302). Rcciememence
en medio de nosotros, en una doble relación con el Padre y B. Scsboüé 0 ha rcali1.1do un frmtrado estudio sobre esce pro-
con los hombres. En ~gundo lugar, al subrayar la dimensión blema. La fórmula de C.alccdon ia. dice csce autor, presentaba
histórica de la vida de Jesús, y haciéndolo desde el punto de dos verdaderos límicc>: uno consi\cÍa en el carácrer de adición
visea de su interioridad, tropezamos dirccLUnente con el pro- cstácica del esquema rcprcsenracivo dc las dos nacuralezas '~'; el
blema de la conciencia humana de Jesús. Hablar de la con- otro era que la fórmula de Calcedonia implicaba en la práctica
ciencia profunda de alguien significa hablar de lo que hay en
su corazón. Esto es a.o.í también para el Corazón de Jcsú.o>. 10
Can~ a \'(.·Chrlj y a Luby: cf R. ,\1A1t1f, 11.w tw11r tÚ 14 crut moMrniJtt (PHis
Asim ismo, recordar que se trata de la conciencia de Jesús 1960) 60. 64 v 78; i;cr tounb1én d cs1uJ1u fund.lfl~nt.tJ <le ~1 BtONDrt.. •Hi\toirc
es rnmbién una invitación a poner menos atención en la reali- ce dogme-, cn. ln p,,.mit'n f1:nu ár Af11uni"t BloMJtl (1-..arl.l 1956) 224.
i • Sobre tsrc- prohkma <l1: la l:Unlkni.:Lt ~ Jnúa. ,f, M. M. GoNZÁU.Z v G1t, .. La
dad anatómica de su corazón fisico •. Recordemos que el Nue-
vo Testamemo no d ice nada de esrc com1.6n fisico, mientras
conc~ia humaiu do ]<>Ú.•·· <n (mto, ,/ mmmo ik °'"'(BAC. t.bdriJ 1976) 426-
450. \'cr ad~ 11. U. \'O~ f\..\L11 LAJA"- .. L).1..l StJbtibcwuwtX-1n Jau•: Communiq 8
que, como veremos, contiene muchos indicios que permiten (1979) 30·39; G. M••< 111 "· •l.ól <<>1<.km.1 "d,.J1'S"·,-J¡ Gau•: l/JT t 4 (1973) I08·
126; lo...e;.,..¡, di N:imnh: m chi k'i? t.. ""';.,,.,, filr.1k dd Cri<to•: Ci<'Últ 1(1981)
entrever la vida profunda de Jesús. Observamos finalmente 429443: ÍD .. · I ~ cn«r<1>» dol Cmm l'lglro dr Dio. 11 l'•dr< "d1mor.a" ><ab1k dd Gcir
que el esfuerzo paro dar mayor importancia a los datos de los <torioo-: G1Ct1 2 (1981) 4.l 1·H2: J. M•arrAIN, /J, ¿, fl''"" J, /111mwnitl J, ]too
evangelios no tiene poca importancia desde el punto de vis- (Bru¡;u 1967): J. MOVMl"<, •M .. lllor>dd rt I> cnnki<n<c du Chri.11•, en Mtla•g<i
J, l.Mhti<. 111 (l'ari• t%4) 185°207; i! M'""'"" •W<11< mm '><:lk"i,...""""'º Jcsu.
ta ecuménico, y que la manera más hbtórica y existencial de Ein V<"°"'1o: 87.12 0969) 16H 7l; x. ' Jiwtr11, Lt c1.,,,, tln P"ilmopk>. ""'""'
hablar del Cora16n de Cristo alcan1.a al renovado interés del 17..,,,,.,wl>. J, P•rn Cl'ui. 1975) pu.JO: · M lllonJd « k paJl<ltn.t..m<... 8: La
pensamiento contemporáneo por el problema de la .concien- consci<nc< du Chri>t• rrr.lll· l ,19); A. \&tll • .i:-~,. U..·;i¡,"W>g•n Ubtt das
W'istm und Sd~u<SU<in J<su•, rn fo., /MI fiwv{l•,. •"" lk &.u.f.túm (J:>u..
«ldorf t<J?H 2<)(,.J+j, On.. rd'n<nu» "' \! , M ''º""".7 y Gn.. e,;,. o.c., 426
a: R. GL'TTW'lU ra. •\'cim blhl11<hcn c:h.a.r.-cn dtt Hcn:-tou-Liunci•, m 12
8. ~l:SIM.ot., •Le pf'CK:O c."Olltrmpor.Un dC' <ll.llddutnc. Bibn n perspectiva-:
J. SnE.aU (dir.), y,. .'Wli.v41riJ. o.e·.• 226: •Tlu Hrri dn HCTff1 a.I\ Amdruck da //SR65 (1977) 4S.80 (abunJ.nt< b1bliov.Jlal: ""' r.mbKn j GA1.or, •Dpumi'mc
ln.nttlic.hkrit ...•. de rln<am>ci<•n. Au-Jdl do b lurmulr J.ClukMoin..:NRllr95(197 I) 225-244
• CI. .\l. .\1 . Go-.z.i.u1 v Gn.. . !) probknu•• u.,-'~· u o~ lo que- dcda ~1 . Rw!'-011, · lt&Jtoirc· d ~. a.c... 22-4 ~ CUJ'\M es
' \&lit lo que escrihii. ttihre ncr ICIN \t \i , Cio"'iTAi.r.z y c;u •l:J probkm.a•. n.....,.l: ,FJ probknu J< b condcnda lnúm.t do Cri><o <So m á<rtoo >sp<am. un
a.c.. 3S7-JSR· m j>ponis. la nptalón •"1g.l<lo Co<u.ón•,. ~""' wia po1a1xa campo !naplor>do; y <> grande La J.h.w.d do no abolir b humarurlad o la dmni-
'!"'no dco;pu la ra1idad fuloldgia dd coruón. ,;no IU rmddo páquico y monl. dad <n la uniJ..J in<<rior d. su mismiau pmona. So bom, m d<uo. con,..,,,.,..
Y condln~ ··coruón--YÚOmi• no nns ,&irw «tmO sfmhnlo dt ·c:ora6n~rncrior·.• . ""HWt'lbduJJ4111Nml//,,, U11md-1 lrrRuv• J. ~Jñiw. amucot.idada
Lo qU< rucnr> no es d úmbolo nutttW, dno la rcalkbJ ilmOOla.d.: pua CriKo. ,. abmacm y nwia> unld.s con b gµpa d. una ida igu.almm« abomrao. la idea d.
mu pm:isim<n"' d. su umrlori.Ud; d. (;;.,,,¡¡,,,,, n '\p<s. 22: f\' 111}~ •l fu,,,... ¡><DMalidad•. úu "'"idad lnmioro d. la,,,..,.,.. Je C.U.o hay qu. buowla en la
mmt< wgitm<. hunwu >Olunwc <gJt. humano a><de dilcdt>. conomcii hW1W1:1 qu< !CftÍll de 1U filiadón, de aJ dmnidad' •l"<pr b mnci<nda
'58 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO
C4 . lEOLOGIA DEL CORAZÓN DE CRISTO 59

un ·desconocimiento de la dimeruión histórica de Jesús•••. El


perfectamente hombre y perfectamente Dios; pero el conci·
concilio subrayaba, ciertamente, que Cristo es •perfectos in
lio subrayaba que, al mi;mo tkmpo. en c'tas do; naturalezas
humanime•, pero e.w <.e decía no desde el punto de vista de
confesamos a 1111 único y múm<> Hijo. nuestro Señor Jesucristo;
la historia vi,•ida, sino desde el punto de vi.ta de las categorías
d dogma de Calcedonia nos C'n.,ciiaba. puc;. la unidad de la
e-enciafüca. del mundo griego": trataba de precisar la escruc-
per<iona de C risro, l li¡o de Dio>. en la dualidad de nacurale-
rura ontológica del misterio de Crhto, no estaba considerando
la realidad concreta de >U vida en la tierra, «u lú:.roricidad
a.s. Pero para >uperar escas fórmulas mC'tafisicas. no hay que
<usciruir c:>ra concepción ontológic.1 por una concepción ho-
existencial· '·. Si bien. no queremos negar ninguna en:>eñan-
rizonralisra e histórica. Por el comrario, habría que integrar la
a del concilio. es importante que v01yam0> •mis allá de la
dimensión histórica m el marco de la misma ddinkión cal-
fórmula de Calcedonia. 17, porque e.ca no prc~nta en abso-
cedonia.na. Es lo que se hiro en los condlio; de Leerán (649)
luto una doctrina completa del misterio de encamación. Si el
Verbo se hizo •carne• verdaderamente Un l, 14), cenemos que
y de Comtaminopla 111 (681), que extienden la doctrina de
Calcedonia al nuevo comexco del monotclísmo y dd mone-
mantener coda la importancia de e.re •hacer~·. también en el
ncrghmo.
desenvolvimicnro y el de.arrollo Je la vida de Jesús, pues de
El objetivo de la d0<:trina del slglo v11. que fue en gran
orro modo no puede decir<.e que Cri\to era •perfectos in hu-
parte obra de Máximo d Confesor", fue el desarrollo de Cal-
manitate•, ya que el devenir y el desarrollo forman parre de la
cedonia, pa,ando de la consideración de las dos naturalezas de
condición humana. Si esto no 'e tiene en cuenca, la cristología
Cristo a una más existencial: la de sm dos voluntades y sus dos
es quizá ortodoxa en las palabra~. pero en la práctica con~rva
formas de o perar, pero afi rmando a la vez que, 1amo en una
una ronalidad mio. o menos monofüita ••.
como en otra, es el mismo Cristo quien actúa, •uno solo y el
¿Cómo podemos superar Calcedonia? Es cvideme que
mismo-'º. La noveddd de esre punto ele vista fue oportuna-
la definición del conci lio sigue oiendo apropiada: Cristo es
meme indicada por F.-M. l.éthd: en los concilios amcriores,
el misterio de Cri1co era sobre todo considerado desde el pun·
tito Joús o negar Lt d1\•inidad dr C·n,to• {cana a ~:Chrlf. (,de fChrtru de 1903; cf. Au ro de vista ontológico; •en la actualidad, la Iglesia lo considera
<Pnlr tk la mJt' motlnnút,f, r.78).
14
8. SESIOüt. .u rn~(, c:oncrmporain J(' (:h~lt:édo1nc:•, a.c., 67.
desde una perspecciva principalmente histórica•, de ahí la im-
" lbid.. 67• porrancia que <e ha d.1do a un episod io concreto de la vida de
.. lhíd., 71 Jesús, su agonía en Gcr.,emaní: •Los grande, problema!> se han
f7 Cf. d atrir..ulo ouJo de J.c;...,OT> ·~1'.1111isinc de l'lnamarion•. y d cmxiio
cl.úico de K.. RAHND. ,oww.., · 1ndc i><l<r Ant•ng?•, en A G•u.u.cnu - A. J\<.
planteado desde el punco de vista de: la hi.<torút de JesÚs• 21•
orr, D.s " - i l - a.,u,,,¡,,,,, ( 41,;d,,, """(~ m(Wun.bwgo 19~) 3-49• Se comprende así la importancia de escas consideraciones
.. J. c.;..,or• .()yrwnism< J. l'lncmuri<.... a.c., z.¡ 1: ~ oommccs de la para la renovación de la d0<:trina dc:I Corazón de Jc;ú.s. Tras el
uistolop r..didonal lublovi manlfcrudo dmo ttp<rpw><i.l • adtruúr plcnamam: d
dnam& hWNOO de jaW: aw •aibuún a Oisro una omniodrncia qu< anulaba cml- pasaje citado, lithd en primer lugar observa: •St<l lc:ctura his-
quict inmá por un ...dadno cksarrollo .k~una wUi6n bcadfKa qur ha- tórica de la cristología pr<'>upone la interpretación ontológica,
cia dJicilmmt< """""'1>1< "--..e."' /d '""''""""' "'~ 1~ indiadOO """
- da LAp .1 <onduic d ..-.ngdio dt la lnfuicú (.2,)2) a ...,,¡,¡m muy nlód:a 1-J.
Fl \<rl>o ~ ainocicl la lmotud y la poácnda dt los danpos, 1 """ la ,. U F.-M. 1.tnm. •1hiokigjc de l''GO"lc du C:hriu. 1~ liben< humau>< du
a¡eicnóa del aa qurdocubtt,.. plmirud• (laamhii a n-..). ~ d ~ Fils de l>i<U et 10J1 impomnc< 101triologiq0< mba en lwnim. pu uint Maim<
dt b anudad dt jesús., >tu< lo qu< aalbimoo 1 p<Op6úu> de Jn 17.19a (- cloo kConbt<Ur•: 7bi.J.pH~S2 (l'uis 1979).
yo m< antibco a mi. -). m ÚI Wrill 4'o S.. ,/Nlt, 11 lRo.a 19;;) 753-771 . • D~ S00.510 ~11 .
" F.-M Ltnw..•Thtologi<derllfPllic•luCluist•, u.. IO'J(lacuah.. anU<'ltT.).
'
60 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASl'ASAOO C 4, TEOLOGIA DEL CORAZÓN DE CRISTO 61

porque la hiscoria de Jesús perderla iodo ;u sentido teológico si Jesús de la historia y no <olo a las inrcrprctacioncs pospascua-
no fuera porque es la hisroria humana de una Perwna divina. les de los primero.> crisrianos.
Nuestros tcictos muc,rran que no se pone en absoluro en cela Por orra parce, campos:o podemos simplemente someternos
de juicio el dogma de C.alcedonia. sino que. por el conrrario, a la incerprecación reduccionhta dd método histórico-crítico,
queda perfcccamenre inrcgrado. fara libertad humana, con- es decir, dejarnos enredar en lo. límites de La •lilitoria-ciencia•.
siderada de forma concreta en la historia. se corresponde de Con M. Blondel hemos de r«hv.ar la falsa alcemariva enrn: •la
hecho con la naruraleza asumida por el Verbo; ella es también hisroria pura y la pura fe.:~. La im·estig;¡ción del Jesús histórico
su centro más profundo•u. Pero anade esta observación fun- debe hacer;e en la fe, y ddx tratar de compn:nder y profun-
clamenral: •E.s =!mente d "corazón" de la sagrada humanidad dizar en su manera de: proceder a la lu1. de la fe. Solo así podrá
de Cristo. Una aurénriCl espiritualidad del "Sagrado Corazón" superar la nefasra ruprura a la que llegan algunos contemporá-
puede consrruirse sobre una ba.sc dogmJtica can sólida como neos encn: el )e<ús de la hisroria y el Cristo de la fe. Por eso, des-
esra.~1• A la inversa, podemos profundi1.ar en la cristología pués de indicar en lo.> rro aparrado> siguienres algunos punros
misma con el estudio del Corazón de Cristo, de la conciencia de partida indiS<;utibles en la vida de Jesús que nos permiten
humana de Jesús: e' una forma de evirar el peligro acrual de llegar a su conciencia humana, trataremos de profundizar en
caer en el historicismo y el sociologismo. Un exégeta lo ha ex- los aspectos de la inrerioridad de Cristo a la luz de la tradición
presado de modo muy claro: la cristología pende de un hilo si posrerior, en primer luga.r la del Nul'VO Tc.>tamento, y después
no tiene su fundamcnro en la conciencia de Jesús 2'. cambién la de la tradición de la lglc~ia.
A parrir de esras disrinra.; comideraciones merodológicas, Pero, volvamos a repetirlo una vcL mál., desde el primer es-
presenraremos ahora nuesrras propia; reAexiones. calón, que es el de la historia de Jesús, tendremos que prestar
arenci6n no solo a los hechos exrernos, sino a lo que, en pala-
bras de M. Blondd. podemos llamar •el sentido íntimo de los
e) EJbow del estudio hechos.'", o como d••da l.. IA1berthonniere, •la realidad interior
que se encuentra y~ manifiesta en ellos•; se tratará de ver •los
Llegados a e>te punco, vemos claramente hacia dónde debe acontccimiencos desde d1:ntro• . En otra.> palabras, debemos
oriencarse nuestra invesrigación para renovar la ecología del esforzarnos por descubrir d •misrcrio• que se expre.a en la his-
Corazón de Jesús. Conviene, anee; que nada, parrir del Jesús coria de Jesús u. Este misu:rio no es otro que d misterio de Cris-
de la historia para descubrir en él. en la medida de lo posible,
algún aspccro esencial de su conciencia hum.1na. Al hacerlo, es t:'I i\i. B1.o sou .. •Oc U v.akur hisa:odquc Ju dogm.1•, rn /.n !'""'"' tmcs.
imporranre tener en cuenra los r•-quisito> actuales de la crícica o.e.. 244.
hisrórica: así, habrá que aplicar aquí lo> criterios de historici- " Can> de M. BlonJd •A. l.cisy, IS de fd>ruo de 1903; cf. R. Muul. A•
(IN""7"' "' rriu ~,. 0.1i. •• 9..¡ .
dad, desarrollados en los úhimo> años. para llegar real menee al 11 L l..A1.u1tto!t<Os1lu. U rNlinw "1rhk1r ti /~ l"" (rttditado en

e_ r ......""'-~•. Ess.iislkphilo.phk~JCParú 1%1il l66; ct: w.KA.sPU.


" lbid.. 1O'J. foxs ¡, CJ.nsJ IJ>.rls l 9n) 7~: •l--1 b hmo!lcid>d lntalm primao oti <n rcbci.ín
11,;a. \Cuc:. en d miJmo 1<n1iJo, d awdio dt M. J. i.. Gllluov !q11< fue d con b hmorK.idad ntcrior•.
ditteto< de mis de f.-.\1. lfthd¡, •l.a 1cologµ dd \.era.eón de Cristo, plrnirud de .11 Sobh.' ar:a conaión drl mbtcr!O y de La historia. d J. l.ACltOtX. H1.<#irr t1

b <:ristologj.•, en R. \ht.MA" (td.), c., OmJti. o.e.. "63-392. ..p.. (Touuw 196217: .fJ mbimo es lo que inaugur.a b 1nnpor.Jid.ld y I< da
" I' ~ku'<a. '1X'qie rnm Sdbo1b...uuu<1n Jau•, a.c., 161; cf:, también. su profundidad, lo que lnuoducc <n db una cluncnsl6n venial: """' de db d
0

\l. J. lL Gcruou••1.. irolot;ia dd ('.oazón de Ob•o•, Le. Ódnpo de .. re>cbci6n r de b nwufcs1.a.in>. La consá1üd6n Dri.......,..
(n.2:
\.

62 EL MISTERIO OEl COWON TRASPASADO C.~, TEOLOGÍA DEL CORAZÓN Ot CRISTO 63

co, mejor aún, el mirn~rio del Corazón de Crisro. Este modo de mos la famosa frase de Loisy: •Jesús había anunciado el reino
proceder escá en compleca sintonía con el opíritu de los Padres, y llegó la Iglesia•n. Pero para continuar en nuestra perspcc-
que nos im~can habitualmence a el~ar nuc:-tra mirada dodc la civa, nos concencraremo~ en un solo punto: la identificación
consideración de I°' h«hos de la hhtoria bíblic.a a la concempla- que se perfila, desde la vida pública, entre el reino de Dios y
ción del mistmo: .Ab historia in mysterium surgit• 29• la persona del mi~mo Jesús".
¿Cuále, 'Crin nuestro> puntm de partida~ Ame nosotros Aquí nos enconcrarno~ con tres textos de <urna importancia.
~ abren mucha. vía.. Podríamo> llevar a cabo, por ejemplo,
un otudio sobre la conciencia mc-.ifoic:i de Jesús"'· O bien, 1. En su primer kerigma, al comienzo de la vida pública,
analizar el hrcho de que Jesús reívíndícara una autoridad su- Jesús proclama solemnemente: •Convertíos: se acerca el reino
perior a la de Moisé>. lo que --<n un ambiente judío- era de los ciclos• (Mt 4, 17; cf. Me 1,15). U reino de Dios que Je-
algo inaudito" y debía considerarse incolerable. Prefccimos sús anuncia no tiene nada que ver con un reino político: se tra-
proponer tres asp«tm de la misión terrena de Jesús que, por ta de una acción complecameme nueva y más poderosa de Dios
una parte, presentan grandes garantías de autenticidad, pero en el mundo, la intrusión del tón futuro en el mundo presente,
que se prestan m.í.1 propiamente a un análisis teológico: el he- el comienzo del cumplimiento del tiempo de la salvaciónn.
cho de que Jei.ús proclamara la llegada del reino de Dios, su Pero esta soberanía divina parece operar en la autoridad del
obediencia a la voluntad del Padre y su conciencia filial. Estos mismo jesús, hecho digno de ser tenido en cuenta; tu lkgada
serán los eres apartados •iguientcs de nucscro ensayo. (Me l, 14) coincide con la llegado tk/ rd110 de Dio1 (Me l, 15):

bl~me du J~us hlstoriqlle•, a.t:.• 17(>: Je.U• es ·d que con ~u ~a.ngt:Uo crac t1 reino
2. Reino de Dios y reino de Cristo de Dio.o; Brbúa ¿, }mMlln (19SS), nota• Mt 4,17: •la rtalw. dt Dios sobre
el pumlo degido y, 1 tr.ivh de ~l. \Ohrc el n1undo, et el cent.ro de la prtdic:tición
de jesús•; J. jtRl'MIA~. Nrr,1r1rlfmrn1/ir,.,, 1'1tologit. 1: Dit VrrltUndirnifnu (Gü-
a) Jmí.s es el Tt'illo de Dios
rmloh 1971) 99·101: •Die lla•ile" •I' Z<ntuhhtm• dcr olfonclithtn Verl<ündi-
gungJ<>u•.
En general, uno de los punro; más admitidos por la critica " En /.f.,,,.gr/utlftlisdr>arr, 1902) 111.
M Cf. e:. H. DoDD yG. K1n·r1 (dos br('\'CI ;1rtlcul01, con d mll.mo títu1o),
es que Jesús proclamó la llegada del reino de Dios 12 • Recorde-
.Du JnncrwdtJkhe Rcich GQrtf'l in dtr Vf'rldlndi~ung Jau•: lhBI 6 (1927)
120-122 y 122-IB. K. L. S..ttMm1, •ll•<oltb., tn Jh\li• I, 579-592 (sobrt rodo
E\~ 11873) dd \'atíuno JI ttcalló ni"'ho a.1a idea de que la C\:onomia de la fC"o·cla~ pp.590-592); P. 8 .\•..,TllAM, •)<1m C-hri<t and the KingJom ofGod; A 1'twTes-
ción SC cumpJc n\ l.a hi!.IOíQ (~I ht\.hOI y la.. p~hr.u) ')'que toda la \·crd.ad de Cita t2m<nt rm¡>«th<•: ,.,... 1..nu1•!71w"'rJ 29 (1980) 81·91. sobrt todo 89-
rcvd.aoOn f'C.\plandn.:e tn ('AiJto. 91: .Chrüt b cht- tmbodimc1u ot ·thc KlnttJc:im of God•. bu idcntificat;i6n en ere
.. GUOORJO \{Ac.-o. '•fa.. 1.6.J, rL 76.829<'.:: T "'º""'ºmuy >o¡¡mnauvo tl r<ino dt Dios y cn.10 apar«< ,~,¡,,. todo en Lu..u: <f. O. MlaK. •Oas R<ích
d< la rondud6n dt los M.,,W,, r• ¡.#, XXXV.l0.18 (l<>btc: lo. .J<011ttdmkntos de GottC5 in d<n luunÍ5<hm '><hrif1cn•. m fmu •..J P""""- !Yiüdmfi 11· G. Kimr..,,/
b "rid.t de Job):._\¡ Vttitale lhbi,uia) art"nt. nulla wnt: &i mystnia non habcnt, tGoonga 1975) 201-220 (<f. p.216).
minim.i• 0'1 76,7')90). CY. umbim M:um,,
• Factum aud.ivamua., myntrium requirunw•.
r,.,,, ¡,. 1..,..• ~.6, PL 3S.1;50, 15 G. Krnn. •l).u inna--chl~. a.(,. t ll. ll arkttr no politic:o dd reino

dt Dios es ouhray.J.lo wu Y<Z rnú por d hcdio dt que d tpUodio vicnt inm<·
• M. M. Gosr..\tu • Gn. Crisz.. o.e., 4.13-'IH. diat.amc:me después dd dd dtskno. dondt Jmb h.W. •ido ttruado poc S.wW,
N E. iv.m...._..,.,.1,~n>< du Jbw hmoriquc-, m &.Js cdt•tifws (l'\uú -el enemigo que "' opon< a O- y al tntahlc<lmlmto dt ou mno• (T"""-<tw.
1972¡ 14S-173(d p.IMi. _,,_.,m~ .ú l. BrMdTOB. Pasia 19751. nou ~a Me 1,131. Pero la. miwJw
U R. fOIC", /)i, (;,,n,;,¡,,, tln ~(;,J,,dna r•
J..,,¡,,,, J;,,,/v W tmr.aciona ~tt lu qur Jaúa tri\U\ÍÓ tmbn un aspecto ttrT'CllO 1 político. dittaa~
.. ~...,; Alr,pni• CGiastn 1928) l:ojmu nin •uf mi< d<t 8oudutt vom m<nt< opun<o a la mlsl6n .....Un~ d< )nt4, !'=lo oul:wan ~ lucM
~C.onn._ d<n 7.mrr.Jm lltpiH d<t BoodufiJau•: f. KA-.u;s, •l<pro- (4.l-13; <f. v.6: • Tt datt tl podtr y la glori> d< todm- rd.-).
'
64 El MISTEIUO DEL COAAZON Tl!ASPASAOO C4 TK>LOGÍA OEl COAAZÓN OE CRISTO 65

Jcs1Í\ ~he que esca presencia del reino se lleva a cabo en su 12,28; ,f. Le 11,20: •rl ddo de Dios•). La llegada del reino
persona 16 • Marcos lo pone de manilicsco cuando insiste en el tic Dios se realiza en el mi!.mo acto en el que Jesús pone fin al
•poder• ejercido enseguida por Jc;ús, en la •autoridad• con la dominio de Satanás (cf. v.29- 30; le 10, 18); y Jesús lleva a buen
que hablaba: frente a la co;tumbre judía, no dirige a los prime- fin este dominio con el fapíntu de Dios que reside en él.
ros discípulos una simple invitación a seguirlo, sino una orden
formal (.Venid en pos de mí•, 1,1'7; .. sígueme-, 2,14). En la 3. Leemos un 1cxto muy parecido en el célebre Wgion d.:
sinagoga de Cafunaún, todos $C maravillaban ante la novecbd l.c 17.20-21, que por muchos motivos puede ser considera-
de su emeñanza {1,27): •En<c:ñaba con auroridaá y no como do verdadera palabra de Jesú,. A la pregunca de los fari•co.:
los c''riba.s• (1,22); este poder de Je•ÚS actúa de manera muy -cCuándo va a llegar el reino de Dios?•, Jesús responde: •El
particular sobre aquellos que estaban poseídos por un espíritu reino de Dios no viene aparato<amenre [ ... ] el reino de Dios
inmundo: •Incluso manda a los espírirus inmundos y le obe- cst;\ en medio de vosotros•. Lt interpretación de esca palabra
decen• (l,27b; cf. l,39c); él perdona además los pecados del ha variado en el cranscucso de lm siglos 37• Por lo general, hoy
paralítico, y por ello fue acu<ado de blasfemia (•¿Quién pue- se escá de acuerdo en que aquí no se habla de una pmencia
de perdonar pecados, sino solo uno, Dios?• 2,7). Pero si cura al interior del reino, sino del hecho de que el reino de Dios ya
paralítico e> precisamente para momar •que el Hijo del hom- está operando en Israel en la acdón y en el minis1erio de Jesús.
bre tiene autoridaá en la tierra pJra perdonar pecado" (2, l O); f.xi,1en ocros pasajes de lo, evangelios en los que de algún
un poco después, de forma an.íloga, d reivindica su 11111ondad modo se da una idenrilicación enue Jesús y el reino de Dios.
sobre la creación divina del sábado: •El Hijo del hombre ~ Pero podrían ser reAejo de la explicación teológica posieríor.
seríor cambién del sábado• (2.28). Lo~ veremos a su debido 1icmpo. Por ahora, nos pregunia.re-
Todos estos datos son pcrfcctamenre coherentes con el ke- mos qué significa, para la conciencia de Jesús, el hecho his-
rigma inicial sobre la llegada del reino de Dios. Aquí ya empie- 1órico y real que él sicúa en el cenrro de su predicación: la
za a cumplirse lo que se manifestará más cla.ramenre a conci proclamación de la llegada del reí no de Dios.
nuJdón, que el reino de Dios llega •en toda su potencia divina• Según Kascmann, la única condición que puede cxplic;¡r
(9, I ). Pero la novedad, la paradoja de e>tos textos, es que lapo· que Joús se pusiera por encima de la ley de Moisés y que pu·
tencia de Dios la ejerce un hombrr: Jesús. Antes de arrojar una diera pensar que, según sus propias palabras, el reino de Di<» se
conclusíón <abre cuál es la conciencia de este hombre, veamos acercaba a sus oyen ces, es su condición de Mesías~. Pero es una
brcvcmenre los otros dos textos. incongruencia -<:omo ocurre entre los demás discípulos de
Bulcmann- no querer acabar en la concimria mesiánica de Je-
2. En la concroversia sobre Belcebú provocada por el ~ús: si su acción era realmenrc mesiánica, Jesús debía ser profun-
exorcismo de uno que estaba poseído por un espíritu mudo, damence conscienrc de que él mismo era el Mesías. Aquí hay que
Jesús declara: •Si yo echo los demonios por el Espíritu de Dios, record.u que en la tradición judía la palabra malas cenia sobre
enton,cs es que e/ rrino de Dios ha llegado a voso1ros• (Mi iodo un '>Cntido de realcu. De ahí, cicrcarnenre, el po\ible error

" G. t;rrru... o., UUl<""~ilich<o. a.c.. 112; • Diacs cmpolrnsl<nc- h<rciJ>.


bndwnd< Rci<h wria ]cws U\ du Gq;m,.-..n tdntt l'<rson rn di< 1.cir wiJ rn dk r C:f 8 , 1'o.cr;, V. ~ "'1 C~ 6n i.Mús. Eiw .S nJI, • ú.ÚI
\l;Cft gdwmmm- (jobanncixh .usg«frudr: "'"' ~ Joh. 1,14). In lhm lsl i 7.J0-26 (Upsala 1948).
di< """'1W de> ander<n Non "mJ!i<n<n" ({.z11nw/./)o, • ( :f. E. KA"'.l\CA..'"'· . Lr problbne du Jñw hinorique-, a.c.• 270.
'
66 EL MISTEOO DEL COAAZÓN TAASl'AS.t.00 C4 TEOl.OGIA DEL COAAZÓN Of CRISTO 67

de un mesianismo polícico. Pero Jesús lo disipó encrgicameme. pospascual. Duran ce la ultima cena, Je.lis dice a los doce: •Yo
Sin embargo, como hemos visco, él se atribuye un verdadero preparo para vo>otros el reino como me lo preparó mi Padre
poder, una soberanía regia; ames que nada, sobre fo, hombre. a mí, de forma que comáis y bebáis a mi mesa en mi ráno ... •
a los que llama a su scguimicmo y sobre los espírirus impuros a (Le 22,29-30; cf. 23,42). En efecto, con su emroniz.ación glo-
los que arrebata el poder sobre los endemoniados; pero, sobre riosa a la derecha de Dios, Crisco se convierte en el Señor
codo, sobre la conciencia de los hombres a los que libera de sus de su Iglesia (l lch 2,36). En los Hechos se da, por tanto, la
pecados, también soberanía sobre el sábado insciruido por Dios equivalencia entre el evangelio del reino de Dios, la buena
mismo. El mesianismo que Jesús reivindica adquiere cada vez noticia del nombre de Jesucristo y la enseñanza que se refiere
más claramente aspeccos espiriruales y trascendentes. al Sefior Jcsucri110 (8, 12; 28,31 ). En las Carcas, es raro el em-
Preci<amcnte aquí surge la paradoja. O m:is bien, aquí se pico de este término. Se traca del reino de Cristo Jesús desde
intuye el misterio. El hombre Jesús proclama la soberanía de una perspecciva 'obre codo escacológica (2 Pe l, 11; 2 Tim
Dios, pero es él mismo quien la ejerce. Con coda su acción, 4.1.18). El reíno de Dios y el señorío de Cristo son ahora
Jesús demuestra que e:. <onscimre tÚ ser el rty-mnias, de ser sinónimos•'. El reino dejnucristo es al mismo tiempo el reino
el ponador de la misma soberanía de Dios19• fate mÍ\teriow de Dios: en Ef S,S Pablo habla de aquellos son excluido> en la
aspecco de la perwna de Jesús, que tanto irnprcoionaba a sus •herencia del reino de Crisco y de Dios•: lo mi1mo leemos en
oyentes y que c. uno de los rasgos constitutivos de la •cristolo- Ap 11, 1S: •¡El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y
gía• prepascual 40, debía explicarse después de la resurrección. a su Mesías, y reinará por los siglos de los siglos'• (cf. rambién
12,10).

b) El rdno de Cristo m la tradición posptJJ<ual


e) Lectura dtl tMngtlio a la luz de la tradición:
Sin embargo, a partir del final de la vida pública, ya se ti smorlo y la majmad tÚ jesús
habla del reíno del mismo Cristo, pero en una perspeccíva
Muchos aucorcs recientes se han conmovido anee una bella
IV.s,.ra. }h1a. o.e. 140:' .. uest la ri2.Lisation cunc:rñc n la íurmc pcnun-
7'.• '\\'
observación de Marción: •In evangelio ese Dei rcgnum, Chris-
ndl< dc: la \cnU< du Royaumc de D1cu•; ~ wnbu!n R. fRJCI<, O.. G<t<bW.U.
o.e, 1. F•te •uror daua con rw>n do< »pecto. fund.m<nulcs dc: I• produna- rus ipsc•º· La misma idea se encuencra también en Orígenes:
doln por pan< .k jesús dd mno de D1o1: jaús ,. consi<l<u • si mJm>o d porudor para él, el reino de Dios no es más que: la soberanía de Crisro
dt esta_.. 'e· ptro a.igut csnndo roalmcot( ...mM <testa tobct.l!Ú.L E.s1t en el cora1.ón de los hombres; lo expresa con una Íra<e lapida-
qundo »('«to. "1 """""""' dc: Jesús, es W1 imponant< como d pñm<ro (<f. lo
qU< dlttmm d<ncro dc: pou>). !'.ro R. Friclc no b.t ckmoru.do ruñcimt<m<ntc ria: el Hijo de Dios es la a11robasikia. d reíno de Dios en per-
que_ a paal Je 0.10, ohrt tnttt d'°5 una lcruión raJ. qut 00 K J'UC"de llevar aJ
¡imple jutgo Jj,¡lktko ck los contrarios. La sobmu1J,., dC' JoW y lU ffNlmoA..
puesta una junlo a ()Cra, oo~ sitúan pr«lsamcnrC' antC' d 1nhu;.:rio Je lU ptNOna. 41
Fl l;au K, f>it Gtkhi,btt, o.e.. 17-·18: .fw die Gcm\:1nJc »t IU.ich (~vrc~
Pero s.igth:: \ic:ndo dc:no qut aJ conütruo ck b "'iW públic:a 'C' d~u1c..1 whrC' todo l.1 da. wo c:hnstus hcrnthr f/Ms1frl4 ll11í 1hNú • ltyri4tt> chriltt1#). Gcg~nwianlg iu WA
acción miucri~ del poáf'I'. Rc1ch, "''t'tl c:hnscus in :r.c1ncr Gcmcindc bcmcht•.
*- I'. Ml'J.SNl~ •Wcgc 1um &lbstbewussucin Jcsu•. a.c., 171: •l)ic:iti "R.uscl- .. cu.do ror T• RlllllANO, Ad. Mamonnn, IV,33,8: CCI, 1.63·1. Lü p•l..
h;iftc.. in d"·r Gbt~lt Jt-\U in cin Konsrfrutivum dcr vorostcrlkhcn "C..:hrhtolottic·; bra.s •ChN.. tuJ ir11c• se consideran una inccrpolación del cJ1lor (y 1.1111bi~n por
es cnupncht dcm F.indrudc den Jcsus nach dem Zeugnu do F'r'augdiunu (lx-snn- Kroyman. Cfl c:SEI. 47.S32). pero sin suficicncc r.17,Ón, a jui1.:io JC' R. FaJCK, {),,
dcn bct .'Ak) tclbu .luí sdnc Jüngcr vor Ostcrn gcmacht hat11, G<Khu/.,t, o.e., y d< K L. SCH'41DT (fh Wb I, 591 n.84).
,..
'
68 fl MlSTUJO DEL C~ÓN TRAS!'~ C• TEOLOGÍA DEL COAAZÓN DE Cl!ISTO 69

son a 4.1, Orígenes ttSume así un cerna cenera! del Nuevo' I C:>ca- Algo partXido se observa en Juan. El rdno de Dio1 dd que
menro. U r6no de Dios no es anee codo una realid•d fuiura de }esus habla a Nicodemo On 3,3.5) es aquel al quc anee Pilato>
la e-catologfa final: <e identifica con el reino de Crhco, y se lle- llamar.í om reino• (18,36). Una larg:i tradición comprendía
va a cabo de-de el momento presente en la vida cristiana; pero pcrfectamence que el reino de Dios del que habla Jesús e.jmis
el reino había tenido su punro de partida en la vida de Jesús. mismo ..: •t'l'r el reino de Dios• Un 3,3) e~ •ver• a Je'ús en
fuco es lo que nos dicen los mismos evangelistas, sobre todo el ejercicio de su reinado; y esro es posible solo para quien,
Lucas y Juan. Por ello, iras haber hecho un breve análisis de la naciendo dd E.lpíritu, llega a convertirse en un hombre de fe.
primera ecología crisliana del reino de Cristo, ahora debemos Pero la expre•ión •entrar en el reino de Dios• (] n 3, 5) rambién
volver al evangelio para descubrir, a la lui de e.ia interpretación se puede comprender en un sencido crisrológico: porque Je-
pascual, codo lo que implicaba la idenrificación cnrre el Jesús sús es la puerta (10,9), es el nuevo remp/q (2,21). Juan Scoto
terreno y el reino de Dios, ya esbozada durante la vida pública. Eríúgcna decía con razón: •La casa del Padre es el Unigénito,
Respccco a Lucas, detengámonos en una costumbre muy C> el Cri>CO•; por e<o •mtrar en el reino de Dio,. ~ en erar en
suya: la de atribuir a Jesús el círulo real de -Señor• desde el la e>tancia del Padre, es enrrar en la comunión del Padre y
comienzo del evangelio". Cada va que lo hace, Luca.s ve en del Hijo (1 Jn L3). es penetrar en la intimíáaá del CorauJn de
la escena que narra una anticipación de la vida dt: IJ lgle.ia o Cristo". }t'>US puede ser rey solo para aquello< que •son de la
de la e~cuología final. Pongamos un ejemplo. En 10,38-42, él verdad• y qu<: •e><:uchan su voz- (18,37). El reino de Cristo
describe a .~faría. la hermana de Marta, •sentada junco a los es el orcgnum vericatis•.,: esce comienia verdadcrameme en
pies del Setior. escuchando su palabra• (v.39): para el evangelis-
ta, ella reprc.senra la actitud del discípulo perfecto, el que está .,, l·4 f;¡ c.11~cso Je 10$ princ;Jpalcs representante. de l.a c~..1.1d.l de 1\nooqufa;
siempre a la escucha de la palabra de D ios, de la palabra de Je- e[ por ejemplo J. ('1u)()SroMo, In joan., hom. 24: J><; S9,14S: •Si uno no n.1cc
<le lo Jho, no put<lc ver d reino de Dios•. Con C\te Jc:n¡tuJjc J~.,,h Jt J11lpu1 d si
sús; ella e> también el modelo de la virgen cristiana que, como mUmo, y ade1nit n1ucitra c.iue no hiy qut dctencr'>C en lo c.1ue n vi~iblc tn ll sino
dice Pablo, •permanece unida al Señor sin disrraccioncs• ( 1 Cor que h.1y quc tener otro• o;os para t'" 11/ Crisld•i Tronuro, In joan .• en h 1..- PG
7,35). Aquí esrá en el punco de parrida de una larg:i rradkión 123.1204. P.1r.a la u.adición 1.tcJna véase, por ejemplo. la Gloa.t 11turl11U11ri1: •Non
potnt vidcK rcgnuJn Od: id a.t non potest cognost.crc me, qui 1oum rqtnum P.atrU.,
crisriana que descubrió en esra escena del evangelio d ejemplo qui tum vUjo VC'rit.1W•.
y el m~clo de la vida concemplariva''. Para Locas, el Jesús " J'"' Sum• I:a11 ·CL~•. I•"''"""" (PL 122.3020): •fl<•n"' P.au unig<ni·
del evangelio es )'a el Señor presente en su Iglesia, aquel que se rus Fi.tiw OC•; Dr tim.JÍOJV """'~· 5..36:: PL lll,9848: • [)QmUJ aumn 1lla CllriJ..
ruscst•. Sonot IOl¡>ft1lderJ por anroqucd deOw. m b con<lu<IM dd D<ti«w
da a conocer a los di.scipulos y a quien ellos e>CUchan con fe. ~,.,¡,,, no dude en utiliur b e.presión •pcn<UV m Jcsüs., que <>plica fdfr-
mcnrc b nlgniuk Jn ).5 anib. propucsa; cf. M. i>E G•~""'"· <Jna.m "-sin
""''.....,"" CW,(l'Uú 1942) IS6: •='ucmoS.00. J<>uauto, con d 1umm1<>dc
" Otlc1su, /• M.1. :\lV,7· GCS X/1.289; PG 13.11978; ,f. umbitn "º"" mi fe, no N mai.k> cX cxurw mú opacio en rru inrdisrncJ:a y m mí (Oa.tón (...]
t• ú, '6: CCS IX.208: r<; 13.189So ·Surgam"', pm;cmwquc l'lnun, utauf.:m A quien pcnctr,¡ ad cnJous (l,Jitn111tr1Utn 111fen¡m) rwit roine: nlW EKritwuni
a nobLti ttgnum inímk.1. d pos."lmus sub ttgno ns.e Dei omnirotcnris, kl ne rcgno d unl\'C'OiO lUJ"'lttl('n r.ua ~I di6l:uJt.W algum porque i-1mismoJu1i•.lo tran.,f.umaJo
1;,1.picnt&aC". p.11.it. ju11ni.ac, w:riu.riJ, quac cuneta in un1gcni10 l>ci filic1 íntcll1gun• tn Jc:súi ton b inhah1udóo dd úplritu Santo. 6n úlumo dC' toJo Jctt"\1 1ntck~
rur~ au p.loria et impcrium in 'l.tecul~ saeculorum. A.tncn•. Vé:nc: 1 rrop(Kito de ru;lf., \'t-J~ rJ.mbk-n d tc'.\tO de SAJ1'-T#THJ.ERRY, •Üratio Domini \t-'ilhclnü•, en la
cno R. fRl<K, f>i~Gn,hirl•1~. o.e., J00-102. ronump/JMn tk l>1111 l.or•u<m tk Dom G•i/14•mt.- SCh 6l,124 · JlS.
'-' V~a~<' nu('11tro ankulo -• le litre KYR•OS appliqué l Jé11u\ d:uu l'~ant?ilc de ~ fórmula Jd prtfildo de la misa de Crisco Re)·. Cf. C. f 1. Doon, //,, 111ter-
11

l.uc•, <n Mlklfl/(.N b1bhq•n. B Ri/!.aux (Duculot 1970) 117 P"t411on •/ tl>t fourth Gosp<I (Cambridge 1960) 43S (a pro¡>Ó<ico de jn 18.37):
4\ Vb\<'• I"°' cjt'rnplo. EtrTl.MIO ZtcA.8ENO, In Ú; PG 129,c)(,9: S. BMlrNos1, .. 1[('rt wt h;io,.·C' rhr r.·angdht'~ d<"finition of e-he crut king'íh1r; 11 lt """rn1i:illy thc
In /\. 144 l'I 1S2. l .196. '°"'crcignry of 11lttltti••
\.

70 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C4 TEOLOGÍA DEL CORAZÓN DE CRISTO 71

la cru2. Por eso, en san Juan, la elevación en la cruz. es una el signo del Espíriru dado a sus di\CÍpulo• para que creyeran.
exalcación (12,32): él reina sobre los suyos atrayéndolos hacia El Con:rzón de Cristo es su inrcrioridad, es en d fondo mísu- a
sí, reuniendo a los hijos de Dio~ disper.os (11,52). Es aquí, en rio ~ 1i mismo que él nos revela; y e.ta revelación es la verdad
la •vericas sancrae crucis• <'n donde triunfa su Verdnd; es aquí por la que él reina sobre no'-Otros. Sin duda, este es el senrido
donde lle--a a cumplimiento l.a revelación del amor hacia los profundo de una de las más bella. invocacione> de 1.is lecanias
suyos (19,28; cf. 13.1 ), la revelación del amor de Dios hacia del Corazón de Jesús: •Cora1ón de Jesús. rey y ccnrro de codo>
el mundo (3, 16). los corazones•"'·

d) Condusión 3. El misrerio de la obediencia de Jesús

Se dirá que este amplio vistazo de conjunto nos ha hecho El rema que ahora abord•mos entra en Aagranlc contra-
perder de vista nuestro punto de partida: d tema del Corazón dicción con el anrerior. faco no debe causarnos asombro, por-
de Cristo, de la conciencia humana de Jesús. Pero no es así. En que los dos remas no1 pre~ntan relaciones diferentes en el
efecro, de estas observaciones surgen dos ideal> primordiales. comporramienro de Crisro: por un IJdo, la majescad de Cristo
La primera idea es la profundi1.ación progresiva del tema para con los hombres; por orro, su obediencia al Padre. Desde
del reino de Cristo: desde d comien/O de su vida pública, Je- el punto de vista teológico, la segunda ci. más imponanre que
sús nos hace comprender que en él se lleva a cabo el reino de la primera: la obediencia de Jes(1; tiene un gran alcance, no
Dios; ese reino de Dios, en definitiva, es él mismo, el hombre solo para la soreriologfa, lo cual e~ lógico, sino también para la
Jesús, que se revela en su misrerio y que ejerce asl su soberanía crisrología, porque e> algo muy di1tinto de un ejemplo que se
sobre los suyos. fl reina sobre el los con su verdad, haciéndoles nos da a nivel puramente moral; la obediencia nos hace enrrar
entender quién es él, descubriéndoles el misterio de su amor propiamente en el misterio de Cristo, el Hijo de Dios; por eso
a los hombres. hablamos del •miscerio• de la obediencia de Jesús 11 •
La ugunda Mu es la de la respuesta del hombre: quien es- En esre aspecro, no hay que dhtinguir entre tradición y
cucha la yoz de Jesús se convierte en su discípulo, en discípulo redacción en los evangelios. De hecho, e; imposible que la
de la Verdad. Esta acrirud del di$Cfpulo, que consiste en una idea de la obediencia de Jesús haya sido inventada por la lgle-
mirada de fe sobre Cristo, viene maravillosameme descrita en
el versículo final del pasaje jofoico de Ja pasión: ·Mirarán al
ie O. R. (;vrlWILLU. • \'om b1bliKhcn Ch.a.~ttt-. a.c.• l..\2·l..l3: d autor~
que traspasaron• On 19,37).
mena cm invoacic\n • runr de b ""'"' Je , , 11, l 9 1' el< Jcr Jl.39 """" d rey
El coscado abierto de Cristo elevado en la cruz se convierte mesWUco r d oorwlft Dll<'"O; algun.t rcfcttnda a un <C>tO jnl.nico (por <i<mplo.
así en un símbolo mucho más rico, porque est.í más vinculado 11.52; 12.n: 19"l43n pcnniwú rnri~ aón misd comcnurio.
"' C.O.Uura~ c:.Oft nombro que nbim pocos atudk>s tohn:: este' tema. 01e-
a la historia de Jesús. Es el símbolo de todo lo que él reveló du- mos lm siguirntts: C. S'ou. Dr ¡¿,.,¡,.,m---mJ,,UI i• bn .\\,,,_ Tt111"""'1
rante su ••ida rerrena. En cuamo al agua del coscado abierto, es \."•m<ga 1952);). GLiu.n••i.:o1>&sanc. d.}ésus-0!0...: "'"""' 7 \19SS) 298·
313; K. RAH'U. •le Chro1 mod& d'ohfus2n<e., m C:, <.:.u.o~•• yº"°" u
~ tlr roMssmt<t 1r.m 1969> 29·5S: R. lluc•••"" <JW;,,..,. tlr Jára n
" u n¡>mión .mw .,.,_,.,.,;,ad uada d. wu anrlgua ho..Uli:a poiblia- """'tlr n-.-, ¡,\ fonr=l 1?701 (no hemos podido cuminu au ol>r.a . ..,. "'
d. por M . ..,, Esbrocd.; . . - t,,, Wrilltl'"" .k)N.. I, oc.. 112. V>loración <D NRTli 'J'l )19n) J70..Hll.
'
72 El MISTfRIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.• TEOLOCiA DEL CORAZÓN DE CRISTO 73

sia apostólica, porque esca veneraba a Cristo como a su Señor. Juan. Cuando Ju.111 habla de la obediencia, a menudo em-
Comamos paca dlo con un daco histórico sólido, atestiguado plea las palabras ·Hijo+y .Padr~. l~ obediencia que describe
en casi codas partes en el ~uevo 'lt:scamenco, aunque pare- no es la de una criatura al Crc;1dor, la de un hombre normal a
ce evidence que algunos texto, están acompañados por una su Señor. Es la obediencia del Hijo único al Padre. J. Guille1
elaboración 1eológica pcmerior. Conmuamos con K. Rahner: lo explica muy bien: ·Obedecer. •• e; la expresión de su pro-
•En la mayor parte del t-;ucvo 'IC.1amenco, la misión de Cris- pia perwna, de su intimidad única con el Padre. Él es el que
co rcdencor aparece repre~encada de forma más habitual bajo es, es decir, el Hijo único y amado. ,olo en la obediencia• ss.
la idea clave de la obediencia al Padrc~·sl. Expondremos cs10 Así, en el ver.ículo final de su discurso wbrc d poder del Hijo
en dos etapas: en primer lugar. harcmo> una descripción de (5.19-30), Jesús prof~~ su obedimda, pero, al decir esco, no
conjunto de la obediencia de Jesús; a concinuación, 1racare- hace más que retomar su declaración solemne del principio:
mos de descubrir el fundamenco sccre10 de la conciencia y • En verdad, en verdad O\ digo: el Hijo no puede hacer nada
el corazón de Cris10. Para hacerlo, nos inspiraremos sobre por m cuema sino lo que ve haca al />ad". Lo que hace esce,
1 codo en Juan B y en algunos 1cxtos e>cnciales de la tradición eso mismo hace también d Hijo. pues d Padr~ ama al Hijo
pauíscica. y le muestra codo lo que él hace• (vv.19-20a). En el discur-
so final de su vida pública, Jesús cermina con es1as palabras:
•lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Pa-
a) la obediencia de }mis a la 1o0/1m111d de Dios dre• (12,50). Pero quisiéramos de1cnernos sobre rodo en dos
cexros aún más imporcan1es, para mostrar claramente basca
En los evangelios no encontramos las palabras •obedien- qué punto la obediencia de Jesús es la expresión humana de
cia• ni •Obedecer• aplicadas a Jes(rs. Pero es1a idea se expresa a su condición filial.
través de numerosas expresione~ equivalenres, como «cumplir En el discurso de la última cena, a la pregunca de Feli-
coda jus1icia• (Me 3, 15), •es necesario que ... • (passim}, •hacer pe: •Señor, mu6cranos al Padre», Jesi'rs responde: •Quien me
la voluntad• Un 4,84), •cumplir las Escrituras• (cf. Le 18,31) ha visto a mí ha visco al Padre ... ¿No crees que yo escoy en el
y otras parecidas ~. Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no ÚJ habÚJ por
cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace
las obras• (14,9-10). Y aquí es1amos ante un versículo típica-
b) La obediencia del Hijo mente joánico. con un sU1il juego de sinónimos y la extraña
sustitución de un término por ocro. Refiriéndose a sus propias
¿Cuál era el fundamen10 de la obediencia de Jesús? La res- palabras, Jesús explica: •lo que yo os digo no ÚJ habw por cuen-
pues1a no puede dejar duda alguna: Juan y los Padre:. que le ta propia-. Normalmente, el orden lógico sería: •f.s el Padre
siguieron <eñalan que hay que buscar esce fundamento en la el que dice escas palabras en mí•. Pero, en la siguience frase,
filiación divina de Jesús. Jesús da una expliación diferente, inesperada: ·El Padre [es el
que] hace !As obras•. Podemos intuir el porqué de este cambio
u K. RAH, .... ·le' Clubt·, .J.C., J7.
" 0 . ~lol.l.AT, Lt..i..,il.rJ...willl)tim 18J ') 18.1. notad
de palabras: Juan quiere que comprendamos que la obra del
" Cl nucsuo an/cuio • Hct ~ .... JnUP: llijt/r 8 (1 947) 1°35: 27•
33, · D< ,.;¡,..,,de \ 'od<r-. ,, J. Gtau.&.T, •l:«éim ncc-. a.c.. )07.
L \.
-
74 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.4 TEOLOOIA DEL CORAZÓN DE CRISTO 75

Padre es preci$3menre la de rri-e!Aru a sí mismo en las pala- el símbolo del amor, del afecto. La fórmula ·el Hijo único, que
bras del Hijo; por otra parte, ;i C>tas palabras de Jesús son escá en el seno del Padre• describe, pues, la vida filial de Jesús,
reveladoras, C> porque •el Padre permanece en él•, porque su condición de Hijo unigénito, hecho de obediencia al Padre
enrre ellos hay una relación de Padre e Hijo. De C>te modo, y de <LmOr recíproco hacia el Padre.
la misteriosa re,puesta dada a h:lipe adquiere pleno senrido: Pero, como demuC\tra el texto incluido entre el comienzo
•Quien me ha visto a mí ha visto al Padreo, uno de los textos y el final del prólogo. e>te comportamiento humano de Jesu-
más densos dd cuarto evangelio. ü evidenre que para ver al crisco anre el Padre e> la expr.-,,ión histórica, la imagen terre-
Padre no b:L<ta con ver a Jesús con los ojos dd cuerpo. E.seo na, de lo que era la actitud del Verbo ante el mismo Dios en la
es posible solo para la mirada que pa~ a <er contcmpladón, vida divina: •el Verbo estaba 1·u~lro /1,1Cia Dios• (v.1-2; cf. 1 Jn
para la mirada que, desde la apariencia exterior del hombre 1,2); del mismo modo. en los días del Verbo hecho carne, •el
Jesús, sabe ir mjs allá, pJra de,cubrir la realidad interior, el Hijo único estaba t'Ue!to hadad <eno del Padre• (v.18). El
misterio del Hijo pre,cnte en él: quien ve así a Jci¡ús, quien mocivo es que él •lo ha dado a conocer•: la vida filial de Jesús
descubre en él al Hijo único, ve en él al Padre. La presencia era la manifestación aquí. en la tierra, de la vida trinitaria del
y la acción del Padre en él explican por qué Jesús no habla Verbo en Dios.
por cuenra propia, por qué obedece al Padre en la acción de Ahora aparece de modo claro qué consecuencias tiene
revelar: el principio profundo de ;us palabras es el Padre que esto para nuesrro tema dd cora16n y de la conciencia huma-
actúa en él, el Hijo. na de Jesús: su vid;1 profunda, hecha de obediencia al Padre
Se pueden hacer comideraciones similares a propósito del y de amor al Padre, era la expresión humana, la imagen perfec-
versículo final del prólogo (Jn l, 18) w'. Desgraciadamente esta- ta, de su vida divina, es decir, de la vid;1 dd Hijo eternamenre
mos demasiado acostumbrados al texto dt la Vulgaca: "···qui •vuelco hacia el Padre• (l Jn 1,2).
esr in sinu Parris, ipsc enarravi•. Entonces pensamos inevi-
cablemence en la vida trinitaria del Verbo, en el plano de la Los Padres tb la lgksia. L.1 idea del estrecho vínculo cnrre la
erernidad. Pero la preposición eis tiene un sentido dinámico: obediencia de Jesús y su filiación la volvemos a enconrrar más
•escá hacút el seno del Padre•. Juan nos sitúa aquí en el plano veces en la tradición patrística.
histórico, el de la misión reveladora de jesús; ad lo indicaba
el ver.ícU:lo anterior: •l.a ley se dio por medio de Moisés, la l. Veamos primero la nueva explicación propuesta por
gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo• Máximo el Confesor para la oración de Jesús en Gccsemaní:
(J, 17). Para exponer de forma sinrétie:t la revelación que Jesús •No se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres• (Mt 26,
nos rrae, el evangelista escri~ al final: ·El 1iijo único, qu~ e>tlÍ 39) ''. En el siglo vn, la tradición monofisita •e expresaba a
m el smo del Padre, <-S quien lo ha dado a conocer•. La palabra través de form:LS nuevas, el monotelismo y el monenergismo
•seno• (!to/pos) no designa un órga,no femenino, sino, más en bizantino; este reconoda en Crino <010 la acción y la voluntad
general, la parte superior del cuerpo hummo (cf. Jn 13,23). Es dh·ina. En la oración de Gecsemaní, b. sumisión de Crino a
la volunrad del Padre se entendía únicamente como expresión
,. P.,. .W d=U.. oobn: la~ de Jn 1, 18, <f. l . " ' u Porruu. ú de su voluntad dit•ina, que posee en común con el Padre y
lmti, l. o.e., 211-240. Pan cru IJ>t<rpmxión el.ad. m 1981. vale lo quc hanos
apljc.Jo en la noa cid<. I fo un mudio m.ú n:donr<, ¡>mmttmos wu cxignü
dikrtnt~ dr CR< wnkulo. " \C- d aru<lio fund.mcntal de E·M. Uthcl. d..do en la noca 19.
' 76 EL MISTERIO DEL COWÓN TRASPASADO C.• . TEOLOGIA DEL CORAZÓN DE CRISTO 77

con d Espíritu. El papel de la humanidad de Jesús en la obra lut. los aspectos fundamentales, humano y divino, señalados
de la salvación práctic.imente venía eliminado. Hoy, ob;erva en el evangelio: Jesús >e muescra allí pcrfec:tamence sometido
M. J. Le Guillou, h.i.y una tendencia a la difmión de •Un nuevo a la voluncad de Dios, pero se mantiene en una accicud filial
monotelismo•· ~, pero que consiste ex;actamente en lo contra· hacia aquel al que en su oración llama .Abbá, Padre• {)'.le
río que el anciguo, porque, en la actitud de Jesús en la pasión, 14,36). Este análisi. de Máximo se puede aplicar a coda la
muchos aurore; no ven más que el comportamiento valiente vida terrena de Jesús, a toda la economía de la encarnación.
de un hombre ante l;1 muerte; esta actirnd simplemente hu- Nos permite descubrir un aspecto esencial de la conciencia
mana puede ser, sin duda, un ejemplo en el plano moral, pero humana de Jesús: •Toda /.a especificidad personal del Hijo se
deja de tener un alcance salvífico de c:u·.i a la salvación de los ha convertido y está lontenida en la existencia, el corazón y el
hombres. alma del hombrr }mis•". De ahí la imponancia de este estu·
Máximo el Confc>0r se empeñó en demoscrar, por una dio del modo filial de cxisrir en Jesfu para profundizar en la
parre, que el •fiat• en la agonía fue el acto supremo de la Ji. teología del Corazón de Cristo.
berrad humana de Jesús, pero, por otra parte, que esta vo·
lumad plenamente humana era también l.1 del H ijo de D ios. 2. Examinaremos más rápidamente los cexcos de otros
Como dice Le Guillou, •lo que el libre consentimiento, el dos padres, san Cirilo de Alejandría e l lilario de Poiciers, no
"fiat" de Jesús en Get<emaní, revelaba a M.iximo era que nun· porque sean menos imporrantes, sino porque son más fácilc;
rra s.tlt•ación habút 1ido dneada humanamente por una Pmona de comprender. Tanto uno como otro prolongan y explican la
divina•" . Máximo di.ringue en Cristo entre la crc:alidad esen- línea de pensamiento de Juan.
cial de la naturaiaA (ÚJgos tis physros)• y el •modo pmonal de Cuando llega a la interpretación de Jn 5,19: •El Hijo no
l-Xistir (tropos lis hyparxefJs)•. La obediencia de Jesús en Getse· puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre•,
maní era plenamente humana según la «realidad esencial• de san Cirilo comenta así esca profesión de obediencia de Jesús:
su vol untad humana (y así era igual a l.i de los demás hom- •I:.n todo yo cumplo sus obras, dado que yo soy por él {exsistms
bres), pero ejercía sobre un •modo personal• inexpresable, por n: 1pw)._.,. Debido al hecho de que Jesús es el Hijo eternamen·
13 unión perfecca de su volunrad con la voluntad del Padre, re engendrado por el P~drc, codas sus accione; son expresión
unión que era la expre-.ión de su accirud de Hijo 60• de lo que hace el Padre.
El leoguaje de M.í.ximo, no se puede negar, es dificil y abs- Reffexiones análogas hallamos en el mundo lacino de Hila-
trano. Era algo probablemente inevitable para aquella época. tio, en pleno contexto de combate contra los arrianos. Aunque
Pero no podemos dejar de admirar la exactitud y la profundi- tenga la misma sustancia que el Padre, nos explica el obispo
dad de su interpretación de la agonía; de ella h.in salido a la de Poitiers, el Hijo •está somecido al Padre como a su autor••':
autor no en el sentido de creador (Dio' es el creador de la
humanidad de Cristo) , síno en el sentido de principio (arr:ht),
" M. J. la Guiuou, ·l'téf~. cn F ·\lltrnu., oThiologi<-. ..c.. 7.
,, lhíd. 6. o decir, de lo que el Padre es para el Hijo: el Padre engendra
\h igualm<ntc d imporun1< 1tah.i¡o d< J. M CAUJCl't>. Mttrim' k C.efn·
Jntr. !.A rhdnrt. 11wnirfÍi&'"' tlt 11"1mm,(Puís 1976} lJ.l, nota 1S: •laobcdjcnd.1
libre de (~risco al Padre oonto Siervo sufri!'ntc se ennlza en la fili01.ci6n hi ...-ponáti· •1 J. M. GAJUUGltf.~ M1tx1tnt k Conftsstur, o.e. . 171. 1.a tursiva ~nuestra.
e.a•: F. H f:IN1f.R. •Gotees 5ohn al!J ~fl!'nsch. Die Struktur Jt1 ~1cnschsc-ins ChrUti " In /1H1n.. h.L: PG "3.35')[)
bc:i t\1a,imu~ Conftuor•: P11,.,,,Jam 26 (Fribu.rgo J980) u •Patri <0b1cctW ese ut <1u...1ori•. Dt syPUJJU. p.69: PL 10,'5268.
' ,
78 EL MISTUIO DEL CORAZÓN 'IAASPASADQ e• . TEOLOGÍA DEL CORAZÓN DE CRISTO 79

eternamente al Hijo. F.n esta generación divina de él como misión sobrenatural, un hombre plenamente disponible en las
Hijo se fundamenta la obediencia humana de Jesús&<. manos del Padre 67• He aquí lo m.is profundo en (1: vivía siem-
En la vida rriniraria, podemo> dtxir que •da.-. corresponde pre vi«lto hacia ,¡ Padrr. Y los primeros crisrianos entendieron
al Padre y •recibir• es propio del Hijo. En este semido, el Joús muy bien que precisamente en oto 1>e revelaba t'omo Hijo. La
joánico podía afirmar: ·El Padre t"> mayor que yo• (Jn 14,28) criscología contemporánea ~tá descubriendo precisamente esre
Este versículo fue ampliamente di'>Cutido por los Padres'·. Se- aspecto ...
gún la mejor imerpreración antigua, es precho entenderlo de Para terminar, recordemo> también aquí las letanías del
esca forma: la •inferioridad• del Hijo no vale solo para el hom- Sagrado Corazón. Pero esta va conviene comparar dos invo-
bre Jesús. en su relación con Dios. >ino que <e da igualmente caciones" • • Corazón de Jesús. obediente ha\ia la muerte•: esca
en el mismo Dios respecto a Cri,to en su calid.1d de Hijo; así invocación de la rercera parte, in>piraJa en Flp 2.8, resume
se explica Fausrino: .Aunque. en cuanto Dios. el Hijo es igual la obra de salvación rcali1.1da por Cri1to, pero se queda en el
al Padre. sin embargo, en cuanto Hijo. es inferior al Padre, plano de la economía <alvífica. D~e el punto de vista de la
porque el Hijo recibe su origen del PJdrc- 66• teología, esca descripdón de 1.1 obediencia del Siervo debe ex-
plicarse ulreriormente a la lu1.. de la invocación del comienzo:
•Corazón de Jesús. Hijo del eterno Padre•. Si d Corazón de
c) Conclusión Jesús era obediente ha~ta la muerte, <e debi.i al hecho de que
era el Corazón del Hijo.
Esca segunda ecapa de nuestro e>tudio es más imporcan-
ce que la primera. Ya hemos visto dos grandes paradojas del " H. U. VON AAt 1 ttA\All. .. Dl.\ S<lbnbeww~t~ln Jnu•. J.c.. 38: •Kcin ;indcrt"r
misterio de )est'.1s: su obediencia perfocca al Padre y su filiación ~1cri~h wei~ ~ich mh ieincr Ubcornarlir1i(,hcn .Xndun~ IJcntbt..h ..• Alxr Kin mc:n..
schlichn Ich ... ah ídcnÜ-'i<.:h wiurn n1if cinctn un vollcn Sl1\n gOulkhcn Auftrag;
divina. Pero Juan y lo5 Padre5 nos ayud.lil a comprender que dics waf( cint Audegung t.lrr l·hri~tolog:i~hcn ltnl'nd dea Aquin;itcn, dau die Sen..
la primera se explica con la segunda y se enraíza en ella. Des- dung (mi11io) de, Sohncs nur die in die '«'ch hincio crfolp.tc VcrlAngcrung scincs
cubrimos aquí un aspecto capirnl, sin duda el fundamental, C"Wigt"n Ausgan~ (pro(t»IO) au.~ dc1n V.uer i\t•. Ver un1bitn. dd mi\mo autor. La
de la conciencia humana de Jesús: él vivió como un hombre ji!I "" Chrtst Ü•'f appro.hN chriw/,.x1quri (1'>1 r., 1%8) 29· \0.
" Cí J. (~UlLLl!T, •l.'()htiu;tncc•, ~.<., ·' 10~ ·1.n jdou.. l.a oh«l~nci;i dd hombre,
encerameme entregado a Dios, un hombre identificado con su con todo lo que nro implic.a de ow.uríd.ac.l y de iumiiión c•tt""rivr, ei lo que uadu~
y ,,.,..Jan plnurwlla c:kpendcl\IJa ~llmt-dt1.11 del /fijo vi·•lcntc m.ntc al Paárr l qLK"
recibe die ti todo lo q\1ie d C\- La obNjrnc.i.i ¡J h<1mhrt', Njo •u' fornw mh ~.
... Cf. L. C1c;,..·cw , • l'ntgn:i d1 Uiov.inn¡ 1'4.28 ncU.a Galli.i dd ~olo rv•: St rnis 1nhum.an;u., fue pua jctW d m«lto prcJaun.ado ¡ura m'fJ,,,r ~"' .,,.., tk Hijo
Bibl F..oc. LA 24 (1914) .U•J.~58 (.00,,,oan Hol>rh .l30·.H-i): •Üt> d<p<ndcn- }'O,.,.¡ P.drr• i la cun1vi C'$ n!Jtj1ra). \'cr aobn: todo ate puaj<- apüJJ de\\'- KA..s.ru..
c:ia $C' basa c-n b filiac..10n )' K n.praa con la "pictu•, ta "'oble'qucb·. la ·suhiC\.tio•, ¡mu. o.e.• 164: ..Aii.~ c.:on tu oh..."<litl\4-1.a r-.lol. JCMU o qdi(1t ohtimr radicalmc:otc
la ·oboed.imtía·•.. •. Igw.lmci11t· I~ \Mtn.DUJ. ú MmíJy rrtJtiUJtr di' S. Hiltlirr "'orig<n ck !).,. y pnttn«< r.JiQJmrnrc 1 º""" ~J nu a nad.t P"' si mismo,""°
M A.tun (Ronu 19·4-0 130·1.\l:o l>.ado ~"" d Hiio m:ibe dd l'adi< IOdo lo qur todo por Dooo y pon o.,., Ad, 8 es rnrn1mrn1< fQun• profunJ. y ...Ja por d
cs. d<p<nd< el< d y 1< I O - t a 8 'º""'al principio Je IU propia Ptt.o111, d< su amo< ck Dooo que ,. comurua . l'm> d he.hu ck que Jesús a1l 1wlu lwW ti lttJ,r
,'Ofunud y ck <u obru. Lo mhicln dd l!iio de l'>.os AJrg< el< au dcpcndcnc;a que "'pon< mtu'2lmnuc que d r.d« csú ...,¡,,, lttlN Jmb y,. comunique oon 8. Lo
o 1n1crior • di<t.. mWón y qur ya fu< l'IWliícsu.U m lkmpco d< la cttaó6n del
mundo-. aisrologú -<riof que .J alpu • Jmb - n Hijo no a nad.t mi> que 11 aplica-
ción y 11 tnJucdóo de lo que "' ncondc m 11 ~fililJ1 ¡,, ~ fthJ ck
., \~r't-i . .Sl.Mo't m . •Giovumi 14.28 ndb conuovtnb atian.a.-: K,,W.k.11. 1 }csús Lo que jestB vivla anca Je 11 Pascu:a 6ndamm1< R mlnifc>t6 después Je 11
FS. J. Qua.ten ~fonmt l~l!O) l~J.161 ; á. wnbim 11noo64.
l\ucua m ttnniocc d< omolopoo (au·1ivu '"'•""'').
.. hvsnso, [), ln~i-. 31: CC.:I. 69•.ll9: dudo por .\! , 50<asm1, ,e;.,_ • V<- d comrnurio blbli<o el< w laanW. de R. Gvnwiu.u. .\'om b1bl,..
"<U1ní t 4 .28 ndb con~ni.l .anana... a.c•• 160.
chfti•, LC., 222 f 242-24} .
\.

80 EL MISTERIO DEL COR.\ZÓN TRASPASADO C.~ TEOLOGIA DEL COWÓN DE CRISTO 81

4. La conciencia filial de Jesús da perfecta era una ac1irnd de su 11<1111rakza humana 11 , era
~u comportamiento como criatura, como siervo, y por tanto,

Podría decirse que el tema de esca ultima parte ya lo hemos una consecuencia de la encarnación. Sin embargo, la actitud
tratado, porque acibamos de hablar de la filiación de Jesús re- filial de Jesús ame el Padre lo com1imia propiameme Hijo de
velada por su obediencia al Padre. Sin embargo, la actitud filial Dios. Es algo notable que lo, evangelios nos muestren en el
de Jesús aparece allí «>lo de forma indirecta, a través de <u obe- hombre Je>U> cida una de csta' dos actitudes: tanto la obe-
diencia; era un descubrimiento, hecho por los cristianos, de <lícncia como la actitud filial. Adcm.1., la segunda no es sim-
lo que dicha obediencia impliaba; era, pues, el fruto de una plemenre una imerpreración teológica de la primera, realizada
segunda lcccura. fa n«nario ahora d;u un paso más y tratar en la Iglesia primith':l. La conciencia filial de Jesús se puede
de descubrirla en si misma, para llegar a lo más profundo del captar directamente en sí misma. y no wlamente por medio
corazón humano del Hijo de Dios. Para captar la diferencia de su obediencia: era el punto central de la experiencia pro-
entre la obediencia de Jesus y su filiación, hay que recordar ftinda del Jesús histórico. Es lo que es prcdso mos1rar ahora.
el texto de Heb 5,8: •Aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, Pero dada la amplitud de la m.11eria, hemos de comentarnos
a obedecer•, y el maravilloso comen1ario a este tc:xto del car- con un simple csbozo.
denal Newman "'· Según es1e texto, la filiación es amerior a
la obediencia. Rigurosamenlc hablando, solo el hombre Jesús
ha vivido en un sometimiemo 101al al Padre; esta obedien- a) El rírulo •Hijo de Dio1•
Detengámonos algunos insrnnccs en las confesiones de fe
;>O J. ll, StWMAS, •lhc Hu1n1li.ition of thc l•'tcrnal ~01111, en I'affKhulÍ aná
de la Iglesia prim itiva, para conocer el lugar preferente que allí
Platn ..Wmons, Jll (1 ondre~ J89.H ll>3; dt.1do por M.-V. l.11tov. +Bullcun dcchris- 'e le daba al cículo de Hijo de Dio> '. Así es como se expresa
tologic•: Rlhom 76 (197(>) 628, nuc.1 16: •l..:i ol'l«licnd;& Cli propia dd o;ervidor.
ptro el .1cuerJo, l;i c:ontribud6n, la coopcr.tdón wn 1,;arac..tcrbitit:as de un hijo. En
l'ablo en Gál 2,20: •Yo vivo en laft del Hijo de Dio1, que me
su ttcrna unión con l)io'¡;, no h;i,h'a dilllin1.i611 Je ..-olunl.t<l y ;.1.cci6n entre: el Padre .1mó y se entregó por mí•. Observamos en este texto el estre-
y ~I: corno la vid.:. <lcl Padtt (fa la vid;\ dd Hijo. t iguaJn)ente la ilona dd Padre cho vinculo entre la filiación de Cristo, su amor a los hombres
C'ra la g.lorla dd Hijo, uí el Hijo tr-.t 1.a ~lahr.a n1i,1n.11 y l<1 ~biJurla Jd l)adrc:, su
futn.a y s-u mi1us1ro IKual tn 1oJ.u Ju «~J. d mi,n1n y, ''" tmbargo, d.U.tinto a ~J.
y su oblación salvífica. A propósi10 de la encirnación, Pablo
Pe-ro tn los dlas dt su <"nc.arna(ión, t:uancfo fut hun1ill.1do h.1\ta la.fo,,,._ M JltrvO. c>cribe un poco más ddda111e: •Envió Dios a 1u Hijo ... para
mmando tobtt si un.a voiunuJ dl)HlltJ y una Ktlón Ji,tínt.a, y dopuá la ptna y que recibiéramos la adopción filial• (Gál 4,4-5). Para Pablo,
d wfrimicnro 1nhtttn1es 1 Ja criacur.a . C'ntorxtt lo quC" h.ahl.t sido una ~lmplt oon~
rrihucMln puó a kt obc-dit1Kfa.. A.si t1 la fUena dt' la. p.alahr.u: A ¡;n.r tk ~" J.ijo. la filiación divina de Jesús es tan importante que utiliza, en
•¡rrrU1í • oÑJHff". tJ argó ~,¡con una narurala.a inttrior y k oompromnló todas sus carcas, esca misma fórmula: •el Pad" de nuesrro Se-
con C"lla para alanur un.a vofunud nW alu y rrW ptrft<u•. ü torprc:nc:kruc wr ñor Jesucristo• (Rom 15.6; 2 Cor 1,3; 11,31; f j 1.3; Col 1,3).
hau quó rumo 1'cwman.... alim<nudo dd splriru d< los Padres. .. .erra
aqui, indU>O en w l"bbm. a tu obonvadones Jo Málmo d Ü>nfaor. Puo con
una d.iftttncb:.- ~n conüdmi b •con1ribuci6n• como la caraadiidca de un r fa l'f"'Ü'O Ju la ruJn a M.-\', liaoY, ollullrnn de: chrütologk>. a.c., 627-
hijo (pon Cristo. ~ IRQ •m~•= do la rida cid 1u;o ... OiM); Mhimo. por d 628. cu.ando d.ia que lncunttÍ&mo5 tn un antropomorfismo aca.1vo al h.ahlar
ainrnoo habla do dio para J<sú• m •u condición clt ~krm m c.--.¡, ai.tla de: una obo.!Jmd~ di.in> Jd llljo. como hacen alpmos ttólogo¡ rm<ntn (p. <j.
un -...tdo p<rfc<11)> mm AJ ....!untad hunwta 7 la >duntad divlr>a; á. d canon P. SmulJa>. J. nou 64);" opon< amo •la lumln""' op<>lkión> do J, ll. :-;.,...
1o cid Concilio l.at<ranms< ((,.\9), mbcudo por ,\ÚX!M<~ ..iu.. ...,, ........... . m.a.n qtK hanos c.it.ldo.
cohatmlrtt uruw (l}"'t,/j61 "'1#.W....J-, O\ ~ 1O; f ,,M . 1#no 1 . • 1~. a.c. El mtjor ntuJio m:lcn~ tOlm cm 1rnu ad de M. llL'Gll.)mo. ¡.¡¡, ,¡,,
92-93y n. H . Dinl <Pan. 19m . mducido cid alemán por .A. 1~·
'82 El MISTUtlO DEL COAAZÓN TRASPASADO C' TIOl.OGiA OEl COWÓN DE CRISTO 83

Dios es d Padre de iodos los hombres, pero lo es de una forma Se puede, en fin, considerar como cierto que Jesú• hablaba
única n:spcc10 a Crisro; y la finalidad de la l'C\·elación de cs1a de Dios como de su Paán en un senrido único. Sobre todo
filiación única de Jesús es darnos la posibilidad de participar hay que scnalar que en los cuarro evangelios Jesús distingue
en ella. como hijo> adoptivos. siempre entre •mi Padre• y •vuestro Padre.''. Uno• cuantos
En la 1eologfa joánica, es1os temas adquieren aún má.~ versículos después, Mateo utiliza las dos fórmulas: • Vtmtro
importancia. Juan escribe su evangelio para que creamos Padre que eml en los ciclos• (Me 7, l l) y ·Mi Padrt que es1á en
•que Jesús es el Cristo, el Hijo de Di01• Un 20,31; cf. 1 Jn los cielos• (7,21 ). Esta distinción es aún más sorprendente en
5, 13). Para Juan. el tírulo más característico de Dios es el de las palabras que dirige Jesús a María de Magdala el día de la re-
Padre, como lo demuestra la extraordinaria frecuencia de la surrección: •Subo al Paán mio y Padre vuestro, hacia mi Dios y
palabra paur en sus escritos»; correlativamente, Jes(as es para vucs1ro Dios• Un 20.17). Del mismo modo, en su oración, Je-
él el Hijo de Dios 74 , o mejor aún, •el Hijo unigénito•, tf1ulo sús urilil.1 para dirigirse a Dios una fórmula sin preccdenics en
que solo emplea Juan para Jesús en el Nuevo ·res1amen10 Un toda la devoción judía: ·Abbáo, mi Padn (Me 14.36). Y este
1,14.18: 3.16.18; IJn 4,9). En 2 Jn 3, Juan supo expre..ar lo empleo sorprendía de tal manera a las primeras comunidades
esencial de esta 1eología: ·Dios Paán y Je>ucristo, ti Hijo MI cristianas que Pablo pide a los creyentes que repiran tal cual
Paán•. esca palabra aramea de Jesús en sus oraciones para que, con la
acción del f....pírí1u del Hijo, también ellos puedan llegar a ser
hijos de Dio• (Gál 4,6; Rom 8,15). Si Jesús considera a Dios
b) El origen tkl rítuw: la concimria filial M }tsús como Padre, e• porque a la vez él se siente como su Hijo. Es
probable que él no se llamara a sí mismo Hijo dt Dios. Pero en
Ahora es preciso superar el empleo cristiano del título otros pasajes él se define, en semido absolmo, como •ti Hijo•
•Hijo de Dios», porque este indica ciertamente la prerrogativa (Me 11 ,25-27 par; 2 1,37.38 par; cf. 24,36 par).
esencial de Cristo, pero no dice nada de su conciencia. Pre- El primero de cs1os 1excos, el himno del júbilo, nos per-
guntJrse sobre b realidad existencial de la conciencia filial de mile comprender mejor lo que debía ser la conciencia filial
Jesús no puede tener sentido sino en el plano del Jesús concre- de Jesús 77• Cuando él dice: •Todo me ha sido encrcgado por
to de la historia. Recientes esrudios mue<1ran que d origen del mi Paán• (M1 l l ,27a), se auibuye a sí mismo l.i soberanía
empleo·pospascual del tirulo • Hijo de Dios• hay que buscarlo universal que de,cribfa Daniel (7.44); esca soberanía consis1c
precisamenie en esa conciencia filial de Jesús. en el cur>o de su aquí en que poi.ce los secrc1os de Dios, pero también en que
vida 1errena.. Aquí escin sus datos esenciales". tiene el derecho y la misión de revelarlos. •Hablando de esta
manera --escribe W. Marchel-, Jesús manifiesta .\U concien-
" Ht aquí lu m¡....1iv» f=uencias el< esta pabb,.. m loo <WIJO tvingdioc
64·18-~f>.1'7Carm jolll!á>c 18). " •Mrl'odtt>: ~117.21: 10.12-H: 11.27(= 1..c I0.22h 12.~0: 16.17; 2Cdq.42: L:
,. 'Ilmh1tn •qui dAmoi las frecuencias: JJ48-/0 (aru\ fo~ni~ J6J. 2.49:22.2?: 24.49;Jn \.17.43 :6.U.40:8.19.49.54: 10.18.2S.29.J7; 1•.7.20.21.ll:
" \'foc. ~·br< iodo, W M.w:HEL. A6ba. Pm' LA pnm "• Chmt rt Jn rl>1'· 15.l.8.ls.23.24: 20,17. ,\;.,.,,.. l'adrt>: M1 5,16.45·•8: 6.1.814.15.26.12: 7, 11;
ttnrJ (Rom.t 1963, 11971); J. }EllEMlAS, Abb11. Untmuch""l'n zur nnttnt11mmr~ Me 11.25.26: I< 6.'16: 11,47.·18: 12.30.32:Jn 20,17 (únioo <i<ntplo c11 Ju•n). füa
úrhrn 7~1o¡u und /~11v1"11«h1r (Gotinga 1966) l 'S·67; lo., /\lN1tf'lf11mt'ntluhr singularidad dr la filiJdón de: jesús se subraya cn Jn 5.18: .JJ.unah.a a 01os Patlrr
11NoW,.1t. 1: Dir l'rr1mnJ1t"t1tf11u (Gütersloh 1971) 67-n: M. lhNGrt.]hus, suyo. h;i.d~ndo~c igllal a Dios•.
o.e., JQl .. 109; csccúltimoacribc: •Su relación ..6Jü.l.. con Dio..\ n l. J l;a vtrJader.t " P.1r:i. el con1c:nrano del hjmno dd júbilo, cf. W..h.1A1tc..1H l , Ab/Jt1, o.e., (J 197 l)
,..¡z de <>t< lfiulo p<l•p.i«u•I• (pp.104-105). 139~ 167: n()M)l~ n<\4 in,piramos en ¡xtnc en éL
'
8-t EL MJSTERIO DEL COWÓN TAASl'ASAOO C.~ , TEOLOGiA DEL COWÓN 0E Ct1JSTO 85

cía de ser el rey del reino•'"'· La continuación del ,.e,.,,ículo Pcm tu localiudón (... )es la unidad dd P.1dre ydd Híjo, la
deja ver cu;il e• el objero de esta revelación: es el misterio consu.tancialidad de la Trinidad 11 •
de la vida del Pad" y del Hijo. El Padre conoce al ! lijo y el
Hijo conoce al Padre; este conocimiento mucuo es perfecto, Se impone ahora hacer una úlrima observación. Fn los
exclusivo, único, pero el Hijo puede revelar este m1\terio. FJ diferentes textos que hemos citado, la relación con el Padre
conocimiento perfecto de Jesús es evidentemente consecuen- no es la del Verbo en Dios en el plano exclusivamente rrini-
cia de su filiación divina. En efecto, como Hijo que es, Jesús tario, sino l.1 del hombre Jesús. En esto precisamente consiste
conoct> a aquel que es su Pad". su misterio: él, Jesús, es el Hijo único; quien habla y actúa en
Algunos textos de Juan permiten determinar mejor cuál él es el Hijo del Padre; él nos revela que es el Hijo, el Verbo
es la fuente de este conocimiento del Hijo 7": •El Padre y yo orientado hacia Dios, y que el Padre está en él. Vemos, pues,
somos uno• Un 10,30; cf. 17,11.22); cxutc cnue ellos una la irnponancia absolutamente central de esta conciencia hu-
inmanencia recíproca: •Yo lo conozco (tg~ orda autón), porque mana que Jcsú.' tenía de su yo divino". o digámoslo mejor,
procedo de él• (7,29; cf. 8.55; 17,25). de la concicnda de <er el Hijo de Dios: esta concic:nci.i es el
Se puede decir, sin caer en la más mínima cx.igeración, que centro de la sagrada humanidad de Jesús. Como decía Un von
la relación filial enrre Jesús y el Padre era el centro de gravedad Balth.1"1r, a propósito de Blondel y de su di.ílogo frusrrado
de la cristología '°. Toda la vida de Jesús está orientada hacia con Loisy: a parcir únicamente de la objetividad hisrórica abs-
el Padre. Esto es lo que principalmente Juan nos emc1ia en el rracra - a partir de una lecrura hori1.0nralísta del evangelio,
maravilloso final del prólogo (ya citado), donde reúne en po· añadimos nosotros- será •siempre imposible arricsgaC'e a dar
cas palabras lo esencial de su visión sobre el misterio de Cristo: el salto al misterio de la conciencia que Cristo tenía de d mis-
•El Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha mo. de la que nace la fe de la Iglesia• 31• El mis1erio de la con-
dado a conocer• ( l, 18). ciencia de jesús, el misrerio del Corazón de Cristo, solo puede
Ll misterio profundo de esca relación de Jesús con el Padre, ser descubierco por el cristiano que posee la fe en su cora11>n.
y de la inhabiración del Padre en él y de Jesús en el Padre, fue
admirablemente recordado, en un sentido espirim.tl y rrinira-
rio, por Guillermo de Saint-Thierry. Este autor, amigo de san e) La proúmgadón de Calcedonia
lkrn.udo, explica la pregunta de los primeros discípulos en
Jn 1,38, •Domine, ubi habitas?•, con este comentario: Decíamos al comienzo que una de las exigencias mis im-
portante:> de la crisrología contemporánea es la de superar Cal-
Oh Vcnbd, rnponde, te lo ruego. ~bcmo. ¿dónde ,.¡.
ves? • Ven, dice ~l. y mira. ¡No crees que yo otoy en d Padre
ª1 e; DI! ~A.IST..'l"tutl•Y, ·Oralio-. en LA an~illl. La mism.a fórmula~
y que el r.dre está en mí?•. Gracias a ti, Sciior (... J. hemo. r«oe;< <n M , J, l.t· (;nuov, Cn•t 'f"• .,,,,., J;,;/Jn.rs, 11.,,.,..., ((",.rf. ruh 1971 )
enconrr.tdo tu lugar. Tu lugar a tu Padrr;_y m.is atin, rl lugar 202; ·· U licu de Jcsut. c;: C<11 le PCrc•. Cf. tambiCn Mri nó' or .\.\1t1H _, , Pm P11uh4.
0

dr NI l'adrr rm tú. En este lugar, por tanto, e>t.is loc"1iudo. 822; SCh 1B.126: .(.111.,,,• ..t Pult< y es lle"ado por d PaJt<>.
" C:.f. J. 01:. F1NANCT, C1t")t'n tk tkux monlks.. ÚI pla« dt /'hommt d.nu la rr/11
hon (Ron1J.· P·.irh l 980) 299, not.a 48; remitt para Olt problema .1 la •tx,dcnte
" lbíd .• 159 obrit;i• Je J. ~1AaJTAIN, Dt In p-Jre, o.e.• en la nota 11 .
,, lbíJ . 162. " l I. U. voN RA1.T11A-UI. Lt <omplcct 11.ntu'#.111iJ.in (París l')'.76) 90 {1rad. t3p. El
• (;, ~1AIU 'Ht. \I , ~La COkitnt.a•, a.c.• 437-442. complfJO 4ntu•1ftm.I"° (RAC. Madrid 1981)].
\

86 EL MJSTERIO DEL COAAZON TWI'~ C. 4 , TEOLOGÍA DEL COl!AZÓN DE CRISTO 87

ccdonia y traducir 5U definición metafisíca en términos histó- dívino: en cftcto, la nanuala.a, unida sin mezcla a la na-
rico>. Muchos teólogos han uabajado en es1a linea, pero hay tural=, la pmm11 compktammu (tit' hoto" pmlud.Orikt};
sobre codo Jo, que han imcnrado determinar 1córicamente nada cn esta csd al margc:n dc la acción dc aquella, nada
cómo debe hacerse dicha superación. e>t~ sepando de la divinidad, quc atá unida a él según la
B. Welu de>taca que la labor teológica de hoy consi>te en nac u raleza (kath' hypó stasin)"-
mostrar la dimensión histórica de la unión hiposdtica y el
escrecho vinculo entre lo hiscórico y lo que solo en aparien- Y Hünermann comenta:
cia es sobrehisiórico en el dogma de Calcedonia"'.
P Hünem1ann recoge escas ideas y las desarrolla, ~plicán­ Por canto, prolongando la criscologfa calccdoniana, la
acción concreta de Jesús es caracteriiada como ámbíco de la
dolas de forma más directa al cerna que tratamos: la filiación
revelación ..., y a la inversa, la acción de Dio• se manifiesca
divina de Jesi'.1s 0 .
como el ámbico de la revelación dc lo humano, dc lo que e>
Lu ires etapas de su estudio son: a) Cristo po~c una mis- plenamente humano 11•
ma naturalC'u con nosotros en el tiempo. Elementos de \Olu-
ción parad problema del tiempo y de la bhtoria en la cristo- Vcamo> ahora otra definición, muy densa, de la pericórc-
logía; b) La unión hipostática en d tiempo y en la historia; sis, la de Juan Dam:L=no:
e) Reffexiono sobre el cerna teológico: •Hijo de Dios en el
tiempo • hombre verdaderamente humano•. Las naturalezas de CriSto están unidas sin me1.cla sq¡ún
El autor propone prolongar Calcedonia, dando pleno va· la hipóuasis; [... ) ellas poseen una mterptnflrarión rtripro-
lor a la idea de •pericóresis• (penetración en la voluntad y en la ca (tn a/Ulais perichómin), [... ) pero canto un~ como otra
acción humanas de Cristo de su voluntad y su acción divinas); mancitncn la d iferencia de su propia na1uraleia".
esta idea, rccordémoslo, había sido elaborada en los siglos VII y
VTJJ por Máximo el Confesor y juan Damasceno, con ocasión Hünermann señala con cazón que esta concepción de la
de la controversia monotelita 86 • He aquí dos textos esenciales. pericóresis hacía progresar enormemente la cristología""· Sin
El primero es de Máximo: embargo, esca rambién tenía sus Hmites, porque la acción divi-
na en la naturaleza humana se concebía de un modo puntual,
Mi~ allí de la condición humana, él (Cri>co) realiu instantáneo, abstracto. Esta concepción debe ser ampliada a
codo lo qu~ es humano, manifesc.tndo la escm;ha unión ... y su vez por el csfuerw de integrar en la acción humana de jesús
la concum:nda pcrfttU de la acción hunwu con el pod~ los acontc:cimiencos concretos de su vida rerrc:na, con todo
el auténtico devenir y dnarroUo que dichos acontecimientos
.. B. Wurr. •lf<>1noousioi hemin. Gcdankm wm \~rnlndnU und 1ur th('()-o implican. F.I autor propone, pues, ver la historia de Jesucristo
logbc.hm P1oblctttatak dt1 lü1egorlen von Chalkedon•, ~ V., Ai1U1/ wir Ch.fh... como el acontecimiento (el devenir) de la unión hipostática:
"4ti. «!. d< C:rlllmdtr y H . B.ch1(Wunburgo19S~) Sl·80.
n P Ht..,f.aMANN, .(;orcH Sohn in der i"...cit. é.nN·urf tina fkgr1fts•, t"n •Die Geschichce Jcsu Chrisci als Geschehen hypostatischcr
Gruuf"'!!n ,¡,, (.J.n.1ok,,.1t '""'" «l. do L. Schdfayk (Hcrd<r 1?7Sl 114-140.
"' Un.;i wt mk, 'IC ob'lcrvará lo actual que raulu. el pcn~n1icnto cwlógico de ,. Ambtl""• 112: re 91, 1OS38.
Máximo el Cunfn.c.,r, que con razón suscita hoy t;into interés. No\Utro• rnb1no• ya " I~ l ION1<J1.MANN, •Gones•, a.c., 12 L.
lo hc111os vittto 111.b arriba, a propósito dd tstud10 de la obcd1cnd1 111~.al de Jesús "DtfiJtortÑNÍIJXA. 3,8, PG 94,10138.
en (;C1~C'nunl'. ,. P. HON~AMANN, .c;oncs•, :..c., 123.
' ~ r
88 El MISTERIO DEL COWÓN TRASPAS.l.00 C4 . TEOLOGIA DEL COWÓN DE CRISTO 89

Union.• 1• He aquí, pues, lo que ~ignifica d hecho de que Jesús revelaba que, como Hijo. tenía su origen en el Padre; e) Sin
es •el Hijo de Dios en el tiempo• •1: embargo, él vivía en una inrimida<l no menos sorprendente
con el Padre: la intimidad <lc:I Hijo único, vuelto siempre hacia
Jesús se manifiora, ~n \U caminar en la tierra, como el seno del Padre.
Hijo de Dio>. prcctsamente porque ,;J es quien cm: Ínte- Escas eres dimen;iones delimitan, •i a.í puede decir.e, coda
gramente en Dio>. quien tiene por alimento la voluntad de
la esencia del miscerio de Cristo: obedeciendo como siervo,
Dios. En la perfección de esta actitud •uya, maniliNa que,
en toda. est.u situ•cionc>. es a partir de Dio. que Ucga a realizaba la obra de la 'alvación; por su vida filíal. se revelaba
seor él mismo, como ~) se comprende a si mismo y se hace como el Hijo que procedía del Padre y que nos daba también
comprensible rambién para los dcmS..". la capacidad de participar en la plenitud de su filiación, que es
precisamente en lo que consiste la obra de la ~..ivadón; idená-
Escas consideraciones, como se ve, ~on muy parecidas a ficindose a sí mismo con el reino de Dio•• revelaba su trascen-
las que también hemos desarrollado. Simplemenre queremos dencia, pue:. participaba <le la mi\ma 1obcranía de Dios.
señalar que el aspecto espccíficamenre filial de la vida de Jesús, Esto nos da la posibilidad de entrar en la conciencia de
y sobre codo de su conciencia filial, podría habc~e puesto aún Cristo. Los evangelios, leídos en la fe de la Iglesia, nos per-
más de manifiesto. miten, de hecho, descubrir este triple .ispecto del misterio del
corazón humano de je,ús. Podemos, puco, aplicarle estas be-
llas palabras, can del gusto de Pascal: •El corazón es el lugar
5. Conclusi6n namral de la verdad•~. Lsro no es ai;í para nadie tanto como
para Cristo. El Cora1.6n <le Jesús era el lugar de la verdad por-
Tratemos de resumir esrc cs1u<lio en pocas pa labras, para que de ese cora1.ón irradiaba todo el misccrio del Hijo de Dios.
señalar mejor lo que puede aporcar de cara a una profundiza-
ci6n de la ecología del Coraz6n de Cristo. Dado que la idea de
historicidad domina codo el pensamiento moderno y que la
criscología conremporánea esrá fuencmeme orientada al Cris-
to de la historia, nos ha parecido que en esco había, para nues-
tro problema, una posible acmalizaci6n. Se trataba, pues, de
incenrar descubrir los senrimiencos profundos del Corazón de
Jesús en el crarucu~o de su vida en la cierra.
Nos han parecido fundamentales nes aspectos: 11) Jesús
predicó la llegada del reino de Díos, pero manifestando pro-
gresivamenrc que esce reino 'e realizaba en él; b) Por otra parte,
Jesús vivió en una olx.Jiencia <c>rprcndente hacia Dios, y ello

.. lhid., 132. .. E.a d u , probobkmcntt dcbod.1 a l'o-.:cl<. dr Pon Royal... d>nmmr< dr


.. l!Hd. inspindón ~uini 1n3~ n mmcto~ por A.. f o u.n. Ptaul,,., nl"lllrM1riJj ,.¡.,,,¡..
.. !bid., 132. /aw,.. (Parú 19711 71.
\.

CAPlnno V
EL SIMBOLISMO DE LA SANGRE
Y DEL AGUA DEL COSTADO TRASPASADO
ON 19,34).

Desde la anrigüroad cristiana, el versículo jomico sobre


el costado traspasado de Jesús, del que •salió sangre y agua•
Un 19,34), ha despenado siempre profundas sugerencias en
la tradición: primero, emre los padres de la Iglesia, después de
forma especial en la teología y la espiritualidad del Corazón
de Cristo de la Edad Mroia, y hasta la actualidad. En este
simposio de teología, cuyo objecivo es iluminar los fundamen-
tos de la devoción del Cora1.ón de Jesús, era indispensable un
estudio de este texto fundamental.
En una primera parte, para comprender mejor el contexto
en el que se sitúa nuestro análisis, hablaremos de las interpreta-
ciones más imporcances que se han dado para este pasaje en los
eres grandes períodos de la tradición. Veremos así mejor que la
exégesis que proponemos se sicúa en la línea de las que se han
propuesto hasta ahora, cspccialmence en la Edad Media; pero
nuestra exégesis aporta también nuevas explicaciones: escas se
deben a un examen más ateneo de las múltiples correlaciones
que exiscen enrre esce versículo y los distintos temas de la eco-
logía joánica sugeridos por el conrexco inmroiato. En la se-
gunda parre, indicaremos brc:vememe los principales proble-
mas que su.;cica el versículo para el exégeta actual. En la tercera
etapa analizaremos el texto; propondremos aquí también una
interpreución teológica.

• Ankulo apmddo en .'í<w/i JI trisl.t.p pwn- ~\l.vi<tu, C"'-a 1986)


t67- 190. 1r.duddo dd funds (fue publioclo cn laak.... dd coograo de lisboa.
198").
'
92 EL MISTERIO DEl CORAZÓN TRASPASADO C.5 El SIMBOllSMO DE LA SANGRE Y DEl AGUA DEl COSTADO 93

1. Algunos datos sobre la historia de la exégesis Uno t:k k>s JtJUuios k abnó (apc:ruit) el coslll.do ron su lan-
de Jn 19,34 u, y al punto 14ÜÓ sanf!t y aguti El evangdhta ha dcgído a
prop6>1to el verbo. No ha dicho: golpeó, hirió el comido, o
Para la época parrística, ciraremo> dos testimonios signi- :algo paro<ido. Ha dicho: abrió. Quería indicar que :allí, por
as! d<eírlo, <e ,3brla la puma de la vida (vrwr ostium). de ahí
ficativo;. uno para oriencc, otro para occidente. En primer
brouron lm sacnmcOCO• de la lgle.ia, >in los cuale. no se en-
lugar, he aquí lo que, según un especialim1 inglés. eran los tra en la vida que rs la vcnbdcra vi.fa. F""' <>ngn: se ha dcrra-
•misrerios e>condidos en d costado de Cristo• para la Igle- nudo para la n:misi6n de los p«ado.: esa agua templa d
sia siríaca. E.scribe: •Este solo ve .... iculo. Jn 19.34, puede ser dliz de .~v.ición, y c:s :al mi•mo tiempo bebida y baño. Este
considerado el punco central de la antigua exégesis siríaca: esca mi>ierío habla •ido "nundado en J. puerta que se le ordenó
mira hacia atrás, hacia e/ relato tkl paraíso dd Génesis .. y hacia abrir a NO<! a un lado dd ara, para que pudieran emrar los
ddanre, hacia el nuevo paraúo. la vida sacramenral de la Igle- .cm vivo, que no dcbi>n ptrtur en el diluvio: en ellos se
sia. Las asociaciones tipológicas de e.>1e versículo son de una prefiguraba la Iglesia (lmct. in foh., 120.2: PL 35, 1953).
1 riqueza increíble, y rrararemos simplemence de sacar a la luz
los aspectos más notables• 1. Esta interpretación, como se ve, De los sacramentos, Agus1ín pasa después a la Iglesia, la
es sobre todo ripológica: se traca de descubrir el sencido del nueva Eva, salida del costado del nuevo Adán, adormecido
versículo indicando la correlación de sus temas con el conjun- sobre la cruz. Indudablemente es un gran rcxto. Pero pare-
to de la historia de la salvación. En la Iglesia occidenral ocurre ce que en él se acumula dcm.1siada rique1.a: para explicar esre
lo mismo en san Aguscín: sin embargo, él añade un elemento versículo de Juan, Agus1ín recurre, por una parte, a una criple
nuevo (el coscado abierto}. por e l que se sitúa en el punco de tipología bíblica (Adán / Cristo; Eva/ Iglesia; el arca de Noé),
parcida de una tradición mfsric;i que, llegado el momcnco, ha- y por 01ra parre, a una doble pcrspecliva eclesial (el nacimien-
ría Aorecer la devoción al Corazón de Cri;io 2• Citaremos solo to de la Iglesia, los sacramentos).
el comencario a Jn 19,34: este rcxro, según H. Rahner, es sin En cualquier caso, la verdadera devoción a la herida del
duda el que más ha inAuido en la historia de la veneración de costado y al Cora1.ón de Cristo no debía ver la luz sino en
la herida del coscado': la Edad Media, en la cspirimalid.1.d mon:l.scica (san Bernardo,
Guillermo de Sainc·'lhicrry)\ wbrc iodo en la mística alema-

S. P. Baoc..:. • lht tnr•tCrieto hidd('n in tht sidc oí Chri~t•: Sol.m01t 716


0978) 462-472 (cf. p.4(12); ÍD., •"La Í<>r. nut!al< di .. ngu< su! Golgo<>". Un in· . a CH A BfllMIU>, ú c.,.,""(......., n "'!!"'¡,.¡,,u..,;, 1981) 55-59; cf.
solito ª-"J>CrtO di G,, 19 ••_-l4 ndla lraJ111nnc 1inKa•. ~n "'W".(W t 1111tropot.,ui.. Rt/4 p..55: <"D esta cradidón ~·».•une- .lU(rc J~nu.....h~ JC Í.llt jour qui puttt 1 m.mrt
r rol.., 11 !Roma 1987) 911 ·98~. w... Dmhiln R. Mt:IUL\Y, • Th< Lanu whic;h m val<Ur k nppon pmooncl nocl< ChriR C1 don< k mpt<'n: d'amour qU< k COC'Ul

39 (1973) 224-234.491; o • .~efChorcJ.


124-127.
•""Aj.,._
Rt--<>pma:I Parad~ A ~1/'itcr¡..JUi Rt3din(t in the l:.&rly Syri.ac Falhm•: O,C-hrP
(C.amhridg< 1975)
symbolil<-. P.ra lhurru <SU tnol<>gia monática, ut.aw•Wll un tato do GWIJamo do
Sain1-llúmy (.00.. b •pum.a abima•). m d qu<,. pacil>< bial d eco inurpma·
~do~:._...,. quo, • 1'm>h ,¡, J,,,..,,.. " " ' - m.._ web axnplrui·
' R. 'IL'llAv, s,..W.oc., IH·126. man< hua......,... ~oh JaU>-hua ""°'r.a alma sanca.. AbriJ. ~ J,,
' H ..R,u,,,, SrNk tln A7>rh<. [);,E.U~ tln 1;i,.,,,. IV (s.wbw- ,_.., '-rJ ,¡,- -... pon c¡ur......., rodoo aqudlos c¡ur dd>a1 ocr ..mdos...
go 196-11,·A.,....,.. C...ns, pp.S04·547: .1),. Anh< :-;.,. ah .S dúlf da Hcils-; •"""'-n,.,,,,,¡. ,¡, . . - ~ pon qu< mtrai oqudlao qu< daan ... lo& ICCI'<·
¿ p.537, •D.u vidlcich1 dnftuwdch>t< Won 1n dCT \.csch;dn• da fiommftl .... cid Hijo. "'ludio& q... daan m:lbit loo~ qu< d< 6 browi y d prcoo
Vttdirung da Sdmnrunck da H""" ttth1 m drn Prnligtm da Augusdnus zum d< su ~••11~..-_ 6; Pl.180.llSD·:ZU...O.. ot.av.mos una
Jolun,,_~ngdium und 1dwn da& (:.h<Jrnnit in d<n Bild<rn von da Sd1• da .,,,¡udón inp«10 a""' Agusán: .i. purm .k b widP (Ap•in) 1c: oo.m.m: m b
sclthfcndcn .o\dams und ckr lutt an da 'ldtr dn .o\n;h... qu< da aaao al ·c:o...6n. r al ..im. ,...,. d< Jaás.
\.

94 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.5 EL SIMBOLISMO DE LA s.+.NGRE Y DEL AGUA DEL COSTADO 95

na; hay que ci1ar aqul, en primer lugar, a dos monjas benedic- fucnre del amor' , pero también como fuente del Espírícu: tres
tinas de Helfta: santa Marilde (t 1298) y sama Ceruudis la temas que encontraremo' en Jn 19,34.
Grande (t 1302) 1• Aquí aparece direcrameme en primer pla- Para la época actual, será suficienrc mencionar la endclica
no el aspccro de la experiencia personal: el Corazón de Jesús se Haurietís AqUJZJ (1956) de Pío XII ••. que simeriz.a discincos
convieric en el punto de pariida del movimiento interior del elemenros de la tradición, ~bre iodo de los Padres:
amor mísrico. Vemos, por ejemplo, cómo .ama Genrudis ha-
bla dd cosrado 1raspasado en El hmzú/4 tkl amor divino'. Para Del Corvón herido de nuestro Rl:dcntor nació la Iglesia.
Cerirudis. el corazón de la pcr'°na humano-divina de Dios como di>pcruadora de la l>2ngll: de Lt n:dcnáón, y de él >igue
es la fueme del amor infini10. Adem.is, el corazón, a través de manando abundantemente la gracia de 10$ ~cntO> de
la herida del cosrado, derrama como un borbotón vivo el don 10> cuales 10> hij<» de La Iglesia alunan la vida <obll:narural,
del Espíriru, que desciende a nuc:.tra alma, para realizar entre como lccm<» en la <agradi lirurgia: •Od Corou.ón uaspasado
rucc la Iglesia. espos.i de Crhto:... de ru cora.z.ón Ooús) se
el Señor y nosotros la incorporación y la unión. derrama la gra<ia• (n39).
Ella díu a Crino: •(He m:íbido el consejo) de honrar Y en referencia al relato de Jn 19,34 (el co.1tado de Cristo
con una devoción consranre el amor de vuestro Corazón,
cuando C>tabai~ ~uspcndido en la Cruz. y de llegarme a esta abierto por la lanza del ~oldado):
fuente de caridad que hace brorar, bajo el impulso de un
amor inefable, el agua de la verdadera piedad•'. Por eso, la herida del Corazón traspaudo de Jesús (... ]
seguirá siendo a lo IMgo de 10< siglm la imagen viva de ese
amor, manifrnado plenamente, por d que Dios entregó a
En la fies1a de Pcnrecostés ella escucha las palabras de Hch su Hijo Unigénito para re!IC.1t.1t a lo• hombre•; del amor con
1,8 (Accipíttís virtutem super~nim1is Spiritus Sancli in vos) y el que Cristo nos ha amado h.ma d punto de inmolarse por
luego ve que del Coraz.ón del 1lijo de Dios efundía gota a gota nosotros en el Calvario en un sacrificio cruento: •Cristo nos
una vena purlsima: •Comprende que ella simbolizaba la dul- amó y se entregó por no<01ros. ofrccifodose a Dios como
zura del Espíritu Paráclito, que, a través del cora1.6n del Hijo holocausto de suave olor• (Ff 5,2) (ibld .. tr. nucma).
de Dios, se derramaba en el corazón de ;us elegidos•'·
De estos textos, comideremos la i nsis1encia de Gercrudis A pesar de la rique7a de escos testimonios de la tradición,
en la unión personal con Cris10, en el Corazón de Cristo como es un hecho que en nuc.1tra época -hay que tomar nota de
ello con realismo-- cxhte cierra alergia hacia la devoción del
, a. d esrud;o d' C: V!\<.AOG1"°'1. ,.1..a dbiotion au ~r cha saint( Corazón de Jesús. ~fochos autores han buscado las rawncs.
Mcdmldc et .Unte Gcnrudc-, <n A, BtA íodJ y ocros, C.. Ja•. 11 !R.mu 1959) K. Rahner, por ejemplo, observaba que d culto al Sagrado
29-48. Corazón cargaba de forma excesiva con los signos de una épo-
' Las cdtciono ""'mota.,., ll1<Tlcion.du m d onkulo dt C. v......,.,.,,
•la
d<.onon·. S<guimao .. tdición ~ ..orn.. ptt¡>1..da poi P. Dari.u. ~
tl'H"fwc Onnon 1'mtwlln. 1-11 : /~ lf¡.,,., !l..tvm l-1\").: SO. 139. l(j, 255. S..- u
' Cu A. Bu.......,. CM.r. o.e .. S7: •l'uur IOUt le ~io,m~. b r<pra<n·
bre d cuho del Cotuón dt jaús en Gnmadis. ~ b 1ntrodoocllm al pó-.- "olu- wioa du Cocur dt jisus - ... myuh< clc r -. y da algun(>S tn10S de
m<n: SO. IJ9_\l~37. [E..istt1nclucd6n ~M,_,,ik¡,, ~lli•i­ sana Luiguda y ele un pttdladot que t< impln m anu Caulim dt Si<nL
(EJJ.mJMtlrl _.,¡,1.;..1. cJ. ~ ror .\l. G.mdo(BAC. ,Madrid 2010)). • MS 48 (19;61309-JB (á. Pl'~,.l.3·.H4 ); llC S3 (1956} 7l<i (1..ducción
' ~Do.tu. uHlrn~ 11.S.2: SCh 139.2~·251 mocada). TomWn podtb..- c;m .S.,.'°""clcl \ º.,icano 11 qur van en d núamo
' lbid., l\ºJS.I : SCh 255.313. ta1odo: s..--,_;¡¡,,,.. S: f.\' 10 11.-t.""""" 3: E\' l /liJó.
\. ,,......
96 EL MJSTERIO DEL COAAZON TRASPASADO C.5. EL SIMBOLISMO DE LA SANGREY DEL AGUA DEL COSTADO 97

ca: el estado de la reología, de la e'pirirualidad y del lenguaje Jesús, entonces se impone un estudio profundo de esce pasaje.
del siglo XVJ1 francc's '1. Se ha subrayado, además, el hecho de Pero nos vemos obligados a constatar que Juan no emplea la
que esra teología, también en los recientes esfuerzos por re- palabra roranín: a primera vista parece, pues, más bien arbi-
novarla, es una construcción ba.<ada en un razonamiento abs- trario bas.ar en esre rexro una teología del Coranín de Jesús,
rracto 11: se parte de la imagen del corv.ón (o m.ís bien de la a menos que la <angre y el agua de la herida del coscado no
palabra •corazón.) en el lenguaje corriente, pero <obre iodo en deba.o interpreta~e en csrc sentido. Por otra parre, <;e insiste
la Biblia, y luego 'e aplica su contenido a la contemplación del en la •aperrura• del corazón, con toda la poesía y con codo el
Corazón de Cristo; ..e e>pcra a..i alc:uu.ar el centro íntimo de simbolismo que: ello comporta: pero no podemos olvidar que
la persona humano-divina del Verbo encarnado, abierto a su esce tema proviene de Aguscin, que <e apoyaba en la traduc·
Padre y abierto a todos sus herma.nos " · Y se hace el esfuerzo ción imprecisa de la Vulgaca (apmút. •abrió.), mientras que,
de explicar todo e>to cirando una serie de textos de la Escritura según el griego. hay que decir que el soldado, con su lanza,
sobre los •sentimientos• de amor y misericordia de Dios hacia •golpeó· el costado de Je>Ús 15•
los hombres, o sobre los de Jesús durante su vida terrena. Sin embargo. a pes.ir de escas dificulcadc., creemos que la
Por nuestra parre, queremos dest.ic;u que, a pesar de las escena de Jn 19,31·37, reubicada en su contexto, aún no se ha
apariencias, esta reologia no es suficientemente concreta, y examinado mlicientemente de.,de el punto de vista literario
16
además tampoco está suficientemente fundamentada en la y exegético, aun cuando se le h.in dedicado muchos rrabajos ;
Escrirura; está vinculada, de forma insuficiente, al momento creemos, además, q uc este eslUdio puede ayudar a descubrir y
en que Cristo fue traspasado en la cru1. Recordemos que, a hacer más profi.ondas l.ls grande> intuiciones de la tradición
tras el Conci lio, la palabrn de Dios debía ser •veluti anima sobre el misrerio dd Cora1ón de Jesús. Después de la míscica
rocius cheologiae• (Dei Verbum, 24}. El regreso a las fuentes medieval, indudablemenre ya no es posible renunciar al tema
bíblicas a la que se tiende hoy para la mariología debe hacerse del •corazón• de Jesús. Pero el cerorno a las fuentes bíblicas
cambién para la cristología, y especialmente para la teología nos coloca anee una curiosa paradoja: a primera vista, decía-
del Corazón de Cristo 14. Sin embargo. aquí trope1.amos con mos, el escudio exegético plantea m:ls bien un problema, cau-
una dificultad: si es cierro, como hemos visto, que la escena sado por la ausencia de la palabra •corazón• en Jn 19,34. Pero
del coscado traspasado es la p;ígina de la Escritura que tiene quedamos atóniros cuando constatamos que prácticamente
más im¡iorrancia para la teología y el culto del Corazón de encontramos lo mismo, haciendo un análisis fiel del contexto,
sobre todo en el c.tudio del simbolismo de la 1anK". Llegados
11
a escc punro, podría ser fructífero hacer una comparación con
1\.. RAJJ!lt;tl. · f.inig(' ·1hncn tur 11,~e Jcr Jim·Jou.\'mhrung.. en
Sdmfi,., <Mr 7h<o~. 111(Zuri..h 219S1) .191-41~. la espiritualidad de <.1nta Cacalína de Siena, porque en ella tic-
' Este wnbicn ...icen 1"11<' p.an b rnddica HorlnbAlf"ill Cd. n.IO), donde
Pío XII .i ruhrc en d .,;mboluzno dd Ü>nzón de J...U. (nn.2(~28): AAS 327-328;
DC, cit. p.722. Este COf2JÓn n d limholo prin<lpol dd ...,.., dd Rcdcnrot !.mor 11 ...n \ 'm s l..ann11 hq varb.s t~ii:mcs que pmmun CM..I idea correcta~
dmno, ame>< hun"'10, amor arnsibk). Como p dccWnos en d Conpao tk ·10..- mento• ,.....,.,1.l"foJi4 p"l'1f!t.
low< de 1981 , ~ hoy una prnmudón menos Ck»li>tita, mi> bibi.a·: 16 E.tos mbojos aon ccaoddos. R«otdmx>o lo. principales: 1-.-M. Buv;,
d. d aporulo anmior •'l<olo¡;ia dd Cor.uón clc C:riru>o. .l.'ou « l'úpn••: RTho• i9 (1969) ~30: A 1utvu. ·La bkaun: du dotE-. en
"a A c:.....r.ro,, t ,.,,..,,,, .nr"'?' , ""~· l/iftntiow ~,_;,-,
(Bolona 1979) 13-1 7: Cu. A llu.......,,ú<Mwr, o.c.. 36. a
°"'"""'°""'
ú CMwr( p.,¡, 1~) 10').122; .,¡,,. todo. J. llcu. [)p }olvmtrisck
&zr-..Arlt tln lkn-}na· V""'""': (Romo 1966). wnbién mi• .ddanrt m
H Cf. nuauo orudio cléolop.a Jd \.orm\n de(~: Clf>Íudo I\'. la nou 26,
'
98 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.5 , EL SIMBOUSMO DE LA SAN~ Y DEL AGUA DEL COSTADO 99

ne una imporrancia primordial pre<:iumcnte d símbolo de la rros pecados (cf. Rom 3.25; ff 5.2; Heb 7,27, etc.). Según los
san~. mientras que d del corazón solo aparece en un ~ndo escritos joánicos, en c;imbio, Jesús en \U muerre es d moe/aMr.
término, en la mística de: la uni6n con Crhto ••. En cuanto a En consecuencia, Jn 19,34 y los demás pasajcs en los que se
la novedad de: la interpretación que queremo> proponer, en habla de la sangre de Jc:>Ús (Jn 6,53- 56; IJn 1,7) o de Cristo,
relación con la exégois patrí<tica, edoW o sacramental del viccima expiacoria por nuc>tros pecado> (1 Jn 2.2; 4,10), de-
versículo " . d contexto inmediato no> invita más bien a hacer ben ser coruidcrados como interpolacionc:> posteriorc., puco la
ame codo una interpretación cri>tológica: d doble signo de la idea del sacrificio cxpiarorío es ajena al pensamiento joánico ''·
sangre y del agua que salen dd co>tado de Jcsús tras su muerre Esca posrura can radical es claramente inaceptable. No
ilumina de manera csp«ial d misterio de la que ante> fuera obscame, conriene un clcmcnro de verd.1d que no ha sido re-
su iida profond.1; pred~mente de este modo, e.tos símbolos nido suficienremcnte en cuenca; no cabe duda de que la teo-
tocan muy dir«camentc: a la que más tarde se Uam21á la ecolo- logía joánica es fundamentalmente una ecología de revclaci6n,
gía del ÚJrazón de Cristo. Pc:ro es el momento de mostrar con también duranre el relato de pasión. La cuesrión importante
más detalle los aspe.;cos que: acabamos Je: exponer enronccs es saber si una teología de la rewlación y una ecología
Como preparación al analisis y a la interpretación de Jn del sacrificio se excluyen necesariamente:. En la ba<e de la teoría
19,34, antes tenemos que: ver los problemas que plantea este bulcmanniana hay una concepción errónea del sacrificio: este
versículo. es un punto muy importante y de gran actualidad; volveremos
a él en breve. Por orra parte, si Jesús en la cruz es el revelador,
Bul tmann no explic;i qui e,, lo que esta mucne revela: se niega
2. Los problemas absolucamcnre a scnalar e/ objrto y el contenido de dicha reve-
lación'º. A la persona de Jes1h se la vacía de su misterio.
Son de dos tipos: exegéticos y rc:ológicos.
2. ¿C6mo imcrprcran la sangre y el agua los comencarisras
actuales? Hay que reconocerlo: frente a la agudeza de las inter-
a) Lo1 problemas exeghiros pretaciones antiguas, el resulrado es m:h bien decepcionante,
al menos en lo que se refiere a la sangre. Se tiene la impresión
l. Es preciso atender, en primer lugar, a la problemática de cierra confusión entre los exégctas ·1• Según R. E. Brown, el
planteada por R. Bultmann. Su teoría es bien conocida: en agua es símbolo del Espíriru; la sangre, por el contrario, no ten-
la teología de Juan, la muc:rre de Jesús ya no tiene el sentido dría ningún valor simbólico: la sangre derramada indica sim-
que tenía en la primera tradición cristiana. Anteriormente:, su plemcnre que Jesús ha mucrro u , R. Schnackcnburg observa
muerre se imerpretaba como d $.1Crificio expiatorio por nues-

' CI. CH. A ll••~A&D. ú CM..r, o.e., 60. En d oúnbolo de l. u~ de en.to


" R. ll<mMAMI, ~""""""' r- O idHnp ' 1961) 406-407;

en sonu C.ralina. ""'°'ICltOI dc la LUlll mlftidos <n la obn /1 ~ti;,.,,.,.


Úlrnuú S-DotwrrMu. CltNw (Roma 1970) ~3-SSI
panjn 19"'4 , ,....., su <omcnwío ('' 1962) 52S.S26.
» R. 11&.'UMANS, ~. o.c., 418
" O. lo que aalbla p d P. 1~ ,:-;_,a 6dl dcfuúr - slmbolo. y los P.odi..
18 Cf. w r<futn<w al pm00, al 11<1 de :->oto• los ucnmtn1m la IV.- lwr ~numerosas ...,i· 1 _ , f.-,P..,,... ,,,;,,,¡.,,,, (r.ris 1925) 499.
mü =iba. p.92ss). r- oímboliJmo fu. illcorpondo por d Concilio de \ '.....,.
(13121: OS 901
.u R. E. B"""", 7ht Gospd ~ 111}Jm {XI//-XXIJ 11 ¡,"....,.\ork 19701
950.
100 El MISTE~IO DEL COAAZÓN TAASPl.SADO C5. El SIMBOLISMO DE IASANGRE Y DEL AGUA DEL COSTADO 101

que d pasaje debe ser interpretado a la luz del de 7,37-39; pero convincente: la referencia al cordero pa~ual es indudable en
en esre se habla solo del agua viva que brota del M:no de Jesús; y las piernas no quebradas de Jesús; sin embargo, no es adecuada
si se quiere ir más allá. añade el autor, se puede considerar que para la sangre que sale del costldo, porque la imagen, en d caso
la sangre es signo de la muerre s.alvifica de Jesús (cf. 1Jn 1.7), y del cordero pas.:ual, es totalmenre diférente: legt°in Éx 12, l 3,
el agua. símbolo dd fapirim y la vida". 'también en nuestrOS los israeliras debían romar la sangre del cordero y ponerla sobre
días volvemos a enconrrar la exégesis sacramenral habirual en las jambas de las puertas para escapar del exterminador; no se
la época patrística: d agua y la ~ngre simbolíz.an el bautismo hace ninguna referencia a la <angre que brota del cordero.
y la eucarisría 14• Pero d orden inve..-o de)~ palabras (.sangre y Más sarisfactoria, aunque: se asoma >in pruebas, es la in-
agua•) es una seria dificuhad contra esta inrerpretación; esta terpretación que <e propone en el comentario de J. Maceos y
requeriría que se leyera más bien •agua y sangre•. J. Barreto: ·La sangre que sale del costado de Jesús es imagen
Algrinos autores se: esfuerzan en predsar alin más el simbo- de la muerte que él acepta para la salvación de la humanidad
lismo de la sangre. Según la obra clásiu de J. Hccr. la sangre [ ... ): la sangre es la muerte 11u¡u11da•l:', El inter6 de esta in-
indica el valor expiatorio de la muerte de Jesús· . Sin embar- terpretación deriva del hecho de que trata de percibir las re-
go, parece imprudenre inrroducir aquí de repente unas catego- sonancias del ve"ículo en su conm<10 inmediato, sin recurrir
rías rirualcs que son ajenas al contcxio inmediato. Incluso hay direcramente a la ripología bíblica o a la vida sacramental de
quien ha propuesto ver en la <angre del coscado traspaSJdo una la Iglesia: la sangre que sale del costado de Jesús ya muerto es
alusión a la sangre del cordero pascu.tl Jt>. Esta explicación no es aquí como un símbolo de lo que había sido la libre acepración
de la muerte por parre de Jci.lis cuando todavía esraba m vida.
" R. Sct1NACKENll,.<o, /J..1}0"4nnt>ri•mg<hu,., lll (l'nburgo 1?75) 344·345. En esra línea desarrollaremos nucsira interpreración.
H Cf. la notil dC" l.i Biblia ¿, }t"'111/b1_• •No 1.111 fun<lan1cn10, n1ucho.. Padrt.s
vieron en d agua d ~írnbolo Jd hiluihmo, y t'll J.t \.lngrc el dC' la cucarinía, y en
estos dos SJ.Cran1cn1os d •i~no Je l.t J~e-.i;¡, b nuo.1. [v.1. c.¡uc na<.c dd nuevo Adán11;
\.'~an.i;e también los co1nent.1rio\ dC' l..agran~c. de." Bulon.ann {doblt 111tcrprct<1ción b) El problema teológico
sacramcnlal, arribujd¡ a quien h.1 in1erpol.tJo ti 1r~10) y Je P.1nimolJt (wlo para l.a
sangre: csra d~igna la C"uc.-~1ri~1fa).
t• J. Hrr~ Dtr /)urr/.bohr1r. o.e.; <-f cJ I! l.ugra.n~~ .1•.urcc que. según t:I mis- Sobre este punro <cremo' breve.\, porque nos alejamos en
mo Juan, Li. ungrc de C'.riHO n un l1ucruJnc1Hu Je propil.'.iación (J Jn J,7; Ap parte de nuestro tema. Sin embargo, debemos decir algo so-
7.14); ru.tridc> la ¡¡:angrc wlc, la rc(it-nljc)n t'i (.(1ruum.1J... rl.ianl'-/,, o.e.• 4?9).
lr; S. L\·ossrr. •ll unguC" ndla rrúi11ur.1 Ji <-:nu: e;" 19..l4u•. en Sln:w ~ ""~
bre un problema delicado: el del dt.\conocimicmo actual de la
rro~ b1bl""" 112 !Roma 1981) 7.1~-741; S. Cir1UAN1, ·11 sangu< dó Cri>10 in noción de sacrificio. sobre codo tras la publicación de las obras
>. Giov1nni•, •• iMd., 721•7.37• .'>obre la oaiwe dd 001.kro paKUa1"" ha dcwm- de R. Girard: i.A r·iokna et k Sacr! y De, cho>l'S C11chées ckpuis
lbdo. lin dl.ki.i,, lod.a la lClpo'4.tgb crliuana; rc-ro tn o4r.1 dtrcc:(.ÍÓn~ JÍt"'"" ''"'l"''"is
d. f. 11,7 13 nunca 1< ha rcf=clo 1 la~ dd co,..Jo d< J..W (jn 19..W). Se la fondation du moncku. Según un farno~o teólogo, nosotros,
ha p=udo bamni< ar<nd6n a la •-rió• rcaliucb por lo1 iuuliw en l::gip<o"" d los contemporáneos. ~omos profundamente alérgicos a la idea
mommlo dd éxodo· <Se°' roc•bn b .. ngrc dd cordero •• Lu pmbo1<k Lu pucn.u de sacrificio expiarorio: •la doctrina del ucrilicio propiciaro-
pan huir el< b muaa<; - po. intnpmodo ror loo l'adrco romo .... · - · ·
Id ...bo dtMt.1 d. f~ 12.7. l.XX tta 1Uui1uiJo por chrill. prdigunba la uodón
haucilmaJ quC' K cb m la '\Ígili.1 paKU.d, (:t: nuatro ank\i.Jo tf 'unzioot del CIÚlia• 187·204: la~ q11< W..1 Jo. judim a ligu:add ~el< la CNI u=do en la
no (XlCl la r...i... rn Lr "'"' .,,...,¡,,"' yirilo. ~., "''nütW.. 1Roma • 1971) fm>i< el< los no061"' dunn1e la""'«""'» ba11tiuiul.
·I• "' J.."1.<nos. J. 8'.aam>. F1 ~ lk¡...,,, U.t.drid 1979) R28-829.
173-176 (oobtt lodo. 174-17S, nn.'12 y 9J); R c,..,l'AIA,.nu, l'on«llA
P.udv· MU. An.M.lp,.tit#tli ~ (Milin 1967) 306-.Uó; \".loa, •l..o n~
ddr~Jo i-¡wk e f ana1 c.arologica In nl p¡ttistlCI•: .vlnJ. ••., JJ (1971 I
S.
lo,,,..,,_
" ÚI . - _ n ¡,, .'i«ri (l'arú 1972); /¡..,<"-',,,mm J,,..;, "1.
- - (Paris l 97R).
102 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPAS.<.00 C.S EL SIMBOLISMO DE lA 5.t.NGRE Y DEL AGUA DEL COSTADO 103

rio por nuestros pecados, cscri~, no> parece .. . inaceptable•". reclaborada e inceriorizada. Que en la historia de la teología
Como en la teoría de Bultmann, cuestionar la noción de sa· crisriana se han dado penosas desviaciones y teorías extrañas
crificio incum~ a nuestro problema porque, de un modo u es innegable, pero no <e le puede perdonar a Girard el hecho
otro, la mención de la sangre de Je:.w en Jn 19,34 est:i ligacb de ignorar las profundísimas explicaciones del sacrificio dadas
al cerna de la redención. por grandes docrores como .san Agustín)' santo Tomás n. Li-
Tracarcmos de presentar en pocas palabras lo esencial dd mitémonos aquí a evocar un principio fundamental de Agus-
pensamiento de R. Girard. Su punto de parcida es d orudio de tín: Samfiáum ... viJibík invísíbílis saerifiái saerammtum, id
la historia de las religiones. FJ conscata que, en todo el mun- nr saerum rignum m'>. Ya para Filón de Alejandría todo ofre-
do, la sociedad escá amenazada por la \'iolcncia (recuérdese, al cimiento visible, iodo S2crificio realizado siguiendo los ricos
comienzo de la historia de la humanidad, el ejemplo elocuen- de la ley, no es más que el símbolo de un ofrecimiento invi-
te del homicidio de Caín). Para li~~ de esta tensión, los sible del alma.
hombres, movidos por una • mímesis de antagonismo•, ponen Es partiendo de esw premisas de la tradición judeocristia-
en marcha el mecanismo de la •vÍCcima expiatoria•, practi- na que hay que prcguncar<e si la muene de Cristo fue un •sa·
cando el sacrificio. Esto, ciertamente, sigue siendo violencia, crificio•; estos mismos principios nos ayudarán a comprender
pero de orro cipo; es una transfiguración sagrada, ilusoria, del mejor el valor simbólico y el sentido de la efusión de la sangre
homicidio: para li~rarse de la •violencia impura•, la socie- de Jesús en la cruz.
dad practica una •violencia purificadora•. La gran novedad del
crisrianismo, según Girard, es la de ser una religión no sacri·
licia!: Jesús ha roro el v(nculo entre la violencia y lo sagrado, 3. Valor simb61ico e interpretación teológica
anunciando la ley universal dd amor. La muerrc de Jesús no de la sangre y del agua
debe inrerpretarse como un sacrificio.
La crítica fundamental que hay que hacer a la teoría de Procederemos aquí en rres etapas: primeramente, desta·
R. Girard, a nuestro modo de ver, es que parte de una con· caremos algunos aspectos de la estructura literaria del pasa-
cepción que ha encontrado en la historia de las religiones je; después iluminaremos el valor simbólico de los términos
(pero también aquí se imponen muchas reservas) >O, y la apli- •sangre• y •agua•; así se pondrá de manifiesto todo el alcance
ca unívoé:amence al cristianismo: no parece darse cuenta de teológico de la expresión.
que ya en el Anciguo Tcstamenro y en el judaísmo (Filón), y
luego sobre todo en el Nuevo Tcuamcnco, en particular en la
carca a los Hebreos 11 , la idea de sacrificio fue profundamente a) Corrrlac16n IÚ temas m la mrucnm1 tÚ jn 19,28-37

No es momenco de llevar a cabo aquí un análisis detallado


"' A. \rtrgorc. en b obra ~uv~ Je X.. l J.os ·OllFOl:I. y ocros. M.n ,...,
- rcM. &.~ ~b..,;,, ,., l. Upifiatt»• r1Jn,y1n« J, l. _,. á de la estructura literaria del pa.<aje. Nos limitaremo' a subrayar
Onu !Bru<da> 19•6) SJ.
" Ver la vd>nncnre rncdón ck L 8o<"YU. C-... tl'ui> 1982157-62.
" Cf. A. Vumovr. !'>hm,,,,,;,,,,, """' - - lParu 1 1983) .!60. noca 55: " SAs A<.vm><. Dir cirlu# Drl. X. S-6: PL 41 .281-2~4, CCL 4 7.27~279;
!o., •Socmloc. du Ouist et C11lt< c:bmlcn idon rq.1t~ ••• Ha.mu•: ClmJnd 28 SA.-noTo><ÁS, s . - 71wl, 111, 48, ,\,c.
(1981121~230.
" Dirnri1Ju Dn. X. 5: PI. 4UR2; CCl..47,227.
......
1().4 U MISTeOO Da COAAZON TRASl'ASADO es n SIMllOUSMO OE v. SAN~ yDEL AGUA OEL COSTADO 105

algunos punro> esenciales, comentando el texto atructurado y de la prodamación de Jesús en el templo Jurante la fic.ta
que >C: encuenrra aquí abajo". de los tabcrn.iculos (7,37-39) -dos pa<ajes en los que tam-
Hay que dc:.tacar, en primer lugar, que existe una estrecha bién est~ prescnre el tema de la sed- que el agu11 viM que
unión enrre las dos perícopas 19.28-30 y 19,31-37, es decir, brota del seno de Jesús es un símbolo del Spíritu; esto es
enrre IJ mu cree de Jesús y el episodio de los soldados. Sus dos precisamente lo que Juan ve cumplirse en el v.34. cuando rl
comportamientos contrapuestos (el hecho de no romper las agua sale del cosrndo traspasado de Jesús. Desde el punro de
piernas de Jesús, el golpe de la lanza) tiene evidenrcmenre un vista de la estructura, vemos, pues, que se perfi la una con-
valor simbólico: señala el sentido salvífico de la m uertc: de Je- tinuidad temática entre los vv.28.30.34: la sed <le Jc;,i'1s aún
sús. Descubrimos así una estrecha conexión entre los vv.28.30 en vida, el don del Espíritu a través de su muerte, rl agur1
y 34. También el •Sitio• del v.28 debe interpretari.e en sentido viva como símbolo permanente de este don después de su
c:.piritual: esta sed expresa el deseo de Jesús moribundo de muerte.
donar el Espíricu a la lglesia 1>. Estas primeras constataciones nos im·itan a un anólisi> del
Esto c:st.i a punro de realizarse: con su muerte: tradidir spí- mismo tipo p.1ra la palabra •sangre• del v.34: t.1mbi~n aquí
nrum (v.30); c:.tas palabras signi6ca.n al mismo tiempo: descubrimos la correlación de esre versículo con lo> mhmos
vv.28 y 30 que le preceden; en este camino hacia atril <le.-
ill
(IUtO IUl'Atiwo) •.JO
(rntoumcnoo> ~
"'""' de el v.34 al v.28, encontramos sobre t0do la cxprc.,ión •e:.lá
¡¡,,.¡;,¡,,,¡ ¡¡,,.¡;,¡,,,¡ -) cumplido• del v.30. que es la última palabra de Jesús anees de
....,,,.... SJ....i.
""""""""
fd t'\·,uylinai Ot1ú•) lrl rvanp:lbul
morir; pero esta palabra ya había sido anticipada por d evan·
gelista, que la había reforzado con el pronomhre rodo: •Todo
l>csrub de 010. Leer~
llMA ul•icndu Jo1u qut )"l Jnú_, d110 )' 111 punro t.did está cumplido..
CRISIO (l.11'fWI ,.. tiwH t11/"'fl""1. • Tenemos a\Í, entre los eres tcxt0s, dos líneas tcrn;ltica' pa-
"f¡U"'m¡J;M•. '"'T"'
LÓ(;ICO J< ),,.¡,¡ j\ll.iil que~ c1,1mpllcn
11 'EM.:rirura
ralelas: una que presenrn el aspecto directamente rristológico de
la muerte <le Jesús, y que está vinculada al símbolo <le la sangre
IL\IA U""'l (dMDplioQ)
EID<Lo..Jo ualin.
(•todo estaba cumplido•· •Está cumplido•· •s.1ngre•); y otra,
PSELMA
lQl.ÓCICO
J<MdiF
--r...-..r - ..,,.,.",,,.__,_ ....... CL.o ,;.¡,d.
~ en la parte inferior del esquema, desarrolla el tcm•l pnm11uJto·
lógico y 'C exprc~ con el símbolo del agua (."IC:ngo 'e:<!' · •en-
Fl tim~ ,¡,J. "'"rr J tkl "fM "'l• 19.YI
Comlac16n ck 1mw m b cmucrur.i ck Jn 19, l8-37 tregó el c-píriru• - •agua.). la primera tiene <u pun10 d" llega-
da en el v.34; sin embargo, la mención de la sangre. despu6 de
•Entregó el espíritu• y •comunicó el Espíritu•. Por otra la mr«nt de Jesús, ~dirige hacia atrás, hacia la que habia sido
parte, •abemos, por los episodios de la samari1ana (4,10-14) la vida de Jcs1k La otra línea, por el contrario, cmpíeu con el
•sitio• del v.28; por el hecho de ser un deseo de Jcsú' moribun-
,. Pan un t"nk'iin tn.ll deollado. á. nucsuo ankulo •ll coscato cnifitto (Gv
19.34): tcnao rivcl;11orio e scnso sacrilic:alc dd w..n.guc di ~u ... en Sa'IKJ4f r ""fTrlJH>-· do, su ;cd de donar el Espíriru se orienta baria 11dt/,mrr. hacia
~ b1bú"1 d ltru1fi•, 11 (IV ~<m>na dd Centro de C.tudi0> \.>ngui• ( hris1i) aquello que será necesario para la vida de la Iglesia.
(Roma 1984) 62H>49.
El conjunto de escas correlaciones tem:lticas entre los
•• Vtatc nuc:a.tro arrículo •U sete di GcsU e l'intapmu.ionc gto\·annc:a ddla sua
mortc in crou:•, en l.11 sup1rnu tieUa Croa <>ggi-, 1 (Turln·Lcum;Uln 1976) .tl-49. En vv.28.30.34 1iene una importancia decisiva para )¡¡ interpre-
C!itc volumen. 1.J pp.29-37, tación <le la sangre y del agua que salen del costado de Jesús.
l
' 106 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.5. EL SIMBOUSMO DE IASANGl!f Y DEL AGUA DEL COSTADO 107

Sin embargo, debcmo. todav/a explicu el alcance simbólico lo que él mismo ha captado con \U mirada de fe. Además, su
general de los dos término\, testimonio debería suscitar a su v~., la fe de todos los cristianos:
• Uf et vo1 crcdaris• (19,35). E.ta fe es descrita de nuevo al final:
•.Mirarán al que traspasaron• (v.37).
b) ~lor 1ímbólico dr la JangtY J MI agua Por ello, hay que concluir que en el v.34 las palabras •san-
gre- y •agua• pcrrenccen al lenguaje <imbólico dd cvangdista;
No nos detendremos en el problema de la historicidad, ni si el aconrccimiento que él narra aqui tiene una importanáa
mucho menos en b cxplic.1ción fisiológica del derramamiento capital, es por lo que simboliu. por su umitÚJ.
de sangre y agua: en tiempos rc:dente• han sido los únicos
aspectos del problema que interC>aban a cienos comentaris- 2. éCómo concretar c:ntonccs el valor simbólico de la
tas. No hay ninguna razón para negar la historicidad del he- sangre y del agua? Empecemos con el símbolo del agua. que es
cho, pero está claro que, para Juan, este hecho adquirió tanta más fácil de explicar por sus referencias bíblicas y las explica-
importancia solo por su carga simbólica. Por lo demás, es una ciones dadas por el mismo evangelista.
ley general: la realidad de los acontccimienros es la condición Todo indica que rl agua es aquí un símbolo de la efusión
misma del simbolismo jo:lnico.16. del Espíritu. En 7,38 Je•Ús había anunciado que de su seno
brotarían ríos de agua viva; y según el comentario del evan-
l. En el caso presente, el alcance simbólico de la sangre y gelista, Jesús •decía esto rcfiriéndo;c .11 fapíritu, que habían
del agua viene sugerida directamente; en el v.35, por la triple de recibir los que creyeran en él• (7,39). La palabra de la Es-
insistencia del discípulo sobre su testimonio. Pero el testigo san critura a la que él remire es probablemenrc Ez 47,J, retomada
Juan no es solo aquel que atei.tigua la verdad de un hecho: de en Zac 14,8: Ezequiel habla de un río que sale del templo
lo que ha visto, él pa~a a lo que no se puc<le ver; lo visible es para hacer brotar la vida por rodas partes: Zacarías describe las
signo de lo invisible, la afirmación de fe del testigo se dirige a •aguas vivas• que s.1len de Jerusalén. En J n 19,34 también el
esta realidad escondida 11 • Así es, por ejemplo, para Juan Bau- evangelista dice que el agua •sale• del costado traspasado: Jesús
tista en el Jordán: él tlf la paloma, slmbolo del F.spíritu, que •se es para él el templo escatológico de donde sale el agua viva de
posa• sobre Jesús; a través de e>te signo, comprende que Jesús la salvación. Así era la exégesis de Hipólito: •A través de la
es el eleg¡do de Dios ( 1,32·33), y da testimonio de ello. Ocurre sangre nosotros recibimos el agua del F.spíritu• "· Esto encaja
lo !llismo en la cruz: el discípulo w que del costado traspasa- pcrfccramenre con d •muiidit Spiritum• de Juan en el v.30, al
do •sale sangre y agua•, y da testimonio con fuerza, no tanto que precisamente remite nuestro verskulo.
del hecho material en sí mismo, sino de lo que simboliza, de
3. éQué valor simbólico hay que atribuir a la sangre
que sale del costado de Jesús? Aquí hay que partir de un
" Ciumos • tt<t mr«tO""' ttflcxl6n profundo y~· d< ..., \lixuno dato bíblico fundamental : la sangre es la sede de la vida (Lev
Confesor: con la e-nc:.amxión. d ~Aor 11: convicm en qu mWno ripo y liltnbolo.
y wnbóliwrom1e K sdaJa a ú mUmo .a mvá ~ ai m1uno; a tn."'á dr ai m.Wno. 17, 11.14). Pero la ~angrc derramada es signo de muerte. Ha-
si<ndo PÜJMr, <I amduu • iod. b U<ación lucU á mismo ~ uuondJhk.
mtm•-,,,¡¡,¡,.., Aiúipl: PG 91 , 116~0.
" \C- nuarn obra ú \mtl. U •Roen. 1'177) 80-88: ·I~ oánoi,p- d.m 5c. • Troo ciado por H, R.ut,u. ··Aumln> de -u• Cluisu•. ~ puristich<
J<an•. Auskgung von )oh \11 .37°.}80: &•
22 (l ')62 ) 269·30.Z. 367-40H cf. 370>.
108 El MISTE~IO DEL COAAZON TRASP"5ADO
C 5. EL SIMBOUSMO 0E 1.A SANGRE Y DEL AGUA DEL COST,t,00 109

bría que concluir, pues, que el •imbolismo de la sangre ciene e) lnurp"rarión rrisrológira d,f simbolirmn
un carácter ambivalente (vida y muerte)". Conviene distin-
guir aquí enrre signo y simbo/o: la •angre que sale del coscado Por fin llegamos al centro de nuestro tema. Ahora debe-
traspasado de Jesús es simplemente el signo del hecho ma- mos tratar de comprender mejor el símbolísmo de la sangre
terial de que ya se ha producido la muerte (cf. el v.30, véase y del agua desde un punto de vi,ca c'trictamcnte criscológico:
más arriba la cxé¡;esis de Brown): pero dado que la sangre es el del misterio de la vida profunda de Jcsú•. Toda esra pcricopa
también un símbolo, es ne,esariamenre un símbolo de vida. de Juan sobre el cuerpo de Jesús m11erto .1dquierc sentido por
Esro es lo que sugiere todo d contexto del relato joánico. El lo que nos revela de Jesús vivo.
exégeta inglé, We,rcon halló la fórmula exacta: •La sangre
de Cristo repre,cnta la vida de Cristo• 40• l.a sangre que sak l. Pareamos de lo que nos indica la estrucmra literaria
del co>iado de Jesús ya mucrco <e convierte para los testigos del pasaje: la •••mgre- que sale del costado de Jesús tk.p11h de
en el recuerdo y d símbolo Je IJ vida profunda de Jesús an- su muene (v.34) es símbolo del doble •Consummacum ese•
tes de su muerce; es el 1igno visible de lo que era invisible: antes de su muerte (vv.28 y 30); aquí vemos cl4ramenre, como
1 la conciencia de Jesús. Ll sangre que •Sale• de su costado indicamos en el cexco cstrucmrado, lo que •simboliza• la san-
rraspasado nos permite así •penetrar• en su intimidad, en lo gre de Jesús. Sin embargo, escas do> rccurrencias del verbo teti-
que la espiritualidad, a partir Je la Edad Media, llamará el kstai (.Consummamm est•) no están en el mismo plano: en el
•Corazón de Jesús ... En con,ecucncia, llegados a esce punto, v.30, y solo ahí, es una palabra de Jesús; es lo último que dice
podemos volver a dar rodo su realce a un rema tradicional antes de morir: esca palabra se halla en el cenero de la escrucm-
a partir de san Agustín, el del coscado aburto: no por la ex- ra. Con esca palabra, Jesú• expresa un juicio de conjunto sobre
presión • lacus eius aperuir., que no es de san Juan, sino por toda su obra. Pero esta palabra de Jesús ya había sido anticipa-
el verbo •salió•, que de forma ;ináloga lleva nuestra atención da en el v.28 por el evangelista: en esce comcxco se acompaña-
hacia lo que estaba •en el interior», y cambién por el simbo- ba de una serie de detalles importantes que la doraban de tm
lismo de la sangre, que evoca lo que era la vida profunda de comentario, abriendo un amplio horiLonte sobre la obra de
Jesús. Por otra parce, esto queda confirmado por lo que he- salvación realizada por Cristo. Analicémoslo brevemente.
mos concluido hace poco de la estruccura literaria: la palabra Observemos, en primer lugar, la adición del pronombre
•sangre•. del v.34 nos remire a lo que se habla dicho en los •rodo• (Vulgaca: •omnia consummata sunt.), mcdiance el cual
vv.28 y 30 sobre Jesús antes de su muerce. la perspectiva se amplía al conjunto de la mi;ión de Jesús. Esta
Esco es precisameme lo que ahora debemos examinar más ampliación .se hace aún mayor con las palabras que siguen:
de cerca. •para que se cumpliera la Escritura•. C'.on razón, algunos exé-
geras recientes conectan eMa fra..e --que expresa una inten-
ción, un sentido- no con el ·~itio• que le sigue, sino con el
)t Como hxt", por tj(inplo.1-t \Amo"''· •\.ang,ue v1ta a mortc llClb 8ibbU!•.
verbo anceñor. «Todo estaba cumplido.'1• No se traca, pues,
en S.•tpuA•1"'~ 11"1/iat. 11. 67-,78; no luyquooln.hr. anrma, od cuáctcr
•mbi•.knt< (.;da y mu<n<) dd oimbobmo Je b Ltngtto (p.372). \(r «>p«to • del cumplimiento de una profecía panicular sobre la sed de Je-
esto lo qUC'"dn.imot m d taco nW adchntr. sús, sino del cumplimiento prifecto (hina ukíot/.r) de la Escri-
• B. E WuTCoTr, 7bt E¡isJn .¡S.. }Jµ. (Sutton Councruy 1966) 34-r,
• The id.... ofOirisr'• Blood In rh< ¡.;.,.. "IC.umcnr•: á. pJ~: • Th< Blood of Chriot
~ramu 0.risti l1fc--. " Cf G 8.u.PPYU>r. •John 19.28' A c... for a Dilfmn1Trarubdon°: /\T 11
(1969) 247-260.
110 fl MISTERIO DEL COWÓN TWP~ C.5. El SIM80USMO DE lA SANGl!E Y DEL 1'0.JA DEL COSTADO 111

1ura mm conjumo, es decir, del programa mesiánico de Jesús: de la pa,ión, en el huerto de los Olivos (18.4) y. al final, en la
es1e <e de:,cribía, como dirá Jesús a los discípulos de Emaús, en cruz ( 19.28). De este modo, Juan quiere subra}'ar que, duran-
•todo lo que dijeron los profecas•, en lo que había sido cscriro te todo el rdam de pasión, Jesús va al encuentro de la muer-
por •Moi~• y por todos los profecas•; se irata, en definitiva, de te con pknll conrimdll del significado del acontecimiento; y
lo que •se decía de él en todas las Escrituras• (Le 24,25-27). esto nos permite encrar en el misterio de su roraz6n, en el de su
Pero también las dos expresiones temporales, al comien- concimcra. El primero y el tercero de es1os textos ~on los más
io de la frase, tienen su imporcancia: •después de es10 ... ya•. solemnes: •Antes de la fiesta de la Pascua, sabimdo Jesús que
Ambas se refieren al episodio anurior, el de la madre de Jcs(1s había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habien
y el discípulo amado al pie de la cruz. En la manera de redac- do amado a los suyos que cs1aban en el mundo, los amó hasta
tar el comienzo del v.28, el evangelista incroduce es1e aconce- el extremo•, Y en la cruz: •Después de esto, sabimdo Jesús que
cimiento .imerior en el programa mesiánico de Jesús, del que ya iodo estaba cumplido, para que se cumpliera la facrítura,
consiituye, por así decir, el último acco: •ya la Escritura se ha- dí jo: "'Icngo sed"•.
bía cumplido plenamence•. Pero podemos decir que la escena Hay que aclarar de qué era perfecramwte romcimtt Je-
descrita en los vv.25-27 es la del nacimicnco de la Iglesia, en la sús: é~obre qué recae la claridad de su mirada interior? En pri-
persona de María y del discípulo amado. Como tan afortuna- mer lugar, '<Obre el hecho de que •Codo estaba cumplido, pmtt
damente dijo un auror medieval, Gerhoh de Reischerberg, la que se cumpliera la Escritura•. En la oración ~cerdotal, Jesús
madre de Jesús es aquí •de la Iglesia santa el nuevo principio., había utilizado la misma palabra para dirigir<e al Padre: •Yo
•Ecd~uu <llnrtae noua inrhoario•". El acre con el que Jesús te he glorificado sobre la tierra, he cumplido ptrftrtammrt la
concluye su obra es indicar que su madre es ya la •Mujer•, obra que me encomendaste• (17,4). Las palabras •todo está
la Hija de Sion esca1ológica de que hablaban los profcras; al cumplido• de la cruz expresan esencialmeme, pues, la perfecta
mismo ricmpo, ella pasa a ser también figura de la Iglesia, obediencia de Jesús al designio del Padre, su conciencia de
como ha sido tan fueriemence subrayado por una larga 1ra- haber llevado a t~rmino la rcaliiación de su programa mesiáni-
11
dición pairlscica • Y el discípulo predilec10 se conviene en co, descrito en la &cri1ura. fura obediencia de Jesús al Padre,
figura de los creyences. Se comprende así la multiplicidad de unida al amor del Padre hacia él, se describe también en la ale-
resonancias de la última palabra de Jesús, •Estaba cumplido•, goría dd pastor: •Por es10 me ama el Padre, porque yo emrcgo
sobre l.i. {!Ue cae aquí codo el acenco. Ames de morir, Jesús mi vida para poder recuperarla[ ...] yo la entrego libremente.
podía decir que había cumplido toda su obra mesiánica fun- Tengo poder para entregarla y rengo poder para recuperarla:
dando la Iglesia. este mandare he recibido de mi Padre• (10,17-18).
De1engámonos ahora en el primer verbo del v.28: •sabien- Pero b palabra tetéleruzt (.Consummarum oc•) pronun-
do• (eiáli<). Este gerundio se aplica tres veces a Jesús en la se- ciada por Je.ús moribundo {v.30) describe igualmente su con-
gunda parte del evangelio: en los versículos de introducción ciencia de halxr cumplido su obra de salvación por amor "
al relato de la cena ( 13, 1.3); al comienzo de los dos capítulos la comunidld de los hermanos. El verbo utilizado aquí (u/éo)
deriva del sustantivo 11/.os (finalidad, objetivo), que leemos
.a Gt1.uo11 nll R1<1c:urRSBr1tc, Libn- áe g/,ori11 n honorr F1/ii ho11uniJ, 10, 1: Pl precisamente en 13, l, en el versículo solemne de inrroducción
194,11058.
° Cf A. MütLU, Frr/,Jia-Mana. Di< Emkit Marl;u unJ Jn. Aírchr (l'riburgo a toda la sección de la pasión: •Él los amó hasta el final•; y •él
1955); O. Srn•m •Om, Maru, •rrNl)p< J, l'Égliu (Par(J 1965). los amó hasta la manifmación suprema de su amor por ellos•.
-...
112 El MISTEOO DEL COAAZÓN TRASl'ASADO C.5. El SiM80USMO DE LA SANGRE Y DEL AGUA DEL COSTADO 113

Jesús manifie.ta este amor supremo en la cruz, cuando. en la Pero hay que señalar que esce deseo de comunicar d fa.
pcrwna de su mJdre y del discípulo amado, establece el nue-.·o p1ritu a la Igbia viene expresado por el mbmo Jesús antes de
pueblo de Dio> y le comunica el don del Espíritu Santo. La morir; e> la última palabra que pronuncia ames del •Consum-
elevación de Jesús en la cruz se convierte en una •exaltación•: matum CM• final: en los vv.28-30. las palabras• Tengo <cd• se
él empieza a ejercer su realeza mesiánica en la nueva comu- hallan, pues, imenadas entre las dos recurrencias de urlle>tat
nidad crisciana. Las úlcimas palabras de Jesús, su •Consum (•Se ha cumplido•): el primero, recordémoslo, formaba par-
matum ese•, son como un grico de triunfo del rey mesiánico ce del comentario del evangelisca (v.28); el otro, que aparece
sobre el trono de la cruz.
desp11is de •sitio• (v.30), es una de las palabras de Jesús (es su
Observemos, por último, en 19,28, una última correla- última palabra). Esro quiere decir que el deseo de cncrcgar el
ción enrre •omnia comummata sunt• y •sitio• al final del ver- Espíritu a la Iglesia rambién forma parce del cumplimiento de
sículo, donde Jesús expresa su deseo de donar el Espíritu a la la obra me.iánica de }mis.
Iglesia. Analicemos atenramcnre las múlriplcs aniculaciones Qucdamo' a<0mbrados al ver la riqucu que envuelve a escas
del v.28. que se compone de cuarro parces. Las ua primeras, do.< palabras: •Sitio• y •Consummatum ese•, con lu cuales Jc.ús
en las que el evangdisca comenta el episodio, estfo oric:ncadas termina su mi,ión; pero es precisamente de este mikitat final,
hacia elpll.SIUÚJ, que se aleja cada vez má.: las primeras palabras con todo lo que revela del .alma sanca• de Je.lb (Guillermo de
(.Dc.pu6 tk nro•) se refieren a la escena anterior; la -egun- Samt-'lhierry). de su vida profunda, de su rondmcut mesi.ínica
da cláusula (•rodb cscaba cumplido.) quiere serialar que o.te en el momento de su muerce, del que la sa11grr del roJ/IUÍo tÚ
último actu de Jesús moribundo es como Ja conclusión de la }mis pasa a ser símbolo: primero, para los testigos del C1lvario;
obra mesiánica, de roda su vida; por úhimo, la perspectiva se después, para todos los hombres hasca el fin de los tiempos.
amplía hacia atrás aún más en la última frase: Juan nos dice
aqul que así cambién se Uevaba a cabo el cumpl imicnco de 2. P•L\emos ahora de nuevo al tema p11eumt1tológico:
la obra mcsidrlica descrita en toda el A111ig110 úsrammro (•la el don del Espfricu que Jesús deseaba viene simbolizado por el
Escrimra.). IOdo esto forma parce de las reAexiones del evan- agua viva. Ya hemos hablado de ello. Quisiéramos ahora com-
gelista. Por d conrrario, la última palabra del vcr.ículo es de prender mejor su relación concreca con el 1(11111 cristológico (ver
Jesús: • 1~ngo sed•. Esra palabra se orienta en senrido inn:r<o: el cuadro. p.íg. 104). Después de codo lo que <e ha dicho an·
abre la ~rspcctiva del tínnpo faruro, la ecapa que comenzaría teriormente. bastarán unas breves indicacione>.
dopu6 de la muerte de Jesús; esca será la era del bpíritu. La
obra de Jesús. meta del Anúguo Tescamenco, ser.:í continuada ocro1l1io. ü Kmtlc1~f'ft 1Utcflridomás pkno.Unocn la condcnd.a mcsian.ic:ade
por la acción del Espíritu durance todo el tiempo de Id Iglesia. Jnús. En n< lug;u ~ iodo"' conccu. iodo k" unifia. En dla .000 adqui<"'
JU signifiado Jdinitivo. f..n db st tb con toda cbridad d paso dC' un To•amcnto a
Estamos aquí, en esta conciencia mesiánica de Jesús moribun- Olro, La alquinlla qiJiC truuf'orma a u.no m otro. En db tr: concxnua ,oo, la d.W«-
do, en el punco de intersección de las dos grande, partes de la UY dt )o¡ dot Ta.t.a111en1c1'! d ~un'O en su totalidad a, cngtndrado por d Antiguo,
economfa de la salvación•<, r .i1 ml1omo tic:-mP'l el Anllguo por encero se h.aJa intC'rpm-ado en d ~ucvo f... }.
Ja.ú.\ a con.14icntc Jr llev•r .a c.:umplimiento la rdisJón Je hr:u:I., y que e11U K hac-e
cntoOCD en él 1.:01nplc:1.inlcntC' ~piriruaJ. Él es coni1cicntC' de Lle'\·;u a i.:u1npltmk'n10
'4 1':1 <"n-01.i c.:ont·icntia mt~fanj~ de Jesús donde ~e ttali1.a la continuidJJ cntrt y. .i l.i ...·c:11 de tr.inifigurar. de llcva.r a cumplimiento transfi¡,tUr.1.ndo ¡.,.J , F.sta in·
d Antiguo ·JC:11.unenco y el Nuevo. \'er a ntc rcspcclo un tcitto muy bonito dC' tuición Je JttiÚ\, C.IUC't::.\ ~u conciencia de su papel de S.tl ...·ildOr.:Kt.i CXf'líC'~.;ad.l dt mil
Jf. de l.ub.i(.: + f' n nuenro mundo, la <."Ontinuicbd objcci ..·a entre l.J figura y l.t rc;a.li· m.Jncr.u 1)()r la u.1e.lu.:lón crlnian-a..... (His101re n Espr11. L1nterprt1atlo11 tÚ /'f:trlturt
~ro CSGl no debe tc'r buK.:idA en
dJd lt tr.ldUc.:c cn un.'.l ('.()nrinulJ.ad de conciencia.
""'"' º"'"" 1ruis 1?·•01 408-409).
' 114 El MISTl'OO DEL COllAZON TRASPASf.00 C5 El SIMllOUSMO DE lA SANGRf Y DEL AGUA DEl COSTADO 115

En cada uno de los ere:. versículos (vv.28.30.34) todo se re· '<:parado, rocalmente indepcndienre del mismo Jesús, sino que
müe a Jesús. Es él quien dice: •Tengo sed•; es él quien •cncrega o el f.<piricu de Jesús; me1or aún: csre Espiriru comunicado
el Espíricu•; y e. igualmente de su cosrado del que sale el •agua• por Jesús a la Igbia (~ la realidad simbolizada en el agua) es
que simboliza el Espíritu. También es del 1mo tÚ j~ÚJ del que la vida profunda de Jesús milmo (.la sangre.), acrualizadJ en la
brotan los río> de agua '·1va del Espíricu (cf. 7.38), como el Iglesí;a por el &pirícu; es Cnsro quien •igue est<lndo presente en
agua viva salía del templo escatológico en la visión profética. el Espir1ru. En una conferencia reciente celebrada en Roma, el
Jesús es realmente el templo del Espíritu; con Orígenes, po- obispo C. Dagens decía: •El misterio del Esplriru Sanro es in·
demos decir que él es la •fuence del Espíritu· · . Pero dcbemo.. <epuable del misrerio de la cruz de Cristo•; la tan-a más urgente
obscrvu aún otro deia.lle del v.34: la cscrecha unidad <e po- de la Iglesia de hoy o la de ·revelar y manifestar .U mundo con
dría incluso decir la fusión, la mezcla- entre la sangre y el la fuerza del Espíritu Samo [...) que la cruz de Crisro es para
agua. FJ verbo "~ió•, que evoca al agua del Templo en Ez 47, siempre el cenero y el punto culminante de nuesrra historia••'.
se encuencra aqui en una posición enfática, delante de do. sus- A la luz de lo< análisis anceriorc., rambién podemos con-
tantivo<: •Ialió sangre y agua• (que el verbo esté en singular es cretar: el •agua viva• del bpiritu hace presente en la lglc.>ia •la
normal cuando el sujeto es un plural neutro: haima ltalhydor). sangre• de Jesús; el Espíritu empuja a los creyentes a unirse a
AJ texto profético que anunciaba únicamente los ríos de agw Cristo Jesús y a vivir, a su vez, lo que la sangre simboliza. es
viva (CÍ. Jn 7,38), Jwn añade la palabra Sllllt;rr: es decir, que decir, la vida filial de Jesús, m obediencia al Padre, su oblación
entre el coscado de Jesús, traspasado por la lanza, y el agua imerior, su amor salvífico hacia los >L1yos; y la sangre que sale
del Espíricu, se interpone, por asf dedrlo, la sangre de Jesús. del costado de Jesús después de su muerte es signo de que, en
O m~ bien, lo> dos elemento. parecen mc:zd;u~c para formar el Espíritu. él aceptó libremence esta muerte para la salvación
uno solo. Es qui1.ás lo que la tradición sugiere, aunque 1ncons- del mundo Un 3, 14-17). En concra de lo expucsco por R. Gi-
ciencemenre, cuando señala que la mezcla de sangre y de agua rard hay, por tanro, que sostener que la oblación interior de
da un color ros.icco: •sangrr rosada• (rruorrm romnn). dice el Jesús consúruyc un •venbdero sacrificio·· esrJ es ese <acrifi-
himno de vísperas del tiempo pascual; y santa Gernudi<, en la cio invisible• del que hablaba san Agustín.
contemplación de la •herida sacrosanta del costado., relata que Así se prolonga y se actualiza en la comunidad criscbna la
ella •fue purificada de toda mancha en el agua muda (in aqua acción redentora de Cristo, porque él transmite a los creyentes
i/Ja ro111<ea) que la lanza del .\Oldado hiro brota,..• . ¡Qué quiere su vida profunda y les concede la posibilidad de panicipar en
decir? Si no es demasiado minucioso querer dar un alcance teo- ella en el Espíritu. La Iglesia, en efecto, no e; nada más que
lógico a decalles tan pequeños, podemos preguntarnos cuál es la continuación de Crisro (cf. Gál 2,20); el Espíricu Santo es la
la realidad simboliiada por esta estrecha unión (hay que decir accualidad de Crisro ". La vida de fe de los cristianos, en el
•mc:zda•) de sangre y de agua, porque c.tá claramence señalada Espíritu, es participación en la vida de Jesús.
en el texto. El sentido solo puede ser el siguiente: el Espíri ru
no solo es comunicado por Jesús como un don aurónomo y .. a.. 0 ..CL'>. L'áprú s.;., Pawdn ,¡.,., l'bú#irr Jts ' - ' - "r,,.;," /"~
raro d<i•"rJado de una confnmo.b cdcbr.Ja d 5 de •bnl 1984 en d Ú'lll?'C
" OolctNES, In loan , fngin. 48: GCS IV, 523. 8-9. d'trudco S•onr-Lou1>·dc-Francc, R<>m;. p.2.
.. P. Dovtu. ú Hhvu1 IV,2, 5: SCh 255 ..lO. Cf. rambifn S. C1RJt0 01 A1 •· " Cf. 1\.. GruilauN, ú S.ml f.¡pn~ """'1h1I tlu O.rnt (Gincbr.1 1978);
JAA-OIJA, /,,;o.,,. &. XJI: •Lancea l..arus riu.J pctfudiunt. """" trwr "'lw Mhlld ,.\. Nouou. •Ocr \.dsl als Gcgrn,.-.n jcsu-Ch..U.... en\\: IV.u .. («!.).(~­
tcttuni1 .... • : PG 7<4.678. _,,¿,,en,,,,,~¿,, P>tn.-.t.ir-1Friburgp t979J 132·1~.
\

116 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C5 EL SIMBOLISMO DE lA SANGl!E Y DEL AGUA DEL COSTADO 117

4. Conclusión cendal de la escena, e' decir, en la \ubjctividad de Jc.1ús, en su


conciencia, es normal que e'tos ª'pectas hayan \ido percibidos
Hay dos aspecros nuevo~ en esta interpretación de J n y vividos sobre codo en la mísric:i mcdkval. He aquí cuatro
19,34. El primero comiste en l:i imistencia <Obre la concen- ejemplos:
rración cristológica del pas:ije; l:i sangre y el agua del costado
traspasado de Jesús simbolizan -y hacen entender- lo que 1) Recordemos el >t'ntido del ·C'.onsummatum csr• al que
]mis vivía en lo más profundo de si mismo en el momento remire el símbolo de la s:ingre: Jc>ús declara hahcr cum-
de su muerce: su obediencia al Padre, <u .amor a los hombres. plido perfectamente la misión que ..e le había asignado
la acción del Espíriru. U símbolo de b sangre que sak tkl en la E...:ritura; manifie.\ta así su obed1mcill fi/1al al Pa-
coscado nos pcrmire acceder, a cravés de esca •puerca de la dre. Esre tema ..e encuentra <'n sanca Catalina de Sie-
vida•, a la conciencia de Jesús. a su •alma '>.lnca•. A pesar de na, si bien no está rdadonado con nuestro pasaje; Dios
la ausencia de las dos palabrm •abrió• y •corazón•, al recurrir dice a la unta: •Que: vuc.,tro lugar, donde vos estéis,
al simbolismo y al análisis del contexro, encontramos dos u- sea Cristo crucificado, mi Hijito unigénito: viviendo
mas tradicionales: la •apcrrura• del cosrado y el •corazón• de y escondiéndoos m L1 gr111a de su cos111tÚJ [..• ]. Fn ese
Jesús. El •agua• del costado, por ocra parce, simboliza el Es- coraz.ón 11bimo encontraréi' mi caridad y la de vuestro
píriru del que Jesús era templo y del que pasa a ser fueme. La prójimo. pero que [... I para honra mía, Padre ecerno, y
estrecha conexión de lo, símbolos de la •sangre• y del •agua• para cumplir¿, obedimcia que yo le impuse p11ra vuestra
se concluye del análisis anterior, que no hace sino rcfor¿ar lo salud. corrió en la ignominiosa muerte de la santísima
que ya habfamos señalado en el esquema: el asombroso pa- cru1 .. 1'1•
ralelismo emre el tema cristológico y el umn pneumatológico: 2) El a~pecto filial de esta vida profunda de Jesús fue su-
la sangre y el agua son los símbolos de la vida de Cristo y del brayado por Guillermo de Saint.°lhierry en un texto
don del Espíriru. Como se ha dicho, la estrecha relación entre ya citado 11 • FJ nos exhorta a •que, mediante la puerca
la cristoÚJgía y la p11mma1ologfa es un tema muy csrud iado en abierta, entremos todos en vuestro coraz.6n, oh Jesús,
estos úlrimos anos ... Nuestro pasaje ofrece una visión nueva [ ... ] hasta vuesrra alma santa•: y pide al Salvador que
de ella .. Ahora quisiéramos comparar cMas conclusiones con abra el costado de su cuerpo •para que encren aquellos
las interpretaciones de Jn l ?34 en la tradición medieval y que tksran ver ÚJs secretos del Hijo• 12•
pacrísrica, de las que se hizo un breve resumen en la primera 3) Por otra parte, en san Juan, los ríos de agua viva que
parre de esre esrudio. brotan del seno dl' Jcsú' "'" un símbolo del Espíritu
El esrudio del símbolo de la ·~ngrc• nos ha orienrado, (Jn 7.38-39): Jesús es el templo del Espíriru o. como
como decíamos, hacia la •interioridad• de Jesfu moríbundo: decía Orígenes, •la fuente del E.lpíri1u .. El tema vuelve
esca interioridad se expre•a en las do, últimas palabras: -sitio• a aparecer en el Heraldo de sama Gertrudis de Hdfui, en
y •Comummatum est•. Por el énfasis en la dímensión exis-
'° l. T"""~º (al.), DW,,Z. úlLt ~ (Flormda 19281 c. 12"6, 11.
Cf. po< tjcmplo. M. lloaoos1. •Crlstoio&u • pnauna1olopa. i:..auo
ft 374.
parquakc..-anoc!I Criao e ddlo ~pimo-: úrr., ... ~ •1 (l9RI) •32-192; l. Dli " Ver m» aniba, noca 4
LA Porn.•rr.. •<luis:iologk n pnnanur~ J.aru \<.. }roan•, en C..o'Ct.tU'liiJO"f " •Apcri nobio brus coiporis rul, ur 1ngi<JW.rur qui dnldcnn1 vlcktt occuha
81a11qn Pu'-nm:.u .. /lió/ut C~ll'arú 1984) 271-287. Fdü., Mtt/JutioM · - · 6: PI 180.ll6A
h 118 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TIVISPASADO
._

C.S EL SIM80USMO DE LA SANGRE Y DEL AGUA OEL COST"DO 119

un aparrado mulado ·El corazón de Cristo morada MI roda la hisroria de la salvación <IJ entrJ.da en el parllio o en el
Espírihl• ,1• arca, que prefiguraba la entrada en la vida verdadera, a trav~
4) Finalmente, jumando Jn 19,28..~0 y 13.1 hacía percibir de la aberrura del CO>tado); r por otra parte. la de la Iglesia}' la
que, para d e\'angdi~ta, la muerte aceptada libremente vida sacramental, mediante la ~<ial se realiuba dicha entrada
por Jesús era igualmente maniíciación suprema de su en la vida. Hay \Obre todo un aspecto que adquiere gran im-
amor 11 los suyos. E.ca idea, que ya estaba pre<ente en portancia, tanto en la liturgia como en lo> Padres; también lo
d rnto de ~nta Caralina de Siena que acabamos de encontramos en Pío XII , en JIJunnis ,A,¡wu: •&del Corazón
mencionar". es frecuente sobre todo en santa Gerrru- herido de nue>rro Redentor del que nace la lglesia•s7• Y se cita
dh: ·lle aqur cómo, a causa MI amor que stmro por ti, a menudo a este re>pecto d himno de vísperas de la .mtigua
he ~ado suspendido por ri, desnudo de.preciado, el r fiesta del Sagrado Cora1ón: ·Del Corazón desgarrado nace la
cuerpo cubierto de herid.u y todos los miembros dislo- Iglesia, e.posa de Crino (n: Cortú rrfoo eaksia I Christo iuga111

amor por 11 que ...• .


,,
cados. Mi corJ2ón esc.1 conmovido por cal dulzura de 11asdtur). Este corazón es la puerca en d lateral del arca (hoe os-
ltum arcae in laterr m} para la s,¡(vación de los hombres•. Pero
si no queremo> quedarnos en las metáforas, debemos explicar
Pasemos ahora a la época de lo; Padres. ¿Cómo situar nues- lo que se quiere decir cuando se afirma que la Iglesia •nació•
tra ex~gesis en relación con las 111terprecadones patrísticas, de del costado traspasado de Jcs1h , ••
las que antes hemos podido ver alguno\ sabios reprt.:5entativos? Por otra parre, ahora surge cspont.ine.imente una segunda
Los Padres, para explicar Jn l 9.34, suelen situar el versículo cuestión: ¿el posterior dc.>arrollo de IJ teología patrística y de la
en una perspectiva mucho más amplia "': por una parre, la de liturgia siguen teniendo codavía algún fund.imcnto en el texco
de Juan? Porque, si fueran totalmente extrínsecos a él, serían in-
\) Ene e-¡ C"I pasaje 1n;h Impon.UH<-: ~<:on10 un á.guil.i c.1uc, con ,·udo rípido. consistentes a los ojos de la crítica moderna; muchos exégetas,
caC' sobre un adá\·cr, ~I (el ~.\plrilu .\,11110) t;c pm.:ipiró. <n form.i dt ¡nlom.a, ba por rigor de método o por ind iferencia, hasta con desdén, los
ric:ndo lob alas vdo1mt-tHc', '-Ohrt <'I ~.u..rainento Je la viJ.1, busc;indo, por ad decir·
lo, d LOr.U.Ón dufcisimo Je JC'Sl'.i t , y C'll éJ f'<'nt'ICÓ , pat.1 fl\Ustr.11 claraJbC'ntC' que (J
descarrarían como ajenos al texto del evangelio. Por el contra-
mhmo t1tilb.a encerrado, de Íurm.i J"<'rft-\t..i , en d pnho \anlf1imo•. P. L>oYLRF. I ~ rio, si la tradición no hace sino poner en evidencia y amplificar
Hm>t. IV..18,6, ":h hS, l'l'J. Y un po<<> m¿\ •mh• (IV,38. J) en d ><gundo de las posibilidades dd texto que dhora pueden ser iluminadas con
los dos (t--'tm rnenóniudoJ al pnn<.-ipin. dl.1 Jiu: que •t·l l~plruu Parjd1co, a t.ravCs:
del Coriidrr MI Híjo tÚ lhft. le' JC""D.mil,,. rl <0nu.611 M los rkpJoP> (cradu<..uÓn
un análisis riguro<o de la c.\tructurd del pa.sajc, el caso es distin-
nuntra). ro: entonco estas interpretaciones poMeriores son valiosas para
W \'é.ue \. , ( "'A \'AUH"'I (cd.), ~hl (:.u/.i,.. ~~AL Ú~'fÍ (Rom.a J978) el mismo biblis111. porque pueden ayudarle a percibir mejor las
°'1zti.Xl/, p.140 y n .2 1.
"' P Do\'1.... ú Hmi"1• lll,,ii) ,.:\: SCh 1-43. 1912; a te a el 1010 btíno~ •.Ectt
diferentes resonancias y. por tanto, la profundidad, del texro.
quomodo ª"" rui ,,_,;, repmdl en cruce [... l. F.i ¡.m uli d..i.:.o.,, t/vn,,,,;,
afficitw Cor mcum nga IC', c¡uoct ! ..J• (p.190). \~Cf 'gualmmrr S.\.NTA ÚTAIJSA. " 500,. cm: tema d anidio mú lmponantc sl¡:ur oitndo d dt ~. TIOMP.
Dl ~, ...... Eput#ID.., lll lSicn• 1 19 1.IJ 68. e.in• 168, · - [b] Ungtt del Hijito tk • De ,:\~uviwr l:cdewr o (A>nJt lcsu tn C'..ru,c-: Gr L\ (1 932) 489-'527 Cwn
Dios. t¡U< fue dcrnnud.o con tanrofwr ,¡, - · Y prn..J qu< en d fwr d<'" un• •poruaón muv abundmte de ...... racrutlcot , litürgicm); d ., """" todo.
urJ.Jf. Jo. p 503, ·f""!u<ntimm< docmr Parrn. falaWll ur novam &.... prodiur n ..,.¡¡.,
,. Cf. P. Buuaw••· ú Mit. l. lmw n 11 mps. F.ss.ú nMifws lCogiwio fic.aum ~ex latrrr novi ~ somnum monU dormimtis in en.ce. ( nu.mtrosaa
F"tdci. 1 14: Puú 1981) 18' •L'nlga< do Pera honcm 1-1 les duncnüom du l<fettn<W).
u,.,. bibliqur n du ftl)"Mm <ht<dm. Ello úttodic •• COIIUD<n<emnn et ala 6n ,. \f.r tobrC' etr 1mu G. 01 Baoc:u1. ·L"Íg:liw, "°'""lle- E"" nft Ju Sactt
"" l'histoir<>. Cotur•: XRTb 63 (1946) ~2S
120 EL MISTl'RIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.5. EL SIMBOllSMO DE IASANGIU: Y DEL AGUA DEL COSTADO 121

También es así c:n el caw contrario: el e\tudio ex~ético del Pero es precisamente en c•tOS do> puntos sobre los que
pasaje, bien situado en ~u conrnto, <e hace indispensable para Juan cenera roda su atención y nos ofrece algunas aclaraciones
el parró/ogo y para cJ teofogo; lo> dota de Wla inC>úmabJe obser- importantes. También en su texto se pasa del exterior al inte-
vación que permite poner cn evidencia lo más valioso de los rior, de lo visible a lo invhiblc, del símbolo al misterio; pero
remas parríi.ricos, porque hay que rlXonocer que esto• ülúmos se rraca del misterio de jesús en la cru1. Por una parte, cierta-
se quedan muy a menudo en prdigur:icionc. y símbolo,; poco mente la sangre que ~e de su CO>cado se manifiesta al exterior,
dicen de la vida profunda dd mi,mo Jesús. pero como símbolo; e.ca no• llt'\-;a al interior, al misterio de la
1'os limitaremos aquí a examinar el tema de la apertura viáa pro.fonda de jesw. Además, dos palabra. de Jesús explican
del costado de Je>ús, explor:ido tipológiouncnte por los Padres en qué consiste esta •vi&u: •Tengo <cd• y• faci cumplido., de
en dos direcciones: hada arrá. (Adán, el ;uca) y hacia delante las que: hemos cxpue>tO sus múltiple> implicaciones teológi-
(la Iglesia). cas. Lo que no> 'orprende en el tcxro de Juan es que, por una
parte, no exista ninguna incoherencia en d plano de la imagen
l. Uno de los ccxms m.is siméckos parece ser el de Agus- (cf., en el esquema, el movimiento opue:.co de las do• series
án que citamos al comienzo. Para hacer comprender mejor el de flechas): no hay m.is que un solo movimiento del exterior
misterio del coscado •abierto• de Jesús, él r~-curre a dos imáge- al interior (en el nivel criscol6g1co), y un único movimiento
nes bíblicas: la del rostndo de Adfo (y la coMÜla de Adán) de del interior al exterior (en el nivel pneum.uol6gico). Por orca
la que fi.re sacada EvJ, figura de la Iglesia; y la de la puerta del parce, Juan hace que superemos d plano de las imagenc:. para
arca que ofrece refugio a los seres vivos y los salva del diluvio. llegar a la realidad misma: el agua simboli1.a el Espfritu que
Pero hay que señalar que la imagen ju~a aquí en dos sentidos se comunica y la sangre simboliza IJ vida profunda de Jesús a
opuesros a la vc-t: Eva sale de/ lado de Ad~n; los seres vivos, en la cual cenemos acceso. Del mismo modo, Jcst'.rs dice en otro
cambio, entran en el arca. Cuando esca doble «abertura del cos- lugar que es la puerca (10,9). ya que por él se accede a la vida
cado• -el de Adán y el del arca- se aplica a la Iglesia, como (10,10); o cambién dice que es el camino hacia la vida del
en el himno de la fieqa del Cora1ón de Cristo, es en el primer Padre, pero él mismo, Jesús, es esa vida ( 14,6). Solo a la luz
caso símbolo de •salida•, de nacimiento (ex Girdnci«o eccúria... de Cristo las prefigur:iciones derivadru. del libro del Génesis
nasdNlr), en el otro, símbolo de salvación (ostium arcae... ad adquieren su verdadero significado.
salutnn )>os1111m), pero de una salvación que i.c espera enconuar Pero codo esto, sin embargo, no quiere decir que esca tipo-
entrando en el interior del Corazón (aunque esto no <e diga). logía bíblica haya perdido codo su valor. Al contrario, porque,
Para el arca, Agusrín a1iade una aclaración: la abertura era •la cuando la escena dd cos1ado tra,pa\ado de Je.ús fue explicada
puerta de la vida•. Pero aquí todavía nos sigue molestando cier- en sentido criscológico en su contexto jofoico, el recurso a las
to excew en la dialéuica: a trav6 dl· esta •puerta• se erara de prefiguraciones del Antiguo Te>tamenco permite así darle una
•mrrnr• en la vida (mrrarur); no ob,tante. Agustín cxplíca que a amplitud mucho mayor y situarla en el conjunto de la hisroria
uavés de e.ca puerta ·brotaron (martat'N'llnt) lo. .acramentos•, de la sal~-;ación: así nos aruda a comprender mejor que verda-
y he aq1;1í de: nuevo un movimíenro de salida. :-.;o, prq,'Ulltarnos deramente •el Corazón de Je>Ú> (es el) coraLÓn del mundo• ~9 •
adenús qué es esca salvación. e>la vida. El autor no lo dice, y
se comprende por qué. Sí en codo e.ce desarrollo no habla de " \•i- el dtulo del .,,iumcn de w~ del l:ongra<> <k Toulo.uc: de 198 t
Crisro, e:; porque se queda en el plano de l.u figuras.
u~"'Jmu-"" --·
'122 EL MISTERIO DEL COAAZÓN ~~ C.5. R SIM!IOUSMO DE LA~ Y DEL AGUA OELCOST.A,00 123

2. Hay que hacer una observación parecidi par.i 12 pers- que entendamo> la cxpre>ión de un modo un poco diferente
pectiva edei.ial que los Padres a menudo abren a propósito de al de los Padr~. Hay que recordar que, en el cuarto evangelio.
Jn 19,34. Recordemos que, <egún la interpretación m.ís tr.idi- la e.cena del C..alvario tiene también una dimensión eminen-
cional, canto en Oriente como en Occidente, la Iglesia nació temente ecloiológica: el relato del episodio de Jn l 9,25-26
en el Calvario, dd costado del nuevo Adán"'. La c.-xplicación (la madre de Jesús y el discípulo amado al pie de la crui) pre-
más común decía que el agua y la sangre del coscado represen- cisamente desarrolla el tema que estamos tratando, dado que
taban los sacramentos del bautismo y de la Eucaristfa, que son describe el nacimimro de la Iglesia (María es aquí la «Iglesia
la puerta de acceso a la Iglesia y a la salvación 41 • Pero en esca naciente• y el discípulo la figura de los creyentesº'); la mirada
representación, el objetivo queda desenfocado: ya no es Cristo de fe dirigida al Crucificado del costado tr¡¡¡,p,~ado ( l 9,37)
en la crui el objero de la concemplación; solo <e le ve como simboliza la mirada de fe de codos los creyente~ en la comuni-
punto de partida de la vida de la Iglesia. Ya no se erara de •en- dad cristiana (cf. J9.35: •para que también vo,otros cre.íis•).
tr.ir• en el Corazón abierto, como exigiría la comparación con En la pc"pecciva joánica. se puede decir que la Iglesia se cons-
la entr.ida en el ara de la salvación, y como dirán m.b carde los tiru~ en torno a Cristo •elevado• sobre la cruz, en b mcdidi
místico> medievales (véase, más acriba, el texto de Guillermo en que los hombre> lo •concemplan•, creen en él y participan
de Samt-Thierry), sino de entrar en la Iglesia (inmu in ~ak- de su ,·ida. Lo que decía del buen pastor vale también aquí:
1iam). En el evangelio de Juan, por el contrario, como creemos el rebaño mc>iinico se forma en torno a Jesús-pastor precisa-
haber demostrado, la perspectiva es directamente cristológica. mente porque las ovejas -sus ovejas- le conocen (10,27).
aún no es sacramcncal ni eclesial. Este sentido inmediato del Paralelamenre, Jesús •elevado sobre la tierra• atrae a todos los
cexco es imporrante para la misma interpreración eclesial, que hombre~ hacia sí (J 1,52): esce único punto de convergencia
fue difund ida por los Padres. Permite conec1ar los sacramen- (in unum, til htn) en romo al cual todos se reúnen parece se-
tos con su íuenre, la vida de la Iglesia con la vida de Jesús. Es ñalar a Jesús en la cruz•'. La condición para que csra unidad se
necesario mostrar que la •vida• nueva comunicada a la Iglesia realice es que codos •vuelvan su mirada al que han traspasado•
por los sacramentos del bautismo y de la eucaristía no es sino (19.37). Es. pues. precisamence a través de la mirada de fe a la
la misma vida de Crisco, precisamente la que se nos revdó en herida del co\t.1do por lo que los hombres pueden pa.rticipar
el epi,odio de la cru~. De lo contrario, se tiene la improión de en la vida profunda de je>ús, en su vida filial, en el amor a los
que la Iglesia e>t~ demasiado separada de Cristo. suyos. en la vidi según el Espíriru que él mismo comunica. C>
Pero si queremos continuar en la ópcica cristológica de <an decir, en las do. dimensiones de la ,;da de Jesú\ .simbolizada
Juan, ¡podemos seguir afirmando que •la Iglesia nació del cos- por la 5angre y el agua de su costado traspa.ado.
tado traspasado de Jt>ús•? Parece que sí, pero a condición de Podcmo> concretar esto aún más, poniéndonos a la c\Cucha
de todas las n.'>Onancias del rema del agua viva en san Juan. El
!'l' \ •b k ~. TitOM'P, •lle .!".trt,1u1c Ecdesiac: ex Con.k letu in C..nx;e. , a.e;. Alta~ agua que •sale del costado• de Jesús es el agua viva del F.spíriru
d1mCK un tntJmonio de SAN F-Fli:s, ..c.om~ntario al F.van¡:clao concunbdo•, 21 , I )
S<..ñ 1l l. 180. • l>t 11 J.1Úó "'"!!"• que nos Ubró de la e<d.v1tud. y •pu. pm qu< « (19,30.3-l). Pero, como decía el mismo Joús a la samaritana,
1.avara y purifiara de la. 1naJV;1da csdavirud qu.i(l1 5( acercara a la ungrc rnlcnrora.
~él ....,lió iotngrc y agua, C$ decir, la 1nisma Iglesia. edificad~ sobre' e:ri.\[C.M. u Vé:a1c nuc~tN articulo .ta marcrnidad espiritual de ~t.uf:i y l:i fund;¡ci6n de
" Cf, p<ir ejemplo, SAi< AcuST11<, ConfTtl F•UJtum, 12,16: CSl' I. 25/2.345- I> Iglesia (Jn 11),2$·27)•, <n nucnn obra u wrtÍlld tk }tsU, (8"(~ M>dml 1992).
346; ver nn.~7 y -;9, •Ne1no quippc intr:u in ccxloi;im , nhi pcr \.\cra1ncnn1m tJ Cf. D . ~1AA7fYrTI>. /_'"nitiI tkgl.1 114mini ntl Vdnirlo di (,'1ot11nn1 (Uroda
rc1ni»it>nil pt'l.;l<llorum: hoc autcm de Christi l.lccrc .tpc-nc man.&\'it•. 1979) IJ 1.18
'124 fl MISTERIO DEL COAAZON TAASI'~ C 5. El SIM80LISMO DE LA SANG~f Y DEL AGUA DU COSTADO 125

todo hombre C>taría invitado a •beber• de ota agua que él cs- vida mi'm.i de Crisro, transmitida por el fapíritu a •U Iglesia')·
raba a pumo de •donar•; así esca se convertiría •dcncro de <'I en La vida de Cristo pasa a ser ahora la ,.¡da de la lgle,ia; decía
un >Urtidor de agua que salea hasca la vida eterna• (4, 14). No san Ambro>io: •la estancia secreta de la lgbia e• el cuerpo de
obstante, esta agua viva estaba al principio en Jesüs: •De s11s m· Cnsto'
tranas manarán ríos de agua viva• (7,38); por tanto, para aque- Dicho c>tO, en un segundo momemo y en un concexto
llo> que tiencn sed y creen en él, Jesús es la fuente de agua viva. eclesial, es legítimo hacer una nueva lectura del pasaje, una
Pero esta .1gua, que •sale• de su costado en la cruz, simboliza lectura sarrnmental. Juan mismo da ejemplo de dio en la pri-
su vida profunda. Esta agua debe ser •bebida•, es dc:cir, acogida mera cana: recuerda que Jesús •vino... con agu.1 y ~angre»
en la fe e interiorizada por cada uno de los cr•')'entcs. Así nace y añade (est.1 ve1 en presente) que •el F.\pírilu, el agua y la
la Iglesia, así <e desarrolla la vida de la Iglesia, porque esca no es sangre... dan un único testimonio• ( 1 J n 5,6-8). l.a inver·
más que la participación en la vida misma de Jesüs (la •$311gre•) sión de los términos (.agua y sangre• en lugar Je •~dngrc y
que es actu.1lizada en la Iglesia por el Espíritu (• d •agua.). agua• de Jn 19,34) se explica en parce por la alusión al bau-
Así, cuando los Pad~ dicen que la Iglesia •nació• dd costado ásmo y la cucariqía. Es el tipo de interpretación que rcroma-
(o del corazón) de Jc>Ús, si enáendcn e.to en un sentido direc- r.i la 1uJición posterior. Pero la interpretación Jirco.imcnrc
tamente cr4tológico, siguen perfccrameme dentro de la óptica crisrológica Je la sangre y del agua, la que Juan proponía en
joánica. Podemos citar en esce senádo un texto muy sugerente el cuarto evangelio, se p~upone y es indispcnsahlc: la vida
del r,eudo Cipriano: nueva Jada a los cristianos en la Iglesia n la vida dr Jesús, que
había ~ido rcvdada y comunicada en la cruz. f.l mismo auror
L.1 lry dt los rristianos es la sama cru1 de Críuo, el Hijo de la carta insiste en dio: •Dios nos ha dado la vida eterna y
de Di<» vivo. fato es lo que dice tambi~n el profeta: •Llevo
esta vida md m su Hijo• (1Jn5,11).
tu ley en mis mtrnñt1P> (Sal 39,9, fat.: kx tua m mrdio ''"'tris
mri). Fue golpeado en el costado de sus cnuaña.1; se derra·
Nuestra interpretación del episodio relatado en J n 19,34
mó abund.1nremente sangre mezclada con agua de 1u uno, solo quiere poner de relieve el •Sentido espiritual» en el doble
11 construya su lgltsin santa y le transmitió la lry um.1de111 significado que se da a csta palabra en la tradición: desde el
paii¡jn, porque había dicho: •Si :tlguien tiene .....J, que venga
a mi. quien crea en mí•, según la p..!abra de la facricura: " i:J cstudl<> de Ot BWGUr, l'q,l¡g -"""· inicr=ntc po< w e>phc:ooon<>
•Dt sui nitruñas manarán ríos de agua viva..•. trológias q"" ofrw:. es lin <mb.ugo dcccpdorwnc dcsJc d punto de: •bu btbüco.
El auto< no lle¡;> a •ldumhnr m b acma d< b bw..dl un •fmloolo Ud amor de
)<sú<: ·On chcrd>cr•ir W>in<m<nt k •rmbok d"un amour prácnt et ocúf -Ji«-
La lgbia •nace- direccamenre de la herida dd co>udo. dms b ~ ung)>ntt <t inmimtt du S.......r• ip.19) . .,l>ttlmgwjc e poro
·del seno• de Jesús, en d senrido de que la vida nueva de lo~ joini<o! Yno cn..-ucntD ningún apc>)'O en d n:Uro del cosu&> u~ :"'<J<mO
otuc!K>. po< d contnrio. ha querido poner d< nunificsto que b ungr< cid coo-
creyente>, cuando •miran al que traspasaron• (19,37), ~ la t..lo a W1 s:lntbolo. a decir, .. rtpiph2nie d'un myst«t-. como d.iria (;, J)t MASO
(li~..,do• ,.....Ju¡...ll'an• '1968j 9):yuna de Lu raliJadcu11nbolil.ld>.<,a<k·
m.L. d< b uhl><ión fih.al J< )<>ÚI. es prcci5'Jll<ntc el ·•• fi.,,. t/Ja11 .U,,,. (J n 1U).
"' P\tl.'00 C1r1t.IANO, D< monu1lna SiM tf Si411, 9: c:sr; [ .J..~. 115. Rt'produ,i 4 "" S~s /i.MRltChlO. /n lisa/,,, ) 18,1,16: CSEL62.16 (quimol(.UJnJo un poco
mm la puntuat-jón (dift"rcntc a J~ de- Hanel) y el magní6c.:o corntnuir10 dt" fl RAu- m.is d lt'.xto): •In cublculum autt'm Chris.ti sic inuoduc"tJ «elei¡.1 (...). Cub1lu
NER. ·•Mu1ñin.a de vt"nt1~ Chrisri•, a.c., 385-386. \'cr t.Jmbi~n t:. B':JUNI, •"'O:al lu1n «<.lc\1aC" lO'JlUI e.'it (:hrhti; introduxic canl rcx in omn1.a lnH·nor.;a 1ny.itria•;
sanguc e dalJ'a,qua del nao c:o,ra10 cosu-ul la sua 5"Ulta Chic.¡,.¡'" {I\cudo-(:iprianu, ni
cf. t~mbién S. "°""aoo, In Cant., 61,4, que aplica .f()r.unin.i pc:trJe• dt" Can1
Dt 1nQn11hu1 S1na tr ..'iJon, 9)•, en Santue e a11tropok>g111 b1blu·d n~U. /1t11rxia (V 2,l4 it Ion •vulnera Chri~ti•: •Patct arcanum cordu pc:r for.&mln;a 4'11rporu, patee
~1na.Jl.i Jd r:cntro Je l·:...rudi& Sanguis Chri5ri) (Rom;i. 1984}. m:ignun1 1lluJ p1C'1a1i11 sac..ramcntum, patcnt v~cra mUcrkorJiat'.JI (()/'<'"• 2.1S1 ),
_,.
126 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRA.sl'ASADO

pumo de vista objetivo, d •sentido espiritual. es el •sentido


imerior- de un pasaje del evangelio, su sentido cristológico,
su relación con el m isrcrio de Cristo; dC'de el punto de visra C..APÍTIJt o VI
subjetivo, es decir, de.de el punto de vista del principio ime-
rior que anima a los ~ntn. '" el sentido pneumatológico, SANGRE DE C RI STO Y OBL.ATM DAD •
ese que se d=bre a la lu1 de la fe, en comunión con la con-
ciencia de coda la tradición eclesial. Pero hay que destacar que
en Jn 19•.34 d tema cristológico y el tema pneumarológico El versículo de Jn 19.37 parece ser para el evangelista de
convergen y acaban fundiéndose: el misterio de Crisw es el una importancia extraordinaria. Junto al v.36. forma un bi-
misterio de la vida filial de Jesús, pero precis.amente así es cam- nomio de citas b1blicas que >irven de rcAcxión conduyen-
bién el misterio del f:spiritu, es decir, el misterio del agua viva re, no solo tras el episodio rdarndo en los ,·ersículos ante-
dada por Jesús, la cual no tiene otro objetivo sino permitir la riores (J 9.31-34), 'ino ad final de rodo el relato de pasión.
entrada de los cr~"}'cnte• en el mismo misterio de Cr/Jro. En efecco, la combinación de dos ciras bíblicas para concluir
La exégesis propuesta en estas páginas tiene también cierta un relato es un procedimiento que solo <e emplea dos veces
importancia para la teología del C:oruón de Crisro, especial- en el cuarto evangelio: aquí y en 12,38-40: este último caso
mente por el esfuer7o que se ha hecho para concentrar rodo se halla en la pcricopa final de la vida pública. Esca situación
en el episodio del costado traspasado. Las con el usiones a las excepcional refuer.ia la idea de que las dos citas de 19,36-37
que hemos llegado no hacen más que seguir las intuiciones forman una conclusión solemne de un aparrado muy amplio,
de la tradición, sobre todo las de la mística medieval, y dan es decir, sirven para seihlar d significado teológico de toda la
mayor densidad a tres invocaciones de las lernnías del Corazón pasión de Jesús.
de Jesús:
El primero de lo; dos textos citados ( 19,36) es proba·
blemente un pasaje del Éxodo, donde se describe d ritual
Corazón de Jesús, tras¡);UJdo por la lama ...
del cordero pascual, en la celebración de la primera pascua
CormSn de Je1ús, lleno de amor y bond.1d ....
Co~.uón de Jc,ÍI\, fuente de vid;i y santidJd ... en Egipto: •No le rompeds ningún hueso• (~.x 12,46; cf.
también 12,10 LXX y Núm 9,12). El otro es un pasaje de
Zac 12, 1O: •Volverán Id vista al que traspasaron•. En el con-
rexco del cuarto evangelio, esco~ dos textos se refieren a los
dos acontecimientos relatado> poco anres. Por eso hay que
tener presente cómo C>t.i construida toda la perícopa 19,31-
37. Se desarrolla en tre' movimientos, claramente dispuestos
a modo de quiasmo (A. 8, A/: en A (vv.31-34) se narran dos
aconcecimientos, uno ncgacivo (lru soldados no quebraron las

• ~hrtkulo,publiadomú Oriú.lc....lk.. 1371111 (1986) t05-l 18, ~


d muo do b confurod.1 dado m d Conpao P""onl oobtt •U miucrio do b san·
grr do Cñ.10 y b exp<rimda crbti.in>• ((:otkgio cid Pralodssimo l..tnguc. Rom>.
2;.30 Je didcmbrc de 1985).
- \
128 EL MISTERIO DEL COltl\ZÓN TRASPASADO C 6. SANGRE DE CRISTO Y OBLATIVIDAD 129

piernas de Jesús, porque ya c.-\raha muerro) y 01ro positivo por csra muerte. Pero toma la iniciativa de la conversión de
(eras el golpe de la lan>.t de uno de los 1oldados, del costado los habitantes de Jerusalén, prometiéndole. un espíritu bueno
de Jesús salió <angre y ab'Ua); en B (v.35) el evangelista da un y una fuente que corre para limpiar su p«ado. lo• versículos
triple testimonio del sucC\o (es el único ejemplo de un triple 12, l O y 13, I, al comien1.0 y al final del pa.-.ajc, son paralelos:
testimonio en el cuarro evangelio): Juan quiere así subrayar la
excepcional importancia de csios hechos para la fe cristiana;
12, 10 13.1
por último, en el tercer movimiento, e\tO c., en A '(w..36-37),
se presentan las do. cíta.. biblias, que nos dan la interpre- !Aquel día ... ] Aqud dí•
tación teológica de los dos acomcdmientos narrado.. Dado derramaré sobre la an de brota r.i pua la C253 de Oavid
que nuestra carca es únicamente dar la imcrprecación de la David
segunda cita, es imporrance ob1ervar atemamente que este ysobre lo> habit•>ntc<O Je y para lo> habitantes de
Jerusalén Jerusalén,
v.37 es un comemario dd v.34; es decir, que el evangelista
un cspíricu de pc:rdón y de una fuente.
conecta la cita de Zacarfas: •Volverán la vi•ta al que traspasa- oración.
ron• con el anterior texto: • I e tra1pa1ó el cosrado y al punto y vo/wrdn fUJ ojo< hada mi. remedio Je errores
salió sangre y agua•. La mirad.i del crcyeme, pues, se vuelve al qu~ 1r111pasaro11. eimpure=.
concretamente hacia el coscado rraspasado de Jesús, de donde
sale sangre y agua. En el versículo de 7~1c 13, I sobre la fuente para los habi-
Pero, para apreciar mejor la prohmdidad teológica y espi- tantes de Jerusalén se puede a1iadir el texto sobre el agua viva
ritual de Jn 19,37. debemos anali1.ar brevemente el rcxco de del capítulo siguiente: •Aquel día brocadn aguas vivas de Jeru-
Zacarfas que aquí se menciona; dcspu6 veremos también los salén: la mitad irá al mar oriental, la 01ra mirad al occidental,
temas que preparan a nuestro versíc:uJo denrro de los escritos canto en verano como en invierno. El Sellor será rey de codo
joánicos. En un segundo momento, haremos un cuidado aná- el mundo• ( 14,8-9).
lisis del versícu lo en si mismo; y en la tercera parre, pondre- La aplicación de estos tres textos a Jesús crucificado es
mos algunos ejemplos del eco que nucs1ro ver>Ículo ha tenido obvia. En Jn 7,38 Jesús había anunciado que de su interior
más tarde en la tradición de la Iglesia. saldrían ríos de ngun viM; y d evangelista explica que •habla-
ba del Espíritu • (v.39). Se comprende entonces la conexión
de los cexcos de Zacarías con la escena de Jesús en la cruz: la
l. Temas implicados en el versículo de Jn 19,37 •fuente• que hrota para los habitante> de Jerusalén es el cos-
cado abierto de Jcsú>: las •agua. viva. que salen de Jerusalén•
a) El taro tÚ Lllcarias (12, 10) de Zacarías son para Juan las aguas viva. que brotan del in-
terior de Jesús (Jn 7.38), que es el nuevo templo; estas aguas
El pasaje citado por Juan pertenece a un oráculo profético llevan purificación y vida a Oriente y a Occidente. Estamos
que anu'!cia la sah·ación y la re>tauración escacológici de Jeru- aquí ante el tema de la univenalidad de la _,alvación. Según la
salén (Zac 12-14). En la pcrícopa 12.10-13.1 "'narra la muer- inscripción de la cruz que hiw poner Pilato, Jesús devado era
te de un misterioso rey-pastor, que rcprcscnra prob;ablemente •"J de los judíos• (19.19-22), pero este titulo cst.1.ba escrico
al futuro Mcsías. Dios mismo .se siente pcrsonilinentc herido •en hebreo, en latín y en griego•, lo que signifie.t que su reale-
\.

130 EL MISTERIO DEL COAAZÓN TRASPASADO C6 SANGRE DE CRISTO Y OBIATIVIDAD 131

za mesiánica era proclamada en el mundo encero. Se cumplía Crisro, es un aspecro de su realeza, fuertemente subrayada
así la úlrima profecía de /.acarias, en la que ya no se habla del por Juan en todo d relato de la pasión. ¡Pero cómo tenemos
pastor traspasado, sino dd Ser1or y de su realeza universal en que interpretar el rercer rema: Jesús que atrae a todos hacia
el riempo escatológico: ·Será rry de todo el mundo• (14,9). sí? Del pasaje paralelo de Jn 6.44-45. ~bre la necesidad de
La aplicación a Jesús en la cruz de estas dos profecías de Za- la arracción del Padre para que Je•Ús pueda venir, vemos que
carías (12, l 0-13, l y 14,8-9) ha permitido dar a la escena de •ser atraído• significa e.cuchar al Padre y deja= en.'>Cñar por
la lanzada y del agua del costado abierto un sentido históríco- él, que es la actitud fundamental de la nueva alianza (cf. Is
salví6co muy amplio. 54, l 3; Jer 31,33-34). De esre modo, la exprc..ión •ser atraí-
Veamos ahora .ilguno> texlo> de Juan que nos permiten do• por Jesús en la cruz indica la disponibilidad y la apertura
percibir nuevas apreciaciones en nue.tro versículo. perfectas del hombre a lo que Jesús revela en la cruz; describe
el movimiento de la fe hacía l.i. verdad de la cruz. Jesús arra~
hacia sí revelándose a sí mi\mo: el hombre u deja atrMr hacia
b) ÚJs grandn tnnas10.ímcos pmmt<s r11 ~1 v.37 Jesús, abrazando su verdad.
De esros tres textos 'obre la elevación de Cristo en la cruz
Hay eres temas principales de la teología de Juan que aflo- se pueden extraer ya explicaciones valiosísimas para la incer·
ran aquí: la elevación del Hijo dd hombre, la reunión de los preración de Jn 19,37: Jesús en la cruz, hacia el que los hom-
hijos de Dios dispersos y el binomio revelación-fe. bres levancan su mirada, c~rá, como un rey en su trono, en po-
sición de victoria. Con la revelación de la cruz, él atrae a codos
l. La •exalcación• del Hijo del hombre. Son conocidos hacia sí, ejerciendo así sobre ellos su realeza; la mirada que los
los pasajes de Juan que hablan de la •exal1:1ción• (hypsósis) de hombres dirigirán hacia él será una mi rada de fe. Según pare-
Crisco (3, 14; 8,28; 12,32): se corresponden con los tres anun- ce, se hace además alusión al tema de la reunión del pueblo en
cios de la pasión en los sinópricos. •Ser elevado•, en el cuarto torno a Jesús elevado, pero debemos dedicar un examen más
evangelio, no signilica la elevación a la gloria (es decir, la as- profundo a cscc aspecto.
censión), como <e dice aún con frecuencia, sino la elevación
en la cruz, o más concretamente, la muerce de Jesús, como ex- 2. La reunión de los hijos de ()íos dispersos. Este impor-
plica el inismo Juan (12,33). Este tema es indispensable para tantísimo cerna de la cradición bíblica y judía ha sido escudiado
interpretar rcológicamence la c~cna del Calvario. a fondo en los últimos años 1• F.s indispensable examinarlo un
Este cercer pasa¡e es el má5 importante: •Ahora va a ser poco más de cerca, porque en Juan la unidad mesiánica es una
juigado el mundo; ahora el príncipe de esce mundo va a de las consecuencias principales de la muerre de Jesús. El sane-
ser echado fuera. Y cuando yo sea rbv,uÍIJ <obre la cierra, drín había condenado a Jesús a muerte por temor a que vinie-
atraeré a todos hacia mí•. (12,31-32). Con\'ergen aquí eres ran los romanos a destruir •d lugar unto y la nación• (11.48).
grandes temas teológico.: Je>Ús elevado en la cruz como <o- Pero CaiF.is les dijo: •Ü• conviene que uno muna por pULbw• a
bre un ~rono vence al príncipe de este mundo; Jesús atrae a
todos hacia él; Je>ÚS reúne de este modo al pueblo mesiánico
en romo a sí. Sobre e.re último tema, el de la reunión de los
1 a. ~IC A . \uAA, C.nrrift.a J,/J".t•MI 1mmm,.,,;,,¿,,;,,, " ' ,...
"f""" G·-••ll. l· llt 19.25-lllRDm.. 19n> c.111: .u radunodci dispcni 6gll
dispersos, \'olveremo> en.eguida. J::n cuanto a la viccoria de di o;o !G• 11 ,52> • b rm:cmiu spiriuwc Ji MMia (l:• 19.25·27).. 300-01
' 132 El MJ~TI:RIO DEL CORAZÓN TWPASADO C.6 . s.<.NGRE DE CRISTO Y OBLATMOAD 133

( 11.50). El evangelista interpreta así esta declaración: •Esto no mirada hacia el costado rmspauuúJ), en efecto, se presenta como
lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdou~ la respuesta de los hombres a lo que se dice anees (sobre la trans·
aquel año, habló profé1io.mence, anunciando que Jesús iba a fo.-Wn de Jesús). Si la mirada de los hombre. hacia el que han
morir por la nación: y no solo por la nación, sino también para traspasado es una mirada de fe, como sabcmo. ya por las distin·
reunir (lic.: in umJ) a los hijos de Dios dispersos• (11,51- .52). t<b ob..ervaciones hecha.s anteriormente, J<'Ú.S, de cuyo cosrado
Se ve aquí el contrasrc encre dispersión y unidad. sale 'angre y agua, es un signo, un símbolo, con un profundo
Para Juan, esta reunión de los hijos de Dios dispersos tiene sen cido mJelador. Sobre esre aspecto, que ha sido ampliamcn •
lugar a la muerte de Jesús, precisan1eme junto a la cruz. El re tratado en ouo estudio\ volveremo; dentro de poco, en la
nuevo pueblo de Dios está representado en la madre de Je:.ús y \Cg\lnda parce. Vemos. pues, la importancia de este binomio
d discípulo amado: 1'.faría es la Hija de Sion mesiánica, lama- revdación-fe para la ínterpretación de la e.cena del Calvario: en
dre que recibe a sus hijo> (c( Jn 19,26-27). es decir, la lgbia la m~Úuión de la intimidad de Jesús, que <.: presenta ante lo>
naciente; el discípulo es la personificación de todos los hijos de hombres bajo el doble símbolo de la sangre y el agua (cf. ínfm
Dios, de todos los di<dpulos de Cristo. Frente a Lucas en los en el n.2), los discípulos responden con la mirada defe hacia el
l lechos, Juan ve cumplirse el nacimiento del pueblo de Dios costado abierto de Cristo elevado en la cruz.
me>iánico, es decir, de la Iglesia, no en Pcmecostés, sino jumo
~ la cruz de Jesús, en el Calvario. 4. Conclusión. Si las observaciones anteriores son ciertas.
Este tema de la reunión mesiánica de los hijos de Dios nos resulta que lo> temJS teológicos implíciramente conectados
hace comprender mejor el versículo final del relaco de la pa· con el versículo final del rclaco de Juan de la pasión son múlti·
sión que estamos analizando. El hecho de que muchos •volvc· ple> y complejos. Üataremos de compendiarlos sintéticamcn·
rfo la mirada al que traspasaron•, es decir, hacia Jesús elevado, re. Con la aplicación del texto de Zac 12, I O a la transfixión
cread también entre ellos una verdadera unidad, pero no por de Jesús, Juan quiere indicar que el agua del coscado abicrm
razón de una especie de acuerdo horiwntal de cipo sociológi· >imbolia el agua viva del Espíritu, que crac a los hombres pu·
co: iodos hallarán el principio de su unidad fuera del grupo. rincación y vida. Pero en d texto profético, la mirada hacia d
en él; codos serán -reunidos m uno•, se orícnrarán hacia e'<'. Traspasado era una mirada de anrpmtim1m10 de los hombres
único hombre elevado, con el coscado abierto; precisamente por sus pecados; es1e aspecto }"a no ap.ircce en la descripción
dirigiendo su mirada '1arin i/, todos serán •reunidos en uno .. joánica, donde se trata de una mirada de fe. Fn los textos pa·
Con esca mirada, csms hombres, que estaban dispersos, \C ralelos del cuarto evangelio, vemos que Jc•ÚS crucificado, con
convertirán en el nuevo pueblo mesiánico de los hijos de Dios. el coscado traspasado, se presenta no solo como el rey de lo~
1
judíos. sino como el rey de codos los hombres ; además, según
3. La relación entre revelación y fe. C.Ste binomio revela-
ción-fe se puede considerar el pilar de la ecología joánica. Sin 1 l. o• u Parru1t. .fj dmbolasmo ck la sanp< 1 ddaguaddoostado1...¡>a·
fo17.ar el semido de lo> textos, podemos decir que, por lo que ..JoOn 19.34)•; <n mnolum<n, pp.91-126.
parece, esca dialéctica entre mJelacWn y fe se encuentra también
• U '"''º
ck /',.cuw rr<rouba ya <I tcm.i de la m laa; e( V. PASQ<JITTO.
· D.a c;no al Padreº ln1rodot1~1ne ;illa kttura ~Ü4:0..,,,ririt\llle del Va.ngdo dí
en el fragmento que estamos estudiando, y más concrecamcn· Ct1M·ann1•: Ttmianw,.,, (Ron11198.l)364: •En Zac 14,8 -<J, par.alelo a Zac 13.l. d
te entre los w.34 y 37, de los que hemos dicho que, en la cstruc· tenla dd "agua" .se comhina ton ti de la rr11/aa IÚ Y11htii: lo mi~mo se \·crifi¡,;a en la
<.ru1: en Jn 19,] 9-22 jc:,Üt: .lit prestnta como '"rey'' 1... 1 y C'n Jn 19,34 SC' subraya <IUC'
cura de la perícopa, van conectados entre sí. FJ segundo (en IJ
Je IU cose.do 1ttk ~··
13~ fL MISTERIO DR CORAZON TRASl'ASADO C6 SANG«f Df CRISTO Y oetATMCW> 135

Jn 3, l ·Í, Jc,Ú< dt'V:ldo rrae la salvación, porque e> el anciripo para él, <on do> símbobJs que revelan el sentido de 13 vida y la
de la .<erpieme de bronce en el desierto, que era •signo de sal- muerte de Je>ÚS. En este senádo podcmo> decir que la hora
vación• para el Israel amenazado de muerte. Con la rc:vclación de la cruz, para Juan, es el punto culminante de la vida de
del sentido de la crui, Jesús elevado atrae a todos hacia sí; él los Jesús. Pero aquí, como ocurre siempre en la teologia joánica,
reúne en torno a sí y de esre modo se convierte en el cenero de el aspc<.tO concreto es el de la rrveLuión del misterio de Crhro.
la unidad del pueblo mesiánico, es decir, del pueblo de todos Los símbolos de la sangre y del agua del costado abierto m•r-
aquellos que se están convirtiendo en hijos de Dios. lan lo que jesús vivía y quería imeriormmtt, ames inclmo de
morir. Para comprender este valor simbólico de la \ólngre y del
agua puede ayudarnos la escrucrura literaria del apartado: el
2. lntcrprctaci6n de)n 19,37 en su contexto v.34 sobre la 'angre y sobre el agua del costado tr.t,pasado nos
envía, en efecto, al V.30, donde se citan las ultima> palabrotS de
En este momento del análisis, nos queda por hacer una Jesús (.Está conmmado•). tras lo cual se descril>c su muerte
doble tarea: primero, cendremos que sacar el jugo de las cone- (•tradidit spirirum•); pero los w.34 y 30 remiten también,
xiono de nuestro fragmento (vv.31-37) con las dos pcrícopas hacia atrás, al v.28, donde el evangelista había explicado, anti-
anteriores de la parte del Calvario (vv.25-27 y w.28-30); des- cipándose. esas últimas palabra.o de Jesús: ...~abkndo Jesús que
pués, habrá que examinar mejor los términos más importantes ya ID"'1 estAba rumplítk!, para que se cumpliera la ~~ritura• (la
del mismo ve"ículo (v.37). explicación luego aparece acompañada de la penültima pala-
bra de jeM·1~: «Jengo sed•).
Así pues, en cada uno de los tres vcrsiculo;, 'e ponen de
a) ¿Hacia dónde se dirige la mirada? relieve tkJs términos. con distintas conexiones entre sí: «11>do
está cumplido .. y •Tengo sed», en el v.28; •Est.í cumplido• y
Recordemos que nuestro versículo final, donde se ha men- •Entregó el espíritu .. , en el v.30; •sangre• y •agua•, en el 34.
cionado el tcxco de 7.acarías que habla de la mirada hacia el En estos tres binomios de términos, el primer término Jescri-
Traspasado, remire al v.34, que describe precisamente la trans· be siempre la obra de Crnro; el segundo, en camhio, la misión
fixi6n de Jesús. Este versículo indica el objero de la contempla- del Espiriw. Se presentan así dos líneas temárk.u paralebs que
ción de fe de la que se habla al final. Para interpretar el v.37. conectan e.tos tres versículos entre sí. La primera línea prt-scn·
es, puo, ab~lutamcnre necesario comprender el sentido de= ta, en tre> términos <egt1idos, el tema <risroltlgtt"I), •imdo casi
doble símbolo de la sangre y el agua que salen del co.stado de un roumen de la obra salvífica de Cristo: e1ixlo est.i cumpli-
Jcsüs. Podemo> limitamos aquí a presentar las conclusiones del do• (v.28); •está cumplido• (v.30); •sangre• (v.34). La otra lí-
análisis rcali.r.ado anteriormente'. nea desarrolla el tema pneumawlógico, y orá orientada hacia el
La perícopa 19,31·37, en roda la tradición evangélica, se fururo: «rengo sed• (v.28); •entregó el espíritu• (v..10); •agua•
encuentra solo en san Juan; narra dos acontecimientos apa- (v.34). Esta otra línea está orientada hacia la vid;1 de l.i Iglesia, 11

rentemente insignificantes que se dan tras la muerte de jesús. mientras que la primera presentaba de forma sintética el 'enci-
pero que adquieren un valor extraordinario para el evangelista: do &alvffico de vida pasada de Jesús.
El ag1111 del costado traspasado, como vemos. es un sím-
• l. DI LA. Ponta11t, ·El simbolismo•. a.~; t'n este vulumen. rr· 91 .. 126. bolo del Espfriru; la estructura literaria confirma lo <¡ue ya sa-
'
136 El MISTE~I() DEL CORAZÓN nASPASADO C .6. SANGJU: DE C111STO Y OBIATIVIDAO 137

biamo> por otru ob5Crvaciones. Pero hay que <cñabr que ese b) • Voli~ran la mmzda al que rrospasnron•
Espíritu, que de ahora en adelante deberá animar a la Iglesia,
nos h2 sido dado por}mis mismo (•enrregó el Espíritu•, v.30), l lemos llegado por fin a nuescro rema. Todo lo dicho hasta
y que él, desde hacía tiempo, sentía un gran deseo de dJrlo a ahora ha servido únicamenre para facilitar la incerpretJción de
los creyentes (•rengo sed•, v.28). El símbolo de la sangre, en este último versículo del relato joánico de la pasión.
cambio, es completa y exclusivamenre cristológico. El signifi·
cado de esrc i.ímbolo hay que buscarlo en la úlrima palabra de l. Observemos, en primer lugar, que el texto de Juan,
Jesús antes de morir: •consummatum esu (uulestai) (v.30). que es una cita de Zacarías (12,10), no es del todo idéntico
Gracias al comentario que el evangelista hacía ya de ello en el al del profeta. Según el cexto profético, la mirada se vuelve
v.28 comprendemos toda la riqueza teológica de esa palabr2. hacia Dios: •Volverán sus ojos haría mí, al que rr:upa,aron•.
Dos aspectos fundamenrales pasan a esrar claros: por una par· En el cuarto evangelio, el texco se aplica directamente a Cristo
te, el romummatum est de Jesús moribundo expr= su total elevado en la cruz: •Volverán la mirada 11/ que traspasaron•; y
obediencia a la voluncad del Padre, porque ha llevado a pcr· la misma relación de este texto con el ,.34 demuestra que roda
fccto cumplimienro todo el designio mesiánico .,eñal.ldo en la atención <e concentra aquí en el coscado rraspa.udo de Jesús,
la Escritura; por otra parte, el paralelismo con 13, 1 (•ín finem del cual sale sangre y agua-
dilcxi1 eos•. ás uÚJs) muesrra que el uulntai de la cruz sig·
nifica que en ese momenco se daba la manifestación suprema 2. ¿Quiénes son los que mirarán fijamenre al Traspasado?
del amor salvífico de Cristo por los suyos. En dos palabras, Hay diversidad de opiniones encre los exégeras ' : algunos pien-
podemos decir que para Juan la sangre del coscado traspasado san en los soldados y en la muchedumbre; otros, en los judíos;
de Jcsú; es el símbolo de su obediencin oblativo al Padre y de ocros, en los Crt')'Cntes en general. Pero se impone solo esta terce-
su amor snlv/firo hacia nosocross. Podemos subrayar también ra inrerprc1adón, por lo que parece, por la estrechísima relación
con algunos autores, como, por ejemplo, E. Hacnchen 6 , el del texto con el v.35 sobre el cescimonio. En efecto, en ambos
carácrer majestuoso, casi de grito de triunfo, de este consum· casos se empica el mismo verbo horan, que nosotros, sin embar-
morum m. que e; la última palabra de Jesús anres de su glo· go. traducimos necesariamente de manera distinta: en un caso
rificació.n. La referencia a 13,1 manifiesta que en 19,30 se ha con •ver•, en el otro con •mirar, volver la mirada•; sin c:mbargo,
alcanzado la meta victoriosa de su camino de revelación de el paralelismo entre los dos textos es innegabk:
amor. El consummntum est nos invita no tanto a <emir com·
1:.1 que lo uo (he heóralró1, pcrfcxto de ho111n) da resti-
pasión por Jesús, sino más bien a aclamar al vencedor que ha
monio (... ) p,¡ra que cambién vo;orros crc:fü (v35).
llevado a término la obra del Padre: la manifescación eficaz Mi"'1'1Ín (opsonrai. futuro de horan) al que rr:up.uaron
del amor divino. (v3n.

Pero, ¿qué tipo de mirada se pide a los creyentes? Ya no se


~ Cf. huc~cro t1r1kulo: .usanguc di Crisco oblazionc d'amorc•: /. '()um..'fJttJrr traca , como en el texto de Zacarías, de una mirada de arrepen·
&mAno (194 -1984) 7.
11
E. HAPNClllJ.N, •Hi.storic und Geschichtc in den johannci\Chcn PahiOn\k.
richten• , en 711r fl.MN1tt1nt tks Todes jnu. f:X~rúrM Bl'tmi,(r (<;tittrdoh 1 1')67) ' C.. ·1-llAr1 \, \'c.ii,./ b us tt k Pirt tn fui stÚtn l'lv.tngilr dr 111int jran ( RC'lma 1% 7)
5S-78 (<Í p.n •l. 156-IM.
1

138 El MISTERIO DEL COAAZÓN TRASl'A!;/100 C.6 SANGRl DE CRISTO Y 081.ATIVIDAO 139

cimicmo. Es necesario rcxordar aquí roda\ los macices y toda y que hace posible que también nosotros podamos participar
I~ riqucz.i teológica del cerna del •ver• en san Juan. Él emplea Je estas actitudes profund:is de Cristo.
wn ~te fin cuatro verbo, distintos, en lo, que se da un pa.\O En este relato jo.inico, no se utili1.a d término •corai.ón•.
progresivo de la visión exterior, fisica, a la mirada contemplati- Pero la intimidad de Crisro de que hcmm hablado es pm:iS3·
va e Interior: divisar (b/,prin), observar (thrómn), contemplar mente lo que más tarde, desde la mística medieval en add•n·
(thrnsrhai), ver (hor1111, con distintos aspectos, según los ciem- te, será llamado el Corazón de Cristo. No e\ casual, evídent<~
pos del verbo). En 19..)5, para el discípulo-testigo el verbo menee, que el texto bíblico más imporc.rnte para la tcologi.i y
c-cá en pretériro perfecro, lo que significa que expresaba una la espiritualidad Jd Co=ón de Jesús :.icmpre haya sido este
experiencia adquirida. poseída: •El que vio y conserva h.uta versículo joánico <obre el costado traspasado. Los análisis de la
ahora dicha visión•. En d ver..ículo final ., e U\3, en cambio. el exégesis moderna sobre este pasaje dd cuarto e\'angelio pue-
futuro: .,\{irarán•. fa una invitación a que todos vuelvan su den servir de ayuda para profundizar también bíblicamente
mirada hacia el costado tras pasado de JC!>ús para convertirse en en esta ceología y en esta espiritualidad dd corazón de Crbto.
p.mícipes de la experiencia y de la fe del discípulo que •vio•
el primero; para ellos como para él, est.i mirada debe trans 4. Pero volvamo> ahora a nuestro vcrslculo de Jn 19,37,
form.mc en comemplación de fe, en experiencia interior, en antes de pasar al tercer aparrado. Insiscamm una vez m.h en
pose,ión permanente: •Para que también vosotros creáis•. el escrecho paralelismo dd v.34 con el v.37. En el primero de
estos dos textos se hablaba de Jesús con d coscado crasp:lS.ldo,
3. Recordemos ahora lo que hemos dicho robre el objeto que se revela por medio de los símbolo• de la sangre y dd
de e'a mirada de la que habla el v.37. E>.tmonnmu, es obvio, agua; en el segundo texto se presenta al crt·ycnce que n1clvc su
el objeto de la mirada puede ser solo lo que se describe en el mirada hacia Cristo traspasado. El objetivo de esta mirada no
v..H: el coscado traspa.,ado de Jesús, del que sale <angre y agua. es simplemente «ver• la escena, sino pmrmiren su significado:
Pao d valor simbólico de esre hecho y las correlaciones literarias op<ontai ris hon (en la intimidad de aquel...).
del fragmento con otro\ textos abren aquí .unplias perspectivas La mirada penetrante del creyente tiene, pues, la finalid.1J
en distinta. direccione.. 'tengamos pre.ente todo lo que hemos de descubrir el misterio de la intimidad de Cristo. a cravé> de
dicho en el primer apartado de esce estudio sobre el contexto los símbolos de la ~gre y del agua, pero también la de r~r­
h1blirn y jt>ánico del tema. y después lo dicho 1ambién en la pri· cicipar, en el Esp1ritu. de la vida profunda de Crisco, de sm
mera parre del segundo .1parcado sobre la conexión del v.34 con actitudes de oblación y de amor. La vida profunda de Cristo,
los w.28 y 30 en la es1r11crur:i literaria del episodio del Calvario. por medio del Espíricu de Cristo, se convierte así en la vida de
He aquí un breve resumen de escas tem.u principales. la lgle.ia. Podemm decir con san Ambrosio: •Que la Iglesia
FJ agua del coscado abierto es el símbolo del don del Espln- <ca introducida en la "estancia secreta~ de Cristo ...; la "estanda
tu: es d agua viva de la <alvación que sale dd co,cado de Jesús; <ecreta" de la Iglesia es d cuerpo de Cris10; el Rey la ha intro-
él se "'"''ierte en el nuevo templo, en el templo escatológico. ducido en el interior de rodas los (su;) mi,tcrios•ª.
l .a ~angr~ ~e nos prc•enta como el símbolo y la revelación de la
.ulhc\ión de Jesús a la voluncad de Dios, de !>ll obediencia filial
' SAN AM8R.OsJo, In/\. /IR. J,16! CSEL 62.16: •ln cubin1lum Chrh1i \it 111tro~
al P.1dre y de su amor sa/vífiro por nosotros. El .1gua que sale de ducu f.:.Ccksi:a...; cubkulun1 ..:Ulesile corpw C:)t Christi; inrrtiJuxit ca.ro rcx in un1ni.a
su co,tJdo abierto simboliza su Espíritu que él nos comunica inttrion m~')lef~.
'
140 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C6 SANGRf Df CRISTO YOBLATIVIDAD 141

3. Concinua.ción del tema en la tradición tradición, se dé una doblt' lectura dd ve..,.ículo joánico: una,
muy extendid2, de arácter escatológico; la otra., de tipo ecle-
La primera co,a, que nos impresiona grandemente, que sial. Solo la segunda parece haber captado con exactirud el
hay que observar es que el pasaje de í'..;icaría.s. citado por Juan verdadero ~entido del texto de Juan.
como conclusión de su rdaro, vuelve a aparecer en un contex-
to mucho más solemne, en el prólogo dd Apoalipsis (l,7-8):
a) }n 19.37 m la pmptcrwa ntato/¡;pta
Mmzd· Vil"tt tnrrr 1111 nubn. 'fodo ojo lo vmí. wnbién
wt
lo. que lo traI/"".~TOn. Por ~I n "1mmu1rJ11 t""'4s putb'4s Este primer cipo de intcrprcración o sin duda el m.í.s común
dt '4 litmJ. Sí. amén. Oiu: el Señor. •Yo ror el alfa y el en la hisroria de la exégo". A csrc re.pecto, -e cita a menudo
omeg:i. el que°'• el que era y ha de •enir, el Todopodcro>0•. a Justino, quien emplea varias vece:. Ap 1,7 (e indirectamente
El autor del Apocalipsis juma aquí, para aplicarlas a Cris- Zac 12.10) para describir la segunda venidl! de Cristo; espe-
to, dos célebres profecías de Antiguo Tc:.ramcmo: la visión cialmente interesante para no101ro\ es un fragmento del Diá-
mesiánica de Daniel \Obre d Hijo del hombre que llega sobre wgo con 7nfon (32,2) donde Justino diferencia entre las dos
las nubes del cielo (cf. O.in 7, 13) y el anuncio de Zacarías parusías de Cnsto: la primera en la humildad, en la que fue
sobre la restauración escatológica de Jerusalén (7..ac 12,9-13, I; traspasado por los judíos; la otra, en IJ gloria, cuando recono-
cf. 12-10). Pero hay que recordar que, de este pasaje de Zaca- cerán al que rraspasaron. Se debe senalar que. para el episodio
rías, el autor del cuano evangelio toma solo algunas palabras, del Calvario (la •primera parusfa.), justino menciona solo las
aquellas sobre la mirada al Traspasado (] n 19,37), dándoles palabras sobre la transfixión de Je>Ú>, no las de la •mirada•
además la inrerpreración nueva que ames sefialáb:unos. de los judíos (que, en la •segunda parusla», será una mirada
En cambio, en el Apocalipsis, además del verslculo de Zac de arrepencimienro, dice Juslino). Como vemos, el texto del
12, 1O, se menciona también el versículo que sigue a la pro- cuarto evangelio se inrcrprcia desde la per>pcctiva del texto
fecía (12, l 4), sobre los efectos del arrepentimiento de todas del Apocalipsis. fate ejemplo puede bastar para el primer ripo
las tribus y sobre sus lamentaciones. Del texto de 7..acarías, de interpretación.
el Apocalipsis aprovecha, pues, el scnndo penitencial, y es
precisamente así como lo concebía el mismo profeta; pero de
este sentido penitencial ya no hay ningún indicio en la cita b) La inurprrraáón hisrtirico-sa/1•ífiea y ecksia/
más breve del cuarto e\'3ngclio. bce detalle debe ser ten ido en tk }n 19.37
cuenca si qucrcmo> apreciar con exactirud el modo en que el
versículo de Jn 19.37 fue interpretado en la tradición. En efec- Recordemos lo que nplicamo> anteriormente: por el para-
to, muy a menudo~ ha dado la interferencia entre d texto del lelismo encre el v.37 y el v35 (que implica el desdoblamiento
evangelio por una parre (mirada de ftJ, y los textos de Zacarias de los sujcros para los dos verbos •mirarán• y <traspasaron• en
y del Apocalipsis por orra (mirada de arrc~ntimienro); no se d v.37), hay que decir que, <egiJn parc:ce. la •mirada al Traspasa-
ha entendido suficientemente que. en Jn 19.37, el texto de do•, descrita en el versículo final. prolonga la mirada del mismo
Zacarías había sido leido e interpretado por el evangelista des- discípulo (v.35) y se convierte así en una imfo1ción para com-
de una perspccciva nueva, la de la fe. Así -e explica que, en la partir su fe en el sentido sahífico del acontecimiento, del que el
'
142 El MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C6 SANGRE DE CRISTO Y OBIATIVIDAD 143

derramamienro de la ~ngre y del agua del coscado abierto de Je- Esros (lo< creycncc<) '><ln invitado• a contemplar d gran
sús era símbolo y del que él había •ido tc.tigo. Se perfila de esre misterio, dd cual el que •lo vio da testimonio, y su tes-
modo, para la lgle.ia, una espede de cipologi1.1ción y simboliza- timonio e> verdadero•, c. decir, d totimonio no solo de
ción del discípulo, pr<'Chameme en lo que él había cxperimen- un hecho del que fue tmigo, seno Je su significado. Todos
rado a Jo, pies de la cnu: él se con"ic:rte en un modelo para codo deben mirar para cr«r en la rc:alidad dd misterio que <e ha
producido: d minerio dd cordero pascual [... ]. FJ Cl'C}-C:nte
creyente. 'IOdo come01.ó con el hecho de que él •\io• la sangre
\'Uelve a¿) su mirada de fe y descubre •al que trasp.uaron•.
y el agua del coscado abierto y "'feYÓ•; pero esca experiencia y Jesús c. el ,..,rJ2dero templo del que brocan las aguas de la
esca fe inicial suyas de las que ti sigue dando rc.tímonio en la W\-aci6n que dan la vida a bs naciones"·
comunidad (cf. el perfecto '1mnarturi/rm) •para que iambién
no>0cros creamos•, delxn convertí~ en la experiencia y en la Como último testimonio citarcmo\ una homilía de Juan
fe de codos en la lgle;ia; e.ce C':'i el \Cntido del futuro •volverán la Pablo ll. Él señala que, aunque enjn 19.31-34 no aparezca la
mirada..... •El discípulo :U que Jc.ús amab.i• (cf. 19,26) pasa a palabra •Cora7.Ón•, el cexto no> orienta hacia la inrimidad de
ser así modelo de codos Jo, discípulo'> de Cristo'. Jesús:
Es de este modo como nuestro ven.kulo ha sido correcca-
mente comprendido por muchos autores en la tradición, espe- El cora16n no es solo un 6rg•no t... ]. El coraz.6n es un
cialmente en épn<-as más recientes. Pero encontramos ya este símbolo. Habla át todo ti hombrr murior. Habla dd interior
tipo de i nterpreración en el mejor comenrario medieval de espiricual del hombre. Y IJ tradición enseguida captó esce
san Juan, el del abad benedictino Rupcrto de Deut7 (t 1130). sentido de la reprcsentad6n joánica. Por lo demás, en cier-
Tras haber observado que Jn 19•.~7 remite al hecho narrado en to sentido, el mismo evangelista le dio impulso cuando, re-
firiéndose al cesrimonio del testigo ocular que era ~I mismo,
19,34, como para invitarnos a comprender concretamente el
se refirió al mismo tiempo a eMa frase de la Escritura: •Vol-
anuncio contenido en la'> palahras de Juan (•Volverán la mi- verán la mirada al que rmpasaron• Un 19,37; Zac 12,10).
rada•) del v.37. él dice así: •Ahora tan ;olo (nunc demum} he- Así, realmence, mira la Iglesia; así mira la humanidad. Y he
mos de comemplar largamente un acontecimiento can grande. aquí que en d Traspa<ado por la lanza del soldado todas las
No podemos dejar de lado el sentido oculco (<ttcr.tmmtum} de generacionc< de cristianos aprendieron y aprenden a tksd-
este gran awntecimitnro, del que el santo evangelista dio tan frar el misterio tbl Coraz4n del Hombre Crucificado que era
cuidado testimonio• rn. Y explica luego el sentido simbólico y y es el Hijo de Dios''.
reológico de los dos htXhos narrados anreriormenre.
En la misma línea <e mueven distinto'> auroro contem-
por.incos ~pecialmenrc ,e n los comentarios más propiamenre
cspiríruales del cuarco c:vangelio 11 • Mencionamos el más re-
'1959) 4?6: .c. long r<garJ de fui ... úllum< !""'' chacun de nous au ÍOV<:r de
la Pua.áon•.
ciente, J. Laplace: u J. wv.t:.t,, [Ñ y ¡,,.,;mHimnr flrtndN_,,,.,ntpn (Puú 1984) 245.
~·ttnQ\ qut tambim acc .auror Intuyó ap:_
Jflt.i.namentt qut hab¡,, que dir
tinguir loo sujnos de loo doa ""'°''por una pan<, So. <r<yml<S que: deben •mirar
• C( ntlCStlO anl<ulo .1 < ~moút qui dcmcum k Joopl< que i..... almait>: pan. attr•o y. por otn. aqudlos c¡ut •lnspua.ton• a JaW..
Bib. 6711986) 3-i}-359. " •Ap.....i.mo. • dadfru d mls1mo del <:otuón de Cnst~. horrulia en b
R<1un3 TumL'"" l•JM•.• X!R PI. 169,795:\. audiencia vr><nl clcl 20-6-1979. mihcolcs •n!CI de b tokmnid>d dd Sagrado
R G<'r7TIUH, .lf<Jiwli..n ;;¡.,, JJw•"" (ElrWcddn 1959) 33;•.H9; Cor.uón de Jaús, rn /~ tli GÍtlNnni IW# //, 1111979 iCiuJ.d clcl v..
P...:<·MAu• D• u Cao!X, L1'.w"fÜ' iÚ f<4• n - ~ 1"nrwl f París tiano 1979) 1589.
144 El MISTfRIO Dfl CORAZÓN TRASPASADO

4. Conclusi6n

No sin razón, la tradición cristiana vio siempre en el pasaje CAPfTl.,t o \11


joánico del costado ua.spa.ado el texto m.is importante para
dar fundamentación b1blica a la tcolo¡;fa y a la e•pirirualidad LA ALIANZA DE LOS CORAZONES
del Corazón de Je<>ús. El csrudio prc<:cdcntc muestra, creemos, DE JESÚS Y DE MARfA •
que este criterio e.taba r sigue e.cando plenamente justificado.
Es más, los cstudío, rcaliz.ados mi\ arriba permicen ampliar
y hacer más profunda e'ta ínterprctación. El elemento más l. Cuando un bibli>ta tiene ante ms ojo• el tirulo general
no,·cdow de nue<>tra exégc>h de Jo 19,34-37 radica quizá en de e.te simpo;io, •La alianza de los C..ora1.oncs de Jesús y de
csco: ahora está claro que" el ccxco de Juan no ...olo nos pide María•, y se le pide que analice: su ba<c en la E.<erirura, en un
que contemplemos el co;tado tra\pasado de Jesús del que salió primer momento <e queda sorprendido: ¿realmente se puede
sangre y agua, sino que a la ve1 -rctomemo; Ja expresión del tratar dicho tema desde el punto de vi~ca bíblico? ¿Acaso no
Papa- nos invica a penetrar en la •intimidad espiritual• de cscarnos aquí ante el típico ejemplo de una teología y de una
Je.,ús, o, como decía san Ambrosio, en su •escancia secreta•. devoción modernas (debid.1s sobre todo a san Juan Eudes), e
A través del costado traspasado de Jc>Ús, la mirada del creyen- incurriríamos en un anacronhmo al bu<ear su fundamento en
te, en efecto, descubre su oblación filial al Padre y su amor la Escritura? l:.s verdad que los grandes tratados del siglo xv11
salvífico hacia nosotros, que se esconden en su corazón y que sobre el sagrado Corazón de María -sobre todo los del mis-
están simbolizados por su sangre; mientras que, en el símbolo mo Juan Eudes y los del G. [~ Pinamonti ·-citan numerosos
del agua que sale de este nuevo templo, el cristiano comprende textos bíblicos, pero en la mayoría de los casos los empican
que le ha sido dado el Espíritu de Jcsí1s y que debe vivir de este en un sentido alegórico que hoy no es posible secundar. En la
Espíritu de Jesús. Así, rodos aquellos que •vuelvan su mira- exégesis contempor:lnea, por otra parte, solo hay dos e.5rudios
da al Traspasado• podrán, de ahora en Jdelante, participar de dedicados a este tema: un breve artícu lo de U. Holzmeister de
esa vida profunda del Cordero pJScual. que él entregaba para 1943' , que se limit.1, en la parte propiamente bíblica, a anali-
la salvación del mundo. zar la fórmula lucana de Le 2, 19. 51 (.María con~ervaba codas
escas cos.u en su corazón.) y a citar algunos texcos de los evan-
gelios que hablan de los •scntimientm• de María en disrintas
ocasiones; pero ante todo hay que círar el libro fundamental
de A. Serra: Sapum.z e comnnplazione di Maria m-oruÍQ Lucm

• Poncnd.l d.d.t m F.í111na m ocp•icmb"' Je 1986 ni d ~im¡>o&io Teol<igi<o


ln1cmxio...i .,¡,,.. d 1nm .1 .. ali:anza de los c:OW..na de J<>w y de ~lw•.
' J. ú..,, ... •l< Cocur odmlnbk de b 1tt. ~ Mm Jc !licuo, m o........,
-plira. \1.\111 (\ 'anna 1908); G. r. PtNA.Mo~"Tt•• n \Xn> Cuo« di M.na
v~,.,. o,...
1Panna 111s) 2'4-323.
U. Holz."unu. •Qu;d F.,,..tia dt \\ \.onk ,\ t.mc contint>JU•: VD 23
(1~3) 3-8.
' U7
1•6 El MlmRIO Ofl CORAZÓN TRASl'AS.>.00 C .7. lAAUANZA DE lOSCORAZONES DE Jl'SÚS Y MAAIA

2,19b.5J'; ,,. el mismo pasaje pero concemra coda la atención de alianza -ea el que ~ haya puesco en el rírulo de nucscro
solamente en do> ver>Ículos que hablan del corazón de María. programa, como para indicarnos que esca debe ser la pa.labra
El horiiome de e.ca obra es cvidemememe demasiado reduci· clave, la idea directriz del simposio. Sin embargo, este término
do como para poder servir de base a nuestro análi>is, que debe, se aplica a los Coraione:> de Jesús y de María. No >e craca de
por el contrario, abrazar el cerna bíblico en su conjunto. Por un hecho casual. La idea y la fórmula, nos dicen los organi1..a· 1

eso, nos vemos obligados a emprender nosocro> mismos una dores, son del Papa, que, el 1S de sepriembre de 1985, en el
nueva interprecación de los ccxros mariológicos de los evange- Ánge/UJ, hablaba de la •alianza definitiva de estos cora1ones: el
lios, desde d punro de vista del •corazón• de María. del Hijo y el de la Madre, el de la Madre y el del l lijo• 1. No
Pero, antes que nada, hay que hacer algunas observaciones sabemos, e> cierto, si el Papa pensó expresamente en la alianza
de tipo metodológico. en 'entido bíblico. Pero esro es secundario porque, una vez
que esca palabr;i ran peculiar fue lanzada -en un sentido que,
2. ¿E:. po>ible dar un enfoque propiamente bíblico a de hecho. es el Je la Escritura- era evidente que se 1ra1aba de
nuescro cema? Todo depende del mécodo. Si nos limitamo> una invicación a lo> bibliscas y a los teólogo> para que escruta·
a analizar los tcxcos que hablan formalmente del •corazón• ran y profundi1aran en la conexión encre la alia11r.a Je la que
de María o que dc><:riben sus •sentimientos•, no podremo> ir habla la E'<:rirura y la estrecha unión de joús y de María de la
mucho m:h allJ que los dos esrudios señalados. Pero >i, más que se: habla en la rcología moderna, sobre codo de.pué> de <an
allá de las fórmulas, pre<camos atención a los tmuu biblieo1 Juan Eude•.
implicados en la cueslión general que se nos ha propuesco, lai. Por otr;i parte, debemos señalar ocro hecho signific.1civo:
cosas cambian; y lo hacen de cal modo que nos podemos bene· en los escritos del mismo Ju..an Eudes, el principal iniciador
ficiar de la cxcraña y providencial coincidencia de dos aspectos de esca docrri na y devoción, el cerna de la alianza ocupaba ya
fundamentales que, unidos, nos abren perspeccivas insospe· un lugar preeminente. Escribió el tratadico Co11trc110 tú/ hom·
chadai. y que incluso nos permiten esbozar a grandes rasgos b" con Dio1 a mJ11is d~I santo Bautismo, y él mismo compu·
una síntesis n uev.1. He aquí de qué se trata. so un Co11tr1110 de una 1anta Alianza con la santlsima Virgm
Maria Mad" tú Dios•. Por orra parte, se observa que, en su
a) El primer y más sorprendeme de estos aspe.:co> se gran obra, El Comzón admirabk tú la Mad" de Dio1, que·
encuentra 'canto en los estudios bíblicos e hiscórico> como ría basar e:>ca doctrina, como él dice, en · doce or.ículos de la
en la reflexión teológica contemporánea: es el surgimiento de Escritura•'. Pero <olo uno de esos rexros, el úlcímo , pertenece
la noción de alianw. Todos están de acuerdo en que: s.: trata al Nuevo 'J6camento: se craca de los venículos de Le 2,19.51
de un cema fundamental de la Escritura; pero cambien es un de lo> que ya hemos hablado. Estos muestran, dice el santo,
tema que ha sido integrado en la eclcsiología del Vacicano 11: que la devoción al sagrado Corazón de Maria tiene su origen ,I
la Iglesia es el puehlo de Dio1, el pueblo de la alitt11za•. Pero e>
un hecho bastante sorprendente que precisamente el término •pueblo de J)i<»• (l(~ 9; [\.' l /]08ss: c:uacro usos dcfotti.MJ, con unJ cita de Jcr
31 .3 l ~J.4 , d t<'XIO clásico S<>brc la ~ia.nia nucvi, dd que vulw-rcmc» a hahl.l_r).
'- A. St.M.RA: .'Ulpltnu t tonttmplar.1ont J¡ Marl4 J«OntÚ> ÚlcJ.s 1.19b 51 (Ro1na ' 'léxto citado en la K1C'lnd;1 página del programa de ene ~1n1pti\io ,
1982). 6 Parad u21adico, ¡;;.f, EuoF-~, Orur'ffl comp/;tn. 11, o.e. • 205·244: para el C.Dn·
4
El Con\:Uío. C'O mJi dt unJ. ocasión. rcc;:urrc aplkitamt1He .1 la n0<. i/,n dti trnt tl'"n' ~untt Al/1.1nrt. cf. (Huvm compktts, XII (l>an'• 1911) 1(,(). 16(,
alianu. sobtt tudo C"n la oon~tirución l11mtn ienrium. 2 pro~ito JC" la lglt'!iia. 1 J. Euon, ú C.0t•r .J,.,irabk, libro VI, c.I, 122-240.
'
148 EL MISTERIO DEL COWÓN Tl!AS4'"5AOO C.7 lA AUANZA DE LOS COWONES DE JESUS Y MARIA 1•9

y su fundamento en d evangelio. Sin emb.irgo, las once citas alianza en sentido literal. Lo tomaremos, pues, como punto de
anteriores, siendo todas ellas del Antiguo 'lcstllnento, se co- parcida de roda nuestra expo;ición, pero tratando de penetrar
nectan siempre, de una u otra forma. con d tema de la alianza: en la profundidad de su <entido, a la lu1 de los rexros paraldos
se trata en primer lugar dd texto cl.bico de F.1 36,26-27 sobre de Jeremías y del Nuevo Tesiamcnco.
la nueva alianza; de.pué. se añaden dos citas del <;a) 45 (44) 1,
un epitalamio real que la tradición judía y cristiana interpreta b) El otro dato importante que es preciso tener en cuenca
como ·bodas• (por lo tamo, de alianza.) entre el Rey-Mesías en la teología posrconciliar e> la renovación de la mariología,
e Israel (figura de la Igle.ia); por último, y sobre todo, ocho especialmente de la mariología bíblica 10• Hay que recordar
citas del Cantar de los aneare. 9 : el poema celebra el amor del que los padres del Concilio Va1icano 11 \C prq,'Umaron duran-
amado y la amada; pero de nuevo la tradkión vio en este amor te mucho tiempo sí era necesario promulgar un documento
el amor de YH\X'H, el Espo>O de Israel, a su pueblo, y luego especial sobre la Virgen o si era mejor integrar lo> aspecros
más tarde, el amor nupcial de Cristo a su Igle.ía. También mariológicos de la Escrirura y de la tradición en la constitu-
aquí, bajo el simbolismo de las bodas, encontramos el tema ción sobre la Iglc;ia. Se impuso la ~unda solución. Es liícil
de la alianza. de entender. fata decisión constituiría, de hecho, una impor-
De codos los textos del Antiguo '!Cstamenro considerare- tante inflexión en el desarrollo de la doctrina sobre la Vir-
mos solo el primero, el de F.1.equid, porque todos los demás, gen. Es posible que esta fuera una de las causas de la crisis
sacados del Sal 45 (44) o del Canear, fueron interpretados en de la mariología en la primera etapa postconciliar, pero unos
sentido alegórico. Ahora sabemos por s;into Tomás que, para años después los estudios sobre Maria retomaron un vigoroso
realizar una argumentación teológica, es preciso apoyarse en desarrollo, precisamente gracias a la decisión del concilio: hoy
el sentido literal de los rexto.1. Sin embargo, inmediatamente se coloca mucho más a Marfa en un.1 pcr;pectiva de la historia
después anadircmos que, scgi.'m la doctrina ncwmaniana del de la salvación; >e la integra •en el misterio de Cristo y de la
progreso y según la hcrmenéurica contemporánea, las mismas Iglesia• (Lumm gentium 8) 11 .
palabras de la Escriturn (d M!IHido literal) contienen, más a.llá Gracias a esto se perfila también, mi> cl.iramencc que an-
de las palabras pero dentro de si mhma.\, mucho de •no dicho• ees, la relación ripológica enrre María y la lgle.~ia; así, la alianza
que • hay que leer con d tspíritu, y no con los ojos• (M. del entre Dios y su pueblo, entre Cris10 y la Iglesia, es a la va
Castillo): en las palabras, hay que d~cubrir d Espíritu. La la alianza de Dios con María, la madre del Hijo de Dios, y
Escritura encierra muchas pmibilidad<$ implícitas, de modo también, como veremos, la alianza entre Cristo y María.
que puede ser leída en disrinro; grados de profundidad. Sanco En el plano más directamente ext-gético, muchos esrudios
Tomás ignoraba esco. recientes se orientan en d mhmo ~111ido. El logro principal,
El texto de fa 36,26-27, d primero de los •oráculos• ci- desde el punto de visea de la mariología, parece ser el descu-
tados por Juan Eude., es, junco a su paralelo Jer 31.31-34, el brimiento de la considerable importancia del tema bíblico de
texto principal del Antiguo lbumemo que habla de la nueva

• S. J..,, Eudc., quc u1iliu b Vulgw. apila a b V~ OO. ..,n1cu1.,. el< ate • Cf. nucu.. oh.. Muú"' ti ""1krlo J, ¡,, AJi,,- 1BAC. \t.drid 2005).
11 Cf. cn ata pcnpcctiv:a J. R.tmsCla • J{, U. \Ut. ~ ,\(11.N4 ~¡.,,
salmo: •ÚUC<avi< C.or nwum wrbum lionwn• (v. I ); •Omnb gloN tilia< R.cps ah
lndUS> (vl4). ••u..,....., 1Fnbwgo 1978) (<t. esp.; ,1,ú,ú. itfnu _,, (En<ucnuo, ~údrid
• ún< 1.12; 2.S: J,7-8: •.1: •.4: ~.2: 6.1()'2. 16); 8.7. 20061).
'150 151
El MISTERIO DEL COAAZQN TRASPASADO C. 7 lA ALIANZA DE LOS COAAZONES DE JESÚS YAMRIA

la •Hija de Sión• en la simbologla de la alianza u. Unas pocas o.cólica•, como <e dice 11, sino que, si se interpreta con cier·
pincebdas b.urarán para recordar lo esencial. ta profundidad, se ve que está realmente en el centro de la
En la literatura profética, d símbolo principal de la alianza revelación b1blica.
encre Dios y su pueblo es el matrimonio: Dios es el c.~poso; la
Hija de Sión es la C>posa; esce símbolo se aplicará en el Nuevo
Testamenco a las relaciones esponsales entre Cristo y la Iglesia. l. El anuncio profético: el •corazón nuevo•
En los texcos se subrayan tres aspecros: la ! lija de Sión es en en la nueva alianza (Ez 36,25-27)
primer lugar la esposa de YHWH, fiel o pecadora (Os l ·3; Is
1,21; 62,4-5; Jer 2,2; 3, I); esca se convierte también en •ma· Este texto de Ezequiel es, para nosocros, e>pecialmente
dre• del pueblo de Dios (Sal 87, sobre todo en lo~ Secenra; importante, porque en él aparece hasta eres veces la palabra
tárgum de Ct 8.5); pero a veces también M~ la recuerda como •COra.1.ÓO•!
•la virgen, hija de Sión• (2 Re 19,21; Is 37,22).
Pero mucho, de los esrudios acrualo han demostrado que v.25 Derramaré <obre vosotros un agua pura que os purifi-
en los evangelios de l.ucas y de Juan este tema <e aplica a Ma· cará:
ría. Para l..c 1;2, recordamos las bellas páginas de R. l.aurencin de todas vuestras inmundicias e idolatrías O> he de pu·
<Obre •María, Hija de Sión y tabernáculo escatológico•"; des- rificar;
de un punto de vista más teológico, puede releerse con dete· v.26 y os daré un coravJn nuevo, y os infundiré un espíritu
nimíento el opúsculo de J. Ra12inger i.A Hija de Sión 14 , pero nuevo;
es importante recordar, también en csce caso, que el rema de arrancaré de vuesrra carne el corazón de piedra,
Israel, ! lija de Sión, esrá ligado al tema de la alianza. y os daré un corar.ón de carne.
v.27 Os infundiré mi espíritu,
El camino que cenemos que recorrer queda así da·
e) y haré que caminéis según mis preceptos,
ramente delimitado. Examinaremos primero el cerna bíblico y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
de la alian1J en el gran cexto profético de Ezequiel (36,26-
27). En la segunda parte, veremos cómo se aplica a María El conjunto de aspectos reunidos en otos tl'Clo vel°\ículos
en el evangelio de la infancia de Lucas. La tercera parte es considerable. Ob<crvemos, en primer lugar. que Ezequiel
mostrará d pleno cumplimiento dd 1ema en las dos <!\Cenas describe aquí formalmence la nueva aliaru.i, como demuestra
joánicas de Caná y de la cruz. Esperamos a<i aclarar que el la vud1a a la fórmula clásica: o Vosotros scréi> mi pueblo, y yo
tema de nuestra invesligación, •alianza de lo> Coruones de seré vue>cro Dios• (v.28). Pero esca traducción o dema<iado
Jesús y de María•, no está solamente •en el corazón de la fe
0 \·n d tato •IM Pt»Jtion P¿pcr- tn'\iado a tod~ l0t p.artK:i~nth en acc
•J. o-. J. ot LA Po1-rt.RJI.. •la Api.a di Sion. Lo $fondo b1blu.u dcll.L m.aliologia stmpoiJO: • -·thc ,..¡,.,
of tht Htaru ofJ<-su\ and \tuy ln:' ntit OJK-inn.al pru.-tic:o
dopo H Concílin·: CwC..r 139 (1988) 1, 535-549 Un b.lan« <><¡;foco dr ¡., on tht pcrtphay of c:arholic· F.Uch, but J.{ its \'Cry hcart• (p.3). La pcnp<l.llVl qut
invotlg.icipna muJcrn2.li M)bre estt (mla fue prese:nu1do por N. ttMMO, /.f11ru1, propon<l1tmo~ f$ 1o:omplrmtnuria a esta, en un doble ~nt1du: p;1r.1 p«IC'r df'l..ir que
•Fig/iA IÍi S1on•, Afh'rrirr áa l.r 1.26-38. B1'anci4 t1tf'h<O áA/ 19J9 •l 1981 (Rom• el rult1 de lo~ Ü'lr.110n« de jesús y de ~1aria ~ encuc:nlra •en el cc.>r.11.ón dt la le•.
1985). en prln1cr lugar hay que mostrar que la doctrina que in1pira c111c ~uho C-' re.1lmcnte
" R. LA11••NnN, s'"''"''"' 1W.'4giuk Le 1-fl !PMís 1957) 148-163. ,cnm.I: adc:1nJs, t!ita doccrina no podr:i ~r «ntral si no se h.Jla en el t.:cntro de la
,.. J. RArZINl.t.M. [),~ TIH.lun- /lqn (Eiruieddn 1977). KVcl.u..i6n h(bJi,.;i , 1\ro ~ rttlmcn(c a.sí; cst.o es lo que qucrc:mo. dcnlourar.
152 El MISTERIO DEL CORAZÓN TWPASADO C.7. lA Al.IANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARIA 153

esrárica, al menos en lo que respecca al texto griego; para hacer bre, en reciprocidad de sus relaciones mutuas. Se comprende
notar el dinamismo que anima la versión de los Serenca, mejor que san Juan Eudes diera tanta importancia a escc texto de
habría que traducir: • \'o,orros os com'n'tirru para mí en un bcquiel'' .
pueblo (& mi pueblo), y ro me ronvertirl para vosotros en un Para completar el e'cudio de este tema, consideremos el
Dios ( ~ vuestro Dios)· pasaje paralelo de Jer .~ 1,33-34: también en este cexco se habla
la pertenencia a Dios, en efecto, no se obciene de golpe; del corazón del hombre en el contexto de la nueva alianza,
se real iia pcogresivamence (es un verdadero devenir), al mismo pero, frente a la profecía de faequiel, la de Jeremías presema
ritmo de la transformación del corazón del hombre por obr.i tres caracrerísticas interesantes. Primero leamos el texto:
del Espíriru de Dios. l.a rriple insistencia del versículo central
en la palabra •corazón• del oráculo muc:;rra que el aspe,to v.33 Esta será la 11/1.itwz que haré con dios después de
principal de la nueva alianza será la íntnioridaJ; es el mismo aquellos días -oráculo del Señor-: Pondré mi ley en
corazón del hombre d que deberá cambiar: 'u corazón de pie- su interior y la e....:ribiré en sus corJVJnes; yo seré ~u
dra pasará a ser un cora1.ón de carne, un corazón nuevo; pero Dios y ellos;er.ín mi pueblo.
el hombre no podrá adquirir un corazón nuevo si no se lo v.34 Ya no tcndr:ln que enseñarse unos a otros diciendo:
da el mismo Dios, poniendo en él un espíriru nuevo. ·Conoced al Señor.. , pues todos me conocerán, dewc
Esre espíriru se compara con el agua pura (cf Zac 12, l Oy el más pequeno al mayor -oráculo dd Señor-, cuan-
13.1) que purificará al hombre de codas sus inmundicias. Ade- do perdone \U culpa y no recuerde va sus pecados.
m;Ú, para codo hombre, el c:;píriru se convertirá en el •princi-
pio de una renovación incerior que lo capacitará para observar btc oráculo es, en cierto sentido, más importante que el de
fielmente la ley divina• (BJ). facquicl, porque, adcm;ÍS de la fórmula de la alianza (•yo seré
Orro detal le imporrnnre: el espíritu dado al hombre es el su Dios...•, v.33c), la misma palabra ·alian1.<1• (que YHWl 1
mismo Espíritu de Dios; en ocras palabras. el mismo Esplritu debe llevar a cabo con l~rael en el futuro) se ~ubraya desde el
está en Dios y en el hombre. De c:>to podemos deducir, aun · principio, para indicar el contenido de roJo d oráculo.
que no lo diga el texto, que el corazón nuevo del hombrr será Además. la •alianz.a nueva• (Y.31) se compara aquí con la
como el mismo cora1ón de Dios, porque el mismo Espíritu antigua, la que se llevó a cabo con Israel en la época del éxodo.
estará en el corazón del hombre y en el corvón de Dios. Esto Esto explica el hecho de que se retome la palabra Lq. Pero
es la comunión total, la aliani.1 perfecta entre Dios y el hom la Ley de Moisés se grabó sobre unas tablas, estaba fuera del
hombre, mientras que. en la nueva alianza, la Ley se pondrá en
lo profundo de su ser, se escribirá en su cora1.ón. Es el mismo
" l..a Íórmula clásica dt la nUt:V:I .ali:anu se t:ncucntr.1. sobre toe.lo. en cinoo
i:-Jes: tres en jcmnw (24.7: 31 ,.H: 32J8J y dos en F=¡uod (36.28: 37,27¡. '
Únk>mcntt "" C$tC último tcuo b lltbb> ck los LXX ticnr um tndu..dóa ..W F" <irrr.u ,¡,/,,._.-Din<. cscnbc lo siguimtco • á (d Hijo) te lu com
csti.1ica: l:J:ttm41"""1W, W "** """ MnUJ IMs. Pero los CUl.no ~man.. pnlmC11do .a chros su (spfn'u y &u C:Ora:zón divino. parill Kf d csplriru de vuestro a-
titncn la f6rmuh din..imlca (<on riJ): tw"W1 ntbls ru thtP,,. 6111111•1 Í#1114l "'°' ril piritu y el coru:.ón M vuauo lOruón. ()e ahi qu< él nos .uq;urc. por maiio ck uno
Lron Ucr 38.33 LXX), o con ill\'cn1ón: tJll"/6' (hnthc) "'°' "' *"· bi ego (k.agO) tk \U\ profrtas. qu( 00$ cbr.i un cnn7ón nu~. y qu< pcinJrá un espíritu nue'\V en
tJ01n111 "'''ºiJ (h11min) r1s thron (Jc:r 24,7; 39,38 LXX; f_,, .lCl,28). liay que manu:-ncr mcdin de nosorros: D.ibo t"Ohu ''" nqr'flm, tt 1piruum 1111111m ponnm 1n mrdi11 •·otri
el n1.1ti1 de un verdadero •<lc\'cnlr• porque en la Sibila Rritp d fiuuro {y no el (El. J6,26). Y pan danto'i a oompr(:ndeT cu:U es C'.StC' cot;u.ón y cuc esplritu nuC"VO.
pra<IUC) iftJl/vll risa \'t't.:CS ~ )U.Hicuyt: por t'} prtS<.1\lt l/rlntJIÑi tis que dcsta~ la ai~lc Je.p~ SpinlMm "°''"'"' Iº"""' ,,. ,,,..J;o t~tri. ·ronJ~ ml npíricu c:n mt:llio
pmgmi•icbd dd ,¡,,,,,,,, (lhlntJ-i). d< ..,..,,..... (f.z 36.27J•:J . El'º''• u-...., "''"J>li1n. 11. v.<.. 21 S.
15~ EL MISTERIO DEL CORAZÓN TWPASAOO C7 lA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JE SUS Y MARJA 155

proceso de interioriución que constatamos en ~uid, salvo Para aplicar estas diferentes cuestiones al Nuevo Testa·
que aquí~ habla de la Lry dentro d corazón, mientras que allí memo, y más concretamente a Maria, hay que recordar tres
se hablaba del &pírim dentro del corazón. Pero debido a esre aspecros de: la promesa de la nuCVll alianz.a: lo que estos textos
movimiento de interiorización, lo> do• enfoques se juntan y proféticos nos dicen del coraZtin dd hombre en la nue\'a alian-
acaban idenrificlndo<e: la letra de la lry (la Palabra escrita) za; y después, la insistencia en la presencia tanto del Espíritu
debe transformar<e en npiritu. fato es lo que Jesús dirá más tÚ Dío1 como de la palabra de Dios en el corazón del hombre.
tarde: •Mis palabraJ son npintu y vida• (Jn 6,63); y Pablo Volveremos a enconrrar estos tema\ al analizar lo que el Nuevo
recordará que •la /ara maca, mientra. quC' d fipíritu da vida• Testamento nos revela <obre el corazón de María. De la anti·
(2 Cor 3,6). Por último, tercera diferencia. Jeremías insiste gua alianz.a pasamo> ahora a la nueva.
más en los frutos de la interiorit.adón de l;i. Ley: más que en el
hecho de que Dio> ya no se acuerde del pecado (e.te perdón
divino se corresponde con la purifii:.1dón de la que habla Eze- 2. La preparación: el corazón de Maña
quiel), él insiste sobre todo en el fruto más interior: el •cono- y la nueva alianza
cimiento• de YHWH, fórmulj que, en la Biblia, indica una
íntima comunión con Dios. En e<to consistirá en definitiva la Hemos titulado esce segundo punto •la preparación• por-
realización perfecta de la alian1..i nueva. que hablaremo1 únicamente del evangelio de la infancia según
Tanto en Jeremías como en faequiel, ;e oh;erva la insisten- san Lucas. Hay que recordar que, en la pcri.pcctiva lucana, el
cia en el corazón del hombre (cf. Jer 24,7: •Les daré un corar.ón •comienzo• del evangelio no se encuentra en el capitulo l,
capaz de conocerme: sabrán que yo wy el Señor. Ellos serán sino que coincide con el comienzo de la vida pública de Jesús
mi pueblo y yo seré su Dios cuando vuelvan a rní de todo cora- (cf. Le 3,23: •Jesus erat incipicnl•; cí. l lch 1,22) 19 •
r.óm). Se ve también, a través de estos diferentes textos, cuáles Los dos primeros capítulos consciruyen una «preparación•,
son los tres elementos constitutivos de la nueva alianm: can ro histórica como teológica, de la buena noticia que procla-
mará el mismo Jesús. Por otra parre, también podemos hablar
a) un proc~o muy claro de imeriorizadón: la Ley de de •preparación• de1de el punto de vista de la alianza.
Di!'s se inscribirá en su cora1ón, el fiplritu de Dios Como veremos en la tercera parte, la celebración de la
será puesto en el cora1ón: pero cm! es <olo un primer nueva alianza entre el e'poso (Cristo) y la e'Pº'ª (María) ten-
nivel de interioridad (la Palabra en el corazón); drá lugar en las bodas de Caná. Es cierto que en este caso esta-
b) el segundo nivel de interioridad, el más profundo, es mos en el cuarto evangelio. Pero para Juon, como para Lucas,
la alianz.a realizada: iodo> conocer.in a Dios. vivirán en el •Comienzo• del tiempo de la salvación hay que situarlo en
sintonía con Dios; el inicio de la vida pública de Jesús, pero no como en el tercer
e) otro efecro de la Ley interior se mani6c.ta también en evangelio cuando Jc-ú' comímz.1 su ministerio (cf. Le 3,23),
el plano moral, el de la accuadón del creyente: es la sino cuando ·él manifiesta su gloria• en Caná (Jn 2, 11 ): ese
ptirifirarion del pcc.1do y la ob<ervancia de la Ley"·
lo que nosotros Uanwnos aqul b dos nivdcs Je ln1niotld.J: - dltondón C>
<Sp«hlrn<ftl< importan1< pan m....dtt bien mudtm rolOI joónico&.
• ~ CSlt1 t'IUUC1Un: IC'rnari;¡¡ de b nunoa aliaru.a. d. nuaua obr.1 LA WntJ
" a. E. SAMAl'ló • .... notion de •l.r(:hl· cbm ron&Yl'C lucaoimne.. m
,¡,,.., S,,,wt jat,., 11. o.e., 1000, OOtl 215. En ....W ocuiona hemos lnaittido m F. :-;c.,-,;u (<d .), /.~Mi.w (t.i<mblow 1 97 ~) 299·328.
156 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO 157
C.7 lA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA

fue •el primero tb ÚJI 111(1101•. En comecuencia, todo lo ante- rícopa, las primeras palabras del :lngd a María contienen ya
rior, que es rodo lo que Lucas nos dke de María en el evan- implícitamcme roda la ocncia dd men'>aje de Fátima '2. Pero
gelio de la infancia, precede a <MOS dos •comiemos•, y por para explicar rodo lo que e.ras palabras implican y significan,
ramo sc trata aún de preparación; también aquí, no obstante, es necesario someter a un análísl> m.ú atento el título -ran a
surge ya el tema de la aliam.a, todavía no entre Cristo y Ma- menudo estudiado y can a menudo mal entendido- que la
ría, como más tarde, sino entre María y Dios'°. Do• pasajes tradición latina rradujo como •gracia plcna• 2'.
de Le 1 y 2 son particularmeme imporcamcs de.de este pumo Recordcmos, en primer lugar, que <e perfila un crccien-
de vista: el relato de la anunciación (1.26-38) y los dos versí- re acuerdo entre Jo; cxégctas sobre el sentido de la primera
culos donde se hace mención explicita al •corazón• de María palabra del ángel: chJirr'. faca palabra no significa el habi-
(2.19.51). tual •saludo• (ave, •yo te .aludo•), sino •alégrate•: es •un Ua-
mamiento a la alegría mesiánica. eco del de los profetas a la
Hija de Sión, y como él, motivado por la venida de Dios en
a) •El conuón inmaro/ado tb .Marit1•J su •t•irginítas corrlis· medio de su pueblo• (Bj) 2s. fato quiere decir que María no
m la anunciaci6n (ú 1.26-38) es solo considerada aquí como una pcrwn.i individual, sino
como el punto final de toda la esperanza mesiánica de Israel;
l. La expresión •el corazón inmaculado de María•, utili- porque ahora ella es la Hija de Sión; ella es la invitada a expe-
zada para designar a María en el misterio de l.i anunciación, a rimentar en su •COraZ.Ón• d gozo mesiánico: ciertamente de-
primera vista es para el biblisrn un anacronismo. 'fodos saben,
como bien ha demostrado uno de los mejores especialistas de ll c:f. J. M. ALON~ •• f;1tÍn\;\ ('C lt' ( '.Cl<Ur ln1n\.lcUlf Je M.uic. Un ~minairc
Fárima, J. M. Alonso, que •el cora1.6n inmaculado de María• internacional•: EphMar 21 (197 1) 421~42: Alon\o, que prcsidú1. l:u 'OC\iones del
es el cenero, incluso podemos decir •el alma del mensaje de seminario, declaró: ef...sta Jcvoci6n cu.t prufundlmtntc cnr.ib..ida en la l-.M.ritu~ y
en ta cradlción• (p.430). J\,l~s <l<ldantc, a lo largo del coloquio • .;1nrc lai objeciones
Fátima•l'. ¿Acaso no es auda1 y poco crítico querer ya descu- que esca devoción puc<lc Hl.J(itar dc<tdc el 1)u1uu dc vbta a.u111fnico, dijo que las di·
brir este mensaje tn el evangelio de Lucas? Depende. ñcultadcs deS2ipara:erfan sl ~(' volvicr.1 en rrofunJldaJ .L 101 ICXfO\ de Lua.s. Tenía
Si se traca del t/111/0 •el cor.llón inmaculado•, es evidente raz.ón, sin duda, pero una 1impl(' afirmAli6n no baua: hay que dar 1-0hd..u ruon~
dtsde ti pbno ocgltko.
que no lo encontramos en Luc;is. Pero si nos preguntarnos J..t Rcprodutimo1 aquí hm·c1nent(' lo qu~ ya apliunu>' w d~ utículoi sobre
sobre la enseñanza, sobre el mensaje que este título contiene, la anuncfación: .t:annunc10 a \fa•• (l< 1.U..JK)•: P.W J/6 (1982) 55-73: •la
la cuesrión se pre.<.enta de otro modo, y creemos que pode- \'<rgin< M:aria•: PW 6112 (l 9K5) 9S· l l 4
" Cí. d a.ntculo funJamtfHJ.l de quien 1'Ut'dc l!o('f cnnsideu.da rl pionero de
mos afirmar que, \egún los análi>is recientes de Le 1,28 y las = oégcab: S. lvussn, •Chal« keclurnñmh>c>: B•' }O (193?) 1}1 - 141: par.i
relaciones estructurales que se descubren dentro de toda la pe- los 01udios poumon."I. d r) rraNjo de .IntC'Sls dt- l .r.\.tMO, ...~1.iria.•, y una magní-
6a pra<nDOOn a modo de mull1<1l umitl<n, ni R. 1..A1·0t"<TIN, Ln bw..pa ,¡,
rr.,,¡.,,,, Jw <Jnvr. \mil,¡, /\'.ll •w.J,1.1"' """"'O'.uü 19~2) 68-{;9.
" Cf. A. SEIUL\.ol.'annun<iuion< a Man.o U• 1 ,l(~.~8). t:n fonnulatio di Al- " \ 'boe, por tjcmplo ..'lof 3.14· I 5 (IX'XI: ·¡A~< (tlv/nr) r.rand<mm«, hi¡a
bnu!•: p..,V¡ 2> ( 1980) 16.l ·W9; G H<•,OÚ l.Atsi, út fo.<- n /, "'-""" ,¡, de Sil>n. prochma b h.Kna notida. hija de Jmmlbi: nun1m1e a> la alegria y d
fAJlu,,,,, 1.l'aris 198>) 37
" O: J. \l. ALONK>. ,[J oor.azdn lnmac;ulado clr M~ria, alma del mnuaj< de
júbilo de ..,.Jo conlÓI\, hija de Jrnmlbi! l--1 ~J Rq clr 1-1. d """°'·
mcdoo clr ti; ya DO •-.rás mal algun<,.; el wnbiln I< 12.6: <'0,10.14 : JI 2,21.23 ;
está .,.
Fánma·: Epl;.\fp 22 (1972) 24().JO): 23(197.4119-75. Rttorclrmm. po< ejemplo. bt; 2.14: 9.9 . R.«ordanos que b radm griego< y b rnclici6n bi..ndna <nt<•·
d mmsaj< clr la Vug<n a l.u..J.,..., b apuld6n del 13 de junio de 19J;, •JcoW cLcron nús a mmudo d tlvbr de l.c 1.28 como un.a lnwit>dón a la okgria: •l\>r la
[_.) quia< oubkttr m d mundo b .i....ci6n a mi Conron inmaculado •• \O..
aqna empi<u d que n d mmujm> clr b aJe&rb•, día, por <f<mplo. So,.,'10
c. J•AN-NE>>CY, t..."""""
F•li- (l'arl• 1980) 81 y 210.llJ. D•)EaLV.Ú, , .w...i..-- 11 .17, PL871).l 2.l6D.
158 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C. 7 lA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA 159

bido a la •venida de Dio< en medio de su pueblo•, pero más no tiene, pue>, solo el <entido que a menudo se le da:. •dar
inmediatamenre y sobre todo por el smtimimro profondo que cesámonio del fuvor. 23 ; en lo> textos profanos, esto significa
ella albergaba denrro de sí y con el cual estaba siendo prepara- •agrariaro. en el sencido simplemente humano (cf. el diccio-
da mis1eriosamcnre para una tarea que aún desconocía, la de nario de Rocci); pero en el Nuevo Te.tdmcnto, donde aparece
convenirse en la madre del Me.ías, aun manteniéndose 11irgm dos veces conectado con la •gracia• crinW>a. ~ignifica •hacer
~omo explicará el ángel-. grarioso (ame Dios)• en ~ntido fuerte y teológico, es decir,
Pero es sobre todo el participio lr«hariromlni •gracia plena• Hran.iforrnar (a alguien) con la gracia•.
lo decisivo para comprender mejor cuál era, en Lucas, la dispo- Es lo que se dcsprendc.- de la e\'idenda del otro único uso del
sición inrerior de María en d momento de la anunciación. verbo en el Nuevo Totamcnco, en Ef 1.6. E.te ve~iculo forma
Esta palabra nos ha.:e comprender en qué consistía la pre- parte del himno de Ef 1,3-14, donde Pablo, mediante magni-
paración del romzón de Maria para el gran aconrecimiemo de ficas palabras, describe el plan divino de la salvación, obca de
la encarnación 211• Es preciro, pues, examinar con mucho más la graria de Dios (citaremo. por el momento la traducción de
cuidado de lo que sude hacerse el inusual verbo rh.1ritó6, uti· Nardoni): •Para alabanza de su graaa. con la que nos ha agra-
lizado en Le 1,28, y que vuelve a apdrecer tan solo una o dos ciado (erharltosm) en su Hijo querido• (v.6). El comentario de
veces en los Setenra y una ve1. en el Nuevo Testamenco 17• Las este versículo hecho por Juan Crisóstomo es significativo: • Él
formas verbalc. de esie cipo (en ·ód) describen muy a menu- (el apóstol) no dice hes rcharlwto (que no; ha dado por gracia),
do el efeao producido por la acción del verbo. Tenemos aquí sino erharftósm hmuu; es decir, no <0lo nos ha liberado de los
lo que los gramáticos llaman verbo> •causativos»; algunos de pecados, sino que nos ha hr,ho d1g11os de amor, gratos fecir, fecit
ellos son: lmkóó, blanquear; tuphlóo, cegar; douMti, esclavizar amabiles)•; y más adelante: •No~ h11 hrrhc amables y dignos dt ser
(difereme de douleúó, ser esclavo); lrakód, hacer el mal, mal- deseados por 11•'''. En otras palabras, dice: •Él nos ha rmmforma-
tratar. Tomemos como ejemplo Hch 7,6, donde estos últimos
verbos aparecen yuxrnpuesios (el versículo describe el oscuro 2t EJ\ Le l .l8ltt1Mr11l1mfn1'11ignific.:;tr,a, tn C'3ott cuo, t1uc: ,\l.irf.t n )implcmcn-
fucuro que esperaba a la descendencia de Abralián en Egip- tt•objtco de la gracia de Dios• ({)\cy}, de \U filvor, dt <u btnc:volend.t gr.ituJtoi.
En resumen, únicamtnCC' h<tblari.a dt b dt'u. ión. 1:.1.1 e' la c:iu::gni.\ de muchCM
to): •Tu descendencia vivir;\ como forastera en tierra ajena, la comcntari)tou prot~tantet . fiero dKh.1 tJ1(:gt$U pn:t.cnt.a prublc1n.u. tantbiéu dca-
esclavizarán (dou/Jsousín) y la malcracarán (lraltósousin) duran- dc el plano filoJógk;o, porque no ticnC' C'fl f.:Utnt1 el aicnt1do uauut..ivo del wrbo
te cuatrocientos años•. El verbo rharillió e\ del mismo ripo; (cf. E 81.A'(.S . A._Dr1RUNhFa · E R.r11K0r1 , Gr.J"'""'"k Jn """1<1Utmnt1/uhm
Gner.lt1Jch, ~ 108, 1. qur cita nun110 cr1to (lltr( nlucho1 Olrc» C'JCmplo, de 'Trbo1
a~tÍ\'06 rn 4';) ni la fonn.a gr.tmJtie.tl dd J'IC'fÍ«iO P'J'W: <Í 111.K\lrO aniculo:
• \dnte lo¡ di)~ artkulos mcnctnnado1 rn la ouu 2.\ : cf ir.1mhi~n R. l.At•JU!'<o¡ ~ ,J&h,,rid-.; en IU< 1.28.;/l,b. 611 (1987) 357°382; 4R0-508 ,
TIN. ln [,...,rila. o.e .. 29-30.. r la bobliograíla ¡,,J¡.,..¡,, en PH. Bom'YT . J. RA- " J. CusóSTOMO, ~¡,, "'"" • /g¡ ifnios. 1.3: l'(; 62,13-14: ºº"'""'m°' on
DUMACU>./"""- fWok,¡,¡,, <;""-,$•.,i•t lw (BrUMJu 1981 ) 11, 102. nou .\6. loe do• ca>os d uoo rn Crí.OOomo del mbo lpow !<1 ha.o, ti d10...), quo dcsw:a
ANdimos d '"""''"" >rrio.ulo Je f . lluJ lll)Qt'R, •Sw la Mlucation dr Gabriel~
.\!Mir (Le 1.28)•: M . 6S (1984) J S2-3SS: d au101 opila que, en un.o con>11u<·
rl tft<# rrwefo""*'*' M la gn.:ia dr !>.os. y p<>t °'"'
pone la ídi• ckwón dd aJ.
jcti>O ~ l..,i.blc, anuble, agractado: cmplndo a.¡uí m 11c:ntid<1 ttológí<o),
ción como la ele L: l.2Ra (un mbo de mm,.;,,,,, t<gUido por un ¡w.,;,;pr.I. d pan ..ocar con un juego de .,.Wbcaa la occl6n de la m,¡,¡, (cf. apciado-pcia).
""1'ndo rftmino India la ru<'m cid r<imnu; en n11a1ro cuo, baria que iraducir A propóslro de me =uno <11 nn Juan CrOO..omo, h>y qu. d.J.r un hecho
onron=: -Allgruc tÚ /.,IHr tiM 1.....fi¡11 w4 ,., ¡,, ,..,,W• (pan e-te lftltido de la ~ m la palenuu a urr R ~Un y R. I~ Brown oobc< loo~ioo
><gun<b polabn, "" mú .JcWotc), lo qu< implica que Mario rcnía ~de lo de la iníuida; ci. de a re úlümo la pmata<IÓn aílico Jd libro de Laurrnon ( ln
que: había ocurrido m dla. U.O - pmnit< <ompmtdtt d comcnurio un poco bw,,,.Io). •.\!ore l'olcmial thm lmtnKtiw: R . l.aurcnllJI oo <he lnfancy ¡.;.,,..;.
inot>Lro que hanoo cbdo de du!rr (d . d ap3IUdo anterior del roto). ~: .Mar 47 (1 9~;¡ 188-lOl. Roprctoal h<diodr la mmnd u CrM.tomo,qur
" Eclo9.8 1munanrianrr); l8, 17; Eil.6. Laurrnrin (p.30) h.tbl.J hecho p<n rraducir l«b.rridlflinl, 8r01m C1Ct1Dr:.•laurrn·
\.

160 EL MISTERIO OEL CORAZÓN TRASl'ASAOO C. 7 lA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA 161

do con su gracia• (y no <olo: •él nos ha 11gmá4f/q. con su gracia, por la graria ~ Dios, precí<amente en vistJS al papel que la
como en !'lardoni). Los vcr..ículo• siguientes del himno de Pa- esperaba, el de convertirse en la madre dd Mesías, pero de una
blo rcsulcan así muy iluminado=: en d v.7 el ap6•tol dice que manera virginal.
en el Hijo querido •está la salvación por su .angre, d perdón de ¿En qué consiscfa e.ca cran,formación de María? El efecto
los pecados•; y ~n el v.4, el plan divino era que ·fuéramo> de la gracia, en general. es borrar el pecido (Rom 5, 15-17).
sancos e inmaculado; anee él por el amor-. A la luz del texto paralelo de U 1.6. tenemos que decir que
Estos diferemcs macice. del verbo charir<id (Qn de gran in- María había sido liberada del pecado, purificada y Illntificada
cer6 por el empleo que de él hace Lucas en 1,28, a propósito por la grada. Por orra pane, c:stc e> el modo en que muchos
de María, pero con e.ta impon:rntc diferencia: aquí, el verbo Padres comprendieron la palabra: ·Ella había sido purificada
no cscl en aoristo acrivo, como en U 1,6, sino en participio por anricipodo•, dice magníficamcme Sofronio de Jerusalén'.
pnftao pasivo. que indic:i, como sabemos, un nuu/Q ya reali- Además, podemos dar un paso m.ís y aplicar a María lo dicho
zado, el mu/1ado de una accíón pasada'°· La palabra utilizada en Ef 1,4 sobre d objetivo final de toda la redención: •Para
por el ángel indica, pues, que en c1 momemo de la encarna- que fuéramo• samos e inmJcu/,1dos ante él por el amor-.
ción, ya desde tiempo atr.h, María <e había visto transformada En Le 1,28 el uso del perfecto pasivo mue>tra que, en Ma-
ría, este plan de Dios se encuentra real i1.ado: por el efecto de
lin shou.kl h.i\'e ¿\.k<d hin\srlf whc1hcr 1hc (-:hrro,11,,,,, 1'1urprrta.1io,. w-.u not more la gracia de Dios, María ya es HOll/11 e inmaculada ante él•.
inRucnccd by 1hc A1unolptJ oí <.:hry,o.. tnm's l1m<' thJn by his knowlcdgc: of thé Cristo, dirá Pablo más adelante en la carta a los Efesios, se
J..nguagc• (p.201: la cuni\·a C't nuai;UJ). Lo .\Cnnmoc por <'I autor, pero comC't<' aquj enrregó a sí mismo por la Iglesia, porque quería presencársela
un error garrafal Cl.ua1nenrc Amwn nu ha Ido a romprotMr el texto de Crisósto~
mo porque simplcmen1e pi(n,a qut •l.i intcrprcuuón d<' C.:risónomo• (.¿qué incer~ •gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino sama
ptttación?. ¿fa dC' 1.c l.28?) J~ ti(' ei1tar iníluida f'lór la 11mariologfa• de ~u época. e inmaculada• (Lf 5,27). Lo que se dice de los cristianos al
P.arClC creer quC'. C'll el 1c-x10 ch.ido pi0r l.aurcnun, 'C' h;1cc un c:o1ncnt.1rio de l.c com ienzo de la carta ( 1,4) y de la Iglesia al final (5,27) sirve
J.28, cuando en realidad \t' 1r;u.1 de un 1:01ncnt.trio a l.1 carta a I(» EfC'.sio.s; pero en
ninguna parte de esta cana 1r h.ahb d(' M.lri'.1. l~tro dÚn hay m.U: Critó)101no jamh en primer lugar para la Hija de Sión, para María, imagen de la
oomcncó el tcn:er C\-angcl10 y tan1p<x:o p.irt1..'C que C'n .1l~tt1n~ panc de •U.S obras Iglesia, a la que el ángel saluda con d título de •gratia plena•.
haya una interprC1.1c-ión fonnaJ de Le 1,28. Hntonc.:c" ¿en qut qu~.a la objeción
de Brown? Si aun ;uf R. l.;iurentin (y 1.amhitn no'.\Olfll.\) utan1os .a CrisólitOtno, a
Y María era conscienre de esca acción de la gracia en ella.
iínkllmntr, dndc C'J punto de vhta lilológit:o, rara rrcci\ar d rnah7 de un verbo ¡Seguramente •e ohjctad que SaCJmos muchas cosas de
dificil. rhnn1d4, quc. adcm~, dC' cn J.c J ,2K. 1r cn<utntr.t 50lo C'O Ef J.<> para todo una sola palabra! fa verdad. ¿Pero aca.'o la verdadera •interpre-
el 1'T Con rvón s.cf\al.iba l .11urcnun que juan <.:raWtomo •c.:onocla \U IC"ngua•;
to cfeao. el gra.n orador quen'1 pnictkar un.i cspccl<" de vudu. al d11icWno thahLa.
tación• no consiste en hacer explícito lo implícito, sobre todo
Jido di.scipulo dC' l.ilunio). Por etn, 'u opinión <"n ni.atal.a llnpiíteka tiene peso. cuando se traca, como aquí. de términos muy importante>
·y. UnicametHC por un moti\'() fi~ .¡, inrtrp~tM.il'\n de c:ris6t.1MX,• Ultera:a desde el punto de vista teológico? ll Hay que ~cri.alar, con Orí-
~rala~ de 1.c 1..28- 11r tr.ata MmrlC'MC"nrr dcaber dimo m1cncila Crisó,ro-
mo d ~ rlMri"': su •nuriológi» no dmr nada que w:r aqui, unto nW ,ua.nc:1o
genes y Ambrosio, que en toda la E..<crirura el uso de esce tiru-
- no .. muy ..!i6anct: a.... """ I""°· .U¡:n.a. ~l.via """-¡,,,, ddc.."tOS o. lo escl re>ervado a María; por otra parte, 1.ucas emplea aquí
ambición, la duda); I"'' wico, no a 11 quirn la IUbrla lla.....io .Jlm., do gracia•. una palabra rara, que en rodo d Nuc."\·o Te>tamento volverá a
• u aaión onttrior a la de la gt3(ia el< l'>.m m MMla. El sui«o flrko do la
pasiva ""fam"""-1 no puede.., .W que l:>.n.; si "'qulsl<ra ..P<.,.., au idea
utilizando d vaho rbtnir.14 no tn aorislo acti\'O, como tn Ef 1.<-.. Moo m pnkcto
acti'°' rrndriarnoo: /,. ""'1 IN<~ ""¡lf.,,w.., pcm en la 10.... ,a... udli· " ~ ¡,, A..,.,.,.;,,,u.,
11.lS: re 87H.JH8.
uda m Le 1,18, d •l\i<tt> r-m"1 n la misma Maria: a ,O,, la qu< ha.,,,,.,_,,_ 11\<at< nunno ankulo •U kmmddb S.C.. \ainun "ndlo Spirito": il modo
wi. "'Mtii• l*nft""'- <1c la v.ru. pam.uco d• kggcrc 1a Bibbi. t r-lbllc aggl!-: o.e., 011111 0986l ~223.
162 El MISTERIO OH CORAZÓN TRASPASAD()
C. 7 LA ALIANZA DE LOS CORAZONES OE JESUS Y MARIA 163

aparecer solo en la cana a los Efesios, donde adquiere fuerces


resonancias salvíficas y ecle>iológicas. entre la v1rginitas mrnis, la integridad corporal, y la r•irginilllJ
La identificación con el mensaje central de F.itima es así cordis, la integridad dd corvón, o la d.., la fe llamada nrginilllJ
sorprendente: decir que María ~hallaba •transformada por la faki". Pero ranto una como ocra se aplican a .\1aría. 5.., puede
grada•, que era •santa e mmaru/ada., seria lo mismo que decir decir, paradójic:imence. que d rema de la Hirginidad del cora-
que tenía •el cora2Ón mmaru/aM•. El titulo con el cual ~de­ zón• (o de la fe) hunde ya sus raíces en el Antiguo 'frstamento,
nomina el mensaje de Fárima. aplicado a la situación de María en los textos proféría» sobr.., la Hija de Sión; en efecto, esta a
antes de la anunciación. puede. pues. <ervir para demostrar veces e> designada bJjo el rículo mi\ opccífico de Vitgo Sion,
que ella había sido preparada por la gracia para la llegada de la Virgen hrad; pero los profec~ utiliuban esta denominación
la encarnación. para indicar las relacione. e.ponsales entre Dios e hrael, y así
Pero también se ve la diferencia entre esca interpretación en el contexto de la ñddidad a la .1lbnza ".
del título •gracia plena• del relaco de LuGU y d mensaje de Fá- No hablaremos aquí de virginilllJ ramiI de Maria, que
rima. En Lucas, como en Fácima. se habla de la •interioridad• claramente conforma el t<'ma del ~cgundo men.'>aje del ángel
inmaculada de María; pero esca interioridad Lucas fa sitúa en (vv.35-37): él le anuncia que concebirá por la acción del Espí·
la misma vida de María, en un momemo co11crt'to de la hiscoria ritu Sanro y el poder del altísimo (v.35). Pero M.uía ya había
de la salvación (en la misma línea de la lumm gmtium, c.8). sido preparada para esca concepción virginal: es a esta prepara-
Por el contrario, Fárima desconeua el título de todo contexco ción de gracia a la que llamábamos su •virgi11itas cordis•, inclu-
hisrórico y lo aplica a la persona de Maria en general. Una so antes de la anunciación. Porque si la gracia designada por la
observación semejante ha de hacerse a propósico de una ense- fórmula •graria plena•" según una larga tradición, es ante todo
ñanza anterior de la tradición eclesial: la definición dogmática la purC'l.a y la santidad d.., María, como hemos visto, podremos
de 1854. Según la bula !111fobilis de Plo IX, el título •gratia ver, como san Bernardo, má; especialmente en ella la gracia de
plena•, dado a María en Le 1,28, es uno de los principales la virginidad, y así la virgi11itas cordis: •Bene igitur gratia ple·
textos escriturí<ricos que sostienen el dogma de la inmaculada na, quae virginirntiJ gratiam tenuir, et insuper fecunditatis glo·
concepción. Lo que hemos dicho lo confirma. Pero la exégesis riam acquisivit• 1'. Pero, como demostraremos, es sobre todo
de •gratia plena•, presentada más arriba, muescra más explí· la respuesta de María ante d anuncio de su maternidad lo que
cirarnentc.que el tículo Ked111ritómb1i dado a María describe manifesrará en ella esra •gracia de la virginidad•, su virgini·
un momento de su vida, es decir, su larga prepar.uión (por la
gracia de Dios en ella) para el ;ingubr papel que iba a desem- " S.w AcunfN, fMrr. '" P,., 147,10: •Virginil.11 arniJ~ corpus int.i<..1um; vtr~
gin;,., cordi>, 6d.., 1na:•rrupr.. (PI 37.1'120): TOut 1• jodn., 13.12: •Qua< cst
peñar en el momento de la encarnación del Hijo de Dios. v;rgmnu mmri..? lnrcgn 6Jo, ..,¡;.u ·opa. ,;_,. ch.arir ... (J'l 35. l 4'l'J): rara
b v;r¡;;nódad ck b f., d. Smn. 93.•: •fidci vlrglniw.•. ,..,,.nJum mrcpitartm
2. Pasemos ahora a la <cgunda parte de esta sección: la 6d... IPl.38.SR5H). 1

•virginitas cordis• de María. también ahora como preparación


"' a. Am S.2; Jcr 18.IJ; .ll,4..ll .;u.~ todo a lnt.....,,ro n« úlúmo
ptiOI<' • Vuffl., doncdb de lu xi. ~ • <>W NS dud.dc.. i llua cuinJo m.tcls
para la encarnación. El tema nos debe interesar c.pccialmeme, iod«W, muduclu rd>d&1 FJ Scllot <tt> al¡:o nU<YO en d p.&: b hcmbn contjm
porque qúeremos crarar de comprender mejor el misrerio del al valÓn• (vvllb-22). Ooa!bc b inliddi<bd ck hrul. pcrorn b p<np«tiva de b
r«uundón . ., d«ir, ck •b vudr. a b rd.dón d< amoc cn1"' lsnd y su Uposo.
comr.ón de María. La fórmula •virginitas cordis• no o bíbli- 1BJJ; Sión vohm •Jet ..tlgrn• por b int<grt.1.ad d< su Í< rn YllWJI
ca. La hemo, tomado prcsrada de san Agusún. que discingue " s. Bu.-.mo, 1.1au&rov-"JÍ•il.\t,,,;,,,, 111,J.m o,.....-1v1RDnu
1966) 38; PL 183.710
16• EL MISTERIO DEL CORAZ0N TRASPASADO C.7. lAAllANZA DE LOSCORAZONlS oe JESUS y MARIA 165

tas cordis; queremos hablar dd famoso v.34: -¿Cómo será eso, Dios• (v.37). Sin duda alguna, .Maria presenta, así, una difi-
pue:. no conozco 1•arón?•, o ~q¡ún la traducción dd leccionario cultad real al ángel.
francés:•¿... putJto qi« Joy 11irgm?• (v.34). éQué interpreración Pero, éCuál? Porque María no era Ntiril y hemos excluido
hay que dar a e.ta misccrio.a pregunta de María, <abre la cual que ella hubiera tomado la dewión de permanecer virgen. La
se ha escrico canco? objeción debe ser de otra cla<c r simanc en un nivel más pro-
Plantttmos bre\'emente d problema. La explicación tra- fundo.
dicional, que vi>lumbra en ~faria una volumad deliberada de l.:n análisis detallado de la respue.ca de María podrá ayu-
seguir siendo virgen, la mantienen aún hoy mucho. aucores·~. darnos a descubrirla. La fórmula •no cono1.co varón• -se ha
pero introduce en el texto un anacronismo, y responde difi- insistido muy poco en ello- es únici en toda la Biblia. La más
cilmentc a un problema mayor: épor qué, en ese caso. Ma- parecida es la del libro de lo> Ju«:<:cs, referida a la hija de Jefté,
ría acepta el matrimonio con Jo>é? Una cípica ~olución actual que había sido condenada a muerte: •Ella no había conorn/Q
muy extendida hoy so.tiene que d v.34 es simplemente una 11arón (011/t ignd andra)• Uue 11,39), y le fue concedido ir anees
cláusula de estilo de Lucas y que. por tanto, no nos da a en- a los montes a •llorar <u t'lrgmitlul• (v.38). Esce paralelismo
tender nada de Maria. Sin embargo. la excepcional fórmula es sugerente: •no conocer varón• es una fórmula habitual para
empleada aquí por Luc.is y d género liccrario de todo el relato describir la •virginidad• de una mujer. Esta equivalencia entre
se oponen claramente a una imapretación can banal. Por ero, ambas cxprcsione.'> da a cnrcnder que, en nuescro caso, la obje-
hay que analizar con mayor cuidado la pregunta de María 37• ción de Marfa al ángel •110 conozco mrón• significa: •soy 11irgm•.
Empecemos constatando que Marfa plantea aquí una ver- Pero inmediacamence hay que subrayar un detalle que no tiene
dadera pregunta, cuando escucha que d ángel le anuncia su parangón: la expresión aquí está en presente (andra ou ginoskii)
próxima maternidad. F.I adverbio •cómo• seguido de futuro y no en aorisco, como en codos los ca.'>OS parecidos del Antiguo
sugiere, además, que para ella misma la cosa e.1 aparentemente Testamento; Marfo desc1 ibc, como en el Antiguo 1esramenro,
imposible: uSi Satanás expu lsa a Satanás ... ¿cómo va a subsis- un estado de hecho, y no directamente una intención de futuro.
tir su reino?• (Mt 12,26): •Si no creéis en sus escritos, ¿cómo La fórmula empleada por María revela su estado de ánimo, su
vais a creer en mis palabras?• Un 5.47: cf. 5,44). También el vida profunda, su sicuación existencial, que diríamos hoy: nada
género li~erario (el anuncio de un nacimienco extraordinario) en sus deseos íntimos la llevaba a una relación conyugal •con
requiere que se trate de una verdadera objeción. Cuando Sara, un varón.''~. La frase dt!>cribc, pue:., su profunda properuión a
que era estéril, oye que tendrá un hijo, ~e pregunta con buena la virginidad, su deseo de virginidad, como poco más o menos
lógica y un deseo tenido de escepticismo: •Tan vieja como decía ya santo lomis": y mucho antes que él, san Ambrosio
soy, ¿y voy a parir?• (Gén 18.13: trad. ed. Paoline). Isabel,
como Sara, era mm/ (Le 1,736); pero el hecho de que •tam- " La a>ropar•dón con d taio análogo de Mt "ndu<c<do .... U ;ingd le dio:
a J.-: •Jotl, hijo de O.vid, no trnw recibir• ~bria, cu mujer (,,., XJ'"'i/01 ••!•
bién ella· (v.36) daría a 101 se le da como signo a Maria: tanto l~lc 1.201: amb.én O<glin 1 u<as Muía )'ll estaba lcplmcnt< aposada a>n jo..!;
para ella como para Isabel, hay un oh>t<Ículo dificil de superar. en l.c 1.28 dla no die< •l.-1 yo no conozco (. ¡tocbvia?) a ..U -W (- ¡..,¡,,,
Pero el ángel concluye diciendo: •Nada hay imposible para - lo. W que db cWUJ" ele IU hotizoncc ID(flW CS ""'4 tdadón canW con •••
TUÓn• (-o.).
" S.-"-/., 111. 23. •: •Mmr l>ri "°" cmlitur, •nrcquam ~
" Cí. por tjcmJ'lo. R. 1...-atNTIN, /.n E.,._,;ln. o.e.. ~9.2-493 lot<ph. aboalue< vugiruurnn VO\'is><, tcd licct cam i• tksJJn.. "2bucrit, 1uper hoc
u.mm volu.nutem awn divino commWr ubiuio-~ Pero un pxo doptá (.ad 1-),
" ,...,,.. ""."'"'dos •rtkulos mrncton..i.. m la nota n .
166 El MJSTU!O OEL COWÓN nASl'ASAOO C.7 lA Al.IANZA DE LOS COAAZONES OE JESÚS YMAAIA 167

habi.a explicado que ~farla •virgo erar non solum corpore sed la gnwa que Maria recibió es precisamente la gracia de la ,,,,.
etiam mmu•'°. E. precisamente lo que más arriba UamábamO> gmuiad: o mejor, siguiendo la exégesis del v.34 proporcionada
su •virgini1as rortliI•. Este versículo nos hace descubrir el rom- ante>: María percibe en sí misma la acción de la grada (v.28)
zón virginal de Maria durante el tiempo en que Dio> la prepa- bajo la forma del <Úsro fÚ virginidad (v.34). Esta percepción,
raba para convertir<>e en la madre virginal de su Hijo. e>ta llamada, es la •virginitas cordis•. Como decía Guardini,
El auior actual que ha sabido expresar estos macice. con María se \enría atraída a •vivir para Dios•, lo cual, según Pa-
mayor finura es R. Guardini 41 : •la virginidad, escribe, fue en blo, es la marca disrinriva de la virginidad: la virgen, escribe el
la existencia de María un elemento esencial• . .Así, la virginidad apóstol, •Se preocupa de los asuntos del Señor, de ser santa en
se expresaría como ese comportamiento fundamental que ca· cuerpo y alma- ( 1 Cor 7,34), •vive asiduamcme para rl &llor
racteriia J M.1rfa en su ser y en su smfimunto !mimo: pero este sin preocupaciones• (v.35). Este es el morivo por el que, aun-
comportamiento rodauia no ha tomaM la fonna fÚ una <Úmién que ya estaba legalmenre desposada con un hombre, María
tklibuáda y ~ún no ha Uegado a planiear<>c en d marco de la ley •vive como si no lo esruviera• (cf. v.29).
y de l;u c<»tumbr~ entonce:. vigentes. Entendido de esie modo. Scgtin Agusrín, la •CÜgnitas Yirgínali~· comen11Í en Maria,
el texto cxprcs:i.ría exactamente lo que el pre.ente ensayo mten· con la concepción y el nacimienro virginal del rey de bs nacio-
ta demo.,u·ar•. ¿Cómo podríamos caraeterizar lo> sentimiento> nes'"'. Oc igual forma, Guardini se pregunta: ¿en qué momenro
del •corazón de María• durante este período de preparación? nació la virginidad cristiana? Y responde como Agusrín: en el
E!La vive, anade Guardini, •en un estado en el que, al mismo momento de la concepeión virginal de Jesús. Pero tal vc1 haya
tiempo. ~be)' no ~abe; en esta espera que no puede definir, tllt que rcmonrar<>c más atrás, porque no se debe consideror 'K>lo la
111w panr Dios en confianza•. Y el autor concluye: •Es la auirud 11irgini111s camis de la madre de Jesús, sino su virginitas cordis:
ya conocida y que llamaría propiamente "mariana"'.. bajo la acción de la gracia q ue la preparaba para su maternidad,
Ciertas correlaciones internas a la perícopa y algunos rex- la •Virginidad del corazón• ya se había formado y dc~arrollado
ros paroklos nos perm iten concretar un poco más. Fn el v.34, en el corad1n de María, anees de la encarnación, pero en prepa-
María responde a todo lo que le dice el ángel en el v.28 y en los ración para ese momento central de la historia de la salvación.
vv.30-33. Descubrimos así una especie de paralelismo entre Queda por ver un último punto: el contexto de la alianza.
el v.28 y el v. 34: ambos describen la interioridad de Maria, su Cícrtamcnre no enconrramos aquí ninguna fórmula explícita
dispo,ición interna: pero el primero lo hace d=le el punto de del vocabulario de la alianza. Pero lo que S<' le ha dkho a María
visra de Dios (ella era •transformada por la gracia•); el otro, en el panicipio ktrharitómhli del v.28 y lo que queda implíci-
d=le el punto de visra de María (•soy l'irgm•); así vemo> que to en su rc•puesta al ángel en el v.34 son, de hecho, realidades de
La alimu. Esto e> así para lo> do. aspeetO• del efecto de la gra·
el habla de un .Pf<lf111.\s.J10 -sub (OOditiOM, s.í Deo pbcct •• lo cual a m<Í:t ln.ktÓnko. cia en .\1aría, de los que hemos hablado a propósito de •grafia
s:l Nen lt '"-º"''cnui.a C11 la ttdudón dJsic:a entre los dominiCOJ. Pero habbr a.impfc· plena•: e., decíamos, la gracia de la santificación y la gracia de la
IJknlé' dd .Jnt., dt \lirginic.bd• ft rn.h coht':rc:nte con d rexto de 1-uc.u y con1trva
la ntnda de l,a \.Olu<ión tr.JJidQnaJ.
11irg111üi4d En una y en orra existe una relación con la alianza.
• .\•s A._,111to\10, Dt 1•1111nibut, 11,2,7: PL 16,209A.
41
R. Gl*A•n1N1, La .~.f'"elu 51-ignt'Ur(Cc.rf. París 1961) -~37. fn lucha. que 41 SAf!.; A<,ll\dN, Strm., 51.16.26: PL 38.348: ·Uhi nauu c•C RtJC omnium

<11gucn. t.._\ ¡,:ur\1\·;1~ ion JHIC':i.trJ~. Par.i C.uardini, el n1eru..ijt dd in~C'I y la tC'SpUC'Sf.;t gcntium, tO<.'pil dignhas virginalis a M3tre Dei, quae C't filiu1n hahc:rc 111cru1t, et
dC' ~1:iria corutnuycn •t'.I ac.:onu.-cimiento dec;isjvo de la vida de M.1rfa• (pJ 1}: 4/// corrumpí nc>n mtruit. Sic;ut ergo crac illud conjugiuJn, tt >inc: ulla i;;orruptionc
doÚ l.1. ll.a~ p.tra poder •'-'-ctlrr a lo que M.a.ría ha vivido. conjugiu1n: ~¡~ qutxl c.a.\te uxor pcptrit, cur non oute Ol.l.tilus ac.:.,;1ptrct~•.
168 El MISTERIO OU COAAZÓN TAASl'ASAOO C 7. lA A1.lANZA DE LOS COAAZONES OE JESÚS Y MIJtlA 169

En el Antiguo 'Jesumcnro <e da un estrecho vínculo enrre b) Manit fomrrmba todas l!'ftas cotas •m su corazón•
la alianza y la !.anrificición°. La santidad de Israel, su perte- (ú2.195J)
nencia a Dios, son la consecuencia di= de la alíanz.a: ·Sed
para mí santos, porque yo. el Señor, soy santo, y os he separado l:.n la introducción, recordábamos que, para un Juan Eu-
de los demás pueblos para que seáis míos• (Lcv 20,26 LXX); des, la devoción al Sagrado Corazón de María tenla su ori-
•Si de veras me obedecéis y guardáis mi alianza, se~is mi pro· gen y su fundamenro en el evangelio; y él tomaba como ar-
piedad personal entre rodos los pueblos• (Éx 19,5). M.irla ha- gumento el texto de Le 2, 19, donde efectivamente se habla
bía sido •rransformada por la gracia., purificada y santificada, del coraron de María. Pero añadíamos que el tema, que no la
y •vivía para Dios• (Guardini). Esras son las condiciones fun· palabra, lo volvemos a enconrear también en otros pa.,a¡es de
damentales para llevar a cabo la alianza con Dios. Una ob'>Cr· los evangelios. Sin embargo, sigue siendo cierto que, debido a
vación análoga debe hacerse para la virginitas cordu de María .. la mención t>pccífica del •corazón• de María en Le 2,19.51,
La •virginidad dd corazón•, la no contaminación de la fe (fídn estos dos tcxro> ron para nosotros los más importante>: en d
mugra). se conecta. como decíamos, con el tcm.i bíblíco de la conjumo de los c:vangelios, la palabra •COraJ.Ón• <e emplea 'olo
Hija de Sión: los profeus la llaman •la v1rgm lsrad• cuando para Ms person;is individuales, para Jesús (Mt 11,29) y para
recuerdan al pueblo su obligación de fidelidad al Dios de la María (Le 2.19.51).
aliam.a. La atracción profunda de María hacia la virginidad,
esu gracia de la virginitas cordis, se traducía en el hecho de l. Veamos d contexto de esros dos pasajc.1 de l.ucas. El
que ella •vivía asiduamente para el Señor sin preocupaciones• primero e.1t.í poco después del relato de la aparición de los
(cf. l Cor 7,35). El corazón de María ese.aba unido al cora ángeles a los pasrores en Belén (2, 18-24): •Al verlo (a María,
z6n de Dios. Hnalmcnre, en la concl usión del episod io, el fint José y el recién nacido), conraron lo que se les habfa dicho
de María (Le l ,38), el sí incondicional al mensaje de Dios, es de aquel nino• (2, 17); y Lucas concluye: •MMía, por su par-
como la expre.sión de la realiiación perfecta de la alianza,.. te, conur1•aba (syneterri) codas esras cosas (rrt11111a: palabras y
Este goroso consenrim ienco de María a la realización de la acontecim ientos) meditándolas en su cora2.Ón• (2, 19). El se-
encarnación dd ! lijo de D ios es la base bíblica para d rírulo gundo toto, parecido al anterior, corresponde a la conclusión
que se le dará en la tradición latina, sobre todo en la Edad Me- del c\"angdio de la infancia: ·Él bajó con ellos y fue a Nar-uc:t y
dia: el tírulo 'de sponsd l'atm o de con1ux Patris0 • que expr~ estaba 'ujeto a ello>. Y su madre consen'<tba jirlmnlfr (dírtim)
claramente una rebción de alianza; es la relación esponsal y todas e.tas C0>2S (y ese.as palabras) en su corazón• (2,51 ), Va-
virginal entre .la madre de Jesús y el Padre. mos a concenrrar roda nuesua atención en el primer vcr-ículo.
Se han dedicado varios esrudios a estos Jo, p.l.'3jes 46• El
ti J. RorH, •1hnnn majnJ~ de b lDdíuon sac:crdoul(' dan, k Pentata»qlic-: principal de>acuerdo entre los autores radica en el ª'pecto lite-
NRTI> 80 (19~HI 6%·721; J: rr.710·718: ·Alli•na: et sancnfiauíon•, rario de c.1tas fórmulas: ¿hay que vincularlas, como E Ncirynck,
.,. G . HO"ltiRÍ lAIN~.• úfm.,,,,. o.e.
~' \'tase nuatrn .utkulo: .~1.uia y Ja Santísima. Trinjd;ad e:n San Ju.a.n•: fjrw/141 al género apocalíptico hebreo? ¡O, más bien, como A Scrra, a
Trinit.1riot 18 (19R~) 16.l· IR9; a!H citamos (p.172) los do. '"''º' "guicnict: •f lc-
git (am Rurr ,-,, spon.Mm. F1liu1 in matrcm, Spiritus in ten1plun1• (0Jón de (:an· '" I! N11•vN<k, ·Mu,. bcwurdc:al dcwoordcn on hm k.irt (l.k 2,1951)0: CHG
tcrbury); •Qu;ac (f\.11ria) ah acfcmo praedcstinata fuü in roniuttm l~ffrtl ~p1ricuum. 5 ( 1959) 433-466: Ío., l'f1w11f1k dr NO<"lseúm St. Lll<(Bru.""l.u 19<.0); ll. lt MFV>R.
ul comrnuncm 'ur.1 illo hahcl'C't ~lium, et cssct maccr FilH [)cj, sacruiu1u .Spintu\ •Bu1 M>ry kq>1 >11 rhcsc: thingt.... : (Lle 2.19.51): CBQ 26 ( 1%4) .l 1-4'l; A. \fRRA.
Sa.i11,J..i, tcmpluJn tOtiUI ' lrinltJd,,, .. (Elinando d~ Froidmont). ro...
•1\iot1\'I ~1picn11lli 10 Le 2.) 9. 51 •: M11r 31 (1969) 248~ 259; \ap1nu,¡1,
170 El MISTERIO DEL CORAZON TIIASl'ASAOO C 7. LAAl.IANV. DE LOS CORAZONES DE JfSUS Y MARIA 171

la cradición 'apiencial? El debace tiene menos imporcancia de nicl (4.16-24); por úhimo, su cumplimiento: la loc;ura del rey
lo que p<1rece, porque entre los escricos sapienciales y apocalíp- (4,25·30). Es en esce versículo de transición hacia la cercera
ticos hay mucho contacto, muchas interferencias' 7• Lo e;cn· parte (en la versión griega) donde se halla nuei.tra fórmula.
cial para nosotros ~rá descubrir los antecedences concretos de El versículo, que es muy breve en el texto arameo (•La pa·
las tan peculiares fórmulas empleadas por Lu~. labra se cumplió en Nabucodonosor•, (4,5), se sustituye en
los LXX por la siguiente frase: •Al final de esta\ palabras (ton
2. Hay tres ccxtos del Anriguo Testamento que son in lógón), habiendo entendido el juicio que la visión nmmcinbn,
tcresantcs para nosotros. El primero sirve de conclusión al Nabucodonosor conservó ntns pnlabrns (rous lógous) m Sii cora-
relato del sueño de José, en el Génesis. Él soñó que codos zón• (Dan !XX 4,28). También aquí, como se ve, l.1 formula
sus hermanos se posrmban ante él {Gén 37,7.9) . .Su padre orienta la vi\iÓn hada el futuro que el rey temía; anuncia e
y sus hermwos tuvieron diferenres reacciones: •Sus hermanos imro<luce lo que viene inmediatamente después: el relato del
lo envidiaban. pero su padre guardaba (dietbism) la co111 para cumplimiento inminente del sueño (4,29-38b). Aún volve·
sí• (Gén 37, l I ). •Guardar la cosa. significa, en primer lugar, mos a encontrar una estructura análoga en el capítulo Vil. que
impedir que caiga en d olvido. Quiere decir mantenerla viva primero describe el famoso sueño de Daniel sobre las bc.,tias,
en la memoria para poder verla quiti realizada algún día. El el anciano de los días y el Hijo del hombre (7, 15·27); des-
cumplimiento del sueño será, de hecho, relarado de:.pués, a pu~s 'e J;¡ de: nuevo la inrerprecación de la visión (7.15-27).
lo largo de la hiscoria de José, cuya narración aparece ense- Y por fin, el ve"ículo conclusivo del capitulo, que comricuye
guida: •Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron la tramición a lo que sigue: •Hasta aquí llega el rdato. Yo,
llnlt ti, rostro en cierra• (42,6). La fórmula anterior de 37,l l Daniel, quedé muy turbado con mis pensamientos y se me
(•él guardaba la cosa•) no describía únicameme la memoria· mudó el semblanre; pero gunrdi todo m mi corazón• (7,28; en
recuerdo de Jacob: mostraba al patriarca frenre a un enigma la versión de 'leodoción la fórmula se parece aún m¡\s a la de
que podía provenir de Dios; él lo •guardaba• en su cora1.ón Le 2, l 9). Pero esta vet la tercera parte, es decir, el rcl.uo del
para ver si dio fuera a convercirse en realidad. La expresión cumplimicnro. halla su equivalente en nuevas visione; y pro-
está, pues. oriencJda hacia el fururo: deja prever el cumplí· fecías (Dan 8-12), que se prolongan hasca el fin,¡] del anuncio
miento del sueño y prepara su narración. de los tiempo• finales (11,40-12,13).
El caso 'o similar en dos textos del libro de Daniel 41 , que En los eres casos, encontramos un esquema parét:ido: pri·
se refieren aquí a dos sueños (uno de Nabucodonosor y ocro mero, el anuncio enigmático (bajo forma de sueño) de un
de Daniel). FJ capítulo 4 narra el sueño premonitorio del rq acontecimiento fururo e imporcante, que se cumplid r.ípida-
sobre su futuro abajamiento al rango de las bestias (4,1 - 15); mente en la historia del pueblo de Dios; despu6, d relato de
después, viene la incerpretación del sueño por obra de Da- su rump/1mien10 (a pesar de que, en el contexto apoulíptico
de Daniel, <e intercale entre ambos la interpretación del sue·

7
F.n puticula1, J'.ira la ncxión de vcrcbd, que d(S(:mpclu un p.ipd imror"1ntC' ño, su cumplimiento sigue siendo el elemento principal). La
en las de» t~dtdonc, , c.J l. or r..A Porn·-RIE, iA Vtrill, 11, o.e., 537·592. fórmula que nos inceresa (.él guardó estas palabras len suco-
• ' 1Cndrc1no~ en <.:u en ta b\ d~ ven iones griegas de Oanid: b de lo. LXX y razón]•) prepara e imroduce cada una de las veces la narración
la de ' rcc>dodón {Th), que \e hallan rupcrpucst:as en las ediciones modC'rn.u de 1.1
Biblia gricg;t. Adcmh de Dan 4.281..XX y 7,28 Th. podcn101 tainb"n coa1 1 SJm del cump/imimto: la fórmula describe el paso del suelto a "1
21.13. realidad, d cránsito de las palabras al acontecimiento.
'
172 EL MISTERIO OH CORAZÓN TRASf>"5AOO C. 7 LA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARIA 173

3. Ese.u pumualizacioncs <0n muy val io~, porque no~ la buena noriria fue primero dada a los pastores (ma11ghtlktJn1111,
ayudan a encender mejor d empleo de la fórmub por parre v.10); pero csros, a continuación- dan 11 conoctr (v.17), a todos
de María en Le 2, 19: en ella \.e dan unas 5emcjanus impresio- aquellos que quieren ocucharlo. que este nino es •Salvador>,
nantes, pero también alguna. diferencia. signilicath-as rcs~o que c::s •d Crino. el Se1ior•. Se vislumbran ya los discinros ma-
a los ejemplos ameñorcs. El elemento común es cicrramen- cices que adquirirá la frase del \·.19: Maria no <010 ha encendido
re el anunáo misterio'° de un aconuomirnUJ imporranre: aquí, el mmsajt (como en el Antiguo Tc.carnento), sino que además
d nacimiento del Mc:sia.. En Belén, sin embargo, no se erara de ve el comienw de su m1lirAdón en el hecho mismo de la procla-
un sueño, sino del mensaje de un .ingd de Dio> a los pastores: mación de la verdadera identidad del recién n,¡ddo.
•Hoy os ha nacido un Sal,,ador, ti Mttlas, ti Sníor m la áuáaá Además, enrrc •tod.1.' estas co~<· que María conservaba en
tk David• (Le 2, 11 ). Ene anuncio del .ingel de Dios es una su corazón, también hay que incluir las •<Cñales• que acom-
revelación: •hoy• afirma el comienio de los tiempos mesiánicos pañaban al nacimienro. "fampoco de oto har hucUas en el
con el nacimiento del Mesías. La gran alegría •que da este men- Antiguo Tcstamenro. A los pastores 'e les dio un signo cla.rísi-
saje- será de todo el pueblo (v. I 0), por lo cual, después de ir a mo: •tnconrraréis un niño envuelto en pañales y acoscado en
ver la •señal• (v.12), la •COs.t {to rima tolito) que había Juctdido• un pesebre:- (v.12); la señal constituía un fuerte contrasce con
(v.15). •un niño acostado en c:l ¡>C'Cbre• (v.16), los pastores la idenridad real del niño rcvcl.1.d.i en el mensaje. Para María,
se fueron a •dar a conocer la cos.1 (ptrl tou rrmatos) que se les ese conrrasre, ese misterio, era una invitación ,¡, la esperanza,
había dicho sobre esre niflo• '"; y •todos lo; que lo oían se ad- a la espera, para ver si po;tcriormencc se cumplía y cómo lo
miraban de lo que les habían dicho los pascorc; .. (vv.17- 19). Es hacía el mensaje del se1iorío del niño, que además era tan mal
enronces aquí, en el v.19, donde se sitúa el versículo sobre Ma- acogido. El himno angélico habfo sido para ella una primera
ría: •Conservaba todm ntm cosm, meditándolas en su corazón•. o rienración para su espera: «Gloria a Dios en lo alto del cielo•
Para comprender lo que María conservaba en ;u corazón, (v.13). Unidas al títu lo de ><Señor• dado por el ~ngel de Dios,
debemos rrarar de comprender mejor lo que d<:l>igna aquí la ex- estas palabras dirigían la atención de Maria hacia la trascen-
presión •rodas esras cosas•: percibimos la insistencia en la pala- dencia. Pero la ulterior orienración hacia el futuro, requerida
bra •todas• (pama), que se coloca en posición enfática (no hay por la fórmula estereotipada •MMÍJ cwurrv11ba todas escas co-
nada pareci~o en los rextos del Antiguo TCl>tamenco) y que deja sas en su corazón•, será de hecho concretada por d cvangelisca
enm.-ver que exiscía una pluralidad de •cosas• que Maria guar- más adelanre en el evangelio: el comicnw del himno de •la
daba en su memoria. Entre: ellas, sin duda, hay que considerar legión (pllthos) del ejército celestial• en Belén será recomado
anee codo el mismo anuncio angélico, que revelaba el carácter más tarde en Jcrus.ilén por cla multitud (hiip.in to plithos) de
mesiánico (ChrowJ) y tras<;endenre (Kjrúu) del recién nacido. los discípulos•, en 19,37-38 (-Gloria en lo alto de los cielos•),
Pero. concrariarnence a lo que teníamo' en d Anri!,'UO 1Cst:a- en la escena de la cntroni1.ación real de )<:l>ÚS en el monre de
mento, asiscimos ya a un primer cumplímicnco de oce anuncio: los Olivos. Esca e»ccna 5e convicrrc en una anticipación sim-
bólica de: la ascensión, de su entronización ukstt a la derecha
.. loo COC?f<nurisus dctucan a>n razón q<>< ""- pucdr clcsipur 1.1t1ro una del Padre (Hch 2.33-35); 'olo entonces Jesús <e convertirá,
pabhra romo un acoo1«;micn10 (n=ad..>); eoto qucd.o a>nstat>do aquí: b polabra· definirivamence y en el <entido completo de la palabra, en •Se-
aoonr«imim10 putdc stt c.mto un acon1tdmkruo •suttdJdo., tomo d objno dt
•V<I• (iJI-.,. ,¡,¡,.,,, ,.,;,. ,.~ 2.t~) orl objeto ~.dcciro ( - ""-"" ñor> y ·Mesía>• (Hch 2.36). F.< más que significativo que c::sros
,,.,¡ "'1ñJ>mM ,,.,./¡, 2, t 7). mismos rírulos ·Moías• y •Senor• ya hubieran sido emplea-
174 EL MISTERIO DEL CORAZÓN Tl!ASl'ASAOO C.7. IA ALIANV. DE LOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA 175

dos en d mensaje angélico de Belén (Le 2.1 1). Ello manifiesca niño (.por eso•). Observemos a csce respecto que la concepción
hasta qué punco esca escena reof.ínica. del nacimienco de Jesús en sí misma, que no <e •"C exteriormente, no o una señal; por el
cenía ya para Lucas un valor de anricipación simbólica. de lo conrraiio, el nacimiento, la ~tlida del scno marcrno, esci acom-
que debía cump!IDc de manera ddiniriva en la ascensión. pañado de rasgos no habituab. y puede <er una señal; este es el
ca.so de un nacimiento virginal (•in lesión, sin pérdida de sangre
4. Pero, sin duda alguna, también <e puede índuir encrc que •concamina•; cf. Lev 12,7). En Le l .3Sb, este nacimiento
•codas escas cosas• (Le 2, 19) ocro signo que anceriormence se es daramence indicado como un signo: el ca.rácrer excraordina-
le había dado a la misma Muía en el momenro de la anun- rio de este nacimiento hará concluir en la acción dirccca del AJ.
ciación: el ángel Gabriel no solo anunció a María la ronrep- císimo en la misma ronupcüin: de esro, se concluirá cambién la
ción \•irginal del niño (I.35a}; también le había hablado de su filiación divina del niño. Un hecho romprobabk (el nacimienco
nacimimlD, y había sacado de él una misreriosa conclusión: virginal) se da como señal de dos realidades invisibles (la con-
•Por eso ... será llamado Hijo de Dios• O .3Sb). El nacimienro cepción debida al Espíritu y la filiación divina del niño).
era presentado como una senal. En 2.1-20, se habla dos veces Pero ¿a quién estaba destinado este signo? Ya que csre con·
más del nacimienro del niño: primero, cuando Lucas narra sistía en la misma forma de &l1r 11 luz. era en primer lugar un
el hecho (•dio a l"z a su hijo primogénito•, 2,7}; después, signo para la madre, para .\1aría; pero más tarde lo sería para los
en el mensaje del ángel a lo\ pa~rorcs (.hoy ... os ha naddo un creyences. Es, por tanto, impensable, en la lógica profunda de
Salvador-, 2,11). Es, pues, normal que se comparen estos eres codo este relato, que en el momento del nacimienco del niño,
1 rexros encre sí, tratando de aclarar unos a través de otros. Lo
que se había dicho en la anunciación a propósito de ese naci-
en Belén, Maria, la madre de Jesús, no se hubiera acordado de
lo que el ángel le habla anunciado sobre ese momento tan im-
miento debía de esrar presente en la memoria de María en el porcante del nacimiento: este debía ser •Santo y puro• y de esre
momento en que •dio a luz a su hijo primogéniro•. modo sería una señal tangible de que su hijo era «el ! lijo del
Lamentablemente, el verslculo Le t .3Sb. que explica el Altísimo• ( 1,32). •el Hijo de Dios .. ( 1,35). Pero, cierramcntc,
modo del nacimiento, es diflcil y su exégesis es discutida. De- el mensaje angélico de Belén venía a confirmarlo de manera
bemos limitarnos a dar aquí una traducción y una interpreta· imprevista.
ción que hemos tratado de justificar detalladamenre en otros En mumm: entre •todas las cosas (remara)• que María
lugares 511• Por" diferentes razones, parece que Le l .3Sb se debe •conservaba cuidado,amente en su cora1Ón•, nuesrro análisis
rraducir como sigue: •Por eso (es decir, como consecuencia del nos ha permitido descubrir tamo p11/abr11.J como hechos (ambos
hecho de que el poder del Ahí~imo haya ejercido su acción so- designados con el término rrma. vv.15. 17). Enrrc esros últi-
bre María) aquel que narmi s.mto (• santamcnce) será llamado mos, se pueden distinguir dos 'eñales: la que se había dado no
Hijo de Dios•. El •nacimienco santo•, anunciado por el ángel, mucho antes a los pastores (un nino en un pesebre) y la señal
es un nacimienro sin concaminación. sin mancha (en sentido dada todavía anres a María (el nacimiento virginal del niño).
levítico), lo que la rradición llamará 111Zám1mro L'irginaL F.ste <e Pero canto una como otra eran portadora> de una revelación:
prcscnca aqui como una señal de la identidad crascendenre del la idencidad crascendcnte y divina del niño. Por otro lado, esta
identidad era adem.is el objeto directo del mensaje contenido
,. a. u
l. Dt l..A Pomar1.• • pano vagiruk cid \nbo :tnGtrnato: "'!'on a en las palabras del ángel (el rfma-pal.1bra), ramo en Naz.uct
sanguirubus..~ ord es O.O natw ,..,· !Cv 1,13)•: .\(..,.45 ( 1984) 127- 174: IObre la
íntcrprctaóón do Le 1.35. ,._ 16.H 71. (1,38) como en Belén (2.17). Es el conjunto de neas pAl~hras,
176 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C.7 . l.A ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JEWS Y MARIA 177

de estos acontecimientos, de csras \C1íales, lo que consticuía Algunos aurores, como Beda r A. Serra. encienden esra
•todas esras cosas• que Maria con:.ervaba en su corazón. •comparación• de orra manera: MarÍJ. tratab~ de interpretar
los hechos •confrontándolos ramo con el Ant1gw¡ Testamm-
5. Todavía nos queda por explicar un verbo importante UJ como ron lo1 atontuímimtos pusteríom, e<pecíalmente la
de U: 2.19 del que aún no hemo• dicho nada: SJ1nbdllou1a, resurrección•" · Pero una cx¿gc.is a.sí no nos parece sulicien-
que hemos rraducido provisionalmente como habitualmen- cemcnte fundamentada, porque no puede apoyar<.e en ningún
te suele hacerse: •medicando•. ¿Qu.: nuevo mariz aporra esre daro del rC'Xto: en él nada hace pen.ar en la escritura ni en el
verbo? Crisco rcsucirado; adcm.is, la construcción de la frase exige
Los comentarisw dudan ante la muhi1ud de significado. de que la acción de •<ompararo, señalad~ por rymbdllousa. recai-
symbd/IQ que señalan lo, dkcionarioo. Pero, si \C tiene en cuenta ga únicamenre ~brc •NlllJ co.'hls• (obsérve>e el demostrativo
la conmucción concn::ra que emplea Lucas, d significado que- t11uta), es decir, sobre el conjunto de los aconuomimtos "-
da claro: el compuesro sym-b,í/IO (que cicne como complemcmo cimtn que Lucas narra n::\p«to al nacimiento de Jesús, desde
d.irccro el plural •rodas e>ra• co~.) no ~ignilica simplemente Nazaret hasta Belén.
•meditar-, sino •comparar, contra.Ita"'; es dedr, en este pasaje Sin embargo, queda el hecho -cambién nosotros hemos
María rracaba de comprender coda. escas cosas •comrascindolas insistido en elle>- de que la expresión •conservar en su cora-
(en ere sí)•ll. Pero, según nuestro análisis, •todas es1as cosas• son zón• orienta asimismo hacia el futuro. Y el paralelismo con lo
tanto los acontuimimro1 reciemes con rn valor de Jigno (el na- dicho de Juan Bautista, en un p01s.1jc muy similar, lo confirma
cimiento virginal, la aparición a los pa.11ore.' y el signo del niño plenamente: •Los vecinos quedaron ;obrecogidos, y se comen-
en el pesebre) como el doble memnje angélico (en Nazarer y en taban todas t>tas cow por toda la montaña de Judea. Y todos
Belén). Es •comp11mnc/Q (emrc ;í) todas csras cosas• como María los que las oían reAcxionaban m s11 comzón diciendo: "Pues
imenta comprender cada VC'l mejor el sentido y el alcance de ¿qué será este niño?'". ( l ,65-66). Una pregunta similar se su-
esos acontecimientos misteriosos y de esos mensajes. giere respecto a Jesús en la fórmula urilizada por Maria en 2, 19;
su significado se podría explicitar a\Í: •¿Será precisamente él el
~- A ~re rupecro hay qut t<ll~br do' punto): Salvador, el Mesía.s, el Señor (2.11 ), el 1lijo de Dios ( 1,35)?..
1) El lientido de *{:Ompar.ir•, l.:OO\iJcndo por l.nrdl pMa Le 2,19. O(J muy
ttscimoniJdo rn gti~O: •COfllp•.ir.ir est:U J'(qucfi.U CUl.l.-\ C:OIJ fas !;f.ttldC'J•, mtiJ-n/ La respuesca complera a esta pregunta 1.ucas no nos lapo-
taüu mf'ldÚn~i Sf1nb11Jú¡,, (t l t llOl)OJO. 2.10)~ .,umrQrtr lo uno con lo olm•, h;,, drá dar hasta más tarde en b continuación del evangelio. Pero
pl"OI ¡,;,, IJ""h41lri1t (Ío., 4..._~0); •uu1 un.i. \;omp¡r.u1ón 1nutu.a JJrinür un juicio•. la misma María, durante la infancia de Jesús, incluía cada vez
,,..,~ pros•Wú 1m.,,;. tr1.nów. Trnno. /86").
2) l:.n Le 2,19, ccncm"' wv. Clonsuucd6n .yo.¡,,;,,,,,¡, a dn;ir, que u""'-""""'
ubicado mnr Jo. '"""" ~-7/>n )' ~ a 1 un cicmpo cmnplcmauo """1lÜn•
de uno y de oao. En c:wnco .al pn>1><>mlx< f ' - colocado m ucu posidcln ..W.... .J " Cf. J. G•l<IT. m ucu m:msi6n •u obr> de A. Slll>.A.• ~~·: .\'RTh 115
pnncipio. iubraya la plun!Wd de las rcl'id..dcs qu< rorud!U)'m d <llmf'l<menco de 11983) U•9: !leda lubUba úniamm<t ele un.o <"'npono.i<ln con d Amiguo 'li-su-
Jo. doo verbos: ''°""' ..... ,.,....;
r.aml>itn "ougjcr<,..""'
dio que: b ....,,.,.,,.a.I• mmro: ._.quii 'l.trkl.O .\c.rl~ kgrra1, et .IUC"h.at pn:•phew.. ronfmbat ca quat:
puodc hxmr oolo , _ tll.a, a doát, cnttt - . . '°""" (m d ><mido de pm JI& IC'alm sunt •u ~ Uumino c.-um hiJ qWit nom1t a prophctis Kfl['Q de Domino
dd ICXtO de Pbron arriba cit>do). Se du 1 menudo como pmldo un tnro de fuv10 e< ron... od invkml•, /• /M. l'I. 92.335!) Pero Bc.i. no r<>p<U d taro de Luca.·
}ouR>: AJrt. jw/.. 11, 72 (~.3) .OO.. b lm<!pttt>d6n de un sueño de Joo< m !Wn. ooonf=nso ele b \\dpa"""' .... en 11 eeonrcm..._. cwn his quac ...,...,.., .....
~(•-ar. """"6«.lli '6t;isml,. ,_otrmndo de ;_,,.,.,, d IUCño con un ..,.,. que no "'-J)U«t m d ato. •(Anf~. com(Qr.U. m¡uint' datamtntt la c.ompii-
natrumWo; .qui>< inda J CllCdio pm truaprtw (d r>rorwnicnro); pno att no a ndón ele cusas difcmues <011< si, pero m 1< 2.19 ptttis>mcntc csw ""' •todas
d e-. de k 2.19. donde d cnmp1cmtruo a un pb:d ~ lo que "'&'= más nus como clc wqur hobb d . . - :-;o b.y qu< btnat m """' lu¡;arcs: ni en d
¡,;.,, d ....óclo de """"!""" ooJa. ,_ <DU> ( - . ti).. :\nuguo Tawnmco, iu m loo oconrcdtnlcntt>cl f-...1cs dd fin.al clc la vid.. ele )<>u<.
178 El MISTERIO DEL CORAZÓN TWPAS.A.00 C7 LA AUANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y M>J1JA 179

más en su medicación íncima Jo, hechos nuevos y las palabras 3. El cumplimiento: el corazón de Jesús
nuevas que concernim a Jesús, porque en 2,51 Lucas recoma y el cor:wSn de María en la nueva alianza
la fórmula de 2, 19 (sin symbd/úJusa), aplicando esta vez •codas
escas cosa~· a codo el evangelio de la infancia: la reflexión, la En lo> dos puntos amerioro aún no ha sido posible cracar
•confroncación· de tl.faría, por canco, ~e iba dilatando r pro- formalmente d tema de nues1ro e.iudio. En efecto, ccníamos
fundizando cada ve-L mi> en su vida de fe. que hablar de la relación de aliam.a emre María r jesús: dicha
relación podía llevarse: a cabo <010 a p.astir de la vida pública.
6. No sin rauln san Juan Ludo consideraba que Le 2, 19 Todo lo que es anrerior a e>ra era, puo, preparación. Sin em-
era el cerco clave para fundamenrar en el evangelio la doctrina bargo. por numerosos indicio> hemos poJido ver que María ''i·
del ·Sagrado Corauln de ,\farfa•. Entonce>. ¡cómo n05 proca- ,.¡a ya en una relación de alianza, pero era, como decíamos. una
can este texto y el de 2,51 el •coruón°? facos dos pasajes no ha- alianu con Dios. A parcir de la vida pública de Jc.ús se inau-
cen sino iluscrar con m;Í.\ clJridad lo que se había dicho en los gura un nuevo cipo de relación entre ella y su Hijo. Entonces se
relatos de la .inundación y de la visitación. En Nu.arct, María cumple la alianza nueva entre MarÍJ y Jesús. Del evangelio de
se había declarado •la esclava del Señor. y había expresado su Lucas pasamos al de Juan. AIH volveremos a leer las dos períco-
goioso consenrimienco a la •pa/Jbr11· venida de lo aleo (l,38); pas marianas del cuano evangelio (2, 1-12; 19.25-27), desde el
poco despué., Isabel la proclamó dicho,;i porque había •creído punto de visea de esca alianza entre Jesús y María.
que codo lo que ha dicho el 5cnor se cumplirá• (1,45). Como
Pablo VI, podemos decir: ·Maria C> la Viixo a11dims, la Virgen
que escucha, que acoge la pa.labra de Dio.; con fe• H; pero era a) Las bodas de la alianza mmdnica:
una fe activa, personal, siempre a la escucha de las palabras el esposo y la esposa Un 2, l •12)
nuevas, siempre atenea a los signos nuevo>, para comprender
mejor y penetrar en el misterio del Niño del que era madre. Cada vr:-L se reconoce: más que el relato joánico de las bodas
Pero también era una fe unida a la esperanza, en la serena espe· de Caná posee un grnn alcance simbólico. En su libro sobre
ra de un cumplimiento todavía misterioso, pero del que estaba la tipología del evangelio de Juan, H. Sah lin eo;cribía: •En las
segura: •Ella sabía que llegaría un momento en el que lo que bodas de Caná, en el fondo, Jesús mi.;mo es el esposo, y la es-
estaba ocul<o en él se manifestaría•, decía muy bien Orígenes~. posa es "Sión", rcprc.cncada por la madre de Jesús, y por otra
María, que •comcrvaba cod.is C>tas cosas, confrontándolas parce también por los discípulos. El milagro del vino repre·
en su corazón•, es el modelo pcrfe,co de c.»re •corazón nuevo• senca cipológicamenre las bodas mesiánicas, que se identifican
que anunciaban los profetas (cf. Jer 36.26), de este corauln con las grandes fcoti\idade~ de la Pascua y con el tiempo de
en que se escribe la palabra de Dios (cf. Jer 31,33), de esce salvación•$!. E. Przywara se cxprcuba en términos similares:
corazón en el que la fe se hace profunda .. El corvón de /•faría •En el signo de las bodas de Can~ en Galilea se resume la coca-
es el primer coraz.ón humano donde se lleva a cabo la nuC\-a lidad del signo de las bodaJ del rrino ~Dio,."'.
alianza, la ~ianza enrre la criarura y DioJ.
" H.S..Hus,D;,7jpo&>p-Jn~• ..,(l'¡>AJ.1950)8-9. Encsu
ci1a 7 en la alguien«, la cuniva co nucstn.
"Puw\i,M,,,¡J¡,nJna.17: E\'V41.
" Oalccru. /w Lw#M. hom. 20: GC~ IX.134·13S.
" E. PUYYARA. °"""'"""'
""""'joÑ-. (:"umnbng 19>4) 64; d ro-
mcnurio de la bodas de OW (pp.SJ-711 ~ oru!L •Hochzrit•. :"oo remiumoo
180 El MISTERIO DEL COltAZÓN TRASPASADO C7 LA Al.IANZA DE LOS CORAZONES DE JE!.ÜS Y IMIJA 181

l. Para mom;ar el fundamento de esa imerpret.1ción, alianza: ·Bonum "inum Christus sen;avit usque ad huc, id ese,
panimos del "en.ículo conclusivo. Pero hay que darle una evangeú11m 1uumo, comenta san Agusrín ss. El sencido global
traducción lo más precisa posible. Citamos la Vulgata, que del episodio puede expresarse como sigue, tal como apuncan
reproduce exactamente el texco griego: •Hoc fecit initium sig· dos exégctas actuales: ·Caná es un signo, un símbolo de la nue-
norum lesus in Cana Galileae et manifescavit gloriam suam ...• va alianza• 5•; •en el misterio de las bodas de Crn;i, todo consis-
Un 2, 11). FI demostrativo hoc remire a la frase anterior: •Tú te en la presencia de este esposo que está escondido o más bien
has guardado el vino bueno hasta ahora• (v. I 0). Pero ¿quién es que empieza a manifestaJSC• 60 .
•tú•? Desde el punto de vista del relaco de las boda;, solo pue-
de ser el joven esposo de Caná; pero, de hecho, aquel que •na 2. Pero si Jesús es el esposo de las bodas me,iánic:is, ¿qué
guardado el vino bueno hasta ahora. es Jesús, que se identifica ocurre con la esposa? El primer aspecto, el papel esponsal del
así con el cspow. Llegamos de este modo al sentido completo Cristo revebdo en Caná, ha sido a menudo subrayado en la
de la estrecha relación emre los vv. I O y 11. En la conclusión, tradición patrístic:i, en la Edad Media y en la liturgia". No es
donde Jesús es el füicto de la frase, hoces complemento direc· así en lo referente a la identificación de la opo.a. Pero aquí la
to de fuir. e inírium 1ignorum es el atributo. Hay que traducir: exégesis má:. precisa de nuesuos contemporáneos nos permite
•&to (o decir, •guardar el \'ÍnO bueno hasta ahora•), Jesús lo ir más lejo>. desarrollar ciertas intuiciones de autores medieva-
hiw como comimz,o tÚ lo1 Jigno1, y manifestó su gloria ...•. les y arrojar IU7 <Obre la relación de alianza en ere d esposo y la
La uamformación de agua en vino realizada por Jesús es, espo<,a, cnrre Cristo y María.
pues, un signo, un dn1bolo; es más, para Juan es el comunzo Ahora hay que dar codo su peso al círulo poco habitual
de los 11gno1, el comienw del evangelio, el comienzo de la •ma- de •mujer• que Jesús da a su madre. Fste significa anee codo
nifmacidn• de Jesús (cf. 1Jn l, 1-2): •él ma11ife1tó su gloria• Un que a partir de este •comienzo de los signoSo ya no es el rol
2,11). Si el •vino bueno• tiene un significado simbólico, <k'Sdc materno de la •madre de Jesús• el que esd en primer plano.
ya podemos precisar su sentido a la luz de la tradición profética Este título de •mujer- nos orienta en otra dirección: evoca la
y judía' : el •vino bueno .. de Caná representa simbólicamente figura femenina de la •Hija de Sión• de la que hablábamos
el vino de los tiempos mesiánicos; se podría decir igualmente: al principio. María representa aquí a la Sión mesiánic.~. a la
la ley nueva que debla traer el Mesías. Y dado que o Jesús ·Virgen Israel• del tiempo escacológico; s..-gun una imerpre-
quien lo da y no d joven o.poso de Caná, ti es el eipo;o de las cación ya extendida en la Edad Media, .Ylarí.t en C.aná es la
bodas mesiánicas; y al revelarse como tal es como •él manifestó
su gloria•. FJ agua de las tinajas •desrinadas a las purificaciones " l•Jo-. l.ii, 9,2: PL 3~.1459.
de los judíos• (v.6), que fue transformada en el .i•mo bumo• " A., l'&l"IUST, oL'b<ure de J<sus n k ng,ic el< Can••· en f.rw/n;.btvtn"{Mn
(f'uú 1962) 29.
que Jesús dio, repre.enta el paso de la antigua alianza a la nueva • A. U-thre ctt.ldo pctr A. ,~ioUAl'. ¡,,nwJ.wtio 111 a:rzn;,,, ltri11f1"'"' 5,.,,.,,¡
fa/w••ÍJ (Rum• 1%!) 142.
' 1 Cf.• pe-u cj<"mplo, [Írén: ,FJ esposo cerrt'~tre invitU aJ bpc»o cdc~rc; y el
también a nuct.cro• Jm .:inkulos: •La m.ldtt di Gtsit e iJ m1,rcm di c:ana•: CitGt Sc:l\or. prcr.autio pan las bodas. fue a la.~ boda> [... ). T.unbiCn ti. ¡-.or ~u parre,
130 (197?} IY. 42.l-'140; ·I~ no1:1t messianichc e il matnmonio criuiano•: PSV7 in\·itó ~ •u~ bo<IJ~. como él y sus d1sc:ipulos habían sido 1nvilAd0\>+ (.(n,,mnrn1alw
0
(1986) 13. 87-104 Je /'tt,.nt'Y au1rordan1· (;sc:O 145, pp.46-47. V~.aIU<' t~.1nhién 101 comcnr:ar-im
" Cf. Arn 9.1·1: JI 4.18; 1, 25,6; Prov 9.2.5. Para el simbolhmo dd vino rn I• Je J;i.n (:ililo de Alcj;tndrí:a, s;an Agusdn y santo Tonl.U <le A<1ulno. Rct.;orJcmo\
tradkión ;uc.Ua. ,J, A. SrRl.A, (.'ontrihuti tk/J'ant"" kttmttunt xJutidint f>t" l'r1~1 igualn1c:ntc b c~lcbrc antffuna de las víspc:ras de la .Ef>ifanla! ·l l0thc c.1d..-ni S1-.on\O
d1 Giolldnni J./-/)' /9.25-27(Rom2 1977) 239-250. iuncta C'.'lt ~A,dc-1ía, quo-n1am (... ) cx aqua fact.i vino 1.-ct.lntur u>nv1 ....1c•,
'
182 EL MIST!llO DEL CORAZÓN TllASl'ASM>O C. 7 lA Al.IANZA DE lOS CORAZONES DE JESÚS Y MAAJA 183

•figura synagog.ac• 62• La madre de Jesús, aquí en di.ilogo con obed«cr en 1oJo a José. Pero según una reciente interpretación
Jesús, es como la personificación de b comunidad mesiánica más satisfactoria, la f~ de María en Jn 2,5 retoma el vocabu-
de Sión que es la •madre dd Crisro•, como dccfa santo Tomás, lario de la alianza, que se halla, por ejemplo, en las promesas del
pero que cmra ahora en la alianza con Cristo, el esposo de la pueblo a Moisés en el momemo de la promulgación de la ley
nueva alianza. Por ello hay que aceptar la excelente interpreta- en el Sinaí: •Haremos todo cuanto ha dicho el Señor• (~x 19,8;
ción propuesta por J. P. Charlier cuando él ve a María en Caná cf. 24,3.7). Esta interpretación fue retomada por Pablo VI en
como •la Virgen, esposa de Cristo• 63 • l:J escribe: la exhortación Maria/is cu!h.s: escas palabras de Maria, dcda el
Papa, •parecen [... ] recordar la fórmula utilizada por el pueblo
Fn su~ ge~ros y en su diálogo, la Virgen y Cri>to, su·
de Israel para ratificM la alianza del Sina! (cf. I':.x 19,8; 24,3.7;
pcrando crccidamenre el plano humano y material de las
cdebradoncs locales, susticuían a los jóvenes C>po><>> de Dt 3,27) o para renovar sus compromisos (cf. Jos 24,24; F.sd
C:ant pJra convenirse en el espo>0 y la espo-.i c.piritualc. 1O,12; Neh 5, 12).66• En este contexto de aliania evocado en
del banquete mc.i.ínico". Caná resulta clara la rrlaaón npomal entre \ilaría y Joús, entre
María, la cmu1er- (la Hija de Sión) y el aposo me.i.ínico.
Y mil adelante: Al mismo tiempo, y por esto mismo, ~ o menos implí-
citamente toma ya también forma el paptl tnJ1tm111l de María
La m1<.frr en la que se conviene María es la novia que ocu- rc>pecto a los di..cípulos. j.-P. Clurlier decía: •La maternidad
pa d lugar de la madre[... ]. Dado que ~úría era la madre fi- espiritual que María recibirá en la hora del Calvario será el re-
sica de Cristo, se conviene en su esposa solo c.paritualmen-
sultado de las bodas espirituales celebradas en Caná•. Pero esta
te (... ].Tamo en el plano fisico como en d plano e.piritual,
la maternidad de la Virgen necesariamente tiene su origen en maternidad no comen1..ará solo en el Calvario; ya hay indicios
una cdcbradón de bodas [... ]. La maternidad espiritual que de ella precisamente en Caná. Los siervos a los que María se di-
MMla recibirá en la hora del Calvario será d rernltado de las rige no son designados con uno de los términos usados en otros
bod;u cspíritualcs, las cuales se celebraron en Can~•!, Jugare~ en d evangelio (douwi, 4,51 o hypéritai, 18,36); son
los dialtonoi, término que Jesús empica para designar al •sir-
3. Pero ahora hay que tratar de captar el alcwcc <le lo que viente• que le sigue y le sirve (12,26). La obediencia de los
María dice a los sirvientes: •Haced lo que él os diga• (v.5). Son -sirvientes• de Caná es el prototipo del •servicio• nuevo que
las úhim;u° palabras de la madre de Jesús que los evangclios debe caracterizar a los discípulos de Jesús: con su fe y con su
han con~rvado; en ellas podemos ver el testamento cspirimal servicio, C\tO• entran en una relación de alianza con Jesüs. Sin
de Maria en la Escritura. embargo, la invitación a hacerlo no parte de Jesús: proviene de
La fórmula proviene del Antiguo Testamento. Muy a me- su madre, que así ejerce hacia dios una especie de maternidad
nudo~ nos envía aquí a Gén 41,55, donde el faraón, en la espiritual. Tenemos que recordar una palabra de Jesús en los
época de los siete años de carestía, da orden a los egipcios de sinópticos sobre la manera en que se constituye la comunidad
cristiana: •El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano
w (:( la.. G/qml 1n1n/inrt11'1S JObre Jn 2, l; SANTO ·roM.As, Su/'" nwrtx. S joannu, y mi hermana y mi madre• {Me 3,34). En Caná, María invica
n. 346: • ... g~rc:n1 in hoc: figu~m ¡ynagogae, quae ese n1aler Chri.sti•.
"J.-P. CHARm., f.rnptta't C..rna (Brusda5 1959) 77-86 . a otros a tener esta acrimd de obediencia hacia Jesús, una ac-
.. Jbld., 77
" lbid , 78- 7?. U. tambifo C. HoNolll l.<J,;t, út fnnmt, O.<.
'" l'AOLO VI M"rlJ/is "''""· 57: EV 5/91
184 EL MISTERIO DEL CORAZON TWPAS.l.DO C.7. LA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y IMRIA 185

rirud de acogida de la palabra, la ª'titud de la alianza. Como v.26 Jesús, al ver a su madre (literalmence: a la madre) }'
Hija de Sión, decíamos, como •imagen de la sinagoga., ella es junco a ella al discípulo que tanto quería, dijo a su
la tsposa de Crisco en la nueva alianza. Pero por el papel que ella madre Oireralmencc: a la madre): •Mujer, ahí tienes a
desempeña junco a los nuevo> miembro~ dd pueblo de Dios, la ru hijo•.
madre de Jesús se conviene en su mJJdre; y cUo,, los discípulos, v.27 Luego, dijo al discípulo: .Ahí cienes a tu madre•.
encuenrran en ella el moddo de la actitud de alianza.
Esce cestamento de Jesús ~dquiere una forma literaria que
ha sido denominada •esrru~rura de revelación•. Se compone
b) El rorazón tÚ ftfarút. el corazón tÚ fe1ús de cuatro elemenco<: un enviado de Dio~ .-·e· a una persona
y el eor.zzón eúl disdpulo m la ma: a la que llama por su nombre; dc>ignándola, •él dice-; sus
la alianza m la lglnia ljn 19.25-31) palabras comien1<1n por •ahí tiene.•; luego viene un círulo que
•revela• una función nueva de C>ta persona. una función hasca
Llegamos a la última erapa de nuestro itinerario: la escena ahora oculta, pero rn~lada en c'c momenco (cf. anceriormcnce
de la cruz. Toda la acción <e desarrolla entre tres protagonistas: en Juan: 1,29; 1,35-36; 1.47). l:J aplicación a 19.25-27 es ob-
Jesús, María y el discípulo que Jesús amaba. Esce momento via, pero se d~obla. Primero se hace para la madre de Jesús. a
de la hora, hacia la que convcrgfa fO(la la vida de Jesús, es la que se la llama •su madrt• en el v.25; Jesús era, pues, su hijo.
cambién el que se abre a la perspecciv-.i de la Iglesia. El tcxco Pero en el v.26 se la llama dos vece> ./a madre•. para atraer la
nos invica a ir más allá del aspccco externo de los hechos para atención sobre su función materna. ¿Hacia quién? Jesús nos lo
penerrar en la interiorid,1d de las tres personas presences. De revela: •Al ver a la madre y )1'1110 a ella ;¡] discípulo que tanto
ahí nuestro tí rulo: el corr1zón de María, el corazón de Jesús y el quería, dijo a la madre: M11jer. ah/ times a NI hijo• 68 . La •mu-
corazón del discípulo en la cruz. jer• que hasta enconces habla sido la madre de Jesús pasará a
ser a parrir de ahora la madre del discípu lo: ·Ahf tienes a tu
l. En la primera perfcopa se concentra todo lo que el madrt.. Esca cxccnsión de la función materna de María corres-
cvangelisra nos dice de Maria (19.25-27). Se ba escrito mucho ponde, por así decirlo, a lo que para las cosas materiales se
sobre estqs eres versículos. que son de una importancia pri- expresa bajo el nombre de traspaso de la propiedad. El sentido
mordial en Juan, canco para la cristología como para la maria· del episodio es claro: Juan describe aquí •la proclamación de
logía y la eclesiología. Vamos a csfor1.arnos en hacer aquí una la maternidad e\piritual de Maria hacia los creyentes [... ), re-
síntesis de los resultado> de los diverso~ anáfüis presentados en prcscncado> por el discípulo amado· (Bj). Pero si el discípulo
otros lugares•'. al que Jesús amaba rcprc\cnca a todos lo~ di"ípulos, la madre
Este es el texco de lo que podemo> llamar el tc:>tamento de Jesús, la Hija de Sión '. r~prcscnta a la Iglesia en su fun-
espirirual de Jesús:
'" El mulo •muja> umbib> p.¡r<a aqul......, L. ligu,. dc lo Hija dc .~ii>n. y
., Cf. n<lemos dos mudio.; ·La p.¡mk de )<AD "\bid ia ~lb<· a l'll<Olál Ju las pabbns ..¡,¡ ll<llCS. lU hijo. pman mon= 1.. p.¡hbns rrofetlCll din¡:;du.
clitopk \jn 19,270)•: .""7 'l6 (19741 1-39; ··~, i panir de att< hnatt, lt clioclplc: jerusalén. lo M.Jre '>ión. a b vudra Jd nllio de los hi)oo de l=d: ........... la visa
r.•xudlln dans""' •nlirnlu"U• 19.27bl ., .lf.n 4211980> 84-us. v._ wnbitn m romn. aura: J,i tinta • na hi¡. ww..U.S: he aqul qu< •ocios NI bi'JOS vi<ncn
J. ~t s.u.cano, .~f.,. i jout d'un bdm. b ~l<t<mlli 'f'Üirucllc de lo S.U.1< \'iag< hacia ó dewlc l.¡os (U 60.4· s. 1.XX1.
M.ui<d.aru rl'.cmW< ........ , DT8? (1?841289.CU.l • Ver la nou antttior.
186 El MISTE~tO OEL COWON TAASPASAOO C.7. LAAl.IANZA OE lOS CORAZONES OE JESÚS Y MAAJA 187

ción materna; ella es aquí •e<:clcsiae sanctae nova inchoacio•, .Ahí tienes a cu hijo•; pero ella ~~
muy bien que no tiene
la Iglesia toda sanca en sus primeros comienzos•"'· más hijos que Jesús; por tanto, su maternidad espiritual hacia el
La respuesta del discípulo ~e descri~ en l 9,27b. Esca no discípulo consistirá en csro: en que él <crá su hijo en la medida
solo significa que el discípulo ·~ llevó a .María consigo· Su en que sea para ella como orro Joús, y en la medida en que ella
respuesta cscá en el ámbito de la fe: ti ha entendido perfecta- misma, como madrr, le ayude a pareccl"<: a Jesús.
mente el cescamemo C>pirirual de Jc>Ús. Hay que traducir: •Y
a parcir de ese momento. él la acogió en su inúmidad (ris riJ 2. La madre de Jesús es, pue,, opiritualmeme 12 madre
ídiaJ•. La acogida del di-.:1pulo es un acto de fe:, no un simple del discípulo, porque forma a Jesüs en ti. Ella conduce al dis-
gesto externo hacia María. Según la voluntad de Jesús, él la cípulo a }mis. El mismo mo"imíento lo encontramos en el
acoge •mm sus bimes (e>piriru:ilcs)•; la acoge como a su pro- conjunto del relato del episodio del Calvario: por María aJe-
piamadre en .u vida de fe. en su corvón. SÚJ. Por eso, codo termina con la mirada de fe del discípulo ha-
Así encendido, el episodio nos hace penetrar en el rorazón eia jesw (19.37). Después de los rro versículouobre la madre
MI discípulo, pero también en el cora1,6n de María. Aquí se nos de Jesús y el discípulo ( 19.25·27), seguidos por el relaro de la
manifiesta el cora1ón del verdadero di>dpulo: hasta este mo- muerte de Jesús y el don del Espíriru (19,28-30), viene la larga
mento, él se había esfom1do en •recibir a Jc>ÚS• (cf. Jn l, 12); perícopa (19,30-37) en la que el cvangelL1ta narra dos hechos
ahora él reci~ también a la madre de Jesús para que ella se simbólicos ilustrados por la Escrirura, que revelan todo el sen-
convierta en su propia madre y él pucd.1 así recibir mejor a Je- tido salvífico de la muene de Jcst'.1s: las piernas no quebradas
sús. Pero el cexco nos desvela también un aspecto del coraz.ón M {vv.33 y 36) hacen descubrir en él al cordero pascual; pero el
María: la maternidad que ella ejerce ahora hacia los discípulos discípulo insiste rodavÍ3 más en la sangre y el agua que salen
es de cipo espirima.I, está en el :lmbito de la fe. fu la actirud de del costado traspasado de Jcsú~ (vv.34 y 37), pues da un triple
alianza que ella había ejercido en Ciná con los sirvientes, di- cescimonio de esrc hecho (v.35) para que capeemos coda su
ciéndoles que hicieran todo lo que Je>ús les dijera. La madre de importancia teológica y eclesial '.
Jesús pasa a ser la madre de todos los di,cípulos, ayudfodoles a El agua del cosrndo de Jesús simboli1.a el Espíritu encrega-
entrar en la alianza con Jesú;, a parecerse cada ve.,, más a Jesús. do por Jesús (v.30). A la lu1 de una larga tradición recordada
En este sentido, María vuelve a hacer con nosoiros lo que ya anteriormente en el evangelio (7,37-39; cf. u47,I; Zac 14,8),
hizo en la ~ncarnación, conviniéndo~e en la madre de Jesús. el discípulo prcsema aquí a Jesús como el templo escatológico
Desarrollando la inruición de Origencs 7 ', podsíamos decir: del que sale el agua viva de la salvación, d don del Espíciru.
María, jumo a la cual esiaba el di<cipulo, oye que Joús dice: En cuanco a la sangre, es un símbolo cristológico. Dado que la
sangre es la sede de la vida (l..cv 17,11-14), la sangrrque sale del
" Gl!IU<Olt OT Rl.J< ....., ...c. J,J,n "'sfmv "~ Rl!i ¡,.,,,¡,,;,, 10: PI costado de Jesús después de su muene simboliu la vida profan-
19'1.11058. tla de Jesús anrn M su murrtr, vida que ti mismo había revelado
" Olic.,m, C....,,..,,;,. ,.¡,,.11~)tu>r.. l . 4, .2.l S<l> 120.70.72, .s..i..: puc
de alanzar el 1<n1ido ldd <Vm¡;,dio de JuanJ d no ha pooado b abaa oobr< el
¡><dio de jaú. ~ ü no ha m:ibódo clt Jmh a M.via p<>< madi<. \, paia ocr ocro Jum. ckao. d que 1kp a b pnfw:il>n -,.. no YiY< 11. a Crim> qukn ,.¡,.. m B" y dado
a precioo 1kgar a s<r como Juan. de l1Wl<fl q11< "'oiga llamar por Jaú• """° " qUC" (".rislo VJYe en él, Cristo di«• ~t.ari.a ck d: •Ah.a cima a tv. hlio. d CñM.o·•.
fuera Jesús mümo. Porque (_,) M>ria no oicn< ..W hijos q,.. }aús; cuando jaü. " va.e nu<UJO <ttucLo •I-< symbolilm< du ang n de: r au m Jn 19.3-4., ~
k cLcr a JU madtt: "Ahi ucna a N hijo" J no: "Ahl ti<ncs que ca< homl>re es wn- pando P"' el Sunpoúo del<ologla .&Obr< d C.,,ai6n de Jnig O.llboo. 17-19 de
bítn hijo ruyo". a como 1i k cLjcn: •Mi oima al Jmh que 1ú hM doJo • hu.". E.o .,.,., de 1984). y <O .... obr>. pp.91°126.
188 EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO C. 7 tA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y MAAlA 189

con sus úlcimas palabras anees de: morir: •está cumplido• (v.30; ¿Quiénes son e'os hombres que mirarán? Ni son los soldados
cf. v.28). Con ello manifestaba su conciencia de haber cumpli- ni es la mulricud, y rampo.:o directamente los judíos; •aque-
do roda la obra queric.b por el Padre (v.28; cf. 17,4) y de haber Uos que mirarán• (obM'rve-e el futuro) son todos los discípu-
amado a los suyos +hasta el c:xrrcmo• (13,1). •ha.sea el extremo los, codos los crrymtts, hasta el fin del mundo. Un poco antes,
del a.moro (BJ). La relación otructural de:! v.34 con fo, vv.28.30 el discípulo amado, el •que vio•. había explicado para qué se
es, por lo tanco, una inviración a remoncamos desde la sangre pr~ntaba como resrigo:•l!l da tci.tímonío r... j para que tam-
que sale de la heric.b del cosr:ado del Jci.ús ya muerto a la intnio- bién vo.orros creáis• (v.35). Todo• aquello> que han encendido
riáad secreta del Jci.ús vivo que csra simboliza. una invitación a su testimonio, rodm aquello• que lec:n su e\'angdio. son invi-
pmmar por el ca>rado craspa.~do h.1sta la interioric.bd de Jci.ús, tados a •mirar• como él al Crisro del corazón traspasado. a ver
hasta el •coraz.ón• de Jesús. De ci.co surgió la tradición mísrica y concemplar, como él, para comunicar de~e su experiencia
sobre la apertura del coscado, para penetrar hasta c:I conwin dr de testigos, para <rur verdaderamente como é:I mismo había
jmí.r. Cica.mas un bello ccxro de Guillermo de Saint-lhierry: creído. Enconcraremos aquí, c:n un contexto <Tistológico, el
•Que por la puerta abic:na encrcmo> codos entera.menee hasta tema de la fe y de la acogid.i del disdpulo, y por tanto c:l tema
ru corazón. oh Jesús." h.1.<c:t ru alma sagrada•; y pide al Salvador del corazón del discípulo. que ya habíamos visto amerior-
que abra el coscado de su corazón •p.ir.i que por él entren aque- mence On 19,25-27) en un concexto mariológrco. Hay que
llos que desean contemplar los sccrecos del Hijo• 7'. tomar en consideración este de;doblamienco.
Debemos señalar otro punco: el agua sale del coscado de La mirada del tc:scigo y del creyente hacia el costado tras-
jesús; el Espíriru es entregado por Jeslis, es entregado a la Iglesia pasado de Jesús (eis bon: hacia y ha.~ta el incerior) trata de pe-
para que esta viva dc:I &pfritu de Jrsús. l.1 vida profunda de netrar la interioridad de Jesús. F.I papa Juan Pablo 11 lo explicó
Cristo se conviene as(, con el don del Espíritu, en la mbma de manera aforcunada en una hom ilía para la solemnidad del
vida de la Iglesia: •La estancia \cercea de la Iglesia es el cuerpo Corazón de Jesús; tras recordar que la abertura física del costa·
de Cristo•. deda san Ambrosio •. A partir de aquf se desarro- do (y del corazón) de Jesús nos invita a pensar metafóricamen-
lló una larga tradición según la cual IJ Iglesia, la esposa de te, continúa diciendo:
Crisco, nació del coscado craspasado de Jesús: •Ex carde scisso
ecclesia, Chrisco iugara na.Kicur• (himno de las vísperas de la El cor:uón no "' .olo un órgano [... ). es un símbolo.
F.sce habla de rodo el h~mbrt intrrior. Habla de la interio·
solemnidad del Sagrado Cor:l1.Ón).
ridAd rrpiritu11l dd hombre. Y la tradición inmediatamence
hizo, en e•tc ..:ntido. una >q;unda lectura del texto de san
3. En los últimos versículos del cpi<odio del Calvario, se Juan[... ]: -Ellos elevaron la mirada hacia aquel que traspa-
habla solo de los que •mirarán al que: rraspasarotH (19,37) 71 . saron• Un 19,37: 7.;1c 23.1 O). l:s a.i. en realidad, como lo
mira la l¡;le<ia. como lo mira la humanicbd. f.n la lanzacb
del soldado. todas la, gcncr.cioncs de cri.stimos han apren-
,., Gl'll..l.OMO o~ \.u:!l(J· l\uuav, M<t/J'wtmu.,,,M11n. (1: t•t 180.226A dido y aprenden a ver d mbterÜI tbl ~,..,r,J,, del hombre
" s..,,, t\Ma11m10,/• /\¡Jm., 118. 1,1(., C~El<•l,16: (prolong;amos un poco la cruciliodo. que era y que es el ! lijo de Dio."
ci12): •In c:ut-;,-ulum •u1cm Cluúti si1 inrroduaa l:cdnb 1-1· Cubiculwn F.cck-
siac corpus en Clu»tc in1rodu1h o.m rn. ln ornn~ intcriora myMttia•.
" P.ar.i un análisis d<ult.do, ~ nucwo ankulo: ,•\Olgnanoo lo ~nlo
•colui che lunno 1nli110"• .~ Ji C.inoeobbtM1l•: atGu 137 (19861111. ,. )VA.' PAOIO 11. •llomilú pm b fiau del s.agr.>Jo Corarón (2~1'179).:
10)-11~; m ..... obn w.127-1-14. DC76 (1979) 6-6.
190 El MISTUIO DEL CORAZÓN TltASPASAf)Q C7 IA ALIANZA DE LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARIA 191

Ahora comprendemos mejor por qué la cradición cristia- vientes• a los que la madre de Jesús invita a asumir el com-
na, desde la Edad Media hasta nue>rros días, ha visto en el portamienro de la alianza; y. en la cruz, todo d grupo de los
relato joánico del cosrado traspasado d texto más importante discípulos está prc<ente en la pel'\ona del discípulo amado,
del Nuevo lesramento para d:ir un magnifico fundamento bí- que personifica a rodo• lo• cr~cntes: los discípulos deben
blico a la teología y a la espiritualidad del Corazón de Jesús. converti~ en hijos de María: despué.. con una mirada de fe
hacia el Traspasado, entrar.in en la interioridad de Jesús, para
descubrir allí • los =recos del Hijo•. fute cumplimiento de la
4. Conclusión comu11ió11 de lo> di<eipulos con d Hijo de Dios es un cumpli-
miento de la alíanz4. 5c comprende así que algunos Padres
Hemos tenido que hacer un largo recorrido. Ha llegado (especialmenre en la tradición sirí.ica) hayan descubierto una
el momenro de inrentar hacer una brc:vc síntesis dd estudio •celebración nupcial• en d aconcecimicnto del Gólgoca;;-.
bíblico que precede, y de ver la novcd;id que este aporca para Se comtata, pues. que la simple esrruccura bilateral de la
la comprensión del tema de la alianza de los c;orazoncs de Jesús alianza, frente a la del Anriguo Testamento, se ha desarrollado:
yde María. se ha convertido en un.i estructura de cuatro miembros: Dios
y Crisro por una parte; Marfa y los creyentes, por otra. María
a) Como punto de partida hemos elegido el tema de la percencce ciertamente al polo humano de la alianza. Pero ella
nueva alianza en el Anriguo 'lc.~tamento. La alianza bíblica en desempeña ahora un papd mdaspensable, no solo de represen-
general es un pacto bílattmi entre Dios y el pueblo de Israel: tación, sino de mediación para ir a Cristo y a Dios. En Caná,
•Yo seré su Díos y ellos ser.fo mi putblo•. Pero, en los textos de los sirvientes asumen la acticud de la alian1.a por medio tÚ Ma-
Lucas y de Juan que hemos examinado, observamos con asom- ría; bajo la cruz, el discípulo se convierte primero en hijo de
bro que por dos veces se da un desdoblam iento, tanto en lo que María y. a continuación, puede encrar en el misterio del Cora-
refiere a uno como a otro, de los dos socios de la ;uianza. El so- zón de Jesús. Esto puede expresarse con las palabras del papa
cio humano, en el evangel io de la infoncia, no era directamente Juan Pablo 11 en Jasna Gora, el 4 de junio de 1979: •¡Todo con
el pueblo de Dios, sino una persona individual del pueblo de María! Esta es la auténtica interpretación de la presencia de la
Dios, Maria; sin embargo, como Hija de Sión, ella represen- madre de Dios en d m istcrio de Cristo y de la Iglesia, como
taba ya de alguna manera a Israel, y su •fiat• comprometía a la proclama el capírulo VII de la conscítución lumm gmtium•71•
coralidad del pueblo de Dios. Un de.doblamiento paralelo se
daba para el socio tr~ndenre de la dlianza: la relación bila- b) El tema ca.raccerlscico de Ehima, el Corazón inmacu-
teral de la alianza primero se llevó a cabo entre Dio1 y María lado de María, encuentra, sin duda, un sólido fundamento en
(en la anunciación), pero a parrir de la vid.i pública, se da entre el evangelio. El relato de la anunciación nos revela que María
Crisrc y María (en Caná: d espo><> y la e.posa de las bodas era transformada por la gracia de Dios, ya antes de la encarna-
mesiánicas). Frente al Antiguo 'lé:stamento, donde <e hablaba ción, pero precisamente en vista de la encarnación: el corazón
de Dios y del pueblo de Dios, los do, 11ut1'0S socios de la nue--a
alianza, pódríamo. decir, wn, pues, Cri>to y .\1aría.
Tampoco <e olvida ;¡J socio colectivo, todo lo contrario: el " CT nús arriba c. V, p.92, nou 1.
" Je"-' PulD 11. •llonulia de b misa m d w mw lo nwWio ck ¡..... Cor.o
nuevo pueblo de Dios es reprc:>entado en Can.í por los -sir- (4-6-1'17'!)•: DC76 (197'1) 616
192 EL MISTUIO OEL CORAZÓN TWPASAOO

de María era un corazón tocalmenre puro, un corazón virginal,


que vivía complecamence para d Senor. Durance la infancia
de Jesús, conscf'\'aba en su cora1.ón rodo lo que se refería a él,
vi~~endo en la certeza de la fe y en la c'pera de la esperanza.
A partir de la vida pública, la madre de Joús, la •mujen, se
convierte en la espou de Cristo, el esporo mesiánico de la
nueva alianza; y allí vemos cómo 'C perfila de inmediaco su
papel de mediación para hacer enrrar a los di.scipulos en la
relación de alianza que ella misma ya vivía . fa :ui como María
pasa a ser madre de los di<cipulos. madre de la Iglesia; y esto o
lo que Jesús proclamará abiertamenre en la cruz, en d último
acto de su obra mesiánica ante. de la muerte.
Sl n.A.\4NÓ Dl IMPIU.\Cll ISrt. voti.IM t.'14 [>f_
of:L Mll1 tU:> DU. COl.Vl°)N ra.Uf'.UADO-.
Ol lA •11..kYJ\t'.ADt: N..mJajj(:~
e) Así, en el episodio del Calvario, se abre por fin la pers- u.''"
SllS.. :1 DI Ff.l\llao DU ASO
pectiva sobre la Iglesia. Todo> los aspectos para d completo lOI\. \l'il'f.R.' O! LA tlSTI\o 11'\\D Of.
LA CA"lfl>U na. N"\'51~JL t.A~
despliegue de la aliama se reúnen en ella: el discípulo, María, ft.L..O. EN 1111 TAUJ'.KE
Dl LA JMPll.l.NTA <X»._4,_.._
el Espíriru, Jesús, el Padre. U creyente, como el discípulo ama- MÓ1TUt L1C~lo\J'f;J(1:

do, debe recibir a la madre de Jesús en su inrimidad, en suco-


ra1.ón; debe recibir de Cristo d agua viva del Espíriru; así, pue- LAU) DFO V/RGINIQUE MA1RI
de penetrar en el miscerio de Cristo, pero para participar de su
vida filial, la vida de los hijos de Dios, unidos al Corazón del
Hijo de Dios. Para term inar, volvamos a leer la hermosa frase
de san Ambrosio: •Que la Iglesia sea inrroducida en la estancia
secreta de Crisco [...).La estancia secreta de Cristo es el cuerpo
de Crisco. El Rey la inrroduce en la interioridad de todos sus
misterios•:"'!.

"" \'a nou 74

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