Facultad de Derecho.
Victimología.
Lic. Ricardo Valentín Ríos Badillo.
Trabajo final.
- “El suicidio en los adolescentes.”
- Alumno:
Michell López Zavala.
- Semestre: 3°
- Sección: “A”
Hablamos de suicidio cuando una persona se quita la vida por voluntad propia y
de parasuicidio cuando una persona realiza un acto autolesivo, es decir se
ocasiona un daño sin causarse la muerte, o cuando expresa su deseo de quitarse
la vida.
Por lo general es consecuencia de desesperación, derivada o atribuible a una
enfermedad física, enfermedad mental, como la depresión, el trastorno bipolar,
la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad, el alcoholismo o abuso de
sustancias. A menudo influyen en él diversos factores estresantes como
dificultades financieras o problemas en las relaciones interpersonales.
Generalidades.
Causas y motivación.
Hipótesis.
Acerca del suicidio en los adolescentes.
Los motivos detrás del suicidio o intento de suicidio en un adolescente pueden ser
complejos. Aunque el suicidio es relativamente raro entre niños, la cantidad de
suicidios e intentos de suicidio aumenta significativamente durante la
adolescencia.
Las cantidades de suicidios varían entre niños y niñas. Las niñas piensan en e
intentan suicidarse dos veces más que los niños y tienden en intentar suicidarse
por medio de una sobredosis de drogas o cortándose. En cambio, los niños
fallecen por suicidio cuatro veces más que las niñas, tal vez porque tienden a usar
métodos más letales, como armas, colgándose o saltando desde alturas.
El ser adolescente, puede sentirse como estar atrapado en esa área gris entre la
niñez y la edad adulta. La adolescencia puede ser una época de increíbles
posibilidades, pero también puede ser un periodo de estrés y preocupación. Los
adolescentes se sienten presionados para adaptarse socialmente, tener un buen
desempeño académico y actuar con responsabilidad.
La adolescencia también es una época de identidad sexual y relaciones sociales y
existe la necesidad de independencia que a menudo está en conflicto con las
reglas y expectativas que otras personas establecen.
Los jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno
bipolar o insomnio, corren riesgos más altos de pensar en el suicidio. Los
adolescentes quienes pasan por cambios fuertes en la vida (el divorcio de sus
padres, mudanzas, un padre que se va de casa o por cambios financieros) y
aquellos quienes son víctimas de intimidación corren mayores riesgos de pensar
en el suicidio.
Las muertes por lesiones auto infligidas son más comunes en hombres que en
mujeres, del total de los fallecidos por esta causa, 80.1% eran hombres y 19.9%
mujeres.
Algunos estudios señalan que los grupos en los extremos de la vida presentan
mayor riesgo de suicidio, en México se suele concentrar en edades jóvenes, ya
que resalta que cuatro de cada 10 (41.3%) tenían de 15 a 29 años; así mismo,
llama la atención que 3.7% tenían de 10 a 14 años.
Al observar la edad según el sexo del fallecido, destaca que las mujeres se
concentran más en edades jóvenes que los hombres, ya que seis de cada 10
fallecidas por lesiones auto infligidas (57.4%) eran menores de 30 años, situación
que presentaron 42.0% de los hombres. En particular destaca la diferencia que
existe entre hombres y mujeres que tenían de 15 a 19 años, pues del total de
mujeres fallecidas, 21.8% estuvo dentro de este grupo de edad, en tanto que, en
los hombres, 11.4% presentó tal característica.
“La adolescencia y los primeros años de la adultez son etapas que implican
grandes cambios físicos y emocionales. En algunos casos, los jóvenes pueden
llegar a sentir malestar emocional ante las diversas situaciones y factores
estresantes que se les presentan, por ejemplo, ante los procesos normales de
maduración, la influencia de las hormonas sexuales y a los conflictos con los
padres”.
En 2015 ocurrieron 2 599 fallecimientos por lesiones auto infligidas de jóvenes de
15 a 29 años, lo que representa una tasa de 8.2 suicidios por cada 100 000
jóvenes de este grupo de edad (mayor a la nacional). Por sexo, las tasas de
suicidio de este grupo poblacional son de 12.6 en hombres y 3.9 en mujeres (por
cada 100 000).
Conclusión.
Ahora hablemos sobre las estadísticas de suicidio que existen en México. Como
anteriormente se dijo se ha colocado al suicidio como la segunda causa de
defunción en los jóvenes, se suele concentrar en edades de 15 a 29 años,
resaltando a cuatro de cada 10 (41.3%); así mismo, llama la atención que 3.7%
tenían de 10 a 14 años.
Este fenómeno tiene raíces diversas que surgen desde etapas históricas y de
identidad, las cuales en más de una ocasión terminan por convertirse en un tema
tabú. En México no existen políticas públicas mínimas para atender esta
problemática, y mucho menos una adecuada atención de salud mental que
proporcione el apoyo necesario. Pero esto no significa que la culpa sea del
Gobierno, este es un fenómeno social que debe atenderse de manera
intersectorial, tal como lo hacen muchos países en el mundo.
Para terminar, quisiera mencionar algunas cosas que podemos hacer en caso de
ser cercano a un adolescente o persona de cualquier edad, a la cual veamos que
atraviesa una situación difícil o bien que presenta los síntomas ya hablados antes
en esta investigación.
Muchos adolescentes quienes logran o intentan suicidarse dan algún tipo de
advertencia a seres queridos de antemano. Por lo tanto, es importante que los
padres, hermanos, amigos o maestros conozcan las señales de advertencia de
manera que los adolescentes con tendencias al suicidio puedan obtener la ayuda
que necesitan.
Algunos adultos piensan que los jóvenes que dicen que se van a lastimar o a
matar "lo dicen sólo para llamar la atención". Es importante darse cuenta de que,
si se ignoran a los adolescentes que “llaman la atención”, podría aumentar la
posibilidad de que sí se lastimen. Hay que considerar las señales de advertencia
como serias y no como formas de "llamar la atención" que se puedan ignorar.
Es esencial observar bien a un adolescente retraído y con depresión. Comprender
la depresión en adolescentes es muy importante ya que puede parecer diferente a
las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede presentarse
como tener problemas con amigos, con las calificaciones, el dormir demasiado o
nada, o estar de mal humor e irritable en vez de llorar o bien sufrir de tristeza
crónica.
Es importante tratar de mantener abierta la comunicación y expresar su
preocupación, su apoyo y su amor hacia la persona.
Algunas personas prefieren no preguntar a los adolescentes si han pensado
suicidarse o lastimarse pues temen que, al preguntar, sembrarán la idea del
suicidio en sus pensamientos.
En realidad, es buena idea preguntar, aunque sea difícil. Algunas veces ayuda a
que el adolescente sienta que hay alguien que se preocupa por él y ha notado el
cambio repentino en sus acciones o vida diaria.
Hay que recordar que aprender más acerca de los factores que podrían llevar un
adolescente al suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias.
“Solo el suicida piensa que puede salir por puertas que sólo en la pared están
pintadas.”
- Vladimir Holan.
“Nadie sabe con seguridad el impacto que tiene sobre la vida de los demás. A
menudo no tenemos ni idea. Y, aun así, hacemos las cosas exactamente igual.”
“O quizá quería que alguien me señalase con el dedo y me dijese: Hannah, ¿estás
pensando en matarte? Por favor, no lo hagas, Hannah. Por favor. “
- Jay Asher. (13 Reasons Why)