43
—nos dice el autor en la introducción a su obra— es si hay vida
en otros planetas. Sin duda un descubrimiento así sería
El mundo 43
LA
BIOLOGÍA
pasado inadvertidos; se abrió un mundo nuevo: el de los microbios.
En diversos sentidos este hallazgo fue tan importante como si hoy BIOLOGÍA
se descubriese que hay vida en otro planeta. Así pues, este libro
empieza con la descripción de cómo la humanidad se dio cuenta
de la existencia de los microorganismos —lo que le permitió GEORGES
explicar la causa de algunas enfermedades— hasta el grado
DREYFUS
de crear una ciencia encargada de su estudio. Estos pequeños
DREYFUS
organismos han propiciado el desarrollo del conocimiento sobre
Forro rústico 13.5 x 21 cm/ 116pp/ lomo 1 cm/ interiores papel cultural 90grs./Diseño: Paola Álvarez Baldit
43
EL MUNDO
DE LOS MICROBIOS
la
ciencia/43
para todos
Primera edición (La Ciencia desde México), 1987
Segunda edición (La Ciencia para Todos), 1998
Tercera edición, 2003
Cuarta edición, 2007
Tercera reimpresión, 2012
Distribución mundial
ISBN 978-968-16-8259-0
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
7
IV. Los microbios al servicio del hombre . . . . . . . 80
IV.1. La vida con o sin oxígeno . . . . . . . . . . . . . 82
IV.2. La manipulación genética. . . . . . . . . . . . . 85
IV.3. La industria y sus pequeños aliados . . . . . . . 88
Lecturas recomendadas . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
8
Si de todos los organismos creados por Dios
los más pequeños y aparentemente menos
útiles fueran suprimidos, la vida se tornaría
imposible, ya que el regreso a la atmósfera y
al reino mineral de todo lo que dejó de vivir
sería bruscamente suprimido.
Louis Pasteur
AGRADECIMIENTOS
11
INTRODUCCIÓN
13
responsables de reciclar la biomasa del planeta. Si esto no se
llevara a cabo, la vida se acabaría en poco tiempo.
Sin embargo, los microbios no se limitan a reciclar materia
orgánica, también procesan materia inorgánica como algunos
metales. Sin duda, son la base de las cadenas alimentarias, tanto
en los mares como en la tierra, ya que poseen habilidades meta-
bólicas que les permiten aprovechar la luz solar, fijar el nitróge-
no atmosférico o el bióxido de carbono, de tal manera que han
modificado a lo largo del tiempo la composición de la atmósfera
terrestre. Los microbios existieron durante miles de millones
de años sin la presencia de plantas o de animales, estos últimos
son completamente dependientes de los microbios para sobre-
vivir y surgieron a partir de ellos. Darnos cuenta de esto ha
hecho que la manera de pensar cambie, por ejemplo, la forma
en la que se investiga la presencia de vida en otros planetas. Aho-
ra los astrobiólogos buscan microbios y no hombrecitos verdes.
Es innegable que la vida en nuestro planeta está sustentada
en un frágil equilibrio ecológico. La materia que da origen a
todas las formas de vida es utilizada a través de sus complicadas
transformaciones. Dentro de este panorama los microbios tie-
nen un papel muy importante, pequeñísimos seres que poseen
diversas capacidades de adaptación y que ejercen una influencia
determinante en el mantenimiento del equilibrio ecológico.
Así pues, este libro empieza con la descripción de cómo la
humanidad se dio cuenta de la existencia de los microorganis-
mos –lo que le permitió explicar la causa de algunas enferme-
dades– hasta el grado de crear una ciencia encargada de su
estudio. Estos pequeños organismos han propiciado el desarro-
llo del conocimiento sobre los aspectos bioquímicos de la vida.
En las páginas siguientes veremos cómo los microorganismos se
adaptaron a diversos ambientes, algunos tan extremos que
semejan, quizá, las condiciones que prevalecían en nuestro pla-
neta hace miles de millones de años; además, cómo han consti-
tuido una ayuda invaluable en el estudio del origen de la vida en
nuestro planeta.
No todos los microorganismos son nocivos para el hombre,
por el contrario, su importancia para la industria en el campo
14
de la obtención de diversas sustancias y para la conservación del
medio ambiente, mediante el control de la contaminación de la
tierra y las aguas, es relevante.
La curiosidad científica, que aparentemente no conduce a
nada, ha sido sin duda la que ha permitido al género humano
poseer el conocimiento actual sobre la naturaleza. Este conoci-
miento generado por el quehacer de la ciencia, ha permitido
obtener resultados que han modificado la historia y el curso de
la humanidad. Uno de los avances más significativos se dio
cuando los microbiólogos descubrieron que las enfermedades
más temidas, como la plaga, la tuberculosis, el cólera o la fiebre
tifoidea, eran causadas por microorganismos.
Por ejemplo, al entender que la principal fuente de transmi-
sión del bacilo del cólera es el agua, cambió la forma de pensar
de la gente y ayudó a diferenciar el agua “buena” de la “mala”,
además impulsó a encontrar formas de obtener agua potable;
también surgió la idea de prevenir enfermedades, tomando
medidas que evitaban su diseminación. Ya en los años 40 y 50
del siglo xx surgieron los antibióticos, que resultaron ser armas
de algunos microorganismos para contener a sus posibles com-
petidores (otros microorganismos) y fueron descubiertos por
casualidad. Estas moléculas permitieron el tratamiento casi
mágico de varias enfermedades, que una vez contraídas eran
mortales. Hoy en día sabemos que el abuso de estas sustancias
durante varias décadas produce microorganismos resistentes a
casi cualquier antibiótico. Lo que nos habla de la gran capaci-
dad de adaptación que tienen esos diminutos seres vivos a lo
largo de su historia, que es, casi, la de la propia Tierra, pues se
han logrado adaptar a las diversas condiciones ambientales
y han ocupado todos los nichos imaginables.
15
I. Los principios
de la microbiología
17
Figura i.1. Las bacterias termófilas son microbios cuya temperatura óptima de creci-
miento es de entre 60 oC y 108 oC. En la figura se muestra como éstas forman una
alfombra color ocre, que es irradiada desde el fondo de la poza localizada en el Parque
Yellowstone, en Estados Unidos.
posible la vida sobre la Tierra. Pero también han sido los cau-
santes de epidemias, como la viruela o la peste. Han hecho des-
aparecer ejércitos de manera más eficiente que cualquier arma
de destrucción masiva inventada por el ser humano.
Por otra parte, los microbios han sido los protagonistas en la
industria biotecnológica, que ahora los utiliza para la síntesis
de antibióticos que salvan numerosas vidas. Éstos también han
proveído muchas de las herramientas que permiten el avance
de las ciencias biológicas en los últimos 50 años a través de la
biología molecular.
La labor y el esfuerzo combinado de infinidad de hombres y
mujeres de ciencia a lo largo de más de 200 años (figura i.2.),
dio como resultado el surgimiento de la microbiología, ciencia
que estudia los organismos microscópicos de la naturaleza e
incluye los virus, que son muy pequeños pero no son celulares;
las bacterias, que son organismos vivos sin núcleo también lla-
mados procariontes (pro, antes; carios, núcleo), y algunos hongos,
protozoarios y algas microscópicas que también son pequeños,
pero que pertenecen al reino de los organismos con núcleo,
denominados eucariontes (eu, verdadero; carios, núcleo).
18
Figura i.2. Portada del libro Los Pioneros de la
Microbiología, escrito por Ulf Lagerkvist.
19
en el aire, idea compartida por los médicos romanos y árabes
de la época.
Lucrecio (Titus Lucretius Carus) (figura i.3.), nacido en Roma
alrededor del año 94 a. C., fue conocido por su épica científica
y punto de vista peculiar sobre la materia, pues pensaba que las
cosas surgían de una especie de “átomo” o “semilla”. En su obra
De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas) –escrita alre-
dedor del año 75 a. C., obra maestra de la filosofía epicúrea,
que durante el apogeo del cristianismo cayó en el olvido por
sus ideas agnósticas y fue redescubierta en el Renacimiento–,
Lucrecio sugiere que las plagas eran causadas por “semillas” y
que la vida surge de la propia naturaleza. En el libro vi dice:
“Así como hay semillas benéficas para nuestra vida, seguramen-
te existen otras que causan enfermedad y muerte.” Este punto
de vista se considera como un claro ejemplo de la percepción de
que la causa del contagio era microbiana. Sin embargo, tales
“semillas” no se consideraban como organismos vivientes, más
aún, se pensaba que la combinación de éstas era necesaria para
que las propiedades de un organismo vivo se hicieran presen-
tes, sin embargo surgía la pregunta sobre su origen.
Así pues, existía la duda sobre el principio de las cosas y de
cómo surgen a partir de la nada o “de novo”. De alguna forma
20
esta primera semilla se había generado espontáneamente, es
decir, que podían aparecer organismos vivientes a partir de mate-
ria no viviente; a esta corriente de pensamiento se le conoció
como la teoría de la generación espontánea y persistió por más
de 1 500 años.
21
nes en la propia Tierra. El panorama era aún más complicado
si se toma en cuenta que las enfermedades se transmiten de dis-
tintas maneras, por ejemplo, a través del agua, la comida o los
insectos, y que en muchas ocasiones no son evidentes ni obvias.
Las ideas de Lucrecio sobre la naturaleza de la materia fue-
ron resucitadas por Giordano Bruno al final del siglo xvi e influ-
yeron profundamente a Robert Boyle y probablemente tam-
bién a Isaac Newton y a John Dalton. Sin embargo, el simple
razonamiento sobre la presencia de los microbios no constituyó
la prueba de su verdadera existencia. Ésta sólo pudo ser demos-
trada gracias al descubrimiento de una lente de aumento des-
crita por Séneca, estudiada por Alhazen en el siglo x y desarrolla-
da por Galileo en el xvii.
22
F F
I O
Ojo
Figura i.5. Diagrama del microscopio utilizado por Leeuwenhoek. El objeto se coloca
dentro de la distancia focal “F”, lo que da como resultado una imagen virtual “I” muy
amplificada.
23
“Una pregunta que el ser humano se hace con frecuencia
43
—nos dice el autor en la introducción a su obra— es si hay vida
en otros planetas. Sin duda un descubrimiento así sería
El mundo 43
LA
BIOLOGÍA
pasado inadvertidos; se abrió un mundo nuevo: el de los microbios.
En diversos sentidos este hallazgo fue tan importante como si hoy BIOLOGÍA
se descubriese que hay vida en otro planeta. Así pues, este libro
empieza con la descripción de cómo la humanidad se dio cuenta
de la existencia de los microorganismos —lo que le permitió GEORGES
explicar la causa de algunas enfermedades— hasta el grado
DREYFUS
de crear una ciencia encargada de su estudio. Estos pequeños
DREYFUS
organismos han propiciado el desarrollo del conocimiento sobre
Forro rústico 13.5 x 21 cm/ 116pp/ lomo 1 cm/ interiores papel cultural 90grs./Diseño: Paola Álvarez Baldit
43