O como la representación del brote del deseo con líneas y/o líneas de
puntos paralelas, abriéndose en forma de palma; o el latido o el
temblor del útero con secuencias de líneas concéntricas y puntos a su
alrededor.
O con espirales saliendo del útero, tan frecuentes en el arte íbero; y
todo tipo de formas ondulantes recorriendo el cuerpo, así como formas
reticuladas que según Gimbutas expresan la humedad. Los círculos
concéntricos y espirales sobre glúteos, pechos, muslos o sobre el
vientre, expresan los remolinos finales de la expansión del placer en
esas zonas. Realizaban sus dibujos sobre cuerpos, pintados, grabados o
esculpidos; pero también sobre sus metáforas zoomórficas como
pulpos, ranas, peces, toros, etc., y sobre las panzas de los cántaros,
botijos y otras vasijas que usaban a diario y que formaban parte de su
entorno inmediato.
La espiral
La percepción del placer con recorrido en espiral está presente por
doquier: tenemos cenefas de espirales en todas partes; en el arte
minoico, y sobre todo en el ibérico son abundantísimas las formas
uterinas pegadas a una espiral; a veces sin más, y a veces empleando
el cuerpo de un animal como excusa para expresarlo; a veces de una en
una, a veces de dos en dos, a veces en serie. Yendo más atrás tenemos
como vemos en alguna imagen más arriba, las espirales en los dos
pechos femeninos (característico de los abundantes pulpos micénicos
datados entre 1000-1500 a.n.e.), en las dos nalgas
(culturas Cucuteni , Vinca, Karanovo y otras, 4000-6000 a.c.), y en el
vientre (diversas fechas). También encontramos las dobles espirales en
tumbas megalíticas del norte de Europa datadas en el 3000 a 3500
a.n.e. . En la sillería de esquina de la ciudad íbera de Ursus (Osuna)
tenemos también cuatro espirales grabadas, y en algún cántaro de
Naxos también hay cuatro espirales cruzadas.
No puedo cargar este texto de muchas imágenes, pero hay algunas más
en el librito Pariremos con placer, así como en la ‘Agenda’, ambas
colgados en la webwww.casildarodriganez.org y
en sites.google.com/site/casildarodriganez.
Por otra parte, dice la arqueóloga Marija Gimbutas que las imágenes
que más se representaban se acababan esquematizando y
convirtiéndose en signos, cuya sola representación transmitía su
significación simbólica. Sucedió por ejemplo con la mujer tumbada con
las piernas abiertas y los brazos hacia atrás, que esta arqueóloga
interpreta como diosas dando a luz (ya que no hay ninguna figura
masculina junto a ella para poderla calificar de postura coital). Pero
las mujeres entonces no parían tumbadas, y en cambio tumbarse con
las piernas abiertas es una postura natural y normal del estado de
relajación y de confianza, y sumamente cómoda para las mujeres (y
para los hombres, y en realidad, para cualquier mamífer@, como
solemos ver a menudo en perr@s y gat@s), y que por tanto estaría
necesariamente normalizada en una sociedad sin Tabú sobre el
sexo. Rubens y Cornelio de vos también pintaron a la Pitón como una
bestia mamífera y cuadrúpeda, asaetada por Apolo mientras
descansaba espatarrada junto a un río (Museo del Prado). Quizá la
inhibición actual de dicha postura es uno de los mayores indicadores de
la represión y de la violencia interiorizada que arrastramos. En
definitiva, que es completamente lógico y comprensible que la mujer
se representara frecuentemente en la postura que era habitual y
agradable para ella; por ello acabó convirtiéndose en una imagen
esquematizada y convertida en signo. Luego se la llamóAstarté (que
quiere decir útero) y se la deificó, pero eso es ya otra historia
posterior.
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