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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES FACULTAD DE DERECHO Y


CIENCIAS POLITICAS

El príncipe de Nicolás Maquiavelo


-RESUMEN-

Presentado por
Elí Juan Cárdenas Valverde
IV Semestre

Lima Perú 2018


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3

Al sacrificio de los que quieren salir


adelante
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INDICE:

Carátula
Dedicatoria
Índice
Introducción

CAPITULO I
LA COMPETENCIA Y SUS CRITERIOS
5

CAPITULO II
CARACTERES DE LA COMPETENCIA 6

CONCLUSIONES
10
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
11
5

INTRODUCCIÓN

En el ámbito de la Literatura Universal, se conoce con el nombre de El Príncipe(Il


Principe, en su título original en italiano) a una obra, nacida de la pluma del
escritor florentino Nicolás Maquiavelo, la cual fue dedicada por su autor a
Lorenzo de Médici, siendo publicada de forma póstuma en el año 1513. El príncipe,
de Nicolás Maquiavelo, constituye un importante aporte a la concepción moderna
de la política. En este sentido, es una obra contradice la tradición filosófica del
pensamiento político antiguo en la cual la práctica política se encuentra
ensombrecida por la idealización de gobiernos y ciudades utópicas.
Al contrario, en El príncipe, Maquiavelo establece que el ejercicio real de la política
implica situaciones reales con hombres y pueblos reales, cuyas conductas,
decisiones y acciones, generalmente no responden necesariamente a la moral sino a
las leyes del poder.
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto las
verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el ejercicio
del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar de
dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más en cuestiones
de estrategia política.
De esta manera, Maquiavelo expone detalladamente la forma en que el gobernante
debe hacer frente a las diferentes situaciones o circunstancias que se le presenten, y
establece que el principal fin de la práctica política es conservar exitosamente el
poder.
Para demostrar sus teorías, Maquiavelo echa mano de situaciones históricas reales,
que abarcan desde el mundo antiguo hasta su presente.
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Conviene acotar que El príncipe es la obra que da origen al término maquiavélico,


utilizado con cierta carga despectiva para condenar prácticas inmorales o
malévolas, cuando en realidad esta es una obra de gran valor por su conocimiento
de la psique humana, el sentido común y el pensamiento pragmático.
Hoy en día, es un libro ampliamente leído y consultado en temas de estrategia
política y negocios.
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Sobre Nicolás Maquiavelo


Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue escritor, filósofo político y diplomático. Hoy en
día es considerado el padre de la teoría política moderna. En su época, durante el
Renacimiento, fue una figura de gran relevancia en Italia. Su principal obra, El
príncipe, escrita en 1513, durante su confinamiento en San Casciano, solo vio luz
póstumamente, en 1531. Nicolás Maquiavelo nació en Florencia (1469-1527), donde
estudió y ejerció como secretario diplomático y segundo canciller del gobierno de
su república. Su vida y su obra están entrelazadas y difícilmente puede
aludirse a una sin referirse a la otra. Porque de hecho, la carrera diplomática
y política de Maquiavelo le puso en contacto con los grandes problemas militares y
políticos de su ciudad natal que, más tarde, plasmaría en sus escritos políticos. Se
familiarizó con las potencias extranjeras poderosas como España y Francia, con las
intrigas del poder temporal de la Iglesia, con pueblos germanos libres y, además,
fue el creador de la milicia nacional florentina. Su carrera diplomática fue apoyada
por César Borgia y cuando Florencia cayó en manos de los Médici, Maquiavelo fue
destituido de su puesto de secretario, arrestado y torturado por colaborar con el
gobierno republicano. Poco tiempo después fue liberado por una amnistía cuando
uno de los Médici es elegido nuevo Papa, conocido como León X. Maquiavelo se
retira a Sant’Andrea, su casa de campo, donde se dedica a escribir Discursos sobre
la primera década de Tito Livio y El Príncipe
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La Comunicación Política no es ningún invento de la Edad Contemporánea, pues El


Príncipe de Maquiavelo supone la primera obra en la que la Política, y en concreto
la Comunicación Política, aparecen retratadas como una ciencia, analizada de
manera exhaustiva, de la misma forma que el autor estudia y traslada al papel los
procedimiento por los que cualquier hombre ambicioso puede llegar al poder. Pero
Maquiavelo es consciente que el poder no basta con conseguirlo, sino que hay que
conservarlo y acrecentarlo día a día con el apoyo de la ciudadanía. Una situación
que se puede extrapolar a nuestros días y que, a pesar de los años, nunca pierde su
vigencia.
Así podemos decir que El Príncipe es una obra actual, de la que todo gobernante o
dirigente tiene que tomar ejemplo, pues sus bases son fundamentales para la
consecución de un buen Gobierno. La Comunicación Política es el conjunto de
técnicas y de procedimientos que poseen los actores políticos y, particularmente los
gobernantes, para atraer, controlar y persuadir a la opinión pública, y a pesar de
que cuando Maquiavelo escribió la obra. la opinión pública aún no existía como tal,
éste era consciente de la importancia que para el príncipe tenía el apoyo de sus
súbditos.
Ahora, en momentos en los que la Política está infravalorada y en la que todo
ciudadano ha dejado de creer, es de extrema importancia las palabras vertidas
en El Príncipe. En esta obra el autor conjuga a la perfección su capacidad literaria,
su rastreo histórico y, por supuesto, el análisis político de su contexto; una obra que
se aleja de utopías pasadas, como las elaboradas por Platón, y que se ciñen a la
praxis de la realidad política imperante. Por tanto, la novedad que encierra El
Príncipe se debe a su contenido y a la reflexión teórica que hace de la situación en
Italia.
Maquiavelo escribe esta obra después de lo observado tras su paso por las cortes
europeas como representante de la cancillería florentina. Habla desde la
experiencia, pues sus relaciones directas con príncipes y las decisiones tomadas por
éstos, muchas llevadas a error, conforman el caldo de cultivo idóneo para refrendar
cuál es la manera correcta de gobernar y cuáles son los errores que no deben
cometer los hombres de Estado.
Dentro de la obra, Maquiavelo se encarga de dar consejos a los futuros
gobernadores. El más importante es que el Príncipe necesita contar siempre con la
amistad del pueblo, ya llegue por méritos (el medio más adecuado para el autor) o
por suerte (que para él cae por su propio peso al no tener raíces que lo mantengan
fuerte). Es primordial contar con el clamor popular antes y ahora, pues el miedo a
la sublevación o a las revueltas no permite al gobernador trabajar de manera
adecuada. Desde 2007-2008 España ha venido arrastrando el descontento de la
ciudadanía con motivo de la crisis, más aún por la falta de reacción del gobierno de
Zapatero y sus continuas negaciones a la mala situación económica, motivo que les
ha llevado a perder su mandato en las elecciones de 2011. Éste ha sido un
importante fallo que no han sabido gestionar sus asesores políticos.
Con el estallido de la crisis y el debilitamiento del sistema político, es fundamental
reconquistar el poder y ofrecer a los ciudadanos una buena forma de gobernar, de
hacer política, de dirigir un país. Maquiavelo no se equivocaba en que la
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comunicación era imprescindible y, aunque alejado de la cuestión ética, sabía que


había que estar preparado para llevar las riendas.
Tenemos que tener presente que todo consultor político o propagandista necesita
tomar a El Príncipe de Maquiavelo como referencia. Este decálogo de buenas
medidas para conseguir y mantener el poder son llevadas a cabo por la mayoría de
los políticos y demostrado está que en el momento que se alejan de ellas el desastre
está asegurado. La emoción como dice toda la obra es fundamental, una
característica que tanto políticos como propagandistas han tomado como suya. Lo
racional queda en el olvido y la emoción cobra más que nunca importancia, pues
cuando no hay nada que decir hay que conmover al pueblo.
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RESMEN DE EL PRINCIPE DE MAQUIVELO

Capítulo I
El capítulo inaugural de esta obra abarca básicamente los distintos tipos de
principados que existen, y las distintas formas en las que un soberano puede llegar
a adquirirlos, sin que esto menosprecie para nada la legitimidad de su poder, el
cual deberá afianzar y mantener por medio de acciones.
Capítulo II
Por consiguiente, Maquiavelo hace un aparte para especificar y ahondar sobre cada
uno de estos tipos de principados, iniciando entonces con aquellos que se han
obtenido por sucesión, es decir, sobre los principados hereditarios.En cuando a
ellos, Maquiavelo señala que son los de más fácil aceptación por parte de los
súbditos, quienes lo ven como un hecho natural, pues ya están acostumbrados a
que determinado linaje ejerza el poder.
Capítulo III
Así mismo, Maquiavelo aborda el tema de los Principados Mixtos, los cuales son
definidos como aquellos principados que constituyen una novedad, pues
contemplan la asunción de una nueva figura al poder, la cual puede conservar a su
lado personajes del principado anterior, por lo que son una mezcla entre nuevo y
viejo. No obstante, esta carga de tradición, implican un verdadero reto en cuanto a
la conservación del poder, puesto los súbditos pueden rebelarse, así como
encontrar fuertes obstáculos por parte de los gobernante anteriores. En este caso,
Maquiavelo aconseja algunas estrategias que pueden ser interpretadas actualmente
como radicales.
Capítulo IV
Por su parte, este capítulo compara dos tipos de principados: uno en donde el
soberano domina en compañía de una corte de nobles, que a su vez tienen
territorios bajo su poder, y que pueden ir acumulando cuotas de poder y ambición
que lleve a la aparición de ciertas rebeliones. Otra opción es aquella que dibuja al
soberano absoluto, quien ejerce directamente el poder sobre sus dominios.
Maquiavelo se decanta por este segundo tipo de principado, afirmando que es el
que menos oposición y peligros reviste.
Capítulo V
Así también, Maquiavelo utiliza este apartado para exponer según su visión de qué
forma o manera los Príncipes deben ejercer su poder y gobernar sus ciudades,
incluso si estas son productos de la conquista. De esta forma, Maquiavelo expone al
menos tres estrategias sobre cómo el Príncipe debe tomar el poder –tanto si es un
pueblo conocido o no- tratando de ejercerlo sin hacer grandes cambios de leyes en
primer momento, aun cuando también advierte sobre la posibilidad constante de
rebelión, por lo que la estrategia más segura es la de propinar ruina sobre los
territorios conquistados, a fin de dejarlos sin fuerzas ni armas para su defensa.
Capítulo VI
Dentro de los distintos tipos de principados, Maquiavelo también habla sobre el
poder que se logra por medio de las armas, originando principados nuevos, los
cuales presentarán siempre oposición y riesgos. En este sentido, Maquiavelo afirma
que todo Príncipe nuevo, sobre todo aquel que ejerce el poder sobre nuevos
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territorios, debe hacer gala de su virtud, a fin de que sus nuevos súbditos crean que
es lo indicado el ejercicio de su poder.
Capítulo VII
Siendo tan caro el ejercicio de la guerra, puede suceder que un Príncipe cuente con
sus tropas y ejércitos a la hora de conquistar otros territorios, aun cuando el dinero
para financiar dichas contiendas provenga de otros, a través de financiamientos.
Esto puede conllevar a que aun cuando el Príncipe logre el poder, corre el riesgo de
ser presionado en su voluntad por quienes le han servido de financistas. En este
caso, sólo puede salvarlos su virtud.
Capítulo VIII
No obstante, Maquiavelo no descarta que el poder pueda adquirirse también por
medio de crímenes, circunstancia que no le resta legitimidad al poder obtenido,
aun cuando este escritor advierte sobre la importancia de usar bien la crueldad. En
este sentido, deberá usarse toda junta, a fin de que una vez se han eliminado los
opositores y afianzado el poder, generar una etapa en donde por el contrario se
hace gala de la bondad, a fin de que los súbditos olviden lo malo, y se entreguen a
disfrutar del nuevo principado. Por el contrario, si no hay límite en la maldad, y se
erige un principado que constantemente infringe dolor en los súbditos, tarde o
temprano estos encontrarán la forma de erradicar el principado.
Capítulo IX
En el mismo orden de ideas, Maquiavelo reconoce también el Principado civil, el
cual puede ser definido como aquel que se conquista por ayuda o petición del
pueblo o los poderosos. Este no requiere de virtudes especiales, y aunque en
apariencia pudiese presentar menos dificultades sí se necesita de gran astucia, a fin
de neutralizar a los poderosos que hayan ayudado a ascender al poder, mientras
que se entabla amistad con el pueblo.
Capítulo X
Maquiavelo también opta por apartar un capítulo que le permita ahondar sobre la
importancia que tiene para el Príncipe no sólo ser soberano de un principado, sino
la capacidad de éste para valerse por sí mismo, a fin de poder competir y medir
fuerzas de igual a igual con otros principados, a fin de estar preparado ante otros
que quieran atacarle. Igualmente deberá tener siempre presente estrategias bélicas
que le permitan resistir ataques, en caso de encontrarse con contrincantes más
fuertes.
Capítulo XI
Sin embargo, también puede suceder que el principado sea adquirido gracias a la
intervención del poder religioso, o por ser parte de él. Estos en principio muestran
gran oposición, pero si logra pasarse el primer momento, constituyen después
principados fáciles de mantener, pues se manejarán a los súbditos en torno a leyes
que coincidan con los propios principios religiosos.
Capítulo XII
En esta capítulo, Maquiavelo se dará a la tarea de explicar las distintas clases de
fuerzas militares con las que puede contar un principado. Así mismo, pondrá
especial atención en definir y advertir sobre los soldados mercenarios.
Capítulo XIII
En consonancia con el capítulo anterior, Maquiavelo seguirá prestando atención a
los militares, esta vez para manifestar sus apreciaciones sobre la relación e
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importancia que tendrán para el Príncipe los soldados auxiliares, aquellos


denominados mixtos, y finalmente el inmenso valor que tiene el tener soldados
propios.
Capítulo XIV
Una vez descritos los tipos de tropas y soldados, Maquiavelo se da a la tarea de dar
sus lineamientos de cuáles deben ser las actitudes y posiciones que el Príncipe debe
ejercer sobre sus tropas, a fin de ejercer realmente como el comandante en jefe de
ellas, procurando su fidelidad y respeto, pues son ellas las que garantizarán
mantener el poder.
Capítulo XV
Así mismo, en vista de seguir aconsejando al Príncipe sobre cómo mantener una
popularidad alta y aprecio por parte de sus súbditos, Maquiavelo se entrega en este
capítulo a la tarea de explicar cuáles son las cosas que hacen que un hombre sea
alabado, recibiendo admiración, o por el contrario simplemente consiga la
desaprobación general.
Capítulo XVI
En este sentido, Maquiavelo sigue insistiendo en la necesidad del Príncipe de
transmitir a otros la idea de que él cuenta con virtud. De esta forma, Maquiavelo
señala la importancia de parecer –no necesariamente siéndolo- que practica la
generosidad, a fin de ir ganando adeptos, sin necesidad de poner en riesgo las arcas
públicas.
Capítulo XII
De igual forma, Maquiavelo dispondrá de un capítulo para exponer el cómo deben
ser empleadas durante el ejercicio del poder tanto la crueldad como la compasión,
las cuales deben ser administradas de forma correcta por el Príncipe. Así mismo,
expone sus comentarios sobre la importancia de ser un líder amado, o por el
contrario si es mejor ser temido, llegando a la conclusión de que el Príncipe debe en
todo momento generar en sus súbditos, de forma simultánea, el amor y el temor,
como forma de proteger su posición.
Capítulo XVIII
Así mismo, dentro de la virtud que debe exponer y mantener el Príncipe, se
encuentra sobre todo el valor de la palabra dada. En este sentido, Maquiavelo le
explica al soberano las estrategias que puede seguir para en todo momento cumplir
con lo dicho, o cómo no quedar como mentiroso aun incumpliendo lo prometido.
Capítulo XIX
Pensando también que el Príncipe es un ser humano, el cual comete errores, y en
ocasiones debe tomar decisiones que no dejan a todos felices, Maquiavelo toma un
capítulo de su obra para explicarle a los posibles Príncipes cómo evitar que el odio
sea un sentimiento que nazca hacia él, pensando nuevamente en que todo Príncipe
debe ser amado por su pueblo y súbditos.
Capítulo XX
Continuando con la lista de consejos para el Príncipe, o quien desee mantener el
poder, Maquiavelo entra entonces al terreno de qué tan útiles o no son las cosas
que un Príncipe hace a diario, incluso aquellas referidas al ámbito bélico.
Capítulo XXI
Así mismo, Maquiavelo sigue insistiendo en que un Príncipe debe contar con una
reputación que lo resalte como un ser virtuoso, digno de ser amado y ejercer el
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poder. En este sentido, en este capítulo, despliega otras estrategias, que le


permitirán al Príncipe seguir ganando estima de aquellos que lo rodean, sobre todo
de los miembros de su gobierno.
Capítulo XXII
En sintonía con el pensamiento que dice que no hay peor enemigo que el que se
tiene cerca, Maquiavelo también expone sus apreciaciones sobre los secretarios y
ministros que acompañaran al Príncipe en el ejercicio del poder, explicando cómo
deben escogerse y manejarse, a fin de evitar traiciones.
Capítulo XIII
Igualmente, Maquiavelo coloca el acento en la importancia que tiene para un
Príncipe, en cuanto a las estrategias que le permitan mantener el poder que ejerce a
salvo, alejarse de los aduladores, pues estos para quedar bien le mentirán siempre,
mientras que por el contrario el Príncipe debe rodearse de personas que le digan la
verdad, de forma frontal, a fin de conocer la realidad.
Capítulo XXIV
Hacia los capítulos finales, Maquiavelo decide hacer también un recuento histórico
de las causas que han llevado a los monarcas italianos a perder sucesivamente el
poder, como una forma de ejemplificar cuáles son los asuntos que pueden
interponerse en el desarrollo continuo del poder.
Capítulo XXV
Maquiavelo expone su visión sobre si los triunfos de una persona tienen que ver
mucho más con su suerte o con las estrategias que utiliza para conseguirlas. Sin
embargo, agrega cómo en ocasiones la fortuna puede intervenir de forma
considerable, por lo que el monarca dependerá de su sabiduría para librarse bien
del hecho.
Capítulo XXVI
Finalmente, Maquiavelo destina su último capítulo para exhortar a los líderes
italianos a continuar la lucha por regresar al poder, librando la patria de los
bárbaros y extranjeros, retornando éste a manos legítimas italianas
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El príncipe de Nicolás Maquiavelo

El príncipe, publicado póstumamente en 1531, es un tratado de doctrina


política escrito por Nicolás Maquiavelo, escritor, diplomático y filósofo
político italiano de la época renacentista.
La obra está dirigida a Lorenzo de Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien
Maquiavelo explica cómo actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la
crisis en que se encuentra.
Aunque fue escrita en 1513, durante el confinamiento de Maquiavelo en San
Casciano, a causa de las acusaciones que sobre él pesaban por estar señalado de
conspirar contra los Médici, no sería sino hasta 1531 cuando vería luz en Roma. El
libro, así, funciona como una respuesta a dicha acusación.

Clases de principados, formas de adquirirlos y gobernarlos (capítulos 1-11)


Las repúblicas y los principados
Los primeros capítulos de la obra están dedicados a explicar las distintas clases de
principados que hay y las maneras en que estos pueden adquirirse. Comenta que
los Estados pueden ser repúblicas o principados, y que pueden ser hereditarios,
cuando se trasmiten a través del linaje, o nuevos, cuando se obtienen por herencia
o conquista, mediante las armas propias o las ajenas, por fortuna o por virtud.
Principados hereditarios, nuevos o mixtos
Expone que los principados hereditarios, así como los nuevos, precisan políticas de
continuidad en lugar de cambios radicales que puedan trastornar la vida y
costumbres de la población.
En cambio, aquellos que denomina mixtos (que son nuevos, pero que se anexan a
un principado antiguo), implican tratos diferentes, acordes con las circunstancias
políticas que intervinieron en su adquisición.
Advierte sobre las dificultades de asumir el gobierno de un principado nuevo, y
avisa especialmente sobre la importancia de imponerse al grupo de poder anterior,
de sofocar rebeliones y de manejar la política interna con cautela y eficacia.
El poder absoluto o compartido
Maquiavelo considera que existen dos formas esenciales de gobernar un principado
según las circunstancias políticas: detentando el poder absoluto o administrándolo
conjuntamente con un grupo de barones de nobleza propia (no adquirida por
gracia del príncipe).
Aconseja optar, de ser posible, por la primera de las opciones: detentar el poder
absoluto, pues con la segunda, el príncipe ostentará una menor autoridad y deberá
sofocar frecuentemente rebeliones internas.
Sobre los Estados que se regían por leyes propias
También analiza Maquiavelo la forma en que se debe proceder en un Estado que,
antes de su conquista, se gobernaba por leyes propias, y, enumera las tres opciones
que tiene el gobernante: 1) destruirlo, 2) radicarse en él, o 3) mantener las leyes y
costumbres anteriores, pero obligándolo a pagar tributos y ser gobernado por un
grupo leal al príncipe.
Advierte que, sin embargo, este tipo de Estados o ciudades tienen un gran orgullo
por su libertad, razón por la cual siempre estarán dispuestos a levantarse para
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reconquistarla. Así, pues, la única opción segura que tiene el príncipe para
mantener el poder es arrasarlo y dispersar a la población.
Sobre la adquisición de principados con armas propias o ajenas
Según Maquiavelo existen dos formas de adquirir los principados: con las armas
propias y con virtud, o con las armas y la fortuna de otros.
En el primer caso, señala que, si bien estos principados son más difíciles de
adquirir, son, a la larga, más fáciles de mantener, siempre y cuando se disponga de
las suficientes fuerzas.
En el segundo, explica que los principados adquiridos con las armas y la fortuna de
otros aunque resultan muy fáciles de obtener, son, al contrario, difíciles de
mantener, pues se depende de un conjunto de factores que lo condicionan.
El buen y mal uso de la crueldad
Maquiavelo también advierte sobre el uso de la crueldad y la forma en que esta
debe ser aplicada. Sostiene que es bien usada si se cometen todos los crímenes al
principio, lo que permite que luego, poco a poco, se pueda empezar a otorgar
beneficios a los súbditos, para hacerlos olvidar las ofensas recibidas previamente.
La crueldad es mal usada cuando no son cometidas todas en un inicio, lo que fuerza
a que deban seguir cometiéndose en lo sucesivo, lo que le atrae la enemistad del
pueblo y conduce al príncipe al fracaso.
Principados civiles y eclesiásticos
Son también referidos otros tipos de principados, como lo son el civil y el
eclesiástico. El primero, el civil, se obtiene con el favor de los ciudadanos (de los
poderosos o del pueblo); para él se requiere sobre todo de astucia política,
principalmente para mantener al pueblo del lado del príncipe.
El segundo, el eclesiástico, por su parte, es bastante difícil de adquirir en un
principio, pero luego es muy fácil de mantener, puesto que se apoya en las leyes de
la religión.
Clases de milicias y cómo lidiar con ellas (capítulos 12-14)
Sobre la forma de medir las fuerzas de los principados
Maquiavelo explica la forma en que han de ser medidas las fuerzas en los diferentes
principados. En este sentido, lo principal, comenta, es si el príncipe es capaz de
valerse por sí mismo o no.
Tener hombres, dinero y un ejército adecuado lo calificarían como capaz. En
cambio, si no posee ninguno de estos elementos, entonces deberá refugiarse tras
sus murallas y resistir los ataques enemigos.
Sobre el ejército
Con relación al ejército y los soldados que el príncipe debe tener a su disposición,
Maquiavelo afirma que estos pueden ser de tres tipos: propio, auxiliar y mixto.
Advierte sobre los soldados mercenarios, que luchan por dinero y no por lealtad.
Desaconseja los soldados auxiliares, que pertenecen a otro príncipe, al cual deben
su fidelidad. E indica que lo idóneo será tener un ejército propio, que solo al
príncipe deba lealtad.
También refiere la importancia de que el príncipe se ocupe de la guerra, que es
tarea fundamental en el Estado, que ni siquiera en tiempos de paz debe
abandonarse, pues, advierte, un príncipe que no es hábil en los artes de la guerra
será despreciado por el pueblo.
Sobre la forma de actuar y comportarse del príncipe (capítulos 15-21)
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Sobre lo que hace que un príncipe sea alabado o censurado


En los capítulos siguientes, Maquiavelo aborda la forma en que ha de conducirse el
príncipe en función de las circunstancias y de las consecuencias de sus acciones y
decisiones.
Refiere las cosas que hacen que sea alabado o censurado y aconseja, en este
sentido, guiarse siempre por la realidad en lugar de perseguir utopías irreales. Ya
que para mantener el poder lo importante no es seguir la moral sino hacer lo que
sea necesario para la conservación del Estado.
La generosidad y la avaricia
Hace también referencia a la generosidad y la avaricia, y realiza consideraciones
sobre cuál es más conveniente. La primera, por un lado, suele ser tenida por buena,
pero a la larga resulta perjudicial, pues para mantener esta reputación, el príncipe
habrá de gastar todo su patrimonio.
En cambio, si opta por la avaricia, entonces también podrá ahorrarle impuestos al
pueblo, lo cual lo ayudará, en momentos decisivos, a financiar empresas y ganar
guerras, de modo que acabará por ser amado por la mayoría.
La crueldad y la compasión
Un aspecto central en la administración de la justicia del príncipe es el asunto de la
crueldad y la compasión. La compasión, que es una virtud apreciada, puede llevar
con el tiempo a verse obligado a la crueldad.
A la crueldad, por su parte, la considera más efectiva que la compasión siempre y
cuando sea bien administrada. Mucha crueldad aplicada al principio ahorra
crueldades futuras, mientras que si se prefiere ser compasivo en un inicio, es
posible que se tengan que cometer más y más crueldades para conservar el Estado.
Sobre ser amado o temido
En este sentido, aconseja Maquiavelo ser amado y temido simultáneamente, pero
afirma que, puestos a elegir, lo mejor es ser temido que amado, pues el pueblo —
explica— siempre puede olvidar el amor, pero nunca el temor, y gracias a esto
disminuyen las posibilidades de ser destronado.
Sobre el león y el zorro (alegoría)
Maquiavelo, con relación a la forma de conducirse en los asuntos del Estado,
aconseja poseer la fuerza y la cautela al mismo tiempo. Lo ilustra empleando la
alegoría del león y el zorro. El león no sabe evitar las trampas, mientras que el zorro
no sabe cómo defenderse de los lobos, por ello, el príncipe debe ser capaz de evitar
las trampas, como el zorro, pero también de aterrorizar a los lobos, como el león.
Sobre las virtudes y el poder
Sobre la importancia de las virtudes en el ejercicio del poder, advierte que
poseerlas es bueno, pero que es más importante aparentarlas. De hecho, afirma que
no toda virtud es buena para el poder y que, en todo caso, la mayoría de la gente
solo juzga por las apariencias y los resultados, de allí que se atribuya a Maquiavelo
la frase “el fin justifica los medios”, aunque no la exprese con estas mismas
palabras.

Sobre ser odiado y menospreciado


Advierte que los únicos defectos que deben evitarse son el ser menospreciado y
odiado, pues son estos los defectos que pueden llevar a que el pueblo, los nobles o
los soldados puedan ir contra su propio príncipe.
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Sobre las fortalezas


Maquiavelo también discurre sobre la utilidad de armar o desarmar a los súbditos,
y sobre la eficacia de las fortalezas, que solo son útiles cuando se teme más al
propio pueblo que a los invasores.

Sobre la forma de conducirse para ser amado por el pueblo


Maquiavelo explica que el príncipe debe conducirse de cierta manera para ser
estimado y admirado por su pueblo, los nobles y el ejército. Para ello, aconseja el
acometimiento de grandes empresas, el manejo adecuado de la política interna y
realizar premiaciones o castigos que sirvan de ejemplo para sus súbditos.

La elección de secretarios (capítulos 22-23)


Advierte Maquiavelo sobre los criterios que debe seguir el príncipe a la hora de
elegir a sus secretarios o ministros, que serán el cuerpo de ayudantes y consejeros
más cercanos y que, por lo mismo, han de ser los más fieles, los que pongan por
encima de su interés personal al príncipe y el Estado. En esa misma línea,
recomienda, más adelante, huir de los aduladores, porque no dicen la verdad.
Sobre la fortuna (capítulo 25)
También dedica Maquiavelo un capítulo a explicar el poder de la fortuna. Sin
embargo, afirma que no todo debe dejarse en manos de esta, sino que se ha de estar
preparado para las adversidades de tal modo que se les pueda hacer frente.
Las causas de la pérdida de Italia y la importancia de recuperarla (capítulos 24 y
26)
En los capítulos finales, Maquiavelo hace un balance sobre las causas por la cuales
los príncipes de Italia han perdido sus Estados, y enumera, entre ellas, carencia de
ejércitos, mala relación con el pueblo, así como falta de previsión y de decisión al
actuar.
Por todo lo anterior, cierra la obra exhortando al príncipe, en este caso, Lorenzo de
Médici, a quien va dirigida la obra, a liderar Italia y liberarla de los bárbaros, es
decir, de los extranjeros.

CONCLUSIONES
1. El libro escrito por Maquiavelo, era un completo manual de gobierno, en esa
época, el sistema de gobierno más común, era el de los señores feudales,
llamados también príncipes (primero entre sus iguales), en este libro
Maquiavelo habla sobre, cada uno de las situaciones a las que se puede
enfrentar un gobierno como este. Al principio, Maquiavelo habla sobre todos
los tipos de principados que puedan existir, como los nuevos, los
hereditarios, los eclesiásticos, etc..., se habla también sobre los tipos de
ejércitos que puede haber, pero sobre este tema, profundizare más adelante,
Maquiavelo habla también sobre las personas, por las cuales hay que
cuidarse, y sobre las personas en las cuales hay que confiar, por supuesto
todo lo que dice, lo apoya ejemplificando con hechos históricos los que
respaldan sus tesis. La mayoría de estos hechos, que son usados como
ejemplos, son situaciones ocurridas, la mayor parte, en Italia, España y
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Francia, Maquiavelo ocupa muchos ejemplos de situaciones actuales (para el


por cierto), habla sobre los papados y sobre el reinado de Fernando de
Aragón, los cuales eran contemporáneos a él.

2. muestra la manera en que el gobierno se ha corrompido y la corrupción que


en este existe, aunque muestra señores feudales y monarcas es una crítica
aplicable a la actualidad, habla de la confianza y basa sus aportaciones en
situaciones vividas si bien no por el directamente son hechos que sucedieron
y demuestra cómo lo escrito por Maquiavelo es mas allá de solo un escrito si
no todo un compilado histórico contrastado con la situación de su actualidad
y perfectamente aplicable a tiempos presentes.

3. es un libro en el cual se refleja la realidad de una sociedad, la conducta


humana, su condición y motivaciones, el realismo con el cual Maquiavelo
maneja la lectura lo hace un libro un tanto incomprendido, ya que suele
pensarse que es un "manual de maldad" (un libro dirigido a políticos), pero
visto desde otra perspectiva es un libro sincero que maneja el tema desde un
punto neutral y hablando con claridad acerca de la pollita sin maquillarla,
como realmente es... con su corrupción y falsedad!
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REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
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