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Caso Enron

En el año 2000, tan solo cinco años después de su creación, la eléctrica Enron
consiguió aparecer en la lista de la revista Fortune como la séptima mayor
compañía de Estados Unidos. Sin embargo, la gloria duró poco, ya que en
2001 se descubrirían numerosas irregularidades en las cuentas de la compañía
que acabarían arrastrándola a la quiebra. El mayor escándalo financiero vivido
por el país norteamericano hasta el momento ha llenado páginas y páginas en
los periódicos de todo el mundo desde que comenzó a salir a la luz.

Remontarse al 2 de diciembre de 2001, es remontarse a uno de los


mayores escándalos de la historia económica. Ese día, la empresa energética
Enron se declaraba en quiebra. Primer distribuidor energético a nivel global,
facturaba 100.000 millones de dólares anuales. La empresa, fundada en 1985
por Kenneth Lay, vivió un antes y un después con la llegada de Jeffrey Skilling.
Uno de los mejores graduados en Harvard en su promoción de MBA, aterrizó
en Enron en 1997. Con él, la compañía descubrió en toda su expresión lo que
es la ingeniería contable. Pasivos que se convirtieron en activos, préstamos
que se computaban como ingresos, deuda maquillada, beneficios inflados... A
ojos de la contabilidad, todo rozaba la perfección.

Enron fue uno de esos milagros que en apenas un par de años, pasó de ser
una empresa convencional de gas en Texas, a participar en gran parte del
mercado energético mundial, y a ser el sexto grupo empresarial de Estados Unidos,
de acuerdo al ranking de la revista Fortune. Comprender cómo una empresa
logra desarrollar un negocio tan grande y en tan corto tiempo es complicado
hasta para las propias compañías auditoras. Pero lo más dificil es desentrañar
la madeja de ocultamiento de deudas en empresas fantasmas que apelaban a
lo que Ronald Reagan (que aparece en este documental cuando inaugura la
desregulación global, en 1981) llama “la magia del mercado”. .

Una revisión de las cuentas por parte de las autoridades contables afloró
deudas escondidas y elementos ocultos fuera de balance que daban la
impresión de que la empresa estaba saneada. Poco a poco el mundo Enron fue
cayendo. De los 90 dólares por acción del 2000, un año después se pasó a
apenas un dólar, un 99% menos. Más de 10.000 millones en valor contable que
se esfumaron. Miles de ahorradores que perdían su inversión.
Acorralada, se vio obligada a presentar el concurso. En su día fue la mayor
bancarrota de la historia. Acumulaba unos activos de 64.000 millones y unas
deudas de 30.000 millones. Un hito de la época, después superada por
WorldCom (en 2003) y Lehman Brothers y Washington Mutual (ambas en 2008
tras el último crash). 20.000 empleados perdieron su trabajo, la consecuencia
lógica del desastre.
Menos esperada fue la caída de su auditora. Enron se llevó por delante
a Arthur Andersen, una de las cinco auditoras más importantes del mundo en
ese momento. Fue partícipe del engaño. En teoría, bajo la presión de los
máximos directivos, que pedían que hiciera la vista gorda para mantener el
enjuague contable vivo. Desprestigiada y condenada, acabó despiezada y su
negocio en manos de las demás grandes. Casi cien años de historia trayectoria
dilapidados por Enron.
A Jeffrey Skilling, la mente detrás de la contabilidad, le salió mal su última
jugada maestra. Antes de la quiebra se las vio venir, renunció a su cargo
alegando motivos familiares y vendió las acciones que tenía en la empresa.
Cuatro meses después llegaba la bancarrota. Supuestamente, él no sabía nada
de la situación crítica de la empresa.
En 2004 se le imputaron una treintena de cargos, entre ellos operar
con información confidencial, al vender unos 60 millones de dólares en
acciones de Enron antes de la quiebra, engañar al auditor o conspiración.

En octubre de 2006 se lo condenó a 24 años de prisión y fue multado con 45


millones de dólares. Afirma que tras la ‘muerte’ de Enron consideró el suicidio,
pero que la condena lo salvó. Le hizo recapacitar. Se convirtió en su mayor
crítico.
En los años siguientes se dieron revisiones y reducciones de su condena. Al
final, puede salir a la calle en febrero de 2019, menos de 18 años después de
la quiebra de Enron.

Kenneth Lay, el fundador, se embolsaba 40 millones de dólares por año. Tras


el escándalo y la bancarrota, se las tuvo que ver con la justicia. Se le
imputaban hasta once cargos relacionados con fraude. El juicio empezó en
enero de 2006. El jurado lo halló culpable de seis delitos de conspiración y
fraude en mayo. Para septiembre estaba prevista la vista de la sentencia.
Nunca llegó: Lay falleció en julio, a los 64 años, de un infarto.
Otra decena de cargos fueron enjuiciados. Como suele ocurrir en el mundo de
las finanzas, la condena de los culpables suele ser menor al daño causado.

Cronología

Julio de 1985

Se funda la compañía tras la fusión de las empresas Houston Natural Gas -de
la que Lay era presidente y Consejero Delegado- e InterNorth, creando la
mayor red de transporte de gas de Estados Unidos.
1986

Kenneth Lay es nombrado director de la nueva compañía, que en tan solo


cuatro años logrará convertirse en el séptimo gigante empresarial de Estados
Unidos, según la lista que la prestigiosa revista Fortune publicó en el año 2000.

1989

Llegada de Jeffrey Skilling, el otro gran responsable de la quiebra, a la


compañía, procedente de la consultora McKinsey.

Octubre de 2001

Enron declara pérdidas 638 millones de euros en los resultados del tercer
trimestre del año, tan solo dos semanas después de que Lay afirmara ante sus
empleados que las previsiones de resultados eran muy buenas y que las
acciones de Enron eran una ganga. El regulador norteamericano -la Securities
and Exchange Commission- comienza a investigar irregularidades de la
compañía.

Noviembre de 2001

Los títulos de Enron se derrumban en la bolsa hasta alcanzar mínimos de diez


años atrás, y se destapan mayores pérdidas de las declaradas.

Diciembre de 2001

El gigante energético solicita a las autoridades estadounidenses acogerse al


Capítulo 11, que protege a las empresas que sufren bancarrota. Se produce
entonces la mayor quiebra de la historia empresarial estadounidense.

Enero de 2002

Dimite Kenneth Lay como presidente a petición del comité de acreedores. Lay
seguiría como miembro del Consejo de Administración. Comienza la
investigación sobre el caso por Arthur Andersen, la auditora de la energética.
Clifford Baxter, de 43 años, vicepresidente de la compañía hasta mayo de
2001, fue hallado muerto en su automóvil, con un disparo en la cabeza, cerca
de su domicilio en Sugar Land, un barrio de Houston (Tejas).

Junio de 2002

El jurado encuentra culpable a Andersen por obstrucción a la justicia en el


'caso Enron' por destruir documentos sobre las pérdidas de más de mil millones
de dólares en la compañía que auditaba. El veredicto supondrá el fin de la
auditora, fundada 89 años antes en Chicago.

Enero de 2004

Skilling and Lay son acusados. El ex director financiero de la eléctrica, Andrew


Fastow, se declara culpable de los cargos criminales y acuerda colaborar en la
investigación del caso a cambio de una condena de tan sólo diez años en la
cárcel.

Enero de 2006

Comienza el juicio por el 'Caso Enron'. En total se extendió durante 15


semanas durante las que 54 testigos presentaron sus argumentos y se
aportaron multitud de pruebas documentales que aportaron numerosos detalles
de la trama financiera que condujo al colapso de la eléctrica.

Mayo de 2006

Los responsables del escándalo Enron, Ken Lay y Skinning, son declarados
culpables de fraude y engaño. El fundador y el ex primer ejecutivo se enfrentan
a penas de entre 45 y 275 años de cárcel. Se espera la sentencia definitiva
para el 11 de septiembre de 2006.

5 de julio de 2006

El fundador de Enron, Ken Lay, muere de un ataque al corazón. Lay


representaba, antes de la quiebra, el sueño americano, al haber conseguido
hacer de la modesta empresa que dirigía una de las más importantes de todo el
país. Era amigo cercano del presidente Bush y su familia, así como uno de sus
mayores contribuyentes a sus campañas.

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