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JOSE FERRER-BERMEJO EL ANGEL CUSTODIO DE VISITACIC focurrido algunos meses antes en la ciudad de Madrid s que habia s guido directamente los suceses, el padre Oswaldo cons puié que la protagonists, una joven Vamada Visitaciin Montera, que permane jaa la sazon rechuxda en un lerelatara en primera perso su historia, El tedlogo, que publicd al respecto pintoresco articulo en el diario madrilefio Ya, grab di acidn con el fin de incluirla en su libro Memorias Curioso, cosa que finalmente n ie extrana forma la cin i transcribir literalmente do a cabo. No explicaré jeg0 a mi poder: me lim Tii sabes sin duda. porque eres cura, que antes que a mundo ere6 Dios a los angeles, y que cuando los hom res emperaron a desperdigarse sohre Ia superficie de este planeta, en vista de las movidas chungas que ventan realizando sin parar, alli quiso el Creador darnos a cada uno un angel custodio que guiase nuest pasos ¥ 008 sacase de los peligros y las tentaciones. Y también es del dominio piiblico que, a pesar de la perfeccién que van por ahf pregonano que tine, el Padre Elerno meio como quien dice la pata, y ya sé que perdonas por la forma de sefalar, porque mas de un angelito I na. y sino ahi tienes el ejemplo mismamente de Luci 1, Asmodeo, y Beleebii, y Gomaray, y Bechet y toda la basce de angeles que quisicron ser rebeldes y subir al paraiso mismo para no S¢ qué rollo, que si estaban tan bien y eran tan guapos como la Biblia asegura no sabe tuna qué earajo sban a buscar total tres 0 cuatro nubes mas arriba, Digo todo esto no porque esté ast como zumbada, que es lo que sostienen las tts de aqui, y ellas al contrario de lo que la mayorfa de lag son de piedra, algo asi como espiritus perfectos que un- "Pues bien, quiso el Altisimo, « tan alto que no ve muy bien las cosas del suelo. 4 {que en mi barrio como.en los demas se les lama alos mendes que la tienen shor levuntadayIuego tambien principio, aturaimente,aquello no fue problema, se Famente porque el al angel dela guard no atesoraba en su espiritual esenca el sul vino de Ta pederasti, y mientras fui chinorri nada ocurri Quist también la fuerte que mi viejo, on modesto comerciante de la cale San Bernardo, fuese uno de esos cadlicos a machama ill de los que la gente lama, no sin razon, beatones 0 de que cuando me leg el primer menstruo yo pensaba que los nenes fos traia una ciglea desde Paris en 1a thismisima punta del mirlo, que marchaia por las calles asi se le pasara la hinchaz6n, fijo. Pero el tiempo fue pasando ¥ las earnes se me fueron empezando a poner Tedondas, que td mismo po ‘mano que este cuerpo que se c moco de pavo, antes al contrario. pece a desarrollar un culito y unas fue hacian la boca agua. Y ahi empecé yo a notar histo Fis mosqueantes. El printer desliz angélico que recuerdo me oe roche cuando, arrodillada junto ami cama con el pijama Ya puesto, rezaba esa oracidn tan capulla que dice Angel de la guards, dulee compa, to me dejes sola nde noche nt de dia Vale, pues nada més terminar de orar senti un beso en los labios que mira, macho, me dejé colgadisima. Me quedé de marmol, porque estaba, naturalmente, sola en is habitacion, y no pude imaginar de donde habria salido quella boca misteriosa que tan delicosa caricia me re sald. Apenas dorm{ en toda la noche, y en mis ensuetios de duermevela se mezclaban fantasmayéricos labios 10 jos flotando en ef ambiente, sensaciones desconocidas {que me rodeaban, y euapfsimos chulos con cazadoras de {zero subidos en sus motocicletas y tirando niflos hacta imo de canciones sincopadas ¥ rodea fas ventanas, al dos de hum. En dias posteriores nada nuevo ocurrié, aunque algo dentro de mi me hacia cosquillas cuando cerraba los ojos y decfa eso de «ni de noche ni de dias, y estiraba los orritos como una boba, para ver si de esa manera el fantasma se animaba otra vez y me daba un beso tan embriagador como el primero. Pero al cabo de un par de semanas, una noche en que ya el suefio empezaba a ven: ccerme, sent cierto magreo sobre las nalgas y la espalds tapas por la manta; fue algo muy distint al carinoso ¥ aséptico azotito que papa me daba segundos antes de arroparme convenientemente y desearme dulees suefios («que suefies con Tos angelitos», solia decir, el subnor ga mensajera yen el fondo envidios mnal). Me volvi en seguida, con el corazon saliéndome an ethe gustas, estare en el parque esta tarde por la boca de tanto miedo, pero no ¥i nada. Tuve tiem insadas por el estilO, Per s que ne po sobrado, en las iaterminables horas de insomnio que Hos 9 os cogiamos de fa mano detras de los arboles Siguieron ai acontecimiento, de unir mentalmente Tos wie grucsos, y nos poniamos coloradcs (sobre todo él don saceson, el daculo invite ye futivo mimo.¥ no Blanco ¥ tan rub. ¥ no detamos casi nad, fue muy difiell egar a la eonclusién ‘ambas Ba ece-ehucu nugsiros_ corazones.Tatiend cosas me habfan sido hechas por el mismo fantasma, E fuertes ¥ nuestras pupilas encendidas. Y v0 nc 5 acojonamiento que me inund6 tenia, ahora pu {que mi amiguito era algo bobochorra. 0 tan nilio 0 q To con seguridad, algo de agridulce. Per Maeva de él algin beso 0 algin roce 0 algsin tuna chavalita de trece afios que comprende Pijcmto caliente como los del fantasma. que me hicieran que es visitada por un espectro: como pu starme y alegrarme Toca, tronco, y no las gilipolleces que dicen que he hecho aera eefealo me miraha muy ruborizado ¥ decia para meterme aqui dentro, en este punietera asilo de de tonterias como «hoy escuché en la radio que a partir de mentes mafana sube el precio del metro». o «mi padre ha pro- ‘Con el tiempo los signos se fueron sucediendo muy etido Hlevarme el proximo salbado al Campo del Gas a espaciadamente, y casi podria decir que me iba acostumy ter luchan. De todas formas yo le apreciaba » pensaba brando, ya un pellizco en un musio al ir por el {jue era tan guapo y tan rubio, ¥ montaba tan bien en su pasillo, el tacto etéreo de unos dedios sobre el busto ine icicle Piente al sentarme en la mesa, un bocadito dulcisimo en ‘Después vino el primer avieo del mas ali. que 90 el cucllo al meterme en el agua tibia de Ia bariera.. Co- taba tan alld. pero ne olvides, tio, que ¥o entonces pen: na Un dia, despues de irmetro de sos bla fe cuanto mas rigida es la educacion de stropellarme tuna chica mas caliente se va haciendo. y no tardé en Se er ee nial siplanicade’ enamorarme de un muchachito alto y rubio como la eer tearretera por la cara, El conductor anduso listo y frend sa, que eso decia la letra de una cancidn cachondisim eee roe justo de nolevarme por detante, Slo un del ano de Ia patata que cantaba Conchita Piquer. Era Susto, comprendes. pero tambien a parti de entonces hijo de un mercero y vivia tres manzainas mis aba han a see my ode la pote que las caricias escatologicas empe mia, Tenia una bicieleta y alguna vez paso frente a mi en nos duces, algo ast como violentas. Los pllizens doian 1 parque del Oeste, donde paseaba con mis amigas, Te verdad. y los azotes en el pompi parecian bofetones razén me dio un vueleo. Y ya no pude quitario de mi ospechar que ti fantasma, cv mi alma en pena. o el do pasaba, tan rubio y tan delgado, con su bicicleta call aoa ar is de'm amistad con el hijo del mercer Te ahorraré ahora, colega, ia topica secuencia de ami: tan'claro. tan espantosamente claro y posible: mi amige ¢l de la bicicletay yo estabamos en el parque det de un bol, como siempre, y él debiéechatle valor 0 yo me le puse tana tre que no pudo contenerse y me abrazo y me bes6. jAh, que indescriptible feleidad me asalte Svan comprend que sausia enscin dt venir de un ser de carne y hueso! Pero no siguid;torba do pos atrevimieno, mi amigo se lvanto de gape mir6 a un lado y a ott como salpuien le hubiera prop nado un capén en lo alto del coco, y despues diigt sus pada, precio evant sbi) ue in despre enconteé la rueda delantera de su miaguina se despren 46 como por ensalmo, y dio con mi atnibulado y recien perdido troneo en el duro suelo. A consecuencie dela aida comena6 a sangrar por la boca ya quejarse de un brazo. Suerte que algunos coleges suyos que por al ha bia jugando al futbol lo reeogieron y lo levaron a 3 hortorizada, la raz6n de la caida: las palometas de Ia rueda delantersestaban t destorailladas. tenia el negro presentiento de que algo muy grave tha a ocurrir entre mi fantasma y yo. Lo notaba por ean biente tenso que la ldmpara sobre la mesita de noche iluminaba eon difeutta. Se respiraba igual que antes de las grandes tormentas, habfaumaire eleetizado, Por fin un par de horas después que mi viejo me haba deseado buenas noches, como slit, In apancion se produjo, Co men por un punto de luz azulenca alos pits de In cama au se fue moviendo teémulo en el ambito del dorm ‘etiniiva. Después toda la habtacion se lumine con Un Ini la figura de un joven musculoso de pelo muy largo y rosiro afeitado, cubierto por unos ropajes brillantes ¥ vaporosos de los que sobresalian, a sus espaldas, dos alas grandes y fuertes y limpias, que temblaban produ: Sendo una especie de rumor de pajaro agazapado, El honor de to esconaeido me impo’ mone un slo musculo, apenas podia respiar. pero desde que la vision eS gor complet nevme cupo dida alguna de que mquello era nada menos que un angel en todo su esplen dr Se supone que una, acostumbrada las lecturas pis dlosas, y al Corpus Chiat la Biblia y el bla, ba, ba {endia que haberse postrado de rodilas dciendo shia seen sopin tu palabra» o cualquier soplapolez por et tstilo, Pero aquello era impresionante, Wo, me temblaba todo el cuerpo. Una vez que ya se hizo materia total el fingel dio un paso hacia ml. Ahora recuerdo claramente Gque estaba buentsimo, con el pelo tan largo y la barilla fin aflada, y aquellos alones musculosos que parecian tenet luz propis «Paes tamente un angel. pense {hen de los pes ala cabeza, En mi atolondramiento, en tn pavor, me gusto mucho més que el hijo del mercero Goad va'aparar, era tan fuertoe y as como tan macho tan demasiado, imaginate, coleg, jun espirity cclstal Tn seguida se incling hacia mi, y con una Vor ronca y profunds murmurd: «He sufrido tanto, Visitacion fnial» Luego se despojo de su tinica, y ahora me io yo fe todos aquellos que dicen que los angeles carecen de Stributossesuales 4a, jay js, porgue el angel aguel de a tuarda mio, dulce companto, ete, estaba en poresin de En atributo grandote y euapo, de cabeza colorada y ro Sleado de plomitas muy pequefas de aspecto suave. que pouiblemente por ser el primero que me era dado con Femplar, me impresiond mucho més de lo que hubiera Sido razonable,y cuando elesprtu se acercO mas amy tne dio. en unaliento entrecortado: «ave, Visitacion, no temas, amor mio, que no te va a doler, Is aguantade fat de mi terror se rompicron ) empece a gitar con to Ute mis fueraas,sembrando la alana en toda la casa 3 dlesencadensndo un mogollon de carreras, puertas que an, estentoreos aulidos pregunta do que donde estaba el fuego, dolorosas luces repent los ojos aun semidormidos y. finalmente, el rostro congestionado de mi padre diciendo que qué pa: saba, que por que gritaba de esa manera, que tripa se me habia roto, El angel se evapors, con la mirada so Prendida y tristisima, al primero de mis gritos. y Tue como un dolar que se me pezd a la piel § salpicd les Paredes de la habitacién con una explosibn silenciosa de Fepentinn ddemés es ya mas bestia y ereo que ti Io sabe Gritaba tanto y tan sin tregua que pensuron que estaba cendemoniada. La histeria se apodero de mi entia tanto dolor y tanto placer a i mi que entre un aullido y otro no tiempo dente abia si aqu araiso o el infierno, Pero ri siquiera entonees estuve loca, Sélo que la idea de que tenia un ingel dentro de mf cera demasiado grande para mi pobre cabecita de mucha cha ignorante. Llamaton a un exorcista baboso, me on a la cama, me manipularon durante dias y dias, al fin aquel espiritu enamorado salis de mi. Claro que para ntonces ya habia tenido tiempo de sufrir el castigo Ji 10 0 SU rebeldia y se habia convertido en un autentico demonio horrible'con cuetnos y rabo. pero aun ba forma pavorosa, un instante ant iempre en los abismos del infierno, me pasé junto al ido y me susurr6, en un gemido: «perdona, Visitaciin Y me curé, segan dijo el exorcista baboso, Y me que dé vacia también Pasaron varios meses y m de san. iejo palms en tidad. Recogi fo poco que me dejé'y me fui a una buhay. dilla de Malasana. Era muy joven y muy hermosa. viv de mi cuerpo. Me aficioné a la ginebra y. borracha. bus caba angeles por los arrabales. Lucgo los delirios, las Pesadillas de dia y de noche, Y el arroyo, Y el punte final justo y razonable: e manicomi eabron Pero yo no estoy lov 4 ue pones pienses que estoy pi Sage pore mi a. un éngel bellisimo : por nie malo tambien y ahora seguro que 9 geito de a guarde bob gue perdi fsbo Ou slo, que ste gaa ports aan ini cuerpo tan lindo arrug “ excuchando siempre qu : x ca par nO haber sabido querer a un Sngcl Qu ‘er rebelde por m quiso se Madride 1981. deme on 3 Madi. 1s treme. qu Ow \NTONIOM NOZ MOLINA Marino alz6 los ojos del café y se volsié con disimu hacia las mesas del fondo. Como va habia presentide i muchacha estaba alli, con sus labios sin ado sitio en La interior de lores vivos, hacis “arpeta de st para dejarta sobre ella, examinand 19 monedero de plistico. porque tal yez no es poder pagarse un desayuno. Era tan jo hubigra rasgos definitivos. La nari, 1a boca, los pomu an casi del todo infantiles, y también sus cortos uss mordidas, pero no el gesto con que se arrillo en los labios, ni la mirada, fia en 1a poe bar, casi vidriosa a veces. Dormia mal, desde earn lcgar a tempo al ar y menta diciendo que Heat cmperaban mos temprano.y era probable que i Siquiera fuese al instituto, Como imaginar ese rostro fen una fila de bancas, junto a una ventana, atento a las xplicaciones de alguien. Tlegaba uno 0 dos minutos después de las nueve y se pre en 1a misma mesa, Elo sabia y la espe ado en la barra, hojeando el periodico mientras tomaba el desayuno, La verdad es que ni si duieva tenfa que pedirlo, y que eso Te aba una mo Apenas eruzaba howpitalidad, capi de duu taal elo] donde introuta tn Jo.un seco chasguids era cl, que tenia ens se ceftian al camino entre la oficina y e t pobreza mi Ejerit cuentas numeradas. Un pais taba introduc a tarjeta magnética en la ranura del elo para cruzar su fronter ey err tna plaza donde habia doles {emedioere, Marino sabfaexactame en cada esquinay quien estar mojaban con reverencia sus a Teche con cacao. Se dlesconoeida, porque Marino no se la en pros lugares dé le ciudad, como si todos ambi eh pais casi nunca guna era dif wer feces, Por € m lento proceso de satu eo de un gut rataba de gente tan Familiar como ra se insinud hasta el instante en que aparcee. Se fj en its un dia sin sorpresa ninguna ¥ tarde menos de diez minutos en enamorarse. Veinte minutos después, en la sa habia ofvidado, Le hizo falta verla ala ma: ppara reconoeer en si mismo Ta dis justa ny dh oficina. fetal de desgracia, la sensacion de no ser jov jo algo, una felicidad o plenitud de las quc sone 10 haber perd hada sabia, una noticia fugaz sobre un pais ‘Sentado ante la barra. de es a sentia pasar a su lado. caminand indudable como un golpe de vientc tin fo, El verano se habia adelantado y todo ef mundo Tlevaba camisas de manga corta, menos ela. EI hombre 1 quien esperaba tambien pareca indiferente al calor Ventia un traje marron, de chaqueta cefida y pantakin mente acampanado. evaba siempre chagueta ¥ corbata de mudo grueso ¥ unas gafas de sol, incluso en fs mafanas nubladas. Ella To esperaba dvidamente cada segundo que tardaba en llegar. Se notaba que esperan- Galo no habia dormido y que cuando iba hacia el bar la impulsaba el desesperado deseo de encontrarse ali co ‘el hombre nuns legaba antes que ella. La im. os privilegios de su das ala puerta. Marino acia el fondo, tan 2 como el curso de puntualidad, la indiferencia. era hombria En el curso de dos 0 tres desayunos Marino calcul la historia completa. El hombre tendria treinta y cinco 0 (os fa trataba con tna frialdad exagerada o por el disimulo, Estaba caxado. en el dedo anu far de Ht mano izquierda Marino habia visto su anil Tendria hijos no mucho mas jovenes que ella. 3380 un. Tuefio negocio no demasiado préspero. una boutique Enos suburbioso un taller de aparatos de radio. y se nia a abrirlo en cuanto fa dejara a ella en la parada de algtin nutobiis, aiviado, un poco clandestino. permitiéndose tuna discreta sensacion de libertad y de halago: quién a Su edad no desea un asunto con una muchacha €Om\ sa, quién lo obtien Fe train 1 les de disimular que el tipo sacaba dat bol lizaba sobre la mesa con lt mano cera tretuvieran en un juego infantil. Marin lox espa de dz del amar. Aigunts veces nose quedsbanen el ba Marino vio que la chica levantaba bruscament los ojos fidadosy enrojecidos por el insomnio hac la de esta, El hombre estaba para en calle, con as manos en los bolls, as gatas oscuras Ta corba fo como si tambien él hubiera pasado una mata noche ¥ cuando supo que ella fo habia visto Te hizo me oe tras él : Sear a Ella tampoco lo sabe. Marino, que padeia una itmiuada capaciad de ve Yy que a fin de mes debi : vom Marino a veces tenia indhiles arreb imperceptible en su némina, De igual modo, sl volver se retrasaba un solo minuto el ordenador le descontaba y lo peor ro era el perjuicio econémico, dificil ¢ paz ya tan baja, sino el oprobio de saber fualidades més sutiles quedaban autor ronal. Por es0 Marino preferia salir tradas en su ficha a desayunar con unos segundos de retraso, ¥ volver con in margen de tranquilidad mas amplio, un minuto 0 dos. y cuando daban las nueve treinta el ya estaba sent ddo en su mesa, ante su maquina de escribir, chupand lun pequeho caramelo de menta, porque ya no fumaba Endole punta s un lipiz hasta volverlo tan aguch oficina habia quien le Hamas en oma un bisturi. En woz baja esquir Marino paso tres dias sin atreverse a sitio de siempre. Se avergonzaba, cast enrojecta sl recor a cara con que Io habla mirado el camarero cuando 6 los eatés. Le habia sonreido, pensaba, como adi vinindole un vicio seereto, sin duda lo tomaba por uno dde-esos hombres madutos y sombrios que se apostan tras Tas tapias de los colegios de nifas. Esas cosas eran inered es, pero ocurrian, Marino leia de vez en cuando sobre ellasen las erdnicas de sucesos y en una revista de divul- acid Sanitaria a la que estaba suscrito, 'Y tumbien era espantosamente posible que el camare ro, sin malicia, le hubiera hablado de la la muchacha ana situacidn singularmente vidriasa para todos, seguro que ella sospechaba algo y se burlaba, y el hombre podia tomar a Marino por Un competidor, uno die esos espias famelicos del amor de los ottas, De que le ino forjarse una vida respetable, obtener un puesto de trabajo para siempre y cumplir sus horarios y {us obligaciones con fidelidad impolut, si un solo gesto, Si un antojo irreflexivo lo puede arrojar a la intemperic edito. Durante tres dias, provisionalmente des terrado desu bar de costumbre, Marino sobrevivig entre hnueve y sueve y media « un desorden semejante al que provocan las riadas. Tardé més tiempo del debido en encontrar otra cafeteria, El aire olia turbiamente a ta J suelo estaba sucio de serrin, el café cera lamentable, los croissants aBejos, et piiblico deseo novido, los camareros hostiles. Ast que volvid a la ofc na con dolor de estémago ¥ con tres minutos de retraso, Ya la matiana siguiente cambio de bar. pero fue init el tercer dia ni siquiera desayund, sumido ya en el aban ono enfermizo de la melancolfa, como quien renuncia a ‘oda disciplina y se entrega a Ta bebida. Paso la aciaga media hota de su libertad dando vueltas por las calles proximas a la oficina, examinando desde fuera bares Uesconocidos, como un mendigo que si se atreve a en trar ser expulsado, mirando rostros de muchachas apresuradas que salfan de los portales con earpetas de colores vivos asidas contra el pecho, sin verla nunca a fexacta de que fa estaba buscando, jnutos, despues de subrayar con tinta roja el titulo de un expediente, decidio que se rendfa a una doble evidencia: estaba enamorado. no ha bia en la ciudad otro café como el que le dalsan en su bar ella, sin darse cue ‘A ls diez y diecinueve de siempre Al dia siguiente lo despert6 la excitacidn del re ‘gual que cuando era més joven y no lo dejaba dormir la proximidad de un viaje. A las ocho menos tres minutos, ‘a estaba en la oficina, antes que nadie, no como esos bohemios que aparecfan jadeando y sin lavar las ocho y cinco, mintiendo indisposiciones y disculpas. Marino Jos miraba con profunda piedad, con cl als como ellos, ¥ seguia aflando Tas punta Aquella maflana partid varias, si bien el prestigio meno {que le habia ganado su pericia en esa tarea se mantuvo inalterable, pues nadie se dio cuenta, Matino reprobaba el sacapuntas y usaba siempre, con delicado anacronis: mo, una cuchilla de afeitar A las ocho cincuenta y siete, contra su costumbre. ya se habia puesto la chaqueta y cerrado con lave el cajon de su escrtorio, donde guardaba los lipices y la cuchilla fasi como varias gomas de borrar tina } lapiz y un mucs trario de grapas de diversos tamatios. Ay cincuenta y nueve ya estaba al acccho frente al reloj digital de fa oficina con su tarjeta perforada en Ia mano, esperande fl instante justo en que aparecieran en la pantalla la hueve cero cero, Cuando sia por fin el deseada temblo rojizo de los nmeros introdujo fa tarjeta en la ranut con la misma gallarda exactitud con que hinea un tas banderillas en la cerviz del animal. Pero Marino es taba enamorado ¥ le era indiferente hasta su propa p Ta muchacha ya estaba en el bar. dulce patria habfa quitad an tito. La inichacka ena oa en el bar yl mirab Mis paliday dey do pantalon de raco amano un basto fers bhado él mas en su p cinada que nunca. con Uns Sobesalian con descuido los fald debia perteneeer 3 un hombre much EL pelo liso y descuidado le tapaba los ojo viada en Ta inmésil desesperaciin, en fr soledad el Cada vez que aparecia ta silueta de alguien teas hs cristaleras del har la muchacha se ergula com si reco brara por un instante la conciencia. En realidad no habla mirado @ Marino. no parecia que pudiera mirar nada 2 nade. tan solo despertaban por Um instante sus pupHlas para permititie comprohar de nuevo que quien elles aba ya no iha a venir. A tos nuove y vente se mar ho. Ola cat itangiblemente a sudor tbo evand pas junto a Marino, que solo se ar Tesago una bie dijo amar Marino ssitio con fervor. Merceer as confidensias ba en gran parte or a nothe, hacia ls lie, cuando vovia lio nocturno, vio desde el autobii resultaba conocido, Antes de que su memoria terminara de reconocerlo ya lo habia identifiead el reneor. Cami naba solo, con fas manos en los bolsillos y la chaqueta mente bajo el chaleeo marrén. Desde hacta afios nadie que tuviera un poco de decencia llevalba tan largas las patillas. Marino, sobresaltado, buscé en Is acera a la muchacha, y al principio obtuvo la d ro luego el alt= de no verla. El hombre qued6 atris. tobiis se detuvo en un seméifora y los mismos rastras que Marino habia visto un minuto antes se repitieron sucesi vamente, como sie tiempo retrocediera al pasado inme on frectiencia inquietaba a Marino diato, senscién qu fouando iba en autobis, ‘Ahora si que la vio. Caminaba tras él, vestida ex mente igual que por la mafana, con los faldones arru {dos de la camisa cubriéndole los muslos, con la carpeta entre los brazos, mas faigada y palida, mas obstinada en { desesperacidn, como si no hubiera dejado de seguir al e desde las ocho de la hombre y de busearlo initilmen mafiana, despeinada, sondmbula bajo las Iuces de la no. che, invulnerable a toda tregua o rendicin. El hor ni siquiera se volvia para mirarla o esperarla, tan s desu lealtad como de la de un perro maltratado, a lla, 4 todo, Se abri6 el semaforo y Marino ya no los Ah la tiene usted —te dijo 4 la mafana siguiente el , sefialéndola sin disimulo—. Lleva media hora esperanda. Alguien deberia avisarle a su padte. Silo tiene —dijo Marino. Imaginarla huérfana exae gerabi un poco turbiamente su amor. Asco de vida —sin que Marino lo pidiera, el ca- marero le entrega e) periodico, doblado todavia, intac: to, Estaba abrigndolo cuando un gesto de la muchacha Jo estremeci6 de cobardfa. Se habia levantado ¥ parecié mirarlo y eaminar hacia él, Hevando algo en la mano, un ronedero 6 un estuche de lépices. Pero cuando Hlegs a 1 barra y se acods en ella ya no lo miraba. Bajo el pel, en los pomulos y en la frente, le brillaban gotas de sudor como pequenas y fugaces cuentas de vidrio. Por primera fez Marino escuchs su voz cuando le pedia con urgencia un vaso de agua al camarero, tamborileando netviosa mente sobre el marmol con sus cortos dedos de unas mordidas y pintadas. Ni su voz ni sus pupilas parecian pertenecerle de, cuando t parabl tal vez serfan suyas muchos afios mas tar hubiera nada en su vida que no fuera ite nas cosas lo eran ya, temio Marino, viéndola ir hacia el lavabo: la soledad § el miedo, el insomni, Sin dduda el hombre del traje marsén habia decidide no v0 ver, se habia disculpado ante ella con previsible cobat dia y’mentira, digno padre de nuevo, esposo arrepentido y culpable. Engaada, pensé Marino contempland el reve pasillo que conducia a los lavabos, envilecia, nandonada. Llorando con las piernas abiertas en el re trote de un bar, temiend do, para ocultarlo todo, el siglo ylas diminutas pldoras blanteas numeradas por dias, c los ealendarios. Eran las nucve y dieciséis y la muchach ain no habia salido, Haciendo como que leia el period co, para evitar en el camarero cualquier sospechia de in gratitud, Marino vaticind: «Cuando salga se haba pinta » Tos ojos y ya no llorard y sera como st hubieran pasado cinco afios ¥lo recordar todo desde muy Ie) caso que no hubieran bast A las nueve y veintiuno el camarero ya no reparaba en Marino, porque la barra se habia llenado de gente, y la Ta chica abando: Sinica mesa que quedaba vacia era la d nada: una carpeta rasa con fotografias de cantantes y fictores de televisién, una taza de café. un eenicero con tuna sola colila en Ia que Marino creia distinguir hucllas de lapiz de labios. Pero a Marino ef amor tambicn | borraba los detalles y era posible que la chic tara los labios. Para distraer su impaciencia imagina icido, ef escon. ba secretas obligaciones femenin Jido olor de celulosa adherida star espiando algo que no debia tras una puerta en: tomnada, como oler st pelo 0 su jersey sin que ella supiera Pero nunca salia y el tiempo se desgra ciencia de Marino con el veFtiginoso pa 5 tansfiguraban Ic donde debia fichar al cabo de seis m tran las nucve y veinticuatro, y atin debia pagar su de sayuno y doblar el periddico y cruzar la plaza hasta e portal de su oficina y subir ella en el ascensor. todo To ual, en el mejor de los casos, si se iba ahora mismo, I ‘cuparia més de cinco minutos, plazo att ya imposible, porque el camarero, agobiado por el pt ico, no le hacia ningiin caso, y €i no tenia svelto ms ievia a marcharse sin pagar el desayuno, y quién Sabi Si cuando a las y veintisiete legara al portal no estaria bloqueado el aseensor, desgracia que le ocurria con al: guna frecuencia El pasillo oscuro de los lavabos era como un reloj si agujas. Marino caleulé que Ta chica llevaba encerrad ms de veinte minutos. En su trato con las fraccione: menores del tiempo la gente suele actuat con una cieg inconseiencia, Armand audacia, Marino decidi6 que tenia ganas de orin: eve y veintseis po ria estar en la calle. Como ultima precaucién abservé al camarero: hablaba a voces en mientras lim Hoon i sen conto pawellnieta 7c caalane modo. nadie podria desconfiar del comportamiento de Marino: cualquiera puede bajar de su tabutete y eam par ha Tacia al menos diez afios que no le fata tan fieramen: teel corazén, que no notaba en el estémago ese vacio de hniusea. En la puerta del lavabo de mujeres habia una Silueta de japonesa con paraguas. Estaba entornada y se ofa tras ella el agua del depésito, Eran las nucve y veint Siete y Marino ya no tuve coraje para seguir simulando, Como quien se arroja a la indignidad y al vicio la emp jo. Noto con desesperacion una resistencia obstinada ¢ jnerte. Junto al bide, en el suelo, sin entrar todavia, vio riba, desarbolada coma un tina mano extendida hack Se ha desmayado>, penss Marino. como pequefio. tranquilo o nervioso, Ella protesta, per ten broma, como siempre que le pido un fosteno. ¥ des pues accede ¥'me pasa uno con la cola larga que pron: fo empieza a enrallarse sobre si mismo como las ser pientes. Ten cuidado, me dice. ése es difietl de Gomesticar. y yo me rio porque todo es un juego. ¥ relato en un susurro su rapido curso por mi parpado qué bu ‘Malandrin!,exclama Marta; ibellaco!,exelamo yo, ¥ eémplice y gratificante pia en mi caso, porgue no es facil contener a este fosfeno, espe Gialmente despues de haberle dicho quietecito. & des ansar, que maftana hay que madrugar. His sido justo éntonces cuando se ha encabrtad, como reriminand me con sus brincos mi flexible horiio de desempleado $os desoladosamancceres de enero. las baldosas ras bajo fos pies, y el hastio de cada minuto ea la ofiina,¥ todos los finiles de mes desde mi despio, y estos 2 exealones por los que Marta arrastra cada tarde su cuer po entumacio y sus ocho horas de formularios¥ papel Be caleo. Porgue esta vez sf que me ha ofdo, y aunque con vor melosa me pregunta qué tal, cariRo3, sé que no es nor tial que este fosfeno intente salir por donde no. debe due busque la sala hacia dentro, que se arzoje con ta {Nerea contra mis ojos y resale su cola en mis pupilas como un tga Cuore va conta shirley ante co es, qué volteretas da, di 3 i duede en una lgeraiitacion momenténea y en que no me en mi insomnio sin perdon, mi cabeza dolorida estallando en silencio contra sus despiadados cuerpe DDejo pasar unos minutos antes de preguntar,diligen te: los expulsamnos ya y nos dormimes?.y ella, co hurd, me declare otra guerra sin cuartel por que e Sarlos?,caeaso tienes que madrugar mafana? Enci intemperie, 0 conspirando contra mi, o simplemente ion, ite los devuelvo ya?, porque ella prosgue eon la \s ahi, desharrapado, malévolo, qué pretendes on una alegria imp farsay los melindres.y dice que me envi, cat, ess Inienras le veo cntrar Corea, embestirme con tds In nis intimas y vulnerables con la esp u ciencia del dolor, simul, 1 sé, pero renuncio a transgredir las reglas: se trata de tun juego, un juego nada mds, mero entretent miento incluso cuando ella pregunta qué nombre po riamos ponerle y resparece Alberto en el horizonte de los fosfenos, otra vez ante nosotros el horror de la muer te en la piel inédita, su cordén umbilical ahoreandonos tina noche mas, y la blanca sonrisa inepta de las enter eras, y el stbor de las lagrimas en los labios, y este frido vacio sin final ‘Ojala todo hubiera sido de otra forma y pudiera pensar que Marta no ha abierto un instante los oj fque no me hi buscado sb resentimiento en la oxcuridad, Pero si que los ha abierto, apenas un segundo, lo justo para que no escapen sus fosfenos y pueda seguir ins fruséndolos en la pugna, la desolacién, la amargura, aun al precio de estos minutos de sueno que el eansancio le reclamaré manana en la oficina EE recign llegado esté muy bien aleccionado, este fow eno que insiste en perforarme las pupilas. Yo digo ter no bichito, sin embargo, y utilizo palabras que son de Marta ¥ no mias, admitiendo asf simbolicamente mi de rrota. Da lo mismo, en realidad: hemos alcanzado tal ado de refinamiento en esta guerta que la rendicion i enltega no existen siquiera como convenci6n, ¥ todo procede segun unas pautas nunca enunciadas. pero nceptadas desde siempre, 0 al menos desde que ella em pez a saber que yo sabia que el bichito tierno era un Fosfeno feroz. y yo supe que ella sabia, eteétera Siete anos de penumbra y convivencia son suficientes para otorgarle este restringido derecho a la atrocidad! ta hora de odio eada seis o siete noches, esta ceremo: sin consuelo en la que ambos participamos, opott a cxaca,contrlada Un. 0 ‘Cuando ella diga buenas nacties, cafe y me Des fil, y cua yo EPONA MeN ian nt revs prod AAdvierta eon alivia emo 10s fosfenos jnician uns dapprudente o vacilante antes de ovillarse y despa Solo hasta entonces debo resstr: el ritmo sor Marta en todos los nstantes de mi

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