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¿Puedo Confiar en la Bíblia?

La palabra como regla de vida

Texto: Salmo 119.33-40

Tema: La palabra de Dios guía de vida

Propósito: El creyente vivirá su vida bajo la dirección de la Palabra de Dios

Serie: Puedo confiar en la Biblia

Introducción
El Salmo 119 es el salmo más largo del salterio y solamente lo separa el 118 del más corto que
es el salmo 117. Dos versículos frente a 176 que forman al 119. En este salmo el autor canta
alabanzas de la Ley de Dios, y se esfuerza por enseñar las excelencias de la Palabra de Dios a
la que hará referencia por medio de ocho sinónimos que son los siguientes:

- Estatutos
- Ley
- Mandamientos
- Camino
- Testimonios
- Decretos
- Palabra
- Juicios

El salmo es un reconocimiento de la gracia de la revelación de Dios, y así mismo es una


instrucción a la posibilidad que existe por medio de la gracia del Señor de guardar Su palabra
en medio de una decadencia de fe y moral en la sociedad.

El salmo se escribe en un tiempo en que la voz profética era raramente oída, y en el que se
comienza a meditar en la revelación escrita a las pasadas generaciones de Israelitas. Por tanto
señala a la revelación escrita como Palabra de Dios. Es hermoso recorrer el salmo por medio
de la lectura y la meditación cuidadosa y darnos cuenta que exhorta a aplicar los principios de
la Palabra de Dios a toda situación de la vida. Vemos en el expresiones de admiración, deseos
confesados, reconocimiento de debilidad y confesión de la necesidad de la Palabra de Dios
por parte del escritor Sagrado.

Notamos también que dentro del salmo no existe ningún dialogo entre Dios y el escritor. Dios
no toma la palabra, Dios es un personaje en labios del orate.

Lo que encontramos es a Dios ejecutando las acciones en la vida del escritor del salmo. Estas
acciones son suplicas bañadas de espiritualidad, llenas de deseo por una relación intima entre
el escritor y Dios al Cual busca por medio de la palabra escrita.

Por ejemplo:

v 18 “Abre mis ojos…” – “…y miraré…”

v 27 “Hazme entender…” – “…meditaré…”

v 33 “Enséñame…” – “…y guardaré…”


El salmo viene a enseñarnos entonces que la Palabra de Dios es nuestra regla de fe y práctica.
Es por medio de la Palabra del Señor que conocemos al Dios con quien nos relacionamos,
conocemos su carácter, su voluntad, y como debemos adorarlo. Por medio de la palabra de
Dios conocemos la manera en la que El quiere ser glorificado en nuestras acciones; y nos
apunta hacia una vida centrada en el evangelio. Para esto necesitamos prestar mucha
atención que el escritor del salmo solamente pide, y Dios es quien soberanamente actúa en la
vida de él.

En los versículos 33-40 vamos a encontrar que dos de estas peticiones tienen forma negativa.
Esto nos lleva al primer punto de nuestro sermón:

1. Nuestro corazón se inclina al pecado por naturaleza. vv 37; 39


37  “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.” 39  “Quita de mí el
oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios.”

La preocupación del salmista es el deseo que tiene su corazón de mantenerse en aquello que
es inútil para la vida. El pide que Dios “aparte sus ojos” de aquello que no beneficia a su
espiritualidad. “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.”

La idea que da la palabra “apartar” es la de retirar a alguien de un lugar. Es la misma Palabra


que el autor de 2 Crónicas utiliza cuando el Rey Josías es herido en combate. El texto dice de
la siguiente manera:

2 Crónicas 35. 23    “Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces dijo el rey a sus
siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido.”

El escritor del salmo 119 considera urgente la obra de Dios en su vida para apartar su
pensamiento de aquellas cosas en la vida que apagan su deseo de búsqueda de Dios.
Notemos la petición que él hace a Dios:

v 37 “Aparta mis ojos…”– “Avívame…”

El autor hace alusión a los ojos como expresión de deseo. ¡Aparta de mí el deseo por aquello
que es ilusorio! ¡Vacío! ¡Aquello que no es eterno, que es pasajero!

Nos recuerda las palabras del Señor Jesús, escritas en el evangelio de San Mateo:

19    No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones
minan y hurtan; 20   sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y
donde ladrones no minan ni hurtan. 21   Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón. 22    La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu
cuerpo estará lleno de luz; 23  pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así
que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? 24   Ninguno
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6.19-24)

Enseñanza: El salmista reconoce su tendencia a inclinar su corazón a todo aquello que roba
su atención de la palabra de Dios. El Señor Jesús enseña que aquello que llega a tomar un
lugar principal en el corazón del hombre es el amor al dinero. Una persona puede vivir
engañada creyendo que su vida esta llena de Dios, pero ¿Si la luz que esa persona cree tener
es en realidad oscuridad? El día que es tentado es el día que las intenciones del corazón salen
de la oscuridad a la luz. Por ello la necesidad de rogar al Señor así:

“…Avívame en tu camino.” Este avivamiento es más que vida física. Recordemos por un
momento las palabras de Moisés dirigidas al pueblo de Israel:

3 “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni
tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre,
mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4    Tu vestido nunca se
envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.” (Deuteronomio 8.3-4)

3 Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná, un alimento
que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la
gente no vive sólo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del
SEÑOR. (NTV)

Enseñanza: Somos tentados a creer que para que el hombre sacie el hambre y siga viviendo,
es absolutamente necesario el pan. Ante esta idea equivocada, la Bíblia nos enseña que la
única fuente indispensable de la vida y bienestar del hombre, es el poder creativo, fortalecedor
y sustentador que proviene de Dios, mediante Su Palabra.

“…avívame en tu camino…” es: dame vida por medio de tu palabra, el deseo por aquello que
es vano, pasajero, ilusorio, vacío, me conduce a la muerte espiritual. Dios: ¡necesito que me
des vida conforme a tu palabra!

39  “Quita de mí el oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios.”

La palabra “oprobio” denota una condición social. En este caso el rechazo, la burla que sufría
el escritor por guardar la ley de Dios. Leemos esto en el versículo 22:

22  “Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, Porque tus testimonios he guardado”

El temor al rechazo y la burla estaban presentes en el corazón del salmista: “Quita de mí el


oprobio que he temido…” El tenia miedo del porvenir.

Enseñanza: El evangelio es causa de división, de rechazo, de burla. Andar en el camino del


Evangelio es sinónimo de oposición. No solamente en los paganos, en la iglesia de Jesucristo.
Sin embargo, vemos en el salmista la convicción de hacer lo correcto: “…Porque buenos son
tus juicios.” El esta convencido que lo mejor en la vida es alinearse a la palabra de Dios,
aunque exista el rechazo o la oposición.

Nuestro corazón tiende a buscar siempre lo terrenal. Estamos contaminados por el pecado
original, y sin una obra de regeneración muertos espiritualmente. Más gracias sean dadas a
Dios que nos dio a Su Hijo Jesucristo para que por medio de él tengamos vida. Sin embargo;
existe en nosotros el deseo de mirar nuevamente al mundo y desear las cosas del mundo.
Para esto necesitamos el poder de Dios en nosotros, solicitar la ayuda de Dios para que nos
avive por medio de su Palabra y Del Santo Espíritu.

Ya que nuestro corazón, por naturaleza, constantemente se inclina al mal. Necesitamos


exponerlo constantemente a la verdad de Dios: Estudiando libros cristianos, congregándonos
con otros creyentes, escuchando alabanzas con contenido doctrinal sano, sobre todo,
exponerlo a la Verdad de la Palabra de Dios.

Ejemplo: Cuando una persona es diagnosticada con una enfermedad de generativa como es
el diabetes tiene que evitar ciertos tipos de alimentos como: El refresco, helados, pastas,
alimentos con grasa, etc. Una persona con esta enfermedad que no guarda una dieta tendrá
consecuencias graves en su cuerpo. ¿Qué necesita? Exponer su cuerpo a alimentos que no
elevan el nivel de glucosa en su sangre. Así en la vida cristiana. Sabemos que nuestra
condición es grave a causa del pecado por tanto debemos alimentar nuestra alma con el
alimento solido que es la Palabra de Dios.

2. Perseverar en base a las promesas de Dios. vv 33;34;35;36;38 y 40


Hay una hermosa petición en el versículo 33 que dice así: “Enséñame, oh Jehová, el camino de
tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin.”

El esta solicitando de Dios que: por medio de Su Palabra le muestre la manera en la que él
debe vivir la vida. Notemos que el escribe: “Y lo guardaré hasta el fin.” Se compromete a una
obediencia constante hasta el día glorioso de Jehová.

El no solo pide que Dios le muestre Su Palabra, el pide entendimiento de la palabra.

“34  Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón.”

Es por medio del E.S que el Señor explica a nuestra alma la verdad de la Palabra, una vez
entendida la Palabra el se compromete a someter toda área en su vida a la verdad de Dios.

Enseñanza: Es la gloriosa gracia de Dios que ilumina nuestro entendimiento, no solo para
tener un conocimiento intelectual de la Palabra de Dios, si no con el propósito de vivir por ella
y a andar en ella. Como el mismo pide en el versículo 18: “18    Abre mis ojos, y miraré Las
maravillas de tu ley.” ¡Necesitamos del E. S para entender las promesas de la Palabra de Dios!
Y ¡Necesitamos al E.S para perseverar en las promesas de la Palabra de Dios!

¿Usted entiende la Palabra de Dios cuando la lee? ¿No? Entonces pida entendimiento a Dios.
Notemos como el vincula su petición con el corazón: "Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.”

La motivación debe ser la de glorificar a Dios al obedecer Su palabra cuando se tiene en


entendimiento de ella.

36  “Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia.”

Notamos el deseo de dependencia de Dios. Es Dios quien es el único capaz de inclinar el


corazón del hombre a la obediencia de la Palabra de Dios. “Y no a la avaricia.”

36    “Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero.” (NTV) Por lo regular el
creyente pone su empeño a aquello que le retribuirá.

Ejemplo: Tenemos fuerte gripe, pero no faltamos al trabajo, ponemos todo el empeño en ir. O
estamos enfermos pero hacemos todo lo posible por ir a recibir el apoyo económico que el
gobierno nos otorga cada dos meses. Pero preguntamos: ¿Hermano por que no te haz
congregado? Hay pastor: ¡Estoy muy enfermo!

Razonamos de esta manera: Aquello que me retribuye es importante, aquello que no,
simplemente es secundario.

El salmista pide con todo su corazón: 36    “Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la
avaricia.” “36  “Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero.” (NTV)

Enseñanza: Pidamos a Dios que ponga un deseo fuerte en nuestra vida por vivir en su
Palabra.

Y el añade a esto:

40  “He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia.”

Mi deseo es ¡anhelar obedecer tus mandamientos! El salmista ha comprendido perfectamente


que andar en la Ley de Jehová promueve una mejor calidad de vida. Notemos que la vida esta
vinculada a la Palabra de Dios.

Enseñanza: Cuando el creyente aplica los principios de la Palabra de Dios a toda área en su
vida, tiene una mejor calidad de vida.

1. Aplica los principios bíblicos en el rol de papá y mamá y veras los resultados.

2. Aplica los principios bíblicos a tu relación de noviazgo y verás los resultados.

3. Aplica los principios bíblicos al área financiera y veras los resultados

4. Aplica los principios bíblicos a tus relaciones sociales, por más difíciles que sean las
personas con las que tratas, y veras los resultados.

Moisés le dice esto al pueblo de Israel:

Dt 6.24 “Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová
nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida,
como hasta hoy.”

v40 Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho.

SEÑOR, concédeme tu amor inagotable, la salvación que me prometiste. (NTV)

¡Que confianza!

Al pedir misericordia se esta reconociendo una condiciono miserable.

Para Nuestra Espiritualidad


¿Puedo confiar en la Bíblia? Sí, es a través de ella que conocemos ricas y hermosas promesas
para nuestra vida. Nos encontramos con el Dios del pacto.

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