com/lacanempdf
FUNDAMENTOS
Comentario del Seminario 11
Graciela Brodsky
Curso Propedéutico del ICBA, dictado en 1999
Responsable Docente: Graciela Broclsky
Colaboradores docentes: Marcelo Barros, Eduardo Benito, Viviana Camilli,
Raúl Cürmorn, Alejandra Eiclelberg, Alberto Grunfelcl, María Inés Meinet Pallares,
Graciela López, Fabián Napar.slek, Alberto Saul, Alicia Pico y Alicia Yacoi
Establecimiento y corrección: Marcelo Barros y Alejandra Eiclelberg
Por el comite editorial: Cecilia D'Alvia y Marcela Giandinoto
Versión revisacla por el autor
ÍNDICE
. Presentación de la Colección,
por Leonardo Gorostiza 7
Introducción Propedéutica,
por Graciela Brodsky 9
l. El sí y el no 11
V. La realidad sexual 85
7
"No existe paradoja en plantear la más estricta exigencia para aque
llos que se ponen a prueba en una función de enseñanza sin prece
dentes ya que el saber ensei'íado, si obtiene su autoridad por su cohe
rencia, sólo encuentra su verdad en el inconsciente, es decir, en un
saber en el que no hay nadie para decir 11 yo sé". Lo que se traduce en
lo siguiente: que sólo se dispensa una enseñanza en el Campo freu
diano a condición de soslenerla con una elaboración inédita, por
modesta que sea" .:i
Le quedará al lector de estos Cuadernos del !CBA decidir, cada vez,
cuándo y cuánto hemos podido acercarnos a es La exigencia.
25 de junio de 2000
2 Miller, J.-A., "Prólogo en G1.1ilrtH1courl" (15 de agosto de 1!188), Cuarlernillo del IC/311,
sección "l)onunenlos".
INTRODUCCIÓN PROPEDÉUTICA
Graciela Brodsky
l. EL SÍ Y EL NO
Esta es la primera ele una serie ele reuniones en las que trabajare
mos junlos y que se extenderán durante tocio el año en el marco del
lnslituto Clínico ele Buenos Aires. Les agradezco que estén acá, que
hayan tomado la decisión de iniciar, proseguir o profundizar su forma
ción con nosotros.
· lQuiénes somos "nosotros"? Algunos de usledes ya nos conocen;
otros no porque es la primera vez que se acercan.
En primer lugar, "nosotros 11 sómos el equipo responsable ele los
cursos propedéuticos del ICBA: Ricardo Nepomiachi, aquí presente, a
cargo del curso "Clínica de la neurosis"; Jorge Chamorro, también aquí
presente, responsable del curso "Clínica de la psicosis"; yyo misma,
que elegí para este curso el título "Los fundamentos del psicoanáli
sis", lo cual me permitirá Lomar esle año una seriey seguramenle otra
para el año que viene.
"Nosotros" somos, además, los cqlaboradores docentes que se
ocuparán de alentary dirigir la investigación que ust�des van a desa
rrollar en los pequeños grupos.-Eslán aquí presentes: Viviana Camilli,
María Inés Meinet Pallarés, Raúl Carmona, Graciela López, Alberto
Grünfelcl, Marcelo Barros, Alicia Pico, Alicia Yacoi, Alejandra Eiclelberg,
Eduardo Benito, Fabián Naparstek y Alberto Saúl. Esos somos "noso
Lros'1, los responsables de llevar adelante el comentario de "Los fun
,
damentos del psicoanálisis, .
"Nosotros" somos también todo el equipo docente que está de
trás: Leonardo Gorosliza como director del lCBAy los docentes a car
go de los cursosy seminarios avanzados, de la presentación de enfer
mos, de casuística. Se trata ele un verdadero equipo que, en esta se
mana, comienza a hacer sus pruebas ante ustedes. Ya las han hecho
en otros ámbitosy en otros momentos, pero ahora las hacen ante us
tedes. Como siempre, seg(m la lógica de Lacan, el emisor va a recibir
del receptor su mensaje en forma invertida; es decir, que serán uste
des quienes finalmente van a decidir si estamos o no a 1a·a1tura de las
circunstancias.
Lo que vamos a hacer no se trata de un seminario de lectu1:a tle
textos, donde se trabaja párrafo por párrafoy renglón por renglón para
hacer crecer al texto, donde se lo bate como se baten las claras a nie-
ll
GRAC/cl,1 BJWDSKl'
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FUNDA,\·11:.'NTOS
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Gi?,\CIEI.A J3ROIJSf.T
1 953 1 964
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F°Ul\'DAMEl\'TOS ·,,,r -,.t\"�¡¿ r . . � ,
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asociación psi coanal ítica. Desde que se pide es te reconocimiento
en 1 953 has ta 1 964 pasan once aii.os ; es decir, que Lacan pide el
reconocimiento a l a IPA i i i duran le once años ! ! ! . .·. .
N o s é por qué s e piensa que l a his loria es distinta, como si Lacan
se hubiera ido diciendo: " i guerra a la IPA! ,,. No. Lacan quería ser reco
nocido por la IPA, su grupo, es cierto que no hacía lo que se le pedía
que hiciera para ser reconocido por ella; es decir, no es taba clispues lo
a seguir exactamente las indi caciones .
La I PA fundó un comité (exactamente igual que lo que ahora ocu
rre con la SAP) . Era un Comi té Internacional que tenía por tarea eva
luar las actividades del nuevo grupo durante un cierto tiempo y dicta
minar si es taba en condiciones de ser reconocido o no. Mientras tan
to, le habían dado el es tatuto de "gru po ele es ludio" . El responsabl e
del Comité era el Dr.Tui:que t, que ha pasado a la his toria del ps icoaná
lisis por es ta anécdota.
De 1 953 a 1 96 1 no tenemos muchas noticias ele lo que pas a. Hay
cartas , informes , cues tiones ins ti tucionales . Pero si us tedes quieren
tener una idea de lo que le pasa a Lacan, pueden l eer los textos de esa
época. Pueden ir a tres textos de los Escrifos que dan cuenta, por un
lacio, ele las tratativas burocráticas que llenaron esos años (que man
da una carta, que le clan una carla, que lo apru eban, que no lo aprue
ban) . Pero, por otro l ado , es los lexlos también dan cuenta de la re
flexión ele Lacan sobre el movimiento ps icoanalítico., Me refiero a " Va
riantes ele la cura-lipa" ( 1 955) , "Si tuación del psicoanálisis y forma
ción del psicoanalista en 1.9 56" y " El psicoanálisis y s u ens eñanza ".
Son los tres textos que permi ten en tender qué era l o que se j ugaba
entre 1 953 y 1 96 1 , no sólo desde la perspectiva burocrática, sino tam
bién desde la teórica.
" Variantes de la cura- tipo" es un texto que Lagache l e pide a Lacan
para ser incluido en la Enciclopedia Médica. Lo primero que dice La
can es que le parece ridículo pedir un texto que se llame así, porque si
son "variantes " , no s on " tipo" , as í que en el título mismo hay un pl eo
nasmo que da cuenta del dis parate de lo que se le propone. Son vein
te páginas donde des troza..el concepto de "variantes de la cura-tipo" .
Por supuesto, la Enciclopedia 1\1/édica no l e publica el texto que, en ese
" tira y afloj e " , queda guardado has ta .que lo publica el mismo Lacan.
El s egundo texto, "Si tuación del ps icoanálisis . . . " de 1 956 es de un año
después ·y el tercero, "El psicoanálisis y s u ens eñanza" es de 1 957.
En 1 96 1 el Comité ele Evaluación se expide. La cues tión se dirime
entre Congres o y Congreso. En 1 96 1 hay un Congreso de la IPA del· que
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GR,IC/El,\ BROOSKI'
Lacan, junto con otros, espera una respuesta . . lQuiénes son esos otros?
Son Lag ache, Dolto, Perrier y otros nombres conocidos en el psicoa
nálisis. En esa ocasión, en el Congreso ele Edimburgo, la Comisión no
aprueba al grupo, posterga la cuestión para dos años después (cuando
se realice el próximo Congreso) y redacta lo que será tenido en cuenta
durante esos dos años y evaluado nuevamente en el próximo evento.
Es un texto que se conoce como " Las recomend aciones de
,,
Edimburgo (simplemente porque el Congreso se realizó en esa ciu
dad) . Las recomendaciones que la Comisión y la I PA en general le
hacen al nuevo g rupo son las siguientes:
primero: "todo análisis didáctico debe llevarse a un ritmo mínimo
,,
de cuatro sesiones por semana . Segundo: "las sesiones deben durar
11
al menos cuarenta y cinco minutos • (No voy a leerlas todas) . "Los
estudiantes no deben asistir a los cursos de sus analistas sin la autoriza
ción de la Comisión ele Estudios y, de todos modos, no al comienzo ele
,,
su análisis personal; la Comisión de Estudios debe estar informada . . .
El punto 1 1 le toca a Jenny Aubry (a quien está dirigida una famo
sa carta de Lacan sobre .e l análisis con niños) . Este punto dice así:
" . . . que hasta nueva orden, la enseñanza del psicoanálisis de niños
se considere inexistente, hasta ·que un programa totalmente renova
do y completado se elabore y someta a la aprobación de la Interna
11
cional, que ofrece su ayuda respecto a este punto • Esto era para
F. Dal lo tambié n .
Punto 1 3a: "que los doctores Dolto y Lacan s e distancien progresi
vamente del Programa de Formación y que no se les remitan nuevos
casos de análisis didáctico o de control 11 . Punto 1 3b : "que toda modi
ficación en la siluación de los candidatos de los doctores Dolto y La
can -actualmente en análisis o en control- se discuta en el Comité
,,
Consultivo antes de cualquier iniciativa al respecto .
Esta es entonces la situación en 1 96 1 : por un lacio, l a recomenda
ción del setting , cuatro sesiones como mínimo de cuarenta y cinco
minutos, prohibido que los alumnos presencien los cursos de sus ana
listas. Y algo más, ya no tan general: que Dal lo y Lacan queden fuera
de la fo rmación, que no se l es remitan casos ele análisis, didácticos o
controles; es decir, quedan afuera del sistema de formación ele analis
tas. La situación sigue h asta 1 963. Son dos años de tratativas. Turquel
dice: " Si lodo continúa as í, es to se arreglará compl etamente " . Se
aproxima el Congreso de Estocolmo, la fecha decisiva; y es evidente
que en el nuevo grupo hay una escisión in terna, pues algunos han
entendido que la única forma de obtener el reconocimiento de la I PA
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Ff lNDAMf:."NTOS
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GRr1c1E1.,1 B«oJJsgr
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FU,\"/Jrl,\·/1,NTOS
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GR,lC:IEL,l BRODSKI'
cla cierta noticia [ s e refiere a que fue tachado de la lis ta ] , creía que
este ,año podía darles lo que les he dado desde hace diez años. Mi
seminario de hoy fue preparado con el mismo cuidado de siempre ,
con el mismo cuidado que cada s emana de"s de hace diez años pus e
en él . No creo poder hacer nada mej or que des arrollarlo tal cual , ex
cusándome de que no vaya a tener con tinuación" .
Viene en tonces e l s eminario cuya hoj a mimeografiada circula por
Lodos l ados y que termina así: "No es toy aquí para alegar en mi favor.
Sin embargo, debo decir que habiendo confiado desde hace dos años
enteramente a otros el manej o en el interior ele un grupo ele una polí
tica, para dejar a lo que tenía que decir su espacio y su pureza, no
hubo, en ningún momento, pretexto para creer que no había diferen
cia para mí entre el sí y el no".
· Se cierra un capítulo. Es noviembre ele 1 963 y el 15 de enero de
1 964 Lacan retoma s u enseñanza en otro lugar: en la Es cuela Normal
Superior, donde lo l leva Al thuss er. Y se lee en es ta primera lección de
El seminario 1 1 l o s e n tido de L a c a n , aun cuando ya no es tan
impactante. Agradece que l e hayan daqo lugar. " . . . de nobleza se trata,
precisamente, cuando el asunto es dar acogida a �lguien en mi pos i
ción: la de un refugiado " . Lacan se pregunta en la primera página de
la lección: "lQué me autoriza a s eguir mi s emin ario?" Y dice: " L a
cues tión l a dej o p o r el momento en sus pens o " . Agrega un poco más
larde: " 1-Ie ·sido n egoci ado" .
Es cierto: e s su nombre lo que e s obj eto de l a negociación, que
pasa por si se lo deja o no dar el s eminario. Es una negociación que
gira alrededor de Lacan y de Dal lo. Di ce finalmente que ser negocia
do es lo propio del es tatuto humano. Todos s�mos negociados a cada
momento. Es lo q ue Lévi-Strauss des cubre con las l eyes elementales
del parentes co: el intercambio de muj eres . Todo el intercambio social
es una negoci ación: dar algo a cambio de algo. Dice Lacan que la
política, en última ins tancia, no es otra cosa que s er negociado en
grandes paquetes . Cuando se decide entrar en guerra, uno es nego
ciado en grandes paquetes , uno no es consul tado uno por uno, no se
hace un plebiscito, por ejemplo.
Pero Lacan dice algo más : que ser negociado no tiene por qué sor
prender a nadie: somos negociados todo el tiempo. Es el principio de
la vida social . "La si tuación, no tenía pues, a este respecto, nada de
excepcional , si se des carta que el hecho de s er negociado por cole
gas , y has ta alumnos , como l os llamé antes , recibe a veces , vis to des
de afuera, otro nombre " . Y no lo dice.
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FUNDAMENTOS
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G11,1crELt1 Bnoosi:r
Por supuesto, la historia sigue y llega hasta los años 80, donde se
disuelve la Escuela Freucliana ele París y se crea la Escuela de la Causa
Freudiana que dura hasta nuestros días. Pero el segmento que nos
i nteresa para captar el clima de El seminario 1 1 es el que señalé antes.
Esle trabajo de ubicación contextual no es algo que se realice con
lodos los seminarios. Hacerlo con éste, tener presente las circunstan
cias de tacan y del movimiento psicoanalítico en ese momento 1 per
mite entender muchos de sus párrafos que, si 110 1 resulladan oscuros.
Voy .a dar simplemente un ejemplo para ver la utilidad de tener
presente el panorama antes de entrar en el detalle del comentario.
En el primer apartado del capítulo I llamado " La excomunión" La
can se pregunta qué es, finalmente, el psicoanálisis. Es la pregunta
que cada uno ele ustedes tiene en el fondo del corazón y que nos pone
en aprietos cuando la formula alguien de afuera, pues no es fácil res
ponderla. Lacan se lo pregunta hasta el fin ele su vicia y nunca dio el
lema por cerrado. Acá retoma eso y dice: " Hace un tiempo, irónica
mente, dije que el psicoanálisis era el tratamiento brindado por un
psicoanalista". Se·está refiriendo al texto del '55 " Variantes de la cura
tipo'' i al terminar el primer apartado que se llama " Una cuestión mur
ciélago: examinarla a la luz del día". Es muy gracioso, porque parece
que se está refiriendo a una encuesta que se hizo y se dio a conocer
en un Congreso de la lntemacional 1 donde se preguntaba al
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FUNDA,llf:NTOS
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Gu,1c1c1.,1 13tmost.:r
Intervención : (inaudible) .
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II. LA SUPOSICIÓN DEL SUJETO
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GRAC/él,\ BRODSK}'
TRANSFERENCIA P ULSI ÓN
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FUNDAMENTOS
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GUAC/1:l,1 BROIJSIIT
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GRACIELA BRODSKr
o
lQué es lo que Piaget observa sin sacarle las consecuencias que
Lacan observa? lQué es lo que impide que ese niño se pueda nom
brar como uno entre los otros de la serie de hermanos? Piaget piensa
que es un momento de la evolución. Lacan dice que eso forma parte
del estatuto del sujeto. Para el Otro, contado por el Otro es uno entre
otros, es uno más entre otros, ya se trate del Otro ele la familia, o del
Otro de la antropología estructural que lo observa como un caso de
estudio.
Ser uno entre otros es exactamente lo insoportable para el sujeto.
Hay algunas indicaciones muy interesantes en el comentario de J.-A.
M iller sobre este párrafo. " Uno entre otros" es el pecado de la interpre
tación, pues lo peor que uno puede hacer cuando interpreta es mos
trarle al sujeto: "finalmente, usted es uno entre otros, usted es un his
térico entre tantos histéricos; entre tantos histéricos, lo que a usted le
pasa es el · trazo diferencial que permile que la mudez de la hija sea
agrupada bajo el signo de la histeria" . Así tienen ustedes una histeria
entre tantas.
Este sistema clasificatorio que tiene la estructura de "uno más del
conjunto" (el pecado de la interpretación) sigue la lógica de ese mo
mento peculiar e instantáneo donde el sujeto no sabe dónde colocar
se y dice: "Tengo tres hermanos ... ". Es decir, se coloca afuera. Pero es
un problema, porque uno de estos tres hermanos es él mismo. Enton
ces dice: "... Pablo, Ernesto y yo". Es decir, está al mismo tiempo afuera
y adentro. Se ve bien cómo en este funcionamiento pautado, estable
cido, presubjetivo, previo, el sujeto no sabe dónde diablos ponerse, se
trata del "no sé dónde ponerme".
Para un sujeto, ubicarse en su relación de hermandad con otros no
es nada sencillo y se desconcierta. La antropología estructural no loma
en cuenta este fenómeno. No toma en cuenta que en esa dis tribución
presubjeliva anterior al sujeto, éste puede perderse. Lo que la antro
pología toma más bien en cuenta es ele qué manera el sujeto está
sujeto a eso y no puede salirse de ahí, lo cual es cierto. Si ustedes
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FUl\'DrlMl:."NTOS
juegan a los dados , hay toda una cantidad de es trategias que uno pue
de hacer. Digámoslo mejor: si uno j uega al truco hay Lada una canti
dad de suposiciones que están en juego: si miente, sf no miente, si es
tramposo, si es pescado en la mentira. En fin . . . Uno piensa que hay
una estrategia del sujeto en j'u ego, pero hay ciertas redes ele las cuales
el sujeto no . puede salir; por ejemplo, no va a s acar una dama de Lré
bol si es lá jugando al truco.
Es decir, que todo el azar, Lodo el juego subjetivo es tá permitido,
pero dentro de un marco significante del cual el suj eto no puede esca
p.a rse, porque no forma parle de la batería de carlas una dama de
trébol . Lo que sí puede es jugar el as de bas tos y el as de espacia, pero
nunca va a sacar la dama, pues es taría fuera de las reglas del j uego.
Es to es lo que dice la antropología estructural : hay un marco signifi
cante dentro del cual se dan Lodos los recorridos posibles , pero no se
puede ir más allá.
Lacan usa la lupa para pensar la cues tión del inconsciente, pero
no- en esle aspecto que sería la cues tión de sus leyes . De hecho, hay
tocia una reflexión en estas páginas sobre l a ley, porque tiene que dar
le una vuelta a lo que él ha formulado sobre las l eyes del lenguaje. Son
és tas las que es tán puestas sobre el tapete en estos primeros capítu
los.
Desde el punto de vis ta de la lingüística, tenemos dos posibilida
des . Como los s ignificantes se entretienen entre sí, juegan solos (S 1
S2) se agru pan uno con el otro en una rel ación de contigüidad; no
sabemos qué quieren decir, pero si hay dos tenemos la posibilidad de
que el s egundo defina lo que quiere decir el primero; es el efeclo re
troactivo de la significación.
La otra posibilidad es que los significantes también pueden com
binarse así, uno arriba de otro:
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GRACIF.I.A /3RODSKI'
hay eso -el tropiezo- que Freud concluye, por deducción, la hipótesis
del inconsciente. Es to hace que , efectivamente, haya que plantear al
inconsciente como algo en lo que hay que creer. Y no pensar, por ejem
plo, que cuando uno dice algo en l ugar de otra cosa es porque es tá
cansado, porque es una fall a de la atención o de la memoria. La hipó
tesis del inconsciente es la hipótesis de Freucl para explicar esos tro
piezos.
Desde es ta perspectiva, lqué le pas a a un sujeto cuando tiene que
colocarse en la relación de parentesco? lQué le pasa a un sujeto cuan
do se enfrenta al j uego lingüís tico de la me táfora y de la metonimia
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FUNDAMENTOS
las cosas?
Esta es la perspectiva del inconsciente que le interesa a Freud, no
el inconsciente de la lingüística ni el de _ la antropología, no el incons
ciente de las leyes del lenguaje. El inconsciente que le interesa a Freud
es el que obliga a la suposición de un sujeto. Y la novedad que Lacan
despliega ahora en este ser�1inario -porque se había referido a esto
antes-, es la diferencia entre el inconsciente y el s ujeto del incons
ciente. Soy muy sensible a esta distinción porque mi primera pregun
ta cuando empecé a estudiar la obra de Lacan fue: "lqué es el sujeto·
del inconsciente?". Ya he contado en otras oportunidades que solía
ser pesada con esa pregunta, porque no entendía qué era; y torturaba
un poco a la gente con quien estudiaba preguntándoles eso para que
me lo expliquen. Cuando encontré la explicación de Lacan acá, ter
miné de entender algo que era una deuda conmigo desde hacía algu
·nos años.
En el mismo párrafo que les leí del primer apartado de ce subversión
del sujeto . .. ", donde Lacan dice que los mecanismos del procesq pi·i
·mario son los mismos que nos entrega la lingüística (es decir, metáfo
ray metonimia), termina diciendo: " Una vez reconocida en el incons-
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GRACll:.'Lrl BRODSKI'
36
FUNDAMENTOS
Les adelanto algo que vamos a ver en este seminario y que forma
parte de lo que se escucha y. se lee.
Se puede concebir el inconsciente de una manera diferente. En
lugar de pensar· que hay un segundo significante que le da sentido al
primero y que ese sentido no se entiende de ninguna manera, pode
mos concebir que el segundo significante es igual al primero y le po
nemos el mismo número para que se vea que es igual. No es S2 • Es S 1
y S 1 y S 1 • Este significante no tendría la posibilidad de resignificar nada
del otro, estarían casi desconectados, no formarían una cadena. For
marían -Lacan lo dice algunos años después- un "enjambre", un con
jun�o de cosas que no forman una cadena ele modo tal que el segun
do eslabón redefine al primero y el tercero a los dos primeros y el
cuarto a los tres primeros. Formarían, en cambio, un enjambre.
Con esta otra danza, con esta otra manera de funcionamiento del
inconsciente, la hipótesis del sujeto no sería posible. No voy a explicar
esto, pues corresponde a seminarios muy posteriores. Pero quiero que
entiendan que la hipótesis del sujeto que Lacan formula en este semi
nario, es so�idaria de una forma de concebir el inconsciente. Y una
vez concebido así, con una estructura como la del lenguaje, lqué cla
se de sujeto podemos suponerle? Una vez concebido así, porque .si no
lo concebimos así vamos a tener que suponerle otro tipo de sujeto.
Por ahora estamos en esto que es el corazón de la enseñanza de La
can, cuando su enseñanza se guía por la neurosis.
Bien. lCuál es el estatuto de este inconsciente? Pueden leer las
páginas 32, 33, 34, 35, 38 y 3 9 de la segunda y tercera clases. Enumero
nada más los atributos o cualidades que Lacan le adjudica al incons
ciente. Es cuando en una frase pronunciada o escrita algo tropieza.
Son los traspiés o fallas, cuando algo quiere realtzarse en esa brecha
donde uno queda perplejo. Lo que se produce ahí aparece como sor
presa, como hallazgo y como pérdida. Inmediatamente empiezo a
buscarle sentido. Pero Lacan está tratando de circunscribir ese mo
mento donde surge el efecto de perplejidad, el efeclo de "no sé de
qué se trata".
Se trata de una discontinuidad en la que algo se manifiesta, como
una vacilación. Es decir, vengo en una dirección y... algo la interrum
pe.· En el lapsus se ve muy bien. Hay una dirección intencional del
discurso, pero algo se interpone que hace que se discontinúe y enton
ces hay que seguir por otro lado. Dice Lacan en la página 34: "Se trata
siempre del sujelo en tanto que indeterminado".
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GflACIEl.rl IJRODSKl'
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FUNDA,\/ENTOS
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GR,1c1Eu Buoos1.1·
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FUNDAMl:"NTOS
siempre s e coloca en es te "en tre dos " , entre uno y otro, sorprendido y
traspasado. Entonces, lde dónde s e obliene la certeza para afirmar un
"soy '?
Quinta cues tión: la certeza y la indeterminación tienen que ver con
este quinto punto de reflexi ón. me dónde proviene el final ele análisis?
¿cuál es el es taluto del incons ciente al final del análisis? me dónde
extrae Lacan la idea de que el incons ciente es é tico? Lo extrae direc
tamente de Freud, es decir, de su pos i ción res pecto del inconsciente:
de s u tozudez, de s u empecinamiento, de s u no recular. Es lo que La
can dice en muy l indos térmi nos : "Sea Jo que sea, hay que ir ahí" . No
retrocede.
Pero no s e trata sol amente de la pos ición de Freucl -única por cier
to en l a h i s toria del psicoanálisis-, se Lrata también de preguntars e si
el inconsc i ente -no el pres ubj e tivo, s i no el incons ciente con el s ujeto
que debemos suponerle- está en la naturaleza. Es una manera de decir
un poco extrema. Voy a lo s iguiente: si hace fal la o no la presenciª del
anali s ta para que el i ncons cien te se mani fi es te . Es ta idea es fuerte.
Una cos a es decir que algo tiene un es tatu to óntico, que "es " . Ha
bía viejas dis cus i ones desde l a ontología y la gnos eol ogía. Las cos as ,
¿exi s te n por fuera de mi comprensión de ellas? lTi enen un es tatuto
por fuera de mí o s ól o exis te n en la medida en que yo l as conozco?
lQué s entido tendría plantear cosas si nadie las conociera?
Otra cues tión es concebir el es tatu to del inconsci ente como ético,
pues es to plantea q ue s u exis tencia misma depende del deseo del
operador. Es decir, l a tesi s de Lacan es extrema : lodo l o que se puede
haber dicho del inconsciente no tiene nada que ver con el incons
ciente que Freud descubre .
lEs tá bien dicho que Freud "descubre " ? En genera l , se des cubre
algo que ya estaba. 1-I ay que pensar si no es que Freud inventa, porque
si bien es cierto que sueños y actos fallidos ha habido siempre , el i n
consciente freudi ano es producto, no del azar de la vi da, sino ele la
pos i ción ele Freud ele quere r entender algo de eso. Y a partir de él es
que el i ncons ciente queda defini tivamente enl azado a lo que es el
deseo del anali s ta de probar que exi s te .
Forma parte de nues tra orientación en l as en trevi s tas preliminares
verificar si para el suj eto que vi ene a pedirnos ayuda el incons ciente
existe. Y esto no s e puede verificar s i no es a partir de nues tra presen
cia. Es decir, el inconsciente ele Freucl tal como lo formula La can no
exi s te por fuera del deseo del anali s ta.
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GRACl/:."l,1 BROIJS/1.' I'
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FUNDAMENTOS
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GR,ICIELA BRODSKI'
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FuND,1/\IENTDS
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III. EL INCONSCIENTE Y LA REPETICIÓN
Transferencia Pulsión
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G1?,ICIEL,\ BRODSJ..T
sueño
X
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Fll.VIJ,IMt:NTOS
soñar con eso". lEl deseo de quién, entonces? Podemos recurrir a esla
referencia que en algún momento Lacan llama "el sujeto en el suje
to"; como si uno dijera "el otro yo". Había una historieta que se llama
ba "El otro yo del Doctor Merengue" y que aludía siempre al sujeto en
el sujeto, a lo que se dice y lo que se quiere decir.
Lacan formula esta diferencia ele muchas maneras. Por ejem
plo, habrán escuchado sobre la diferencia entre el Je y el moi, o
entre el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciación. Son
distintas maneras ele referirse a este fenómeno que, ele una mane
ra un poco sucinta pero gráfica, Lacan llama en su momento "el
,,
sujeto en el sujeto .
Freud supone un sujeto en el sueño relatado, mientras que los an
tiguos, no. Cuando se considera que un sueño es un oráculo, un men
saje de los dioses, interpretarlo no quiere decir interpretar el deseo
del sujeto, sino la voluntad divina que siempre se manifiesta un poco
enrevesadamente. Es decir, esta x que se le supone al sueño puede
tomar -como cualquier x- distintos valores. Lacan dice que para los
antiguos era Dios, mientras que para Freucl y para nosotros es el suje
to, el sujeto del inconscienle, el sujeto que no sabe lo que dice ni sabe
lo que quiere.
Lo interesante es ver cómo de entrada Lacan formula que el sujeto
es una suposición. Al sueño le suponemos un sujeto. Esta idea del
sujeto en su articulación con la suposición -que ya debe resonar]es
es la que va a estar después en la estructura del sujeto supuesto saber.
Pero por ahora tenemos esto: el sujeto como supuesto.
Veamos estos dos capítulos: " De la red de los significantes" y " Tyche
y automaton 11 •
El primero no se entiende muy bien hacia dónde va. Es una clase
que cabalga entre volver sobre la anterior y adelantar las coordenadas
ele la siguiente. Pero tiene tocio su interés condensado en la página 56,
comienzo del apartado 3 , donde Lacan dice: "Lo que tengo para de
cirles ahora es tan nuevo -aunque, desde luego, está apuntalado por
lo que articulé sobre el significante- que pensé que era preciso for
mularlo de una vez. . . Esto marca el punto al que llegó Lacan en ese
11 •
49
Gu,1c1n,1 BnoosAT
+ + - + + + --- + +
Acerté, acerté, perdí, acerlé, acerté, acerté, perdí, perdí, perdí, acer
té, acerté; totalmente aleatorio. Después las agrupa cliacrónicamenle
50
FUN/JAMENTOS
de a tres . Hace una serie con las tres primeras ( ), otra serie de tres
comenzando -por la segunda [ ] , otra serie desde la tercera { } y así
sucesivamente.
(+ [ + { - ) + ] + } + - - - + +
I. + + +, - - -
2. + - +, - + -
3. + - -, - + + ' + + -, - - +
Lo que a Lacan le interesa demos trar con estas notaciones (que
después reagrupa en una nueva s intaxis utilizando las letras á,a,á,a)
es que hay posibilidades e imposibilidades de sucesió�. Así encontra
mos que en algo que fue totalmente aleatorio, de repente aparece
una ley. Esta ley impide que ciertas combinaciones aparezcan des
pués de otras, s implemente por haber introducido en algo completa
mente aleatorio una pequeña regla que dice: los agrupo de a tres . Una
vez que se empiezan a combinar de una determinada manera, i mila
gro! Eso que era aleatorio, deja de serlo,y hay ciertas leyes que deter
minan que ciertas letras surjany que otras queden imposibilitadas .
Lacan afirma que esto es · una s intaxis y que así funcionan final
mente las computadoras : + - + -, 0 10 1. Es muy significativo esto, por
que corren los años 50,y Lacan comenta: 11 Hay unas máquinas, dicen,
que funcionan así, que son inteligentes y que uno puede jugar con
ella:s . No digo nada porque nunca las he visto, pero hay que confiar " .
Entonces describe e l funcionamiento d e l a máquina para decir final
mente: 11 1-lay una memoria hecha s intaxis 11 : la serie se acuerda, por
ejemplo, de que después de a no puede venir cL
¿Qué es esta memoria de la serie? Este modelo tiene una única
sutileza (interesante para verla en el arco de todas las enseñanzas de ·
Lacan): es una serie que solamente se obtiene si hay al menos dos
valores dis tintos .
51
GRACIELA BRODSKI'
Se. puede tener un dado con seis caras. Se puede tener una ruleta
con treintay seis posibilidades. Lo mínimo que se puede tener es una
moneda con dos caras. Es decir, para que toda esta sintaxis funcione,
hay que tener al menos dos valores distintos. Es por eso que no sirve
Lirar a la suerte una pelota. No sirve si no tiene dos caras. Habría que
hacerle algún dibujo, algo que implique esta diferenciación mínima.
La sintaxis, la combinatoria, la escritura de la �ual hablamos requiere
al menos dos valores, + -, cara o ceca, lo que está es·crito, finalmente,
como S 1 S 2 • Vale decir que si sólo hay S 1 S 1 S 1 S 1 , nada de esto funciona.
El requisito es S 1 S2 •
Es fantástico que Lacan, con los másy con los menos de "El semi
nario sobre La carta robada 11 , lo que encuentra es el automatismo ele
repetición, que toma de Freud -por cierto-, bajo su cara significante.
Es poner de manifiesto que hay una ley de la determinación simbóli
ca. Y cuando digo ley, recuerden que en los capítulos anteriores La
can se detiene en hacer la diferenciación entre la leyy la causa, sobre
la cual volveremos Juego.
Sigo con " El seminario sobre La carta robada 11 • Dice Lacan que la
técnica analítica reposa entera s9bre la determinación inconsciente
de la asociación libre. "La asociación libre está determinada incons
cientemente y· puede verse con todas sus letras en la obra de Freud
que acabamos de citar". Se refiere a "Psicopatología de la vida coti
diana", donde lo que Freud propone es que una cifra no se escoge
nunca al azar.
Toda esta reflexión sobre la determinación inconsciente de la ca
dena asociativa, sobre el he�ho de que Lodo lo que decimos, final
mente, tiene esta estructura S 1 S 2 , está y . a teñida -tanto en el texto
sobre La carta robada como en El seminario 2-, de la reconsidera
ción de que no hay azar en nada de lo que se diga. Donde se supone
que hay azar -en- tanto podría aparecer cualquier cosa, azar como lo
aleatorio sin ley-Lacan introduce que todo está determinado. Don
de parece que hay azar, lo que hay es la misma determinación que
en la tirada de l as monedas. El azar está sujeto a leyes, está determi
nado simbólicamente, al punto tal que antes de cualquier jugadaya
hay una correspondencia entre el objeto mismo -moneda o dado,
dice Latan- y la posibilidad de que represente la tirada al azar. Peto
el objeto tiene que ser el adecuado; la pelota, por ejemplo, no lo es.
Podemos detenernos en la página 53 de El seminario 11 , tercer
parágrafo, donde Lacan retoma: ''Allí donde eso estaba, el lch -el suje
to, no la psicología- el sujeto ha de advenir. Y para saber que se está
52
FUNDAMEN1'0S
allí, no hay más que un método, detectar la red, pero lcómo se detec
ta una red? Pues, porque uno regresa, vuelve, porque uno se cruza
con su camino, que los cruces se repiten y son siempre los mismos, y
no hay en ese capítulo siete de La inte,pretación de los suei10s otra
confirmación (. .. ) sino ésa: Hablen de azar, señores, si les da la gana:
yo, en mi experiencia, no encuentro en eso nada arbitrario, pues los
cruces se repiten de tal manera que las cosas escapan al azar" .
M e parece que éste es el párrafo decisivo del capítulo " De l a red de
significantes" porque es donde Lacan anuda de qué manera se locali
za al sujeto. Teníamos la siguiente suposición: en las formaciones del
inconsciente, suponemos un sujeto. Esta suposición lcómo se locali
za?, lde dónde se extrae ?, lcómo estamos seguros de estar ahí? Y
dice: es el método, lcuál es el método? No hay más que un método,
léase: la repetición. " ... uno regresa, vuelve, (. .. ) se cruza con su cami
no, (. .. ) los cruces se repiten y son siempre los mismos, y no hay en
ese capítulo siete .. . " nada más que eso. Es decir, este párrafo anuda el
inconsciente, el sujeto y la repetición.
53
Gn,,r:11-:L,1 BnoosKr
54
FU1\'l),\,l/ENTOS
Automatismo JI repetición
Re torno - i nsistencia
Necesidad
Lo que no cesa
Pero Lacan dice que no hay que l lamar a esto re petición. Pasemos
ahora, en tonces, a la repelición desde la perspecliva misma ele la re-
petición.
Esta perspectiva, tal como Lacan la pone a funcionar a partir de El
seminario 1 1 , en realidad ya está en Freud; sólo que Lacan no le había
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GRAC/ELA BRDDSKI'
56
FUNDAMENTOS
P. P.
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GRACIE/.,1 BRODSKJ'
Unlust + P.P. = O
58
FUND,IMEl\'TOS
MiUer toma este sueño para decir cómo, en el núcleo, está el ele
mento inasimilable: el deseo de muerte conlra el padre. Lo real es
exactamente el mismo circuito, la repetición, el volver a pasar cada
noche por la misma cadena de significantes , es decir, por el mismo
sueño. Sueña cada noche que el padre es taba muerlo y no lo ·sabía:
éste es el circuito del sueño, como formación del inconscienle, y éste
es el núcleo de displacer que está en el corazón de la repelición mis
ma del sueño noche tras noche. Miller señala que la interpretación de
Freud, en todo caso, corta este circuito, haciendo una flecha que va
para allá.
@
Dice Miller, para darles una idea ele eslo: "El sueño traumático es el
ejemplo de ese núcleo que permanece imposible de reabsorber por
el principio del placer".
En este punto Lacan produce algo · muy sorprendente que le ha
llevado muchos años poder armarlo así. Toma lo que· vuelve siempre
al mismo lugar, lo que no cesa -que se parece a la idea de retorno-,
pero a diferencia del retorno de los significantes que no cesa de escri
birse siempre igual, ahora de lo que habla es de un "no cesa" -se ve el
espíritu de la repelición- bajo la forma de lo que no cesa de no poder
inscribirse. Es decir, junta el no cesa ele la repetición con lo imposible,
con este imposible de reabsorberse a nivel del principio del placer,
con este núcleo imposible de simbolizarse, de reduci r, de digerir y
que vuelve siempre. Este núcleo imposible que vuelve es lo que le
permile a Lacan ubicar la repelición en relación a lo real.
59
GR�Clt.'LA BRODSKl'
repite.
Otra referencia de la pág. 63 dice: "Concluyamos que el sistema ele
la realidad ( el' principio de placer modificado ] por más que se desa
rrolle, deja presa en las redes del principio del" placer una parle esen
,,
cial ele lo que, a pesar de todo, es sin ambages real .
Finalmente, es esta idea -ele que lo que motoriza la repetición sig
nificante del principio del placer siempre falta en esa misma repeli
ción- lo que lleva a Freud en su texto "Construcciones en el análisis'' a
decir: "Hemos dicho durante muchos años que con la asociación li
bre podía recuperarse una parte ele la historia del sujeto olvidada [ se
refiere a la rememoración ] . Y nos hemos dado cuenta finalmente que
hay partes que nunca vuelven 11 lQué hacemos con esas parles que
•
60
FUNDAMENTOS
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G'R,ICIEL,1 flROUSI\I'
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FUN/JAMENTOS
21 de abril de 1 999
IV. ENTRE CIERRE Y PU ESTA EN ACTO
GS
GRtlCIEI.A J3RODSKJ'
bajan los cinco, cada uno lo toma desde una óptica distinta, y así cada
uno tiene lo que se llam? un rasgo dis tintivo. Es un intento de obtener,
dentro de la muchedumbre o mullilud, algo que sea el nombre propio
ele cada uno, y no el nombre general que puede tener un seminario.
Un curso sobre El séminario 11 nos aglutina a lodos. Dentro ele ese
universo cada uno entra por un rasgo propio y esto es, en cierta medi
da, lo que se intenta obtener en el trabajo de los talleres. Entonces,
retomo en este punto de diferencia.
Tendríamos que abordar dos capítulos, el X y el XI de El seminario
1 1 : " Presencia del analista" y "Análisis y verdad o el cierre del incons
ciente". Se trata de retomar en el punto que dejamos la vez pasada: la
indicación dada por Lacan de que la repetición, en su vertiente real,
es lo que el analista tiene que tener en cuenta para la interpretación
de la transferencia. Es, prácticamente, uno ele los úllimos renglones
del anterior capítulo que vimos, " Tyche y automaton " . Vamos a saltear
todo lo relativo a 11 La esquizia del ojo y de la mirada" -que, por cierto,
no es lá ubicado allí al azar- para continuar con la línea argumentativa.
En los capílulos que siguen se comienza el estudio del tercer tér
mino. Es cierto que la cosa se va complicando, porque en nuestras
primeras reuniones vimos .el concepto de inconsciente, luego el ele
repetición y solamente tuvimos que establecer relaciones recíprocas
entre ambos.
Transferencia Pulsión
66
FUNDA.1-IENTOS
un viejo deudor que a uno le paga una deuda es, francamente, del
orden del buen encuentro. Pero si nos ponemos del lado del otro, que
va a la plaza a comprar o a vender aceite y se encuentra con un fulano
al. que le debe, la cosa cambia; s i uno desplaza la óptica hacia el lado
del que paga, se puede decir que es un mal encuentro; hubiera sido
mejor ir una hora antes o una hora después . Uno estuvo en el momen
to justo y en el lugar preciso; el otro estuvo en el momento y en el lugar
equivocados.
Es decir, hay que enlender la fortuna no como es tamos acostum
brados a hacerlo -como buena suerte-, s i no en la perspectiva de La
can que es, más bien, como el mal encuentro. Tanto es así que, en ese
mismo capítulo que vimos la vez pasada, vinculaba tyche con el trau
ma. En este punto estábamos . El inconsciente como cadena es una
cosa. El inconsciente como pulsación temporaC no es lo mismo. La
repetición como retorno es una cosa. La repetición como encuentro,
es otra. Ahora, con el tercer término, vamos a tener que ponerlo en
relación con cada uno de los anteriores, no olvidando que cada uno
de ellos tiene dos caras . Es decir, que se nos complica cada vez más el
sistema de relaciones.
Se trata de explorar la relación entre la transferencia y la repeti
ción, al mismo tiempo que la relación entre la transferencia y el in-
consciente.
Inconsciente Repetición
1 ----------
Trans ferenci a Pulsión
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GR,IC/El,\ 8RODSKI'
, �
Inconsciente
Transferencia
Repetición
Pulsión
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FUND,IMENTOS
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¡:I.I.VD,\,11ENTOS
S a
a' A
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GU,IC/El,\ BRODSAT
ubica bien, si se ubica en el eje a - a ' . Es decir, que la idea ele ubicar l a
trarisferencia e n e l eje imaginario, como resistencia o barrera, la . en
cuenlran en El seminario 2. Se puede decir que Lacan ubica ahí la
Lransferencia como cierre, como lo que cierra ei paso.
En El seminario 1 1 recoge esa inspiración pero no es lo mismo,
porque en los esquemas que presenta en los comienzos de su ense
ñanza, Lacan todavía ubica el obstáculo en otro registro. Es decir, to
davía ubica lo simbólico como algo que iría por su riel si no se le i nter
pusiera el registro de lo imaginario. En El seminario 1 1 hay respeclo
ele esto una posición intermedia, disti nta de la que va a tener al final
de la enseñanza, pero aun así, la idea del inconsciente como pulsa
ción, como algo que se abre y se cierra, introduce en el propio registro
del i nconsciente un sistema equivalente al sistema ele la resistencia
eléctrica. El obstáculo no está en un sistema aparle, sino en el propio
estatuto del inconsciente que ya no es. una cadena li neal, pues tiene
una pulsación en sí mismo.
Y hay que ver adónde llega esto en otro momento de la enseñanza
ele Lacan. Acá es todavía un poco vacilante, pero suficiente para ver
su intento de i maginar que el propio inconsciente tendría en sí mismo
un sistema regulador. Es cierto que, al mismo tiempo, busca el siste
ma regulador en otro lado y se pregunta qué es lo que cierra y qué es
lo que abre. Están las dos perspectivas en El seminario 1 1 .
lCon q ué vincula Lacan, en el capítulo X, esta apertura y este cie
rre del i nconsciente? Ahí viene lo más sorprendenle. Dice que depen
den ele la presencia del analista. Esto hay que tomarlo desde varias
perspectivas; no quiere decir una sola cosa. Tomen el final de la pági
na 30: " El inconsciente se manifiesta pri mero como algo que está a la
espera, en el círculo ele lo no nacido " . Salteo a l a página s iguien le,
tercer renglón: " Siempre se corre un riesgo al menear las cosas en
esta zona larvaria, y tal vez, pertenece a la posición del analista -si
está verdaderamente en ella- que haya de s er asediado -realmente
digo- , por aquellos en quienes evocó ese mundo de larvas, sin haber
logrado siempre sacarlas a la luz". Sigo con la cita, úlli mo párrafo del
apartado 2� "A decir verdad, esta dimensión del inconsciente que evo
co, estaba olvidada, como Freud lo había previs to muy bien . El in
consciente se h abía vuelto a cerrar sob1'e su mens aj e , gracias al celo
de esos activos ortopedistas en que se convirtieron los analistas ele la
segunda y la tercera generación . . . ".
Así , Lacan ubica el cierre del inconsciente como producto ele la
posición del analista, mucho más allá de la sesión. Ubica el cierre del
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FUNDAMJ::NTOS
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GRACll-:1.A l1ROVSKI'
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FUN/JtlMF.NTOS
lista le vuelve y sobre la pos ición de algunos analizados res pec lo del
analista; sin ningún j uicio, como un efecto propio de es ta vi nculación
en tre el inconscienle y la pres encia del analis ta.
Siempre queremos ver en nues tro pacientes lo que esperamos de
ellos , que suele ser lo mejor: grati tud y reconocimiento, por ejemplo.
Sin embargo, vemos que es lotalmenle dis linlo lo que aparece. No
hay que tomárselo como un fenómeno inlersubjelivo, s ino entender
que la es tructura tiene ese· efecto. Las próximas jornadas de la EOL se
llaman '' Las enfermedades del s ujeto supues to s aber" , lema que se
relaciona con lo es tamos planteando.
Paso a la página 1 34 , entonces , donde Lacan da un pequeño paso
respecto de lo que parece una reformul ación de ideas que ya había
trabaj ado años atrás . Es la página donde habla de la causa. Aparente
mente , la continuidad del discurso lo vincula con esta caracterís tica
del inconsciente ele abrirs e y cerrars e. Es lo que le permi te decir que
la del inconsciente es una causa perdida, aclarando el término caus a
en su doble sentido, en su ambigüedad: causa que defender pero,
también, función de l a causa a nivel del incons ciente. Es ta caus a ha
de ser concebida intríns ecamente como perdida. Es la única posibili-
dad que tenemos de ganar.
No se ve m uy bien por qué in troduce aquí la cues tión ele la caus a.
La caus a a defender continúa la pers pectiva de que el ps icoanálisis
puede des aparecer, pero es para pres entar l a causa a nivel del in
cons ciente.
En la página 1 39, después de una reflexión sobre un artículo ele
Thomas Szasz que es muy interesante, retoma la trans ferencia desde
su pers pectiva ilusoria y afirma que no hay que dej ars e engaii.ar por el
amor. Vamos a retomar lodo es to más adelante. Aquí lo plantea un
poco de pasada y termina diciendo en el último párrafo, donde reapa
rece la palabra causa: " Pero es to no es todo lo que tengo que mos trar
les , ya que eso no es lo que causa radicalmente el cierre que la trans
ferencia. entraña" . ¿Qué es lo que lo causa? Hay que dar vuelta la hoja.
"Lo que lo causa (. . . ) -y que remite al signo de interrogación que apa
rece en al lado izquierdo ele la pizarra, lado oscuro, reservado- es lo
que designé como el objeto a " . La clase X termina así, un poco arro
jándole al audilorio el objeto a , que nada hacía entrever que iba a
aparecer. No se sabe ele dónde salió. ¿Quieren saber qué es lo que
cierra el inconsciente? El objeto a. Y ahí se acaba.·
Pueden leer en el s iguiente capítulo (tercer parágrafo de la página
1 5 1 ) : " Podemos concebir el cierre del inconsciente por l a incidencia
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ahorrarían ese reproche-, y ele descuidar aquello que todo ana lisla
conoce por. experiencia, a saber, lo pulsional . En efecto, en la expe
riencia encontramos algo que posee el carácter de lo irrepi·esible, aún
a Lravés ele las represiones -por lo demás, si ha de haber re'presión es
porque del otro lado algo ejerce una presión. No es preciso adentrarse
mucho en un análisis de un adul to, basta haber analizado niños para
conocer ese elemento que confiete peso clínico a cada uno de los
casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión. Esto parece en
trañar, por consiguiente, l a referencia a un dato primigenio, a algo ar
caico y primordial .. . ".
Lacan afirma, en su estilo, que lo primero que un analisla encue n
tra en su p ráctica es la pulsión, como si lo hubiera dicho toda la vida.
El Lrabajo de Miller en su seminario "Si/et" es clemoslrar q ue no sólo
no lo había dicho, sino que -por el contrario- se había esforzado des
de el inicio en c'o locar a l a pulsión en un estatuto marginal y secunda
rio respecto del sistema que privilegiaba, es decir, respecto ele lo sim
bólico. Se lo ve a Lacan decir en este punlo que la pulsión es lo prime
ro que sal la a la vista. Pero habría que preguntarle por qué lo dice
ahora. Si es lo pirmero que sal la a la vista, lpara qué repetirlo tanto?
l En qué marco está desplegado el capítulo XII? Es un comentario
sobre un artículo publicado en el lnternational Journal . . . cuyo autor
es Thomas Szasz, quien se pregunta sobre el fenómeno transferen
cia! . El telón de fondo es siempre Freud, su texto sobre el amor ele
transferencia y la cuestión ele si este amor es verdadero o artificial . En
11
" Pun lualizaciones sobre el amor ele transferencia (de 1 9 1 5) , Freucl
dice que se trata de un amor que carece ele todo correlato con su
objetivo, que es exaltado, loco, que no se fij a en nada, que quiere
siempre ser satisfecho y que puede l legar a in lerrumpir el análisis; es
decir, que presenta un aspecto poco acorde con la realidad. Pero, fi
nalmente, lno es acaso esto lo que defi ne a todo amor? Es un texto
donde lo que se debate es, precisamen te, si el amor que surge en el
análisis es especial , si es ilusorio ( "me toma por otro") o si es como
todo amor, que siempre toma al amado por otro.
Este es el marco de referencia del debate. Se trata de una polémi
ca a la que contribuye el artículo de Szasz, quien h abla de la transfe
rencia como un fenómeno totalme nte artificial promovido por el dis
positivo analítico y que, consecuen temente, sos tiene la idea de que
los fenómenos transferenciales (especial mente los amorosos) deben
ser reducidos para obtener un a mejor correspondencia con la reali
dad. Es en esta perspectiva -ele il usión o realidad, de amor ilusorio o
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GRACIEI.A BRODSKl'
hacia Lacan, uno no se atreve mucho a locar sus palabras-: " Si Lacan .
lo dice . . . " . Como Mil ler también está en un momento ele inflexión de
su propia enseñanza, se toma entonces algunas libertades que no se
había lomado an tes. Así es como muestra que el análisis que hace
Lacan del caso ele Kris es para criticarlo y decirle: " Interpretando como
usted interpreta, lo que hace aparecer es la pulsión " . Y es a eso a lo
que Lacan l lama acting out, mientras que lo que hay que preservar en
la cura, dice enfáticamente Lacan, es el deseo de robar nada.
Es, si lo recuerdan, el caso del paciente que se piensa plagiario y a
quien Kris le demuestra con hechos tomados ele la realidad que no
hay plagio alguno. El paciente lo comprueba efeclivamente y, así como
al pasar, le dice: " Le quería contar algo, que cuando yo salgo de se
sión me voy usualmente a un barcito ele la esquina y me como una
exquisita porción ele sesos frescos, que es mi plato predilecto". Lo que
dice Lacan es que "sesos fres_cos" es la irrupción pulsional, al l í donde
el análisis debería habet preservado el obje to nada. El objeto oral se
superpone al objeto nada, que debería haber siclo el objeto del deseo,
como deseo de nada, deseo ele comei· nada. Lacan sostiene que hay
que afirmar al paciente en su posición ele cleseanle, pero deseanle ele
nada, mientras que la in terpretación ele Kris pone sobre la mesa el
deseo de algo, ele algo que es un objeto ele. la pulsión oral: la comida.
Miller pregunta con mucha claridad: ¿por qué eso estaría mal? ¿Por
qué hacer que la pulsión entre en escena estaría mal? Así muestra
que en el análisis famoso del caso hay, por parte ele Lacan , una pro
moción del deseo (ubicado siempre en relación a lo que falla) y una
desvalorización de la pulsión (ubicada en relación con la satisfacción) .
Con tres renglones Miller cuestiona todo el análisis que hace Lacan
sobre el famoso acting out. Muestra que, efectivamente, la posición
de Lacan privilegia la dimensión del deseo a costa de aplastar la di
mensión de la pulsión y que, fi nalmente, toda la obra de Lacan hasta
El seminario 1 1 , con su promoción del deseo (como deseo de nada,
de otra cosa, que se desliza bajo la cadena) es una desvalorización
concomitante de la dimensión ele la pulsión. Así, cada vez que la pul
sión reaparece, necesita darle una vuel ta. Hasta que, finalmente, lle
gamos a es ta clas e donde se plantea cómo hacer en trar a la pulsión
en toda es ta historia. Mil ler aclara de es ta manera algo del cas o de ·
Kris que, por lo menos para mí, insistía bajo la forma reiterada de una
pregunta: ¿por qué era un acting out?
Es así como sigue Lacan , con idas y vueltas, cuando dice: 11 Recu
rramos a consideraciones históricas". Vuelve a tomar a Jung e, inme-
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FUNDAMENTOS
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GRACIE:LA f3ROOS1'1'
=d
Hay algo que insis te, pero que ins iste bajo la forma inas ible, i ns a
tis fecha, imposible, no reconocida que se llama deseo. Dice Lacan
que entre la sexualidad en s u aspecto de realidad (lo biológico) y el
sis tema del inconsciente, el mediador es el deseo. Mientras que lo
que dice Freud es q ue la pulsión es un concepto l ímite entre lo bioló
gico y lo psíquico. Son s us palabras en 1 9 1 5. Y uno ve que Lacan no las
quiere lomar, que no es tá del todo dispues lo a hacer ese movimien to.
Cuando es ta ahí, a punto de hacerlo, sin embargo dice: es el deseo" .
11
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FUNDA,\IENTOS
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GRACIEL,I BRODSKI'
Una vez que ha uti lizado dos renglones de. " Pulsiones y des tinos de
pulsión 11 para decir despectivamente que ésta es la hipótesis de Freucl
-que la realidad es desexualizacla- viene l a gran cues tión de este ca
pítul o, con la cual concluiremos nues tra reunión de hoy.
Comenta el caso de Ana O. y dice que para que algo sea considera
do de la realidad, es to s upone una des exualización. En la trans feren
cia, la real idad del i nconsci ente se sexualiza. És a es la fórmula a la
que podemos llegar uniendo dos planos dis tintos : el plano de la reali
dad sexual y el plano del inconsciente. El peso de la realidad sexual se
inscribirá en la transferencia deslizándose baj o lo que ocurre en el
discurso analítico, para ir cobrando forma en el dis curs o de la deman
da, ya que introduce el deseo, la libido, el principio de placer (página
1 6 1 ) . Nuevamente es un planteo re trógrado. Habla del ocho interior,
ele la mitra, e insiste en que el deseo es el l ugar de empalme. Es como
si todo el des arrollo titubeante de e� te capítulo lo llevara a poner el
des eo acá, como conec tor entre es tas dos cos as que ha mantenido
s iempre desconectadas .
1 00
FUNDAMENTOS
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ÜIMCIE/.,1 f3RODSl<.T
,,
cGnsecuencia la promoción poslerior del término "goce , que se in
Lrocluce en la estructura misma del inconsciente. Es el final del arco
que, por cierto, no vamos a recorrer completo, pero creo haberles tras
mitido algo de una lectura· posible ele la clase XII de El seminario 1 1 .
Eslamos sobre la hora. Nos veremos después de las vac·aciones de
invierno.
Les indico la bibliografía necesaria y básica para. que ustedes tra
bajen: " Pulsiones y destinos de pulsión", y "Formulacione� sobre los
dos principios del acaecer psíquico", de Freud. Pueden leer de Lacan
el lexto "Del Trieb de Freucl y del deseo del psicoanalis"ta" que está en
los Escritos. Pueden leer también los párrafos vinculados con lo que
estuvimos viendo de " Posición del inconsciente", que es el texto don
de Lacan despliega por escrito algunas de las cuestiones sobre las
que habla en El seminario 1 1 . Como ven, hay un panorama amplio de
lectura para la próxima reunión.
Hoy no vamos a tener tiempo para las preguntas, pero rpe las pue
den hacer llegar.
Hasta la próxima y gracias .
16 de j unio de 1990
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VI . LAS PARADOJAS DE LA PULSIÓN
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Inconsciente (pulsación)
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FU1\1DAME:NTOS
·
TRANSFERENCIA/ Pue s ta e n a c t o de la reah-. } CIERRE = se 1)aración
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GR,ICIELA 8RODSKI'
out del paciente de Kris (el caso ele los "sesos frescos") que comenté
la v�z pasada es la prueba irrefutable de la posición ele Lacan respec
to· de la pulsión. Pues allí donde podría haber dicho: "bravo por la in
terpretación que hace ·emerger el objeto oral", · dice: "se equivoca la
interpretación, hay que interpretar que quiere comer nada" . Ahí se ve
el punto en que Lacan promociona la nada como objeto, el deseo, a
costa de la pulsión en su dimensión más freudiana.
Hay que recordar el contexto. Es el año 1964. En el año 1960 fue el
famoso Congreso de Bonneval del cual los ele mi generación nos vol
víamos locos por conseguir las actas. Fue el gran debate sobre el in
consciente, en el que Laplanche y Leclaire presentaron sus trabajos
tratando de incluir de alguna forma la cuestión de la pulsión.
Lo que tenemos, entonces, es el comentario de "Pulsiones y desti
nos de pulsión" . La primera observación a hacer es que, con el apoyo
de Lacan, J.-A. Miller ha titulado este capítulo "El montaje de la pul
sión". El término "montaje" es_ propio de Lacan. Lo vuelve a usar en su
texto sobre el deseo del analista, en el que se refiere a la pulsión en
términos de montaje. Hay que ver qué significa esta idea. Lacan da un
ejemplo que es una representación surrealista, en la que hay una toma
de agua de la que salen unas plumas que van a hacer cosquillas al
vientre de una mujer.
Pienso que esto está inspirado en alguna obra de Marcel Duchamp,
tal vez La novia desnudada por sus solteros (La mariée mise a nu par
ces célibataires, meme) o Dados (Etant donné). Las he visto y tienen
algo de ese movimiento. En tocio caso, en términos de lo que se cono
ce hoy, la idea de montaje es la idea de una instalación. No sé si están
familiarizados con el arle contemporáneo. Quizás sean menos con
temporáneos de lo que me imagino.
lQué es una instalación? Por ejemplo, se toma una sala,y en ella se
disponen elementos, parte de los cuales tienen trucos mecánicos o
efectos visuales logrados con proyectores o con láser. Hay partes plás
ticas, parles mecánicas, partes ele videos. Y lo curioso es que el espec
tador no es un espectador. Uno no tiene la misma actitud que tendría
frente a un cuadro. A medida que se circula por la sala el espectáculo
cambia. Por ejemplo, uno puede verse reflejado en un espejo a través
de un láset y estai' acompañado por una imagen virtual. Una vez parti-
cipé en una maravillosa instalación en San Pablo que consistía sim
plemente en fotos macros, y se trataba de descubrir a qué parte del
cuerpo correspondía la imagen. Era un primer plano muy acentuado,
con el agregado del latido, de la respiración. Una particularmente in-
1 08
FUNDAMENTOS
109
GnAclF.L,1 Bnoosf.T
presentes deben sentir hasta qué punto anuncio con estb el nivel de
acomodación más esencial. Está claro que aquellos con los que tene
mos que habérnoslas, los pacientes, no están satisfechos, como se
dice, con lo que son. Y no obstante, sabemos que todo lo que son,
todo lo que viven, sus mismos síntomas, tienen que ver con la satis
facción. Salisfacen algo que sin duda va en contra de eso con lo que
podrían satisfacerse, lo satisfacen en el sentido de que cumplen con
lo que ese algo exige. No se contentan con su estado, pero aun así,
estando en este estado tan poco conlenlador, se contentan. Toda la
cuestión radica, justamente, en saber qué es ese se [se contentan]
que ahí es contentado".
Este párrafo es decisivo. I-lay que recordar los destinos que Freud
le da a la pulsión para que se entienda la paradoja en la que estamos.
Se trata ele cuatro destinos que Freud enumera en "Pulsiones y desti
nos... ", y un quinto que agrega en "La represión 11 que e� el texto si
,
110
FUNDAMENTOS
111
G1w:1n,1 BnoD.'iJ.:l'
112
FuNDr1MENros
113
GRAC/f:LA /3f/ODSKI"
nes con su espos a y embarazánclola. Por cierto, la hija que fue el resul
tado de lodo es l.o no terminó bien. La reflexión de Lacan es impresio
nan le en es te senlido. Sigue después con Ferenczi y su deseo de s er
padre-ni.fio. Y he dicho finalmente que la pulsión entra por el des eo ele
Lacan, porque era Lacan el que la había mantenido afuera, y es s u
des eo e l que la hace entrar por l a puerta grande e n El seminario] 1 .
L a pregunta de Viviana Fruchtnicht es , entonces, lcómo s e articula
es to con el deseo del analis ta? Se acostumbra repetir automáticamente,
como todo lo que se repite, que el deseo del analis ta es el deseo de
obtener una diferencia absoluta y que no se confunde con el deseo de
ningún analis la en particular, no se confunde con el deseo del Sr.
Breuer, ni con el del Sr. Ferenczi o el del Sr. Lacan. Pero, lhas la dónde
es así?
· Por s upuesto, el deseo del analis ta es el deseo de obleneda dife
rencia abs oluta entre la identificación y el objelo a. Se entiende que el
análisis del analista lo lleva, en el momento ele la ejecución de s u acto,
a poner en res erva su des eo singular, su fantasma singular, su modo
de goce. Es lo que lo lleva a Lacan a decir: lquién es sujeto en el acto
FUNDtlMF.NTOS
analítico? Hay un solo-sujeto, hay uno solo que puede tener formado-
. nes del inconsciente, fantasmas, síntomas: es el analizanle, mientras
que la posición del analista es la de sostener el acto. Una vez dicho
esto -que suscribimos- no hay nada que objetar. No se trata de estar a
favor de la conlratransferencia, pero sí de constatar que la hay. Y, efec
tivamente, hay que ver qué tratamiento se le da. Pero eso no es lo
interesante. Lo interesante de la pregunta es que introduce una re
flexión que todavía está por hacerse. ¿cómo se articula primero el
deseo del analista? No me refiero al analista en el ejercicio de su acto,
· porque no es de eso de ·1 0 que está hablando Lacan en estas últimas
páginas. Se trata de cómo se inscribe el analista, en tanto que sujeto,
en la producción teórica del psicoanálisis.
Lo que quiero decir es que el psicoanálisis, hasta el día de hoy, es
de esas prácticas que se articulan al nombre propio. No es algo que
funcione sin nombres propios, sin la marca que esos sujetos ele carne
y hueso, sujetos cleseantes por sobre todas las cosas, han dejado en
sus analizantes. Y eso es un factor ineliminable de la teoría psicoana
lítica, que puede aspirar a la ciencia, pero sin llegar nunca, justamen
te por esta solidaridad entre el psicoanálisis y el nombre propio.
Bien . . . Es lo que quería decir. Lo� espero en la próxima.
Graciela Broclsky:
Siendo fieles a la estructura, hace diez minutos que espero a
Nepomiachi en el pasillo, y Nepomiachi me está esperando sentado
aquí hace media hora. Como ven, no hay nada que permita escapar al
desencuentro, sobre todo al desencuentro entre los sexos.
Siguiendo fieles a la estructura, voy a ceder hoy mi lugar a Ricardo
según un plan que hemos convenido, por el cual, dentro del sector
propedéutico, vamos a hacer un intercambio. Hoy toma la palabra
Ricardo Nepomiachi en este curso, y yo lo haré en el suyo la semana
que viene. Le paso la palabra.
Ricardo Nepomiachi:
Agradezco a Graciela. Luego de esta confesión amorosa, me sien
to mucho más agradecido de poder estar hoy con ustedes.
Voy a tratar de presentarles, en el contexto del seminario 1 1 , lo que
Lacan vuelve a reconsiderar en su enseñanza, a propósito de las rela
ciones del sujeto y el Otro. Es importante tener en cuenta que, en efecto,
se trata de una reconsideración nueva de esas relaciones. No es en
este seminario donde por primera vez se da un esfuerzo por articular
las. Luego trataré de darles una perspectiva de cómo han sido los
movimientos· internos de Lacan a propósito de la relación entre el su
jeto y el Otro, que concluyen en este seminario con la introducción de
las operaciones de alienación y separación. Esta no será, por supues
to, la última formalización con respecto al sujeto y el Otro: Pero en
este seminario se trata de alienación y separación.
Todos ustedes ya deben haber captado el lugar particular que ocu
pa El seminario 1 1 en el contexto de la enseñanza de Lacan. Creo que
conocen todas las cir.cunstancias político-instilucionales que llevaron
a que Lacan dictara "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa
nálisis en lugar del seminario de "Los nombres del padre".
II
1 17
G!lt\CIF./.11 8RODSKI'
Inconsciente
Repetición
Transferencia
Pulsión
Inconsciente ____ $
Repetición ---- S 1 - S2
1 18
FUNDAME1\''/'0S
Transferencia ---- � - S2
Pulsión ____ a
119
GRACIELA BRODSl{l'
lleva diez años de formul ación. Dice l uego: " D e ello he deducido una
11
Lopología cuyo fin es dar cuen ta de la cons ti lución del suj e L0 • Es to es
lo que viene elaborando a lo l argo ele esos años : la cues tión s obre de
qué modo se puede deducir la cons ti tución del sujeto a· parli r del axio
ma que afi rma que el i ncons cienle es tá es tru cturado como un len
guaje. Pero ahora viene lo interes ante. Pros igue: "Ocurre que en una
época, ya s uperada espero, se me obj e tó que al ciar así la pri macía a l a
es lructura . . . 11 • Efectivamente, cuando Lacan i n trod uce nociones ele la
lingüís tica es truc tural es para reconocer el l ugar y el val or ele la es truc
tura en la formalización ele la s ubj etividad . Continúa la ci ta: " . . . se me
obj etó que al dar así pri macía a l a es tructura , descuido l a dinámica
tan presente en nues tra experi encia [ fueron crític as que efectivamen
te se le hici eron a Lacan ] . . . aún se me d ij o que l ogro eludir el pri nci
pio afirmado e n la teoría freudiana de que es ta dinámica es , por es en
cia y en teramente , s exual . Espero que el proce s o de mi s eminario de
este año, en es peci al , el punto culmi nante al que llegué la vez pas ada,
les demues tre que es ta dinámica nada ha perdido en el as unto" .
Punto cul minante cuya consecuencia es l a de re tomar el concepto
ele puls ión como ·aquél que viene a dar cuenta el e la s exualidad tal
como Freucl la i ntroduj o .
Lo q u e s e deduce de es tos párrafos es que tocia la cues tión consis
te en cómo arti cular l a i dea del i ncons ciente es tru cturado como un
lenguaje con la sexualidad. Dicho en otros térmi nos , se !.rata ele como
conj ugar la noción de s ignificante con la del obj e lo. En úl li ma ins tan
cia se trata de entender la articulaci ón entre el s ignificante y el goce,
la conj unción en tre e l decir y l a l i bi do. Son dis tin tas formas de pl an
tear el problema que lo va a ll evar a Lacan a tener que dar un paso con
respecto a sus formalizaciones anteriores . L es anticipo cuál es ese
paso. Consis te en que se va a s us ti tuir el bi nari o con el q ue s e ciaba
cuenta ele las operaci ones del i nconscien te -la metáfora y la metoni
mia- por la alienación y la s eparación . Hay que captar las consecuen
cias de esta s u s ti tución , de es te pas aj e del binari o metáfora -metoni
mia al de alienaci ón- separación.
Yo les había dicho que no s e trata ele l a pri mera vez que Lacan
cons idera l as rel ac i ones del s uj e to con el Otro . El tratamiento de es tas
relaciones en · 1a ensefianza de La can es algo que se puede señalar y
escandir. Les voy a dar un rápido panorama que nos permilirá caplar
lo más s i ngular de es ta nueva formalización ele Lacan que cons i s te en
la ali enación y la s eparación . No se trata, entonces , ele un nuevo modo
ele hablar ele lo mismo, s ino de afrontar un nuevo probl ema que es .el
1 20
FuNDt1,11t:.vros
121
f
GRIIC/F.1,,1 BRODS/f
sujeto en térmi nos de "soy tu hombre " . Fórmula q ue l uego Lacan re
toma como fórmul a ele la comunicación por la cual el emisor recibe
del receplor su propio mensaj e en forma invertida.
El siguiente paso de Lacan , l uego ele cons iderar al Otro como cam
po del lenguaje y de poner la palabra como centro de atención, s erá
formalizar la pal abra en términos del s ignifi cante s auss ureano. Parte
ele la noción de signo en Sauss ure, en la que se dis ti ngue la vertiente
del significante y la verti ente del s ignifi cado.
Pal abra
t�l
1 s do
Es ta apli cación dentro del campo psicoanal ítico de los es critos "La
Ps icopalología . . . , " 11 El Chis te. . . ," y " L a In terpre tación ele los sueños , "
como operaciones d e significantes , trae consecuencias que van a cul
minar en 11 La Ins tancia de la l e tra" donde Lacan concluye con l as
formalizaciones en torno a lo q ue el ps icoanál isis le debe a la lingüís
tica es truc tural . El paso que da Lacan es el s iguiente : si para Sauss ure
la arliculación significante-s ignificado en el signo era arbi traria, él va a
consi derar el significado como un efeclo producido por una arti cula
ción en tre dos significantes . Es to dará l ugar al paso s iguiente que con
cluye con la es cri tura de es tos dos signi ficantes ele cuya arlicul ación
res ul ta lo que s erá equivalente, en sus ma ternas , al l ugar del suj e tó
ahora barr.ado.
1 22
FUNDA,1/f.:NTOS
NP DM
-(p
Entonces tenemos dos significantes, y la posición del s ujeto defini
da con relación a un campo de significación que es la significación
fálica. En la conocida fórmula ele la metáfora paterna tenernos dos
significantes ubicados en estos lugares , y en el lugar ele la x el efecto
de significación que seiialamos con la letra fi minúscula ( cp ) .
NP D íVI
DM X = - <p
1 23
GUA Clt:ltl BRODSI\\'
124
FUNDAMENTOS
1 25
GUAC/l:1.,1 8RO/JSKI'
ria de .Ernesl Janes", lo dice de otro modo pero equivalente: " ... porque
el falo (se aprecia que lo comprometido en esta búsqueda del com
plemento en el Otro es el falo, el Olro responde con este símbolo que
es el falo) , como lo hemos mostrado en otra parte, es el significante
de la pérdida misma que el sujeto sufre por el despedazamiento del
significante, y en ninguna parte aparece de manera más decisiva la
función de contrapartida a que un objeto es arrastrado, en la subordi
nación del deseo para identificarse en Otro".
Entonces tenemos: llamado a un complemento, condición de
complementariedad,. y función de contrapartida a que un objeto es
arrastrado. Aquí se refiere al falo como objeto de identificación. Pero
si nosotros ponemos aquí el objeto a, podemos empezar a captar de
qué se trata esencialmente la cuestión de la separación. El sujeto divi
dido por el significante produce e�e llamado, esa condición de
complementariedad, esa función de contrapartida, que no será ahora
dirigida al Olro, sino que Lendrá que poner en juego algo de sí mismo.
1 26
FUNVA:WF.NTOS
1 27
G1u c1ELt1 BuoosKr
juegue, por decirlo así, si es que quiere. Porque Lacan marca la sepa
ración como un punln.de elección; si el sujeto quiere se separa y va a
poner en juego un objeto. Es decir, ante la presencia del deseo del
Otro, si el niño quiere, va a jügar. Y en la medida en que juegue, en ese
'punto se separa del Otro y arma su propia respues la ante el enigma
del deseo del Otro.
Entonces, lo que Lacan destaca en este seminario es que ahora
ese complemenlo, esa contrapartida, esa función de complemen
tarieclad, le va a venir al sujeto de s u propio cuerpo, para colmar su
falla correlativa a la implicación subjetiva en la secuencia s ignifi
cante.
En la página 2 1 3 de El seminario 1 1 dice así: " ... el milo ele Aristófanes
pone en imágenes, en una forma patética y engañosa, la persecución
del complemento, al formular que el ser vivo en el amor busca al olro,
a su mitad sexual. La experiencia analítica sustituye es la representa
ción mítica del mis lerio del amor por la búsqueda que hace el sujelo,
no del complemento sexual, s ino de esa parte de sí mismo, para siem
pre perdida ... ". Es decir que se vuelve a plantear la cues lión del com
plemento sexual; de la complementariedad, pero ahora el comple
mento no va a venir del lado del Otro, s ino que se trata de lo que se ha
operado ele s u propia pérdida como efecto de la presencia del signifi
cante. Y es con relación a esa pérdida, que es parte de sí mismo, que
el sujeto buscará su complemento.
Si quieren ir anticipando la cuestión, la alienación se escribe de
este modo:
1 28
FUND,l,\ IJ::,\'TOS
1 29
Gn11c1ELt1 BrwosKr
1 30
FUNDAMENTOS
131
GRACIE/.,1 BIWDSA.'l'
1 32
FUNDAM/-.'NTOS
133
GRAC/6ltl IJRODSl<I'
Grncieln Broclsky:
Jorge Chnmorl'O :
1 35
GJMCJEl.r\ HUODSKl'
_En algunas ocasiones , por disti n tas cues liones de l a subj etividad
del anali s ta o de la trans ferencia en j uego, h ay un decai mi en to de la
función deseo del anal ista.
Es te deseo ti ene u n rasgo que es la vacancia. H ay algo ele la vacancia
e n relación con l a función deseo del analis ta .
E n El seminario 7, " La é tica d e l Ps i coanálisis " , Lacan v a a decirlo
así e n la página 1 2 7: " . . . el deseo del anal i s ta no puede e? tar enmarcado
en una referencia diádica " . Es to lo re toma en El seminario 1 1 . Lo
diádico es lodo lo que podemos l lamar la rel ación in terpersonal , Lodo
lo que hace al vínculo, a la rel ación i maginaria con el s uj e to en análi
sis . Podemos decir que, sa lvo en un cas o, que Lacan l l ama "vacil a
ción cal culada ele la neutral idad " , cuando el anal is ta se enmarca en lo
diádico hay u n oscurecim ien to de l a función deseo del anal i s ta.
Hay una s erie de referencias que Lacan hace sobre es te punto,
cuando dice, por ej emplo, que "el anal is ta no dirige a l a persona, s i no
que dirige la cura " . O sea qué tocio lo que s e refiere a la relación lla
mada vincular i mplica una cierta debi l i dad de la función deseo del
anali s ta. " No pueqe es tar -dice en " La ·é tica . . . 11 (que es previo a El se
minario 1 1 )- e n u n a r e fe r e 11c i a d i á d i c a . Se t ra ta d e a l g o m á s
in lrapers onal " . O sea q u e s e trata m á s bien de una pos ición del analis
ta, algo más i ntrapers onal que i nterpersonal .
"lQué es lo que debe ofrecer vacante al deseo del paciente para
que él se reali c e, -y acá hay otro punto i mportante- como deseo del
Otro?" N oten q Lie pareciera ser, por lo menos en una lec tura s uperfi
cial de "La ética . . . ", que Lacan e nmarca el deseo del anal i s ta en el
deseo del Otro . Repi to: lqué es lo que sé debe ofrecer vacante al de
seo del pacien te, por parte del anal is ta, para que él se re al ice como
deseo del Otro? Us tedes ya s aben que l a perspecliva del final del aná
lisi s , para l a enseñanza de Lacan, es la i nexi s tencia del Otro . En ton
ces , es tamos aquí en un mome nto ele su ens eñanza donde no habl a
ele l a i nexis tencia del Otro, sino que habla del deseo del Otro . Y vamos
a verifi car en cada lec tura que vayamos h aciendo cuándo el deseo
del analis ta es tá enmarcado en el de.seo del Otro e[) la enseñanza de
Lacan, y cuándo lo t ras ciende. Ahí se j uegan cosas. muy importantes
en lo que hace al fin del análisis .
1 ) La i nterpre tación
A partir ele es ta pequeña aproxi mación genérica res pecto de lo que
es el deseo del anal is ta, se lra l a ele ver qué re lación hay en tre i n terpre-
1 36
FUND,IMt.'NTOS
1 37
GR,IC:/l:"/.,1 l:JRODSK I'
1 38
FUNDAMENTOS
1 39
GRAC/ELA J3ROVS/\I'
temático de esto debe ser dos ifi cado en un anális is . Y que el trabajo
s i $ temático del analizante s obre es tos vacíos implican la angus lia ele
cas tración. Por eso no es un trabaj o q ue uno deba hacer desde el pri
mer día, sin dos i ficación. En es te mismo semi nario, Lacan dice , y yo
lo refiero a es to que es toy comen tando, qué "l a función del analis ta es
dosificar, canalizar la angus ti a " . Se paga inmediatamente cuando erra
mos en los tiempos ele dos ifi cación. Se paga con la in terrupción de un
análisis , o se paga con la trans ferencia negativa.
Hice una aproximación a la in terpretación. Vamos a l a lr�nsferencia.
2) La transferencia
Saben, porque han recorri do El seminario 1 1 , que Lacan des plaza
la cues tión ele los afec tos para ponerl a en otro lug ar. Él pone la trans fe
rencia con relación al s aber. És te es el primer desplazamiento. Y l a
pone en referencia a u n s aber s up ues to. Q u é rel ación hay en tre el
s aber s upues to por la trans ferencia, entre el d es eo del anal is ta , y la
interpretación .
El ej ercicio de un s aber s upues to es , j us tamente, lo que se encarna
en el deseo del anali s ta como vacanci a . Y el s aber s upues to, como tal ,
s e encarna e n la i n terpretación como i ncógni ta y como s us tracción
ele todo es to que mencionaba.
Ahora bien, ¿cuál es la temáti ca que a Lacan le preoc upa aquí en
es tos dos capítu los? A mí me parece que es la temática ele la simplici
dad y del recorrido particular y también la temática del límite, ele lo
que l imita las cosas . Es alrededor ele es tos dos pun tos que giran mu
chas de las cosa s que, a mi entender, dice Lacan.
Él habla de l a infini tización del valor del s uj eto, por ej emplo, ¿y
dónde pone el límite a esa infini tización en es tos c apítulos? Lo pone
en el deseo. Es notable poner el deseo, s i n más , como un l ímite, por
que j us tamente el des eo lo que no tiene es l ím i tes . És ta es la cues tión
que Lacan ha i do el aborando. Me pareció de alguna forma sorpren
dente y además fuertemente contras tante con un es cri to s uyo que jus
tamente hace l a diferencia que aquí no es tan evi dente cuando afirma
que: " . . . el límite es tá en el deseo. lQué es el des eo? El deseo es eso
que circula" . El deseo circul a, decía Lacan, en lre los s i gnificantes . En
algún tiempo formul aba: "la experiencia del análisis es la experiencia
de la 1:ealización del deseo" . Por eso se con cebía que la buena inter
pre tación era el j uego ele palabras . Jugar con las palabras rel anzaba el
deseo coagulado en un s ín toma. Y entonces se s uponía que el s ínto-
Fr.:ND,1Mr:Nros
3 ) Síntoma
Les decía que me llama la a tención, en es ta problemática del tope,
el tema fundamen tal del final del anál isis ; pero también el corle ele la
s es ión, que es también el momento ele concl uir. En general , podemos
decir que la i n terpre tación es el momento ele concluir, que Lacan o el
ps icoanális i s , opone a lo infinito del trabaj o del i nconsciente. O s ea,
que la temática del tope o del lími te es una temá tica m uy importante ,
porque no s ólo abarca e s te lema central para nos otros que es el fi n
del análi s is , sino que también i mplica otras categorías que fueron usa
das en el ps icoanálisis como lími te. Los l ími les horarios de la s esión,
los l ími tes de un análisi s , referidos , por ej e mplo, a los logros (lqué son
los logros hoy, pensados para nosotros ?) , lo que hacía a la buena ubi
cación de alguien en la pers pectiva de un análisis que de bía termi nar.
Es lo es taba enmarcado en los logros .
Los logros para nosotros s on los l lamados efectos terapéu ticos . Y
lo que s abemos es que los efec tos terapéu ti cos s on es enciales en una
cura. lCómo llamamos nosotros al efecto terapéu ti co? Lo ll amamos
levantamiento del síntoma. Y el l evan tamie n to del síntoma es l o que
aporta el material neces ario para el trabajo pos teri or. Y m ás allá del
levantamienlo del síntoma, en algún momenlo Miller formulaba: "cuan
do el análisis no se sos tiene en la demanda del s ufr iente, lcle qué se
sos t i ene? De la ética del anal i s ta " . Y Lacan afir ma "no empuj o más
al lá de su felicidad a nadi e , s alvo a los anali s tas , que tienen que ir más
,
allá , . O s e a que, para nosotros , hay en el psicoanál isis un más allá de
los logros , de los efectos terapéuticos . Pero lo que quiero agregar es
que no hay trabaj o más allá s in levantamiento del s ín toma , porque en
el mismo s ín toma e s tá la ma teri alklacl con que trabaj amos , por ej em
plo, l a cons trucción del fan tasma. No es que vi e ne de otro lado , viene
del discurs o s obre el síntoma.
Digo eslo , además , en diálogo quizás conmigo mismo. Porque hace
muchos años , en cierto marco lacaniano , trabaj ábamos con el juego
] ,J J
GRAC(tlll BRODSKI'
1 43
GN,IC/J:'Í.,I 13JIU/.)S).; I'
va. O sea, con es lo quiero decir que al poner la re l ación trans ferencia!
en lre el s uj e to y el Otro y deci r "el amor el e transferencia 11 , nos referi
mos ·a r amor al s aber, no al amor a la personé\ . Cuando aparece el
amor a la persona es cuando eso es l á f raca·sanclo, cuando algo de la
función des eo del analista no e s tá s os teni endo l as cosas . O s ea , siem
pre que veamos aparecer la relación personal baj o la forma ele la pa
si ón amoros a o l a pasi ón del od i o, s epamos que allí no se tra ta de la
trans ferencia amoros a , s i no ele l a pasión ele Lra ns fe rencia, que es una
al teración de l a misma.
Es a pasión transferenci a ), además , es muy difícil hacerla retroce
der cuando se des encadena . Es muy difíci l cuando eso se des encade
na y va a la bús queda de la realización , es sumamente difíci l re troce
der en eso . Sería interes anle (no s i empre lo podemos hacer y es algo
que nos puede ocurri r perfe ctamente a Lodos) que es to fuera trabaja
do antes que se des encadene, porque desencaclenaclo, es como cuan
do se desencadena una ps i cos i s . La ps icosis puede es tar en la es tru c
tura , pero clese ncaclenacla produce enormes daños , y es m uy difíci l
retornar des pués a partir del des encadenamiento. Yo diría: q u e l a pa
sión transferenci a! no es lo mismo que él amor ele trans ferencia, ni
tampoco la trans ferencia negativa ., Es una pas ión que marca una cier
ta ruptura de la transferenci a , en tendida como motor del análisis . Más
bien lo detiene.
Es to no ocurre en lodos los anális i s . No tocios los anali zanles se
enamoran pas i onalmente d e l a pers ona de s u an ali s ta . Pueden decir
alguna cos a, pueden s oñar algo, pueden sentir ci erto encan to, pero l a
pas ión q u e necesita satisfacción sí o s í , que plantea l a realización como
al ternativa al anál isis , es una pas ión que s e des encadena excepcio
nalmen te , fren te a ciertas pos iciones , a veces ele un neu rótico, y a
veces frente a ci ertos efec tos ele la posi ci ón del ana l i s ta que, a veces ,
por pos iciones subj e tivas , o por alguna circuns tanci a , de alguna for
ma i ntroduce algo que aval a ese cles encaclenarniento ele l a pas ión .
No le echamos la culpa ele tocio al anali s la . H ay ve ces que el anal is ta
puede hacer poco o nada, a veces el des encadenamiento ya vi ene ele
enlracla, y hay poca chance . Pero a veces hay muchas. chances y s e
d esencadena igual .
Lo que les quiero deci r, es que s i us tedes revisan s u experiencia
tan to ele anali zan les como ele analis tas, no creo que es temos en des
acuerdo respec to ele dec i r que l a pasión amoros a se des encadena
excepcional mente. Hay cj ue afi rmarl o, porque cuando decimos amor
de trans ferenc i a parece que dij éramos pasión, pa s i ón amorosa o pa-
1 .:J �1
Ft ','l'IJ,IMEt\'TOS
na en el l ugar donde debiera es tar el deseo del analis ta, la hace apare
cer de forma calculada . Cuando el anal i s ta hace aparecer su pers ona
ele forma no cal culada, cuando a traviesa el s em blante del anal is ta , ya
sea bajo la forma agresiva o baj o la forma amoros a, abandona su se m
blante de analis ta y no aparece como una vacilación, s i no como un
desencade namiento ele la con tratransferencia o ele la s ubj e tividad del
anal i s ta.
Cuando s e dice calculada (es to es una obs e rvación que hace
l\ll i l le r) no se quie re decir premecli tacla. Los semblant es no s e mane
ja 1\ como piensan l os obses i vos , con ·el pens amiento, s i no ton la
pos ición que el anal i s ta l i en e , con l a pos i c i ón de s u s er, s i us tedes
Se
q u i ere n . trata ele un efecto y no ele un cálculo arlificial de manej ar
sem blan tes . Lacan dice que " l os úni cos que manej a n l os semblan
,,
tes así s on l os cana llas .
1 45
Gnt1c1E1.11 BRoosKr
Vamos a los dos capítulos en particul ar. Pero anles voy a referirme
a un marco posterior. Seguimos con la in troducción (es to me hace
acordar a alguien que se va en introducción) . El s eminario pos lerior al
n es " Problemas cruciales . . . '\ el número 1 2 . Lacar1 habla ahí lambién
del des eo del anal is ta y, s egún mi regis tro vía computadora, es el últi
mo semi nario en donde Lacan habla del deseo del analis ta, después
no lo vuelve a mencionar en los s emi narios , s egún lo que lengo regis
trado .
D i ce en la página 52 de El seminario 1 1 : "de lo que se trata en e l
análisis es ele la localización d e l des eo . . . " . Se trata de localizar, pero, s i
pens amos en e l deseo, de local izar lo ilocalizable. Lacan está en una
posi ción paradój ica, quiere localizar l o que por esencia no se localiza.
Y es lo que lo va a llevar, al final de su enseñanza a decir "desabonado
al incons cie nte " , porque hay una relación entre el trabaj o incons cien
te y el des eo como i local izable, es decir, circulante. Por eso Lacan se
esfuerza por localizar lo que s e deslocaliza. Lo cito : "No de tal o tal
des eo que no es más que sus tracción 1 metonimia, has la defensa, como
es su fig ura más común cuando se trata de localizar ese deseo donde
el análisis debe encontrar s u término, s obre todo s u acento , si, como
lo hemos anticipado, es el deseo del anal i s ta quien es el amo del aná
li s i s " Y di ce otra cos a más : " Es e deseo debemos saber defi nirlo
lopológicamente en relación con ese fenómeno q ue le es tá ligado ( ... )
a saber, la identifi cación " .
S i en las próximas reuniones toman el úl timo punto ele.El semina
rio 1 1 seguramente van a encontrar algo s obre es to
En El seminario 1 1 Lacan tambi én dice: "el deseo del analis ta lleva
al paciente a s u fan tas ma original " . Dicho así, uno puede decir que el
deseo del analis ta es la vol un tad de llevar al fantas ma origi nal . Pero no
quiere decir eso. Hablamos de una función, por eso siempre exis te el
riesgo de marginalizar la función y pensar que el deseo del anal is ta
tiene que llevar al fantasma original . No es algo que se formule como
"quiero que se cons truya aquel fan tasma original " . No, lo que quiere
decir esto, es que algo de la función misma -la vacancia- lleva por sí
mis ma, por es truc tura del deseo, por ofreci miento ele esa vacancia, al
trabajo analizan te y, por e nde , a la cons trucción del fantasma original .
La experiencia del anál isis es divers a, pero podemos señalar dos
puntos . Por un lacio es el trabajo sobre la división subjetiva en el cam
po del s ujeto , es el agotamiento de la división del s uj e to. En la escu
cha de un paciente , s ea his térico u obses ivo, ·van a ver aparecer esa
división. Hay formas universales de esa divis ión . En la his teria se ma-
Flll\'/JilMf.NTOS
1 47
GJMC!f:L,I BRODSJ..'I'
1 •18
FU,VfJMIEN1'0S
7) La transferencia negativa
. Todos los rasgos por los cuales alguien nos elige para damos eso
que se llama la confianza son siempre interesantes e importantes.
También puede ocurrir que sea para darnos la desconfianza. Recuer
den que la transferencia negativa es también transferencia, y se ha
dicho, cosa que me parece que se verifica, que hay sujetos que se
analizan en el marco de la transferencia negativa. Lacan dice además
que los que han tenido transferencia negativa con él son los que me
jor lo leen y los que mejor lo escuchan. Son los que lo escuchan con
desconfianza, pero lo escuchan. Y se refiere a un trabajo que se llama
El título de la letra , que es un trabajo en el que aque1los que estaban
en transferencia negativa con Lacan hicieron un análisis minucioso
para demostrar toda una tesis ele 11 La instancia de la letra. .. 11 , para de
mostrar cosas que contraqicen a Lacan. Pero hicieron un trabajo minu
cioso que nadie había hecho, y lo hicieron en transferencia negativa.
Al igual que con la transferencia amorosa, si hablamos ele transfe
rencia negativa lqué observamos en nuestra clínica? Se trata ele que
alguien dice que no servimos para nada. Para peor, alguien que dice
que no servimos para nada y no sabe usar la nada. Porque desde el
principio Lacan afirma que la nada es mejor que la presencia. Pero
hay que convencer al neurótico de que los vacíos son mejores que las
presencias, especialmente a los obsesivos que quieren saber ele modo
contante y sonante qué van a trabajar en sesión hoy para contárselo a
la mujer. Por eso Lacan ha hecho un trabajo sobre el vacío. En E/ semi
nario 4, 1 1 La Relación de objeto", señala que su perspectiva del análi
sis no es sobre el fondo kleiniano de la presencia del objeto, sino so
bre el fondo de la ausencia. O sea que, desde el principio, Lacan reins
tala el complejo de castración en el campo del psicoanálisis.
Ésta es una observación que me surgió a partir de una conferencia
que da Miller en España sobre la transferencia negativa, que es intere
sante porque amplía la perspectiva desde donde leemos esta transfe
rencia. No hay que suponer que ella conduce necesariamente a la
intefrupción. No hay que identificarla con algo que se opone, sino más
bien con algo que trabaja de - costado. Digamos que en la transferen
cia negativa uno se puede analizar ele costado, no de frente, ni acosta
do, sino mirando de reojo. Esa miradá de reojo no implica necesaria
mente la interrupción del análisis o la imposibilidad de analizarse. Si
el analista lee la transferencia negativa en este sentido, en el sentido
de la interrupción, va a tender a diluirla y a chocar con ella finalmente,
sintiéndose interpelado por eso. Esto quiere decir que la transferencia
1 ..:] 9
Gn11c1ELA BnoDSKI'
8) La letra
Bueno, como veo que plantear el marco me ha llevado mucho tiem
po, voy a referirme a un pártafo que me parece central y que está muy
ligado a todo esto que estaba diciendo. Es casi una página. Es la pági
na 257 de El seminario 1 1 , del capítulo que se llama " De la interpreta
ción a la transferencia". Me parece que es un párrafo ilustrativo acer
ca del problema del límite, del punto final, de cómo se accede al final
de un análisis. Enmarco este párrafo en todo lo que dije del deseo del
analista, vacancia,. interpretación e . incógnita, transferencia, decons-
trucción del Otro.
Dice Lacan aquí: 11 Es falso, por consiguiente, que la . interpretación
esté abierta a todos los sentidos... ". Intercalo un comentario. La inter
pretación del inconsciente sí está abierta a todos los sentidos. Por eso
cuando afirmamos que la interpretación del analista la recubre, hay
que interrogar ese recubrimiento, porque a mi entender no es igual.
La interpretación del analista apunta a provocar el momento de con
cluir en un desarrollo que no tiende a concluir por su esencia.
Sigo con el texto: "La interpretación no está abierta a todos los sen
tidos, como se ha dicho, so pretexto de que se trata sólo del vínculo de
un significante con otro significante, y por tanto de un vínculo sin pies
ni cabeza". Este es un ·párrafo que seguramente no habíamos leído
cuando concebíamos el análisis como un j uego de palabras." No está
abierta a todos los sentidos. Seguramente tampoco habíamos leído
en serio E/ seminario 1 4, "La lógica del fantasma", dado que se trataba
de un tiempo en el que el fantasma no tenía ninguna función especial.
1 50
FUNDAMENTOS
151
GR,ICIEl.,I BRODSKI'
el respeto a la persona (me quiero analizar con él, o con ella, por tal y
cual cosa), y lo que se llama, con relación a la transferencia simbóJi- ·
· ca, el amor al saber. Lacan va a hacer una diferencia después entre lo
que es el amor al saber (que va con relación al horroi· al saber) y el
deseo de saber (en la perspectiva final del análisis introduce esta ca
tegoría en una carta a los italianos); deseo de saber que no es igual al
amor al saber.
El amor al saber .es un paso necesario de la entrada en el análisis
porque instala la transferencia simbólica entre el sujeto y el Otro. En la
perspectiva del final hay una elaboración de ese amor al saber para ser,
entonces, deseo de saber. Lacan habla también, con respecto al final
del análisis, no sólo de deseo de saber sino de un amor sin límites. Esto
plantea complicaciones. Es el último párrafo de El seminario 1 1 , un pá
rrafo oscuro sobre el que siempre hay que dar vueltas. Después del final
del análisis deja el amor como un amor sin límites y el deseo de saber;
no deja el amor al saber; el amor al saber implica la represión.
Este párrafo sigue y me interesa hacerlo chocar un poco con lo que
Lacan planteaba como límite (el deseo, la circulación del deseo, el
trabajo analizante, el juego ele significantes, todas las interpre�aciones
son posibles). Porque acá hay un punto duro, que trabaja en contra, y
que es allí donde yo leo la intervención del deseo del · 3nalista, en el
punto que trabaja contra el deseo.
Millerl lo observa así: que en la perspectiva del final del análisis hay
una def ación ele la circulación deseante del significante. A mi enten
der, la función deseo del analista se desplaza a lo largo de una cura, se
va vaciando a favor de lo que se construye en un análisis.
En la perspectiva final de un análisis se va produciendo un vacia
miento de la función interpretante del deseo del analista. Esto es sola
mente una alusión, que habrá que explicar después.
"Que el efecto de la interpretación, como he dicho, sea aislar en el
sujeto un hueso, no implica que la interpretación misma sea un
sinsentido". Noten esto: un hueso, Kern -para decirlo como Freud-,
un nonsense, quiere decir algo que no se mueve más, que queda fija
do ahí, que no circula. Hay una equivalencia entre ese quedar fijado y
el sinsentido. lQué es el sinsenlido? llncluimos en el sinsentido un
sentido que no se desplaza? Diríamos que ·no. Pero el fantasma funda
mental es, en cierta forma, un sinsentido que tiene un sentido y que
no se desplaza. O sea, no es un verdadero sentido como los otros, que
sí se desplazan. Hay una cierta paradoja y un ajus Le que Lacan va a
hacer después sobre esle punto.
152
FU,\'D,IMF./\'TOS
1 53
GR,1CfEL,I J3RODSKI'
nada que ver con un final. Más bien implica un cierto desprecio al
analista. El desprecio al . analista, a la persona del analista, no tiene
nada que. ver con el fin del análisis . Es un acting . La inexistencia del
Olro no tien·e por qué tocar a la persona del analis ta en su posición y
su respeto. La inexistencia del Otro no se l e'e en el plano imaginario,
aunque sea más fácil hacerlo en ese plano.
"La interpretación es una significación", dice aquí Lacan, y hay que
prestar atención porque no lo dice siempre así. Es una cuestión com
plicada, porque dicho así, sin más , se pone del lado de la sugestión.
Introducimos una significación, entre otras significaciones. Y si eso lo
hacemos desde el poder de la transferencia, de la autoridad que nos
da la transferencia, hacemos sugestión. Seguramente hay efectos su
gestivos en el análisis, pero no hacemos de eso el sostenimiento de la
posición del analista.
A veces pueden ser aprovechados los efectos sugestivos, pero no
hacemos de eso el centro d� la cura. No sólo no apuntamos a la su
gestión, sino que al sugestionar vamos para atrás. Del supuesto saber
hacernos saber expuesto. , De la inconsis tencia del Otro , de la
incompletud del Otro, hacemos un Otro demandante, un Otro com
pleto. O sea que en ese punto, cuando introducimos significaciones ,
introducimos la potencialidad de estar construyendo al Otro, refor
zándolo, más que destituyéndolo. Y recuerden que en el s eminario
10, "La angustia", hay dos datos: 1) el Otro demandante, que es un11
1 54
FUNDAMENTOS
155
GJ?ACIEI.A B!Wfü't.:I'
donde la IPA ubica el final del análisis. Cuando los análisis enmarcados
en la IPA hablan de final del análisis, ponen el rasgo libertad, creación,
libertad de crear, tratar ele no estar sujetado a normas, etc. Cuando yo
les comentaba esto que afirma Lacan a algunos amigos de la I PA (ten
go unos cuantos, diclactas muchos de ellos) , me respondían en forma
un poco extraña. Yo les decía· que para nosotros la experiencia del
análisis es de máxima sujeción a un significante. O sea, que no habla
mos de libertad al final del análisis, sino de máxima sujeción. El tema
ele la libertad es otro, Lacan por allí lo menciona, pero dicho en térmi
nos imaginarios. Nosotros hablamos ele máxima sujeción. Ellos me
decían, en una interpretación un poco salvaje: "ustedes son unós es
clavos". Y Lacan dice: "el deseo del analista está cerca del deseo del
esclavo y no del amo 11 •
1 56
FU.VD,IMF.NTOS
6 de octubre de 1999
IX. CLINICA DE LA ALIENACIÓN
Para las dos últimas reuni<;>nes que nos quedan, he decidido co
mentar El seminario 1 1 en un orden que no va a ser sucesivo. Voy a
pasar directamente al último apartado en el día de hoy para comentar
el mecanismo de alienación y comenzar con el mecanismo ele sepa
ración. Dentro de quince días espero poder completar este último y, a
péulir de ahí, retomar la cuestión de la pulsión. Me autorizo a esto ya
que el seminario no es un escrito, es decir, que Lacan va armando su
lógica a medida que lo va dictando. Ustedes habrán notado que a par
tir de los capítulos sobre la pulsión el seminario se desordena, lo cual
permile que yo también lo haga un poco, teniendo en cuenta el �sca
so tiempo para construir una visión a vuelo de pájaro.
Para considerar los mecanismos de alienación y separación parti
remos de una perspectiva que es la ele considerar que el Otro preexiste
al sujeto. Esta perspectiva no es la única que podría adoptarse, pero
es necesaria para seguir la lógica ele estos dos mecanismos. Segura
mente saben que a partir de los · años 70 Lacan deja de considerar
evidente el hecho de que el Otro preexista al sujeto. Más bien se pre
gunta cómo es que surge el Otro, siendo que lo que hay es el Uno. Es
el famoso sintagma "hay Uno".
Pero para los mecanismos de alienación y separación es necesario
partir del Otro. La cuestión entonces es cómo aparece el sujeto en el
- campo del Otro, entendiéndose que el Otro es algo dado mientras
que el sujeto no, sino que es algo que debe advenir. La operación de
alienación intenta responder, de acuerdo con una articulación lógica
basada en la teoría · de los conjuntos, cómo es que en el campo del
Otro se produce el sujeto.
De un modo global se podría derivar de este punto de vista una
perspectiva cronológica. Y en efecto hay muchas· reflexiones de La
can en este sentido, por ejemplo,. cuando señala cte · qué manera el
grito, que en principio no diferencia al cachorro humano del animal,
se convierte en llamado a partir de la respuesta del Otro, respuesta
que, según Lacan indica, antecede a la pregunta. Es un modo de pen
sar Ja cuesu'ón que Lacan empieza a trabajar en su artículo ,s9bre el
lnf�rme de Lagache .. Es una perspectiva posible, pero no es la que
importa destacar aquí.
. 1 59
GUACl/;l,1 BtWDS1'1'
1 60
FUND,IMENTOS
S (el sujeto)
161
Gn,1c11fü1 BnovsKr
Sin embargo, para poder decir que el sujeto no es nada, hay que
dibujar primero la circunferencia del conjunto. Para poder decir que
no hay nada es necesario ubicar mínimamente el lugar, haciendo por
lo menos un trazo a partir del cual poder decir que allí no hay nada. Se
podría · no hacer el trazo y decir que no hay nada en el pizarrón, pero
de todos modos se trata ele un espacio delimitado del que se puede
afirmar que no hay nada en él. Si se carece de ese trazo se podría
recurrir incluso a un trazo natural. Se podría ir por el campo, encon
trar un pozo y decir que en ese pozo no hay nada. Pero el hecho de
formularlo así indica que eso que pertenece supuestamente al cam
po natural queda recortado con la enunciación cuando se dice: en
este pozo, en este lugar. Es decir, que dentro del conjunto de la natu
raleza se hace un recorte. Hacerlo con el diagrama de Venn es el col
mo de la simbolización, pero se podría hacer con el pizarrón o con la
sala misma, recortándola y planteándola como un conjunto vacío di
ciendo: en esta sala no hay nadie. Todo esto implica un trazado, el
recorte de un lugar · planteado como vado. En ese trazo, entonces; el
. sujeto como nada s·e encuentra con ·e l conjunto del Otro:
1 62
FUNOAMF.NTOS
I G3
Gu,1c1EL,1 BnoosKr
El ser El sentido
(el sujeto) (el Otro)
164
FUNDAMENTOS
El sin-sentido
�
El sér El sentido
1 65
GtMCIF.L1\ IJRODSKY
Ser Sentido
l GG
FUNDAMF.NTOS
.La llave de este mecanismo está en el factor común, que es.el fac
tor S 1 , que puede leerse del lado del Otro.y del lado del sujeto. Del lado
del sujeto (recuerden que S 1 está de los dos lados) es lo que Lacan
llama la "hipóstasis" del sujeto. Es el significante al cual el sujeto se
"identifica para poder tener un lugar en el campo del Otro, porque sin
ese significante es nada. Es su tarjeta de presentación. Se ve cómo del
lado del sujeto está esta doble vertiente de la cual habla Lacan en la
página 206. O el sujeto no es nada, y lo escribimos como falta en ser, �'
o se convierte en un significante. Es eso, ese significante, S 1 , a partir
del cual puede entrar en juego con el Otro. Esto es lo que se ve en la
matriz de los cuatro discursos, en el discurso del inconsciente, donde
el sujeto tiene un significante que lo representa y con ese significante
se dirige al campo del Otro.
1 67
(!RACIELA 8RODSKI'
1 68
FUND,IMENTOS
1 69
· Gn,1r.1F:1.,1 Bno1Js,;r
17 1
GRtlCIELA BRODSKI'
1 72
FUND1IMENTOS
. que hace emerger al sujeto que estaba escondido. Por eso se dice
que el efecto de sentido es finalmente letal en tanto hace surgir al
sujeto como muerto, como barrado, como nada, como un conjunto
vacío. Es en la concatenación con el S2 , con el segundo conjunto,
que surge algo que no se veía en el primero. Y lo que· no se veía es
una parte de ese conjunto. Sólo se veía ün elemento de ese conjunto.
Los conjuntos tienen elementos y tienen partes. El S 1 es un elemento
de los dos conjuntos. Del primero, es el propio círculo que marca, que
traza el conjunto. Del segundo es uno de los significantes. Es un ele
mento de ambos. Pero ambos conjuntos tienen una parte que no se
ve y que es el conjunto vacío. Esto es una definición matemática: lodo
conjunto tiene como parte el conjunto vacío. El conjunto vacío no
aparece hasta que no se lo hace funcionar como conjunto. El conjun
to vacío forma parte de los dos conjuntos.
Ser .Sentido
1 73
1
GRACIELA BRODSk'I'
1 74
FUNDAMEN1"0S
1 7 de noviembre de 1 999
1 75
X. LA SESIÓN ANALÍTICA
1 77
GRA.CIF.l,1 BRODSKI'
1 79
GRACIELA BJWDSKI'
Otro = � �(A)
Pero lo que define a este Otro no es ser el Otro del significante, sino
ser un Otro deseante. Es una diferencia decisiva. El Otro del signifi
cante implica la cadena de significantes. El Otro desean te incluye algo
que falla, dada la articulación entre deseo y falta. Es el drama de la
anorexia, q ue tiene que dej ar ele comer para que le falte al go, porque ,
a diferencia de lo que parece, está llena (es al menos la lectura que
hace Lacan en los años sesenta). Entonces, el Otro deseante es un
Otro al cual le falta algo.
Así tenemos la falla en ser del lado del sujeto, y del lacio del Otro
también hay una falta en tanto el Otro es un Otro deseante. La opera
ción de separación es la intersección de dos faltas. La falta del lado
del sujeto, y l a falta del l ado del Otro.
Para sostener la utilización de los diagramas ele Venn, por un lado ,
en el conjunto del suj eto está el conjunto vacío que llamamos .� , y del
lacio del conjunto del Otro también está el conjunto vacío. .
1 80
FUNDAMENTOS
Esta parte del conjunto del Otro (porque todo conjunto Liene par
les además de tener elementos), el conjunto vacío, no aparece, no se
pone en juego cuando se trata de los significantes, sino que entra en
juego cuando se supone que en el campo del Otro algo falta. 1-Iay en
tonces dos maneras completamente distintas de "dirigirse al Otro. En
la alienación la dirección al Otro está centrada en la búsqueda ele sen
tido. Se resume en la pregunta: "¿qué quiere decir mi síntoma?".
La separación implica una dirección al Otro centrada en otra pre
gunta: "me dice esto pero, lpor qué me lo dice, que quiere de mí? 11 •
Todos aquellos que han pasado por la experiencia del análisis sa
ben que hay otros momentos en los cuales importa poco lo que el
analista diga, sino por qué lo dice. Uno piensa: "está aburrido de mí",
"piensa que soy inanalizable", "es que prefiere a la que viene antes 11 ,
18 1
GRACIF.l,I BROUSK}'
Hay muchas •
reflexiones, por ejemplo en El seminario 1. 61 en las
que se ve como el objeto a forma parle y no forma parte del campo
del Otro, en referencia al concepto de exlimidad. Muchas cosas se
pueden desplegar según se tome una posibilidad u otra.
1 82
FUNDAMENTOS
Uno queda s in saber qué quiere decir eso. La cadena venfa enca
denándose de tal modo que cada significante definía al anlerior suce
sivamente:
nn
S' S'' S' "
1 83
GR,1c1ELA BnoDsKr
Pero también podemos s uponer que para hacer que ese momento
privilegiado en el que el S 1 y el $ se manifiestan se prolongue, se corta
la sesión en ese punto. Hay momentos privilegiados que no necesa
riamente hay que esperar de brazos cruzados a que se produzcan.
Uno puede ayudar a que no demoren tanto, sobre todo en la obse
sión, en la que hay poca simpatía por la falta en ser y una gran habili
dad para la búsqueda de sentido.
Supongamos ahora que la cadena se vuelve a interrumpir, pero en
esta ocasión el sujeto dice o piensa: "iba a decir _algo, pero al ver la
cara que tiene Ud. hoy, mejor no digo nada porque lo va a tomar a mal
y me va a cortar en dos minutos 11 • Lo que interrumpe la cadena en
este caso no es un Sl que pone de manifiesto al �, sino que es otra
cosa. A esa otra cosa la denominamos objeto a.
1 84
FUND,IMENTOS
1 - lugar
2- significante
3- deseo
1 85
Gruc1ELA Bnoos>:r
1 86
FUNO,\MENTOS
te cómo opera. Decir que tiene que operar haciendo la máxima dife
renda requiere interpretación. Efectivamente marca -una dirección,
pero no da una resolución. Es el problema del final del análisis. Ya
dice en el escrito sobre el informe de Lagáche que un final de análisis
tiene que acabar con la indeterminación subjetiva.
Es desde esta perspectiva que entonces se puede entender retro
activamente por qué Lacan habla de la pulsión como habla. Porque la
manera en que lo hace en los capítulos que le dedica, recuerda que la
pulsión da una vuelta por el campo del Otro. Es como si uno tuviera,
en esta parte que marco, el circuito de la pulsión.
(',a- , ')l
(
\,
/
_ __;)\
Muchas veces Lacan reflexiona sobre si el seno pertenece a la
madre o pertenece al niño. Es la pregunta sobre dónde ubicar ese
objeto, si en el campo del sujeto o en el campo del Otro. El mecanis
mo de separación, con la formulación del fantasma fundamental que
le sucede, tiene la forma de una respuesta: "me quiere mirar", 11 me
quiere escuchar". Es la respuesta a la pregunta: "lqué me quiere el
Otro?". Y a esa respuesta le voy poniendo los objetos pulsionales.
1 87
GR,\C/E/.,1 BRODSJ:}'
re?". Éste sería el circuito pulsional tal como se. desprende de la sepa
ración. Pero esto es completamente distinto a como se desprende de
los capítulos anteriores, donde Lacan formula la pulsión misma como
un "hacerse", donde el Otro es nada más que el campo donde se va a
encontrar un objeto para la propia satisfacción, y ya no hay ninguna
pregunta sobre "lqué me quiere .el Otro?". Se ve la diferencia. En este
sentido los capítulos sobre la pulsión parecen estar en avanzada res
pecto del esquema mismo de la separación, porque dan la idea de
que al final del análisis el estatuto de la pulsión no es: "lcómo respon
do a la pregunta por el deseo del Otro?" Es, en cambio, "lcómo me
satisfago?" Lo que no está descripto -es el mecanismo del -pasaje ele
uno al otro, lo que hace que la pulsión se transforme, y deshabite el
fantasma.
Por eso, porque este es mi llegaclero, el año que viene voy a traba
jar E/ seminario 1 5, "El acto psicoanalítico". Allí Lacan avanza un poco
más en esta dirección, en la dirección de cómo el fantasma funda
mental deviene la pulsión,· cuál es el estatuto de la pulsión por fuera
del fantasma fundamental. Si vamos a abordar ese seminario es por
que pudimos llegar hasta aquí. Los mecanismos de alienación y sepa
ración iluminan todas las idas y vueltas que hemos tenido con el in
consciente, la interpretación, la repetición, en fin, con los conceptos
fundamentales.
Cuando Lacan dice que el inconsciente está estructurado como
un lenguaje, hace referencia al inconsciente pensado según el meca
nismo de alienación. Es · el inconsciente S 1 -S 2 • Pero el inconsciente
como discon_tinuidacl, como corte, como interrupción, es el incons
ciente pensado de acuerdo con el mecanismo ele separación.
1 88
FUNDAMENTOS
1 89
GRAC//;LA 8JWDSKJ"
sentido, hay saber, y si hay saber hay un sujeto que sabe. Uno ubica
ese sujeto donde puede, de distintas maneras, y también se lo puede
ubicar en el inconsciente.
Esa creencia relanza la cadena, porque ahora empiezo a pensar
sobre lo que eso quie·re decir. Por ejemplo, "quiere decir que yo no
querfa venir y por eso tomé ese colectivo ... , etc." Es decir, que hay un
momento de detención, ly luego el sujeto supuesto saber relanza la
cadena.
Este punto de detendón es distinto del que se produce en la ver
tiente de la separación, donde emerge el objeto a, con motivo no ya
del · "qué quiere decir", sino del "qué me quiere" , o "por qué me dice
esto". Ahí también hay una detención, pero que es totalmente distinta
de la anterior. En este caso no se relanza la cadena, sino que se pone
en juego el fantasma. Lo que se relanza es: "seguramente me quiere ·
dejar, o me quiere seducir, o me quiere violar... ", en fin, toda la varie
dad fantasmática que podamos tener.
Son dos detenciones diferentes. En la primera, en tanto se s upone
el saber en otro lado, se relanza la cadena. En esta otra, hay un
relanzamiento pero de otra cosa. Es un producto que está tramado
con otra tela. . En el primer caso se trata de la operación de alienación:
con mi S 1 1 que no sé qué quiere decir, me dirijo al Otro donde está el
saber que es S 1 -S2 , el saber como cadena significante, y entonces ten
go el efecto i; por ejemplo: 11 yo pensaba que lo hice por tal razón, en
realidad es por otra, en�onces ya no sé lo que quiero". La transferen
cia como sujeto supuesto saber es totalmente rebatible sobre la ope
ración alienación.
Graciela Brodsky: En cierta medida sí, porque ir más allá del padr.e
implica ir más allá de una de las formas privilegiadas del Otro, es de
cir, cuando el Otro juega el papel de organizar el Edipo. Pero no es lo
que agota a'l Otro, pues: no todo del Otro es el Otro del Edipo.
Además , en la oper;ación separación no es evidente que se trate
del Otro del Edipo. Sería el Otro del Edipo si a la pregunta por lo que el
Otro quiere se respondiese desde el Penisneid, por ejemplo, "quiere a
1
1 90
FUNDAMENTOS
' los hombres porque . .." y todas las respuestas aprendidas de los libros
· qlie, a veces, se despliegan en un análisis.
Ir más allá del padre es equivalente a dejarse guiar por la pulsión.
Es una pulsión que no está reglada por los significantes ideales que
provienen del complejo paterno. No se trata tanto de us·ar al Otro como
satisfacción pulsional , sino de usar al Otro como instrumento, valerse
· · del Otro.
La idea es fantástica. No hay s atisfacción puls ional en este "hacer
. se" del sujeto que no pase por el Otro. Pero este pasaje no tiene que
, ver con la interrogación por el deseo del Otro, o por el goce del Otro,
1
t sino que el Otro sirve para la propia satisfacción. No es exactamente
lo mismo que gozar del Otro. Lacan va a decir en El seminario 20 que
. nadie goza del Otro. Nadie goza más que de u�a parte del cuerpo,
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: ción pulsional, es al pasar por el campo del Otro donde voy a encon-
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trar los objetos de mi satisfacción, ya sea mi partenaire sexual o mi
· computadora o mi zapato, todo eso lo encuentro en el campo del Otro.
Pero efectivamente cuando s e trata de alguien encarnado, es más fá
. cil hacer la pregunta: 11 lqué me quiere?" y entonces empezar a con
i ;. fundir el plano del amor y el del deseo, cosa que con el zapato no
: ocurre, y en este sentido es más lograda la solución perversa que la
neurótica en lo que se refiere a la pulsión.
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GRACIELA BRODSKl'
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