E l autor
ÍNDICE GENERAL
P r ó l o g o ............................................................................................ 9
P ala br as p r e l im in a r e s .......................................... 13
A b r e v ia t u r a s u t il iz a d a s ................................................ 27
P arte P rimera
1. Antecedentes............................................................ 31
2. Jean Monnet y el nacimiento de la gran idea europea 35
3. El “Plan Schuman” y la primera de las Comunidades:
la C E C A ................................................................... 37
4. La experiencia se amplía: el nacimiento de la CEE
y de la C E E A .......................................................... ...38
5. La reacción inglesa y la primera ampliación......... ...40
6. La evolución posterior: sucesivas ampliaciones y dos
grandes reformas ...................................... .............. ...41
7. Los desafíos del fu tu ro ............................. .............. ...45
C) Anexo práctico
C apítulo II
EL MERCOSUR
A) Orígenes y evolución
93
Í n d ic e general 17
B) Objetivos y métodos
102
C) Características principales
D ) Anexo práctico
P a rt e S e gu n da
INSTITUCIONES COMUNITARIAS
C apítulo m
A) Introducción
................................................................................... na
J I'hmi.anh
18 M anual de derecho c o m u n it a r io
B) La Comisión
C) E l Consejo de Ministros
D) El Parlamento Europeo
F) E l Tribunal de Cuentas
H) Anexo práctico
C apítulo IV
A ) Introducción
...........................................................................................157
173
174
H) Conclusiones
175
I) Anexo práctico
P arte T ercera
C apítulo V
A) Clasificación
........................................................................................... 181
B) E l derecho primario
C) E l derecho secundario
E ) Anexo práctico
C apítulo VI
A ) Introducción
...........................................................................................209
B) Clasificación
216
D) Anexo práctico
P arte C uarta
C apítulo VII
LA U N IÓ N EUROPEA: PR IN C IPIO S DE PR IM AC ÍA
Y EFECTO DIRECTO
A) Introducción
....................................................................................... 225
D) Anexo práctico
C apítu lo VIII
A) Introducción
................................................................... 265
D) Anexo práctico
B ib l io g r a fía 289
C a p ít u l o P rim ero
París, 1976, p. 129 (trad. del autor: “Los hombres solo aceptan los cambios
frente a la necesidad y no ven la necesidad más que en las crisis”).
Hacer una prolija cita de todos aquellos que, de alguna u otra m anera
y en una u otra época, fueron precursores de lá unión de Europa excede el
objetivo de este trabajo. Por eso, me limitaré solo a algunos nombres y proyectos.
Fuera de Europa, Alexander Hamilton, uno de los padres de la Constitución
norteamericana de 1787, llamaba a la unión de los diferentes Estados del norte
porque “si se mantuvieran separados unos de otros, estarían sujetos a las vi
cisitudes de la guerra y de la paz ( . . . ) que le han tocado en suerte a todas las
naciones vecinas no regidas por un único gobierno”. Los objetivos principales
que una Unión estaba llamada a lograr eran, para Hamilton, los siguientes:
“( . . . ) la defensa común de sus miembros, el mantenimiento de la paz piíblica
frente a ataques externos o frente a posibles revueltas internas, la regulación
del comercio con los demás países y también entre Estado y Estado y el ccntrol
general de todas las relaciones políticas y comerciales con países extranjeros”.
Como vemos, estos objetivos trasladados al contexto europeo tienen, todavía
hoy, una actualidad sorprendente (cit. por Catalano, Nicola, y Scarpa, Riccardo,
Principios de derecho comunitario, Tecnos, Madrid, 1988, p. 15.)L En Europa,
ese sueño proclamado, por ejemplo, por el italiano José Garibaldi desde su pé-
riódico los “Estados Unidos de Europa’r (1860) se fue gestando de a poco, su
perando diferentes y frustrantes experiencias, como la creación en París (1920),
a instancias del presidente norteamericano W. Wilson, de la “Sociedad de las
Naciones” con el objetivo de ínantener la paz entre los miembros e incrementar
su cooperación; el proyecto para una “Unión Paneuropea* del conde austríaco
Koudenhove-Kalergi (Viena, 1923) o el memorándum del ministro de asuntos
oxteriores francés Sr. Aristides Briand de 1930, mismo año en el que «1 n a
cionalsocialismo triunfaba en Alem ania y preludiaba el horror. Todos ellos se
oatructuraron sobre la base del intergubermentaJismo, como organismos inter
nacionales de cooperación política y, por tanto, flSh un sistema de decisones
adoptadas por unanimidad. La Segunda Guerra M undial demostró, de nodo
patético, su inoperancia.
2 Sir Winston Churchill, héroe de la guerra y uno d e los artífice» d«»
Iii paz, consideraba, por un lado, que el Reino U n id o no e r a parte dolcon
II, Km kkund
34 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
tinente; y, por otro, que las islas tenían suficiente poder, colonias y relaciones
con el mundo (los E E .U U . y el Commonwealth), como para intentar su re
cuperación por caminos distintos a los de Europa.
3 Ver el “discurso de Zurich” en el “Anexo práctico” de este capítulo.
4 Puede leerse su “discurso de H arva rd ” en el “Anexo práctico” de este
capítulo. El Plan M arshall consistió, básicamente, en la concesión de prés
tamos a los europeos por 12.000 millones de dólares. L a Rusia Soviética se
rehusó a participar en el Plan M arshall y arrastró a otros países del este
qué habían manifestado su interés.
5 B ainbridge, T., and T ea sd a le, A., The Penguin companion to European
Union, Penguin Books, London, 1995, p. 323.
6 L a O E C E se transformó, en 1961, en la “Organización para la Coo
peración y el Desarrollo Económico” (O C D E ).
L as c o m u n id a d e s e u r o p e a s 35
editada por Plaza & Janes, pero agotada) y M on n et, Jean, Reperes pour une
méthode; propos sur l’Europe a faire, Fayard, Paris, 1996.
11 “Cuando parti en mi primer viaje al extranjero, a los dieciocho años,
mi padre me dijo: ‘N o lleves libros. N adie podrá reflexionar por ti. M ira
por la ventana, habla con la gente. Presta atención a quien tengas a tu
lado’ ” (M o n n e t, Jean, Mémoires, Fayard, Paris, 1976, p. 47).
12 “Il faut changer le cours des événements. Pour cela, il faut changer
l’esprit des hommes. Des paroles n’ y suffisent pas. Seule une action inmé-
diate portant sur un point essentiel peut changer V état statique actuel”, M o n
net, Jean, Mémoires, p. 344 ( trad. del autor: “H ay que cambiar el curso de
los acontecimientos. P a ra ello, hay que cambiar el espíritu de los hombres.
Las palabras ya no bastan. Solo una acción inmediata sobre un punto esencial
puede modificar el statu quo actual”).
13 Olm i, Giancarlo, “Introducción” a la obra colectiva Treinta años de
derecho comunitario, Comisión de las Comunidades Europeas, Luxem burgo,
1984, p. 1.
L as c o m u n id a d e s e u r o p e a s 37
§ 3. [ E l “P lan S chuman” y l a p r im e r a d e l a s C o m u n id a d e s :
la CECA. — En^l950 Francia se sentía el líder de Europaj y
de alguna manera lo era14. Presionada por los Estados Unidos
y Gran Bretaña, necesitaba resolver “el problema alemán” 15
con una fórmula distinta a la propuesta por Rusia, que pre
tendía crear una zona de protección. [El Plan Schumanj ela
borado por Monnet y sus colaboradores- en poco más de un
fin de Remana, ^perseguía tres obietivosij
а) ¡El de una “Unión Europea’j(en la declaración Schuman
se la' nombra tres veces)[como solución a la cuestión del peligro
del rearme alemán y para el reaseguramiento de la paz.)
б )(La modernización de Francia y especialmente de su
industria, que estaba sobreprotegida y era ineficaz16./
c) fEl interés francés en convertirse de nuevo en una gran
potencia; lo que, frente la continua pérdida de su poder co
lonialista^. solo parecía posible si jugaba un papel protagónico
en Europa.]
14 Francia fue hasta 1972, con la adhesión del Reino Unido a las Co
munidades, la única potencia atómica en Europa y el único Estado europeo
que ocupaba un lugar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
1R Alem ania, después de la guerra, había quedado dividida en dos. mi-
ludes: una esclava del bloque soviético y la otra, libre. E ra vital anclar la
Alemania libre a Occidente y neutralizar cualquier posibilidad de nuevos en
frentamientos en Europa. Recordemos que Francia y Alemania se habían
flocho la guerra tres veces en menos de un siglo.
16 Se tenía entonces el convencimiento de que una de las causas prin
cipales de la derrota francesa frente a los alemanes era la ausencia de unn
liwluHtrja moderna.
17 Francia debió abandonar, entre las décadas de los 40 y los 60 Iuh
enlomas do Indochina, la administración del C anal de Suez y Ar^olia
38 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
§ 4. L a e x p e r i e n c i a s e a m p l í a :{j e l n a c i m i e n t o d e l a CEE
y d e laCEEA. — El éxito de la CECA fue rotundo, y al poco
tiempo y luego de algunos traspiés como la fracasada iniciativa
de la Comunidad Europea de Defensa (CED) que intentaba
una solución europea al rearme alemán20, se percibió la ne
cesidad y la conveniencia de extender la experiencia a toda
la actividad económica.
§ 5 . L a r e a c c ió n i n g l e s a y l a p r i m e r a a m p l i a c i ó n . — De
inmediato* Gran Bretaña] que no se consideraba parte de Eu
ropa y; qué tenía sus intereses más inclinados a fortalecer al
Commonwealth y sus relaciones con los Estados Unidos)(creó
una zona de libreV:omercio con varios de los Estados europeos
que no formaban parte de la CEE. La Asociación Europea
de Libre Comercio (AELCJ o, en su denominación inglesa, la
“European Free Trade Association”, EFTA)24Jpretendía solo que
las mercaderías circularan libremente entre los socios, pero
no implicaba ninguna cesión de soberanía j (ni siquiera el es
tablecimiento de un arancel externo común) que es lo que des
velaba, y aún desvela, a los ingleses.
Pero el éxito de la CEE fue muy rápido y muy evidente
y el de la EFTA no tanto. En 1962, un año antes de lo previsto,
§ 6. La e v o l u c i ó n p o s t e r i o r : s u c e s iv a s a m p l i a c i o n e s y d o s
tirarse por segunda vez, luego de otro revés en la consulta popular, por el
52,2 % ^ontra el 47,8 % de los votos.
40 Los nuevos miembros son países con un densidad poblacional b a ja
(aportaron solo 21,6 millones de ciudadanos a la Unión, permitiendo el des
censo del índice de densidad poblacional en Europa, de 147 a 114 habitantes
por km 2), un nivel de vida elevado (el P IB por habitante a precios corrientes
en 1993 fue para A ustria de 19.453 ecus; para Finlandia de 14.110 ecus y
para Suecia de 18.256 ecus), con legislaciones sociales muy alanzadas, un a
industria desarrollada y diversificada y muy celosos de la protección del am
biente y de los consumidores (fuente: Eurostat, “L’Europe en Chiffrea", 4*
ed., Bruselas, 1995).
41 Isaac, Guy, Manual de derecho comunitario general, 2® ed., Ariel Do-
rocho, Barcelona, 1991, p. 31, y M angas M a rtín , Araceli, Derecho comunitario
europeo y derecho español, 2® ed., Tecnos, M adrid, 1987, p. 18
46 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
§ 8. ¿ F e d e r a c ió n de E stados, c o n f e d e r a c ió n , o qué? —
Cuando se intenta clasificar a la Unión Europea dentro de
uno de los tipos de sistemas políticos clásicos, no son pocos
los problemas que aparecen. ¿Es la Comunidad una federa
ción; una confederación o un sistema intermedio, o, más bien,
superador? S a r miento G a r c ía y F a r r a n d o 45 dedican una parte
de su muy buen trabajo a un análisis que yo puedo hacer
aquí solo parcialmente.
Con cita de D e l a M o r e n a y D e l a M o r e n a 4^ sostienen
que “la Comunidad es ‘mucho más’ que una confederación” a
la que el autor que citan conceptualiza como_“una unión oca
sional de Estados para fines concretos prefijados en el corres
pondiente tratado, que opera como norma única de la misma,
y del cual nacen obligaciones únicamente para los Estados fir
mantes y solo exigibles por los cauces del derecho internacional,
al retener aquellos su plena soberanía frente a la unión surgida
y a sus demás Estados miembros”.
En efecto, creo quería Unión Europea no se parece mucho
a una ^confederación)* Fundamentalmente( porque:
1) No es una unión ocasional de Estados. Tiene en la letra
de los tratados, y en su espíritu, ambiciones de perpetuidad.)
2) Tampoco podemos decir “que tiene fines concretos pre
fijados en el correspondiente tratado”j por supuesto que tiene
h u s fines (inmediatos y mediatos) pero ellos son tan abarca-
§ 9. P e r s o n a l id a d j u r í d i c a i n t e r n a c i o n a l . — ( Las Comu
nidades Europeas son organizaciones de derecho internacional,
y sujetos del derecho internacional! (arts. 6Q, CECA; 210, T.CE, y
184, T.CEEA). '
[Se basan en el derecho internacional y sus leyes fundamen
tales, los tratados, se someten a las reglas consuetudinarias
y convencionale^f3. |Pero los tratados no regulan exclusivamen
te relaciones internacionales, sino también intersubjetivas, par
ticulares. JLos principales destinatarios del proyecto integra-
dor y de sus normas son los particulares, las personas físicas
y jurídicas. Este es uno de los aspectos más originales y ca
racterísticos del sistema, que ha roto el tabú de la cooperación
de naturaleza exclusivamente intergubernamental entre los
Estados.
§ 10. U n a U n i ó n d e l a d i v e r s i d a d . — En la Europa de
los 15, un ciudadano galés puede intentar su búsqueda de tra
bajo en Copenhague, en las mismas condiciones que un danés;
un milanés encontrará en el supermercado paté francés en la
misma cantidad y variedad que en París; un londinense podrá
tener su cuenta de ahorro en Luxemburgo sin ningún límite
ni trámite extra a los que deba hacer en el Banco de la esquina
de su casa y un catalán podrá contratar el seguro para su
coche en Austria, si así lo desea54.
Mientras cualquiera de ellos recorre Europa, solo se en
contrará con algunos pintorescos carteles en azul y con es
trellas amarillas (la bandera comunitaria) que le anuncian,
por ejemplo, que acaba de cruzar los límites de Bélgica para
entrar en Alemania. Nada de fronteras ni de aduanas; nada
de controles fronterizos o de engorrosos trámites55. Es que jus
tamente de todo ello se trata: de hacer, por una parte, que
todos y cada uno de los ciudadanos europeos disfruten de las
ventajas de circular y desarrollarse sin trabas de ningún tipo,
en un único mercado ampliado, con variedad de productos y
servicios a mejor precio y calidad y, por la otra parte, que
los Estados miembros y los operadores económicos puedan ex
plorar y explotar un mercado de casi 370 millones de poten
ciales consumidores56.
Todo ello ocurre en un espacio de 3.235.000 km2, en el que
conviven armónicamente diferentes culturas, idiomas y reli
giones. En realidad, lo único que parecen tener en común los
europeos es el espacio físico (de límites no muy claros)57 y,
§ 11. U n m e r c a d o c o m ú n c o n v o c a c i ó n d e u n i d a d p o l í t i
ca. — La fórmula que Europa eligió para asegurar la paz y
la prosperidad de sus pueblos fue la constitución de un mercado
común. Y puede decirse que los objetivos han sido logrados
con creces. Una guerra que enfrente a los miembros es hoy
prácticamente impensable, y los índices de desarrollo y el nivel
de vida que exhiben los ciudadanos de la Unión se encuentran
entre los más altos del mundo. Veamos entonces qué es esto
de un mercado común.
Im pidiera p roseguir e l proyecto en el que se han com prom etido los otros Es
tad o« m iem bros, no podría in tegrarse en la U n ión d e fo rm a satisfactoria.
Kn «1 contexto de la am pliación será necesario descartar to d a am bigüedad
o m alentendido sobre este punto” .
El art. XXIV, párr. 8g, del G A T T define dos de esas formas, la unión
iiiluanora y la zona de libre comercio. Ver Basaidúa, Ricardo X., E l M ercom r
v las etapas de la integración, E D , t. 160, p. 818, y E n torno al derecho ti*
Integración, ED, diario del 6/6/96.
54 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
§ 13. L a c e s ió n , t r a n s f e r e n c ia o a t r i b u c i ó n p r o g r e s iv a d e
SOBERANÍAS DE LOS ESTADOS MIEMBROS A LA S UPRANACIONAUDAD. —
a) Las habilitaciones constitucionales. Uno de los aspectos más
originales de la Unión Europea consiste en la cesión o trans
ferencia de soberanías de los Estados miembros a la supra-
nacionalidad.
Para adquirir la calidad de Estado miembro de las Co
munidades, el candidato a la adhesión debe disponer de poder
jurídico para consentir delegaciones de competencias naciona
les a instituciones internacionales67. Por ejemplo, la Consti
tución española de 1978 dispone qiie el Estado puede atribuir
“el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución” a
organizaciones internacionales68. Así, todas las constituciones
§ 14. 1U n a “c o m u n id a d d e d e r e c h o ” c o n c í r a c t e r e s e s p e
. — La Comunidad Europea ha sido caracterizada, des
c íf ic o s
73 T JCE , sent. del 15/7/64, “Costa c/E.N.E.L.”, as. 6/64, Rec. 1964, ps.
1158 y 1159. Véasela en el “Anexo práctico” de este capítulo.
74 Caracterización muy extendida en la doctrina. Ver, por todos, Bekn
mardt, Rudolf, “Las fuentes del derecho comunitario: la constitución de la
Com unidad” en Treinta años de derecho comunitario, Comisión de las O o
inunidades Europeas, Luxemburgo, 1984, ps. 73 y ss., y Louis, ob. cit., ¡ih.
y siguientes.
60 M a n u a l de d e r e c h o c o m u n it a r io
C) Anexo p rá c tic o
Sección 1
F U E N T E S N O R M A T IV A S
Sección 2
6, F h kkm nii
66 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
Sección 3
J U R IS P R U D E N C IA
Sección 4
P R E G U N T A S Y EJ E R C IC IO S
EL M E R C O S U R *
A) Orígenes y evolución
7. Fm k k u n i »
98 M anual de derecho c o m u n it a r io
11 Eso era bien claro en Asunción y, todavía más, en la “prim era gran
reform a” del Tratado: el Protocolo de Ouro Preto.
Dice Héctor G ross E s p ie l l , canciller uruguayo, en El Tratado de A su n
ción y algunas cuestiones jurídicas que plantea, E D , t. 144, p. 913, que: “en
cuanto al Tratado de Asunción en sí mismo, es cierto que técnicamente pudo
haber sido mejor y, desde este punto de vista, pudieron haberse alcanzado
fórmulas iñás afinadas. Pero ese perfeccionismo fue imposible. En las cir
cunstancias en que se concibió, negoció y redactó, no era factible que resultara
mejor”. Por su parte, Fernando E nrique Cardoso, presidente del B rasil, en
el diario “L a Nación” del 6/4/96, a la pregunta: “A p artir del M ercosur y del
eje Buenos Aires B rasilia ¿hay que pensar en una integración regional más
vasta, y no solo comercial, liderada por estos dos países?, contestó: “Más
vasta sin dudas. Chile y a está cerca y m añana yodrá ser Venezuela. A cuer
dos políticos podrán darse entre países, pero estamos muy lejos de llegar a
algo sim ilar a la Unión Europea. A quí no hemos seguido ese camino porque
nos pareció que iba a provocar muchas resistencias, algo que no ocurre con
In integración productiva y comercial”.
Solo acotaré que el Brasil aparece como uno de los más claros opositores
ii la creación de una estructura que pueda tener algo de supranacional o a
Iii cesión de soberanías a dicha estructura (conf.,entre otros, P é r e z O t e r m Í n ,
ob. cit., p. 24). Lo que no sé si se tiene claro es: a ) que la integración pro
ductiva y comercial provoca tantas “resistencias” como cualquier otra; />) m i
100 M anual de derecho c o m u n it a r io
B ) Objetivos y métodos
§ 19. \ e l T r a t a d o d e A s u n c i ó n e s t á f u n d a d o e n l a r e c i
— El artículo 2Qdel T.A. dice que: “El Mercado Co
p r o c id a d .
D ) Anexo práctico
Sección 1
F U E N T E S N O R M A T IV A S
Sección 2
FUEN TES D OCUM ENTALES
Sección 3
P R E G U N T A S Y E J E R C IC IO S
INSTITUCIONES COMUNITARIAS
C a p ít u l o I I I
IN S T IT U C IO N E S D E LA S C O M U N ID A D E S
EUROPEAS*
A ) Introducción
M. Filli ICI.ANII
114 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
B ) La Comisión
§ 21. C o m p o s ic ió n y c o n d ic io n e s d e n o m b r a m ie n to y d e s e m
p e ñ o . — (L a C om isión se in te g ra con veinte C o m is a rio s 9, dos
n acion ales por cada uno de “los g ra n d e s ” (e l R ein o U n id o , F r a n
cia, A le m a n ia , It a lia y E s p a ñ a ) y uno por cada uno de los
otros d iez. S u m a n d a to d u ra cinco años y p u ed en ser re e le
gid os indefin idam en te/ vLos C o m isa rio s deben ejercer su s fu n
ciones con a b so lu ta indepen den cia, lib re s de c u a lq u ie r p resión
de sus E stados nacionales y en beneficio del interés gen eral de
la C o m u n id a d ]
iS o n p e rso n a lid a d es p ro p u e sta s por sus respectivos G o b ie r
nos y de sig n ad o s por “los qu in ce” p re v ia con sulta a l P re sid e n te
de la Com isión. P o r su parte, j b I P re sid e n te de la C om isión
se elige de com ún acuerdo por los G obierríoi" de los E sta d o s
m iem bros, p re v ia con sulta al P a r la m e n t o ._ U n a vez d e s ig n a
dos, el P re sid e n te y los d em ás C o m isario s se som eten cole
g ia d a m e n te a l voto de aprobación del Parlam ente^10.
ItLos C o m isa rio s term in a n su s m an d ato s a la fin alización
del respectivo período, o por fallecim ien to, d im isió n v o lu n ta ria ,
cese (si d e jan de re u n ir la s condiciones de in d epen den cia y
cap a c id ad n ece sa ria s p a ra su elección), o m oción de ce n su ra
contra la C o m isión en pleno por p a rte del Parlam ente^
E l cargo de C o m isario a c a rre a el cum plim ien to de estric
tísim os d e be res de secreto profesion al, h on estidad y decoro d u
ran te su actuación y tam bién lu ego "de que ella fin a liza. El
T rib u n a l de Ju sticia sanciona, a in stan cias del C o n sejo o de
la p ro p ia C om isión, los in cu m plim ien tos a estos d e b e res con
el cese en la función y la privación de los derechos pasivos
(a rts. 157 y 160, T .C E ).
§ 22. S e s i o n e s , y f o r m a d e t r a b a j o . — ( La Comisión es
un órgano colegiada (lo que implica solidaridad y correspon
sabilidad en su actuación)! en el que las decisiones se adoptan
por mayoría simple. Sesiona convocada por su Presidenté cada
vez que lo considera necesario, generalmente una vez por se-
m anaO y a puertas cerradas^ El trabajo interno es coordinado
por el Presidente y existen varios vicepresidentes, quienes tie
nen la única función, como tales, de reemplazar al Presidente
en el supuesto de que no pueda desarrollar normalmente sus
tareas.
El volumen de tareas que maneja la Comisión es enorme.
Para afrontarlo| se recurrió al trabajo en Comisiones y en Di
recciones* Generales con determinadas áreas de competencia
específics) (de medio ambiente, de industria, de competencia,
de presupuesto, etc.).
t
La Comisión tiene dos formas de decidir: a) en la reunión
Jomisarios, con el correspondiente orden del día, o b ) por
el “procedimiento escrito” que consiste en la elaboración, por uno
de los Comisarios, de alguna propuesta y su circulación entre
todos los demás por un plazo determinado, luego del cual, si
no merece reservas u objeciones, se considera adoptada por
la Comisión con constancia en el acta de la reunión inmediata
posterior!
\El trabajo fundamental de la Comisión consiste en la ela
boración de las propuestas normativas; en el control y guardia
del respeto a los tratados y a las normas comunitarias por
Estados y personas y en su esencial función moderadora entre
los Estados miembros o entre el Consejo y el Parlamento!12.
13 E l art. 59, T.CE, dice: “Los Estados miembros adoptarán todas las
medidas generales o particulares apropiadas para asegurar el cumplimiento
de las obligaciones derivadas del presente Tratado o resultantes de los actos
de las instituciones de la Comunidad. Facilitarán a esta última el cumpli
miento de su misión. Los Estados m iembros se abstendrán de todas aquelln*
medidas que puedan poner en peligro la realización de los fines del preaonU’
Tratado”.
122 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
C) E l Consejo de M inistros
‘
§ 26. S e s i o n e s , t r a b a j o y v o t a c i ó n . — Su convocatoria
no depende de los Estados miembros.' Se reúne, en marató-
nicas sesiones que duran dos días (lunes y martes), por ini-
U K im iu .A N ii
130 M anual de derecho c o m u n it a r io
§ 27.1 L a S e c r e t a r ía G e n e r a l d e l C o n s e j o . — Finalmen
te, una breve referencia a la Secretaría General del Consejo.
Es el órgano que nutre de infraestructura material y técnica
al Consejo en sus tres niveles (grupos de trabajo, COREPER
y el propio Consejo). El Secretario General es nombrado por
el Consejo por unanimidad. Su estructura se completa con
un gabinete de la Secretaría General, un Servicio Jurídico y
siete Direcciones Generales. Más de dos mil funcionarios tra
bajan en la Secretaría General, en tareas tales como la coor
dinación y preparación de las reuniones, la redacción de sus
actas y la cada vez más complicada! traducción de los docu
mentos a las once lenguas oficiales de la Comunidadj
E) E l Tribunal de Ju sticia
de las Comunidades
Europeas
4" Kl T i II h iiim I oII k »' ii un ahogado gen eral p rin cipal que solo coordina
I iin l u í I « * " «l' imtM poro que no puede in te rv e n ir en el contenido de
hun oonolualoii»*
<7 M am*i v M a iit In , Sintonía . . p. 19.
l'ir>h<iu|it i|iu> ii 1,1'nvdM clr Ion cohos ju rispru d en ciales que seleccioné
p a r« m i l i uno *1» • npltulon, puodan exam inarse las características de
I n s t it u c io n e s d e . l a s c o m u n id a d e s europeas 143
§ 36. E l T r ib u n a l de P r im e r a I n s t a n c ia de las C o m u n i
F ) El Tribunal de Cuentas
wmm*
10, Fmucura»
146 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
§ 39. E l B a n c o E u r o p e o d e I n v e r s io n e s ( B E I ) . — El BEI
constituye el principal instrumento estructural comunitario en
el ámbito financiero. Tiene por misión contribuir al desarrollo
equilibrado y estable del mercado común en interés de la Co
munidad, recurriendo al mercado de capitales y a sus propios
recursos]
A tal fin, cuando los emprendimientos, por su amplitud
o naturaleza, no puedan ser enteramente financiados por los
Estados partes, debe facilitar, mediante la concesión de prés
tamo» y garantías, y sin perseguir fines lucrativos, la finan
ciación do proyectos para el desarrollo de las regiones más
at ramida:!, para la modernización y reconversión de industrias,
<> para encarar proyectos de interés común a varios Estados
mUmbro*.
|ui. U .....I* l mopu, un lo cual las decisiones serán tomadas de la forma más
( m o ni .... i........ H Inn ciudadanos” (véase también el Preámbulo, con una re-
............ HMialiir) Y ello «i* vo reflejado a lo largo de todo el Tratado por el
i|in' ................ i ....... imi Im li in ii i de la Unión, se “democratiza” algo más el proceso
ili'i tm<** i....... i (luiii. ...... mu dol Parlamento, se le da a este más facultades
ilu lonlrali *•*• ' I ( Mioitó de Iuh Regiones y se lo hace participar, junto
til C I mi .............. 4i i l l i l m l «U» ilmbitos, se crea la figura del Defensor del
PiimIiIu iiIi i Ikih I'him ••ni|illMr( vdaao mi trabajo Europa en perspectiva: un
(Milita!» •/. / /I«•#.#./»• M<ui»tricht, LL, t. 1994-E, ps. 145 y siguientes.
M MAM'iAH M Alt IIM , p. 30.
I n s t it u c io n e s de l a s c o m u n id a d e s europeas 147
H ) Anexo práctico
Sección 1
FUENTES NORMATIVAS
Sección 2
FUENTES DOCUMENTALES
Sección 3
J U R IS P R U D E N C IA
Sección 4
P R E G U N T A S Y E J E R C IC IO S
1 . La Comisión.
1 .1 . ¿A quién representa? ¿Qué intereses defiende?
1.2. ¿Por qué se la caracteriza como “el motor” de las Co
munidades?
1.3. ¿Cuáles son sus tareas fundamentales?
1.4. ¿Qué es lo que hace la Comisión cuando un Estado
miembro incumple el derecho comunitario? (ver art. 169, T.CE).
1.5. ¿Puede la Comisión sancionar a los particulares y a
las personas jurídicas de los miembros? ¿Por medio de qué
acto típico? (ver arts. 189 y 155, T.CE).
1.6. ¿Cuál es la participación de la Comisión en el proceso
de decisión comunitario?
2 . El Consejo.
2 . 1 . ¿A quién representa el Consejo de las Comunidades?
2 .2 . ¿Qué se quiere decir cuando se habla del “déficit de
mocrático europeo”?
2.3. ¿Cómo le parece a Ud. que podría superarse?
2.4. ¿Cómo se adoptan las decisiones en el Consejo?
2.5. Calcule el tiempo que demora el Consejo para tomar
cualquier decisión, suponiendo que a cada ministro se le con
154 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
A ) Introducción
1 M o lin e r , M aría, Diccionario del uso del español, Gredos, M adrid , 1991,
y Diccionario de la Real Academia E sp a ñ ola , Espasa Calpe, M adrid, 19IH
160 M anual de derecho c o m u n it a r io
11. FlIKRIANIt
162 M anual de derecho c o m u n it a r io
§ 44. S e s i o n e s , f o r m a d e t r a b a j o y v o t a c i ó n . — Se reúne
en sesiones ordinarias o extraordinarias todas las veces que
lo considere necesario pero, por lo menos, una vez cada tres
meses. Las reuniones se realizan en los Estados partes en
forma rotativa y por orden alfabético19. Ni el Tratado, ni el
Protocolo, ni el reglamento interno del GMC dicen quién es
el que convoca a sus reuniones. De todas maneras creemos que:
a) El Consejo puede convocarlo, porque es su superior je
rárquico y porque la naturaleza del Grupo es, fundamental
mente, ejecutiva de las decisiones del Consejo;
b) que_puede autoconvocarse. v
c) finalmente, que cualquier sección nacional del Grupo
puede solicitar su reunión.
El T.A. lo habilitaba a crear los Subgrupos de Trabajo que
fueran necesarios para el cumplimiento de sus cometidos. Se
crearon inicialmente diez Subgrupos (Anexo V, T.A.). Ellos son:
1) asuntos c o m e r c i a l e s ; 2) asuntos aduaneros; 3) normas téc
nicas; 4) política fiscal y monetaria relacionada con el comercio;
5)Jransporte terrestre; 6) transporte marítimo; 7) política in
dustrial y tecnológica; 8) política agrícola; 9) política energé
tica, y 10) coordinación de políticas macroeconómicas.
Los Subgrupos están integrados por un funcionario gu
bernamental por cada Estado parte y su función, en lo esencial,
ha sido hasta ahora la de relevar las legislaciones de los Es
tados miembros, identificar las asimetrías existentes y elevar
propuestas normativas al Grupo con el fin de armonizar o uni
ficar legislaciones, según corresponda, en las respectivas áreas
de competencia. Los Subgrupos suelen invitar a representan
tes de la actividad privada de los Estados miembros a las reu
niones “preparatorias”, pero en las reuniones “decisorias” están
excluidos, y solo participan los integrantes de los Subgrupos
(cap. VII, Reglam. interno, GMC).
Como analizaremos en el numeral siguiente, el GMC tiene
poder de decisión, pero también puede, y debe, elevar proyectos
de-decisiones al CMC y elaborar planes de trabajo o de acción.
D ) L a Comisión de Comercio
del Mercosur
H ) Conclusiones
I ) Anexo práctico
Sección 1
FUENTES NORMATIVAS
Sección 2
FUENTES DOCUMENTALES
Sección 3
PREGUNTAS Y EJERCICIOS
12. Fhkkmno
P arte T ercera
A ) Clasificación
(Continuación de la nota 2)
gatorias (dictámenes o recomendaciones emanadas del Consejo o de la Co
misión); c) actos sui géneris (obligatorios: reglamentos internos y disposi
ciones que no poseen destinatario), no obligatorios: resoluciones, informes,
declaraciones, program as de acción), y d ) complementarias (derecho suple
torio: internacional público e interno de los Estados miembros, principio»
generales del derecho, costumbre, doctrina); Cerexhe prefiere la siguiente
división: a ) fuentes obligatorias (tratad os, derecho derivado, actos conv«<u
cionales y principios generales); 6) fuentes no obligatorias; c) fuentón m « i |
géneris, y d ) derecho supletorio.
184 M anual de derecho c o m u n it a r io
§ 54. T r a t a d o s “ m a r c o ” o “ c o n s t i t u c i ó n ” y t r a t a d o s “ l e ■
y e s " . \— Tras esta larga, y quizá tediosa, enumeración de do
§ 55. P r im a c ía , e f e c t o d ir e c t o y a p l ic a b il id a d d ir e c t a d e
— Dedicaremos un ca
l a s n o r m a s c o n t e n id a s e n l o s t r a t a d o s .
pítulo entero al examen de estas características decisivas de las
Comunidades Europeas. Solo adelantaremos aquí queí las nor
mas del tratado prevalecen sobre las normas internas^son siem-
pre directamente aplicables, por lo que no requieren,, para des
plegar sus efectos, de actos de incorporación de los Estados
miembros. Además, que pueden ser invocadas directamente por
los particulares frente a los poderes públicos o frente a otros
\
particulares siempre que contengan un mandato claro e incon
dicional, no sometido a reserva o apreciación por parte del Estado
miembro ni supeditado a un plazo (o extinguido este)]
C) El d erech o secundario
< l « * l I ........ ................ ...... iMitMirlit, oNtoH actos innovan el contenido de los tratados
y í’o ii I it'iH'n ............ i-i liiuiriiiH co m parab les a las que establecen la s leyes
nnc'ioiiMI* h 1. t. . I mi tin...... ntido, vor Louis, ob. cit. p. 81).
" Pm mu |uiil< «I l’ CMCA haco una clasificación con diferentes deno-
miriHrlotM'M ......... 1» mIiiiiIm........ Iim ton, como se verá más adelante.
"» M a m t Ih i i ........... I» i'H , |» 170.
F u entes del d er ec h o c o m u n it a r io europeo 189
'• T.H i:. " " W/7U «lo 7/2/73, “Comisión c/Italia”, Rec. 1973, p. 115.
,r' "|,n i mmIihm h «mi ni tocto directo establecido en el art. 189 del T.CE
no dnlii* O m ití.........i mi/ <lo (ÜHpoHiciones o prácticas internas” (conf. P e s -
CATOHK. I'Im ih /'/•• i/«*i Iti nr nf "dlrnct effect”: an infant disease o f community
law, " K u i’0 |i"‘in l.iiw IC**v |im 157 y sh.).
«« I H I mi I i /l iM 14/ia/71, "PolittT, Rec. 1971, p. 1049.
F u entes d e l d er ec h o c o m u n it a r io europeo 191
19. Fmkkun»
194 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
{
y obligan solo a sus destinatarios, JEstados miembros o perso
nas físicas o jurídicas^(arts. 189 párr. 49, T.CE, y 161, párr. 4Q,
T.CEEA)31.
La decisión es, por tanto, un acto individual32. Dirigida
contra una empresa-declara, por ejemplo, la nulidad absoluta
de un acuerdo entre empresas, contrario a las normas de com-
l petencia comunitaria y le impone una multa. Destinada a un
Estado puede tratarse, por ejemplo, de una autorización de
la Comisión para adoptar medidas de salvaguardia33.
El Tribunal también ha reconocido a las [decisiones efectos
directos, siempre que cumplan con los mismos requisitos y con
diciones ya señalados para las normas de los tratados, los re-
glamentos y las directivas; es decir que sean claras yjprecisas
y que no dejen margen para la interpretación por parte del
destinatario|34.
Tanto las decisiones, como las directivas y los reglamentos,
deben ser motivados36 para permitir al Tribunal de Justicia
el pleno ^control sobre la legalidad del acto y a los destinatarios
conocer su alcance real y hacer valer sus derechosj36.
§ 58. ( L a s f u e n t e s d e l d e r e c h o i n t e r n a c i o n a l . — a) E l
derecho internacional general. Las Comunidades Europeas,; al
igual que cualquier organización internacional, se encuentran
sometidas al derecho internacional general g u r íes será apli-
cado en materias tales como el derecho de los tratados, la
función pública internacional, los privilegios e inmunidades,!
etc., en la medida que no posean su propia regulaciórj/'
41 Ver, en este punto, M a r t ín e z L a c e , eb. cit., p. 178, con citan bilí lio
gráficas.
42 Caso del “Convenio de Com petencia Judicial” (protocolo d*»l ,'IW7 I)
y del “Convenio de Patente C om u n itaria” (art. 73).
198 M anual de derecho c o m u n it a r io
E ) Anexo práctico
Sección 1
F U E N T E S N O R M A T IV A S
S ección 2
J U R IS P R U D E N C IA
Sección 3
P R E G U N T A S Y E J E R C IC IO S
A ) Introducción
14. F iim u a n h
210 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
' Kl Protocolo do Ouro Preto (art. 43) sumó las directivas de la Comisión
de ('omnri'ln
Ahí, Kmmnkikiian, Miguel Á., Introducción al derecho comunitario la-
tlno<wi»rh'nnt>, Dopitlmn, liiicnos Aires, 1994, p. 270.
' l'i ni / OiuiimIm. Jorge, El Mercado Común del Sur, desde Asunción a
Ouro h v h t AnftivfnN lurídito lnntítucionales, Fundación de Cultura Univer-
Milurlii, M ontevideo, lUUft, p A4
L as fuentes del der ec h o en el M e r c o su r 211
B ) Clasificación
§ 62. [ L a s f u e n t e s c o m p l e m e n t i as . — Si se interpreta,
como yo lo hago, que la enumeración de fuentes del POP oh
meramente enunciativa, pueden identificarse aquí fuentes qu<’
van desde los aportes del derecho internacional general y Ion
principios generales del derecho comunitario (o del don « lm
de la integración) en especial, hasta la doctrina de Ion mi tu
214 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
D ) Anexo práctico
Sección 1
FUENTES NORMATIVAS
Sección 2
J U R IS P R U D E N C IA
S e cció n 3
P R E G U N T A S Y E JE R C IC IO S
A ) Introducción
1A . K h n ru n h
226 M anual de derecho c o m u n it a r io
T.M'IO, mn "Vim G *nd & Loos”, Rec. 1963, p. 72. Véase esta sentencia
en «»I ........... «l*’l capítulo primero.
w YW IrfiUlM, ilnnii V , Kl ordenamiento jurídico comunitario, 4B ed., Co-
miniAn d«' U » < 'miimihMimIhh ICuropeaa, Luxemburgo, 1980-1991, p. 114.
L a U n ió n E u r o p e a : p r in c ip io s d e p r im a c ía ... 229
§ 64. D i f e r e n c i a s e n t r e l o s c o n c e p t o s d e a p u c a b ilid a d d i
re c ta y e fe c to d ir e c to .
— Preciso es distinguir los términos
aplicabilidad directa y efecto directo. No son sinónimos. Con
aplicabilidad directa se indica que la norma dotada de esa
característica se integra por sí misma al ordenamiento jurídico
interno sin precisar de ningún acto de recepción, incorporación,
transposición o desarrollo del Estado para darle efectividad
dentro de su territorio. Las normas comunitarias no necesitan
ser incorporadas al derecho interno (las normas de derecho
internacional convencional, sí) y, según ha declarado el TJCE,
no solo no lo precisan sino que excluyen cualquier modo de
nacionalización (como por ejemplo la publicación en el Boletín
Oficial de los Estados miembros; solo basta la publicación en
el Diario Oficial de las Comunidades Europeas).
También ha dicho el Tribunal que, como requisito indis
pensable para la integración europea, “las normas de derecho
comunitario deben desplegar la plenitud de sus efectos de ma
nera uniforme en todos los Estados miembros, a partir de su
entrada en vigor y a lo largo de todo su período de validez” 7.
En cambio, el que la disposición esté dotada de efecto di
recto significa, como vimos, algo más: que la norma genera
derechos u obligaciones que pueden ser invocados directamente
por los ciudadanos por ante los tribunales internos. Dicha vir
tualidad existe cuandóyala norma forma parte del orden ju
rídico interno y afecta las relaciones jurídicas internas, lo que
puede derivarse de que sea estructuralmente completa o ser
una construcción del TJCE para normas que, en principio, no
la tienen, como es el caso de las directivas o de las decisiones
que luego analizaré.
Estas dos cualidades no tienen por qué coincidir. Y ello
aparece claro en el caso de los reglamentos, normas siempre
directamente aplicables, pero que, a veces, requieren un de
sarrollo normativo posterior por parte de la Comisión, del Con
sejo o de los Estados miembros para lograr su aplicación efec
tiva, es decir para que puedan ser invocadas. A s í serán normas
directamente aplicables pero privadas de efecto directo hasta
tanto sean desarrolladas8.
§ 65. E f e c t o d ir e c t o d e la s n orm a s d e d e r e c h o o r ig in a r io .
— a ) El efecto directo
E f e c t o d i r e c t o v e r t i c a l y h o r i z o n t a l 9.
vertical de una disposición comunitaria es el derecho de un
particular a invocar, frente a los órganos jurisdiccionales de
su Estado, los efectos inmediatos que se desprenden de una
obligación impuesta a los Estados miembros por el Tratado.
En los tratados hay disposiciones que tienen, claramente,
efecto directo vertical. Así lo ha reconocido el Tribunal, por
ejemplo, con la prohibición de los Estados miembros de in
troducir nuevas restricciones al establecimiento, en su terri
torio, de nacionales de otros Estados miembros (art. 53, T.CE,
y sentencia “Costa c/E.N.E.L.”); o la prohibición de introducir
nuevas restricciones cuantitativas y medidas de efecto equi
valente en el comercio intracomunitario (art. 31, T.CE, y sen
tencia “Salgoil” 10).
Los tratados contienen o b lig a c io n e s para los Estados miem
bros, a lg u n a s d e a b s te n e r s e y o t r a s d e a c t u a r . Un ejemplo de
las primeras es el artículo 12 del T.CE que dice: “Los Estados
miembros se abstendrán de introducir entre ellos nuevos de
rechos de aduana a la importación y a la exportación o im
puestos de efecto equivalente, y de aumentar los que aplican
en sus relaciones comerciales mutuas”.
Un ejemplo de las obligaciones d e h a c e r es la contenida
en el artículo 95, párrafo 3Q, del T.CE: “Los Estados miembros
derogarán o modificarán, a más tardar al comienzo de la se
gunda etapa, las disposiciones vigentes a la entrada en vigor
del presente Tratado contrarias a las normas precedentes”
§ 66. E f e c t o d i r e c t o d e la s n o rm a s d e d e r e c h o d e r iv a
do. — Decidir si una norma de derecho secundario o derivado
tiene o no efecto directo no es tarea sencilla. Suscita algunos
problemas vinculados, primero, con el tipo de norma de que
se trata y, segundo, según cuáles sean las relaciones jurídicas
reguladas por las mismas (efecto directo horizontal o vertical).
A diferencia de la primacía, que, como veremos, es una
noción absoluta que se predica de toda norma comunitaria,
concluir que una norma tiene o no efectos directos requiere
un examen caso por caso. Así, en los Tratados encontramos
disposiciones que están claramente dotadas de dicha virtua
lidad y otras en las que ella aparece implícita, ya que no ne
cesitan un desarrollo posterior para surtir los efectos queridos.
En cuanto al derecho derivado, la cuestión aparece acla
rada por el mismo Tratado en el caso de los reglamentos y
mucho menos consistente y necesitada de un trabajo de in
terpretación ingenioso en el caso de las directivas y de las
decisiones, normas estas últimas que, por definición, no son
directamente aplicables. Analizaré, a continuación, cada uno
de estos supuestos.
»" T.H 1 un 411/70, "Dufronno II”, Rec. 1976, p. 455, consid. 39.
i* I' iiik Ii* iMtttblAn encontrarse «mi,a lista en la respuesta de la Comisión
del an/l
1/NSI. Non Ion aifuientea artículos: 5”, 32 (2), 33, 67, 71, 90 (2), 97
(1), 102, y 107
L a U n ió n E u r o p e a : p r in c ip io s de p r im a c ía ... 233
15 Ver, entre muchos, TJCE, as. 43/71, “Politi”, Rec. 1971, p. 1049; as.
93/71, “Leonesio”, Rec. 1972, p. 287; as. 84/71, “M arim ex”, Rec. 1972, p. 97;
»18 . 39/72, “Comisión c/Italia”,Rec. 1973, p. 113; as. 34/73, “Variola”, Rec. 1973,
p. 990; as. 50/76, “Amsterdam B ull”, R ec. 1977, p. 146; as. 94/77, “Zerbone",
Rec. 1978, p. 116.
16 TJCE, as. 39/72, “Comisión c/Italia”, Rec. 1973, p. 101.
17 M angas M artín , ob. cit., p. 73.
1« TJCE, as. 9/73, “Schlilter”, Rec. 1973, p. 1158.
234 M anual de derecho c o m u n it a r io
28 TJCE, as. 5/83, “Rienks”, Rec. 1983 p. 4245; as. “Ratti” y a s . u]Backm
ya citados.
238 M anual de derecho c o m u n it a r io
Ut. Fhrrianu
242 M anual de derecho c o m u n it a r io
D ) Anexo práctico
Sección 1
F U E N T E S N O R M A T IV A S
Sección 2
J U R IS P R U D E N C IA
2. La sentencia:
“[. . J fundam entos de hecho omitidos.
f u n d a m e n t o s de dekecho :
1 . Considerando que por escrito del 2 1 de diciembre de 1973,
recibido en la secretaría del Tribunal el 9 ¿e enero de 1974, el Consejo
de Estado de Bélgica ha formulado, en virtud del artículo 177 del
Tratado CEE, dos cuestiones referentes a la interpretación de los
artículos 52 y 55 del Tratado relativos al derecho de establecimiento,
en relación con el ejercicio de la profesión de abogado.
2. Que estas cuestiones se h a n planteado en el marco de un
recurso interpuesto por un súbdito holandés, titular del diploma legal
que en Bélgica da acceso a la profesión de abogado, quien no puodc
ejercerla a causa de su nacionalidad por disposición del decreto
246 M anual de derecho c o m u n it a r io
17, FlIKKMNti
258 M anual de derecho c o m u n it a r io
órganoN ju riH d iccion ales nacionales los derechos que les reconoce el
dorocho comunitario.
:ir> Di» todo ello resulta que el principio de responsabilidad del
I'InUuIo p o r «laAoi causados a los particulares por violaciones del de
r e c h o c o m u n i t a r i o que le son imputables es inherente al sistema del
Ti |t |d0
¡Mi l. a obligación do los Estados miembros de reparar dichos
dafloN no liana htmbirin on ol artículo 59 del Tratado, en virtud d e l
c u a l I o n KhUkIon mitunbroi deben adoptar todas las medidas generales
o p a r t i o u l a r i ' M apnipladaN para asegurar el cumplimiento de las obli
L a U n ió n E u ro p e a : p rin cip io s d e p rim acía . . . 261
Sección 3
P R E G U N T A S Y E J E R C IC IO S
1. La sentencia “Reyners”.
1.1. ¿Qué problemas suscitó el artículo 52 a la hora de
determinar si desplegaba o no efectos directos?
1.2. ¿Cuáles fueron los argumentos del gobierno belga?
1.3. ¿Cuáles fueron los argumentos del demandante, Sr.
Reyners?
1.4. ¿En qué dos principios fundamentales apoyó el TJCE
su interpretación favorable al reconocimiento de efectos di
rectos al artículo 52 del T.CE? Defina brevemente estos prin
cipios.
1.5. ¿Cómo deT)e ser interpretada, según el Tribunal, la
regla de excepción del artículo 55 del T.CE? ¿Qué consecuen
cias hubiera tenido, a su criterio, una interpretación distinta?
2. La sentencia “Francovich”.
2.1. ¿Qué fue lo que les pasó al Sr. Francovich y a la
Sra. Bonifaci y sus compañeras?
2.2. ¿Cuáles sen los objetivos que persigue la directiva
80/987/CEE del Consejo?
2.3. ¿Cumplió Italia con lo dispuesto por la directiva?
¿Por qué?
2.4. ¿Por qué Tía llegó el caso al TJCE?
2.5. Intente reformular las cuestiones prejudiciales plan
teadas por los jueces internos en términos más claros.
2.6. ¿Qué condiciones deben reunir las disposiciones de
una directiva para tener efectos directos?
2.7. ¿Puede imocar, un Estado miembro que ha incum
plido sus obligaciones derivadas del derecho comunitario, rm»
incumplimiento frente a los particulares? ¿Por qué?
264 M anual de derecho c o m u n it a r io
A ) Introducción
ty 70. R k h p k c t o d e s u a p l i c a b i l i d a d i n m e d i a t a . — Ya he-
moM (*hI.ikIindo que la expresión “aplicabilidad inmediata” o
“u p lit'ith illilitd directa” quiere decir que el acuerdo, pacto o tra
tado inloi mmionnl, o las normas que dicten sus instituciones,
una vi*/ mi.>M ,«• ronvirrlrn <»n derecho vigente en los
Estadon mlomhroH "directamente” sin necesidad de que el Es
tado tom* ninguna tundida de recepción o incorporación.
L a s r e la c io n e s e n t r e e l d e r e c h o d e l M e r c o s u r . . . 267
Í
za c io n e s su p ra esta ta les en co n d ic io n e s de re c ip ro c id a d e ig u a l
d a d , y q u e resp eten el o rd e n d e m o c rá tic o y los d erech os h u
m a n o s. L a s n o r m a s q u e se d icten en su con secu en cia tien en
je r a r q u í a s u p e r io r a las leyes ”
invocables ante los jueces internos no solo por los Estados miem
bros, sino también por los particulares frente al poder público
(efecto directo vertical) o frente a otros particulares (efecto
directo horizontal).
Son claros, como hemos señalado varias veces, los esfuer
zos realizados por los Estados miembros para despojar al Mer
cosur de cualquier viso de supranacionalidad^ Los órganos crea
dos son de neto corte intergubernamental y, al parecer, nos
hemos negado claramente a ceder soberanías a instituciones
superiores que las administren en conjunto.
Pero también aparece muy claro que: a) Los destinatarios
del proyecto no son solo los Estados miembros sino, funda
mentalmente, los ciudadanos que los habitan y las empresas
en ellos radicadas. Se trata de edificar un Mercado Común
(art. 1Q, T.A.), para asegurar a los ciudadanos mejores condi
ciones de vida y de progreso (Preámbulo, T.A.). Y un mercado
común, como ya sabemos, implica, entre otras cosas, el ase
guramiento de las libertades de circulación de personas, mer
cancías, servicios y capitales entre los miembros.
b) Que, aunque no se perciba muy claramente, los Estados
partes han cedido parcelas de soberanía a los órganos de la
Comunidad. Es decir, por ejemplo, que ya no son libres de
fijar unilateralmente el arancel externo frente a los terceros
Estados, sino que ahora existe un arancel externo común y
su modificación es solo competencia de las instituciones co
munitarias habilitadas al efecto.
IB. F m k u n »
274 M anual de d e r e c h o c o m u n it a r io
D) Anexo práctico
Sección 1
FUENTES NORMATIVAS
Sección 2
J U R IS P R U D E N C IA
Sección 3
PR E G U N T A S Y E J E R C IC IO S