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El impacto

psicológico de la
Hospitalización del
Parto
Tesis de Licenciatura
Gabriela Cob Barboza
Investigación realizada entre 2000-2008
Capitulo I.
1.1 Introducción
1.2 El problema de investigación (Objetivos, hipótesis)
1.3 Estado de la cuestión

Capítulo II.
2.1 Marco teórico
La salud
Enfoque de derechos
La identidad de género
Enfoque de género
Patriarcado
Poder y jerarquías
Controles sociales: abuso y violencia cotidiana
El cuerpo y la sexualidad
Dignidad humana
Calidad de la atención de los servicios de salud
Derechos de las mujeres y derechos en salud sexual y reproductiva
Bioética
El proceso fisiológico del parto
El parto
Tipos de partos
Historia del parto
La medicalización del parto
Los hospitales
Las intervenciones médicas al parto

Capítulo III.

3.1. Estrategia metodológica


3.1.1 Abordaje cualitativo
3.1..2 Validez
3.1.3 Generalización
3.1.4 Etapas del proceso investigativo
3.1.5 Selección de las participantes
3.1.6 Desarrollo de las técnicas (Entrevistas en profundidad, Individual y grupal)
3.1.7 Procesamiento de datos y análisis
3.1.8 Alcances y limitaciones de la investigación

Capítulo V.
5.1 Análisis de las intervenciones hospitalarias
5.2 Análisis de las entrevistas
5.3 Análisis de las sesiones grupales

Capítulo VI
6.1 Resultados
6.2 Recomendaciones

Anexos
Anexo 1
Anexo 2

Bibliografía
1.1Introducción
La experiencia del parto en el propio cuerpo me llevó a transitar por el camino del estudio,
elaboración, investigación del tema a profundidad. Sin duda para una mujer esta
experiencia queda en su memoria de por vida. Es por esto que mi objetivo de investigar el
tema se centra en la perspectiva desde las mujeres. Este es el punto central sobre el que esta
investigación se desarrolla.
También el trabajo rescata lo que organizaciones de la sociedad civil, organismos
internacionales de salud, especialistas en el campo de la atención del parto han elaborado
material que aspira a satisfacer las necesidades de las mujeres y de sus bebés en el
momento del parto y el nacimiento.
La práctica hospitalaria ha tomado la dirección de cómo debe atenderse un parto en nuestro
país. En general se puede describir como un evento que transcurre en un ambiente de prisa,
emergencia, riesgo, peligro y dolor. Esto ha generado que en las últimas generaciones de
mujeres prevalezca un concepto de atención del parto que no las satisface. Encontramos
más bien expresiones que se acercan a la frustración y hasta de traumatización con la
experiencia hospitalaria del parto.
La presente investigación es un reconocimiento a que la perspectiva de las mujeres es uno
de los principales eslabones que deben de tomarse en cuenta para la atención hospitalaria
del parto. A través de la investigación se abordan los principales conceptos sobre los cuales
se cimienta la práctica hospitalaria actual. Tomando como base el enfoque de género y de
derechos se recurre a que desde las mismas mujeres se establezcan las formas más
apropiadas de su atención, en un proceso normal, humano y fisiológico como es el parto.
Por medio de la metodología cualitativa, con enfoque de género y de derechos, diez
mujeres entrevistadas a profundidad a nivel individual y grupal lograron plasmar una crítica
al sistema de atención del parto y una propuesta para mejorarla.
La humilde aspiración de esta investigación pretende que la causa número uno a nivel
nacional de hospitalización: el parto pueda brindarle a las mujeres una experiencia
satisfactoria, que redunde en el concepto tan utilizado de buena calidad de la atención.
Las cifras del 2004 de la Caja Costarricense del Seguro Social dan un número alarmante de
partos complicados en los hospitales nacionales de 47,45% y en general se habla de un 38%
de partos complicados. Frente a un 23,6% de partos normales.
Las mujeres urgen cambios ahora, ellas saben que necesitan mejores condiciones en sus
partos. Requieren de un cambio de actitud por parte del personal y de cambios que no
requieren de una inversión económica mayor, por el contrario, probablemente significaría
un ahorro de recursos para el sistema de atención en salud, que podrían ser destinados a
casos que realmente requieran de atención especializada y tecnológicamente avanzada en el
campo de la medicina. Por esto que me permito levantar la bandera que muchas mujeres,
especialistas y organizaciones que luchan por el mejoramiento de las condiciones de
atención del parto en diversos países que afirman que a mayores niveles de satisfacción
menores niveles de complicación.
1.2 Problema
El problema que se plantea esta investigación es que la atención hospitalaria se ha
caracterizado por no tomar en cuenta lo que piensan y sienten las mujeres cuando son
atendidas en sus partos.
Existe evidencia científica y amplia literatura que se ha desarrollado en los últimos años
que una y otra vez demuestra que la atención hospitalaria del parto debe de cambiar hacia
un modelo de atención que ofrezca mejor calidad y más opciones a las mujeres.

¿Pueden las mujeres desde su perspectiva proponer un modelo de atención hospitalaria del
parto que realmente toma en cuenta y escuche lo que desean las mujeres?.

Como una respuesta al problema de investigación se elaborará una propuesta desde la


perspectiva de las mujeres para mejorar las condiciones del parto hospitalario.

Cuando se combina el conocimiento científico que ha predominado por muchos años en el


sistema de atención del parto hospitalario con la experiencia y perspectiva de las mujeres se
puede lograr un sistema que funcione de manera correcta y en beneficio de la calidad de la
atención de la salud de las mujeres y que probablemente le signifique al sistema de salud un
ahorro de recursos. Algunos de los cambios que urgen las mujeres redundan en una mejor
atención por parte del personal, un trato oportuno y la no utilización de técnicas y
tecnologías no necesarias en la atención de los partos normales.

Objetivos
Analizar las condiciones del parto hospitalario en el hospital de las Mujeres.
Evidenciar la percepción del parto hospitalario desde las mujeres.
Elaborar a partir de la perspectiva de las mujeres una propuesta para mejorar las
condiciones del parto.

Hipótesis
Las mujeres necesitan mejor trato hospitalario en la atención del parto
Las mujeres desde su perspectiva pueden elaborar una propuesta que mejore la atención
del parto hospitalario que tome en cuenta sus necesidades como colectivo.
1.3 Estado de la cuestión
En Costa Rica la temática alrededor del parto o la experiencia hospitalaria del parto desde
la psicología no ha sido muy desarrollada. Se han hecho algunos estudios, sin embargo
continúan con vacíos con respecto a la perspectiva desde las mujeres, desde su vivencia. Es
necesario un estudio que desde la mirada crítica analice las consecuencias que han
generado las prácticas hospitalarias en el parto, junto con la elaboración de alternativas
desde las mismas mujeres como dadoras y poseedoras de conocimiento sobre estos
procesos propios de su existencia.

Dentro de los estudios que pueden darnos algún tipo de referencia al tema de la presente
investigación podemos citar referencias desde varias disciplinas como la Antropologia,
Enfermería, Estudios de la Mujer y desde la Psicología. También a nivel de las instituciones
de Salud del país se cuenta con algunos trabajos uno a nivel de la Caja Costarricense del
Seguro Social y otro, un recorrido histórico de 100 años de obstetricia del CENDEISS
(Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y seguridad Social).

Se retomarán los principales aspectos que fundamentan de mejor manera la necesidad de la


presente investigación ya que han aportado información contundente en cuanto a los
cambios que se requieren en el actual sistema de atención del parto.

También se ha seleccionado pensadoras, investigadoras de la actualidad, de distintas ramas


de la medicina, la partería y activistas que aportan nuevas perspectivas y enfoques que
recogen las discusiones e ideas más importantes en el campo de la atención del parto.

Según la antropóloga canadiense Robbie Davis Floyd quien ha estudiado exhaustivamente


la cultura del parto tanto en las culturas occidentales como originarias en el mundo y en
Ameríca Latina “la institución médica y la sociedad transmite creencias culturales a la
mujer sobre la necesidad de controlar procesos naturales, la inferioridad del cuerpo
humano, la superioridad de la ciencia y la tecnología y la importancia de las instituciones y
las máquinas...” (conferencia internacional, Rio de Janeiro, 2003)

Las tendencias actuales de atención del parto, por un lado muestran el sistema oficial que
mantiene y legitima un modelo tecnocrático (una exhaltación y credibilidad acrítica en la
tecnología y técnicas bajo el dominio de profesionales de la salud) y por otro lado el
modelo humanístico u holístico de atención al parto que se ampara en las demandas de las
mujeres y reivindicaciones planteadas por los movimientos por la humanización del parto y
la evidencia científica que ha demostrado la necesidad de actualización de la institución
hospitalaria sus profesionales y sus prácticas.

Para la doctora en partería Rebecca Turecki la cultura hospitalaria del parto impide el
protagonismo de las mujeres. Existe una actitud de controlar a las mujeres en el parto, se
disuade a las mujeres de opinar y participar en el parto. Por eso las mujeres deciden
rapidamente no quejarse ni preguntar sobre los procedimientos en el parto, con la idea de
que no las maltraten. Esto impide la honestidad, transparencia y posibilidad de relaciones
más humanas, gratificantes y de igualdad entre los prestatarios y las usuarias(Turecky,
entrevista personal, 2004).
Otra investigadora que aporta para el cambio y replantea la experiencia con las
instituciones hospitalarias afirma “Hay que transformar la definición de “experto/a” y
promocionar relaciones diferentes entre prestatarios y usuarias en el campo de la
medicina...hay que incorporar un entendimiento diferente y más respetuoso en la
educación, desarrollo profesional y la evaluación profesional que recibe el personal de
salud. Educar a los y las profesionales sobre los derechos de las usuarias, llegar a un nuevo
entendimiento de su rol en la provisión de servicios” (Flansburg, 2000:152)

El parto sucede en el ámbito público. En este proceso las mujeres se describen como
pasivas y objeto de acciones de otros. Hay una tendencia entre estas mujeres a sentirse
incómodas en un lugar que no es “de ellas”. Se ha demostrado en otras investigaciones que
hay menos necesidad de intervenir medicamente cuando la mujer pariendo está relajada y
tranquila (Flansburg, 2000:104)

Para Flansburg la experiencia de tener cirugías en los partos(como la episiotomía y la


cesárea) enfatiza la sensación de dependencia, el tiempo de recuperación tanto físico como
emocional es más largo 1

La medicina y las instituciones de salud conforman una parte de lo que es la construcción


de la salud reproductiva. Este tema merece mayor apoyo social y político para las mujeres y
el ejercicio de sus derechos.

En una investigación de Antropología del año 79, realizada a 34 mujeres se evidenció que
las mujeres que están por dar a luz por primera vez están poco informadas sobre aspectos
de la labor y alumbramiento. Aunque algunas reconocen que existe el maltrato en el
hospital lo prefieren porque les da seguridad la presencia del personal y equipo. (Chang y
Vargas 79:191)

También es importante mencionar que las mujeres consideraron en este estudio que
cualquier problema que surja durante el proceso del parto o en el período posterior al
mismo, se considera “voluntad de dios” y conductas que pueden ser calificadas como
negligencia profesional permanecen impunes. (Chang y Vargas 79:358) Dentro de sus

1
. El estudio de la doctora Flansburg enlista una serie de derechos elaborados por las mujeres participantes en relación con la
experiencia de embarazo y parto (Flansburg, 2000:112,113,114):

-A ser persona frente al médico, que también es persona y frente de cualquiera.

-A que el médico sea sincero.

-A que no se generalice en todas las mujeres

-Al trato humano, aun con tus miedos y tus inseguridades.

-A que me pidan permiso para tocar mi cuerpo.

-A no ser violentada.

-A no recibir bromas o insinuaciones en el momento en que se le está realizando un exámen o está siendo atendida.
conclusiones está proponer una nueva actitud mediante una adecuada información acerca
del proceso del embarazo y parto.

En otra investigación realizada por Chanto y Vargas a cuatro mujeres madres se da una
descripción acerca del proceso del parto las entrevistadas relatan todo el proceso desde que
empiezan a sentir las primeras señales del parto, su presentimiento y los “dolorcitos”.
Durante su discurso destacan el papel de funcionarios del hospital en cuanto al trato
brindado, resaltando una situación de maltrato hacia ellas u otras mujeres que pasaban por
la misma experiencia. Lo anterior hizo que tomaran una posición de enojo o temor,
prefiriendo callar para que las trataran adecuadamente, permaneciendo así en el silencio
para mostrarse “valientes”. ( Chanto y Vargas,97:148)

Las mujeres durante las entrevistas, se esmeraron en relatar el parto como una de las
vivencias que describen más cuidadosamente, con la mayoría de los detalles posibles. Esto
evidencia el grado de importancia que depositan, pues “desde hacía mucho tiempo se
venían preparando, o manteniendo una expectativa y fantasía hacia el parto”.

En la carrera profesional de Enfermería Hernández et. al. en el año 1998 desarrollaron un


trabajo de investigación en los servicios de atención del parto en los Hospitales Nacionales
del que podemos rescatar algunas de sus conclusiones:

Cuando las mujeres están acompañadas, apoyadas se dan procesos más rápidos, menos
complicados y menos posibilidad de ser remitidas a intervenciones médicas

La intimidad debe ser valorada como un elemento primordial al brindar atención a la


usuaria.

Las gestantes no sólo se limitan a efectuar lo que el personal les indica, sino además porque
no se atreven a cuestionar la atención que reciben, pues consideran que lo más importante
no es como se sintieron o como las trataron, sino el bienestar de su hijo o hija

El servicio de sala de partos como cualquier otro servicio de un hospital, no está exento de
rutinas y aún más hay procedimientos que se repiten tantas veces durante la atención que
pasan a ser normales o comunes y se pierde de vista lo que representa para cada usuaria, así
como también el dolor y la incomodidad han sido implícitas dentro del proceso de
integralidad biopsicosocial

Para lograr una atención adecuada en las salas de parto, desde el punto de vista de la
ecología humana, más que cambios en la infraestructura lo que se necesita es un cambio de
actitud del personal de salud. Existe un trato vertical en donde el personal impone sus ideas
y sus criterios sin tomar en cuenta las de la usuaria (Hernández, et. al. 98:152).

En su investigación citan la Conferencia de Alma Ata en la que se afirma que la mayoría de


los sistemas tradicionales de atención de salud resultan cada vez más complejos y costosos
y de dudosa eficacia social, deformados por las imposiciones de la tecnología médica y por
los esfuerzos mal orientados de una industria que facilita a la sociedad bienes de consumo
de carácter médico (Alma Ata, 78:8 en Hernández et. al. 98)
La Caja costarricense de Seguro Social en la sección Salud de la Mujer realizó en
Setiembre de 1995 una investigación acerca de los “Temores y expectativas de las madres
frente al parto y a los servicios de maternidad” . Este estudio incluyó a 26 mujeres
principalmente de San José y Cartago2.

En general el estudio evidenció que el trato que reciben las mujeres por parte del personal
de salud depende de su humor, algunos les tratan bien otros no. Las mujeres pueden
experimentar temores debido a que no saben que esperar del personal, la mayoría de
mujeres consideran que si no dicen nada, si hacen todo lo que les dicen las van a tratar
mejor. De hecho en la mayoría de relatos encontramos la conducción del proceso por parte
del personal y la mayoría de mujeres asumiendo una actitud sumisa y de obediencia ante la
opinión y decisión médica.

Por último algunas mujeres rescatan el hecho de que prefieren la Carit por ser una
maternidad y no un hospital.

También el Departamento de Salud de la Mujer elaboró una publicación en el año 2000


acerca de los Derechos de las mujeres en Salud, entre ellos se destacan:

-A decidir sobre su salud, su cuerpo y su sexualidad.

-A una maternidad libre, acompañada, deseada, decidida y sin riesgo.

-A una atención humanizada, a un trato digno y respetuoso a su cuerpo, sus temores, su


necesidad de intimidad y privacidad.

Un estudio estadounidense que analizó la influencia de la experiencia del parto en la


depresión posparto por Michelle A. Bland (1998) concluyó que a medida que la sensación
de control personal de la mujer sobre el trabajo de parto y el nacimiento disminuye, el nivel
de depresión aumenta. A mayor sensación de control, mayor satisfacción.

2
Algunas de las principales ideas que genera el documento son:

Todas las mujeres anhelan tener un parto normal

Todas temen al momento del parto, como un proceso doloroso, se teme por su resultado y por el manejo por parte del personal de salud, y
han oído en su mayoría comentarios y expresiones negativas con respecto al parto.

La necesidad de continuidad en la atención, o sea desde el embarazo, el parto y hasta el posparto.

El personal no informa claramente lo que hacen y lo que sucede y no dejan explicar lo que le pasa o que piensa la mujer, no contestan sus
preguntas, ni las miran.

El examen físico (el tacto vaginal) resulta doloroso.

Las mujeres se sienten inseguras si son atendidas por aprendices.

Las mujeres terminan en consultas privadas ya que no reciben suficiente información que las tranquilice.

Manejan la creencia de que si “se portan bien” no les van a maltratar.

Las participantes colocan en el mismo nivel el trato afectivo y atención técnica de calidad, consideran que no se puede dar uno sin el otro.
Cohan, Pimm y Jude (1998) citada por Bland concluyeron que las mujeres a quienes se les
había informado en todo momento y habían participado en la toma de decisiones se habían
recuperado más rápidamente y fueron menos propensas a padecer una depresión que las
mujeres a las que no se les había dado esa posibilidad.

Otro estudio del año 2002 realizado por un grupo de investigadoras en Sao Paulo “Violence
against women in health‟care insttutions: an emerging problem” plantea abiertamente como
las mujeres en los servicios de maternidad experimentan la violencia institucional por parte
de médicos y enfermeras, ellas enlistan una serie de conductas que violentan la experiencia
hospitalaria del parto: negligencia, violencia verbal, violencia física, violencia sexual e
intervenciones para la prevención. Estas afectan el acceso la calidad y efectividad del
servicio. Este tipo de violencia es calificada como una seria violación a los derechos
humanos y perjudicial para las mujeres. Evidencia también que las mujeres al estar en una
situación tan vulnerable perciben como atención intervenciones que no son necesarias
como el uso excesivo de tactos, muy seguidos y hechos por distintas personas. En varias
investigaciones que analiza este estudio las mujeres describen al personal de salud como
rudo, brusco, antípatico y descuidado. Además señalan los agresivos ataques a su
sexualidad con frases típicas de las salas de partos de muchos países con variantes por
ejemplo “cuando lo estaba haciendo no se quejaba asi”. También califican el no dar
anestésicos o analgésicos cuando están indicados es otra forma de violencia física, eso lo
constatan cuando suturan episiotomías o desgarres sin ningún tipo de analgesia. El estudio
también brinda herramientas para prevenir el abuso y la violencia. La erradicación del
abuso de pacientes empieza en la formación, en el entrenamiento, con mejorar las
condiciones de trabajo y acceso a recursos del personal de salud.

Para la investigadora Beatriz Morrone de Argentina en su libro publicado en el 2004


acerca de la adquisición de conocimientos de las mujeres puérperas sobre autocuidado en el
escenario institucional de un hospital especializado materno-infantil, concluye en el
escenario hospitalario no hay pertinencia, se despersonaliza, se mecaniza y se imponen
actividades. Esto crea una sensación de desprotección y desamparo. La violencia de negarle
a la mujer la posibilidad de establecer una relación simétrica influye negativamente en su
proceso de adquirir conocimientos, inhibe la toma de decisiones sobre su autocuidado y
sobre la satisfacción de sus necesidades. (Morrone, 2004:143) También esta misma autora
señala que ante la actitud de reclamo de las usuarias se intensifican las conductas
autoritarias del equipo. La sumisión, aceptación y la indefensión que se experimenta ante la
amenaza del dolor y la mutilación física que experimentan las mujeres neutraliza toda
posibilidad de reacción.

Otro estudio realizado en Argentina sobre las rutinas hospitalarias de atención del parto
explica que éstas “suelen ser molestas, dolorosas y riesgosas se aplican pautas no revisadas,
controladas ni actualizadas (Pronsanto, J. 2000: 57)
Para Pronsanto los procedimientos hospitalarios pueden ser útiles en situaciones específicas
donde se requiera su aplicación, pero no en todos y cada uno de los partos.

La asociación de usuarias Dando a Luz, de Argentina reunió un grupo de profesionales de


la salud para elaborar una guía acerca de los procedimientos indicados en el parto según la
evidencia científica actualizada. En este se enuncia:

-Nunca debe realizarse internación con separación de la persona acompañante, Enema,


Tactos varios por diferentes personas, maniobra de Kristeller, Masaje y estiramiento del
periné durante el expulsivo, posición acostada durante el parto, episiotomía, entre otras
prácticas que usualmente se realizan en el sistema hospitalario e atención del parto.

En una investigación de 1998 acerca de la Lactancia en Costa Rica en el área de la


psicología realizada por De Simona y Saavedra, se encuentra muy presente la temática del
maltrato en el parto hospitalario en ella señalan que: “La normativa hospitalaria no parece
responder a la búsqueda del bienestar de la madre y su bebé, mas bien se constituyen en
angustias adicionales. (De Simone, Saavedra, 98:254)3

En la publicación “La obstetricia a través de un siglo 1890-1990”, su autora, enfermera


obstétrica Miriam Esquivel hace un recorrido en cuanto a la atención materno infantil y
concluye que las prácticas tienen toda una infraestructura en la que están implícitos factores
socio-económicos, psicológicos, educacionales y culturales entre otros y agrega que: “La
atención del parto se trasladó del hogar a las maternidades de los hospitales, en donde la
alta tecnología irrumpió en forma drástica la relación materno infantil desde el punto de
vista afectivo y familiar. A tal grado se ha sentido este impacto, que ha sido necesario ir
modificando dicha forma de atención, para que el parto vuelva a ser visto como un hecho
fisiológico y no un acto médico, sin dejar de reconocer la necesidad de la tecnología médica
altamente calificada que aporta grandes beneficios a las mujeres con partos de alto
riesgo”(Esquivel, 2000:305)

3
Para estas investigadoras las mujeres experimentan incertidumbre, angustia, el verse manipuladas, el que sus sentimientos no cuenten
para nada, que lo que dicen no sea tomado en cuenta. En el parto se constata la condición de clase, con la vivencia de una relación
institucional donde se cosifica, violenta, irrespeta, manipula, deshumaniza en suma a la madre. Sus sentimientos, lo que pueda decir o
pensar no tendrán cabida. La narración de las labores de parto de estas mujeres contiene secuencias de auténticas tortura. En el discurso
de las madres, se nota que el parto es el recuerdo más vívido y que incluso, tiene una narración detallada en el tiempo. La temporalidad es
el único recurso perceptual que queda en manos de la madre para anticipar el final del evento. El tener presente lo ocurrido en cada
minuto implica también la posibilidad de ir amarrando los sucesos a una realidad concreta; de lo contrario, podría tenerse una
multiplicidad de hechos terribles y desorganizantes en un todo caótico” (De Simone, Saavedra, 98:386)
Por varios años la antropóloga estadounidense Gwynne L. Jenkins investigó la transición
entre la tradición de los partos en casa y la hospitalización de los partos. Cuestiona
sobretodo el hecho de que no exista otra alternativa para las mujeres y que los partos
hospitalarios sean la única opción posible y aceptada. Afirma que este sistema se puede
volver insostenible. (Jenkins, entrevista personal 2003, y “Burning bridges”)

La Organización Mundial de la Salud elaboró una serie de recomendaciones relativas al


parto donde se establecen consideraciones generales sobre el derechos de toda mujer a
recibir cuidado prenatal adecuado; su rol central en todo lo referente al embarazo y parto; y
los factores sociales, emocionales y psicológicos decisivos para ofrecer una atención
adecuada en esta etapa.

Estas recomendaciones fueron publicadas y reconocidas en la Conferencia Internacional de


Fortaleza (Brasil), en 1985 y ratificadas en 1996 con un enfoque centrado en el
protagonismo de la mujer en el proceso del parto. Estas deberían de incluirse dentro de las
normas y procedimientos actuales en los hospitales de nuestro país 4.

4
-Toda la comunidad debería estar informada acerca de los distintos procedimientos propios de la atención del parto, para permitir a cada
mujer la elección del tipo de nacimiento que ella prefiera.

-El entrenamiento de parteras profesionales o parteras empíricas debería ser fomentado. La atención durante un embarazo normal y en el
parto, y después de él, constituiría el deber de esta profesión.

-Información acerca de las prácticas de atención de nacimientos en hospitales (tasas de cesáreas, etc) deberían ser exhibidas al público
que se atiende en los hospitales.

-No existe justificación en ninguna región geográfica específica de tener más de 10 a 15 por ciento de nacimientos por cesárea. No está
comprobado que se requiera una cesárea después de un nacimiento previo por cesárea transversal baja. Partos vía vaginal después de una
cesárea normalmente deberían ser estimulados en cualquier caso en que exista capacidad quirúrgica de emergencia.

-No existe evidencia de que el monitoreo fetal electrónico de rutina durante el trabajo de parto, tenga un efecto positivo en el resultado
del embarazo.

-No existen indicaciones para el rasurado púbico o los enemas antes del parto.

-Las mujeres embarazadas no deberían ser acostadas sobre su espalda para el trabajo de parto y el parto mismo. Deberían ser estimuladas
a caminar y cada embarazada debería decidir libremente qué posición adoptar durante el parto.

-El uso sistemático de episiotomías (incisión para agrandar la abertura vaginal) no se justifica.

-El parto no debería ser inducido (iniciado artificialmente) por razones de conveniencia, y la inducción del trabajo de parto debería
reservarse para indicaciones médicas específicas. Ninguna región geográfica debería tener tasas de trabajo de parto inducido mayores de
10 por ciento.

-Durante el parto, la administración rutinaria de analgésicos o drogas anestésicas, que no son específicamente requeridas para corregir o
prevenir una complicación, deberían ser evitadas.

-La ruptura artificial precoz de las membranas, como un proceso de rutina, no está justificada científicamente.

-La/el recién nacido/a sano debe permanecer con la madre siempre que la condición de ambos/as lo permita. Ningún proceso de
observación del recién nacido sano justifica una separación de su madre.

-Deben identificarse los servicios de atención obstétrica que mantienen una actitud crítica hacia la tecnología y que han adoptado una
postura de respeto hacia los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del parto. Tales servicios deben ser estimulados y estudiado el
proceso que los ha llevado a tomar esa posición, de tal forma de servir como modelos para apoyar estudios similares en otros centros, y
para influir en las determinaciones sobre el cuidado obstétrico en todo el país.
En el 2001 las recomendaciones de la OMS concluyen que el cuidado perinatal y
tecnológico inapropiados continúan siendo practicados en todo el mundo, a pesar de la
aceptación de los principios de medicina basada en las evidencias con respecto a este
cuidado.(OMS, 2001:28). Los diez principios para el cuidado del embarazo y partos
normales son los siguientes:

1. Ser no medicalizado, lo que significa que el cuidado fundamental debe ser provisto
utilizando un set mínimo de intervenciones que sean necesarias y se debe aplicar la menor
tecnología posible.

2. Ser basado en el uso de tecnología apropiada, lo que se define como un conjunto de


acciones que incluye métodos, procedimientos, tecnología, equipamiento y otras
herramientas, todas aplicadas a resolver un problema específico. Este principio está dirigido
a reducir el uso excesivo de tecnología o la aplicación de tecnología sofisticada o compleja
cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes o aún ser superiores.

3. Ser basado en las evidencias, lo que significa avalado por la mejor evidencia
científica disponible, y por estudios controlados aleatorizados cuando sea posible y
apropiado.

4. Ser regionalizado y basado en un sistema eficiente de referencia de centros de


cuidado primario a niveles de cuidado terciarios.

5. Ser multidisplinario, con la participación de profesionales de la salud como parteras,


obstetras, neonatólogos, enfermeras, educadores del parto y de la maternidad, y cientistas
sociales.

6. Ser integral y debe tener en cuenta las necesidades intelectuales, emocionales,


sociales y culturales de las mujeres, sus niños y familias y no solamente un cuidado
biológico.

7. Estar centrado en las familias y debe ser dirigido hacia las necesidades no solo de la
mujer y su hijo sino de su pareja.

8. Ser apropiado teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales para permitir y
lograr sus objetivos.

9. Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.

10. Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres.

-Los gobiernos deberían considerar el desarrollo de regulaciones que permitan el uso de nuevas tecnologías del parto, sólo después de una
evaluación adecuada.
Es importante señalar que los estudios realizados hasta el momento denuncian una serie de
situaciones que amenazan la integridad física y emocional de las mujeres en sus procesos
de parto hospitalario. Es por esto que la presente investigación se plantea desde la
perspectiva de las mismas mujeres quienes pueden aportar al conocimiento y la
información para que las condiciones de atención del parto puedan orientarse hacia su
bienestar. Los conocimientos e información de expertos que a nivel nacional e
internacional, y las recomendaciones de la OMS que basados en la evidencia científica,
pueden ser implementados y actualizados en las instituciones hospitalarias de nuestro país.5

5
Existen una serie de principios elaborados para la protección, la promoción y el soporte necesario para lograr un cuidado perinatal
efectivo. Estos están siendo incorporados en los materiales técnicos así como también en las herramientas de monitorización y evaluación
de la OMS.

Formas de cuidado que deberían ser abandonadas

 No permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado.


 Participar a los médicos en la atención de todas las mujeres.
 Insistir en el confinamiento institucional universal.
 Dejar a las madres sin atención durante el trabajo de parto.
 Rasurado de rutina.
 Enema rutinario.
 Monitoreo fetal electrónico rutinario sin determinación de pH en cuero cabelludo.
 Restricción de la posición materna durante el trabajo de parto.
 Episiotomía rutinaria.
 Repetir la cesárea en forma rutinaria luego de cesárea anterior.
 Inducción del parto en forma rutinaria antes de las 42 semanas.
 Uso de sedantes /tranquilizantes de rutina.
 Uso de guantes y mascarillas en las unidades de cuidados del recién nacidos.
 Separar a las madres de sus hijos cuando aunque tengan buen estado de salud.
 Administración de agua/glucosa en forma rutinaria a los niños amamantados.
 Lactancia con restricciones.
 Distribución sin cargo de muestras de fórmulas lácteas.
 Prohibir las visitas de los familiares.

Formas de cuidado que reducen los resultados adversos del nacimiento

 Proveer apoyo sicosocial a las mujeres.


 Contacto madre-hijo irrestricto.
 Escaso beneficio de una tasa de cesárea superior al 7%.
 Posición levantada durante el trabajo de parto.
Por esto, esta investigación toca el tema pendiente la necesidad de escuchar las voces de las
mujeres, sus percepciones y sus aportes para ir mejorando día a día las condiciones en que
son atendidas por nuestro sistema de salud.

Las conferencias internacionales

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948 por las


Naciones Unidas las mujeres estuvieron excluidas en su definición inicial. (de los Ríos,
54:98)

La incidencia de los movimientos feministas y de mujeres ha tenido su mayor eco a nivel


de las Conferencias Internacionales de Población y de Derechos Humanos, las cuales han
sido determinantes y estratégicas en algunos avances que en materia constitucional lograron
las mujeres.

La mayoría de reformas constitucionales de los noventa adoptaron postulados específicos


para la mujer, inspiradas en la Convención para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer” ratificada en 1985.

La Conferencia Mundial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, celebrada en


Viena en 1993 se incorpora el concepto de “derechos reproductivos” como un derecho
básico esencial de hombres y mujeres.

La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo en 1994, hubo el


compromiso, entre otros, a eliminar todas las prácticas que discriminan a la mujer,
ayudándola a establecer y realizar sus derechos, incluidos los relativos a la salud
reproductiva y sexual.

La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995, se constituye


en el último peldaño del camino recorrido por los grupos de mujeres en el reconocimiento
de la relación indiscutible entre el desarrollo, los derechos humanos y los derechos sexuales
y reproductivos de las mujeres. Se consagran los principios establecidos en las
Conferencias anteriores y se hace un esfuerzo por integrarlos, otorgándoles una perspectiva
de género.

Costa Rica como firmante de convenios internacionales debe trabajar en el establecimiento


de políticas integrales que procuran la no discriminación y el ejercicio pleno de los
derechos de las mujeres en los que se incluye el cuidado de la salud, y esto a su vez
involucra la atención el embarazo y parto. Los convenios tienen rango superior a la ley, por
lo tanto los esfuerzos institucionales deben verse reflejados en las prácticas que día a día se
realizan en los hospitales de nuestro país.
2.1 Marco Teórico

2.1.1 La salud
En los últimos 25 años la salud ha sido definida como “El producto del desarrollo armónico
de la sociedad”.

Dentro de las sociedades humanas el cuidado de la salud o la búsqueda de la salud ha sido y


es una de las principales actividades tiempos ancestrales. De hecho en sociedades las
sociedades antiguas y originarias era una labor vinculada a las personas que lideraban
espiritualmente y religiosamente en sus grupos.

Hoy en día los recursos para proveer la salud o más bien brindar servicios y atención a
favor de la salud, se han oficializado en sistemas de salud que operan con estructuras
institucionales y jerarquías muy bien definidas.

Sin embargo también se ha desarrollado la crítica alrededor de la excesiva


institucionalización y medicalización del la salud. Desde esta perspectiva la autora Barbara
Harper elabora: “El nacimiento al igual que la muerte, es parte innata de la vida y en la
mayoría de los casos no requiere de intervención médica ni del control que se considera
necesario”. (Harper, 96:34)

Existe una industria de la Salud a pesar de que desde Gobierno, Estado y distintos
organismos internacionales le han dado un estatus de derecho humano.

En nuestro país la salud y su atención es un derecho universal respaldado por el Estado y


sus instituciones, más concretamente con la Caja Costarricense del Seguro Social. Sin
embargo su funcionamiento ha estado mermado por intereses de partidos políticos
tradicionales que han hecho durante muchos años un manejo deficiente a nivel
administrativo y presupuestario, de por medio escándalos de multimillonarios negocios
para el enriquecimientos de negocios privados y particulares como el préstamo Finlandés y
el caso Fischel (para compra de equipo médico 2004).

Los enfoques más actualizados definen la salud como un proceso, no es un estado estable y
cristalizado; las personas viven procesos de salud-enfermedad, la construcción de una exige
el reconocimiento de la otra. La multiplicidad de factores que están involucrados en los
procesos de salud-enfermedad a veces no son tomados en cuenta por el sistema de salud
oficial que se ha destacado por ser biologista-mecanicista, esto en el sentido que enfatiza y
trata los aspectos físicos, con un énfasis en el cuerpo como máquina, al cual hay que
aplicarle determinadas intervenciones o sustancias para que funcione correctamente.
Además los sistemas de salud son solo parte de la construcción de la salud de las personas y
no debe entenderse como la única respuesta real para el cuidado de la salud (Arroba, 2005,
entrevista personal)
El concepto de salud, como señala Langer “tiene bases no solamente ideológicas, políticas
y sociales, sino hasta sexistas en diferentes sociedades y clases” (Langer en Burin,
2002:36).

Dentro de los servicios de salud actualmente una rama fundamental es la atención del
embarazo y el parto, en general procesos saludables y parte del ciclo vital de las personas.
Esta en definitiva es un área que cimienta el futuro de una sociedad en tanto da paso a el
nacimiento de las y los nuevos ciudadano. Se ha institucionalizado al punto de que un alto
porcentaje (98% en Costa Rica) de los partos son hospitalarios, así que es un sector
fundamental para el desarrollo de la sociedad en que vivimos. Es por esto que la presente
investigación analizará ciertas condiciones en que ocurre el parto hospitalario, las
consecuencias para las mujeres y sus propuestas para mejorarlo.

Enfoque de derechos
El enfoque basado en los derechos humanos marca una transición, apartándose del anterior
enfoque del desarrollo que trataba de satisfacer necesidades básicas y dependía de la buena
voluntad o la caridad. En cambio, un enfoque basado en los derechos humanos reconoce
que las personas son “titulares de derechos”.

Dentro del marco de los derechos humanos, los gobiernos son los encargados primordiales
de asegurar la vigencia de los derechos. Entre las obligaciones gubernamentales figura el
establecimiento de leyes y sistemas equitativos que posibiliten el ejercicio de sus derechos
por las personas, así como el recurso a la justicia, por cualquier conculcación de esos
derechos. Como legítimos titulares de los derechos, las personas pueden reivindicarlos.
Este enfoque destaca la participación de personas y comunidades en los procesos de
adopción de decisiones que conforman las políticas y los programas que les atañen.

Salud reproductiva y derechos reproductivos: La carga considerable y en gran


medida prevenible que impone una deficiente salud reproductiva recae más gravemente
sobre las mujeres más pobres y sus familias, es decir, sobre quienes menos capacidad
tienen para hacer frente a sus consecuencias. La posibilidad de efectuar opciones libres y
bien fundamentadas en cuestiones reproductivas, inclusive las relativas a la procreación, es
un componente fundamental de la libre determinación en las demás esferas de la vida de la
mujer. Debido a que esas cuestiones afectan tan profundamente a las mujeres, no es posible
separar la salud reproductiva del objetivo más amplio: la igualdad entre hombres y mujeres.
6

Dentro de los Objetivos del Milenio elaborados para la salud, se puede analizar que el parto
es una de las transiciones más importantes para mejorar la salud y la calidad de vida de las

6
Casi todas—99%—las defunciones derivadas de la maternidad ocurren en países en desarrollo. Las vidas de la mayoría de esas
mujeres—y las de sus recién nacidos— podrían salvarse si se les dispensara sin demora la atención de emergencia de que disponen las
mujeres en mejor posición económica. Cada minuto, una mujer pierde la vida debido a complicaciones del embarazo o el parto y otras 20
quedan gravemente lesionadas o impedidas. Y cuando una mujer muere de parto, disminuyen pronunciadamente las posibilidades de
supervivencia del niño. Los recién nacidos sin madre tienen probabilidades entre tres y diez veces mayores de morir que los demás.
Prevenir los embarazos no deseados mediante el acceso a la planificación de la familia podría evitar entre 20% y 35% de las defunciones
maternas y salvar las vidas de más de 100.000 madres cada año.
mujeres.

Objetivos del Milenio (ODM) 5: Mejorar la salud materna


• Los componentes clave de servicios de salud reproductiva—planificación de la familia,
atención del parto por personal capacitado y atención obstétrica de emergencia—salvan
vidas.
• La planificación de la familia puede reducir entre 20% y 35% la mortalidad derivada de
la maternidad.
• La mejor calidad de la atención y el mayor acceso a servicios de salud materna (atención
prenatal, del parto y del puerperio) mejoran la salud y la calidad de la vida de las mujeres y
sus familias.

Derechos de las mujeres y derechos en Salud Sexual y Salud


Reproductiva
Alcanzar el más alto nivel de salud sexual y reproductiva es un concepto de derechos
humanos, construido en el seno de los movimientos de mujeres del mundo, en el contexto
de las políticas de población y reconocido en las Conferencias Internacionales de
Desarrollo, Derechos Humanos y Población. (de los Ríos, 98:52)

La salud reproductiva es entendida como un estado general de bienestar físico, mental y


social y no de mera ausencia de enfermedades y dolencias, en todos los aspectos
relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. Este derecho entraña
la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, y de procrear. Y la
libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, y cuándo y con qué frecuencia. Derechos que
implica a su vez el derecho de hombres y mujeres a obtener información, planificación de
la familia de su elección, así como de otros métodos, que no estén legalmente prohibidos, y
acceso a métodos seguros, eficaces, y aceptables. El derecho a recibir servicios adecuados
de atención de la salud que permita los embarazos y partos sin riesgos y ofrezcan las
máximas posibilidades de tener hijas e hijos sanos. El derecho a la salud sexual, entendida
como el desarrollo de la vida y las relaciones personales y no meramente de asesoramiento
en materia de reproducción y enfermedades de transmisión sexual. (de los Ríos, 59:98)

El movimiento para desmedicalizar el parto- tratarlo como un acontecimiento en la vida de


la mujer y no como una enfermedad- (como movimiento mundial) ha hecho
reivindicaciones como el aumento de los partos en casa, prácticas de parto alternativas,
establecimiento de centros de parto y habitaciones de parto en los hospitales. En su inicio,
al frente de este movimiento se situaron las comadronas profesionales, junto con las
mujeres que querían experimentar el parto entre familia y amigos con la mayor autonomía y
elección posible en el desarrollo de su curso (Rich, 86:14)

Este movimiento de orígenes feministas desafía el sistema médico-económico actual,


además de trabajar los temas de maternidad, sexualidad y apropiación del cuerpo en todos
los ciclos vitales de las mujeres.
“La libertad de elección es un tema político. El cómo y dónde da a luz una mujer no es
problema de hospital frente a hogar o parteras frente a doctores, sino una cuestión de
control y responsabilidad” (Harper, 96:23)

La identidad de las mujeres

La mujer construye su identidad, en la cual predominan roles maternales que la sociedad


trata de mostrar como experiencias gratificantes. A partir de los aportes de diferentes
investigaciones se evidencia que no siempre predominan experiencias positivas, por el
contrario, existen en la feminidad y maternidad situaciones ambivalentes que provocan
angustia. (Chanto y Vargas, 97:8)

Esta condición enfrenta a las mujeres con la interminable tarea de cómo identificarse con
un género sexual que contradice la autovaloración, qué modelo crear para sustentar la
identidad de género que reemplace al que personificaba su madre. Aquí presenciamos la
posibilidad de reconstrucción de la identidad y la posibilidad de elaborar nuevos modelos
de feminidad más acordes con el deseo de las mujeres. (Meler en Burin, 1987:347)

La identidad de género
Género es una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado (Scott, 1990:28)

Los géneros son históricos, son producto de la relación entre biología, sociedad y cultura.
Devienen y presentan una enorme diversidad. Es primaria en la autoidentidad porque es la
primera en ser internalizada por el sujeto y le define a lo largo de la vida. “El género es el
principal componente del auto-concepto y el de más temprana adquisición, sirve como un
principio organizador a través del cual muchas experiencias y percepciones del sí mismo y
del otro son filtradas(Spence, Sawin en Brenes, Castro y Pinto, 90:31)

“Uno de los hechos más determinantes en la vida, el género, es asignado por la simple y
compleja mirada del otro, quien, a la vista, nombra: es mujer, es hombre”(Lagarde, 97: 35)

La sociedad y la cultura tienen como sustrato la organización genérica, la sociedad ordena y


clasifica a los sujetos. Asignándoles atributos y modos de vida, designa un recorrido
previsible en la vida, tanto por la prohibición de todo lo que no es considerado propio,
como por la obligación de desarrollar en cada etapa de la vida cualidades del género
asignado.

Diversas instituciones como la madre, el padre, la familia, la pareja, como la escuela y las
instituciones del saber, la iglesia, los medios masivos y el resto de instituciones del estado y
de instituciones sociales de pertenencia-y sus sujetos-, asignan variantes identitarias a cada
quien y son de hecho encargadas de esta dimensión de la reproducción genérica en la vida
cotidiana (Heller, 77:20 )

En 1993 por primera vez se midió por países la forma y el impacto que tiene la relación
entre grado de desarrollo y poderío de género. Y se concluyó que a mayor opresión de
género, mayor atraso, mayor pobreza y peores condiciones de vida caracterizan a la
mayoría de los países. Y que el acceso a bienestar esta diferencialmente definido por
géneros.(Lagarde, Género y poderes: 4)

Los roles sexuales son las manifestaciones públicas de la identidad de género, pueden
incluir cualquier tendencia conductual que se considere apropiada para miembros de un
sexo, e inapropiada para miembros del otro sexo dentro de su propia cultura. En el
desarrollo de los roles sexuales intervienen los impulsos biológicos, las fuerzas culturales
externas y los procesos cognoscitivos de la persona (Brenes, Castro y Pinto, 90:33). Para
estas mismas autoras algunos factores claves que afectan de manera profundad la identidad
de las mujeres son las condiciones en que las mujeres son socializadas en el rol de género
tradicional de la mujer: La inhibición de la agresividad y el enojo, la inhibición de la acción
o de la asertividad y la baja auto estima y la vulnerabilidad ante la pérdida.

Enfoque de género
La teoría feminista tiene como premisa central el análisis de género La perspectiva de
género se basa en el análisis de la socialización según el sexo y el género de la persona.
Estos están intrínsecamente relacionados con factores políticos y económicos en cada
sociedad. La construcción social del sexo, que caracteriza todos los sistemas de género en
todas las culturas, está sistemáticamente ligado a la desigualdad.

El enfoque de género constituye esa parte de investigación reciente sobre las mujeres que
implícita o formalmente presenta un sistema de ideas general y de gran alcance sobre las
características básicas de la vida social y la experiencia humana comprendidas desde una
perspectiva centrada en las mujeres. En primer lugar, su principal “objeto” de
investigación, el punto de partida de todas sus investigaciones, es la situación (o las
situaciones) y experiencias de las mujeres en la sociedad. En segundo lugar, considera a las
mujeres como “sujetos” centrales del proceso de la investigación; es decir, intenta ver el
mundo desde el distintivo y ventajoso punto (o puntos) de vista de las mujeres en el mundo
social. Y en tercer lugar, la teoría feminista es una teoría crítica y activista que actúa en
nombre de las mujeres; su objetivo es producir un mundo mejor para las mujeres y , por
tanto, para toda la humanidad (Madoo, sd).

El enfoque de género mueve estructuras subjetivas y en particular identitarias. A partir de


esto se da una fractura en la concepción del mundo filosófico: “el ser mujer es producto de
lo concreto histórico; es diferente, distinto y no opuesto al ser hombre. Es decir, la mujer no
se construye como oposición simétrica del hombre: existe una diferenciación genérica entre
los seres humanos, basada en el sexo y la edad, y con ella confluyen antagonismos de clase
y de todas las formas de agrupación social excluyentes y opresivas” (Lagarde, 93:85)

El análisis de género se desprende del feminismo como pensamiento, teoría, práctica,


movimiento.
La tesis central de la filosofía feminista y de otras corrientes y movimientos políticos, que
afirma el derecho de mujeres y hombres a no ser objeto de dominación por su sexo ni por
su género, sostiene que nadie debe ejercer poder sexual y genérico sobre otras/os.

Desde esta perspectiva la presente investigación se involucra con las mujeres, partiendo de
su protagonismo en el momento del parto y haciendo una apuesta por lo propositivo, el
cambio elaborado desde y por las mujeres.

2.1.2 El orden social


Esta investigación parte desde una perspectiva crítica, desde un enfoque de género y de
derechos, que nos permite analizar los fenómenos sociales partiendo del hecho de que hay
diferencias y desigualdad sociales si se es mujer o si se es hombre.

Pero a la vez comparte la perspectiva esperanzadora que tanto hombres como mujeres
tienen derechos y que se puede cambiar nuestra sociedad para construir sistemas de vida
más justos y humanos que nos permitan llegar vivir en mejores condiciones sociales.

La diferencia de los sexos permite reconocer el contenido concreto y diferenciado de lo


universal. Es necesario admitir que existen dos maneras de ser humano. No existe un
arquetipo humano asexuado, sino solamente dos tipos fundamentales a los cuales se asocian
por otro lado, caracteres variables. “Cuando se ignora esta división, se está optando ya por
uno de los dos modelos, y tradicionalmente, se ha escogido el masculino”.(Agacinski,
98:73).

Vivimos en una sociedad que se ha caracterizado por funcionar en un sistema jerarquizado


y un sistema de distribución de los recursos o riqueza desigual e injusto, puesto que un
pequeño porcentaje de la población es beneficiada (es dueña de grandes medios de
producción de cualquier tipo, negocia a partir de hacerse acreedora de recursos de la
humanidad, tierras, petróleo, mares, ríos), probablemente viven en el lujo y el exceso, otro
porcentaje vive con recursos que cubren lo necesario (tienen trabajo estables o un pequeño
o mediano negocio, vivienda, oportunidades de crecimiento) y otro porcentaje mayor de
población vive en condiciones de carencia (con trabajos inestables de muy poca ganancia,
sin bienes ni propiedades) con posibilidades muy escasas y pocas opciones para una
existencia digna. En Costa Rica 21 de cada 100 familias son pobres (Social Watch,
2003:116).

En el año 2006 para José Manuel Hermida, representante residente del PNUD el país ha
conseguido importantes logros en los últimos años, sin embargo esto no han significado un
aumento sustancial del desarrollo humano en el país. No es que ha caído, sino que otros
países han crecido.

Para soportar este sistema existen modelos o paradigmas a seguir, modelos de cómo ser
hombre y cómo ser mujer, y lo diferente a estos se transforma en inferior o divergente y
forma parte de una de las cuestiones centrales de toda formación social que “necesite”
sostener sistemas de apropiación desigual: producir y reproducir incesantemente las
condiciones que lo hagan posible. Para tales fines, se conjugan violencias represivas y
simbólicas en diferentes ámbitos de la vida social. (Fernández, 93:119).

Dentro de las formas de mantener esta dinámica, tenemos la creación de mitos. Una
sociedad les instituye y son cristalizaciones de significación que operan como
organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres y las mujeres que
conforman esa sociedad, sustentando a su vez la orientación y la legitimidad de sus
instituciones (Fernández, 93:243). Un ejemplo típico de mito alrededor del análisis de
género: “Las mujeres son más emocionales y los hombres más racionales”.

Dentro del sistema impuesto a cada género si hombres y mujeres no cumplen el papel
socialmente esperado hay una serie de reacciones que se generan esto incluye formas de
control, poder, exclusión y violencia y estas desfavorecen sobretodo a las mujeres.

2.1.3 Patriarcado
Este es un concepto que nos permite analizar la organización social desde una perspectiva
de género. El patriarcado como categoría bajo la cual está organizada nuestra sociedad. El
patriarcado es un orden de poder, un modo de dominación cuyo paradigma es el hombre.
Según el enfoque de la antropóloga Marcela Lagarde, el patriarcado está basado en “la
supremacía de los hombres y de lo masculino, sobre la inferiorización de las mujeres y de
lo femenino. Es asimismo, un orden de dominio de unos hombres sobre otros y de
enajenación entre las mujeres” (Lagarde, Género y poderes : 11).

Para Kate Millet el patriarcado o el poder patriarcal es una institución en virtud de la cual la
mitad de la población (es decir, las mujeres) se encuentra bajo el control de la otra mitad
(los hombres), descubrimos que el patriarcado se apoya sobre dos tipos fundamentales de
relaciones: el macho ha de dominar a la hembra, y el macho de más edad ha de dominar al
más joven. No obstante, como ocurre con cualquier institución humana, existe a menudo
una gran distancia entre la teoría y los hechos; el sistema encierra en sí numerosas
contradicciones y excepciones. Millet también señala que si bien el patriarcado es una
constante social hondamente arraigada que se manifiesta en todas las formas políticas,
sociales y económicas, ya se trate de las castas y clases o del feudalismo y la burocracia,
también en las principales religiones, muestra, una notable diversidad, tanto histórica como
geográfica.(Millet, 75:34)

El poder patriarcal no se limita a la opresión de las mujeres ya que se deriva también de las
relaciones de dependencia desigual de otros sujetos sociales sometidos por la falta de
condiciones o de valoración de su persona.

2.1.4 Poder y Jerarquías


Para Foucault el establecimiento y funcionamiento de las relaciones de poder es algo que
no se posee, se ejerce. El poder no es una superestructura, no se da únicamente en un
espacio piramidal, sino en un espacio hecho de segmentos, producto del conjunto de
relaciones e interrelaciones.(Jager, 2002:29)
Estas jerarquías detentan grados de poder según el lugar que se ocupe. Y el poder que se ha
manifestado por excelencia en nuestra sociedad es el poder de dominación y el poder
autoritario.

El ejercicio histórico del poder ha creado una profunda convicción en la mayoría de los
varones que los coloca “automáticamente” –siempre que haya una mujer- en una posición
de mando y/o protección (Fernández, 93:112)

El poder de las mujeres emana de la valoración social y cultural de su cuerpo y de su


sexualidad. Focault (1980:32) analiza el poder en y desde el cuerpo “...el cuerpo está
inmerso en un campo político; las relaciones de poder operan sobre él, lo cercan, lo marcan,
lo doman, lo someten a suplicio...como fuerza de producción útil cuando es cuerpo
productivo y cuerpo sometido”

2.1.5 Desigualdad e inequidad


Una mujer es más “vulnerable” que un hombre a los riesgos de carácter físico y social que
entrañan no solo niveles bajos de vida y de atención sanitaria, sino también, las actitudes de
valoración diferencial de los géneros (OPS/OMS,1990:20).

Según investigaciones como el Indice de Desarrollo Humano del PNUD se ha demostrado


que mientras menos posibilidades de acceso a recursos se tiene mayores son los riesgos en
cuanto al adecuado desarrollo de la salud.

El proceso de reproducción que desarrollan las mujeres no está valorado socialmente, es


decir no recibe remuneración y en general ni siquiera reconocimiento social. Esto es uno de
los factores que contribuyen a la desigualdad social que viven las mujeres.

Es necesario aclarar que la desigualdad se ha generado a partir de la idea de dependencia,


es decir, que las mujeres son dependientes de los hombres y no al revés. Marcela Lagarde
lo ha definido como: dependencia desigual. Porque es evidente que la dependencia es una
característica inherente a las relaciones sociales y que las personas y los grupos están
unidos por la interdependencia que surge a partir de sus diferencias y por la necesidad de
sumar y combinar las cualidades que unos poseen y otros no.

Además de este elemento para Lagarde existe una ideologización de la relación mujer-
naturaleza como uno de los fundamentos que justifican la desigualdad y su situación de
opresión en general.7

7
Lagarde elabora varios enunciados en esta dirección:

- La mujer es parte de la naturaleza.

-La mujer-naturaleza tiene atributos de la naturaleza, y comparte sus cualidades con los otros seres y hechos de la naturaleza.

- La mujer no modifica la naturaleza, actúa y existe al cumplir las leyes de la naturaleza, las cuales proceden de un mandato
extraordinario e inapelable.
No existe ninguna razón para que la fecundidad femenina, que constituye uno de los
principales caracteres diferenciales entre mujeres y hombres, “justifique” la marginación de
las mujeres en el interior de las estructuras opresivas. No existe razón sino el efecto de una
violencia interpretativa ejercida por el otro sexo y asociado a una dominación de hecho.
Los dos van siempre a la par. “La fecundidad femenina no podría a priori y en general ser
calificada como una desventaja en relación a los individuos masculinos, ya que ella
concede a las mujeres el considerable poder de dar una descendencia a los dos sexos. Este
poder le ha concedido también un gran valor”. (Agacinski, 98:53)

Además de éstas características hay otras que pretenden colocar a hombres y mujeres con
actitudes muy definidas que reflejan formas de ser hombre o de ser mujer específicas y que
se espera se ejerzan en todo momento y lugar.

Las instituciones combinan y alternan estrategias y dispositivos de violencia represiva y


violencia simbólica cuando estas características no son acatadas. Los procesos de violencia
simbólica o apropiación de sentido se construyen en las mismas instituciones por las que
circulan las personas discriminadas, en posiciones desventajosas. Es a través de ellas que se
les impone la arbitrariedad cultural de su inferioridad mediante múltiples discursos y mitos
sociales, y explicaciones religiosas y científicas.(Fernández, 93:115). Las normas,
mandatos, ideas que enfatizan deberes son construcciones humanas y no algo inherente al
sexo al que se pertenece o al género de la persona.

Controles sociales: abuso y violencia cotidiana


La violencia y el abuso es algo que desde niñas las mujeres lo empiezan a relacionar con
situaciones cotidianas, con las que tienen que lidiar de una u otra manera.

El sexismo (prejuicio contra uno de los sexos) afecta la forma en que la mujer es vista por
la sociedad y establece un doble estandar para la mujer y para el hombre (Brenes, Castro y
Pinto, 90:36).

Las madres no saben protegerse así mismas y no saben proteger a sus hijas e hijos. La
dependencia hacia el otro o los otros la hace aceptar o en alguna medida defender a sus
hijas e hijos. Sin embargo en general cualquier acto de desafío al patriarcado contará con la
desaprobación, cuestionamiento y culpabilización por parte de la sociedad en general.

-Comparados hombre y mujer frente a la naturaleza, el hombre tiene poder sobre la naturaleza; la fuente de su poder se debe a su
posibilidad de transformarla con su creación y que al hacerlo, se separa de ella, se convierte a sí mismo en algo diferente de ella. La
mujer, en cambio, es naturaleza en la sociedad, espacio en el que es apropiada por el hombre: tanto por ser mujer, como porque serlo,
implica ser naturaleza. La mujer y sus hechos automáticamente.

-A pesar de que el conjunto de actividades de reproducción –desde la maternidad hasta la conyugalidad- es una muestra objetiva de la
dependencia de los hombres en relación con las mujeres para su sobrevivencia, en la ideología patriarcal y en las relaciones de poder este
hecho se desdibuja, y por un claro mecanismo ideológico de negación-afirmación, no se reconoce esta dependencia masculina y se ha
dado en autonomía.
Las relaciones entre los hombres y las mujeres se han caracterizado por ser violentas y
sexualizadas. Se han desarrollado roles de abuso que mantienen a raya a las mujeres
viviendo a través del miedo, la culpa y la dependencia.

“La violencia, más que representar actos puntuales, es el instrumento que se requiere para
lograr el control y sujeción tanto de una colectividad como de otro ser humano... Existe el
riesgo de no identificar la violencia y el maltrato porque se cree que forma parte del sistema
institucional establecido, es común escuchar frases en cuanto a la atención hospitalaria
como estas: “así es la atención en el hospital”, “así le pasa a todo el mundo”. Según Ana
Carcedo (Carcedo y Molina, 2001:49) la violencia se da cuando las relaciones de poder son
desiguales, y actuán a favor de la subordinación.

Por otro lado también es violencia la patologización del mundo emocional de las mujeres y
también de su cuerpo. A las mujeres se les daña su cuerpo y su sexualidad en un proceso
hospitalario como el parto por una serie de rutinas y normas establecidas y que por parte de
la OMS han sido declaradas como riesgosas para la salud.

Para Carcedo y Molina no es de extrañar que cuando las instituciones y sus funcionarios y
funcionarias se encuentran con una mujer que no sigue sus indicaciones, reclama sus
derechos o cuestiona las actuaciones de quien la atendió, se la trate de beneficiaria
desagradecida, y no como una ciudadana con derechos, que se resiste a ser tratada como
una persona incapaz.

Esto es muy importante para esta investigación porque para las mujeres reconocer la
agresión requiere un esfuerzo, pues supone romper la tendencia social a no actuar y
mantener la situación de abuso. Implica un costo personal, que puede respaldarse también a
nivel colectivo. En general cuando se desenmascara un conflicto este evoluciona a favor de
quien tiene más poder social; hay una tendencia a regresar al equilibrio anterior. (Carcedo y
Molina, 2001:42). 8

En su ensayo La salud de las mujeres: una perspectiva de género, Lagarde explica que
como colectivo las mujeres comparten el maltrato médico producto de la visión machista y
misógina hegemónica en la cultura médica. Son tratadas como menores de edad,
infantilizadas e inferiorizadas, consideradas y educadas como ignorantes de los procesos
que viven, y no son tomadas en cuenta en decisiones de suma importancia par ellas, que son
tomadas por otros sin consultarlas. Sus necesidades vitales son minimizadas y las más de
las veces satisfacerlas es prescindible. Sus males son considerados naturales e inherentes a
su condición sexual; por ello son disminuidos, ridiculizadas o consideradas histéricas.
(Lagarde, La salud de las mujeres: una perspectiva de género feminista)
8
Concebir la violencia contra las mujeres como un problema de desbalance de poder, y tener una práctica consecuente con esto, nos
coloca en el campo de lo profundamente subversivo. Estamos hablando de relaciones de poder estructurales, sobre las cuales se asienta la
vida cotidiana de nuestras sociedades. Aún si se considera incorrecta la agresión y se asume como un problema que no debiera existir,
esta concepción coloca generalmente la responsabilidad de este mal social en las mujeres. Entonces escuchamos expresiones como “es
que no se da su lugar” o “no se da a respetar”, “ella es la que aguanta eso” (Carcedo y Molina, 2001:18).
La mujer llega a la institución hospitalaria como un ser carenciado, sin conocimientos,
ignorante de lo que le pasa, y allí se le infantiliza, humilla e irrespeta. Por lo general, en el
proceso de socialización genérica, se le enseña a las mujeres a infantilizarse y a depender
de lo que otros (hombres) decidan (padre, hermano mayor, novio, esposo e, incluso, hijo).
Así tendrá quien la cuide, pero a un alto precio: ser sujeta sin palabra, sin decisión, sin
conocimientos, sin derechos ni opciones. Y esto, también, lesiona su salud. (Giberti, 96)

El cuerpo y la sexualidad

Para la psicóloga argentina Eva Giberti la división del trabajo por géneros es un hecho
sexual, el embarazo femenino es parte de la sexualidad femenina, y el parto es tan sexual
como lo son las experiencias eróticas.

En el proceso de labor de parto y el parto mismo hay un involucramiento de todo su cuerpo,


pero sobretodo sus zonas erógenas juegan un papel protagónico, el canal de nacimiento y
sus genitales, de su posición, de su dilatación, de la apertura depende que la mujer pueda
tener un parto satisfactorio. Así que la manera en que la mujer se relacione con su cuerpo,
su aceptación o rechazo hacia este, el hecho de haber experimentado o no abuso, la
confianza o desconfianza en su propio cuerpo, ese cuerpo que ha sido destinado para otros
tiene que ver con la manera en que se desarrolle el parto. Por esto es importante el
planteamiento de que las mujeres tienen que tomar las decisiones sobre sus procesos de
embarazo, parto y posparto con respecto a la atención y condiciones que van a recibir.

Dignidad humana

La dignidad humana, entendida como el derecho de vivir el pleno desarrollo integral de las
potencialidades de cada ser humano, también debe ser comprendida como el derecho de
tener una vida que pueda desarrollarse fuera del marco de relaciones de poder abusivas en
el ámbito público y en el privado. Además, implica disponer de las condiciones materiales,
culturales y sociales necesarias que permitan potenciar las capacidades de cada persona, en
un marco de total respeto por la diversidad humana. (Carcedo y Molina, 2001:132).

Miedo, Culpa y Depresión


Dentro de la cultura patriarcal con herencia judeocristiana la culpa tiene un papel
importante para sostener las diversas formas de abuso y violencia que viven las personas.
La creencia general es que las mujeres provocan la violencia, el abuso, el maltrato y el
desprecio o que simplemente, como ya se mencionó antes “ella lo permite”. Esto genera
niveles de culpa ante la mayoría de experiencias frustrantes y violentas en la vida. La
tendencia general es buscar una explicación dentro de la persona misma, puesto que
colocarla en quienes la han ejercido le implicaría empezar el reconocimiento de el nivel
cultural de violencia que viven día a día las mujeres, así como la necesidad de denunciar
ante instancias de mayor poder que el que ejerció esa persona o personas en alguna
situación concreta para no permitir la impunidad.
Nuestra cultura occidental presenta condiciones específicas que producen depresión en la
mujer: la socialización de las niñas hace que éstas desarrollen una personalidad sumisa y
auto-anulada en lugar de una expansiva e independiente. La confusión entre asertividad y
agresión lleva a la mujer a temer enfrentarse con otros, el trasfondo familiar en el cual los
hermanos son favorecidos por ser hombres, especialmente en el plano educativo, produce
sentimientos de no pertenencia y de desadaptación que a menudo conducen a la depresión.

Calidad de la atención en los servicios de salud

El concepto de calidad implica servicios que son accesibles y donde existe buena
interacción entre el prestador y las usuarias. Parten de las necesidades específicas, se les
provee conocimiento, tratamiento, acompañamiento y una variedad de tecnologías y
métodos de forma que estos responden a las necesidades y demandas de las usuarias, sin
que ello les implique riesgos adicionales. Implica considerar los puntos de vista de quien
ofrece y quien recibe los servicios.(OPS, 2000: 6)

Uno de los indicadores más significativos en desarrollo y salud ha sido la


institucionalización de los partos, sin embargo, la calidad del servicio debe de estar
comprometida con brindar una experiencia satisfactoria a las mujeres como parte del ciclo
vital de la mayoría de mujeres.

Hoy día podemos llegar a pensar que las mujeres tienen más opciones para dar a luz que
antes debido a los avances de la tecnología y la medicina, los fármacos para el dolor que
alivian durante la labor y el parto y el creciente número de unidades de cuidado intensivo
neonatal. También se cree que los partos son más seguros que en ningún otro estadio de la
historia. Esto no es necesariamente cierto (Harper, 96:33).

Si tomamos en cuenta, además, la definición del cuidado de la salud por parte del
Ministerio de Salud Costarricense como “Participación de la comunidad en las actividades
del proceso de salud, en todas las etapas, desde la identificación de problemas hasta la
determinación de prioridades, seguimiento y control de las acciones de las instituciones de
salud, con el propósito de establecer equidad en las prestaciones de salud con alto sentido
de compromiso entre el sistema de salud y la población”

Según la iniciativa de Safe motherhood de Family Care Internacional en el 2002,


conceptualizó el mejoramiento de la calidad de los servicios de salud materna, como la
satisfacción de las necesidades de la mujer. Ofrecer los servicios lo más cercanos posibles a
donde viven las mujeres y que tengan la capacidad de prestar servicios seguros y eficaces;
servicios sensibles a las preferencias por la privacidad, confidencialidad, y atención por
parte de personal femenino; el personal debe mostrar respeto y ser sensible con las mujeres
sin juzgarlas; se debería tratar a las mujeres como participantes activas en su propia salud y
se les debería ofrecer información y asesoría que las ayude a tomar decisiones informadas
sobre su salud y tratamiento.

Para Beatriz Morrone los recursos, técnicas y procedimientos biomédicos que se utilizan,
así como las ideologías del sistema de salud, no siempre son explicitadas e incluso no
conscientes. “El escenario en el cual se produce la atención del parto y el puerperio es
decisorio para establecer vínculos entre el equipo de atención y las personas usuarias.
Cuanto más asimétrica sea la detentación del poder de los primeros, más dependiente y
sumisa será la respuesta de las personas usuarias” (Morrone, 2004:18)

Bioética

Bioética es el valor del ser humano en su corporeidad frente a los desarrollos


biomédicos(Andorno, 98:12).

Implica que las usuarias conozcan las Indicaciones, Riesgos, Beneficios, Alternativas y
Derechos con respecto al tratamiento o cualquier procedimiento que se vaya a practicar en
el cuerpo de las personas. Debe implicar también el derecho de la persona a elegir a partir
de esta información, es por esto que se puede vincular al concepto de elección informada.
Este conocimiento debe darse durante el embarazo (incluso antes) y no en el momento
mismo del parto. 9

El proceso fisiológico del parto

La estimulación de la principal hormona para el parto la oxitocina, se logra con estímulos


placenteros, esta hormona esta muy presente en la sexualidad de las personas. En las más
recientes investigaciones acerca de la atención del parto (Arms, Harper, Kitzinger, Odent)

Estas condiciones también han demostrado que reducen notablemente la necesidad de


intervenciones médicas y elimina, al incorporar totalmente otra visión del parto en el
personal de salud, prácticas rutinarias y dañinas para las mujeres y sus bebés.

Según el obstetra francés Michel Odent, las necesidades básicas de las mujeres en labor de
parto, no están siendo respetadas. Desde el punto de vista de la fisiología, durante la labor
de parto la mujer necesita liberar un cierto número de hormonas (la oxitocina, la prolactina
y las endorfinas). La principal generadora de estas hormonas es la pituitaria, glándula que
se ubica en la parte más primitiva del cerebro (que ocupa las funciones básicas del cuerpo,

9
Conceptos de bioética
Autonomía: Se basa en el respeto por la libertad de las personas como sujetos dueños de su vida. Un comportamiento autónomo no debe
ser forzado, supone de un ser libre para decidir y demanda tener opciones reales, para lo que es necesario que tenga a su disposición toda
la información pertinente.

El principio de no mal-eficiencia: Es de raíz hipocrática que apunta a dos metas ser útil y no hacer daño y se basa en el principio
Kantiano de hacer el bien y evitar el mal. Esto se refiere a no exponer a las personas a riesgos innecesarios y no perjudicarles
intencionalmente.

Beneficiencia: Siempre buscar el beneficio de la persona, favoreciendo sus intereses y haciendo todo lo posible por restaurar su salud.

Justicia: es la posibilidad de acceso a la atención por parte de todas las personas, sin discriminaciones ni limitaciones.

Hoy se constata que la ciencia se ha vuelto subrepticiamente „tecnociencia‟, es decir, que se ha puesto al servicio de modalidades
puramente operativas. Los objetivos utilitarios inmediatos han ahogado, de algún modo, la reflexión de los propios científicos sobre el
sentido de sus investigaciones (Andorno, 98:19).
como el hambre, el sueño, el parto). “En la mujer se produce un cambio en su nivel de
conciencia, ella se olvida de todo lo que ha leído, se separa de su cotidianeidad, y cae en
una especie de viaje interno, que puede ser interpretado como una reducción en la actividad
neo-cortical (de la corteza cerebral). En ese momento, el uso del lenguaje racional, la
presencia de personas con instrumentos, los ruidos, el monitoreo electrónico, las luces
brillantes, la sensación de ser observada, son contraproducentes, porque estas
intervenciones estimulan el funcionamiento de la neo-corteza (la corteza cerebral) e inhiben
la producción de endorfinas y con esto la labor de parto. Ese cambio que se da en la
parturienta, es lo menos difundido y lo menos conocido por el mundo médico y por la
sociedad en general” (Odent en Rodríguez, 2000)

Es importante señalar que dentro de la fisiología del parto también es importante la


movilidad de la mujer en el trabajo de parto y que elija la posición que desea para su parto,
esto choca con la política hospitalaria donde generalmente la mujer no se le permite que
elija una posición para su parto. Esto además de atentar contra la fisiología del parto, daña
el cuerpo de las mujeres, impide la salida normal de su bebé y pone en entredicho los más
fundamentales derechos humanos.

Para la autora y psicóloga Eva Giberti la posición es uno de los temas claves en el parto.
Una vez iniciado el trabajo de parto la inspiración profunda que realiza la mujer hace
descender el diafragma, lo cual se complementa con la acción contráctil de la prensa
abdominal: entre ambas acciones se impulsa al bebe hacia la abertura vulvar, como única
salida. El bebe, una vez iniciado su descenso, estimulado por las contracciones uterinas y
por su propio peso, no puede retroceder. La posición horizontal neutraliza o entorpece esta
mecánica.

Por otra parte, “cuando el cuerpo se encuentra en vertical reproduce el esquema corporal
que adquirió durante la niñez para realizar las funciones expulsivas de defecar y orinar, es
decir, reproduce el modelo original y pone en marcha la memoria de funciones biológicas
naturales”. (Giberti, 98)

Esto nuevamente según las normas hospitalarias es violentado puesto que a las mujeres en
general se les limita la deambulación en la labor de parto debido a problemas de espacio o
de infraestructura. De la misma manera la posición para el parto que debe de ser acostada
utilizando las camillas especiales con estribos que según investigaciones de OMS no son
adecuadas para el parto y obstaculizan el desarrollo exitoso del parto.

Tipos de partos
El parto natural o espontáneo: El parto espontáneo se denomina por lo común
„natural‟ porque se produce sin intervención externa. En este tipo de parto, la posición del
feto en el útero materno y su tamaño, hacen posible que salga con la cabeza por delante.
Después de la cabeza, aparece un hombro y, luego, conforme el cuerpo del feto gira
lentamente en el canal natal. Luego salen los brazos, uno por uno y finalmente, las piernas.

Parto con instrumentos: Este tipo de parto generalmente conlleva al uso de


episiotomía para que el médico tengan mayor espacio de acción para utilizar el fórceps. Las
mujeres pueden experimentar consecuencias por desgarres y dolor posparto por este tipo de
intervención. Muchas críticas a este tipo de partos le atribuyen la responsabilidad al uso de
drogas y medicamentos que intervienen en el desarrollo normal del parto, así como la
posición en que debe permanecer la mujer en las instituciones hospitalarias (generalmente
acostadas) que imposibilita la salida normal de su bebé, el ambiente extraño y hasta hostil
que puede desestimular el desarrollo de un parto normal.

Los medicamentos dados a la madre durante el trabajo de parto como se indicó antes,
pueden ser y, a menudo son peligrosos, porque desaceleran el proceso de parto y , a
menudo, requieren el empleo de instrumentos.

Nacimiento con presentación de nalgas: Las nalgas del feto aparecen en primer
lugar, seguidas por las piernas, los brazos y finalmente, la cabeza. Si no se cambia la
posición del feto antes de que se inicie el proceso del parto, se utilizan instrumentos como
ayuda. Dentro de las tradiciones y arte de las parteras se usa o usaba la técnica de la versión
manual externa, por medio de un masaje con aceites naturales la partera logra dar vuelta a
la criatura desde el vientre de la mujer.

Parto con presentación transversal: El feto se encuentra transversal en el útero de la


madre. Si no se puede cambiar esta posición antes de que se inicie el proceso del parto, se
deberán utilizar instrumentos como ayuda para el nacimiento. La misma técnica de versión
externa se ha utilizado en estos casos, sin embargo son más las posibilidades de que el parto
sea por cesárea debido a que la maniobra puede no ser exitosa en estos casos.

Nacimiento por cesárea: Cuando el cuerpo del bebé se encuentra en una posición que
le impide pasar por el canal natal, un trabajo prolongado y difícil acompañado de
desaceleraciones importantes cardíacas en el feto, placenta previa (cuando la placenta antes
que el feto en el momento del parto)se ha recomendado extraer quirúrgicamente, mediante
una incisión en la pared abdominal de la mujer.

Detrás del parto


En el parto se conjugan varios poderes que entran en juego en el momento de la
hospitalización:

El poder patriarcal (en tanto es una situación específica que le ocurre a las mujeres ), el
poder médico (el estatus y prestigio de una profesión altamente valorada en nuestra
sociedad) y del poder económico (industria, tecnología, recursos materiales en general).

Nuestras sociedades occidentales profundamente industrializadas han creado partos


tecnointervenidos (término acuñado por la escritora española Isabel Fernandez del Castillo
en la Revolución del Nacimiento), que resultan en procesos mecánicos muy alejados de lo
humano y sagrado que puede representar este acto único en el desarrollo de los seres
humanos y las sociedades. Sin temor a exagerar tenemos que reconocer que la humanidad
ha concedido al parto y al nacimiento históricamente un valor trascendental, cada año
celebramos nuestra llegada a este mundo. Es por ello que es importante analizar y tratar de
mejorar el desarrollo de este acontecimiento histórico en la vida de todas las personas.
“Una corriente dominante considera el parto como un proceso sumamente doloroso y la
misión del ginecólogo es evitar casi a toda costa ese dolor, si no quiere correr el riesgo de
ser considerado como inhumano...Nuestra sociedad tiene una actitud mecanicista y
antipsicológica frente al parto”.(Langer, 85:199)

“Muchos de los/las obstetras actuales sostienen que parir es un hecho “natural” y por lo
tanto no tienen por qué presentarse problemas. No obstante comienzan a tratar a la
embarazada como a una “paciente”. Erigen la contradicción desde la consulta inicial sin
enmascararla; dirigen el parto según lo aprendido en textos los cuales pueden encontrarse
párrafos saturados con prejuicios y mitos que se desarrollan a la par de los avances
científicos” (Giberti en Fernández, 92:278).

La interrelación que se produce entre la embarazada-parturienta y los/las profesionales es


compleja y no puede reducirse a una interpretación desde el sometimiento del género al
poder dominante de quien practica medicina, ya sea hombre o mujer: incluyendo las
modalidades de algunas obstetras que no siempre se caracterizan por crear un vínculo
continente con las parturientas. Existen alianzas conscientes e inconscientes entre ambas
partes que tienen que ver con el maltrato que suele presentarse durante el parto,
especialmente en servicios hospitalarios. Además es conveniente admitir las coincidencias
entre las convicciones de profesionales y el entrenamiento que en subordinación
sobrellevan muchas mujeres; se genera así una “unidad histórica” sostenida por las
instituciones, el imaginario social y el personal, ilustrados por la naturalización de la
“función materna-reproductora y amorosa” y por el acatamiento a las directivas de la
ciencia “que todo lo sabe” (Giberti en Fernández, 92:278).

La superstición, la civilización y la cultura han influido en las mujeres en el sentido de


introducir en sus mentes temores y angustias justificables respecto al parto. Cuanto mayor
ha sido el desarrollo cultural de las razas de la tierra, mayor ha sido el énfasis puesto por las
mismas en decretar el parto como una prueba dolorosa y peligrosa. (Dick Read 74:37)

Esta creencia refuerza la idea de que la mujer sin el médico y el personal de salud y más
aún sin hospitales la mujer no podría parir. En realidad las rutinas, normas hospitalarias y
uso de intervenciones no necesarias tienden a colocar a la mujer en una posición pasiva y a
no permitirle tener un papel activo en su propio parto, la manera en que se desautoriza su
opinión, sus sensaciones, sus reclamos contribuye a que las mujeres asuman una posición
sumisa y adjudicándoles al personal toda la responsabilidad de lo que pase en el parto. El
personal toma una posición de poder sobre las mujeres y la mayoría lo aceptan ignorando
sus propias sensaciones y señales. Es importante trabajar en volver al propio cuerpo, en
entenderlo, escucharlo conectarse con su bebé y no simplemente intervenirlo, combatirlo,
medicalizarlo.

Para Giberti desde su experiencia psicoanalítica la historia de una mujer pesa mucho el
modelo que se utilice para parir para establecer el vínculo con sus hijos. Si bien la
tendencia es olvidarse del momento del parto, lo que ocurre es que se reprime la
representación de una mala experiencia; muchas mujeres tienden a narrar el parto
minimizando sus vivencias negativas. Pero esas vivencias retornan, de modo inconsciente y
pueden impregnar diferentes momentos de la vida de esas mujeres, en particular la vivencia
de humillación trasladada a otras áreas.

La autora Suzanne Arms afirma que no sólo el hospital provoca el dolor durante el parto,
pero sí señala que los hospitales se asocian siempre con “enfermedad y desorden” y con
una atmósfera de emergencia médica que lo único que logra es aumentar la tensión de la
parturienta”.(Rich, 86:268)

Cualquier parto atraviesa la fase de transición, cuando el cervix dilata totalmente y la


expulsión del bebé. Se da un momento de tensión psíquica y física. Ese trance se vive como
hemos sido socializadas, en la impotencia, pero a la vez lo que necesita saber es que es
normal, que así es y que lo va a lograr, pero se ha interpretado como una necesidad de
intervención médica (Rich, 86:268) .

Muchos farmacólogos, anestesistas y ginecólogos se afanan en obtener el mejor medio de


evitar a la parturienta el dolor. Hasta ahora han logrado métodos mas o menos perfectos que
sin embargo, siempre envuelven cierto prejuicio y peligro” (Langer, 85:205)

Según Langer la mujer puede experimentar temores irracionales, sentir el temor de perder
a su bebé al darlo a luz, experimentar trauma de separación pero reconoce que un factor
importante para confrontar la realidad es que esté consciente y despierta cuando se
produzca el parto y no llena de fármacos o drogas anestésicas que perturben su proceso.

Por parte de las instituciones de salud hay establecidas ciertas normas y procedimientos
necesarios que deben de cumplir el personal y las usuarias, ya solo este hecho modifica en
gran medida lo diverso y único que puede ser el proceso de embarazo y parto en una mujer.

Un ejemplo claro de esto es que las posiciones verticales durante la labor de parto y en el
parto mismo y la mirada se convierten en soporte de los núcleos adultos del Yo que son los
que las mujeres ejercen durante el parto. Esos núcleos adultos que pueden expresarse
durante el parto son los que colocan a la mujer en la realidad de lo que acontece, mientras
que al acostarla se la infantiliza porque se la posiciona como alguien que debe obedecer
órdenes y colaborar con la dirección del parto a cargo de un médico.(Giberti, 98 parto
vertical).

Además, Mirta Videla señala dos tipos de violencia obstétrica:10

10
Mirta Videla es concluyente en su libro Maternidad: Mito y Realidad afirmando “Comprendí que los pacientes y necesitados de
atención psicológica no eran las embarazadas o parturientas, sino los profesionales de salud y todo el equipo obstétrico pediátrico” Señala
que el personal que rodea a la mujer se encuentra en una situación tan regresiva como ella y que transfieren a la mujer sentimientos
inconscientes referidos a sus propias madres internas, siendo para muchos un personaje que deben combatir, o alguien para sobreproteger,
competir, pero nunca darle el protagonismo.

Y profundiza su análisis “a la mujer se le cosifica, se le falta el respeto, se le convierte en la pantalla de proyección de los más reprimidos
e inconscientes impulsos agresivos y sádicos” (Videla, 97:180)
-Subestimación, denigración verbal y corporal, sobretodo hacia las mujeres de bajos
recursos, en todos los lugares del mundo.(Mucho mayor en aquellos países donde hay más
represión sobre la sexualidad humana.)

-Atención mecanizada, tecnicista, impersonal, masificada e indiscriminada hacia el


parto.(Videla 97:187)

El parto puede ser una experiencia gratificante y de empoderamiento para las mujeres. En
la situación actual de hospitalización se ha convertido en su mayoría en un hecho que
desearía evitarse (el parto). La medicina, los médicos y los hospitales han creado el mito de
que el parto en sus manos es seguro.

El personal de salud se resiste al cambio por dos motivos fundamentales:

-Para no asumir su impotencia y su temor ante los conceptos nuevos que desconoce.

-Se resiste a modificar su omnipotencia ante la mujer. Porque esto le exige integrar el
cuerpo fragmentado, en un cuerpo-objeto-mujer de un ser humano dotado de psiquismo y
sentimientos (Videla 97:178)

Las prácticas científico-técnicas intentan obturar el conocimiento configurado desde el


cuerpo de las mujeres, con información racional proveniente de la medicina. Debemos
reconocer que existe un saber femenino que rebasa ese saber científico. Ello nos lleva a
pensar sobre la iatrogenia que producimos cuando no confiamos en las propias
percepciones de las mujeres. (Velásquez en Burín,1987:301)

Actualmente se dice que ha aumentado el número de mujeres que atienden en los hospitales
y que se dedican a la ginecología y la obstetricia, sin embargo, “esto tampoco es del todo
alentador, ya que estas mujeres utilizan técnicas medicas diseñadas por hombres, que en
muchos casos no están acordes con la dinámica del cuerpo femenino”(Cárdenes y Ugarte,
2002:127).

La salud sexual y reproductiva, desde el enfoque de género y de derechos humanos, están


vinculadas con la seguridad, la libertad, la integridad física, las decisiones sobre sexualidad,
la maternidad y el rechazo a toda forma de coerción. Por ello, su vinculación con las
políticas y la fortaleza de la sociedad civil tiene una importancia estratégica. (Montaño,
Sonia. Los derechos reproductivos de la mujer en Estudios Básicos de derechos humanos,
93).

La necesidad de control: el tiempo, el espacio


El tiempo y el espacio son dos elementos fundamentales y determinantes en el parto.

“El tránsito de la naturaleza a la cultura exige que el organismo femenino se vuelva


periódico, pues el orden social tanto como el cósmico quedarían comprometidos por un
régimen anárquico, bajo cuyo imperio no se sustentarían mutuamente la alternancia regular
del día y la noche, las fases de la luna, las indisposiciones femeninas, la duración fija del
embarazo... Es, pues, en tanto que seres periódicos, como las mujeres corren el riesgo de
atentar contra el orden del universo. Su insubordinación social, a menudo recordada por los
mitos, ofrece una imagen anticipada, en forma de “reino de las mujeres”, de un peligro que
sería infinitamente más grande y grave: el de su insubordinación fisiológica. Así es preciso
que las mujeres estén sometidas a reglas” [...] (Amorós,85:127). Es por esto que el parto
incluso el embarazo y todos los procesos relacionados con estos hechos han sido tomados
en este caso por la medicina y puestos bajo control y controlados por medio de
intervenciones que no permiten que el proceso fluya sin someterlo a reglas y normas
institucionalizadas.

La presión del tiempo dentro de una cultura donde todo tiene que ser “rápido” y no se
respetan los procesos naturales del cuerpo que varían en el tiempo esto quiere decir que
pueden progresar, detenerse y hasta retroceder hace que las mujeres mismas se sometan a
esta presión en este momento fundamental de la vida.

Para Sheila Kitzinger en el hospital no hay territorio bajo el control de las mujeres, ni el
tiempo, ni siquiera esta la información que les permita saber como actuar y que esperar.
Para enfrentar esto las mujeres “van descubriendo” reglas, preguntándole a otras,
esperando, haciendo cosas a escondidas. Un mecanismo desarrollado en esta situación son
los cursos de parto psicoprofiláctico que se convierten mas bien en un listado de conductas
que se deben asumir y conocer para saber como comportarse en un hospital, es una obra de
domesticación para las mujeres y sus compañeros o esposos, hermanas o madres que les
acompañen.

Esto forma parte de lo que la historiadora y antropóloga Anna Arroba hace referencia como
Ginopia (falta de visión con respecto a la situación de lo que le sucede a las mujeres) de la
medicina y la ciencia moderna en general desprenden de los hechos, experiencias y
acontecimientos de la parte emocional, psíquica o psicológica.

Se cree que la tecnología (ultrasonidos, monitoreos, medicamentos, hormonas artificiales,


suero intravenoso, entre otros) puede dar una mejor descripción y resultados que la persona,
en este caso las mujeres. La objetividad de las máquinas y personal de salud decretan que
es lo que realmente le ocurre a ese cuerpo que generalmente no funciona según las escalas y
estandares normales que se han establecido, sino que se atrasa o se adelanta al tiempo y la
dilatación prevista por los registros que se han venido documentando y describiendo y se
espera funcione con respecto a un promedio.

“La embarazada, pasajera de sí misma y testigo de sus vivencias, podría reconocer lo


indeterminado del quehacer filial (bebés que modifican su posición momentos antes de
nacer) y de su propia fisiología, dentro del determinismo del proceso por el cual atraviesa.
Los temores clásicos previos al parto, cuando no incorporan componentes psicopatológicos
graves, son temores compartidos por el género y merecen ser reconocidos por las mujeres y
por quienes las acompañan, para que ellas puedan manejarlos en lugar de quedar
descalificadas por sentirlos” (Giberti en Fernández, 92:293).

“Cuando las mujeres gritan, gimen, maldicen o se desfiguran pujando, tensando el vientre y
el periné de modo tal que quienes miran temen que no lo lleguen a soportar. Entonces es
cuando los dispositivos de poder necesitan sujetarnos en un punto, fijarnos en un centro,
intentando que nos duela menos; pero también que alborotemos menos.” (Giberti en
Fernández, 92:294).

Otro aporte del médico Michel Odent dice que “cuanto mayor sea la necesidad social de
agresión y la capacidad para destruir la vida, más intrusivos son los rituales y las creencias
en el momento del parto”(Odent, 2003:199)

Los temores pueden funcionar como referentes y formas de saber, dado que aportan datos y
vivencias articulables para una experiencia digna y gratificante.

Si en la embarazada se reconociera a una ciudadana que habrá de reproducir a un sujeto u


otra/o ciudadana/o, corriéndonos de la postura tradicional que opaca la visión político-
social de la maternidad, ganaríamos un espacio para ambos géneros.

Cambiar la experiencia del parto significa “modificar la relación de las mujeres con el
miedo y la debilidad, con nuestros cuerpos, con nuestras hijas e hijos; sus implicaciones
son de gran alcance psíquico y político”. (Rich, 86:269)

Historia de los partos

“El parto es cosa de mujeres, y así lo ha sido desde el comienzo de la vida de los seres
humanos en este planeta. Las mujeres prehistóricas daban a luz como los animales, o
acompañadas por otras mujeres que las auxiliaban si era necesario, cerca del curso de un
río, o en una cueva, cortando el cordón umbilical con una piedra filosa.” (Gómez, 93: 1).

Con el paso del tiempo y el inicio de las comunidades organizadas, comenzó a tener cada
vez más importancia el cuidado de la salud de los miembros del grupo. El surgimiento de
las parteras, mujeres sabias que a través de la experiencia diaria hicieron suyo el
conocimiento práctico de la atención de salud en general, y del cuidado de los nacimientos
en particular. 11

En el siglo XV las pintura y los grabados representan sólo a mujeres asistiendo a partos. En
el siglo XVII vemos aparecer en escena al comadrón coincidiendo con el momento en que
la profesión médica masculina comienza a controlar la práctica de las curaciones, y niega a
las mujeres y a los que durante siglos trabajaron entre los pobres la categoría de
“profesionales”(Rich, 86: 208)

La profesionalización de la medicina nace de las élites de poder y se erige junto con la


religión como las instituciones poseedoras de la verdad y el conocimiento y claramente
como territorios meramente masculinos que negaron y no permitieron la presencia de las
mujeres.

11
La primera representación artística de un ser humano es la de una mujer cuya cabeza y cuyo vientre tiene la forma de un huevo y cuya
vulva siempre realzada y triángulo púbico aparecen coloreados con ocre rojo, simulando sangre menstrual. Símbolo de la fecundidad, nos
dicen. Pero es bastante más que eso: símbolo de la vida, y por tanto de lo sagrado.(Blaise, 96:195)
Para algunas autoras la institución médica e iglesia desplazan a las mujeres. Logran que
todas las personas empiecen a acudir a estas instituciones en busca de “la verdad” porque
las mujeres sanadoras y los sanadores los vincularon con “fuerzas diabólicas” y a la
brujería.

La medicalización del parto

El parto fue uno de los últimos eslabones que irrumpió la institución médica. Primero
porque las mujeres no lo permitían, porque que el parto es un acto íntimamente vinculado
con la sexualidad y con sus genitales. Resultaba ofensivo o inmoral que un hombre
estuviese allí. Otra razón era porque la tradición y conocimiento de las parteras se transmite
de generación en generación y por familiaridad. La partera era respetada y buscada a pesar
de los esfuerzos de las élites medicas por desvirtuarlas de su labor fundamental.

La autora Viola Klein considera que muchas de las mujeres de clase alta tuvieron que
ceder o permitir que los médicos las empezaran a intervenir y a atender sus partos. Puesto
que desde su misma clase social estaba emergiendo la élite médica. Se empezó a construir
la idea de que ser atendida por un médico era algo de muchísimo prestigio.

“Tanto hombres como mujeres se resistían a la idea del comadrón masculino, los médicos
desarrollaron una ideología sobre la mayor importancia relativa de la seguridad por encima
de las prescripciones de modestia, exagerando al máximo los peligros del parto”. (Eyer,
95:177)

La obstetricia le imprime su lógica médica al parto puesto que empieza a hurgar, intervenir
y patologizar el cuerpo, sobretodo el de las mujeres. Colocaron a las mujeres en un lugar
pasivo como si se tratase de una enfermedad y no de un proceso vital.

Para el siglo XVII y XVIII con el proceso de profesionalización que incorpora la obstetricia
al campo médico, y muy especialmente cuando se adopta el uso del fórceps para extraer a
la criatura, instrumento que estaba considerado como un elemento quirúrgico. La práctica
de la cirugía se prohibió a las mujeres.12

La atención del parto proveyó sobre todo un ingreso estable para los médicos, en una
especialidad que estaba algo saturada y que además era de exclusivo desempeño de
varones.

La intensa campaña llevada a cabo por la clase médica para atender los partos con un
médico y las campañas de atracción que realizaban las instituciones hospitalarias impulsó a
que otras mujeres, de otras clases sociales desecharan la atención de las parteras, a pesar de
que sus honorarios eran considerablemente menores y su eficacia probada.13

12
En esas dos centurias se produjo una verdadera plaga de fiebre puerperal, directamente relacionada con el incremento de los médicos
en los partos, que consumió a millares de mujeres recién paridas. „solo hasta mitad del siglo XIX , cuando finalmente los médicos
comenzaron a lavarse las manos, terminaron gradualmente esos doscientos años de envenenamiento de la sangre, eufemísticamente
llamado fiebre puerperal‟. (Gómez, 93)

13
Las campañas hospitalarias se enfocaban en atraer pacientes obstétricas bajo la promesa de un parto seguro y en buenas condiciones
así como algunos presentes para las mujeres más necesitadas. Sin embargo, a principios del siglo XX (como en la actualidad) „los
Fue el uso exclusivo del fórceps del cirujano lo que capacitó a los médicos a disputar el
papel tradicional de las comadronas como asistentes a todos los partos normales(Arney 82;
Leavitt 85; Wertz y Wertz 89 en Eyer, 95:175)

Cuando las prácticas se centran en el poder del conocimiento científico se refuerza la


dependencia en el saber de los otros a la vez que incide negativamente en la autonomía de
las personas respecto de su salud. (Velásquez en Burín,1987:299) 14

Los hospitales y el parto

Dentro de la historia del cuidado de la salud se toma como referencia la Cultura Romana,
como una de las gestoras de la institución hospitalaria. Sus centros de poder operaban bajo
la lógica de conquista y guerra. Establecieron lugares para curar a los heridos en las batallas
y tratar de restablecerles lo más rápido posible su salud para reintegrarles en las guerras.
“El hospital nació en las campañas militares, para el trato de los militares, para el trato de
los heridos en las fronteras del territorio del Imperio. El modelo fue luego trasladado a la
vida civil”. (Weinstein, 78: 72 )

Luego los hospitales se convierten en lugares donde van las clases empobrecidas a recibir
atención de de médicos, aprendices y para fines de investigación.

Los hospitales dieron a los estudiantes de medicina acceso a su “material”, para que
pudieran aprender sobre partos.(Eyer, 95:176)

En el siglo XVII Las mujeres sabían muy bien que dar a luz en los hospitales entrañaba más
posibilidades de muerte que hacerlo en casa. Sin embargo, a la mayoría de las mujeres
pobres que buscaban ayuda obstétrica se les exigía tener los hijos en los hospitales
públicos, tal vez porque se las consideraba material de experimentación y enseñanza.
Muchas huían de los hospitales, y otras hasta llegaron a suicidarse antes de ingresar.(Rich,
86:230)

Sheila Kitzinger tiene una visión crítica de los hospitales “En el hospital a la persona se le
desprende de su identidad, de sus derechos, la persona siempre tiene que estar pidiendo
información o “favores” o haciendo cosas a escondidas del personal que tiene autoridad
sobre ella.(Kitzinger, 96)

hospitales estaban generalmente sobrepoblados, con malas condiciones higiénicas, no siendo un ambiente apropiado para una vulnerable
vida nueva‟ señala Cristina Starr en su artículo In parise of midwifery (Gómez, 93).

14
Para Ana Maria Fernández hay tres elementos que debemos de tomar en cuenta para analizar el papel de la medicina y los
profesionales con respecto a las mujeres:

- La medicalización del cuerpo de las mujeres.

- La alianza entre médicos y familias, que cambiará radicalmente los criterios de crianza y educación de los niños y, por
consiguiente, el lugar de la mujer en la sociedad industrial incipiente.

- El discurso médico de la “naturaleza femenina”: sexualmente pasiva, frágil, emotiva, dependiente y predestinada a la
maternidad.
Esta visión puede se puede enlazar con el concepto de biopoder para enriquecer este
análisis. Focault describe el poder negativo o jurídico como el que legalmente se ejerce y es
el que vemos en los gobiernos, partidos políticos. Las instituciones hospitalarias en este
sentido tienen poder sobre los cuerpos de las personas, desde el momento en que la persona
pone un pie en el hospital es un individuo que debe perder su identidad, someterse a las
normas y procedimientos que puede no conocer en ese momento y simplemente aceptar el
trato que le dan en ese lugar. Y sentirse con agradecimiento puesto que le están atendiendo.

La intervención del parto

“El parto requiere sobre todo asistencia previa y paciencia”

Nihell Elizabeth, 1760, A Treatise on the Art of Midwifery: Setting Ford Various Abuses Therein, Especially
as to the Practice with Instruments.

Se puede deducir que había en un primer momento de la historia cierto temor de intervenir
y medicalizar un proceso tan espontáneo y misterioso como el parto.

La industria médica empezó a experimentar con algunas drogas y sustancias para eliminar
el dolor, para acelerar el parto, para detener las hemorragias posparto, para superar
obstrucciones, entre otras complicaciones y circunstancias del parto. Sin embargo, la
ciencia médica, experimentó y continúa haciéndolo, en las mujeres que iban a los
hospitales, más específicamente en las mujeres de pocos recursos la aplicación de
procedimientos y maniobras que provocaron muchos riesgos, muertes y complicaciones.
Aún cuando se demostraron complicaciones y riesgos algunos procedimientos continuaron
por muchísimo tiempo. Y todavía hoy se continúan implementado prácticas y tecnologías
que han demostrado su poca eficacia y riesgo para la salud.

Por otro lado hay que tomar en cuenta que la industria de la salud, tiene un auge importante
en la economía de los países. Esto ha generado un acelerado crecimiento e invención de
sustancias y aparatos para la atención e intervención de los partos.

En la última década ha aumentado considerablemente la cantidad de drogas, máquinas, y de


procedimientos aplicados a las mujeres embarazadas y en proceso de parto.

“Los médicos comenzaron a ver las tecnologías no tanto como un servicio a las pacientes,
sino más bien como una protección propia y de los administradores de los hospitales, cuya
mejor defensa legal descansaba en el uso de las más recientes innovaciones obstétricas. Las
técnicas agresivas de promoción de las industrias de suministros médicos y farmacéuticos
contribuyeron también al uso de las tecnologías. Las conexiones existentes entre industria y
profesión médica han dado origen a una formidable alianza, con fuerza para influir en las
políticas nacionales”. (Eyer, 95:193).
Además la cantidad de estudiantes de medicina se ha multiplicado varias veces y que
gineco-obstetricia es la segunda carrera más buscada en medicina. (La Nación, 2001)

A principios del siglo pasado, se aceptaba que el parto podía durar de una hora, hasta uno o
más días (Esquivel, 2000: 82). Sin embargo hoy en día el parto hospitalario debe de durar
según lo establecido en las normas de atención y seguir las fases que se han diseñado
también según las normas de atención. (Fase latente para nulíparas de 6.4 horas y 4.8 para
multíparas, no debe de exceder 20 horas y 14 respectivamente. En la Fase activa se espera
que la mujer avance en la dilatación de 1.2 cm por hora en las nulíparas y 1.5 en multíparas.
A su vez esta Fase se divide en tres subfases todas con sus respectivos tiempos y
centímetros de dilatación). (Esquivel 00:297). De esta manera se ha normado el proceso de
parto, se le han asignado procedimientos específicos y niveles de riesgo, según los
estándares hospitalarios.

Eva Giberti señala que la cultura urbana potencia el comportamiento de las mujeres que
asumen la posición pasiva desde el embarazo hasta el parto. Se supone que internarse en
una clínica, obedecer todas las indicaciones de los médicos y acostarse forma parte de la
tecnología más avanzada. Pero la cultura urbana también ignora cuáles son las prioridades
del parir (Giberti, 1998).

Los doctores confían en ellos mismos, listos para intervenir en cualquier instante,
necesitando saber lo que pasa en todo momento durante el parto. Nunca ha sido la prioridad
de los obstetras el considerar el parto desde la perspectiva de la madre o preguntar qué se
debería hacer para que éste resultara más gratificante (Harper, 96:31)

Las intervenciones rutinarias, que suelen ser molestas, dolorosas riesgosas “se aplican
usualmente y sin cuestionamiento por el mero hábito o costumbre de los miembros del
equipo de salud o por pautas no revisadas, controladas ni actualizadas” (Pronsato, 2000 )

El sistema de salud de atención del parto envía un mensaje a la mujer que le dice que ella
no es capaz de dar a luz sin la ayuda de un médico, los aparatos y las sustancias que se usan
en los hospitales. (Harper, 96:76)

Para Diane Eyer las mujeres que deseaban reformar las prácticas hospitalarias del parto han
sostenido que los problemas del parto eran precisamente las prácticas deshumanizadas de
los hospitales, no ciertos fenómenos propios de las mujeres. De hecho tanto la medicina
como la psicología, para esta autora, tienen una larga historia colonizadora de la mujer,
primero idealizándola de un modo sumamente restrictivo y luego culpándola de no vivir de
acuerdo con estos ideales estrechos de miras.(Eyer, 95:256)

El parto en la actualidad

En el 2001, 95,6% de los partos de Costa Rica fueron hospitalizados. Esto es considerado
un índice positivo, sin embargo la calidad de la vivencia no ha deparado en las mujeres y
sus bebés una experiencia digna y gratificante como personas.15 En general el parto se trata
15
Mientras que una mujer que da a luz en un país en desarrollo corre el riesgo de morir en una de cada 13 ocasiones, en los países
industrializados este riesgo disminuye a 1 entre 4.100. Se calcula que 515.000 mujeres mueren todos los años a causa del embarazo y el
alumbramiento y más de un 90 por ciento de estas muertes se producen en el mundo en desarrollo. Hay una tragedia que desde comienzos
actualmente en los hospitales como un acto mecánico, de rutina, de preservar la vida y de
evitar a toda costa la muerte. Pero se trata de un proceso complejo que debe ir más allá, en
donde hay que prestar mayor atención a la calidad del mismo y no solo al resultado final.
Se trata, también, de un elemento sagrado dentro de la vida de todo ser humano, de la mujer
que pare y el ser que nace. Y en especial para las mujeres, las que han parido, paren y
parirán mientras exista la humanidad.

La idea generalizada de que para parir hay que ir al hospital la podemos relacionar con la
creencia de que lo que va a pasar no es normal ni fisiológico, tiene que ver con algo
patológico o que tiene que ser vigilado, atendido e intervenido por profesionales que “sí
saben de eso”. Esto coloca a las mujeres en el papel de dependencia de lo que “los
especialistas” decidan que es lo mejor para ellas.

Las mujeres van sumando expropiaciones y carencias a lo largo de su vida, el sólo hecho de
nacer mujeres las coloca en una posición de desventaja y de inferioridad en cuanto a
educación, acceso a opciones y acceso a recursos en una sociedad que se caracteriza por
desvalorizar y minimizar de manera permanente y sistemática lo que hacen las mujeres.
Entonces, el parto puede ser un elemento más que puede sumar y confirmar otra
expropiación más a su cuerpo, a su propia vida y la del ser que está por nacer. O puede ser
también una experiencia que reivindique y dignifique su existencia si ha sido gratificante
para ella y su bebé. Este es el planteamiento de fondo de esta investigación propone
cambiar y mejorar las condiciones actuales de atención del parto para mejorar la calidad de
vida de las mujeres y mejorar el vínculo que establecen con sus hijos.

La clásica experiencia de parto alienado obliga a yacer en una camilla barrada, en una sala
de parto junto con otras mujeres que gimen, y adonde “nadie acude” excepto para realizar
exámenes pélvicos (tactos vaginales) o dar alguna inyección. La soledad, la sensación de
abandono, de estar presa, impotente y despersonalizada, es la principal memoria colectiva
de las mujeres que han dado a luz en los hospitales (Rich, 86:262)

Las intervenciones hospitalarias

Por parte de los organismos internacionales de la salud se asegura que ciertos


procedimientos se realizan más por formación académica no actualizada, rutinas y normas
hospitalarias que responden a prácticas también no actualizadas, conclusiones empíricas
personales, conveniencia médica y del personal de salud por tiempo (apurar el proceso
generalmente), falta de espacio, uso y abuso de recursos (que por política hospitalaria se
normativiza la utilización de ciertas tecnologías e intervenciones) que por razones técnicas
y de salud que lo justifiquen.

del decenio de 1990 no se ha producido ninguna disminución considerable en la tasa de mortalidad derivada de la maternidad.(Sem, 21
marzo, 2002).

En Costa Rica la tasa de mortalidad en los últimos 5 años ha promediado 21.6 al año, en el año 2001 murieron 24 mujeres y hubo según
los datos suministrados 76.401 nacimientos para el 2001.(Estadísticas generales de los Servicios de Salud, Ministerio de Salud, 2003)
Las intervenciones durante el embarazo, parto y puerperio, como todos los procedimientos,
tecnologías o fármacos, pueden comportar riesgos, por lo que deben aplicarse sólo si existe
una indicación específica, científicamente probado sobre los beneficios de su uso en cada
caso particular (Pronsanto, 2000:57)

Según criterios desde el mismo departamento de Salud de la Mujer de la Caja, el personal


de obstetricia es el menos actualizado en cuanto a nuevas investigaciones y conocimientos
basados en evidencia científica.

En general, las intervenciones generan la necesidad de otras intervenciones y esto genera


riesgos (Kitzinger, 96). Las intervenciones se convierten en rutinas y rituales de la cultura
de atención del parto que se convierten en formas mecánicas de actuar por parte del
personal de salud. 16

Según estadísticas de organismos como la OMS los partos normales son cerca del 85 al
90% y la intervención a los partos normales no sólo es inútil, sino que a veces peligrosa. Y
solamente del 10 al 15% requieren algún tipo se intervención.

Pero yendo más allá, existen estudios que demostraron que las intervenciones que tienen
como objetivo la provocación del parto(suero con pitocín, ruptura de membranas, apertura
manual del cuello del útero, maniobra de kristeller, ) pueden reducir las contracciones
uterinas, reducen el aporte de oxígeno a la criatura con sus posibles consecuencias y se
produce una muy fuerte presión sobre la cabeza de el/la recién nacido.

Además de que algunas intervenciones como la maniobra de Kristeller fueron prohibidas en


nuestro hospitales por los riesgos y consecuencias negativas para las mujeres, de ruptura del
útero, desgarres, daños a largo plazo en la función y disfrute de la sexualidad de las
mujeres, en el control de los esfínteres y dolor crónico que ponen en riesgo la salud de la
mujer y de su bebé.

Los procedimientos e intervenciones tienen relación con la influencia de lo que se ha


llamado “manejo activo del trabajo de parto” Bates y Lapsley, pero esto ha parece referirse
solamente a la parte del médico no de la mujer que está pariendo. 17

Algunos de los problemas generalizados que ha traído la institucionalización del parto en


los hospitales que presenta la autora Adrienne Rich en su libro Nacemos de mujer son:

16
Por ejemplo una práctica que se ha dejado de implementar es el rasurado púbico porque se concluyó que esta práctica no aseguraba
mayores niveles de higiene en el parto. Los estudios sobre el rasurado demostraron que no aumenta el índice de infección entre grupos
rasurados durante el parto y los no rasuradas. Por el contrario las microlaceraciones que ocurren por el rasurado pueden ser foco de
infecciones. Puede aumentar la molestia y picor luego del rasurado, y esto puede crear edema en el área.

La autoestima de la madre se afecta al verse como una niña cuando la transformación de su mente y emociones es hacia una mujer con
mayor madurez

17
Existen tres tipos de urgencias que pueden producirse sin signos previos y que con una intervención adecuada pueden resolverse de
manera exitosa. Éstas se presentan muy raramente en embarazos normales: prolapso del cordón (el cordón sale antes que el/la bebé),
dificultades respiratorias de el/la bebé y hemorragia importante de la madre. (Kitzinger, 96: 56)
Reserva de la información acerca de las desventajas de la medicación e intervenciones
obstétricas, exigencia de que todas las mujeres den a luz en hospitales, separación de la
madre del apoyo familiar durante el trabajo de parto y el posparto, confinamiento de la
parturienta normal en la cama, dependencia profesional y a la tecnología para saber como
se desarrolla el proceso, estimulación química del parto, exigencia para que la mujer adopte
durante el nacimiento la postura supina, episiotomia rutinaria, separación de la madre y su
bebe (Rich, 86:266).

Las opciones para las mujeres


La lógica de privatización y del lucro se han instalado no sólo en la florida oferta médica
privada, sino al interior mismo de las instituciones estatales, en las cuales las unidades de
salud –Equipos Básicos de Atención Integral, clínicas y hospitales- entran dentro de la
lógica de los denominados “compromisos de gestión”. Esta modalidad de trabajo pone el
énfasis en que las unidades de gestión en salud tengan capacidad de ejecución del
presupuesto que solicitan, aunque no haya un control de calidad acompañando el proceso
(Social Watch, 2003:116).
En diferentes estudios de otros países (como Holanda, Suecia, Japón, Canadá) donde en el
sistema de salud incluye el modelo que ofrece la partería y este incluye la posibilidad de
tener parto en casa o en centros de partos, se ha demostrado que para las mujeres que no
tienen niveles de riesgo es más seguro el parto en casa. El parto en un ambiente privado,
íntimo, propio fluye de manera más natural y es atendido por parteras que están formadas
para el parto normal, y para no intervenirlo a menos que sea necesario.
Las instituciones hospitalarias tienden a tener normas y rutinas que lejos de proveer
experiencias protagónicas y gratificantes para las mujeres, las colocan en posición de
objetos pasivos y objetos de estudios para estudiantes que vienen a aprender.(Harper,
96:80).
“Todavía en los hospitales del país se practican procedimientos que en otras partes del
mundo ya se han demostrado que son peligrosos para las mujeres y sus bebés, porque las
mujeres tienen crisis después de sus partos, algunos han vinculado el hecho de no tener
ningún tipo de control sobre su experiencia predispone a sentimientos de frustración, de
impotencia y abuso. Estas son las consecuencias que tiene el uso de medicamentos y drogas
estimulantes en los y las bebés durante el parto, los partos violentos, la separación
inmediata de la madre y su bebé”. (Tyndall, entrev. Personal, 2005)
Para la atención del embarazo y el parto es necesario como señala Sheila Kitzinger
“profesionales que no traten de controlar a la naturaleza sino de crear lugares y condiciones
“necesarios” para el ritual del nacimiento. Es imprescindible observar y comprender el
cuerpo antes que combatirlo”.(Kitzinger, 96:54)
Estrategia metodológica:
La investigación se basa en la metodología cualitativa y la estrategia de aproximación al
objeto de estudio responde a una perspectiva feminista con enfoque de derechos. Busca la
construcción de la simetría, el respeto por la vida y experiencias de las mujeres
participantes en el estudio.
La necesidad de profundizar en estas vivencias específicas de las mujeres es porque
especialistas en la atención del parto normal aseguran que, socialmente estamos sufriendo
una catástrofe en la salud a todo nivel al hospitalizar procesos fisiológicos que deberían de
ser totalmente normales. Por esto “ningún campo disciplinario se constituye por fuera de
una demanda histórica. Es ella quien puntúa las “urgencias” a las que se intentará responder
con sus dispositivos de acción específica”. (Fernández, 93:48).
La metodología cualitativa “pretende describir, decodificar, traducir y sintetizar el
significado, no la frecuencia de hechos que acaecen más o menos naturalmente en el
mundo” (Ruiz e Ispizua, 89:21)
La teoría y práctica feminista con enfoque de género y de derechos permite “recuperar la
voz de las mujeres, reconocer las condiciones en las que las mujeres viven de manera
discriminada, marginada y violentadas en nuestra sociedad. Y que esto no les pasa
individualmente sino en lo colectivo. Esta permite investigar áreas que han sido
invisibilizadas por el enfoque androcéntrico desarrollado tradicionalmente” (Mies en Jager,
2001). En esta investigación se hace una aproximación a la percepción de las mujeres desde
su propia situación.

“Cada vez encontramos mayor énfasis en criterios referidos a la flexibilidad en lugar de la rigidez en la
organización psíquica; a la creatividad en lugar de la repetición en cuanto a los modos de realización de
intereses; a la participación comunitaria, o en grupos diversos y al aislamiento, como modos de acción y
participación social. Esto se relaciona con la consideración de un sujeto psíquico que, en su misma
constitución es un sujeto social. Esto supone incluir, dentro de los criterios de salud mental de las mujeres, su
participación social como ciudadanas”(Burin, 2002:39)

Esta investigación se basa en el análisis e interpretación de las experiencias de parto de diez


mujeres y la posibilidad de éstas de proponer cambios según su percepción, conocimientos
e información, desde su vivencia como mujeres.
Debemos reconocer que existe un doble conocimiento: el conocimiento técnico y el conocimiento de las mujeres, lo cual
es expresión de dos registros: el científico técnico y el imaginario femenino. Esto nos lleva a investigar por otros caminos
posibles porque exceden el conocimiento médico sobre el proceso de la maternidad. (Velásquez en Burín,1987:299)
Hay muchas sensaciones que responden a la experiencia del parto que pueden “no tener
representación verbal, en este sentido corresponde una lectura semiótica, o sea ritmos,
exclamaciones, entonaciones, silencios, gestos, impresiciones del lenguaje y todos los
elementos que hacen a la línea melódica, que expresan las sensaciones del cuerpo”.
(Kristeva en Burin 1987: 301)
Gloria Bonder dice que “la función semiótica del lenguaje, precede a la actividad lingüística propiamente dicha y la
rebasa, se remonta a la relación arcaica del bebé con la madre” Las sensaciones del cuerpo al no tener palabras
propias, se reprimen y no acceden al preconsciente, o se organizan en estos elementos semióticos. Los ritmos semióticos
organizan las pulsiones femeninas en representaciones de palabra, aunque está más ligado a las representaciones de
cosa, a lo inconsciente, al proceso primario.

Investigación feminista cualitativa


Según Marcela Jager (Jager, 2001) María Mies establece una serie de normas
metodológicas para la investigación feminista:
1) El postulado de parcialidad consciente, se logra a través de la identificación con
el objeto de estudio ya que no sólo los reconoce como parte de un todo social
más grande, sino que se establece una relación dialéctica entre las personas
investigadas y la investigadora.
2) La visión desde abajo, es una postura ética-política, como parte de la lucha en
contra de la opresión e invisibilización de la mujer. El compromiso mutuo para
la toma de consciencia y transformador de la realidad.
3) Participación activa en las acciones, movimientos y luchas, el énfasis debe
hacerse en la investigación participativa.
4) “Si quieres conocer algo debes cambiarlo”, si aplicamos este principio
debemos luchar contra la opresión de las mujeres con el fin de comprender todas
las dimensiones del patriarcado que refuerzan esta condición.
5) El proceso de investigación debe llegar a ser un proceso de concientización,
tanto para la investigadora como para las mujeres que contribuyen con la
investigación.
6) La concientización colectiva de las mujeres debe ir acompañado por el estudio
de la historia social e individual de las mujeres.
7) Colectivización de las experiencias, esto permite el apoderarse de su propia
historia.
En estos términos, “la investigación feminista permite comprender el mundo y sus
relaciones sin necesidad de cuantificar sus significados. En efecto, esta perspectiva
enriquece la información derivada de las experiencias y perspectivas de las mujeres, ya que
su cuantificación produciría una pérdida de sensibilidad y comprensión de la dimensión
subjetiva del comportamiento social y sus significados”. (Sagot, Montserrat, 1992:48).

Validez
Desde la metodología planteada la validez -legitimidad del conocimiento- se da cuando una
teoría puede avanzar en la construcción teórica de lo que estudia, conservando su
continuidad y congruencia. Entendemos por continuidad “la capacidad de la teoría para
integrar dentro de sus términos actuales nuevas zonas de sentido sobre lo estudiado, y como
congruencia, la posibilidad de enfrentar momentos de ruptura conservando su integridad
como teoría, es decir, su capacidad para asimilar construcciones nuevas sin perder su
integridad”. (González, 2000:89)
También es importante tomar en cuenta que coloca a quien investiga en el centro del
proceso productivo, y se refiere a los diferentes procesos de relación de quien investiga con
el problema investigado. “Quienes investigan siguen caminos únicos e irrepetibles en su
acción sobre el objeto estudiado, y la comparación a través de puntos de convergencia que
se manifiestan en el curso de este proceso”. (González, 2000:92)

Generalización
La generalización desde el trabajo cualitativo en psicología es la capacidad para extender el
potencial explicativo de la teoría. Las categorías y las teorías son procesos en movimiento,
y en este sentido “la generalización es también un proceso en constante desarrollo que
forma parte de los juegos teóricos que tienen lugar en ciertos momentos de la construcción
del conocimiento. La generalización es el resultado de una construcción teórica que tiene
capacidad explicativa sobre cierto número de fenómenos. La generalización está definida
por la abarcabilidad y el poder generador para la producción de nuevas ideas que una
categoría o teoría tienen”.(González, 2000:109)
Sin embargo también es importante anotar que el trabajo no pretende generalizar para un
conjunto poblacional más amplio, sino explicar las estructuras y procesos que conforman
los universos simbólicos de las mujeres en su situación de parto y exponer y enriquecer sus
propuestas con respecto a este.

Etapas en el proceso investigativo


- Elaboración y presentación inicial del proyecto de tesis a la UACA.
- Investigación bibliográfica y documental, incluye teoría desde la psicología, la teoría
feminista en general y la psicología feminista con respecto a la identidad de las mujeres,
formas de desigualdad y violencia que experimentamos las mujeres en nuestras sociedades
patriarcales, el enfoque de género que deriva de la propuesta de trabajo feminista y el
enfoque de derechos que ha sido generado desde la práctica de las perspectivas de los
movimientos sociales organizados que han logrado que tanto organismos internacionales
como gubernamentales contemplen los derechos humanos a nivel mundial traspase las
condiciones de desigualdad en cuanto al acceso a recursos, trato humanizado y resultados.
Bibliografia nacional e internacional acerca de las más actuales formas de atención del
parto, desde distintas disciplinas sociales.
- Presentación de la propuesta a la tutora de tesis e incorporación de sus observaciones.
- Presentación de la propuesta de Investigación al Hospital de las mujeres.
- Prueba de entrevistas. Se realizaron 4 , para evaluar la pertinencia de las preguntas y
temas por abordar.
- Búsqueda y contacto inicial con las participantes, profundizar en cada caso, diez
entrevistadas.
- Al menos dos momentos-entrevista con las participantes.
Las Categorías de análisis de la primera entrevista se obtienen del marco teórico.
Categorías de la segunda, según los resultados de la primera y respaldo del marco teórico.
- El trabajo en grupo reunió a las mujeres, se trabajó la elaboración de propuestas
alternativas con respecto a la hospitalización del parto.
- Devolución a las participantes. Además de un compromiso ético, las mujeres tuvieron
acceso a la información elaborada
-Presentación formal de la tesis de Licenciatura ante la UACA
-Presentación para el personal de la institución, que se pretende que haga una
incorporación de la propuesta que se desprende del trabajo de las mujeres, así como las
recomendaciones de la investigación en sí misma

Selección de las participantes


Mujeres que sus partos fueron atendidos en el Hospital de las Mujeres, entidad que
pertenece a la Caja Costarricense del Seguro Social y que responde a los lineamientos
generales de la atención de los partos en Costa Rica
Se puede decir que se trabajó una muestra propositiva puesto que la riqueza de la
información que brindan las personas depende de la implicación, la motivación y el lugar
que cada individuo tenga en la población estudiada. (González, 2000:110)
Se les proporcionó la siguiente información:
Responsable de la investigación
Motivos de la misma
Procedimiento a seguir
Papel de cada una en el proceso

Criterios:
Disponibilidad para comunicar sus vivencias
Tiempo disponible
Mujeres con historias diversas, con semejanzas y diferencias en términos de experiencias, percepciones y
perspectivas. No se pretende que este grupo sea representativo de todas las mujeres costarricenses, sino que a
raíz de distintas experiencias se pueden mejorar las condiciones del parto en las instituciones y fuera de ellas,
así como dar pistas al personal de salud en cuanto a lo que viven, desean y merecen las mujeres en este país.
Para que esto se traduzca en políticas y antecedentes para más investigaciones.
Además están definidos los siguientes criterios:
Entrevistar a 10 mujeres de 20 a 40 años de las cuales:
-cuatro que estaban por tener su primer parto, que su proceso de embarazo se clasificara
normal, al menos dos meses antes del parto y dos o tres meses después del parto.
-cuatro mujeres con al menos una experiencia de parto(una que haya tenido uno, una que
haya tenido dos, una que haya tenido tres y una que haya tenido cuatro) en un tiempo no
mayor de dos o tres años de haberse dado la última hospitalización.
-dos mujeres que hayan tenido al menos una cesárea, una programada y otra decidida en el
momento del parto, intraparto. En un tiempo no mayor de dos o tres años de haberse dado
la intervención.

Desarrollo de las técnicas


Se les realizó entrevistas en profundidad enfocada y luego se les reunió en sesiones
grupales donde asistieron la mayoría de las participantes.

Entrevista en profundidad
La entrevista en profundidad enfocada predetermina un tema hacia el que se orienta la
conversación, y mediante el cual se selecciona a la persona a investigar. Es abierta, pero
definida conceptualmente.
La entrevista busca información personalizada, tratando a los sujetos en su exclusiva
originalidad a partir de los significados que ellos mismos elaboran, esto permite esclarecer
las experiencias humanas subjetivas desde el punto de vista de los propios actores
sociales.(Cob, 1999:9)
Busca encontrar lo que es importante y significativo en la mente de las personas
informantes, sus significados, perspectivas e interpretaciones, el modo en que lo ven,
clasifican y experimentan su propio mundo (Ispizua y Ruiz, 1989: 126) La comprensión del
mundo tal como el propio entrevistado lo construye (Ispizua y Ruiz, 1989: 147)
Las preguntas se van encadenando temáticamente e imperceptiblemente se va imponiendo
una estructura cada vez más sólida con la que orientar el resto de su conversación y sus
preguntas (Ispizua y Ruiz, 1989: 129).
Con una guía que contemple focos de interés, unidos a ciertos núcleos indispensables para
abordar la temática del parto.
Entrevistas grabadas con el consentimiento de estas mujeres y posteriormente transcritas y
analizadas.
Estas serán analizadas bajo categorías que permiten profundizar en la temática a investigar
“Cada serie de categorías ha de ser exhaustiva de forma que no quede ningún dato sin que
pueda ser incluído en alguna de las categorías establecidas” (Ispizua y Ruiz, 1989: 197)

Ejem.. Experiencia durante el parto:


Expectativas
Ruta hospitalaria
Resultado

Es importante señalar que la situación de entrevista involucra tanto a la mujer como a la


investigadora en un tema complejo y fuerte que ha marcado sus vidas. Se trataron de
abarcar otros elementos biográficos que se consideraron relevantes para entender el
momento fundamental del parto. El embarazo, el puerperio, la relación con su cuerpo, su
sexualidad, su experiencia de maternidad, hechos significativos que ellas mismas querían
señalar.

Los datos obtenidos son una determinada estructuración de la realidad. La trasposición de


lo real a lo simbólico siempre representa al menos, un proceso de reducción, de síntesis y
de atribución de sentido. El problema no está en que la entrevistada haya interpretado los
acontecimientos vividos o presenciados desde ciertos valores o instrumentos de
conocimiento que le eran propios. Mas que un problema, en este caso ese es justamente el
material que buscamos. Saber cómo interpretaba los datos de su realidad y cómo
comprometía sus valores en esas interpretaciones es justamente lo que queremos saber
(Saltalamacchia, Colón y Rodríguez en de Simone y Saavedra, 1992: 106).
Se utilizará la entrevista en profundidad por su carácter holístico, en la que el objeto de
investigación está constituido por experiencias, ideas, valores, estructura simbólica y la
vida misma de la entrevistada en el “aquí y el ahora”.
La entrevista puede realizarse en uno o varios encuentros. Con una guía para el
ordenamiento de temas posibles. Se abordaron el o los partos desde las expectativas, un
breve recorrido por la experiencia del embarazo, la vivencia del parto, sus condiciones y
sus consecuencias y propuestas desde la perspectiva de las mujeres.
La entrevista abierta es una técnica cualitativa de producción e interpretación de la
información a través del análisis de los discursos, de manera similar a como opera la
técnica de grupos de discusión. Los procedimientos y reglas de interacción verbal cara a
cara, se desarrollarán incorporando los lenguajes no verbales del cuerpo y la utilización y
manejo del espacio (Galindo, 1999:301).

Procesamiento de datos y análisis:


Entrevistas
Las entrevistas fueron grabadas, se transcribieron y se analizó cada una, posteriormente se
analizó cada tema de la guía temática

Sesiones grupales
Luego de las entrevistas a nivel individual se reunió a las mujeres en un grupo de trabajo
para recorrer nuevamente la experiencia del parto, para hacer una puesta en común acerca
de las vivencias de todas las participantes. Principalmente se trabajó una propuesta
colectiva de atención desde las mujeres con base en sus experiencias, conocimientos,
análisis e información facilitada por la investigadora de los últimos hallazgos científicos
acerca de la atención del parto.
Pichon-Riviére en su definición de grupo operativo define que el objetivo es indagar acerca
de un tema o situación determinada, explicitando las tensiones que el tema genera. El
campo abarcado por dichos grupos es un campo reducido y limitado a una experiencia
determinada.
El pensamiento feminista integra la técnica de trabajo grupal como instrumento principal de
análisis, siguiendo la cultura femenina históricamente inscrita en una forma colectiva.
Dentro de un proceso grupal se trata de analizar y elaborar las experiencias, las diferencias,
para ver lo que hay en común y construir alternativas. Esto es significativo, no solamente
para el buen funcionamiento grupal, sino que es básico para una investigación. El trabajo
grupal consiste en construir la conciencia histórica individual y social, buscar y elaborar las
raíces y las causas de los conflictos específicos, y aprender a solucionarlos de diferente
modo (menos estereotipado, violento y traumatizante) (Galindo, 1999:305). En la sesión
grupal se podrá trabajar los conflictos en cuanto a los patrones culturales que son impuestos
o asumidos y que perjudican nuestro bienestar respecto de la atención del parto.
Una de las ventajas de la realización de sesiones grupales es que se “comparte
públicamente las experiencias y se llega a la convicción de que lo que pensamos que era
una situación individual es en realidad un fenómeno común al grupo; lo que se pensaba que
era un problema personal tiene una causa social y probablemente una solución política”
(Freeman en Trejos 1988: 49)
Siguiendo con la propuesta de Trejos puede decirse que hay tres objetivos de las sesiones
de grupos de mujeres: desarrollar la conciencia de grupo entre las mujeres, constituir un
alto grado de comprensión sobre los factores condicionantes de su opresión personal y
generar acciones políticas coherentes con los pasos anteriores.

La sesión grupal constará con una serie de pasos (Allen en Trejos, 1988:57):
Abrirse, las participantes comparten sus experiencias personales y sus sentimientos, de
esta forma pueden conocerse y darse cuenta de sus diferencias y similitudes (las
participantes con una guía elaborada por la investigadora retomarán y enriquecerán
elementos derivados de las entrevistas en profundidad).
Compartir, las participantes pueden llegar a comprender que muchos de los problemas
que creyeron individuales y por los cuales se sintieron responsables e inadecuadas son
causados por el orden social.
Analizar y sintetizar, se trata de hacer una síntesis entre los pensamientos y los
sentimientos personales con un análisis objetivo de la situación de las mujeres en los partos.
Este proceso de síntesis puede llevar el desarrollo de nuevas teorías que permiten ver de
manera distinta las experiencias pasadas.
Abstraer, se continúa analizando, desarrollando y discutiendo procesos o fenómenos que
oprimen y violentan a las mujeres en los partos y se puede evaluar y generar propuestas que
promuevan el cambio social.

Junto con la explicitación de las ideologías subyacentes se produce una toma de conciencia
del género sexual. Aparece indefectiblemente un “nosotras” que adquiere pleno sentido. Es
a través el “nosotras” que las mujeres pasan a incluirse en la historia. (Burin, 1987:239)
En la experiencia grupal se resignifica el conocimiento individual, para constituirse en conocimiento colectivo. Esta
socialización de conocimiento, en el transcurrir grupal, no apela sólo al saber intelectual sino a las diferentes formas de
conocer que provienen del cuerpo, de las vivencias, sentimientos y experiencias específicas de las mujeres. (Velásquez en
Burín,1987:312)

Un aspecto importante de la dinámica grupal entre mujeres es que en este circular de


palabras, gestos, expresiones y cuerpos, la mujer observa, escucha y habla de sí, de otras y
a otras mujeres, recupera la propia palabra –omitida o silenciada por el discurso social y el
científico oficial-, palabra que expresa lo que tienen para decir de sus propias experiencias
en la maternidad, de sus temores y de sus goces.
En este circular entre mujeres –interjuego de experiencias subjetivas e intersubjetivas- se
recupera el vínculo mujer-mujer, lo que da existencia y se rescata al ser confirmada por otra
mujer. (Velásquez en Burín,1987:312)

La investigadora como coordinadora del grupo, realiza intervenciones en cuanto a


información, análisis ideológico subyacente y hace señalamientos y síntesis alrededor del
tema. Asimismo, da ordenamiento y coherencia a los aportes y propuestas de las mujeres
como alternativas a la hospitalización.

2.7 Categorías de análisis


Derechos
Intimidad Privacidad
Información
Maltrato
Propuesta

Alcances y limitaciones de la investigación


Uno de los principales aportes de esta investigación es dar a quien la lea un panorama de
cómo viven las mujeres la experiencia del parto en términos generales en nuestro sistema
de salud y en especial en el Hospital de las Mujeres.
De tener una mirada crítica a la forma en que el sistema de salud, la Institución y sus
profesionales dan atención al proceso de parto de las mujeres, para identificar vacíos,
aciertos y desaciertos.
Busca evidenciar que las mujeres urgen un protagonismo en la situación de parto
Que los cambios tomen en cuenta las propuestas que desde las mujeres se desprenden.
Que los cambios puedan plasmarse en Políticas Públicas con una clara directriz del enfoque
de Género y de Derechos Humanos.
Permite recuperar parte de las historia de las mujeres en una fase tan importante como lo es
el parto y el nacimiento. Decisivas para su propia existencia y la de su progenie. Que puede
generar cambios en beneficio de las próximas generaciones humanas.
El muestreo propositivo y por criterios limita el nivel de generalizaciones, sin embargo, da
la posibilidad de seguir profundizando en este tipo de investigaciones en los otros
hospitales del país. Además es justo aclarar que permite reconocer la riqueza que cada
historia puede proporcionar al profundizar e interesarnos en la producción subjetiva del
conocimiento, sus diferencias, la implicación humana y lo trascendental del tema.
La posibilidad de construir una “propuesta de una práctica de prevención alternativa en la
cual el conocimiento de la ciencia oficial se articule dinámica y dialécticamente con el
saber y las necesidades de las madres”. (Velásquez en Burín,1987:313)
Debemos plantear obstáculos que conocemos y reconocer que existen resistencias en los
profesionales, ya sea porque no toleran dejar el lugar del poder del conocimiento, o porque
no “saben” otra manera de realizar su práctica... Asimismo las mujeres “habituadas”
históricamente a depender del conocimiento de otros y a sentirse expropiadas de su cuerpo,
el preguntar o cuestionar les produce temor al castigo, a la reprobación, a la humillación”
(Velásquez en Burín,1987:310) puede que no hayan podido profundizar al máximo con
respecto a sus necesidades, propuestas y sentimientos reales.

Capítulo V
3.1 Presentación y análisis de resultados

Análisis de las intervenciones


A continuación analizaremos en detalle las intervenciones que se aplican de manera
generalizada a las mujeres en los hospitales y que podrían acarrear algún tipo de riesgo para
su salud debido a que interfiere con el proceso normal de parto natural.

Ropa hospitalaria: Es parte del ritual hospitalario que despoja a las mujeres de su
identidad, el hecho de que la mujer tenga que andar con ropa hospitalaria la convierte en
paciente del hospital sin posibilidad de cargar ningún objeto personal. Se homogeniza a la
población, se le da un estatus por debajo del personal de salud. Esto simbólicamente puede
significar que se aleje la posibilidad de asumir un rol protagónico y activo de su proceso de
parto.

Lavativa: su uso supone la evacuación de los intestinos y evitar que la mujer defeque en el
momento del parto. Se ha considerado como un elemento que contribuye a la higiene en el
parto. Sin embargo esta práctica causa malestar en las mujeres. Es una intervención que se
utiliza generalmente al inicio de la hospitalización. La evacuación de excremento puede
prolongarse por un tiempo largo, lo que puede causar que las heces estén siendo expulsadas
en las camillas donde yace la mujer. Esto puede generar una situación antihigiénica. En
algunos casos puede ser una intervención necesaria si en los días anteriores al parto han
tenido algún problema de estreñimiento, sin embargo el problema es cuando no es una
opción sino una imposición, o sea como norma hospitalaria. Otro argumento que ha
justificado su utilización, además del de la higiene, es que se utiliza para provocar
movimiento intestinal que estimula la actividad uterina y esto va a ayuda a estimular el
parto. Sin embargo es importante aclarar que algunas mujeres experimentan evacuación
natural por el mismo proceso del parto y la lavativa lejos de estimular puede molestar.

Los tactos: Se utiliza como práctica para medir el punto de dilatación del cuello del
útero. Es una intervención que se ha creído no provoca ningún efecto porque consiste en la
introducción de los dedos del médico o la enfermera para “sentir” cuanto ha dilatado.Es una
práctica muy utilizada porque el personal de salud no pone en práctica otras formas de
diagnóstico de avance del trabajo de parto, por ejemplo la observación de la conducta de la
mujer, la frecuencia de las contracciones o lo que ella misma siente.

Puede poner en riesgo la protección natural de la mujer porque existe la posibilidad de que
con esta práctica se rompa la fuente. Esto aumenta el riesgo de infecciones e incluso puede
inhibir el proceso de dilatación y de contracciones. Este procedimiento también puede
resultar doloroso, incómodo y humillante para las mujeres. Al haber en los hospitales tanto
personal involucrado en la atención de los partos una mujer puede recibir una gran cantidad
de tactos del médico, la enfermera y hasta estudiantes de turno.

Es una práctica que incluso se realiza en la atención prenatal donde no es necesario tactar el
cuello del útero de la mujer a menos que se hayan presentado algún tipo síntoma
preocupante. Y conlleva el riesgo de que un tacto pueda desencadenar más problemas
(nuevamente infecciones, maltrato a los finos tejidos que protegen al feto, provocando a
veces dolores y sangrados innecesarios y angustiantes para las mujeres). Argumentaciones
tanto técnicas como de simple sentido común de las mujeres apuntan a que es una
intervención que no es necesario realizar a menos que la misma mujer lo pida con la debida
información previa acerca del para qué, así como de los riesgos y beneficios.

Amniotomía o ruptura de la fuente: Esta intervención consiste en romper el tejido de


la bolsa que contiene el líquido amniótico y al bebé. Se ha considerado en general como
una intervención que estimula las contracciones, que “ayuda” a la mujer o sea que tiene
efectos de inducción. Sin embargo, ya existe evidencia científica que demuestra que no
provoca mayor estimulación, mas bien si se hace de manera muy temprana puede provocar
un riesgo en el proceso, si la cabeza del/a bebé está muy alta puede darse un prolapso del
cordón (que el cordón salga por el canal vaginal causando un riesgo innecesario que
generalmente es resuelto con cesáreas), también si es muy temprano puede provocar mucha
presión sobre la cabeza del bebé y en consecuencia algún problema de oxigenación.

Las contracciones pueden provocar una compresión del cordón que lleva oxígeno a la
criatura, una deformación de la cabeza, más fuertemente comprimida en el paso a través del
cuello y la pelvis. Se puede producir una infección pélvica puesto que la mujer es
periódicamente invadida con tactos por una cantidad variada de personal del hospital.
Obstetras le utilizan como una forma de diagnosticar con relación a la apariencia del
líquido amniótico, si está claro o transparente es normal pero si tiene meconio (contenido
de los intestinos del feto), se le considera como signo de sufrimiento fetal.

Otros peligro es en relación con el papel de cojín protector que cumple la placenta y el
líquido amniótico, que aminora los efectos de las contracciones sobre la cabeza del bebé.
Según estudios realizados en doce centros médicos de América Latina que inducían partos
por ruptura artificial de membranas, los problemas de alineación de los huesos del cráneo
de los recién nacidos eran doblemente frecuentes que en los partos sin inducción,
probablemente por la intensidad acrecentada de las contracciones.

Amniotomía o ruptura artificial de membranas en el parto conlleva

Riesgos para la mujer:


Peligro de infección intrauterina

La lubricación del canal del parto es menor en el período expulsivo

No disminuye el tiempo de trabajo de parto


Riesgos fetales:
Prolapso del cordón umbilical

Compresión del cordón umbilical

Aumenta las deceleraciones tempranas

Separación de membranas: Está práctica por lo general no se encuentra documentada,


sin embargo se señala en varias investigaciones en las experiencia de muchas mujeres. Es
una de las prácticas rutinarias que suelen hacer los médicos sobre todo en sus consultorios
privados. Esta es una intervención que generalmente es hecha a las mujeres sin información
previa del procedimiento y por ende sin una comprensión real de los riesgos y beneficios.

Consiste en que el médico introduce los de sus dedos de su mano en el cuello del útero de
la mujer, hace un movimiento circular “separando” la bolsa del líquido de la pared del
cuello. Esto además de que puede generar a la mujer una sensación de incomodidad puede
provocar dolor. Puede que se genere una estimulación y se provoquen algunas
contracciones. El problema es que si el proceso no está listo para iniciar, puede detenerse
hasta que realmente el cuerpo inicie el proceso integral de parto. Al ser una intervención
intrusiva provoca también riesgos de infecciones, ansiedad, dolor, así como
accidentalmente romper la bolsa de aguas y entonces imponer un proceso irreversible para
el establecimiento de la labor de parto debido a que la rotura de la bolsa ( si no ha iniciado
la labor ) es una señal de indiscutible internación hospitalaria.

Dilatación manual del cuello del útero: Esta es otra de las intervenciones sobre las
que difícilmente se encuentra algún tipo de documentación actual. Es una práctica que se ha
prohibido. Sin embargo, también se continúa realizando en condiciones similares a la
descrita anteriormente. Consiste en que una persona del equipo de atención introduce
prácticamente toda su mano en la vagina de la mujer colocando la punta de todos sus dedos
en el cuello del útero (en forma de cono) y hace un movimiento fuerte de abrir el cuello
manualmente. Esto lo puede realizar una o varias veces durante la labor. Esta práctica
según la evidencia lejos de permitir que se abra más rápidamente el cuello y todo el canal
vaginal, puede provocar una inhibición del proceso, dolor, maltrato y humillación hacia la
mujer. En condiciones normales presionar la dilatación de esta manera puede inhibir el
proceso y hacer entonces que se requieran más intervenciones por la presunta detención del
proceso, porque puede provocar una reacción de defensa del propio cuerpo de la mujer.

Inducción por oxitocina artificial o prostaglandinas: Para estimular las


contracciones del parto. Su objetivo es la intensificar el trabajo de parto con drogas para
incrementar la fuerza y frecuencia de las contracciones, para acortar esta etapa). Aunque las
mujeres tengan un buen ritmo de dilatación en general se está aplicando la droga pitocín en
la mayoría, lo que hace que las mujeres formen un criterio de que no pueden parir sin
medicación. Se recomienda en casos donde se ha detenido la dilatación. El problema es que
las mujeres no reaccionan igual ante la droga, en algunas pueden experimentar demasiado
rápido los efectos mientras que en otras puede prolongarse. Su aplicación por goteo influye
en que pueda sobredosificarse y generar problemas en las mujeres como exceso de dolor y
en los bebés sufrimiento fetal (problemas de oxigenación). No existe una dosis segura y
estándar de oxitocina, la única manera de conocer lo que un útero y un feto pueden tolerar
es inyectar la oxitocina en el gota a gota y observar lo que se produce. Si se utiliza mucha y
el útero es hiperestimulado, las contracciones van a prolongarse, van a hacerse más
frecuentes y el tono del útero entre las contracciones también va a aumentar. Precisa,
entonces una observación cuidadosa y una monitorización continuada del feto y de las
contracciones. Hay tres veces más dificultades respiratorias en la criatura cuando hay
provocación.

Algunos de los riesgos son: produce dolor excesivo, genera alta tasa de cesáreas, aumenta
el riesgo de una hemorragia posparto, promueve la utilización del monitoreo electrónico
(que impide la movilidad de la mujer), hipersensibilidad al pitocín, provoca sufrimiento
fetal, predisposición a la ictericia, puede inhibir el descenso de la leche materna, genera
dependencia. (Cob y Tyndall, 2001).

Por otra parte, también se ha comprobado que la inducción por ruptura de membranas y uso
de oxitocina puede derivar en infecciones peligrosas tanto para la madre como para su
bebé. Deprivación de oxígeno al feto por contracciones de mayor intensidad y mayor
frecuencia, aumento de la ictericia neonatal.

Riesgos para la mujer:

Hiperestimulación del útero

Aumento en la posibilidad de la separación de la placenta durante el parto

Disminuye la circulación materna

Disminuye la eliminación de orina

Aumenta la posibilidad de laceraciones en el cuello de la matriz, vagina y


perineo

Aumenta la posibilidad de ruptura uterina

Aumenta la ansiedad de la parturienta por la intensidad provocada de las


contracciones

Utilización de líquidos intravenosos disminuyen la segregación de la


oxitocina natural del cuerpo de la madre.

Riesgos fetales:
Falta de oxígeno al bebé

Trauma por parto acelerado

Aumento en la ictericia neonatal

Por tiempo prolongado aumenta la incidencia de convulsiones neonatales

Monitoreo de contracciones y del corazón del bebé constante y durante todo


el proceso de parto.

La posición: La posición que deben de mantener las personas enfermas es acostada, a las
mujeres parturientas se les ha inmovilizado y puesto en la misma posición.

La posición horizontal durante el trabajo de parto provoca que las contracciones sean
menos eficientes, un proceso más lento, difícil e inconfortable. Incrementa el dolor y
favorece el uso de drogas analgésicas y fórceps. Da lugar también a un mayor número de
episiotomías.L a posición vertical incrementa la capacidad del canal del parto hasta en un
30 por ciento.

Desafiando la lógica fisiológica de su cuerpo y enteramente a merced del médico


(usualmente un hombre), quien tiene el privilegio de extraer su bebé, ella es separada de su
propio cuerpo y se impide su potencial instintivo. A lo más, tal nacimiento es una entrega y
cada vez más a menudo, es una extracción vaginal con instrumentos metálicos o
químicamente controlada, o es una intervención quirúrgica, señala Janet Balaskas, en su
artículo “Agony & Ecstasy. Reclaiming the power of childbirth”: “Sin exageración, agrega,
la forma moderna de dar a luz puede ser caracterizada según las palabras del psiquiatra
R.D. Laing como una zona desastrosa de la experiencia humana ”

“Evidentemente el uso generalizado de la posición acostada para el parto es un


convencionalismo adoptado por los médicos para facilitar su tarea al atender a la
parturienta” ( Chang y Castro, 79:201)

Riesgos en la mujer y en el feto:


Baja la tensión arterial y el bebé recibe menos oxígeno por insuficiencia
placentaria.

Aumenta las sensaciones de dolor.

Disminuye la eficacia de las contracciones.

Partos prolongados.

Altera los latidos cardiacos fetales

Aumenta la necesidad de medicamentos para aliviar el dolor del parto y otros


para estimular las contracciones del parto. Todo medicamento pasa al bebé.

No es la posición de preferencia de las mujeres.

Aumenta el cansancio en la mujer.

Aumenta el índice de cesáreas.

Aumenta partos por fórceps.

La episiotomía: corte del perineo o del tejido a lo largo de la vagina para agrandar el
orificio. El sistema de salud costarricense ya no la considera como una norma. Sin embargo
la mayoría de instituciones hospitalarias siguen aplicándolo como una rutina y
justificándola como una intervención necesaria para asegurar que el parto no exista un
desgarre natural. Según el personal hospitalario un corte resulta fácil de reparar que un
desgarre, a pesar de las contundentes investigaciones que aportan datos en contra de su uso.
Su utilización es una consecuencia directa de la posición acostada, la postura antigravedad
y antianatómica no permite que se dé mayor apertura y salida en el canal vaginal. También
se le ve como una práctica que permite maniobrar, o sea no existe respaldo de que esta
práctica contribuya a que la criatura salga más rápido sino que le permite a quien atiende a
la mujer que maniobre, o sea que depende de la experticia de quien atiende y no porque la
práctica en sí misma facilite el nacimiento.

Desde la perspectiva de quienes desarrollan la atención desde el modelo de parto


humanizado han comprobado que la posición y los tejidos de la mujer pueden llegar a
medir hasta 20 centímetros para que pase la cabeza de la criatura. Por lo que es totalmente
innecesario el uso de esta intervención que deja con consecuencias a largo plazo en cuanto
a la cicatrización, tonificación y sensibilidad del tejido de la mujer.

Riesgos para la mujer:


Pérdida excesiva de sangre

Formación de hematomas

Incontinencia fecal

Infección

Dolor crónico durante las relaciones sexuales

Fístulas rectovaginales

Afecta la capacidad de movimiento libre.

No protege contra daños en el perineo

Incisión inicial es el factor principal de las rupturas de 3er y 4to


grado.

Según la evidencia no es necesaria en la gran mayoría de los casos .

Riesgos para el Bebé:


Realizarla no evita daño cerebral al bebé.

Afecta el comienzo y la duración de la lactancia

Esta cirugía aumenta al mantener a la madre acostada.

Le quita movilidad en los días posparto que puede afectar en el


establecimiento de la relación con su bebé.

Provoca la utilización de instrumentos como los fórceps, que pueden


provocar lesiones en los bebés.

Uso de epidural, anestesia que pasa directo y afecta al bebé.

Fórceps: Más que cualquier otro instrumento simboliza el arte de la obstetricia. Se utiliza
para extraer al bebé, cuando el parto esta obstruído o cuando se ha colocado anestesia
epidural y la madre no puede pujar su hijo hacia afuera.

“El uso del fórceps es coherente con la concepción del parto que acuesta a la mujer sobre su
espalda, la mujer debe empujar al bebé por un canal estrechado, alargado y ascendente, en
contra de la gravedad y sin la ayuda de las piernas. Con respecto a la fuerza no debe superar
los 3 o 4 kilos que es exactamente el peso del bebé cuando nace en posición vertical, esto
haría innecesario el uso del fórceps si el parto fuese vertical. Otra de las causas actuales del
uso de los fórceps es anestesia y concretamente la popular anestesia epidural. Porque la
mujer no está segura de cuándo debe empujar”(Fernández del Castillo, 94 : 62).
Se le ha relacionado con daño auditivo y problemas de aprendizaje en el desarrollo
posterior del bebé.

Cesárea: La césarea es una cirugía mayor que como otras, tiene muchos riesgos de
lesionar otros órganos, así como el riesgo de una infección. También la mayoría de mujeres
sufren mucho dolor post-operatorio, la recuperación toma mucho más tiempo lo que limita
lo que limita mucho su actividad en un momento en que tiene que atender a su bebé recién
nacido. No solo hay riesgos para las mujeres, sus bebés también pueden sufrir depresión
respiratoria que puede afectar su adaptación a su nuevo ambiente, generalmente se utilizan
fórceps para sacarlos y la salida utilizándolos o no en general puede lastimar sus músculos
y huesos.

En Costa Rica el porcentaje de cesáreas es muy elevado (cerca del 24%) esto puede
obedecer a varias razones: de ignorancia (se cree que es una opción y no una decisión
científicamente necesaria), por afán de lucro de parte de algunos médicos que no tienen
interés en pensar una experiencia satisfactoria y protagónica para las mujeres y sus bebés,
por el uso indebido de otras intervenciones, como el suero con pitocín que provoca
agotamiento y dolor excesivo en la labor de parto.

Hay razones muy específicas por las cuales un porcentaje de mujeres (que no debe exceder
el 10% según la OMS) requieren de una cesárea entre ellas la posición horizontal de su
bebé, prolapso del cordón(que el cordón salga primero), desprendimiento de la placenta,
toxemia o preeclamsia, placenta previa.

La utilización de la anestesia para la cesárea implica diversos riesgos ya sea epidural o


general. En el caso de la epidural se usa una aguja especial para identificar el espacio
epidural justo afuera del saco de líquido espinal. Un tubo fino plástico llamado catéter
epidural se introduce a través de esta aguja. Ocasionalmente, el catéter roza un nervio y
causa un breve tirón o una sensación de hormigueo bajando por una pierna En el bloqueo
epidural para incisión quirúrgica usa medicamentos anestésicos más concentrados, para
adormecer el abdomen entero.

La anestesia espinal usa una aguja mucho más fina en el mismo lugar de la espalda donde
se aplica un bloqueo epidural. Se diferencia en que se necesita una dosis de anestético
mucho menor y que se inyecta directamente dentro del saco del fluido espinal, el
adormecimiento es bastante rápido. Puede tener efectos secundarios como intenso dolor de
cabeza.

La anestesia general empieza rápidamente y causa pérdida de conocimiento rápida, se usa


cuando se requiere un parto vaginal o por cesárea de manera urgente, tales como en los
casos en que hay problemas con el bebé o hemorragia vaginal. Los peligros significativos
están asociados a alimentos o líquidos en el estómago de la madre. El trabajo de parto causa
que permanezcan en el estómago los alimentos. Durante la pérdida de conocimiento, éstos
pueden volver a la boca e irse a los pulmones donde pueden causar daño. Por esto se coloca
un tubo de respiración dentro de la boca y tráquea una vez que está dormida la mujer, se le
puede dar un antiácido para neutralizar el ácido en el estómago antes del parto por cesárea.
Por la posibilidad, cada vez más mayor de realizar esta cirugía mayor se ha generalizado la
prohibición a las mujeres de comer y beber una vez que empiecen las contracciones o el
trabajo de parto.

Otro riesgo que acarrea la inducción y la cesárea es la falla en el cálculo con respecto al
tiempo de gestación lo que puede traer como consecuencia la provocación de un nacimiento
antes de tiempo de la criatura.

Riesgos para la mujer


Dolor prolongado

Depresión

Gases

Infección

Hemorragias

Adhesiones

Daño a las estructuras adyacentes

Complicaciones por transfusiones de sangre

Neumonía por aspiración

Accidentes por anestesia

Problemas respiratorios

Problemas cardíacos.

Riesgos en el feto
Ictericia, dificultad respiratoria, efectos de las drogas utilizadas en la madre,
bebés prematuros por programación semanas o días antes de la fecha de parto,
tiempos cortos de alerta, problemas con la lactancia.

Monitoreo Electrónico Fetal: Uno de los inconvenientes del Monitoreo es que exige
que la mujer permanezca acostada, esto influye en la falta de oxigenación necesaria tanto
para la mujer como para su bebé. Una oxigenación deficiente también influye en el ritmo de
la labor de parto, esta se puede enlentecer a tal punto que en el esquema hospitalario se le
aplique alguna droga para acelerar la labor con las consecuencias que ya se han señalado
anteriormente.

La monitorización fetal se ha comprobado en varios estudios que no se le ha dado una


buena utilización puesto que su uso se ha generalizado a la mayoría de mujeres, no a los
casos de riesgo. No existen criterios claros acerca de su lectura y resulta otro modo de
intervención del proceso fisiológico.

Su uso rutinario no demuestra ser superior a la auscultación intermitente, tampoco reduce la


mortalidad o morbilidad perinatal.

Obliga en la mayoría de los casos a la posición supina y por ende todas las consecuencias
de mantener esta posición (ver posición supina).

Aumenta el uso de fórceps. uso de extractor al vacío y de cesáreas por fallos en la


maquinaria.

El diagnóstico por ultrasonido, monitoreo electrónico fetal y otras sofisticadas técnicas


para la atención del embarazo y parto también han sido puestas en tela de juicio y
discutidas las ventajas de su uso.

Se debe utilizar en casos muy específicos como en mujeres con toxemia, diabetes o
complicaciones médicas reales, bebés con latidos fetales anormales o bebés prematuros y
posmaduros.

Prescripción de drogas para calmar el dolor (generalmente no es aplicado en las


instituciones hospitalarias públicas)

Los analgésicos, generalmente no se utilizan en los hospitales públicos, sin embargo es


importante señalar que en algunos casos se usan y tienen efectos somnolencia, a veces
nauseas, y a veces alucinaciones y la mujer es menos capaz de organizar y controlar su
respuesta el dolor que sin medicamentos.

El bloqueo epidural causa pérdida parcial o total de las sensaciones del parto

Riesgos para la mujer


Depresión del sistema nervioso central

Depresión respiratoria

Náusea y vómito

Reacción alérgica

El sedante morfina, derivado del opio, reactiva el herpes oral.

Baja la presión de sangre (disminuyendo la cantidad de oxígeno que


recibe el bebé)

Aumenta la temperatura de la madre (por lo cual mantienen varios


días a la madre con medicamento contra infección y muchas veces
separada de su criatura)

Retención de orina ( por lo que se utiliza un catéter para extraerla lo


cual aumenta el riesgo de infección)

Disminuye las contracciones por tanto aumenta el uso de oxitocina


artificial.

Dificulta el sentir del reflejo de pujo aumentando el uso de fórceps

Aumenta la posibilidad de parto por cesárea

Existe la posibilidad que el medicamento no se inyecte en el área de la


espalda donde se supone causando prolongados dolores de espalda y
de cabeza

Riesgos fetales
El medicamento llega al bebé vía placenta lo que representa una dosis
para ella es una sobredosis para el bebé.

Depresión respiratoria

Problemas neuromusculares

Letargia, sueño por varios días

Alteraciones en las respuestas de atención al nacer

Necesidad de oxígeno y técnicas de reanimación

Varios problemas con la lactancia

El medicamento llega al bebé vía placenta lo que representa una dosis


para ella es una sobredosis para el bebé.
Enlentece el trabajo de parto entonces para contrarrestar esta situación se da una hormona
sintética para acelerarlo de nuevo. Aumenta el dolor. Para romper el circulo vicioso se
aplica la anestesia epidural, porque el dolor desaparece completamente. Pero esto significa
que puede dañar su útero sin darse cuenta. También la forma en que se inyecta en la
cavidad raquídea en vez del espacio peridural puede generar una anestesia rápida y
completa pero puede dejar como consecuencia dolores de cabeza y de espalda de días y
semanas. A parte pueden ocurrir otra serie de consecuencias como anestesiar el sistema
respiratorio, mareos, nauseas, desvanecimiento, hacer efecto solo de un lado, incontinencia
urinaria, por lo que se coloca una sonda y se puede generar infecciones urinarias y por lo
tanto pélvicas.

Algunos de los beneficios que se reportan es que la mujer extenuada puede evitar una
cesárea si se le permite descansar.

El uso del medicamento puede prescribirsele a una mujer que ha sufrido abuso y que no
quiere sentir dolor.

Corte del cordón y extracción de la placenta: Generalmente se realiza un corte


inmediato del cordón. Especialistas en el parto humanizado recomiendan esperar a que el
cordón deje de latir para que pase el último aporte de oxígeno y sangre al bebé y no se corte
de manera abrupta. Se debería de cortar hasta que haya palidecido y si se coloca al o la
recién nacida mas abajo que la madre, todavía unidos por el cordón, la placenta sale de
manera más rápida. La placenta es un órgano que se forma para hacer el intercambio de
oxígeno y alimento y para eliminar desechos del feto, tiene un tamaño considerable y está
adherida a la pared del útero.

Una vez que el/la bebé ha nacido la placenta empieza a desprenderse de la pared del útero y
ésta va cerrando como si se tratara de una herida abierta en la pared uterina. Es una de las
partes más sensibles del proceso de dar a luz porque si su salida no es completa y queda
algún fragmento adherido al útero puede derivar en una hemorragia y una infección y dar
como resultado una complicación en el posparto.

En los hospitales el margen de tiempo para la salida de la placenta es muy corto, si ésta no
sale inmediatamente después de que ha salido la criatura generalmente se hace una
extracción manual de la placenta. Esto consiste en arrancar la placenta del interior del útero
introduciendo una mano por la vagina mientras que con el otro brazo y codo presionan el
abdomen de la mujer. Esta práctica es sumamente riesgosa porque pueden quedar
fragmentos de placenta adheridos y por lo tanto no se cierra bien la pared del útero a la cual
estaba adherida. Esta es una práctica que tiene riesgos porque la extracción puede: sacar el
útero del interior de la mujer, dejar fragmentos adheridos a la pared y generar una
infección.

La salida de la placenta en general es un proceso normal que puede demorar minutos hasta
incluso horas sin que se reporten anomalías en el proceso, siempre y cuando no haya
presencia de una hemorragia o síntomas de infección. A opinión de especialistas en el parto
normal este proceso no debe verse como algo que debe ocurrir inmediatamente. (Schwarcz,
et al. 70:234)

Limpieza del útero: Esta es una práctica que se encuentra poco documentada en los
manuales y documentos de la obstetricia, sin embargo es una práctica que también se
registra en la atención hospitalaria. Consiste en introducir un instrumento largo, metálico,
como una especie de pinza envuelta en el extremo con gasas que se introduce por la
vagina. Este le es introducido a la mujer y se efectúa una limpieza interna. Esta práctica
resulta riesgosa puesto que la sensibilidad de los tejidos es muy alta, la mayoría de las
veces una intervención de este tipo puede ser dolorosa, incómoda y absolutamente
innecesaria puesto que una de las funciones fisiológicas del parto comprende la expulsión
de todo el material que puede quedar dentro del útero. La mujer generalmente queda con un
sangrado como la menstruación, probablemente más abundante, los tiempos son variables y
puede durar una o varias semanas.

Separación de la persona de compañía: Disminuye el confort no farmacológico.


Sentido de separación de seres queridos puede generar sentimientos de angustia. Esto puede
acarrear consecuencias porque se separa a la persona que es vital para ayudar a la madre en
la toma de decisiones durante el parto.

La separación de madre y bebé puede impedir el progreso fisiológico -hormonal del parto y
el nacimiento. Afectar la lactancia temprana. El porcentaje de bebés lactados disminuye y
aumenta la secuela de enfermedades neonatales. Y no cumple con la políticas de la
Organización Mundial de la Salud para niñas/os saludables. Los problemas que acarrean el
no establecer la lactancia son muchos y de gran impacto a largo plazo: aumenta problemas
de osteoporosis y cardíacos en la vida de la madre, por ejemplo.

3. Análisis de las entrevistas

Ella me dijo: no vuelvo aquí, porque tengo uno, dos no los tengo, eso es lo que todas
decimos... verdad? Emilia

Palabras clave: respeto, intimidad, privacidad, higiene, mejor comunicación, más


información, mejor trato.

En términos generales el proceso del parto puede ser percibido por las mujeres como “algo
por lo que hay que pasar” y “entre más rápido pase mejor”, no se podría extraer de las
entrevistas que el parto sea vivido como una experiencia de importancia como pasaje,
proceso, transición que defina de algún modo las vidas de las personas involucradas. Esto
obviamente tiene su raíz y explicación a nivel histórico, en Costa Rica el parto se comenzó
a hospitalizar más fuertemente desde los años cincuenta, ha calado de manera muy fuerte
desde las generaciones de nuestras madres, todavía encontramos abuelas que tuvieron sus
bebés en casa con parteras o con obstétricas. Sin embargo a nivel general se percibe la
hospitalización como un avance en el desarrollo de un país, que el parto debe ser
hospitalizado. Aquí en Costa Rica, ya no hay discusión de dónde tenerlo, es “lógico”, la
opción es el hospital y parece ser un hecho incuestionable.
Esta situación cierra algunas puertas con respecto a los derechos de las personas a decidir
con respecto a un proceso fisiológico y normal como puede ser el parto, decidir dónde y
como y por quién ser atendida puede ser parte de la vida de las mujeres y sus familias, asi
como generalmente decidimos qué, dónde, cómo y con quién queremos comer ( o tener
relaciones sexuales, el doctor Michel Odent lo ha comparado con este hecho de manera
muy contundente, al tratarse de un proceso fisiológico, hormonal, cultural y psicológico). Y
el parto a pesar de ser un fenómeno fisiológico complejo, se podría vivir con mucho más
naturalidad y menos tensión.
También una cultura que ha gozado de un sistema de salud eficiente, ha llegado a depositar
pasivamente el control de la salud en las instituciones y su personal y por ello ha generado
una población sumamente dependiente y medicalizada. A la vez que existe una lógica desde
el personal de salud de que “hacer” es mejor que “no hacer” y esto en el caso de las
intervenciones y el uso de la tecnología crea una ecuación peligrosa porque se puede caer
en el uso y abuso de éstas que no beneficia la salud de las mujeres y de sus bebés.
Es notable que de la historia de los partos de sus madres y de sus abuelas saben muy poco,
es un tema del cual generalmente no conocen detalles. Solamente tres de las entrevistadas
conocían algunas experiencias con respecto al lugar donde sus madres y sus abuelas
tuvieron sus bebés, pero sin conocer las experiencias que les aportaran conocimientos para
su propia vida y pasaje de parto.
Mientras el parto sea vivido como un evento médico y hecho hospitalario formará parte de
esas experiencias “traumáticas” o dolorosas de las que no se hablan o no se transmite la
información a las nuevas generaciones puesto que no es visto dentro de la vida humana
como un proceso complejo del cual se puede aprender, cambiar y mejorar. Es un evento
que estructuralmente está mal pero a la vez se acepta como tal.
También manejan un nivel de información muy básica de las intervenciones que se
practican en los hospitales. Y generalmente bajo el único criterio de que es para “ayudar” o
aunque no se entienda bien el sentido de alguna intervención se acepta puesto que viene
desde el personal de salud y por esto no se pone en duda la funcionalidad o no de las
diferentes intervenciones.
Aunque a nivel reglamentario está establecido dentro de este sistema médico-hospitalario
dar información a tiempo y que las pacientes decidan acerca del proceso que quieren hacer
en su parto. En la práctica no se realiza. Tratándose de un proceso normal en la mayoría de
los casos no requieren intervenciones y que no se toma en cuenta la bioética rama de la
filosofía enfocada a la ética en la medicina.

Muchas reconocieron que fueron maltratadas y las que no lo reconocieron dirijido hacia sí
mismas vieron el maltrato en otras mujeres que estaban en proceso de parto en el mismo
momento que ellas.

Cinco reconocieron el maltrato hacia sí mismas, otras cinco lo vieron dirigido a otras, por
parte de cuatro de ellas justificando al personal de salud. Es común que el criterio que
justifique la violencia o el maltrato hacia las otras mujeres pueden girar en torno a que :
“El personal debe estar cansado”, “el personal no tiene por que aguantar a una persona
histérica”, “ella estaba desesperada, gritaba mucho”, “no pueden entender que todas nos
sentimos mal, que tenemos que hacer un esfuerzo para no molestarnos entre nosotras”.
Solo dos de ellas dijeron conocer sus derechos en el parto sin embargo estos no llegaban a
la categoría esperada, debido a que hacian referencia a que le hagan todos los exámenes que
necesita, a que le den buena atención, tener acceso a todas las tecnologías. Las referencias
sobre todo giraban en torno al acceso a ciertas condiciones sobretodo a medicamentos y
equipos, pero también enfatizaban en recibir un buen trato. El tema derechos se amplió a
nivel grupal, porque en las entrevistas individuales se evidenció un gran vacío no sólo de
información sino también en términos generales de lo que pueden significar los derechos.
En general el proceso del parto se vive desde el desconocimiento, desde el hecho de que
ocurre en ellas pero no con un papel activo, sino con intervenciones. En los casos donde las
mujeres enfrentaron alguna dificultad mayor hay un claro reclamo de que el personal no se
comportó de manera adecuada, o el médico no estaba, no le ponían atención, le ponían a
hacer cosas que no servían, no les decían nada, las dejaban solas. En general las
intervenciones que no les gustaban, las lastimaban o las hacían sentir mal, sin ningún tipo
de explicación o respuestas no satisfactorias a sus preguntas. Un ejemplo que evidencia
incluso niveles de abuso hacia las pacientes es a Yeisa, el médico le practicó tacto anal y
tacto vaginal a la vez diciéndole: “le va a ayudar para que le empiecen los dolores” este
acto ella no lo cuestionó, la hizo reflexionar posteriormente acerca de que esta actuación de
parte del médico la hizo sentir mal, la hizo sentirse incómoda incluso abusada. Ella
percibió y sabía que eso “no le ayudó” en nada a su proceso de parto. A Ana Luisa no le
gustaron los tactos, sin embargo posteriormente su madre que es enfermera del Hospital de
las Mujeres le explicó “que eso le ayudaba a abrirse”. Heidi preguntó porque le iban a
poner el suero y la única respuesta de parte de una enfermera fue: “el doctor dijo”
En algunos casos el personal cuando no daba respuestas satisfactorias se relaciona con una
actitud de no dar la importancia necesaria a lo que las mujeres están diciendo, por ejemplo
Milena llega al hospital porque su fuente se le rompió: “me dijeron que tenia uno (un
centímetro) de dilatación y que no se me había reventado nada porque yo tenía la vagina
seca, que cuando a uno se le revienta la fuente tiene que salirle un montón de líquido y me
devolvieron para la casa y me dijeron que cuando me saliera un montón de agua volviera”,
yo ya me indispuse con eso”. El hecho de no dar importancia a escuchar y a dar
explicaciones que contradicen lo que la usuaria expone es un elemento de peso en este
momento donde lo que la mujer necesita es confianza en sí misma y en las sensaciones de
su cuerpo y de su proceso. Una explicación que tomara en cuenta los signos que tiene la
mujer probablemente justificaba la recomendación para que la usuaria regresara tranquila a
su casa, sin embargo la manera en que se hizo, predispuso a la usuaria que de hecho no
quiso regresar a atender su parto en el Hospital de las Mujeres.
Yency nos cuenta “…a mi no me dijo nada(el doctor). Me dijeron le vamos a ayudar
porque el bebé no puede nacer y sacaron a mi mamá y entraron como seis personas, a un
estudiante que estaba ahí el doctor lo hizo sacado, usted no tiene nada que hacer aqui” Esta
situación provocó muchísima tensión en la usuaria que no tenía ningún tipo de información
ni fue participada como persona con un trato respetuoso a su proceso.
Es importante tomar el cuenta una expresión muy usual en el proceso de atención del parto:
“Ayudar”. Esta palabra se le ha atribuido un significado incuestionable, pues deriva en la
manera en que generalmente se le llama a una intervención que no va acompañada de
ningún tipo de explicación.
La palabra “Ayudar” se transforma en una o varias acciones sin ningún tipo de
cuestionamiento o al menos que no admite ser cuestionada, de esta manera si hace
separación de membranas, tactos, suero, inyecciones, kristeller (práctica prohibida desde el
año 2000 aproximadamente). En esto es importante analizar porque es una de las formas en
que se legitima el poder médico y en general del personal de salud. Se asume un papel en el
que la mujer es alguien que va a ser “ayudado” por quienes “saben” y poseen los medios
para hacerlo posible, definitivamente esto condiciona quién tiene o desempeña el papel
protagónico en el proceso del parto. Realmente el necesitar de “ayuda” coloca a las mujeres
en un papel de desventaja porque no parecen ser ellas las personas que dirigen y llevan a
cabo el parto, se les coloca en un papel donde no se admiten cuestionamientos con respecto
al actuar del personal de salud. A Milena le hicieron separación de membranas que le
provocó dolor pero no le provocó contracciones (ya está demostrado que esta práctica no
estimula las contracciones para el parto, en un momento inicial la mujer puede sentir
algunas contracciones pero generalmente la tendencia es que bajan si todavía el proceso no
ha sido iniciado por el propio proceso fisiológico del cuerpo), a Malena “le reventaron” la
fuente para “ayudarle”, “…me agarraron y trataron entre tres de reventarme la fuente, uno
me empujaba la bebé para abajo y las otras dos como con un palo, no se, pero si me
maltrataron, la doctora me decía si me ven haciendo esto me pueden amonestar pero yo ya
no quiero verla más aquí…”
En su mayoría mostraron una dependencia hacia el personal de salud, sobre todo hacia los
médicos. De esta manera se deposita la responsabilidad del desarrollo y resultado final del
parto. “me hicieron hacer varias posiciones, no sentí que me ayudó, ni me explicaron para
que era, solo me dijeron que me agachara y pujara”. A muchas de ellas las dieron la orden
de pujar, y el mismo personal de salud les reclamaban que ellas “no sabían pujar”, esto les
costó al menos a cuatro de ellas, puesto que lo señalaron derrames en su cara y sus ojos.
Los pujos dirigidos, además de traer esta posible consecuencia, tensionan de manera
innecesaria a la mujer, puesto que la obligan a parir a su bebé en un momento en que
probablemente no estén preparadas para ello.

Tiene mucho peso sobre ellas la opinión que el médico emita sobre el desarrollo de su parto
y la manera en que les reconocieron su comportamiento, se destacan expresiones como que
su comportamiento fue “valiente” o que estuvo “bien portada”. Malena señala “yo que soy
valiente, yo no llore ni nada”

La mayoría se quejaron de la presencia de estudiantes que practican los tactos en ellas,


Malena menciona al respecto “…el doctor me dijo que si no me molestaba, a mí sí me
molesta pero ellos tienen que practicar porque son los que van a atender después, diay ni
modo, para ayudarles”.

Existe la idea generalizada de que el parto duele y la cesárea no, en los dos casos que los
partos se habían definido por cesárea las mujeres manejaban la idea de que eso significaba
que no les iba a doler y les daba una especie de alivio y tranquilidad.

La falta de información genera una tensión en las mujeres, porque nadie les explicaba,
sobretodo a las dos mujeres que estuvieron varios días internadas, aproximadamente por
una semana.
No se les toma en cuenta como interlocutoras válidas a las que hay que pedirles opinión
acerca de que piensan con respecto a seguir internadas, con respecto a posibles
intervenciones que les pueden practicar. Y otra deficiencia a nivel de información es que ni
siquiera se les consulte a las mujeres para mejorar el servicio.
De especial importancia señalan el tema de la falta de higiene en la institución hospitalaria,
sobretodo en los baños, en un proceso tan delicado como es el parto si no se mantienen
niveles de higiene eso acrecienta los índices de riesgo de infecciones, y además la
comodidad y tranquilidad de las mujeres se va a ver afectada por un entorno que les resulta
desagradable, sucio, donde no pueden ir al baño cómodamente, “no podía ni sentarse en la
taza”. Donde se supone que deben existir altos niveles de limpieza y asepsia hay una severa
deficiencia institucional que debería ser tomada como uno de los aspectos de primer orden
por la institución y por el personal de los hospitales. Este señalamiento se ha presentado
prácticamente en el mismo nivel con que las mujeres han señalado que necesitan un trato
respetuoso, digno y privado en el proceso del parto. “En el aseo, es cochinita, cochinita, en
un hospital nada que ver eso. Ahí se reprime uno mas bien”.

“Los baños eran super sucios. Fijate que a mi me hicieron la lavativa y todos los baños
estaban hasta el alma de sucios, y olía horrible. Después de la lavativa, lo tenia que „hacer‟
ahí encima de lo que fuera y tras de eso se iba el agua era algo cochino, a mi me daba
asco”.

El mantener el “control” se convierte en un paradigma imperativo para la mayoría, algunas


de las ideas en torno al control son: mantener silencio, no moverse, no quejarse, no
preguntar, no molestar, incluso la idea de hacerlo rápido entra dentro de los criterios de
control.
Se instaura una manera de funcionar donde se sanciona fuertemente el “descontrol”(no
mantenerse quieta, hacer ruido, quejarse), la “malacrianza”(reclamar atención, poner
límites a las decisiones del personal), “la ignorancia”(preguntar, no saber porque le aplican
los procedimientos). Resulta obvio que cuando las mujeres ahí presentes están en un
proceso donde desearían el máximo de intimidad y privacidad, ese tipo de comportamientos
son vistos como entre ellas como “una molestia”, más si este tipo de comportamientos son
sancionados por los médicos y las enfermeras, quienes son la autoridad y tienen el control
en el espacio hospitalario. Por un asunto de dinámica de autoridad y poder, para las mujeres
es menos peligroso colocarse del lado de quienes detentan el poder, control y autoridad y
no en una posición de vulnerabilidad, descontrol y desafío a ese poder casi indiscutible.
Aunque el hecho de someterse a una conducta “controlada” pueda significar atentar contra
su propias necesidades del momento y reafirmar la dinámica de poder y despoder en la
jerarquía de la institución hospitalaria del parto.

Hay un generalizado descontento de la práctica del tacto, la mayoría mencionaron que no


hicieron nada para evitarlo pero que no querían que se les practicara, sobretodo porque es
una intervención que no solo los médicos y las enfermeras lo hacen sino también
estudiantes enfilados que las utilizan como material de estudio para saber como es la
dilatación del cuello del útero. Solamente una de las entrevistadas solicitó que no se le
practicaran tactos y su decisión fue respetada.
Como se ha mencionado en la sección de las intervenciones el tacto puede resultar una
práctica riesgosa para la salud de las mujeres, puesto que estar introduciendo los dedos en
la vagina y el cuello del útero puede elevar la probabilidad de infección para la mujer, más
si este es practicado por distintas personas, además de que las manos inexpertas de los y las
estudiantes pueden lastimar e incomodar las sensibles paredes vaginales y del cuello del
útero. Dentro de las tendencias actuales basadas en la evidencia científica se ha
recomendado la menor cantidad de tactos posibles, puesto que solo se convierte en un
método para “saber” si la dilatación va avanzando. Se pueden utilizar otros métodos para
conocer si parto va en progreso: la observación, la escucha de los sonidos que hace la
mujer, los movimientos y sobretodo lo que dice que siente la mujer, entre algunas de las
formas que especialistas de formación y personas con muchos años de experiencia en la
atención del parto normal han expresado son herramientas que dan mejores resultados en la
atención del parto.
Dos de las entrevistadas explicaron que les practicaron apertura manual del cuello, la
vivieron como una práctica dolorosa que no querían que se les practicara. Además esta es
una práctica que no es recomendada por la OMS y su uso supuestamente no es adecuado
para estimular, por el contrario puede inhibir el proceso del parto.

La idea de percibir el maltrato está presente en la mayoría de las entrevistas, de alguna


manera las entrevistadas percibieron la violencia hacia sí mismas o hacia otras mujeres.
Yenci, Heidi, Flory, Geovanna y Maria Luisa, o sea cinco, de las entrevistadas sintieron
maltrato. Mientras Andrea, Gabriela, Emilia, Malena y Milena percibieron el maltrato hacia
otras mujeres. Debemos entender que hablar de estos temas para muchas mujeres puede
percibirse como amenazante, debido a que criticar, hablar o analizar este tipo de situaciones
puede ser doloroso en sus recuerdos o sentir temor por ser demasiado críticas al sistema
establecido.

Privacidad
La misogínia se refleja y se vive cuando el personal de salud, sobretodo las enfermeras
hacen comentarios ofensivos a las usuarias tales como “no le dolía cuando lo estaba
haciendo”, “no se quejaba así cuando lo estaba haciendo”, esté comportamiento y este tipo
de frases no solo se vivencian en las maternidades de nuestro país se ha comprobado en
otras investigaciones antropológicas en muchos otros países que es una forma misógina de
detentar poder en una situación de fragilidad en que se encuentran las mujeres.
Una vez que las mujeres han tenido su hijo o hija y están en proceso de recuperación o
incluso cuando les van a dar de alta también les hacen otro tipo de comentario “aquí la veo
el próximo año”, esto afecta negativamente a las mujeres y el personal no sólo lo hace
trivializando la experiencia que pudo haber pasado la mujer sino también irrespetando la
situación en la que la mujer puede haberse sentido mal atendida e insatisfecha con la forma
en la que la trataron en el hospital. Esto es parte de los mecanismos de represión que le
demuestran a las mujeres que su única opción la vuelve impotente y dependiente del
servicio hospitalario y que debe aceptarlo como única forma posible para ser atendida en su
parto.

Como parte de la cultura hospitalaria de atención del parto existen prácticas que han ido en
detrimento de que el proceso sea menos intervenido, por ejemplo si el personal van
terminando el turno es mejor dejar la “sala limpia”, es decir sin pacientes, entonces
inducen los partos hacen múltiples intervenciones. Esta práctica por supuesto que es
cuestionable, sin embargo pertenece a esa dinámica institucional instaurada que requiere de
un cambio radical que solo el mismo personal puede dar a favor de las mujeres y no por
intereses gremiales de los trabajadores y trabajadoras de la salud.
Según la autora Robbie Davis-Floyd que ha analizado la cultura del parto hospitalario ella
ha señalado que una gran cantidad de rituales que se instauran cuando se institucionaliza el
parto. Una transición cultural tan importante como lo es tener un hijo o una hija, opera bajo
un sistema tecnocrático y que lo que debemos alcanzar es un modelo humanístico. Estos
rituales adquieren una importancia dentro de una estructura que se ha establecido, es una
forma de crear una identidad para quienes soportan la labor de atender un acto que raya los
límites de la crueldad, lo que podría ser uno de los actos más nobles de la humanidad. Sin
embargo se ha transformado en una experiencia no deseada para las mujeres, algo por lo
cual no quieren volver a pasar y que el mismo personal “satisfecho” por su labor, ejerce
actos sumamente violentos, de ejercicio de poder autoritario y vertical y de tortura puesto
que la mayoría de las veces las mujeres salen con sus genitales muy maltratados por la alta
tasa de manipulación por medio de los tactos, de la apertura manual del cuello, la
episiotomía, la sutura, la cesárea, los desgarres, entre otros. Las mujeres no sólo deben
someterse a las prácticas sino asumir una actitud de aceptación y no quejarse.

Después del parto si la experiencia no fue gratificante la mujer puede tener la impresión de
haber fracasado en algo, si han recibido muchos medicamentos hay momentos que no
pueden recordar, la separación del bebé también le impide establecer un la relación de
inmediato, contenerse mutuamente. Este grave procedimiento de separación que se practica
en la mayoría de instituciones hospitalarias públicas y privadas también demuestran como
la institución tiene normas y rutinas que desprotejen y afectan negativamente tanto a la
madre como a su bebé.

Guía de entrevista
Historia personal
Hechos que marcaron de manera importante la vida de la mujer

Embarazo
Historias parto de la madre y las abuelas
Atención recibida
Familia
Servicios de salud
Curso de preparación
Estado salud (integral, física y emocional)

Expectativas, Atención esperada


Ruta hospitalaria
Por personal de salud
La familia o acompañantes
Lugar

Parto
Atención recibida
Estado de salud

Posparto
Reorganización vital
Estado de Salud

Propuestas

Trabajo grupal
Principales coincidencias
Particularidades
Propuesta colectiva

Resumen de las entrevistas


Nombre Edad Partos Hechos importantes / Resumen Principales sugerencia

Malena 30 2 Duro una semana internada en el Hospital, Habia mayor privacidad que hace 9
Inyecciones (cree que fue voltaren o años, Pero se necesita más privacidad,
Dexometasona),Kristeller, Salpin atención personalizada, no le gustó la
soledad
Milena 21 1 No le creyeron que su fuente se reventó, se fue al Privacidad, camas reclinables para
Calderón. poder estar mas cómoda
Tenia un médico particular que le hizo separación Lo ideal seria una sala sola. Con todo
de membranas una semana antes, le dolió y no le esterilizado, con el papa de la bebé. Una cama
semisentada, que no sea frio el lugar que tengan
provocó el parto todos los equipos necesarios
Hay que “Controlarse”, hay gente de malas y gente que puede
ayudar, tener control para que no la estén tocando sin necesidad,
estar lo mas que pueda en casa.
Un hospital grande le da miedo porque piensa que pueden perder
a su bebé
Se necesita paciencia, que no sean groseras, hay ser fuerte
Sin que me hagan piquete y si me lo hacen que no me maltraten
Que no se quede pegada la bebé, no tener dolores
Piquete para “evitar desgarros”
Yeisa 19 3 Tacto anal y vaginal que le iba a “ayudar”. En el Que me traten bien
primer parto limpiándola la maltrataron mucho, le
reventaron la fuente
“le va a ayudar para que le empiezen los dolores”
No le hablaron nada de sus derechos

Maria 34 3 (primer Médico muy seco y muy concho. Enfermera le Respeto, que no me maltraten
Luisa parto pegó porque no se abría para hacerle tacto, le
cesarea,
gustaría que no esten muy estresados
segundo
normal)
Que quien la atienda no esté muy estresado. “Lo que pido es
respeto, que no me maltraten”
Le pidió a dios que le cambiaran el doctor porque era
muy concho, muy seco y le dijo que estaba engordando
mucho y eso no le gustó
Geovanna 24 1 Una semana internada, atención “conchísima”, Respeto, información, higiene, mayor
tensión si no te explican nada, lenguaje técnico sensibilidad, privacidad(sintio que
inaccesible, soledad, tactos de estudiantes, suero, hubo)
finalmente cesárea, lo califica traumático
Ella pidió que le indujeran el parto
Intentaron con fórceps. Le hicieron cesárea porque el bebé
estaba en mala posición, después de 7 dias de estar en el hospital
Soledad, tensión, practicantes haciendo tactos como 15
Nunca le hablaron de sus derechos
No le dan información
Para mejorar, comunicación, higiene, ser más sensible, le gustó
que habían pocas mujeres, ella estaba en la sección de madres
adolescentes
Flory 36 5 Auxiliares no dan buen trato, groseros, estudiantes Aseo, higiene, chineo, modernizar,
quieren estar tocando, deseo de salir “corriendo” respeto, más privacidad
Higiene, no le gusta lo obsoleto
personal es grosero, hay mucho médico y estudiante
que lo que quieren es estar tocando, viendo, cuado
una quiere estar sola.
Buen trato es necesario “una desea que la chineen
como si estuviera en la casa”
Operarse después del parto
Heidi 25 1 Tactos, apertura de cuello, suero sin explicación, Información, no llegar temprano, la
pujo dirigido, piquete, paso la noche sin su bebé sin apertura manual y el suero no le
explicación, hemorragia posparto gustaron
Apertura manual del cuello aunque se negara, pujo dirigido,
Kristeller, mucho dolor con el piquete, hay que tener mucho
apoyo.
Cuestionó y preguntó porque le iban a poner el suero y la única
respuesta fue de parte de la enfermera “el doctor dijo”
No reconoce aspectos positivos de la experiencia puesto que con
poca explicación la separaron por grandes lapsos de tiempo de su
bebé
Yenci 22 1 Mucha manipulación, muy maltratada, apertura Comunicación, mayor vigilancia, que
manual del cuello, Kristeller, fórceps, meconio, no las dejen solas, que le expliquen.
dejaron internado a su bebe y a ella le dan la salida
sin darle explicaciones
La hacían hacer posiciones sin explicar
Doctor no venía cuando lo llamaban
Muchos tactos
Piquete, Fórceps
Aparatos obsoletos, la dejaban sola
“que le digan a uno las cosas como son, que le hablen claro”
No hay higiene Lo que mas la tensionó fue la manipulación y
que no le explicaran nada
Quedo muy lastimada en el periné
Emilia 35 2 Cesarea despues de cinco dias de estar internada, no Hay que prepararse para este
dilato, si una se porta bien la tratan con momento duro, no involucrar a otros,
consideración. no desesperarse
Embarazo de algo riesgo, que su bebé es muy grande
Tenemos que saber que es un momento difícil y que no podemos
desesperarnos, que duele mucho, pero es un momento nada más
y después viene la recompensa, tenemos que prepararnos para un
momento que es un poco duro y no tenemos porque involucrar a
todas las personas que estan alrededor, tienen capacidad pero
tienen límites.
Si le hablaron de sus derechos pero no especifico cuales.
Si uno se “porta bien” la tratan con consideración.
Ana Luisa 26 1 Ya no hacen tantas intervenciones, no le gustaron
los tactos porque le daban mucho dolor, su madre
que es enfermera de ahí le dijo que le ayudaban a
dilatar, le gusto que estaba sola
Mónica 19 1 Con una radiografia le dicen que esta estrecha de Necesidad de apoyo
caderas que seguro tendrá cesarea, cesarea=menos Lugar debe ser limpio
dolor, Poca información acerca de las
intervenciones, no le han dicho nada de sus
derechos en el parto.
Ha escuchado del piquete “para evitar desgarres”
Lavativa ”lava el estómago”
Suero “acelera,dilatación”
Gabriela 22 1 Le mandaron reposo, le dijeron que era muy Es necesaria la información.
angosta, pidio que no le hicieran tactos, le pusieron Información por televisión, boletines,
suero, me queria ir. En una hora le hizo efecto y programas, rótulos.
estaba coronando (le habian dicho que en 4 horas Posición de parto que la mujer quiera
iba a hacer efecto), pujo dirigido, desgarre mal Decidir como nace, en que posición,
reparado, vio como le gritaban a otras porque se el curso debe preparar más, conocer
levantaban los derechos (estar con su bebe,
La posición muy incómoda decidir un tratamiento para su bebé,
No sabia nada de sus derechos
decidir sobre las intervenciones).
La posición es muy incómoda
Andrea 27 2 Inflamación del piquete durante el embarazo, ahora Respeto, estar acompañada ayuda a no
que sé cómo es tengo más miedo, no se puede estresar a las enfermeras
esperar mucho, pero si que me traten con respeto,
hay gente que molesta muchos
“Ahora que se como es, tengo más miedo”
“Hay gente que molesta mucho”

“Lo que pido es respeto, que no me maltraten” Maria Luisa


Si uno se “porta bien” la tratan con consideración. Emilia
“Por qué me van a poner suero? El doctor dijo” Heidi
“Ahora que sé como es, tengo más miedo” Andrea
“no se puede esperar mucho, pero si que lo traten con respeto” Andrea
“Le va a ayudar para que le empiecen los dolores” Yeisa
“Quiero que me traten bien” Yeisa
“Una desea que la chineen como si estuviera en la casa” Flory
“Que le digan a uno las cosas como son, que le hablen claro” Yency
Capitulo 4

Resultados
Parir un hijo o una hija representa una importante transformación en la vida de las mujeres,
su familia, su alrededor y su comunidad, a través de la historia y en la actualidad para todas
las culturas. Sin embargo en la nuestra, hoy en día el parto hospitalario ha transformado
este acontecimiento de transición humana, en un acto de rutina, con estándares de tiempo
que lo tornan mecánico y deshumanizado. Lo violenta día con día con sus prácticas y tratos
científicos y no científicos, con hacerlo homogéneo. El actual sistema de atención esta
transformando a las mujeres en seres más frustrados, menos satisfechos, con problemas
para vincularse emocionalmente con sus hijas e hijos y marcadas físicamente con dolor y
maltrato tanto físico como psicológico.
Hombres y Mujeres recibidos con hostilidad y violencia en su nacimiento, quedarán con
marcas y referentes de violencia que se expresaran en sus formas de ser y sus formas
percibir y actuar en el mundo. Sobre este tema ya se desarrollan investigaciones que han
venido demostrando las repercusiones de los procedimientos médicos en cuanto a
adicciones, violencia, y disfuncionalidad en general en el mundo producto de los partos
hospitalarios que están generando experiencias devastadoras para toda la humanidad. Sobre
esto, el doctor Michel Odent desarrolla importantes trabajos acerca de esta temática.
Se confirma lo que la OMS ha recomendado en tanto que las mujeres requieren
información de todos los posibles procedimientos (riesgos y beneficios) desde el proceso
prenatal. Incluso antes de que enfrenten estos ciclos vitales. Puesto que hay procedimientos
que no son necesarios y son rutinas institucionalizadas que hace el personal de salud
basados en prácticas ya declaradas como obsoletas y hasta peligrosas por los organismos
internacionales de salud. Los hospitales de nuestro país rebasan todos los porcentajes
sugeridos por este organismo internacional en cuanto a número de intervenciones, de
tratamientos de inducción del parto, de cesáreas, uso de tecnologías.
Existen autores y autoras que han elaborado importantes análisis cuestionando las prácticas
deshumanizantes de las instituciones hospitalarias, y elaboran críticas acerca del trato
hospitalario que no toma en cuenta la dimensión integral de la persona. Apuntan a la
constante sensación que pueden tener las personas de invasión al cuerpo, experimentan
muchas intervenciones por muchas personas, que no son escuchadas y que no se les cree lo
que sienten. Esto podemos ampliarlo cuando estamos trabajando el tema del parto y el
nacimiento que aunque son parte del ciclo normal de la vida humana la hospitalización e
institucionalización los ha transformado en un evento médico, en una experiencia de rutina,
control, con procedimientos preestablecidos, con tiempos limitados. Despojar al parto y al
nacimiento de ser momentos sagrados de la vida humana e institucionalizarlos, y tratarlos
con instrumentos, tecnologías y sustancias que los hagan eventos controlables e indoloros
los ha alejado del contexto sagrado, de la perspectiva de que son parte del ciclo de la vida,
de la dinámica y el entorno familiar y comunitario del que gozaban hasta hace algunas
décadas.
La escena del parto hospitalario no es alentadora para constituir una sociedad sana, digna,
con personas preparadas a su vez para recibir de manera respetuosa y digna a los nuevos
seres que formarán parte de ella.
Los equipos de personas encargadas de la atención del parto muestran una serie actitudes y
acciones fácticas carentes de un trato respetuoso hacia las mujeres, esencial para el ejercicio
de los derechos humanos y la dignidad de las personas.
La magnitud de este escenario de desprotección y de inseguridad puede todavía tener
consecuencias inimaginables en nuestra sociedad.
El protagonismo excesivo que adquiere el personal de salud en el recuerdo y las
experiencias de las mujeres es preocupante más aún cuando las experiencias se vuelven de
sometimiento y hasta humillantes.
El hecho de que las mujeres no vislumbren otra opción más que el parto hospitalario torna
aún más dramática la realidad, puesto que esta sensación y este conocimiento de ir hacia
una experiencia poco satisfactoria, poco deseable, agrega una experiencia más de violencia
hacia la vida de las mujeres.
Si bien todas estas formas y actitudes pueden ser no conscientes, por otro lado tenemos al
personal de salud que constantemente se siente víctima de una sobrecarga de trabajo o que
su trabajo no es valorado, esto puede inevitablemente transformarse en un círculo del cuál
dificilmente podremos salir si no se pone un límite acerca de quién detenta realmente el
poder, se reconocen los errores, las frustraciones, los deseos y las necesidades de todas las
personas involucradas en estos procesos.
La autora Beatriz Morrone ha analizado que cuanto más asimétrica sea la detentación del
poder del personal de salud, más dependiente y sumisa será la respuesta de los usuarios.
Asímismo la actitud de los integrantes del equipo de salud puede estimular la toma de
decisiones compartida junto a la mujer y/o familia, o inhibir la autonomía.
También la carencia de conocimientos de las mujeres en cuanto a sus procesos, los
procedimientos hospitalarios y la experiencia de las otras mujeres, producto de una realidad
social producto de la cultura patriarcal y altamente medicalizada. Las mujeres están
perdiendo de manera contínua el aprendizaje entre ellas u formas alternativas de
transmisión de este tipo de conocimientos. Todos estos elementos atentan contra la
identificación de situaciones riesgosas y la toma de decisiones y la posibilidad de exigir
cambios a nivel del quehacer institucional hospitalario.
La norma hospitalaria ha puesto limites y obstáculos para el acompañamiento de las
mujeres ha estimulado en alguna medida el de sus parejas, sin embargo un acompañamiento
activo dado por otras mujeres (las madres, las hermanas, las abuelas, las amigas, entre
otras) que pueden dar contención, ayuda y asistencia a la mujer fue un hecho que
tradicionalmente las mujeres resguardaron hasta la imposición de el parto hospitalario.
El perfecto equilibrio del cuerpo de la mujer para poder realizar su parto es roto por el
maltrato, la negligencia, el ambiente extraño y tenso característico de los hospitales donde
prevalecen las complicaciones. Hay una alta tasa de inducciones, son pocos los casos en
que las mujeres no son intervenidas en un ambiente hospitalario.
En general se puede afirmar que la mayoría de mujeres desde que se hospitalizó el parto
han aceptado las condiciones institucionales por ideas tales como: mayor seguridad, menor
riesgo, el parto es peligroso, el hospital es el único lugar que puede garantizar que no ocurra
“una desgracia”.
La mayoría de mujeres poseen o han introyectado que la cultura de atención del parto en los
hospitales se caracteriza porque en general existe maltrato, la calidad de la atención varía
según carácter o estado de ánimo del personal, si tienen conocidos o no dentro del hospital
puede que “les vaya mejor”, que la mala fama del trato es algo que hay que soportar y que
tal vez topen con suerte con algún médico o enfermera “buena gente”, el servicio se percibe
mejor cuando el trato es amable y cuando se puede tener intimidad o privacidad.
Actualmente las condiciones o procedimientos son aceptadas bajo argumentos como:
-con tal de salir rápido del hospital, que hagan lo que sea.
-todo lo que le haga el personal de salud va a ser para beneficio.
-no aceptar alguna intervención puede afectar la salud de su bebe o la de sí misma.
-no quiero que me traten mal, mejor acepto lo que sea y no cuestiono nada.
-cuando pregunté porqué me lo hacían reaccionaron mal y me dijeron que la
responsabilidad era mía si el bebé sufría o moría.

El “portarse bien” es toda una construcción que tienen la mayoría de mujeres y esto
implica:
-aceptar todas las intervenciones
-no preguntar nada
-hacer silencio
-asumir la conducta que le pide el personal
Esto forma parte de asumir un papel de sometimiento, infantilización y sumisión que les
impide exigir sus derechos y que permite al personal de salud actuar de manera autoritaria,
abusiva y hasta violenta contra las mujeres en uno de los momentos más importantes y a la
vez vulnerables de su existencia.
Obviamente esta conducta tiene su raigambre en el papel estereotipadamente asignado a las
mujeres y también estereotipadamente el que ha asumido la institución médica. Es lógico
que ambos sistemas sustentados en la sociedad patriarcal demuestran nuevamente que las
mujeres no pueden ser las protagonistas de sus propios procesos ni tomar el control sobre
sus cuerpos.
Las mujeres entrevistadas tuvieron un abanico de experiencias que les permiten cuestionar
el papel que juega la institución hospitalaria. Sin embargo, es evidente que la experiencia
grupal le permite a las mujeres un mayor nivel de elaboración de sus ideas, sus sensaciones
hasta llegar a un nivel propositivo de los cambios necesarios en la atención del embarazo,
parto y posparto.

El parto debe enfocarse en la experiencia de la madre y reuniendo la dimensión emocional


de la mujer junto a sus necesidades físicas y espirituales.

Las mujeres deben tener el derecho a una experiencia privada y no a que les invadan su
cuerpo con procedimientos que pueden incluso detener o inhibir el parto. En los hospitales
tienen rutinas y dinámicas propias de una institución que está ligada a tratar con la
patología y la enfermedad, con horarios establecidos, y donde se empiezan a construir
dinámicas que afectan negativamente a las mujeres en el proceso del parto y nacimiento. En
el sector privado el panorama puede ser aún peor puesto que puede mediar el interés
económico y valga la pena hacer varias intervenciones que aseguren cierto monto de
entrada para la clínica y ojalá programar una cirugía mayor (la cesárea) ya que ésta tienen
un costo mayor.

La atención obstétrica se ha vuelto mecanizada y se percibe a la mujer como un caso más,


un número más. Hace falta calor humano, atención humanizada.

El servicio de la sala de partos como cualquier otro servicio de un hospital, no está exento
de rutinas y aún más hay procedimientos que se repiten tantas veces durante la atención
que pasan a ser normales o comunes y se pierde de vista lo que representa para cada mujer,
aunque se repita el mismo en todas, así como también el dolor y la incomodidad han sido
implícitas dentro del proceso.

En el mejor de los casos el personal llega a notificar (no a preguntar ni informar) en el


mismo momento que se le va a practicar determinado procedimiento.

En algunos casos se dan diferencias en la atención dependiendo de la condición


socioeconómica de la mujer.

Todas tenemos la capacidad de tomar sus propias decisiones en cualquier escenario de la


vida.

Solo se brinda información superficial referente a la acción que van a ejecutar.

Lo que se necesita es un cambio de actitud de quienes atienden los partos, porque las demás
condiciones ya existen.

No toman en cuenta nuestra percepción, nuestros sentimientos.

El personal impone sus ideas y sus criterios sin tomar en cuenta los de la mujer.

La intimidad no es valorada como un elemento primordial al brindar la atención.

Las mujeres no sólo se limitan a hacer lo que el personal indica sino que no se atreven a
cuestionar la atención que reciben, pues consideran que lo más importante no es como se
sintieron o cómo las trataron, sino el bienestar de su hijo o hija.

Transformar las relaciones de poder que existen en las instituciones hospitalarias es un


tema controversial ya que cuestiona estructuras que han estado funcionando a través de los
ultimos sesenta años, sin embargo es necesario un cambio cultural y de acciones políticas
efectivas que pasen por el proceso de educación, respeto y ruptura de las jerarquías
existentes, donde el personal de salud es quien posee el conocimiento y el poder y traspasar
el protagonismo a las mujeres.

Para esto también es necesario que las mujeres puedan aprender, desaprender y reaprender
acerca de su cuerpo, sus procesos reproductivos y en este caso especial acerca de sus
partos. Es un eslabón fundamental para este cambio, sin embargo esta transformación no es
posible si no se brindan, desde los lugares y las personas que ostentan ese poder-saber, las
herramientas necesarias para la reapropiación de esos conocimientos.

Transformar las relaciones, brindar información, dar participación.

Abrir canales de comunicación efectivos, si bien existen las contralorías de servicios en los
hospitales, el mecanismo de denuncia no permite que las mujeres sean interlocutoras
válidas, el personal de salud en general puede tomar como una amenaza una queja o una
denuncia, cuando debería enfocarse como un aporte para el cambio estructural constante
que debe ir incorporando el sistema de salud. Esto obviamente constituye parte del sistema
de premios y castigos a los que estamos acostumbrados a vivir en nuestra sociedad lo que
hace que cualquier crítica, queja o denuncia sea visto como una amenaza a su puesto, a su
profesión y a su estabilidad laboral.

La educación en el sentido de desmedicalizar y utilizar la tecnología necesaria a la hora de


atender un parto también es un cambio cultural que pasa por la población en general y el
sistema de salud en específico.

Además las mujeres deben tener conocimiento acerca de que tienen derecho a rechazar
ciertas rutinas y prácticas hospitalarias en cuanto a la atención de sus partos. Los servicios
hospitalarios de atención del parto y más concretamente el personal tanto médicos como
enfermeras incluso cualquier persona que este al servicio en la atención de los partos
deberían de regirse por las necesidades que plantee cada mujer, ajustarse a su tiempo, sus
ritmos y tratar de cumplir sus expectativas para que el parto se dé en las mejores
condiciones posibles y la mujer pueda protagonizar su proceso. La experiencia demostrada
en varios estudios acerca de las mujeres que tienen sus partos tanto en centros de partos, en
hospitales y en la casa, donde ellas toman sus decisiones, se sienten acompañadas y con
derechos a llevar su parto de la manera en la que se sienten más cómodas, osea, podria
decirse que protagonizan su parto, tienen partos más satisfactorios, con menos
complicaciones y más saludables. (Bland, Flansburg, Harper, Davis Floyd )

Las mujeres desean tener todas las condiciones de seguridad y la tecnología del hospital a
su servicio, y este es un derecho que debe ser acompañado con el respeto, el protagonismo
y que realmente el personal de salud esté capacitado para brindar las mejores condiciones
de atención para las mujeres.

La percepción de la experiencia del parto no puede continuar siendo un hecho que amenaza
la vida de las mujeres en menor o mayor grado, sobretodo con los avances y las
condiciones que ofrece nuestro sistema de salud, debe transformarse en un hecho que puede
ser satisfactorio, seguro y placentero.

Nuestra cultura patriarcal es estructural y sistemáticamente expulsiva hacia la maternidad y


hacia las y los bebés. Existen dentro de sus basamentos ideológicos una falsa exhaltación a
la maternidad, a la realización que debe significar para la mujer ser madre, como
culminación vital de su existencia. Sin embargo, la organización y jerarquización social
apunta a la importancia de las actividades centradas en dinámicas de producción de bienes,
en el dinero, en lo público, que es, en general, lo que hacen los hombres. Lo que hacen las
mujeres al pertenecer al ámbito de lo reproductivo, doméstico y privado, no se valora o se
le da un valor inferior. Los espacios no están pensados ni construidos para facilitar el
ejercicio de la maternidad. De esta manera, situaciones que tienen que ver exclusivamente
con las mujeres (la menstruación, el embarazo, el parto, la lactancia) son hechos que no son
visibles o se hace visible desde un discurso que les es ajeno, que habla por ellas, que
analiza lo que les pasa, que les medicaliza y hasta patologiza. Y las mujeres los incorporan
y los viven como tal.
Recomendaciones
El parto es un ciclo vital, no patológico, donde la mujer y su bebé son protagonistas.

Este proceso requiere de:

-Condiciones adecuadas para la salud (vivienda, buena nutrición, buena condición física,
buen estado emocional).

-Personal de salud responsable, respetuoso, informado y preparado.

-Incorporar al sistema profesionales con la visión del parto normal y con apoyo médico
para complicaciones.

-Información actualizada sobre las distintas formas y modelos de atención.

-Posibilidad de tomar decisiones en ejercicio de su ciudadanía de cómo quiere ser atendida.

-Empoderamiento protagonismo y confianza en sí misma

-Ambiente amable, íntimo y privado.

-A esto se le deben aunar formas satisfactorias de crianza y de vida.

Se debe comprender la gestación, el parto, nacimiento y lactancia como eventos


determinantes en la mujer y su familia para desarrollar poder, autoestima, ejercicio del
derecho y expresión del sentido de espiritualidad.

Las intervenciones deben realizarse solo para mantener la salud, para lograr el más óptimo
transcurso y desenlace de los eventos.

La atención humanizada debe basarse en “un trato respetuoso, sensible y sanador, que toma
en cuenta las realidades de las mujeres, brinda servicios que integran conocimientos
actualizados. Entiende la gestación, el parto y el nacimiento como una situación saludable,
con íntima relación entre cuerpo, mente, espíritu, emociones, familia, comunidad en
ambientes sanos. Requiere un entendimiento profundo de que la madre y su bebé son
protagonistas primordiales y poseen un conocimiento inalienable que es digno de
admiración y que debe ser tomado en consideración e intervenido sólo para mantener la
salud” (Cob y Díaz, elaboración conjunta 2001)

Por el contrario la medicalización hospitalaria de parto es el uso inapropiado de


intervenciones y tecnología médica, ejercidos en los procesos normales, ciclos vitales
como el embarazo, parto y posparto.

Cuando las mujeres se dan cuenta de que su cuerpo sabe cómo dar a luz y que los bebés
saben cómo nacer, adquieren confianza. Cada parto es una experiencia poderosa, a veces
dolorosa, siempre transformadora. Cada nacimiento es único, no existe un manual del
usuario ilustrado(Harper, 96:3)
Se debe estimular la producción de oxitocina durante el parto para que este se desarrolle de
manera exitosa. Para esto es necesario que esta hormona se generen grandes cantidades.
Esto se puede lograr creando condiciones placenteras para la mujer tanto de el ambiente
físico como el ambiente emocional. Por ejemplo el lugar debe ser acogedor, familiar,
agradable, privado, íntimo. Y las personas que la rodean sean respetuosas, amables,
invitadas, que tengan una relación positiva con la mujer, que no sean invasivas. Que su
pareja o persona elegida para ese momento pueda proporcionarle masajes, caricias, placer.
De esta manera la mujer puede entrar en el proceso del parto para poder desarrollarlo de la
manera más deseada para sí misma como para su bebé.

La mujer como conocedora de sí, de su historia y de sus procesos es configuradora de otra


forma de conocimientos. Por lo tanto deberá ser integrada por los/as técnicos/as en sus
prácticas, transdisciplinariamente para que exista una relación permanente de apropiación
y reapropiación de ambas formas de conocimiento(Velásquez en Burín,1987:308)

Hay elementos desde los más sencillos, hasta los más complejos para ir transformando el
sistema de atención del parto, que son necesarios todos y ninguno puede tomar mayor
importancia que otro. En general se tiende a creer que estos cambios van a tomar mucho
tiempo en darse, o se ven como una esperanza lejana que no es viable en nuestro país. Sin
embargo Costa Rica que ha sido pionero en los sistemas de atención de la salud tiene todas
las condiciones para poder hacer los cambios que pueden mejorar el sistema de atención del
parto como cualquier otro país con un óptimo desarrollo de su sistema de salud.

Incorporación de los conocimientos sobre embarazo, parto y posparto para las


comunidades, escuelas y colegios. Que sea un tema cotidiano, parte de las vidas de todas
las personas, no se trata de ningún misterio o de ningún castigo al que hay que someterse.
Promover la transmisión de estas experiencias y conocimientos entre las mujeres. La
invaluable experiencia de los partos de las mujeres dentro de la familia va a permitir aún
más la desmitificación de este tema, y volverlo un tema cotidiano y necesario, es urgente en
nuestra sociedad.

Preparación y Educación. Que posibilite el protagonismo, el conocimiento sobre el propio


cuerpo, sobre los procesos normales y anormales, poder de decisión con información, creer
en su capacidad y tener las herramientas necesarias para elaborar un plan de parto que
permita tener una base en cuanto a los deseos, necesidades y gustos de la mujer.

La difusión de material, sobretodo audiovisual que permitiría ir configurando imágenes


positivas en las mujeres con buenas experiencias de partos.

Conocimientos y puesta en ejercicio y respeto de los derechos en el embarazo, parto y


posparto.
Elaboración de un plan de partos, que le permita a la mujer visualizar y visualizarse en el
momento del parto. Este puede ser una guía que en la medida de lo posible respeta las
condiciones que la mujer ha imaginado para sí misma y su bebé.

Cuidado integral físico y emocional. Las personas a su alrededor deben resguardar al


máximo que sean respetadas sus condiciones básicas para que ella pueda protagonizar y a la
vez dejarse llevar por el proceso normal de parto
.
Ambiente de seguridad. Un ambiente que la haga sentir cómoda, con gente de su confianza
alrededor, donde puede solicitar lo que necesite, preguntar, proponer.
Es necesario el acompañamiento de quien desee a su lado en todo momento.

Facilitar el acompañamiento e involucramiento de las personas deseadas por la mujer.

Confortable, libre de distracciones, lleno de seguridad, para llegar a su nivel más instintivo
de concentración o conciencia.

Libertad de movimiento y de posición de las mujeres durante la labor y el momento del


parto.

Que se respete el tiempo que la mujer necesita para un proceso de parto normal.

Un/a profesional que le acompañe durante todo el proceso de embarazo y parto. Se puede
implementar una sistema de acompañantes del parto, no necesariamente deben ser
enfermeras. Existe una tendencia en varios países y en nuestro país empieza a gestarse con
algunas pioneras en este campo, las llamadas doulas. Estas son mujeres preparadas para
acompañar a una mujer en situación de parto, algunas de las características que pueden
tener las doulas es que tienen una experiencia propia del parto, son madres, tienen
conocimientos en terapias alternativas: masaje, aromaterapia, acompañamiento. Lo ideal es
que establezcan una relación de confianza desde el embarazo para que a la hora del parto, la
doula conozca las condiciones deseadas por la mujer, pueda defender y hacer respetar los
deseos y necesidades de la mujer. Es el papel que historicamente jugaron las parteras, con
el respeto total del ritmo de la mujer. La doula, debe conocer los deseos de la mujer para su
parto y asegurarse de que sean respetados, se convierte en la interlocutora que debe hacer
respetar los derechos de la mujer, para que la mujer pueda estar tranquila y entre a su trance
de parto, sabiendo que hay una persona que velará por ella. Parece una contradicción
porque en realidad este papel debería de ser asumido por el personal de salud del hospital,
sean médicos o enfermeras, deberían de tener pleno conocimiento que esta es la única
forma en que el parto puede ser un proceso exitoso, respetuoso y transcendental en la vida
de todas las personas que están involucradas en él. Donde el personal de salud se adapta a
la mujer y no al revés.

Las condiciones ambientales en general deben de estar en armonía con la intimidad, el


silencio y una luz suave son dos elementos claves y sencillos de lograr si todas las personas
involucradas en este proceso se comprometen a lograrlo. El hacinamiento o falta de espacio
propio de las salas de maternidad se puede transformar en algo que lo potencie, si logramos
un ambiente adecuado, el proceso que esta viviendo cada mujer puede ser vivido con
profundo respeto y reforzamiento, mas bien como fuente inspiradora o de fuerza para
quienes están viviendo un proceso más adelantado o más inicial del parto .

El personal de salud debe promover y respetar el momento de nacimiento sin


intervenciones innecesarias.

La promoción de las tecnologías apropiadas en la atención del parto basadas en el enfoque


de derechos y respeto al cuerpo que reduzca el uso de tecnología intervencionista.

Libertad de posición para el parto, fundamental para evitar desgarres y facilitarle el proceso
de la mujer.

Técnicas de relajación y respiración .

Facilitar la relación de la mujer con su bebé. Todos los pesajes, mediciones y pruebas
rutinarias que deben hacerse al bebé pueden esperar. Si fuera absolutamente urgentes
deberían hacerse en la cama de la mujer, es innecesario separarlos.
Los cuidados posparto, el acompañamiento y apoyo para las mujeres, evita el estrés y las
depresiones. Se requiere que las mujeres puedan contar con ayuda en su casa(en el hospital
o centro de partos), ya sea para atender y aprender a atender a su primer bebé y también
poder tener apoyo con el trabajo doméstico y de crianza de otros hijos (cuando los hay)
mientras está en el primer periódo al menos una semana posterior al parto.

Implementar mecanismos de rendición de cuentas a la población en la asignación y


utilización de recursos para la atención de las necesidades en la atención del embarazo y el
parto.

Desarrollo de procesos que regulen y evalúen el uso adecuado y actualizado de tecnologías


en los servicios de salud públicos y privados en la atención integral del embarazo, parto y
posparto.

Implementar la práctica del parto seguro, respetuoso y humanizado basado en las


recomendaciones de la OMS, de las mujeres y los diferentes grupos técnicos y de la
sociedad civil en los diferentes niveles de atención.

Involucrar a las mujeres y grupos de mujeres organizados y a la población en general a la


revisión, actualización de las normas de atención integral en el embarazo, parto y posparto
que reconozcan las necesidades, los imaginarios, representaciones sociales y respeto a la
diversidad.

Desarrollar procesos de información, consulta y educación a la población sobre los


estándares para una atención de buena calidad.

Fortalecer los mecanismos de denuncia para dar respuestas oportunas y adecuadas.

Erradicación de la violencia en las salas de maternidad en los hospitales de Costa Rica.


La investigación es importante para seguir en el proceso de transformación. Puede ser útil
con las distintas condiciones que enfrentan las mujeres en nuestro país, incorporar cada vez
más y mejores condiciones para que la experiencia del parto sea una experiencia
enaltecedora que enriquezca a todas las personas que pueden participar de ella, dar la
bienvenida a un nuevo ser humano, tiene que ser redimensionado a una experiencia de peso
para la humanidad en general y no como un acto médico y de rutina que hay que atender o
intervenir.

El aprendizaje entre las mujeres es importante, recuperar formas de intercambio de


información y de acompañamiento entre las mujeres es fundamental.

Proximidad y confianza. Estos son elementos clave en la atención de la salud. No solo


por la rapidez con que se pueda atender la necesidad de alguna persona sino por la
comodidad, accesibilidad y voluntad de la mujer a atenderse con determinada persona. Así,
vemos que las parteras de los pueblos, especialmente en zonas rurales e indígenas, gozan de
una confianza generalizada depositada en ellas por años de atención de calidad, respuesta a
los problemas, situaciones o necesidades en la salud reproductiva de las mujeres. Es bien
sabido que una de las mayores críticas a las instituciones de salud (hospitales o centros de
salud) es la deshumanización y el trato no personalizado que en ellas se ofrece. Las mujeres
quieren los beneficios de la tecnología y la ciencia médica a la hora de su parto pero a la
vez reconocen la importancia de estar con personas que conozcan, de las que tengan
referencias por parte de seres de confianza y donde se sientan cómodas para tratar temas
relacionados con los ciclos reproductivos.

Desaturación y descentralización de las instituciones y centros de salud. Otra


razón clave en beneficio no solamente de las mujeres sino de todo el sistema de salud es la
desaturación de los servicios de salud. Una de las recomendaciones claves para la
transformación no solo en un sistema de salud más humano e integrador de la importancia
de este acontecimiento vital para las mujeres sino también en un sistema que ahorre
recursos al poder desinstitucionalizarlo y brindar la atención en otro tipo de lugares,
especiales para el parto, que cuente con la tecnología necesaria pero que no se pierda en el
andamiaje de una gran institución hospitalaria que trata patologías y emergencias de salud.
La atención de la salud reproductiva de las mujeres en las propias comunidades, sin
desplazamientos excesivos puede ser una ayuda significativa para la no saturación de las
instituciones hospitalarias. Las mujeres deberían contar con espacios más adecuados,
íntimos, personalizados (muchas veces puede ser su propio domicilio) y los centros de
salud u hospitales liberarán espacios para otros casos en el que sea realmente necesaria la
intervención médica especializada.

Libertad de opción. Durante este proceso de medicalización y hospitalización ocurrido


apenas durante los últimos sesenta años una de las consecuencias ha sido que ha sido
socavado el derecho a elegir libremente la manera en que las mujeres pueden atender su
parto. La libertad de opción es un derecho que las mujeres deben tener respecto a la salud
reproductiva. Hoy la elección ya esta coaccionada por la excesiva institucionalización y
medicalización de los partos, se requiere de opciones que no sean las hospitalarias. Por lo
que deberían existir otros espacios posibles para la atención del parto, si se le pregunta a las
mujeres y se les informa sobre su derecho y posibilidad de elección ellas siempre van a
elegir la privacidad, confianza, proximidad y servicio humano.

En todo el mundo se está iniciando un proceso para incluir otras opciones


de atención del parto en los servicios de salud. Algunos países ya lo han hecho y con
resultados muy positivos. Existen muchos documentos, informes y estudios publicados por
la OMS, OPS y otros organismos multilaterales de la salud que indican que ese proceso
(que incluye creación de centros de partos, atención domiciliaria del parto, inclusión de
parteras y acompañantes del parto, especialistas en el parto normal en los hospitales) es uno
de los caminos para bajar los índices de morbilidad y mortalidad materna y morbilidad y
mortalidad infantil. Algunos países desarrollados como Canadá, Suecia, Holanda, Inglaterra
ya lo han hecho con resultados muy alentadores, aumentado satisfactoriamente los grados
de calidad de la atención. Este es un proceso mundial en el cual Costa Rica en algún
momento debe insertarse. La pregunta no es si se debe hacer o no, sino cuándo tomaremos
la decisión de integraremos esa visión en beneficio de la salud reproductiva de las mujeres
y de la población en general.
Los partos de los hospitales ya se han reconocido como lugares de riesgo para la mujer y su
bebé y han puesto a disposición las opciones de parto en casa o en maternidades, teniendo
mejores índices de salud, menos intervenciones e incluso menos gastos a nivel de equipo,
tecnología, medicamentos, aparatos y procesos más satisfactorios para las mujeres. El
modelo de partería, el parto humanizado y en condiciones establecidas por las mujeres dan
resultado en cuanto a bajos índices de complicaciones y niveles de satisfacción y salud para
las mujeres y sus bebés.
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