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LA ARQUEOLOGÍA DE MARCAVALLE, UN SITIO DEL HORIZONTE TEMPRANO EN EL

VALLE DE CUZCO, PERÚ 1

PARTE I

KAREN L. MOHR CHAVEZ, Mount Pleasant

Introducción

Traducción José Luis Tovar Cayo

El amplio tema de mi investigación arqueológica estuvo interesado en el uso más temprano de la


cerámica por los habitantes de la sierra del sur de Perú, e implicaron excavaciones entre 1966-1968 de
dos sitios más tempranos en los valles montañosos del departamento del Cuzco (los sitios de
Marcavalle y Pikicallepata, el último a 113 Km al sureste de Cuzco) y uno en las alturas, en una meseta
sin árboles, o altiplano del departamento de Puno (el sitio de Qaluyu, 278 Km al sureste de Cuzco).
Diecinueve fechas radiocarbónicas de estos tres sitios excavados indican que los pueblos con uso más
temprano de cerámica habitaron la sierra sur de Perú alrededor de 1400-650 a. C., o durante el
Horizonte Temprano (ver figs. 2 y 3). Un tiempo cuando la influencia Chavín estuvo generalizada en
todo el territorio peruano.

Este estudio se enfoca en las cerámicas más tempranas, y en pequeña extensión restos no-cerámicos
derivados de mis excavaciones en Marcavalle, 4 Km al sureste de la ciudad de Cuzco (Ver fig. 1). La
cerámica, constituyen un estilo en el sentido en que este término es utilizado por los Peruanistas, son
descritas aquí en detalle. El estilo de la cerámica Marcavalle temporalmente precede al estilo
Chanapata, y representa no solo la cerámica utilizada más temprana por los habitantes del valle del
Cuzco, sino también, en la medida en que sabemos, los primeros ocupantes allí establecidos. Este
estudio resultó en una cronología cerámica de cuatro fases, basadas principalmente en la posición
estratigráfica de la cerámica, seriación, el cruce de información con cerámica excavada en
Pikicallepata, y sobre una serie de fechados radiocarbónicos. Las cuatro fases fueron designadas con
las cuatro letras mayúsculas A-D y pueden ser ubicadas con cinco fechas radiocarbónicas entre 1111-
653 a.C. (5730 vida media ver fig. 3). La Fase A permite ser considerada aproximadamente hacia el
1000 a.C. La Fase B en 900 a.C. Fase C a 800 a.C. y la Fase D a 700 a.C. Esta secuencia viene a ser
la más detallada y bien diferenciada para cualquier cultura pre-inca en la sierra sur de Perú o Bolivia, y
representa una contribución hacia el entendimiento del desarrollo pre-inca en Cuzco, la ciudad en sí
misma, ha sido la capital política y religiosa del vasto imperio Inca antes de la conquista española.

La cerámica Marcavalle, representa unos densos depósitos de desechos, proviene de tres de diez
unidades excavadas en el sitio, solo esas tres unidades proveyeron cerámica apropiada para el
estudio. De un total de 78,803 fragmentos recuperados de estas tres unidades, sin embargo, solo
21,967 fragmentos, proveyeron las bases para el desarrollo de la cronología de cuatro fases. El
enfoque metodológico usado en el análisis de la cerámica Marcavalle implicó el estudio cuantitativo y
cualitativo de los atributos, más que los tipos de cerámica, y fue llevado a cabo usando computadora
para determinar el comportamiento de los atributos individualmente o combinaciones de estos a través
del tiempo. Los atributos observados en la cerámica fueron codificados para 5,452 fragmentos que

1
Este artículo representa una versión corta y revisada de mi disertación de Doctor en Filosofía.
poseían indicadores de formas de vasijas, decoración, asas, agarraderas o modificaciones (24.8% de
los 21,967 fragmentos recuperados de las tres unidades de excavación fueron usados en este análisis,
o 6.9% del total de 78,803 fragmentos recuperados de las tres unidades). Acabados de superficie,
pasta-mordiente, formas de las vasijas elementos de diseño fueron las categorías mayores de atributos
a los que se les dio más énfasis. Los atributos codificados de esos fragmentos fueron transferidos a
tarjetas de computadora, las cuales pueden ser procesadas por la computadora en variadas formas
rápidamente. El uso de la computadora y el desarrollo de un libro de códigos, surge como una
innovación aquí, pero con ciertas limitaciones. En adicción, el análisis petrográfico de secciones
delgadas de cerámica de Marcavalle, Pikicallepata y Qaluyu fueron realizados por un geólogo. Los
resultados confirmaron mi clasificación macroscópica y ayudó en la distinción de pastas “locales” de las
“foráneas”. Posibles lugares de producción son sugeridos.

La cerámica de Marcavalle no solamente fue extremadamente abundante, pero también complejas,


exhibiendo una considerable variabilidad de atributos. Esta abundancia y diversidad me permitieron
documentar en detalle el cambio y continuidad que ocurrió durante las cuatro fases. Por el momento, la
variabilidad de la cerámica ha sido interpretada como algo principalmente cronológico, con el
entendimiento, que otras variables son también operativas para explicar esa variabilidad, y que este
problema debe ser investigado más adelante por futuras excavaciones.

Diez formas mayores de vasijas fueron definidas, cada una con distintas combinaciones de atributos
asociados. La pintura aparece con menos frecuencia en la Fase A, pero predomina en las Fases B-D.
La pintura a base de hematita especular es característica en todas las fases. La pintura crema sobre
marrón marca el comienzo de la Fase B, en las fases B-D la mayoría de los fragmentos pintados son
crema sobre marrón. La cerámica marrón oscuro muescas profundos y pintura post cocción indican la
Fase C. Las cerámicas pintadas con negro sobre crema caracterizan a la Fase D. “Zonning” e
incisiones son más frecuentes en Fases A-B, muescado en las Fases A. y C. Motivos zoomorfos
aparecen las Fases C-D, y figurinas antropomorfas solidas en todas las fases. Varios otros atributos
son descritos en detallado su frecuencia su aparición y frecuencia en cada fase.

Las comparaciones de la cerámica y las fechas radiocarbónicas indican que los orígenes de Marcavalle
se encuentran en el sur en el área de Pikicallepata (en lugar que hacia el norte). La cerámica más
temprana de Marcavalle y Pikicallepata (y posiblemente Qaluyu) muestran una relación muy cercana
con el Periodo Inicial de la costa.

Análisis especializado de los restos de flora y fauna indican una subsistencia mixta basada
primordialmente en el pastoreo de camélidos. El cultivo de frijoles (y posiblemente maíz), la caza
(especialmente de venado) y la domesticación de cuyes y perros fue también importante. Marcavalle
parece haber sido una aldea densamente poblada, que tenía por lo menos, estructuras de adobe.

Los resultados del análisis de la cerámica contribuyen hacia el entendimiento del sistema de
interacción socio-económica que ocurrió hacia adentro y afuera de la sierra sur, y los restos no-
cerámicos independientemente confirman y suplementan algunas de estas conclusiones. Las
comparaciones de la cerámica confirman la ausencia de una influencia Chavín y apuntan a una relativa
independencia en la sierra sur. Marcavalle es una localidad del Horizonte Temprano, relativamente auto
suficiente dentro de un área de interdependencia de la sierra sur, en la cual varias localidades poseían
especialidades económicas particulares y participaban en una red regional de intercambio, y por lo
tanto, interactuaban, pero sin un sistema estatal organización política. Marcavalle parece haber sido
especialista en la producción de carne de camélido conservada (que tal vez incluía el uso de la sal;
inusualmente altas proporciones de restos de camélidos aparecen en todas las fases), la exportación
de la sal y posiblemente la producción de cerámica. Otras localidades pudieron estar especializadas en
la obtención y distribución de basalto y obsidiana. Obsidiana de los tres sitios analizada por activación
de neutrones indican que los pobladores de Marcavalle y Pikicallepata obtenían la obsidiana de una
fuente de Cuzco, y la gente de Qaluyu de una fuente de Puno, aunque el intercambio también se ha
documentado. El basalto de Marcavalle, utilizado intensamente para sus herramientas, pudo provenir
de la Cuenca de Lucre. Algunas cerámicas fueron importadas a Marcavalle, probablemente de la
Cuenca de Lucre, del área de Sicuani y en menor cantidad de la zona de Puno. La diversidad de la
cerámica encontrada en las fases tardías de Marcavalle puede reflejan incremento de interacción y
disminución de la autosuficiencia.

Las comparaciones de la cerámica y los restos no cerámicos apuntan a una extensa área de
interacción fuera de la sierra sur, incluyendo la costa, montaña y el bosque tropical y otras zonas de la
sierra.

Los resultados de este estudio, además de, proveer una base sólida sobre la cual una variedad de
futuras investigaciones puedan ser iniciados, incluyendo un posterior análisis e interpretación de datos
originales colectados pero no incorporados aquí.

La arqueología de la cerámica temprana en la sierra sur de Perú.

Una revisión del estado del conocimiento de la temprana prehistoria de la sierra sur, revela una relativa
escasez de investigaciones sistemáticas enfocadas en los periodos cerámicos tempranos y la escasez
de información disponible, una situación la cual estimuló mi propia investigación en el área. Este corto
resumen provee tanto los antecedentes arqueológicos para la investigación que comencé en Cuzco y
Puno, y un resumen de trabajos realizados ahí desde entonces. Esta revisión se enfoca solamente en
estos dos departamentos y primigeniamente en la arqueología del Horizonte Temprano y el Periodo
Intermedio Temprano. Sitios, culturas arqueológicas y periodos pueden ser observados en las figuras 1
y 2.

La arqueología de los andes del sur antes de mi investigación

El primer trabajo sistemático en la zona de Cuzco para este periodo fue realizado por John H. Rowe en
1941-1943. Antes a esta investigación, fueron documentadas culturas pre-Incas no autenticadas para el
Cuzco. En 1941 Rowe descubrió la cultura pre-Inca Chanapata (ahora se sabe que pertenece al
Periodo Intermedio Temprano), nombrada después el sitio-tipo en la ciudad de Cuzco, él excavó allí en
1942.

En 1956, Rowe refinó las secuencias de Puno, Cuzco y Sicuani. Sicuani se encuentra a unos 138 Km.
al sureste de la ciudad de Cuzco, aproximadamente a medio camino entre Puno y Cuzco, y justo al sur
de Pikicallepata. Estas secuencias fueron construidas en base a colecciones de superficie y de datos
recolectados de exploraciones y excavaciones hechas por el Dr. Manuel Chávez Ballón, arqueólogo de
la Universidad del Cuzco. Sin embargo, las secuencias relativas derivan del uso de seriaciones y
estratigrafía disponible, aunque sin fechas radiocarbónicas. Nuevos sitios Chanapata o relacionados y
parecidos a Qaluyu fueron localizados. Una nueva fase para Chanapata fue también identificada en
diversos sitios, llamada Chanapata Derivado, siendo el sitio-tipo Wimpillay está en la Cuenca de Cuzco.
La variedad roja Chanapata Derivado fue ubicada como más tardía que la cerámica negra en la
ocupación principal en Chanapata basada en la mayor frecuencia de cerámica roja en los niveles
superiores de las excavaciones de Rowe, realizadas en ese lugar.

En 1952 Manuel Chávez excavó en el sitio de Batan Urqo, un sitio estratificado a unos 40 Km al
sureste de la ciudad de Cuzco. La secuencia encontrada allí incluía: Chanapata, seguida por lo que M.
Chávez llamó Waru, aproximadamente correspondiente al estilo Carmenca de Rowe, luego el estilo
Lucre, un nuevo estilo encontrado con Huari, seguido por el Inca Temprano e Inca tardío, estilos
también definidos por Rowe en 1944. M. Chávez también hizo descubrimientos de material Huari en
sitios cerca de Cuzco, documentando por primera vez la presencia del Horizonte Medio Huari en el
área de Cuzco. En 1953 M. Chávez descubrió el sitio de Marcavalle y subsecuentemente Rowe
reconoció la antigüedad pre-Chanapata de la cerámica temprana ahí existente en base a seriación.

La secuencia relativa para Cuzco en 1956, luego, fue como sigue de lo más temprano a lo más tardío:
Marcavalle (?), Chanapata Clásico, Chanapata Derivado, Waru, Huari y Lucre, K’illki (Inca Temprano),
Clásico (Tardío) Inca y K’uychipunku (Inca Colonial definido por Rowe en 1946). Posteriormente en
1963, excavaciones de prueba fueron realizadas en Marcavalle por un grupo de la Universidad de
Cuzco, bajo la dirección de Patricia J. Lyon y Luis Barreda Murillo. Ravines informó que en 1964 Rowe
estudio colecciones de cerámica tomadas de los perfiles de las trincheras excavadas para la instalación
de agua y desagüe en el sitio de Marcavalle, y propuso una secuencia estratigráfica del más temprano
al más tardío de: Marcavalle, sin nombre, Chanapata, Chanapata Derivado (?).

Subsecuentemente, cuatro fechados radiocarbónicos fueron obtenidos para la parte temprana de la


secuencia de Cuzco: dos fechas para Chanapata (N-89 y N-90), obtenías de las excavaciones de 1960
en Chanapata por M. Chávez y dos miembros de La Expedición de los Andes de la Universidad de
Tokio. Otro fechado para Chanapata (GX-203) obtenido por Frederic Engel y un fechado para
Marcavalle (GX-0453) de las excavaciones de Lyon y Barreda en este sitio. Estas mediciones son los
fechados radiocarbónicos más tempranos para Cuzco.

En el área de Sicuani, las excavaciones de Manuel Chávez Ballón en 1951 en el sitio de Yanamancha y
K’umu Qaqa en Raqchi aproximadamente 120 km. al sureste de Cuzco, produjeron una secuencia
estratigráfica que incluyó los primeros descubrimientos de materiales relacionados tanto a Huari
(definiendo su extensión más meridional) y de materiales más tempranos relacionados a Qaluyu. En
1954 Rowe y M. Chávez visitaron Yanamancha y dos sitios cerca de Tinta, siendo Pikicallepata uno de
ellos. Rowe identificó un nuevo estilo cerámico que él llamó Hunt’uma basado en cerámica del corte de
la carretera de Yanamancha, de los dos sitios cerca de Tinta en la comunidad y cerca al río de
Hunt’uma, desde Suyu cerca de Sicuani, y de Pomacanchi; sin embargo, Rowe posteriormente no
reconoció el estilo o conocía su existencia. La secuencia para el área de Sicuani propuesta por Rowe
en 1956 va de lo más temprano a lo más tardío fue: Qaluyu, Hunt’uma, Huari, que el denomino Raqchi
(negro sobre rojo), e Inca.

En Puno las primeras excavaciones extensivas fueron realizadas por Alfred Kidder II en 1939 en el sitio
de Pucara en el altiplano, posteriores reconocimientos que él dirigió en 1941 enfocaron sitios
tempranos en la parte norte de la Cuenca del lago Titicaca. Varias referencias cortas del trabajo de
Kidder en Pucara han sido publicadas. Kidder da crédito a Luis E. Valcárcel en el descubrimiento de la
importancia arqueológica de este sitio, y el estilo cerámico Pucara fue descubierto en 1935 cuando
Valcárcel y Julio C. Tello hicieron una colección de cerámica Pucara. En 1948 Kidder argumentó que
Pucara era más temprano que el Tiahuanaco Clásico de Bolivia, basado primordialmente en similitudes
con Chiripa (eventualmente ubicada por Bennett como Pre-Tiahuanaco Temprano) y comparado con
Chanapata y Chavín costeño. Luego en 1967, Edward M. Franquemont estudió la colección de
cerámica de Kidder excavada de Pucara y definió una secuencia de tres fases.

El sitio de Qaluyu, a 4 km al noroeste de Pucara y 278 km al sureste de Cuzco, fue conocido


arqueológicamente por sus restos Pucara antes que el descubrimiento del estilo Qaluyu por M. Chávez
en 1942. El estilo Qaluyu fue observado estratigráficamente por debajo de los restos de Pucara en el
corte de la carretera de Qaluyu. Sin embargo el primer descubrimiento del estilo Qaluyu fue hecho por
Rowe a comienzos de 1942, e independientemente en el sitio de Qaqachupa cerca a Ayaviri.

En 1956 Rowe propuso la siguiente secuencia relativa para Puno que va del más temprano al más
tardío: Qaluyu, Pucara, Tiahuanaco Boliviano (encontrado en Puno y Juliaca), Collao (Negro sobre
Rojo) y otros estilos locales, e Inca y estilos locales. En 1955 Kidder obtuvo la primera fecha
radiocarbónica para la sierra sur, de los sitios de Chiripa y Tiahuanaco en Bolivia y Qaluyu y Pucara en
Perú. Dos fechas radiocarbónicas (P-155 y P-156) para el estilo Qaluyu fueron obtenidas como
muestras derivadas de una excavación de prueba que Kidder y M. Chávez hicieron en Qaluyu en 1955,
y seis fechas fueron agrupadas en el primer milenio a.C., también en 1955 se fechó material de Pucara
proveniente de muestras colectadas por Kidder en Pucara.

Listas de sitios, incluyendo algunos en los departamentos de Cuzco y Puno, fueron compilados por la
Expedición Científica de la Universidad de Tokio a los Andes en 1958, siendo la mayor contribución de
M. Chávez para Cuzco. En 1961, Máximo Neira Avendaño llevó a cabo una extensiva prospección
arqueológica e hizo varios pozos de prueba en la parte norte de la Cuenca del Lago Titicaca en Puno.
En 1965 Thomas C. Patterson hizo una prospección arqueológica en la sierra sur, colaborando con
Rowe en Cuzco. Para la parte temprana de la secuencia de Cuzco, Patterson presentó una secuencia
seriada tentativa, que va de lo más temprano a lo más tardío: (1) Marcavalle, derivado de las
excavaciones realizadas allí en 1963; (2) Una transición Marcavalle-Chanapata ocurrida para ambos
tanto Marcavalle y Chanapata (él menciona un fecha radiocarbónica de 650 a C. ± 150, Gak-?, para
este material Chanapata); (3) el estilo Chanapata definido por Rowe; (4) materiales culturales
encontrados básicamente en Chanapata, pero también en Marcavalle, muy parecido al de los niveles
superiores de las excavaciones de Rowe en Chanapata, y (5) Chanapata Derivado o Pacalla-mocco
(ver la descripción de Rowe para los tipos Pacalla-mocco y Chanapata Derivado). Patterson también
menciona la presencia de cerámica Marcavalle en Batan ‘Urqo (lo cual yo también lo verifiqué), allí un
fragmento vagamente parecido al estilo de Pucara, y cerámicas parecidas a Marcavalle y Yanamancha
en un sitio en la Laguna de Pomacanchi. Él también reportó cerámicas parecidas a qaluyo y pucara en
incatunuhuiri en Puno; y cerámica parecido a Qaluyu de los depósitos estratigráficos más inferiores en
Taraco (también en Puno), seguido por Pucara, Tiahuanaco y luego estilos tardíos.

En base a estas investigaciones, referencias a las culturas arqueológicas de Marcavalle y Qaluyu


comienzan a aparecer en trabajos generales de arqueología Andina, aunque incomprensiblemente de
manera incompleta.

Trabajos arqueológicos en Marcavalle a través de 1968


El crédito por el descubrimiento de Marcavalle como un sitio arqueológico, debe ser dado al Dr. Manuel
Chávez Ballón, juntamente con el Dr. Jorge Yábar Moreno, director jubilado de la Gran Unidad Escolar
Inca Garcilaso de la Vega. En 1949 estudiantes del colegio secundario Colegio Nacional de Ciencias y
de la Universidad de Cuzco recolectaron fragmentos del sitio los cuales mostraron al Dr. Chávez dando
indicadores de una ocupación prehistórica allí. El descubrimiento del sitio fue realizado en noviembre
de 1953, cuando Manuel Chávez acompañado de Yábar, hicieron allí una recolección de superficie.

En 1954 Manuel Chávez informó a John Rowe acerca del sitio, él y Rowe también hicieron allí una
recolección de superficie. El material cerámico Marcavalle fue ubicado tentativamente como pre-
Chanapata basado en la comparación con la ya conocida cerámica Chanapata clásico y Chanapata
Derivado. En 1958 Edward P. Lanning también hizo una recolección de superficie en el sitio.

La primera excavación arqueológica del sitio consistió en un único pozo de prueba de 2 X 2.5 m. (Pozo
1), excavado en septiembre de 1963 por estudiantes de la Universidad Nacional de San Antonio Abad
del Cuzco bajo la dirección de Luis Barreda Murillo y Patricia J. Lyon. El pozo 1 estaba localizado en la
parte sur del área dentro de los muros del Instituto de Menores en la vecindad de mi posterior Unidad
de excavación C (ver fig. 4). Esta arrojó más de 11,000 fragmentos, muchos cientos están decorados.
Este material fue analizado por Rowe y Lyon y un manuscrito está en preparación. Barreda abrió un
pequeño pozo (Pozo 2) hacia el noroeste del Pozo 1 cerca de la esquina noreste del extremo este de
dos edificios rectangulares dentro de los muros del reformatorio. Esta unidad solo fue excavada hasta
una profundidad de 85 cm, esta no fue concluida; el material no ha sido analizado. Un fechado
radiocarbónico de 695 ± 115 a. C. (GX-0453, usando la vida media de 5570 años) fue obtenida de una
muestra colectada en 1964 del Pozo 1.

Muros de piedra y pisos, indicando presumiblemente arquitectura Marcavalle, fueron registrados por
Lyon y estudiantes de la Universidad del Cuzco y más adelante por Rowe en 1964 en secciones de los
muros de una muy larga excavación rectangular, que fue abierta para un tanque de aguas residuales
del reformatorio.

Luis Barreda Murillo proveyó un resumen muy general de Marcavalle, incluyendo los restos excavados
en Marcavalle que consistían en: miles de fragmentos (cerámica), lascas, puntas de obsidiana
importada, lascas de piedras, raspadores, martillos, pulidores, incluyendo aquellos que él indicó como
andesita; restos de fauna, incluyendo huesos de camélidos, instrumentos de hueso, cenizas y carbón.
Él hizo una lista, pero no describió, los 10 tipos de cerámica Marcavalle como sigue: (mi propia
traducción).

1. Marcavalle Negro Llano


2. Marcavalle Negro Inciso
3. Marcavalle Marrón Llano
4. Marcavalle Rojo Llano
5. Marcavalle Rojo Inciso
6. Marcavalle Iridiscente o Jiwaya
7. Marcavalle Negro Punteado
8. Marcavalle Rojo Punteado
9. Marcavalle Crema sobre Marrón
10. Marcavalle Crema sobre Rojo
En el verano de 1965, Rowe y Patterson hicieron aún más recolecciones de superficie en el sitio.
Concentrándose en el área justo al oeste del Instituto de Menores, donde nuevas casas estaban siendo
construidas para empleados de la compañía Cervecera del Sur del Perú (ubicado en la fig. 4 dentro de
lo que se etiqueto y fue la Hacienda Marcavalle). La cerámica recolectada en esa área parece
representar la transición entre Marcavalle y Chanapata.

Durante los años previos a mi arribo en 1966, otras recolecciones de superficie fueron hechas en el
sitio. La más extensiva fue la de Leandro Zans Candia, quien trabajó en el reformatorio y fue estudiante
en la Universidad del Cuzco, completando su tesis en antropología en la institución reformatoria. Él fue
capaz de recuperar materiales de excavaciones hechas para varios canales dentro de los muros del
reformatorio. Estas excavaciones arrojaron una colección relativamente abundante de cerámica, hueso,
artefactos de obsidiana y varios otros objetos de piedra incluyendo cristales naturales, los cuales pude
examinar en septiembre de 1966.

El Dr. Jorge Yábar Moreno también realizo recolecciones de superficie, así como un pequeño pozo en
la pendiente inclinada del camino que bordea al sitio en su extremo sur. María Luisa Núñez del Prado
de Guzmán ahora profesora en la Universidad del Cuzco, también hizo una recolección de superficie
en Marcavalle.

De abril a noviembre de 1966, comencé mis excavaciones en Marcavalle, y las reanude de mayo a
agosto de 1968. En octubre de 1966, durante mis excavaciones al interior de los muros del
reformatorio, el Instituto de Menores tomó ventaja de la utilización de un buldozer para tener una
amplia zona excavada para la eventual construcción de una piscina en el lado oeste, dentro del local.
Como no fui informada de esta actividad, y no estuve presente cuando comenzó, el buldozer destruyó
mi parcialmente excavada Unidad E (Ver fig. 4) antes que cualquier cosa pueda ser hecha. Se intentó
que esta acción se detuviese, pero fue en vano. Mientras tanto clasificábamos los cientos de
fragmentos mientras la excavadora continuaba excavando una enorme área rectangular del tamaño de
una piscina. Hasta esta fecha la piscina no ha sido construida, sin embargo esa parte del sitio sufrió la
destrucción en cierta profundidad y extensión de área. Esta área produjo cantidades de material
cerámico Chanapata y Chanapata-Derivado.

En noviembre de 1966, el Dr. Frederic Engel visitó el sitio, con su asistente Bernardino Ojeda. Engel
excavó dos pozos de prueba en el borde del extremo sur del sitio. Utilizando su técnica de trinchera
escalonada, un pozo, de aproximadamente 2 metros de largo, fue trazado en la ladera del camino sur;
otro pozo fue ubicado al sur de este camino en el borde de un sitio donde se elaboran adobes.
Relativamente poco material fue encontrado, sin embargo, a pesar de eso se obtuvieron dos fechados
radiocarbónicos (I-33093 y I-3094).

En el verano de 1968 una prospección fue realizada para un nuevo proyecto de vivienda, la
Urbanización Santa Úrsula (Ingesa) y Fundo Marcavalle “B”. Resultando en un plan para Julio de 1968,
indicando divisiones y calles a ser construidas en toda la parte este del Instituto de Menores. El
proyecto de vivienda ya comenzó.

Investigaciones arqueológicas por otros en la Sierra Sur desde 1968.

Sergio J. Chávez llevo a cabo exploraciones y excavaciones desde 1968 tanto en Cuzco como en
Puno. Enfocándose primordialmente en ocupaciones del Periodo Precerámico al Periodo Intermedio
Temprano. El descubrió muchos nuevos sitios así como monolitos tallados de estilo Pucara
especialmente en Puno, y en 1971 en la provincia Cuzqueña de Chumbivílcas. En 1973 él comenzó
sus excavaciones en el sitio multicomponente de Taraco en Puno. El sitio tiene una larga y
evidentemente continua secuencia comenzando por el Horizonte Temprano y el Periodo Intermedio
Temprano (incluyendo Pucara) hasta el Horizonte Tardío.

En 1969 Edward B. Dwyer llevo a cabo excavaciones en el sitio multicomponente de Minas Pata, en la
Cuenca de Lucre del Valle de Cuzco, en cooperación con Alfredo Valencia Zegarra. Aunque el trabajo
de Dwyer tuvo como objetivo la ocupación K’illki allí existente, él encontró una ocupación Marcavalle en
los niveles más bajos, estaba asociado con frijoles, maíz, camélidos y cuyes, y era seguido por una
ocupación Chanapata.

Luis Barreda Murillo, de la Universidad de Cuzco, excavó en Pikicallepata después de mis


excavaciones realizadas allí en 1967. El también excavó dos sitios multicomponentes en la Cuenca de
Cuzco, Qotakalli y Wimpillay. Después John H. Rowe y Patricia Lyon también excavaron en Qotakalli,
en un esfuerzo por documentar ocupaciones pre-incas tardías, y luego en el sitio multicomponente de
Tarawi, también en la Cuenca de Cuzco.

Prospecciones y excavaciones comenzaron entre 1969-1973, por Ann Kendall en el valle Bajo del
Urubamba afluentes de Machu Picchu (y especialmente en Cusichaca), se enfocó en los restos incas,
particularmente la arquitectura. Sin embargo, ella también descubrió material Chanapata en esta área.

George Miller llevo a cabo estudios de osteología de camélidos andinos, el cual incluyó el análisis de
los restos de fauna de las excavaciones de Lyon y Barreda en Marcavalle.

En 1976, se iniciaron excavaciones de rescate en el área directamente opuesta al Instituto de Menores


en Marcavalle, en el lado norte de la carretera Cuzco-Sicuani, fue dirigida por Alfredo Valencia Zegarra
para el Instituto Nacional de Cultura de Cuzco, e la fachada de construcción de la planta embotelladora
de Coca Cola. Principalmente un proyecto de exploración y salvamento, las excavaciones produjeron
material arqueológico Marcavalle y revelaron por primera vez ocupación más al norte (ver fig. 4).

Más recientemente, Wilbert San Román condujo investigaciones bajo la supervisión de M. Chávez
involucrando el Horizonte Temprano-Periodo Intermedio Temprano (y luego) ocupaciones en
Pomacanchi.

En Puno, Abraham Valencia y Mario Núñez catalogaron sitios y excavaron algunos de ellos. En 1974
Mario Núñez junto a Rolando Paredes, continuaron haciendo un inventario de los sitos de Puno, y
comenzaron el trabajo de rescate en la Isla Esteves (una isla 5 km al noreste de la ciudad de Puno)
después de la destrucción resultante de la construcción de un hotel de Turistas. La cerámica parece
indicar una ocupación Tiahuanaco perteneciente a las épocas I, III y V, como son descritas en Bolivia.

En 1974 John Hyslop, junto con Elías Mujica, exploraron en la Cuenca del Lago Titicaca. Mientras las
investigaciones de Hyslop fueron principalmente enfocadas a sitios tardíos, los resultados de su
prospección también incluían ocupaciones Qaluyu, Chiripa, Pucara, y Tiahuanaco Épocas I, III (y
posteriores) ocupaciones al suroeste de la Cuenca del lago Titicaca de Perú.
Un proyecto de la UNESCO, comenzó entre 1975-1978 en el sitio de Pucara, incluyendo excavaciones
dirigidas por Mujica y Ernesto Nakandakari. Componentes pre-Pucara fueron encontrados por debajo
de la ocupación Pucara del sitio. Incluyendo la pirámide recientemente descubierta; y el material
reportado como perteneciente a Qaluyu, Chiripa, Tiahuanaco I y otros fueron encontrados.

Propósitos de la investigación y metodología.

Investigaciones en la sierra sur de Perú (resumidas líneas arriba) anterior a mi propia investigación en
el área, proveyeron una imagen muy incompleta de las sociedades cerámicas más tempranas. El
marco temporal y espacial mínimo no estaba bien establecido, no estaba claro exactamente si
Marcavalle o Qaluyu fueron culturas arqueológicas o sistemas socioeconómicos, o cómo ellos
contribuyeron a desarrollos más tardíos.

Mi investigación estuvo consecuentemente enfocada en establecer cronologías relativas y absolutas


para las ocupaciones cerámicas más tempranas en Cuzco y Puno, describiendo estos restos culturales
en detalle por primera vez, y haciendo interpretaciones concernientes a sistemas económicos que
hubiesen existido entonces. La relación de los datos respecto a los sistemas económico, político y
religioso, fueron vistos después, lo cual puede ser integrado para producir interpretaciones holísticas o
una imagen lo más completa posible de estas sociedades tempranas. Las áreas de interés incluyen el
examen del cambio sociocultural, estabilidad, y diversidad; de subsistencia, adaptación a diversos
medio ambientes, de cambio económico y de interacción de sitios dentro de la sierra sur y otros sitios
en otras regiones.

La excavación estratigráfica de varios sitios, usando niveles naturales (en oposición a los arbitrarios),
fue considerada como una parte necesaria de la estrategia para cumplir los objetivos, la selección de
los sitios para ser excavados fue determinado por el relativo y limitado conocimiento disponible acerca
de dichos restos tempranos presentes en Cuzco y Puno. Mi asesor en Perú el Dr. Manuel Chávez
Ballón, recomendó que yo excavase en Marcavalle en Cuzco y el Dr. Alfred Kidder II sugirió además
que se necesitaba trabajar en Qaluyu en Puno. La ubicación de estos dos sitos correspondían
exactamente con el mayor quiebre medio ambiental que existe entre los ligeramente más cálidos y
bajos valles montañosos de Cuzco y los llanos ligeramente más fríos sin arboles de la zona del
altiplano de Puno y de la Cuenca del Lago Titicaca, y un sitio ubicado entre las dos zonas. La selección
de los sitios, por tanto, puede proveer potencialmente información importante respecto a las relaciones
hombre – medio ambiente.

Las dos zonas plantean diferentes problemas de subsistencia y asentamiento, lo más notable es el
gran potencial para la agricultura en los valles del Cuzco, muchos cultivos pueden crecer en los valles
del Cuzco (ej. maíz, frijoles), que no crecen en el altiplano o se dan con mucha dificultad. En contraste
el altiplano provee un habitad natural excelente de pastoreo en las grandes praderas para los
camélidos, y un gran potencial para la crianza de las especies domésticas, llamas o alpacas (o incluso
la caza de las especies salvajes, guanacos y vicuñas). La diferencia de los terrenos entre los valles
lineales montañosos de Cuzco y las llanuras abiertas del altiplano también contribuyen hacia
diferencias en los patrones de asentamiento.

El tercer sitio excavado fue Pikicallepata, fue propiciamente ubicado casi en el medio entre Marcavalle
y Qaluyu, a unos 113 km al sureste de la ciudad del Cuzco, pero dentro del mismo tipo de ambiente de
valle montañoso como Marcavalle. Mientras que Yanamancha como Pikicallepata eran conocidos por
tener material temprano, el sitio de Pikicallepata nunca había sido excavado y parecía exhibir menos
posibilidades de haber sido disturbado. Particularmente ya que ningún gran sitio inca existía en los
alrededores como fue ciertamente en el caso de Yanamancha. También es de interés notar que tanto
Pikicallepata y Qaluyu están cerca de centros de producción de cerámica modernos donde existen
buenas fuentes de arcilla como Raqchi y Pucara respectivamente.

Aunque yo esperaba excavar extensivamente en cada sitio, limitaciones prácticas lo impidieron. Diez
unidades fueron excavadas en Marcavalle, cinco en Qaluyu y una en Pikicallepata. Otro de mis metas a
alcanzar en mis objetivos presentados arriba, fue el tener a varios especialistas que identificaran y
analizaran los materiales recuperados según sea necesario. Dichos análisis fueron llevados a cabo,
muchos fueron pioneros para la sierra sur de Perú, y muchos de los resultados están incluidos en este
artículo. Identificación o análisis fueron hechos, de restos de flora (maíz, frijoles) de Marcavalle por
botánicos, de los restos de fauna de los tres sitios por un zooarqueólogo, de concha por malacólogos,
análisis por activación neutrónica de la obsidiana de los tres sitios (y de cerámica y de las fuentes de
arcilla) por un químico, análisis petrográfico de secciones delgadas de cerámica de los tres sitios por un
geólogo, de algunos artefactos líticos (no obsidiana) de los tres sitios por un geólogo y restos óseos
humanos de Pikicallepata y Qaluyu por un antropólogo físico. En adición 19 fechados radiocarbónicos
fueron obtenidos de los tres sitios.

Finalmente la inclusión de los restos no cerámicos, a ser estudiados en detalle, fue también un objetivo
importante necesario para la realización de los objetivos de mi investigación. El estudio completo de
estos restos está todavía en progreso, sin embargo, las cerámicas tuvieron la mayor atención,
especialmente porque ellas constituyen los restos culturales más abundantes, exhibiendo gran
complejidad o diversidad de atributos y proveen los más útiles y sensibles indicadores cronológicos y
espaciales. El establecimiento de una secuencia detallada de cerámica fue un comienzo esencial y
también proveyó un marco cronológico para los restos no-cerámicos, el análisis de la cerámica proveyó
evidencia de diferenciación de la cerámica local de la “foránea” y por sugerir lugares de elaboración,
para documentar el comercio o intercambio e interacción entre áreas extensas. Estas conclusiones
fueron en parte apoyadas independientemente por la evidencia no cerámica y puede ser comprobada
en el futuro.

La propuesta metodológica en el análisis de la cerámica de Marcavalle involucró el uso de atributos,


que es cualquier rasgo o característica observable en un artefacto, para este caso la cerámica. El
problema metodológico incluyo la cuestión de la clasificación de la cerámica y la elección de utilizar los
atributos en la cerámica, en contraste con los tipos, como unidad primaria de estudio fue hecha por su
potencialmente mayor éxito y sensibilidad en contestar los problemas que se plantean en este estudio.
Mi uso de los atributos en la clasificación de la cerámica no es nuevo, debido a que empleé dicho
enfoque en un estudio anterior de cerámica excavada en Chiripa, Bolivia. En ese estudio así como el
de Marcavalle, tuve la ventaja de no tener tipologías previas establecidas dentro de las cuales tenía
que encajar los datos. No es mi intención el revisar los problemas o cuestiones involucradas con la
tipología aquí, pero brevemente indicaré el porqué es el enfoque más productivo.

Los Tipos están basados en la ocurrencia de una combinación, o asociación no aleatoria, de atributos
diagnósticos, y en cada uno de los atributos (o a veces en unos pocos) se le da usualmente la
prioridad, juntamente con el nombre del sito-tipo, es usado para nombrar al Tipo (tal atributo viene a ser
la decoración a modificaciones en la superficie; Ej. Valdivia inciso fino). Mientras que los tipos han sido
generalmente la aproximación tradicional usada en la clasificación, estos se enfocan en similitudes y
eclipsan la diversidad y variabilidad necesaria para resolver ciertos problemas, incluyendo esos que
involucran la cronología y la contemporaneidad de las distribuciones espaciales.

Debido a que todos los fragmentos tenían que ser clasificados, piezas problemáticas, tal vez la falta de
uno o más atributos específicos diagnósticos, son a menudo agrupados en un tipo o forman un nuevo
Tipo ellos mismos. Con Tipos, la selección de atributos diagnósticos es generalmente hecha desde el
comienzo antes que la clasificación pueda proceder y debe ser mantenida inflexible. Con el análisis de
atributos pocos o muchos atributos pueden ser seleccionados, añadidos o eliminados en cualquier
punto. Al examinar el comportamiento de un solo atributo, siempre habrá fragmentos que carezcan de
ese atributo y por ende eliminados de ese análisis en particular, pero puede poseer un atributo diferente
que puede permitirle la inclusión para dicho propósito. No es necesario forzar la clasificación cuando
uno o más atributos cruciales son faltantes, debido a que no todos los fragmentos han entrado dentro
del estudio de cada atributo, lo que permite una mayor flexibilidad.

Un examen de cada atributo individualmente en vez de una combinación fija de ellos en un Tipo, es
generalmente más útil debido a que, un atributo puede variar independientemente a través del tiempo y
espacio, y puede variar en el modo en que este es encontrado y es asociado con otros atributos. Cada
atributo bebe tener su propio lapso de existencia o distribución espacial, y la combinación de atributos
puede cambiar a través del tiempo y el espacio. Comparaciones más específicas a través del tiempo y
el espacio pueden ser hechas usando atributos más que los tipos.

Los atributos como los Tipos, pueden ser analizados tanto cualitativamente (presencia/ausencia,
naturaleza del atributo), como cuantitativamente (frecuencias). Mi análisis incluyó ambos, examinando
el comportamiento de los atributos y sus varias combinaciones a través de las cuatro fases.
Comparaciones con cerámicas de otros sitios fueron también hechas usando atributos en vez de Tipos.
No tengo presunciones de cómo un atributo debería “comportarse” temporal o espacialmente, como por
ejemplo, la expectativa de que una aparición inicial es seguida por un apogeo que luego es seguido por
una desaparición gradual.

El uso de la computadora fue visto como un medio de facilitar en gran medida el análisis de los
atributos de la cerámica involucrados, especialmente por la relativa abundancia y complejidad de la
cerámica de Marcavalle. Hasta donde conozco, mi uso de la computadora para el procesamiento de
datos, es el primero en dicha aplicación para restos arqueológicos de la zona de los Andes. Si bien su
uso posee ciertas ventajas, también presenta dificultades.

El primer paso para proceder al procesamiento de los datos de la cerámica en la computadora fue, el
crear un libro de códigos. En este todos los atributos fueron listados de acuerdo a las columnas que
estos ocuparían en las tarjetas de computadora, y cada variación de cada atributo se le asignó un valor
numérico o código. La selección de los atributos para codificarlos puede ir más allá de lo que es
necesario para un solo estudio o incluir atributos que hasta cierto punto no son claramente muy útiles
para los propósitos de los estudios. Es más fácil eliminar los atributos después, en vez de añadirlos
posteriormente. Más allá del subsecuente colapso, simplificación o reagrupamiento de atributos (o
variaciones de ellos) originalmente codificados puede ser hecho por un programa de computadora. Sin
embargo, mientras más detalles sean codificados, mayor será el tiempo y el dinero involucrado, hay un
límite más allá del cual, el proceso se vuelve poco práctico o difícil de manejar.

Un segundo paso fue el de transferir los datos descriptivos crudos, basados en observaciones de
laboratorio de las cerámicas, en tarjetas de computadora. Alternativamente, si un libro de códigos es
elaborado antes de las observaciones de la cerámica fuesen hechas, entonces el codificado puede ser
hecho inmediatamente como las observaciones son realizadas. Esta tarea una muy tediosa y
consumidora de tiempo. El proceso de codificado de los datos requiere descripciones explicitas de los
atributos así como su consistencia en las observaciones, ambas muy ventajosas para lograr una mayor
objetividad y precisión. Sin embargo una vez que los atributos son registrados en tarjetas de
computadora, estos constituyen un registro permanente de los dataos cerámicos, guardados para
estudios futuros.

El tercer paso fue el real procesamiento de los datos en la computadora en sí, produciendo dichos
resultados como los medios y modos de dimensiones, frecuencias y correlaciones, varias técnicas
estadísticas y pruebas de significado pueden ser aplicadas. Sin embargo los programas de
computadora que yo utilicé fueron parte del Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), el
cual facilitó enormemente el análisis debido a su flexibilidad y simplicidad en las operaciones posibles
involucradas.

Las estadísticas usadas para este estudio no fueron complejas, y la mayoría de las operaciones
usadas en la computadora involucraron tabulaciones descriptivas simples de varias frecuencias,
individualmente o en combinaciones (especialmente incluyendo la variable de tiempo o fase), o para
dimensiones, proveyendo el rango, la media y la moda. Desde un punto de vista estadístico, sin
embargo, si las estadísticas (y las tabulaciones) son usadas para generalizar acerca de un universo en
particular (el estilo Marcavalle, la cultura) de una muestra en especifica (cerámica de las tres unidades
del sitio), entonces la muestra debió de ser seleccionada con una técnica de muestreo probabilístico
(Ej. Muestreo aleatorio). Sin embargo, las unidades excavadas en Marcavalle no fueron seleccionadas
de esta manera, por lo tanto, las cerámicas utilizadas aquí no constituyen una muestra estadística
apropiada. Para procesos de describir las cerámicas excavadas, sin embargo, dichas estadísticas o
tabulaciones pueden ser empleadas incluso si la muestra no fue obtenida aleatoriamente. Además, no
obstante, sugiero que se pueden hacer generalizaciones derivadas de una colección específica
excavada, asumiendo que la colección es lo suficientemente representativa aunque no sea aleatoria.

Pruebas estadísticas de significado fueron raramente llevadas a cabo. En vez de eso, observaciones o
generalizaciones acerca de las correlaciones entre los atributos, o su distribución a través del tiempo,
son sencillamente verbalizadas, y en la mayoría de los casos son acompañadas por tablas mostrando
los datos relevantes. En muchos casos los resultados son claros o suficientemente obvios
empíricamente como para considerarlos por lo menos tentativamente significativos, sin una
confirmación estadística.

Más allá de la descripción, la explicación de la variabilidad cerámica, frecuencias y correlaciones es


necesaria. Debido a que una de las preocupaciones de este estudio fue la cronología, la importante
pregunta que se planteó fue si la variación de la cerámica observable representaba una variabilidad
temporal primaria. Obviamente otras variables que la descripción del tiempo cuentan para la diversidad
de la cerámica. Sin embargo, debido a que, las cerámicas son documentadas como provenientes de
diferentes contextos culturales, la variable del tiempo se asumió que era significante en el cálculo, por
lo menos descriptivamente, para la variabilidad cerámica. Casualmente, el tiempo en sí mismo, por
supuesto, explica ningún cambio o estabilidad observada, e investigaciones complementarias son
necesarias para determinar que otras variables pudieron estar operando.

En conclusión, el uso de la computadora requirió una gran cantidad de tiempo (y dinero) en establecer
un libro de códigos, y especialmente en transferir los atributos observados dentro de una forma en que
podrían ser procesados por computadora. Estos dos pasos plantearon las mayores dificultades. Sería
recomendable, el simplificar el codificado lo más posible y restringir su uso a un estudio específico en
un momento. Para el procesamiento de datos en sí, sin embargo, el uso de la computadora fue
extremadamente rápido y bastante productivo. Varias manipulaciones de computadora clara y
precisamente documentó la sospechosa que yo había establecido mientras trabajaba directamente con
el material y también revelaron resultados inesperados o presentaron otras formas de examinar los
datos no previamente consideradas. Algunos atributos considerados como potencialmente importantes
antes del análisis, demostraron ser eso, mientras que otros, no y viceversa. Sin la computadora,
muchos de estos resultados de otra manera hubiesen sido casi imposibles o hubiesen requerido
tediosas y largas tabulaciones manuales de las cantidades o dimensiones, especialmente donde el
análisis cuantitativo de los atributos fue usado para descripciones o cronología.

Entorno ambiental y recursos potencialmente utilizados

El sitio de Marcavalle está ubicado en el Valle del Cuzco, a una latitud de 13° 32’ S y una longitud de
71° 57’ W, con un altitud sobre el nivel del mar de aproximadamente 3314 m. (ver Fig. 1). Un punto de
referencia [Bench Mark] (BM 30), con una altitud de 3313.716 m está ubicado en una de las esquinas
de los edificios del sitio. El sitio se encuentra aproximadamente a 4 km justo hacia el sur este de la
misma ciudad de Cuzco, dentro del distrito de Huanchac, provincia y departamento de Cuzco.

Marcavalle está localizado sobre el lado norte de la cuenca de Cuzco, la más larga y alta de tres
cuencas que comprenden los 30.58 km de longitud del Valle del Cuzco. La cuenca de Cuzco es de
aproximadamente 14.5 km de largo y es definida desde la ciudad del Cuzco hacia el oeste, hasta el
estrecho de Angostura justo al sur este de San Jerónimo. Es continuado por la cuenca de Oropesa que
termina en el estrechamiento de Oropesa y finalmente es sucedida por la cuenca de Lucre que
concluye la cuenca de Cuzco en Rumiqolqa. El río Huatanay drena el valle del Cuzco; el piso de valle;
en Cuzco ca. 3353 m. y la parte más baja a 3048 m, cerca de la Cuenca de Lucre, donde se une con el
río Urubamba que eventualmente fluye hacia el río Amazonas. El río Cachimayo, un tributario del
Huatanay, discurre a lo largo del lado oriental de Marcavalle y separa Marcavalle de San Sebastián, el
pueblo más cercano (Fig. 4). El anillo montañoso del valle del Cuzco promedia los 4115 m.s.n.m., y las
laderas que se elevan desde el piso de valle conducen a zonas altas onduladas utilizadas para la
agricultura y el pastoreo, los pastizales de las colinas altas por encima de la línea de árboles son
llamados punas.

Marcavalle está situado en un terreno bien drenado por encima del piso plano de valle. La selección de
dicha locación por los habitantes prehistóricos fue probablemente influenciada por el conocimiento de
las probables inundaciones estacionales en el piso bajo del valle del río Huatanay. Los suelos en la
Cuenca de Cuzco tienen un pH promedio de 8.3, moderadamente alcalino, son fértiles, y habrían sido
propicios para el cultivo por los residentes de Marcavalle, sin la necesidad de irrigación. Las
precipitaciones son suficientes durante los meses cálidos de verano y las salinas cercanas al río
Cachimayo no habrían sido apropiadas para la irrigación. Los suelos son generalmente profundos y
retienen la humedad. Son suelos podzólicos marrón y plomo, esto es, suelos formados bajo
condiciones climáticas húmedas y frías, y de acuerda a Joseph Tosi, formados bajo cubierta de plantas
leñosas o bosques.

Marcavalle se encuentra dentro de una gran zona climática de vida o formación de plantas referido por
Tosi como una pradera o bosque húmedo montano. Tosi considera a esta zona extensa, dentro de las
cuales el valle del Cuzco, el Vilcanota y el altiplano del lago Titicaca forman parte, como una de las
unidades climáticas, con suelo, y condiciones topográficas favorables para el desarrollo de la
agricultura y el pastoreo.

Esta formación se caracteriza por tener aproximadamente de 500-1000 mm de precipitaciones


pluviales anuales, que se dan durante la temporada de lluvias cuando también la temperatura es más
cálida, desde los mediados de septiembre hasta los fines de abril, con mayor intensidad en los meses
de verano (noviembre a febrero para la Cuenca de Cuzco). Durante los meses más fríos de invierno de
la estación seca, lluvias ocasionales ocurren. Tosi señala que son raros los años de extremas
sequedad, mientras que aquí, son más frecuentes los años en que la lluvia excede las necesidades.

El rango anual de temperatura de esta zona climática está entre los 6° y 12°C. Aunque se deberían
esperar altas temperaturas a esta latitud cercana al ecuador, esto no ocurre debido a la gran altitud.
Estas temperaturas promedio bajas, debido a la gran altitud, en cambio reduce el potencial de
evapotranspiración, haciendo al clima húmedo. El rango anual de humedad para Cuzco, registrado por
el observatorio de la Universidad de Cuzco durante 1946-1961, fue de 61.70% fluctuando el rango
mensual de 54.75% en julio a 68.14% en febrero, y el rango anual de temperatura registrada fue de
10.33 °C con fluctuaciones mensuales que varían de 8.30 °C en julio a 11.62°C en diciembre. El rango
de temperaturas varía poco diaria o mensualmente durante el año, mientras que, las temperaturas
reales fluctúan típicamente entre los 6°-9 °C por encima y debajo de los promedios diarios. Las
heladas comienzan en mayo hasta agosto (junio y julio son los meses más fríos en Cuzco). La gran
altitud, gran número de días con heladas. Igualmente para cada 100 metros que se asciende, la
temperatura desciende 0.5 °C.

Obviamente las heladas y las temperaturas (especialmente el frío nocturno), que varía con la altitud,
afectan la actividad agrícola. A mayor altura: (1) menor cantidad de plantas cultivables se pueden
plantar, (2) se reduce grandemente la maduración de las plantas y (3) mayor reducción en calidad,
altura y densidad de la cosecha en sí. Debido a estas limitaciones para los agricultores las grandes
altitudes se convierten más efectivas coma áreas de pastoreo, al poseer pastizales adecuados para el
pastoreo de camélidos nativos. El Altiplano de Puno y las punas de Cuzco podrían caber en esta
categoría, sin embargo, papas y otros tubérculos nativos, así como la quinua, y otros granos nativos,
crecen bien en estas grandes altitudes.

La zona climática que bordea y circunda este bosque montano húmedo, zona a gran elevación es lo
que Tosi denomina páramo muy húmedo subalpino, la división sigue la isoterma de 6 °C de
temperatura media anual. La zona climática bordeando los bosques húmedos montañosos en
elevaciones más bajas es la formación sabana o bosque seco montano, que sigue la isoterma 12 °C,
tales como partes del Valle del Urubamba al oeste y norte de Cuzco.
El Valle del Cuzco yace en la Provincia Serrana del Domino Andino dentro de un área de vegetación
neotropical de la América Tropical, y es parte de la subregión de la Patagonia, o la subregión
Patagonia-Chilea, de la región Zoogeográfica Neotropical. La flora y la fauna observable de Cuzco hoy
día es diferente de aquella que existió para el periodo bajo estudio, debido a una variedad de
modificaciones hechas por los pueblos desde entonces. Por ejemplo Tosi expresa que, casi todo de
esta zona climática boscosa de bosques húmedos montanos estuvo cubierto por pequeños y densos
bosques. La fauna del Valle de Cuzco está compuesta por fauna silvestre de hábitats de bosques, y
fauna pastoral del altiplano.

Marcavalle está situado por encima de las terrazas del Huatanay sobre la formación San Sebastián, un
grupo geológico estratigráfico descrito por Herbert Gregory. Esta consiste en arenas, arcillas y calizas
lacustres formadas en el Plioceno Tardío o Pleistoceno temprano dentro y sobre las riberas del Lago
Morkill que cubría la cuenca del Cuzco a un nivel más alto que el de San Sebastián en sí.

Flujos de lava, posiblemente de fechas del terciario tardío formadas antes del último periodo glaciar,
proveen al Valle del Cuzco con recursos de rocas volcánicas. Mientras que no se han encontrado
fuentes de obsidiana, sin embargo, el mapa geológico de Gregory de Cuzco indica que lavas más
grandes de andesita y basaltos son más extensos en la Cuenca de Lucre cerca de Oropesa y
Rumiqolqa a unos 27 km de Marcavalle (sin embargo pequeñas fuentes se hallan cerca de Sierra Bella
cerca de la cuenca de Lucre y dos en dos localidades altas al noreste de San Jerónimo en Huacoto y el
monte Ichchu Orcco). No existen fuentes de rocas volcánicas extrusivas en la misma cuenca del
Cuzco.

Tanto la obsidiana como la biotita azulina hialina, o basalto micáceo, fueron encontrados como
artefactos en Marcavalle u otros desechos culturales a lo largo de la excavación en Marcavalle. Las
piezas afiladas de biotita hialina fracturada fueron especialmente abundantes, y este material de roca
fue el de uso principal en el sitio. Debido a que estas piedras volcánicas no estaban disponibles en la
Cuenca de Cuzco en sí, los habitantes de Marcavalle fueron dependientes de fuentes externas. Es muy
posible que la biotita azulina hialina fuese obtenida en la Cuenca de Lucre, donde también se dio una
ocupación Marcavalle en el sitio de Minas Pata.

Referencias históricas e información reciente concerniente a los alrededores de Marcavalle indican dos
recursos importantes que habría y continúa siendo explotado por lo menos desde los tiempos Inca, la
arcilla y la sal. Los habitantes de Marcavalle también pudieron utilizar estas fuentes de sal y de arcilla y
pudieron haber situado su sitio allí precisamente por el acceso a estas fuentes.

Mientras que el nombre del sitio Marcavalle no aparece en las crónicas (este podría no ser el nombre
original de sitio), un lugar llamado Sañu (o Sanyo) es mencionado por los cronistas como un centro
importante de producción de cerámica. Sañu ha sido originalmente ubicada como la villa de San
Sebastián (la ciudad justo al este de Marcavalle, indicado en la figura 4), pero ahora es aparente que
Sañu estaba ubicado en el lado sur de la cuenca del Cuzco opuesta a Marcavalle. El cronista Juan de
Betanzos en 1551, se refiere a Sañu como una villa a una legua (Tres Millas) del Cuzco.

El nombre de Sañu dado al asentamiento es significativo en indicar su importancia como antiguo centro
de producción de cerámica. La palabra Sañu en quechua tiene los siguientes significados y
derivaciones, como está indicado en el diccionario de Gonzales Holguín.
 Sañuallpa = Tierra para hacer loza.
 Sañutturu = El barro assi.
 Sañu = La loça cozida
 Sañutica = Ladrillos
 Sañu catana = Las aejas (sic) tejas.
 Sañu huasi = Casa de teja, u orno de tejo u ollería.
 Sañu camayoc = Ollero.

Las arcillas para cerámica en la Cuenca de Cuzco, fueron bien conocidas en tiempos Incas, y Rowe ha
indicado que “los trabajos más famosos en cerámica en tiempos antiguos fueron aquellos de…
(SANYO)…, el nombre del cual proviene un nombre general para cerámica en Quechua, tanto como
‘China’ es usado en el Inglés”. Humberto Vidal ha mencionado que la gente en San Sebastián estaba
dedicada a la industria cerámica durante los primeros años de la Conquista. Estas arcillas fueron
también utilizadas en la reciente producción de ladrillos y tejas, y en 1964, Oscar Núñez del Prado
documentó el proceso de manufactura de tejas para techo, que el observó en el distrito de San
Sebastián. Hoy día los ceramistas usan varias fuentes de arcilla en la parte sur de la Cuenca de Cuzco,
y las arcillas que aparentemente son también apropiadas han sido observadas que se dan también en
el lado norte.

El uso documentado de buenas fuentes de arcilla desde los tiempos Incas hasta el presente, sugiere
con fuerza la posibilidad que estas o fuentes cercanas fueron usadas por los ocupantes de Marcavalle,
durante el Horizonte Temprano para su propia producción cerámica. Aunque yo encontré información
arqueológica directa de dicha producción de cerámica en el sitio, investigaciones adicionales deben
probar las implicaciones de que Marcavalle se haya llegado ser un centro de producción de cerámica
para la Cuenca de Cuzco, la cerámica estaba siendo usada localmente o tal vez exportada. Los otros
dos sitios del Horizonte Temprano que excavé al sur de Marcavalle están cerca de actuales centros de
producción de cerámica.

Debido a que Marcavalle está situado muy cerca del río Cachimayo, es válido notar lo que Gregory ha
dicho acerca de este pequeño tributario.
“El mayor tributario que entra a la cuenca del Cuzco desde el norte es el río Cachimayo, [la parte superior de esta
ensenada es conocida como río Lkalla-Chaca] que se alza en las laderas glaciares, cubierta de hierba de la
división Huatanay-Urubamba a una altura de 13 500 pies [4115 m] y, después de fluir una milla de largo en la
ladera sur de las laderas de piedra arenisca que forma el borde del valle, corta un cañón de piedra caliza a través
de pampas y emerge en San Sebastián… el río Cachimayo, particularmente en su curso más bajo, está
densamente cargado con cloruro de sodio que es recuperado por evaporación en la salina del Gobierno”.

Esta salina, conocida como La Salinera San Sebastián, está aún en funcionamiento hoy en día. Están
ubicadas justo aguas arriba de Marcavalle, en el lado opuesto del río Cachimayo, y los depositos o
reservorios pueden ser observados en la Fig. 5 a. Aquí la presencia característica de la sal,
seguramente da razón al actual nombre Quechua del río, cachi significa sal y mayo significa río.

La importancia de esta fuente de sal, por lo menos durante tiempos Inca, es indicada por varios
cronistas. El padre Reinaldo de Lizárraga por ejemplo, describe los depósitos de sal de Cuzco cerca de
San Sebastián. El indicó que el agua salada era recolectada en un depósito grande, existente desde
época inca, y dentro de unos pocos días se tornaría blanco con sal. El área de las mina de sal fue
dividida en Chacaras, o pequeños campos por los indios vecinos y los monasterios. Los indios, él
declara, hacían miles de aves, leones, tigres y otros animales de sal y que eran vendidos en esas
formas. El cronista Pedro Cieza de León también menciona la misma fuente de sal, donde los
depósitos o pozos fueron usados en el proceso de extracción.

Además, una relación de 1586 por Don Francisco de Acuña indicaba que esa sal estaba siendo
exportada desde el Cuzco hacia pueblos de Chumbivilcas. Si o no, esta sal actualmente proviene de la
fuente de Cachimayo cerca de San Sebastián, es importante notar que la sal de Cuzco estaba siendo
exportada hacia áreas distantes. En adición, otro cronista, Martín de Murúa, reportó sobre la
especialización del trabajo en tiempos incas, que incluía un grupo especial de gente que trabajaba en
las minas de sal, los Cachicamayoc (Cachi significa sal, y camayoc maestro de o encargado de).

En el verano de 1971, visité las salineras de Cachimayo que son dirigidas por el gobierno a través del
Banco de la Nación. Durante la visita, un trabajador, quien había estado a cargo de las salineras por
muchos años, fue entrevistado. Él señaló que la sal no va al Cuzco, sino a Calca. Él indicó que toman
unos 45 días para que la sal se forme, expuesta al sol y sin lluvia. El sol es necesario para la
evaporación, ya que los reservorios cuadrangulares o cubas no producen sal en sombra; durante la
estación lluviosa no se puede producir sal. Una vez que toda el agua se evapora, la sal seca es
removida, de manera que cada cuba rinde cerca de 25 a 30 hasta 40 kilos de sal. Utilizando el modelo
de producción de 45 días para producir 25 kilos de sal por depósito o reservorio, sería posible producir
en 200 reservorios tres “cosechas” por temporada de 135 días, un total de 15 000 kilos (33 000 libras)
de sal. La relativamente simple técnica de evaporación, involucra la construcción de pequeños
reservorios en los cuales la sal puede ser producida, naturalmente, no habría sido requerido demasiado
equipamiento o tecnologías complejas para hacer eso. Aparentemente varias condiciones y requisitos
para la producción de sal son satisfechas en esta salinera solar. Estas condiciones incluyen un clima en
el cual la evaporación neta es mayor que las precipitaciones netas, donde una fuente de agua salada
fresca puede ser obtenida en pequeños montos, y donde el subsuelo es lo suficientemente
impermeable para controlar la perdida de salmuera necesaria para precipitar la sal.

Yo no encontré evidencia directa de explotación de sal en Marcavalle (difícil de recuperar debido a la


preservación), parece ser probable que en el Horizonte Temprano los ocupantes explotaron esta fuente
de sal para su propio uso (que pudo haber incluido la preservación de carne de camélido) así como
para la exportación o intercambio con grupos vecinos. Esta era accesible tanto en términos de distancia
así como de tecnología.

Excavación y Cronología

Se excavaron diez unidades en Marcavalle (Ver fig. 4 para sus ubicaciones): las unidades B y C fueron
excavadas entre abril y noviembre de 1966, las unidades F, G-M fueron excavadas entre mayo y
agosto de 1968. La unidad B era de 3x3 m y tenía una ampliación de 1x1.5 m en la esquina sur oeste,
la unidad C era de 3x5 m y las unidades F y J fueron cada una de 2.4 x 2.5 m. Estudiantes de la
Universidad de Cuzco, bajo mi dirección para una clase de Manuel Chávez Ballón, excavaron seis
pequeñas unidades de 1.5x2 m cada una (unidades G-I y K-M). El área total excavada fue de 55
metros cuadrados, el volumen total fue aproximadamente de 65.05 metros cúbicos. Vistas generales
del sitio y de las unidades pueden ser observadas en la figura 5.

Los depósitos de Marcavalle fueron estratificados entre el suelo natural debajo y niveles mezclados
encima. Estos ocurrieron directamente sobre suelos o afloramientos rocosos culturalmente estériles
(aparentemente parte de la formación San Sebastián) comenzando en profundidades debajo de la
superficie que variaban entre los 0.36 m (en Unidad L) a 2.5 m (Unidad F). Los niveles superiores
mezclados encima de los depósitos Marcavalle comenzaban entre los 26 cm (en la unidad L) y 75 cm
(Unidad B) debajo de la superficie y continuaba hacia la superficie. Estos niveles superiores mezclados
representaban una sobrecarga alterada, o por lo menos en parte, por siglos de agricultura y labranza;
estos contenían material cultural pequeño, generalmente desgastado o erosionado incluyendo tanto
cerámica Marcavalle y post-Marcavalle (Chanapata, K’illki, Inca, Colonial y moderna). Un complejo
perfil este-oeste del sitio (Fig. 6) muestra estos depósitos, los depósitos de las fases A-D, y el subsuelo
natural. El perfil fue hecho usando las paredes sur de las unidades a medida que fueron alineadas a lo
largo de una línea recta, coincidente con la línea arbitraria entre los puntos X y X’ de la figura 4.

Solo cerámica de las unidades B, C y J fueron utilizadas en este análisis, omitiendo aquellas de niveles
superiores mezclados para propósitos de cronología, esto debido a que solo estas unidades
proveyeron cantidades adecuadas de y de contexto para cerámica Marcavalle. La unidad F fue
descartada por que esta arrojó primordialmente alfarería Chanapata, y el relativamente escaso material
Marcavalle encontrado, estaba mezclado o asociado con este. Las seis unidades G-I y K-M, en y más
allá de los márgenes del sitio produjeron poca cerámica Marcavalle diagnostica; la inclusión de este
material no habría contribuido en gran medida al análisis. Por esta razón, la documentación detallada y
es presentada solamente para las unidades B, C y J.

El área de las unidades B, C y J fue de 30.75 metros cuadrados y el volumen fue de 41.68 metros
cúbicos. La unidad B contenía depósitos culturales a una profundidad aproximada de 1.3 metros, la
unidad C 1.2 metros y la unidad J de 1.6 -1.75 metros.

Significativamente, mientras que el área total o el volumen total excavado, fue relativamente pequeño y
limitado, la densidad y abundancia de los restos fue extremadamente alta. La excavación reveló
desechos gruesos y apiñados (los materiales frecuentemente yacían unos encima del otros) incluyendo
78,803 fragmentos y más de 34,000 huesos de animales para las unidades B, C y J solamente, junto
con restos de piedra y otros materiales, intercalados con caracoles terrestres que aparentemente se
estaban alimentando sobre materia orgánica en descomposición. Los depósitos Marcavalle, incluyendo
la cerámica asociada y otros restos, pueden ser caracterizados como estratificados, densas
acumulaciones de basura que mostraban poca o ninguna alteración. Además los depósitos Marcavalle
son depósitos primarios; esto es, no fueron depósitos secundarios como resultado de lavado o erosión.

Selección de las localidades de excavación


La prospección de superficie que fue llevada a cabo no proveyó un medio adecuado de selección de
las ubicaciones a excavar ni de la determinación de los límites del sitio, debido a dos grandes
limitaciones. Primero, el material de superficie en Marcavalle era extremadamente escaso; y segundo,
recientes alteraciones de superficie y de subsuelo fueron creadas por edificaciones (Instituto de
Menores), pozos, trincheras para canales de aguas residuales, basura moderna y pilas de ladrillos y
cultivos. Vegetación densa también apareció en algunas aéreas. Además, el sitio no tiene en él,
prominentes rasgos prehistóricos (tales como montículos, depresiones o arquitectura en pie). Sin
embargo, el área ligeramente elevada hacia la esquina suroeste de las paredes del Instituto de
Menores (visible allí desde la parte superior) fue asumida como un reflejo de la mayor acumulación de
materiales presumiblemente Marcavalle, y fue aquí que las mayores excavaciones se concentraron,
eliminando las partes disturbadas o porciones utilizadas ya mencionadas previamente. Las unidades B,
C, D, y E fueron ubicadas en esta área elevada y dentro de los muros del Instituto de Menores (para
protección de posibles alteraciones públicas y dar trabajo a los chichos del Instituto).

La selección de las ubicaciones posteriormente excavadas, fue en gran parte dependiente de los
resultados previos, y fue hecha fuera de los muros del Instituto de Menores, debido a un daño
inesperado hecho a las unidades dentro de este lugar. Las Unidades F y J fueron ubicadas en el
terreno alto y en una ubicación un tanto intermedia entre las unidades B y C. Finalmente, la ubicación
de las unidades H, I, K, L y M sobre el lado este del sitio fue principalmente para determinar allí los
límites del sitio, para obtener información en el lado donde un proyecto de construcción finalmente
destruiría el área, y tener la primera experiencia de campo de los estudiantes de la parte principal y
más profunda del sitio. La selección de donde excavar, nunca fue hecha usando técnicas de prueba
probabilísticas y desde un punto de vista estadístico, ello plantea limitaciones sobre las
generalizaciones resultantes.

Excavación

La excavación fue llevada a cabo usando badilejo y tamizando, siguiendo estratos naturales (basado
principalmente sobre diferencias en el color de tierra, textura, o inclusiones). En algunos casos las
capas naturales fueron subdivididas en arbitrarias. Los estratos naturales fueron recuperados y
designados como lotes, principalmente porque muchos no eran capas horizontalmente continuas como
el término estrato parecería sugerir. Por lote, se enciende una división natural de la excavación (o una
porción arbitraria de una división natural), incluso una capa (nivel) o estrato, lente o rasgo (como un
hoyo, un piso, o entierro, etc.). El número de lote indica la procedencia de excavación o el contexto
para todo lo cultural (artefactos) y materiales culturales relacionados (restos de esqueleto humano,
fauna no modificada, flora, carbón, polen, muestras de suelo, etc.)

La descripción detallada de todas las unidades excavadas, sus lotes, e interpretaciones de sus
secuencias deposicionales, puede ser encontrada en Chávez (1977, 111-147). Un breve resumen de
los depósitos de las unidad B, C, y J es proporcionad abajo. Los perfiles de estas unidades excavadas
aparecen en las figuras 7 a 9. Mientras los planos de unidades no son proveídos aquí, los detalles
fueron hechos mostrando la distribución de los restos culturales y materiales culturales relacionados
dentro de los lotes y los límites de los lotes.

Todos los lotes subyacentes al lote superior mezclado 1 B/1 de la unidad B fueron designados como
pertenecientes a la fase A (a ser explicado en la siguiente sección; ver la figura 7). El rasgo excepcional
encontrado en la unidad B de la fase A, fue un muro de adobe conservado de 1.5 m de longitud y 0.5 m
de altura, orientado de este a oeste, que representó una construcción de alguna clase, quizás una casa
(figura 10). Este muro de adobe apareció a lo largo del perfil sur de la unidad, y la extensión de la
unidad B hacia el sur, claramente reveló estratigrafía diferente a cada lado de la pared de adobe. La
diferencia en la estratigrafía comenzó después 1 B/16 y 1 B/18A fueron ubicados abajo, por lo que el
muro de adobe parece post-datar el depósito que representa a dos lotes. La construcción del muro de
adobe pre-data, es anterior a la deposición de 1 B/2D que fue el primer lote claramente en depositarse
contra la pared de adobe. El lote B 1/2 E era un piso, y si ese piso se relaciona con la pared de adobe,
entonces la pared sería por lo menos tan antigua como el piso. El piso 1 B/E2 tal vez sea una
renovación de un antiguo posible piso (1B/9) que también pueden tener relación con la pared de adobe.
Sugirieron que la zona al norte de la pared de adobe fue la estructura interior y que los lotes 1 B/4 y 1
B/7, que representan quema, puede ser el colapso del techo quemado. Más basura parece haber
aparecido al norte de la pared que hacia el sur, y no se encontró piso al sur. El fuego agrieto la roca y
restos de huesos de camélido se hallaron en los lotes de la unidad B. Los "eventos" en el norte de la
pared de adobe parecen haber tenido lugar durante un período de tiempo relativamente corto, si el
depósito se relaciona con el uso de la construcción. La relativa uniformidad del material cultural y dos
fechados de radiocarbono apoya la observación.

En la unidad C, los depósitos más tempranos pertenecen a la Fase B, comenzando con la construcción
de una estructura de adobe directamente en el subsuelo estéril (ver Figura 8). La pared de adobe,
conserva una longitud de 2,40 - 2,05 m, fue orientada de norte a sur y pudo observarse en el perfil
oeste dentro de la unidad 1 C/7 con tierra negra suelta de 1 C/10 debajo y entre los adobes. Es
probable que haya sido un muro adosado a este y con orientación este a oeste, puesto que los estratos
más al norte de donde habría estado, difieren de los del sur. Lotes 1 C/22 y con mayor claridad el lente
1 C/21 parecía traslaparse hasta el sur, mientras que el lote 1 C/7 fue en apariencia más homogéneo al
norte. Otro muro de piedra y adobe fue situado al sur de la primera estructura y con orientación norte -
sur, se asoció con un "canal" del lote 1 C/21 A. Un piso, en el lote 1 C/18 (y asociada 1 C/18A y 1
C/18B), fue construido sobre 1 C/21, pero su extensión original no se conocía puesto que fue cortado
en adelante. Algunas evidencias de quema aparecieron en la parte superior del piso (1 C/17). Al
parecer, después el piso fue cortado, 1 C/16 y 1C /20 fueron depositados durante la Fase B.

Más tarde, los lotes fueron designados como pertenecientes a la fase D, incluyendo la ceniza 1 C/9
(teniendo un alineamiento asociado de o piedra, norte - sur) que continuó hacia el oeste como 1 C/14 y
ambiguamente en el lote 1 C/19. Los lotes superiores mezclados incluyen 1 C/1, 1 C/2 y 1 C/2ll.

En la unidad J, las actividades se iniciaron con la Fase B, cuando los habitantes prehistóricos cortaron
el lecho de la roca, en la parte sur de la unidad (ver figura 9). La parte superior de los depósitos 1 F/11
a 1 J/11B tienden a completar el relleno de este corte y hacen la superficie total relativamente
horizontal. Sin embargo, todos los lotes por encima de 1 J/11 a 1 /2C tendieron a descender hacia sur
sobre el corte del lecho de roca, indica allí suavidad soltura que contrasta con la sección más alta del
norte que cubre el lecho de roca sin cortar. Depósitos de la Fase C, empiezan con 1 J/10 que
posiblemente contenía trazas de adobes debido a restos de hierba en algunas partes del mismo y su
dureza y contornos superiores irregulares. El lote 1 J/ 5 contenía abundantes rocas y restos culturales.
Es posible 1 J/5 fuese un "piso" asociado con los adobes de los lotes 1 J/4 y 1 J/5A, que se
encontraban sobre o dentro de 1 J/5. Sin embargo, en 1 J/5 no se endurecieron o compactaron como
un piso. Un pozo, en el lote 1 J/5C, se colocó probablemente durante el tiempo de 1 J/3D (y 1 J/3E) o 1
J/3C, y cortado a través de las capas inferiores, incluyendo 1 J/5. Lotes 1 J/1, 1 J/2, 1 J/2 A, y 1 J/2 B
fueron lotes superiores mezclados.

El establecimiento de cuatro fases cronológicas para la cerámica Marcavalle

Por fase, entiendo una subdivisión temporal de, aquí, el lapso de existencia de la cerámica Marcavalle
pre-Chanapata, una fase de cerámica está basado en la cerámica con contenidos suficientemente
distintos en un grupo aproximadamente contemporáneo de capas naturales secuencialmente
estratificadas (recuperados como lotes en la excavación). La secuencia cerámica de cuatro fases fue
basado en una combinación de evidencia e información que incluye: (1) La posición estratigráfica de la
cerámica de las unidades B, C, y J en Marcavalle, basado en la superposición de lotes subsiguientes y
su contenido de cerámica correspondientes. A la superposición se le dio prioridad como más fiable o
crucial en la obtención de la cronología donde fue posible hacerlo. (2) La comparación de la cerámica
de cada lote sobrepuesta con aquellos de otros lotes en la misma unidad y con aquellos de otras
unidades. (3) comparaciones externas de la cerámica Marcavalle con las que se encuentran en la
secuencia estratigráfica en Pikicallepata. (4) Las fechas de radiocarbono asociadas, (5) pero en menor
grado, fragmentos que encajan de un lote a otro.

Como se verá, por lo tanto, estratigrafía, seriación y datación cruzada fueron las técnicas de datación
utilizada para obtener la secuencia relativa, y la datación por radiocarbono proporcionó la cronología
absoluta o cronometría de la misma. Estas técnicas combinadas eran necesarias debido a dos
dificultades que se encontraron para caracterizar los depósitos de Marcavalle: (1) La aparición de la
"estratigrafía horizontal", es decir, la secuencia completa no estuvo presente verticalmente en cualquier
lugar único excavado. Cada unidad excavada sólo produjo una secuencia parcial, incompleta, una
situación que fue descubierta cuando las comparaciones de la cerámica excavada fueron hechas y
apoyadas por las fechas de radiocarbono. La secuencia total tuvo que ser obtenida de manera
compuesta usando depósitos (y sus contenidos) de diferentes edades que en general fueron
horizontales y discontinuamente distribuidos en el sitio. Por otra parte, ninguna unidad dio claramente
tanto cerámica Marcavalle como Chanapata, en secuencia estratigráfica no disturbada. El perfil
compuesto este - oeste del sitio (hecho después que las fases habían sido determinadas) se muestra
en la Figura 6, ilustra la estratigrafía horizontal encontrada.

Tal estratigrafía "horizontal” es aparentemente debido a que el asentamiento cambió en el sitio durante
el tiempo, o que un solo asentamiento se distribuye de forma discontinua sobre el lugar en un momento
dado. Otra posibilidad menos probable podría ser que los posteriores ocupantes destruyeron los
depósitos más tempranos en ciertos lugares crearon vacíos en la secuencia.

(2) Las ausencias evidentes de ruptura deposicional en el estrato, tales rupturas habrían indicado, en
suelos con deposición, que los lotes secuenciales podrían haber sido agrupados representando
aproximadamente extensiones contemporáneas en el tiempo. Sólo el subsuelo estéril por debajo de los
depósitos naturales de Marcavalle ha sugerido esas interrupciones, incluso la separación de lotes
mixtos altos sin alterar de Marcavalle, dependía del contenido de cerámica de las capas en lugar de
una clara ruptura deposicional.
En consecuencia, estas dos dificultades plantean problemas cronológicos. Una de ellas fue el problema
de saber cuál es la secuencia deposicional de los lotes que podrían combinarse en grupos de lotes que
podrían ser considerados como la representación de periodos cortos de tiempo, o fases, en la ausencia
de claras rupturas deposicionales. El otro problema fue colocar tales grupos de lotes en orden
cronológico cuando la secuencia completa no estuvo representada en ningún lugar excavado.

Específicamente, el procedimiento que seguí para resolver estos problemas y establecer la secuencia,
puede ser resumido de la siguiente manera. Un examen preliminar lote por lote de la cerámica de las
unidades B, C y J fue realizada en el laboratorio después de la excavación, para determinar cuál
secuencia deposicional de lotes, con su contenido podría ser designado para representar un período
relativamente corto de tiempo o de una fase cronológica. La cerámica de cada lote fue comparada con
los de otros lotes dentro y entre las unidades, y todos los lotes superiores mezclados fueron eliminados
para fines de establecer la cronología. Las semejanzas relativamente obvias o excepcionales y las
diferencias de atributos de la cerámica fueron usadas, así como tiestos que encajan entre lotes que
parecían indicar la contemporaneidad de sus respectivos lotes.

Cuando la cerámica procedente de un grupo de lotes en secuencia deposicional, fueron percibidos


como suficientemente similares para ser considerados como aproximadamente contemporáneos, luego
sobre el papel estos lotes con sus contenidos fueron agrupados juntos y se considera que representan
una de sus subdivisiones temporales que constituyen una fase. Del mismo modo, cuando la cerámica
de un grupo diferente de lotes deposicionalmente secuenciales se percibió como suficientemente
distinto de los materiales cerámicos, fue considerada como temporalmente diferente, entonces este
grupo de lotes y su contenido fue designado como la constitución de una fase separada. Cuatro
agrupaciones de secuencias de lotes fueron percibidos que se producen y por tanto representa cuatro
fases:

1. Los lotes de la unidad B (que más tarde fue designado como Fase A)

2. Los lotes inferiores de la unidad C y unidad J (más tarde fue designado como Fase B)

3. Los lotes superiores de la unidad J (más tarde fue designado como Fase C)

4. Los lotes superiores de la unidad C (más tarde fue designado como Fase D)

Después de este examen preliminar de la cerámica fuese hecho y los cuatro grupos designados,
entonces el ordenamiento cronológico de los cuatro grupos había sido resuelto. Donde un grupo de
lotes (con su cerámica) se superpone sobre otro grupo, sus edades fueron evidentes. Pero cuando un
grupo de lotes apareció solo (como en la unidad B), o donde no parece haber una brecha entre los
grupos (como en la unidad C), entonces la seriación de la cerámica de distintas agrupaciones de lotes
secuenciales, datación cruzada, y fechado de radiocarbono tuvo que ser utilizado, como se indica a
continuación.

Las cuatro agrupaciones de lotes ordenados cronológicamente en cuatro fases sirvieron de base para
el análisis cualitativo y cuantitativo detallado de los atributos de la cerámica y combinaciones de
atributos, usando computadora. Este análisis puede ser considerado como descriptivamente refinado,
de manera más explícita y objetiva, cuantificando, y en muchos casos aumentando el contenido del
marco de la fase original. Sin embargo, este análisis detallado, no podía y no confirmó de forma
independiente la existencia de los grupos originales algo más subjetivo de lotes secuenciales (con su
cerámica), ya que ninguna agrupación alternativa de lotes secuenciales ni secuencias cronológicas
alternativas de ellos fueron propuestas. Mientras que todos los datos en este artículo se presentan por
fase, el lector puede referirse a mi tesis para obtener datos que se presentan lote por lote.

Finalmente, aunque el agrupamiento de cuatro lotes se considera como representantes de lapsos


cortos de tiempo o fases, se basaron en la cerámica distintiva que contenían, el resultado de cuatro
fases secuenciales de cerámica puede ofrecer también una cronología de trabajo para el material no
cerámica asociado. Los restos no cerámicos, en contraste con la cerámica, son demasiado escasos o
parecen carecer de suficiente variabilidad para servir de base para derivar bien las subdivisiones
temporales. Los restos no cerámicos presentados abajo, luego fueron ordenados cronológicamente,
de acuerdo a la secuencia cerámica distinguida de cuatro fases.

La forma en que los lotes se combinaron para designar las fases necesita una descripción más
detallada:

Fase A. Cerámica de los lotes de la unidad B (omitiendo los lotes superiores mezclados) parecen ser
relativamente homogéneos y suficientemente diferentes como para ser considerada como una fase
separada. Las comparaciones con la cerámica de las unidades C y J indican, por ejemplo, que no
había tiestos pintados crema sobre marrón, una gran cantidad de pasta # 7, frecuentes recipientes
cuadrados, y sin hematita especular sobre las ollas. Tanto los fragmentos encaja entre los lotes y los
dos traslapan fechas de radiocarbono para la unidad B contaminadas en lotes combinados indicando
que sean más o menos contemporáneos.

Sin embargo la posición cronológica de la cerámica de la unidad B, no se pudo determinar por razones
estratigráficas. Antes que las fechas de radiocarbono estuvieren disponibles, tenía la hipótesis sobre
cerámica de la unidad B que era más temprano sobre la base de dos líneas de evidencia:
Primero, la comparación del material estratificado de cerámica de Pikicallepata mostró que son más
similares a la cerámica de los niveles más bajos, especialmente en decoración, tal como la ausencia de
decoración pintada crema sobre marrón y la presencia de incisión que delinea zonas pintadas de rojo.
Sobre esta base comparativa externa (datación relativa cruzada), la cerámica de la unidad B (carece de
crema sobre marrón y tiene zonas pintadas de rojo delineado incisión) sería el pre-fechado más
temprano, de cerámica crema sobre marrón que sigue en los niveles superiores de Pikicallepata.
Segundo, por motivos de seriación interna la cerámica también, parece ser más temprana en el tiempo
relativo, más que en cualquier posición temporal de otro tipo. La seriación se basó en observaciones
cualitativas muy generales, tales como la forma de los bordes de las ollas en comparación con los de
las unidades C y J, así como en las tardías ollas Chanapata, y, no tan fiable, la falta de hematita
especular en ollas de cerámica de la unidad B (posiblemente sería más lógico colocar como más
temprano en vez de más tardío, si se podría suponer que con la introducción del crema sobre marrón
en tazones tardíos, la hematita especular ya no sería "especial" y también sería usado en ollas)

En efecto el análisis de computadora detallado indica con mayor claridad que la cerámica de la unidad
B es más similar a la cerámica de la fase B, a su vez, la cerámica de la fase B se produjo en los lotes
inferiores de ambas unidades C y J y, por tanto, tiene posiciones estratificadas indicando que son más
tempranos de lo que fueron designados como cerámica de la fase C y D. Por último, los dos fechados
de radiocarbono proporcionaron el apoyo adicional para la asignación de la cerámica de unidad B a la
más temprana posición temporal, ya que eran los más antiguos de la serie.
Fase B. La cerámica de los lotes inferiores de ambas unidades C y J fueron muy similares entre sí, y al
mismo tiempo lo suficientemente diferentes de la cerámica estratificada en los lotes por encima de
ellos, y diferente a cerámica de la unidad B. Por ejemplo, la pintura crema sobre marrón, así como
pintura de hematita especular se produjo en ollas, diferenciándose ambas de la cerámica de la unidad
B, ciertos elementos del diseño predominaron, tales como elementos escalonados, mientras que otros,
tales como motivos zoomorfos están ausentes, distinguiéndolos de la cerámica estratificada por encima
de ellos, y no hubo color marrón oscuro profundamente ranurado o cerámica pintada negro sobre
crema, como ocurrió en los lotes más tardíos. Los fragmentos que caben a las unidades C y J
ayudaron a la agrupación de los lotes inferiores, al igual que la comparación de la cerámica de lotes
"intermedios" hacia abajo y encima de ellos.

La posición estratigráfica de estas cerámicas por debajo de los designados como pertenecientes a la
Fase C (en la unidad de J) y Fase D (en la unidad C) indica claramente su edad relativa de ser pre-
Fase C y D: Mientras que no se ha obtenido fechado radiocarbono para estos lotes, los vacíos en la
serie de radiocarbono para Marcavalle también señalan su posición entre los años 1000 a.C. y 800/700
a.C. es decir 900 a.C.

Fase C. La cerámica de lotes superiores de la unidad J fueron designados como la fase C y estuvieron
estratigráficamente por encima y más tarde en los lotes inferiores de la Fase B.

Fase D. La cerámica de los lotes superiores en la unidad C fueron designados como la fase D y
estuvieron estratigráficamente encima y más tardío que los lotes inferiores de la Fase B. Si bien hubo
algunas semejanzas entre la cerámica de la Fase C los lotes de la unidad J y de los lotes superiores de
la unidad C (por ejemplo, motivos zoomorfos y cerámica color marrón oscuro profundo acanalado se
produjo en ambos, aunque con menos frecuencia en los lotes de la unidad C), hubo marcadas
diferencias, así (por ejemplo, las cantidades regulares de color negro sobre crema, rojo ciruelo (plum
red) sobre crema, y formas de cuencos curvados hacia adentro en la cerámica de la unidad C). Las
fechas de radiocarbono apoyaron la decisión de hacer lotes superiores de la unidad J y C distintos, con
las designaciones de la fase secuencial, los lotes superiores de la unidad C de la Fase D vienen a ser
posteriores en el tiempo.

Una palabra de advertencia necesita ser añadida aquí. Para efectos de establecer la cronología, las
variabilidades cualitativas y cuantitativas observadas en la cerámica han sido asumidas para reflejar o
ser básicamente, explicable como diferencias de tiempo. Sin embargo, además del tiempo, otras
variables podrían dar cuenta de la variabilidad de la cerámica cualitativa y/o cuantitativamente,
incluidas las diferencias en las actividades de hombres/mujeres, en actividades estacionales, variación
grupos sociales sin rango (por ejemplo, grupos o no de parentesco) diferencias en la edad relativa las
actividades relacionadas, pública/privada o actividades especial de función (económica, religiosa,
política o funciones especiales, tales como el almacenamiento o la cocina). Tales actividades pueden
requerir diferente cerámica o cantidades de las mismas en cualquier punto determinado en el tiempo o
ubicación en el sitio. En realidad, sin embargo, múltiples variables podrían haber operado para producir
la gran variedad de cerámica dejado por los habitantes en cualquier momento y lugar en el sitio,
además, el tiempo per se, obviamente, no explica por qué los cambios pudieron producirse.
Además, he tendido a suponer que la cerámica analizada es representativa de la ocupación completa
de cualquier fase dada. Sin embargo, debido a que esta cerámica no fue recuperada mediante técnicas
de muestreo probabilístico, entonces estadísticamente la suposición no es técnicamente fiable. Donde
excavé dentro del asentamiento podría afectar la variabilidad cualitativa y/o cuantitativa en la cerámica,
dependiendo de las actividades, y por quién, se llevó a cabo a través del tiempo. Sin embargo, la
cronología de la cerámica y la descripción de las semejanzas y las diferencias o cambio y estabilidad
de fase por fase, respalda hasta que nuevas evidencias proporcionen mayor claridad en cuanto a qué
variables podrían explicar la variabilidad observada en la cerámica.

Las fechas radiocarbónicas: Su implicancia en la cronología y origen de Marcavalle

Diecinueve fechas radiocarbónicas fueron obtenidas de muestras de carbón vegetal de los tres sitios
originalmente excavados – Marcavalle, Pikicallepata, y Qaluyu. Estas fechas sin calibrar se muestran
gráficamente en la Fig. 3, con un rango de desviación estándar, y basada en la vida media de 5730
años. En general todas, pero dos fechas (de Pikicallepata, P-1591 y P-1589), fueron internamente
consistentes, y en un orden relativo esperado para cada sitio respectivamente.

Marcavalle

Cultura Marcavalle. Fase A. Dos fechas (P 1566 y P 1567) de dos lotes de la Unidad B se traslapan
en sus rangos, lo que ayuda a confirmar la contemporaneidad de los lotes de la Fase A; estas fechas
también ayudan a ubicar la cerámica de la Fase A como la más temprana ene la secuencia alrededor
de 1000 a. C.

Fase B. No fueron obtenidos fechas para estos lotes porque las muestran enviadas para ser
analizadas fueron muy pequeñas. Sin embargo el vacío de fechas entre la fase A y la Fase C indica
una fecha de aproximadamente de 900 a. C. para la fase B (aproximadamente entre 866 *- 948 d. C.).

Fase C. Dos fechas (P-1563y P1564) fechan la Fase C en aproximadamente 800 a. C.

Fase D. Una fecha (P-1562) ubica a la fase d en aproximadamente 700 a. C. A causa de la pequeña
cantidad de carbón disponible, la fecha estuvo basada en carbón combinado de cuatro lotes, sin
embargo, todos ellos fueron de subdivisiones arbitrarias de un estrato natural.

Una fecha de 744 ± 118 a. C. (GX-0453, mi conversión a una vida media de 5730) fue derivada de la
unidad de barreda y Lyon (Pozo 1) cerca de mi unidad C, Esta cae dentro del rango de mis tres fechas
para las fases C y D (P-1562 a P-1564). La fecha GX-0453 fue basada en hueso quemado,
probablemente llama y venado, provienen de una profundidad de 60 a 85 cm y estaba asociado con
fragmentos del estilo Marcavalle.

Cultura Chanapata.- Las fechas P-1560 y P-1561 de aproximadamente 200 a. C. son asociadas con
cerámica Chanapata Derivado, alguno fragmentos como Pacalla-mocco, sin embargo, hay algunos
fragmentos Marcavalle presentes, probablemente represente mezcla prehistórica a causa de un
extenso pozo prehistóricamente excavado. Estos datos probablemente correspondan a la ocupación
Chanapata tardía y la cerámica difiere de la cerámica Chanapata la que proviene del área removida por
buldozer al oeste dentro del muro de perímetro que encierran el Instituto de Menores de Marcavalle.
Otras fechas disponibles para material Chanapata del sitio de Chanapata es más temprana (mi
conversión a la vida media de 5730): 646±155 a.C. (N-89) y 481±783 a.C (N-90) y la fecha
evidentemente demasiado temprana de 1480±247 a.C (GX-203).

Pikicallepata

Desafortunadamente, los niveles más inferiores no fueron fechados a causa de la insuficiente cantidad
de carbón. La cerámica de estos niveles más bajos son muy similares a la cerámica Marcavalle de la
Fase A, y están estratificadas debajo del lote que tiene la más temprana fecha radiocarbónica de las
series Pikicallepata que podría ser tan temprana como ca. 1186 a.C.

Qaluyu

Cultura Qaluyu.- Los datos puedes ser comparados con dos obtenidos en 1965 de un pozo de prueba
en Qaluyu hecha por Alfred Kidder II y Manuel Chávez Ballón (mi conversión a la vida media de 5730):
640±117 a.C. (P-155), y 1093±124 a.C. (P-156). Sin embrago, se esperaba que las dos fechas sean
aproximadamente de la misma edad. La fecha P-156 cae dentro del rango de traslape de mi fechas P-
1582 y P-1584, mientras que la fecha P-155 es tardía, pero corresponde a un tiempo cuan do Qaluyu
existía. My fecha P-1585 es la más temprana de todas las fechas, y mientras esta puede ser anómala,
tengo la convicción que es confiable, basada en la naturaleza de la cerámica asociada y la existencia
de otras fechas comprables para la temprana ocupación con uso de cerámica en el altiplano Boliviano.
La tres fechas son específicamente relevantes, una viene a ser la más temprana de Chiripa y dos fecha
a la cultura Huancarani (mi conversión a la vida media de 5730): 1379±134 a.C (P129) para Chiripa,
1248± 62 a.C. (P1134) de Sokotiña y 1305± 113 a.C. (Gak-1307) de Huancarani.

Cultura Pucara.- La fecha 1581, que data la ocupación Pucara en Qaluyu, cae bien dentro del rango
de otras fechas para la cultura Pucara del mismo sitio de Pucara.

La significancia de cinco fechas pre-Chanapata Marcavalle se encuentran proveyendo una estrecha,


cronología absoluta consistente para las ocupaciones con uso de cerámica más tempranas en Cuzco.
Aunque, las fechas más tempranas para Marcavalle son tardías que las más tempranas fechas de
ocupación con uso de cerámica más al sur como en Pikicallepata, Qaluyu, y sitios de Bolivia. Esta
situación no se esperaba, asumiendo una migración de norte a sur de pueblos usando cerámica, o
dispersión del uso de cerámica, desde la sierra o costa desde el nor/noroeste de Cuzco, y luego a sitios
más al sur. Una hipótesis concerniente al asentamiento humano en la sierra sur puede ser formulado:
los habitantes más tempranos con uso de cerámica ocuparon primero áreas hacia el sur de Cuzco,
aproximadamente en 1400 a.C. y luego en aproximadamente 300-400 años se expandieron al norte
como “pioneros” dentro del valle de Cuzco previamente sin ocupación en aproximadamente 1000 a.C.

Esta hipótesis, sugerida por los fechados radiocarbónicos, sin embrago, es apoyada por el momento
por evidencia negativa: (1) No ha sido encontrado material Marcavalle hacia el norte de Cuzco (p. ejm.
en la pampa de Anta), hasta donde conozco; (2) No han sido encontrados sitios pre-cerámicos en el
mismo valle de Cuzco. Aunque son conocidos en otros sitios del departamento de Cuzco y Puno. Estas
ausencias, sin embargo, pueden ser debido a la alteración causada por ocupaciones tardías,
especialmente Inca, o por falta de investigación arqueológica, con estos restos en la mente.

Los restos no-cerámicos. Un breve sumario con implicaciones para la economía, interacción
y asentamiento.
El fechado de los restos no-cerámicos ha dependido de la cronología cerámica de cuatro fases que
será mencionado de aquí en adelante, y ya discutido en los apartados precedentes. Los restos no-
cerámicos contribuyen considerablemente a la interpretación y comprensión dela sociedad Marcavalle
y provee una base para delinear su temprana adaptación, subsistencia, utilización de recursos, e
interacción con otras regiones. Estos restos complementan la evidencia cerámica, especialmente para
las dos fases más tardías. En esta sección solamente se describirán estos restos, y adicionalmente,
estudios más detallados están en curso para futuras publicaciones.

Restos de flora

Los restos de flora excavados de Marcavalle, incluye el maíz carbonizado y especímenes de frijol. Los
especímenes de frijol fueron identificados por el Dr. Lawrence Kaplan como Phaseolus vulgaris o frijol
común. 2 Él indicó que dos variedades parecen estar presentes, ambos más grandes que las silvestres
P. vulgaris y ambos dentro de la gama de variedades cultivadas. Un tipo fue la variedad frijol rojo
(kidney bean), mientras que el otro tiene una semilla gruesa, redonda y fue menos comparable a los
otros granos peruanos que él había visto. Estos restos de frijoles vinieron de la Fase C fechado
alrededor de 800 a.C y de los residuos relacionados a Chanapata alrededor de 200 a.C. 3

El maíz fue identificado para mí por el Dr. Hugo C. Cutler, 4 como procedente de un grupo general
llamado Altiplano. 5 Los especímenes varían en tener 12 a 32 hileras de granos, la mayoría tenía
alrededor de 14 filas. Indicó que este grupo puede dividirse en numerosas y intergrading formas (Nota
del traductor: intergrading, fusionar progresivamente uno con otro a través de una serie continua de
formas intermedias) y aquellas mazorcas algo similares han sido descritas por A. Grobman y otros
como proto-confite morocho y confite Iqueño. 6 Señaló que los especímenes son probablemente como
los de las excavaciones de MacNeish, en Ayacucho, Perú, estudiado por W. C. Galinat, e informó que
pertenecen a la fase de Chihua alrededor de 4300-2800 a.C. 7

Galinat propone que ese tipo de maíz podría representar una domesticación independiente del maíz en
los Andes, en lugar de venir de Mesoamérica. Cutler adicionalmente observó que la mayoría de los
tipos identificados en Marcavalle se cultivan hoy en día en las zonas aledañas. Estos especímenes de
maíz provinieron de la ocupación relacionado a Chanapata excavado en la unidad F y fechado
alrededor de 200 a. C.

Ya sea que maíz o frijol o ambos estuvieron ausentes en otras fases de Marcavalle no excluye la
existencia de la agricultura en esos tiempos. Sin embargo, la contribución positiva es que en
Marcavalle hay evidencia directa de frijoles domesticados por lo menos de la fase C, ca. 800 a. C., y el
maíz, al menos en Chanapata, ca. 200 a. C.

Restos de fauna

2
Dr. Lawrence Kaplan, of the Department of Biology, University of Massachusetts, Boston, kindly made the identification in 1970.
3
Dr. Lawrence Kaplan, of the Department of Biology, University of Massachusetts, Boston, kindly made the identification in 1970.
4
Dr. Hugh C. Cutler, Curator of Useful Plants, Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, kindly identified the specimens in 1971.
5
Dr. Hugh C. Cutler, Curator of Useful Plants, Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, kindly identified the specimens in 1971.
6
Grobman, Salhuana, and Sevilla 1961: 76-78.
7
MacNeish, Ndken-Terner, and García Cook 1970: 38.
Los restos de fauna son especialmente abundantes y bien conservados en Marcavalle. Para las
unidades de excavación B, C, J y hubo 34.483 fragmentos. La distribución de restos de fauna por fase
está dada en la Tabla 1.

Fase A Fase B Fase C Fase D


(%) (%) (%) (%)
Camelid camélidos 96.6 93.9 83.9 92.3
Cervid (deer) venado 2.7 4.3 4.6 6.1
Felis (native wild cat) gato salvaje nativo .3 .6 .1
Canis .1 .2
Cavia (guinea pig) cuy 1.7 .2
Small rodent roedor pequeño .1 .3 5.1 .4
Bird ave .5 .9 3.7 .5
Bufo (toad) sapo .2 .1
Unidentified no identificado .1 .3
Total % 100 100 99.9 99.9
Número total de huesos 887 329 1231 919
Tabla 1.- Distribución de los restos de fauna en Marcavalle por fases (basado en la comunicación personal con la Dr. Elizabeth S. Wing
1976; % =% del número total de los huesos identificables; el diente de pecarí de la fase D ha sido omitido aquí).

Estos restos fueron identificados y cuantificados, y estimada su edad por la Dra. Elizabeth S. Wing.8
Los restos de fauna de Pikicallepata y Qaluyu también fueron incluidos en su estudio. Ella estaba
impresionada con la cantidad de restos y su excelente condición física, superior a la mayoría de las
colecciones de otras excavaciones que examinó. Sus conclusiones acerca de los restos de fauna en
Marcavalle fueron los siguientes:

1. Una excepcional alta frecuencia de camélidos en el sitio (83.9 a 96.6% con respecto a todos), en
marcado contraste con otros sitios contemporáneos en la sierra. En Pikicallepata, por ejemplo, los
camélidos fueron sólo 40-56%, y en Qaluyu en el altiplano, un hábitat natural muy importante de
los camélidos, alrededor del 34%.9 Las frecuencias de Marcavalle son comparables con los sitios
Inca o en lugares donde el pastoreo está claramente documentado y fue de gran importancia
económica. Ella cree que esto, y las conclusiones más adelante expuestas, sugiere fuerte
dependencia en el pastoreo de camélidos en Marcavalle.
2. Respecto al tamaño, Wing señaló que Marcavalle, Pikicallepata y Qaluyu

"... la relación de camélidos grandes a pequeños es alrededor de 3-4 grandes por cada animal adulto pequeño,...
sobre todo en Marcavalle los camélidos grandes están en el extremo mayor de su gama y el pequeño en el
extremo pequeño de la gama. En otras palabras, las dos clases de tamaño son más evidentes aquí que la
observada en otras muestras ya sea de Ayacucho o Huánuco. Esto podría significar que la domesticación ha
seguido avanzando o el proceso ha estado operando por más tiempo."10

3. Marcavalle sobresale en contraste con otros sitios contemporáneos en tener baja diversidad de
especies y la equidad (cuantificado por Wing utilizando fórmulas particulares). Es decir, estas son
medidas del grado de dependencia de un solo animal, pocas especies de animales están

8
Dr. Elizabeth S. Wing, Zooarchaeologist at the Florida State Museum University' of Florida, Gainesville, kindly examined the entire collection in 1971 She
made the analysis as part of her own National Science Foundation grant. (Utilization of Animal Resources in the Andes, NSF GS 30 21), Some of her
research, including my material, has already been reported (Wing 1972, 1973.1,1 '17:1 b, 1'11'1, 1977 a, 1977 b, and 1978).
9
Even the relatively nearby site of Minas Pata (27 km from Marcavalle) had camelids only 45 % of the faunal remains (and 9.11 % cavia, 46 wild spices),
from the lowest levels of about 1000 B.C.-A.D. 400 (Wing 1978: 169).

10
Wing, personal communication, 9/8/72.
representadas y predominan en cantidades de uno o dos de estas especies. Además, estos sitios
con baja diversidad de especies y equitability (equidad) también tienen principalmente dos
grandes herbívoros presentes (venado y camélido), Marcavalle es un ejemplo. Wing, argumenta
que tal fauna es generalmente de comunidades de pastores o comunidades que usan animales
de rebaño, cuando hay una gran dependencia de los grandes mamíferos también hay una baja
diversidad de especies presentes. 11
4. Wing, determinó que en Marcavalle una moderada proporción de camélidos jóvenes (juveniles)
ocurrió en (39 - 41%). Ella declaró: 12
"Uno esperaría que si todo o la mayor parte del rebaño se mantuvo para la carga o lana, la estructura de
edad de los animales sacrificados sería predominantemente de los animales viejos, mientras que, si eran
principalmente animales para carne más animales jóvenes serían sacrificados".

La proporción de camélidos jóvenes en Marcavalle (y otros sitios), sugirió que podría indicar "... un uso
integrado multipropósito de los rebaños tanto para bestias de carga, alimentos, y sacrificio." 13 Un sitio
(Pachamachay) tiene 56% de camélidos juveniles y ella sugirió que el sitio fue un centro de producción de carne,
y "Suponiendo pariciones entre noviembre y diciembre [durante la temporada de lluvias] como es habitual ahora,
la muerte se habría producido durante la mitad de la temporada seca: Esto habría sido ideal para la preparación
de charki...”14

La pregunta que surge es por qué Marcavalle (Fases A-D) mostraron dependencia mucho mayor en el
pastoreo de camélidos domésticos que otros sitios contemporáneos. Yo propongo que el charqui
(cecina) u otro tipo de carne conservada de camélidos pueden haber sido producidos en Marcavalle,
como una especialidad del sitio, probablemente para la exportación y el intercambio. 15 Su producción
puede haber supuesto el uso de la sal que habría sido fácilmente disponible en las inmediaciones a lo
largo del río Cachimayo. Algunos huesos de camélidos de la excavación revelaron grandes partes
articuladas, una situación menos probable que ocurra si la carne era consumida en las comidas.
Grandes secciones se pueden preparar y exportar. Como se mencionó los camélidos también han sido
utilizados para otros fines, Wing, sugiere un uso multipropósito basado en la distribución por edad. Los
camélidos se puede utilizar en diversas maneras, incluye carne, lana, transporte de carga (llamas), por
su nervio y piel, para el intercambio, con fines religiosos, huesos utilizados para fabricar herramientas,
y por la grasa. El estiércol puede ser utilizado como combustible una vez seco (taquia), y lo que parece
ser estiércol de camélido carbonizado fue encontrado en la unidad F (fechado Chanapata). Si muchos
de los fragmentos modificados encontrados fuesen volantes de husos, y algunas de las herramientas
de hueso trabajado fueron para tejer, entonces el uso de la lana es también indicativo. La gran cantidad
de herramientas de basalto asociados necesitan ser estudiados más detenidamente con la idea de su
posible función como herramientas de matanza.
11
Wing 1974.
12
Wing 1974: 4.
13
Wing 1974: 5.
14
Wing 1974: 5.
15
Lower quantities of camelids come not only from Qaluyu and Pikicallepata, but also from sites like Minas Pata in the Lucre Basin, and Ayacucho and
Kotosh in the highlands to the north of Cuzco (Wing 1978: 169). George Miller (1979: 210-212, 258-259), who analyzed the faunal remains excavated by
Barreda and Lyon from Marcavalle, arrived at the same conclusion independently - that charqui was being produced here and exported - based on other
grounds, namely what he called the "charqui effect." An over-representation of foot bones (as he found at Marcavalle) and cranial elements occurs at
charqui producing sites, while an over-representation of limb bones occurs at charqui receiving sites. Miller has also pointed out that historical
documentation is lacking for the use of sale in the production of charqui in ancient times (Miller 1979: 259), a difficulty that poses problems for my tentative
argument to the contrary. Salt for drying is used coday, however.
En cuanto a los cambios en la fauna a través del tiempo, La Tabla 1 indica que la utilización de venados
(y la caza) se incrementó ligeramente en el tiempo. El gato salvaje se encontró en las fases B-D,
mientras que el perro domesticado y cuy se agregaron en pequeñas cantidades en las fases C y D. La
vizcacha, un roedor encontrado en Pikicallepata y Qaluyu, es significativamente ausente en Marcavalle.
Por otra parte, el pescado, presente en frecuencia relativamente alta en Qaluyu, estuvo ausente tanto
en Pikicallepata y Marcavalle. John Rowe ha señalado que en Cuzco "... los lagos son pocos y
pequeños y los ríos son poco profundos y rápidos, por lo que los peces no son ni muy numerosas ni
muy grandes. En consecuencia, la pesca fue menos importante [por lo menos para los incas] que entre
los aymara del lago Titicaca..."16

En contraste con la abundancia de animales domésticos representados en los restos de fauna, los
animales representados en la cerámica y los huesos eran animales que parecen ser de especies
salvajes, como venados, aves, felinos, zorros y vizcachas. Aves acuáticas de pico largo y de cola larga
fueron los animales más representados. Ningún camélido fue retratado. Estos motivos zoomorfos en
hueso y cerámica sólo ocurrió en las Fases C y D (con la única excepción de un fragmento de la Fase
A, que tenía posiblemente una cola de felino o de mono).

Por último, un diente de pecarí fue identificado, con la ayuda de Junius Bird, 17 como el pecarí de labio
blanco Tayassu pecarí, el diente viene de la mandíbula inferior derecha de un macho adulto. Esta
muestra viene de la fase D y fue perforado para su uso como amuleto (Fig. 11). Debido a que el pecarí
no es autóctono de la sierra, contacto con la montaña o selva es importantemente documentada.

Huesos Trabajados

La mayor parte de hueso trabajado fue hueso de camélidos, pero huesos de venado y posiblemente de
aves, también fueron utilizados.18 El hueso trabajado puede proporcionar evidencia de actividades
llevadas a cabo en el lugar, si las funciones de la herramienta pueden determinarse con precisión.
Cucharas, espátulas, y punzones (?) aparecieron, posiblemente algunas herramientas de tejido y
agujas. Dos piezas sobresalientes fueron una cuchara talladaen cuerno de venado de la Fase C (Fig.
12), y el amuleto de diente perforado de pecarí (?) de la fase D, que ya se mencionó (Fig. 11).

Cuatro huesos tallados proporciono la única iconografía entre los huesos trabajados. Dos de estas
piezas decoradas proceden de la fase A. Uno (Fig. 13) tenía incisión de cuadros, incluyendo unos
cuadros entrecruzados (un elemento que tuvo lugar en la cerámica de las fases C y D). Los otros (Fig.
14) tenía una incisión de múltiples elementos escalonados en torno a un diamante y dos cabezas de
animales tallados. Un pequeño hueso, tallado en ambas caras, provenía de la fase D (Fig. 15), y tenía
forma de lo que podría ser un loro. 19 Los loros se encuentran generalmente en las elevaciones
inferiores a Cusco, pero puede ser observado en el Cusco, en especial durante el período de la
cosecha de maíz. Por último, de la Fase C (Fig. 16) una larga ave de pico ancho (broadbeaked),
(pato?) es retratado; Wing, identificó el hueso como el cúbito de una llama.

Conchas

16
Rowe 1946: 220.
17
Junius Bird, of the American Museum of Natural History, New York, generously aided in the identification in 1968.
18
Identification was made by Elizabeth S. Wing in 1971.
19
Wing indicated this was the bird most likely portrayed, but an owl or hawk is possible.
Caracoles de tierra muy pequeños aparecieron a lo largo de los depósitos de Marcavalle, estos se
alimentaron de materia orgánica descompuesta. Sólo en una ocasión hubo una concentración mayor
de estos caracoles de lo que podría encontrarse en condiciones naturales (Fase C). Las conchas que
aparecen con mayor frecuencia fue identificado como Drymaeus sp., un caracol de tierra que vive
localmente. Otros fueron Plekocheilus, un poco más grande; Porphyrobaphe sp, una concha grande de
la Fase D; Strophocheilus sp, un caracol de tierra de la Fase C, y otra perlada que se sugiere que sea
la misma, también procedente de la Fase C. 20 Ninguno de ellos fue identificado como procedente fuera
del área local. Una pequeña cuenta trabajada (?) de la Fase D fue encontrada, y un disco de concha
perforada provenía de la Fase C, tal vez un volante de huso.

La obsidiana y Análisis de Activación de Neutrones

Las lascas de obsidiana y puntas lascadas unifacial y bifacialmente se encontraron en Marcavalle. Las
puntas se distribuyen temporalmente de la siguiente manera:
Chanapata o mezclada 3
Lotes superiores mezclados 3
Fase D 8
Fase C 12
Fase B 1
Total 27

Uno de un lote superior disturbado puede pertenecer a la Fase A porque prácticamente descansa justo
por encima de un lote sin disturbar de la Fase A. Esta punta tiene una base cóncava, al igual que otras
puntas de la Fase C. Puntas con bordes dentados o denticulados se encontraron en las Fases C y D. 21
Un estudio preliminar realizado por Sergio J. Chávez indica que la mayoría han sido utilizados como
herramientas de usos múltiples, debido a los patrones de desgaste.

Puntas de base cóncava están extendidas a lo largo de Perú sur a sur-central (sierra y costa) y el norte
de Bolivia, y comienzan en el precerámico tardío.22 Ellos continúan a través de los tiempos con
cerámica más temprana y dentro del Horizonte Temprano. Joel Grossman ha discutido las posibles
implicancias para tal continuidad, sugiriendo que los patrones de caza son persistentes incluso
después que tuvo lugar de la confianza en recursos domésticos.23 Mientras tanto su función como
puntas de proyectil de caza debe ser examinada, los restos de fauna en Marcavalle, Pikicallepata y
Qaluyu indican que la caza todavía fue de cierta importancia.

La uniformidad de la forma de la punta de obsidiana sobre un área geográfica amplia, así como a
través del tiempo, contrasta marcadamente con la diversidad temporal y local de la cerámica. Los
puntas de obsidiana no son útiles como indicadores cronológicos precisos, ya que las formas no

20
Shell identification was kindly made by Dr. R. Tucker Abbott, Academy of Natural Sciences, Philadelphia, in 1968; and by Alan Solem, Field Museum of
Natural History, Chicago, in 1969.
21
A serrated example is illustrated in K. Chavez 196'): Fig. r, along with concave base obsidian points like Marcavalle ones, but which came from
Pikicallepata and Qaluyu.
22
See Grossman (1972 a: 139-141) and a discussion by Ravines (1972).
23
Grossman 1972 a: 140.
parecen cambiar notablemente a través de la secuencia temprana (hasta Chanapata en Cuzco y hasta
Pucará en Puno).

En 1971, el análisis por activación neutrones se hizo sobre 36 puntas de proyectil de obsidiana
excavada en Marcavalle, Pikicallepata y Qaluyu; 24 el proyecto fue la primera aplicación de la técnica
sobre obsidiana peruana.25 Este análisis químico implico la cuantificación de ciertos elementos que las
muestras contenían en cantidades muy pequeñas (elementos traza), con el fin de identificar las fuentes
de obsidiana utilizadas en los tres sitios a través del tiempo. Cada fuente de obsidiana y por tanto, la
obsidiana extraída del mismo para su uso por las poblaciones prehistóricas, que posee su propia y
distintiva cantidades de los elementos traza haciendo la identificación de posibles fuentes. Los
resultados del análisis por activación neutrónica fueron:

(1) Dos grupos distintivos se podría hacer para los 36 especímenes (y posiblemente una tercera para
un espécimen Qaluyu). Aunque no han sido localizadas las fuentes de obsidiana de la sierra sur, el
análisis por activación neutrónica, sin embargo demostró que dos fuentes principales de obsidiana
fueron utilizadas principalmente en la sierra sur.

(2) Los habitantes de Marcavalle y Pikicallepata compartieron una fuente en el norte (fuente "Cuzco"),
mientras que los ocupantes de Qaluyu utilizaron otra fuente del sur (fuente "Puno").

(3) Sin embargo, cuatro ejemplares de la fuente "Puno" fueron encontrados en los sitios de Cusco (una
de siete pruebas en Marcavalle y tres de 15 en Pikicallepata), y un ejemplo de la fuente "Cuzco" se
encontró en Qaluyu (de 14 probadas). Estos hechos documentan claramente el contacto o intercambio
de algún tipo ocurrió entre los valles bajos de Cusco y el altiplano de Puno.

(4) Esta evidencia también sugiere que una mayor interacción puede haber ocurrido dentro del área de
Marcavalle-Pikicallepata que entre éste y el área Qaluyu/altiplano, ya que tanto las poblaciones de
Marcavalle y Pikicallepata obtenían casi toda su obsidiana de una misma fuente limitada. Esta
conclusión se apoya en que se hicieron basado en pruebas de cerámica. El hecho que Marcavalle está
más cerca al área de Pikicallepata que a Puno y que Marcavalle y Pikicallepata comparten un medio
ambiente de valle montañoso similar diferente al altiplano, ciertamente ha desempeñado un papel en la
explicación del modelo de interacción.

(5) Tal vez un poco más de interacción se produjo entre Qaluyu y Pikicallepata que entre Qaluyu y
Marcavalle, basada en el limitado número y la proporción de obsidiana "extranjera" encontrado en los
tres sitios. Una vez más, la evidencia apoya la misma conclusión que se llegó basado en la evidencia
cerámica. La posición intermedia entre Pikicallepata, Marcavalle y Qaluyu y de su mayor proximidad a
Qaluyu fueron factores importantes en la explicación de este aspecto de la interacción.

24
The neutron activation analyses was kindly carried out in 1971 by Dr. Adon A. Gordus, Department of Chemistry, at the University of
Michigan, Ann Arbor, and was partially funded by a Central Michigan University Faculty Research and Creative Endeavors grant. Samples
were submitted in February 1971, and results were available in May 197. Samples of clay from nearby sources and ceramics from these three
sites were also run in 1971.
25
Later, beginning in 1973, Richard Burger and Frank Asaro, of Berkeley, applied both x-ray, fluorescence and neutron activation analysis
to a larger number of specimens from Ecuador, Bolivia, and a wide area of Peru (Burger and Asaro 1979; Lynch 1974: 394, 1976: 230,1979:
620).
(6) Las dos fuentes aparentemente continuó siendo utilizado a través del tiempo por el pueblo del
Horizonte Temprano y por grupos posteriores del Período Intermedio Temprano incluyendo Chanapata
o las poblaciones relacionados en el Cusco, y los Pucará en Puno. Las muestras de obsidiana fuente
"Cusco" de Marcavalle vino de las fases C y D (no se presentó a partir de las fases A y B), y de los
lotes Chanapata fechado alrededor del año 200 a.C. (una muestra, sin embargo, puede haber estado
implicada en una mezcla prehistórica).

En Pikicallepata, la fuente de obsidiana "Cusco" provenía de niveles que van en la fechado de pre-1200
a.C. a alrededor de 770 a.C. y continuó en uso más tarde en los niveles Chanapata-derivado (no
fechados por radiocarbono).

La fuente de obsidiana "Puno" estaba en uso en Qaluyu quizás tan temprano como 1400 a.C.
continuando por lo menos hasta 1000 a.C. Además, una muestra, de un lote superior mezclado
depositado solo sobre desecho Pucará (data alrededor de 60 a.C.), también se hizo la misma fuente de
obsidiana "Puno". Este espécimen apunta a la continuación del uso de la misma fuente por los
habitantes de Pucará (sin embargo, la mezcla es de nuevo una posible dificultad).

(7) Un espécimen de un lote superior mezclado de la unidad B en Marcavalle puede pertenecer a la


Fase A, puesto que este estaba encima de un depósito "puro" de la Fase A. Esta punta fue el único
ejemplo de aquellas probadas de Marcavalle, que provenía de la fuente "Puno". Sería tentador
sostener que esta única pieza de "evidencia" apoya la misma conclusión basado en los fechados de
radiocarbono, que los primeros habitantes de Marcavalle llegaron desde el sur (Puno, o aún del área de
Pikicallepata) hacia la Cuenca de Cuzco. Más análisis son necesarios.

(8) En Pikicallepata la fuente "Puno", se usó por lo menos alrededor de 1200 a. C. y más tarde en el
Periodo Intermedio Temprano (tiempos de Chanapata - derivado). No obstante la fuente "Cusco" puede
haber sido utilizado antes en Pikicallepata.

(9) En el Qaluyu, la fuente "Cuzco" fue utilizada por lo menos alrededor de 1200 a.C. también (una
posible tercera fuente en aproximadamente 1000 a.C.)

Las conclusiones 8 y 9 sugieren además que la interacción entre Cusco-Puno estaba sucediendo al
menos en 1200 a. C.

El último trabajo realizado por Richard Burger y Frank Asaro, también apoyan en general las
conclusiones anteriores 1-6. Burger ha llamado a la fuente obsidiana "Cuzco", tipo Cuzco y a la fuente
obsidiana "Puno", tipo Cuenca del Titicaca26. El número de muestras analizadas fue mucho mayor
(incluyendo algunos del trabajo de Sergio Chávez y los míos en la sierra sur), lo que permite que otras
diferentes conclusiones sean hechas:

(1) La ausencia de ambos el Tipo Cusco y obsidiana Tipo Cuenca Titicaca en momentos del pre-
Horizonte Medio en otras áreas de Perú apunta al "aislamiento cultural y económico" de la sierra sur, 27
conclusión también alcanzada por nuestro propio análisis de la cerámica. 28

26
Burger and Asaro 1979: 312-315, passim.
27
Burger and Asaro 1979: 319.
28
K. Chavez 1977: 1088.
(2) El pre-Horizonte Medio uso obsidiana Tipo de la Cuenca del Titicaca en el norte de Bolivia. 29

(3) La presencia de obsidiana Tipo de Cusco en el sitio de Waywaka en un entorno mixto Muyu Moqo o
el contexto del Período Inicial (Moqo Muyu, Fases A/B/CD), Andahuaylas, departamento de Apurímac
(ver Fig. 1). 30

El material cerámico de Muyu Moqo muestra similitudes con Marcavalle y especialmente con la
cerámica más antigua de Pikicallepata,31 por lo que la evidencia de obsidiana no es del todo
sorprendente.

(4) La obsidiana del tipo Cusco fue utilizado por los pobladores de Minas Pata en la cuenca de Lucre
que también estaban utilizando estilo de cerámica Marcavalle.32 Las estrechas relaciones entre
Marcavalle y Minas Pata se discutirá más adelante, basada en cerámica y otras evidencias líticas.

El sistema de adquisición, distribución y consumo de obsidiana tiene que ser investigado por las
implicaciones en cuanto al desarrollo de la especialización local y el control sobre el recurso limitado, a
las cuales las personas dentro de un área grande hubiesen variado el grado de acceso. Como un
sistema de especialización local en una red regional de interdependencia y el intercambio tiene
implicaciones para el surgimiento de lugares centrales o personas y sociedades estatales
estratificadas.

El hecho que la ubicación de las fuentes de obsidiana no se conoce ha planteado dificultades en la


interpretación de la utilización de obsidiana, pero también nos ha estimulado para buscar en lugares
geológicamente probables. Sergio Chávez y yo, junto con otras personas que nos acompañaron,
buscamos en la cuenca de Lucre y especialmente en el área de Raqchi, justo al sur de Pikicallepata.
Sin embargo ninguna fuente fue localizado.La cerámica con piedra pómez o pasta de obsidiana como
componentes (pasta # 2, descrito en una sección posterior) se encontró en relativa abundancia y
variedad en Pikicallepata, sugirió que el sitio podría estar cerca de la fuente de obsidiana. Richard
Burger también ha intentado localizar las fuentes de obsidiana en Puno, pero sin resultados.33 Trabajo
adicional está en el progreso.34

Otras Piedras Desbastadas

Además de obsidiana, se encontró otros materiales líticos desbastados e incluyó piezas trabajadas y /
o utilizadas, así como desechos de cada sitio. (Nota del traductor: Debitage= desecho, es el término
general utilizado por los arqueólogos para referirse a los materiales de desecho de bordes afilados que
queda cuando alguien crea una herramienta de piedra) El material de piedra más abundantemente

29
Burger and Asaro 1979: 315.
30
Burger and Asaro 1979: 305, 313.
31
K. Chavez 1977: 1045-1047.

32
Burger and Asaro 1979: 312.
33
Burger and Asaro 1979: 314.
34
A future work with Sergio Chavez on south highland obsidian utilization in collaboration with Richard Burger, is in progress and will
include a larger number of specimens and additional data Burger has accumulated for a broader area using both neutron activation analysis
and x-ray fluorescence.
empleado durante las cuatro fases fue bluish biotite vitrophyre,35 o basalto micáceo, que se da en
cantidades mucho mayores que la obsidiana. Aunque el basalto micáceo no permite o muestra fino
astillado o retoque, los bordes afilados pueden ser producidos y utilizados sin lascado adicional.
Algunas de las herramientas incluyen piedras esféricas para martillo, cuchillos y raspadores, las piezas
fueron unifaciales y bifaciales.

El basalto micáceo no es autóctono de la cuenca del Cuzco, así que los habitantes de Marcavalle
dependían de la obtención de otra parte. Roca volcánica similar se encuentra en gran abundancia en la
cuenca de Lucre a sólo 27 km de distancia, y lo más probable es que esta fuente proporcionó el
material necesario para Marcavalle. Apoya esta afirmación la presencia de una ocupación Marcavalle
allí en el sitio de Minas Pata. El sitio fue excavado en 1969 bajo la dirección de Edward B. Dwyer, y
restos de Marcavalle, incluyendo arquitectura, fueron encontrados en los niveles más bajos.36 Este sitio
está situado en el borde occidental del afloramiento volcánico en sí, y podría haber sido un lugar de
cantera. Análisis químicos o geológicos actualmente en curso son necesarios, para confirmar que esta
roca era la fuente.

Si la cuenca de Lucre fue la fuente, entonces una mayor interacción entre los dos extremos del Valle de
Cusco serían documentados, por razones de obtención de un material de importancia económica
(basalto micáceo) requerido para diversas funciones utilitarias por la mayoría de la gente Marcavalle.
Las grandes similitudes de la cerámica de Marcavalle y Minas Pata37 indican ciertamente una
interacción más intensa con ese sitio que para cualquier otro sitio conocido Marcavalle. Las evidencia
lítica que ayudaría a explicar la interacción que se deriva, al menos en parte, de interdependencia
económica.

Leandro Zans Candia, que trabajo en el Instituto de Menores, me informó en 1966 que un gran bloque
de esta roca, se había encontrado antes de 1966, durante las excavaciones para los canales que se
hicieron dentro de las paredes Reformatorio. El basalto micáceo era de unos 60 cm de altura y fue
encontrado a una profundidad aproximada de 1 metro, cerca del edificio de administración en la parte
centro-norte del recinto amurallado. Aunque el bloque podría ser posterior a Marcavalle en fecha (por
ejemplo, Chanapata), no obstante, sugiere la posibilidad de que incluso en tiempos de Marcavalle
grandes piezas de cantera pueden haber sido llevados a Marcavalle para el trabajo final en vez de los
productos acabados. El transporte de núcleos más pequeños también puede haber estado involucrado,
ya que algunos núcleos se encontraron en lotes de Marcavalle.

Cuencos Pulidos de Piedra Verde

Cuencos de piedra verde pulido a gris verdoso fueron encontrados en Marcavalle, dos de la Fase B
(Fig. 17 a, b), uno de la Fase C, y dos de la Fase D (Fig. 17 c), y otros provenían de lotes mexclados o
de la superficie (Fig. 17 d, e). Tales cuencos de piedra verde también fueron encontrados en
Pikicallepata (uno de ellos cuadrada o rectangular) y en otros lugares en Cusco (incluyendo Chanapata
y Muyuc Orqo), así como en Puno (incluyendo Qaluyu). Estos cuencos estaban sin decorar o fueron
35
The rock was kindly identified in 1968 by geologist Dr. Frederic G. Layman of the Department of Geology, University of Pennsylvania,
Philadelphia.
36
Dwyer 1971 a : 11-12,41,70-78; 1971 b; personal communication.
37
Ceramics from Minas Pata were kindly shown or described to me by Edward Dwyer and Jane Dwyer.
tallados en bajo relieve con elementos de forma -S- de serpiente curvilínea, algo así como el diseño de
la S-reclinada en la cerámica Marcavalle (diseño de elementos del grupo VIII). Una de la superficie
(Fig. 17 d) tenían algún pigmento rojo en las ranuras. Las bases incluyen unas ligeramente anulares y
convexas (este último como cuencos de cerámica Marcavalle).

Una de las muestras de la Fase D fue identificado tentativamente como serpentina de biotita (que
puede ser clorita), y una muestra de la Fase B como basalto micáceo. 38 La otra muestra de la Fase D
fue volcánica teniendo biotita. 39 Un fragmento de un cuenco verde, que tiene un grabado rectilíneo, y
procedente de un lote superior alterado de Qaluyu, fue identificado como serpentina de biotita
(clorita).40

Donald Lathrap llamó la atención sobre la abundancia de cuencos tallados de piedra verde, incluyendo
aquellos sin terminar, en el sitio de Huayurco, en la montaña de la sierra norte (ver Fig. 1), Las
excavaciones indican que los cuencos están en el estrato más bajo.41 Estos cuencos muy parecidos a
los de Marcavalle y otros sitios de la zona; Lathrap ha comparado el tallado exciso sobre a cerámica
temprana Shakimu, de la cuenca central del Ucayali (ca. 700 a.C.) Sugiere que la cerámica asociada
con el estrato inferior en Huayurco es como la cerámica bruñida negra que se encuentra ampliamente
justo antes y durante el Horizonte Temprano. Los fechados propuestos son comparables a los fechados
de Marcavalle. Esencialmente Lathrap afirma.42

"La cantidad de cuencos de piedra fragmentada y sin terminar de Huayurco indica que fue un
centro de producción muy importante. Queda claro que la población de Huayurco se dedicaba
al comercio muy intenso con la costa del Perú, ya que cuencos similares a los de Huayurco
han sido encontrados en un rango de sitios del Pre-cerámico Tardío y Período inicial. Un
estudio cuidadoso de los materiales líticos nos puede permitir rastrear la zona en la que se
comercializaban los cuencos de Huayurco. "

Es posible que los ejemplos de Marcavalle se originaran allí; Si es así, está documentado el contacto
con la montaña de la Sierra Norte. Se requiere mayor análisis para confirmar si vinieron de la misma
fuente.

Otros artefactos de piedra pulida

Otros artefactos de piedra pulida incluidos amuletos pequeños que tienen una perforación completa.
Algunos fueron incisos con ojo cabeza o cráneo. Los ojos parecieron "perforados”" con el uso de un
compás. Tres vinen de Fase B, uno de Fase C, uno de un lote alterado de la unidad B, y otros de la
superficie (Fig. 18). La muestra de la Fase C puede ser talco. La pieza del lote alterado fue identificado

38
Identification of the rock was kindly made in 1968 by Dr. Frederick G. Layman, then of the Department of Geology, University of
Pennsylvania, Philadelphia.
39
Identification was kindly made in 1968 by Dr. William P. Reid of the Colorado School of Mines Research Foundation, Inc., Golden,
Colorado.
40
Identification by Layman in 1968.
41
Lathrap 1970: 108-109, especially Plates 26-27
42
Lathrap 1970: 108.
como el alabastro, y dos muestras de la superficie fueron sericita o piedra jabon=soapstone (talco) y
serpentina (variedad antigorita).43

Algunos guijarros lizos "pulidores" y amoladores pequeños algunos con pigmento rojos y/o blanco)
proviene de las fases C y D (Fig. 19). Piedras de moler fueron especialmente abundantes en
Pikicallepata a diferencia de Marcavalle y Qaluyu.

Cristales naturales de cuarzo se encontraron en dos lotes de Fase C, así como en la superficie, estos
parecen haber sido recogidos por los habitantes de Marcavalle para algún propósito.

Arcilla cruda

Una inusual cabeza pequeña o "maskette" con los labios sobresalientes y espalda cóncava se encontró
en la Fase D (Fig. 20). Este espécimen fue de color marrón oscuro, tenía tres agujeros en la parte
superior (tal vez para mantener algo parecido a plumas), y depresión circular cóncava entre los ojos.
Los ojos eran planos en lugar de perfil cóncavo, y tenía agujeros en sus centros. Ninguno de los
agujeros fue completamente perforado a través de la pieza.

Otros objetos no identificables de arcilla cruda también fueron encontrados, incluido las Fases A y C.

Metales

Una fina banda plana posiblemente de cobre fue encontrado en un lote Marcavalle en la unidad G, la
fase no se pudo determinar, pero no fue la Fase A.

Asentamiento, población y economía

Asentamiento Marcavalle

Los límites del sitio. - Los límites aproximados sugeridos del sitio arqueológico son indicados en el Fig.
4. Los límites este y sur son más seguros que los límites poco claros del norte y oeste. La prospección
de superficie no resulto útil en la colocación de los límites del sitio, pero los límites orientales se
determinaron mediante excavaciones hechas allí. La unidad K en Marcavalle carecía de depósitos sin
disturbar, toda la tierra (15-52 cm de profundidad) por encima del subsuelo natural estéril se
encontraba un depósito mezclado de desechos. Sin embargo la presencia de materiales Marcavalle en
la unidad K, fue probablemente debido a su movimiento cuesta abajo desde el mismo sitio por arado y
por la erosión pluvial. La unidad L sólo tenía un nivel Marcavalle muy delgado no disturbado. En
43
Kindly identified by Dr. Frederic G. Layman in 1968.
consecuencia, los límites del sitio al Este sería el Oeste de la unidad K, pero al Este de las unidades de
G-I, y apenas sobre la ubicación de la unidad L.

Hacia el sur, los pozos de prueba de Engels y de Yabar Moreno produjeron a lo largo del camino
existente escaso material Marcavalle. Al Oeste, Thomas Patterson encontró cerámica Chanapata
derivado sobre la superficie del área, donde ahora existen casas (en la fig. 4 el área indicada es la
Hacienda Marcavalle). Abundante material Chanapata también fue encontrado en la remoción de suelo
con buldozer al interior de los muros de reformatorio lado Oeste. Mientras que parece existir ocupación
Chanapata sobre este lado occidental, sus límites, o aquellos para la ocupación Marcavalle, fueron
indeterminados.

Hacia el Noreste, la unidad M produjo algunos fragmentos Chanapata derivado. Anterior a 1976, el
límite noreste se creía que era el borde austral de la carretera Cuzco-Sicuani, basado principalmente
en la inspección del corte de la carretera. Sin embargo, las excavaciones de salvataje de 1976 llevadas
a cabo en el área norte de esta carretera y justo al este de lo que está marcado como fábrica Comersa
en la fig. 4. (directamente al norte del Instituto de Menores y donde la planta embotelladora de Coca
Cola fue subsecuentemente construida), revelaron allí restos Marcavalle. Entonces, esta información
expande los límites conocidos pre-1976, aunque la extensión precisa de la ocupación Marcavalle al
Norte de la carretera es aún desconocido. El área sombreada en la fig. 4, es solamente aproximada.

Tamaño del sitio.- La ausencia de un límite claramente definido en los límites norte y oeste del sitio,
acorta el cálculo preciso del área del sitio, un aproximado a groso modo de su extensión durante la
época Marcavalle y Chanapata podría ser ca. 420x420 m. Es más, el conocimiento que el área
completa no fue ocupada durante las fases Marcavalle (o algunas Chanapata), como es mostrada por
la “estratigrafía horizontal”, también obstaculiza seriamente el cálculo del área ocupada en cualquier
momento de tiempo o fase dada. Este hecho junto con el conocimiento incierto de todos los límites,
podría afectar el estimado del tamaño y de la población.

Asentamiento y población.- Basado en la actual evidencia, el número de sitios Marcavalle conocidos en


Cuzco es mucho menor que del tardío Chanapata, y el área geográfica sobre el que aparece es más
mucho restringida. Mientras que el patrón probablemente refleja pequeña población en tiempos
Marcavalle. Esta podría ser la causa, por la que Marcavalle escapo de ser descubierta por su pobre
representación superficial o la ausencia de exploraciones por investigadores.

La abundancia y concentración de basura en sitios Marcavalle conocidos, documentan bien a


Marcavalle mismo, parece indicar que el asentamiento Marcavalle fue una villa sedentaria que tenía
población bastante densa. Esta situación es muy diferente de Qaluyu, donde la basura es escasa,
posiblemente indicando un asentamiento menos denso, más disperso y/o población mucho más móvil
(aunque otras explicaciones pueden ser posibles). Las diferencias ambientales y de subsistencia
necesitan ser tomadas en cuenta, en la evaluación de estas diferencias de asentamiento entre las dos
áreas. Sin embargo, desde un punto de vista estadístico Marcavalle no puede ser asumido como
representativo de todos los asentamientos Marcavalle ya que su selección para la excavación no fue
hecha usando la técnica del muestro probabilístico.

La evidencia de arquitectura en Marcavalle ha sido muy exigua para sugerir detalles del diseño de
asentamiento y funciones. Muros de piedra y pisos fueron encontrados por Lyon, Rowe y estudiantes
dela Universidad de Cuzco. Posteriormente, mis excavaciones revelaron arquitectura de adobe que fue
documentada por partes de muros y mixtura de remanentes de lo que parece haber sido adobe, y
algunos posibles pisos asociados.

La más clara evidencia de una parte de un muro de adobe viene de la Unidad B, perteneciente a la
Fase A (Fig. 10), los adobes fueron encimados hasta una altura preservada de 50 cm, alienados de
este u oeste, por una longitud preservada de 1.5 metros y un espesor de 15-20 cm. Estratigráficamente
difiere a cada lado del muro. Algunas piedras aparecen debajo delos adobes, y un suelo suave blanco-
grisáceo sobre suelo rojo (quizá de los adobes) aparecen como un tipo de relleno cubriendo entre y
sobre ellos. Los adobes contienen hierva, tienen 10-13 cm de ancho, 24-26 cm de largo y 8-15 cm de
altura, teniendo forma rectangular plana y una sección irregular cuadrada a rectangular. Mixtura de
adobes en otro lugar donde el pasto aparece intemperizado y/o roto (lados planos ausentes y de forma
más rectangular), y sus dimensiones preservadas se encuentran dentro de las anteriormente
mencionadas. Otros dos posibles adobes (de 1 B/17) también con carencia de pasto, pero con
pequeñas inclusiones de piedra, fueron ligeramente más largas, 21 cm de ancho, por lo menos 34 cm
de longitud, y 10 cm de altura.

La segunda sección de muro proviene de la Unidad C, perteneciente a la Fase B. este alineamiento


consiste de una sol hilada de abobes orientados de norte a sur; ellos tiene como relleno suelo suelto
negro. Los adobes no contienen pasto. Ellos son similares en forma y dimensión a los de la Fase A,
muro este oeste en ser rectangular y por tener un ancho de por lo menos 14 cm, 20 a 29 cm de largo y
8 cm de altura.

Probables adobes que proceden dela Unidad J, pertenecen a la Fase C, no son claramente de un
muro, aunque ellos vagamente parecen estar parcialmente alineados de norte a sur. Algunos contienen
pasto y otros no, algunos tiene pequeñas inclusiones de piedras. Ellos son aproximadamente
rectangulares, aproximadamente 25 a 28 cm de ancho, 40 a 50 cm de ancho y 12 a 20 cm de altura. El
suelo entre ellos no fue diferente a los del lote general o capa en las que aparecieron.

Dos conclusiones tentativas poder ser hachas basadas en esta escasa evidencia: la construcción fue
orientada aproximadamente de norte a sur y de este u oeste consistentemente; los adobes de las
Fases Ay B fueron similares en forma, mientras que los adobes de la fase C fueron más grandes, quizá
marcando un cambio en el tamaño en este tiempo (sin embargo, consideraciones funcionales necesitan
ser admitidas). La ubicación delas cimentaciones es poco claro, los adobes parecen tener pasto o
carecer de ello.

Adicionalmente tiene que ser destacado que yo no encontré enterramientos en Marcavalle, en


contraste con los encontrados en Pikicallepata y Qaluyu. El único resto esquelético humano fue un
premolar muy careado de la Fase A.

Economía e interacción.

Restos de flora y fauna muestran que los habitantes de Marcavalle han sido productores de alimentos
confiaron en el pastoreo y en la siembra, y también en la caza (y probablemente en la recolección). No
hay evidencias de pesca. Los restos de fauna han indicado que la subsistencia de Marcavalle estuvo
basada principalmente en el pastoreo de rebaños de camélidos domesticados (llamas, alpacas). Aldo
de caza de venado, aves, pequeños roedores y también gato silvestre. Cuyes domésticos y perro
fueron adicionados en las Fases C y D. El cultivo de frijol común fue documentado por restos de flora
de la Fase C, y este, junto con maíz apareció posteriormente en 200 a. C. o incluso otras cosechas
crecieron durante las custro fases. Mientras que cada villa, incluyendo Marcavalle, fue probablemente
relativamente autosuficiente, cada una desarrollo su propia especialidad local, como las restricciones
que acompañaban al sedentarismo limitaban el acceso directo o fácil a los recursos. El intercambio de
recursos localmente disponibles, productos, o habilidades proveyeron las bases para la participación en
un sistema de interacción económica e independencia al interior de la sierra sur, pero sin una
organización estatal. No fue encontrada evidencia directa para indicar estratificación social, o
especialización artesanal basada en otros principios como la edad y el sexo. El asentamiento de
Marcavalle pudo especializarse en la producción de carne de camélido preservada ( charqui) y
explotación de sal, el sitio de Minas Pata en la Cuenca de Lucre, en la explotación de basalto, el área
de Pikicallepata u otras localidades posiblemente en la obtención de obsidiana y el altiplano en ciertos
ítems (como papas y papa congelada y seca chuño) cada área pudo haber tenido también su particular
especialidad alfarera. Ciertas cerámicas pudieron llegar a Marcavalle de la Cuenca de Lucre, del área
de Pikicallepata e incluso de Qaluyu; otra alfarería fue evidentemente producida localmente en o cerca
de Marcavalle y llevada por lo menos tan lejos como el área de Pikicallepata (a ser argumentada en la
próxima sección). El uso de llamas en el transporte de estos bienes, junto con los probablemente
perecibles, pudo haber sido importante. Es también muy probable que con esta gran dependencia en
camélidos, hilado y tejido fueran también de importancia económica para la gente de Marcavalle.

El calendario de estas varias actividades ampliamente pudo haber dependido de las diferencias
estacionales. Durante las estación fría y seca (ca. mayo – agosto) extracción de sal, mayor producción
de cerámica (aunque la cerámica puede ser hecha durante la estación seca), y de charqui muy
probablemente pudo haber ocurrido. Este es el tiempo del año cuando las necesarias condiciones de
sequedad y asoleamiento existen (y heladas para charqui). La sal pudo también haber sido usada para
la preservación de la carne. Viajes a larga distancia para el intercambio de bienes, usando caravanas
de llamas, pudieron también tener lugar muy probablemente en la estación seca. Durante la estación
tibia y lluviosa (ca. septiembre – abril) la agricultura pudo ocurrir, así como también el cuidado de
camélidos recién nacidos (noviembre – diciembre) y quizás esquila. Varias otras actividades pastoreo,
caza, o colección pudieron ser calendarizadas a lo largo del año, en adición a la explotación de
canteras, hilado y tejido.

Intercambio o contacto de los residentes de Marcavalle con regiones fuera dela sierra sur está
documentado por la presencia de un diente de pecarí procedente del lado oriental de los Andes
(montaña o foresta tropical), y posiblemente por los cuencos de piedra verde los que pueden provenir
de la montaña de la sierra norte (Huayurco). Entre tanto el estilo de puntas de proyectil de base
cóncava es compartido sobre una amplia región, la obsidiana misma fue obtenida de una fuente de la
sierra sur.

Futuras discusiones sobre interacción dentro dela sierra sur y fuera será hecha en las secciones
posteriores basa en evidencia cerámica.
Cerámica Marcavalle: un examen de los atributos generales compartidos

Introducción

Los 78,803 fragmentos excavados de las unidades B, C y J son enumerados por fase, incluyendo los
lotes superiores mezclados, Tabla 2.

Fragmentos Marcavalle usados en el análisis cerámico totalizan 21,967; de estos, 5,452 fueron
procesados en computadora y 15,515 no fueron. Fragmentos delas Fases A-D (4,446) omityiendolotes
superiores mezclados, junto con las doce figurinas mencionadas en la Parte 2, constituyen el “núcleo”
para el más intensivo análisis cerámico, especialmente cuando consideraciones temporales fueron
examinadas. Estos fragmentos que fueron seleccionados para un procesamiento por computadora
poseen atributos de forma de recipiente (v. gr. Fueron bases o bordes); fueron asas o agarraderas,
fragmentos modificados; y/o tenían decoración. En ello puede ser advertido que otros fragmentos
decorados de cuerpos listados en la Tabla 2 fueron también decorados. Específicamente, hubo 2,723
fragmentos Marcavalle decorados, todos ellos fueron procesados por computadora. Estos fragmentos
decorados fueron el 49.9% de aquellos procesados por computadora, pero solamente el 12.4% de
estos fueron usados en el análisis cerámico (son discutidos en la sección relacionada con los
fragmentos decorados en la Parte 3.

Las 12 figurinas junto con 16,503 cuerpos sin decorar y/o fragmentos de cuellos, por razones prácticas,
no fueron usados en el análisis por computadora. Esta sección es la única que incluye 16,503
fragmentos de cuerpo llanos, ellos están integrados al resto dela cerámica en un examen de atributos
generales que todos los fragmentos comparten.

Acabado de superficie

Hubieron aproximadamente ocho grupos de acabados de superficie distinguidos para la cerámica


Marcavalle, a cada uno se le dio un designación con números romanos y cada una basada en el
acabado de superficie o de ambos, combinaciones interior exterior. Estos grupos de acabado de
superficie son referidos a través de las siguientes secciones y pueden ser fácilmente identificados por
su designación con números romanos.

Por acabado de superficie yo entiendo de cerca lo que Shepard incluye: “…todas las características de
superficie que resultan de la manera en la cual el recipiente fue emparejado y alisado durante el
proceso de darle forma y subsecuentemente”. Shepard excluye las técnicas decorativas como también
yo. Aquí el color es también excluido. Sin embargo, mientras que ella incluye engobe. Yo lo excluyo
aquí; ella reconoce la dificultad en la manera usual de clasificar cerámica, primero en grupos con o sin
engobe que requiere la identificación del engobe desde el principio. Ciertamente la identificación del
engobe fue difícil, especialmente en la abrumadora mayoría de fragmentos de cuerpo sin decorar y
podrían haber causado problemas si son usados como primer criterio para distinguir grupos de
acabado de superficie o clasificar un gran número de fragmentos sin decorar no procesados por
computadora. El engobe consecuentemente tiene relación con un atributo separado (ver abajo).

Acabado de superficie es un importante atributo ya que todos los fragmentos, excepto aquellos que
están descompuestos o erosionados, tendrían características de acabado de superficie. Como pasta
mordiente, posee más variabilidad significativa, por decir, dureza o quema para propósitos de clasificar
toda la cerámica, especialmente fragmentos de cuerpo sin decorar. Similarmente, todos los fragmentos
tienen color. Sin embargo, el color no fue usado como un atributo primario para clasificación como
muchas veces ha sido hecho tradicionalmente), a causa de su variabilidad aún en un único fragmento o
recipiente, en efecto fragmentos de un mismo recipiente pueden ser muy probablemente ubicados en
grupos separados usando el color.

Acabado de superficie, como está definido, entonces, fue descubierto como un atributo más útil a ser
empleado como un criterio primario para ordenar rápida y precisamente, clasificando y cuantificando
todos los fragmentos de cuerpos sin decorar no procesados por computadora. En adición este fue uno
de los más importantes atributos codificados para aquellos fragmentos procesados por computadora.

Los distintos acabados de superficie, junto con ciertos grupos pasta-mordiente discutidos abajo, fueron
descubiertos ser marcas características de la cerámica Marcavalle como un todo. Estos acabados de
superficie identifican y definen la cerámica Marcavalle, provenientes de todas las fases, como una
entidad separada, distinguible dela mayor parte de cerámica en otros sitios contemporáneos y, en parte
de la tardía cerámica Chanapata y de otros que le siguen.

Antes que los grupos de acabado de superficie sean descritos, una mención debe ser hecha de un
supuesto “escobillado” de la superficie interior de los grupos de pasta I y II y ambas superficies del
Grupo III. Que parecen ser “trazos de escobilla” individuales (juegos de estrías paralelas) son
observables, usual y aproximadamente en posición horizontal, y aproximadamente de 1-1.3 cm de
ancho. Este acabado como de escobilla me permite a mi usar el término “escobillado” a lo largo de este
estudio (abreviado como br. en las tablas). Sin embargo, el término donde quiera que sea usado aquí,
debe ser restringido para significar solamente la apariencia de escobillado, la apariencia (en lugar que
el actual) acabado de superficie, ya que los experimentos que yo conducí muestran que el escobillado
no fue actual usada para logra este acabado. Mi experimento involucro el uso de varias arcillas y
herramientas de acabado, tomando en cuenta algunas de las variables discutidas por Shepard. De ello
se concluye que el supuesto “escobillado”, superficies de los grupos I, II y III, en efecto no fueron
escobillados. En lugar de esto, ellos fueron raspados por una herramienta dura, antes que la superficie
estuviese seca. La herramientas de raspado usada pudo ser de piedra, como el basalto que aparece
en el sitio en todas las fases, o fragmentos, o algunas otras herramientas comprablemente duras (pero
improbablemente madera, ya que la superficie dela madera no es nivelada), la superficie podría haber
estado húmeda a cuero duro. Algunos granos de mineral fueron arrastrados conjuntamente, pero estas
son de menor significancia y no cuentan para la mayoría delas estriaciones mismas. Además, el
nivelado del contorno de la superficie del interior de estos fragmentos Marcavalle indican que el
raspado tuvo lugar; esto puede ser que las estriaciones observables representan raspado para nivelar
la superficie, aunque ellos podrán representar raspado secundario.

Estas conclusiones también aplicables a ciertos interiores de la cerámica Chanapata de Marcavalle, y


probablemente de la alfarería Chanapata en general.
spindle whorls (spindle whorls, Huso, Un pequeño disco, perforado de piedra o de cerámica que actúa
como un volante, para mantener el impulso que gira en el eje)

Kidney bean (variedad de frijol)

Diccionarios

http://www.merriam-webster.com/dictionary/water?show=0&t=1321911194

http://www.wordreference.com/es/translation.asp?tranword=water

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