Tal vez alguien pueda preguntarse qué tiene de especial celebrar el 44
aniversario, ¿porqué celebrar un aniversario más de sacerdocio? ¿Porqué celebrar este número que no es redondo? Alguno puede decir que solo es un cumpleaños mas, y tal vez puedan llevar razón.
Hoy Antonio, D. Antonio, cumple 44 años de servicio y queremos
celebrarlo, como debíamos celebrar cada uno de los que fuese cumpliendo.
Lo extraordinario no está en cumplir los años, si no como los cumplas, si
lo puedes hacer o no rodeado de amigos, con la cabeza alta, con dignidad. Y en el caso de Antonio, de nuestro párroco, de nuestro amigo, se da la circunstancia de que cada año que ha cumplido como sacerdote, lo ha hecho con entrega, con dedicación, con cercanía y a la vez con la virtud siempre de la discreción, del saber estar un paso más atrás del que le corresponde.
Algunos tuvimos la suerte de acompañarle desde el primer día de su
ordenación y saber por dónde andaba, unas veces más cerca y otras teniendo noticias de donde estaba. Después de estar tres años en la zona de Sierro, Armuña y Sufli, le llego un gran reto, una parroquia nueva, en un pueblo nuevo con gente llegada de aquí y de allá, empezaba a crecer el municipio de la Puebla de Vicar apenas la Iglesia y unas cuantas casas iguales, de aquellas de colonización, donde Antonio vivía frente a la Iglesia, acompañado siempre de su extraordinaria Tía Isabel, esa persona que desde el primer día entendió su servicio desde la compañía a su sobrino, pero más que eso al sacerdote y así hizo hasta el final de sus días.
En la puebla de Vicar fueron 20 años para crear comunidad en lo que
era una zona diseminada de cortijos entre invernaderos, pero Antonio con su siempre saber hacer, con sus ganas de evangelizar, supo crear sus grupos, su comunidad, eran numerosos los niños y jóvenes que se formaron en torno al movimiento Junior de a.c., y también muchos jóvenes trabajadores que crecieron y maduraron en la JOC, hoy muchos de ellos, la gran mayoría, son personas comprometidas con la sociedad y con su pueblo. Todos hemos visto a personas por esta nuestra Parroquia que venían desde la zona de Vicar a visitar a D. Antonio, a pedirle que fuese a casarlos o a casar ya a sus hijos que el bautizo entonces. Es tanto lo que le deben y lo que quieren a este cura, que no pudieron por menos ponerle su nombre a una calle del municipio, junto a la Iglesia: “Avenida Párroco Antonio Felices”. Si dura y larga fue aquella labor, no lo ha sido menos en este Barrio y esta Parroquia de San Luis Gonzaga, cuando hace 20 años comenzó su caminar desde la nada. Veinte años de crear comunidad hasta tener esta nueva Iglesia. Han sido también años difíciles de dificultades en medio de un barrio obrero con problemas. Aquí llegó acompañado de su inseparable tía, que aquí falleció, trajo a sus padres a los que cuido hasta el final disfrutando su padre del jardín de la casa sarcedotal cultivando su manzanilla.
Continuo creciendo una gran Parroquia en un lugar pequeño, donde
veíamos la pluralidad de la Iglesia, los diferentes grupos que podían convivir, la HOAC, la Legión de María, caritas, el Mvto. Junior, la Pastoral Obrera, la acción católica general de adultos, …y otros tantos. Nos ha demostrado que había cabida para todos, que podía haber diversidad en la Iglesia, que todos los cristianos tenemos un sitio y un papel que desempeñar y eso es algo que cualquier sacerdote no entiende.
Por todo eso, hay motivos para celebrar este su 44 aniversario de
sacerdocio, y el anterior y el próximo, porque hemos tenido la enorme suerte de conocerle, de estar a su lado y de aprender tanto.
Y claro que sí, es muy especial este 44 cumpleaños porque lo
celebramos en este nuevo templo, un templo que ha costado, que ha sido larga y difícil su andadura y si bien ha sido por el esfuerzo de muchos, los desvelos y sufrimientos de Don Antonio han sido superiores. Por eso también es especial este aniversario porque, gracias a Dios, podemos celebrarlo hoy aquí y celebrarlo con él.
Antonio ha sido durante este tiempo y sigue siendo un buen sacerdote,
un cura como Dios manda, pero si es buen cura es aun mejor persona, por eso cualquiera de nosotros nos sentimos orgullosos cuando decimos que D. Antonio además de nuestro Párroco, es nuestro AMIGO, así con mayúsculas.
Gracias Antonio por todo lo que nos has dado, nos sigues dando y sin duda nos darás, muchas Felicidades y que Dios te bendiga.