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Exàmenes de laboratorio

HEMOGRAMA
SERIE ROJA:

Hematies: Los valores normales de hematíes circulantes son de alrededor de 5,5 ± 1


x 10'Vi en el varón y 4,8 ± 1 x lO'Vl en la mujer. Sin embargo, para una adecuada
valoración de la existencia de una anemia o una poliglobulia es necesario determinar
la concentración de hemoglobina y el hematócrito.

Hemoglobina: La concentración normal de hemoglobina en sangre en los adultos es


14 ± 2 g/dl en la mujer y 16 ± 2 g/dl en el varón. El aumento de la concentración de
hemoglobina, junto con un aumento del número de hematíes circulantes, determina
la existencia de una poliglobulia, mientras que se entiende por anemia la disminución
de la concentración de hemoglobina, independientemente de la cifra de eritrocitos.

Hematócrito: Representa la proporción de glóbulos rojos frente a la fracción


plasmática en la sangre. El valor normal en un varón adulto es del 47% y del 42% en
la mujer. El hematócrito aumenta en cuadros de poliglobulia verdadera o secundaria
a hemoconcentración (por disminución del volumen plasmático en situaciones de
deshidratación). Por el contrario, el hematócrito desciende en las anemias y en los
estados de hemodilución.

Anemia: Se entiende por anemia la disminución de la concentración sanguínea de


hemoglobina. Los valores de hemoglobina varían con la edad, si bien se considera
anemia cuando la concentración de hemoglobina es inferior a 13 g/dl en el caso de
varones adultos, e inferior a 1 2 g/dl en mujeres adultas.

SERIE BLANCA

TABLA 1-1. Valores normales de los distintos tipos de leucocitos en términos


absolutos y relativos

Neutrófilos 55-65% 3.000-5.000/^1


Linfocitos 25-35% 1.500-4.000/^1
Monocitos 4-8% 100-500/|il
Eosinófilos 0,5-4% 20-350/|il
Basófilos 0,5-1% 10-100/|il
Leucocitosis: Es el aumento de la cifra total de leucocitos por encima de 10.000/^il.
En la mayoría de los casos, se debe a un aumento de los neutrófilos, y la causa más
frecuente de la misma son las infecciones de cualquier origen (bacterianas, virales,
fúngicas o parasitarias). Existe también una leucocitosis «fisiológica» en el recién
nacido (generalmente con linfocitosis), a final del embarazo, o tras esfuerzos
intensos. Causas no infecciosas de leucocitosis incluyen el dolor agudo, procesos
inflamatorios, colagenosis, situaciones posthemorrágicas, hipertermia no infecciosa,
quemaduras extensas, la gota, feocromocitoma y otras neoplasias sólidas y
hematológicas (leucemias y síndromes linfoproliferativos con expresión periférica),
coma diabético, intoxicaciones por metales pesados o monóxido de carbono, sin
olvidarnos de determinados fármacos (principalmente los corticoides y factores de
crecimiento como el G-CSFoel GM-CSF).
Neutrofilia: Se entiende por neutrofilia el aumento de los neutrófilos por encima de
los 7.500/|il. Puede deberse a multitud de causas comentadas anteriormente.
Linfocitosis: Se define como el aumento de la cifra total de linfocitos por encima de
4.000/|il (no incluye la linfocitosis relativa, secundaria a una neutropenia). Puede
tener diversos orígenes:
• Fisiológica: en niños y especialmente en el recién nacido.
• Infecciosa: infecciones bacterianas crónicas, tuberculosis, mononucleosis
infecciosa (a menudo con presencia de linfocitos activados en el frotis de sangre
periférica), en la recuperación de algunas viriasis como rubéola, parotiditis, varicela o
hepatitis, brucelosis, fiebre tifoidea, etc.
• Hemopatías: leucemia linfática crónica y otros síndromes linfoproliferativos con
expresión leucémica, leucemia aguda, anemia aplásica, anemia perniciosa.
• Enfermedades inñamatorias: vasculitis, enfermedad de Crohn, coUtis ulcerosa,
enfermedad del suero.
• Endocrinopatías: diabetes, tirotoxicosis, enfermedad de Addison, acromegalia y
otras.
• Radiación
Eosinofilia: Existe una eosinofilia cuando la cifra total de eosinófilos supera los
500/|il. Nuevamente, existen numerosas causas que pueden provocar la aparición de
una eosinofilia;
• Enfermedades alérgicas: asma bronquial, urticarias agudas, enfermedad del suero,
fiebre del heno, hipersensibüidad a alimentos o fármacos, picaduras de insectos, etc.
• Infecciones: de forma típica en las parasitosis (triquinosis, filariasis, hidatidosis,
amebiasis, lambUasis, toxocariosis, ascaridiasis, esquistosomiasis), aunque también
en otras infecciones agudas (escarlatina, sarampión, herpes zóster) y crónicas
(lepra, tuberculosis). También en la infección por Pneumocystis jiroveci.
• Enfermedades cutáneas: pénfigos, dermatitis atópica, eccemas, psoriasis, urticaria
pigmentosa, síndrome de Well.
• Hemopatías: leucemia mieloide crónica, leucemia eosinofílica, algunos síndromes
mielodisplásicos y leucemias mieloblásticas agudas, linfomas T, enfermedad de
Hodgkin. A veces, la eosinofilia constituye un síndrome paraneoplásico que
acompaña a algunos tumores sólidos.
• Endocrinopatías: enfermedad de Addison, mixedema, hipopituitarismo.
• Por radioterapia.
• Intoxicaciones: arsénico, benzol, barbitúricos, ingestión prolongada de L-triptófano.
• Colagenosis: periarteritis nodosa, dermatomiositis, síndrome de Sjógren, vasculitis
granulomatosas, así como en la sarcoidosis.
• Idiopática: es el conocido como síndrome hipereosinófilo, que se define por la
persistencia de una cifra de eosinófilos >1.500/^1, sin ninguna causa que la
justifique,
e infiltración de diversos órganos y tejidos por eosinófilos (pulmones, corazón,
hígado, tracto gastrointestinal, etc.).

MARCADORES DE INFLAMACIÒN E INFECCIÒN:

Velocidad de sedimentacion globular: La VSG se utiliza desde hace muchos años


como auxiliar para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades asociadas a
inflamación aguda y crónica, incluyendo infecciones, cánceres y enfermedades
autoinmunes.
Las determinaciones repetidas de VSG permiten el seguimiento de una evolución
favorable o la sospecha de una complicación ante un valor que no se normaliza o
que presenta una nueva aceleración.
 VSG acelerada: Puede darse de forma fisiológica en el embarazo desde el
segundo o tercer mes, y en el puerperio. También en el lactante y en el anciano
pueden registrarse discretos aumentos no patológicos. Situaciones triviales como
un baño excesivamente caliente pueden provocar una Hgera aceleración. La
menstruación normal prácticamente no la modifica. No se altera por la ingestión
de alimentos, por lo que no es necesario practicarla en ayunas.
De forma consensuada consideramos:
• Elevación ligera: hasta 30 mm en la primera hora.
• Elevación moderada: 30-50 mm.
• Elevación intensa: 50-100 mm.
• Extraordinariamente acelerada: más de 100 mm.
Las causas de la VSG acelerada son patológicas y pueden ser de diferente
índole:
Procesos infecciosos
Infecciones agudas
Hay que distinguir entre la VSG propia y más o menos característica de cada
enfermedad en su forma pura y la que presentan los casos complicados con
procesos supurados sobreañadidos
Infecciones crónicas en las fases activas:
- Tuberculosis pulmonar. Muy acelerada en las formas exudativas (infiltrados o
derrames) y caseificantes. En el complejo primario se observan elevaciones
ligeras o moderadas. En la tuberculosis miliar los hallazgos son variables.
- Tuberculosis extrapulmonar. Aceleraciones máximas en la tuberculosis intestinal
o laríngea. En la meningitis, valores variables. En los abscesos fríos (mal de Pott,
etc.) y en las pleuritis con derrame, cifras altas. En las poliserositis, aumentos
moderados.
- Artritis reumatoide. A menudo se producen aceleraciones intensas durante los
brotes.
- Espondilitis anquilopoyética, con aceleración moderada en la fase activa.
Procesos neoplásicos
La VSG va acelerándose a medida que crece el tumor, en especial si metastatiza. Se
acelera particularmente en algunas neoplasias hematológicas y puede aumentar con
la irradiación.
- Mieloma múltiple: la VSG experimenta una extraordinaria aceleración ya en el
primer cuarto de hora, que contrasta con la escasa modificación en la lectura de la
segunda hora.
- Linfoma de Hodgkin: la VSG suele acelerarse en mayor o menor grado y de forma
progresiva.
- Leucemias, especialmente las agudas: en la leucemia linfática crónica se observa a
veces una VSG.
Infartos y hemorragias internas
• En el infarto de miocardio.
• El tromboembolismo pulmonar con infarto.
• Los hematomas y los derrames hemorrágicos aceleran la VSG.
Enfermedades metabólicas y disproteinemias
• Crisis gotosas.
• Amiloidosis renal o visceral primaria o secundaria, aceleraciones intensas.
• Nefrosis y síndrome nefrótico: aceleraciones muy intensas paralelas a la proteinuria
masiva y al resto del cuadro humoral.
• Cirrosis hepática.
En las lesiones traumáticas
• Heridas con afectación muscular, sufusiones hemorrágicas y destrucción tisular.
• Fracturas.
• Shock traumático.
• Después de intervenciones quirúrgicas.
• Quemaduras extensas.
Por efecto terapéutico
• En los enfermos tratados con radioterapia.
• Igualmente, tras la administración de vacunas.
En las colagenosis y enfermedades sistémicas autoinmunes
• En el lupus eritematoso agudo, poliarteritis nodosa, dermatomiositis, artritis
reumatoide, arteritis de la temporal (polimialgia reumática) y granulomatosis de
Wegener.
 VSG retardada
Fisiológicamente, en el recién nacido (1-2 mm). De forma patológica en los
siguientes procesos:
• Hipoproteinemia simple por dilución plasmática. No así en la hipoproteinemia
metabólica, que siempre va acompañada de hiperglobulinemia, por tanto, de VSG
acelerada.
• Policitemia vera y en las poliglobulias sintomáticas (mal de montaña,
enfermedad pulmonar obstructiva[EPOC], etc.) con aumento de la viscosidad
sanguínea total. El aumento de la viscosidad plasmática, en cambio, acelera la
VSG, como las hiperproteinemias.
• Estados anafilácticos agudos y en la enfermedad del suero.
• Estados caquécticos extremos con hipoglobulinemia y disminución del
fibrinógeno.
• Insuficiencia cardíaca congestiva, con plétora y cianosis marcada,
especialmente en
el cor pulmonale. Al retardo de la VSG contribuye aquí la poliglobulia.
• Enfermedad de Niemann-Pick^^.
• Hipofibrinogenemias: CID, necrosis hepática aguda, etc.

PROTEINA C REACTIVA:

Valor normal: El valor medio de la proteína C reactiva en sujetos jóvenes sanos es de 0,8
mg/1, con percentiles 90 en 3 mg/1 y 99 en 10 mg/1.

La proteína C reactiva es un marcador inespecífico de inflamación, útil en la detección de


enfermedad orgánica, en la monitorización del tratamiento de procesos inflamatorios o
infecciosos y en la detección de infecciones intercurrentes (sobre todo
en pacientes inmunocomprometidos).

SEROLOGIA:
Especialmente para el diagnòstico de enf celìaca se utiliza:
INMUNOFLUORESCENCIA
Es una técnica de laboratorio que permite la detección de una biomolécula
(p. ej., un antígeno o un anticuerpo) utilizando anticuerpos monoclonales o
policlonales que la reconocen específicamente al estar conjugados a un fluorocromo
(sustancia fluorescente, es decir, que excitada con luz de una longitud de onda emite
fotones a una longitud de onda distinta que es detectable mediante el ojo humano o
fotomultiplicadores electrónicos). En las técnicas llamadas «inmunofluorescencia
directa» se usa un anticuerpo monoclonal o antisuero directamente marcado con
un fluorocromo, mientras que denominamos «inmunofluorescencia indirecta» al
uso de un anticuerpo primario no marcado (que será el que reconoce la molécula)
y un anticuerpo secundario marcado con el fluorocromo que reconoce
específicamente el primario.
Especificamente para el Ac antigliadina, antitransglutaminasa y anti endomisio se
utiliza Inmunofluorescencia indirecta.

HECES:
Ex macroscopico
Caract quimicas:
En el estudio de un paciente con diarrea es necesario distinguir entre las causas de
origen inflamatorio (p. ej., colitis bacteriana o enfermedad inflamatoria intestinal) y las
de origen no inflamatorio (colitis virales y síndrome de intestino irritable). La
presencia de determinados elementos en las heces puede apuntar a uno u otro
diagnóstico.
Leucocitos en heces
La aparición de leucocitos en las heces orienta hacia el diagnóstico de un origen
inflamatorio de la diarrea. La manipulación de la muestra y la experiencia del
observador limitan a veces la fiabilidad de este examen.
Calprotectina fecal
La calprotectina es una proteína de neutrófilos que parece comportarse como
marcador de su actividad, que puede ser detectada en las heces. Las cifras de
calprotectina fecal están elevadas en presencia de inflamación intestinal, por lo que
su determinación podría ser de provecho para distinguir entre causas inflamatorias y
no inflamatorias de diarrea. Se está evaluando su eficacia en el seguimiento de
pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.
Lactoferrina fecal
Otro marcador de neutrófilos que puede detectarse en heces es la lactoferrina. Su
análisis parece ser más preciso que el de leucocitos y menos vulnerable a
variaciones en la manipulación de la muestra. Su papel en el diagnóstico de la
diarrea aguda está todavía por definir.
Sangre oculta
Aunque en ocasiones se ha empleado la determinación de sangre oculta en las
heces para el diagnóstico de diarrea inflamatoria, hoy en día su principal utilidad es
el diagnóstico de hemorragia digestiva microscópica, y se utiliza específicamente en
el cribado del cáncer colorrectal.
Medición del pH
La medición del pH de las heces aporta información sobre una posible malabsorción
de hidratos de carbono como causa de la diarrea. Cuando los hidratos de carbono
alcanzan el colon sin haber sido digeridos son fermentados por la flora bacteriana.
Como consecuencia de esta fermentación se liberan gas y ácidos grasos de cadena
corta, que acidifican el pH y lo disminuyen habitualmente por debajo de 6. Este
hallazgo indica de forma indirecta un exceso de fermentación de hidratos de carbono
en el colon.
Caract microscopicas
Esteatorrea
La presencia de un exceso de grasa en la deposición (esteatorrea) puede
reconocerse en ocasiones macroscópicamente si es muy abundante. En la
preparación microscó pica se identifica por la tinción con Sudán III, que tiñe de rojo
los glóbulos de grasa. La malabsorción de grasa aparece fundamentalmente en
casos de déficit enzimático que impide su digestión; enfermedad pancreática que
condiciona insuficiencia pancreática exocrina (pancreatitis crónica, fibrosis quística
del páncreas, etc.) o en aquellas enfermedades que afectan al intestino delgado e
impiden la absorción de la grasa ya digerida (enfermedad celíaca, enfermedad de
Whipple, etc.).
Ex. Microbiologico de las heces:
El examen microbiológico de las heces tiene por objeto comprobar la presencia de
un germen anormal que se sospecha que está relacionado con la enfermedad.
También es Útil para comprobar la existencia de una «disbacteriosis» o desequilibrio
en la flora habitual del intestino, y puede practicarse con fines epidemiológicos para
detectar portadores de gérmenes.
La flora normal constituye un tercio del peso de las heces secas. En el adulto la
flora dominante es gramnegativa y en el lactante, en cambio, es preferentemente
grampositiva.
El diagnóstico de las helmintiasis intestinales se basa en el hallazgo del parásito o
de sus huevos en las heces. Para facilitar la búsqueda de estos últimos se recurre a
los métodos de enriquecimiento o concentración de las heces.
Las tenias pueden reconocerse por la aparición macroscópica de sus anillos
(proglótides) o mediante el examen microscópico de sus huevos.

EX DE ESPUTO Y LAVADO BRONCOALVEOLAR


ESPUTO:
Habitualmente se recogerán muestras expectoradas espontáneamente por el propio
paciente o tras fisioterapia respiratoria, pero en algunos casos será necesario inducir
la expectoración. Esta técnica consiste en la inhalación única o seriada de suero
salino hipertónico que estimula la tos. Posteriormente, el paciente intentará
expectorar tras cada nebulización virtiendo la muestra en un bote estéril para su
análisis y/o cultivo. Mediante la inducción del esputo se ha obtenido un buen
rendimiento diagnóstico en tuberculosis, infección por Pneumocystis jiroveci o en las
neoplasias pulmonares. También se está empleando cada vez con mayor frecuencia
en los protocolos clínicos de investigación.
La recogida y el transporte del esputo deben seguir un protocolo minucioso. Se
deben dar instrucciones precisas y sencillas al paciente, y la tos tiene que ser
profunda tras completar una limpieza bucal. La muestra debe remitirse al laboratorio
lo antes posible. En caso contrario, se guardará en la nevera hasta su envío, puesto
que un retraso de 2 a 5 h en el procesamiento disminuye el aislamiento de varios
gérmenes.
Caracteristicas macroscopicas:
CANTIDAD: Cuando la cantidad de esputo supera los 100 ml/día se suele hablar de
broncorrea. El aumento de la expectoración puede ser de por sí un indicador de
sobreinfección en un paciente con expectoración crónica. La medición del volumen
diario es especialmente útil en pacientes con bronquiectasias o abscesos
pulmonares, ya que la cantidad disminuye si hay respuesta al tratamiento y aumenta
en caso contrario. La vómica o expectoración masiva ocurre al vaciarse un empiema
o absceso a través del árbol bronquial.
COLOR: Clásicamente se han definido dos tipos de esputo: el esputo mucoso
(incoloro o blanquecino) típico del asma y el mucopurulento (amarillo-verdoso), más
característico de infección de la vía aérea. Existen otros, como el esputo rosado
típico del edema agudo de pulmón, el herrumbroso propio del inicio de una
neumonía, negruzco de la neumoconiosis o necrosis, y el de aspecto «en jarabe de
grosella» compatible con infección por Klebsiella pneumoniae. La coloración rojiza
del esputo suele ser alarmante para el enfermo.
El diagnóstico diferencial debe incluir procesos hemorrágicos que
tiñan de sangre el esputo, incluyendo las fosas nasales o la boca. La expectoración
de sangre se denomina hemoptisis, mientras que el término «hemoptisis masiva» se
emplea cuando el sangrado conlleva riesgo vital (600 ml/24 h).
OLOR: El olor fétido suele indicar la presencia de gérmenes anaerobios, sobre todo
en los
abscesos pulmonares y en algunos casos de bronquiectasias.
ASPECTO: Los esputos mucoso-vítreos que se expulsan con dificultad y se adhieren
al recipiente suelen corresponder al inicio de procesos inflamatorios limitados a
capas superficiales de la mucosa. Los mucopurulentos, amarillos o amarillo-
verdosos, suelen indicar inflamación o vaciamiento de cavidades patológicas.
Caract. Microscopicas:
Análisis citológico del esputo
En el esputo pueden encontrarse células exfoliadas del epitelio bronquial, células
alveolares (macrófagos, linfocitos, etc.) y células inflamatorias (neutrófilos,
eosinófilos y linfocitos). Algunas enfermedades se acompañan de alteraciones
citológicas que reflejan el estado de la mucosa bronquial.
En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) predominan los neutrófilos y
su valor absoluto se relaciona con el grado y progresión de la obstrucción bronquial.
Un recuento elevado de eosinófilos puede indicar un asma concomitante, y permite
identificar a aquellos pacientes con buena respuesta a los corticoides.
En el esputo también se pueden identificar mediadores inflamatorios que aumentan
durante las exacerbaciones, incluyendo: IL-8, TNF-alfa, proteasas y hialuronano. La
inducción de esputo con solución salina hipertónica estimula la inflamació neutrofílica
durante 24 h.
En el asma es común encontrar mastocitos, macrófagos y neutrófilos, predominando
los eosinófilos, que pueden alcanzar hasta un 40% del total de las células
dependiendo de la estabilidad de la enfermedad y el uso previo de corticoides. Un
alto recuento de eosinófilos se correlaciona con la gravedad y, al igual que en la
EPOC, predice una buena respuesta al tratamiento corticoideo. En ocasiones, en el
examen citológico de los pacientes asmáticos pueden observarse cristales de
Charcot-Leyden, sobre todo durante las agudizaciones. Las espirales de Curschman
son estructuras de material mucoso con una hebra central («moldes» bronquiales),
que pueden aparecer en el asma o en cualquier otra enfermedad bronquial que curse
con secreciones espesas. Los neutrófilos pueden llegar a predominar en las
exacerbaciones asmáticas, especialmente si hay antecedente de tratamiento
esteroideo reciente.
La tos crónica, el resfriado común, las infecciones bacterianas y la exposición a
agentes irritantes también se asocian a un predominio de neutrófilos en el esputo,
con o sin eosinofilia.
Ex microbiologico:
Cultivo: La mayor rentabilidad de estas muestras se obtiene tras el enjuague de la
boca con agua destilada o solución salina y una expectoración profunda matinal, a
ser posible antes de iniciar tratamiento antibiótico. Debe tenerse en cuenta que hasta
un 30% de los pacientes con neumonía no expectoran. Además, el análisis de
esputo no es util en anaerobios puesto que éstos pueblan la orofaringe y abundan en
la saliva. En general, la presencia de múltiples especies de bacterias sugiere
contaminación oral. La muestra será considerada apta para su análisis y
representativa del tracto respiratorio inferior cuando contenga 25 o más células
polimorfonucleadas, y menos de 10 células epiteliales/campo (lOOx)
En general, el estudio del Gram es útil en el diagnóstico incipiente de neumonías
bacterianas, ya que puede dirigir el tratamiento inicial con una sensibilidad y
especificidad razonables en neumonías adquiridas en la comunidad.
Además, los cultivos bacterianos permiten no sólo el aislamiento de gérmenes, sino
también la identificación de resistencias frente a diferentes tratamientos.

Si existe la sospecha clínica de tuberculosis, se recomienda la obtención seriada de


tres esputos consecutivos.
En caso de no poder obtener una buena muestra, puede intentarse la inducción del
esputo. El estudio microscópico de bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR) y el
cultivo en medio Lówenstein-Jensen son claves en el diagnóstico de esta
enfermedad. El hallazgo de BAAR en el análisis de esputo permite identificar a
pacientes baciliferos que deberán permanecer aislados durante las primeras
semanas de tratamiento. La baciloscopia es la técnica fundamental en toda
investigación microbiológica de la tuberculosis, en la detección de casos y en el
control posterior de la respuesta al tratamiento. Esta técnica, económica y de rápida
ejecución, permite diagnosticar hasta un 80% de los casos de tuberculosis pulmonar.

La presencia de hongos en el esputo también puede ser útil para el diagnóstico de


determinadas infecciones. Muchos de estos microorganismos forman parte de la
microbiota normal, como Candida albicans y varias especies de Aspergillus. El
hallazgo de estos gérmenes en esputo debe valorarse en el contexto clínico, puesto
que no es necesariamente indicativo de infección. Aunque existen casos
documentados de neumonía por C. albicans, son extremadamente raros y, en
algunos casos, cuestionables. El aislamiento de Aspergillus se debe frecuentemente
a una contaminación ambiental o a una colonización de la vía aérea, ya que la
distribución de este microorganismo es universal y la inhalación de sus esporas es
muy frecuente. Sin embargo, el hallazgo de este germen en cultivos de esputo
seriados es altamente predictivo de aspergilosis pulmonar invasiva en pacientes
trasplantados de médula ósea o hígado..
El análisis de esputo puede ser muy útil en el diagnóstico de neumonía por P.
jiroveci, aunque los resultados son muy variables. La inducción del esputo para
identificar este germen es rentable, sobre todo en pacientes con sida que no realizan
quimioprofilaxis, y permite el diagnóstico en el 70-80% de los casos.
Gracias a la generalización de las medidas higiénico-sanitarias, la detección de
parásitos animales en el esputo es muy rara en nuestro medio.

LAVADO BRONCOALVEOLAR: El lavado broncoalveolar (LBA) es un


procedimiento sencillo, mínimamente invasivo, que permite estudiar los
constituyentes celulares y bioquímicos de la superficie
epitelial del tracto respiratorio inferior a través de la instilación y posterior
aspiración de suero en uno o varios segmentos o subsegmentos pulmonares.

CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS
Celularidad:
El recuento celular es uno de los objetivos del lavado. En condiciones
normales, la mayoría de las células obtenidas mediante esta técnica son
macrófagos alveolares (80-90%) y un 5-15% linfocitos. Los neutrófilos suelen
escasear (<3%) al igual que los eosinófilos y basófilos (<1%). En niños, los
linfocitos pueden ser mayoritarios (hasta un 60%). El número total de células
en personas sanas, no fumadoras, oscila entre 10 y 70 por mi (lOOx), aunque
en fumadores sanos la cifra puede ser hasta cuatro veces superior

EXAMEN MICROBIOLÓGICO
La indicación más frecuente de un LBA es la sospecha de infección en
pacientes sin confirmación diagnóstica mediante análisis de esputo. El Gram
inicial del material obtenido mediante lavado puede orientar el diagnóstico y
facilitar la elección de antibiótico. El cultivo tiene valor etiológico. Se considera
significativo el aislamiento de 10.000 UFC/ml, siempre y cuando la muestra sea
aceptable con <1% de células escamosas epiteliales. El hallazgo de bacterias
intracelulares es muy indicativo de infección pulmonar (>2% es diagnóstico de
infección pulmonar).

DERRAME PLEURAL:
Toracocentesis:
Una toracocentesis está indicada si se desconoce la etiología del derrame
pleural y su cuantía es significativa (más de 10 mm de grosor en la radiografía
realizada en decúbito lateral homolateral o en la ecografía).
Para poder realizar los análisis adecuados en el líquido, es necesario obtener
un volumen mínimo de 50 ml de muestra, que deberá repartirse en frascos
apropiados para ser enviados a los laboratorios de microbiología, bioquímica
y citología. Para el examen citológico son necesarios al menos 20 mi, y debe
evitarse que transcurra mucho tiempo entre la toma de la muestra y su
procesado
CARACTERISTICAS MACROSCOPICAS:
Apariencia del líquido
Es importante evaluar las características físicas del líquido tras su extracción.
Son importantes su aspecto y su olor. Según su aspecto (seroso,
sanguinolento, hemorrá- gico, turbio o francamente purulento) se deben
solicitar pruebas adicionales

BIOQUÍMICA Y HEMATOLOGÍA
Diferencia entre trasudado y exudado
No obstante, creemos que los criterios de Light siguen vigentes y, para
situaciones de duda, se recomienda la determinación del gradiente de
albúmina.
PH
Debido a la alta concentración de bicarbonato en el espacio pleural el pH
normal del líquido pleural es aproximadamente 7,6. La cuantificación del pH en
el líquido pleural es util en la determinación de la necesidad de drenaje de un
derrame pleural asociado a infección pulmonar (derrame paraneumónico). Un
pH disminuido se asocia a un proceso inflamatorio más intenso con una
probabilidad menor de que el tratamiento antibiótico pueda resolver el derrame
pleural paraneumónico. Diversos estudios han determinado el umbral de pH
7,2 como aquel por debajo del cual es necesario el drenaje del líquido
pleural para evitar su organización y el consiguiente riesgo de atrapamiento
pulmonar.
En derrames pleurales no infecciosos, el pH no se utiliza como criterio para
drenaje. No obstante, un pH menor de 7,3 en enfermedades neoplásicas se
asocia a una peor supervivencia.
Glucosa
Al igual que el pH, la concentración de glucosa se utiliza como criterio para el
drenaje de derrames pleurales paraneumónicos. Una concentración de glucosa
menor a 40 mg/dl define un derrame paraneumónico complicado con menor
probabilidad de resolución con tratamiento antibiótico solo. Por lo tanto, al igual
que ocurría con el pH menor de 7,2, una concentración de glucosa por debajo
de 40 mg/dl es indicación de drenaje de un derrame pleural paraneumónico.
Amílasa
La concentración de amilasa en el líquido pleural está valorada en derrames
secundarios a pancreatitis o rotura esofágica. La determinación de isoenzimas
de amilasa es útil para diferenciar ambos. Se considera una amilasa en líquido
pleural elevada cuando su concentración es mayor que el límite superior
normal para el suero, o cuando el cociente amilasa del líquido pleural/amilasa
en suero es mayor de 1.

CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS
Recuento celular
El recuento de leucocitos y la distribución de la fórmula leucocitaria facilitan la
clasificación de un derrame pleural según diferentes etiologías. Un predominio
de neutrófilos (más del 50% de los leucocitos) indica un proceso agudo debido
a neumonía bacteriana (derrame paraneumónico y empiema), absceso
subfrénico, trombroembolismo pulmonar, pancreatitis y tuberculosis pleural en
sus fases iniciales. Un predominio de células mononucleares es compatible
con un proceso crónico. En concreto, cuando las células mononucleares más
abundantes son linfocitos, las posibles causas que hay que valorar son:
neoplasias (primarias y secundarias), tuberculosis pleural, sarcoidosis,
artritis reumatoide y quUotórax. También puede encontrarse un predominio de
linfocitos en derrames que se producen tras una intervención de derivación
aortocoronaria.
La presencia de eosinófilos en el líquido pleural sugiere varias etiologías,
aunque probablemente la causa más común es la introducción de aire o sangre
en el espacio pleural durante la toracocentesis. Se define derrame pleural
eosinofílico cuando al menos un 10% de los leucocitos son eosinófilos. Las
patologías que pueden producir derrame eosinofílico incluyen: derrames
paraneumónicos, tuberculosis, pleuritis inducida por fármacos (nitrofurantoína y
bromocriptina), derrame pleural benigno por asbestosis, síndrome de Churg-
Strauss, infarto pulmonar y paragonimiasis.
La presencia de basófilos en un porcentaje superior al 10% plantea la
sospecha de infiltración leucémica de la pleura.
Un derrame pleural se denomina hemotórax cuando el hematócrito del líquido
es superior al 50% del hematócrito sanguíneo. Esa distinción es
importante puesto que la presencia de un hemotórax requiere una
monitorización de la hemorragia mediante un tubo de drenaje. La presencia de
sangre en pleura con un hematócrito menor del 50% del hematócrito
sanguíneo ocurre en neoplasias, embolia pumonar asociado a infarto,
traumatismo, derrame pleural benigno secundario a asbestosis o síndrome de
daño poscardíaco.
Citologia: Es variable según etiologia

EXAMEN MICROBIOLÓGICO
La valoración del líquido pleural para determinar la presencia o no de infección
requiere el examen en fresco, la tinción con Gram y cultivos apropiados. La
muestra debe inocularse en envases de hemocultivos inmediatamente después
de la extracción, que deberá realizarse con condiciones asépticas. Los cultivos
deben inocularse en medios aeróbicos y anaeróbicos. Dependiendo de la
prevalencia de enfermedades como la tuberculosis y de la sospecha
diagnóstica, deben pedirse específicamente cultivos para micobacterias u
hongos en situaciones apropiadas. En el caso de micobacterias, deben
solicitarse tinciones específicas para la detección de bacilos ácido-alcohol
resistentes.

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