HEMOGRAMA
SERIE ROJA:
SERIE BLANCA
PROTEINA C REACTIVA:
Valor normal: El valor medio de la proteína C reactiva en sujetos jóvenes sanos es de 0,8
mg/1, con percentiles 90 en 3 mg/1 y 99 en 10 mg/1.
SEROLOGIA:
Especialmente para el diagnòstico de enf celìaca se utiliza:
INMUNOFLUORESCENCIA
Es una técnica de laboratorio que permite la detección de una biomolécula
(p. ej., un antígeno o un anticuerpo) utilizando anticuerpos monoclonales o
policlonales que la reconocen específicamente al estar conjugados a un fluorocromo
(sustancia fluorescente, es decir, que excitada con luz de una longitud de onda emite
fotones a una longitud de onda distinta que es detectable mediante el ojo humano o
fotomultiplicadores electrónicos). En las técnicas llamadas «inmunofluorescencia
directa» se usa un anticuerpo monoclonal o antisuero directamente marcado con
un fluorocromo, mientras que denominamos «inmunofluorescencia indirecta» al
uso de un anticuerpo primario no marcado (que será el que reconoce la molécula)
y un anticuerpo secundario marcado con el fluorocromo que reconoce
específicamente el primario.
Especificamente para el Ac antigliadina, antitransglutaminasa y anti endomisio se
utiliza Inmunofluorescencia indirecta.
HECES:
Ex macroscopico
Caract quimicas:
En el estudio de un paciente con diarrea es necesario distinguir entre las causas de
origen inflamatorio (p. ej., colitis bacteriana o enfermedad inflamatoria intestinal) y las
de origen no inflamatorio (colitis virales y síndrome de intestino irritable). La
presencia de determinados elementos en las heces puede apuntar a uno u otro
diagnóstico.
Leucocitos en heces
La aparición de leucocitos en las heces orienta hacia el diagnóstico de un origen
inflamatorio de la diarrea. La manipulación de la muestra y la experiencia del
observador limitan a veces la fiabilidad de este examen.
Calprotectina fecal
La calprotectina es una proteína de neutrófilos que parece comportarse como
marcador de su actividad, que puede ser detectada en las heces. Las cifras de
calprotectina fecal están elevadas en presencia de inflamación intestinal, por lo que
su determinación podría ser de provecho para distinguir entre causas inflamatorias y
no inflamatorias de diarrea. Se está evaluando su eficacia en el seguimiento de
pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.
Lactoferrina fecal
Otro marcador de neutrófilos que puede detectarse en heces es la lactoferrina. Su
análisis parece ser más preciso que el de leucocitos y menos vulnerable a
variaciones en la manipulación de la muestra. Su papel en el diagnóstico de la
diarrea aguda está todavía por definir.
Sangre oculta
Aunque en ocasiones se ha empleado la determinación de sangre oculta en las
heces para el diagnóstico de diarrea inflamatoria, hoy en día su principal utilidad es
el diagnóstico de hemorragia digestiva microscópica, y se utiliza específicamente en
el cribado del cáncer colorrectal.
Medición del pH
La medición del pH de las heces aporta información sobre una posible malabsorción
de hidratos de carbono como causa de la diarrea. Cuando los hidratos de carbono
alcanzan el colon sin haber sido digeridos son fermentados por la flora bacteriana.
Como consecuencia de esta fermentación se liberan gas y ácidos grasos de cadena
corta, que acidifican el pH y lo disminuyen habitualmente por debajo de 6. Este
hallazgo indica de forma indirecta un exceso de fermentación de hidratos de carbono
en el colon.
Caract microscopicas
Esteatorrea
La presencia de un exceso de grasa en la deposición (esteatorrea) puede
reconocerse en ocasiones macroscópicamente si es muy abundante. En la
preparación microscó pica se identifica por la tinción con Sudán III, que tiñe de rojo
los glóbulos de grasa. La malabsorción de grasa aparece fundamentalmente en
casos de déficit enzimático que impide su digestión; enfermedad pancreática que
condiciona insuficiencia pancreática exocrina (pancreatitis crónica, fibrosis quística
del páncreas, etc.) o en aquellas enfermedades que afectan al intestino delgado e
impiden la absorción de la grasa ya digerida (enfermedad celíaca, enfermedad de
Whipple, etc.).
Ex. Microbiologico de las heces:
El examen microbiológico de las heces tiene por objeto comprobar la presencia de
un germen anormal que se sospecha que está relacionado con la enfermedad.
También es Útil para comprobar la existencia de una «disbacteriosis» o desequilibrio
en la flora habitual del intestino, y puede practicarse con fines epidemiológicos para
detectar portadores de gérmenes.
La flora normal constituye un tercio del peso de las heces secas. En el adulto la
flora dominante es gramnegativa y en el lactante, en cambio, es preferentemente
grampositiva.
El diagnóstico de las helmintiasis intestinales se basa en el hallazgo del parásito o
de sus huevos en las heces. Para facilitar la búsqueda de estos últimos se recurre a
los métodos de enriquecimiento o concentración de las heces.
Las tenias pueden reconocerse por la aparición macroscópica de sus anillos
(proglótides) o mediante el examen microscópico de sus huevos.
CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS
Celularidad:
El recuento celular es uno de los objetivos del lavado. En condiciones
normales, la mayoría de las células obtenidas mediante esta técnica son
macrófagos alveolares (80-90%) y un 5-15% linfocitos. Los neutrófilos suelen
escasear (<3%) al igual que los eosinófilos y basófilos (<1%). En niños, los
linfocitos pueden ser mayoritarios (hasta un 60%). El número total de células
en personas sanas, no fumadoras, oscila entre 10 y 70 por mi (lOOx), aunque
en fumadores sanos la cifra puede ser hasta cuatro veces superior
EXAMEN MICROBIOLÓGICO
La indicación más frecuente de un LBA es la sospecha de infección en
pacientes sin confirmación diagnóstica mediante análisis de esputo. El Gram
inicial del material obtenido mediante lavado puede orientar el diagnóstico y
facilitar la elección de antibiótico. El cultivo tiene valor etiológico. Se considera
significativo el aislamiento de 10.000 UFC/ml, siempre y cuando la muestra sea
aceptable con <1% de células escamosas epiteliales. El hallazgo de bacterias
intracelulares es muy indicativo de infección pulmonar (>2% es diagnóstico de
infección pulmonar).
DERRAME PLEURAL:
Toracocentesis:
Una toracocentesis está indicada si se desconoce la etiología del derrame
pleural y su cuantía es significativa (más de 10 mm de grosor en la radiografía
realizada en decúbito lateral homolateral o en la ecografía).
Para poder realizar los análisis adecuados en el líquido, es necesario obtener
un volumen mínimo de 50 ml de muestra, que deberá repartirse en frascos
apropiados para ser enviados a los laboratorios de microbiología, bioquímica
y citología. Para el examen citológico son necesarios al menos 20 mi, y debe
evitarse que transcurra mucho tiempo entre la toma de la muestra y su
procesado
CARACTERISTICAS MACROSCOPICAS:
Apariencia del líquido
Es importante evaluar las características físicas del líquido tras su extracción.
Son importantes su aspecto y su olor. Según su aspecto (seroso,
sanguinolento, hemorrá- gico, turbio o francamente purulento) se deben
solicitar pruebas adicionales
BIOQUÍMICA Y HEMATOLOGÍA
Diferencia entre trasudado y exudado
No obstante, creemos que los criterios de Light siguen vigentes y, para
situaciones de duda, se recomienda la determinación del gradiente de
albúmina.
PH
Debido a la alta concentración de bicarbonato en el espacio pleural el pH
normal del líquido pleural es aproximadamente 7,6. La cuantificación del pH en
el líquido pleural es util en la determinación de la necesidad de drenaje de un
derrame pleural asociado a infección pulmonar (derrame paraneumónico). Un
pH disminuido se asocia a un proceso inflamatorio más intenso con una
probabilidad menor de que el tratamiento antibiótico pueda resolver el derrame
pleural paraneumónico. Diversos estudios han determinado el umbral de pH
7,2 como aquel por debajo del cual es necesario el drenaje del líquido
pleural para evitar su organización y el consiguiente riesgo de atrapamiento
pulmonar.
En derrames pleurales no infecciosos, el pH no se utiliza como criterio para
drenaje. No obstante, un pH menor de 7,3 en enfermedades neoplásicas se
asocia a una peor supervivencia.
Glucosa
Al igual que el pH, la concentración de glucosa se utiliza como criterio para el
drenaje de derrames pleurales paraneumónicos. Una concentración de glucosa
menor a 40 mg/dl define un derrame paraneumónico complicado con menor
probabilidad de resolución con tratamiento antibiótico solo. Por lo tanto, al igual
que ocurría con el pH menor de 7,2, una concentración de glucosa por debajo
de 40 mg/dl es indicación de drenaje de un derrame pleural paraneumónico.
Amílasa
La concentración de amilasa en el líquido pleural está valorada en derrames
secundarios a pancreatitis o rotura esofágica. La determinación de isoenzimas
de amilasa es útil para diferenciar ambos. Se considera una amilasa en líquido
pleural elevada cuando su concentración es mayor que el límite superior
normal para el suero, o cuando el cociente amilasa del líquido pleural/amilasa
en suero es mayor de 1.
CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS
Recuento celular
El recuento de leucocitos y la distribución de la fórmula leucocitaria facilitan la
clasificación de un derrame pleural según diferentes etiologías. Un predominio
de neutrófilos (más del 50% de los leucocitos) indica un proceso agudo debido
a neumonía bacteriana (derrame paraneumónico y empiema), absceso
subfrénico, trombroembolismo pulmonar, pancreatitis y tuberculosis pleural en
sus fases iniciales. Un predominio de células mononucleares es compatible
con un proceso crónico. En concreto, cuando las células mononucleares más
abundantes son linfocitos, las posibles causas que hay que valorar son:
neoplasias (primarias y secundarias), tuberculosis pleural, sarcoidosis,
artritis reumatoide y quUotórax. También puede encontrarse un predominio de
linfocitos en derrames que se producen tras una intervención de derivación
aortocoronaria.
La presencia de eosinófilos en el líquido pleural sugiere varias etiologías,
aunque probablemente la causa más común es la introducción de aire o sangre
en el espacio pleural durante la toracocentesis. Se define derrame pleural
eosinofílico cuando al menos un 10% de los leucocitos son eosinófilos. Las
patologías que pueden producir derrame eosinofílico incluyen: derrames
paraneumónicos, tuberculosis, pleuritis inducida por fármacos (nitrofurantoína y
bromocriptina), derrame pleural benigno por asbestosis, síndrome de Churg-
Strauss, infarto pulmonar y paragonimiasis.
La presencia de basófilos en un porcentaje superior al 10% plantea la
sospecha de infiltración leucémica de la pleura.
Un derrame pleural se denomina hemotórax cuando el hematócrito del líquido
es superior al 50% del hematócrito sanguíneo. Esa distinción es
importante puesto que la presencia de un hemotórax requiere una
monitorización de la hemorragia mediante un tubo de drenaje. La presencia de
sangre en pleura con un hematócrito menor del 50% del hematócrito
sanguíneo ocurre en neoplasias, embolia pumonar asociado a infarto,
traumatismo, derrame pleural benigno secundario a asbestosis o síndrome de
daño poscardíaco.
Citologia: Es variable según etiologia
EXAMEN MICROBIOLÓGICO
La valoración del líquido pleural para determinar la presencia o no de infección
requiere el examen en fresco, la tinción con Gram y cultivos apropiados. La
muestra debe inocularse en envases de hemocultivos inmediatamente después
de la extracción, que deberá realizarse con condiciones asépticas. Los cultivos
deben inocularse en medios aeróbicos y anaeróbicos. Dependiendo de la
prevalencia de enfermedades como la tuberculosis y de la sospecha
diagnóstica, deben pedirse específicamente cultivos para micobacterias u
hongos en situaciones apropiadas. En el caso de micobacterias, deben
solicitarse tinciones específicas para la detección de bacilos ácido-alcohol
resistentes.