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SOBRE “AL NORTE DE LOS RÍOS DEL FUTURO” DE JERÓNIMO

PIMENTEL

Por Jorge Posadas

Un libro de ciencia ficción, el análisis del mito democrático redactado en el


siglo XXIII, una pregunta metafísica: "¿Por qué hay peruanos en lugar de
no haber peruanos?". Una travesía de anticipación. Un acercarse a las
lindes perceptivas: ingerir Psilocybe cubensis para expandir la consciencia,
para alcanzar lo onírico visionario, para dinamitar y hacer posible las
multiplicidades del Yo y evitar la violencia que surge al implantarse la
jerarquía. Un eco sumergido en una cámara que contiene millares de ecos:
la asimilación de Anábasis. Un libro fuera o sobre la historia. Un
documento escrito por hombres de silicio que nacieron en territorios
llamados Nuevo Cuzco o Nueva Hiroshima. Un colapsar el centro, la
unidad para encontrar mesetas y saber que “lo que busco no está aquí, ni
en el lenguaje”.

Identidad en busca de sus legiones. Combate. ¿Es el mismo camino, el que


sube y el que baja? ¿Qué de los caminos a los costados, a 73° a la
derecha? Al viajar no sólo se pierden países. El hilo que une al capitán
Ahab con Bartleby. Los lugares verdaderos (los personajes verdaderos) no
se encuentran en los mapas. ¿Qué es la verdad? Detrás de esto se oculta
Deleuze. Coloco frente a la preposición contra “una botella que por vino
tenía escarabajos escondidos en un puño de yerba seca”. Fascismo &
poesía. Fascismo = la hegemonía de un Yo sin fracturas. Poder. Las luchas
a través de las palabras que lo designan. El cronista y su muerte. “¿Quién
testimonia a favor del testigo?” Inestabilidad.

Moverse del centro cínico a un futuro de misiones espaciales en busca de


vestigios terrestres y de nuevos destinos donde la supervivencia sea
posible. Recorrer puentes (un gran puente “que no se le ve / pero que anda
sobre su propia obra manuscrita”). Encontrar que la travesía “no implica
caos, ni anarquía, ni desconcierto”, que la “epifanía es un error de
programación”, “la percepción ordenada de la realidad” es una necesidad
evolutiva, “la consciencia no es un flujo continuo, aunque dé esa
impresión” y “el tiempo es una ilusión cósmica gigante”. El desarraigo del
cronista que redacta este libro es del planeta Tierra. “Extranjero, que
pasaba”.

Durante el viaje escuchas las multitudes que habitan nuestro ego: el Yo


místico, el Yo ficticio, el Yo material, el Yo agazapado, el Yo astrofísico, el
Yo analógico, el Yo digital, el Yo silicio, el Yo orgánico, el Yo fascista, el Yo
retórico, el Yo aeropoético, el Yo amygdala, el Yo quebrado, el Yo onírico, el
Yo Perec, el Yo pictórico, el Yo mutante, el Yo patafísico, el Yo ludita, el Yo
un hombre en vuelo sin parábola, el Yo de sitio, el Yo totalitario, el Yo
diferente. Colocas esta legión en sitios de un abandono desconocido, donde
hay “sótanos secretos [con] viejas bombas atómicas que no explotarán
nunca” y “planetarios vacíos que los adolescentes ya ni siquiera visitan
para fumar hierba o hacer el amor.”

¿Hacia dónde se dirige el que perdió un planeta, una historia? ¿Qué


lugares son posibles para quien el tiempo es una combinación de teorías,
una definición faltante para resolver un crucigrama? ¿Qué es un trayecto
para quien intuye que será imposible “determinar la distancia física que
separa a Dios de los hombres”?

¿Cómo nombrar la realidad sorteando las relaciones de poder implícitas en


el lenguaje? ¿Cómo lograr describirla si “estamos vivos y muertos/ a la
vez”? ¿Es posible describir la muerte, sin experimentarla?
¿Experimentamos la vida?
¿El hombre conoce algo más que su lenguaje? ¿La historia no es un tiovivo
alrededor de algunas palabras?
¿Cómo alcanzar esta síntesis de organización antidemocrática?:
“El núdolo sinoatrial del corazón: diez mil neuronas se ponen de acuerdo
para lanzar un mismo impulso eléctrico al corazón, que lo impele a latir.
No hay jerarquía entre ellas, pero están alineadas y sincopadas. ‘Si
hubiera sólo una célula marcapasos, una única célula que fuera la líder,
aparentemente sería una solución simple, pero no sería una solución
sólida ya que esa célula podría funcionar erróneamente y morirse y morir
tú’”.

6.

Al norte de los ríos del futuro es una alucinación, una manera distinta de
pensar nuestra realidad inmediata. Es un compendio de sueños. Es un
hombre que “descansa sobre una cama de conejos muertos”.

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