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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

ÍNDICE
INTRODUCCIÒN .......................................................... 3
OBJETIVOS ………………………………………………. 4
I. MORALIDAD Y ÉTICA .................................................. 3
A. MORAL .................................................................... 4
B. ÉTICA .................................................................... 5
B.1. TIPOS DE ÉTICA .......................................... 6

a.- ÉTICA POLITICA ................................ 6

b.- ÉTICA NORMATVA ............................. 6

c.- ÈTICA PRAGMATICA ......................... 6

d.- ÉTICA PROFESIONAL ......................... 7

B.2. ÉTICA COMO PARAMETRO DE CONDUCTA7


B.3. LA ÉTICA Y EL DERECHO ............................ 8
II. ALCANCES DE UN CÓDIGO DE ÉTICA ...................... 9
III. FUNDAMETOS DE UN CÓDIGO DE ÉTICA ................ 9
IV. ELEMENTOS DE UN CÓDGO DE ÉTICA .................. 10
V. LEGALIDAD DE UN CÓDIGO DE ÉTICA ................... 11
VI. CODIGO DE ETICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DEL PERÚ 11
A. CUALIDADES DEL ABOGADO ........................... 11
B. DEBERESDEL ABOGADO .................................. 13
C. LEALTAD DEL ABOGADO CON SUS COLEGAS15
D. DEBERES DEL ABOGADO CON SUS CLIENTES18
E. REMUNERACIÓN Y HONORARIOS DEL ABOGADO 26
VII. EXIGENCIAS ÉTICAS A LOS PROFESIONALES ..... 30
VIII. CONCLUSIONES ....................................................... 33
IX. ANEXOS…………........................................................

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INTRODUCCIÓN

En nuestros días, en nuestra sociedad, en nuestro Perú, en Piura, el común de la


gente percibe del abogado (“sabedor de las leyes”) una encriptada idea de un
hombre que ha perdido su dignidad, sus valores, sus enseñas en la universidad, su
ética profesional. Sin embargo, esa percepción producto del actuar de malos
profesionales debe ser cambiada a partir de un compromiso fiel, consciente de cada
uno de los abogados y controlado y castigado por los Colegios respectivos. Es así
que, bajo este supuesto de hecho, se realiza el presente trabajo de investigación,
a la vez de reflexión y concientización para interiorizar en los lectores el espíritu, el
alcance, la importancia y la trascendencia del CODIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO
para que obre en el ejercicio de su profesión conforme a los principios y valores
que inspiran su real ejercicio.

El código de ética del abogado, es de aplicación interna exclusivamente, para sus


agremiados, por lo que el cumplimiento de la conducta de ética, es sólo aplicable
sólo a sus miembros en activo. Es un instrumento de poder jerárquico, con el que
los líderes de la asociación profesional, mantienen el control de los actos de los
abogados en relación a los asuntos que deben hacer, y deben rechazar. El
Abogado tiene un papel fundamental, en una sociedad fundada en el respeto a la
Justicia. Su misión es ejecutar fielmente un mandato en el marco del Derecho. En
un Estado de Derecho, el Abogado es indispensable para lograr el respeto y
cumplimiento de la Justicia y de los justiciables, pues tiene la obligación de
defender sus derechos y libertades; es por lo tanto, el asesor y defensor de su
cliente, y en todo momento deberá buscar la prevalencia de la justicia.

Es así como la ética adquiere importancia en la dinámica social.

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OBJETIVOS
A. GENERALES:

1. Identificar, reconocer, la regulación y vigencia del Código de ética del Abogado


en el Perú.

2. Reconocer la importancia del Código de Ética del Abogado en el ejercicio de la


profesión.

3. Determinar el fin de la ética profesional en un estado de derecho.

4. Identificar y reconocer la vigencia e importancia del Estatuto del ICAP.

5. Determinar la función de la Abogacía en el Perú.

6. Identificar, reconocer y determinar el órgano encargado de velar por el


cumplimiento del Código de ética del Abogado en el Perú.

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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

1. MORALIDAD Y ÉTICA

1.1. MORAL

Las decisiones de la vida en sociedad son sustentadas y realizadas por la conciencia


del hombre, como facultad específica que emite juicios sobre lo que es bueno o malo,
recto o desordenado, conveniente o inconveniente.

La ética, entonces, supone una conducta y toda conducta tiene normas o criterios a los
que tiene que ajustarse. Estos criterios son establecidos por la conciencia moral del
individuo. Es allí donde se fijan las relaciones de conveniencia o disconformidad con
los principios y los hechos.

En algunos casos la conciencia moral de un individuo puede que esté objetivamente


equivocada y que el criterio por el que se rige sea falso; pero el hombre debe atenerse al
mismo para obrar de una manera coherente con lo que piensa, y de no seguir ese criterio
sería una decisión moralmente errónea. Ciertamente si no se está seguro, la obligación
sería despejar las dudas estudiando a fondo el asunto, consultando a personas expertas
o buscando una segunda opinión (antiguamente se tomaba como guía de conducta
aquellos aceptados por las personas mayores y consejos de ancianos). Pero en el caso
de seguridad, ha de actuar con su conciencia, pues no dispone de otro criterio racional.

1.2. ÉTICA

La ética determina, por medio de enunciados normativos, qué debe hacerse en la vida
en sociedad, a qué se está obligado o, en general, qué debe ser. Esta determinación se
realiza por dos vías: mediante la formulación de principios generales y particulares, o
mediante la elección de un procedimiento ecuánime y generalmente aceptado, capaz de
permitir una decisión sobre cada acción éticamente relevante. Cabe una distinción entre
los enunciados de la ética: deontológico y axiológico. Los primeros se refieren al deber
(por tanto se aplican a una acción o a un agente en tanto que obligatoria u obligado). Los

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segundos se refieren al valor (se aplican a objetos o estados de cosas en tanto que
objetivamente valiosos o simplemente valiosos para alguien).

La ética tiene que basarse objetivamente tanto en la observación y la percepción del


hecho a través de los sentidos, para emitir juicios de valor en el actuar, es decir establecer
la categoría moral en la que se encuentra, para finalmente delimitar a
que escala de valores podemos identificarlo, este conjunto de métodos hace que los
códigos de ética tengan un relieve moral de comportamiento, los mismos que deben ser
observados, aprendidos y ejecutados.

En resumen la ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores


morales que guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad.

1.2.1. TIPOS DE ÉTICA A APLICAR

a. ÉTICA POLÍTICA.

Podemos concordarla con la ética propia del estado u organización social. Por cuanto la
constituyen normas de acción que efectivamente permiten la convivencia y la cooperación
social y coordinan las acciones individuales para fomentar el bienestar general.

Asimismo, podemos definirlo la ética política como la parte de la ética que se ocupa de los
principios o normas de acción que deben regir el comportamiento del político en
su calidad de gobernante o legislador, responsable, en última instancia, del bienestar
y seguridad de todos los miembros del estado.

Este apartado ha tomado relevancia ante las denuncias de corrupción, por parte del
Estado u organismo del Estado, siendo reclamada especialmente la honestidad de los
gobernantes. Por ello se dice que la ética política debe ser contemplada como una virtud
colectiva.

b. ÉTICA NORMATIVA.

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Que respecta a los fundamentos sobre el deber ser con una característica, lo considera
solo en su enunciado sin ocuparse de su aplicabilidad o práctica concreta, tiene como
criterio de verdad él mismo como se formula y su correspondencia con los principios
finales y no su práctica como criterio de la verdad. Como su nombre lo indica al decir
normativa, no se refiere a leyes como la de los Estados, sino a principios individuales y/o
sociales que todos deberíamos conocer y practicar.

c. ÉTICA PRAGMÁTICA.

Son vistos desde el punto de vista de los valores con definición científica, lo que plantea
un profundo dilema debido a que valores esenciales para las persona, como: la vida,
la libertad, la justicia, humildad, honestidad, la paz, etc., no pueden ajustarse a los
parámetros rigurosos del conocimiento científico ni aun, ser iguales para todas las
culturas.

d. ÉTICA PROFESIONAL.

Estudia los deberes y los derechos profesionales de cada profesión. También llamada
ética Deontológica. Que debe ampliarse su delimitación no solo a los que cuenta con una
profesión o título profesional, sino a quienes desempeñan un oficio u ocupación de manera
particular.

El objeto de la ética profesional es crear conciencia de responsabilidad, en todos y cada


uno de los que ejercen una profesión u oficio, relacionado con la idea de hacer un bien y
en la naturaleza racional del hombre.

1.2.2. ÉTICA COMO PARÁMETRO DE CONDUCTA.

Conviene relacionar en primer lugar la ética con la justicia, en ese entender una
organización social o institución es legal simplemente por ajustarse a las leyes, pero su
legitimidad sólo se da cuando las leyes que la dotan de legalidad se consideran a su vez

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dignas de ser obedecidas por haberse elaborado conforme a un procedimiento aceptable


por todos.

Esta adscripción a los comportamiento socialmente aceptados se basan en la democracia,


es decir por decisión mayoritaria. Ahora bien, el ajuste a ese procedimiento no implica
necesariamente la justicia de una decisión legislativa. La ética debe permitir ese juicio
sobre una base que no discuta los principios democráticos.

Una ética democrática debe preservar la convivencia de todos los valores presentes en la
sociedad (incluso de los minoritarios), pero fundamentalmente, debe ser capaz de articular
los tres valores fundamentales de la democracia: vida, libertad e igualdad.

La ética es el instrumento que permitirá el control social de los gobernantes. El control


extra-político de la acción política es imprescindible para la salud democrática, y no sería
posible si la ética no proporcionase un puente entre el sentir social y los políticos, y, lo que
es más importante, una base aceptada desde la que argumentar, un punto de referencia
para ejercer ese control.

La sociedad debe mantener una valoración de la actividad política y de la acción


de gobierno. Y ese marco valorativo debe ser establecido por la ética política, y debe
existir una ética destinada a la clase no política, es decir la sociedad en su conjunto, para
establecer el control global.

1.2.3. LA ÉTICA Y EL DERECHO.

El fin de la función ética profesional es el bien común es decir el bien de la sociedad a la


que presta el servicio. En cambio en el Derecho la defensa de la persona humana y
el respeto de su dignidad son el fin supremos de la sociedad y del Estado.
La constitución de 1993 se inicia con este artículo, que contiene una declaración general
que, en términos jurídicos, se convierte en un principio general del Derecho.

El concepto ampliamente manejado del derecho es definido como un conjunto de normas


que rigen la conducta humana que es concomitante con la Ética, sin embargo, difieren
entre las normas propias de cada una. Existen cuatro diferencias principales:

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Las normas de la Ética son autónomas (cada individuo debe darse sus normas propias) y
las del Derecho son heterónomas (las normas provienen de una autoridad diferente al
individuo).

Las normas de la Ética rigen aspectos internos es decir subjetivos, que son propios a cada
persona, y las del Derecho aspectos externos, y comportamiento objetivo dentro de
determinada sociedad.

Las normas de la Ética son unilaterales (el cumplir una norma no implica el surgimiento
de un derecho o una obligación por parte de otras personas), y las del Derecho son
bilaterales (una obligación implica un derecho y viceversa).

Las normas de la Ética son incoercibles (aun cuando tienen un carácter obligatorio,
generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de no cumplirlas) y las del
Derecho son coercibles (la autoridad que ha establecido ciertas normas civiles, tiene la
facultad de exigir el cumplimientos de ellas, y para llevar a cabo dicha tarea, impone
vigilancia, fiscalización, sanciones, etc.).

2. ALCANCES DE UN CÓDIGO DE ÉTICA.

Una sociedad de carácter democrático y regido por leyes, que toman en cuenta tanto la
letra como el espíritu de la Ley, tornan su enfoque en relación con los valores. Y al
referirnos a la ética y su cumplimiento, debe sacarse a flote sus ventajas frente a quienes
no lo toman en cuenta o simplemente no la tienen.

En la redacción de un código de ética este debe eximirse de prohibir todo, por cuanto es
muy posible que se obtenga una respuesta negativa. Por otro lado, si se les otorga un
documento que establezca de manera clara y concisa las expectativas, visión, misión,
fines de la organización y descripción de los comportamientos aceptables, así como
la probabilidad de que cumplan con esas expectativas y muestren los comportamientos
adecuados, será mucho mayor una respuesta positiva.

Al hacer el contenido del código equitativamente aplicable a todos dentro de una


organización o gremio específico, debe tener un ingrediente cual es la cultura, educación,
valores y demás propios de cada organización.
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3. FUNDAMENTOS DE UN CÓDIGO DE ÉTICA.

No existe una redacción estándar para un código de ética o llamado también código de
conducta. Cada institución u organización debe desarrollar parámetros adaptables a las
necesidades de los destinatarios con el fin de definir los comportamientos esperados y
para la consideración de los riesgos, retos y costumbres arraigadas, así como para
adecuarse al cumplimiento de sus objetivos y fines.

Sin embargo, existen algunos puntos básicos que deben tenerse en mente al crear o
modificar un código que en forma genérica y sin establecimiento de limitaciones se
detallan:

 El lenguaje debe ser simple, conciso y de fácil comprensión.


 El código debe de aplicar para todos en forma general.
 El código debe ser escrito, revisado y editado por un equipo multidisciplinario
para poder tener una confianza razonable de que es congruente y tiene la
aceptación debida.
 El código debe revisarse y actualizarse según sea apropiado para reflejar cambios
apropiados.
4. ELEMENTOS RECOMENDADOS DE UN CÓDIGO DE ÉTICA.

Los elementos o secciones de un código pueden variar, pero podemos tener algunos
parámetros que se pueden recomendar y son:

 Una introducción que establezca el tono y defina la importancia de la ética y el


cumplimiento de sus normas.
 La misión, visión, valores y principios guía que reflejan el compromiso obligacional
con la ética, la integridad y la calidad.
 Los recursos de disposición para denunciar de buena fe cualquier sospecha de
mala conducta. (anonimidad, jerarquización, buzones de sugerencia, etc.).
 Ejemplos genéricos de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables.

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 Circular el borrador del código entre el equipo multidisciplinario, entre la


organización o los destinatarios para su revisión y comentarios.
 Actualización del código.
 Presentar la versión "final" del código antes de su aprobación.

5. LEGALIDAD DE UN CÓDIGO DE ÉTICA.

Un código de ética formal se basa en los principios de justicia y lealtad en el desarrollo de


las funciones asignadas o queridas, estos principios deben aplicarse en sus relaciones de
convivencia, respetando la dignidad de la persona.

Por medio del Código de Ética, se establece pautas para poder defender, respetar y
cumplir la Constitución, las Leyes, Ordenanzas y Reglamentos vigentes, y además el
orden público y las buenas costumbres.

Actuar con la disposición cierta de enaltecer la moral, el honor, la respetabilidad y todas


aquellas virtudes de honestidad, integridad, eficiencia y veracidad. En otras palabras,
debe tenerse en cuenta, principios básicos referidos a la Constitución y la ley como son:
La Dignidad humana, derechos humanos y justicia, que se refieren a la obligación de
promover el respeto universal hacia las personas; la Diversidad cultural, pluralismo
y tolerancia, que están relacionados con la necesidad de tener en cuenta diferentes
escalas de valores dentro de los límites de otros principios morales. Así como la
Solidaridad, igualdad y cooperación, que se refieren a la importancia de la acción en
colaboración, el intercambio de conocimientos científicos y de otro tipo y la
no discriminación.

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6. CÓDIGO DE ÉTICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DEL PERÚ.

6.1. CUALIDADES DEL ABOGADO.

a) Conducta del abogado. El abogado debe ser desinteresado y probo, llevar hasta
muy lejos el respeto de sí mismo y guardar celosamente su independencia hacia
los clientes, hacia los poderes públicos y, especialmente, hacia los magistrados.
Debe actuar con irreprochable dignidad, no sólo en el ejercicio de su profesión, sino
también en su vida privada: llamado a apreciar y a veces a juzgar los actos de otros,
ejerce un ministerio que no puede desempeñar con autoridad sino a condición de
ser, él mismo, respetable. En suma, su conducta profesional o privada no debe
jamás infringir las normas del honor y de la responsabilidad que caracterizan la del
hombre de bien.
b) Probidad. La probidad que se exige al abogado no importa tan sólo corrección
desde el punto de vista pecuniario: requiere además lealtad personal, veracidad y
buena fe. Así, por ejemplo, no debe aconsejar ningún acto fraudulento, formular
afirmaciones o negaciones inexactas, efectuar en sus escritos citas
tendenciosamente incompletas, aproximativas o contrarias a la verdad, retener
indebidamente documentos ni demorar la devolución de expedientes.
c) Desinterés. El desinterés que debe caracterizar al abogado no consiste en el
desprecio del provecho pecuniario, sino en el cuidado de que la perspectiva de tal
provecho no sea nunca la causa determinante de ninguno de sus actos.
d) Dignidad en la vida privada. En su vida privada el abogado debe eludir cuanto
pueda afectar su independencia económica, comprometer su decoro o disminuir,
aunque sea en mínima medida, la consideración pública que debe siempre
merecer. Como regla general, debe abstenerse de dar consultas o conferencias
con sus clientes en lugares públicos o poco adecuados a tal objeto. En suma, debe
tratar de conducirse con el máximo de rigor moral, para asegurarse así la mayor
estimación pública.
e) Respeto de la ley. El abogado es parte esencial de la defensa del orden
democrático a través de su participación en el sistema jurídico del país. Por ello,

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debe respetar la función de la autoridad y ejercer el Derecho, cualquiera fuere el


ámbito en que se desempeñe, con sujeción a los principios de lealtad, probidad,
veracidad, honradez y buena fe. El análisis crítico de las decisiones de la autoridad
es un medio válido para defender los intereses del cliente y el Estado de Derecho.
f) Jueces y abogados de conducta censurable. El abogado está en el deber de
negar toda solidaridad y apoyo al magistrado o al colega de conducta moralmente
censurable. Absteniéndose de toda publicidad inadecuada, debe combatir al
primero con los medios que la ley pone a su alcance, tratando, sobre todo, de poner
en movimiento la opinión de los colegas mediante su órgano propio, el Colegio local
de abogados. En cuanto al segundo, debe denunciar sin vacilación su conducta
ante el mismo Colegio y estar siempre dispuesto a tomar la causa del litigante
perjudicado por la actuación de su patrocinante.

6.2. DEBERES DEL ABOGADO.

a. Evitar pleitos innecesarios. El abogado debe intentar evitar que los conflictos de
sus clientes deriven en demandas judiciales cuando existen otros modos
alternativos para solucionarlos. En la medida que no existan riesgos para el interés
o los derechos de sus clientes, debe intentar entablar el diálogo con el abogado
adversario a fin de evitar el pleito y buscar vías de solución más convenientes y
menos onerosas para sus clientes. Esta regla no se aplica cuando, a fin de asegurar
los intereses de sus clientes, es aconsejable la traba de medidas cautelares o la
realización de otras diligencias, judiciales o extrajudiciales preliminares o de
aseguramiento de prueba. Constituye un acto inadecuado del comportamiento del
abogado, saber que determinadas acciones judiciales que contienen pretensiones no
viables sean utilizadas y presentadas innecesariamente ante la administración de justicia
para ciertos fines o que dilaten innecesariamente un proceso a pesar de existir un
pronunciamiento de fondo de la acción formulada, esta circunstancia también está prevista
por el Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú que en su artículo 5 establece
que "El Abogado debe abstenerse del empleo de recursos y formalidades legales
innecesarias, de toda gestión dilatoria que entorpezca el normal desarrollo
del procedimiento y de causar perjuicios", así mismo, de ver que el caso es innecesario

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puede rechazar o negar la aceptación de la defensa de un caso solicitado sin necesidad


de expresar causa justificada, tal como le faculta el artículo 6 del antes referido Código de
Ética de los Colegios de Abogados del Perú. El abogado se abstendrá de plantear
demandas insustanciales o claramente improcedentes que respondan a deseos de
venganza, caprichos u otras conductas reprochables de sus clientes.

b. Nombramientos de oficio, defensa de pobres, suplencia de magistrados. Son


deberes ineludibles del abogado la aceptación de los nombramientos de oficio y
defensas de pobres. Estas obligaciones son de tal modo de la esencia de la
profesión, que debe computarse su incumplimiento como falta grave cuando no
mediaran causas verdaderas y suficientes de excusa. Si bien no se la considera
una obligación, la asistencia pro-bono que pueda hacer el abogado contribuye
decididamente a la estima de la profesión por parte de la sociedad.

c. Estilo. En sus expresiones verbales o escritas el abogado debe usar de la


moderación y energía adecuadas, tratando de decir todo lo necesario y nada más
que lo necesario al patrocinio. Debe cuidar de proceder con el máximo de respeto
a la persona e investidura del magistrado, absteniéndose de toda expresión violenta
o sarcástica. Similar conducta deberá guardarse en relación con el colega y con la
contraparte.

d. Abusos de procedimiento, obstaculización del trámite. El abogado debe


abstenerse en absoluto de realizar cualquier trámite innecesario y en especial
cualquier articulación puramente dilatoria, cuidándose de no entorpecer el normal
desarrollo del juicio. El empleo de los recursos y formas legales, como medio de
obstrucción o dilación del procedimiento, es uno de los más condenables excesos
del ejercicio profesional, porque afecta a un tiempo la conducta del letrado que los
emplea y el concepto público de la abogacía.

e. Relaciones con los magistrados. La actitud del abogado hacia los magistrados
debe ser de independencia. Es su deber guardarles respeto y consideración, así
como abstenerse de toda familiaridad fuera de lugar. Aunque mantenga relaciones

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de amistad con alguno de ellos, debe cuidarse de no exteriorizarla en el Tribunal.


Debe estar en todo momento dispuesto a prestar su apoyo a la magistratura, cuya
alta función social requiere un constante auspicio de la opinión forense. Pero debe
mantener siempre cuidadosamente la más plena autonomía.

f. Influencia personal sobre los jueces. Constituye falta grave cualquier tentativa
de ejercer influencia sobre los magistrados mediante relaciones de amistad,
vinculaciones políticas, académicas o de otra índole o cualquier otro procedimiento
que exceda la exposición de la posición jurídica de la parte que representa.

Constituye asimismo falta grave, por la deslealtad que importa hacia el colega adversario,
no advertirle acerca de la existencia de las vinculaciones especiales mencionadas en el
párrafo que antecede, o la práctica de mantener conversaciones privadas con los
magistrados, relativas a los asuntos que tienen a resolución, cuando en ellas se expresen
argumentos o consideraciones que no consten en los escritos presentados al expediente.
Se exceptúa de esta regla el caso de las medidas cautelares que deban trabarse “inaudita
parte” o de las medidas urgentes de aseguramiento de prueba, donde el abogado está
autorizado a mantener audiencias privadas con el Juez.

6.3. LEALTAD DEL ABOGADO CON SUS COLEGAS.

a. Relaciones del abogado con sus colegas. El abogado debe respetar en todo
momento la dignidad del colega, proscribiendo a su respecto las expresiones hirientes
y las insinuaciones malévolas. Debe impedir toda maledicencia del cliente hacia su
anterior abogado o hacia el patrocinante de su adversario. La confianza, la lealtad y la
benevolencia deben constituir la disposición habitual hacia el colega, a quien debe
facilitarse la solución de inconvenientes momentáneos —enfermedad, duelo o
ausencia— y considerarlo siempre en un pie de igualdad. El abogado debe abstenerse
de utilizar documentación confidencial que su colega le haya enviado con el propósito
de llegar a un acuerdo o transacción ya sea ofreciéndola como prueba en juicio o
exhibiéndola a su cliente sin la expresa autorización del colega.

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La cortesía entre colegas y el deber de respeto se extienden a la abstención de toda


oferta de empleo, directa o a través de servicios de terceros, a profesionales que
integren otra firma profesional o estén al servicio de los colegas. Esta regla no impide
la contratación de abogados hasta entonces relacionados con colegas que se hayan
ofrecido espontáneamente a cambiar de empleo o hayan respondido a avisos o
invitaciones de otros abogados empleados por el nuevo empleador.
b. Relaciones con el adversario. El abogado no debe tratar nunca con el adversario de
su cliente, sino con el abogado o procurador. Puede hacerlo sólo cuando dicho
adversario actúe personalmente o cuando su patrocinante no le sea conocido por
tratarse de un pleito aún no iniciado; pero en tales casos, deberá informarle
expresamente su carácter de defensor de su adversario.

Debe asimismo evitar las persecuciones excesivas, los gastos inútiles y toda medida
o diligencia que no sean necesarias para la defensa de su cliente.

c. Intervención en asunto patrocinado por un colega. El abogado no debe intervenir


en favor de una persona patrocinada en el mismo asunto por un colega, sin dar aviso
a éste, salvo el caso de renuncia expresa del mismo. No habrá falta si quien interviene
después se abstuvo de comunicarse con el colega por ignorar que hubiese prestado
servicios en el asunto, pero deberá hacérselo saber apenas tenga conocimiento de tal
circunstancia. Es también deber del abogado que se encuentre en la situación
señalada comprobar, antes de su intervención, si han sido abonados los honorarios
del colega que lo precedió, salvo que el cambio de profesional se deba, como razón
única o en reunión con otras causales, a una controversia sobre honorarios entre el
cliente y el abogado que precedió en la atención.

A los efectos de esta regla, no se considerará “intervención en un asunto” al mero


examen, a pedido del cliente, de lo actuado por un colega. Se recomienda que el aviso
al abogado que precedió con relación al cese de su actuación y reemplazo sea dado
por el cliente mismo, pero el nuevo abogado deberá asegurarse que este aviso haya
sido dado.Hay una diferencia entre una y otra situación, que consiste en que el

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patrocinio judicial constituye una relación pública entre el abogado y el cliente, que se
exterioriza en presentaciones formales -escritas u orales- pero que no dejan margen
para la duda sobre su existencia y sobre el carácter de la vinculación.Por el contrario
el asesoramiento es infinitamente más fluido, susceptible de innumerables matices,
que van desde la consulta ocasional, hasta el manejo de complejas negociaciones, en
las cuales el abogado actuante se hace cabeza visible de los intereses que
representa. Siendo ello así, no es fácil dar una respuesta unívoca.
En primer lugar, el hecho de que la norma analizada limita de algún modo la libre
actuación del abogado, inclina el criterio hacia una interpretación restrictiva de la norma
en cuestión. En segundo lugar, el derecho del cliente a requerir opiniones distintas, es
incuestionable. Lo que debe considerarse es si el abogado consultado en segundo
término, puede dar la opinión requerida, prescindiendo de que el colega esté o no
informado de la intención del cliente de solicitar otra, y, en todo caso, si antes de opinar,
está obligado a advertirlo de que ha sido consultado. Puede haber casos en los cuales
la permanencia y trascendencia del asesoramiento extrajudicial prestado por otro, sean
más consistentes y significativos que un patrocinio judicial. En tales supuestos, la
irrupción del nuevo abogado en la negociación que otro está llevando, choca a la
consideración debida entre colegas, y hace reprobable su conducta.

6.4. DEBERES DEL ABOGADO CON SUS CLIENTES.

1) Aceptación o rechazo de asuntos. Salvo los nombramientos de oficio, el abogado


tiene absoluta libertad para aceptar o rechazar los asuntos en que se solicite su
patrocinio, sin necesidad de expresar las causas que lo determinan.

Es prudente que se abstenga de defender tesis contrarias a sus convicciones políticas


o religiosas o de asesorar o defender ante el Tribunal a un cliente desconocido que
no le merezca confianza en cuanto al origen de sus bienes o a los procedimientos
comerciales que emplea. Debe proceder del mismo modo, ineludiblemente, cuando la
divergencia verse sobre la apreciación jurídica del caso, y con mayor razón si antes
ha defendido en justicia el punto de vista contrario. Debe también abstenerse de

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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

intervenir cuando no esté de acuerdo con el cliente en la forma de realizar la defensa,


o cuando un motivo de amistad o parentesco pueda trabar su independencia. En
suma, sólo debe ser aceptado un asunto que permita un debate serio, sincero y leal.

LA PERSONA JURÍDICA COMO CLIENTE

 ART 16 del Código de Ética

El Abogado de una persona jurídica, pública o privada, patrocina los intereses de ésta y
no los de sus funcionarios, directores, gerentes, empleados, accionistas u otras
autoridades o miembros de la organización. En asuntos donde exista conflicto con los
intereses de la organización, se aplican las reglas sobre conflicto de intereses de este
Código.

CONTRATO A FAVOR DE TERCERO

 ART 17 del Código de Ética

El abogado que patrocina a un cliente en un asunto en el que un tercero es quien contrata


o paga por sus servicios, podrá con consentimiento del cliente, mantener informado al
tercero respecto del desarrollo del patrocinio.

2) Conflictos de interés.

2.1 No se asistirá a un cliente si ello implica un simultáneo conflicto de interés. Un


simultáneo conflicto de intereses existe si la actuación por un cliente será
directamente adversa a otro cliente, o cuando haya un riesgo importante de que la
atención profesional a los intereses de uno o más clientes esté limitada en forma
importante por las responsabilidades del abogado hacia otro de sus clientes, hacia
un ex cliente o un tercero, o por el interés personal del abogado. Este impedimento
no será de aplicación cuando el abogado crea, con fundamento razonable, que será
capaz de proveer un servicio profesional competente y diligente a cada uno de los
clientes afectados, que tal actuación no signifique representar, patrocinar y/o
asesorar simultánea o sucesivamente, en una misma causa, intereses opuestos, y

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cada uno de los clientes preste su acuerdo a ese efecto, por escrito, luego de haber
sido adecuadamente informado.

Cuando acaezca un conflicto de intereses entre sus clientes, el abogado debe cesar
su actuación por ambos. También cuando exista un riesgo de violación de
confidencias o la independencia del abogado estuviera en riesgo. Alternativamente,
podrá optar por continuar asistiendo profesionalmente al cliente más antiguo, si
toma las medidas necesarias para que cualquier información recibida del cliente
más moderno no pueda ser revelada al cliente más antiguo que se retiene.

2.2 Ningún abogado hará negocios con cliente alguno ni, a sabiendas,
adquirirá cualquier derecho económico adverso a un cliente salvo cuando:

a) La operación y términos por los cuales el abogado adquiere ese interés


económico sean equitativos y razonables para el cliente y se le informen en
forma completa y por escrito de modo que puedan ser razonablemente
entendidos por el cliente.
b) El cliente sea advertido, por escrito, de la conveniencia de obtener
asesoramiento legal de un abogado independiente para la operación y se le dé
una razonable oportunidad para buscar consejo a ese efecto; y,
c) Luego de haber sido adecuadamente informado, el cliente preste su acuerdo,
por escrito bajo su firma, de los términos esenciales de la operación y del papel
del abogado en ella.

2.3 Ningún abogado usará información relativa a su actuación por un cliente, o derivada
de tal actuación sea por sí mismo o por la firma que integra o integró en el pasado,
en detrimento de ese cliente. Esta regla no será de aplicación cuando esa
información haya pasado al conocimiento general.

2.4 Ningún abogado exigirá del cliente regalo alguno de importancia, incluyendo
legados testamentarios, ni preparará en nombre del cliente cualquier documento
que transfiera al abogado o a personas emparentadas con él regalos de

DEONTOLOGÍA FORENSE 19
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

importancia, salvo que el abogado o esa otra persona relacionada sean parientes
del cliente. A los efectos de este párrafo, "pariente" incluye al cónyuge, hijo, nieto,
padres, abuelos u otro pariente o individuo con quien el abogado o el cliente
mantengan una relación familiar cercana.
2.5 Ningún abogado acordará con cliente alguno limitaciones a su responsabilidad por
mala praxis, ni transará un reclamo actual o potencial con un cliente o ex cliente
relativo a su desempeño profesional si, en cualquiera de esos casos, el cliente no
cuenta con asesoramiento legal independiente, salvo luego de habérsele advertido
al cliente, por escrito, sobre la conveniencia de obtenerlo.

3) Lealtad hacia el cliente. Después de aceptado un asunto y aunque no haya sido aún
iniciado el juicio, el abogado no puede revocar su determinación para asumir la
defensa del adversario de su cliente.

4) Obligaciones del patrocinio. Debe el abogado actuar con el mayor celo y


responsabilidad, prestando su patrocinio de acuerdo al legítimo interés de su cliente.
Debe concurrir a las audiencias y a las visitas de cárceles, cuando defienda a
detenidos en ellas y realizar todas las diligencias que requiera la mayor eficacia de su
intervención. Goza de absoluta libertad en los medios a emplearse, siempre que sean
legítimos. No debe participar directa o indirectamente en cualquier acto realizado por
el cliente, o por terceros en su nombre, que implique la corrupción de funcionarios
públicos o privados, abandonando el patrocinio si tuviera conocimiento cierto de ellos
y no puede impedir su consumación.

En su carácter de consejero, que actúa con independencia completa, se cuidará de


no compartir la pasión del litigante, al que debe dirigir y no seguir ciegamente. No debe
aceptar mayor número de asuntos que el que puede holgadamente defender o
asesorar, pues ni el cúmulo de trabajo, ni la escasa importancia de la causa, ni ninguna
otra consideración podrían excusar su negligencia, su morosidad o su abandono. En
resumen, debe ejercer su ministerio a conciencia.

DEONTOLOGÍA FORENSE 20
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

5) Abandono del patrocinio. Una vez aceptado el asunto, el abogado debe hacer lo
posible por no renunciar a la continuación del patrocinio. Si por motivos atendibles
decide no obstante interrumpir su actuación, debe cuidar que su alejamiento no sea
intempestivo; vale decir, que no se produzca en circunstancias en que el cliente no
pueda encontrar otro patrocinante o defensor.

LIBERTAD DEL PATROCINIO:

 ART 18 del Código de Ética

El abogado tiene el derecho de aceptar o rechazar un patrocinio, sin tener que justificar
su decisión.

El abogado puede aceptar patrocinar todo tipo de causas, incluso si conoce de la


responsabilidad o culpabilidad del cliente, debiendo emplear todos los medios lícitos que
garanticen el debido proceso y el reconocimiento de sus derechos dentro del marco
jurídico aplicable.

LIMITACIONES DEL PATROCINIO:

 ART 19 del Código de Ética

El abogado debe abstenerse de aceptar patrocinar en aquellas causas en donde haya


estado en capacidad de conocer que:

a) No podrá patrocinar al cliente adecuadamente.

b) El fin o los medios propuestos para el patrocinio son ilegales.

c) Exista conflicto de intereses, salvo que cuente con el consentimiento informado expreso
de los involucrados.

RENUNCIA OBLIGATORIA:

 ART 21 del Código de Ética

El abogado debe renunciar al patrocinio cuando:

DEONTOLOGÍA FORENSE 21
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

a) Descubra que el fin o los medios son ilegales, particularmente si toma conocimiento
que el cliente usó de manera directa o indirecta medios indebidos de contenido económico
u otro tipo de beneficios respecto de la autoridad, la contraparte o terceros.

b) Sobrevenga un conflicto de intereses con el cliente.

c) La autoridad ordene la renuncia del abogado de oficio, en el marco de un proceso


judicial.

RENUNCIA FACULTATIVA:

 ART 22 del Código de Ética

El abogado puede renunciar al patrocinio cuando:

a. Existan discrepancias con el cliente respecto de cómo llevar a cabo el patrocinio.

b. El cliente sea negligente, no brinde la documentación requerida, no colabore con el


patrocinio o incumpla sus obligaciones con el abogado.

c. Medie engaño u ocultamiento del cliente sobre hechos o información relevante para el
patrocinio.

d. El cliente persista reiteradamente en actos indebidos o actuaciones indecorosas


respecto de la autoridad, la contraparte o terceros.

e. No hubiese sido compensado oportunamente por sus servicios.

f. No pueda representar al cliente adecuadamente.

g. Por decisión propia, sin expresión de causa.

6) Deslealtad o engaños del cliente. Si el abandono del patrocinio se debe a una


deslealtad del cliente, que en una u otra forma le ha ocultado la verdad o le ha hecho
objeto de engaños, debe el abogado reservarse cuidadosamente las causas que lo
determinan a alejarse, siempre que su revelación pueda perjudicar al cliente. El
cumplimiento de su deber y especialmente el respeto del secreto profesional deben

DEONTOLOGÍA FORENSE 22
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

estar por encima de toda reacción personal y de toda legítima exigencia de amor
propio.

7) No asegurar el éxito del asunto. El abogado no debe nunca asegurar al cliente el


éxito del pleito, negociación o asunto. Debe limitarse a explicar si, en su opinión, su
derecho está o no amparado por la ley y cuáles son, en su caso, las probabilidades
de éxito judicial; pero no debe darle una certeza que él mismo no puede tener.

8) Devolución de fondos. Guarda y cuidado de los documentos del cliente. Los


fondos o valores del cliente que por cualquier motivo sean percibidos por el abogado
deben ser inmediatamente entregados a aquél o aplicados al objeto indicado por el
mismo. La simple demora en comunicar o restituir es una falta grave contra el honor
profesional.

Concluido el asunto a su cargo o concluida por cualquier razón la relación profesional


con su cliente, el abogado devolverá de inmediato al cliente todos los documentos
originales que le pertenezcan. También, a requerimiento y a costo del cliente, estará
obligado el abogado a entregar al cliente o a quien éste indique copia de todos los
antecedentes, de escritos, correspondencia y cualquier otro elemento en su poder
como para permitir a quien continúe con la asistencia profesional tomar intervención
sin demora y con pleno conocimiento de lo actuado hasta entonces.

9) Deber de información al cliente. El abogado tiene la obligación de mantener


informado al cliente de la situación o estado de sus asuntos en forma periódica
indicándole el Tribunal, repartición u oficina donde tramitan y suministrándole todos
los datos necesarios para que el cliente pueda cotejar personalmente las actuaciones
si así lo desea. Debe hacer saber al cliente los riesgos de las decisiones que toma a
fin de que sea éste quien decida, debidamente informado y asesorado por el abogado,
los cursos de acción que considere más convenientes.

DEONTOLOGÍA FORENSE 23
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

Si el abogado no compartiera las decisiones de estrategia que tome el cliente tiene el


derecho de abandonar el caso, haciéndolo saber al cliente y otorgándole un plazo
prudencial para que pueda reemplazarlo.

10) Reemplazo por un colega. En general y salvo el caso que ambos integren la misma
firma profesional, el abogado no puede, sin consentimiento del cliente, poner a un
colega en su lugar, especialmente si tal sustitución tuviera por resultado una elevación
del monto de los honorarios. Puede no obstante hacerse reemplazar en caso de
impedimento súbito e imprevisto, dando inmediato aviso al cliente.

11) Secreto profesional. El secreto profesional constituye a la vez un deber y un derecho


del abogado. Es hacia los clientes un deber de cuyo cumplimiento sólo ellos mismos
pueden eximirle; es un derecho del abogado hacia los jueces, pues no podría
escuchar expresiones confidenciales si supiese que pudiera ser obligado a revelarlas.
Llamado a declarar como testigo, debe el letrado concurrir a la citación: pero en la
audiencia, y procediendo con absoluta independencia de criterio, debe negarse a
contestar aquellas preguntas cuya respuesta sea susceptible, a su juicio, de violar el
secreto profesional.

11.1.- Alcance del secreto profesional. La obligación del secreto se extiende a la


mención misma del nombre del cliente si ella no ha sido autorizada previamente por
el mismo, y también a las confidencias efectuadas por terceros al abogado, en razón
de su ministerio. Es así que debe guardar reserva acerca de las conversaciones
efectuadas durante una mediación o transacción fracasada y respecto a los hechos
que haya conocido tan sólo por tal medio.

El secreto cubre también las confidencias intempestivas de los colegas, y cualquier


conocimiento que el abogado llegue a adquirir, en ocasión de una auditoría de gestión
jurídica, sobre casos o asuntos a cargo de otros abogados y sobre su actuación con
relación a esos casos. Esta regla no impide hacer conocer sus conclusiones a quien
encargó la auditoría jurídica, pero cuidará de no hacerlas públicas en detrimento de
los colegas examinados.

DEONTOLOGÍA FORENSE 24
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

El abogado cuidará de mantener la confidencialidad de los asuntos y documentos del


cliente, y tomará las medidas necesarias para que todos sus colaboradores y
dependientes asuman igual obligación de confidencialidad y cuidado.

11.2.- Extinción de la obligación del secreto profesional. La obligación del secreto


profesional cede a las necesidades de la defensa personal del abogado, cuando sea
objeto de persecuciones por parte de su cliente o de terceros con el auxilio del cliente.
Puede revelar entonces lo que sea indispensable para su defensa y exhibir, al mismo
objeto, los documentos que aquél le haya confiado. En todos los casos cuidará de
limitar la revelación a lo estrictamente necesario para su defensa personal y se
asegurará, antes de la revelación, que se haga en un entorno privado y con el
compromiso de quienes acceden al secreto de no hacerlo público por razón alguna.

12) Responsabilidad del abogado. El abogado reconocerá su responsabilidad en los


casos en que ella resultara comprometida por su negligencia, error inexcusable o dolo,
ofreciendo indemnizar los daños y perjuicios ocasionados al cliente dentro de las
limitaciones pactadas con éste y con el alcance de los reales perjuicios causados
teniéndose en cuenta la valoración de la chance. Lo cierto es que existe un aparato
normativo y el mismo que no es frecuentemente utilizado, ya que no es fácil determinar
cuándo se ha obrado con culpa grave y cuando se es desleal.

No se imputarán al abogado o a la firma profesional que integre negligencias o


actuaciones dolosas de los profesionales corresponsales en otras jurisdicciones, aún
cuando la elección del corresponsal haya sido del abogado o él haya sustituido al
efecto los poderes dados originalmente por el cliente, salvo cuando el abogado asuma
expresamente esa obligación ante el cliente antes de comenzar su actuación
profesional,. Sin perjuicio de su obligación de colaborar con el corresponsal para lograr
el cobro del cliente, tampoco se considerará, salvo pacto expreso en contrario, que el
abogado que encomienda el trabajo profesional a los referidos corresponsales deba
garantizar el pago de sus honorarios y el reembolso de sus gastos. Se cuidará
especialmente que esta regla sea conocida y acordada previamente cuando se trate

DEONTOLOGÍA FORENSE 25
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

de encomiendas de servicios profesionales por parte de colegas de otras


jurisdicciones del país o extranjeras.

6.5. REMUNERACIÓN Y HONORARIOS DEL ABOGADO.

1.- Los honorarios. Como norma general, los abogados deben tener presente que la
profesión no tiene otro objeto especial que el de colaborar en la administración de justicia.
El provecho o retribución, muy legítimos, sin duda, son sólo accesorios, porque nunca
pueden constituir decorosamente el móvil determinante de los actos profesionales.

2.- Estimación de los honorarios. Es deber del abogado esforzarse en lograr el


mayor acierto en la estimación de su honorario, manteniéndose dentro de una razonable
moderación. Debe tratar de evitar todo error por exceso o por defecto pues la dignidad
profesional resulta tan comprometida por la estimación demasiado alta como por la
desproporcionadamente baja.

3.- Convención previa sobre honorarios. Recomiéndese a los abogados que


convengan sus honorarios con los clientes, antes de comenzar su trabajo profesional, y
fijen asimismo su forma de pago.

4.- Compensación fija y/o determinación con base al tiempo profesional


empleado. El honorario puede convenirse en una compensación fija anual o mensual,
siempre que su importe constituya una adecuada retribución de los servicios profesionales
prestados. También se lo podrá convenir mediante el cómputo del tiempo empleado por
el profesional o sus dependientes en la atención de los asuntos del cliente, a valores-hora
acordados con anticipación. En tales convenios podrá establecerse un distinto valor del
tiempo de los profesionales que intervengan según su categoría, experiencia y
especialidad. En todos los casos en que el honorario se determine según parámetros de
tiempo y de categoría de los profesionales intervinientes, es obligación del abogado cuidar
que el servicio profesional sea prestado por quien esté adecuadamente calificado para
ello con el menor costo para el cliente. Asimismo, cuando el honorario se determine por el
tiempo empleado, el abogado tiene la obligación de suministrar al cliente la información

DEONTOLOGÍA FORENSE 26
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

necesaria que le permita controlar el cálculo del honorario que se le cobra, salvo que el
cliente lo exima expresamente de esta obligación.

5.- Bases para la apreciación de los honorarios. Para la estimación del monto del
honorario, recomiéndese la consideración de los siguientes factores:

a) La importancia de los trabajos y la cuantía del asunto.


b) El éxito obtenido, en toda su trascendencia;
c) La novedad y dificultad de las cuestiones jurídicas debatidas;
d) La experiencia y especialidad del abogado;
e) La fortuna o situación pecuniaria de su cliente;
f) El carácter de la intervención del abogado, esto es, si se trata de trabajos aislados
o de servicios profesionales fijos y constantes;
g) La responsabilidad que se derive para el abogado de la atención del asunto;
h) El tiempo tomado por el patrocinio o asesoramiento;
i) La forma de actuación del abogado, esto es, si patrocinó al cliente que actuaba
personalmente o mediante procurador, o si actuó en el doble carácter de
mandatario y patrocinante.
j) El impedimento que resulte para el abogado para atender a otros potenciales
clientes, como derivación de las reglas relativas a los conflictos de interés, por el
hecho de atender este cliente o su asunto.
k) La premura con la que el cliente desee que se atienda su asunto, en detrimento de
la atención de otros clientes si no se obtiene colaboración profesional de terceros.

6.- Divergencia sobre honorarios. En los casos de divergencia en la apreciación del


honorario con el cliente, aconséjase a los abogados que recaben siempre una estimación
del Colegio de Abogados local, a título ilustrativo. Si la parte estuviese conforme con el
arbitraje de aquella institución, recomiéndase especialmente a los abogados que sigan tal
procedimiento.

7.- Acción judicial de cobro de honorarios. Los abogados deben evitar los apremios
por honorarios hasta donde sea compatible con su derecho a percibir una retribución

DEONTOLOGÍA FORENSE 27
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

razonable por sus servicios. En caso de verse forzados a acudir a la vía judicial, deben
hacerse representar o patrocinar por un colega.

8.- Anticipos. El abogado puede solicitar del cliente entregas a cuenta de honorarios
o gastos, siempre que observe la moderación adecuada de su ministerio.

9.- Pacto de cuota litis. En los fueros y jurisdicciones en los que esté legalmente
prohibido el pacto de cuota litis, los abogados deben abstenerse en absoluto de pactar
participación alguna en el resultado del pleito.

10.- Reglamentación del pacto de cuota litis. En los fueros y jurisdicciones en los
que no esté prohibido dicho pacto, pueden los abogados celebrarlo, siempre que lo hagan
antes de comenzar a prestar sus servicios profesionales y se sujete a las siguientes
condiciones:

a) La participación del abogado no debe ser nunca mayor que la del cliente;
b) El abogado debe reservarse la facultad de abandonar el patrocinio o la
representación en cualquier momento. Del mismo modo, el cliente podrá, si lo
desea, retirar el asunto al abogado y entregarlo a otro. En ambos casos, el
profesional tendrá derecho a cobrar, si el pleito se gana, una parte proporcional a
su trabajo en la participación convenida. Si en el segundo caso, el cliente no
continúa con el pleito, el abogado puede cobrar los honorarios que se estimen
judicialmente;
c) La participación convenida se entiende siempre por la totalidad del trabajo
profesional en todas las instancias y hasta la definitiva conclusión del litigio. Si éste
concluyera antes de realizarse todos los trabajos que podían considerarse
verosímilmente previstos, tendrá el cliente derecho a disminuir en forma
proporcional la participación;
d) Si el pleito se pierde, el abogado no cobrará honorario.

7. EXIGENCIAS ÉTICAS A LOS PROFESIONALES.

Las exigencias que inciden directamente en el ejercicio de la profesión son:

DEONTOLOGÍA FORENSE 28
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

 La honradez.- La dimensión moral de la profesión implica la honradez en la


persona que la desempeña. La honradez se define como: "cualidad de probo,
proceder del propio hombre recto". La honradez nace de la adecuación de la
conducta a los principios que rigen la conciencia personal del profesional. es una
cualidad reflexiva al servicio de toda persona respetuosa de su dignidad. Tiene
como fin no engañar ni engañarse a sí mismo.
 La rectitud.- procede de la adecuación de la conducta a las normas legítimamente
establecidas.
 La probidad.- Que viene a constituir el actuar con rectitud y honradez, procurando
satisfacer el interés general y desechando todo provecho o ventaja personal,
obtenido por sí o por interpusiste persona.
 La Prudencia.- Es el actuar con pleno conocimiento de las materias sometidas a
su consideración, y en forma diligencia además de inspirar confianza en
la comunidad.
 Diligencia: Es una condición indispensable del profesional. La diligencia tomada
como entrega y solicitud por el trabajo, es una condición indispensable del
profesional. El incumplimiento de los compromisos laborales son exponentes
manifiestos de negligencia profesional.
 Idoneidad.- entendida como aptitud técnica, legal y moral, para el acceso y
ejercicio de sus funciones.
 Responsabilidad.- Es el esfuerzo honesto para cumplir con sus deberes

 Veracidad.- respecto a la obligatoriedad de expresarse con veracidad en sus


relaciones. En tal sentido el principio de la verdad abarca varios aspectos y
situaciones, desde que el abogado tiene el deber de no mentir no solamente a un
cliente sino a los futuros clientes, así también ante el órgano jurisdiccional debe
evitar utilizar esta actitud frente al juez y al abogado de la otra parte, debiendo de
buscar razones coherentes para defender su posiciones o al menos dar integridad
y dignidad a la labor del abogado, quien es un profesional y no puede estar
actuando de una manera no adecuada.

El Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú, señala en el artículo 3 "
El Abogado debe obrar con honradez y buena fe. No debe aconsejar actos
DEONTOLOGÍA FORENSE 29
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

fraudulentos, afirmar o negar con falsedad, hacer citas inexactas o tendenciosas,


ni realizar acto alguno que estorbe la administración de justicia". Estableciendo que
es un deber de los abogados actuar conforme al principio de la verdad en todas sus
intervenciones, y tras lejos facilismos de contradecir por contradecir no lleva a
formar argumentos que permitan establecer razones valederas por las cuales el
juzgador puede asistir las pretensiones exigidas en una demanda o acto
administrativo planteado por el abogado.

Con referencia a las partes, el hecho de que ellas no tengan el deber de decir la
verdad en sede de interrogatorio no implica que ellas puedan libre y tranquilamente
mentir. Ya que están en el deber comportarse con lealtad y probidad, es oportuno
tener en cuenta que la parte que jura en falso comete un delito y debe indemnizar
los daños, que también la parte vencida que haya obrado o resistido con mala fe o
culpa grave responde por los daños, y además que el juez, independientemente
del vencimiento, puede condenar a una parte al reembolso de las costas, incluso
no repetibles, provocadas por la otra parte con su propia conducta desleal.

Pero el caso es que, que también se da que si las partes están en posiciones
contrapuestas, no es necesariamente porque una de las dos mienta, sino, más
bien, porque cada uno ve las cosas desde su punto de vista y porque el mundo del
derecho es el mundo de la duda. Además, si las partes debieran decir la verdad, el
juez estaría constreñido a creer a las partes también cuando afirman hechos
favorables a sí mismos, con la consecuencia de que, salvo que se quiera hacer
ganar la causa a ambas partes, el proceso resultaría desnaturalizado, en cuanto el
juez, no pudiendo ya contar con el principio de la carga de la prueba, estaría en la
sustancial imposibilidad de juzgar.

 Equidad en el cobro de honorarios: las tarifas de los profesionales son una guía
para el cobro de los honorarios, hechas por entes externos a la profesión más no
ajenos a la labor en que incurre el profesional.

 Investigación: es la sistematización de los conocimientos mediante la


investigación científica, constituyendo esto una tarea relevante del profesional. Se
ubica al mínimo nivel de los grandes progresos exigidos por la dinámica social.

DEONTOLOGÍA FORENSE 30
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

 Puntualidad: el tiempo tiene un gran valor, tanto para nosotros como para quienes
requieren de nuestra atención y servicios profesionales. En este aspecto se traduce
nuestro valor y respeto por los demás, haciéndonos distinguir entre aquellos
quienes desprecian todo lo que les sea ajeno, como es en este caso: el tiempo de
los demás.

 Discreción: significa saber guardar silencio de los casos que se ven y se hacen,
cuando estos ameritan secreto y es un rasgo de altura moral del individuo. Es la
garantía moral accesoria de la personalidad que inspira al individuo a querer confiar
el secreto, seguro de que sabrá solo responder con el silencio.

 Discreción.- Es decir guardar reserva respecto de hechos o informaciones de los


que tenga conocimiento con motivo o en ocasión del ejercicio de sus funciones, sin
perjuicio de los deberes y las responsabilidades que le correspondan en virtud de
las normas que regulan el secreto o la reserva establecida por ley.
 Equidad.- Se debe emplear en todo momento criterios de equidad que debe
acercarse a un resultado más justo, el mismo que no debe ser ejecutado en contra
de los fines perseguidos por las leyes.
 Igualdad de Trato.- Es la obligación de otorgar a todas las personas igualdad de
trato en igualdad de situaciones.
 Espíritu de Servicio: El ejercicio de la profesión implica espíritu de servicio. El
aspecto social de la profesión es algo esencial a la misma. El profesional ejerce
una función social.
 Templanza.- referido a desarrollar sus funciones con respeto y sobriedad, evitando
cualquier ostentación que pudiera poner en duda su honestidad o su disposición
para el cumplimiento de sus deberes.

DEONTOLOGÍA FORENSE 31
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

8. CONCLUSIONES.
1. La Junta de Decanos del Colegio de Abogados del Perú, mediante Resolución de
Presidencia de Junta de Decanos N°001-2012-JDCAP-P, de fecha 14-04-12,
PROMULGO el Código de Ética del Abogado, Aprobado mediante Asamblea General
Extraordinaria de la Junta de Decanos de Colegios de Abogados del Perú realizada en la
Ciudad de Puno el 24-02-12. El cual se encuentra en plena vigencia y ha DEROGADO
los Códigos de Ética de los Colegios de Abogados de la República, miembros de la Junta
de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú, entre ellos el de Piura.

2. El objetivo de la existencia y regulación de un Código de ética Profesional de los abogados


es mejorar la calidad profesional de los abogados, al presentar un mejor servicio
profesional. En un Estado de Derecho como el nuestro, el Abogado es indispensable para
lograr el respeto y cumplimiento de la Justicia y de los justiciables. Actuar con la
disposición cierta de enaltecer la moral, el honor, la respetabilidad y todas aquellas virtudes
de honestidad, integridad, eficiencia y veracidad. En otras palabras, debe tenerse en
cuenta, principios básicos referidos a la Constitución y la ley, que desde ya están inmersos
en las Disposiciones del Código de ética del Colegio de Abogados del Perú. . En un Estado
de Derecho, el Abogado es indispensable para lograr el respeto y cumplimiento de la
Justicia y de los justiciables, pues tiene la obligación de defender sus derechos y libertades;
es por lo tanto, el asesor y defensor de su cliente, y en todo momento deberá buscar la
prevalencia de la justicia, y para llegar a ello, es a partir de un circuito basto de Principios
Y valores éticos que inspiran su real ejercicio profesional.

3. El fin de la función ética profesional es el bien común; es decir, el bien de la sociedad a la


que presta el servicio. La ética profesional debe llevar a salvaguardar la Dignidad humana
como Principio Constitucional en un estado donde impera la Ley. Es así, que, las normas
de la Ética son autónomas y las del Derecho son heterónomas. Las normas de la Ética
rigen aspectos internos es decir subjetivos y las del Derecho aspectos externos. Las normas
de la Ética son unilaterales y las del Derecho son bilaterales. Las normas de la Ética son
incoercibles y las del Derecho son coercibles. Si bien son diferentes conllevan a un mismo
puerto, cual es, el bienestar social a partir de la actuación profesional con probidad.

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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

4. El vigente Estatuto del ICAP ha sido aprobado en Asamblea General Extraordinaria


llevada a cabo con fecha 23 de julio de 2015 y publicado en noviembre del 2015, el que a
su vez, ha sido modificado por Acta de Asamblea Extraordinaria de fecha 15 de Junio del
2016, e inscrito en la Partida electrónica N°11170641 EL EL Rubro N°00002:
Modificación de Estatuto del Registro de Personas Jurídicas de la SUNARP-PIURA. Este
Estatuto constituye el Documento de constitución de la asociación gremial redactado por
escrito y que contiene cierto número de cláusulas obligatorias que fijan los objetivos del
Ilustre Colegio de Abogados de Piura, así como las normas de funcionamiento, gobierno
y otros del mismo.

5. La abogacía como profesión liberal, cumple una función social al servicio del Derecho y
la Justicia, siendo su objetivo esencial la convivencia social de los hombres como fuente
fecunda de paz, libertad, progreso y bienestar general y cuya acción no se limita al solo
éxito de la causa que patrocina o de la función que cumple en el órgano jurisdiccional o en
una entidad pública o privada, sino que busca conseguir que la convivencia social sea
fuente fecunda de paz, libertad, progreso y bienestar general, lo que implica cumplir
deberes con la comunidad, con los colegas y consigo mismo, que si bien interesan a la
propia dignidad, pero influyen de manera indirecta en el prestigio de esta noble profesión.

6. El Código de ética del Colegio de Abogados del Perú, que vincula al ICAP, ha establecido
que: Los Colegios de Abogados del Perú, a través de sus órganos de Dirección y
Deontológicos, investigan de oficio o a solicitud de parte, los actos contrarios a la ética
profesional en que incurran los abogados y las abogadas e imponen las sanciones a quienes
resulten responsables. Asu vez, el Estatuto vigente del ICAP ha reglamentado que, el al
Director de Ética Profesional: Le corresponde el trámite investiga torio de Quejas contra
los Miembros de la Orden por infracciones al glosado Código; y, perseguir el ejercicio ilegal
de la abogacía, así como llevar el Registro de Sanciones.

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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

ANEXOS

1. Publicacion del Diario el Comercio de fecha 17-02-17:

Registro de Abogados Sancionados: Una herramienta que no se usa

Colegio de Abogados de Lima elegirá a nuevo miembro del JNE

Redacción EC 17.02.2017 / 07:33 am

La creación del Registro de Abogados Sancionados por malas prácticas implica la


integración de todas las sanciones cometidas por los profesionales del derecho en un sola
base de datos sistematizada por el Ministerio de Justicia. Así, se harán públicas todas estas
penas, estén vigentes o vencidas, por un plazo de cinco años.

"Las diferentes entidades que ya existen y que ya aplicaban sanciones, van a centralizar la
información de cada una en este registro", explica Adolfo Román, socio de Rodriguez
Angobaldo Abogados.

De este modo, los colegios de abogados, las entidades administrativas y el Poder Judicial,
tendrán 180 días para informar sobre todas las sanciones impuestas. Sin embargo, a pesar
de estar ya reglamentado, aún no se tiene una fecha de implementación, informó el
especialista.

Cada entidad mantendrá su propia capacidad y responsabilidad de sancionar las


inconductas. Eso no se ha estandarizado con la nueva norma. No obstante, un punto
positivo de esta legislación es que dispone que cada colegio de abogados tenga un Código
de Ética y un Tribunal de Honor que juzgue las malas prácticas en el ejercicio del derecho.

Además, ahora las suspensiones de ejercicio impuestas por un colegio deberán ser tomadas
en cuenta por todos los demás. Esto evitaría que los abogados inhabilitados por su gremio
original consigan una colegiatura en otra localidad para seguir practicando su carrera y

DEONTOLOGÍA FORENSE 34
EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

burlar sus sanciones. Pero, quedaría fuera de este supuesto la sanción de separación
temporal del colegio.

Román agrega que el registro no es el sancionador. "A uno lo sancionarán en su colegio o


en el juzgado en el que está patrocinando una causa", comenta. "Esta norma no tiene
ningún impacto respecto a los procedimientos sancionadores" que se le sigan a
los abogados, considera, pues lo que se publicita es la resolución definitva.

Solo en el caso de que la sanción sea revocada por la autoridad competente, la sanción se
borraría del registro.

Otro aporte nuevo es que "aquellas personas a las que se les haya aplicado la suspensión
temporal del ejercicio de la profesión, no podrán brindar servicios legales al Estado ni ser
contratados para cargos públicos que requieran el título de abogados", agrega Román. Esta
prohibición durará mientras se mantenga la pena.

Sin embargo, el experto llamó la atención sobre sanciones más graves que no están dentro
del alcance de esta norma. Por ejemplo, la sanción de expulsión definitiva del colegio
profesional no está contemplada en este marco, ni es objeto del impedimento de contratar
servicios legales con el Estado, explicó.

El registro será de acceso gratuito y público a través del portal web del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos. Integrará todas las sanciones disciplinarias,
administrativas y penales.

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EL CÓDIGO DE ÉTICA DEL ABOGADO

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