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Capítulo 1: Las publicaciones científicas

El problema de las publicaciones científicas no está en su definición – Son aquéllas que


tratan sobre ciencia – sino en su clasificación. La prueba de esta dificultad es que ya en
1968 el Consejo de Editores de Biología (Council of Biology Editors, CBE) se reunió en
Vancouver para intentar definir lo que es una publicación científica primaria de la que
luego nos ocuparemos.

Para que te resulte fácil recordarlo, dividiremos las publicaciones científicas en


primarias, secundarias y terciarias. Primarias son aquéllas que aportan datos originales y
cumplen los requisitos propuestos por el CBE (artículos largos y cortos). Quedan, sin
embargo, otras publicaciones que aportan información original pero carecen de alguno
de los requisitos propuestos por el CBE (Comunicaciones a Congresos, tesis etc.). A
este tipo de publicaciones las denominamos nosotros pre o proto-artículos porque
presumiblemente son precursores de una publicación primaria. Como secundarias
consideramos las que reúnen información científica sobre un tema sin aportar
información original (revisiones, libros, revistas de divulgación, etc.) y como terciarias
las que recogen información bibliográfica (bases de datos).

Cuadro y chistes sobre

LA REUNION DE VANCOUVER

Cómo la comunidad científica cree que fue y cómo fue realmente


La “percepción sensorial”

Publicaciones primarias

La originalidad de las publicaciones primarias requiere algún comentario ya que no se


refiere tanto a quién y cuándo se hizo un descubrimiento sino a la primera vez que se
publica (first disclosure dice el CBE). La relación entre el descubrimiento y la
publicación es compleja, ya que algunos descubrimientos no terminaron en una
publicación o se mantuvieron en secreto durante un tiempo. Por ejemplo, la tinción de
Papanicolau se publicó como comunicación a un congreso, que no es una publicación
primaria y el fórceps se mantuvo en secreto por su descubridor. No obstante, en el
mundo científico se considera que un descubrimiento debe acabar en una publicación
primaria. Por decirlo con palabras de James B. Wyngaarden, que fue director del
Nacional Institutes of Health de Estados Unidos: The publication is, in fact, a part of the
research process itself for there is validity in the well-worn aphorism that research is
not completed until a report of its results has been published (Schechter et al.
Colloquium on scientific autorship vol.3 p. 209 1989).

Pero las publicaciones primarias requieren cumplir otras condiciones.

Según el CBE, una publicación primaria debe contener suficiente información para
permitir a otros científicos especialistas en el campo (pares, peers) comprobar las
observaciones. De la precisión de esta información nos ocuparemos en el capítulo de
Material y Métodos, pero debe ser suficiente para permitir la repetición de los
experimentos.
La publicación primaria debe permitir, además, la evaluación de los procesos
intelectuales. Esta es una condición muy importante. Quizá te habrás dado cuenta, al
leer el índice/programa, que los artículos científicos tienen una parte más bien técnica,
contenida en las secciones de Material y Métodos y Resultados y otra,
fundamentalmente intelectual, que se encuentra en la Introducción, (donde se explica el
problema que se aborda, cómo se pretende resolverlo y la importancia de la
investigación), y en la Discusión, (donde se analiza lo que significan los resultados
obtenidos y se obtienen conclusiones). Esta evaluación de los procesos intelectuales no
es importante sólo para los lectores, sino para también para los revisores (reviewers,
referees) que juzgarán tu artículo.

La última condición es que la información de una publicación primaria, según el CBE,


debe ser susceptible de percepción sensorial, esencialmente permanente y disponible
para la comunidad científica sin restricciones a través de las principales bases de datos
Analizaremos a continuación qué significan estos requisitos.

Seguro que te ha llamado la atención lo de “susceptible de percepción sensorial”.


Aunque lo más habitual es que la publicación se haga para ser leída, bien en texto
impreso o en formato electrónico, los editores han considerado posible que la
información pueda estar recogida en otro formato (video, audio, braille, etc.). Pensamos
que es una generalización un tanto excesiva porque no conocemos ningún artículo
primario que no esté publicado por escrito, aunque en la actualidad algunas revistas
científicas en formato electrónico incluyen la opción de consultar un vídeo.

Según el CBE, las publicaciones primarias deben estar disponibles sin restricciones, lo
que implica que una publicación científica debe poder consultarse en cualquier
momento. A esto hace alusión lo de “esencialmente permanente”, que es de interés
porque este requisito descarta las comunicaciones exclusivamente orales (charlas,
conferencias, etc.). Recuerda que las palabras se las lleva el viento. Esta condición
descarta también algunas publicaciones efímeras, como publicaciones locales, revistas
de empresas comerciales, etc. La publicación de un artículo científico debe comunicar
completamente un descubrimiento sin guardar ningún secreto. Esta es una diferencia
esencial con otros descubrimientos científicos que se publican sólo parcialmente, como
ocurre con algunas patentes, o simplemente no se publican, como algunos hallazgos de
empresas comerciales o investigaciones militares. Otras veces, estas restricciones tienen
más que ver con la dificultad de acceder a la información que a una negativa a
suministrarla. Tal ocurre, por ejemplo, si quieres consultar una Tesis leída en un país
lejano en una Universidad poco accesible o si deseas consultar un artículo publicado en
un idioma que desconoces. Sin embargo, la dificultad más habitual para acceder a un
artículo es la económica ya que las suscripciones a las revistas, tanto impresas como en
formato electrónico, son muy caras y las separatas, salvo que las pidas al autor y él te
las regale, hay que pagarlas.

Finalmente, los editores indican que las publicaciones primarias deben ser recogidas por
servicios secundarios. Esta denominación se refiere a lo que hoy conocemos por bases
de datos de las que nos ocuparemos más adelante.

Publicación secundaria.
A diferencia de las publicaciones primarias, las secundarias no presentan información
original. Podemos considerar como publicación secundaria aquella que reúne
información científica sobre un tema, la analiza, la expone ordenada y críticamente y
extrae conclusiones generales. En este grupo se pueden incluir libros y artículos de
revisión, que, a su vez, pueden cubrir una amplia gama que va desde revisiones
altamente especializadas hasta artículos de divulgación, como veremos en el Capítulo
12.

Publicación terciaria

Se denominan también bases de datos y contienen títulos, autores, a veces resúmenes, y


otros datos procedentes de las publicaciones primarias y secundarias. Estas
publicaciones terciarias actualmente se utilizan, casi de forma exclusiva, en su formato
electrónico y son una de las herramientas imprescindibles para la investigación
científica.

Dificultades de la clasificación.

Esta clasificación no es de uso general y estos términos pueden utilizarse con


significados diferentes según los autores y campos de conocimiento. Por ejemplo, en
humanidades es frecuente llamar literatura secundaria a las revisiones, incluyendo en
este concepto, las publicaciones sobre la vida y obra de un autor y literatura terciaria a
la bibliografía. En otros casos, se incluyen las bases de datos dentro de la literatura
secundaria. Otros autores incluyen dentro de la literatura terciaria los diccionarios y
enciclopedias.

Estructura de un artículo primario.

Los artículos primarios que se publican en revistas científicas biomédicas tienen una
estructura común y, aunque pueden diferir en la presentación de la información, todos
contienen los mismos apartados que suelen ordenarse del modo siguiente: Título,
Autores, Fechas de aceptación, Resumen, Palabras clave (Key words), Introducción,
Material y Métodos, Resultados, Discusión, Agradecimientos y Bibliografía
(References). Este orden está basado en el proceso ideal para desarrollar una
investigación siguiendo el método científico aunque, en la práctica, tu trabajo ha podido
seguir un desarrollo muy distinto. Por ejemplo, rara vez los resultados que se publican
están en desacuerdo con la hipótesis (Pocos se atreven a publicar que la primera
hipótesis no se cumplió) y lo que hacen es publicar una hipótesis modificada para
adaptarla a los resultados. Otras veces, aparece un resultado que no se buscaba
expresamente, como el descubrimiento de la penicilina.

Cuadro y chistes

EL METODO CIENTIFICO.

(La rata sabia. Proyecto: droga para aumentar la inteligencia. Publicación: Veneno letal
para roedores.
La Viagra)
Recientemente, algunos editores han decidido alterar el orden de estos apartados,
separando los que contienen los procesos intelectuales de los que tratan de los aspectos
técnicos; así, a la Introducción le siguen los Resultados y la Discusión y el artículo
acaba con el Material y Métodos. Se arguye en favor de esta modificación que facilita la
comprensión al poder leer de seguido la parte intelectual o leer solamente la parte
experimental, según los intereses del lector. De esto nos ocuparemos más expresamente
en el Capítulo 11, a propósito de las Instrucciones de Publicación.

Artículos completos y abreviados.

Los artículos completos (Full or Full Length papers), que algunas revistas llaman
simplemente articles, presentan datos científicos originales con la estructura ya
mencionada. Suelen ser artículos extensos, con o sin límite de páginas.

Los artículos abreviados (Short or Brief articles) tienen igual formato que los artículos
completos pero el texto está muy reducido en todos sus apartados y, además, suele
omitirse el encabezamiento de los mismos. Las revistas aceleran y simplifican el
proceso de revisión puesto que estos artículos están destinados a una rápida publicación
(Rapid Communications) de resultados cuya difusión se considera urgente. También
pertenecen a este grupo las cartas dirigidas a la revista como, por ejemplo, Letters to
Nature. Estas cartas contienen resultados originales y no hay que confundirlas con las
cartas al Editor que no son aportaciones originales sino más bien comentarios sobre
algún tema publicado en la revista.

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